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Procesoagrario
Procesoagrario
D E D I C ATORIA
2
A mis seres Amados: MA. GUADALUPE DAMIÁN PÉREZ; SILVESTRE
ESTRADA BERNACHE (+); EDGAR GABRIEL y CRISTIAN MISHELL, ESTRADA
PALACIOS; OFELIA PALACIOS RAYO; Hermanas y Hermanos.
Todos ellos, mis maestros en la praxis del Derecho Social Agrario, por tal
motivo mi Reconocimiento y enorme gratitud.
3
CONTENIDO
PÁGINA
PRESENTACIÓN 10
INTRODUCCIÓN 12
CAPITULO 1
1.1. Generalidades. 15
1.2. Desarrollo Del Proceso y Del Procedimiento De La Investigación. 17
1.2.1. Titulo de la Investigación: El Proceso Agrario y Los Principios
Que Lo Rigen. 17
1.2.1.1. Planteamiento Del Problema. 17
1.2.1.2. Interrogantes. 18
1.2.2. Hipótesis. 18
1.2.3. Justificación. 19
1.2.4. Objetivo General. 20
1.2.5. Objetivos Específicos. 20
1.2.6. Metodología. 20
1.2.6.1. Métodos. 20
1.2.6.2. Técnicas. 22
1.2.6.3. Procedimiento Para El Desarrollo De La Investigación. 24
1.2.6.4. Tipo De Investigación. 24
1.2.7. Actividades Para La Comprobación De Las Hipótesis. 24
1.2.8. Aportes A La Ciencia Jurídica. 25
CAPITULO 2
4
Del Distrito Federal. 36
2.4.3. Secretario De La Reforma Agraria. 36
2.4.4. Secretario De Agricultura y Recursos Hidráulicos. 37
2.4.5. Jefe Del Instituto Nacional Indigenista. 37
2.5. Órganos Agrarios. 38
2.5.1. La Secretaría De La Reforma Agraria. 38
2.5.2. El Cuerpo Consultivo Agrario. 38
2.5.3. Las Comisiones Agrarias Mixtas. 38
2.5.4. La Procuraduría Agraria. 38
2.5.5. La Secretaría De Agricultura y Recursos Hidráulicos. 39
2.6. Órgano Representativo De Los Campesinos. El Comité
Particular Ejecutivo. 39
2.7. Autoridades Ejidales. 39
2.8. Los Órganos Ejidales. 40
2.8.1. Asamblea General De Ejidatarios o Comuneros. 40
2.8.2. Comisariado Ejidal o De Bienes Comunales. 40
2.8.3. Consejo De Vigilancia. 40
2.9. Suprema Corte De Justicia De La Nación. 41
2.10. Generalidades Sobre Los Tribunales Agrarios Creados En 1992. 41
2.10.1. Génesis De Los Tribunales Agrarios. 41
2.10.2. Antecedentes Legales De Los Tribunales Agrarios. 42
2.10.2.1. Las Autoridades Agrarias y Su Evolución Legislativa
Hasta 1992. 42
2.10.2.2. Ley Agraria Del 6 De Enero De 1915. 43
2.10.2.3. Ley De Ejidos. 44
2.10.2.4. Decreto De 22 De Noviembre De 1921. 45
2.10.2.5. Reglamento De 10 De Abril De 1922. 45
2.10.2.6. Ley Reglamentaria Sobre Repartición De Tierras
Ejidales y Constitución Del Patrimonio Parcelario Ejidal
Del 25 De Agosto De 1927. 46
2.10.2.7. Leyes De Dotaciones y Destituciones De Tierras y
Aguas Del 13 De Abril De 1927, Del 11 De Agosto
De 1927 y Del 21 De Mayo De 1929. 46
2.10.2.8. Código Agrario Del 22 De Marzo De 1934. 47
2.10.2.9. Código Agrario De Los Estados Unidos Mexicanos
Del 23 De Septiembre De 1940. 49
2.10.2.10. Código Agrario Del 31 De Diciembre De 1942. 52
2.10.2.11. Ley Federal De Reforma Agraria Del 16 De Marzo
De 1971. 55
2.10.3. Los Tribunales Agrarios Desde 1992. 57
2.10.3.1. Naturaleza Jurídica De La Justicia Agraria. 62
210.3.1.1. Fundamentos Constitucionales y Legales De
Los Tribunales Agrarios. 63
2.10.3.1.2. Artículo 27 Constitucional, Fracción XIX. 64
2.10.3.1.3. Ley Orgánica De Los Tribunales Agrarios. 64
2.10.3.1.4. Reglamento Interior De Los Tribunales Agrarios. 66
2.10.3.1.5. Características y Objetivos De Los
5
Tribunales Agrarios. 68
2.10.4. Estructura De Los Tribunales Agrarios. Integración. 69
2.10.4.1. Tribunal Superior Agrario. 69
2.10.4.2. Tribunales Unitarios Agrarios. 70
2.10.4.3. Competencia De Los Tribunales Agrarios. 72
CAPITULO 3
CAPITULO 4
6
Demandado. 124
4.3.6.2. Procedimiento En Ausencia Del Actor y El Demandado. 125
4.3.6.3. Procedimiento En Ausencia Del Demandado. 125
4.3.7. Desarrollo De La Audiencia De Ley. 125
4.3.8. Las Pruebas En El Proceso Agrario. 126
4.3.8.1. Su Ofrecimiento. 127
4.3.8.2. Su Admisión. 128
4.3.8.3. Del Desahogo De Las Pruebas. 128
4.3.9. Alegatos. 131
4.3.10. Sentencia. 131
4.3.11. Caducidad. 131
4.3.12. Ejecución De las Sentencias. 131
4.3.13. Recurso De Revisión. 132
4.3.13.1. Concepto. 132
4.3.13.2. Procedencia. 132
4.3.13.3. Forma De Interponerlo. 133
4.3.13.4. Trámite. 133
4.3.14. Juicio De Amparo En El Procedimiento Agrario. 133
CAPITULO 5
7
5.2.23. Principio De Libre Valoración Probatoria o Verdad Sabida. 216
5.2.24. Principio De Gratuidad. 220
5.2.25. Principio De Itinerancia o Desplazamiento del Tribunal. 221
5.2.26. Principio De Facultades De Fallar Extra y Ultrapetita. 222
5.2.27. Principio De Economía. 223
5.3. Otros Principios Que Se Destacan En La Investigación. 224
5.3.1. Constitución Política De Los Estados Unidos Mexicanos. 224
5.3.1.1. Principio de Expeditez. 224
5.3.1.2. Principio de Honestidad. 224
5.3.1.3. Principio de Seguridad Jurídica. 224
5.3.1.4. Principio de Autonomía. 225
5.3.1.5. Principio de Plenitud de Jurisdicción. 225
5.3.1.6. Principio de Procuración de Justicia Agraria. 225
5.3.1.7. Principio de Especialización. 225
5.3.2. Ley Agraria. 226
5.3.2.1. Principio de la Verdad Histórica. 226
5.3.2.2. Principio de Equilibrio Procesal. 226
5.3.2.3. Principio de Exhaustividad. 226
5.3.2.4. Principio de Fundamentación. 226
5.3.2.5. Principio de Motivación. 227
5.3.2.6. Principio de Objetividad. 227
5.3.2.7. Principio de Eficacia. 227
5.3.2.8. Principio de Inmediatez. 227
5.3.2.9. Principio de Impugnación. 227
5.3.3. Ley Orgánica De Los Tribunales Agrarios. 228
5.3.3.1. Principio de Autonomía y Plena Jurisdicción. 228
5.3.3.2. Principio de Especialización. 228
5.3.3.3. Principio de Atracción. 228
5.3.3.4. Principio de Secrecía. 228
5.3.3.5. Principio de Honradez y Lealtad. 229
5.3.4. Reglamento Interno De Los Tribunales Agrarios. 229
5.3.4.1. Principio de Legalidad. 229
5.3.4.2. Principio de Honradez. 229
5.3.4.3. Principio de Lealtad. 229
5.3.4.4. Principio de Imparcialidad. 229
5.3.4.5. Principio de Eficiencia. 230
5.3.5. Principio de Fijación de la Litis. 230
5.3.6. Principio de No Variación de la Acción. 231
5.4. Los Principios Del Juicio Agrario y Los Principios
Del Juicio Constitucional. 232
5.4.1. Principios Constitucionales Del Juicio De Amparo y Su Relación
Con Los Principios Del Proceso Agrario. (Artículos 103 y
107 Constitucionales). 232
5.4.1.1. Principio De Instancia De Parte Agraviada. 233
5.4.1.2. Principio De Existencia De Agravio Personal y Directo De
Carácter Jurídico. 233
5.4.1.3. Principio De Definitividad. 234
8
5.4.1.4. Principio De Prosecución Judicial. 237
5.4.1.5. Principio De Relatividad De Las Sentencias. 237
5.4.1.6. Principio De Estricto Derecho. 237
CONCLUSIONES 247
PROPUESTAS 249
1. BIBLIOGRÁFICAS
2. HEMEROGRÁFICAS
3. LEGISLATIVAS
4. JURISPRUDENCIALES
5. DE CAMPO
ANEXOS 275
9
PRESENTACIÓN
10
tribunales y hacer pinitos en el arte del litigio. No. Se trata, en cambio, de hacerle o
hacerles ver lo que hay de vital en el Derecho. El magisterjuris cumple la misión
preciosa, debe cumplirla, de extraer la savia del Derecho, o sea, lo que tiene de
vida; porque el Derecho es vida regulada e incluso legislada, si se quiere”. (El Arte
del Derecho, pág. 129.)
“Dad a un hombre todas las cualidades del espíritu; dadle todas las del carácter,
haced que lo haya visto todo, aprendido todo y recordado todo; que haya
trabajado sin descanso o durante treinta años de su vida; que a la vez sea literato,
crítico y moralista; que tenga la experiencia de un anciano y el empuje de un joven
con la infalible memoria de un niño; haced, por fin, que todas las hadas hayan
venido sucesivamente a sentarse al lado de su cuna y le hayan dotado de todas
las facultades y quizás, con todo ello, lograréis formar un abogado completo”.
(Paillet).
11
INTRODUCCIÓN.
12
Se hace énfasis a los Tribunales Agrarios creados en 1992 acudiendo a su
Génesis, Antecedentes y Evolución Legislativa por lo que fue necesario analizar
todo el marco Legal Agrario desde la Ley Agraria del 6 de Enero de 1915 hasta la
Ley Agraria Vigente, pasando por el análisis de la Ley de Ejidos de 1920, Decreto
del 22 de Noviembre de 1921, Reglamento del 10 de Abril de 1922, Ley
Reglamentaria sobre repartición de Tierras Ejidales y Constitución del Patrimonio
Parcelario Ejidal de 1927, Ley de Dotaciones y Restituciones de Tierras y Aguas
de 1927 y 1929, los Códigos Agrarios de 1934, 1940 y 1942 y Ley Federal de
Reforma Agraria de 1971.
13
Saneamiento, de Libre Administración de la Prueba o Libre Valoración Probatoria,
de Gratuidad, de Itinerancia o Desplazamiento del Tribunal, de Facultades de
Fallar Extra y Ultrapetita, de Disposición o de Oficiosidad o de Excelencia, de
Economía Procesal o Unicidad, de Imparcialidad, de Supletoriedad o Tutela, de
Inquisitorio u Oficioso, de Objetividad, de Conocimiento de la Verdad, de
Profesionalismo e Independencia, de Nemo Judex Sine Actore, de Oportunidad,
de Seguridad, de Fortaleza Jurídica al Campo, de Honestidad, de Justicia Agraria,
de Autonomía y Plenitud de jurisdicción, de Especialización, de Verdad Histórica,
de Equilibrio Procesal, de Exhaustividad, de Fundamentación, de Motivación, de
Eficacia, de Inmediatez, de Impugnación, de Atracción, de Secrecía, de
Honradez, de Fijación de la Litis, de No Variación de la Acción.
14
CAPITULO 1
1.1. Generalidades.
Surge así la idea de “El Proceso Agrario y los Principios que lo Rigen”.
15
contenido temático o capitulado tentativo como finalmente lo denominé, es decir,
crear la estructura organizacional básica que guiaría mi quehacer investigativo a
partir de dividirlo en cinco capítulos a saber:
EL PROCESO AGRARIO.
16
1.2. Desarrollo del Proceso y del Procedimiento de la Investigación.
17
Lo anterior se debe a que el juzgador agrario no da la observancia debida a los
principios procésales que rigen el proceso agrario.
En la medida en que todos los que forman parte de los órganos jurisdiccionales
agrarios contribuyan a dar cumplimiento a las formalidades del procedimiento
agrario contenido en el titulo décimo de la Ley Agraria vigente se estará
satisfaciendo los requisitos que permitan a las partes la posibilidad de ser oídos en
defensa de sus derechos. En consecuencia se estará dando debido cumplimiento
a las garantías de audiencia, de seguridad jurídica y de justicia pronta y expedita
consagradas por los artículos 14, 16 y 17 de nuestra ley fundamental.
1.2.1.2. Interrogantes.
1.2.2. Hipótesis.
18
2.- Que la aplicación supletoria sea indispensable para complementar las
disposiciones procésales de la Ley Agraria.
C.- Se afirma que es necesaria una reforma a los artículos del 164 al 200
de la ley agraria en la que se contemple la creación de mecanismos legales que
permitan evitar el abuso por las partes en el proceso de los principios procésales
que lo rigen.
1.2.3. Justificación.
19
encuentren en sus líneas un mínimo interés que contribuya al bienestar de los
justiciables agrarios.
1.- Determinar cuales son los principios procésales que rigen en el Proceso
Agrario.
2.- Establecer si los sujetos en el Proceso Agrario observan todos los principios
que lo rigen, así como analizar la importancia que tienen en el proceso agrario
la debida observancia de dichos principios procésales por parte de los
Tribunales Agrarios.
1.2.6. Metodología.
1.2.6.1. Métodos.
20
En el desarrollo del método científico se tuvo el auxilio de otros métodos tales
como: el método histórico citándose antecedentes del tema objeto de la
investigación y de sus elementos conceptuales fundamentales. Asimismo, se
utiliza el método analítico en virtud de que se analiza conceptos doctrinarios y
jurisprudenciales; el método de la hermenéutica jurídica, a través del cual se
realiza la interpretación del marco jurídico. Del mismo modo se acude al método
dialéctico, inductivo y deductivo, intuitivo, sistemático, analógico o comparativo,
entre otros.
g) El Método Intuitivo que consiste en la visión directa que se tiene acerca del
objeto de la investigación lo que facilita la obtención de respuestas previas
o adelantadas de manera espontánea y original a la problemática
planteada.
21
h) El Método Sistemático contribuye a ordenar los conocimientos
clasificándolos en capítulos de manera coherente.
1.2.6.2. Técnicas.
En resumen, las técnicas que se aplican son las de: investigación bibliográfica,
hemerográfica, de archivo, audiográfica, legislativa y jurisprudencial.
22
b) Técnica de Investigación Hemerográfica que permite la revisión, consulta y
análisis de revistas especializadas en la ciencia jurídica.
c) Técnicas de Investigación de Archivo facilita la revisión, consulta y análisis
de expedientes de procesos agrarios radicados en los Tribunales Agrarios y
Juzgados de Distrito y Tribunales Colegiados de Circuito.
d) Técnicas de Investigación Legislativa que permite la revisión, consulta y
análisis de la legislación Agraria: marco constitucional, legal y
reglamentario.
e) Técnicas de Investigación Jurisprudencial que facilita la consulta, revisión y
análisis de apéndices de jurisprudencia y tesis aisladas.
f) Técnicas de Investigación de Informática que facilita la revisión, consulta y
análisis de lectura de discos.
De suerte tal que las técnicas que se aplican son: de observación científica, de
testimonio oral y escrito, de captura y sistematización, de informaciones, de
análisis, presentación y divulgación de informaciones.
23
1.2.6.3. Procedimiento Para El Desarrollo De La Investigación.
c).- Análisis del marco legal agrario vigente: Constitución política de los
Estados Unidos Mexicanos, artículos 14,16, 17 y 27 fracción XIX; Ley Agraria;
Ley Orgánica de los Tribunales Agrarios, Reglamento Interior de los Tribunales
Agrarios.
24
d).- Recopilación y análisis de criterios y tesis de Tribunales Colegiados, de
Jurisprudencias de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y del Tribunal
Superior Agrario, en materia del proceso agrario y sus principios.
25
CAPITULO 2
El tema objeto del presente libro se ha intentado resolver a partir del basamento
teórico de la escuela positivista, que se sustenta en la aplicación estricta del
derecho vigente, complementada con la teoría moderna del derecho que plantea
una ágil y expedita solución a las controversias agrarias motivadas por la posesión
de la propiedad social o del reconocimiento de un derecho, implementando la
solución consensual de tales litigios.
Así pues, congruente con lo anterior, los conceptos operacionales que sirven de
base a la presente investigación son los que a continuación se enuncian y se
definen:
En primer orden se cita el DERECHO, el cual para los juristas Rafael De Pina y
Rafael De Pina Vara, es entendido como “ Conjunto de normas eficaz para regular
la conducta de los hombres, siendo su clasificación más importante la de derecho
positivo y derecho natural” 1. Ensayando sobre el concepto concluyo que Derecho
es el conjunto de normas religiosas, morales y jurídicas que regulan la conducta
de las personas como individuos y como entes colectivos de tipo particular y
público cuyo fin primordial es la armonía social mediante la implementación
inclusive de mecanismos eficaces de tipo coercitible.
1 DE PINA, Rafael, y DE PINA VARA, Rafael. Diccionario de Derecho, Editorial Porrúa, S. A., México,
1986, página. 217.
2 CASO, Ángel. Citado por CHAVEZ PADRON, Martha. El Derecho Agrario en México, Editorial Porrúa,
S. A., México, 1988, página. 59.
26
concreto, mediante una decisión del juez competente”. 3. Sobre el particular
ensayo al final de éste tema con el concepto binomio de Proceso Agrario.
2
Por lo que respecta a la JUSTICIA, ésta es la “ disposición de la voluntad del
hombre dirigida al reconocimiento de lo que a cada cual es debido o le
corresponde según el criterio inspirador del sistema de normas establecido para
asegurar la pacífica convivencia dentro de un grupo social mas o menos amplio”.
4. Desde los tiempos de Ulpiano se quiso definir a la justicia como “dar a cada
quien lo suyo”. El problema es de tipo filosófico y a ese respecto nos preguntamos
¿Qué es lo que a cada quien nos corresponde? Entiendo a la justicia como el
respeto al derecho ajeno, es decir, donde inicia el derecho de un individuo termina
el del otro. Justicia es caminar conforme con la disposición de la norma jurídica y
la natural.
27
que toca a sus regímenes interiores en los términos receptivamente
establecidos por la presente constitución federal y las particulares de los
estados, las que en ningún caso podrán contravenir las estipulaciones del
pacto federal. “
3
“articulo 133: esta constitución, las leyes del congreso de la unión que
emanen de ella y todos los tratados que estén de acuerdo con la misma,
celebrados y que se celebren por el Presidente de la Republica, con
aprobación del Senado, serán la ley suprema de toda la unión. Los jueces de
cada estado se arreglarán a dicha constitución, leyes y tratados, a pesar de las
disposiciones en contrario que pueda haber en las constituciones o leyes de
los estados”. 8. En síntesis, éste principio impone a la autoridad la obligación
de adecuar su conducta a la literalidad de la norma jurídica e implica que
aquella solo puede hacer lo que ésta le permite.
8 PALLARES, Eduardo. Diccionario de Derecho Procesal Civil, Editorial Porrúa, S. A., México, 1984,
Décima sexta edición, página. 632.
9 GARCÍA RAMIREZ, Sergio. Justicia Agraria, Tribunal Superior Agrario, México, 1995, páginas. 85-86.
10 GARCIA RAMIREZ, Sergio. Elementos de Derecho Procesal Agrario, Editorial Porrúa, S. A., México,
1993, página. 412.
28
verdad sobre los puntos cuestionados.” 11. En mi opinión éste postulado rompe
con el Principio de Igualdad, ya que el Tribunal Agrario únicamente podrá suplir
deficiencias en los planteamientos de derecho cuando se trate de los sujetos
agrarios a que alude el artículo 164 de la Ley Agraria.
4
PRINCIPIO DE VERDAD MATERIAL.” Tanto el proceso publicista como el
social se orientan hacia la verdad material o histórica, no hacia la formal. Así se
recoge la idea de que los resultados de esos procesos interesan profundamente a
la sociedad, que no puede conformarse con la versión que las partes ofrezcan
sobre los hechos. Queda excluido, por ende, el apotegma de que el Tribunal
resolverá conforme a lo que las partes aleguen y prueben, las partes pierden la
exclusividad en la promoción de pruebas, que es tanto como perder la
exclusividad en el manejo de la versión de los hechos que hallan de llegar al
conocimiento del juzgador. Este puede indagar la realidad. Su función es, a este
respecto, activa. Inquiere y forma racionalmente su certeza no la supedita a los
elementos que los contendientes le alleguen.” 12. Este principio se relaciona
estrechamente con el de Inmediación que obliga al Magistrado Agrario a presidir la
Audiencia de Ley, en la cual aquel indaga la verdad histórica a fin de darle
vigencia al Principio de Verdad Sabida en el dictado de la Sentencia respectiva.
11 LÓPEZ GÓMEZ, Bernardino. “El proceso Agrario y Los Principios que lo Rigen”, Revista de los
Tribunales Agrarios, Año VI, sept-dic., número 19, Centro de Estudios de Justicia Agraria, México, 1998,
páginas. 13-14.
12 GARCIA RAMÍREZ, Sergio. Op. Cit. Página. 91.
13 PALLARES, Eduardo. Op. Cit. Décima sexta edición. Página. 633.
14 GARCIA RAMÍREZ, Sergio. Op. Cit. Página. 264.
29
vicio de la tramitología y lentitud en la integración y substanciación de los asuntos
por parte de los Tribunales Agrarios, aunado a ello, la escasez de personal con
que éstos cuentan para tal fin.
5
Otro de los PRINCIPIOS es el DE CONCENTRACIÓN.” Según este principio,
deben reunirse o concentrase las cuestiones litigiosas para ser resueltas todas
ellas o el mayor número posible de las mismas, en la sentencia definitiva, evitando
que el curso del proceso en lo principal se suspenda. El principio exige que las
cuestiones incidentales que surjan dentro del proceso se reserven para la
sentencia definitiva, a fin de evitar que el proceso se paralice o se dilate, lo que a
su vez exige reducir a menor número posible los artículos de previo y especial
pronunciamiento, las excepciones dilatorias y los recurridos con efectos
suspensivos.” 15. Conforme éste principio los Tribunales Agrarios deben resolver
conjuntamente la suerte principal del negocio judicial con las cuestiones
incidentales que opongan las partes salvo que se trate de las excepciones de
incompetencia.
15 PALLARES, Eduardo. Op. Cit. Décimo sexta edición, páginas. 627 – 628.
16 Ibidem. Página. 635.
17 Ibidem. Página. 632.
18 Diccionario Jurídico Mexicano, Instituto de Investigaciones Jurídicas, UNAM, México, 1992, página. 568.
19 PALLARES, Eduardo. Op. Cit. Página. 628.
30
misma contenido y atenta contra los principios de seguridad jurídica, legalidad,
celeridad o expeditez de la justicia agraria.
6
Por lo que respecta al PRINCIPIO DE PROBIDAD.” Según este principio, el
proceso es una institución de buena fe que no a de ser utilizada por las partes con
fines de mala fe o fraudulentos. El juez está obligado a dictar las medidas
necesarias para evitar que los litigantes conviertan al proceso en un instrumento al
servicio de intenciones contrarias al funcionamiento expedito de la justicia.” 20. El
artículo 179 de la Ley Agraria que tutela la igualdad de defensa de las partes, en la
mayoría de los casos que se ventilan en los Tribunales Agrarios, ha servido de
pretexto para las partes litigantes para retardar los procesos cuando la parte
demandada sobre todo actúa de mala fe y acude al Tribunal sin defensor las
veces que así lo decide.
31
propuesta del Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, cuya función
primordial es la aplicación de la Norma Jurídica Agraria a las controversias y
conflictos que se originen en la materia.
1.- Constitución Política De Los Estados Unidos Mexicanos, Artículos 14, 16,
17 Y 27 fracción XIX.
32
7
23 CHAVEZ PADRON, Martha. El Proceso Social Agrario. Editorial Porrúa, S. A. México, 1989,
página 19.
24 Idem.
25 GIUSEPPE CHIOVENDA. “Instituciones de Derecho Procesal Civil”, Editorial Rev. De Derecho
Privado, Madrid, 1936, página. 40.
26 CASTILLO LARRAÑAGA y DE PINA, Rafael. Editorial Porrúa, México, 1950, página. 51.
27 Ibidem. Página. 52-53.
33
Lo anterior en virtud de que la autora mencionada realiza un estudio amplio de
los antecedentes objeto del presente capítulo que por sí mismos imponen no
realizar comentario al respecto.
“Si nos ponemos con paciencia a pensar en los tribunales agrarios no sólo
como noticia de hoy (en 1976 se habló mucho de ello), sino como acervo del
pasado, lo curioso es que el tema nos resulta tan viejo como la lucha
agrarista, de tal manera que puede decirse que el pionero en esta cuestión
fue el mismo Emiliano Zapata; afortunadamente para comprobarlo basta
consultar el Plan de Ayala del 28 de noviembre de 1911, en su cláusula
sexta… Por una parte éste Plan es un documento histórico de existencia y
contenido irrebatible que nos hace aceptar, querámoslo o no, que el ejército
zapatista fue el que, dentro de todas las fuerzas revolucionarias, y desde
1911 por lo menos, expresó formal y claramente su deseo de luchar por
llegar a obtener tribunales agrarios, con una estructura diferente a los hasta
entonces existentes, que fuera si no especial, sí especializado en el
tratamiento de los problemas campesinos por los cuales luchaban
refiriéndose expresamente a la restitución de tierras, pues siempre usaron
ese término y no el de reivindicación, punto que es muy importante observar
y tener en consideración para formular conclusiones; por otra parte, los
sistemas actuales de derecho escrito no establecen tribunales especiales,
sino los que entendemos como especializados, tal es el sentido de nuestro
artículo 13 constitucional de acuerdo con el cual, “nadie puede ser juzgado
por leyes privativas, ni por tribunales especiales”; sin embargo se permiten
tribunales especializados como los militares, los laborales, fiscales, etc.” 28
“Para entender con más amplitud el tema de los tribunales agrarios hay que
considerar – además de la reseña histórica – que nuestro país recibió de
Europa, como tantos otros, la Teoría de la División de Poderes, que
entendida en su aspecto extremo resulta una abstracción teorética que no
ha podido realizarse en su forma pura en ningún país del mundo
contemporáneo. En sus principios esta división se apoyó en una lógica que
manejó condiciones tempo-especiales diversas; por eso, al transcurrir los
34
años los resultados del silogismo han variado de acuerdo a una nueva
realidad que ha ido imponiendo modalidades a la teoría de la división de
poderes y transformándola en una moderna estructura orgánica y funcional
del Estado.” 29
9
35
Se consideraron autoridades agrarias anteriores a 1992 a las siguientes:
“La fracción II del artículo 1 del Código de 1942 consideraba también como
autoridad agraria a los Gobernadores de los Estados, de los Territorios Federales
y al Jefe del Departamento del Distrito Federal. La L. F. R. A. de 1971, en su
artículo 2, fracción II, los señaló como autoridades agrarias hasta que las reformas
de 1974 suprimió la mención relativa a los Territorios. Sus facultades las señaló el
artículo 9 y fueron: recibir las solicitudes agrarias; proveer lo necesario para la
sustanciación de los expedientes y las ejecuciones provisionales; nombrar y
remover a sus representantes en las Comisiones Agrarias Mixtas y expedir
nombramientos a los Comités Particulares Ejecutivos; emitir su opinión en los
expedientes de creación de un nuevo centro de población ejidal, y de
expropiación; fundamentalmente dictar los mandamientos para resolver en primera
instancia los expedientes relativos a restitución, dotación de tierras o aguas,
dotaciones complementarias y ampliación de ejidos. Cuando se reformó el
artículo 272 de la L. F. R. A de 71 mediante Decreto del 30 de diciembre de 1983
(D. O. F., 17-I-84) se autorizó a los CC. Gobernadores a expedir Comunicados
Agrarios Definitivos para poner fin a una solicitud que no reuniera los requisitos de
procedencia.” 34
36
“El Secretario de la Reforma Agraria es también autoridad (artículo 2, fracción
III, de la L. F. R. A. de 1971) el cual es nombrado y removido libremente por el
Presidente de la República (artículo 3 de la L. F. R. A. de 1971).
Fundamentalmente las facultades del Secretario se relacionaron con la creación,
transmisión, modificación y extinción de derechos agrarios, o sea con facultades
jurídico-agrarias. La L. F. R. A. de 1971 prevé los casos en que el titular de la
Secretaría de la Reforma Agraria incurre en responsabilidades (artículo 460 de la
L. F. R. A. de 1971, cuyo antecedente es el artículo 343 del C. A. de 1942).” 35
“El Código Agrario de 1942 señaló como autoridad agraria al Jefe del
Departamento de Asuntos Indígenas, el artículo 40 (C. A. , 1942) señaló sus
atribuciones para ejecutar las Resoluciones Presidenciales por las que se
reconociera la propiedad de bienes comunales, intervenir en los conflictos por
límites, ejecutar las sentencias de la Suprema Corte de Justicia cuando la
propuesta presidencial sobre conflictos de límites comunales fuera recurrida,
opinar en los expedientes de restitución, titulación y deslinde de bienes
comunales. Pero en la práctica esta intervención no se efectuó, tal vez porque la
Ley de Secretarías de Estado de 1946, en su artículo 10, fracción XXX, suprimió
automáticamente a este Departamento e incorporó sus atribuciones como
Dirección de la Secretaría de Educación Pública y, posteriormente, fue creado el
Instituto Nacional Indigenista por la Ley del 10 de noviembre de 1948 (D. O. F., 4-
XII-48).” 37
37
2.5. Órganos Agrarios.
“Este órgano agrario es prototipo de los nuevos órganos judiciales del Derecho
Procesal Social, por ser órgano de tipo popular integrado por personas a su
servicio que pueden ser o no juristas, no obstante que maneja variados juicios y
conceptos estrictamente jurídicos. Como ya vimos, el Departamento Agrario, hoy
Secretaría de la Reforma Agraria, sustituyó a la antigua Comisión Nacional Agraria
en 1934 y tiene su fundamento en el artículo 27 constitucional, fracción IX,
mediante la cual se creó en la fecha indicada, una dependencia directa del
Ejecutivo Federal encargada de la aplicación de las leyes agrarias y de su
ejecución.” 38
38
social y económicamente desvalida y nada mejor que este órgano agrario para
encontrar consolidada esta característica desde 1921. En efecto, en el artículo 4
del Decreto del 22 de noviembre de 1921, se sentó como una de las bases
necesarias para el desarrollo del programa político de la Revolución, la “creación
de la Procuraduría de los Pueblos” para patrocinar gratuitamente a los poblados
que así lo desearan.” 41
13
39
coactiva que señaló el artículo 196, fracción V (C. A. de 1942) mediante la cual los
comisariados podían retener o cobrar los impuestos prediales.” 44
14
40
“El artículo 22, fracción III (L. F. R. A., 1971), señala como órganos agrarios a
los Consejos de Vigilancia. Estos organismos tienen su antecedente en el Código
Agrario del 22 de marzo de 1934 (artículo 123) donde por primera vez se
estableció que “además del comisariado ejidal, en cada núcleo de población habrá
un consejo de vigilancia”; esta disposición se repitió en el Código del 23 de
septiembre de 1940 y en el del 30 de diciembre de 1942. Este órgano se
compone de tres miembros propietarios y tres suplentes, que serán elegidos por la
Asamblea General de ejidatarios o comuneros.” 47 15
41
“Mucho antes de 1992 en México ya se hablaba de instituir Tribunales Agrarios
o especializados en materia agraria, para resolver los conflictos planteados por
quienes se consideraran tener derecho a las tierras entregadas a los pueblos o
ciudadanos, por las fuerzas revolucionarias. El Plan de Ayala, proclamado por
Emiliano Zapata, fue el antecedente remoto de nuestra justicia agraria al consignar
que ésta se impartiera por tribunales especiales que se establecieran al triunfo de
la Revolución Mexicana. Sin embargo, en sus inicios la Constitución de 1917, que
materializó en la impartición las aspiraciones de justicia social del pueblo
mexicano, encomendó la impartición de la justicia social agraria, no a tribunales
agrarios, sino al Presidente de la República y a diversos órganos administrativos
integrantes del Poder Ejecutivo Federal, dándole competencia en esta materia
como suprema autoridad. Se trató de una justicia administrativa imperfecta, en
parte retenida y en parte delegada, impartida por los precitados órganos del Poder
Ejecutivo Federal.” 50
16
42
agrarios. Se tiene como marco de referencia la legislación agraria que brevemente
se analiza en éste capítulo.
17
51 LEMUS GARCÍA, Raúl. Derecho Agrario Mexicano. 8ª Edición, México, Porrúa, 1996, página 190.
52 Ibidem. Página 191.
43
“La Comisión Nacional Agraria estaba compuesta por nueve personas,
presidida por el secretario de Fomento. Las Comisiones Locales Agrarias
funcionaban en cada estado o territorio de la República y estaban compuestas por
cinco personas. El Comité particular ejecutivo se integraba con tres personas. Las
funciones de la Comisión Local Agraria y el Comité Particular Ejecutivo eran las de
resolver cuestiones agrarias y sus titulares eran designados por el gobernador.”
18
53
53 ARTÍCULO 4 DE LA LEY DEL 6 DE ENERO DE 1915, Visible en FABILA, Manuel, Cinco Siglos de
Legislación Agraria 1493-1440, 2ª Edición, México, Secretaría de la Reforma Agraria y Centro de Estudios
del Agrarismo Mexicano, 1990, páginas 206-207.
44
diligencias y para el desahogo de pruebas, siendo diferentes a aquéllas que
resolvían los conflictos. Esta ley se abrogó el 22 de noviembre de 1921.
45
2.10.2.6. Ley Reglamentaria Sobre Repartición De Tierras Ejidales y
Constitución Del Patrimonio Parcelario Ejidal Del 25 De Agosto De 1927.
19
* Nota: La Ley de Dotaciones y Restituciones de Tierras y Aguas puede ser consultada en FABILA, Manuel,
Op. Cit. Páginas 433-455.
46
A su vez, las Comisiones Locales Agrarias se componían por cinco miembros
nombrados por el Gobernador de la Entidad Federativa correspondiente, de entre
los cuales uno de ellos debía fungir como presidente, tres como vocales y uno
como secretario; de ellos uno debía ser Ingeniero Civil o Agrónomo, teniendo
todos voz y voto.
Contó entonces el Ejecutivo Federal con facultades para ampliar las parcelas, en
los casos que sean dotaciones a favor de tribus, subsistiendo la Procuraduría de
los Pueblos.
- Presidente de la República.
- Al Titular del Departamento Agrario.
- A los Gobernadores de las Entidades Federativas.
- A las Comisiones Agrarias Mixtas.
- A los Comités Ejecutivos Agrarios y
- A los Comisariados Ejidales.
47
Los Gobernadores de las Entidades Federativas, continuaban siendo la
autoridad en sus respectivas jurisdicciones, quienes tienen la facultad de nombrar
a los representantes de las Comisiones Agrarias Mixtas y a los Comités
Particulares Ejecutivos. La actividad principal de éstos, consistía dar la posesión
de la tierra, es decir ejecutar las resoluciones emitidas por las Comisiones
Agrarias Mixtas.
Por su parte, los artículos 16 al 19, establecían que el Comité Ejecutivo Agrario
se componía por tres miembros, que era un Presidente, un Secretario y un Vocal,
entre los solicitantes de las acciones agrarias que al efecto nombraba el
Gobernador. Estos Comités representaban al núcleo solicitante desde el principio
de la acción agraria, hasta culminar con la ejecución de la posesión y la entrega
de predios y aguas al Comisariado Ejidal, la entrega de todos los comprobantes de
los trámites realizados durante su función.
Por primera vez surge como autoridad el Cuerpo Consultivo Agrario, señalado
como autoridad en el artículo 27 constitucional, en sus fracciones XI y XII,
reformado en 1934, más no en el Código, en el artículo 1º en donde se señalan a
las autoridades, sino en el artículo 7º en donde se establece su integración y sus
funciones. Este se integró por miembros designados por el Presidente de la
República, y su responsabilidad era la de dictaminar los expedientes agrarios, con
el fin de apoyar las Resoluciones Presidenciales. También debía de revisar y
autorizar los planos proyectos de las Resoluciones Presidenciales, ser consultor
del Jefe del Departamento Agrario, y perito de las iniciativas de las leyes agrarias
que enviaba el Ejecutivo. Su integración era con cinco miembros.
Los Comités Ejecutivos Agrarios, contaban con tres miembros: uno lo presidía,
otro era el secretario y un tercero fungía como vocal, siendo todavía nombrados
por los gobernadores de los Estados entre los solicitantes agrarios. Sus facultades
48
eran representar a los solicitantes agrarios, ejecutar los mandamientos de
posesión y entregar la documentación en su poder al Comisariado Ejidal. Estos
Comités iniciaban sus labores con su designación y terminaban inmediatamente
de concluir con la ejecución del mandamiento del Gobernador, y durante este
periodo podían ser removidos por no cumplir con sus obligaciones, así lo
establecían los artículos 10 al 16 del mencionado Código.
49
IV. La Secretaría de Agricultura y Fomento. Tenía las facultades de
reglamentar lo concerniente a corrientes y sistemas de riego cuando
no comprendía a ejidatarios.
V. El jefe del Departamento de Asuntos Indígenas. Al igual que el
Departamento Agrario correspondía el reconocimiento y titulación de
la propiedad comunal a los pueblos y las cuestiones de límites de
terrenos suscitadas entre dos o más núcleos de población.
VI. Los ejecutores de las resoluciones agrarias. Llevaban a cabo la
ejecución tanto del mandamiento del Gobernador como del Presidente
de la República.
VII. Los Comités Ejecutivos Agrarios. Siguieron con las mismas
atribuciones del Código de 1934, solamente se agregaron los
requisitos que debían reunir para ser nombrados como parte de ellos.
VIII. Los Comisariados Ejidales y los de Bienes Comunales. Continuaron
con las funciones estipuladas en el Código anterior, solamente se
amplió la gestión de los Comisariados a tres años; la elección de los
mismos se realizaba por la asamblea general de ejidatarios, y su
remoción debía ser acordada por las dos terceras partes de la misma;
las mujeres podían ser electas para estos cargos. Además de que lo
dispuesto por este Código para el Comisariado y Consejo de
Vigilancia de los Ejidos y Asambleas Generales de Ejidatarios, eran
aplicables a las comunidades y para sus Comisariados de bienes
comunales. Entre sus atribuciones estaban las de representar al
poblado ante autoridades administrativas y judiciales, con las
facultades de un mandatario general; recibir en el momento de la
ejecución de la Resolución Presidencial la documentación de los
bienes ejidales; administrar los bienes ejidales que se mantuvieran en
el régimen comunal; vigilar los parcelamientos ejidales; vigilar las
explotaciones individuales y colectivas; citar cuando menos una vez al
mes a Asamblea General de Ejidatarios o cuando lo solicitaran; dar
cuenta a las Asambleas de las labores efectuadas, del movimiento de
fondos y cumplir y hacer cumplir los acuerdos que dictaran las
autoridades agrarias, entre otras.
50
b) El Secretario General y Oficial Mayor, quienes eran designados
por el Presidente de la República, según los artículos 17 y 18. las
funciones del Secretario General eran las de suplir las ausencias
del titular del Departamento Agrario y desempeñar las comisiones
para coadyuvar a la buena marcha del Departamento Agrario. El
Oficial Mayor tenía entre sus funciones, la de administrar el
Departamento a su cargo.
c) Un Delegado, cuando menos, en cada Entidad Federativa. Según
lo señalaba el artículo 37, fracción VI, inciso a), quien era
nombrado y removido libremente por el Jefe del Departamento
Agrario. Su función era la de representar al Ejecutivo Federal y al
Departamento Agrario dentro de su circunscripción, presidir y
vigilar el funcionamiento de las Comisiones Agrarias Mixtas,
recoger los expedientes a las autoridades agrarias cuando no
cumplían con los términos que establecía la ley, remitir al
Departamento Agrario los expedientes que estaban integrados, e
informar al Departamento Agrario sobre los asuntos en trámite en
la delegación.
d) Las dependencias necesarias que complementaran y
contemplaran el funcionamiento de las anteriores.
51
Asambleas ordinarias debían ser mensuales, y en ellas se trataban los
asuntos ordinarios y extraordinarios que planteaban los ejidatarios.
III. Los Consejos de Vigilancia Ejidales y de Bienes Comunales, estaban
previstos en los artículos 31, 32, 33 y 54; constituidos por tres
miembros propietarios y tres suplentes, para los cargos de presidente,
secretario y tesorero. Eran designados por unanimidad, o en su caso,
por la minoría de la Asamblea que tomara parte en la elección del
Comisariado Ejidal; debían tener los requisitos exigidos para el
Comisariado. Durarían en su cargo tres años y podían ser removidos
cuando no cumplieran con las siguientes obligaciones: vigilar que las
actuaciones del Comisariado Ejidal se ajustaran a las disposiciones de
la ley y de la Asamblea, informar a la Dirección de Organización
Ejidal, sobre la administración y marcha del ejido y solicitar al
Comisariado Ejidal que citara a la Asamblea cuando se lo requería el
25% de los ejidatarios.
IV. El Banco Nacional de Crédito Ejidal y demás instituciones similares
que se funden. En su artículo 57 señalaba que era el banco
preferente, y de acuerdo con sus fondos debía proporcionar a los
núcleos de población ejidal y comunal la atención crediticia suficiente
que requerían sus cultivos.
Éste fue el tercer Código Agrario, que fue expedido durante el régimen del
Presidente Manuel Ávila Camacho, publicado en el Diario Oficial del 27 de abril de
1943. Este Código derogó al expedido el 23 de septiembre de 1940, y a diferencia
del anterior, amplió y fue más explícito con relación a las atribuciones de las
autoridades y órganos agrarios.
52
- El Presidente de la República, seguía siendo la suprema autoridad
agraria, ya que emitía las resoluciones definitivas sobre restitución o
dotación de tierras o aguas, de ampliación, creación de nuevos
centros de población agrícola; reconocimiento de la propiedad de
bienes comunales y de la propiedad inafectable. En su artículo 33 se
consideraba como resolución definitiva aquélla que daba fin a un
expediente y no podía ser modificada.
- Los Gobernadores de los Estados y territorios Federales y el Jefe
del Departamento del Distrito Federal, señalados en el artículo 34,
tenían como una nueva función, la de emitir su opinión sobre los
expedientes relacionados con la creación de nuevos centros de
población agrícola, en los de expropiación de tierras y aguas
ejidales; las de proveer en lo administrativo la sustanciación de los
expedientes y ejecución de los mandamientos y poner en
conocimiento del Departamento Agrario las irregularidades en que
incurrían sus funcionarios y sus empleados.
- El Jefe del Departamento Agrario, continuaba siendo nombrado y
removido por el Presidente de la República. Esta autoridad tenía la
responsabilidad política, técnica y administrativa de la dependencia y
la aplicación de este Código, además de las atribuciones señaladas
en éste, en su artículo 37.
- Como facultades tenía las de resolver los conflictos que se
suscitaban en los ejidos con motivo del deslinde o del señalamiento
de zonas de protección, representar al Presidente de la República
en lo relacionado con lo agrario; nombrar y remover al personal
técnico y administrativo del departamento, e informar al Presidente
de la República de los casos en que podía proceder alguna
consignación de los funcionarios que incurrieran en faltas en su
desempeño.
- El Secretario de Agricultura y Fomento tuvo nuevas facultades
según el artículo 38, entre las que se encontraban las de determinar
los medios para el mejoramiento económico y social de la población
campesina, ocuparse de la organización agraria ejidal, intervenir en
la elección, renovación y destitución de las autoridades de los ejidos,
comunidades y terceras personas respecto al aprovechamiento de
sus bienes, opinar sobre privación temporal o definitiva de derechos
ejidales, depuración censal, fusión y división de ejidos, expropiación
de bienes ejidales y admisión de nuevos campesinos como
ejidatarios.
- El Jefe del Departamento de Asuntos Indígenas tenía sus
atribuciones señaladas en el artículo 40, a saber: ejecutaba las
Resoluciones presidenciales de reconocimiento de bienes
comunales y conflictos de dichos terrenos; intervenir en la ejecución
de sentencias dictadas por la Suprema Corte de Justicia de la
Nación relativas a conflictos por límites de bienes comunales y emitir
opinión de los expedientes en cita.
53
- El Cuerpo Consultivo Agrario, aumentó a nueve miembros, y se
estipulaban sus requisitos de integración y facultades en los
artículos 7 y 36 respectivamente, siendo éstas últimas iguales a las
del Código de 1940, aumentando sus facultades con la de emitir su
opinión acerca de las iniciativas de ley y sus reglamentos en materia
agraria (fracción IV).
- Las Comisiones Agrarias Mixtas se contemplaban en los artículos 9,
10 y 39, con requisitos para su integración, así como sus facultades,
sin tener mayor diferencia a lo estipulado en el Código anterior.
- La Secretaría de Agricultura y Fomento tenía sus funciones
marcadas en el artículo 38, las cuales consistían en resolver los
asuntos correspondientes a la organización agraria ejidal, a través
de la Dirección General de Organización Agraria Ejidal.
- Las Asambleas Generales de Ejidatarios se integraban solamente
por los ejidatarios que no hubiesen perdido sus derechos ejidales, y
se instalaban legalmente con la asistencia de la mitad más uno de
sus componentes, pudiendo haber el caso de una segunda
convocatoria, señalado en el artículo 17. sus requisitos, tipos de
asambleas, elección del Comisario Ejidal, Consejo de Vigilancia y
sus requisitos, se distribuían en los artículos 18 al 21 y 27 del
Código de 1942, y que fueron retomados por este Código.
54
remoción, terminación de funciones y las atribuciones se marcaban
en los artículos 12 al 16 y 41, que ya existían en el Código de 1940.
Esta ley inicia su vigencia el 17 de abril de 1971, con ella se reinicia el proceso
social de revisión y de perfeccionamiento de las instituciones agrarias
fundamentales, después de 28 años de vigencia del Código de 1942.
Todas las autoridades administrativas del país actuaban como auxiliares en los
casos en que esta ley lo determinaba.
En el primer libro, esta ley eliminó la diferencia que anteriormente se hacia entre
autoridades y órganos agrarios, para ocuparse solamente de las autoridades.
Como único Cuerpo que permaneció con categoría de órgano, fue el Cuerpo
Consultivo Agrario.
55
surgieran, sin desplazarse a las oficinas centrales de la Secretaría de la Reforma
Agraria. Entre estos asuntos se encontraban los procedimientos para conflictos
sobre posesión de las unidades de dotación y sobre disfrute de los bienes de uso
común, la suspensión provisional de derechos agrarios, la nulidad de
fraccionamientos ejidales citadas por el artículo 395; la nulidad de
fraccionamientos de bienes comunales y la nulidad de actos y documentos que
contravenían las leyes Agrarias.
20
El Poder Judicial contaba con una competencia ordinaria limitada con respecto
a la redistribución de la propiedad agraria. En el caso de conflictos por límites de
bienes comunales intervenía la Suprema Corte de Justicia de la Nación en la
segunda instancia y en la vía de amparo por violaciones a garantías individuales,
aunque con limitaciones tratándose de propietarios privados.
54 PONCE DE LEÓN ARMENTA, Luis M. Derecho Procesal Agrario. Editorial Trillas, 1ª Edición, México
1988, reimpresión marzo 1991. páginas 140-145.
55 Idem.
56
La reforma procesal y la consecuente creación de tribunales de derecho social
agrario tuvo plena justificación sociológica y jurídica, para el autor citado cuando
expone:
21
“Desde el punto de vista de la teoría general del derecho procesal y del estado
moderno, el Estado como organización política, estructura la administración de
justicia mediante su función jurisdiccional, y para el efecto crea órganos
especializados o tribunales para la aplicación de las normas jurídicas generales al
caso concreto, mediante un instrumento jurídico llamado proceso, el cual tiene
como fin constituir la cosa juzgada.” 56
57
demanda campesina. En el Plan de Ayala, signado el 28 de noviembre de 1911,
en la ciudad de Ayala, formalmente se había establecido la creación de éstos
como una de las demandas de la Junta Revolucionaria. Dicho Plan, en su cláusula
6ª señala:
22
“Como parte adicional del Plan que invocamos, hacemos constar : que los
terrenos, montes y aguas que hayan usurpado los hacendados, científicos y
caciques, a la sombra de la tiranía y de justicia venal, entrarán en posesión de
esos bienes inmuebles desde luego los pueblos o ciudadanos que tengan sus
títulos correspondientes a esas propiedades, y de las cuales han sido despojados,
por mala fe de nuestros opresores, manteniendo a todo trance, con las armas en
la mano, la mencionada posesión y los usurpadores que se consideren con
derecho a ellos, lo ejercerán ante los Tribunales Especiales que se establezcan al
triunfo de la Revolución”.
“En la fracción XIX en la parte final del artículo de que se trata, la que en la
experiencia e inclinaciones propias del autor de estas Lecciones ofrece un singular
interés. En efecto, a los casi cuatro años de operación del sistema jurisdiccional
especializado que con plena jerarquía jurisdiccional y autonomía se integra y
opera a través del Tribunal Superior Agrario y de los Tribunales Unitarios, puede
afirmarse en cifras basadas en la realidad que la nueva experiencia legal agraria
está cumpliendo con la función que le dio origen.” 60
60 VAZQUEZ ALFARO, Guillermo Gabino. Tribunales con Autonomía y Plena Jurisdicción. Lecciones de
Derecho Agrario, (El Nuevo Derecho Agrario Mexicano 1997). Editorial Pac, S. A. de C. V. página 176.
61 Ídem.
58
Como complemento de la reforma, el Congreso de la Unión expidió el 23 de
febrero de 1992 la Ley Agraria y la Ley Orgánica de los Tribunales Agrarios,
ordenamientos en los cuales se instituyen a los Tribunales Agrarios como órganos
especializados para la impartición de la justicia agraria.
23
62 GARCÍA RAMÍREZ, Sergio. Justicia Agraria. Tribunal Superior Agrario, México, 1995, página 71.
63 TRIBUNAL SUPERIOR AGRARIO. Primer año de la Justicia Agraria, informa 1992-1993, Tribunal
Superior Agrario, México, 1993, página 15.
59
reconocimiento y la titulación de bienes comunales, que corresponde a los
Tribunales Unitarios, según lo dispone el artículo 27 Constitucional.
24
64 LEMUS GARCÍA, Raúl. “La Magistratura y los Tribunales Agrarios”, Revista de los Tribunales Agrarios,
enero-abril, año 1, número 2, Tribunal Superior Agrario, México, 1993, página 22.
65 TRIBUNAL SUPERIOR AGRARIO. Op. Cit. página 20.
66 GARCÍA RAMÍREZ, Sergio. Op. Cit. página 74.
60
En la actual legislación los titulares de la jurisdicción agraria son Magistrados
Agrarios, cuya propuesta de nombramiento es sometida por el Ejecutivo al Poder
Legislativo – la Cámara de Senadores – o en los recesos de ésta, a la Comisión
Permanente del Congreso de la Unión.
25
“La misión de los Tribunales Agrarios es impartir justicia agraria para garantizar
la seguridad jurídica de la tenencia de la tierra ejidal, comunal y de la pequeña
propiedad, así como los derechos de los campesinos a través de la emisión de
sentencias.” 68
Las autoridades agrarias a que nos hemos referido, aún y cuando tenían
competencia especializada, pues sólo conocían de asuntos agrarios, también
tenían otras funciones no jurisdiccionales sino administrativas como lo era la
aplicación de la política agraria, de desarrollo rural, entre otras; en cambio los
Tribunales Agrarios tienen jurisdicción especializada puesto que su actividad versa
exclusivamente en la impartición de la justicia agraria.
67 PONCE DE LEÓN ARMENTA, Luis M. “Fortalecimiento de los Tribunales Agrarios”, Revista de los
Tribunales Agrarios, S/N, página 118.
68 PRIMER INFORME DE GOBIERNO del C. Presidente de la República, VICENTE FOX QUESADA,
páginas 4-6.
61
En la legislación anterior, las autoridades agrarias no tenían plena jurisdicción y
sus decisiones jurisdiccionales eran revisadas en varias ocasiones por autoridades
superiores, evitando con ello una rápida solución de las controversias, en cambio
los Tribunales Agrarios resuelven en forma autónoma y definitiva, y sus sentencias
solo son modificables mediante el Juicio de Amparo correspondiente, aunque
también y a doce años de su creación se han burocratizado y la solución de los
asuntos bajo su custodia tardan no tan sólo meses sino años.
26
“La Justicia Agraria abarca una serie de asuntos relacionados con la materia
agraria, estableciendo lo “agrario” a aquéllos que reúnen estas características: a)
Una cierta forma jurídica de la tenencia de la tierra: dominio pleno o propiedad
ejidal o comunal; b) Determinado empleo natural de la tierra: aprovechamiento
agrícola, pecuario o forestal; c) Relaciones Jurídicas que surgen debido a esas
formas de la tenencia en relación con ese aprovechamiento específico.” 70
“La naturaleza jurídica de los Tribunales Agrarios es peculiar, aún por la fuente
del nombramiento de los Magistrados, por su estructura y organización responde a
la demanda de los sectores ligados con el campo para el establecimiento de los
Tribunales Unitarios.” 71
69 VALLE ESPINOZA, Eduardo. El Nuevo Artículo 27, editorial Nuestra, S. A. de C. V., México, 1992,
página 85.
70 GARCÍA RAMÍREZ, Sergio. Op. Cit. página 74.
71 LEMUS GARCÍA, Raúl. “Estructura y Funcionamiento de los Tribunales Unitarios”, Revista de los
Tribunales Agrarios, Tribunal Superior Agrario, México, 1994, página 115.
62
Y se reitera, que la fracción XIX del artículo 27 Constitucional es el fundamento
legal de los Tribunales Agrarios, con la Ley Agraria, Ley Orgánica de los
Tribunales Agrarios y Reglamento Interior de los Tribunales Agrarios.
27
“Es frecuente que los Tribunales Agrarios se consideren, aún por abogados,
como integrantes del Poder Ejecutivo; se les cree adscritos a la Secretaría de la
Reforma Agraria. En el esquema de la división de poderes, los Tribunales Agrarios
son autónomos del Poder Ejecutivo y del Poder Judicial. Pertenecen a lo que el
doctor Sergio García Ramírez llama “Poder Jurisdiccional”. Así las cosas, “quizá
resulte conveniente, - señala el Dr. García Ramírez -, además de históricamente
necesario, reelaborar esa distribución de potestades en tres ámbitos de la
atribución pública: La legislativa o creadora de normas, la ejecutiva o
administrativa y la jurisdiccional o resolutiva de controversias.” 73
“Son de jurisdicción federal todas las cuestiones que por límites de terrenos
ejidales y comunales, cualquiera que sea el origen de éstos, se hallen pendiente o
se susciten entre dos o más núcleos de población, así como las relacionadas con
72 VELOZ BAÑUELOS, Rodolfo. Naturaleza Jurídica de los Tribunales Agrarios, Tribunal Superior
Agrario, Comisión de Divulgación y Editorial, Centro de Estudios de Justicia Agraria, México, D. F. páginas
1-2.
73 Ibidem. páginas 16-17.
63
la tenencia de la tierra de los ejidos y comunidades. Para estos efectos y, en
general para la administración de justicia agraria, la Ley instituirá tribunales
dotados de autonomía y de plena jurisdicción, integrados por magistrados
propuestos por el Ejecutivo Federal y designados por la Cámara de Senadores, o
en los recesos de ésta, por la Comisión Permanente”.
28
74 GARCÍA RAMÍREZ, Sergio. Elementos de Derecho Procesal Agrario, Editorial Porrúa, México, 1993,
página 5.
75 LEMUS GARCÍA, Raúl. Fundamentación Constitucional y Funcionamiento de la Justicia Agraria,
Instituto Mexicano de Cultura, México, 1994, página 5.
76 Ibidem. página 6.
64
proceso que ante éstos se sigue, y favoreciendo el carácter social del Derecho
Agrario.” 77
29
65
que será suplido en sus ausencias por el Magistrado que designe el propio
Tribunal Superior.
En caso de que algún magistrado solicite una licencia, se cubre su ausencia con
otro magistrado, con el fin de que no se detengan las funciones inherentes a su
cargo.
En las fracciones restantes del mismo 8º se encuentran las facultades que tiene
el Tribunal Superior Agrario para la aprobación del Reglamento Interno de los
Tribunales Agrarios, a la aprobación del anteproyecto de presupuesto anual de
egresos y al conocimiento que le corresponde acerca de las quejas y denuncias
que se presenten en contra de los miembros de los Tribunales Agrarios.
66
Este ordenamiento tiene por objeto definir la estructura orgánica de los
Tribunales Agrarios, mediante el establecimiento de las bases de organización y
funcionamiento de los mismos.
Entre otras de sus atribuciones, esta Dirección debe formular los contratos a
celebrar por el Tribunal Superior, de acuerdo con la normatividad aplicable;
formular las denuncias de los hechos delictuosos cometidos por servidores
públicos de los tribunales agrarios, que se realicen durante su desempeño, o
cometidos en contra de ellos o de los bienes que se encuentran a su cuidado,
debiendo informar a la Contraloría Interna de estos asuntos.
67
creándose cinco regiones, y cada una de ellas estará a cargo de un magistrado
del Tribunal Superior.
30
El maestro Aldo Saúl Muñoz López, en relación a éste tema expresa: “gozan de
plena jurisdicción, porque ha sido el propio Estado Federal quien a través de un
proceso legislativo les ha conferido la suprema potestad de sustanciar y resolver
los asuntos que les sean planteados, controvertidos o no, observando las
disposiciones de la Ley Agraria y su legislación supletoria; es decir, el Estado
Federal ha transferido a estos Tribunales el mandato constitucional de impartir
justicia Agraria”. 79
“Son órganos autónomos “porque dictan sus resoluciones con plena libertad, no
dependen ni se encuentran supeditados a otros órganos de la administración
pública, ya sean estos Poder Ejecutivo Federal, Secretarías de Estado,
Gubernaturas de los Estados o Poder Legislativo, entre otros. Porque sus
resoluciones no son motivo de revisión o impugnación por otras autoridades de la
administración activa, (Poder Ejecutivo y Poder Legislativo, ya Federal, ya
Estatal).” 80
79 MUÑOZ LÓPEZ, Aldo Saúl. El Proceso Agrario y Garantías Individuales, Editorial, Pac, S. A. de C. V.,
Edición 2ª, México, junio 2000, página 14.
80 Ibidem. página 17.
68
“Al respecto, el Dr. Sergio García Ramírez, al rendir su primer informe como
Magistrado Presidente del Tribunal Superior Agrario, el 12 de julio de 1993,
expresó: los Tribunales Agrarios son órganos – dotados de autonomía y plena
jurisdicción-. Lo dice la Constitución. Esto implica completa dependencia de la Ley
y absoluta independencia de otras instancias. Así ha ocurrido. Los Tribunales son
autónomos y ejercen su autonomía. Me satisface decir que jamás se ha siquiera
sugerido a los Tribunales el rumbo de sus decisiones, que solamente derivan de la
aplicación de la Ley. En este sentido, los Magistrados tienen la mayor potestad
dentro del derecho y, consecuentemente, toda responsabilidad por sus
resoluciones jurisdiccionales.” 8131
Su apego a la Ley e Imparcialidad en virtud de que “el Estado por medio de sus
órganos jurisdiccionales, administrativos o de naturaleza, al llevar a cabo sus
actos, tiene el deber de apegarse a los postulados de nuestra Constitución
Política, a sus Leyes Reglamentarias y demás disposiciones jurídicas, de tal
manera que se respeten los derechos subjetivos públicos (Garantías Individuales)
de los gobernados. Aquí se trata de un deber frente a la ley y frente a los
justiciables, no se trata de una facultad discrecional del Estado.” 82
81 PRIMER AÑO DE LA JUSTICIA AGRARI, Informe 1992-1993, Tribunal Superior Agrario. México, 1993,
página 11.
82 MUÑOZ LÓPEZ, Aldo Saúl. Op. Cit. página 18.
69
ejercicio de la justicia agraria, definidas por los mandamientos que lo sustentan: El
Reglamento Interior, dividió la República en Distritos de Justicia Agraria.
32
83 TRIBUNAL SUPERIOR AGRARIO. La Nueva Justicia Agraria, Años de fundación 1992-1994, memoria
2, Tribunal Superior Agrario, México, 1994, página 24.
70
“A través de esta revisión, se pretende dar una visión general de la naturaleza
de los tribunales unitarios agrarios, que permita conocer, con base en experiencias
obtenidas la práctica profesional, la forma en que han venido operando a partir de
su establecimiento en la legislación mexicana y su puesta en funciones, así como
los resultados obtenidos en sus gestiones. Asimismo, se pretende proporcionar
una imagen del funcionamiento cotidiano de estos órganos de justicia, como
reflejo de la entrada en vigor de las nuevas disposiciones agrarias puestas en
marcha a partir de 1992.” 84
33
84 GÓMEZ DE SILVA CANO, Jorge J. “Los Tribunales Unitarios Agrarios”, Revista de los Tribunales
Agrarios, número 9, año III, mayo-agosto, Tribunal Superior Agrario, México, 1995, páginas 131-132.
85 Ibidem. páginas 132-133.
86 VAZQUEZ ALFARO, Guillermo Gabino. “Tribunales Unitarios”, Revista de los Tribunales Agrarios,
número 12, tomo II, año IV, mayo-agosto, México, 1996, páginas 151-152.
71
V. Unidad de Control de Procesos;
VI. Unidad de Audiencia Campesina;
VII. Unidad Administrativa;
VIII. Así como el personal técnico y administrativo que disponga el
Tribunal Superior.
72
Superior Agrario, para determinar el número de tribunales unitarios que deberán
impartir la justicia agraria en única y primera instancia en el territorio nacional. Por
resolución del Pleno de fecha 8 de mayo de 1992, se formaron treinta y cuatro
distritos de justicia agraria. Estos, normalmente, comprenden el territorio de una
sola entidad federativa, aunque también existen algunos que abarcan sólo parte
de un Estado, y solo excepcionalmente hay otros que tienen competencia en
varias entidades federativas. En la actualidad existen ya cuarenta y nueve
distritos, dándose respuesta así al compromiso de acercar la competencia
territorial y existencia física de estos tribunales a los lugares donde surjan los
litigios correspondientes; ello, entre otros fines, para facilitar a los campesinos el
acceso a la justicia agraria.
34
“Actualmente existe una corriente generada por parte del mismo Tribunal
Superior Agrario que pretende aumentar su competencia para conocer y resolver
de todas las cuestiones que le sean planteadas con motivo de problemas
ecológicos. Al respecto considero que aumentar competencia a los Tribunales
Agrarios significa el aumento de su presupuesto, sin embargo, ¿sería conveniente
aumentar la competencia a los Tribunales Agrarios, cuando aún existe en México
una gran cantidad de asuntos agrarios pendientes de conclusión?, no digamos de
resolución, sino en algunos casos pendientes de ejecución, por virtud de amparos
interpuestos en el mejor de los casos, en otros, en virtud de reposición de
procedimientos derivados de los amparos interpuestos, en algunos casos derivado
de la falta de personal en los Tribunales Agrarios, lo que no permite la ejecución
material de resoluciones o la realización de trabajos técnicos. Lo anterior lleva a la
conclusión de que con el personal existente en los Tribunales Agrarios, no es
posible la resolución de muchos asuntos, luego entonces, menos será posible la
resolución de asuntos ecológicos, dichos asuntos deberán resolverse a través de
peritajes e inspecciones oculares, entre otras pruebas, e insisto en la actualidad
los Tribunales Agrarios no cuentan con infraestructura humana, y menos aún se
hará con los programas de recorte presupuestal implementados durante este
sexenio.” 87
87 JIMENEZ PAREDES, Luis Alberto. “Estudios Agrarios”, Revista de la Procuraduría Agraria, número 20,
año 8, página 50.
73
la legislación agraria ha aceptado algunos avances que pueden identificar el
camino del porvenir, y que sirven, en rigor, a la traducción de la dilatada norma del
artículo 163 de la Ley Agraria, en los supuestos del artículo 18 de la
correspondiente Ley Orgánica, que en definitiva marcan las hipótesis de
competencia material. Esos avances ocurrieron bajo las reformas de 1993 a los
ordenamientos agrarios, reformas que dieron un buen paso adelante en el
reconocimiento de la especificidad de los tribunales agrarios y del proceso que
ante éstos se sigue, y que por ello militan en favor del carácter social del Derecho
agrario. En 1993 se consiguió ampliar la competencia de dichos órganos para
incluir claramente el conocimiento de litigios suscitados con motivo de
cualesquiera contratos de asociación o aprovechamiento celebrados por un núcleo
de población ejidal o por ejidatarios, con respecto a tierras de uso común o
parceladas, respectivamente. Asimismo, se estipuló la competencia de los
Tribunales Unitarios para resolver controversias derivadas de la reversión de
bienes expropiados.” 88
35
88 GARCÍA RAMÍREZ, Sergio. Fundamentos y Características del Proceso Agrario, Ponencia presentada al
XIV Congreso Mexicano de Derecho Procesal, Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, Ciudad
Universitaria, México, 14 de noviembre de 1994, páginas 47-48.
74
CAPITULO 3
“XIX” Con base en esta Constitución, el Estado dispondrá las medidas para la
expedita y honesta impartición de la justicia agraria con objeto de garantizar la
seguridad jurídica en la tenencia de la tierra ejidal, comunal y de la pequeña
propiedad, y apoyará la asesoría legal de los campesinos.
Son de Jurisdicción Federal todas las cuestiones que por límites de terrenos
ejidales y comunales, cualquiera que sea el origen de éstos, se encuentren
pendientes o se susciten entre dos o más núcleos de población; así como las
relacionadas con la tenencia de la tierra de los ejidos y comunidades. Para estos
efectos y, en general, para la administración de justicia agraria, la ley instituirá
tribunales dotados de autonomía y plena jurisdicción, integrados por magistrados
propuestos por el Ejecutivo Federal y designados por la Cámara de Senadores o,
en los recesos de ésta, por la Comisión Permanente.
75
Del texto trascrito se infieren entre otros, como principios rectores del nuevo
sistema de justicia agraria conformada en las tres vertientes del trinomio procesal
(jurisdicción, acción y proceso), los siguientes:
36
En lo concerniente de un Nuevo Concepto de Jurisdicción y Competencia
Agraria, cabe destacar la noción del procesalista italiano Hugo Alsina, quien la
determina como “la potestad conferida por el Estado a determinados órganos para
resolver, mediante sentencia, las cuestiones litigiosas que les sean sometidas y
hacer cumplir sus propias resoluciones”. 91
89 LÓPEZ ESCUTIA, Luis Ángel. “La Reforma Constitucional y La Nueva Jurisdicción”, Revista De
Los Tribunales Agrarios, Número 25, año VIII, sept-dic, México, 2000, páginas 44-46.
90 LOPEZ ESCUTIA, Luis Ángel. “Los Tribunales Agrarios y la Justicia Especializada Agraria”,
Revista De Los Tribunales Agrarios, Número 29, Año X, enero-abril, Comisión De Divulgación y
Editorial, Centro De Estudios De Justicia Agraria, México, 2002, página 45.
91 Revista De Los Tribunales Agrarios, Número 12, Año IV, Página 13, “Tratado Teórico Práctico De
Derecho Procesal Civil y Comercial”, Tomo I, 1941, Ediar Editores, páginas. 540 y 543.
76
Para el jurisdicente Gonzalo M. Armenta Calderón “La Jurisdicción, concebida
de esta manera, constituye un poder público que conjuntamente con los poderes
legislativo y ejecutivo conforman la trilogía estructural y funcional de un Estado
democrático de derecho. Así lo contempla el Artículo 49 de la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos. Expuesto lo anterior, cabe referir que el
concepto de poder político se conforma con dos elementos, que son: el mando y la
obediencia. En el orden jurisdiccional ambos se derivan de la coercibilidad de las
normas jurídicas, cuyo cumplimiento e interpretación vinculatoria en casos de
controversia o litigio, ha encomendado el Constituyente, en el orden federal, al
Poder Judicial de la Federación, y en el orden local al Poder Judicial de cada
Entidad Federativa, cuya función (la función jurisdiccional) se concreta en
mandatos de cumplimiento obligatorio. Cabe aquí referir que en el ámbito
nacional, el poder político de los órganos judiciales de la Federación se impone a
los otros dos poderes, pues aquel, por mandato de nuestra norma suprema, tiene
atribuida la defensa jurídica de la preceptiva constitucional y la salvaguarda y la
restauración de los derechos fundamentales del hombre, tanto individuales como
sociales, cuando son vulnerados por los órganos de cualquiera de los tres poderes
del Estado. Es así, el juicio de amparo, - proceso constitucional por excelencia -, el
máximo exponente del poder político del Estado. Este poder político tiene en
México dos vertientes: la que corresponde a la estructura orgánica del
tradicionalmente llamado Poder Judicial de la Federación, contemplada por el
Artículo 94 de nuestra Carta Magna, en cuanto dispone que: “ Se deposita el
ejercicio del Poder Judicial de la Federación en una Suprema Corte de Justicia, en
Tribunales Colegiados y Unitarios de Circuito, en Juzgados de Distrito y en un
Consejo de la Judicatura Federal; y la otra vertiente, a la que se integran aquellos
otros tribunales que sin estar contemplas por el precepto constitucional precitado,
prevé la propia Carta Fundamental de la República, a saber : los Tribunales
Militares (Artículo 13); el Jurado Popular (Artículo 20, fracción VI); los Tribunales
Agrarios (Artículo 27, fracción XIX); el Tribunal Federal Electoral (Artículo 41,
párrafos décimo a duodécimo); el Tribunal Fiscal de la Federación* (Artículo 73,
fracción XXIX-H); y el Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje (Artículo 123,
inciso B), fracción XII). Este segundo criterio responde al principio de división de
poderes consagrado por el artículo 49 de nuestra norma primaria, al disponer que
“El Supremo Poder de la Federación se divide, para su ejercicio, en Legislativo,
Ejecutivo y Judicial…” 92
37
77
El 38Plan de Ayala, proclamado por Emiliano Zapata, precursor eximio del
agrarismo mexicano consigna que la justicia agraria, para resolver los conflictos
planteados por quienes se consideran tener derecho a las tierras entregadas a los
pueblos o ciudadanos por las fuerzas revolucionarias, se impartiría por tribunales
especiales que se establecieran al triunfo de la Revolución. La Constitución de
1917, que coronó política y jurídicamente los anhelos de justicia social del pueblo
mexicano, incorpora la justicia social agraria al Artículo 27, encomendando su
impartición como suprema autoridad en la materia, a Presidente de la República y
a diversos órganos administrativos integrantes del Poder Ejecutivo Federal. Se
trataba de una justicia en parte retenida y en parte delegada, impartida en
cabalidad por órganos del Estado, formalmente administrativos.
78
órganos de jurisdicción federal, que tienen a su cargo la impartición “expedita y
honesta de la justicia agraria, con objeto de garantizar la seguridad jurídica en la
tenencia de la tierra ejidal, comunal y de la pequeña propiedad…”. 96
“La Ley Agraria, por su parte, en el Artículo 163, delimita los alcances de esta
jurisdicción especializada, a la substanciación y resolución de las controversias
que se susciten con motivo de la aplicación de las disposiciones contenidas en
dicho ordenamiento normativo, ampliándose este ámbito material, en la
fracción XIV del Artículo 18 de la Ley Orgánica de los Tribunales Agrarios que
al enunciar la competencia de éstos, la extiende a “los demás asuntos que
determinen las leyes”, con relación a tierras ubicadas dentro del ámbito
espacial de su competencia. La potestad jurisdiccional se ejerce así, en un
ámbito competencial definido, en términos generales, por razón de la materia:
la materia agraria, regulada por la preceptiva jurídica ya mencionada.” 97
El 39doctor Cipriano Gómez Lara, entiende por acción “el derecho, la potestad,
la facultad o actividad, mediante la cual un sujeto de derecho provoca la función
jurisdiccional.” 99
79
El agrarista Isaías Rivera Rodríguez expone:
101 RIVERA RODRIGUEZ, Isaías. El Nuevo Derecho Agrario Mexicano, Editorial Mc Graw-Hill.
Segunda Edición, página 213.
102 PAVO ACOSTA, Rolando. El Desarrollo De La Jurisdicción Agraria En El Derecho Comparado,
Con Especial Referencia A Los Países De América Latina, La Jurisdicción Agraria: Sus
Fundamentos En El Derecho De Los Países Latinoamericanos, página 66.
103 PAVO ACOSTA, Rolando. Ventajas Generales Del Establecimiento De Una Jurisdicción
Especializada En Materia Agraria, La Jurisdicción Agraria: Sus Fundamentos En El Derecho De
Los Países Latinoamericanos, página 71.
104 LOPEZ ESCUTIA, Luis Ángel. Op. Cit. página 60.
105 RIVERA RODRÍGUEZ, Isaías. “Durante Su Participación En El Congreso Nacional De Derecho
Agrario Sustentable 2002”, En La Facultad De Derecho De La Universidad Nacional Autónoma De
México, El 15 De Julio Pasado, El Visitador, Número 57. página. 16.
80
Sobre el particular, el destacadísimo jurista, Sergio García Ramírez, expone:
Por su parte Alcalá –Zamora afirma que “la jurisdicción aparece como la suma
de cuatro elementos: dos subjetivos, a saber: partes y juzgador; y dos objetivos,
esto es, el litigio y el proceso. La actividad jurisdicente – sigue diciendo – se
exterioriza en cuatro direcciones: la esencial, de conocimiento; una
complementaria, de ejecución; otra preliminar, en ocasiones, de preparación; y
una accesoria, también eventual, de aseguramiento. En el ejercicio de la
jurisdicción destacan tres momentos capitales: inicial o constitutivo, determinado
por la litispendencia; fundamental o decisivo, identificado con la sentencia firme; y
terminal, también llamado “satisfaciente”, que se obtiene al través de la
consumación ejecutiva. Con esta base, dice que la jurisdicción es la “función
desenvuelta por el estado para (a) conocer, (b) en su día decidir y (c), en su caso,
ejecutar la sentencia firme emitida con carácter imperativo por un tercero
imparcial, instituido por aquél y situado “supra partes”, acerca de una o más
pretensiones litigiosas deducidas por los contendientes y canalizadas ante el
juzgador a través del correspondiente proceso, en el que podrían haber mediado
también actuaciones preliminares o asegurativas.” 108.
Continuando con la cita del Dr. Sergio García Ramírez, éste expresa:
“Como vimos, en el pasado del Derecho agrario mexicano los litigios quedaron
sujetos a autoridades administrativas – así, el Presidente de la República, el
secretario de la Reforma Agraria, el Cuerpo Consultivo Agrario, los delegados de
la Secretaría de la Reforma Agraria, los gobernadores de los Estados, las
comisiones agrarias mixtas – para que, en ejercicio de facultades
106 GARCÍA RAMÍREZ, Sergio. Elementos De Derecho Procesal Agrario, 3ª Edición, Editorial Porrúa,
México, 2000, páginas 167-168.
107 COUTURE, Citado Por Sergio García Ramírez.
108 ALCALÁ-ZAMORA, Citado Por Sergio García Ramírez.
81
cuasijurisdiccionales expresamente atribuidas a ellos por la Constitución,
dirimieran las controversias de esta especialidad. Hoy día, tras la reforma de 1992,
esa función ha sido asumida por órganos jurisdiccionales en sentido estricto,
dotados de “autonomía y plena jurisdicción”, como estipula el segundo párrafo del
artículo 27 constitucional.” 109
82
tener vigencia en la realidad nacional y que se habían convertido en obstáculos
para la superación de las condiciones de vida de los hombres del campo.
83
En esta misma fracción, se señala la cantidad de tierras que pueden poseer las
sociedades, el número de socios y la estructura de su capital. Dejando claramente
especificado que dentro de cada sociedad, ningún socio podrá poseer, en forma
proporcional, una extensión de tierra que exceda los límites de la pequeña
propiedad, así como también, que ninguna persona podrá poseer del capital en
diversas sociedades, que sumadas, excedan estos mismos límites.
La prohibición para que las sociedades por acciones pudieran poseer tierras,
contenidas hasta antes de la reforma en el artículo 27 Constitucional, se basaba
en que hasta hace diez años, no se podía saber quiénes eran los dueños del
capital en una sociedad por acciones, ya que existía el anonimato a los
propietarios de las acciones de las sociedades; lo que podía originar que algunos
inversionistas, amparados en este anonimato, acumularan pequeñas propiedades,
que sumadas, hicieran verdaderos latifundios.
84
campesino, permitiéndole poseer la tierra y excluyó al capital de la posibilidad de
poseer tierras y de explotarlas en actividades agropecuarias y forestales.
Por ello la reforma permite que los ejidatarios y comuneros puedan organizarse
como sociedad mercantil por acciones para la explotación de sus tierras,
aportando todo el capital o buscando socios que lo aporten, de acuerdo con las
características que señala la ley reglamentaria.
85
En el primer párrafo, se incluye el reconocimiento, a nivel constitucional, de la
personalidad jurídica de los ejidos y las comunidades, con lo que se termina una
época de indefinición sobre su capacidad jurídica para realizar los actos lícitos
previstos en las leyes agrarias, civiles y mercantiles. Con este reconocimiento, los
ejidos y comunidades podrán realizar cualquier acto lícito previsto por las leyes,
tales como poseer bienes, contraer obligaciones, ser sujetos de crédito, etc., en
las mismas condiciones jurídicas que cualquier otra persona física o moral.
El párrafo segundo, se refiere al derecho que asiste a los grupos indígenas para
mantener su integridad territorial, que significa además, la posibilidad del
mantenimientote de su cultura y de su identidad, las cuales, se han desarrollado y
existen en un cierto territorio. La declaración de que la Ley protegerá la integridad
de sus tierras, significa para los grupos indígenas un elemento fundamental para
el ejercicio de su derecho a la existencia, y significa para la nación, el
reconocimiento a sus orígenes y a su historia.
Los párrafos tercero y cuarto contienen las reformas a las bases constitutivas
del ejido y a los derechos individuales de los ejidatarios. En estos párrafos se
reconoce la existencia histórica del ejido como forma de vida de la mayoría de los
campesinos de México, y se dejan claramente sentadas las bases jurídicas que
garantizan su permanencia. En estos párrafos se expresa la decisión del pueblo
de México acerca de que el ejido permanece, porque forma parte de nuestra
historia y porque así lo quieren los campesinos.
En el párrafo tercero, se abordan los principios legales que regirán las tierras
destinadas al asentamiento humano y las tierras, bosques y aguas de uso común.
En este párrafo se menciona que la Ley protegerá las tierras en las que se asienta
la zona urbana del ejido, y que regulará las formas en las cuales los ejidatarios
podrán aprovechar y utilizar las tierras, bosques y aguas de uso común. También
señala el compromiso de la nación, para llevar a cabo acciones que busquen
elevar el nivel de vida de los núcleos de población ejidales.
86
En el párrafo cuarto se establecen las reglas para el uso de los recursos
productivos de los ejidos y de las comunidades, y se señalan los derechos
individuales de los ejidatarios respecto a sus parcelas.
En este mismo párrafo, se señala que el ejidatario podrá transmitir sus derechos
parcelarios a otro miembro del núcleo de población, con lo cual se crean las
posibilidades legales de que los ejidatarios puedan incrementar el tamaño de su
parcela, a través de adquirir los derechos parcelarios de otros ejidatarios; así
como también la posibilidad de que el ejidatario que no quiera seguir explotando
su parcela, pueda ceder los derechos sobre ella. Sin que quiénes adquieran o
87
cedan los derechos parcelarios, sean sancionados con la pérdida de sus tierras o
de sus derechos, como sucedía hasta antes de la reforma.
Con esto se termina una época, en que la ley obligaba al ejidatario a que lo
siguiera siendo, aún en contra de su voluntad, ya que si no trabajaba
personalmente la tierra, se exponía a perder la parcela sin obtener nada a cambio.
Y de igual manera, se impedía que el ejidatario pudiera aumentar el tamaño de su
parcela y así incrementar el nivel de vida de su familia, ya que si lo hacía, se
exponía a perder lo adquirido e incluso a ser privado de sus derechos.
En las últimas líneas de este párrafo cuarto, se establece un derecho más para
el ejidatario, el de adquirir el dominio sobre su parcela convirtiéndola en pequeña
propiedad, sujeto a que sea la asamblea ejidal la que otorgue este derecho al
ejidatario.
Planteado de otra manera: al poseer los núcleos ejidales el dominio sobre todas
las tierras productivas del ejido, pueden transmitirlo al ejidatario para que lo ejerza
sobre su parcela, separándola de las tierras ejidales y convirtiéndola en pequeña
propiedad.
Como resultado del contenido del cuarto párrafo de esta fracción, en relación a
la transmisión de derechos parcelarios, el quinto párrafo señala que dentro de
88
cada ejido, ningún ejidatario podrá poseer más del 5% del total de las tierras
ejidales, con lo cual, a pesar de que haya transmisión de derechos parcelarios, el
número mínimo de ejidatarios en un ejido no podrá ser inferior a 20.
En este mismo quinto párrafo, se señalan los límites a los que deberá sujetarse
la propiedad territorial de cada uno de los ejidatarios, la cual no podrá exceder los
límites marcados en la fracción XV en relación con la pequeña propiedad, con lo
cual se mantiene el principio jurídico de igualdad de derechos individuales, entre
ejidatarios y pequeños propietarios, en torno a la capacidad jurídica para poseer
tierras.
89
donde se detallaban los procedimientos y las instancias para llevar a cabo el
reparto de tierras.
90
superen para siempre carencias y limitaciones, y para que México pueda disfrutar
de autosuficiencia alimentaria así como para que el agro se constituya en
instrumento de desarrollo nacional”. 11243
3.3. La ley Agraria de 1992 y la Ley Orgánica que crea los Tribunales Agrarios.
112 HERNANDEZ GONZÁLEZ, Agustín. “La Reforma al Artículo 27 Constitucional de 1992 y las
Probables razones que la motivaron.”, Revista de los Tribunales Agrarios, número 18, año VI,
México, 1998, página 20.
113 HERRERA TELLO, María Teresa. “Ceremonia Inaugural del Congreso Nacional de Desarrollo
Agrario Sustentable 2002”, organizado por el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM y el
Tribunal Superior Agrario. El Visitador, número 57. página. 15.
91
La asamblea decide también cuál es el régimen que más conviene al núcleo, si
el ejido o la comunidad. Es de su exclusiva competencia la autorización para
aportar tierras de uso común a sociedades mercantiles o civiles. (Artículos 23, 75 y
100). Las asociaciones entre sí y con terceros que tengan que ver con las parcelas
individuales, las decidirán libremente sus titulares (artículo 79).
Las atribuciones que la Ley confiere a los núcleos agrarios y a sus miembros
significa que ya no son ilegales una buena cantidad de asociaciones relativas a la
tierra que antes lo eran, como la aparcería y el arrendamiento, por señalar unas de
las más notables. Los derechos parcelarios pueden ser enajenados libremente
dentro del núcleo y a los avecindados, con límites para quien los adquiere
similares a los de la pequeña propiedad (artículo 47 y 80).
92
núcleos como a sus miembros individuales, por conducto del comisariado u otro
representante, según lo decida la asamblea. (Artículo 56).
Las nuevas disposiciones dan libertad a los núcleos agrarios para constituir el
comisariado con el número de personas, comisiones y secretarios auxiliares que
señale el reglamento interno, además del presidente, secretario y tesorero,
propietarios y suplentes, que manda la Ley. De este modo, por ejemplo, podrán
establecerse comisiones especiales para la ejecución de proyectos productivos o
la obtención de servicios, como el de electrificación; el comisario que represente
los intereses del núcleo en asociaciones económicas con terceros (artículo 75-V)
podrá ser miembro del comisariado, lo mismo que autoridades tradicionales en el
caso de comunidades indígenas.
La Ley otorga nuevos derechos a los avecindados, a los que ahora la asamblea
les podrá asignar derechos sobre tierras vacantes (artículo 57); un ejidatario o
comunero puede cederles sus derechos sobre las tierras de uso común (artículo
60); pueden adquirir derechos parcelarios (artículos 80 y 101); pueden ser titulares
de solares urbanos (articulo 68) y participar en la junta de pobladores (artículo 41),
así como en las empresas en que intervenga el núcleo agrario o sus miembros
(artículo 108).
93
En cuanto a la participación de extranjeros en sociedades mercantiles o civiles,
se fijan un límite de 49 por ciento en la propiedad de acciones T, de aportación de
tierras (artículo 130). La fijación de límites es nueva, pues la participación del
capital extranjero ya estaba prevista en el artículo 27 de la Constitución. La nueva
disposición de la Ley Agraria no contraviene la fracción primera de la
constitucional, que impone desde 1917 límites y condiciones a la propiedad y
explotación por extranjeros de tierras, aguas y minas.
Para cumplir su propósito de proteger la vida comunitaria, la Ley prevé que las
tierras ejidales para el asentamiento humano y su fundo legal, delimitadas por la
asamblea, sean inalienables, imprescriptibles e inembargables. En ellas se
incluyen la zona de urbanización y los espacios para la parcela escolar, la unidad
agrícola e industrial de la mujer, la unidad productiva de los jóvenes y otras áreas
de asentamiento comunitario. En la zona urbana los solares serán propiedad plena
de sus titulares (artículos 23-VII y 63 a 72).
94
También las tierras de uso común poseen las mismas características, con la
excepción de “casos de manifiesta utilidad” en los que el dominio de las áreas de
uso común podrá transmitirse a sociedades mercantiles o civiles en las que
participen sólo miembros del ejido o la comunidad, o haya también socios ajenos
al núcleo agrario. Estos casos deberán someterse a la opinión de la Procuraduría
Agraria, la cual deberá pronunciarse sobre la seguridad de la inversión que se
proyecte, vigilar que no se cause daño ecológico y que los términos y condiciones
de la sociedad sean equitativos para los núcleos agrarios (artículos 73 a 75, 99 y
100). En todo caso, se da una clara preferencia al núcleo y a sus miembros para
recuperar las tierras si se liquida la sociedad.
Para los casos en que los ejidos o comunidades hayan sido despojados
ilegalmente de sus tierras o aguas, la Ley conserva el principio de restitución, a
solicitud directa de los afectados ante el tribunal agrario o a través de la
Procuraduría Agraria (artículo 49).
95
La Ley Agraria incluye una sección en el título sobre ejidos y comunidades que
prevé que los núcleos agrarios puedan beneficiarse de la urbanización de sus
tierras cuando éstas se encuentren en el área de crecimiento de un centro de
población (artículo 87). También se prohíbe la urbanización de las mismas cuando
estén en zonas de reserva ecológica (artículo 88).
El título de la Ley Agraria sobre justicia señala que cuando se trate de juicios
sobre tierras de grupos indígenas, los tribunales considerarán los usos y
costumbres de cada grupo y, cuando sea necesario, verán que los indígenas
cuenten con traductores. En todo caso, cuando los planteamientos legales de
núcleos agrarios o sus miembros no estén debidamente formulados, los tribunales
deberán remediar la falla o suplir la deficiencia (artículo 164).
La Ley prevé mecanismos para que las personas que deban acudir ante los
tribunales reciban efectivamente el citatorio y firmen el acuse de recibido
correspondiente (artículos 171 a 173 y 175 a 177).
96
(artículo 179). Se dan facilidades para la presentación de argumentos y toda clase
de pruebas, que no sean contrarias a la ley (artículos 185 y 186).
La anterior legislación integrada por las fracciones XI, XII y XIII del artículo 27
Constitucional y la Ley Federal de Reforma Agraria reglamentaba una jurisdicción
desarticulada compuesta por varias autoridades y órganos agrarios, que motivaba
la irresponsabilidad y la corrupción.
97
Con la reestructuración constitucional del 6 de enero de 1992 y la promulgación
de la Ley Orgánica de los Tribunales Agrarios del 26 de febrero de ese mismo año
estos vicios al principio parecieron quedar superados.
98
ésta la garantía para una perfecta administración de la justicia; en consecuencia,
encontraremos que el proceso social agrario observa las formas procesales,
fundamentalmente las formas esenciales del procedimiento, en especial la
garantía de audiencia y el principio de que toda persona debe ser oída y vencida
en juicio y que la resolución debe ser motivada y fundada legalmente.
En general, Rafael de Pina considera que “el proceso supone una actividad
generadora de actos jurídicamente reglamentados encaminados todos a obtener
una determinada resolución jurisdiccional” y está constituido “por la serie de actos
del juez y de las partes, aún de terceros, encaminados a la realización del derecho
objetivo, que constituyen el procedimiento”.
Respecto del principio de unidad del Derecho Procesal, podemos observar que
de acuerdo con la materia litigiosa el Derecho Procesal presenta diversos tipos de
procesos, como el Civil, el Penal, el Administrativo, etc. Pero como así el Derecho
Social Sustantivo ha ganado su autonomía frente al Derecho Público y Privado,
ese fenómeno también ha aumentado en el Derecho Procesal; de lo que no nos
cabe duda es que el proceso agrario, por su peculiar materia, de 1915 a 1992 se
apartó del administrativo en el que se le había incluido; muchos juristas creyeron
que la materia litigiosa agraria corría a su solución por los caminos
procedimentales reservados a la administración; pero tal opinión resultó una falsa
generalización porque muchos litigios agrarios originaron procesos con una
relación procesal triangular, pues hubo dos partes contendientes y una autoridad
agraria que juzgó sus pretensiones, en forma similar a la de un juez imparcial. Por
eso hablamos de Derecho Procesal Agrario y sus procedimientos, que fueron
diversos, verdaderos procesos, trámites administrativos y auto composiciones, etc.
99
Recapitulando tenemos que desde 1915 a 1983 las sentencias definitivas en
materia agraria fueron:
Ahora bien y con motivo de las reformas de la Ley Federal de Reforma Agraria
del 30 de diciembre de 1983, publicadas en el Diario oficial de la Federación el 17
de enero de 1984, se agregaron las siguientes sentencias definitivas:
Otto Sosapavon Yañez opina que “El constituyente siempre pretendió que en
materia agraria existieran firmas para lograr una dinámica, expedita administración
de justicia en beneficio del ejidatario, del comunero y del pequeño propietario, que
los pusiera a salvo del frío y tardado trámite burocrático, de los gastos onerosos y
de los explotadores disfrazados de los redentores, que de vez en cuando aún
pululan por el campo.”
100
A partir de 1992 las relaciones sociales cambiaron. En primer lugar porque dejó
de haber pluralidad de procedimientos. En segundo lugar porque el procedimiento
único trató de responder al estilo de unidad de la audiencia en la cual debe
desahogarse todo el procedimiento y al final de la misma debe dictarse la
sentencia; esto por regla general. Y en tercer lugar porque se permitió la
existencia y consecuencias de la caducidad (artículo 190 de la Ley Agraria).
44
“El proceso agrario tiene por objeto realizar la justicia agraria, constituyendo
armónicamente la tenencia de la tierra ejidal comunal y de la pequeña propiedad
en explotación con todas sus implicaciones. El proceso agrario es el instrumento
jurídico realizador de la reforma agraria, por lo cual su análisis y renovación debe
ser preocupación permanente de todos, especialmente de legisladores y de
quienes tienen la responsabilidad directa e indirecta en la actividad agraria.” 115
114 PONCE DE LEÓN, Luis. “Estudios Agrarios”, Revista de la Procuraduría Agraria, número 6, 1997,
página 106.
115 PONCE DE LEÓN ARMENTA, Luis M. Op. Cit. Página 95.
101
Federal y designados por la Cámara de Senadores o, en los recesos de esta, por
la Comisión Permanente…”.
El artículo 163 de la Ley Agraria define que son juicios agrarios los que tienen
por objeto substanciar, dirimir y resolver las controversias que se susciten con
motivo de la aplicación de las disposiciones contenidas en esta ley.
102
Expidiendo el Reglamento Interno y dividiendo la República en Distritos de Justicia
Agraria.
103
Conforme al Reglamento Interior de los Tribunales Agrarios, cada Tribunal
Unitario estará a cargo de un Magistrado Numerario y cuenta con las siguientes
Unidades Administrativas y servidores públicos: uno o varios Secretarios de
Acuerdo, Secretarios de Estudio y Cuenta, Actuarios, Unidad Jurídica, Unidad de
Control de Procesos y Unidad Administrativa; para suplir las faltas temporales de
los Magistrados habrá cuando menos cinco Magistrados Supernumerarios que
realizarán las funciones que les asigne el Tribunal Superior.
Conforme a la ley agraria el juicio agrario debiera ser simple, sumario, ágil y
conciso, regido por los principios de legalidad, oralidad, publicidad, igualdad e
inmediatez; instancia de parte, defensa material, verdad material, celeridad,
concentración, inmediación, conciliación, congruencia, probidad, impulso procesal,
independencia, imparcialidad, objetividad, escritura, disposición o de oficiosidad,
moralidad, suplencia de los planteamientos de derecho, defensoría de oficio,
composición amigable, facultades del juez y poder de saneamiento, libre
administración de la prueba y verdad real, libre valoración probatoria, gratuidad,
itinerancia o desplazamiento del Tribunal, facultades de fallar extra y ultrapetita,
economía, nemo judex sine actore. De acuerdo a la ley el juicio se desarrolla para
culminar en un término perentorio, en tres actos que son: demanda, audiencia y
sentencia, sin embargo dada la peculiaridad y característica de los asuntos que se
plantean ante estos Tribunales, son excepcionales los casos que se resuelvan en
estos tres actos, tomando en consideración las pruebas que ofrecen las partes o
documentos que deban ser allegadas al juicio, como es el caso de los asuntos de
restitución de tierras y conflicto por límites, en los que la prueba idónea lo es
desde luego la prueba pericial en topografía que generalmente es ofrecida por las
partes, misma que se desarrolla en los términos del Código Federal de
Procedimientos Civiles de Aplicación Supletoria, trabajos de campo que son en la
mayoría de los casos, vastos, dilatados y engorrosos.
104
quienes y en su mayoría se rigen bajo criterios civilistas ya que para todo acto o
diligencia que se realiza aplican la legislación procesal civil federal haciendo que
una simple promoción de trámite (petición de expedición de copias, v. gr.) tarda
semanas para el acuerdo respectivo y cuando se trata de diligenciar alguna
notificación ésta tarda inclusive meses.
Los casos que son recurribles ante el Tribunal Superior Agrario son: en
sentencias que resuelvan cuestiones relacionadas con límites de tierras, la
tramitación de un juicio agrario que reclame la restitución de tierras ejidales o
comunales y en los casos de nulidad de resoluciones emitidas por las autoridades
en materia agraria.
105
si el recurso se refiere a cualquiera de los tres casos antes señalados y es
presentado en tiempo, el Tribunal lo admitirá en un término de tres días y dará
vista a las partes interesadas para que en un término de cinco días expresen lo
que a su interés convenga; una vez hecho lo anterior, remitirá inmediatamente el
expediente, el original del escrito de agravios y la promoción de los terceros
interesados al Tribunal Superior Agrario, el cual resolverá en definitiva en un
término de diez días contados a partir de la fecha de recepción.
106
los tribunales agrarios emerge en plenitud el derecho de acción, como prerrogativa
de sus titulares, que corresponde a una de las garantías individuales consagradas
en el artículo 17 constitucional; aunque como derecho público subjetivo tiene en la
materia agraria algunos elementos propios acordes a su naturaleza de derecho
social.” 116
45
En tanto que en la legislación anterior, los sujetos activos del derecho de acción
se reducía a los núcleos de población solicitantes de tierras, ejidos, comunidades
de hecho o de derecho, y sus integrantes, así como para casos específicos, los
pequeños o grandes propietarios (certificados de inafectabilidad, expropiaciones o
por afectaciones agrarias), en la legislación agraria en vigor se abre para que
cualquier persona física o moral - particular o entidad pública – que tenga un
derecho material o sustantivo o un interés jurídico controvertido, no reconocido o
que deba ser declarado, ex -lege, por el órgano jurisdiccional agrario, podrán
promover, en términos de los artículos 163 y 165 de la Ley Agraria.
En cambio como sujeto pasivo del ejercicio del derecho de acción, desde la
perspectiva de la doctrina procesal, lo son los nuevos órganos jurisdiccionales
agrarios, en representación del Estado, y como encargados de la función pública
de impartición de justicia agraria.
107
núcleos de población para solicitar tierras, en consecuencia, ya no sucede nada
con esa tierra y podríamos llegar a un extremo de que en México requiriéramos de
muchos alimentos, pero si los titulares de las tierras no quieren explorarlas, bueno,
pues nos quedaríamos con esa necesidad; el carácter social de la tierra se ha
limitado en cuanto a su propia explotación.” 117
46
108
CAPITULO 4
EL PROCESO AGRARIO
“Y ha sido una vez más Carnelutti quien, adelantándose al reparo de que una
distinción semejante pudiera reputarse bizantina, ha hecho ver que entre ambos
conceptos media diferencia cuantitativa y cualitativa que se podía establecer
considerando el proceso como continente y el procedimiento como contenido
(Manuel de la Plaza incurre en un error de memoria, al hacer esta afirmación. La
relación de continente a contenido la hace Carnelutti relacionando al litigio con el
proceso. Dice que el juicio no es sino el litigio dentro del proceso. Véase el primer
tomo de su “Sistema” donde demuestra esto con mucha claridad); explicándose
así que una combinación de procedimiento (los de primera instancia y de segunda
instancia por ejemplo) pudiera concurrir a constituir un solo proceso.” 118
“El proceso es una institución establecida para realizar mediante ella la función
de administrar justicia, mientras que el procedimiento es el conjunto de formas o
maneras como se efectúa esa función. Unas veces, en forma escrita, otras
verbalmente, en la vía amplia dilatada, que se llama ordinaria o en la breve y
expedita que tiene el nombre de sumaria; en ocasiones, el proceso se inicia
mediante un embargo lo que tiene lugar en los juicios ejecutivos, y de esta manera
el procedimiento cambia según las circunstancias y origina al proceso como un
todo orgánico, pues aquél es la manera como se tramita este último.” 119
118 PALLARES, Eduardo. Derecho Procesal Civil, Editorial Porrúa, S. A., México, 1995, página
119 Ibidem. Página
120 Ibidem. Página.
109
“Clara se ve la diferencia que existe entre el procedimiento administrativo y el
proceso administrativo. El primero es el cauce legal que sigue la administración
para la realización de su actividad o función administrativa, en cambio el segundo
es la vía legalmente prevista para canalizar las acciones de quienes demandan
justicia ante los tribunales a fin de resolver una controversia administrativa, es
decir, un conflicto originado por un acto o una resolución administrativa que se
48
reputa ilegal”.”121
“El término proceso es más amplio y adecuado; pueden incluirse dentro del
mismo la llamada jurisdicción voluntaria, que Ignacio Medina Lima denomina el
procedimiento judicial no litigioso.” 124
121 CRUZ REYES, Eucario. “Los Procedimientos Agrarios”, Revista de los Tribunales Agrarios, número 18,
año VI, Centro de Estudios de Justicia Agraria, México, 1996, página 70-72.
122 PONCE DE LEÓN ARMENTA, Luis M. Op. Cit. Páginas 33-34.
123 Idem.
124 Idem.
125 Ibidem. Página 34.
126 GARCÍA RAMÍREZ, Sergio. Elementos de Derecho Procesal Agrario, Editorial Porrúa, Tercera
Edición, México, 2000, página 338.
110
“El proceso es instrumento para la verificación de la verdad de los hechos y la
identificación de la norma legislativa que regula el caso concreto.” 12749
“El proceso es una relación jurídica entre: juez, actor y reo.” 128
127 BECERRA BAUTISTA, José. El Proceso Civil en México, Editorial Porrúa, S. A., 4ª Edición, México,
1974 página 2.
128 Ídem.
129 DE PINA, Rafael. Diccionario de Derecho. Editorial Porrúa, S. A., Décima Edición, México, 1981,
página 392.
130 Ídem.
131 Ídem.
111
4.2. Elementos en el Proceso Agrario Comparado.
112
4.3.1. Elaboración De La Demanda.
Para que una demanda sea procedente, debe hacer referencia a juicios que
tengan por objeto dirimir y resolver las controversias que se susciten con motivo
de la aplicación de las disposiciones contenidas en la Ley Agraria (Artículo 163).
113
DEMANDA AGRARIA. INDEBIDA PREVENCIÓN PRESENTACIÓN DE
DOCUMENTOS.- El artículo 181 de la Ley Agraria señala que al presentar una
demanda el tribunal del conocimiento la examinará y si hubiera irregularidades,
prevendrá para que se subsanen dentro del término de ocho días y si los
quejosos solicitaron en su demanda la nulidad del contrato que se les requirió
exhibieran, así como la restitución de sus tierras invadidas, debe decirse que la
prevención hecha es incorrecta pues tal precepto permite a los Tribunales
ordenar que se subsanen irregularidades que observen en la demanda o
requisitos de ésta no precisados, empero no en relación a la presentación de
documentos que estime la responsable debieron o no presentarse junto con la
demanda, por lo que el Tribunal Unitario Agrario indebidamente previno y
posteriormente desechó la demanda presentada, porque a su juicio debió
acompañarse contrato respecto del cual solicitaron la nulidad.
Previene igualmente que todo litigante, con su primera promoción presentará: I.-
El documento o documentos que acrediten el carácter con que se presente en el
negocio, en caso de tener representación legal de alguna persona o corporación,
II.- El número de copias simples necesarias para correr traslado a las demás
partes; estableciendo también, que no se dará entrada a la promoción si no se
acompañan las copias.
114
De todo esto deriva que si el actor, omite en su escrito de demanda alguno de
los requisitos anteriormente mencionados, el tribunal debe prevenirlo para que
subsane la irregularidad en un término de ocho días. La Ley Agraria no contempla
sanción alguna para aquéllos que no cumplan con tal prevención, como lo sería el
desechamiento o no admisión de la demanda y en tal virtud, el tribunal debe
aceptar el escrito aún sin haberse subsanado la irregularidad. Coincido con los
estudiosos de ésta disciplina que en este caso, valdría la pena adicionar con un
párrafo, la parte final del artículo 181 de la Ley Agraria, autorizando a los
Tribunales Agrarios para que si la parte actora no cumple con la prevención que
se le hiciere, le sea rechazado su escrito de demanda, de lo contrario, y como se
observa actualmente, tal prevención carece de sentido, así como también de
explicación, el conjunto de requisitos que se previenen en la Ley para la
presentación de la demanda; acorde con esta propuesta, lo es el artículo 276 del
Código Procesal comentado, cuando refiere que no se dará entrada a la
promoción si el litigante no acompaña las copias necesarias para correr traslado a
las demás partes, tanto de la demanda como de los documentos que debiere
presentar.
115
intentada es o no procedente, ni menos aún para desechar una demanda. La
ausencia de estas facultades es acorde con la naturaleza del procedimiento
agrario, pues es hasta la audiencia de derecho establecida en el artículo 185 de la
citada Ley Agraria, cuando se hacen valer las acciones, excepciones y defensas,
reservándose la calificación de su procedencia y demostración para la sentencia
respectiva; luego, determinar la procedencia o improcedencia de la acción agraria
en el auto que recae a la presentación de la demanda, daría lugar a que ya no se
celebrara la audiencia de derecho y, por tanto, a que se privara al demandante de
ejercitar materialmente su acción. No se soslaya que los tribunales agrarios se
encuentran autorizados para prevenir al actor a efecto de que regularice y aclare
su demanda dentro del plazo de ocho días, según lo dispuesto en el artículo 181
de la mencionada legislación, lo que tiene por objeto simplemente precisar el
contenido de la pretensión agraria, las partes y demás presupuestos lógicos para
poder entablar la litis y seguir el procedimiento con certidumbre, pero no significa
que aclarada la demanda, el tribunal pueda desecharla por estimar improcedente
la acción. Corrobora lo expuesto, que de acuerdo con lo establecido en el artículo
168 de la Ley en cita, el tribunal agrario ni siquiera puede desechar una demanda
por advertir su legal incompetencia, sino que se encuentra obligado a suspender el
procedimiento y remitir lo actuado al tribunal que estime competente. Finalmente,
la existencia de facultades sobre el particular tampoco puede derivarse de la
aplicación supletoria de las disposiciones del Código Federal de Procedimientos
Civiles a que se refiere el artículo 167 de la Ley Agraria, dado que en el
Procedimiento Civil es en la propia demanda donde se ejercita la acción.
116
Amparo Directo 217/98. Santos Avilés Hernández, Juan Cortés Martínez y
Cosme Espinoza Avilés, en su carácter de presidente, secretario y tesorero,
respectivamente, del Comisariado de Bienes Comunales del Poblado denominado
“Santa Cruz Texcalapa”, Municipio de Sultepec, Estado de México. 14 de mayo de
1998. Unanimidad de votos. Ponente: Lorenzo Palma Hidalgo. Secretario: José
Gerardo Mendoza Gutiérrez.
117
Octava Época. Instancia: SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO DEL OCTAVO
CIRCUITO. Fuente: Semanario Judicial de la Federación. Tomo: XIV, Octubre de
1994. Tesis: VIII. 2º. 43 A. Página: 274.”
133 GALLEGOS VIZCARRO, Rubén. “De los Juicios Agrarios: Propuesta de Reforma”, Revista de los
Tribunales Agrarios, S/N, páginas 136-137.
118
condena; como también, el que esta parte puede intervenir por sí o a través de
representantes o apoderados, en cuyo caso éstos deberán exhibir el poder que los
acredita para comparecer a nombre de su poderdante.
119
Requisitos que debe cumplir la demanda.
Cuando la materia del juicio sea algún terreno, se deberá señalar poblado,
municipio y estado en que se encuentra. También deberá identificarse plena y
adecuadamente, indicando la superficie, los linderos y las colindancias. Cuando
sea posible, es conveniente anexar un croquis.
4.3.4. Emplazamiento.
La Ley Agraria establece que al recibir la demanda – ya sea por escrito o por
simple comparecencia – el Tribunal competente deberá emplazar al demandado
para que comparezca a contestarla a más tardar durante la audiencia, la cual
deberá tener lugar dentro de un plazo no menor a cinco días ni mayor a 10,
contados a partir de la fecha en que se practique el emplazamiento.
120
El emplazamiento deberá efectuarse por medio del Secretario o Actuario del
Tribunal, en los términos establecidos por los artículos 170 al 177 del citado
ordenamiento legal.
4.3.5.1. Contestación.
121
disposiciones que se contienen en los preceptos legales antes referidos, violan la
garantía del debido proceso en perjuicio del impetrante.
122
SUSPENSIÓN DEL PROCEDIMIENTO JUDICIAL, IMPROCEDENTE
CONCEDER LA. Debido a que el procedimiento judicial es de orden público, se
considera de extrema gravedad la suspensión del mismo, porque tiene por objeto
declarar un derecho o constituirlo, a través de la sentencia que se dicte en el juicio
respectivo, en lo que se encuentra primordialmente interesada la sociedad.
4.3.5.2. Representación.
Será optativo para las partes acudir asesoradas pero, en caso de que una de
ellas esté asesorada y la otra no, el Tribunal – oficiosamente o a petición de parte
– suspenderá el procedimiento y solicitará los servicios de un defensor de la
Procuraduría Agraria, quien para enterarse del asunto, dispondrá de cinco días
contados a partir de la fecha en que se apersone al procedimiento (artículo 179 de
la Ley Agraria).
123
Procuraduría Agraria, para que ésta asesorara a las partes, e incluso, en uso de
sus atribuciones actuara como árbitro, conciliando los intereses de los litigantes,
dando cumplimiento a lo dispuesto en el artículo 135 de la Ley Agraria.
4.3.5.3. La Reconvención.
124
4.3.6.2. Procedimiento En Ausencia Del Actor y El Demandado.
125
7. El Tribunal Unitario Agrario exhortará a las partes, a una
composición amigable, en caso de darse la avenencia
entre estos, se elaborará el convenio respectivo y se
calificará por dicho Tribunal, elevándolo a Sentencia
Ejecutoria.
En el supuesto contrario, continuará el desarrollo del
Proceso hasta dictar Sentencia Definitiva.
8. Previamente a esto último, el Tribunal Unitario Agrario
debe fijar la Litis correspondiente. Después de la práctica
de la última Diligencia, otorgar a las partes el derecho para
formular sus respectivos alegatos.
126
Al ofrecer las pruebas las partes podrán objetarlas, manifestando en qué
consiste tal objeción en cuanto a su alcance y valor probatorio, o en cuanto a su
autenticidad, contenido y firma.
Segundo Tribunal Colegiado del Vigésimo Primer Circuito.- Amparo directo 92/95.-
Atanasio Fierro Olea.- 7 de abril de 1995.- Unanimidad de votos.- Ponente: María
Eliza Zúñiga Alcalá.- Secretario: Francisco Javier Teodoro Arcovedo Montero.-
Fuente: Tribunales Colegiados de Circuito. Semanario Judicial de la Federación.
Época 9ª. Vol. Tomo. I-mayo 1995, pág. 396. Clave o Núm. Tesis XXI.2º .2 A.
4.3.8.1. Su Ofrecimiento.
127
solicitaron en su demanda la nulidad del contrato que se les requirió exhibieran,
así como la restitución de sus tierras invadidas, debe decirse que la prevención
hecha es incorrecta pues tal precepto permite a los tribunales ordenar que se
subsanen irregularidades que observen en la demanda o requisitos de ésta no
precisados, empero no en relación a la presentación de documentos que estime la
responsable debieron o no presentarse junto con la demanda, por lo que el
Tribunal Unitario Agrario indebidamente previno y posteriormente desechó la
demanda presentada, porque a su juicio debió acompañarse contrato respecto del
cual solicitaron la nulidad.
4.3.8.2. Su Admisión.
Es práctica forense lo que realizan los Tribunales Unitarios Agrarios que una vez
fijada la litis en el Proceso Agrario, procedan a analizar los medios de prueba
ofertadas por las partes para decidir su admisión o desechamiento respectiva.
a) Prueba confesional.
128
tercer lugar, se requiere que se exhiba el pliego de posiciones, a efecto de que se
pueda declarar en su caso confeso a quien injustificadamente deje de asistir a la
audiencia en la que se llevará a cabo la formulación de dichas disposiciones; en
cuarto lugar, en defecto de la exhibición de pliego de posiciones, es indispensable
que el oferente formule preguntas orales al absolvente; y en quinto lugar,
complementando lo anterior, se requiere la comparecencia del oferente a la
audiencia, para que en ausencia del pliego de posiciones, se propongan preguntas
a la parte contraria, conforme a lo dispuesto por los artículos 313, 317 y 389 del
citado ordenamiento procesal. Lo anterior presupone que si el oferente de la
confesional no exhibió pliego de posiciones ni se presentó a la audiencia de ley, lo
procedente es que se deje de recibir esa probanza por falta de interés procesal y
porque el procedimiento no debe quedar paralizado, ni interrumpirse de modo
indefinido.
Tercer Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito. Amparo directo
2553/95.- Octavio Hernández Gómez.- 22 de junio de 1995.- Unanimidad de
votos.- Ponente: José Luis García Vasco.- Secretario: Guillermo Campos Osorio,
Semanario Judicial de la Federación, agosto de 1995.
Sexta época. Cuarta parte. Vol. LX, pág. 144 A. D. 1332/60. Francisco Rayas
Sánchez. 5 votos. Tesis relacionada.
129
supletoriedad del Código Federal de Procedimientos Civiles, no puede
establecerse para desechar la prueba confesional.
b) Prueba testimonial.
c) Prueba pericial.
130
d) Prueba de reconocimiento o inspección judicial.
Se ofrecerá señalando el lugar donde debe practicarse, objeto que
debe ser examinado y los extremos que se pretenden acreditar.
Al ofrecer esta probanza, deberá hacerse en sentido afirmativo, fijando
los hechos que se pretenden acreditar con la misma.
4.3.9. Alegatos.
4.3.10. Sentencia.
Es la resolución que pronuncia el juez o tribunal para resolver el fondo del litigio,
conflicto o controversia, lo que significa la terminación normal del proceso.
4.3.11. Caducidad.
131
Los Tribunales Agrarios están obligados a proveer la eficaz e inmediata
ejecución de sus sentencias y a ese efecto podrán dictar todas las medidas
necesarias – incluidas las de apremio – en la forma y términos que a su juicio
fueren procedentes, sin contravenir las reglas siguientes:
4.3.13.1. Concepto.
4.3.13.2. Procedencia.
132
a) Cuestiones relacionadas con los límites de tierras suscitadas entre dos o
más núcleos de población agrarios ejidales o comunales, o concernientes a
límites de las tierras de uno o varios núcleos de población agrarios con uno o
varios pequeños propietarios, sociedades o asociaciones.
b) La tramitación de un juicio agrario que reclame la restitución de tierras
ejidales.
c) La nulidad de resoluciones emitidas por las autoridades en materia agraria.
4.3.13.4. Trámite.
133
CAPITULO 5
“El tema de los principios generales en el Derecho Agrario ha sido uno de los
más clásicos, interesantes, complejos y reñidos. Todos los iusagraristas, de hoy y
ayer, han tomado posición. Empero consciente o inconscientemente fue siendo
relegado por su complejidad y porque la discusión tan solo sirvió para dividir a sus
doctrinarios. Hoy parece ser oportuno replantearlo. El motivo es doble: podrá
analizarse luego de una compleja historia, cuando la disciplina se ha desarrollado,
pero sobre todo porque también otras ramas del Derecho lo han comenzado a
analizar.” 135
134 DÍAZ DE LEÓN, Marco Antonio.” Proceso Agrario”, Revista de los Tribunales Agrarios, S/N página.
85.
135 ZELEDÓN ZELEDÓN, Ricardo. “Los Principios Generales en el Derecho Agrario”, Revista de los
Tribunales Agrarios, año IV, mayo-agosto, número 12, Tomo II, Tribunal Superior Agrario, Centro de
Estudios de Justicia Agraria, México, 1996. página. 16.
136 LÓPEZ GÓMEZ, Bernardino. “El Proceso Agrario y Los Principios Que Lo Rigen”, Revista de los
Tribunales Agrarios, número 19, año VI, sept-dic., Centro de Estudios de Justicia Agraria, México, 1998,
páginas. 6-30.
134
Al respecto el Lic. Rafael García Simerman, enuncia los siguientes principios:
“Principio de Iniciativa de Parte, principio de Moralidad (sic), Principio de
Suplencia de los Planteamientos de Derecho, Principio de Inmediación, Principio
de Defensoría de Oficio, Principio de Composición Amigable.” 137
53
El Lic. Luis Ángel López Escutia en relación a nuestro tema, considera como
principios:
“Legalidad, Igualdad entre las Partes, defensa material, verdad material,
oralidad y escritura, publicidad, inmediación, concentración, celeridad, y el de
lealtad y probidad.” 138
El Lic. Luis Ángel López Escutia, en otro ensayo nos comenta sobre el proceso
agrario y sus principios rectores:
137 GARCÍA SIMERMAN, Rafael. “Justicia Agraria: Juicio Agrario”, Revista de los Tribunales Agrarios,
número 19, año VI, Sept-Dic, Centro de Estudios de Justicia Agraria, México, 1998. páginas. 92-97.
138 LÓPEZ ESCUTIA, Luis Ángel. “La Acción Agraria en el Marco de la Doctrina Procesal y su Evolución:
Características y Principios del Nuevo Proceso Agrario”, Revista de los Tribunales Agrarios, número 25, año
VIII, Sept-Dic., Centro de Estudios de Justicia Agraria, México, 2000. página. 47.
139 Ídem.
140 Ibidem. Páginas. 67-71.
135
“Principio de Oralidad, Principio de Conciliación, Principio de inmediación,
Principio de Concentración, Principio de Disposición o de Oficiosidad.” 141
141 PÉREZ DÍAZ, Esperanza M. “Los Principios del Juicio Agrario: Los Principios de Derecho en el
Procedimiento Especial Agrario”, Revista de los Tribunales Agrarios, número 27, año IX, Mayo-Agosto,
Comisión de Divulgación y Editorial, Centro de Estudios de Justicia Agraria. México, 2001, página. 87-92.
142 RIVERA RODRÍGUEZ, Isaías.”Los Principios Procesales Agrarios: Principios Procesales de Forma”,
Revista de los Tribunales Agrarios, número 28, año IX, Sept-Dic., Comisión de Divulgación y Editorial,
Centro de Estudios de Justicia Agraria, páginas. 198-219.
143 CRUZ REYES, Eucario. “Los Procedimientos Agrarios: El Proceso Agrario”, Revista de los Tribunales
Agrarios, número 18, año VI, Mayo-Agosto, Centro de Estudios de Justicia Agraria, México, 1998, páginas.
73-75.
144 MUÑOZ LÓPEZ, Aldo Saúl. “Retos de la Justicia Agraria”, Revista de los Tribunales Agrarios, número
25, año VIII, Sept-Dic., Centro de Estudios de Justicia Agraria. México, 2000, páginas. 71-72.
145 ESPINO VILLALOBOS, José Platón. “La Práctica Forense de la Procuraduría Agraria con Motivo de la
Reforma Procesal Agraria Mexicana: Principios que Rigen el Juicio Agrario”, Revista de los Tribunales
Agrarios, número 9, año III, Mayo-Agosto, Tribunal Superior Agrario, México, 1995, página. 85
136
55
El Dr. Marco Antonio Díaz de León, hace alusión a los siguientes principios:
146 DÍAZ DE LEÓN, Marco Antonio. “El Proceso Ante Los Modernos Tribunales Agrarios: Normas
Procesales Aplicables en el Proceso Agrario”, Revista de los Tribunales Agrarios, número 25, año VIII, Sept-
Dic., Centro de Estudios de Justicia Agraria, México, 2000, página. 158.
147 PORTE PETIT, Luis Octavio. “Seminario de Especialización Sobre el Marco Jurídico Agrario del 2 al 6
de Diciembre de 1996: La Nueva Justicia Agraria”, Estudios Agrarios, Revista de la Procuraduría Agraria,
número 6, enero-marzo, año de 1997, página. 152.
148 ALFARO MONROY, Armando. “Algunas Consideraciones sobre el Juicio Ante los Tribunales
Agrarios”, Revista de los Tribunales Agrarios, S/N. página. 52
149 PONCE DE LEÓN ARMENTA, Luis M. Op. Cit. páginas. 118-119.
150 PONCE DE LEÓN ARMENTA, Luis M. Op. Cit. Páginas. 95-96.
151 JIMENEZ PAREDES, Luis Alberto. “Necesidad de la Codificación de un Código Agrario Sustantivo y
Adjetivo”, Estudios Agrarios, Revista de la Procuraduría Agraria, número 20, año 8, may-agt. 2002, página.
46.
137
Por su parte y en relación a los principios procesales, el Dr. Sergio García
Ramírez, refiere los siguientes:
“De este podemos decir que consiste en que los Tribunales Agrarios no tienen
más facultades que las que les otorgan la Ley Agraria, la Ley Orgánica de los
Tribunales Agrarios, el Reglamento interior de los Tribunales Agrarios y el Código
Federal de Procedimientos Civiles, y que sus actos van a ser válidos cuando se
funden en estas normas legales y se ejecuten de acuerdo con lo que ellas
prescriben. Por otro lado, el principio de legalidad es enemigo radical de la
arbitrariedad. La combate en sus raíces y sin él no es posible la existencia de los
órganos jurisdiccionales agrarios. En el procedimiento agrario debe cumplirse
cabalmente con este principio.” 153
138
57
“La Legalidad del proceso agrario también cuenta con el sustento constitucional
de la fracción XIX del artículo 27, cuando señala la obligación del Estado para
disponer las medidas para la impartición de la justicia agraria para garantizar la
seguridad jurídica en la tenencia de la tierra ejidal, comunal y de la pequeña
propiedad. en la resolución de las controversias que sean planteadas ante los
Tribunales Agrarios, se respetará el procedimiento previsto por la Ley Agraria
(artículo 164) así como las disposiciones establecidas en la legislación supletoria
de la materia como son la Ley de Amparo y el Código Federal de Procedimientos
Civiles (artículos 166 y 167). Este principio se identifica con el concepto del
“debido proceso”, el cual se centra en nuestra materia precisamente en la
audiencia prevista por el artículo 185 de la Ley.” 155
139
“Obsérvese bien: no digo, en modo alguno, que la aplicación de la Ley deba
ser siempre letrista, indiferente a los propósitos de justicia – social e individual –
perseguidos por la ordenación agraria. No niego, en lo absoluto, la pertinencia de
interpretar la ley en sentido progresivo, con apoyo en los elementos que suministra
la historia y el los desiderata claramente adoptados por el legislador. Sólo
sostengo que el fundamento de las resoluciones del tribunal agrario – como de
cualquier otra autoridad – es forzosamente la Ley, puntualmente interpretada. Tal
es la garantía de seguridad y de justicia de los participantes en el proceso
agrario.” 158
“Aquí vale recordar, por otra parte, lo que se refirió a propósito de la costumbre
y los usos como fuentes del Derecho agrario, sobre todo en vista de la estipulación
contenida en el primer párrafo del artículo 4 constitucional. La propia ley – en este
caso nada menos que la ley constitucional – permite la consideración de esos
usos y costumbres cuando intervengan en juicio los miembros de grupos étnicos
indígenas. Sin embargo, esa “consideración especial” en ningún caso implica,
hasta ahora, la decadencia del principio de legalidad por opción a favor de la
costumbre, trátese de la institución y atribuciones del tribunal, trátese de la
organización del procedimiento y la entidad y consecuencias de sus actos, trátese,
en fin, del fundamento de las resoluciones jurisdiccionales agrarias.” 159
158 Ídem.
159 Ídem.
160 GARCÍA RAMÍREZ, Sergio. Op. Cit., página. 319.
140
En relación a la Legalidad Procesal nos dice:
141
Unitarios, cuál de los supernumerarios suplirá al Magistrado ausente; en los casos
en que la ausencia no exceda de quince días, el Tribunal Superior podrá autorizar
para que lo supla el secretario de Acuerdos adscrito al Tribunal Unitario de que se
trate”; de la transcripción anterior se advierte que quien se ostente como
“encargado del despacho”, debe acreditar en el expediente, contar con la
autorización del Tribunal Superior Agrario; en caso contrario, se actualiza la
violación a las reglas fundamentales que norman el procedimiento agrario,
debiéndose en consecuencia ordenar la reposición del procedimiento, para el
efecto de subsanar tal deficiencia.
Amparo directo 904/98.- María de Jesús Orta de Anda, por su propio derecho y
como sucesora legítima de los derechos agrarios de su esposo el ejidatario Camilo
Chávez García.- 21 de enero de 1999.- Unanimidad de votos.- Ponente: Darío
Carlos Contreras Reyes.- Secretaria: América Elizabeth Trejo de la Luz.
142
Primer Tribunal Colegiado del Quinto Circuito.- Amparo directo 667/94.- “Ejido
Lucio Blanco”, Municipio de Guaymas. Sonora.- 6 de enero de 1995.- Unanimidad
de votos.- Ponente: Faustino Cervantes León.- Secretario: José A. Araiza
Lizárraga.- Fuente. Tribunales Colegiados de Circuito. Semanario Judicial de la
Federación. Época 8ª, Vol. Tomo. XV-II-febrero 1995, pág. 345. Núm. Tesis o
Clave V.1º.78 A.
Acorde con este principio, el artículo 170 de la Ley Agraria dispone: “El actor
puede presentar su demanda por escrito o por simple comparecencia; en este
caso, se solicitará a la Procuraduría Agraria coadyuve en su formulación por
escrito de manera concisa. En su actuación, dicho organismo se apegará a los
principios de objetividad e imparcialidad debidas.
Del precepto anunciado se advierte que “el juicio agrario jamás va a operar
oficiosamente y, por lo mismo, para que nazca sea indispensable que lo promueva
alguien que tenga interés en que la autoridad agraria declare o constituya un
derecho o imponga una condena.” 164
143
procedimiento previsto por esta ley y quedará constancia de ella por escrito (…)”.
A su vez, el numeral 181, dice: “Presentada la Demanda o realizada la
comparecencia, el tribunal del conocimiento la examinará (…)”.
“La actividad jurisdiccional en materia agraria solo inicia con la demanda, sea
escrita u oral, y que los Tribunales Agrarios solo resolverán controversias que
sean puestas bajo su conocimiento, con lo que queda claramente excluida la
posibilidad de que los mismos inicien un proceso sin que medie la intervención de
parte interesada.” 165
El Dr. Marco Antonio Díaz de León, lo denomina Nemo Judex Sine Actore:
“El Tribunal actúa a instancia de parte; implica que deben presentar los actores
su demanda como lo establecen los artículos 163, 168 y 170 de la Ley Agraria,
con la cual se deberá emplazar a la demandada para que ésta concurra a
contestarla en la audiencia a que se refiere el artículo 185, en la cual, después de
ofrecer sus pruebas, de desahogarlas, de que produzcan sus alegatos y de que el
Magistrado las exhorte a una composición amigable, se da cuenta de todo ello en
la misma audiencia y si se lograre la avenencia se hará el convenio respectivo,
que aprobará en su caso el Tribunal con carácter de sentencia definitiva.” 168
144
par a la creación de la Procuraduría Agraria como órgano de procuración de
justicia en la materia, cuya encomienda constitucional y legal es la de velar por la
vigencia de los derechos agrarios, ser garante de la legalidad en el campo
mexicano, iniciar a nombre y en representación de sus asistidos inclusive de oficio,
las acciones legales que procedan contra los actos que lesionen la esfera jurídica
de los justiciables agrarios.
Según éste principio, las partes deben tener en el proceso un mismo trato, se
les deben dar las mismas oportunidades para hacer valer sus derechos y ejercitar
sus defensas, sin prácticas discriminatorias.
145
61
“La Igualdad entre las partes existe a todo lo largo del procedimiento. Hay, al
respecto, una referencia directa en el artículo 186, tercer párrafo, de la Ley
Agraria. Este precepto otorga al juzgador la facultad de obrar como lo estime
pertinente para obtener el mejor resultado de las pruebas, pero aclara: “sin
lesionar el derecho de la partes, oyéndolas y procurando siempre su igualdad”.”
169
146
que se debe procurar la igualdad de las partes en cuanto a la asesoría jurídica y a
la admisión y desahogo de las pruebas y a que si alguna de las partes habla algún
idioma que no sea el español, ésta cuente con traductores.” 172
“La corriente social del Derecho descubrió el engaño que había en el principio
de estricta igualdad de los hombres ante la ley. No es posible que haya esa
igualdad de trato legal hacia el débil y el poderoso, el explotador y el explotado, el
letrado y el ignorante. No lo es, porque la fuerza de quien más tiene, sabe o puede
acaba por inclinar en su favor, lo merezca o no, la balanza de la justicia. El fuerte
se defenderá mejor, resistirá más, alzará con más potencia y eficacia su voz en los
estrados de la justicia. Por ello es preciso un correctivo que “iguale” a quienes,
iguales ante la ley, son desiguales ante la vida. De eso se trata, pues: de igualar
en el proceso a los contendientes, moderando la fuerza de uno y subsidiando la
debilidad de otro.” 174
63
147
tal suerte se muestran las antiguas alianzas y los clásicos compromisos del
Estado social de Derecho, que no mira con indiferencia al desvalido y lo atiende
por un doble conducto: el de la ley que estatuye en su beneficio y el del órgano de
autoridad – inclusive la imparcial autoridad jurisdiccional – que actúa
procesalmente en su favor. Al respecto, tómese en cuenta que si bien el tribunal
procurará obtener el mejor resultado de las diligencias probatorias, “sin lesionar el
derecho de las partes, oyéndolas y procurando siempre su igualdad” (artículo 186,
tercer párrafo), el propio juzgador habrá de suplir las deficiencias de las partes en
sus planteamientos de Derecho, “cuando se trate de núcleos de población ejidales
o comunales así como ejidatarios o comuneros” (artículo 164). Por otros medios
se busca la igualdad, como en los supuestos de asistencia jurídica y formulación
de demandas y contestaciones por comparecencia, con apoyo de la Procuraduría
Agraria.” 175
La igualdad entre las partes existe a todo lo largo del procedimiento. Hay, al
respecto, una referencia directa en el artículo 186, tercer párrafo, de la Ley
Agraria. Este precepto otorga al juzgador la facultad de obrar como lo estime
pertinente para obtener el mejor resultado de las pruebas, pero aclara:”sin lesionar
el derecho de las partes, oyéndolas y procurando siempre su igualdad”. Hay casos
en que el desequilibrio aparece y debe ocurrir el juzgador a corregirlo con medidas
inmediatas; así cuando una de las partes concurre a la audiencia con asistente
jurídico que la apoye para el éxito de su interés jurídico, y la otra carece de
defensor; en este supuesto hay desequilibrio, y por ello el juzgador proveerá la
suspensión del procedimiento – cuya continuación acarrearía perjuicio al desvalido
de asistencia – y verá que se soliciten “de inmediato los servicios de un defensor
de la Procuraduría Agraria, el cual, para enterarse del asunto, gozará de cinco
días, contados a partir de la fecha en que se apersone al procedimiento” (artículo
179 LA).
175 Ídem.
148
“También hay correctivo moderador de la igualdad, en beneficio del más débil
en la relación material y, ahora, en la procesal, en tanto el tercer párrafo del
artículo 164 ordena al tribunal suplir la deficiencia de las partes en planteamientos
de derecho “cuando se trate de núcleos de población ejidales o comunales así
como ejidatarios o comuneros”. Esta norma puede ser considerada, asimismo,
dentro del concepto de defensa material del sujeto: en efecto, implica un
reforzamiento de su posición en el juicio, por intervención del juzgador y no de su
abogado, que es el defensor formal de la parte.” 176
149
Primer Tribunal Colegiado del Quinto Circuito.
Amparo Directo 594/93.- Ejido Durango, Municipio de Caborca, Sonora.- 3 de febrero
de 1994.- Unanimidad de Votos.- Ponente: David Guerrero Espriú.- Secretario: Jaime
Ruiz Rubio.
Amparo Directo 56/93.- Fidencio Borbón Zayas.- 15 de abril de 1993.- Unanimidad de
Votos.- Ponente: Héctor Santacruz Fernández.- Secretario: Luis Humberto Morales.
Fuente: Tribunales Colegiados de Circuito. Semanario Judicial de la Federación. Época
8ª, Vol. Tomo XIII-junio de 1994, pág. 630. núm. Tesis o Clave V.1º 57 A.” 177
177 PONCE DE LEÓN ARMENTA, Luis. La Nueva Jurisprudencia Agraria Sistematizada, Suprema Corte
de Justicia de la Nación, Tribunales Colegiados de Circuito, Tribunal Superior Agrario, Segunda Edición,
Editorial Porrúa, México, 1997, página. 215.
178 Ibidem., página. 217.
150
de las partes acepta que se le nombre defensor de la Procuraduría Agraria, el que,
una vez que se apersona al juicio, cuenta con cinco días para informarse del
negocio; en el caso concreto, por equidad, e imparcialidad, al demandado se le
debió brindar esa oportunidad, para no dejarlo en estado de indefensión, atento a
que la suplencia aducida por la responsable, fundada en el precepto 164 de la Ley
Agraria, sólo se refiere a los planteamientos de derecho; pero, si una de las partes
está asesorada legalmente y la otra no, en el caso, el demandado, ahora quejoso,
no es dable suponer que por sí solo, podrá exponer planteamiento alguno de
derechos, sobre todo, si se toma en consideración la clase social a la que
pertenece el peticionario de la Protección de la Justicia de la Unión; y por ello, se
debió proceder en los términos del artículo 179 de la Ley Agraria, dado que el
demandado no renunció a ser asesorado legalmente, sino que sólo rechazó el
consejo jurídico de los defensores de la Procuraduría Agraria.
Segundo Tribunal Colegiado del Décimo Segundo Circuito. Amparo directo 40/94.-
Martha Olivia Gastélum Valenzuela.- 31 de enero de 1995.- Unanimidad de votos.-
Ponente: Abraham S. Marcos Valdés.- Secretario: José Humberto Robles Erenas.
Semanario Judicial de la Federación, Octava época. Tomo XV-I, febrero de 1995.
151
ya que no debe perderse de vista que el espíritu del numeradle que se trata, es el
de no lesionar los derechos de las partes y darles oportunidad de ser oídos,
procurando en todo caso su igualdad procesal.
Segundo Tribunal Colegiado del Sexto Circuito. Amparo directo 569/95.- Esteban
Jiménez Monterrosas.- 24 de enero de 1996.- Unanimidad de votos.- Ponente:
María Eugenia Estela Martínez Cardiel.- Secretario: Enrique Baigts Muñoz.-
Fuente: Tribunales Colegiados de Circuito. Semanario Judicial de la Federación.
Época 9ª , vol. Tomo III – febrero 1996, pág. 387. Num. Tesis o Clave VI.2º.32 A.
Principio de Igualdad entre las Partes. Ésta máxima está prevista en los artículos
179 y 186 último párrafo de la Ley Agraria. Consiste que en el proceso obliga al
Juzgador a salvaguardar el equilibrio que debe existir entre los contendientes de
manera tal que, es obligación de las partes soportar la carga de sus pretensiones,
defensas y excepciones y no le es permitido al Juzgador subrogarse o suplantar a
cualquiera de las partes en materia de ofrecimiento, desahogo y
perfeccionamiento de pruebas ya que hacer lo contrario, precisamente dicha
actuación transgrede y atenta contra la vigencia del Equilibrio Procesal que debe
prevalecer en el Proceso Agrario. La experiencia profesional indica que el
Juzgador so pretexto de llegar a obtener una verdad histórica incumple con la
vigencia de éste principio ya que en muchas de las causas agrarias se convierte el
juzgador en un agente público inquisitorial cuya práctica fáctica que realiza es
suplantando a una de las partes al irle indicando a ésta sus fallas y omisiones e
inclusive el juzgador oficiosamente las subsana.
152
Este principio está contenido en el tercer párrafo del artículo 164 y segundo
párrafo del artículo 186 de la Ley Agraria. El primero de dichos preceptos ordena
al Tribunal suplir la deficiencia de las partes en sus planteamientos de derecho
cuando se trate de núcleos de población ejidales o comunales, así como de
ejidatarios y comuneros. El segundo de los numerales dispone que el Tribunal
podrá acordar en todo tiempo, cualquiera que sea la naturaleza del negocio, la
práctica, ampliación o perfeccionamiento de cualquier diligencia, siempre que sea
conducente para el conocimiento de la verdad sobre los puntos cuestionados.
“Se actualiza este principio cuando la Ley Agraria establece al Tribunal Agrario
la obligación de suplir las deficiencias de los planteamientos de derecho que
formulen los núcleos de población ejidal o comunal, los ejidatarios y los
comuneros (artículo 164, tercer párrafo); y le concede las facultades para proveer
las diligencias precautorias necesarias para proteger a los interesados; para
acordar la suspensión del acto de autoridad que pudiera afectarlos en tanto se
resuelve el fondo en definitiva (artículo 166); para suspender el procedimiento y
requerir los servicios de asesoría de la Procuraduría Agraria cuando una de las
partes acuda sin ella (artículo 179); y para ordenar, practicar, ampliar o
perfeccionar cualquier diligencia que estime necesaria para el conocimiento de la
verdad (artículo 186, segundo párrafo).” 179
66
153
“En nuestro concepto son inapropiados ambos, como siempre que se trata de
extremos; creemos que debe haber un justo medio, que nos lleve precisamente a
esa igualdad; de antemano, hemos comentado que la propia ley de la materia, que
sostiene dicho principio, es injusta al descartar a algunos sujetos de la protección
en la tutoría del derecho, por lo que estimamos que deben recibir el mismo
tratamiento tanto los pequeños propietarios como los propietarios sociales, e
incluso las sociedades rurales, excluyendo únicamente a las empresas civiles o
mercantiles, aunque fueren integradas por aquellos. Lo anterior atento a que,
primero, lo importante es conocer la verdad, independientemente de quien la
sustente; y segundo, a que es una falacia y afirmación maniquea el que los
propietarios particulares tienen mejores condiciones que los propietarios sociales,
cuando en muchas ocasiones es al revés; y a la presunción de que las empresas
sí cuentan con medios suficientes para acreditar su derecho. Terminaríamos
diciendo, que la prioridad para la igualdad y por ende, para la supletoriedad, es el
agro en general, y sus protagonistas en lo particular, sin distinción de condiciones,
sino anteponiendo a todos la verdad.”18167
154
la equidad o “igualdad racional”, y el de la defensa material. El primero de estos
principios se halla en forma patente en lo dispuesto por el artículo 179 de la Ley de
que se trata, en cuanto dispone que si una de las partes se encuentra asesorada y
la otra no, debe suspenderse el procedimiento y solicitarse los servicios de un
“defensor” de la Procuraduría Agraria, quien gozará de cinco días contados a partir
de la fecha en que se apersone al procedimiento, para enterarse del asunto. Esta
disposición se encuentra relacionada con el artículo 135 de la misma Ley Agraria,
que establece que la citada Procuraduría está encargada de la defensa de los
derechos de los ejidatarios, comuneros, de sus sucesores, de los ejidos,
comunidades, pequeños propietarios, avecindados y jornaleros agrícolas, cuando
así se lo soliciten, o de oficio en los términos de la propia Ley. La igualdad de las
partes también se tutela en los artículos 186, tercer párrafo, y 164 de la Ley
Agraria, al disponer el primero de ellos que en la práctica, ampliación o
perfeccionamiento de cualquier diligencia que sea conducente para el
conocimiento de la verdad sobre los puntos cuestionados, el tribunal obrará como
estime pertinente para obtener el mejor resultado de ellos, “sin lesionar el derecho
de las partes, oyéndolas y procurando siempre su igualdad”; y el segundo que los
tribunales deberán considerar las costumbres y usos de los grupos indígenas
cuando en los juicios se involucren tierras de éstos, mientras no contravengan la
ley ni se afecten derechos de tercero. El principio de la defensa material está
contenido en los artículos 164, tercer párrafo, y 186, segundo párrafo, de la Ley
Agraria. El primero de dichos artículos ordena al tribunal suplir la deficiencia de las
partes en los planteamientos de derecho cuando se trate de núcleos de población
ejidales o comunales, así como de ejidatarios o comuneros. Y el segundo dispone
que el tribunal podrá acordar en todo tiempo, cualquiera que sea la naturaleza del
negocio, la práctica, ampliación o perfeccionamiento de cualquier diligencia,
siempre que sea conducente para el conocimiento de la verdad sobre los puntos
cuestionados. Las destacadas disposiciones legales conducen a concluir que en el
vigente procedimiento agrario, los contendientes, aparte de la defensa material en
los casos que proceda la suplencia de la deficiencia en los planteamientos de
derecho, deben contar con una defensa formal adecuada, en la que se incluye el
derecho de estar debidamente asesorado inclusive por un miembro de la
Procuraduría Agraria, si su contrario procesal concurre con un asesor a la
audiencia del juicio. De todo esto igualmente se concluye que la figura del asesor
jurídico o defensor prevista por el artículo 179 de la Ley Agraria, es la de un
verdadero representante legal facultado para promover todo lo relacionado con la
defensa de los derechos agrarios de quien asesora en el juicio. De ahí que si un
tribunal agrario le reconoce a una persona el carácter de asesor jurídico de una de
las partes en un procedimiento agrario, ese asesor jurídico tiene facultades para
promover el juicio de amparo en representación de la parte a quien asesoró.
155
PRUEBA. ES POTESTATIVO Y NO OBLIGATORIO PARA EL TRIBUNAL
AGRARIO PROVEER RESPECTO DE LA PRÁCTICA, AMPLIACIÓN O
PERFECCIONAMIENTO DE CUALQUIER DILIGENCIA.- El artículo 186 de la Ley
Agraria contiene una facultad potestativa y no una obligación de los Tribunales
Agrarios consistente en proveer en cualquier tiempo la práctica, ampliación o
perfeccionamiento de cualquier diligencia, esto es, constituye una facultad
discrecional del Magistrado y no un derecho procesal de las partes, quienes en
términos del artículo 187 de la mencionada ley tienen la carga de la prueba de los
hechos constitutivos de sus pretensiones.
Primer Tribunal Colegiado del Vigésimo Tercer Circuito.- Amparo directo 628794.-
María Quiroz Cháirez.- 6 de octubre de 1991.- Unanimidad de votos.- Ponente:
María del Carmen Arroyo Moreno.- Secretaria: Lourdes Minerva Cifuentes Bazán.-
Fuente: Tribunales Colegiados de Circuito. Semanario Judicial de la Federación.
Época 8ª, Vol. Tomo. XIV- diciembre 1994. pág. 424. Núm. Tesis o Clave
XXIII.1º.9 A.
156
Organizaciones Campesinas que cuentan con asesores legales especializados en
la Materia Agraria como lo es la Liga de Comunidades Agrarias y Sindicatos
Campesinos filial de la Confederación Nacional Campesina y de la Confederación
Campesina Independiente.
68
157
Adicionalmente, se concede a los tribunales la facultad de ordenar la práctica,
ampliación o perfeccionamiento de cualquier diligencia y de la aportación de
pruebas, siempre que sean conducentes o esencial para el conocimiento de la
verdad sobre los puntos cuestionados y la resolución del asunto (artículos 186 y
187). Finalmente, de manera clara y precisa, se establece el imperativo para que
los tribunales pronuncien sus sentencias “(…) a verdad sabida sin necesidad de
sujetarse a reglas sobre valoración de pruebas, sino apreciando los hechos y los
documentos según los tribunales lo estimaren debido en conciencia (…)” (artículo
189), lo cual significa la más amplia libertad para la búsqueda de la verdad
material de los hechos controvertidos.
“Como lo prescriben los artículos 186, 187 y 189, el Tribunal está obligado a
agotar todos los medios para llegar al conocimiento de la verdad real o material de
los hechos controvertidos, estableciéndose la posibilidad de la práctica, ampliación
o perfeccionamiento de cualquier diligencia que sea conducente para el
conocimiento de la verdad o de requerir documentos o pruebas a terceros o a
158
dependencias que los tengan, o requiriendo a terceros para que declaren lo que
les conste al respecto.”186
70
Claro está que toda esta materia se proyecta hacia el sistema de la prueba:
promoción; admisión, desahogo y valoración. El proceso es, en esencia, un
método probatorio para alcanzar una resolución jurídica. A esto se contrae en
realidad. Tampoco ha sido afortunada la legislación agraria al disponer la
valoración de pruebas para conferir sustento a la sentencia. Se dice que “las
sentencias de los tribunales agrarios se dictarán a verdad sabida sin necesidad de
sujetarse a reglas sobre estimación de las pruebas, sino apreciando los hechos y
los documentos según los tribunales lo estimen debido en conciencia, fundando y
motivando sus resoluciones”.aquí hay confusión de criterios: aparece la valoración
en conciencia, propia del régimen de jurados, que no motivan sus veredictos, junto
al sistema de sana critica, que apareja una cuidadosa motivación como cimiento
de una fundamentación adecuada.
159
diligencias para mejor proveer inclusive en los casos de dotación de tierras,
ampliación de ejidos o nuevos centros de población, que recibió con expedientes
“integrados y en estado de resolución”.
La misma admisión del principio de verdad material, por encima de las reglas de
preclusión de facultades de las partes y agotamiento de los poderes
jurisdiccionales conforme a la conclusión de las etapas procesales en las que
éstos se ejercen, aparece en el régimen, ya mencionado, de la atracción de
competencia. En estos casos, el Tribunal Superior se limita a recibir un asunto en
estado de resolución, puesto que la instrucción se agotó ante el juez natural, y a
dictar sentencia; pero ello no impide que disponga “la práctica, ampliación o
perfeccionamiento de cualquier diligencia, que sea conducente para el
conocimiento de la verdad sobre los puntos cuestionados” (artículo 17 del
Reglamento de la Ley Orgánica).
71
188 Ídem.
160
conciencia y a verdad sabida. En esto, debe actuar con parámetros de legalidad,
garantizando el debido proceso.” 189
72
161
precisamente el resultado del estudio de esos elementos para justificar la
conclusión obtenida, y nunca puede consistir en la sola creencia o convicción
puramente subjetiva del que juzgue.
73
191 Ídem.
192 Ibidem. páginas. 221-222.
193 Ibidem. página. 222.
162
bien el artículo 16 de la Constitución General de la República consagra las
garantías de fundamentación y motivación y, por ende, toda resolución debe
respetarlas; en materia civil, si los razonamientos hechos en la parte considerativa
son jurídicos y resuelven con acierto la controversia, aunque la autoridad omita
citar expresamente los preceptos de la ley en que apoya su decisión, si del estudio
que se haga se advierte que es jurídicamente correcta, porque sus razonamientos
son legales y conducentes para la resolución del caso, debe considerarse
debidamente fundada, aunque sea en forma implícita, pues se resuelve conforme
a la petición en los agravios, por lo que no puede existir duda respecto de los
preceptos supuestamente transgredidos, cuando es el propio promoverte quien
plantea los supuestos a resolver, por lo que aún cuando no hayan sido
explícitamente citados, debe estimarse que si fueron cabalmente respetados y, en
consecuencia, la resolución intrínsecamente fundada.
Primer Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito. Amparo directo
332/95.- Javier Sánchez García.- 13 de junio de 1995.- Unanimidad de votos.-
Ponente: Javier Pons Licéaga.- Secretario: Esteban Álvarez Troncoso.- Semanario
Judicial de la Federación, agosto de 1995.
Principio de Verdad Material. Este principio para cobrar plena vigencia obliga al
Magistrado Agrario a presenciar los actos e intervenciones de las partes durante la
Audiencia de Derecho y está estrechamente vinculado con el Principio de la
Verdad Sabida, inclusive éste último, en mi opinión no tendrá vigencia sino se
observa el primero mencionado. Es importante comentar que la Verdad Material
implica llegar al conocimiento histórico de los acontecimientos relacionados con la
Controversia Agraria de que se trate, es decir hacer prevalecer la Verdad Material
sobre la Verdad Formal en el Proceso, pero ello en modo alguno significa que so
pretexto de ello el Juzgador Agrario incumpla con el Principio de Equilibrio
Procesal que debe observar y hacer prevalecer entre los litigantes en toda
contienda bajo su presidencia ya que cuando las partes acuden debidamente
asesoradas cobra aplicación el Principio de Defensa Material limitando por ende la
actuación inquisitoria del Juzgador Agrario la que desde mi punto de vista y
únicamente por excepción se puede realizar cuando las partes (ambas) carezcan
de la Defensa Legal correspondiente y aún así la actuación inquisitorial del
Magistrado Agrario sólo se justificaría si obra cuidando siempre la Igualdad
Procesal entre las partes.
Así, por disposición expresa del párrafo segundo del artículo 178 de la Ley
Agraria: “En la tramitación del juicio agrario los Tribunales se sujetarán al principio
de oralidad, salvo cuando se requiere de constancia escrita o mayor formalidad, o
así lo disponga la ley.”
163
Por otra parte, la fracción I del numeral 185 del propio ordenamiento legal,
confirma la observancia del principio de oralidad que debe regir el desahogo de la
audiencia, al establecer: “Expondrán oralmente sus pretensiones por su orden, el
actor su demanda y el demandado su contestación y ofrecerán las pruebas que
estimen conducentes a su defensa y presentarán a los testigos y peritos que
pretendan sean oídos”.
Cabe agregar que en materia agraria por cada asunto se forma un expediente
con los documentos relativos a él, y en todo caso, con el acta de audiencia de ley,
con la sentencia respectiva y con las diligencias de ejecución (artículo 195 de la
Ley Agraria).
74
“La Oralidad, en el que si bien puede utilizarse la forma escrita, tiende haber un
predominio del discurso hablado en las gestiones, pretensiones o alegatos ante el
juzgado, lo que permite y se vincula con la inmediatez, la concentración del
juzgador y la publicidad del proceso.”194
164
Respecto a éste principio la Lic. Esperanza M. Pérez Díaz, ampliamente
expone:
Así las cosas debe estimarse que el principio de oralidad únicamente tiene
como fin que el juzgador conozca directamente de los interesados el
165
planteamiento de las pretensiones del actor y de las defensas y excepciones del
demandado.
166
En “La Oralidad El justiciable tiene el derecho de ser oído directamente y
conocer el funcionamiento que va a decidir sobre sus asuntos, a veces los más
importantes de su vida.” 201
“Cabe decir que en todas las ramas del proceso mexicano se ha intentado
expresamente la oralidad. Al respecto hay sendas declaraciones pronto olvidadas.
En los hechos, la oralidad declinó, como consecuencia de la falta de verdadera
inmediación, entre otros factores. En efecto, ¿qué sentido tiene la práctica oral de
los actos procesales si no se halla presente el juzgador para que los perciba
directamente al través de su propio oído, sino habrá de imponerse de ellos
mediante la lectura de las actas? Por otra parte, es evidente que la oralidad exige
sólida formación y capacidad expositiva, que no siempre existen, por parte de los
abogados que representan a los contendientes, y reclama otro género de
habilidades en el juzgador, que no se atrinchera tras el expediente. Pero no sólo la
inmediación se vincula estrechamente con la oralidad también la celeridad del
procedimiento y, por supuesto, la publicidad, garantía política del juicio.” 203
77
El segundo párrafo del artículo 178 de la Ley Agraria manifiesta que “en la
tramitación del juicio agrario los Tribunales se ajustarán al principio de oralidad,
salvo cuando se requiera de constancia escrita o mayor formalidad, o así lo
disponga la ley”. A su vez, el primer párrafo del artículo 164 estipula que para la
resolución de las controversias los tribunales se sujetarán al procedimiento legal “y
quedará constancia de ello por escrito…”. “Vale recordar, no obstante todas las
ventajas que la oralidad representa, que la escritura sirve mejor que aquélla a los
fines de control de las resoluciones jurisdiccionales al través de la impugnación.”
204
167
El mismo autor citado, pero en otra obra, aborda el asunto de la Oralidad y
explica:
168
jurisdiccional la reduce a un “simple firmón” de las actas de audiencia y de las
propias sentencias.
Cuarto Tribunal Colegiado del Sexto Circuito.- Amparo directo 380/95.- María de
Jesús Rivas Santana y otros.- 23 de noviembre de 1995.- Unanimidad de votos.-
Ponente: Juan Manuel Martínez Martínez.- Secretario: Enrique Antonio Pedraza
Mayoral.- Fuente: Tribunales Colegiados de Circuito. Semanario Judicial de la
169
Federación. Época 9ª, Vol. Tomo III- marzo 1996, pág. 873. Clave o Núm. Tesis
VI.4º. 1 A.
En observancia a este principio, los Tribunales Agrarios, una vez que han
recibido la demanda, la radicarán y ordenarán emplazar al demandado para que
comparezca a contestarla a más tardar durante la audiencia.
“En este sentido, podemos decir que conforme al principio de celeridad el juicio
agrario debe de agotarse en una sola audiencia, siempre y cuando se hayan
desahogado cada una de las probanzas admitidas a las partes, de lo contrario el
juzgador deberá proveer lo necesario para que se desahoguen en un plazo de
quince días.” 208
170
“Estamos ante un principio procesal de origen constitucional, al quedar
plasmado en la propia Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en
su artículo 27, cuando señala: “(…) XIX. Con base en esta Constitución, el Estado
dispondrá las mediadas para la expedita y honesta impartición de la justicia
agraria, con objeto de garantizar la seguridad jurídica en la tenencia de la tierra
ejidal, comunal y de la pequeña propiedad, y apoyará la asesoría legal de los
campesinos”.” 209
80
Para ello, la Ley Agraria ha establecido, por una parte, plazos breves cuya
ampliación sólo es posible en ciertos casos y con limitada amplitud, y por otra,
desechando la posibilidad del planteamiento de los artículos de previo y especial
pronunciamiento (artículos 185, fracción III y 192), por lo que las cuestiones
incidentales se resolverán junto con el fondo de la controversia (artículo 185,
fracción III), y solo en el caso de que su contenido sea de resolución forzosa,
serán resueltas de plano (artículo 192). En el mismo sentido, se establece que los
plazos y las actuaciones ante los tribunales agrarios no sean contabilizados en
días y horas inhábiles (artículo 193), así como la exigencia para que éstos cuenten
con formatos impresos para la realización de los emplazamientos, citatorios,
órdenes, actas y demás documentación necesaria (artículo 197).
171
“Como abuso procesal, en la práctica encontramos especial dificultad para el
cumplimiento del principio, por cuanto a que con excesiva facilidad se presentan
causas y argumentos que posibilitan y aún obligan al diferimiento de la audiencia
de ley, con el consecuente retraso del proceso. Como comentario final, podemos
decir que a pesar de estas complicaciones prácticas, el proceso agrario sigue
siendo, comparativamente con otras materias, expedito.” 211
81
El tema en estudio tiene una amplia serie de proyecciones. Entre ellas figuran:
concepto y práctica de la justicia expedita, referencias temporales para la
realización de actos procesales, estructura del juicio agrario, control de la
inactividad del juzgador y sistema de impugnaciones.
“Decir que los tribunales estarán expeditos importa asegurar que habrá
suficientes órganos de este carácter, adecuadamente dotados, para afrontar y
resolver con eficiencia las demandas de justicia que propongan los ciudadanos. Si
hay enrarecimiento de tal servicio público, el Estado vulnera una garantía de los
211 Ídem.
212 GARCÍA RAMÍREZ, Sergio. Op. Cit. páginas. 80-83.
172
justiciables. Para que la justicia agraria esté expedita se han creado treinta y
cuatro tribunales unitarios en la República, y otros más se instalarán pronto. Para
esto mismo se dispuso en las reformas de 1993, precavidamente, la posible
existencia de una Sala Auxiliar del Tribunal Superior Agrario, que no ha sido
necesario formar hasta el final de 1994, porque la Sala Superior, con su
composición actual, ha sido suficiente para el despacho de los asuntos que le
competen por la materia y el grado.” 213
82
Ordenar que los tribunales emitan sus resoluciones dentro de los plazos y
términos que fijen las leyes, y que lo harán de manera pronta, tiene una doble
implicación. Por un lado, se obliga al legislador ordinario a estipular plazos
razonables que permitan una justicia pronta: por el otro se obliga al juzgador a
sujetarse a esos plazos y a desahogar con rapidez, hasta culminar en sentencia,
su función resolutoria de litigios. La llamada “economía procesal” se conecta con
este principio de celeridad, aunque celeridad y economía no son conceptos
sinónimos. Obviamente, la economía, bien resulta, abona la prontitud. “De nada
sirve establecer legalmente, como a menudo se hace, plazos brevísimos con el
propósito de imprimir más velocidad a la justicia, si no existen las condiciones para
observarlos verdaderamente, o si la naturaleza de los actos procesales se rebela
contra una extremada rapidez. Se crea la ilusión, pero no se cimenta la realidad,
de prontitud en la justicia. Esto sucede, en algunos extremos, dentro de la
reglamentación del juicio agrario.” 214
213 Ídem.
214 Ídem.
173
audiencia de ley, de manera que si la sentencia se dicta sin observar tales
lineamientos, se violan las leyes del procedimiento afectado las defensas del
quejoso, en término del artículo 159 fracción XI de la Ley Amparo, en relación con
la fracción VI de ese mismo artículo, pues se dejan de observar por el Tribunal
Unitario Agrario responsable, los términos en que se debe pronunciar sentencia.
174
5.2.8. Principio De Concentración.
175
prevendrá para el caso del ofrecimiento de la prueba pericial con el fin de que en
la misma presenten a sus peritos, para que acepten y protesten su cargo e
igualmente se presenten los cuestionarios que deberán resolver los peritos; como
corolario de lo anterior se deberán hacer los apercibimientos legales que se
estimen convenientes con el fin de que las partes conozcan las consecuencias a
que se dará para el caso de incumplimiento de los acuerdos contenidos en el auto
de emplazamiento con el que se correrán los traslados de ley. Se podrá incluso
pedir información a órganos regístrales o a diversas autoridades para asegurarse
de contar con los elementos idóneos para resolver la controversia.
176
84
“Se aproximan los actos procesales unos a otros, realizándose éstos en breve
espacio de tiempo, dando ello una continuidad que beneficia al Estado, a la
sociedad, al Tribunal y a las partes.” 218
177
bienes afectados o por afectar. Todo esto permite un desahogo inmediato. De ahí
que resulta natural en los juicios de mínima cuantía o en los procedimientos por
faltas de policía.” 219
“No es tal el caso de la justicia agraria. Aquí hay cuestiones que revisten
máxima complejidad, las pruebas no siempre son accesibles de inmediato, los
bienes en disputa tienen alto valor para los litigantes. La costumbre y hasta el
temperamento de los contendientes se avienen mal con la acentuada
concentración que postula la Ley Agraria. Añádase a esto la malicia de algunos
litigantes que se han empeñado en prolongar los juicios, procurando para ello la
suspensión de audiencias oportunamente convocadas, a sabiendas de que la
nueva audiencia se realizará al cabo de algún tiempo, y no inmediatamente. Las
artimañas que militan contra la brevedad del juicio concentrado y, en general,
contra la celeridad del proceso, se asemejan, en alguna medida, a los tropiezos
que se han opuesto – desde la ley misma – al juicio sumario penal, mal entendido
por reformas apresurados.” 220
Es evidente que el legislador procesal agrario quiso ganar tiempo, esto es,
abreviar el trámite de los asuntos y acercar la emisión de sentencias, cuando
dispuso que en aquella materia no hay días inhábiles. Esto no siempre mejora las
condiciones de la administración de justicia. Ciertamente presiona a los
funcionarios judiciales, pero también lo hace, a menudo sin ventaja, y hasta con
desventajas patentes, sobre los contendientes y demás participantes en el
proceso.
178
sólo vencer la indolencia del juzgador, que no practica la diligencia que debe
desahogar o no emite la resolución que debe dictar dentro de cierto plazo legal. Es
perfectamente posible que una vez intentada la excitativa, el juzgador reticente se
apresure a realizar la diligencia que omitió, y ésta aparezca cumplida cuando el
Tribunal Superior resuelva la excitativa. Para tal caso se deberá ver si la conducta
del inferior amerita – por haber existido una infracción de los deberes del cargo –
corrección disciplinaria.
Cabe notar que la ley no fije plazos o términos para el desahogo de cierta
actuación. En tal virtud se ha recogido una solución en el Reglamento de la Ley
Orgánica de los Tribunales Agrarios. Esta se ajusta a la idea de que el deber del
juzgador constituye una expresión de la obligación que para un funcionario público
apareja el derecho de petición de los ciudadanos: el funcionario debe responder al
solicitante, aunque no necesariamente deba emitir cierta resolución o dictar ésta
en determinado sentido. El segundo párrafo del artículo 21 del Reglamento
dispone que cuando no haya disposición legal sobre el plazo para actuar,
responder o resolver, “el magistrado deberá contestar la promoción del interesado,
dentro de los quince días siguientes a la fecha de su presentación, sin que esto
implique que se deba emitir la resolución correspondiente dentro de dicho plazo”.
221 Ídem.
222 Ídem.
179
El autor consultado, enfatiza:
87
Este principio tiene estrecha vinculación con el principio sumario del proceso
pero como ya lo asentamos éste se reduce a una nula aplicabilidad.
Por disposición expresa del primer párrafo del artículo 194 de la Ley Agraria en
vigor, “las audiencias serán públicas, excepto cuando a criterio del Tribunal
pudiera perturbarse el orden o propiciar violencia…
180
criterio de los tribunales agrarios, atento a la naturaleza, complejidad y
trascendencia social de la controversia que se dirime, por lo que en caso de
estimar que con la publicidad pudiera generarse violencia o perturbarse el orden
podrán decretar que la misma audiencia se celebre de manera privada, esto es, en
exclusiva para las partes involucradas (artículo 194).
“Si bien el argumento de que los juicios agrarios son de interés público es la
razón de este principio, toda vez que la sociedad en general y la rural en lo
particular tienen interés en que la justicia agraria sea efectiva, en nuestro concepto
este argumento no queda suficientemente sustentado, atento a que no siempre
nos encontramos ante una tutela social de derechos agrarios, como sí sería el
caso de individualidades, ejidatarios y comuneros, y de estos con particulares, los
intereses se acercan más a una naturaleza privada, de tal suerte que estimamos
que solo si los involucrados así lo indicaran tendrían que ser públicas.”224
88
“Como lo establece el artículo 194 las audiencias son públicas, excepto cuando
a criterio del Tribunal pudiera perturbarse el orden o propiciar la violencia; lo que
es consecuencia de ser un procedimiento en estricto derecho, pues en los
procedimientos administrativos que desahogaba la Secretaría de la Reforma
Agraria no se celebraban audiencias, y los actos y comparecencias eran
exclusivamente entre las partes, y en la mayoría de las veces ni siquiera en
presencia de ambas partes.”225
181
El artículo 194 de la Ley Agraria determina que las audiencias serán públicas,
en principio, salvo que proceda otra cosa en función del orden y la paz. Aún habrá
que desarrollar nuevas formas de aplicación de aquel principio en los juicios
agrarios. La costumbre, con motivos perfectamente sabidos, determina que haya
excesiva concurrencia: comunidades enteras se trasladan al tribunal, situación tan
excesiva como la que se plantea – por razones semejantes, en el fondo – cuando
se pretende la declaración de un número elevado de testigos, a todas luces
innecesario para el esclarecimiento del punto controvertido.
De la publicidad trata el primer párrafo del artículo 194 de la Ley Agraria. Indica
que las audiencias serán públicas, salvo cuando a juicio del “tribunal pudiera
perturbarse el orden o propiciar violencia”. Se entiende, pues, que en la
generalidad de los casos será publica la audiencia en términos absolutos: podrá
presenciarla quien lo desee; no se trata de una publicidad reservada a las partes,
sus asistentes y otros participantes procesales.
“Por supuesto, la regla de publicidad abarca todas las audiencias, pues no hace
salvedad el artículo 194 cuando se inicia diciendo: “Las audiencias serán
públicas…”. Por ende, la obligación de publicidad se refiere tanto a los tribunales
unitarios como al Tribunal Superior. En este caso, la audiencia tiene
características singulares, iguales, en esencia, a las que poseen las
deliberaciones del Pleno o de las Salas de la Suprema Corte de Justicia, esto es,
no son audiencias para escuchar a las partes – como ocurre con las audiencias en
el estricto sentido procesal de esta palabra, que viene de audire: oír -, sino para
que los magistrados deliberen y resuelvan ante el público.”227
182
Otra connotación de esta publicidad es la de que el Tribunal debe publicitar
ciertos actos procesales como son la Fijación de Cédulas notificatorias a las partes
y a terceros con interés en algún proceso, la fijación de la lista de Audiencias de
Ley programada, lo que se realiza en el tablero de avisos denominados “estrados”
en el Edificio sede del mencionado órgano jurisdiccional y hasta en las oficinas de
las Presidencias Municipales y Comisarías Ejidales o de Bienes Comunales y en
el Diario Oficial de la Federación, Periódico Oficial de la Entidad Federativa de que
se trate y en algún periódico de mayor circulación, esto último en los casos en que
la Ley Agraria así lo disponga.
183
La Magistrado Agraria, Esperanza Pérez Díaz, nos dice:
La oralidad, relacionada con la inmediación, se asume como una vía para evitar
la retórica y el manejo idiomático poco claro y aún confuso intencionalmente, que
pretenda disfrazar la verdad, sea la dicha por el actor ó por el demandado,
desviando la atención de los aspectos de verdadera relevancia; con ello, la
percepción directa del Magistrado resulta trascendente para hacer efectivos otros
principios procesales agrarios como son la celeridad, la concentración, la
publicidad, la legalidad, la supletoriedad, la oficiosidad, etc.
184
“En materia agraria, por las características especiales que revisten los
conflictos o controversias se requiere que el juzgador conozca y escuche en forma
directa a las partes, valore su seguridad, su sinceridad, su grado de cultura y su
situación económica y social, para que en verdad pueda como dice el artículo 189
dictar una sentencia a verdad sabida, en conciencia y fundando y motivando las
mismas, por lo que el último párrafo del artículo 185 de la Ley Agraria y 50 fracción
I del Reglamento Interior de los Tribunales Agrarios, establecen la obligación del
Magistrado de presidir la audiencia con el propósito de dar cumplimiento a lo
anteriormente citado.”232
91
185
“Durante mucho tiempo se acreditó la figura mítica de la justicia representada
por una mujer con los ojos vendados que sostiene una balanza con una mano, y
blande una espada con la otra. Ese concepto de Themis fue duramente censurado
por Gustavo Radbruch, con absoluta razón, y resulta impensable a la luz de la
corriente social del Derecho, que pretende el imperio de la equidad, la justicia del
caso concreto, el trato desigual de los efectivamente desiguales. La justicia con los
ojos vendados, para que no mire a quién juzga y no ceda ante el poder de alguno,
efectivamente no mira lo que hacen ni para quién lo hace: es decir, desconoce a
quienes tiene ante sí, desatiende su circunstancia, oye voces pero no sabe quien
las emite ni ve sus rostros expresivos, pasa por alto la realidad y sólo la imagina al
través de las palabras, que pueden ser engañosas. ¿Cómo podría una justicia
ciega observar lo que se pone en cada platillo de la balanza y el movimiento que
en ésta se produce? ¿Y cómo acercaría en el empleo juicioso de la espada,
instrumento mortífero, si no sabe sobre quién descarga su golpe o a quién protege
con el arma que esgrime? Themis, así concebida, es precisamente la figura
adversa a la inmediación.” 235
92
235 Ídem
236 Ídem.
237 Ídem.
186
“También eluden algunos juzgadores la inmediación porque ésta les plantea,
sin duda, más esfuerzo, así como diligencia y preparación mayores. Es más
seguro y confortable eludir las vicisitudes de una verdadera audiencia, poniéndola
en manos de otros funcionarios. Hay quienes aparecen ocasionalmente en la
audiencia, a la que entran y de la que salen a menudo, y encomiendan a sus
secretarios la recepción de pruebas. Dicen que con eso basta, pero olvidan que la
audiencia es una sola, de principio a fin, y que la práctica de pruebas constituye,
precisamente, la entraña de aquélla. Una cosa es la preparación de las pruebas,
que debe hacer el secretario, y otra el desahogo de éstas, que debe ocurrir en
presencia del juzgador. También hay juzgadores que aseguran que les es
imposible asistir a las audiencias por hallarse demasiado ocupados, y esta suerte
ignoran que su principal ocupación es, precisamente, presidir esas diligencias
procesales fundamentales. El colmo ha ocurrido en cierto sector de los juicios
penales: aquí la audiencia de vista ha desaparecido; se dispensa; se tiene por
desahogada; no existe más, a pesar de que constituye el acto central del proceso
y es una de las garantías del inculpado en los términos de la fracción III del
artículo 20 constitucional.” 238
93
238 Ídem.
239 GARCÍA RAMÍREZ, Sergio. Op. Cit., página. 331.
187
“La inmediación es otro de los principios frecuentemente proclamados en el
sistema jurídico mexicano. Sin embargo, ha decaído en la práctica. Es común que
los juzgadores, aduciendo una carga de trabajo excesiva, se sustraigan a los
deberes de la inmediación y desahoguen las pruebas por conducto de los
secretarios judiciales. Así, el juez permanece en la sombra y el secretario deviene
la figura dominante en el proceso: el tribunal conoce a las partes y a los
participantes, recibe y valora las pruebas, sólo al través de su secretario. Es éste
quien preside las audiencias, no el juzgador. Así se soslaya una de las funciones
primordiales de la magistratura y disminuye el valor de la audiencia, que debiera
ser el suceso central del juzgamiento.”240
94
240 Ídem.
188
5.2.11. Principio De Conciliación o Composición Amigable.
189
95
190
proceso mismo. Termina la contienda procesal y el litigio se dirime al través de un
sucedáneo de la sentencia, que adquiere la fuerza de ésta: el convenio.” 244
96
Ciertamente el proceso aporta una vía legítima para la solución del litigio, y es
perfectamente legítimo el acto que resuelve: la sentencia. Pero también es cierto
que la sentencia es, en sustancia, una solución impuesta, no una solución querida
por las partes que la reciben y la soportan, o al menos no querida por una de ellas.
Por lo mismo, parece ampliamente preferible otro género de soluciones del litigio
el que proviene precisamente de los litigantes, que concilian sus intereses,
deliberan, transigen, se avienen, convienen.
Ahora existe una clara orientación legal a favor de las soluciones consensuales,
muy ampliamente. En un primer esfuerzo, la conciliación compete a la
Procuraduría Agraria. En uno segundo, corresponde al Tribunal Agrario a todo lo
largo del juicio, y necesariamente antes de que se dicte sentencia. La Ley habla
de composición amigable, instada por el tribunal; si tiene éxito cesará el
191
enfrentamiento judicial entre las partes, se suscribirá un convenio que pone fin al
litigio, y éste tendrá el carácter de sentencia. Cuando se advierte que no hubo
actos del tribunal conducentes a la conciliación entre las partes, los tribunales de
amparo han optado por conceder la protección de la justicia federal para el efecto
de que se intente el avenimiento y se dicte, en su caso, nueva sentencia.
97
“Empero, es preciso tomar en cuenta, para instar nuevos avances en la ley, que
se carece de una regulación procesal agraria del juicio arbitral y que el
ordenamiento de aplicación supletoria, el Código Federal de Procedimientos
Civiles, no recoge ese juicio. Lo hace el Código para el Distrito Federal, que no
tiene aplicación supletoria en materia agraria, como no la tienen sus equivalentes
en los Estados de la Unión.”247
247 Ídem.
248 GARCÍA SIMERMAN, Rafael. Op. Cit., página. 97.
192
nueva Ley Agraria, lleva a considerar que en cualquier estado de la audiencia y,
en todo caso, antes de pronunciar el fallo el Tribunal Unitario Agrario debe
exhortar a las partes a una composición amigable, con lo que se pone de
manifiesto que en el procedimiento contemplado por la nueva Ley Agraria, la fase
conciliatoria se erige como obligatoria al imponer al Tribunal responsable el deber
de exhortar a las partes a una composición amigable y , por la otra, a sujetar el
dictado de la resolución mediante la cual se resuelva la contienda, sólo para el
evento de que exhortadas éstas para esa composición, no se logrará la avenencia.
Primer Tribunal Colegiado del Quinto Circuito. Amparo directo 229/93.- Camilo
Valenzuela Rodríguez y Otro.- 13 de julio de 1993.- Unanimidad de votos.-
Ponente: David Guerrero Espriú.- Secretario: Jaime Ruiz Rubio.- Semanario
Judicial de la Federación, febrero de 1994.
193
obliga a los convencionistas al cumplimiento de lo expresamente pactado, así
como también, a las consecuencias que, según su naturaleza, son conforme a la
buena fe, al uso o a la ley.
Primer Tribunal Colegiado del Quinto Circuito. Amparo directo 685/94.- Refugio
Martínez Zárate.- 6 de enero de 1995.- Mayoría de votos.- Ponente: Faustino
Cervantes León.- Disidente: Alfonso Cruz Sánchez.- Secretario: Luis Humberto
Morales. Semanario Judicial de la Federación. Octava época, tomo XV-II, febrero
de 1995.
Segundo Tribunal Colegiado del Octavo Circuito. Amparo directo 496/94.- Amparo
Castillo de Llanas.- 23 de noviembre de 1994.- Unanimidad de votos.- Ponente:
194
Enrique Rodríguez Olmedo.- Secretaria: Leticia R. Celis Saucedo.- Semanario
judicial de la Federación de febrero de 1995.- Tomo XV.- Octava Época.
195
AVENIMIENTO, ES UNA FACULTAD ÚNICA Y EXCLUSIVA DE LAS PARTES EN
EL PROCEDIMIENTO AGRARIO.- Aun y cuando la figura del asesor jurídico o
defensor prevista por el artículo 179 de la Ley Agraria es un verdadero
representante de la parte a quien asesora, como la Ley en cita no establece sus
facultades, y éstas se derivan de diversos preceptos de la misma Ley, para
cumplir con el principio de igualdad procesal, matizado hacia la equidad o
“igualdad racional” entre las partes, es lógico que las facultades del asesor jurídico
no pueden llegar al extremo de manifestar que su representado no desea llegar a
un convenio, que de ser calificado de legal tendrá el carácter de sentencia. No se
desatiende que podría argumentarse que la negativa a llegar a un avenimiento por
parte del asesor jurídico implica una defensa, según su juicio, de los derechos
agrarios de su representado. Empero, este último podría llegar a la conclusión de
que sería preferible renunciar a ciertos derechos a fin de evitar la continuación de
un procedimiento, evitando las molestias consiguientes. De ahí que la voluntad de
concluir el juicio por la vía del convenio es una facultad única y exclusiva de la
parte con independencia de la opinión de su representante. Por ello, al no buscar
el tribunal responsable la conciliación personal entre los contendientes, infringe en
perjuicio del quejoso el artículo 185, fracción VI, de la Ley Agraria.
Primer Tribunal Colegiado del Quinto Circuito.- Amparo directo 229/93.- Camilo
Valenzuela Rodríguez y otro.- 13 de julio de 1993.- Unanimidad de votos.-
Ponente: David Guerrero Espriú.- Secretario: Jaime Ruiz Rubio.- Precedente:
Amparo directo 212/93.- Joel Tolano Osuna.- 13 de mayo de 1993.- Unanimidad
de votos.- Ponente: José Enrique Moya Chávez.- Secretario: Jaime Ruiz Rubio.
Fuente: Tribunales Colegiados de Circuito. Semanario Judicial de la Federación.
Época 8ª, Vol. Tomo XIII-febrero de 1994, pág. 442. Núm. Tesis o Clave V.1º 61 A.
196
Principio de Conciliación o Composición Amigable. Este principio brinda la
oportunidad a las partes en todo Proceso Agrario de solucionar su litigio o conflicto
de intereses mediante un acuerdo expreso y escrito de voluntades que realizan y
ratifican ante el Tribunal del conocimiento.
Las partes por voluntad propia pueden poner fin a su conflictiva social más que
jurídica y precisamente porque un convenio de esa naturaleza resuelve diferencias
de tipo personal más que de jurídico, la conciliación adquiere relevante
trascendencia. Las partes siempre ganan cada una lo que acepta en el convenio
que suscriban es decir, existe empate técnico jurídico en el proceso, nadie pierde
y ambos contendientes hasta resolver rencillas de otra índole.
197
CONGRUENCIA, PRINCIPIO DE. En base al principio de congruencia que toda
resolución debe de contener; no puede aceptarse que un fallo anulado por virtud
de una ejecutoria de amparo que así lo ordena; se confirme después en todas sus
partes al cumplimentarse esta última; porque de considerarlo así, se llegaría al
extremo de admitir que un acto de autoridad que ha sido privado de sus efectos
jurídicos, pueda ser convalidado por la propia autoridad que tiene a su cargo
invalidarlo.
Segundo Tribunal Colegiado del Segundo Circuito. Amparo directo 412/93.- César
Alquicira López.- 9 de junio de 1993.- Unanimidad de votos.- Ponente: Raúl Solís
Solís.- Secretario: Joel Alfonso Sierra Palacios.
Segundo Tribunal Colegiado del Sexto Circuito.- Amparo directo 9/96.- Rogelio
Nolasco de Jesús.- 31 de enero de 1996.- Unanimidad de votos.- Ponente: María
Eugenia Estela Martínez Cardiel.- Secretario: Enrique Baigts Muñoz.- Fuente:
Tribunales Colegiados de Circuito. Semanario Judicial de la Federación. Época 9ª.
Vol. Tomo III- febrero 1996, pág. 487. Clave o Núm. Tesis VI.2º.35 A.
Primer Tribunal Colegiado del Décimo Circuito.- Amparo directo 204/95.- Roberto
García Sánchez.- 18 de mayo de 1995.- Unanimidad de votos.- Ponente:
Fernando Hernández Piña.- Secretaria: Adelita Méndez Cruz.- Fuente: Tribunales
Colegiados de Circuito. Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. Época
9ª.Vol. tomo I-julio 1995, pág. 282. Clave o Núm. Tesis. X.1º. 3 A.
198
Principio de Congruencia. Este principio obliga al Juzgador Agrario a resolver el
asunto sometido a su consideración teniendo en cuenta la acción que se ejercita
en forma genérica y sus pretensiones específicas, los hechos controvertidos por
las partes, las excepciones y defensas opuestas, que obligan a dicho Juzgador a
fijar la litis tomando en cuenta las mencionadas circunstancias de manera tal que
en el momento de emitir el fallo que en derecho corresponda, el Resolutor no
puede introducir oficiosamente cuestiones procesales de forma y fondo que no se
consideraron al plantearse la demanda, su contestación e integración de la litis
correspondiente. Así pues en el supuesto contrario se violentaría dicho principio.
En la misma tesitura debe decirse que la congruencia impide que el Resolutor al
pronunciar la Sentencia respectiva omita resolver en relación a todos los puntos
de la controversia dando con ello cumplimiento a lo que dispone el artículo 189 de
la Ley in fine ya que de suceder lo contrario, tal comportamiento procesal del
Juzgador acarrearía de manera directa la violación de las Garantías Individuales
consagradas en el artículo 14 y 16 de la Carta Fundamental. En resumen el
principio de congruencia no es otra cosa más que resolver limitadamente lo pedido
en el proceso.
199
velar por su respecto, ya que su violación no sólo atenta contra la justicia misma
entre las referidas partes involucradas, sino que redunda también en contra de la
sociedad en general, que ha dispuesto la creación de órganos jurisdiccionales con
esa función y responsabilidad; se trata pues, de impedir que el litigio agrario se
convierta en una guerra sin cuartel y sin escrúpulos. Pero también es un principio
aplicable a los mismos Tribunales Agrarios, por cuanto a la obligación que tiene de
actuar imparcialmente, tratando siempre por igual a las partes y actuando de
buena fe, como en el caso de la inhibitoria oficiosa que dicte cuando aprecie su
101
incompetencia (artículo 168).” 252
“En último término mencionaré un principio que no es, por cierto, el de menor
importancia. Su buen despliegue podría impedir, en la realidad, juicios
innecesarios, o en todo caso moderar la presentación en la escena y la
trascendencia personal y social de los juicios inevitables. Me refiero al principio de
lealtad y probidad. Este es consecuencia de la naturaleza del proceso como
sustituto de la violencia, el proceso abre la puerta para que el conflicto se dirima
en forma civilizada, bajo la vigilancia y la autoridad del Estado, garante de esa
civilidad. El proceso excluye, pues, la agresión, o en todo caso la conduce por un
cauce que la convierte en pretensión sujeta a prueba, que se ventila de manera
civilizada. De hecho, el proceso es una muestra del grado de civilización de un
pueblo.” 253
200
como es la constante realización de “chicanadas” en el vocabulario coloquial
común de los litigantes, que consisten realizar cualquier acto que tienda a
paralizar o alargar el curso legal de los procesos y específicamente en los
supuestos previstos en los artículos 179 y 187 de la Ley Agraria. Para evitar lo
anterior en la parte relativa de éste trabajo se propone la reforma legal
correspondiente al texto jurídico que actualmente rige en la materia.
Principio de lealtad y probidad. El proceso civil debe ser considerado por las
partes y sus abogados como un instrumento del Estado para solucionar conflictos
con arreglo al derecho, y no como una hábil maquinación para obtener la
satisfacción de pretensiones injustas o ilegales. El movimiento hacia el acceso a la
justicia procura que el resultado final del proceso no dependa de la mayor o menor
habilidad de las partes o de sus abogados, sino de la razón jurídica de sus
pretensiones.
Por disposición expresa del artículo 190 de la Ley Agraria en vigor “en los
juicios agrarios, la inactividad procesal o la falta de promoción del actor durante el
plazo de cuatro meses producirá la caducidad”.
201
caducidad de la instancia: una, la inactividad procesal atribuible al Tribunal Agrario
responsable que se traduce en la paralización del procedimiento ello con
independencia de que existan actuaciones pendientes de realizar a cargo del
propio Tribunal Agrario; y otra, relativa a la falta de promoción de la parte actora
con el fin de impulsar el procedimiento dentro de ese mismo periodo de tiempo; de
manera que si sobreviene cualquiera de las dos hipótesis en mención, incluso en
forma simultánea, se provoca la caducidad.
202
ello el hecho de que el Tribunal Agrario hubiere tenido a su cargo actuaciones
pendientes de realizar en ese periodo…”
203
5.2.15. Principio De Independencia.
103
“Son órganos autónomos porque dictan sus resoluciones con plena libertad, no
dependen ni se encuentran supeditados a otros órganos de la administración
pública, ya sean estos Poder Ejecutivo Federal, Secretarías de Estado,
Gubernaturas de los Estados o Poder Legislativo, entre otros. Por que sus
resoluciones no son motivo de revisión o impugnación por otras autoridades de la
administración activa. (Poder Ejecutivo y Poder Legislativo, ya Federal, ya
Estatal).” 256
“Al respecto, el Dr. Sergio García Ramírez, al rendir su primer informe como
Magistrado Presidente del Tribunal Superior Agrario, el 12 de julio de 1993,
expresó:
204
Sobre el particular, el Dr. Rivera Rodríguez, expone:
205
la Procuraduría Agraria para que su actuación de coadyuvancia en la formulación
por escrito de la demanda y/o su contestación se apeguen a dichos principios.
Induce a resolver las causas y pleitos sin atenerse a las formalidades del
derecho, sino inspirándose en la equidad y la buena fe.
206
éste, a partir de la demanda y el número que corresponda al juicio radicado, y
hasta la culminación del proceso mediante sentencia definitiva. Además de este
libro, en otros se deja noticia de actuaciones o situaciones relevantes; así, acerca
de los amparos contra actos del tribunal (sentencia y otros actos en juicio); de las
notificaciones practicadas y otras diligencias cumplidas por los secretarios
actuarios; y de la colaboración procesal requerida o recibida, mediante exhortos y
requisitorias.” 263
Este principio determina que el impulso procesal recae en la parte actora pues
así lo establece el artículo 190 de la Ley Agraria y en ese sentido la falta de
promoción del actor trae como consecuencia que el Tribunal pueda determinar la
caducidad del procedimiento.
207
El Dr. Rubén Delgado Moya, afirma que existe una contradicción entre el artículo
168 de la Ley Agraria y el 34 del Código Federal de procedimientos Civiles al
sostener que:
Este principio tuvo relevante aplicación en nuestra materia hasta antes de 1992.
107
“Oficiosidad. Hay casos en los cuales el proceso puede iniciarse de oficio, por
las autoridades agrarias competentes según se desprende de los artículos 274,
276, 367, 325, 326, 327, y 285. Estos casos se presentan en las dotaciones y
restituciones de tierras, bosques y aguas, de conflictos por límites de bienes
comunales (artículo 367), de ampliación de ejidos (artículo 325), el de nuevos
centros de población ejidal (artículo 326), y el de dotación complementaria
(artículo 285).” 266
208
…ACCIÓN. ESTUDIO OFICIOSO Y PREFERENTE POR LOS TRIBUNALES
AGRARIOS. Tomando en consideración que la acción es la base de la contienda,
los aludidos tribunales deben analizar, de manera oficiosa y preferente si el actor
acreditó los elementos constitutivos de su acción, pues únicamente en el caso de
que se resolviera que sí se demostró aquélla, resultaría necesario ocuparse de las
excepciones opuestas, atendiendo a que éstas son las defensas empleadas para
destruir o entorpecer la acción. Consiguientemente, si el actor no prueba los
elementos de su acción, es inútil el examen de las excepciones opuestas…
Primer Tribunal Colegiado del Vigésimo Primer Circuito.- Amparo directo 427/94.-
Juan Sánchez Ríos.- 10 de noviembre de 1994.- Unanimidad de votos.- Ponente:
Mario Roberto Cantú Barajas.- Secretario: Fernando Rodríguez Escárcega.-
Fuente: Tribunales Colegiados de Circuito. Semanario Judicial de la Federación.
Época 8ª, Vol. Tomo. XV- febrero 1995, pág. 140. Núm. Tesis o Clave XXI.1º.43 A.
Segundo Tribunal Colegiado del Sexto Circuito.- Amparo directo 198/951.- Odilón
Méndez González.- 24 de mayo de 1995.- Unanimidad de votos.- Ponente: María
Eugenia Estela Martínez Cardiel.- Secretario: Enrique Baigts Muñoz.- Vol. Tomo. I-
junio 1995, pág. 547. Clave o Núm. tesis. V.2º.11.A.
209
5.2.20. Principio De Suplencia De Los Planteamientos De Derecho.
Tribunal Colegiado del Vigésimo Tercer Circuito. Amparo directo 111/93.- Domingo
Lira Méndez.- 29 de abril de 1993.- Unanimidad de votos.- Ponente: María del
Carmen Arroyo Moreno.- Secretario: Agustín Arroyo Torres.
210
verdad sobre los puntos cuestionados”, y el tercero, que: “Las partes asumirán la
carga de la prueba de los hechos constitutivos de sus pretensiones. Sin embargo,
el tribunal podrá, si considera que alguna de las pruebas ofrecidas es esencial
para el conocimiento de la verdad y la resolución del asunto, girar oficios a las
autoridades para que expidan documentos, oportuna y previamente solicitados por
las partes; apremiar a las partes o a terceros, para que exhiban los que tengan en
su poder; para que comparezcan como testigos, los terceros señalados por las
partes, si bajo protesta de decir verdad manifiestan no poder presentarlos”, lleva a
concluir que la suplencia a que se refiere el último párrafo del invocado artículo
164 sólo opera en la hipótesis de que exista una “deficiencia de las partes en sus
planteamientos de derecho”, sin que pueda hacerse extensiva a supuestos como
son los de recabar pruebas de oficio o disponer la práctica, ampliación o
perfeccionamiento de cualquier diligencia, ya que el referido artículo 187 no alude
a alguna de esas situaciones, y el citado 186, segundo párrafo, expresamente
dispone que “el tribunal podrá acordar en todo tiempo la práctica, ampliación o
perfeccionamiento de cualquier diligencia”, lo que necesariamente implica que al
tribunal no se le impone como obligación disponer el desahogo de pruebas de
oficio, sino que se le confiere la potestad o facultad de practicar diligencias, dado
que el término “podrá” ahí empleado gramaticalmente significa facultad, atribución,
o sea, lo que se hace con libre albedrío.
Segundo Tribunal Colegiado del Octavo Circuito.- Amparo directo 259/95.- Hipólito
Villalobos y coagraviados.- 8 de junio de 1995.- Unanimidad de votos.- Ponente:
Sergio Novales Castro.- Secretario: José Elías Gallegos Benítez.- Fuente:
Tribunales Colegiados de Circuito. Semanario Judicial de la Federación. Época 9ª.
Vol. Tomo. II- julio 1995, pág. 256. Clave o Núm. Tesis VIII2o 10 A.
211
Principio de Suplencia de los Planteamientos de Derecho. Esta máxima que rige
en el Proceso Agrario está prevista en el artículo 165 de la Ley Agraria y que
consiste en la facultad legal otorgada por la norma al Magistrado Agrario para
Suplir las Deficiencias en que incurran las partes únicamente en lo que respecta a
los Planteamientos de Derecho siendo requisito Sine Quanon para poder hacer
uso de dicha facultad por parte del Resolutor que se trate de sujetos agrarios
como son núcleos de Población Ejidal o Comunal, Ejidatarios o Comuneros.
Contrario a lo que pretende regular éste principio, en la práctica forense
observamos que el Juzgador en la materia muchas de las veces suple situaciones
de hechos que las partes ni siquiera han alegado e inclusive el Juzgador sustituye
alguna de las partes en materia de ofrecimiento y desahogo de pruebas lo cual
generalmente realiza de manera oficiosa en total contravención al Principio de
Equilibrio Procesal que debe prevalecer en todo proceso de ésta naturaleza ya
que ya que no olvidemos que tal circunstancia probatoria debe ser primeramente
del interés de las partes para acreditar sus acciones, hechos, excepciones y
defensas y el Resolutor Agrario si bien es cierto que goza de una facultad
discrecional para disponer el desahogo de prueba de oficio ello no conlleva a la
suplantación parcial o total de una de las partes en perjuicio de la otra.
“La Ley Agraria previene una igualdad entre las partes en el juicio, por lo tanto,
en su artículo 179 establece que será optativo para ellas acudir asesoradas y en
caso de que una de las partes se encuentre asesorada y la otra no, con
suspensión del procedimiento se solicitará de inmediato los servicios de un
defensor de oficio a la Procuraduría Agraria. Cuando este organismo asesore a
una de las partes en el juicio y la otra se presente sin ese apoyo, compete a dicha
dependencia resolver esa situación. Corresponde en todo caso a la mencionada
Procuraduría, si así lo considera, coordinarse con otras defensorías jurídicas
gratuitas para los efectos de cubrir ese aspecto en el proceso. Los Magistrados
podrán suspender la audiencia respectiva hasta en tanto se realice la designación
del abogado correspondiente.” 267
212
de las partes se encuentre asesorada y la otra no, con suspensión del
procedimiento, se solicitarán de inmediato los servicios de un defensor de la
procuraduría Agraria, el cual, para enterarse del asunto, gozará de cinco días,
contados a partir de la fecha en que se apersone al procedimiento.”. La
interpretación sistemática de dicho precepto legal, en relación con el artículo 17
Constitucional, previsivo de los principios generales de derecho, consistentes en la
pronta y expedita impartición de justicia a que están obligados los tribunales
jurisdiccionales, permite concluir válidamente que aquella disposición legal, que
mira hacia la equidad procesal de las partes, en un proceso, no se contraviene
cuando, una vez que ambas partes acudieron asesoradas al juicio agrario por
haber designado asesor jurídico desde la presentación de su demanda o
contestación de la misma o bien, porque se les asignó un defensor de la
Procuraduría Agraria, si el asesor de uno de ellos no comparece al desahogo de
alguna diligencia, ello da lugar a una falta de responsabilidad profesional del
asesor jurídico, más no a la suspensión del procedimiento en el juicio agrario, ya
que de considerarlo así, se contravendrían aquellos principios de derecho
contemplados en la norma constitucional indicada.
III 1º .A.61 A.
213
se pudiera realizar, pues de tal circunstancia sólo tienen conocimiento las
personas conocedoras del derecho.
Primer Tribunal Colegiado del Quinto Circuito. Amparo directo 594/93.- Ejido
Durango, Municipio de Caborca, Sonora.- 3 de febrero de 1994.- Unanimidad de
votos.- Ponente: David Guerrero Espriú.- Secretario: Jaime Ruiz Rubio.-
Semanario Judicial de la Federación junio de 1994.
Segundo Tribunal Colegiado del Décimo Circuito. Amparo directo 271/93.- Samuel
Hernández de la Cruz.- 29 de junio de 1993.- Unanimidad de votos.- Ponente:
Javier Patiño Pérez.- Secretario: Tito Contreras Pastrana.- Semanario Judicial de
la Federación, abril de 1994.
214
hipótesis prevista en la fracción XI en relación con la diversa II del artículo 159 de
la Ley de Amparo.
Segundo Tribunal Colegiado del Sexto Circuito. Amparo directo 257/95.- Francisco
Hernández Flores.- 7 de junio de 1995.- Unanimidad de votos.- Ponente: María
Eugenia Estela Martínez Cardiel.- Secretario: Enrique Baigts Muñoz, Semanario
Judicial de la Federación, agosto de 1995.
Segundo Tribunal Colegiado del Décimo Noveno Circuito. XIX. 2º. 5ª.
Principio de Defensoría Oficiosa. Este principio está regulado por el artículo 179
de la Ley Agraria en relación con los artículos 135 y 136 de la Ley Agraria. Dicho
principio se traduce en una obligación que la norma legal impone a la Procuraduría
Agraria para contar con un cuerpo especializado de peritos en Derecho que
deben de estar siempre al servicio de los sujetos agrarios cuya defensa y vigencia
de sus derechos debe ser garantizada por dicha Procuraduría Agraria inclusive
con las atribuciones de un Ombusman, papel fundamental que se ha negado llevar
a cabo dicho Organismo Público Descentralizado del Ejecutivo Federal lo que en
cierta forma redunda en la falta de cumplimiento total de los objetivos de la
Reforma Constitucional en materia Agraria de 1992.
215
- Ordenar la conexión de la demanda defectuosa, de la contestación o
de la reconvención.
- Otorgar plazo para corregir defectuosa representación o falta de
capacidad.
- Evacuar las pruebas necesarias y pronunciarse sobre las defensas
previas en su caso.
- Actuar en días y horas inhábiles.
- Decretar las medidas cautelares necesarias, para garantizar los
resultados del proceso y la eficacia del fallo.
- Citar, antes de la audiencia o posteriormente en su caso, a las
personas físicas o jurídicas vinculadas con el asunto que se discute,
para que se presenten a hacer valer sus derechos.
109
Pero estos poderes no son ilimitados o arbitrarios, deben ser ejercidos con
sabiduría y equilibrio procesal, garantizando en todo momento los derechos de las
partes al debido proceso, y evitando nulidades o indefensión.” 268
216
gestiones legales fueren necesarias para lograr, mediante el análisis de los
medios de convicción, el conocimiento de la verdad sobre los puntos
cuestionados, único límite que les impone la propia compilación para normar su
actividad, en razón de ello, no deben omitir pronunciarse acerca de determinada
cuestión, so pretexto de que no pudieran fijar un punto de referencia, cuando se
ofrecieron y admitieron pruebas periciales y de otra índole en ese aspecto y si bien
desistió de la primera el oferente, lo cierto es, que en aras de la verdad que
preconizan los artículos precitados, debió oficiosamente el Tribunal ordenar su
perfeccionamiento y, por otra parte, procurar el desahogo correcto de las demás
para no concluir en el desconocimiento que le sirvió de argumento para decir la
cuestión planteada.
Segundo Tribunal Colegiado del Vigésimo Primer Circuito. Amparo directo 92/95.-
Atanasio Fierro Olea.- 7 de abril de 1995.- Unanimidad de votos.-Ponente: María
Eliza Zúñiga Alcalá.- Secretario: Francisco Javier Teodoro Arcovedo Montero.-
Semanario Judicial de la Federación, octava época, mayo de 1995.
Primer Tribunal Colegiado del Vigésimo Primer Circuito. Amparo directo 235/94.-
Marco Antonio Gidan Barrera, Luis y Mayolo Hernández Ramírez.- 7 de julio de
1994.- Unanimidad de votos.- Ponente: Joaquín Dzib Núñez.- Secretario: Ernesto
Jaime Ruiz Pérez.- Semanario Judicial de la Federación, octava época, octubre de
1994.
217
TRIBUNALES UNITARIOS AGRARIOS. SENTENCIA PRONUNCIADA POR LOS.
DEBE CONTENER EL ANÁLISIS DE LAS PRUEBAS OBRANTES EN EL JUICIO.
El artículo 189, de la Ley Agraria, establece que las sentencias de los Tribunales
Agrarios se dictarán a verdad sabida sin necesidad de sujetarse a reglas sobre
estimación de las pruebas, sino apreciando los hechos y los documentos, según lo
estimaren en conciencia. Sin embargo, tal facultad de apreciación, no los exime de
analizar todas las pruebas obrantes en el juicio, así como tampoco los faculta para
dejar de expresar en su resolución, las razones por las cuales, a su juicio, éstas
merecen o no valor probatorio, como lo establece el precepto citado, por lo que al
omitir la responsable la valoración de las pruebas, violó el derecho de audiencia
establecido por el artículo 189, de la Ley Agraria, elevado a rango de garantía
individual, por el Artículo 14 Constitucional.
Primer Tribunal Colegiado del Quinto Circuito. Amparo directo 91/93.- Eloy Nabor
Arballo Zayas.- 5 de mayo de 1993.- Unanimidad de votos.- Ponente: José R.
Cuevas Zavala.- Secretario: Carmen Alicia Bustos.
Amparo directo 42/93.- Comisariado Ejidal del Ejido Mariano F. Escobedo No. 1.-
25 de febrero de 1993.- Unanimidad de votos.- Ponente: José Enrique Moya
Chávez.- Secretario: Jaime Ruiz Rubio.
218
acorde con las constancias de los autos sin detenerse a formalidades, ni sujetarse
a reglas sobre estimación de las pruebas, sino inspirándose en la equidad y en la
buena fe, de tal suerte que la fundamentación y la motivación de las mismas
apoyen las razones vertidas en los considerandos del fallo.
Tribunal Colegiado del Vigésimo Tercer Circuito. Amparo directo 175/93.- Reyes
Carlín Rancel.- 13 de mayo de 1993.- Unanimidad de votos.- Ponente: María del
Carmen Arroyo Moreno.- Secretario: José de Jesús Ortega de la Peña.
219
PRUEBAS PARA MEJOR PROVEER EN EL JUICIO AGRARIO. LA FACULTAD
DEL TRIBUNAL ORDINARIO NO ES OMNÍMODA.- La facultad que el artículo 186
de la Ley Agraria en vigor otorga a los Tribunales Agrarios, no debe ejercerse de
manera caprichosa ni queda sujeta a su libre parecer, porque la intención del
legislador estriba en que la potestad de ordenar la práctica, ampliación o
perfeccionamiento de cualquier diligencia conduzca al mejor conocimiento de la
verdad; es decir, no es una facultad absoluta e indiscutida, sino discrecional y
ponderada, sujeta siempre a las reglas de la lógica y el raciocinio. De suerte que si
el Tribunal Agrario al resolver la controversia suscitada en torno al reconocimiento
de derechos agrarios, manifiesta tener duda acerca de la autenticidad de los
documentos relacionados con el nombramiento de sucesores preferentes por
parte del titular de los derechos agrarios, y a pesar de ello no ordena la práctica de
la pericial, viola el citado precepto legal y por consiguiente las garantías
individuales contenidas en los artículo 14 y 16 constitucionales, pues para llegar al
conocimiento de la verdad es ineludible mandar el desahogo de la prueba pericial,
por ser la idónea para esos menesteres, aún cuando las partes no la hayan
ofrecido con base en la facultad que le otorga el mencionado artículo del Código
Agrario.
Segundo Tribunal Colegiado del Cuarto Circuito.- Amparo directo 888/94.- María
de la Luz López viuda de Manríquez.- 25 de enero de 1995.- Unanimidad de
votos.- Ponente: Leandro Fernández Castillo.- Secretario: Omar René Gutiérrez
Arredondo.- Fuente: Tribunales Colegiados de Circuito. Semanario Judicial de la
Federación. Época 8ª, Vol. Tomo. XV-II-febrero 1995, pág. 251. Núm. Tesis o
Clave IV.2º69 A.
Principio de Libre Valoración de la Prueba. Este principio rector del Proceso que
nos ocupa se contempla en el artículo 189 de la Ley Agraria y que consiste en la
facultad legal que tiene el Magistrado Agrario para valorar la prueba apreciando
los hechos alegados y probados por las partes en conciencia, con la única
condición de fundamentar y motivar sus Resoluciones y Sentencias.
“El tratamiento social que rige el proceso agrario para lograr un equilibrio entre
las partes procesales y sobre todo de la parte más débil se sustenta en la filosofía
220
social de que no hay mayor injusticia que la de tratar a los iguales como
desiguales, y a los desiguales como iguales. De ahí que atento al principio
constitucional que garantiza el acceso a la justicia, y siendo el proceso agrario, un
proceso social con sólidos fundamentos económicos y sociales, debe asegurar a
los campesinos de escasos recursos económicos, sus aspiraciones de justicia
social en el campo. Por ello se prevé en nuestra legislación:
“Que propicia que el magistrado no sea juez de escritorio, sino que salgan de
su sede a realizar actuaciones, evacuar pruebas, tener contacto directo con el
medio en el que se origina la controversia y, al propio tiempo es un medio de
favorecer: el acceso a la justicia, la gratuidad de ésta, la rapidez en el despacho la
acentuada inmediación, concentración e identificación del magistrado que conoce
y debe resolver. Este es ya, un elemento importante en la Nueva Cultura de la
justicia agraria que se está forjando en nuestro país.” 271
221
La itinerancia es un medio de favorecimiento del acceso a la justicia, de rapidez
en el despacho jurisdiccional y acentuada inmediación, pues bajo esta modalidad
de ejecución de actos procesales no son los participantes quienes van al tribunal,
sino es el tribunal quien llega a donde se hallan éstos. Es impropio confundir la
itinerancia con el simple traslado del tribunal fuera de su domicilio para la
realización de algún acto que es imposible practicar en él, como una inspección
judicial o la toma de declaración de quien está impedido para concurrir al tribunal.
222
111
“Que consiste en que el magistrado está facultado para resolver más allá de lo
pedido por las partes, en base a lo debatido y probado en el proceso; con ello se
busca la nivelación social del proceso, por desigualdades culturales y económicas
de las partes. Si los hechos están relacionados con la litis, están controvertidos y
suficientemente probados, el juez, puede reconocer derechos más allá de lo
pedido o por fuera de lo pedido, sin que una demanda mal formulada o interpuesta
sea un obstáculo para un fallo equitativo.” 273
“En el proceso agrario se busca, y así se está logrando, que el mismo se realice
con el menor dispendio de tiempo, dinero y energías.”276
223
de 1992, consiste en que busca que el Proceso Agrario se realice con menos
tiempos con la substanciación del mismo, tratando de evitar menos cargas
onerosas para las partes y en cierta forma de hacer más ágil la substanciación y
resolución de los asuntos Agrarios. En la práctica forense diaria podemos observar
que éste principio no cobra vigencia alguna porque en el Proceso Agrario sucede
precisamente lo contrario a que dicho principio trata de evitar que acontezca.
Tiene como objetivo hacer más ágil el proceso agrario, destruyendo todo
obstáculo que tienda a paralizarlo, salvo los casos previstos por la Ley.
224
ejidal, comunal y de la pequeño propiedad”. Este principio sienta las bases para
generar certidumbre en la propiedad social de ejidos y comunidades, alentando la
inversión de capital al prever la regularización de la tenencia de la tierra, así como
la Constitución de sociedades civiles mercantiles en el campo, lo cual antes de
1992 estuvo prohibido lo que llevo al campo a un estancamiento de su desarrollo
el cual se pretende reactivar con los nuevos objetivos de la Reforma Agraria
vigente.
225
Estos principios en conjunto encuentran su naturaleza jurídica en el artículo 27
fracción XIX de la Constitución Federal vigente. Constituyen la filosofía del
Derecho Social Agrario y cuyo objetivo primordial en forma armónica e integral es
arraigar la agilidad y celeridad de la resolución de los asuntos agrarios por parte
de los órganos jurisdiccionales creados para ello imponiéndolos a éstos la
característica de la honestidad a fin de que su actuación y fallos definitivos
conlleven a la Seguridad Jurídica en la Tenencia de la Tierra del Campo
Mexicano; para garantizar lo anterior la norma Suprema otorga autonomía y Plena
Jurisdicción a dichos Tribunales Agrarios, los que de manera ex profeso fueron
creados para resolver la conflictiva Social Agraria, circunstancia que los coloca
como órganos especializados en la disciplina de nuestro interés, reforzando lo
anterior la norma fundamental con el establecimiento a cargo de la Ley
reglamentaria de una Procuraduría de Justicia Agraria.
Del estudio y análisis de los artículos 186, 188, 189, 191, 195, 198 y 200 de
ésta Ley, además del principio de verdad sabida destacan los siguientes:
Significa que en materia agraria se debe buscar el origen del problema y sus
efectos tal y como en realidad hayan acontecido, haciendo a un lado la verdad
formal que las partes pueden probar. Lo anterior siempre y cuando no se atente
contra el principio del Equilibrio Procesal que muchas de las veces ha quedado
reducido a la nada jurídica por la nula defensa que del mismo realizan las partes y
el Magistrado Agrario.
Éste principio procesal lo encontramos dentro del artículo 188 de la Ley Agraria.
Este principio consiste en que los Tribunales Agrarios al dictar sus Sentencias o
Resoluciones deben analizar, valorar, motivar y fundamentar de manera
exhaustiva todos y cada una de las Constancias que integra cada Proceso Agrario
respectivo.
226
Está previsto en el artículo 189 de la Ley Agraria. Consiste en que el Resolutor
Agrario debe establecer con toda precisión los fundamentos legales en los cuales
apoya su veredicto definitivo.
Está previsto en los artículos 198 y 200 de la Ley Agraria. Consiste en que toda
Resolución o Sentencia Definitiva de los Tribunales Agrarios puede ser impugnada
por el justiciable que se manifieste inconforme con la misma ante el superior
227
jerárquico de un Unitario Agrario en el caso del Recurso de Revisión al que alude
el numeral 198 de la Ley comentada o bien ante los órganos del Poder Judicial
Federal cuando el objeto sea combatir Sentencias Definitivas de los Tribunales
Agrarios en general fuera de los casos a que se refiere el numeral mencionado y
que se ubiquen en el planteamiento hipotético establecido en el párrafo II del
artículo 200 de la multicitada Legislación Agraria.
Del análisis del artículo 1º de éste cuerpo normativo orgánico destacan los
siguientes:
228
Está previsto en el artículo 22 fracción VII de la Ley Orgánica de los Tribunales
Agrarios, consiste en que ciertos documentos y valores relacionados con la
controversia agraria se deben guardar en el secreto del Tribunal y mantenerse
bajo custodia, reserva y confidencialidad hasta el momento procesal oportuno en
que por necesidades de la actividad procesal se requiera terminar con dicha
función de secrecía.
229
5.3.4.5. Principio de Eficiencia.
Segundo Tribunal Colegiado del Octavo Circuito. Amparo directo 69/94.- Simón
Ramírez Puente y coagraviados.- 13 de abril de 1994.- Unanimidad de votos.-
Ponente: Enrique Rodríguez Olmedo.- Secretario: Leticia R. Celis Saucedo.
230
evidente que con su actuación transgrede las garantías constitucionales de los
demandados.
Segundo Tribunal Colegiado del Octavo Circuito.- Amparo directo 69/94.- Simón
Ramírez Puente y coagraviados.- 13 de abril de 1994.- Unanimidad de votos.-
Ponente: Enrique Rodríguez Olmedo.- Secretaria: Leticia R. Celis Saucedo.-
Fuente: Tribunales Colegiados de Circuito. Semanario Judicial de la Federación.
Época 8ª, Vol. Tomo XIII-mayo de 1994 pág. 473. Núm. Tesis o Clave VIII.2º.35 A.
Segundo Tribunal Colegiado del Octavo Circuito. Amparo directo 69/94.- Simón
Ramírez Puente y coagraviado.- 13 de abril de 1994.- Unanimidad de votos.-
Ponente: Enrique Rodríguez Olmedo.- Secretaria: Leticia R. Celis Saucedo.-
Semanario Judicial de la Federación, mayo de 1994.
231
de Conocimiento de la Verdad, de Profesionalismo e Independencia, de Nemo
Judex Sine Actore, de Oportunidad, de Seguridad, de Fortaleza Jurídica al Campo,
Honestidad, Seguridad Jurídica, Justicia Agraria, Autonomía y Plenitud de
Jurisdicción o Plena Jurisdicción, Especialización, de Atracción, de Secrecía, de
Honradez, de la Verdad Histórica, de Equilibrio Procesal, de Exhaustividad, de
Fundamentación, de Motivación, de Eficacia, de Inmediatez, de Impugnación, de
Eficiencia, Fijación de la Litis, de no variación de la Acción.
5.4. Los Principios Del Juicio Agrario Y Los Principios Del Juicio Constitucional.
I.- Por leyes o actos de la autoridad que violen las garantías individuales.
232
d) Principio de prosecución judicial.
e) Principio de relatividad de las sentencias.
f) Principio de estricto derecho.
g) Principio de la facultad de suplir la queja deficiente.
En el caso de no darse este principio, por parte del quejoso, ocasionará que se
de la causal de improcedencia prevista en la fracción V, o bien la prevista en la
277 Ídem.
233
fracción VI, del artículo 73, con el consecuente sobreseimiento previsto en la
fracción III, del artículo 74, ambos de la Ley de Amparo.
Con este principio se intenta dar oportunidad a los gobernados para impugnar
los actos de autoridad utilizando recursos ordinarios y que el amparo sea un medio
que proceda sólo en forma “extraordinaria” estos recursos ordinarios o juicios, que
es necesario agotar, deben tener por efecto modificar o revocar los actos que se
impugnen, pues si no tienen ese fin, su utilización no es obligatoria.
Ahora bien, si la ley que rige el acto no establece recursos o medios de defensa
ordinario, la vía de amparo se encuentra expedita.
234
Recurso de revisión 14/93.- Vidal Tronco Madruga.- 17 de febrero de 1993.-
Unanimidad de votos.- Ponente: Eliel E. Fitta García.- Secretario: Antonio Zúñiga.
Amparo en revisión 27/93.- Concepción Quinto viuda de Pereyra.- 10 de marzo de
1993.- Unanimidad de votos.- Ponente: Tomas Enrique Ochoa Moguel.-
Secretaria: Adela Muro Lezama.
Amparo en revisión 165/93.- Ignacio López Uscanga, Pedro Herrera Castro e
Isaura Portugal Trinidad, presidente, secretario y vocal, respectivamente, del
Comité Ejecutivo Agrario del poblado “Mata Cabastro”, Municipio de Tlalixcoyan,
Veracruz.- 3 de junio de 1993.- Unanimidad de votos.- Ponente: Antonio Uribe
García.- Secretaria: Josefina del Carmen Mora Dorantes.
Recurso de revisión 50/94.- Felipa Méndez Hernández y coagraviados.- 20 de abril
de 1994.- Unanimidad de votos.- Ponente: Antonio Uribe García.- Secretario:
Pedro Luis Reyes Marín.
Fuente: Tribunales Colegiados de Circuito. Gaceta del Semanario Judicial de la
federación. Época 8ª, Vol. Tomo junio de 1994, pág. 71. Núm. Tesis o Clave
VII.A.T.J/29.
Tesis jurisprudencial cuyo rubro es del tenor siguiente que puede ser consultable
en el semanario judicial de la Federación y su gaceta, Novena Época, Tomo XI,
Pleno, Salas y Tribunales Colegiados de Circuitos, página 1101, Febrero 2000.
235
PRINCIPIO DE DEFINITIVIDAD. NO ESTA OBLIGADO A AGOTARLO CUANDO
EL QUEJOSO ES UN NÚCLEO DE POBLACIÓN EJIDAL, PUESTO QUE EL
ARTICULO 166 DE LA LEY AGRARIA, PARA EL OTORGAMIENTO DE LA
SUSPENSIÓN, EXIGE MAYORES REQUISITOS QUE LOS ESTABLECIDOS EN
EL LIBRO SEGUNDO DE LA LEY DE AMPARO, RELATIVO AL AMPARO EN
MATERIA AGRARIA.
CONTRADICCIÓN DE TESIS 52/2001-SS. RESULTANTE DE ENTRE LAS
SUSTENTADAS POR EL SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO DEL DÉCIMO
OCTAVO CIRCUITO Y EL PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO DEL DÉCIMO
QUINTO CIRCUITO, DE LA VOZ SIGUIENTE:
236
de definitividad mencionado, permitiéndoles que lo promuevan sin necesidad de
agotar el juicio de nulidad.
Novena Época
Instancia: Segunda Sala.
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta.
Tomo: XIV, Diciembre de 2001.
Tesis: 2ª./J. 61/2001.
Página: 254.
237
hacer consideraciones de inconstitucionalidad, sobre aspectos que no contenga la
demanda.
Este principio a diferencia del anterior, consiste en el deber que tiene el Juez o
Tribunal de Amparo de no concretarse a estudiar los conceptos de violación
expuestos en la demanda por el quejoso, sino en hacer valer oficiosamente
cualquier aspecto de inconstitucionalidad que encuentre respecto a los actos
reclamados.
238
inmediatez, suplencia de la deficiencia en el planteamiento de derecho e igualdad
real de las partes”.
115
El mismo autor, reitera: “Aplicación Supletoria, si se trastoca el principio de
justicia distributiva.- Aplicando una legislación nueva que es la Ley Agraria en
orden de los Tribunales Agrarios y sus correspondientes reglamentos – que tienen
una serie de incongruencias respecto a la propia dinámica del derecho agrario -;
pero, lo más grave, estamos interpretando simultáneamente una legislación civil y
mercantil no adecuada al principio de justicia distributiva, consistente en dar un
trato desigual a los desiguales.”279
278 PONCE DE LEÓN ARMENTA, Luis. “Análisis de las Tesis de Jurisprudencia Agraria de 1992 a 1996”,
Estudios Agrarios, Revista de la Procuraduría Agraria, número 6, enero-marzo 1997. página. 107.
279 Íbidem. página 113.
280 Señaló el Procurador Agrario, RIVERA RODRÍGUEZ, Isaías. Durante su participación en el Congreso
Nacional de Derecho Agrario. Sustentable 2002, en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional
Autónoma de México, el 15 de Julio pasado.
281 RIVERA RODRÍGUEZ, Isaías. Revista El Visitador, número 57, Órgano de Información Interna,
Procuraduría Agraria. página 16.
239
“Ante la abundancia de imprecisiones o vacíos legales, se hace posible que las
partes puedan manipularlas en su favor, haciendo uso abusivo del derecho
procesal. También como consecuencia de los legales señalados, la excesiva
supletoriedad de la Ley Agraria es causa y al mismo tiempo efecto directo del
abuso procesal agrario, puesto que el propio legislador permitió la práctica abusiva
en la suplencia de la ley utilizando otros cuerpos legales, en particular el Código
Federal de Procedimientos Civiles.”282
“Se señaló que existe abuso en la supletoriedad del texto legal, puesto que a
pesar de que tenemos plena conciencia de que el derecho agrario es una rama
jurídica con origen, importancia, autonomía, características propias, sentido
sociológico y económico plenos, perfectamente identificados, fue el caso que el
legislador se limitó a remitir al proceso agrario a la aplicación del Código Federal
de Procedimientos Civiles en lo procedente, sin tomar en cuenta que la esencia de
las materias es distinta, y que la regulación procesal agraria ya había ganado un
espacio propio, demostrado claramente con la creación misma de los tribunales
agrarios.” 283
282 Ídem.
283 RIVERA RODRÍGUEZ, Isaías. “El abuso del derecho procesal agrario”, Revista de la Procuraduría
Agraria, Secretaría de la Reforma Agraria, Estudios Agrarios, año 8, número 21, sept-dic. 2002, página 242.
284 GARCÍA RAMÍREZ, Sergio. Op. Cit. página 30.
285 Ídem.
240
“Ahora bien, es indispensable subrayar que las normas supletorias entran en
juego cuando el tema se halla previsto, aunque en forma incompleta, por la ley
agraria misma. No procede la invocación de leyes supletorias para introducir en el
sistema del Derecho agrario – sustantivo o adjetivo – instituciones que éste no
reconoce.”286
Continúa diciendo:
A su vez, Abel Tinoco Barajas, nos comenta con el tema Exceso Supletoriedad:
“Moderna legislación agraria ha permitido la introducción de conceptos civilistas,
tanto en el derecho sustantivo, como en el adjetivo o procesal, nociones torales
que bien entendidas y aplicadas, lejos de contraponerse a los criterios meramente
agraristas, deben de afinarlos y orientarlos para una resolución práctica y objetiva
de las controversias. Sin embargo, no obstante que es un logro en sí mismo el
evitar resolver los conflictos agrarios bajo perspectivas de burocracia
administrativa o de influyentismo político o económico, revistiendo a las sentencias
ya emitidas conforme a la nueva Ley Agraria, de fundamentos lógico- jurídico, el
fantasma del dogmatismo legal y el abuso de figuras procesales de estricto
derecho, parecieran obstaculizar en no pocos casos, el sano e inevitable
286 ídem.
287 GARCÍA RAMÍREZ, Sergio. Elementos de Derecho Procesal Agrario, Editorial Porrúa, tercera edición,
México, 2000. páginas 101-102.
288 ALFARO MONROY, Armando. Op. Cit. página. 58
289 Ídem.
241
desenvolvimiento de la Justicia Agraria. No debería perderse de vista que el
Derecho Agrario, junto con el Derecho Laboral, el Civil en Materia Familiar, etc.,
son disciplinas enmarcadas en lo que se ha denominado el Derecho Social,
tendiente a salvaguardar los intereses de las clases más desprotegidas, dadas sus
condiciones económicas, culturales, minoría de edad, o de discapacidad física o
mental, etc. Luego entonces, en tratándose de los Tribunales Agrarios, la
flexibilidad en los procedimientos y la equilibrada tolerancia en sus formas deben
de imperar frente al rigorismo procesalista característico de los juzgados civiles o
administrativos.”290
“De hecho hay muchas de nuestras sentencias, en razón de que tenemos que
aplicar una legislación supletoria de carácter civil. Esto es un problema. ¿Qué
hacer? ¿Qué tenemos que hacer?
290 TINOCO BARAJAS, Abel. “Los Tribunales Unitarios Agrarios y su Aportación en Materia de Justicia”,
Revista de los Tribunales Agrarios, año VIII, sept-dic., número 25, Centro de Estudios de Justicia Agraria,
México, 2000, páginas 130-131.
291 PONCE DE LEÓN ARMENTA, Luis. Op. Cit. páginas. 113 – 114.
292 PONCE DE LEÓN ARMENTA, Luis. “Reforma Constitucional para el Desarrollo Rural ante el Tercer
Milenio, La Actualización del Marco Jurídico”, Revista de los Tribunales Agrarios S/N. página. 116.
293 JIMENEZ PAREDES, Luis Alberto. Op. Cit,. páginas. 46 -47.
242
legislación agraria, así como de las opiniones doctrinarias que han hecho juristas a
la materia, pero teniendo como base la gran cantidad de jurisprudencia o tesis que
se han establecido, derivado de las controversias agrarias.” 294
294 Ídem.
295 Ibidem. página. 58.
296 VAZQUEZ ALFARO, Guillermo Gabino. Op. Cit., páginas. 187 -188.
297 PONCE DE LEÓN ARMENTA, Luis. Op. Cit., páginas. 105 -106.
243
120
“Lo que nos interesa a nosotros es el artículo 27. Algunos han dicho: no
tienen ustedes sustento jurisprudencial para emitir jurisprudencia porque el 27, en
la fracción XIX del párrafo 9º, no les da facultades. Pero si interpretamos el 27,
dice: tribunales de plena jurisdicción. La palabra [plena] nos da facultades para
emitir jurisprudencia; aunque no sea explícito, que fuera de carácter constitucional,
que de alguna manera explícita nos considerara a los tribunales facultades; pero si
no hay una función explícita, hay una implícita. Interpretamos la Constitución
integralmente de una manera implícita y consideramos que sí tenemos esa
facultad implícita de emitir jurisprudencia.” 298
298 PONCE DE LEON ARMENTA, Luis. Op. Cit., páginas. 111 – 112.
299 Ídem.
244
5.6. Metodología Para La Comprobación De Hipótesis.
d) Entrevista a Litigantes. 21
Total: 70.
245
d) ¿La Ley Agraria requiere alguna Reforma para lograr una mejor
impartición y Administración de Justicia Agraria? A ésta interrogante 66
encuestados respondieron que la Ley Agraria si requiere ser
reformada.
246
CONCLUSIONES.
Quinta.- No se cumple con los plazos y términos que establece la Ley Agraria.
247
por las partes hace que la justicia se estanque y se burocratice con la actuación de
los Tribunales Agrarios lo que conlleva a que no se cumpla con los objetivos de la
reforma Constitucional Agraria de 1992 en otorgar Certeza y Seguridad Jurídica en
el Campo Mexicano.
Novena.- Los Tribunales Agrarios en México, sí trastocan los principios que rigen
el Proceso Agrario al aplicar en forma supletoria y de manera excesiva la
legislación procesal civil federal, desvirtuando la naturaleza social del Derecho
Agrario.
248
PROPUESTAS.
249
numerales, que en el caso de una controversia agraria de la naturaleza planteada,
se disponga como requisito para resolver la misma, la opinión previa de la
Asamblea de Ejidatarios tal y como lo consideró el artículo 82 de la Ley Federal de
la Reforma Agraria derogada.
250
Adición: Cuando no existan sucesores, el Tribunal Unitario Agrario, previa
petición del Comisariado ejidal, proveerá…
“Artículo 23…
fracción II. Aceptación y separación de ejidatarios así como sus aportaciones”.
Adición: Para efectos de lo que prevé la fracción II, se precisa que la aceptación
únicamente deriva de una resolución jurisdiccional o administrativa en la que se
cumplan los requisitos legales establecidos en los artículos 13, 15, 16, 17, 18, 19,
20 y 48 de la Ley Agraria.
Así mismo se hace necesario definir con toda precisión los alcances del
concepto aceptación, que en la práctica se ha confundido y se le ha equiparado al
251
de reconocimiento de la calidad de ejidatario, el cual desde mi particular punto de
vista, sólo puede derivar de un acto jurisdiccional o administrativo en las hipótesis
legales que plantean los artículos 15 y 16 de la Ley Agraria, haciendo hincapié que
sólo puede aceptarse algo que ya se reconoció con anterioridad, por lo que la
Asamblea Ejidal únicamente podrá aceptar a aquéllos ejidatarios que ya han sido
reconocidos con esa calidad agraria por la autoridad correspondiente. Conviene
recordar que la calidad de ejidatario se acredita con el Certificado de Derechos
Agrarios, Certificado Parcelario o de Derechos Comunes expedidos por autoridad
competente o con la Sentencia o Resolución relativa del Tribunal Agrario y no con
un Acta de Asamblea Ejidal, que es el documento que se elabora en los casos en
que la Asamblea “Acepta Ejidatarios”.
252
el artículo 23 fracciones I a VII, IX, XI a XV, lo anterior debido a que no obstante
que el numeral 61 de la Ley Agraria dispone un término para la impugnación de
los acuerdos de Asamblea, de dicho texto legal se observa que el plazo de 90 días
naturales para la impugnación de una Asamblea, solo se refiere a la que trató
asuntos relacionados en las fracciones VIII y X del precepto de la Ley comentada,
siendo omisa la Ley Agraria en señalar un término dentro del cual puede
impugnarse un acuerdo asambleísta cuando no se trate de un asunto de los
provistos en las fracciones últimas citadas, por lo que considero necesario el
establecimiento de un término legal para ejercer acción de nulidad de asambleas
en las que se traten los diversos asuntos a que hacen alusión las fracciones I a
VII, IX, XI a XV del numeral invocado.
253
enajenación correspondiente, los derechos parcelarios objeto de enajenación y se
dé vigencia a los Principios de Congruencia y de Definitividad que deben regir los
actos de ésta naturaleza, tomando en consideración que los mismos se realizan
entre sujetos agrarios individuales.
“Artículo 80.- Los ejidatarios podrán enajenar sus derechos parcelarios a otros
ejidatarios o avecindados del mismo núcleo de población.
El cónyuge y los hijos del enajenante, en ese orden, gozarán del derecho del
tanto, el cual deberán ejercer dentro de un término de treinta días naturales
contados a partir de la notificación, a cuyo vencimiento caducará tal derecho. Si no
se hiciere la notificación, la venta podrá ser anulada”.
Este tipo de nulidad no tiene el efecto de volver las cosas al estado en que se
encontraban antes del nacimiento o celebración del acto de voluntades cuya
declaración de nulidad se produce mediante la resolución del juicio agrario
correspondiente.
Justificación: Dado que la norma legal vigente no regula esta situación, debe
reformarse y adecuarse en este sentido, a fin de que se proteja el patrimonio del
adquirente de buena fe, máxime cuando se da el supuesto de que el enajenante
fallece antes de la declaratoria judicial de nulidad del contrato de enajenación
parcelaria, en cuyo caso, ya ni siquiera existirá la posibilidad de que el anterior
adquirente pueda volver a comprar los derechos parcelarios, sino que estaremos
en presencia de la sucesión agraria correspondiente.
254
las Entidades Federativas y los Municipios, y de las Dependencias o Entidades de
la Administración Pública, las que en todo caso las podrán poner a disposición de
los concesionarios encargados de la prestación de algún servicio público o
enajenarlos a los particulares cuando se acredite alguna causa de utilidad pública
que sea superior al interés social del núcleo Ejidal o Comunal, estableciéndose al
efecto la garantía de audiencia que debe brindarse al sujeto agrario en un
procedimiento administrativo de esa naturaleza, a fin de que éste pueda
inconformarse con el mismo y aportar los elementos de prueba y alegatos que
estime pertinente. Así también se debe establecer que el monto de la
indemnización deberá fijarse atendiendo el valor comercial de los bienes objetos
de expropiación en función del destino final que se invoque para expropiarlos.
255
justificar la inexistencia de la causa de utilidad pública inferior a la utilidad social
del inmueble objeto de expropiación. La Secretaría de la Reforma Agraria
resolverá de plano lo pertinente dentro del término de 15 días hábiles posteriores
al vencimiento del primer término legal mencionado.
Los sujetos agrarios afectados por alguna expropiación de sus tierras, tendrán
derecho a que les reparen e indemnicen los daños y perjuicios que con la
ocupación o limitaciones al dominio impuestas las hayan originado en forma
directa siempre y cuando haya cesado la causa que las motivó.
256
La Secretaría de la Reforma Agraria deberá realizar la integración y
substanciación del expediente respectivo de aquellas superficies afectadas de
facto a los núcleos de población ejidales y comunales, fuera de Decreto
Expropiatorio y con motivo de la construcción de vías carreteras, de obras para la
construcción de energía eléctrica, establecimiento de presas y canales de riego,
cuya indemnización no se pagó a los sujetos agrarios que sufrieron tales
afectaciones, con la consecuente obligación de indemnizar con cargo al
presupuesto de las dependencias y entidades a cuyo cargo estén las obras de que
se trate.
“Artículo 97.- Cuando los bienes expropiados se destinen a un fin distinto del
señalado en el decreto respectivo, o si transcurrido un plazo de cinco años no se
ha cumplido con la causa de utilidad pública, el fideicomiso Fondo Nacional de
Fomento Ejidal ejercitará las acciones necesarias para reclamar la reversión
parcial o total según corresponda, de los bienes expropiados y opere la
incorporación de éstos a su patrimonio”.
257
Justificación: Lo anterior se justifica en virtud de que el numeral citado,
únicamente confiere legitimación para el efecto a el Fideicomiso Fondo Nacional
de Fomento Ejidal, omitiendo establecer un término perentorio para el ejercicio de
la acción de reversión, circunstancia que ha afectado los intereses colectivos de
los núcleos de población ejidales o comunales, que han sufrido afectaciones en
sus tierras mediante el Decreto Presidencial correspondiente y que por diversos
motivos, el citado Fideicomiso ha incumplido con la disposición legal vigente al
omitir ejercitar dicha acción de reversión de tierras expropiadas y en aquellos
escasos asuntos en que lo ha hecho por presiones de los sujetos colectivos
mencionados, éstos y después de un largo peregrinar por las salas de dicho
Fideicomiso y de los Tribunales Unitarios Agrarios, han visto y vivido lo infructuoso
de dichos trámites que les ocasiona además menoscabo en su patrimonio social,
dado que la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha resuelto mediante
jurisprudencia que el citado Fideicomiso cuenta con el término de dos años
contados a partir de la fecha en que se cumplen los cinco años de la publicación
en el Diario Oficial de la Federación del Decreto Expropiatorio respectivo, para
demandar la Reversión de dichas tierras, habiendo considerado para ello la
disposición que establece el artículo 33 de la Ley General de Bienes Nacionales al
no existir término legal que regule el ejercicio de dicha acción en la comentada Ley
Agraria.
“Artículo 170.- El actor puede presentar su demanda por escrito o por simple
comparecencia; en este caso, se solicitará a la Procuraduría Agraria coadyuve en
su formulación por escrito de manera concisa. En su actuación, dicho organismo
se apegará a los principios de objetividad e imparcialidad debidas.
258
Siguiendo con el anterior artículo, se propone suprimir la disposición “o por
simple comparecencia…” para la elaboración y presentación de la demanda la que
debe hacerse siempre por escrito.
Se propone reformar el artículo 179 de la Ley Agraria para quedar como sigue:
259
este le proporcione los servicios de defensoría requeridos. Si el demandado
hiciere caso omiso a la prevención establecida y en la hora y fecha señalada para
la audiencia de ley comparece sin asesor jurídico, el Tribunal actuante de
inmediato le designará a dicho demandado al abogado adscrito, el cual, para
enterarse del asunto, gozará de quince días hábiles a partir de esa fecha,
debiéndose suspender por única vez la audiencia, la cual deberá continuarse
dentro del término concedido al defensor adscrito.
260
Se propone reformar y adicionar al artículo 181 de la multicitada Ley,
consistente en el desechamiento de la demanda agraria por irregularidad de la
misma.
Lo prudente será promover una reforma a la Ley Agraria, de tal manera que se
establezcan artículos en donde se faculte a los Tribunales Agrarios a la admisión y
desechamiento de demandas en forma clara y precisa, incluso previendo un
término para ello. Como ejemplo citaría lo que acontece con los artículos 145 a
148 de la Ley de Amparo, ya que si bien es cierto que en la Ley Agraria y en la
Ley Orgánica de los Tribunales Agrarios no existe disposición que faculte a estos
órganos para desechar demandas, también resulta de mayor verdad que de los
artículos 163 in fine de la Ley Agraria, no se desprende que los Tribunales
Unitarios se encuentren obligados a admitir toda clase de demandas. Y por lo que
respecta al Código Federal de Procedimientos Civiles, en su artículo 325, sólo se
prevé el desechamiento de demandas cuando el promoverte no haya subsanado
dentro del término concedido las irregularidades u omisiones expresadas en la
demanda.
261
contribuye al logro de una mejor administración de justicia agraria, lo que hace que
ésta sea contraria a los postulados de justicia Pronta y Expedita.
262
IV.- El magistrado podrá hacer libremente las preguntas que juzgue oportunas
a cuantas personas estuvieren en la audiencia, carear a las personas entre sí o
con los testigos y a éstos, los unos con los otros, examinar documentos, objetos o
lugares y hacerlos reconocer por peritos;
V.- Si el demandado no compareciere o se rehusara a contestar las preguntas
que se le hagan, el tribunal podrá tener por ciertas las afirmaciones de la otra
parte, salvo cuando se demuestre que no compareció por caso fortuito o fuerza
mayor a juicio del propio tribunal, y
VI.- En cualquier estado de la audiencia y en todo caso antes de pronunciar el
fallo, el tribunal exhortará a las partes a una composición amigable. Si se logrará
la aveniencia, se dará por terminado el juicio y se suscribirá el convenio
respectivo, el que una vez calificado y, en su caso, aprobado por el tribunal, tendrá
el carácter de sentencia. En caso contrario, el tribunal oirá los alegatos de las
partes, para lo cual concederá el tiempo necesario a cada una y enseguida
pronunciará su fallo en presencia de ellas de una manera clara y sencilla.
Adición: Las sentencias deben ser congruentes con la litis tal y como haya
quedado establecida por medio de los escritos de demanda, contestación, réplica
y duplica en su caso.
263
Se propone reformar y adicionar el artículo 200 de la Ley Agraria en el sentido
de establecer la facultad a favor de los Tribunales Unitarios Agrarios para calificar
los Recursos de Revisión y puedan desechar los mismos cuando a juicio de éstos
sean notoriamente improcedentes, desde luego sin contradecir el Principio de
Legalidad al que deben ajustar su actuación dichos Tribunales pero si
estableciendo criterios claros y precisos en esos casos. Lo anterior con el fin de
evitar alargamientos innecesarios del Proceso Agrario.
264
desigual a su desigualdad en aras de enaltecer el Derecho Social que fue creado
para preservar los derechos individuales y colectivos de los grupos más
vulnerables y desvalidos desde el punto de vista de su realidad económica.
1.- Reorientar la mística de servicio de los Servidores Agrarios que integran los
Tribunales Agrarios; capacitarlos e instruirlos en las bondades del Derecho Social
que debe aplicar en el desahogo de asuntos bajo su atención.
265
2.- Creación de nuevos Tribunales Agrarios en los lugares donde se requiera y
aumento de personal adscrito a éstos; desde luego previa evaluación del
desempeño eficiente de dichos Tribunales Unitarios Agrarios que han acumulado
excesiva carga laboral de asuntos jurisdiccionales a su cargo.
266
PROYECTO DE CÓDIGO PROCESAL AGRARIO.
267
FUENTES DE INVESTIGACIÓN.
BIBLIOGRAFICAS:
ARELLANO GARCÍA, Carlos. Teoría General del Proceso, Editorial Porrúa, S. A.,
México, D. F.
268
DICCIONARIO Jurídico, Instituto de Investigaciones Jurídicas. Tomo II.
GÓMEZ LARA, Cipriano. Teoría General del proceso, Editorial Harla, México,
1990.
OVALLE FABELA, José. Teoría General del Proceso, Editorial Harla, México,
1994.
____________________. Diccionario Jurídico Mexicano Tomo III, Editorial UNAM-
IIJ, México, 1993.
____________________. Garantías Constitucionales del Proceso, Editorial Mc.
Graw-Hill, México, 1995.
269
PAVO ACOSTA, Rolando. Ventajas Generales del Establecimiento de una
Jurisdicción Especializada en Materia Agraria. La Jurisdicción Agraria: sus
Fundamentos en el Derecho de los Países Latinoamericano.
270
VELOZ BAÑUELOS, Rodolfo. Naturaleza Jurídica de los Tribunales Agrarios,
Tribunal Superior Agrario. Comisión de Divulgación y Editorial, Centro de Estudios
de Justicia Agraria. México, D. F.
HEMEROGRÁFICAS:
GARCÍA SIMERMAN, Rafael. Revista de los Tribunales Agrarios, número 19, año
VI, Centro de Estudios de Justicia Agraria, México, 1998.
271
HERNÁNDEZ GONZÁLEZ, Agustín. Revista de los Tribunales Agrarios, número
18, año VI, México, 1998.
LÓPEZ ESCUTIA, Luis Ángel. Revista de los Tribunales Agrarios, número 29, año
X, Comisión de Divulgación y Editorial, Centro de Estudios de Justicia Agraria,
México, 2002.
________________________. Revista de los Tribunales Agrarios, número 25, año
VIII. Centro de Estudios de Justicia Agraria, México, 2000.
MUÑOZ LÓPEZ, Aldo Saúl. Revista de los Tribunales Agrarios, número 25, año
VIII. Centro de Estudios de Justicia Agraria, México, 2000.
PEREZ DÍAZ, Esperanza M. Revista de los Tribunales Agrarios, número 27, año
IX. Comisión de Divulgación y Editorial, Centro de Estudios de Justicia Agraria,
México, 2001.
272
_______________________________. La Nueva Jurisdicción en Materia Agraria.
Revista de los Tribunales Agrarios, número 2, México, 1995.
LEGISLATIVAS:
273
Reglamento Interior de los Tribunales Agrarios.
JURISPRUDENCIALES:
DE CAMPO:
Encuesta.
Entrevista.
Testimonio.
274
APÉNDICES O ANEXOS.
CUESTIONARIO DE ENCUESTA.
UNIVERSO ENCUESTADO:
I.- OBJETIVO: Conocer si los Tribunales Agrarios en general observan todos los
Principios Rectores del Proceso Agrario; si existe excesiva aplicación supletoria
del Código Federal de Procedimientos Civiles y si se requiere reformar la Ley
Agraria o la creación de un Código Procesal Agrario.
Marque con una cruz la respuesta que considere a las siguientes preguntas:
7.- ¿En el Proceso Agrario se cumple con los plazos y términos legales que
establece la Ley Agraria?
SI ( ) NO ( )
8.- ¿La Audiencia de Ley es presidida por el Magistrado?
SI ( ) NO ( )
9.- ¿Las Sentencias se dictan en la Audiencia de Ley?
SI ( ) NO ( )
DATOS DEL ENCUESTADO.
NOMBRE:
CARGO: EXPE. NUM. T. U. A.
275