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UN CIERRE DE 2017 POCO

PROMETEDOR EN TÉRMINOS
DE POLUCIÓN

Muy pocos eran conscientes, mientras se tomaban las uvas con las
que cerraban 2016 y daban la bienvenida a 2017, de que acababan de
cerrar un año de cifras record en lo que a contaminación se refiere.
Los datos de los estudios se hicieron públicos no hace muchos meses,
lo que hace que la información estuviese bastante lejana para los que
despedían entonces el año. En 2016, según los datos de la World
Meteorological Organization, se batieron los records
absolutos recientes de emisiones de dióxido de carbono en la
atmósfera. Para encontrar una cantidad tan elevada de CO2 en la
atmosfera hay que remontarse, de hecho, al Plioceno medio, entre 3 y
5 millones de años atrás, y cuando parte del hielo tanto de la Antártida
como de Groenlandia se fundió. Teniendo ese dato en mente, no se
puede evitar pensar en cómo se habrá cerrado 2017. ¿Ha sido este un
nuevo año record en lo que a emisiones y polución toca?

Ciudades con registros históricos

Para algunas ciudades del mundo y para algunas regiones, 2017 ha sido un
año bastante brutal en lo que a contaminación se refiere. Delhi, la ciudad de
India, ha conseguido, por ejemplo, el cuestionable mérito en 2017 de
convertirse en la ciudad más contaminada del mundo. Durante el mes de
noviembre, por ejemplo, respirar el aire de la ciudad era tan nocivo como
podía serlo fumar 50 cigarrillos cada día.
La calidad del aire era tan mala que, en algunos momentos, rompió con las
escalas de medición y se posicionó por encima de los peores indicadores
existentes. Los hospitales vieron como los pacientes con problemas ligados
con la contaminación subían en un 20% y la mala calidad del aire obligó a
algunas aerolíneas a cancelar vuelos y causó accidentes de coche por la
nefasta visibilidad.

El caso de Delhi ha sido el más impactante por sus cifras y por los efectos,
pero no es el único que ha tenido este año. La situación en China en cuanto a
contaminación no ha mejorado, por ejemplo, y en Irán se han llegado a tener
que cerrar los colegios.

Los datos de Europa

A eso se suma que el cierre de año no fue especialmente positivo en términos


de contaminación. Las imágenes publicadas en diciembre por la European
Space Agency mostraban altos niveles de monóxido de carbono en Asia, África
y América del Sur, altas concentraciones de dióxido de nitrógeno en zonas de
Europa o dióxido sulfúrico por culpa de una explosión de un volcán en Bali en
agosto.

La calidad del aire en Europa se ha mejorado entre 2000 y 2015, gracias a


los trabajos de las administraciones por imponer ciertos estándares y controles,
aunque todavía queda mucho por hacer. Las concentraciones de partículas en
suspensión siguen siendo superiores al límite establecido en grandes zonas de
Europa, lo que también ha ocurrido con el ozono, el dióxido de nitrógeno y
otros elementos.
Los efectos de estas cifras

La situación no parece además tener muchas perspectivas de mejora y, de


hecho, algunas de las decisiones políticas de 2017 (como la salida de EEUU de
foros y pactos) podrían hacer que las cosas empeoraran. El coste de la
contaminación es muy elevado, tanto en términos medioambientales como de
salud pública e incluso económicos.

Algunas estimaciones hablan de cada año la contaminación mata ya a 9


millones de personas. De hecho, la polución ya mata a más personas en el
mundo que el tabaco, la suma del sida, la malaria y la tuberculosis, la
malnutrición, los accidentes de tráfico o las guerras. La cifra implica que el 16%
de todas las muertes que se producen en el mundo al año está ligada a la
contaminación.
A eso se suma que los investigadores aún están atando cabos y que la
contaminación podría tener un peso mayor del que pensamos en cuestiones
como la diabetes o la demencia (algunos de los campos que se están
investigando). Ahora mismo ya se sabe que la contaminación es uno de los
"gatillos" que llevan a que se produzcan infartos. Un estudio de investigadores
del Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades
Cardiovasculares (CIBERCV) muestra una relación entre el aumento del
número de infartos y los niveles de contaminación. Los días con mayor
contaminación hay más infartos.

Además, tiene ya un impacto económico que se mide en billones (trillones


anglosajones) de dólares anuales. Las cifras rondan los 4,6 billones anuales,
una cantidad que supone algo más del 6% del producto interior bruto
mundial.

FUENTES: Fuentes Elaboración propia, Vox, Time, EEA, The


Guardian, ElMundo

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