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El Algodón Integrado

Alberto Quintanilla

El algodón es una planta que ha tenido una gran utilidad en el

mundo. En Asia, Africa o América Latina, este producto tiene raíces

muy profundas en el campo de textiles y nutrición. En el Perú, por

ejemplo, la cultura del algodón viene desde épocas prehispánicas.

Específicamente, la cultura Paracas tuvo maestría en el cultivo y en las

diversas aplicaciones en vestimenta y medicina. Analizando las

referencias, se puede inferir que hay dos aproximaciones hacia el

algodón: una lo considera como producto comercial, y otra como

producto cultural. En este trabajo se busca iniciar un análisis integral

para entender el futuro del algodón en la globalización y los cambios

climáticos actuales. La pregunta de este trabajo sería: ¿Cuál es el valor

de la ciencia en la innovación del mercado del algodón ? Como hipótesis

se puede resaltar una relación directa: a mayor investigación científica y


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holística, mayores oportunidades de innovación en la producción y en el

consumo del algodón.

Los algodones son plantas herbáceas o más o menos leñosas.

También existen especies perennes y casi arbóreas, que pueden alcanzar

tres o cuatro metros de altura. Su tallo es recto y ramificado con mucha

regularidad. Las hojas, alternas y grandes, tienen un peciolo largo. Las

flores son grandes, aisladas y generalmente de color amarillo. El fruto es

una cápsula o bellota coriácea y oval. Según Masías (2000), “el algodón

pertenece a un sistema biológico llamado asimétrico, característica que

le permite ampliar el grado de adaptabilidad” (p.12).

El cultivo del algodón es antiquísimo en distintos lugares de la

tierra. Limus (2001) y Díaz (2006) sostuvieron que el algodón tiene

genética de antigua data. En la India, se remonta a épocas muy lejanas.

Luego pasó a la península malaya, persia y de otros países vecinos. En

el siglo IX los musulmanes introdujeron el algodón en Calabria, Sicilia,

España y otros lugares del Mediterráneo. Cuando los europeos llegaron a

América, encontraron algodón cultivado y manufacturado en México,


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Perú y Brasil. Como se puede ver, esta densidad histórica es central para

entender el proceso del algodón.

El cultivo está difundido en las regiones tropicales y cálidas del

mundo. Los principales productores son Egipto, Sudán, China, India,

Unión Soviética, México, Brasil, Argentina, Perú y Estados Unidos. Si

bien el clima es un factor importante, la tecnología de producción en

estos países o regiones es otro componente central a considerar para

potenciar el factor ambiental.

En el valor de uso, el algodón es la materia textil más ampliamente

empleada en el mundo. En Asia o India se fabricaron telas o muselinas.

En Africa, las estofas de algodón y la mezcla de seda tuvieron una

importante expansión. En América, los mantos fueron una industria

generalizada. Y Europa fue uno de los grandes centros de articulación de

estos múltiples desarrollos debido a sus procesos imperiales.

El algodón también tiene una historia en los rubros de nutrición y

medicina. Según, Limus (2001), el desarrollo del cultivo de algodón


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llevó a descubrir el valor de sus aceites. Asia, Africa, América y Europa

emplearon esta sustancia para cocinar alimentos, especialmente en la

domesticación de verduras (Díaz, 2006). Este uso nutricional también

permitió su aplicación en el campo medicinal. Masías (2000) argumentó

que la diversidad de culturas descubrió lentamente que el aceite

ayudaba, por ejemplo, en el tratamiento de problemas dermatológicos.

Integrar estas diversas dimensiones del algodón es central porque

permite entender los complicados retos que enfrentará el algodón en el

futuro. La dimensión biológica nos abre un debate sobre su perfil

genético y sus grados de adaptabilidad histórica y regional (Masías,

2000). El aspecto textil está vinculado, por ejemplo, a los procesos de

industrialización y al futuro del vestido en general (Limus, 2001).

Finalmente, la dimensión nutricional y medicinal nos abre una línea de

investigación sobre las intervenciones en las dietas y en la conexión

entre medicina científica y tradicional.


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En conclusión, el presente ensayo se articula en base a una pregunta

central: ¿cuál es el aporte de la ciencia al mercado del algodón? Se ha

respondido a esta interrogante mediante un argumento: el método

holístico aumenta la probabilidad de crear innovaciones en la

producción, la distribución y el consumo del algodón. La contribución

de este trabajo consiste, entonces, en desarrollar los principios de una

metodología holística para su posterior aplicación económica. La

producción del algodón requiere de una comprensión integral para

diseñar, por ejemplo, una nueva estrategia de cultivo, de tecnología de

semillas y de industrialización, y así enfrentar los retos actuales .


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Referencias

Díaz, J. (2006). Dimensiones del algodón. Madrid, España: Anagrama.

Limus, N. (2001). Historia genética. México D.F., México: Postman.

Masías, G. (2000). La biología del algodón. Lima, Perú: Alfanam.


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Citas

“The study also showed that there was a high rate of comorbidity with

alcohol abuse or dependence and major depression” (Kessler & Daly,

2007, p.15).

Se considera que el arousal es un factor clave en la modulación del

efecto del foco atencional ( Hansen & Hansen, 1988; Pratto & John,

1991; Raiman & McNally,1995).

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