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Bill Green - Del Escritorio Al Púlpito
Bill Green - Del Escritorio Al Púlpito
http://www.iglesiareformada.com/Green_Escritorio_Pulpito.html
Guillermo Green
September 2001
La Palabra de Dios no sólo permanecerá más allá que este mundo, sino que es
efectiva. El autor a los Hebreos la asemeja a una espada cortante de dos filos, y
discierne los pensamientos y las intenciones del corazón (Hebreos 4:12). Por
medio del profeta Isaías Dios declara que su Palabra es tan efectiva como la
lluvia que hace crecer las hierbas, así su Palabra cumple los propósitos con los
cuales es enviada (Isaías 55:10,11). Muchos otros pasajes de la Biblia testifican
que la Palabra de Dios no es limitada a las debilidades de los hombres.
La presencia íntima de Dios tuvo un impacto sobre Moisés que duró toda su
vida. Moisés pidió ser borrado del libro de la vida antes que las promesas de
Dios fallaran. Su ser entero estaba absorbido con la gloria del Nombre de Dios.
No quería que las naciones se burlaran de Dios y su pacto, no quería que los
incrédulos tuvieran motivo de blasfemar. La gloria resplandeciente en el rostro
de Moisés no era algo sólo en la superficie de su piel - profundizaba a la parte
más íntima de su alma, y consumía todo su ser. Y a pesar de las fallas humanas
de Moisés, el libro de Hebreos nos recuerda que Moisés fue “fiel en toda la casa
de Dios” (Hebreos 3:2). Una pasión por Dios y su gloria consumía a Moisés, y lo
llevó hasta la muerte en el servicio de sus propósitos.
El celo por su Padre consumió a Jesús. La pasión por la gloria de Dios que
compartían los profetas era sólo una sombra de la pasión que tuvo el Hijo.
Desde los 12 años encontramos a Jesús apasionado por la obra que su Padre le
había encomendado. Jesucristo realizó todo su trabajo de todo corazón - nada
fue hecho a medias. Amonestó fuertemente a los que profanaban el templo, y
recibía con ternura a los pecadores arrepentidos. Ni siquiera podía ver masas de
gente y quedarse apático ante ello; nos relata el Evangelio que Jesús vio las
multitudes, “y tuvo compasión de ellas, porque estaban desamparadas y
dispersas como ovejas que no tienen pastor” (Mateo 9:36). Nada que hizo el
Señor carecía de pasión, de intensidad, de identificarse con la misión de su
Padre.
Leemos en Hechos 2 que Pedro le decía con profunda sinceridad a los judíos
que se arrepintieran de sus pecados, porque el Jesús que habían crucificado
ahora vive y vendrá como juez.
En primer lugar, tu necesitas pasión para ti mismo. Si tu eres predicador, tal vez
crees que basta que prediques la Biblia de manera responsable y pastorees a tu
rebaño. Pero mi hermano, habrá ocasiones cuando se requerirá valor más que
exégesis cuidadosa. Habrá ocasiones cuando se necesita la compasión antes
que exposiciones lúcidas de la Biblia. La esencia del Cristianismo incluye más
que la comunicación intelectual de verdades - se trata también de la convicción,
la confianza, el denuedo - en otras palabras, la pasión. Primero tu y yo
necesitamos de una pasión por Dios, su gloria, y por nuestra misión.