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Malaria Salud Publica
Malaria Salud Publica
INTRODUCCION
La malaria es un importante problema de salud pública en el mundo. En muchas zonas
tropicales y subtropicales es la causa más importante de enfermedad y muerte y de disminución
de la capacidad productiva de sus habitantes. En las zonas de alta transmisión los adultos
suelen presentar un grado de inmunidad relativa que hace que no presenten manifestaciones
clínicas (portadores asintomáticos.
Existen cuatro especies que infectan al hombre, Plasmodium falciparum, Plasmodium vivax,
Plasmodium ovale y Plasmodium malariae.
Plasmodium vivax es la especie menos frecuente porque la gran mayoría de los habitantes
de piel negra son resistentes a la infección por esta especie debido a que no presentan
el factor Duffy en la superficie de sus eritrocitos, el factor Duffy es una proteina que funciona
como receptor de los parásitos, si no existe, la infección no es posible. En América la especie
más prevalente es P. vivax habitualmente sensible a la cloroquina, sin embargo, existen reportes
de cloroquino resistencia en algunos países (Colombia, Brasil, Perú), aspecto que también fue
referido fuera de América, en Papua Nueva Guinea.
Según la Organización Mundial de la Salud, se presentan entre 300 a 500 millones de casos
clínicos por año en el mundo, 80% de los cuales ocurren en Africa y se reportan 1 a 2 millones
de muertes, el 95% de las cuales ocurre en niños africanos. En América, la malaria se transmite
en 21 países, 11 de los cuales pertenecen a Sudamérica. La zona de mayor endemia
correponde a la amazonía y Brasil es el país que reporta el mayor número de casos.
1. DEFINICION
La Malaria o Paludismo es una enfermedad parasitaria provocada por protozoarios del género
Plasmodium, transmitida por la picadura de mosquitos hembra del género Anopheles.
Cuatro especies infectan al hombre: Plasmodium falciparum, Plasmodium vivax, Plasmodium
malariae y Plasmodium ovale. En las zonas donde circula más de una especie, no son raras las
infecciones mixtas. El hombre es el único hospedador habitual de estas cuatro especies y por lo
tanto el único reservorio (antroponosis).
El tiempo que transcurre entre la picadura del mosquito infectante con el consiguiente ingreso
del parásito en su forma de esporozoito al organismo del hombre, hasta la aparición de las
primeras manifestaciones clínicas (signos y síntomas), se denomina “periodo de incubación”.
El periodo de incubación es de
8 a 14 días en los casos de infección por P. vivax y P. ovale,
De 7 a 14 días en P. falciparum
de 12 a 30 días en P. malariae.
Por lo regular los gametocitos aparecen en el término de tres días después de iniciada la
parasitemia con P. vivax y P. ovale, y después de 10 a 14 días en el caso de P. falciparum. Los
hipnozoitos en infecciones por P. vivax y P. ovale son formas latentes que permanecen en los
hepatocitos y maduran meses o años después liberando merozoitos y producen recidivas.
El paludismo puede transmitirse también por transfusión de sangre infectada, por compartir
agujas y jeringas contaminadas en el caso de drogadictos endovenosos y por transmisión
congénita.
La mayoría de las veces, la similitud de las manifestaciones clínicas provocadas por diferentes
especies no permite hacer un diagnóstico específico sin recurrir al laboratorio. El cuadro clínico
en las infecciones por Plasmodium falciparum puede ser muy variado:
fiebre, diarrea,
escalofríos, dificultad respiratoria
sudoración, Cefalea
tos,
Y evolucionar e incluir:
Ictericia, Encefalopatía aguda,
Defectos de coagulación, Edema pulmonar y cerebral,
Choque, Coma
Coma
profundo
- Sin otra causa desencadenante
- Concomitante con la presencia de P. falciparum
- Persistente durante más de 30 minutos después de una convulsión
Parasitemia superior al 5%
- Ó mayor a 50.000 parásitos por microlitro (es posible ver esquizontes)
- Puede no aparecer en pacientes semiinmunes
- Tomar en cuenta la posibilidad de malaria cerebral con ausencia de parasitemia detectable por
gota gruesa y extendido sanguíneo (frotis)
Anemia
severa
- Normocítica
- Hematocrito menor de 15%
- Hemoglobina menor de 5 g/dl
Insuficiencia
renal
- Diuresis menor a 400 ml/24 horas (12 ml/kg/día en el niño)
- No solucionable con rehidratación
- Creatinemia mayor a 265 umol/l (mayor a 30 mg/dl)
Edema pulmonar o insuficiencia respiratoria
Hipoglicemi
a
- Inferior a 40 mg/dl (2,2 mmol/l)
Colapso circulatorio, sangrado espontáneo o coagulación intravascular diseminada
(CIVD
)
Acidemia y acidosis
- pH arterial menor a 7,25
- Bicarbonato menor a 15 mol
Hemoglobinuria macroscópica
LA MALARIA EN EL EMBARAZO
La frecuencia y la severidad de los accesos febriles por malaria son más importantes en
mujeres embarazadas.
La malaria durante el embarazo puede ser causa habitual de enfermedad y muerte materna,
sobre todo en las primigestas y multigestas (más de 5 embarazos). Puede provocar
aborto,
muerte fetal,
muerte neonatal,
parto prematuro,
retardo de crecimiento intrauterino (bajo peso al nacer < 2500 g) y
malaria congénita
La mujer embarazada es particularmente sensible a las infecciones principalmente los dos
primeros trimestres de la gestación y se presentan mayormente después del primer mes de
embarazo
Los aspectos que determinan la gravedad para la mujer embarazada están asociados a la
hipoglicemia, a la anemia y a la tendencia a hacer edema agudo de pulmón. La hipoglucemia,
es siete veces más frecuente en la gestante malárica que en la paciente no embarazada y tiene
sintomatología inespecífica; en casos severos se pueden presentar convulsiones.
La mayoría de las infecciones por P. falciparum se asocian a presencia de parásitos en la
placenta, que puede evidenciarse realizando los exámenes luego del. La presencia de
parásitos en la placenta se asocia habitualmente con bajo peso al nacer. El daño en la placenta
obstaculizaría el intercambio de nutrientes y oxígeno entre la madre y el feto conllevando a
retardación del crecimiento intrauterino (RCIU) y el consiguiente bajo peso en el nacimiento,
que se presenta inclusive en neonatos de madres asintomáticas.
El paludismo transmitido a través de la placenta es muy raro en el caso de una mujer semi-
inmune y las manifestaciones clínicas en el neonato y la presencia de parasitemia son
evidentes en las primeras semanas de vida.
La malaria durante el embarazo se asocia con frecuencia a mujeres sintomáticas y prematuridad
en las zonas de baja transmisión, contrariamente en las zonas de alta transmisión es más
frecuente el retardo de crecimiento intrauterino en mujeres asintomáticas. Los niños que han
nacido con bajo peso por retardo de crecimiento intrauterino presentarán un déficit de la
inmunidad celular, lo que constituye una mayor susceptibilidad a infecciones, particularmente a
la malaria
En zonas de co-endemia se presenta más temprano en la infancia que la terciana maligna. En las
zonas endémicas, la inmunidad pasiva transmitida de la madre al niño, es un factor protector
contra la malaria durante los primeros meses de vida.
El feto, el recién nacido y el niño sufren las consecuencias de la malaria adquirida durante el
embarazo, y sobre todo en el primer embarazo
LA MALARIA EN LA INFANCIA
La malaria en el niño menor de 5 años siempre debe considerarse una urgencia, principalmente
cuando corresponde a P. falciparum, porque 2% de los casos son severos y 1% mortal. Se
presenta con
Fiebre
vómitos constantes
diarreas frecuentes
dolor
disturbios abdominales que pueden simular un abdomen agudo
compromiso neurológico con agitación, delirio, alteraciones de la conciencia, torpeza y
convulsiones.
Son signos asociados el herpes labial, la tos y la palidez con anemia.
En el caso de P. vivax puede haber compromiso meníngeo sin alteraciones del líquido
cefalorraquídeo.
El riesgo de gravedad está siempre presente y puede ser rápidamente mortal (48 horas). Las
formas más severas se caracterizan por la triada fiebre, convulsiones y coma. Es habitual el
síndrome meníngeo, anemia, esplenomegalia, la hepatomegalia se presenta en 1/3 de los
casos y es de mal pronóstico.
Es una forma también grave de malaria de evolución mas o menos crónica que se presenta en
individuos reinfectados.
Las manifestaciones clínicas incluyen:
febrícula permanente (37,5 a 38°C),
subictericia o ictericia franca,
disnea,
astenia,
anorexia,
retardo del desarrollo pondo-estatural.
El principal signo es la esplenomegalia voluminosa, observable a simple vista. Hay caquexia
progresiva, la cual recupera espectacularmente al administrar el tratamiento etiológico adecuado.
COMPLICACIONES
FIEBRE BILIOSA HEMOGLOBINURICA
Es una complicación iatrogénica secundaria a la administración descontrolada e inadecuada de
quinina. Se produce por una hemólisis masiva con hemoglobinuria. Se inicia bruscamente,
habitualmente en personas con historia de tratamientos previos con quinina, hay escalofríos
intensos, dolor lumbar, angustia, fiebre, hipotensión, orinas color vino oporto, anemia severa,
incremento de la bilirrubinemia, hemoglobinuria e ictericia en los días siguientes. Puede llegar al
estado de choque y anuria, es mortal en un 30% de los casos.
NEFRITIS CUARTANA
Es un síndrome nefrótico secundario al daño glomerular severo por infecciones crónicas por P.
malariae. Las manifestaciones clínicas están asociadas al daño renal y clínicamente destaca el
edema generalizado, afectando principalmente párpados.
DIAGNOSTICO
La clínica y los antecedentes epidemiológicos nos permiten sospechar malaria, pero se debe
confirmar la presencia del parásito a través de diferentes procedimientos. El diagnóstico
etiológico es el diagnóstico de confirmación.
DIAGNOSTICO CLINICO
Basado en las manifestaciones clínicas. Corresponde a la presencia de un cuadro febril agudo o
antecedentes de fiebre reciente, asociado o no a otros signos y síntomas como sudoración,
cefalea, dorsalgia (dolor de espalda), dolor muscular y articular (mialgias y artralgias), nauseas,
vómitos, diarrea.
DIAGNOSTICO EPIDEMIOLOGICO
La procedencia o antecedentes de permanencia en lugares de transmisión activa ayuda al
diagnóstico clínico presuntivo de malaria. Es importante también el antecedente de haber
padecido malaria en el pasado, considerando la malaria recidivante por P. vivax y P. ovale.
DIAGNOSTICO ETIOLOGICO
Consiste en la detección del parásito mediante la observación de este o de sustancias que
confirmen su presencia (proteinas, anticuerpos). El diagnóstico etiológico se puede realizar con
los siguientes procedimientos:
DIAGNOSTICO MICROSCOPICO
Mediante la toma de muestras de sangre periférica para gota gruesa y frotis sanguíneo, que
luego son coloreadas, se puede identificar la especie de Plasmodium en sus diferentes fases
morfológicas.
Una variante es el QBC (Quantitative Buffy Coat), que permite detectar parásitos en sangre
periférica, a través de la concentración de éstos en la interfase glóbulos rojos/plasma mediante
microcentrifugación en tubos capilares y la búsqueda de éstos con microscopio de fluorescencia
que permite su identificación porque están coloreados con un colorante fluorescente (naranja de
acridina). Las desventajas principales son el costo por la dependencia de los materiales e
insumos de los fabricantes.
PRUEBAS RAPIDAS DE DIAGNOSTICO
Otras pruebas, como la inmunocromatografía conocidas como pruebas rápidas, permiten
detectar la presencia de P. falciparum mediante la identificación de la “proteína II rica en
histidina” (HPRII) y diferenciarla de las otras especies que producen antígenos comunes
(panmaláricos), estos proteínas pueden ser detectadas con una misma prueba o con pruebas
separadas.
Otras pruebas rápidas permiten detectar la enzima lactato deshidrogenasa o deshidrogenasa
láctica del parásito (pLDH), la enzima producida por P. falciparum tiene un diferente nivel
de migración en la prueba, que las producidas por las otras especies.
Las pruebas que detectan LDH son mejores porque solamente son positivas cuando hay
presencia de parásitos en sangre periférica, mientras que las que detectan HPRII. Existen
pruebas rápidas que detectan anticuerpos pero no son muy recomendadas, porque pueden ser
positivas (por la memoria inmunológica) inclusive después de haberse eliminado los parásitos.
DIAGNOSTICO MOLECULAR
Las pruebas moleculares como la reacción en cadena de la polimerasa (PCR) que permiten
detectar el ADN de los parásitos son las técnicas de punta y además del diagnóstico, son muy
útiles en investigación de la resistencia a los antimaláricos identificando genes asociados a esta
situación y para el estudio de las cepas de parásitos circulantes en determinadas regiones.
TRATAMIENTO
Muchos antimaláricos han sido y son utilizados para el tratamiento de la malaria. Los esquemas
de tratamiento dependen de las especies de parásitos circulantes en las zonas de endemia. En
los países de la Amazonía se pretende llegar a una estandarización de los esquemas de
tratamiento en el futuro. En Bolivia, la Política Nacional de Medicamentos Antimaláricos del
Ministerio de Salud y Deportes, define para el nivel nacional los esquemas de tratamiento, que
son gratuitos y serán detallados en el Manual de Tratamiento más adelante.
La elección del esquema de tratamiento dependerá principalmente de la especie de parásito y
de la gravedad de la enfermedad, considerando además la edad del paciente y si existe
embarazo en el caso de las mujeres en edad fértil. A continuación hacemos un listado de los
principales antimaláricos existentes:
Quinina y sus derivados: Derivados del azul de metileno:
- Quinina, Quinidina, Quinimax® - 8 Aminoquinoleinas: Primaquina
(combinación de quinina, quinidina,
- 4 Aminoquinoleinas: Cloroquina,
cinchonina, cinchonidina)
Amodiaquina
Antifolatos y antifolínicos:
- Biguanidinas: Proguanil
- Sulfamidas: Sulfadoxina
- Sulfonas: Dapsona
- Diaminopirimidinas: Pirimetamina
Antibióticos:
- Tetraciclina, Doxiciclina, Clindamicina,
Azitromicina
Amino-alcoholes de síntesis:
- Mefloquina
- Halofantrine
- Lumefantrine
Artemisinina y derivados:
- Artemisinina
- Dihidroartemisinina
- Artesunato
- Artemether
- Arteether
- Acido artelinico
PROFILAXIS Y CONTROL
CONTROL VECTORIAL
Uso de ropa que cubra la mayor parte del cuerpo al atardecer y durante la
noche. Sin embargo los mosquitos pueden picar a través de la ropa delgada.
El tratamiento oportuno y eficaz de los casos constituye un elemento fundamental para controlar
el paludismo y la estrategia más importante en Bolivia.
QUIMIOPROFILAXIS
Imponer y mantener medidas sanitarias rígidas contra los mosquitos en todos los puertos y
aeropuertos dentro del radio de vuelo de los insectos.
El paludismo es una Enfermedad objeto de Vigilancia por la Organización Mundial de la Salud
(OMS), pues se considera un elemento esencial de la estrategia mundial de atención primaria
de salud.
LA MALARIA EN BOLIVIA
La malaria es un problema prioritario de salud pública en Bolivia, hay transmisión en ocho de los
nueve departamentos del país. La mayor epidemia se registró el año 1998, con 74.350 casos,
24 muertes y una incidencia parasitaria anual (IPA) de alto riesgo (28 casos por cada mil
habitantes). Desde 1998, se presentó una marcada reducción en la incidencia. Entre 1998 y
2003 se registraron 206.240 casos y 92 muertes.
Las especies identificadas son P. vivax (terciana benigna) y P. falciparum (terciana maligna). P.
malariae fue reportado antiguamente pero actualmente no se tiene evidencia certificada de su
presencia. La infección predominante es por P. vivax siendo la más dispersa en el territorio
nacional, se transmite en todos los departamentos del país, excepto Oruro. P. falciparum está
circunscrito a la amazonía boliviana en los departamentos limítrofes con Brasil y Perú (Pando y
Beni y norte de La Paz y Santa Cruz). Probablemente muchas infecciones por P. falciparum,
notificados en Beni y Pando fueron adquiridas en el norte de La Paz.
En el presente, solamente alrededor del 5% de los casos son debidos a infecciones por P.
falciparum, esta especie pone en peligro la vida del paciente en ausencia de un tratamiento
específico y oportuno. La gran mayoría de los casos corresponden a infecciones por
Plasmodium vivax. Existe resistencia de P. falciparum a la Cloroquina y
Sufadoxina/Pirimetamina.
La tasa de mortalidad por malaria en 1998 fue de 24 x 10,000. En los últimos años se destaca
para Bolivia la existencia de una tendencia muy baja en las infecciones causadas por P.
falciparum y de la mortalidad atribuible a esta especie. Esta situación se debe al fortalecimiento
de la vigilancia y control de la malaria en la región amazónica y a la introducción de la terapia
combinada con Mefloquina más Artesunato a partir del año 2002, con base en los resultados de
la investigación de eficacia de estos antimaláricos realizada durante el año 2001. El reto actual
para el país, es sostener la baja frecuencia de P. falciparum y reducir la morbilidad causada por
P. vivax, que sigue siendo elevada.
IPA = incidencia parasitaria anual = número de casos de malaria por cada 1000
habitantes en zonas de transmisión.
IPA = número de casos
población en riesgo
MANEJO DE LA MALARIA
Caso sospechoso: Toda persona que reside en área endémica o procede de ésta y que
presenta cuadro febril actual o reciente, acompañado ó no de otras manifestaciones clínicas
como escalofríos, sudoración, dolor muscular (mialgia), dolor de cabeza (cefalea), etc. También
se incluye como sospechoso a toda persona que presente las manifestaciones clínicas
anteriores y tenga el antecedente de haber enfermado malaria, aun cuando no se encuentre
ahora, ni tenga el antecedente de haber permanecido recientemente en zona endémica.
Caso confirmado: Es un caso sospechoso con confirmación por laboratorio (gota gruesa y
extendido sanguíneo ó prueba rápida).
Todo caso en que se pone en evidencia la presencia de formas asexuadas de
Plasmodium en sangre periférica, aunque no presente signo-sintomatología.
Todo caso sospechoso con una reacción positiva a pruebas rápidas o PCR, aunque no se
detecten parásitos en sangre periférica mediante frotis y gota gruesa.
Caso autóctono: Es un caso confirmado, cuya infección ocurrió en la misma jurisdicción
geográfica donde fue atendido.
Caso importado: Corresponde a un caso confirmado, cuya infección ocurrió en otra jurisdicción
geográfica de donde fue atendido.
Enfermo: Todo paciente infectado con formas asexuadas de Plasmodium que presente
manifestaciones clínicas de malaria.
Portador asintomático: Todo humano infectado con formas asexuadas de Plasmodium que no
presente manifestaciones clínicas de malaria.
Objetivo general:
Metas:
Estrategias:
- Recursos humanos del sector salud capacitados para el diagnóstico y tratamiento de casos y
para la implementación de las intervenciones con participación comunitaria.
- Disponibilidad de centros de diagnóstico y tratamiento y de medicamentos en las Redes de
Servicios de Salud.
- Es responsabilidad de los centros de atención notificar la presencia de casos, brindar la
atención individual y evaluar la calidad de la misma.
- Es responsabilidad de los funcionarios que atienden casos de malaria, registrar la información
de diagnóstico, tratamiento de casos y muertes en el establecimiento de salud correspondiente
a la jurisdicción. El establecimiento de salud remite esta información a la Gerencia de Red de
Servicios, allí se consolida y analiza por el equipo técnico y se notifica a la oficina departamental
del SNIS.
DEFINICION DE ACCIONES TECNICAS
o Toda persona que en área endémica para malaria ó procedente de ella, tenga fiebre o
antecedentes recientes de fiebre.
o Todo niño menor de cuatro años con enfermedad diarreica aguda ó enfermedad
respiratoria aguda en área endémica o procedente de ella.
o Todo recién nacido producto de madre con malaria durante el embarazo: del cordón
umbilical y repetirla a los siete días.
o Todo paciente con sospecha de malaria con gota gruesa y extendido negativos,
debe tomársele gota gruesa y extendido diariamente por tres días y si continúa
negativo se debe descartar otra enfermedad.
- El tratamiento de la malaria causada por P. falciparum debe hacerse supervisado, bien sea
que el paciente acuda todos los días a la institución de salud ó que el funcionario de salud ó
colaborador voluntario lo visite en su casa y asegure la realización completa del tratamiento.
- A todo paciente con malaria se le debe tomar una muestra de control de gota gruesa y
extendido sanguíneo luego de terminar el esquema de tratamiento.
- A todo paciente hospitalizado con diagnóstico de malaria se le debe hacer un control diario de
gota gruesa y extendido sanguíneo hasta obtener dos muestras consecutivas negativas,
posteriormente se le debe hacer un seguimiento de la parasitemia siguiendo el protocolo de la
Organización Mundial de la Salud de 28 días.
Manejo Ambulatorio:
- A todo paciente con diagnóstico parasitológico positivo se le debe iniciar tratamiento de
acuerdo con el esquema correspondiente.
- El tratamiento de malaria por P. vivax, no requiere hacerse de manera supervisada, pero si se
le debe dar una adecuada instrucción verbal y escrita al paciente y su familia, para asegurar
una adherencia adecuada al tratamiento; además se le debe citar por escrito a un control de
gota gruesa y extendido, luego de terminado el tratamiento.
- Los medicamentos antimaláricos que se entreguen al paciente ó responsable de éste, deben
empacarse en bolsa plástica cerrada, para evitar su deterioro, incluyendo una instrucción
detallada de la forma de toma de los medicamentos. Lo más recomendado es que se entreguen
tratamientos completos individuales pre-empacados de fábrica, pero esto aun no está disponible
en Bolivia, lograr esto es una prioridad.
Manejo hospitalario:
El manejo hospitalario con uso de mosquitero (en zonas endémicas), hasta obtener una gota
gruesa negativa, está indicado en:
- Pacientes con malaria grave o complicada, con compromiso renal, hepático, hemorrágico o
cerebral.
- Pacientes con recuento mayor de 50.000 formas asexuadas de P. falciparum por microlitro o
5% de parasitemia.
- Menores de un año de edad y embarazadas con diagnóstico parasitológico de malaria por P.
falciparum.
- Al egreso hospitalario ó cuando se tengan los resultados de laboratorio debe clasificarse el
caso como confirmado o descartado, para su adecuado registro estadístico.
A nivel comunitario:
En zonas endémicas:
- Se realizará investigación epidemiológica en todo caso de defunción con diagnóstico probable
o confirmado de malaria; se hará búsqueda activa de casos entre los convivientes y contactos
cercanos y se enviará el informe correspondiente al Responsable Departamental del Programa
de Malaria, quién deberá hacer llegar éste al Programa Nacional.
- Se realizará educación a la familia y al resto de la comunidad sobre la transmisión de la
enfermedad, síntomas, importancia del tratamiento, identificación y control de factores de
riesgo, detección de focos para intervención con control químico, rociamiento de acción
residual, uso de mosquiteros y protección de viviendas.
En zonas no endémicas:
- Si se trata de un caso autóctono, realizar investigación epidemiológica de caso, para
determinar el foco y la fuente de infección.
- Realizar estudio entomológico para detección del vector, control de criaderos y rociado
residual en las viviendas del posible foco de transmisión.
- Ejecutar campaña educativa en la comunidad para que participen en el control de la
enfermedad.
- Si el caso es importado de un área endémica, no requiere investigación epidemiológica de
caso, pero sí aislamiento protector con mosquitero durante el tratamiento hasta obtener gotas
gruesas y extendido sanguíneo de control negativos.
DIAGNOSTICO DE LABORATORIO
En nuestro medio hay que considerar las posibilidades de infección transfusional y las
recidivas que pueden ocurrir por infecciones previas causadas por P. vivax, principalmente si
el paciente no ha completado el esquema de tratamiento con primaquina. En las zonas
subtropicales y tropicales muchos procesos febriles, como los causados por enteropatógenos,
arbovirus, hepatitis virales e infecciones respiratorias, pueden simular malaria. Es conocido que
a nivel nacional el índice de láminas positivas, que generalmente corresponde al porcentaje de
los febriles que se les confirma malaria, es actualmente del 9,1%; además hay que tener en
cuenta que en las zonas de mayor transmisión, las manifestaciones clínicas de la malaria
pueden ser poco características.
Diagnóstico parasitológico
Consiste en detectar la presencia del parásito mediante la observación directa de éste en
cualquier fase de su desarrollo (frotis sanguíneo y gota gruesa) ó de sus componentes ó
metabolitos (inmucocromatografía y biología molecular) ó de la respuesta inmunitaria que el
parásito induce en el organismo (serología).
El método de diagnóstico directo que permite visualizar mediante microscopía al parásito, es el
más específico en el diagnóstico de la malaria porque permite definir la especie de
Plasmodium, detectar infecciones mixtas, detectar al parásito en sus diferentes etapas de
desarrollo, reconocer portadores asintomáticos, reservorios de la enfermedad, cuantificar la
densidad parasitaria y valorar ésta en función de la evolución clínica de los pacientes.
Extendido sanguíneo ó frotis: Este procedimiento permite observar todos los elementos
formes de la sangre y los parásitos que se puedan encontrar en el interior de los glóbulos rojos.
A diferencia de la gota gruesa, con el extendido se separan los elementos formes logrando una
extensión delgada de una sola capa de células separadas entre sí, las cuales podrán ser
coloreadas y permitirán reconocer su tamaño, su forma, su coloración, la presencia en su
interior de parásitos y otras inclusiones, la forma, disposición y relación de estas estructuras
intracelulares con el glóbulo rojo (particularmente de los parásitos).
Inmunocromatografía
Las pruebas de inmunocromatografía son conocidas también como pruebas de diagnóstico
rápido, en inglés “dipsticks”. Consisten en la detección de moléculas o productos de excresión
del parásito circulantes en sangre periférica y pueden aplicarse en sangre total, suero o plasma.
Estas sustancias producidas por los parásitos pueden ser detectadas por anticuerpos
monoclonales específicos que se encuentran en el paquete de la prueba (“kit”). Debe anotarse
que en presencia de altas parasitemias por P. vivax, las pruebas que detectan la PfHRP2
pueden dar positivo a P. falciparum (falso positivo).
Estas pruebas son muy útiles cuando no se dispone de microscopía y personal capacitado, su
mayor ventaja está en la facilidad de su ejecución y lectura. La mayoría de ellas no permite
discriminar entre presencia de solamente gametocitos (reservorios) y formas asexuadas ni
detectar infecciones mixtas de P. falciparum con otras especies.
Diagnóstico molecular
Consiste en la detección de parte del genoma del parásito (ADN) mediante procedimientos de
biología molecular. Su aplicación es útil en las parasitemias bajas e investigaciones de campo
(reacción en cadena de la polimerasa = PCR), además permite investigar específicamente la
presencia de genes asociados a la resistencia a los antimaláricos
Diagnóstico serológico
Existen pruebas serológicas que permiten poner en evidencia la presencia de anticuerpos
contra los parásitos, las técnicas utilizadas con más frecuencia son la Inmunofluorescencia
indirecta (IFI) y la prueba de ELISA, sin embargo no se aplican en el diagnóstico de rutina.
Bibliografia
Programas del ministerio de salud pag 1-42