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SECRETO PROFESIONAL

2019
ETICA Y MORAL
SECRETO PROFESIONAL DEL INGENIERO CIVIL

El secreto profesional es la obligación legal que tienen ciertas profesiones de


mantener en secreto la información que han recibido de sus clientes. Al contrario
de lo que ocurre con tipos de deberes de confidencialidad, el secreto profesional
se mantiene incluso en un juicio.
Entre estos profesionales, cabe citar como casos más típicos el abogado,
el médico, el psicólogo, el periodista o el trabajador social. Sin embargo, también
puede haber otros casos de asesores o servicios que tengan ese tipo de obligación,
por ejemplo los asesores fiscales (a veces incluidos dentro de los abogados) o las
compañías de seguros.

Antecedentes históricos

El secreto en las profesiones ha tenido un tratamiento desde antiguo en las


diferentes costumbres y legislaciones. En el juramento Hipocrático se menciona
– “todo lo que viere u oyere en mi profesión o fuera de ella, lo guardaré con sumo
sigilo”. El juramento hebreo de Asaf que data de los siglos III y VII reza “no
revelarás secretos que se te hayan confiado”, la tradición católica da un lugar
especial a la confidencialidad en el Sacramento de Reconciliación o Confesión
(Secreto de Confesión).
Pero para muchos analistas del tema, el secreto impuesto a determinadas
actividades deviene de la época de los romanos. Por supuesto, aplicado en
términos generales primero y luego en forma más específica a ciertas profesiones.
En esa época existían dos formas de explicar la existencia de este secreto
profesional: la «comiso», en virtud de la cual la obligación de secreto se imponía
debido a la existencia de una convención anterior a la confidencia, lo cual hacía
convertir el acto de confidencia y recepción en una especie de pacto. La otra forma
era la «promisor», que, al revés de lo antes señalado, suponía que primero se
entregaba la confidencia y luego, inmediatamente de recibida, nacía para el
depositario, por el solo hecho de la confidencia, la obligación de no revelarla. En
el Corpus Juras del Derecho Romano, Digesto, (Ley 25 de Test. XXII, V) se hace
referencia a la obligación de no propalar secretos respecto de abogados,
procuradores y escribanos.
En la actualidad todas las profesiones establecen de diferentes maneras y en
forma continua el derecho de las personas a la confidencialidad de aquellas
informaciones obtenidas a lo largo de la relación con un profesional.
Modernamente los códigos consideran que esta norma no es absoluta, es decir,
que se consideran que hay situaciones particulares en las cuales no es obligatorio
el secreto profesional, incluso en muchos casos se fijan explícitamente aquellas
excepciones a la norma.

Justificación del secreto profesional


El secreto profesional es una obligación de confidencialidad, que se impone por
la necesidad de que exista una absoluta confianza entre el profesional y quienes
acuden a solicitar sus servicios. Por ejemplo, un acusado no podría contar toda la
verdad a su abogado si luego se pudiese obligar al abogado a declarar como
testigo lo que le ha contado.
En otros casos, como el de los médicos, el secreto profesional se basa en el respeto
a la intimidad del paciente.

Casos similares
Existen casos paralelos pero con algunas diferencias en ciertas figuras religiosas
como los sacerdotes.
Los sacerdotes tienen la obligación de mantener el secreto de confesión. Dicha
obligación, sin embargo, es paralela a la ley, y deberá ser refrendada por el
ordenamiento jurídico para que tenga validez ante el juez (lo cual ha planteado
más de un problema a los sacerdotes citados como testigos).
La obligación de ese tipo, por lo tanto, es esencialmente moral, y no jurídica, y
suele abarcar más de lo que abarca el secreto profesional propiamente dicho. Por
ejemplo, el secreto de confesión impide a un sacerdote revelarlo, incluso cuando
esté en peligro su propia vida, lo cual no ocurre en el secreto profesional.

Clasificación del secreto profesional


Existen tres clases de secretos:

1. El secreto natural es independiente de todo contrato, se extiende a todo


lo que, ya sea descubierto por casualidad, por investigación personal o por
confidencia, y no puede divulgarse. Aunque el depositario del secreto no
haya prometido guardar secreto, ni antes ni después de habérsele
manifestado el hecho o de haberlo descubierto, está obligado a callar, en
virtud del precepto moral que prohíbe perjudicar a los demás sin motivo
razonable.

2. El secreto prometido nace de un contrato, de la promesa de guardar


silencio después de haber conocido el hecho, ya sea por casualidad, por
investigación personal o por confidencia espontánea o provocada. Un
mismo secreto puede ser a la vez natural y prometido. Será natural cuando
la cosa de suyo requiera sigilo, pero si además va acompañado de una
promesa, también será prometido.

3. El secreto confiado también dimana de una promesa explícita o tácita


hecha antes de recibir la confidencia de lo que se oculta. Se le comunica
que previamente ha prometido, expresa y tácitamente por razón de su
oficio o al menos de las circunstancias, guardar silencio, y le es participado
lo que se mantenía oculto, añadiendo que se le revela confiado en su
promesa bajo el sello del secreto. El secreto pasa entonces a ser
estrictamente confidencial o profesional; confidencial, cuando la
confidencia se ha hecho a un hombre que está obligado por razón de su
oficio a prestar ayuda o a dar consejo. Profesional cuando se ha confiado,
ya de palabra, ya en sus acciones, a un hombre a quien su profesión obliga
a asistir a los demás con sus consejos o cuidados, por ejemplo: abogado,
contador, médico, sacerdote, consejeros de oficio.

Personal Humanista

1. Conciencia de la dignidad personal a fin de ser abierto hacia los demás,


respetuoso de la dignidad de ellos y solidario en todo problema que le afecte.
2. Capacidad de comunicarse con los demás, mediante relaciones
interpersonales para dialogar, comprender, intimar, servir y dirigir, siendo
flexible y manifestando en su capacidad crítica su decidido respeto por las
convicciones de los demás.
3. Apertura a los valores de otras disciplinas y carreras diferentes a la suya, de tal
manera que asimile el valor de la libertad, la justicia, el ejercicio y la bondad, y
convencido de ello, dar testimonio de dichos valores y los promueva.
4. Responsabilidad, libertad y compromiso, para ser capaz de deliberar, de optar
libremente y de actuar en función de sus valores, siendo responsable de sus
decisiones ante sí mismo y saber comprometerse con las personas y ser fiel a sus
compromisos.

Social Humanista
1. Conciencia de los problemas nacionales,
preocupándose por conocerlos para
contribuir con su actividad profesional y
humana a la solución de los mismos.
2. Compromiso con la preservación y
conservación del medio ambiente y de
eliminar al máximo la contaminación, de
modo que siempre tengan en mente
el equilibrio de los ecosistemas y la
promoción de una cultura del
medio ambiente.
3. Logro de un desarrollo sustentable,
tomando en cuenta lo que se va a dejar
en materia de recursos naturales a las nuevas generaciones.
4. Actitud de solidaridad y justicia social, sintiéndose obligado a promover la
justa distribución de oportunidades, de poder de decisión y de riqueza, así como,
buscar soluciones prácticas y realistas en su trabajo profesional.
5. Participación en forma organizada en la solución de los problemas sociales, a
través de las organizaciones de las que forma parte, para promover el bien
común.
6. Cumplimiento de sus deberes cívicos y políticos, mediante la participación
permanente, organizada y comprometida en las instituciones establecidas por
la ley, en beneficio de la comunidad.

Se considera contrario a la ética e incompatible con el digno ejercicio


de la profesión para un Ingeniero Civil

1. Actuar en cualquier forma que tienda a menoscabar el honor, la dignidad, el


respeto, la capacidad y los demás atributos que sirven de base al ejercicio cabal
de la profesión.

2. Violar, permitir que se violen o influenciar para que sean violadas las leyes y
reglamentaciones relacionadas con el ejercicio profesional.

3. Utilizar posiciones en organismos o entidades oficiales, semioficiales,


autónomas o privadas para actuar con deslealtad en contra de los genuinos
intereses nacionales o que tengan consecuencias contrarias al buen
desenvolvimiento de los profesionales.

4. Recibir, ofrecer u otorgar comisiones indebidas o utilizar influencias reñidas


con la lícita competencia para conseguir el otorgamiento de contratos, trabajos o
ejecución de obras en forma privilegiada en su favor o en el de sus allegados o
socios.

5, Ofrecerse para el desempeño de sus funciones o especialidades para las cuales


no tengan capacidad y experiencia razonables.

6. Anunciarse o expresarse de sí mismo en términos laudatorios o en cualquier


forma que atente contra la dignidad y seriedad de la profesión.

7. Eximirse del cumplimiento de las obligaciones que su posición o cargo le exija


y hacer respetar, ya sea por conveniencia, coacción o lazos de amistad o
parentesco.

8. Firmar inconsultamente planos, cálculos, diseños o cualquier otro ti bajo


intelectual fruto de la labor de otros profesionales.

9. Hacerse responsable de trabajos o proyectos que no estén bajo su mediata


dirección, revisión o supervisión.

10. Encargarse sin que se hayan realizado todos los estudios técnicos dispensables
para su correcta ejecución, o cuando para la realización de mismas se hayan
señalado plazos, precios y otras condiciones reñidas con buena práctica de la
profesión.

11. Usar de las ventajas inherentes a un cargo remunerado para competir con la
práctica profesional independientemente de Otros profesionales.

12. Atentar contra la reputación y/o legítimos derechos e intereses otros


profesionales.

13. Adquirir intereses que, directa o indirectamente, colindan con los


de empresa o clientes que emplean sus servicios, o encargarse,
sin conocimiento de los interesados, de trabajos en los cuales existan intereses
antagónicos.

14. Contravenir deliberadamente, a los principios de justicia y lealtad sus


relaciones con clientes, personal, subalternos y obreros; con relación a tos últimos
de manera especial, en lo referente al mantenimiento de condiciones equitativas
de trabajo y ajusta participación en las ganancias.
FENOMENOLOGÌA DE LA VERDAD
La fenomenología Merleau-Ponty.

En sentido general y etimológico, fenomenología significa la descripción de lo que


aparece a la conciencia, el fenómeno. El uso filosófico del término lo inicia J.H.
Lambert (Nuevo Órganon, 1764), como "doctrina de la apariencia", o del
verdadero conocimiento sensible, en oposición a "la doctrina de la verdad". Hegel
ahonda el sentido del término y lo aplica al camino vivencial que recorre la
conciencia hasta llegar al saber absoluto o ciencia; lo describe como el "devenir
de la ciencia en general o del saber". Pero, en sentido propio se entiende por
fenomenología la teoría filosófica de Edmund Husserl, tal como la presenta sobre
todo en "Ideas relativas a una fenomenología pura y una filosofía
fenomenológica" (1913), y de sus continuadores. Sus teorías se difunden por
Francia y otros países, adhiriéndose a la fenomenología Sartre, M. Merleau-
Ponty, entre otros. En su orientación clásica, tal como la entiende Husserl, que la
llama fenomenología trascendental, es el método que permite describir el sentido
de las cosas viviéndolas como fenómenos de conciencia. Lo concibe como una
tarea de clarificación para poder llegar "a las cosas mismas" partiendo de la
propia subjetividad, en cuanto las cosas se experimentan primariamente como
hechos de conciencia, cuya característica fundamental es la intencionalidad. No
se trata de una descripción empírica o meramente psicológica, sino
trascendental, esto es, constitutiva del conocimiento, con sentido, de lo
experimentado. El método fenomenológico se lleva a cabo según una sucesión de
pasos; los más importantes son los siguientes:
La Fenomenología
de la verdad: Husserl

En 1807 publicó Hegel la Fenomenología del espíritu, que consagró el término


de Fenomenología, tomado después por Husserl. Por Fenomenología entendía
Hegel la ciencia de la conciencia en tanto que la conciencia es en general el saber
de un objeto, exterior o interior. Para Husserl la Fenomenología se presenta como
autorreflexión de la humanidad al servicio de una praxis racional universal, de un
impulso cada vez más libre que se encamina hacia la idea de una humanidad que
quiere existir y vivir en la verdad y la autenticidad. Ahora bien, esta praxis no
puede ser una actividad arbitrariamente subjetiva, sino que ha de hacer que lo
fáctico sea verdaderamente histórico, es decir, que penetre en las estructuras
significativas latentes, en el telos escondido. La Fenomenología se ha debatido
luchando contra el subjetivismo psicologizante y el pragmatismo irracionalista de
finales y comienzos de siglo. Y ha llevado a cabo tal combate mediante una
esforzada meditación sobre el conocimiento. Pretende ser conocimiento de
conocimientos, e incluso sueña con una mathesis universalis artesiana, pero no
al modo pre kantiano, puesto que excluye toda sistematización metafísica, sino
que es verdaderamente una filosofía del siglo XX que pretende una meditación
radical sobre la ciencia para que asumamos el control racional de nuestro destino,
estableciendo a un nuevo nivel las condiciones del hecho científico.

La Fenomenología ha sido proyectada por Husserl como una ciencia verdadera,


como la única ciencia verdadera, como la única ciencia rigurosa, sin prejuicios, y
el peor de todos (subraya Ortiz de Urbina) «es la suposición de un mundo
absoluto, existente en sí, sustrato de verdades en sí, absolutamente evidentes».
Por ello mismo habrá que decir, por nuestra parte, que la verdad (la cientificidad)
de la Fenomenología –de la filosofía como «ciencia rigurosa»– no deberá ser
confundida con la verdad (o cientificidad) de las ciencias positivas, y el mismo
Husserl parece estar prevenido contra todo intento de reducción de la
cientificidad de la Fenomenología a la condición de una ciencia positiva categorial
entre otras, a la condición de una ciencia en el sentido del naturalismo o del
positivismo. La verdad de la Fenomenología no puede, pues, reclamar el mismo
sentido que la verdad de las ciencias categoriales, aunque aquélla haya de pasar
por éstas. La verdad filosófica, aunque sea entendida como verdad científica, no
puede significar lo mismo que la verdad científico-categorial.

Y es, en principio, indiferente que o bien la verdad filosófica sea considerada


como la genuina forma de la verdad rigurosa –opuesta a las verdades «menos
rigurosas» ofrecidas por las ciencias particulares– o bien que la verdad de la
filosofía fenomenológica sea considerada como menos rigurosa que la verdad
ofrecida por la Física, las Matemáticas o la Biología. Lo que importa es mantener
la diferencia entre una verdad científico-categorial y una verdad filosófica, así
como saber reconocer las conexiones dialécticas entre ambos modos de la Idea de
Verdad. Lo importante es tener presente que cuando hablamos de la verdad de la
Fenomenología estamos hablando en un contexto distinto que cuando hablamos
de la verdad de las Matemáticas o de la verdad de la Física –sin perjuicio de que
el primer contexto deba dársenos a través del segundo, o recíprocamente–. La
verdad de la Fenomenología, es la verdad de una filosofía; la verdad de las
Matemáticas, o la de la Física es la verdad propia de las ciencias categoriales.

Desde nuestra propia perspectiva del materialismo gnoseológico –es decir, no


necesariamente desde la propia perspectiva de Husserl– hacemos consistir a las
verdades científicas en las identidades sintéticas resultantes de los procesos
constructivos (operatorios) que se organizan según la forma del «cierre
categorial» y cuyas unidades mínimas llamamos «teoremas». La verdad
científico-categorial, suponemos, no descansa en los juicios (o en las
proposiciones), sino en los teoremas. Y no entendemos por «teorema» una
estructura reducible al plano lógico-proposicional (aquel plano en el que se
configura el concepto de ciencia «hipotético-deductiva»), sino una estructura que
incluye los procesos de construcción de objetos (términos) por medio de
operaciones subjetivas, pero físicas (operaciones manuales, «quirúrgicas»),
operaciones que, sin embargo, resultan ser eliminadas o «neutralizadas» en el
momento del establecimiento de la identidad sintética, de la verdad científica.

La verdad científica,
según esto, aparece en el proceso mismo de construcción cerrada (en su acepción
gnoseológica) y, por tanto, no requiere (internamente) la previa [8] destrucción
polémica (el «corte epistemológico») de los conceptos ideológicos en los cuales,
sin duda, va envuelta. Es el propio cierre del proceso constructivo que transcurre
según un curso circular, de términos finitos concatenados, aquello que,
eventualmente, recorta o segrega todo aquello que no resulta quedar anudado en
el proceso constructivo. Podríamos decir que la polémica contra todo tipo de
«envolturas» que establecen conexiones alternativas a aquéllas que resultan del
cierre categorial, permanece en un plano oblicuo a aquél en el que tiene lugar el
proceso circular del cierre categorial.

Y no es éste el sentido de la verdad que puede serle aplicado a la Filosofía. Porque


la Filosofía (suponemos) no es una ciencia. Es decir, la construcción filosófica no
es categorialmente cerrada (en su acepción gnoseológica).

La Verdad de la Idea de Verdad de Husserl la pondríamos, ante


todo, en la misma demarcación del horizonte que Husserl ofreció a la verdad
filosófica de nuestro siglo, en tanto este horizonte abarca a las ciencias
categoriales, históricamente constituidas en la época moderna, como episodios al
margen de los cuales no podríamos hoy hablar ya de Verdad. Las ciencias
categoriales –y esto Husserl lo ha comprendido mucho más profundamente que
Kant, precisamente porque ha continuado en la dirección kantiana– han llegado
en nuestro tiempo a formar parte de nuestro mundo, sustituyendo en parte el
lugar que antaño ocupaban los mitos. Las ciencias ya no son
meros discursos sobre regiones de nuestro mundo, o sobre trasmundos
imaginarios, sino parte de nuestro mundo, al cual reorganizan y racionalizan.
Todos los ámbitos de nuestro mundo están afectados, en la época actual, por la
categorización científica: se diría que no quedan ya «regiones salvajes», no
holladas aún por la disciplina de alguna ciencia particular, y sobre las cuales fuera
posible pensar algo al margen de los conceptos categoriales. Según esto, no podrá
ya ensayarse una comprensión filosófica del mundo al margen de las
categorizaciones científicas. [10] Nuestro mundo, y la verdad de nuestro mundo,
ha de pasar por las categorías, por las verdades categoriales, aunque no se agote
en ellas.

Y no se agota en ellas, porque la verdad científica categorial, las verdades


objetivas alumbradas por las ciencias categoriales, no podrían ser entendidas
como verdades factuales, empíricas, identidades procedentes de situaciones
cósicas, independientes de la propia actividad del Ego trascendental, ante las
cuales las ciencias categoriales habrían de limitarse a «levantar el acta». Las
verdades categoriales, sin duda, se nos presentan, en cuanto objetivas, de este
modo, y no por azar. Podríamos hablar, al modo kantiano, de una «ilusión
trascendental», en virtud de la cual las verdades científicas categoriales tienden a
aparecérsenos como dadas fácticamente, como si fueran independientes de los
sujetos operatorios que las han constituido. Y esto debido a que precisamente la
constitución de una verdad científica categorial comporta el proceso que (en la
teoría del cierre categorial) se conoce como «proceso de eliminación del sujeto».
Según esto, la verdad filosófica, en tanto se refiere al mundo, ha de encontrarse
con las verdades mundanas categoriales que, a la vez, al ocultarse a sí mismas su
genuina naturaleza ontológica, contribuyen tanto a oscurecer la realidad como a
iluminarla: la necesidad que la fenomenología reconoce de que la filosofía se
apoye en las ciencias categoriales no tiene el sentido positivista (la filosofía como
enciclopedia de las ciencias) sino el sentido dialéctico, que ha de
comenzar regresando sobre las verdades categoriales antes que levantar
conclusiones progresando respecto de ellas. El regreso a partir de las verdades
obtenidas por las ciencias categoriales comporta la crítica misma de estas
verdades, la crítica del alcance y sentido de las verdades científicas.

En este aspecto, la verdad de la idea de verdad fenomenológica podría ponerse


ante todo en su eficacia crítica con respecto a todo entendimiento consista de la
verdad científica, en la capacidad trituradora que la reducción fenomenológica
encierra respeto del objetivismo ingenuo sugerido por las ciencias naturales, por
la psicología o por la física. Y aquí nos encontramos con la gran ambigüedad de la
crítica fenomenológica realizada en nombre de la Idea filosófica de la Verdad:
¿Hay que entender esta crítica como dirigida a las ciencias categoriales mismas
(como dirigida a las verdades categoriales), o bien hay que entenderla como
dirigida contra las interpretaciones no trascendentales de estas verdades
categoriales (como dirigidas contra los prejuicios naturalistas, psicologistas o
positivistas)? Dicho de otro modo: la facticidad de la verdad ¿es algo que haya que
asociar a las propias ciencias categoriales (de suerte que la reducción
fenomenológica deba entenderse como algo que se aplica a las ciencias
categoriales mismas) o bien es algo que hay que asociar a las interpretaciones no
trascendentales –naturalismo, psicologismo– de las ciencias categoriales (siendo
estas interpretaciones la materia a demoler por la crítica fenomenológica)? La
crítica de Husserl ¿se dirige contra las verdades científicas (en cuanto
encubridoras y transformadoras del Ego libre) o contra las interpretaciones
positivistas y naturalistas de las verdades científicas?

Acaso pudiera decirse que Husserl no ha mantenido siempre clara esta


distinción, precisamente porque ha pisado el terreno en el cual la constitución de
las verdades científicas (en el marco de un cierre categorial) y la interpretación de
los procesos de constitución se entrecruzan y se con-forman mutuamente.

CARACTERÍSTICAS GENERALES DE LA FENOMENOLOGÍA.

1.- Reducción fenomenológica: consiste en "poner entre paréntesis", a modo


de una suspensión de juicio (epokhé), lo que Husserl denomina la "actitud
natural": creencia en la realidad del mundo, cuestionamiento de si lo percibido
es real, supuestos teóricos que lo justifican, afirmaciones de las ciencias de la
naturaleza, etc. El resultado de esta reducción es que no queda sino el "residuo
fenomenológico", a saber, las vivencias o fenómenos de la conciencia, cuya
estructura intencional presenta dos aspectos fundamentales: el contenido de
conciencia, noema, y el acto con que se expresa este contenido, noesis.

2.- Reducción eidética: la realidad fenoménica, por una libre consideración de


todas las posibilidades que la razón descubre en ella, pierde las características
individuales y revela una esencia constante e invariable. La razón pone entre
paréntesis todo lo que no es fenómeno y, del fenómeno, todo lo que no constituye
su esencia y su sentido, su forma o su idea (eidos): intuición o reducción eidética.
La ciencia de estas esencias, y su descripción, es la tarea fundamental de la
fenomenología.

3.- Reducción trascendental: resultado de la reducción fenomenológica no es


sólo la aparición de "lo que se da a conocer a la conciencia" (noemas), sino
también el que todo "es conciencia" (noesis); esta unidad de noema y noesis
configura la unidad de conciencia, la subjetividad o el sujeto trascendental. De
esta conciencia trascendental, surge el mundo conocido.

4.- Mundo e intersubjetividad: en la misma conciencia está ya presente el


mundo, porque de la misma manera que no hay conciencia sin sujeto tampoco la
hay sin mundo. La fenomenología lleva metódicamente al descubrimiento y
análisis de los objetos del mundo y de los demás. Los otros, inicialmente también
puestos entre paréntesis, como sujetos conscientes, son con los que construimos
el sentido del mundo para todos nosotros.

La fenomenología no es simplemente un método para abandonar la actitud


natural; Husserl la considera la "ciencia de las esencias", identificada con un
idealismo trascendental. El logro de la filosofía como “ciencia estricta" Por ello es,
como sucede con la filosofía trascendental de Kant, no sólo una crítica del
conocimiento, sino también una fundamentación del saber. Esta ciencia a priori
de todos los conceptos fundamentales puede considerarse, en opinión de Husserl,
el fundamento de las demás ciencias y la ciencia universal que buscaba Descartes.

Ética de la verdad

Desde el punto de vista filosófico, la verdad se describe con respecto al


conocimiento. En este contexto, la verdad del conocimiento consiste en que el
conocimiento concuerde con el objeto.
El criterio de la verdad se establece con base en la correspondencia entre el
pensamiento y el objeto. Pero ¿qué es la verdad? Durante siglos, el hombre ha
preferido ignorarla ante la dificultad de definirla ya que, en muchas de las ocasiones,
es demasiado cruda o difícil de aceptarse. Cuando con el juicio se afirma o se niega
algo del objeto y realmente lo afirmado existe en él, o lo negado no lo posee, se dice
que el juicio es verdadero. Así, se habla de juicios verdaderos y juicios falsos.”

División de la verdad De esta manera, surgen tres clases o aspectos de la verdad: la


verdad del ser o verdad ontológica, la verdad del conocer o verdad lógica, y la verdad
del deber ser o la verdad moral, las cuales sirven para describir la misma realidad.
La verdad ontológica se refiere a la correspondencia entre el objeto con su esencia.
La verdad lógica establece conformidad entre el entendimiento y el objeto. La
verdad moral determina la correspondencia exacta entre las palabras, los gestos o
las acciones que se usan para expresar lo que realmente se piensa.
La palabra es verdadera cuando el hombre realmente expresa su juicio con ella. El
hombre veraz establece la relación entre lo que dice y la realidad misma, es decir,
entre lo que piensa o siente y lo que manifiesta.”
Teorías de la verdad Verdad ha sido y es un concepto utilizado con frecuencia, tanto
en el ámbito académico como en la vida cotidiana. Pero es en el ámbito de la
Filosofía donde adquiere una especial relevancia.
Como ha ocurrido con todas las palabras, también la palabra verdad ha cambiado
su significado con el paso de los siglos.

Grados de verdad

La verdad tiene una diversidad de grados hasta a llegar a ser tal. Lo más
básico se llama duda, consiste en fluctuar entre la afirmación y la negación de
algo. Le sigue la opinión, por la que se adhiere a algo, pero sin excluir la
posibilidad de que sea falsa.
El escéptico niega la posibilidad de ir más allá de la opinión y, por tanto,
de la capacidad de conocer la verdad, sin embargo, existe el más alto grado de
convencimiento, llamado certeza: La firme adhesión de la mente a un juicio sin
temor de error: que el todo es mayor que la parte, los hombres somos mortales.
La certeza se fundamente en la evidencia, y la evidencia es la presencia patente
de la realidad. Hay certezas mediatas e inmediatas. “Las evidencias se apoyan en
segundas o terceras personas. Resulta necesario creer a personas e instituciones
para progresar, incluso para vivir. La certeza nace de la evidencia, y esta de creerle
a alguien.”

Posturas filosóficas sobre la verdad

Descartes, a quien se le considera el padre de la filosofía moderna, con


su cogito ergo sum (pienso luego existo), separó la mente de la realidad,
rompió con la verdad. “Inmediatamente después advertí que, mientras yo quería
pensar que todo era falso, era totalmente necesario que yo, que lo pensaba, fuese
alguna cosa. Y observando que esta verdad: pienso luego soy, era tan firme y tan
segura, que ni siquiera las más extravagantes suposiciones de los escépticos eran
capaces de echarla abajo, juzgué que podía sin escrúpulo recibirla como el
principio de la filosofía que buscaba.
No se puede afirmar de la sustancia pensante afirmada por Descartes que
esa cosa ciega y desconocida, es para él más o menos como si no fuese. Porque,
en primer lugar, si es verdad que no la conocemos más que por su atributo, que
es el pensamiento, la conocemos muy bien por él, ya que el pensamiento se
plantea por sí mismo. Es intrínseco, no es pensamiento porque se piensa, sino se
piensa porque es pensamiento.
Valor de la verdad
 Se claro en las comunicaciones, oral o escrita. Evitar mensajes ambiguos
que puedan inducir o errar del receptor.
 Proteger la información confidencial evitando situaciones en las cuales la
información pudiera llegar a personas no autorizadas.
EL ACTO MORAL

Por acto moral se refiere al


mismísimo acto humano que
despliega cualquier ser
humano como puede ser
dormir, jugar o practicar un
deporte, entre otros, pero
evaluado y considerado a
través de la ética, en cuanto a
la bondad o maldad que
reporta y esto entonces es lo
que termina convirtiendo al
mismo en un acto moral.

El acto humano moral consiste


no solamente en que quien lo despliega se dé cuenta y sea consciente de lo que
está haciendo o a punto de hacer, sino lo más importante! que será tener en
cuenta y saber de la relación que ese acto tiene con la ética, es decir, cómo está a
través de sus proposiciones finalmente lo juzgará, en bueno o malo, tal como
señalamos más arriba.

Para aclarar la cuestión será mejor mencionar un ejemplo…Asistir a una reunión


de amigos no es un acto que per se sea considerado como malo, sin embargo, si
en el momento de la reunión en realidad deberíamos estar trabajando, tal acto no
será considerado éticamente bueno por parte de la ética, porque en este preciso
ejemplo que les estoy dando, en realidad, no es que se faltó al trabajo porque
alguna causa de fuerza mayor, como puede ser la enfermedad propia o de algún
familiar la hayan motivado, sino más bien la irresponsabilidad o la necesidad por
satisfacer un deseo propio son los que movieron a realizar la mencionada acción
humana y a ojos de la
ética, al no estar
orientada a la
realización de algún
bien o hecho altruista,
sino más bien motivada
por el egoísmo,
entonces, se la
considera como un acto
moralmente malo.

De lo antedicho se
desprende que el
principio general que
debe movilizar a todo
acto moral es la
realización del bien y la evitación del mal, aunque muchas veces esto signifique e
implique pasar por arriba del propio placer y deseo, o sea, que quede claro, que
el placer, la diversión, etc. no están mal ni constituyen actos amorales, sino que
en realidad cuando estos se contraponen con el deber moral y se anteponen a la
vida, al amor, al respeto de los demás, a la verdad, al bien, entre otros, entonces
ahí si se convierten en un acto amoral.

La ética es la disciplina de la filosofía que estudia el comportamiento humano. Y


de manera más específica, la ética analiza un tipo de conducta, el acto moral.

Un acto moral es aquella acción realizada por un individuo y que puede ser
valorada como buena o mala desde un punto de vista ético. Las acciones que
realizamos podrían dividirse en dos grupos: las que no tienen implicaciones
morales porque son neutrales (respirar, moverse, rascarse o protegerse de la
lluvia) y aquellas acciones que sí pueden tener alguna consideración moral, es
decir, pueden valorarse como buenas o malas. Este último tipo de acciones es
mucho más amplio de lo que parece a primera vista. Dar la mano a alguien puede
parecer neutral, pero dar la mano a un terrorista sanguinario ya se puede discutir
moralmente. Trabajar en una fábrica para ganarse el pan de la familia no tiene
una implicación moral, pero si la fábrica contamina un río y esto provoca
enfermedades, la neutralidad del trabajo en la fábrica desaparece. Esto quiere
decir, que casi cualquier acto es un acto moral en potencia, pues el contexto en el
que se produzca determinará una valoración determinada.
Un acto moral depende de varios elementos. Para que hablemos con rigor de acto
moral éste tiene que ser algo elegido libremente, sin ningún tipo de coacción. Por
otra parte, el acto debe tener una finalidad, un motivo por el cual se realiza. Por
último, el acto moral se encuentra dentro de un contexto humano que condiciona
cualquier análisis ético.
Cualquier acto moral se puede analizar desde perspectivas diferentes, es decir,
desde varios criterios éticos. Si tomo la decisión de ayudar a todo el que lo
necesita, alguien podría preguntarme por qué actúo así. Mi respuesta podría ser
muy diversa: 1. Considero que es mi deber hacerlo, 2. Entiendo que al ayudar al
necesitado estoy cumpliendo con lo que Dios quiere de mí, 3. Mi conducta moral
se rige por mis sentimientos internos. Estas tres posibles respuestas a un acto
moral son ejemplos de las justificaciones racionales o criterios que podemos
emplear a la hora de llevar a término un acto moral.
Por último, vale la pena recordar que la mayoría de actos pueden tener una
dimensión moral y, por este motivo, estar sujeto a la discusión y al debate ético.
La moralidad es una inclinación universal del hombre. A lo largo de una jornada
decidimos con cierto grado de libertad una serie de acciones y éstas son valorables
como buenas o malas.

LA LIBERTAD Y LA LEY

La libertad es un concepto abstracto de difícil definición; en principio, está

vinculada a la facultad que posee todo ser vivo para llevar a cabo una acción

de acuerdo a su propia voluntad.

A partir del siglo XVIII, la libertad comenzó a unirse a otras facultades o

virtudes, como la justicia y la igualdad. Este cambio social fue acompañado por

el desarrollo de nuevas formas de organización de la sociedad y el surgimiento de


regímenes políticos hasta entonces inéditos.
Un ser libre no está atado a la voluntad de otros de forma coercitiva. La

libertad garantiza el respeto por la voluntad individual e implica que cada uno

debe hacerse responsable de sus actos. Se conoce como libertinaje a la libertad

absoluta, lo cual lleva inevitablemente al descontrol social.

Por ejemplo: una persona puede hacer uso de su libertad para crear un negocio y

obtener, a través de la actividad comercial, los recursos que le permitan subsistir.

Esa libertad, sin embargo, está limitada por la Ley, que le prohíbe vender

productos que no cumplan una serie de requisitos y que lo obliga a pagar

impuestos. Estas imposiciones, sobra la aclaración, exceden la voluntad del

sujeto; sin embargo, dada la forma en la que los seres

humanos organizamos nuestra vida, no atentan contra su libertad.

Esto deja en evidencia una cuestión muy particular: no existe la libertad absoluta.

Al respecto, existen diversas posturas, pero ninguna que asegure la posibilidad de

mantener vigentes nuestros principios morales y éticos al mismo tiempo que

rompamos con nuestras barreras invisibles y actuemos con total soltura a cada

paso. En esos códigos, inventados por nuestra especie, reside la razón (por

muchos irrefutable) de los límites de la libertad.

Tomemos como ejemplo

tres prohibiciones que la mayoría de las personas creemos entender, que


aceptamos como justas y razonables: no podemos tomar lo que es de otros; no
podemos mantener relaciones sexuales con nuestros padres o hermanos; no

podemos matar a otro ser humano. El robo y el asesinato son delitos penados por

las leyes de cada país, y el incesto puede ser visto de diferentes maneras, pero la

moral a la que respondemos en nuestra cultura nos dice que se trata de algo

repugnante y antinatural, algo que jamás haríamos.

No gozamos de libertad absoluta porque preferimos la comodidad que nos

proporciona que alguien nos organice la vida y nos proteja. Si un lobo intenta

arrebatarle un trozo de carne a su líder, éste le recordará por qué ocupa ese puesto

en la manada; en cambio, los seres humanos confiamos este tipo de situaciones a

un sistema de justicia, el mismo que criticamos negativamente cuando no lo

necesitamos.

Intentando contrastar esta idea de los límites de la libertad, se puede pensar que

ésta no incluye aquellas cuestiones mencionadas anteriormente, dado que no

acepta en su definición ningún acto que perjudique a otro ser vivo o que atraviese

los muros de la moral que cada nación ha levantado durante siglos. Es

importante recordar que la libertad no es un concepto que compartamos con el

resto de las especies del planeta, sino que se trata de un invento nuestro y, si así

lo deseamos, podemos asegurar que todos somos absolutamente libres.


La libertad individual, por otra parte, debe ser protegida por el Estado.
Ninguna persona puede coartar la libertad del prójimo; de lo contrario, las

autoridades competentes deben actuar para castigar al responsable.

Otro análisis de la libertad está vinculado a cuestiones psicológicas o metafísicas.

La esencia de la libertad, en cierta forma, nunca puede ser afectada ya que existe

dentro de cada ser vivo; nadie puede impedir que otro piense o sienta

determinadas cosas.
La libertad y la ley es una obra escrita por Bruno Leoni. La aportación
esencial de Leoni en este libro radica en su concepción del Derecho como
producto eminentemente evolutivo y consuetudinario, en la línea de la teoría de
la escuela austríaca sobre la formación y evolución de las instituciones sociales
(orden espontáneo).

ARGUMENTO

En este libro, Leoni sostiene que el mayor obstáculo para el imperio de la ley es
la sobre legislación. Señala el paralelismo entre el mercado y la ley común por un
lado, y el socialismo y la legislación por el otro.
A través de un examen de la doctrina y la jurisprudencia romana, Leoni
demuestra que los romanos pensaban de la ley como un proceso
de descubrimiento en lugar de un conjunto de órdenes promulgadas, y que la
confusión popular entre la ley y la legislación es contemporánea a nuestra era y
al advenimiento del socialismo.

ORIGEN
Se trata de un libro que tiene su origen en un ciclo de conferencias organizado
por Arthur Kemp en el Claremont College de California, en junio de 1958, en el
que, junto a Bruno Leoni, participaron también Friedrich Hayek y Milton
Friedman. Fruto de estas conferencias fueron tres obras fundamentales en el
pensamiento político contemporáneo: Los fundamentos de la libertad, de
Hayek, Capitalismo y libertad, de Friedman y La libertad y la ley, de Bruno
Leoni.1

ACTUALIDAD
El estudio de Leoni recientemente ha dedicado más atención a la filosofía política
de su obra. Véase: Le ragioni del diritto. Libertà individuale e ordine giuridico
nel pensiero di Bruno Leoni, por Carlo Lottieri, Soveria Mannelli, Rubbettino,
2006.
LOS SERVICIOS PROFESIONALES Y SUS
DERECHOS

Artículos
La Ley de Servicios y Colegios Profesionales no satisface los derechos
de los consumidores y usuarios

Carlos Carnicer.

Carlos Carnicer, presidente de la Unión Profesional.

Según recogen los medios de comunicación, el Ministerio de Economía y


Competitividad ultima el texto de Anteproyecto de Ley de Servicios y Colegios
Profesionales para su aprobación como Proyecto en Consejo de Ministros
próximamente. Ante esta noticia, desde Unión Profesional (UP) se considera que
este hecho supone un agravio para el sector colegial por no haber tenido noticia
directa sobre ello a pesar de haberlo solicitado en múltiples ocasiones. Según
manifiesta Carlos Carnicer, presidente de UP, “en la sociedad en que vivimos, el
Gobierno no debe hacer una norma sin contar adecuadamente con el sector”.

De la información obtenida por los medios, el texto de Anteproyecto de 20 de


diciembre de 2013 no habría sufrido apenas modificaciones respecto a las
peticiones realizadas por el sector y recogidas, algunas de ellas, en los informes
emitidos tanto por el Consejo de Estado como por el Consejo General del Poder
Judicial. En términos generales, desde la organización que agrupa a las
profesiones colegiadas españolas se solicitó al Ministerio la inclusión de
cuestiones esenciales para la protección de los derechos de los usuarios y
consumidores de los servicios profesionales. «La Ley de Servicios y Colegios
Profesionales no debe afectar a la garantía institucional que, en beneficio de los
ciudadanos, recoge la Constitución Española», afirma Carnicer.

Aunque se incluyen aspectos positivos, como el tratamiento favorable para


desempleados—lo que ya existe en algunos colegios profesionales— y la
tipificación del ejercicio de profesión irregular como infracción, en general, se
echan en falta otros elementos de significativo impacto en los derechos de la
ciudadanía.
Colegiación obligatoria para todas las profesiones

Con el fin de garantizar los derechos de usuarios y consumidores a recibir unos


servicios de calidad, se debe mantener la colegiación en todas aquellas
profesiones cuyo ejercicio afecte a la salud, la seguridad, el patrimonio, los bienes,
los servicios generales o el medio ambiente.

Además de las profesiones recogidas en el texto, también es necesario que se


contemple el requisito de colegiación para los economistas y titulados
mercantiles, actuarios, trabajadores y educadores sociales, gestores
administrativos, agentes de la propiedad inmobiliaria, administradores de fincas,
agentes de la propiedad industrial o profesionales de la Educación Física y el
Deporte.

Los profesionales deben estar colegiados para todas las actividades que realicen
y, por tanto, sujetos a las normas deontológicas de su colegio,
independientemente de que trabajen mediante una relación laboral.

Colegiación en el domicilio habitual

La colegiación debería efectuarse en el colegio donde resida el domicilio habitual


del profesional con el fin de proteger los derechos e intereses de los consumidores
y usuarios de los servicios de los colegiados. La libre elección de colegio
conllevaría un perjuicio para los derechos de los usuarios, especialmente en los
actos asistenciales y directos, ya que no se podría llevar a cabo el control
deontológico efectivo por parte de los colegios profesionales.

Autorregulación

A pesar de haberse «suavizado», como recogen los medios, continúa existiendo


en el texto una inadecuada injerencia de la Administración Pública en el
funcionamiento de los colegios profesionales, lo que podría impedir el ejercicio
de sus funciones públicas con la independencia y autonomía ahora existente.

Cuotas colegiales

El hecho de establecer por ley un régimen de cuotas no se encuentra ajustado a la


técnica legal ni a la realidad del sector. Además, supone una manifiesta injerencia
en la autonomía colegial indispensable para su funcionamiento una vez que sus
funciones públicas colegiales no tienen otra fuente de financiación. Según UP,
resultaría más apropiado que la Ley recogiera unos criterios de composición de
las cuotas como reparto de costes del ejercicio de las funciones obligatorias de los
colegios, tanto en la incorporación a la profesión como en las cuotas periódicas,
siempre que se justifiquen adecuadamente para que sean aprobados en el
presupuesto anual y, en todo caso, susceptibles de ser revisadas
SERVICIOS PROFESIONALES

1. Servicios Profesionales. No es para necesidades continuas y


permanentes
La contratación administrativa de servicios, por su naturaleza y fines, debe estar
referida a un objeto que no implique relación de subordinación jurídica laboral.
De este modo, por la vía de la contratación administrativa no es procedente que
se lleven a cabo contrataciones para atender necesidades en el campo de los
servicios profesionales, que sean continuas y permanentes, ya que necesidades de
este tipo corresponde atenderlas mediante el establecimiento de una relación
jurídica laboral. La contratación administrativa de servicios, entonces no la
podemos concebir como un mecanismo menos gravoso para el Estado, de lo que
es el contrato laboral. (cf.: oficios 11353-96 y 10507-96). Oficio 3984 de 1 de
abril de 1997 (DGCA-414-97)

2. Servicios Profesionales. Trabajos independientes


[...] la contratación administrativa de servicios profesionales se concibe como el
medio legal idóneo para atender necesidades que tengan el carácter de
ocasionales, que estén referidas a un objeto específico. En este sentido, tampoco
podemos admitir fraccionamientos de contrataciones que por su propia
naturaleza o prestación pudieran haberse promovido mediante un sólo
procedimiento; esto es, contratos efectuados por“ etapas” que bien pudieran
haber sido contratadas en un sólo momento, fraccionadas con el único fin de
evadir el procedimiento de contratación que corresponda. Oficio 3984 de 1 de
abril de 1997 (DGCA-414-97)

3. Servicios Profesionales. Fraude laboral


La contratación administrativa no puede prestarse para el “fraude laboral”, esto
es, como un mecanismo que encubra una relación de empleo público. Insistimos
que su objeto contractual debe ser específico, esto es, referirse a una necesidad
administrativa puntual, susceptible de ser verificada en el cumplimiento de las
obligaciones y derechos asumidos previamente. En cuanto a su fase de
preparación, selección y adjudicación se deben de seguir los procedimientos y
normas que al efecto prevé la Ley de Contratación Administrativa y el Reglamento
General. Oficio 3984 de 1 de abril de 1997 (DGCA-414-97)

4. Servicios Profesionales. Contratación de asesores tiene un límite


En el caso particular de la contratación de asesores de los niveles
institucionales superiores, éstos tienen un régimen de nombramiento,
remuneración y número de plazas, especialmente previsto en el Decreto Ejecutivo
Nº20183-H publicado en La Gaceta Nº17 de 24 de enero de 1991 (Reglamento
para la determinación de puestos de confianza del Sector Público
Descentralizado), por lo que por vía de contratación administrativa resulta
absolutamente improcedente que se amplíe su número, no sólo porque
resulta incompatible con un régimen de contratación administrativa, sino
porque por esta vía, las administraciones públicas están inhibidas de exceder el
número de “asesores” o “consultores” (como se le denomina en este caso
sometido a examen) que expresamente tiene previsto el Decreto Ejecutivo
citado. Oficio 3984 de 1 de abril de 1997 (DGCA-414-97)

5. Servicios Profesionales. Asesoramiento permanente


En el caso bajo examen, la petición del informe de labores refleja que el señor [...]
se le han encargado las más variadas labores vinculadas con el quehacer
administrativo de la institución que usted preside: desde la intervención en el
área de recursos humanos, en el área financiera y de informática (cuyos
documentos anexa a su gestión en términos de su costo para la Administración
interesada. Oficio 3984 de 1 de abril de 1997 (DGCA-414-97)

6. Servicios Profesionales. Criterios a considerar


Este Despacho estima conveniente llamar la atención del órgano interno de
control, así como de la asesoría legal de ese Instituto, para que cuando los
contratos de servicios estén referidos a “asesorías” o contratos de servicios
profesionales, apliquen especial cuidado en revisar que el objeto sea susceptible
de ser contratado administrativamente, en razón de su especificidad,
verificabilidad de sus resultados y razonabilidad del precio pagado. En estos
casos, cabe señalar que deberán seguirse las normas de contratación
administrativa en la fase de preparación, selección y adjudicación del contrato,
conforme a la Ley de Contratación Administrativa y el Reglamento
General. Oficio 3984 de 1 de abril de 1997 (DGCA-414-97)

7. Servicios Profesionales. Creación de plazas


En relación con el tema que interesa, este Órgano Contralor ha indicado, con
fundamento en lo previsto en el numeral 67, de la Ley de Contratación
Administrativa, que la Administración “puede contratar los servicios de notarios,
abogados, peritos y otros profesionales mediante el pago de un salario, en cuyo
caso claramente se dispone que no se aplicará el arancel de honorarios y que el
usuario no deberá pagar por esos servicios.” Ahora bien, esa disposición, no
puede verse en forma aislada, sino en conjunto con otras normas, como el artículo
80 de la Ley de Presupuesto Extraordinario, Nº7097, que dispuso la necesidad de
contar con la anuencia de la Autoridad Presupuestaria para la creación de nuevas
plazas, Oficio 0533 de 21 de enero de 1998 (DGCA 72-98)

8. Servicios Profesionales. A sueldo fijo


En razón de que esa Institución se propone la contratación de servicios, no por la
vía de sueldo fijo, dispuesta en el artículo 67 de la Ley de Contratación
Administrativa, sino por el sistema de pago de honorarios profesionales tasados
por el Colegio respectivo, somos del criterio que correspondería analizar si la
contratación propuesta es susceptible de contratarse administrativamente. En
relación con este particular, debemos indicarle que, en forma reiterada, este
Despacho ha dispuesto que la contratación administrativa no es procedente para
la contratación de servicios permanentes que impliquen relación de
subordinación jurídico laboral. Oficio 0533 de 21 de enero de 1998 (DGCA
72-98)

9. Servicios Profesionales. Necesidades permanentes


Sobre el particular, tenemos que el artículo 65 de la Ley de Contratación
Administrativa establece que la contratación de servicios técnicos o profesionales
no originará relación de empleo público, entre la Administración y el contratista,
salvo en el caso de que la entidad contrate a los profesionales con sueldo fijo,
utilizando su régimen ordinario de nombramiento, en cuyo caso sobra indicar
que debe existir la respectiva plazaOficio 12674 de 13 de octubre de 1997
(DGCA-1344-97)

10. Servicios Profesionales. No debe implicar relación de


subordinación
La contratación administrativa de servicios, por su naturaleza y fines debe estar
referida a un objeto que no implique relación de subordinación jurídica laboral
con la Administración; de manera que resulta improcedente para atender
necesidades continuas y permanentes de la Administración, por personas físicas
bajo su cargo. Oficio 0533 de 21 de enero de 1998 (DGCA 72-98)

11. Servicios Profesionales. Requiere de resultados concretos


La contratación administrativa de servicios profesionales se concibe como el
medio legal idóneo para atender necesidades de carácter ocasional, que por
su especificidad, permiten verificar el ajuste de sus resultados con las
especificaciones del cartel y en general, con las condiciones previamente
pactadas, derivadas tanto del pliego como de la oferta. Las contrataciones de
servicios profesionales requieren de resultados concretos, tales como diseños,
informes, encuestas, etc.; no están referidas a informes genéricos de labores,
propios de una relación jurídico-laboral de empleo público. Oficio 0533 de 21
de enero de 1998 (DGCA 72-98)

12. Servicios Profesionales. A sueldo fijo requiere de plaza


La contratación de servicios profesionales de carácter permanente, a sueldo
fijo, por vía de la contratación administrativa, procede con carácter de excepción,
bajo los supuestos contemplados en el numeral 67 de la Ley de Contratación
Administrativa. En este caso, la entidad debe cumplir con las disposiciones
pertinentes de selección y nombramiento de sus funcionarios y disponer de la
respectiva plaza. Oficio 0533 de 21 de enero de 1998 (DGCA 72-98)

13. Servicios profesionales. Recontratación de exempleados


En relación con el caso específico sometido a examen, observamos que los
profesionales en ingeniería que el Consejo de Seguridad Vial pretende contratar
nuevamente ejercen sus funciones bajo una relación de subordinación con ese
Consejo, y para cubrir necesidades de carácter permanente, por lo que, en estos
supuestos, la contratación administrativa, como hemos indicado resulta
improcedente, salvo que la Administración aplique el artículo 67, de la Ley de
Contratación Administrativa, que permite la contratación de servicios
profesionales, a sueldo fijo, en los términos en que ya ha estipulado este
Despacho. Oficio0533 de 21 de enero de 1998 (DGCA 72-98)

14. Servicios Profesionales. Contratados a sueldo fijo y no por tarifa


Es necesario tener presente que el artículo 67 de la Ley de Contratación
Administrativa es precisamente una excepción al artículo 64. Por ello, los
servicios profesionales se contratarán siguiendo los procedimientos de acuerdo
con el monto estimado respectivo. Ahora bien, conviene tomar en cuenta que la
ley misma ha previsto que las relaciones de empleo no se someten a su tutela
(artículo 2). Por ello, todo lo referente a la materia laboral se regirá
primordialmente por el régimen estatutario respectivo, por el Código de Trabajo
y por las leyes conexas y principios de esa rama del derecho. Oficio Nº10507 de
30 de agosto de 1996(DGCA-1128-96)

15. Servicios Profesionales. Exempleado contratado por razones de


"seguridad"
De ahí que no compartamos el criterio de la asesoría legal en el sentido de que el
artículo 79.2 del Reglamento General de Contratación Administrativa sea el
asidero legal para contratar al señor Odio, por cuanto el espíritu de esa norma al
prever la existencia de seguridades calificadas, se refiere más bien a supuestos
totalmente distintos, entre los que se pueden considerar, a manera de ejemplo, la
adquisición de armamento de especiales características o contratar la confección
e impresión de papel moneda o especies fiscales. Como vemos, la contratación de
asesores (puestos de confianza) tienen un régimen especial para el sector
descentralizado, regulado en el reglamento citado en el oficio arriba transcrito,
de manera que la determinación de si al caso concreto aplica lo dispuesto en esa
normativa, será una decisión que debe recaer en el seno de esa Administración,
la cual asumirá la responsabilidad que corresponda. Oficio 9438 de 1 de
agosto de 1997 (DGCA 975-97)

DERECHOS PROFESIONALES

En el ejercicio de su actividad profesional tienen los siguientes derechos:


 A la igualdad ante la ley y a no ser discriminados.
 A no ser discriminado por razones de discapacidad o deficiencia física.
 Respeto a su intimidad, dignidad y protección frente al acoso sexual.
 A la formación y readaptación profesionales.
 A su integridad física y a una protección adecuada de su seguridad y salud en
el trabajo.
 A la percepción puntual de la contraprestación económica convenida por el
ejercicio profesional de su actividad.
 A la conciliación de su actividad profesional con la vida personal y familiar,
con el derecho a suspender su actividad en las situaciones de maternidad,
paternidad, riesgo durante el embarazo, riesgo durante la lactancia y
adopción o acogimiento, tanto pre adoptivo como permanente o simple, de
conformidad con el Código Civil o las leyes civiles de las Comunidades
Autónomas que lo regulen, siempre que su duración no sea inferior a un año,
aunque éstos sean provisionales, en los términos previstos en la legislación
de la Seguridad Social.
 A la asistencia y prestaciones sociales suficientes ante situaciones de
necesidad, de conformidad con la legislación de la Seguridad Social, incluido
el derecho a la protección en las situaciones de maternidad, paternidad,
riesgo durante el embarazo, riesgo durante la lactancia y adopción o
acogimiento, tanto pre adoptivo como permanente o simple, de conformidad
con el Código Civil o las leyes civiles de las Comunidades Autónomas que lo
regulen, siempre que su duración no sea inferior a un año, aunque éstos sean
provisionales.
 Al ejercicio individual de las acciones derivadas de su actividad profesional.
 A la tutela judicial efectiva, así como al acceso a los medios extrajudiciales de
solución de conflictos.
EL PRINCIPIOS DE JUSTICIA

Como todo profesional


los Ingenieros civiles
necesitan determinar
un nivel posible de
comportamiento ético
básico. Es esencial que
nuestra profesión
establezca valores y
niveles bases que
puedan ser alcanzados
por todos. Es nuestra
obligación que las
pautas de
responsabilidad
ambiental, la salud y la seguridad de las personas, nuestra integridad y la de
nuestros clientes sean nuestra prioridad.
Debemos promover y mantener la equidad social, la prosperidad económica para
todos y la integridad ambiental. Además de promover y fomentar la aplicación e
implantación de los principios de las Normas ISO y sus respectivas
actualizaciones. Los principios descritos en este Código deberían formar parte de
nuestra cultura de la Ingeniería.

Todos somos conscientes de que existen diferentes culturas sociales, religiosas,


raciales y morales en todo el mundo. Como ingenieros, debemos trabajar en
forma conjunta con estas fuerzas diversas, poniendo énfasis en cómo la aplicación
de nuestra tecnología y conocimientos adquiridos pueden beneficiar a la sociedad
mundial.

Como lo establece la introducción de este Modelo de Código, debemos adoptar


una filosofía de comportamiento basada en los "principios amplios de sinceridad,
honestidad, honradez, de respeto y al bienestar de la vida, de justicia, tolerancia,
pro actividad, franqueza, competencia y de responsabilidad".

Principales Objetivos del código de ética del Ingeniero civil


• Concientizar al lector de los deberes y obligaciones morales de cada Ingeniero.
•Guiar a los profesionales en su trabajo diario.
•Adoptar conjuntos de principios fundamentales para ejecutarse.
•Determinar un nivel posible de comportamiento básico.
• Conceder la máxima importancia a la seguridad, salud y bienestar del público.
• Fomentar la salud, seguridad, el cooperativismo y la conciencia en el lugar de
trabajo.
• Explicar claramente a sus patrones.
l derecho está inspirado en principios de justicia y permite desarrollar las
leyes que regulan el funcionamiento de una sociedad. Civil, por su parte, se
refiere a lo relativo a lo s ciudadanos o a las ciudades.
Se conoce como derecho civil a aquél que se encarga de regir los vínculos
privados que las personas establecen entre ellas. Está formado por las reglas
jurídicas que articulan las relaciones patrimoniales o personales entre
individuos (personas físicas o personas jurídicas). La finalidad del derecho civil
es preservar los intereses del sujeto a nivel patrimonial y moral.
Esta rama del derecho acepta a cada ser humano como sujeto de derecho,
independientemente de sus actividades particulares. Por lo general, está
compuesto por las normas que forman parte del código civil.
En el derecho anglosajón, se reconoce como derecho civil al derecho
continental (o civil law) y al derecho positivo (en oposición al derecho
natural).
El derecho civil, por lo tanto, comprende el derecho de las personas (regulando
su capacidad jurídica), el derecho de familia, el derecho de bienes, el derecho de
las obligaciones y los contratos, el derecho de sucesiones y las normas de
responsabilidad civil, por ejemplo.
Para entender la rama del derecho civil, es necesario conocer la noción
de derecho natural, que es la agrupación de los principios, inspirados en la
naturaleza, de aquello que se considera como justo o injusto. Estos derechos
(inalienables y universales) se concretan mediante el derecho
positivo o efectivo.
El derecho positivo, a su vez, puede dividirse en derecho privado y derecho
público. En su sentido más amplio, el derecho civil se emplea como sinónimo
de derecho privado, ya que comprende las reglas vinculadas al Estado y a la
capacidad de los individuos.
EL VALOR DE LA VIDA

Vida
Para otros usos de este término, véase Vida (desambiguación).
El término vida (en latín: vita)?,1 desde el punto de vista de la biología, hace
referencia a aquello que distingue a los
reinos animal, vegetal, hongos, protistas, arqueas ybacterias del resto de
realidades naturales. Implica las capacidades de nacer, crecer, metabolizar,
responder a estímulos externos, reproducirse y morir.
A pesar de que no puede indicarse con precisión, la evidencia sugiere que ha
existido vida en la Tierra durante al menos 3700 millones de años,2 3 aunque
algunos estudios la datan a desde hace 4250 millones de años,4 o incluso 4400
millones de años, según un estudio publicado en Nature.5
Científicamente, podría definirse como la capacidad de administrar los recursos
internos de un ser físico de forma adaptada a los cambios producidos en
su medio, sin que exista una correspondencia directa de causa y efecto entre el
ser que administra los recursos y el cambio introducido en el medio por ese ser,
sino una asíntota de aproximación al ideal establecido por dicho ser, ideal que
nunca llega a su consecución completa por la dinámica del medio.6
Abarca una serie de conceptos del ser humano y su entorno relacionados, directa
o indirectamente, con la existencia.

EL VALOR DE LA VIDA:
Muchos cambios sociales, culturales y científicos han transformado la forma de
ver, entender y vivir la vida. Este progreso nos permite ver la existencia de forma
distinta.
En la sociedad a aumentado la esperanza de vida, y se han logrado curar muchas
de las enfermedades que antes causaban muchas bajas en la población.
Aún así la vida sigue sin poder ser interpretada o al menos no es nada fácil. La
vida a diferencia de las máquinas no puede ser domesticada ni programada, como
consecuencia no se puede renunciar a los sentimientos ni a las emociones.
1.- La vida como un bien personal:
Cada ser humano tiene una vida biológica que es la base de todo, ya que sin ella
no podríamos hacer lo más elemental, pero la vida también tiene un sentido algo
más profundo, que se desarrolla más allá de lo estrictamente material. Por eso se
dice que la vida es el bien más valioso y apreciado de todo ser humano. Por eso es
moral defender la vida.
Existe una convicción de que la vida hay que vivirla, pues la vida desarrolla las
posibilidades y capacidades de la persona.
Por eso el Concilio inculca el respeto al hombre y la idea de considerar al prójimo
como otro yo.
Otra idea importante para defender el respeto es que nadie puede disponer, ni
tratar la vida como un simple objeto.
2.- La vida como un bien social:
La vida de cada persona no sólo es un valor ético, las personas son seres sociables
y necesitan vivir su vida rodeados de una sociedad la cual cuida de que se defienda
la vida, nuestras vidas no pueden realizarse individualmente pues literalmente
nos quedaríamos “cojeando”, es decir, nos faltaría algo, un vacío que nada puede
llenar, algo que nos impide formarnos como personas. Desgraciadamente la
sociedad también es el ámbito donde la vida se siente más amenazada., de ahí el
esfuerzo social por el cuidado de ese bien tan preciado.
3.- La vida como un don de Dios:
La ciencia no puede decirnos todo. Por eso todo el mundo puede experimentar
con la vida como un don recibido. La fe cristiana nos dice que la vida es el don
más precioso recibido por Dios. Las reacciones a este don es amarla, cuidarla y
defenderla, pues es el vínculo más fuerte con Dios. Los cristianos ven el
fundamento de la razón para entender la vida como valor absoluto. Este regalo
queda en nuestras manos pues en ellas están las posibilidades de crea progreso,
pero también está en ellas la posibilidad de hacerla más absurda. Nuestro futuro
depende de saber manejar un regalo que Dios nos dio y que su hijo Jesús cultivó.
4.- La vida amenazada:
Vivir es derecho fundamental de todas las personas, por eso es deber de todos
conservar y defender. La humanidad hace agresiones contra la vida propia, la vida
ajena y contra la naturaleza, que también es un factor importantes en nuestras
vidas.
Hay vario tipos de agresión a la vida:
4.1.- Eliminar la vida:
Nuestro criterio cristiano nos dice que SÓLO Dios es el señor de la vida, por tanto
nadie puede tomar vidas ajenas ni la propia.
El suicidio: El suicidio es el acto de quitarse la vida por un motivo en concreto,
hay varios motivos para el suicidio, una es la depresión, un estado de ánimo que
en el que el afectado pretende acabar con su vida, otra es la idealista, llamar la
atención. También existen los suicidios colectivos, en los cuales un grupo de
personas se quitan la vida ya se por alguna creencia o por otro motivo.
El aborto: interrupción de embarazo, es degradante ver como una persona le
quita la vida a otra porque no es deseada en ese momento. Aborto involuntario;
se produce espontáneamente y no soporta ninguna carga moral, pues así lo quiso
la naturaleza. Voluntario; la madre decide ir a un clínica para interrumpir el
embarazo. Terapéutico; se da cuando la madre corre peligro durante el embarazo.
Eugenésico; se utiliza para que el niño no nazca con deformaciones. Ético; para
proteger la honra de la madre cuando esta asido violada. Psicosocial; se produce
por presiones de la sociedad a la madre. El aborto está legalizado en algunos
países, pero es disponer de la vida de otra persona.
La eutanasia: es el acto de acortar la vida de forma intencionada, puede ser de
2 tipos. Activa; consiste en dejar morir al enfermo evitando que sufra. Pasiva; se
le dejan de suministrar las medicinas y se deja que muera naturalmente.
La pena de muerte: suprimir la vida alegando que es necesario para la
sociedad, considerándola legítimo, afortunadamente hay menos gente a favor de
la pena de muerte y a su vez menos países que la ejecuten.
El terrorismo: lo que normalmente se llama acción violenta, quien ejerce el
terrorismo lo ve como una respuesta a una situación injusta, pero lo injusto es
matar a personas inocentes porque no aceptan las ideas de esos “justicieros”.
4.2 Dañar la vida:
No sólo la agresión es un modo de dañar la vida, también la cultura puede ser una
amenaza para la vida misma. Por eso se acuña el término vida en peligro de
extinción.
La tortura: la dignidad de las personas se quita cuando se la desprecia y se la
maltrata. Físicas; ejercida sobre el cuerpo. Psíquica; forzar a la persona a hacer
algo, chantaje, etc. La tortura no puede ser justificada, porque ningún medio
justifica el fin.
Otras agresiones: No sólo lo mencionado anteriormente arremete contra la
vida y contra la persona, hay muchos otros tipos de agresiones que hasta nos
pueden parecer que no son agresiones. Accidentes laborales; se producen en los
trabajos son los llamados riesgos profesionales. El tráfico; esto es tan peligroso
que plantea grandes problemas a la sociedad, como por ejemplo como
disminuirlo. El clima de violencia y agresividad; en este apartado entran los
enfrentamientos callejeros, pintadas agresivas, etc, estamos minando nuestra
sociedad, y eso puede traer graves problemas caóticos.
4.3 Manipular la vida:
Las personas suelen buscar medios para mejorar la calidad de vida, en esto ha
ayudado la ciencia, para ello ha utilizado el control de otras vidas de seres
semejantes.
La experimentación humana: la experimentación es todo lo que necesite ser
probado antes de utilizarlo, entonces la experimentación en humanos será
verificar que algo funciona en el organismo humano. Algunos médicos consideran
que aunque se arriesgue la vida de una persona, esa persona ayudará a otras
muchas que necesitan ese avance. Desde el punto de vista moral sabemos que las
personas no pueden ser tratadas como un objeto, pues así estamos quitando parte
o el total del regalo que Dios nos dio , LA VIDA.
El progreso de la tecnología: las personas de hoy en día están muy marcadas
por su salud, pero su forma de entender la salud está marcada por la cultura, es
importante que nuestra cultura se haya preocupado por la ciencia por los avances
que esta ofrece para salvar muchas vidas, su volar y eficacia hacen mucha bien a
esta sociedad. Por otra parte la moral cristiana tiene interrogantes que nos hacen
pensar, ¿Se aplicará a todo el mundo por igual o habrá favoritismos?
4.4 Degradar la vida:
Aunque la calidad de vida ha mejorado notablemente, hay gente que se sienten
llenas de cosas pero vacías de vida. Algunas degradaciones de la vida son
producidas por eso:
 El abuso de medicamentos, drogas y deterioros mentales y físicas, están
destruyendo gran parte de la sociedad.
 La muerte por hambre es peor que las guerras, pueblos mueren de inanición,
mientras ricos comen hasta reventar.
La degradación de la vida se puede evitar si todos los miembros de la sociedad
cooperan y trabajan para hacer un mundo mejor.
Muchas veces creemos que la moral es una ley que nos impiden vivir nuestra vida.
Pese a todos los abusos y distorsiones el cristianismo presenta a un Dios que nos
salvará y mejorará la vida
EL MERCADO Y LA COMPETENCIAS
PROFESIONAL

La Ley Orgánica 5/2002, de 19 de junio, de las cualificaciones y la formación


profesional define la competencia profesional como "el conjunto de
conocimientos y capacidades que permitan el ejercicio de la actividad
profesional conforme a las exigencias de la producción y el empleo".

Según el Instituto Nacional de las Cualificaciones (INCUAL), la competencia


profesional comprende un conjunto de capacidades de diferente naturaleza que
permiten conseguir un resultado. Esta competencia está vinculada al
desempeño profesional, no es independiente del contexto y expresa los
requerimientos humanos valorados en la relación hombre-trabajo.

Hoy en día, ser competente en el campo profesional consiste en saber resolver


problemas y situaciones del trabajo de forma autónoma. No basta con
los conocimientos aprendidos en las etapas de formación (universidad, FP,
PCPI…), es necesario contar con habilidades, conocimientos y
actitudes que permitan desempeñar las tareas propias de una profesión.

Pero, este concepto de "competencias profesionales", ¿se trata de una moda, una
forma de visibilizar algo que ya existía, una respuesta a las necesidades del
mercado laboral…? En el monográfico 228 sobre competencias profesionales,
elaborado con el apoyo del Grup de recerca en Competències, Educació,
Tecnología i Societat (COMPETECS), queremos dar respuesta a todas estas
cuestiones con las aportaciones de los expertos.

COMPETENCIAS BÁSICAS Y TRANSVERSALES

El mercado laboral ha evolucionado muy rápidamente en los últimos años. Las


transformaciones que ha experimentado afectan de forma directa a los tipos de
trabajo, a las funciones que desempeñan los empleados, a los perfiles
profesionales y a las competencias demandadas.

Teniendo en cuenta este último aspecto, resulta evidente que para


desempeñar una ocupación ya no basta con adquirir los
conocimientos técnicos y teóricos, también es necesario tener una serie
de conocimientos transversales, destrezas y aptitudes que puedan aplicarse
a otros empleos y empresas y que permitan resolver los problemas profesionales
de forma autónoma y flexible. Estamos hablando de las competencias
laborales.

El informe de la "Secretary´s Commission on Achieving Necessary


Skills" (SCANS) realizado en EE.UU. en 2009, distingue entre competencias
básicas y competencias transversales. Entre las competencias básicas
encontramos las habilidades de lectura, redacción, matemáticas, etc.; aptitudes
analíticas como pensar creativamente, tomar decisiones, aprender y razonar, etc.;
cualidades personales como la responsabilidad, sociabilidad, gestión personal,
etc.

Por otro lado, las competencias transversales tienen que ver con la gestión
de los recursos (tiempo, dinero, materiales); las relaciones interpersonales
(trabajo en equipo, liderazgo); gestión de la información; comprensión sistémica
y el dominio de las nuevas tecnologías.
Así pues, tal y como dice Sofia Isus, Directora del Grup de recerca en
Competències, Educació, Tecnologia i Societat (COMPETECS), las competencias
específicas de una profesión son las que sirven de tarjeta de presentación para
entrar en el mundo laboral. El valor añadido de una candidato/a son sus
competencias transversales.

¿Qué importancia tienen las competencias profesionales en el


mercado laboral?

Como hemos dicho, el contexto socioeconómico ha hecho cambiar las


necesidades de las empresas a la hora de buscar el candidato más adecuado.
Para José María Ribal, Presidente de la Asociación Open World, este contexto
provoca que las empresas dejen de plantearse qué personas son las más
apropiadas para determinados puestos de trabajo, para pasar a preguntarse
qué mapa de competencias necesita la organización y qué personas aportarán
estas competencias de forma satisfactoria.

Según su opinión, el hecho de adoptar un enfoque competencial puede ir unido a


un cambio de paradigma en el diseño organizacional, para pasar de
querer saber especialmente qué ha hecho una persona y dónde, a indagar, sobre
todo, qué puede y quiere aprender a hacer y cuándo.
Pero, aunque cada empresa detecte las competencias más adecuadas para cubrir
sus necesidades, existen una serie de habilidades y conocimientos que son
ya casi imprescindibles: conocimiento de idiomas, flexibilidad y
movilidad, liderazgo y capacidad de trabajar en
equipo, responsabilidad y compromiso, manejo de
las TIC, comunicación…Estas competencias son las que no se cubren en la
mayoría de los casos. De hecho, en un caso concreto como es la Formación
Profesional, un estudio realizado por la Cambra Oficial de Comerç, Indústria i
Navegació de Barcelona, muestra que las empresas catalanas puntúan con un 5,7
sobre 10 la oferta de FP reglada que se imparte en Catalunya y el el 37% de los
encuestados señalan que los programas formativos no se adaptan a las
necesidades reales de la empresa.

Teniendo en cuenta que pide el mercado y qué valoran las empresas, es necesario
que los centros formativos adapten su oferta a la evolución del mercado laboral y
que los profesionales y estudiantes sean conscientes de la necesidad de adquirir
estas competencias. Es importante destacar que la adecuación de las
competencias demandadas no debe limitarse solamente a aquellos profesionales
que se incorporan en el mercado laboral. El reciclaje es fundamental para las
personas que ya cuentan con experiencia laboral.

Formación en competencias

Así pues, en este entorno laboral cambiante, la adecuación de la formación al


mercado laboral no es una simple necesidad, sino un requisito imprescindible.
Para, Eugenio Fernández López, Técnico del Área de Investigación y Proyectos de
la Secretaría de Formación de UGT-CEC, las competencias profesionales son en
la actualidad el eje vertebrador en la relación entre los sistemas de
educación y formación y los requerimientos de cualificación
profesional del mercado de trabajo.

El desarrollo de sistemas de educación y formación flexibles y adaptables a la


realidad social y productiva, basados en el reconocimiento, acumulación y
transferencia de resultados del aprendizaje y competencias adquiridas en
diferentes contextos (formales, informales y no formales) es una realidad que se
contempla tanto en las políticas, iniciativas y legislación europea como en la
normativa española.
Generalmente se asegura la adquisición de las competencias específicas de cada
profesión cuando se obtiene un título Universitario o de Formación Profesional.
No sucede lo mismo con las competencias transversales, ya que tradicionalmente
la formación se ha preocupado más de los conocimientos que de las
habilidades o las actitudes.

La formación debe abarcar también el desarrollo de unas habilidades,


del saber hacer, y de una determinada forma de afrontar tareas y
responsabilidades en cada ocupación. La sociedad actual pide ahora la
visibilidad de estas habilidades y actitudes.

Por eso, la formación, especialmente la formación para el empleo, debe mejorar


la calidad y eficiencia en el desempeño del puesto de trabajo, favoreciendo que
los empleados conozcan mejor su papel en la organización y sean capaces de ser
resolutivos en su actividad diaria. Formar a través de competencias implica
sobrepasar la mera definición de tareas y tener en cuenta las funciones y los roles.
EL PARADIGMA ECONOMICO Y SU RELACION CON LA
MORAL PROFEISONAL DEL INGENIERO

INSUFICIENCIA DEL PARADIGMA ECONOMICO ANTE


LA MORAL DEL INGENIERO

En los últimos tres siglos, el paradigma reinante ha


sido abordado bajo las hipótesis del egoísmo y
enriquecimiento desmedido y no ha brindado
aproximación a los problemas.
El centralizar el poder puede amenazar la libertad.
No debe existir un estamento político superior a todo
Todo sistema económico debe estar sostenido por
bases sociales y principios individuales para que
haya coherencia
La publicidad puede crear «falsas ilusiones de vida»
que se producen por condicionamiento y
manipulación emocional que puede ser parte de
dogmas relacionados con ánimos capitalistas y con
la acumulación del capital.

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