Está en la página 1de 44

ESCUELA DE CIENCIAS JURÍDICAS Y POLÍTICAS.

ESCUELA DE DERECHO.

UNIDAD: V

El Secreto Profesional

ASIGNATURA:

Deontología Jurídica, 2019-3-2-DER327-GV70-1

PARTICIPANTE:

Ángel Antonio Vásquez Fermín (Privado de Libertad)

MATRICULA:

16-8238

FACILITADORA:

Lisbell Peña Persia

PERIODO ACADEMICO:

3er. Cuatrimestre, Septiembre-diciembre, 2019.

FECHA DE ENTREGA:

29 de noviembre del 2019.


Página 1 de 44

PROVINCIA SANTIAGO, REPUBLICA DOMINICANA.


EL SECRETO PROFESIONAL.

Página 2 de 44
--▪ INDICE ▪--

Introducción……………………………………………………………….………Pág. 4

Objetivos……………………………………………………………………..……Pág. 5

Desarrollo……………………………………………………………………..…..Pág. 6

EL SECRETO PROFESIONAL

 Informe de lectura de la importancia de la dignidad, el honor y la buena fe

del abogado……………………………………………………………….…..Pág.

 Juicio valorativo de la importancia de la dignidad, el honor y la buena fe del

abogado…………………………………………………………….……..Pág. 9

 Los mandamientos del abogado……………………………….……….Pág. 10

 La publicidad del abogado y la importancia de evitar la chicana, en el

ejercicio

profesional…………………………………………………………………Pág. 15

Conclusión………………………………………………………….……..………Pág. 18

Bibliografías…………………………………………………………......………..Pág. 19

Página 3 de 44
En este trabajo, desglosaremos de una manera minuciosa sobre el Secreto
Profesional.

La dignidad se explica en mala


--▪ INTRODUCCION ▪--
medida por la autonomía propia
del ser humano, como lo comentan Platón, Giovanni Pico della Mirandola y Kant,
pues sólo el que sabe y puede gobernarse a sí mismo, según un principio racional,
resulta "señor de sus acciones" y en consecuencia, al menos parcialmente, un
sujeto libre; al regular su comportamiento según sus propias normas, ya no es un
mero súbdito, ya no está bajo el dictado de otro, sino que es un ciudadano.

Entendemos que esa autonomía o dignidad es solo un potencial de libertad


respecto a las necesidades e imposiciones naturales o sociales y en la historia
universal del género humano.

La dignidad se basa en el reconocimiento de la persona de ser merecedora de


respeto, es decir que todos lo merecemos sin importar distinciones. Al reconocer y
tolerar las diferencias de cada persona, para que ésta se sienta digna y libre, se
afirma que la virtud y la propia dignidad del individuo, se fundamenta en el respeto.

Página 4 de 44
General:

 Identificar la Importancia de la Dignidad, el Honor y la Buena fe del


Abogado. .
--▪ OBJETIVOS ▪--
Específicos:

 Presentar un informe de lectura acerca de la importancia de la dignidad, el


honor y la buena fe del abogado.
 Establecer un juicio valorativo luego de cotejar la información recabada.
 Identificar los mandamientos del abogado conforme lo ha establecido la
doctrina.
 Conocer cómo se maneja la publicidad del abogado y la importancia de
evitar la chicana, en el ejercicio profesional.

Página 5 de 44
1. Realiza un análisis reflexivo, de no más de tres páginas, acerca del
secreto del abogado ante las necesidades de defensa.

Guardar un secreto es
reservarse --▪ DESARROLLO ▪-- aquello
confiado y no decírselo
a nadie; es decir, no es más que reservarse la información
que le fue confiada hasta la muerte, o hasta tanto se haya convenido.

El abogado está obligado a guardar secreto y sabemos muy bien que el no


guardarlo es un delito. Para algunos, la abogacía es un servicio público porque la
Administración de justicia lo es y el abogado es un auxiliar de la justicia. La
equivocación es aquí evidente, el abogado desempeña una función social pero
una cosa es servir a la sociedad y otra muy distinta servir al Estado que es su
mero representante.

Precisamente la característica del abogado es no tener que ver nada con el


Estado y pelear con él frecuentemente, ya que combate los fallos del Poder
judicial y los Decretos ministeriales, y las leyes inconstitucionales y exige la
responsabilidad civil y criminal de los funcionarios de todas las jerarquías y pide la
modificación y la inaplicación de las leyes que reputa malas.

La función del abogado fue en sus primeros orígenes, de alto patronato, de


protección, de confidencia. El hecho de que entonces fuera gratuita y después

Página 6 de 44
haya venido a ser remunerada, no quita nada a su singular dignidad ni a su
grandísima elevación, de igual manera que el sacerdote no rebaja su condición,
aunque reciba un estipendio por decir misa. La alusión al sacerdote nos encamina
hacia la solución.

La abogacía no es una carrera ni un oficio sino un ministerio y como tal hay que
contemplarla sin que le alcance ninguna otra regulación. Cuando se habla del
servicio judicial en los pleitos, nos olvidamos del campo inmenso de los servicios
extra-judiciales. Cuando se quiere enjuiciar el caso por el pago de honorarios, nos
olvidamos de que el abogado derrocha la mitad de su actividad sin ganar nada,
cumpliendo requerimientos de la amistad, del partidismo político o de la
misericordia. Cuando recordamos que se pone al servicio del cliente nos
desentendemos de que no le debe sumisión, acatamiento ni obediencia de ningún
género y que su conciencia actúa siempre por encima de los deseos del
interesado. En cuanto nos detengamos a meditar sobre esas nobles
características del abogado, nos persuadiremos de que no realiza un contrato,
sino que ejerce un ministerio y nos acercaremos a entender lo que es el secreto
profesional.

En el empeño de encuadrar el secreto profesional dentro del marco de la técnica


jurídica, han llegado a producirse chistosos extravíos. Algunos autores han
sostenido que el secreto profesional era un contrato de depósito. A cualquiera se
le ocurre que un depósito sólo puede constituirse sobre objetos muebles y que una
confidencia, una relación, un estado de espíritu no pueden depositarse, aunque al
que lo recibe se le llame, en lenguaje figurado, depositario del secreto. Ni siquiera
el lenguaje figurado conocían aquellos juristas. El abogado debe guardar el
secreto a todo trance, cueste lo que cueste. Antiguos autores franceses lo
relevaban de la obligación ante la amenaza del Rey. Pero en buenas normas
profesionales, no es admisible quebrantar el secreto ni ante la mayor amenaza ni
ante el mayor peligro. Comprendo que es bien grave lo que digo, pero ello es una
consecuencia de mi punto de vista. Si miramos la profesión como un mero

Página 7 de 44
contrato no habrá contrato ninguno que obligue a morir. Si la miramos como un
ministerio, morir será un simple accidente.

El abogado, en la guarda del secreto profesional, puede encontrarse en tres


conflictos; conflicto con su propia conveniencia, conflicto con el interés particular
ajeno y conflicto con un grave interés social.

A veces, por guardar un secreto se puede formar mala idea de nosotros, sin
embargo, el tiempo revela todo y nuestro compromiso es mantener la palabra
profesional. Otras veces perjudicamos una parte por guardar el secreto de otra,
esto debe medirse dependiendo del orden social del asunto y en virtud de esta se
decide si se continúa guardando o no el secreto; el profesional del derecho cumple
una función social y esto implica que en virtud de la gravedad y las consecuencias
se debe actuar.

El abogado, para guardar el secreto profesional no sólo no está obligado a mentir,


sino que no le es lícito hacerla. La verdad debe ser su norma, además, mentir es
abrir la puerta a que puede recaer la responsabilidad sobre un inocente.

El secreto es obligado no sólo para aquellos hechos que el cliente nos revela
encargándonos la reserva, sino también para aquellos hechos que apreciamos por
nosotros mismos y que por discreción no debemos publicar.

El secreto sólo cabe mientras los asuntos no salen de la intimidad del estudio, y
aun entonces hay que distinguir si la consulta.se evacua verbalmente o si sólo
requiere un apunte, nota o instrucción breve, el trabajo lo puede hacer por sí
mismo el abogado y responder de la fidelidad de su secreto. Pero si se trata de un
informe extenso que ha de reclamar el concurso de sus pasantes o auxiliares para
buscar textos o notas de jurisprudencia y que se traducirán después en un
dictamen que tomará un taquígrafo o un escribiente que copiará un mecanógrafo,
claro es que la cuestión sale ya de la jurisdicción estricta del letrado, porque a
ningún letrado se le puede exigir que escriba de su puño pliegos y pliegos o que
domine la mecanografía.

Página 8 de 44
El abogado deberá tener el mayor esmero en elegir su personal y procurará
imbuirle los deberes de fidelidad y reserva, pero es imposible que responda de la
conducta de ellos como de la suya propia.

Los profesionales del derecho deben siempre acudir a su conciencia, esta es la


mayor de las claves para ayudarlo a entender el valor, las condiciones y
consecuencias del secreto profesional; así podrá determinar cuando el secreto
debe ser revelado en su función de servir a la sociedad por ante todo.

Realice un reporte de no más de cinco páginas que contenga un análisis a la


opinión de Ángel Osorio acerca del secreto profesional y el momento en que
este puede ser revelado. Diga cuál es su opinión al respecto.

Según Osorio la finalidad del secreto profesional es Proteger las confidencias del
cliente es un deber fundamental para alentar un clima de confianza en la relación
abogado cliente. Osorio otorga al secreto profesional un carácter cuasi sagrado
equiparándolo al secreto de confesión del sacerdote. Si miramos la profesión
como un ministerio a firma, “el abogado debe guardar el secreto a todo trance,
cueste lo que cueste (...) no es admisible quebrantar el secreto ni ante la mayor
amenaza ni ante el mayor peligro”.

El secreto profesional es la piedra angular para garantizar la confianza de las


personas en los abogados. El respeto estricto a este deber le otorga al cliente
amplia libertad para revelar sus preocupaciones más íntimas, sensibles y
embarazosas. En última instancia, el secreto profesional protege la privacidad del
cliente y el derecho de defensa. Las personas deben poder comunicarse
libremente con su abogado sin el temor a quela información pueda ser utilizada en
su contra. El abogado debe transmitir esa confianza advirtiendo al cliente que la
información relativa a la representación no podrá ser divulgada sin su
consentimiento. Ello contribuye a generar un clima de confianza que le permitirá al
Página 9 de 44
letrado obtener información completa y dar un consejo legal adecuado. En
consecuencia con la importancia del secreto profesional, la trasgresión de este
principio constituye un delito sancionado por el artículo165° del Código Penal,
conforme al cual, quien teniendo información por razón de su estado, oficio,
empleo, profesión o ministerio, de secretos cuya publicación pueda causar daño,
los revela sin consentimiento del interesado, será reprimido con pena privativa de
libertad no mayor de dos años y con sesenta a ciento veinte días multa.

A diferencia del Código de 1997, el Proyecto de Código declara expresamente que


la finalidad del secreto profesional es garantizar la relación de confianza que debe
existir entre un abogado y su cliente para proporcionar un servicio legal óptimo
(Proyecto de Código, artículo 27º).Garantizar que la información confidencial del
cliente sea debidamente protegida es un principio general establecido sin
excepción por los códigos comparados objeto de estudio.

ÁNGEL OSORIO dijo que “...la abogacía no es una carrera ni un oficio sino un
ministerio y como tal hay que contemplarla...”.

POR OTRA PARTE

Puede llegar a ser hasta gracioso, pero es totalmente verídico que día a día
nosotros hacemos lo mismo, y es que no sabemos guardar secretos; porque se lo
decimos a "una" persona de nuestra total confianza y esa persona se lo dice a otra
persona de su total confianza y así sucesivamente como nos explica el autor. Y
puede que en nuestra vida diaria aunque este mal visto la gente lo hace pensando
que no traerá muchas repercusiones, pero en muchos de los casos si las trae.

Como abogados, se debe evitar esto, pues al revelar un secreto que le revela el
cliente puede ser totalmente atroz para el veredicto del juez. Aquí recaemos en un
punto tocado previamente en los capítulos anteriores, y es que el abogado al
aceptar un caso se presume que es por una causa justa; y en lo personal yo opino
que si al abogado se le confía algún secreto que diga que el cliente es totalmente
Página 10 de 44
culpable mejor deje el caso, sin tener que revelar el secreto y no defender una
causa que no es justa.

También me parece que el abogado ni siquiera debería de ser capaz de atestiguar


en un caso contra su cliente, porque en esos momentos puede que su buen juicio
sea nublado por motivos personales y al bajarse del estrado todavía quede así
como muy involucrado en el caso y no se desenvuelva tan bien como abogado.

Ángel Ossorio nos dice en su libro “El Alma de la Toga” como se guarda un
secreto, y que la única forma de guardar un secreto, es no decírselo a nadie. Nos
dice que quizás esto suene tonto, pero de verdad que cuando más de dos saben
algo ya no es secreto porque se crea una cadena, ya que cada quien tiene a
alguien de confianza, y la mayoría de las veces le cuenta a esa persona que es de
su confianza, y este a su vez también tiene a alguien de confianza, hasta que esto
deja de ser secreto. Nos dice que el hombre más cauto no le cuenta sus secretos
a nadie.

Nos aconseja que el que se vaya a dedicar a la carrera de abogado, y le guste


contar los secretos a amigos o amigas, mejor que no se dedique a esta carrera,
porque el abogado está obligado a guardar el secreto y que se sabe que el
abogado que no lo guarde sabe que está cometiendo un delito.

En su libro nos dice que el Código argentino no menciona al Abogado


específicamente, pero castiga en su artículo 156 con multa e inhabilitación a todo
el que teniendo noticia por razón de su estado, oficio, empleo, profesión o arte, de
un secreto cuya divulgación pudiera causar un daño, la revelare sin justa razón
causa. También nos cita el Código Español en su artículo 363 que expresa (al
abogado que con abuso malicioso de su oficio o negligencia o ignorancia
inexcusables perjudicase a su cliente o descubriera sus secretos habiendo tenido
de ellos conocimiento en el ejercicio de su ministerio).

Nos dice que con saber esto, pensamos que lo sabemos todo. Pero no sabemos
nada. Que la revelación de los secretos es una de las más sutiles y quebradizas y

Página 11 de 44
además difíciles de apreciar en la vida de un abogado. Nos dice que antes de
examinarla debemos detenernos en un punto a analizar la relación jurídica que
hay entre el abogado y su cliente. Dice que muchos autores consideran que es un
contrato. Pero que la dificultad está en saber de qué contrato se trata. Y para
algunos es un contrato de mandato, mas estos. (Y aquí nos pone un signo de $
significando que el dinero es la parte importante). Primero de que el mandato es
una función de representación mientras que el abogado por regla general no
representa o no debe representar a su cliente sino que le asesora y ampara,
quedando la representación a cargo del propio litigante o de su procurador.

Ossorio establece que el abogado que se respeta no acepta que el cliente lo


mande sino que el cliente es quien debe obedecer al abogado o este abandona la
defensa. Algunos dicen que es un arrendamiento de servicios y esto es solo
verdad respecto a los abogados a sueldo que renuncian a su libertad para asistir a
quien les paga y cumplir las órdenes que le de la empresa a quien sirven pues la
consideran como su superior, más los abogados libres no aceptan compromiso
ninguno, estos defienden el asunto mientras crean que está bien y lo dejan cuando
creen que está mal, sin llegar a subordinarse a ninguna prescripción, orden ni
reglamento de su cliente.

Este nos dice que para algunos la abogacía es un servicio público porque la
Administración de justicia lo es y el abogado es un auxiliar de la justicia. Ossorio
dice que la equivocación también es evidente. Dice que el abogado desempeña
otra función social, pero una cosa es servir a la sociedad y otra muy distinta servir
al Estado, que es su mero representante. Nos explica que la característica del
abogado es no tener que ver nada con el Estado y pelear con el frecuentemente,
ya que los fallos del Poder Judicial y los Derechos Ministeriales, y las leyes
constitucionales y exige responsabilidad civil y criminal de los funcionarios de
todas las jerarquías y pide la modificación y la inaplicación de las leyes que reputa
malas.

Establece que los contratos con los abogados son sui generis e innominados, lo
que puede ser un medio discreto de solventar una dificultad. Nos pone de ejemplo

Página 12 de 44
los ingenieros y los escultores que se obligan a dar resultados y los abogados no,
ya que el abogado no puede asegurar que va a ganar una causa.

El abogado debe guardar el secreto a todo trance, cueste lo que cueste. Este nos
dice que el abogado, en la guarda del secreto profesional, puede encontrarse en
tres conflictos: conflicto con su propia conveniencia, conflicto con el interés
particular ajeno y conflicto con un grave interés social. Este dice que muchas
veces por guardar un secreto se puede formar una mala idea de los abogados.
Ossorio cita un ejemplo que a él le ocurrió. Llega una señora a verlo y le cuenta
que la tarde anterior se ha casado una sobrina de ella y se fue a pasar la luna de
miel al Hotel Nacional. Al día siguiente, a las 7 de la mañana, el marido se la
devolvió a la mama sin dar ninguna explicación de porqué la devolvió. La tía de la
muchacha le voceo al señor que la devolvió porque no funcionaba en la cama, y él
le con respeto le indico que también podía ser lo contrario y que el engañado haya
sido él. Pues la muchacha le confesó que no era virgen, y por esta razón él se
negó a defender a la muchacha, y él estaba intrigado de por qué el médico
certifico que la muchacha era virgen. Y que un día el médico se encontró con él y
este le puso el tema, y que entrando en detalles le pregunto que si la muchacha
era virgen, a lo que el médico le dijo que era tan virgen como su abuela, y él lo
cuestiono de por qué certifico que era virgen a lo que el médico le dijo que lo hizo
para no tener dolores de cabeza con esa gente.

Dice que el choque se había producido entre el secreto profesional y su


conveniencia y que hubiera sido el más miserable de los hombres si para defender
su prestigio y su conducta hubiese descubierto la tremenda verdad. Ya que en el
transcurso del pleito se descubriría la verdad.

Para finalizar con este análisis Ossorio plantea un caso donde una persona
consulta un abogado y por necesidad confía un secreto. El abogado no acepta el
asunto. No llegar, pues, a establecerse el vínculo moral ni contractual entre el
defensor y defendido. La pregunta. ¿Está el abogado obligado a guardar el
secreto? Él dice que muchos dirán que no, ya que este no asumió la función
defensiva. A lo que Osorio dice que si, por las siguientes razones: una es que el

Página 13 de 44
abogado es abogado siempre y aunque se limite a escuchar una consulta,
repeliendo después el negocio, sus obligaciones nacidas de aquella conversación
son tan apretadas como si hubiese asumido la defensa; y otra, que si se
dispensara el secreto profesional, y que podría darse la inmoralidad de que el
abogado se juzgara en libertad para buscar a la parte contraria y transmitirle todo
lo que acababa de saber y aun ponerse a su disposición para defenderla.

EL SECRETO PROFESIONAL

La opinión de Ángel Osorio sobre este aspecto:

Según Ángel Osorio, el abogado debe guardar el secreto a todo trance, cueste lo
que cueste, el abogado es un servidor del interés social, la mejor forma de guardar
un secreto es no diciéndoselo a nadie, debido a que cada caso es distinto, el
abogado es abogado siempre, por lo que debe cumplir con lo establecido en el
código de ética y dar cumplimiento del artículo 15 hasta el 20 del mencionado
código.

Distintos autores opinan que el secreto profesional debe ser guardado


manteniendo oculta ciertas cuestiones sagradas para la reputación y el honor de
los relacionados.

La divulgación de secretos constituye un delito castigado por las leyes y por la


moral de la sociedad, el secreto profesional es un impulso de conciencia que
coloca al individuo en el plano de la dignidad, la moral y la ética. La divulgación de
Página 14 de 44
información es traición a su conciencia de profesional y perjuicio moral para el
agraviado, sancionado civil y penalmente.

El secreto profesional es una institución destinada a proteger el honor, la fortuna,


la salud y la paz de los particulares.

Las confidencias:

Muchos colectivos profesionales están sujetos a normativas y códigos


deontológicos que regulan el derecho y el deber del secreto profesional. Esto
supone que el profesional no puede divulgar las confidencias que recibe en el
desempeño de su profesión, teniendo la obligación de mantener ocultos los datos
y hechos confidenciales.

Cabe recordar que esta obligación no está limitada en el tiempo y tiene la


consideración de permanente. Ahora bien, existen algunos supuestos muy
extraordinarios en que puede existir un conflicto de bienes jurídicos, casos en que,
por encima del secreto profesional, debe estar el impedir la comisión de un delito
que afecte a las personas en su vida, integridad o salud, libertad o libertad
sexual,así como casos en que se condene a un tercero inocente o que un tercero
verdaderamente culpable no sea descubierto y sin que afecte al cliente.

El secreto frente a los terceros:

Problema especial en relación con el secreto profesional constituye determinar si


el ámbito subjetivo de protección o, lo que es lo mismo el sujeto protegido o
alcance personal de la cobertura del instituto, se extiende más allá del cliente
como sujeto natural de la misma y alcanza a los terceros a la relación de éste con
su abogado. Y, en su caso, a qué terceros.

Página 15 de 44
Ya sabemos que existen unos terceros a dicha relación que vienen protegidos por
el deber de secreto, que son la parte adversa y su defensor. El problema, por
tanto, consiste en determinar si existen otros terceros aparte de los señalados que
sean también sujetos de protección del deber de secreto, o no.

El secreto ante las necesidades de la defensa:

La obligación del secreto cede a las necesidades de la defensa personal del


profesional en derecho, cuando es objeto de persecuciones de su cliente. Puede
revelar entonces lo que sea indispensable para su defensa y exhibir, con el mismo
objeto los documentos que aquel le haya confiado.

Guardar el secreto más allá de la terminación del servicio:

El abogado guardará el más riguroso secreto profesional. Este deber fundamental


subsiste íntegramente después que el abogado ha dejado de prestarle sus
servicios al cliente. El abogado tiene el derecho de negarse a testificar contra su
cliente y podrá abstenerse de contestar cualquier pregunta que envolviese la
revelación del secreto o la violación de las confidencias que le hiciere su cliente.
Tampoco podrá el abogado comunicar a terceras personas lo que llegare a su
conocimiento por causa de su profesión. Queda comprendido dentro del secreto
profesional, todo cuanto un abogado trate con el abogado representante de la
parte contraria.

El deber de guardar el secreto profesional se extiende a las confidencias hechas


por terceros al abogado en razón de su ministerio, y a las derivadas de las
conversaciones necesarias para llegar a n arreglo que no se efectuó. El secreto
debe comprender también las confidencias de los colegas.

Página 16 de 44
El abogado no debe intervenir en asuntos que puedan conducirlo a revelar un
secreto, ni utilizar en provecho propio o de su cliente las confidencias que haya
recibido en el ejercicio de su profesión, salvo que obtenga el consentimiento previo
y expreso del confidente. La obligación de guardar el secreto profesional
comprende también los asuntos que el abogado conozca por trabajar en común o
asociado con otros o por intermedio de empleados o dependientes de estos.

Cuando debe revelarse un secreto profesional:

El abogado que es objeto de una acusación de parte de su cliente o de otro


abogado, puede revelar el secreto profesional que el acusador o terceros le
hubieren confiado, si mira directamente a su defensa. Cuando un cliente
comunica a su abogado la intención de cometer un delito, tal confidencia no queda
amparada por el secreto profesional. El abogado debe hacer las revelaciones
necesarias para prevenir un acto delictuoso o proteger personas en peligro.

1. Introducción

2. Marco teórico

3. Conclusión

4. Bibliografía

Introducción

El abogado tiene el deber de cooperar con la administración de justicia mediante


la defensa jurídica de los intereses que le sean confiados.

Página 17 de 44
La actuación del abogado debe ser siempre libre e independiente y, como
profesional, el letrado recibirá el amparo de los tribunales en su libertad de
expresión y defensa.

La dignidad de la función del abogado comporta que goce de todos los derechos
inherentes a la misma y como contrapartida se le exige probidad, lealtad y
veracidad en el fondo de todas sus declaraciones, así como la utilización de
formas respetuosas en sus manifestaciones y siempre guiado por el principio de
buena fe.

Por último, el abogado tiene el deber y el derecho de guardar secreto profesional


de todos los hechos y noticias que conozca por razón de su actuación profesional
y no puede ser obligado a declarar sobre ellos.

En la colisión de intereses que pueda darse entre el deber de guardar el Secreto


Profesional y la obligación de colaborar con la justicia debe normalmente
prevalecer el primero, única manera de tutelar la funcionalidad de la profesión
garantizando a toda persona su libertad para desenvolverse frente al abogado con
confianza y libre de toda inquietud.

Constituye una emanación del principio de reserva que le impone al abogado


callar todo aquello que ha llegado a su conocimiento con ocasión del desempeño
de las tareas profesionales que se le han encomendado, discreción y reserva que
no sólo debe mantener en sus contactos con el cliente sino con sus familiares y
terceros.

La violación del Secreto Profesional es sancionada como prevaricación en la


segunda alternativa conductual prevista en el artículo 231 del Código Penal,
cuando con abuso malicioso de su oficio descubriere los secretos de su cliente.

Según Ángel Ossorio, expresa que, sólo hay un procedimiento; con respecto al
Secreto Profesional: no contárselo a nadie, ni a los compañeros de despacho,
salvo lo que sean también del mismo asunto y tengan, por eso, el mismo deber, ni
siquiera a la esposa, absolutamente a nadie.

FORMULACIÓN DEL PROBLEMA


Página 18 de 44
¿EL SECRETO PROFESIONAL DEL ABOGADO ES UN DEBER QUE MERECE
CUMPLIMIENTO?

OBJETIVO GENERAL

CONOCER LA IMPORTANCIA DEL SECRETO PROFESIONAL.

OBJETIVOS ESPECIFICOS

• ANALIZAR EL ALCANCE DEL SECRETO PROFESIONAL..

• INVESTIGAR LA DISPENSA DE GUARDAR EL SECRETO


PROFESIONAL.

• DETERMINAR LA EXTINCIÓN DE LAS CONFIDENCIAS DE TERCEROS


DEL SECRETO PROFESIONAL.

Marco teórico

OPINIÓN DE ÁNGEL OSSORIO:

Expresa que, sólo hay un procedimiento; con respecto al Secreto Profesional: no


contárselo a nadie, ni a los compañeros de despacho, salvo lo que sean también
del mismo asunto y tengan, por eso, el mismo deber, ni siquiera a la esposa,
absolutamente a nadie.

EL SECRETO PROFESIONAL DEL ABOGADO

El abogado está obligado a guardar celosamente los secretos que le ha confiado


su cliente, debiendo entenderse por secreto aquella información que es conocida
únicamente por el cliente, o bien, por un grupo reducido de personas, quienes
tienen interés en que no trascienda a terceros.

Constituye una emanación del principio de reserva que le impone al abogado


callar todo aquello que ha llegado a su conocimiento con ocasión del desempeño
de las tareas profesionales que se le han encomendado, discreción y reserva que
no sólo debe mantener en sus contactos con el cliente sino con sus familiares y
terceros.

Página 19 de 44
A nuestro entender tiene su fundamento en última instancia, en el derecho de
defensa, consagrado constitucionalmente, el cual perdería toda eficacia si el
cliente no tuviese la certeza de que las confidencias que entrega a su abogado,
podría éste divulgarlas impunemente.

Nuestro ordenamiento jurídico protege el respeto del secreto profesional tanto


desde un punto de vista procesal como substancial. Los artículos 360 y 201 del
Código de Procedimiento Civil y Penal, respectivamente, permiten a los abogados
excusarse para prestar testimonios sin perjuicio de su obligación formal de
comparecer ante el tribunal.

Por otro lado, la violación del secreto profesional es sancionada como


prevaricación en la segunda alternativa conductual prevista en el artículo 231 del
Código Penal, cuando con abuso malicioso de su oficio descubriere los secretos
de su cliente.

Incluso más, en los casos en que el descubrimiento de los secretos del cliente se
hiciere por imprudencia, caso en el cual, se estaría fuera del tipo penal citado, en
la medida que la referida falta de discreción haya generado perjuicio al cliente,
éste estaría autorizado para iniciar una acción civil indemnizatoria derivada de la
responsabilidad extracontractual en que habría incurrido el profesional al
ocasionar por su culpa un hecho dañoso.

Este amplio reconocimiento que presta la ley tanto para respetar el secreto
profesional del abogado como para sancionarlo civil y penalmente cuando se
infringe, es aún mayor desde el punto de vista deontológico.

El artículo 10 del Código de Etica Profesional, después de calificar el secreto


profesional como un deber y un derecho del abogado, afirma de manera
categórica que, con relación a los clientes constituye: "un deber que perdura en lo
absoluto, aún después de que les haya dejado de prestar susservicios"...

El artículo siguiente señala que la obligación de guardar el secreto profesional


abarca las confidencias hechas por terceros al abogado y las que sean

Página 20 de 44
consecuencia de pláticas para realizar una transacción que fracasó cubriendo,
además, las de los colegas.

Nuestra jurisprudencia ha reconocido que el secreto profesional del abogado


ampara no sólo su persona, que no puede ser objeto de apremio, sino también su
estudio profesional donde desarrolla su actividad y guarda los documentos que le
confían sus clientes.

Constituye un acto abusivo la orden de allanamiento y registro del estudio de un


abogado a fin de retirar documentos recibidos de sus clientes y que, por
consiguiente, constituyen parte del secreto profesional que imperativamente está
obligado a guardar.

En opinión de la mayoría de los autores el abogado podría excusar su


responsabilidad legal (civil y penal) en los siguientes casos:

a) Cuando media el consentimiento del confidente. El consentimiento del ofendido


excluiría la ilegitimidad del acto, por lo cual el comportamientodejaría de ser ilícito,
desapareciendo el fundamento de una eventual responsabilidad penal y/o civil.

b) Daño a un tercero inocente. Cuando la revelación del secreto permite salvar de


una condena a un inocente, sin que ello genere daño al confidente, fundándose en
principios de justicia material, se postula por la extinción de toda responsabilidad
por parte del abogado.

c) Inculpaciones graves al propio abogado. A fin de exonerarse de imputaciones


falsas y graves el abogado cesa en su obligación jurídica de guardar el secreto si
su revelación es la única forma de demostrar su inocencia.

La infracción al secreto profesional en estos casos si bien hace cesar toda


responsabilidad legal no impide la subsistencia de la responsabilidad ética de
acuerdo a las normas contenidas en nuestro Código, obligación que, con relación
a los clientes, perdura en lo absoluto, según se ha dicho.

Tan estricta posición deriva de que el bien jurídico tutelado en estos casos no sólo
es el derecho a la intimidad personal del confidente sino del orden público que

Página 21 de 44
exige la absoluta incolumidad de los intereses vinculados al derecho de defensa.
Salvo casos extremos, entonces, ni la autorización del confidente ni el daño cierto
a un tercero inocente ni al propio profesional liberan de la obligación de mantener
la reserva.

Para algunos es legítima la autorización a revelar el secreto otorgado por el


Consejo de la Orden a petición del abogado interesado.

Aún cuando, tal solicitud seguida de una respuesta afirmativa de la Orden,


aseguraría al abogado la ausencia de reproche, resulta difícil concebirla en la
práctica pues para que el Consejo de la Orden pudiere estar en condiciones de
relevarlo de su obligación de confidencialidad debería contar con la información
suficiente para poder decidir, lo que implicaría la revelación previa del secreto.

Por otro lado, la esencia del deber profesional del abogado es la de ser un
servidor de la justicia y un colaborador de su administración, según lo señala el
artículo 1º de nuestro Código de Ética Profesional.

De aquí fluye su obligación de tomar en consideración principal el interés general


de la recta administración de justicia de la cual es un activo auxiliar.

Aquí surge un clarísimo conflicto de intereses no siempre de fácil solución.


Algunos de estos conflictos están solucionados de manera expresa en la ley,
como ocurre con la obligación de atestiguar, la cual se puede excusar en el
secreto profesional confiado.

Debe excluirse desde luego, del marco del secreto profesional, la consulta seguida
de la confidencia hecha por quien prepara una acción criminal o fraudulenta.

Junto con el rechazo a absolverla, el abogado está éticamente obligado a


denunciar tal hecho.

Esta situación cambia radicalmente cuando las confidencias suministradas al


letrado tienen ocasión después de cometidos los hechos.

Con mayor razón deben excluirse del ámbito del secreto profesional aquellos
antecedentes que dicen relación con hechos o situaciones ilícitas en que el

Página 22 de 44
abogado tiene una participación activa como autor, cómplice o encubridor, pues en
estos casos regirán las normas generales relativas a los inculpados.

Está claro sin embargo, que el abogado jamás podrá adquirir la calidad de
sospechoso en un acto delictivo cuando los únicos antecedentes que se esgrimen
en su contra provienen de su intervención profesional no fluyendo con claridad el
conocimiento del ilícito de su parte.

Diferente es la situación del abogado que ejecuta o lleva a cabo actos que
permitan facilitar a los delincuentes el aprovechamiento de los efectos de un
crimen o simple delito de cuya perpetración conoce. En estos casos extremos la
obligación de declarar del abogado está restringida sólo a los actos propios y ni
siquiera éstos, si al divulgarlos de alguna manera afecta la confidencia de quien
fue su cliente.

Exigir la obligatoriedad de la declaración del abogado inculpado cuando afecta al


secreto profesional, como dice bien el insigne maestro Carrara, significaría
pretender hacer justicia a través de una inmoralidad, opinión a la cual me suscribo
ampliamente.

En concordancia con lo que se ha expuesto la ley Nº19.077, publicada en el Diario


Oficial con fecha 28 de agosto de 1991, que introdujo el artículo 269 bis en el
Código de Procedimiento Penal, creando la figura denominada "Obstrucción a la
Justicia", excusa expresamente la responsabilidad del abogado que rehusa
proporcionar a los tribunales de justicia antecedentes que conozca por razones
profesionales y que pudieren permitir establecer la existencia de un delito o la
participación punible de determinada persona.

En la colisión de intereses que pueda darse entre el deber de guardar el secreto


profesional y la obligación de colaborar con la justicia debe normalmente
prevalecer el primero, única manera de tutelar la funcionalidad de la profesión
garantizando a toda persona su libertad para desenvolverse frente al abogado con
confianza y libre de toda inquietud.

Página 23 de 44
Todo lo dicho, con la salvedad de que no hay principio que valga frente a una
auténtica, personal y profunda convicción moral del abogado, acerca de la
necesidad de decir lo que le está vedado cuando con ello se evita un mal mayor
no reparable de otro modo.

Actitudes para ejercer la Abogacía. Persona con título de grado habilitado


conforme a la legislación de cada país, que ejerce el Derecho, en representación
de terceras personas, siendo un auxiliar activo e indispensable en la
administración de la Justicia de un país. El abogado es el encargado de defender
los intereses de una de las partes en litigio. Al ser el abogado un profesional
específicamente preparado y especializado en cuestiones jurídicas, es la única
persona que puede ofrecer un enfoque adecuado del problema que tiene el
ciudadano o 'justiciable'. Debe destacarse que además de su intervención en el
juicio, una función básica y principal del abogado es la preventiva. Con su
asesoramiento y una correcta redacción de los contratosy documentos, pueden
evitarse conflictos sociales, de forma que el abogado, más que para los pleitos o
juicios, sirve para no llegar a ellos, sirviendo en muchos casos como mediador
extrajudicial. Tanto es así que en la mayoría de los procedimientos judiciales es
obligatorio comparecer ante los tribunales asistido o defendido por un abogado en
calidad de director jurídico, es decir todo escrito y/o presentación judicial debe ir
firmada por el cliente (o su representante legal, el procurador/a) y por su abogado,
lo cual le garantiza un debido ejercicio del derecho a la defensa durante el
proceso.

Un abogado suele tener poderes de su defendido o cliente mediante autorización


por instrumento público, u otorgado por comparecencia en el juzgado o tribunal, de
manera que pueda dirigirlo en juicio, o representarlo en actuaciones legales o
administrativas que no requieren, necesariamente, de Procurador/a de los
Tribunales, y el abogado representa al justiciable. La actuación profesional del
abogado se basa en los principios de libertad e independencia. Los principios de
confianza y de buena fe presiden las relaciones entre el cliente y el abogado, que
está sujeto al secreto profesional. El abogado se debe a su cliente, en primer

Página 24 de 44
lugar, y debe litigar de manera consciente respecto a la responsabilidad social en
la que se halla, con un actuar crítico y equilibrado al servicio de la paz social, en la
que colabora con los juzgados y tribunales dentro del sistema judicial de cada
país. A través de los Colegios de Abogados u organismos pertinentes,
dependiendo del país, existen servicios de asistencia jurídica gratuita para los
ciudadanos que carecen de medios económicos para pagar los honorarios de un
abogado. Son los llamados defensores "Ad honorem" en el caso que asesoren
desde Colegios de abogados, y abogados oficiales defensores (o simplemente
abogados de oficio) cuando dependen directamente del Estado. Las
especialidades más habituales en el mundo de la abogacía suelen ser: Derecho
civil, de familia, penal, mercantil, laboral, tributario, constitucional, administrativo y
ambiental.

¿Qué es un Abogado? Un abogado es aquella persona, licenciado en derecho,


que practica profesionalmente defensa de las partes en juicio y toda clase de
procesos judiciales y administrativos y el asesoramiento y consejo en materias
jurídicas. En la mayoría de los ordenamientos, para ejercer esta profesión, se
solicita estar inscrito en un Colegio de Abogados. Su rol es múltiple porque cultiva,
investiga, difunde y aplica los conocimientos de la ciencia del derecho para
alcanzar la justicia defendiendo los derechos de las personas si estos se ven
afectados por terceros y/o orientándolos en sus derechos; es decir, cumple una
verdadera actividad judicial, teniendo en cuenta que hace estudios de la realidad
social, interpreta las leyes, y las aplica con un solo objetivo de hacer justicia. Al
interpretarlas las hace respetuosamente con relación a su texto como si se tratara
de un dogma; de este modo quienes aplican el derecho no pueden ser sino
abogados. La abogacía es una profesión que se basa en la verdad para el logro
de la justicia que constituye un derecho y a la vez una virtud que tiene por objeto
restablecer la paz alterada por un conflicto.

Según, Ossorio considera que la abogacía no es una consagración académica,


sino una concreción profesional. Y dice que nuestro título universitario no es de
"abogado", sino de "licenciado en derecho". Y que para poder ejercer la profesión

Página 25 de 44
de "abogado". Debe dedicar su vida a dar consejos jurídicos y pedirjusticia en los
tribunales. Y quien no haga esto será todo lo licenciado que quiera pero abogado
no.

En su conclusión, el abogado es, el que ejerce permanentemente la Abogacía. Los


demás serán solamente licenciados en derecho, pero nada más.

Ser abogado (no es saber el Derecho, sino conocer la vida). El derecho positivo
está en los libros, pero lo que la vida reclama no está escrito en ninguna parte.
Quien tenga previsión, serenidad, amplitud de miras y de sentimientos para
advertirlo, será Abogado; quien no tenga más inspiración ni más guía que las
leyes, será un desventurado mandadero. La justicia no es fruto del estudio, sino de
una sensación. "La sensación de la justicia" es decir, que procuremos no actuar
tan apegados a las leyes, que usemos lo que nosotros tenemos conceptualizado
como bueno, equitativo, prudente, cordial y sobre todo justo. La abogacía es una
profesión difícil de lograrla por las diversas cualidades requeridas.

La Sensación de la Justicia. Ser abogado no es saber el Derecho, sino conocer la


vida. El derecho positivo está en los libros, pero lo que la vida reclama no está
escrito en ninguna parte. Quien tenga previsión, serenidad, amplitud de miras y de
sentimientos para advertirlo, será Abogado; quien no tenga más inspiración ni más
guía que las leyes, será un desventurado mandadero. La justicia no es fruto del
estudio, sino de una sensación. Ángel cita al ilustre novelista Henry Bordeaux. Se
refiere que cuando visito al escritor Daudet y le manifestó que era estudiante de
Derecho, éste le dijo: "las leyes, los códigos no deben ofrecer ningún interés. Se
aprende a leer con imágenes y se aprende la vida con hechos. Procure ver y
observar. Estudie la importancia de los intereses en la vida humana. En resumen
lo que quiere decir con las palabras "la sensación de la justicia" es que
procuremos no actuar tan apegados a las leyes, que usemos lo que nosotros
tenemos conceptualizado como bueno, equitativo, prudente, cordial y sobre todo
justo.

La Moral del Abogado. En la moral del abogado, es del criterio que debe tener un
abogado. Y comienza: La abogacía no se cimienta en la lucidez del ingenio, sino

Página 26 de 44
en la rectitud de la conciencia. Malo será que erremos y defendamos como moral
lo que no es; pero si nos hemos equivocado de buena fe, podemos estar
tranquilos. Cita las palabras del novelista Collete Iver. "Nuestro oficio ¿es hacer
triunfar a la justicia o a nuestro cliente? ¿Iluminamos al Tribunal o procuramos
cegarle? Cuando un abogado acepta una defensa, es porque estima - aunque sea
equivocadamente- que la pretensión de su tutelado es justa, y en tal caso al
triunfar el cliente triunfa la justicia, y nuestra obra no va encaminada a cegar sino a
iluminar. También da unos consejos a los abogados. Hay que ser refractario al
alboroto. Soportar la amargura de una censura caprichosa e injusta, es carga
añeja a los honores profesionales. Debajo de la toga hay que llevar la coraza.
Abogado que sucumba al qué dirán debe tener su hoja de servicios manchada con
la nota de cobardía. No digo que el juicio público no sea digno de atención. Lo que
quiero decir es que después de adoptada una resolución, vacilar ni retroceder por
miedo a la crítica, que es un monstruo de cien cabezas irresponsables y faltas de
sindéresis. Cuando se ha marcado la línea del deber hay que cumplirla a todo
trance.

Requisitos para el ejercicio de la abogacía. Estos son los requisitos para ejercer la
profesión de abogado en la República Dominicana:

• A) Pasos para legalizar el título de Licenciado (a) en derecho (Se deben de


convalidar el certificado de título universitario):

1-Se deben de legalizar el record de notas y el Certificado de Titulo obtenido


(Carta de grado de la Universidad). Esto se realiza en el Ministerio deEducación
Superior Ciencias y Tecnología (MIESCYT), en original.

2-Se envía a la Suprema Corte de Justicia, vía la Procuraduría General de la


República, una Carta pidiéndole una Solicitud de fecha para su juramentación
(Juramento Hipocrático), y el Número de Exequátur, de Ley para poder ejercer la
profesión de Licenciado (a) en Derecho, en todo el Territorio de la República
Dominicana.

Anexo a la carta:

Página 27 de 44
-Copia de la cédula;

-Carta de grado de la Universidad legalizada por el Ministerio de Educación


Superior Ciencias y Tecnología (MIESCYT) en original;

-Copia del título certificado por la MIEECYT;

-Certificado de Vida y Costumbre;

-Certificado de No Delincuencia (De Buena conducta de la fiscalía donde resida el


solicitante);

-Recibo de la Ley 3391.

• B) Para Ejercer como abogado, en los tribunales, se debe hacer: Según la


ley 91-83, que crea el Estatuto Orgánico del Colegio de Abogados de la República
Dominicana:

1-Los abogados deberán inscribirse en el Colegio para poder ejercer la profesión


en el territorio de la República[1]

2-Para inscribirse en el Colegio de Abogados deberán llenar un formulario que


contenga: a) Nombre y apellidos completo del solicitante; b) Nacionalidad y demás
generales de ley; c) Nombre de la Universidad de la que es graduado y la fecha de
su graduación; d) Fecha y número del exequátur; e) Firma del solicitante; f)
Función o actividad desempeñada por el candidato al momento de hacer la
solicitud; y g) Dos fotografías tamaño 2x2 de frente [2]

3-El abogado solicitante deberá anexar la prueba de cada uno de los datos que
contiene el formulario de inscripción, además instancia de juramentación de la
honorable Suprema Corte de Justicia y copia de la cédula, carta de grado de la
Universidad legalizada por El Ministerio de Educación Superior Ciencias y
Tecnología (MIESCYT) en original, copia del título certificado por la MIEECYT,
copia de la certificación de buena conducta de la fiscalía donde resida el
solicitante, los demás requisitos estará a cargo de la Junta Directiva. Esta solicitud
deberá estar acompañada con la suma de quinientos pesos (RD$500.00)[3].

Página 28 de 44
4-La solicitud de inscripción será dirigida a la Junta Directiva, y solo podrá ser
rechazada si no satisface las disposiciones de la ley No. 91 de fecha 3 de febrero
de 1983, expidiendo un carnet numerado y un diploma al solicitante aprobado, en
caso contrario notificará al mismo el rechazo y las causas de éste[4]La solicitud de
inscripción se hará en la sede principal y luego se le envía el padrón a la seccional
del Colegio donde el solicitante tenga su domicilio y la oficina abierta. Si el
formulario de inscripción ha sido rechazado por deficiencia o falta de prueba de los
datos que ofrezca en el formulario de inscripción podrá solicitar de nuevo su
inscripción cuando pueda satisfacer los requerimientos establecidos en el presente
estatuto [5]El formulario de inscripción será quintuplicado y contendrá al final una
certificación de aprobación firmada por el Presidente y el Secretario General del
Colegio. Se formarán cuatros libros con uno o más tomos de los formularios d
inscripciones conservando la Junta Directiva el Original y depositando sendas
copias en los siguientes lugares: uno en la Suprema Corte de Justicia, otro en la
Procuraduría General de la República y otro por ante el Tribunal Disciplinario. La
Junta Directiva devolverá de inmediato al solicitante la quinta copia[6]

¿Se aceptara la inscripción a todos los Abogados, en el Colegio Dominicano de


Abogados? No será inscrito el abogado que se encuentre en unos de los casos
siguientes[7]

1.–En estado de enajenación mental.

2.–Procesado criminalmente, con providencia calificativa por crimen o delito que


conlleve o merezca inhabilitación para el ejercicio de la profesión.

3.–Condenado a una pena criminal sin haberla cumplido o sin haber conseguido la
rehabilitación.

1.2.2.-¿Cuáles son las funciones del Colegio Dominicano de Abogados? Los fines
del Colegio son los siguientes[8]:

a) Organizar, unir y disciplinar a los abogados de la República estimulando el


espíritu de solidaridad entre los miembros del Colegio.

Página 29 de 44
b) Defender los derechos de los abogados y el respeto y consideración que
merecen y se deben mutuamente, así como los intereses morales, intelectualesy
materiales de la profesión.

c) Adoptar un código de ética.

d) Impulsar el perfeccionamiento del orden jurídico procurando el progreso de la


legislación mediante el estudio profundo y sistemático de la cienciajurídica en
todas sus vertientes y especialidades.

e) Mantener relaciones con las demás entidades de orden profesional del país, así
como con las similares del extranjero, persiguiendo una amplia y eficaz
colaboración con las mismas.

f) Asistir y orientar a los abogados recién graduados en todos los problemas


relacionados con el ejercicio profesional.

g) Promover y obtener ayuda de sus miembros; concertar toda clase de seguros


que puedan ampararlos en caso de enfermedad, invalidez o cualquier otro riesgo,
así como a sus familiares, en caso de muerte o cualquier u otras causas
atendibles.

h) Establecer un servicio permanente y gratuito de asistencia y defensa de las


personas de escaso recursos económicos de acuerdo con los reglamentos que
dicte la Junta Directiva.

i) Prestar a los órganos del Congreso Nacional, de manera espontánea o cuando


ello le fuere requerido, a título de información y observación en torno a proyectos
de leyes o reformas a las mismas.

j) Contribuir con el desarrollo de la carrera judicial.

k) Proteger, fortalecer y estimular las asociaciones profesionales representativas


de la clase, preservando su acervo material, cultural y gremial, y defender los
derechos humanos, la independencia nacional, la soberanía y el patrimonio
público.

Página 30 de 44
¿Quién regula las funciones ó actuaciones de los Abogado, en la República
Dominicana? El Colegio se rige para estos fines, por el Código de Ética
Profesional, aprobado en la Primera Asamblea General de fecha 23 de julio del
1983[9]

¿Cuáles son las sanciones que se le imponen a los abogados, que hallan
incurridos en actos inmorales o anti-éticos? El Código de Ética tiene como sanción
a cada una de las infracciones que contemple una de las penas siguientes[10]

• Amonestación privada;

• Amonestación pública;

• Suspensión del ejercicio de la profesión de un mes a cinco años;

• Inhabilitación perpetua, dependiendo de la gravedad de la falta cometida.

¿Cuál es el tribunal encargado de aplicarles estas sanciones, a los abogados, que


hallan incurridos en actos inmorales o anti-éticos? El Tribunal Disciplinario
conocerá de toda violación al Código de Ética y a los Estatutos y reglamentos y
otras disposiciones del Colegio, con sujeción a los trámites que se establezcan en
estos estatutos y el Código de Ética[11]

¿Cuáles son las atribuciones de este tribunal? Corresponde al Tribunal


Disciplinario conocer y decidir de las acusaciones que sean formuladas contra los
miembros del Colegio por faltas en el ejercicio de su profesión y por violación a la
ley No. 91 que instituye el Colegio de Abogados de la República Dominicana, del 3
de febrero de 1983, su Estatuto Orgánico, su Código de Ética y las Resoluciones
de la Junta Directiva o de la Asamblea General, y pronunciar las sanciones
correspondientes[12]

¿Cuál es el Procedimiento a seguir cuando un Abogado ha cometido alguna falta


grave en el ejercicio de su profesión?

-Cuando la Junta Directiva conozca de faltas que se imputen a miembros del


Colegio, ya sea por denuncia formal o por el rumor público, someterá la acusación
correspondiente a través del Fiscal al Tribunal Disciplinario, si a juicio de la junta

Página 31 de 44
Directiva la imputación reviste carácter de seriedad[13]Se reconoce a las
asociaciones profesionales de abogados legalmente reconocidas el derecho a
intervenir en el proceso dentro de las regulaciones de estos Estatutos.

-Dentro de los diez (10) días después de recibida la acusación formulada por el
Fiscal del Colegio, el Tribunal Disciplinario fijará la fecha de la audiencia privada
para conocer del asunto, debiéndosele notificar la acusación al inculpado
mediante acto de alguacil, indicando sitio, fecha y hora de la audiencia,
intimándole para que en un plazo no mayor de diez (10) días produzca su defensa
por escrito o verbalmente. Dichos plazos no son francos[14]

-Recibida de la defensa o transcurrido el plazo sin que este se haya producido, el


Tribunal Disciplinario deliberará en privado y decidirá en consecuencia por
mayoría de votos[15]

-El Tribunal disciplinario podrá constituirse y deliberar válidamente con la


presencia de tres (3) miembros, y deberá fallar en un plazo no mayor de cinco (5)
días.

-El fallo será notificado a la Junta Directiva y al inculpado por el Secretario del
tribunal Disciplinario, por escrito, dentro de los cinco (5) días siguientes a su
pronunciamiento[16]

-Las decisiones del Tribunal Disciplinario se redactarán por escrito y contendrán la


exposición sumaria de los jueces que en ellas intervengan y se conservará
ordenadamente en los archivos del Colegio. El Fiscal promoverá la ejecución de la
sentencia[17]

-El Tribunal Disciplinario podrá pronunciar cualquiera de las sanciones previstas


en el artículo 24 de estos Estatutos, de acuerdo con la gravedad de la falta, y
cualquier otra sanción estipulada en el Código de Ética del Colegio[18]

-El sancionado podrá apelar el fallo ante la Suprema Corte de Justicia, de


conformidad con lo establecido en la parte in fine del literal "f" del artículo 3 de la
ley No. 91 del 3 de febrero de 1983 que instituye el Colegio de Abogados de la

Página 32 de 44
República Dominicana. La apelación suspende la ejecución de la sentencia hasta
que intervenga fallo sobre la apelación.

-El procedimiento establecido en esta sección de los Estatutos se complementará


con las disposiciones del Código de Ética Profesional, el que de ningún modo
podrá ser contrario a lo establecido por la ley y los Estatutos del Colegio.

Conclusión

La abogacía es una profesión liberal que, en orden a la justicia, otorga de manera


exclusiva y excluyente la posibilidad de defensa jurídica de las partes
intervinientes en un litigio. Para ser parte en un proceso no sólo es preciso que el
sujeto tenga capacidad procesal: los litigantes no pueden actuar ante un tribunal
de forma directa, pues es preciso tener un conocimiento del orden jurídico que
sólo se reconoce en el Abogado, que es el jurista que se dedica de forma
profesional a la defensa de los intereses que se le encomiendan y el que asume la
dirección técnica de dicha defensa. El Abogado como auxiliar y servidor de la
justicia y colaborador en su administración, no deberá olvidar que la esencia de su
deber profesional consiste en defender los derechos de su cliente con diligencia y
estricta sujeción a las normas jurídicas y a la ley moral.

La esencia del deber profesional del abogado es la de ser un servidor de la justicia


y un colaborador de su administración, según lo señala el artículo 1º de nuestro
Código de Ética Profesional. De aquí fluye su obligación de tomar en
consideración principal el interés general de la recta administración de justicia de
la cual es un activo auxiliar. Aquí surge un clarísimo conflicto de intereses no
siempre de fácil solución. Algunos de estos conflictos están solucionados de
manera expresa en la ley, como ocurre con la obligación de atestiguar, la cual se
puede excusar en el secreto profesional confiado. Está claro sin embargo, que el
abogado jamás podrá adquirir la calidad de sospechoso en un acto delictivo
cuando los únicos antecedentes que se esgrimen en su contra provienen de su
intervención profesional no fluyendo con claridad el conocimiento del ilícito de su
parte. Después de un examen exhaustivo sobre las actitudes y requisitos para el
ejercicio de la abogacía, en la República Dominicana; nos damos cuenta que, el

Página 33 de 44
abogado no solo debe defender la institucionalidad y las leyes sino ayudar y
orientar la aplicación de la verdadera justicia orientando a cada quien sobre sus
derechos. En nuestra sociedadaparecen normalmente personas que son
Licenciados en Derecho, pero que no ejercen ni son verdaderos abogados, que no
trabajan ni están acorde con la profesión; que no interactúan con los conceptos de
un abogado, por lo que no tienen las condiciones para enaltecer y fortalecer la
sociedad.

Partiendo de esto conceptos recomendamos a los abogados y a las universidades


reforzar los conocimientos de éticas y aplicación; además el colegio de abogado
debe tomar más seriamente los reglamentos éticos en la profesión de la abogacía,
aplicándolo de manera efectiva.

Finalmente, queda la satisfacción de haber realizado un trabajo conciso que nos


arrojó luz sobre la base teórica y la aclaración de varios aspectos prácticos
relacionado con dicho tema.

Bibliografía

• Ley No. 91, de fecha 3 de febrero de 1983, que instituye el Colegio de


Abogados de la República Dominicana.

• Decreto No.1063-03, que ratifica el Código de Ética del Colegio de


Abogados de la República Dominicana. G.O. 18613.

• Del Orbe, Alejandro Sócrates. "Deontología Jurídica", Ediciones fundación


hombre y universo, Santo Domingo, Rep. Dom. 2000.

• Osorio, Ángel, "El Alma de la Toga", 4ta edición, editorial Losada, Buenos
Aires Argentina, Argentina, 1940.

• Desclos, Jean, "Una moral para la vida", en Curso de Ética Profesional


Jurídica, San José, Costa Rica. 2005.

• Torre Díaz, Francisco Javier de la, "Ética y Deontología Jurídica", Madrid,


España, 2000.

Página 34 de 44
• Vázquez Guerrero, Francisco Daniel, "Ética, Deontología y Abogados".
Cuestiones generales y situaciones concretas, Barcelona, España, 1997.

• Gómez Pérez, Rafael, "Deontología Jurídica", Pamplona, España, 1988.

• Gutiérrez Sáenz, Raúl, "Introducción a la Ética", en Curso de Ética


Profesional Jurídica, San José, Costa Rica. 2005.

• Lega, Carlo, "Deontología de la profesión de abogado", en Curso de Ética


Profesional Jurídica, San José, Costa Rica. 2005.

El Secreto Profesional del Abogado: Limitaciones y Derogaciones

Fecha publicación: 21-08-2015

Una de las principales obligaciones que el código de ética impone a los abogados,
es la relativa al secreto profesional. En el sistema jurídico dominicano, el abogado
está imposibilitado de divulgar, por cualquier medio, las informaciones que
conocer de su cliente y que ha obtenido de este o terceros. Dispone la normativa
vigente que “El Abogado guardará el más riguroso secreto profesional”, asimismo
que “El secreto profesional constituye a la vez un deber de cuyo cumplimiento ni
ellos mismos pueden eximirse (…)”

Esta prohibición no es absoluta, toda vez que cuenta con ciertas limitaciones y
derogaciones que permiten al profesional del derecho, liberarse de su obligación,
en casos concretos. Estas excepciones encuentran su fundamento en la
protección del cliente con la finalidad de evitar que la información que suministra a
su representante, la cual en mayoría de ocasiones constituye información
delicada, quede protegida e impedir que pueda ser usada en su contra.
Página 35 de 44
Un ejemplo de lo anterior, es cuando el abogado es objeto de persecuciones de su
cliente, estará dispensado de guardar el secreto profesional, revelando lo
indispensable para su defensa y presentar documentos que este le haya confiado.

De igual forma, cuando el cliente acusa judicialmente al abogado, el mismo queda


dispensando de su obligación, dentro de los límites necesarios e indispensables
para presentar su debida defensa. Así mismo, cuando el cliente revela al abogado
la intención de cometer un delito, en este caso podrá el mismo violentar el secreto
profesional revelando lo necesario para evitar la comisión del mismo.

Es preciso destacar que una vez el abogado termina la relación con su cliente,
está obligado a mantener y guardar el secreto profesional. Tal es el caso cuando
el cliente confía información sobre un proyecto, caso o transacción al abogado, sin
importar que el mismo no se haya efectuado. Igualmente, está impedido el
abogado después de aceptado un caso, aun no se haya formalizado, a prestar
servicios a la contraparte de su cliente para manejar el mismo caso.

La mayor de las limitaciones, ha sido establecida por nuestra jurisprudencia, la


cual sostiene que: “(…) el secreto profesional no abarca todos los hechos y
circunstancias del proceso, sino únicamente los de carácter íntimo, en relación a
los cuales exista algún interés material o moral del cliente en que no sean
revelados”.

En cuanto a las firmas de abogados, se presume que no se vulneraría el secreto


profesional cuando las conversaciones sean sostenidas entre empleados de un
mismo bufete. Esto es así porque los empleados se rigen por las mismas políticas
y normas que dispone la empresa. Sin embargo, , cuando se desea evitar este
tipo de intercambios, , las propias firmas, a requerimiento o no de sus clientes,
solicitan a los empleados envueltos en un caso o transacción firmar una carta de
confidencialidad respecto a dicho caso o transacción en particular.

Página 36 de 44
¿Qué es el secreto profesional y cuál es su relevancia con la Ley 155-17?

La Ley No. 155-17 obliga, en su art. 55, a que el abogado (entre otros sujetos
obligados) envíe a la Unidad de Análisis Financiero (UAF) un reporte de las
operaciones (realizadas o no) que sean sospechosas de sus clientes. De igual
forma, el art. 69 penaliza, como una infracción “muy grave”, el incumplimiento de
este envío. Por su parte, el art. 57 de la Ley precisa que las disposiciones legales
relativas al secreto profesional “no serán impedimento” para el cumplimiento de
esta obligación.

El secreto profesional consiste en el derecho de un cliente de obtener


representación y consejo legal, ser sincero con su asesor legal y no tener miedo
de hacer revelaciones que lo perjudiquen. Este concepto se desprende del
derecho de toda persona a que se respete su honra, su dignidad, su intimidad y su
vida privada, protegido por el art. 11 de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos (Pacto San José), el art. 8 del Convenio Europeo de Derechos Humanos
(CEDH), el art. 44 de la Constitución Dominicana, entre otros documentos
protectores de los derechos humanos.

A su vez, el secreto profesional se encuentra íntimamente relacionado con el


derecho fundamental a un debido proceso, pues entre las garantías mínimas se
destaca el derecho a la presunción de inocencia, el derecho a la no
autoincriminación y el derecho de defensa (art. 69 de la Constitución Dominicana).
Es en este contexto que el Código Procesal Penal establece, en su art. 187, que
“no pueden ser objeto de secuestro los exámenes o diagnósticos médicos
protegidos por el secreto profesional ni las comunicaciones entre el imputado y su
abogado defensor”.

De manera particular, el Código Penal consagra este derecho al referirse a todas


las personas que “en razón de su profesión u oficio son depositarias de secretos
ajenos” (art. 377), y penaliza a “quien divulgue una información secreta sin el
consentimiento de la persona afectada, siendo depositario de ella en razón de su
estado, profesión, función o cargo” (art. 207). Asimismo, el Código de Ética del

Página 37 de 44
Abogado (Decreto No. 1290 de 1983) dedica su capítulo segundo al secreto
profesional.

¿Qué es lo que preocupa?

Para los abogados, este tema es altamente preocupante, puesto que se crean
diversos escenarios en los cuales no existen respuestas claras sobre cuál es el
correcto proceder, en la relación abogado-cliente. Queda claro que el abogado,
cuando está representando a un cliente en un proceso judicial, está eximido de
reportar. Sin embargo, en las demás situaciones de representación de sus clientes
existen dudas importantes, por ejemplo:

 ¿Las consultas legales están protegidas por el secreto profesional? En caso


afirmativo, ¿si la consulta trata sobre temas relativos al lavado de activos u alguno
de los delitos precedentes, aplica?

• Un abogado que sospecha de un cliente, pero no le trabaja bajo los


servicios que describe el art. 33, ¿debe reportar la sospecha?

• ¿Qué sucede luego de enviado un ROS? ¿Es ético que el abogado


continúe trabajando para el cliente? ¿Puede el abogado representar al cliente que
ya reportó en un futuro proceso judicial relacionado con dicho reporte?

• ¿Cómo puede el abogado determinar hasta qué nivel intercambiar con la


UAF o la DGII sobre documentos del cliente, sin infringir el secreto profesional?

• ¿Cómo puede el abogado evitar que se le acuse de “ceguera voluntaria”, o


evitar el “tipping-off”, y a su vez mantener una relación sana y transparente con su
cliente?

Página 38 de 44
• ¿Si un potencial cliente se acerca al abogado para que lo regularice en su
situación irregular con la administración tributaria (o algún otro delito precedente),
¿debe el abogado reportar al cliente por su situación sospechosa?

• Si un abogado representa al cliente en un proceso judicial, pero también le


asiste en otras operaciones comerciales que no se relacionan con dicho proceso,
¿debe reportar sobre aquellas otras transacciones?

Estas son solo algunas de las innumerables situaciones e inquietudes que pueden
surgir, y que indudablemente afectan la relación de confianza que debe
permanecer entre el abogado y su cliente, con el fin de que el cliente pueda
encontrarse debidamente representado y defendido por su abogado.

Pudiese entenderse que algunas de estas interrogantes tienen respuesta clara,


pero la realidad es que las mismas generan debates entre los mismos
profesionales del derecho, puesto que las respuestas están sujetas a
interpretaciones, opiniones y un alto grado de subjetividad, sobre todo si partimos
de la amplia discrecionalidad que tienen las autoridades para interpretar y aplicar
las obligaciones descritas en la Ley.

¿Qué dice el GAFI y cuál es la experiencia en otros países?

La Nota Interpretativa de la Recomendación No. 23 observa que “los abogados no


tienen que reportar transacciones sospechosas si la información relevante se
obtuvo en circunstancias en las que éstos están sujetos al secreto profesional o el
privilegio profesional legal. Cada país determina los asuntos que deberían estar
supeditados al secreto profesional. Cuando los abogados tratan de disuadir a un
cliente para que no se involucre en una actividad ilegal, esto no significa
revelación (tipping-off)”.

Como el GAFI claramente especifica que cada país determinará los asuntos que
estarán protegidos por el secreto profesional, en varios países se ha decidido que
los abogados no deberán enviar los reportes de operaciones sospechosas a la
UAF. Tal es el caso de los Estados Unidos de América (EUA), Canadá, Japón,
entre otros.

Página 39 de 44
El caso de Canadá es particularmente interesante, pues la Federación de Colegios
de Abogados (FLSC) interpuso un recurso constitucional contra los intentos del
gobierno para obligar a los abogados a reportar transacciones sospechosas, lo
que resultó en eximir el consejo legal de los requerimientos de reportería.

En los EUA, la Asociación de Abogados (ABA) emitió una guía titulada “A Lawyer
´s Guide to Detecting and Preventing Money Laundering”, en la cual se resalta lo
siguiente: evitar el Tipping-Off es un asunto extremadamente problemático para
los abogados, pues implica que se ignore el cliente, se estanque el caso, o se
adopten acciones que no son consistentes con el principio de los mejores
intereses del cliente.

Personalmente, el caso que me resulta más interesante es el emblemático


“Michaud vs. Francia”, en el cual un abogado objetó la ley que estableció el ROS
para los abogados en Francia, alegando que: reportar las sospechas de sus
clientes es accionar en contra del propósito social de su profesión; existe un
enlace innegable entre la confidencialidad y el derecho de una persona acusada
de no autoincriminarse; se priva al cliente de la posibilidad de corregir un error si la
sospecha es infundada; obligar a los abogados a reportar sospechas de sus
clientes, como una medida preventiva, es desproporcionado con la necesidad de
combatir el lavado de activos; y finalmente, el sistema es ineficiente, pues solo 404
de 19,208 reportes llegaron a la justicia.

En respuesta, la Corte Europea de Derechos Humanos estableció lo siguiente: Es


indudable que la obligación de reportar constituye una interferencia en el derecho
del abogado al respeto de su correspondencia y del derecho a su vida privada;
pero la interferencia está legalmente establecida y tiene un fin legítimo, puesto que
la norma tiene por objeto prevenir el desorden y el crimen, lo cual es un objetivo
legítimo de interés general. Además, la interferencia es necesaria, en tanto que la
norma está dirigida a prevenir actividades que constituyen una seria amenaza a la
democracia, y partiendo de la importancia que tiene el fin perseguido en una
sociedad democrática, la obligación del abogado de reportar en Francia no

Página 40 de 44
constituye una interferencia desproporcionada en relación al secreto profesional
del abogado.

A pesar de este fallo, la Corte dejó claro lo siguiente: es innegable que el secreto
profesional es la base de la confianza que permea la relación entre el abogado y
su cliente; aunque el art. 8 protege la confidencialidad de toda correspondencia
entre individuos, esta protección tiene un mayor peso sobre los intercambios entre
los abogados y sus clientes; los abogados tienen el rol de defensa de la persona,
rol que no puede ser ejercido si sus intercambios con sus clientes no permanecen
bajo confidencialidad; es la relación de confianza entre abogado y cliente, esencial
para el ejercicio de la profesión, la que está en juego.

Existen otros casos de interesantes consideraciones, tales como el caso “Andre et


Autres vs. Francia”, que se refiere a las interferencias estatales en las oficinas de
abogados y cómo éstas perjudican el secreto profesional. En este fallo, la Corte
consideró que la salvaguarda del secreto profesional es el corolario del derecho
del cliente de no auto-incriminarse, lo cual presupone que las autoridades deben
probar sus casos sin utilizar evidencia obtenida a través de métodos de coerción u
opresión que desafíen la voluntad del imputado, más aún cuando se sustraen las
notas tomadas por el abogado, las cuales constituyen documentos personales
sujetos al secreto profesional.

En el caso “Ordre des Barreaux Francophones et Germanophones vs. Conseil des


Ministres”, la Corte Constitucional de Bélgica indicó que las obligaciones de
información y cooperación aplican solamente en la preparación o ejecución de
ciertas transacciones, y dichas transacciones no tienen ningún enlace con
procesos judiciales, por lo que salen del ámbito del derecho a un juicio justo.
Desde que al abogado que, actuando en una de estas transacciones, es llamado a
defender al cliente o representarlo ante un tribunal, o debe prestar consejo sobre
cómo evitar un proceso judicial, el mismo se exime de las obligaciones de reporte,
sin importar que la información se obtuvo antes, durante o después de los
procesos judiciales.

Página 41 de 44
Finalmente, resulta interesante señalar que, el 6 de mayo del 2013, la American
Bar Association (ABA) envió una carta al GAFI, a través de la cual destacó que, en
los Estados Unidos, la experiencia ha demostrado que la gran mayoría de los ROS
remitidos por parte del sector financiero nunca culminan en ningún proceso
judicial. En tal sentido, el GAFI debe analizar con mayor profundidad el rol causal
entre el ROS y la efectividad en el cumplimiento de la ley AML, partiendo de los
riesgos sustanciales que representa el ROS para la profesión jurídica y los clientes
inocentes que, en principio, no han cometido ningún delito y se afectan por estas
reglas.

Página 42 de 44
--▪ CONCLUSION ▪--

Al finalizar este trabajo hemos sentido la satisfacción del deber cumplido en el


desarrollo sobre la Importancia de la Dignidad, el Honor y la Buena fe del
Abogado.

Es importante tomar en cuenta que el profesional del derecho necesita tener el


conocimiento y la experiencia en el litigio para ofrecerle a su representado una
disyuntiva válida conforme a la legalidad. Por tal motivo debe hacer conciencia si
desea iniciar o no el procedimiento encomendado. En la actualidad la abogacía
como profesión ha decaído como prestigio; al abogado se le acredita por ser
irresponsable, usurero por cobrar honorarios muy costosos por el litigio realizado
incluso no terminado. Punto importante del deber ético del abogado es el
salvaguardar los documentos, bienes muebles, bienes inmuebles y la vida privada
de sus clientes.

Por otro lado, estamos frente a la falta de ética profesional del abogado negligente
y, en concreto, el daño denominado "a profesional pudiendo detectar distintos
procederes de algunos legistas en el procedimiento; el abogado carente de ética
es el que, con el fin de evitar un juicio, decide abordar cualquier precio o arreglo
con la contraparte provocándole en ocasiones un prejuicio al cliente dando como
resultado un encausamiento legal dudoso. Encontramos también al abogado
negligente, que al no estar preparado para un juicio en concreto, realiza acciones
inadecuadas provocando la afectación del cliente. No obstante debemos
reconocer al abogado profesional, el que se interesa en las pretensiones de su
cliente, y lo representa todo el procedimiento; tomando en cuenta que pone
atención a los fundamentos de la contraparte resultando en la mayoría de los
casos un juicio favorable para su defendido.

Página 43 de 44
--▪ BIBLIOGRAFIAS ▪--

BASICA:

 Del Orbe B. Alejandro Sócrates. Deontología Jurídica. Ediciones


Fundación Hombre y Universo. 2007.

COMPLEMENTARIA:

 Alcántara Juan Félix, Manual de Ética Profesional, Ediciones UAPA.


Santiago de los Caballeros, r. D. 2003.
 Osorio Ángel, El Alma de la Toga.
 Código de Ética del Colegio de Abogados de la R. D.
 Los Mandamientos del Abogado , Eduardo J. Couture.

Página 44 de 44

También podría gustarte