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[SEXUALIDAD] 19 de noviembre de 2011

GRISELDA ALFARO ANTONIO

BENEMÉRITA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA


DE PUEBLA

UNIDAD REGIONAL TEHUACÁN


LICENCIATURA EN ADMINISTRACIÓN DE
EMPRESAS

MATERIA: DHTIC

TEMA: ENSAYO SOBRE LA SEXUALIDAD

PROFESORA: ROSA MARÍA MORA


MORALES

ALUMNA: GRISELDA ALFARO ANTONIO

MATRICULA: 201017412

TURNO: MATUTINO

OTOÑO 2011

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[SEXUALIDAD] 19 de noviembre de 2011
GRISELDA ALFARO ANTONIO
ÍNDICE

INTRODUCCIÓN

SEXUALIDAD
1. ¿Qué es?..................................................................................... 3
1.1 Algo más que relaciones sexuales……………………………………… 3
1.2 El tabú de la sexualidad………………………………………………….. 4
1.3 Por qué es difícil hablar de sexo………………………………………… 4
1.4 Primeros educadores: los padres……………………………………….. 5

2. La sexualidad infantil……………………………………………….. 5
2.1 El comportamiento de niños y niñas……………………………………. 6

3. Los juegos sexuales………………………………………………… 6


3.1 Cuando los niños se acarician…………………………………………... 7

4 Objetivos que deben cumplir los educadores sexuales…………. 7


4.1 Pasos hacia una plataforma sana………………………………………. 8

INTRODUCCIÓN

La sexualidad es un comportamiento humano, un impulso vital inseparable de la


personalidad del ser humano, que a su vez está relacionado con factores sociales,
familiares e individuales que intervienen en sus manifestaciones.

Educar para la sexualidad es enseñar a vivir con bienestar, significa aprender a


orientar los contactos físicos, a elegir a las personas con quienes se establece
relación y a desarrollar y proyectar la afectividad. Es misión de los padres y
maestros preparar a los niños y jóvenes para asumir la sexualidad de manera
armónica, como una de las mejores partes de nuestra vida, en la que esta la
aceptación del propio cuerpo, la posibilidad de sentir placer, la capacidad para dar
y recibir afecto, la responsabilidad y la aceptación de los límites y particularidades
de los demás.

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1. ¿QUÉ ES?

La sexualidad es parte de nuestra esencia humana, es la expresión más compleja


de la individualidad del hombre y la mujer, está presente desde el momento de la
concepción, instante en el que se conjuga el material genético determinado para
lo masculino o lo femenino.

El encuentro con la sexualidad implica tres fases: sentir mi propio ser sexuado,
descubrirlo y aceptarlo, teniendo en cuenta que está integrado no sólo por el
aspecto físico y biológico, sino por un componente psicológico que agrupa toda la
experiencia afectiva y sentimental, es decir: como son percibidos y expresados los
sentimientos y emociones desde la individualidad del hombre, de la mujer, del niño
o de la niña. Adicionalmente entra en juego el ingrediente social encargado de
moldear lo que es aceptado y permitido para cada sexo, a través de la
socialización.

Cuando padres y educadores han logrado dimensionar abiertamente la sexualidad


en términos de lo que es sano y primordial para la estructura de la personalidad,
estaremos en capacidad de aceptar que toda la exaltación de sentimientos y
necesidades propias de la transición del niño al adolescente forman parte de su
desarrollo normal y coherente. En igual proporción estarán exentos de aquellos
sentimientos de nulidad que llegan con la madurez, cuando el potencial biológico y
el reproductivo disminuyen.

1.1 ALGO MÁS QUE RELACIONES SEXUALES

Es una fortuna saber que la sexualidad va más allá de tener relaciones sexuales o
comportamientos de tipo sexual, porque, de lo contrario estaríamos excluyendo de
toda connotación sexual a quienes se dedican a actividades religiosas o, por
decisión, abandonan la vida sexual activa.

En la medida que tanto niños como adolescentes y adultos logremos vivir la


sexualidad en el sentido amplio del concepto, los niños no tendrán que verse
perturbados con reprobaciones cuando presentan curiosidad y exploran su cuerpo;
los adolescentes entenderán que toda esta fuerza que los impulsa a disfrutar el
placer no necesariamente tiene que estar enfocada hacia lo genital, y el adulto,
por su parte, tendrá la oportunidad de vivir su sexualidad hasta que muera, con la
convicción de que se trata de algo tan sano como la vida misma.

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1.2 EL TABÚ DE LA SEXUALIDAD

La sexualidad ha sido uno de los temas tabúes que siempre ha inquietado a la


mayoría de las culturas en todos sus estratos sociales. Alrededor de este tema se
han tejido mitos e ideas falsas que han permanecido a lo lago de sucesiva
generaciones sin ser nunca examinados detenidamente. El avance en las
investigaciones y los diferentes estudios realizados han tratado de esclarecer
muchos de estos conceptos erróneos. Algunos trascienden durante mucho tiempo,
debido a la precaria información y en otros casos a que a los padres y educadores
les resulta más fácil mantener estos tabúes, con lo que se resisten a la posibilidad
del dialogo o a cuestionarse sobre la propia sexualidad.

Se creía que la sexualidad empezaba en la adolescencia, y que, al encontrarse el


jovencito en proceso de desarrollo, no podría asumir la responsabilidad de su
propia sexualidad, pues no estaba preparado para ello. En últimas, tenía que ser
controlado por los padres sin que él tuviera claridad de lo que estaba sucediendo.
La sexualidad solo se ponía en práctica en el momento en que se daba inicio a
las relaciones sexuales, transmitiendo con esta creencia que se trataba de una
cuestión restringida a la vida adulta.

El tabú que marco por mucho tiempo la imposibilidad de hablar sobre la


sexualidad, fue creer que los temas relacionados con el “sexo” eran inadecuados,
pecaminosos o vulgares posteriormente la sociedad empezó a considerarlo como
un tema de competencia masculina, que solo se tocaba en la adultez y en un
ambiente ajeno a una relación de pareja establecida.

1.3 POR QUÉ ES DIFÍCIL HABLAR DE SEXO

Cuando se aborda el tema de la sexualidad, es activada una inmensa galería de


mitos transmitidos a lo largo de los años que el primer educador sexual es la
familia; sin embargo, cuando acometemos ese papel, el de ser educadores de
nuestros propios hijos, nos vamos inclinados a usar el esquema que fue adoptado
por nuestros padres haciendo que este patrón se repita generación tras
generación. Es probable que hayamos sido educados con tabúes acerca de la
sexualidad, encargados todos ellos de impedir que existiera una comunicación
abierta y clara, lo que infortunadamente nos conduce a transmitir igual diseño
educacional a nuestros hijos.

En el momento en que actuamos con la falsa convicción de que educar en la


sexualidad solo es realizable a través de información especializada, nos
encargamos, como padres, de negarnos esa invaluable concesión de participar en

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este proceso con los hijos y terminamos ignorando las oportunidades que se
presentan en el diario vivir de la relación familiar.

1.4 PRIMEROS EDUCADORES: LOS PADRES

Reiteradamente se ha mostrado que los hijos buscan en los padres a sus primeros
educadores. Cuando no encuentran apoyo a sus inquietudes, sierran las puertas
de la confianza y difícilmente vuelven a utilizar ese recurso en el futuro, con lo que
se hace posible el desaparecimiento de este canal de comunicación, tan valioso
para el fortalecimiento de los lazos entre hijos y padres.

Los maestros son los reforzadores de la obra realizada por los padres, razón por
la que es recurrente que acudan a estos, en aras de hallar información que
consolide o esclarezca las herramientas que ambas partes están proporcionando.

Uno de los mayores obstáculos que paralizan a padres y educadores, es la


concepción de que suministrar información a muy temprana edad conduce a los
niños a una conducta sexual precoz. Se trata de un temor sin sustento, pues en la
medida que el niño tenga suficiente información, acorde con sus facetas
vivenciales tendrá mayor probabilidad de asumir con responsabilidad y
tranquilidad su propia sexualidad.

2. LA SEXUALIDAD INFANTIL

La sexualidad infantil está siendo mirada a partir de los patrones de la adultez,


dejando descontextualizada la conducta psíquica y sexual del niño este hecho se
presenta a través de interpretaciones y calificativos inadecuados hacia cualquier
comportamiento de índole sexual en el niño. En este punto, las preocupaciones
hacen su arribo en los padres, con manifestaciones de dudad y conflictos internos
que pretenden esclarecer el carácter normal o anormal del más leve asomo
sexual, conductas que suelen ser catalogadas como “inmorales” o “perversas”. Lo
anterior interfiere directa y negativamente en el desarrollo psicosexual del niño.

Tratar de introducirlo en un ritmo más acelerado resulta inconveniente, pues el si


el niño no está preparado para abordar etapas que impliquen mayor madurez, se
le generará ansiedad y alteraciones.

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2.1 EL COMPORTAMIENTO DE NIÑOS Y NIÑAS

En la literatura, y en general en el lenguaje cotidiano, se usan indistintamente las


palabras genero y sexo. Sin embargo el concepto de “rol de género” hace
referencia a una serie de actitudes y costumbres consideradas apropiadas para
los individuos de un determinado sexo y que son consecuentes con el contexto
cultural y social del que son participes.

El término “sexo” nos traslada a las características genéticas y anatómicas propias


de lo masculino o lo femenino, es decir, a lo específicamente biológico.

Las implicaciones de la socialización son de tal relevancia, que en casos como el


de la diferencia prenatal anormal, que da como resultado la presencia física de
ambos sexos, el infante se orienta, debido a esta incidencia socializadora, hacia
un determinado sexo, aunque presente físicamente ambas condiciones sexuales.

Normalmente son los padres quienes, en primera instancia definen las reglas de
comportamiento a las que el niño o la niña deberán acogerse según lo que indique
su sexo. Se trata de una normativa que manifiesta incluso desde muy temprano,
desde el momento en que son consientes de la espera del nuevo ser, actitud que
se prolonga hasta su adolescencia. Así, al escoger los colores de su habitación o
de su ropa, los juguetes y demás objetos relacionados con dinámicas de juego,
introducen un desarrollo determinado en el bebe lo moldean y le refuerzan ciertos
esquemas comportamentales característicos de un sexo u otro. Más adelante
tanto los padres como las figuras más cercanas se convierten en modelos que el
niño imita, especialmente en lo referente a las conductas propias de la
individualidad masculina o femenina.

3. LOS JUEGOS SEXUALES

En su proceso de maduración, el niño necesita estar muy centrado en sí mismo


para luego ampliar su mundo al exterior, lo cual implica reconocer a los demás.
Siguiendo esta línea, vemos como los otros empiezan a ser objetos de curiosidad.
Ya no es tan importante conocer el propio cuerpo sino conocer el de los otros.

Empieza a escudriñar el cuerpo de los mayores, especialmente el de los padres, y


percibe claramente las diferencias físicas entre él y el adulto generando
nuevamente una tormenta de inquietudes. Igualmente los compañeros de clase se
convierten en objetos de exploración. Debido a esto es muy facial que terminen
jugando al doctor, al papa y a la mama, o a cualquier otra actividad que les
permita confrontar su desnudez y compararla con la del otro.

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Este tipo de juegos atemorizan al adulto en la medida en que este tiende a
dimensionarlos en el contexto de lo adulto. Pero, aunque los asimilemos en forma
correcta, no debemos ignorar la supervisión que merecen dichas actividades, con
el fin de evitar que se hagan daño, pues, en ocasiones los pequeños introducen
objetos en su cuerpo que los lesionan físicamente.

En esos juegos sexuales que permiten la exploración de la desnudes mutua, es


tan frecuente que el infante tenga acercamiento hacia chicos del mismo sexo,
como del sexo contrario. Ello no conlleva a implicaciones de carácter homosexual
o heterosexual, no está definiéndose su elección futura hacia una de las dos
vertientes. Se trata solamente de contactos preliminares e inherentes a proceso de
construcción de su autoimagen.

3.1 CUANDO LOS NIÑOS SE ACARICIAN

El contacto físico es la vía principal y también la más natural y espontanea para


expresar emociones a las personas que nos rodean. Es recordar que el primer
canal de conocimiento de niño es el táctil y se consolida como el medio que le
permite estar cerca del otro. Estudios realizados con adultos demuestran que
aquellos que tienen problemas con su sexualidad, fueron niños con carencias en
el contacto físico y las caricias.

Los contactos físicos enseñan al niño a relacionarse con los demás y son
importantes para el ajuste psicosexual de la edad madura. Es importante anotar
que el hecho de que el niño tenga contacto con niños de su mismo género no
significa que esté en peligro de ser homosexual

4. OBJETIVOS QUE DEBEN CUMPLIR LOS EDUCADORES SEXUALES

 Guiar al niño en la apropiación de valores y actitudes que le permitan su


desarrollo en una sexualidad placentera y responsable.
 Fomentar la adquisición de normas de convivencia y formas de
relacionarse, basadas en el respeto, la aceptación y la tolerancia.
 Informar sobre las funciones biológicas de su cuerpo y las reacciones
psicológicas.
 Reafirmar la aceptación y valoración de su individualidad masculina o
femenina.
 Mostrar al niño modelos responsables y flexibles sobre la sexualidad, las
relaciones de pareja, la familia, la maternidad y la paternidad.

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 Trasmitir una actitud positiva frente a los periodos de concepción,
embarazo, parto y lactancia.
 Preparar al niño con alegría, conocimiento y aceptación frente a los
cambios que ira viviendo a lo largo de las etapas de su vida.
 Motivar compromisos personales que le permitan aplicar en su cotidiano los
conocimientos y aptitudes adquiridos, responsabilizándose paulatinamente
de su comportamiento sexual.
 Estimular su capacidad de compartir y actuar responsablemente
preparándolo para la vida sexual de pareja, familiar y reproductiva.
 Crear un clima de diálogo, sensibilidad y confianza que facilite abordar el
tema de la sexualidad de manera tranquila y natural, en aras de que los
niños no encuentren obstáculos en el momento de pedir ayuda frente a una
duda o una situación de crisis.

4.1 PASOS HACIA UNA PLATAFORMA SANA

 Guiar al niño en la interiorización de valores y actitudes que le permitan el


desarrollo de una sexualidad placentera y responsable.
 Fomentar la adquisición de normas de convivencia y formas de relacionarse
basadas en el respeto y la tolerancia.
 Informar ampliamente sobre las funciones biológicas y psicológicas.
 Sembrar la importancia de valorarse como ser masculino o femenino.
 Mostrar al niño modelos responsables y flexibles de sexualidad, relaciones
de pareja, familia, maternidad y paternidad.
 Trasmitir una actitud positiva de procesos como la lactancia, concepción,
embarazo y parto.
 Preparar al niño con alegría y aceptación para los cambios que vivirá en las
diferentes etapas de la vida.
 Motivar compromisos personales para que aplique los conocimientos
adquiridos durante este proceso de educación sexual.
 Prepararlo para la vida sexual de pareja, familiar y reproductiva,
estimulando su capacidad de compartir y actuar responsablemente.
 Crear un clima de diálogo, sensibilidad y respeto frente al tema de la
sexualidad, de forma que el niño sienta plena libertad para abordarlo cuanto
lo requiera o pedir ayuda en momentos de dudas o crisis.

BIBLIOGRAFÍA

María Fernanda González Medina y María Elena López de Bernal, Sexualidad en


la educación, Gil editores.

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