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ESCUELA DE DERECHO.
UNIDAD: V
El Secreto Profesional
ASIGNATURA:
PARTICIPANTE:
MATRICULA:
16-8238
FACILITADORA:
PERIODO ACADEMICO:
FECHA DE ENTREGA:
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--▪ INDICE ▪--
Introducción……………………………………………………………….………Pág. 4
Objetivos……………………………………………………………………..……Pág. 5
Desarrollo……………………………………………………………………..…..Pág. 6
EL SECRETO PROFESIONAL
del abogado……………………………………………………………….…..Pág.
abogado…………………………………………………………….……..Pág. 9
ejercicio
profesional…………………………………………………………………Pág. 15
Conclusión………………………………………………………….……..………Pág. 18
Bibliografías…………………………………………………………......………..Pág. 19
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En este trabajo, desglosaremos de una manera minuciosa sobre el Secreto
Profesional.
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General:
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1. Realiza un análisis reflexivo, de no más de tres páginas, acerca del
secreto del abogado ante las necesidades de defensa.
Guardar un secreto es
reservarse --▪ DESARROLLO ▪-- aquello
confiado y no decírselo
a nadie; es decir, no es más que reservarse la información
que le fue confiada hasta la muerte, o hasta tanto se haya convenido.
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haya venido a ser remunerada, no quita nada a su singular dignidad ni a su
grandísima elevación, de igual manera que el sacerdote no rebaja su condición,
aunque reciba un estipendio por decir misa. La alusión al sacerdote nos encamina
hacia la solución.
La abogacía no es una carrera ni un oficio sino un ministerio y como tal hay que
contemplarla sin que le alcance ninguna otra regulación. Cuando se habla del
servicio judicial en los pleitos, nos olvidamos del campo inmenso de los servicios
extra-judiciales. Cuando se quiere enjuiciar el caso por el pago de honorarios, nos
olvidamos de que el abogado derrocha la mitad de su actividad sin ganar nada,
cumpliendo requerimientos de la amistad, del partidismo político o de la
misericordia. Cuando recordamos que se pone al servicio del cliente nos
desentendemos de que no le debe sumisión, acatamiento ni obediencia de ningún
género y que su conciencia actúa siempre por encima de los deseos del
interesado. En cuanto nos detengamos a meditar sobre esas nobles
características del abogado, nos persuadiremos de que no realiza un contrato,
sino que ejerce un ministerio y nos acercaremos a entender lo que es el secreto
profesional.
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contrato no habrá contrato ninguno que obligue a morir. Si la miramos como un
ministerio, morir será un simple accidente.
A veces, por guardar un secreto se puede formar mala idea de nosotros, sin
embargo, el tiempo revela todo y nuestro compromiso es mantener la palabra
profesional. Otras veces perjudicamos una parte por guardar el secreto de otra,
esto debe medirse dependiendo del orden social del asunto y en virtud de esta se
decide si se continúa guardando o no el secreto; el profesional del derecho cumple
una función social y esto implica que en virtud de la gravedad y las consecuencias
se debe actuar.
El secreto es obligado no sólo para aquellos hechos que el cliente nos revela
encargándonos la reserva, sino también para aquellos hechos que apreciamos por
nosotros mismos y que por discreción no debemos publicar.
El secreto sólo cabe mientras los asuntos no salen de la intimidad del estudio, y
aun entonces hay que distinguir si la consulta.se evacua verbalmente o si sólo
requiere un apunte, nota o instrucción breve, el trabajo lo puede hacer por sí
mismo el abogado y responder de la fidelidad de su secreto. Pero si se trata de un
informe extenso que ha de reclamar el concurso de sus pasantes o auxiliares para
buscar textos o notas de jurisprudencia y que se traducirán después en un
dictamen que tomará un taquígrafo o un escribiente que copiará un mecanógrafo,
claro es que la cuestión sale ya de la jurisdicción estricta del letrado, porque a
ningún letrado se le puede exigir que escriba de su puño pliegos y pliegos o que
domine la mecanografía.
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El abogado deberá tener el mayor esmero en elegir su personal y procurará
imbuirle los deberes de fidelidad y reserva, pero es imposible que responda de la
conducta de ellos como de la suya propia.
Según Osorio la finalidad del secreto profesional es Proteger las confidencias del
cliente es un deber fundamental para alentar un clima de confianza en la relación
abogado cliente. Osorio otorga al secreto profesional un carácter cuasi sagrado
equiparándolo al secreto de confesión del sacerdote. Si miramos la profesión
como un ministerio a firma, “el abogado debe guardar el secreto a todo trance,
cueste lo que cueste (...) no es admisible quebrantar el secreto ni ante la mayor
amenaza ni ante el mayor peligro”.
ÁNGEL OSORIO dijo que “...la abogacía no es una carrera ni un oficio sino un
ministerio y como tal hay que contemplarla...”.
Puede llegar a ser hasta gracioso, pero es totalmente verídico que día a día
nosotros hacemos lo mismo, y es que no sabemos guardar secretos; porque se lo
decimos a "una" persona de nuestra total confianza y esa persona se lo dice a otra
persona de su total confianza y así sucesivamente como nos explica el autor. Y
puede que en nuestra vida diaria aunque este mal visto la gente lo hace pensando
que no traerá muchas repercusiones, pero en muchos de los casos si las trae.
Como abogados, se debe evitar esto, pues al revelar un secreto que le revela el
cliente puede ser totalmente atroz para el veredicto del juez. Aquí recaemos en un
punto tocado previamente en los capítulos anteriores, y es que el abogado al
aceptar un caso se presume que es por una causa justa; y en lo personal yo opino
que si al abogado se le confía algún secreto que diga que el cliente es totalmente
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culpable mejor deje el caso, sin tener que revelar el secreto y no defender una
causa que no es justa.
Ángel Ossorio nos dice en su libro “El Alma de la Toga” como se guarda un
secreto, y que la única forma de guardar un secreto, es no decírselo a nadie. Nos
dice que quizás esto suene tonto, pero de verdad que cuando más de dos saben
algo ya no es secreto porque se crea una cadena, ya que cada quien tiene a
alguien de confianza, y la mayoría de las veces le cuenta a esa persona que es de
su confianza, y este a su vez también tiene a alguien de confianza, hasta que esto
deja de ser secreto. Nos dice que el hombre más cauto no le cuenta sus secretos
a nadie.
Nos dice que con saber esto, pensamos que lo sabemos todo. Pero no sabemos
nada. Que la revelación de los secretos es una de las más sutiles y quebradizas y
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además difíciles de apreciar en la vida de un abogado. Nos dice que antes de
examinarla debemos detenernos en un punto a analizar la relación jurídica que
hay entre el abogado y su cliente. Dice que muchos autores consideran que es un
contrato. Pero que la dificultad está en saber de qué contrato se trata. Y para
algunos es un contrato de mandato, mas estos. (Y aquí nos pone un signo de $
significando que el dinero es la parte importante). Primero de que el mandato es
una función de representación mientras que el abogado por regla general no
representa o no debe representar a su cliente sino que le asesora y ampara,
quedando la representación a cargo del propio litigante o de su procurador.
Este nos dice que para algunos la abogacía es un servicio público porque la
Administración de justicia lo es y el abogado es un auxiliar de la justicia. Ossorio
dice que la equivocación también es evidente. Dice que el abogado desempeña
otra función social, pero una cosa es servir a la sociedad y otra muy distinta servir
al Estado, que es su mero representante. Nos explica que la característica del
abogado es no tener que ver nada con el Estado y pelear con el frecuentemente,
ya que los fallos del Poder Judicial y los Derechos Ministeriales, y las leyes
constitucionales y exige responsabilidad civil y criminal de los funcionarios de
todas las jerarquías y pide la modificación y la inaplicación de las leyes que reputa
malas.
Establece que los contratos con los abogados son sui generis e innominados, lo
que puede ser un medio discreto de solventar una dificultad. Nos pone de ejemplo
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los ingenieros y los escultores que se obligan a dar resultados y los abogados no,
ya que el abogado no puede asegurar que va a ganar una causa.
El abogado debe guardar el secreto a todo trance, cueste lo que cueste. Este nos
dice que el abogado, en la guarda del secreto profesional, puede encontrarse en
tres conflictos: conflicto con su propia conveniencia, conflicto con el interés
particular ajeno y conflicto con un grave interés social. Este dice que muchas
veces por guardar un secreto se puede formar una mala idea de los abogados.
Ossorio cita un ejemplo que a él le ocurrió. Llega una señora a verlo y le cuenta
que la tarde anterior se ha casado una sobrina de ella y se fue a pasar la luna de
miel al Hotel Nacional. Al día siguiente, a las 7 de la mañana, el marido se la
devolvió a la mama sin dar ninguna explicación de porqué la devolvió. La tía de la
muchacha le voceo al señor que la devolvió porque no funcionaba en la cama, y él
le con respeto le indico que también podía ser lo contrario y que el engañado haya
sido él. Pues la muchacha le confesó que no era virgen, y por esta razón él se
negó a defender a la muchacha, y él estaba intrigado de por qué el médico
certifico que la muchacha era virgen. Y que un día el médico se encontró con él y
este le puso el tema, y que entrando en detalles le pregunto que si la muchacha
era virgen, a lo que el médico le dijo que era tan virgen como su abuela, y él lo
cuestiono de por qué certifico que era virgen a lo que el médico le dijo que lo hizo
para no tener dolores de cabeza con esa gente.
Para finalizar con este análisis Ossorio plantea un caso donde una persona
consulta un abogado y por necesidad confía un secreto. El abogado no acepta el
asunto. No llegar, pues, a establecerse el vínculo moral ni contractual entre el
defensor y defendido. La pregunta. ¿Está el abogado obligado a guardar el
secreto? Él dice que muchos dirán que no, ya que este no asumió la función
defensiva. A lo que Osorio dice que si, por las siguientes razones: una es que el
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abogado es abogado siempre y aunque se limite a escuchar una consulta,
repeliendo después el negocio, sus obligaciones nacidas de aquella conversación
son tan apretadas como si hubiese asumido la defensa; y otra, que si se
dispensara el secreto profesional, y que podría darse la inmoralidad de que el
abogado se juzgara en libertad para buscar a la parte contraria y transmitirle todo
lo que acababa de saber y aun ponerse a su disposición para defenderla.
EL SECRETO PROFESIONAL
Según Ángel Osorio, el abogado debe guardar el secreto a todo trance, cueste lo
que cueste, el abogado es un servidor del interés social, la mejor forma de guardar
un secreto es no diciéndoselo a nadie, debido a que cada caso es distinto, el
abogado es abogado siempre, por lo que debe cumplir con lo establecido en el
código de ética y dar cumplimiento del artículo 15 hasta el 20 del mencionado
código.
Las confidencias:
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Ya sabemos que existen unos terceros a dicha relación que vienen protegidos por
el deber de secreto, que son la parte adversa y su defensor. El problema, por
tanto, consiste en determinar si existen otros terceros aparte de los señalados que
sean también sujetos de protección del deber de secreto, o no.
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El abogado no debe intervenir en asuntos que puedan conducirlo a revelar un
secreto, ni utilizar en provecho propio o de su cliente las confidencias que haya
recibido en el ejercicio de su profesión, salvo que obtenga el consentimiento previo
y expreso del confidente. La obligación de guardar el secreto profesional
comprende también los asuntos que el abogado conozca por trabajar en común o
asociado con otros o por intermedio de empleados o dependientes de estos.
1. Introducción
2. Marco teórico
3. Conclusión
4. Bibliografía
Introducción
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La actuación del abogado debe ser siempre libre e independiente y, como
profesional, el letrado recibirá el amparo de los tribunales en su libertad de
expresión y defensa.
La dignidad de la función del abogado comporta que goce de todos los derechos
inherentes a la misma y como contrapartida se le exige probidad, lealtad y
veracidad en el fondo de todas sus declaraciones, así como la utilización de
formas respetuosas en sus manifestaciones y siempre guiado por el principio de
buena fe.
Según Ángel Ossorio, expresa que, sólo hay un procedimiento; con respecto al
Secreto Profesional: no contárselo a nadie, ni a los compañeros de despacho,
salvo lo que sean también del mismo asunto y tengan, por eso, el mismo deber, ni
siquiera a la esposa, absolutamente a nadie.
OBJETIVO GENERAL
OBJETIVOS ESPECIFICOS
Marco teórico
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A nuestro entender tiene su fundamento en última instancia, en el derecho de
defensa, consagrado constitucionalmente, el cual perdería toda eficacia si el
cliente no tuviese la certeza de que las confidencias que entrega a su abogado,
podría éste divulgarlas impunemente.
Incluso más, en los casos en que el descubrimiento de los secretos del cliente se
hiciere por imprudencia, caso en el cual, se estaría fuera del tipo penal citado, en
la medida que la referida falta de discreción haya generado perjuicio al cliente,
éste estaría autorizado para iniciar una acción civil indemnizatoria derivada de la
responsabilidad extracontractual en que habría incurrido el profesional al
ocasionar por su culpa un hecho dañoso.
Este amplio reconocimiento que presta la ley tanto para respetar el secreto
profesional del abogado como para sancionarlo civil y penalmente cuando se
infringe, es aún mayor desde el punto de vista deontológico.
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consecuencia de pláticas para realizar una transacción que fracasó cubriendo,
además, las de los colegas.
Tan estricta posición deriva de que el bien jurídico tutelado en estos casos no sólo
es el derecho a la intimidad personal del confidente sino del orden público que
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exige la absoluta incolumidad de los intereses vinculados al derecho de defensa.
Salvo casos extremos, entonces, ni la autorización del confidente ni el daño cierto
a un tercero inocente ni al propio profesional liberan de la obligación de mantener
la reserva.
Por otro lado, la esencia del deber profesional del abogado es la de ser un
servidor de la justicia y un colaborador de su administración, según lo señala el
artículo 1º de nuestro Código de Ética Profesional.
Debe excluirse desde luego, del marco del secreto profesional, la consulta seguida
de la confidencia hecha por quien prepara una acción criminal o fraudulenta.
Con mayor razón deben excluirse del ámbito del secreto profesional aquellos
antecedentes que dicen relación con hechos o situaciones ilícitas en que el
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abogado tiene una participación activa como autor, cómplice o encubridor, pues en
estos casos regirán las normas generales relativas a los inculpados.
Está claro sin embargo, que el abogado jamás podrá adquirir la calidad de
sospechoso en un acto delictivo cuando los únicos antecedentes que se esgrimen
en su contra provienen de su intervención profesional no fluyendo con claridad el
conocimiento del ilícito de su parte.
Diferente es la situación del abogado que ejecuta o lleva a cabo actos que
permitan facilitar a los delincuentes el aprovechamiento de los efectos de un
crimen o simple delito de cuya perpetración conoce. En estos casos extremos la
obligación de declarar del abogado está restringida sólo a los actos propios y ni
siquiera éstos, si al divulgarlos de alguna manera afecta la confidencia de quien
fue su cliente.
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Todo lo dicho, con la salvedad de que no hay principio que valga frente a una
auténtica, personal y profunda convicción moral del abogado, acerca de la
necesidad de decir lo que le está vedado cuando con ello se evita un mal mayor
no reparable de otro modo.
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lugar, y debe litigar de manera consciente respecto a la responsabilidad social en
la que se halla, con un actuar crítico y equilibrado al servicio de la paz social, en la
que colabora con los juzgados y tribunales dentro del sistema judicial de cada
país. A través de los Colegios de Abogados u organismos pertinentes,
dependiendo del país, existen servicios de asistencia jurídica gratuita para los
ciudadanos que carecen de medios económicos para pagar los honorarios de un
abogado. Son los llamados defensores "Ad honorem" en el caso que asesoren
desde Colegios de abogados, y abogados oficiales defensores (o simplemente
abogados de oficio) cuando dependen directamente del Estado. Las
especialidades más habituales en el mundo de la abogacía suelen ser: Derecho
civil, de familia, penal, mercantil, laboral, tributario, constitucional, administrativo y
ambiental.
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de "abogado". Debe dedicar su vida a dar consejos jurídicos y pedirjusticia en los
tribunales. Y quien no haga esto será todo lo licenciado que quiera pero abogado
no.
Ser abogado (no es saber el Derecho, sino conocer la vida). El derecho positivo
está en los libros, pero lo que la vida reclama no está escrito en ninguna parte.
Quien tenga previsión, serenidad, amplitud de miras y de sentimientos para
advertirlo, será Abogado; quien no tenga más inspiración ni más guía que las
leyes, será un desventurado mandadero. La justicia no es fruto del estudio, sino de
una sensación. "La sensación de la justicia" es decir, que procuremos no actuar
tan apegados a las leyes, que usemos lo que nosotros tenemos conceptualizado
como bueno, equitativo, prudente, cordial y sobre todo justo. La abogacía es una
profesión difícil de lograrla por las diversas cualidades requeridas.
La Moral del Abogado. En la moral del abogado, es del criterio que debe tener un
abogado. Y comienza: La abogacía no se cimienta en la lucidez del ingenio, sino
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en la rectitud de la conciencia. Malo será que erremos y defendamos como moral
lo que no es; pero si nos hemos equivocado de buena fe, podemos estar
tranquilos. Cita las palabras del novelista Collete Iver. "Nuestro oficio ¿es hacer
triunfar a la justicia o a nuestro cliente? ¿Iluminamos al Tribunal o procuramos
cegarle? Cuando un abogado acepta una defensa, es porque estima - aunque sea
equivocadamente- que la pretensión de su tutelado es justa, y en tal caso al
triunfar el cliente triunfa la justicia, y nuestra obra no va encaminada a cegar sino a
iluminar. También da unos consejos a los abogados. Hay que ser refractario al
alboroto. Soportar la amargura de una censura caprichosa e injusta, es carga
añeja a los honores profesionales. Debajo de la toga hay que llevar la coraza.
Abogado que sucumba al qué dirán debe tener su hoja de servicios manchada con
la nota de cobardía. No digo que el juicio público no sea digno de atención. Lo que
quiero decir es que después de adoptada una resolución, vacilar ni retroceder por
miedo a la crítica, que es un monstruo de cien cabezas irresponsables y faltas de
sindéresis. Cuando se ha marcado la línea del deber hay que cumplirla a todo
trance.
Requisitos para el ejercicio de la abogacía. Estos son los requisitos para ejercer la
profesión de abogado en la República Dominicana:
Anexo a la carta:
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-Copia de la cédula;
3-El abogado solicitante deberá anexar la prueba de cada uno de los datos que
contiene el formulario de inscripción, además instancia de juramentación de la
honorable Suprema Corte de Justicia y copia de la cédula, carta de grado de la
Universidad legalizada por El Ministerio de Educación Superior Ciencias y
Tecnología (MIESCYT) en original, copia del título certificado por la MIEECYT,
copia de la certificación de buena conducta de la fiscalía donde resida el
solicitante, los demás requisitos estará a cargo de la Junta Directiva. Esta solicitud
deberá estar acompañada con la suma de quinientos pesos (RD$500.00)[3].
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4-La solicitud de inscripción será dirigida a la Junta Directiva, y solo podrá ser
rechazada si no satisface las disposiciones de la ley No. 91 de fecha 3 de febrero
de 1983, expidiendo un carnet numerado y un diploma al solicitante aprobado, en
caso contrario notificará al mismo el rechazo y las causas de éste[4]La solicitud de
inscripción se hará en la sede principal y luego se le envía el padrón a la seccional
del Colegio donde el solicitante tenga su domicilio y la oficina abierta. Si el
formulario de inscripción ha sido rechazado por deficiencia o falta de prueba de los
datos que ofrezca en el formulario de inscripción podrá solicitar de nuevo su
inscripción cuando pueda satisfacer los requerimientos establecidos en el presente
estatuto [5]El formulario de inscripción será quintuplicado y contendrá al final una
certificación de aprobación firmada por el Presidente y el Secretario General del
Colegio. Se formarán cuatros libros con uno o más tomos de los formularios d
inscripciones conservando la Junta Directiva el Original y depositando sendas
copias en los siguientes lugares: uno en la Suprema Corte de Justicia, otro en la
Procuraduría General de la República y otro por ante el Tribunal Disciplinario. La
Junta Directiva devolverá de inmediato al solicitante la quinta copia[6]
3.–Condenado a una pena criminal sin haberla cumplido o sin haber conseguido la
rehabilitación.
1.2.2.-¿Cuáles son las funciones del Colegio Dominicano de Abogados? Los fines
del Colegio son los siguientes[8]:
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b) Defender los derechos de los abogados y el respeto y consideración que
merecen y se deben mutuamente, así como los intereses morales, intelectualesy
materiales de la profesión.
e) Mantener relaciones con las demás entidades de orden profesional del país, así
como con las similares del extranjero, persiguiendo una amplia y eficaz
colaboración con las mismas.
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¿Quién regula las funciones ó actuaciones de los Abogado, en la República
Dominicana? El Colegio se rige para estos fines, por el Código de Ética
Profesional, aprobado en la Primera Asamblea General de fecha 23 de julio del
1983[9]
¿Cuáles son las sanciones que se le imponen a los abogados, que hallan
incurridos en actos inmorales o anti-éticos? El Código de Ética tiene como sanción
a cada una de las infracciones que contemple una de las penas siguientes[10]
• Amonestación privada;
• Amonestación pública;
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Directiva la imputación reviste carácter de seriedad[13]Se reconoce a las
asociaciones profesionales de abogados legalmente reconocidas el derecho a
intervenir en el proceso dentro de las regulaciones de estos Estatutos.
-Dentro de los diez (10) días después de recibida la acusación formulada por el
Fiscal del Colegio, el Tribunal Disciplinario fijará la fecha de la audiencia privada
para conocer del asunto, debiéndosele notificar la acusación al inculpado
mediante acto de alguacil, indicando sitio, fecha y hora de la audiencia,
intimándole para que en un plazo no mayor de diez (10) días produzca su defensa
por escrito o verbalmente. Dichos plazos no son francos[14]
-El fallo será notificado a la Junta Directiva y al inculpado por el Secretario del
tribunal Disciplinario, por escrito, dentro de los cinco (5) días siguientes a su
pronunciamiento[16]
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República Dominicana. La apelación suspende la ejecución de la sentencia hasta
que intervenga fallo sobre la apelación.
Conclusión
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abogado no solo debe defender la institucionalidad y las leyes sino ayudar y
orientar la aplicación de la verdadera justicia orientando a cada quien sobre sus
derechos. En nuestra sociedadaparecen normalmente personas que son
Licenciados en Derecho, pero que no ejercen ni son verdaderos abogados, que no
trabajan ni están acorde con la profesión; que no interactúan con los conceptos de
un abogado, por lo que no tienen las condiciones para enaltecer y fortalecer la
sociedad.
Bibliografía
• Osorio, Ángel, "El Alma de la Toga", 4ta edición, editorial Losada, Buenos
Aires Argentina, Argentina, 1940.
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• Vázquez Guerrero, Francisco Daniel, "Ética, Deontología y Abogados".
Cuestiones generales y situaciones concretas, Barcelona, España, 1997.
Una de las principales obligaciones que el código de ética impone a los abogados,
es la relativa al secreto profesional. En el sistema jurídico dominicano, el abogado
está imposibilitado de divulgar, por cualquier medio, las informaciones que
conocer de su cliente y que ha obtenido de este o terceros. Dispone la normativa
vigente que “El Abogado guardará el más riguroso secreto profesional”, asimismo
que “El secreto profesional constituye a la vez un deber de cuyo cumplimiento ni
ellos mismos pueden eximirse (…)”
Esta prohibición no es absoluta, toda vez que cuenta con ciertas limitaciones y
derogaciones que permiten al profesional del derecho, liberarse de su obligación,
en casos concretos. Estas excepciones encuentran su fundamento en la
protección del cliente con la finalidad de evitar que la información que suministra a
su representante, la cual en mayoría de ocasiones constituye información
delicada, quede protegida e impedir que pueda ser usada en su contra.
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Un ejemplo de lo anterior, es cuando el abogado es objeto de persecuciones de su
cliente, estará dispensado de guardar el secreto profesional, revelando lo
indispensable para su defensa y presentar documentos que este le haya confiado.
Es preciso destacar que una vez el abogado termina la relación con su cliente,
está obligado a mantener y guardar el secreto profesional. Tal es el caso cuando
el cliente confía información sobre un proyecto, caso o transacción al abogado, sin
importar que el mismo no se haya efectuado. Igualmente, está impedido el
abogado después de aceptado un caso, aun no se haya formalizado, a prestar
servicios a la contraparte de su cliente para manejar el mismo caso.
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¿Qué es el secreto profesional y cuál es su relevancia con la Ley 155-17?
La Ley No. 155-17 obliga, en su art. 55, a que el abogado (entre otros sujetos
obligados) envíe a la Unidad de Análisis Financiero (UAF) un reporte de las
operaciones (realizadas o no) que sean sospechosas de sus clientes. De igual
forma, el art. 69 penaliza, como una infracción “muy grave”, el incumplimiento de
este envío. Por su parte, el art. 57 de la Ley precisa que las disposiciones legales
relativas al secreto profesional “no serán impedimento” para el cumplimiento de
esta obligación.
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Abogado (Decreto No. 1290 de 1983) dedica su capítulo segundo al secreto
profesional.
Para los abogados, este tema es altamente preocupante, puesto que se crean
diversos escenarios en los cuales no existen respuestas claras sobre cuál es el
correcto proceder, en la relación abogado-cliente. Queda claro que el abogado,
cuando está representando a un cliente en un proceso judicial, está eximido de
reportar. Sin embargo, en las demás situaciones de representación de sus clientes
existen dudas importantes, por ejemplo:
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• ¿Si un potencial cliente se acerca al abogado para que lo regularice en su
situación irregular con la administración tributaria (o algún otro delito precedente),
¿debe el abogado reportar al cliente por su situación sospechosa?
Estas son solo algunas de las innumerables situaciones e inquietudes que pueden
surgir, y que indudablemente afectan la relación de confianza que debe
permanecer entre el abogado y su cliente, con el fin de que el cliente pueda
encontrarse debidamente representado y defendido por su abogado.
Como el GAFI claramente especifica que cada país determinará los asuntos que
estarán protegidos por el secreto profesional, en varios países se ha decidido que
los abogados no deberán enviar los reportes de operaciones sospechosas a la
UAF. Tal es el caso de los Estados Unidos de América (EUA), Canadá, Japón,
entre otros.
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El caso de Canadá es particularmente interesante, pues la Federación de Colegios
de Abogados (FLSC) interpuso un recurso constitucional contra los intentos del
gobierno para obligar a los abogados a reportar transacciones sospechosas, lo
que resultó en eximir el consejo legal de los requerimientos de reportería.
En los EUA, la Asociación de Abogados (ABA) emitió una guía titulada “A Lawyer
´s Guide to Detecting and Preventing Money Laundering”, en la cual se resalta lo
siguiente: evitar el Tipping-Off es un asunto extremadamente problemático para
los abogados, pues implica que se ignore el cliente, se estanque el caso, o se
adopten acciones que no son consistentes con el principio de los mejores
intereses del cliente.
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constituye una interferencia desproporcionada en relación al secreto profesional
del abogado.
A pesar de este fallo, la Corte dejó claro lo siguiente: es innegable que el secreto
profesional es la base de la confianza que permea la relación entre el abogado y
su cliente; aunque el art. 8 protege la confidencialidad de toda correspondencia
entre individuos, esta protección tiene un mayor peso sobre los intercambios entre
los abogados y sus clientes; los abogados tienen el rol de defensa de la persona,
rol que no puede ser ejercido si sus intercambios con sus clientes no permanecen
bajo confidencialidad; es la relación de confianza entre abogado y cliente, esencial
para el ejercicio de la profesión, la que está en juego.
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Finalmente, resulta interesante señalar que, el 6 de mayo del 2013, la American
Bar Association (ABA) envió una carta al GAFI, a través de la cual destacó que, en
los Estados Unidos, la experiencia ha demostrado que la gran mayoría de los ROS
remitidos por parte del sector financiero nunca culminan en ningún proceso
judicial. En tal sentido, el GAFI debe analizar con mayor profundidad el rol causal
entre el ROS y la efectividad en el cumplimiento de la ley AML, partiendo de los
riesgos sustanciales que representa el ROS para la profesión jurídica y los clientes
inocentes que, en principio, no han cometido ningún delito y se afectan por estas
reglas.
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--▪ CONCLUSION ▪--
Por otro lado, estamos frente a la falta de ética profesional del abogado negligente
y, en concreto, el daño denominado "a profesional pudiendo detectar distintos
procederes de algunos legistas en el procedimiento; el abogado carente de ética
es el que, con el fin de evitar un juicio, decide abordar cualquier precio o arreglo
con la contraparte provocándole en ocasiones un prejuicio al cliente dando como
resultado un encausamiento legal dudoso. Encontramos también al abogado
negligente, que al no estar preparado para un juicio en concreto, realiza acciones
inadecuadas provocando la afectación del cliente. No obstante debemos
reconocer al abogado profesional, el que se interesa en las pretensiones de su
cliente, y lo representa todo el procedimiento; tomando en cuenta que pone
atención a los fundamentos de la contraparte resultando en la mayoría de los
casos un juicio favorable para su defendido.
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--▪ BIBLIOGRAFIAS ▪--
BASICA:
COMPLEMENTARIA:
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