Está en la página 1de 1

ES TIEMPO DE METERSE EN EL RIO DE DIOS

Ezequiel 47
Un mensaje sobre como estará la iglesia justo antes de la venida del Señor.

El profeta Ezequiel recibió una visión increíble. Las Escrituras dicen que la mano de Dios llevo a Ezequiel a
la misma cima de una montaña, donde se le apareció un hombre “…cuyo aspecto era como aspecto de
bronce” (Ezequiel 40:3). Juan describe una visión similar de un hombre que se le apareció en la Isla de
Patmos: “y sus pies semejantes al bronce bruñido, refulgente como en un horno” (Apocalipsis 1:15).

Por supuesto que el hombre en ambos pasajes no es otro sino Cristo mismo. Él llevó a Ezequiel a la puerta
de la casa de Dios, donde él le dio al profeta la maravillosa visión. Era una visión del futuro del pueblo de
Dios, revelando lo que el cuerpo de Cristo seria mientras se acercaban los últimos tiempos. Ezequiel
escribe:

“Me hizo volver luego a la entrada de la casa; y he aquí aguas que salían de debajo del umbral de la
casa hacia el oriente; porque la fachada de la casa estaba al oriente; y las aguas descendían de
debajo hacia el lado derecho de la casa, al sur del altar…

“Y salió el varón hacia el oriente, llevando un cordel en su mano; y midió mil codos, y me hizo pasar
por las aguas hasta los tobillos. Midió otros mil, y me hizo pasar por las aguas hasta las rodillas.
Midió luego otros mil, y me hizo pasar por las aguas hasta los lomos.

“Midió otros mil, y era ya un río que yo no podía pasar, porque las aguas habían crecido de manera
que el río no se podía pasar sino a nado. Y me dijo: ¿Has visto, hijo de hombre?…

“Y junto al río, en la ribera, a uno y otro lado, crecerá toda clase de árboles frutales; sus hojas
nunca caerán, ni faltara su fruto. A su tiempo madurara, porque sus aguas salen del santuario; y su
fruto será para comer, y su hoja para medicina.” (Ezequiel 47:1, 3-6, 12).

Ahora bien, imágenes de agua en la Biblia casi siempre representan el Espíritu de Dios. Esta visión
claramente revela un derramamiento poderoso del Espíritu Santo en los últimos días. La visión fue tan
poderosa, tan abrumante en su alcance, que Ezequiel no la comprendía. El ni siquiera podía comentar
acerca de su significado; lo único que podía hacer era reportarlo. En efecto, antes que la visión terminara,
el Señor se detuvo y le pregunto a Ezequiel, “¿Has visto,…?” (47:6).

Dios le preguntaba a Ezequiel, en esencia, “¿Puedes comprender la magnitud de lo estas viendo? ¿Eres
capaz de comprender el poder profético de esta visión? ¿Puedes ver de lo que hablan estas aguas
crecientes, como indican la forma en que todas las cosas terminaran? Dime, Ezequiel, ¿puedes ver la
gloria de la venida del Señor en esta visión? Sé que esta revelación es terrible y espeluznante para ti. Pero
no quiero que pierdas su verdadero significado.”

Exactamente, ¿qué es lo que el Señor revela en esta visión profética?

Viene un derramamiento
creciente del Espíritu Santo.

Esto era lo que le fue mostrado a Ezequiel: En los últimos días, la iglesia de Jesucristo será más gloriosa,
mas victoriosa, que en toda su historia. El verdadero cuerpo del Señor no se debilitara. No menguara en
números, o disminuirá en poder o autoridad espiritual. No, su iglesia se ira en una llama de poder y gloria.
Y gozara de la más plena revelación de Jesús jamás vista.

También podría gustarte