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El documento explica el proceso de fabricación del jabón. Se obtiene mediante una reacción química llamada saponificación entre un ácido graso (procedente de grasas animales o vegetales) y una base como la sosa cáustica o la potasa. El proceso moderno es continuo e implica dividir la grasa en ácidos grasos y glicerina, purificar los ácidos y mezclarlos con la base para formar el jabón, que luego se vierte en moldes y se deja secar.
El documento explica el proceso de fabricación del jabón. Se obtiene mediante una reacción química llamada saponificación entre un ácido graso (procedente de grasas animales o vegetales) y una base como la sosa cáustica o la potasa. El proceso moderno es continuo e implica dividir la grasa en ácidos grasos y glicerina, purificar los ácidos y mezclarlos con la base para formar el jabón, que luego se vierte en moldes y se deja secar.
El documento explica el proceso de fabricación del jabón. Se obtiene mediante una reacción química llamada saponificación entre un ácido graso (procedente de grasas animales o vegetales) y una base como la sosa cáustica o la potasa. El proceso moderno es continuo e implica dividir la grasa en ácidos grasos y glicerina, purificar los ácidos y mezclarlos con la base para formar el jabón, que luego se vierte en moldes y se deja secar.
cuando se hace reaccionar un ácido graso con un álcali como el hidróxido de sodio (NaOH). Así, cuando durante la refinación de un aceite se neutraliza para quitarle acidez, lo que se pretende es formar los jabones correspondientes. Ahora bien, en presencia de agua y con exceso de álcali los glicéridos de la grasa pueden hidrolizarse, es decir, sufrir la rotura del enlace con la glicerina añadiendo agua, de manera que se obtendría por un lado glicerol y por otro los jabones de los ácidos que estaban unidos a éste. Esta es la razón por la que al refinar un aceite para evitar pérdidas no se neutralice completamente la grasa y que siempre quede un pequeño grado de acidez. Los jabones sódicos y potásicos son solubles en agua, pero los de calcio, magnesio o hierro no. Por eso son ineficaces en las aguas ‘duras’ y tampoco sirven en aguas salobres. Plinio el Viejo en el siglo I describió la fabricación del jabón a partir de cenizas, pues en aquella época no se disponía de sosa cáustica (NaOH). Una vez formado el jabón se separa del resto de productos y, en caliente, se le añaden el resto de ingredientes como perfumes o colorantes. Antes de enfriarse completamente se moldea y corta en porciones. Tipos de jabon En el mercado podemos encontrar muchos tipos de jabones, con propiedades y características propias para cada necesidad:
-Jabones de glicerina: tiene un efecto mucho más
duradero que los jabones comunes. Se recomienda para las pieles grasas ya que tienden a resecar la piel.
-Jabones dermatológicos: se recomiendan para pieles
que tienen irritaciones, hongos o algún tipo de bacteria. Tienen agentes de limpieza sintéticos, a los que se añaden aceites vegetales que contribuyen a cerrar los poros aliviando la irritación y previniendo el acné. -Jabones normales: Se pueden utilizar para todo tipo de piel, son sólidos y hechos con sebo grasoso y potasio.
-Jabones líquidos: su presentación es una loción o gel.
No todos tienen la misma efectividad.
-Jabones aromáticos: tienen esencias florales y frutales,
tienen un efecto relajante. No es recomendado para piel sensible. -Jabones terapéuticos: son recomendados por los médicos para el control y cuidado de ciertas enfermedades; son similares a los dermatológicos. Origen del jabón Hacia el segundo milenio a.C. parece que los egipcios obtenían un producto de limpieza corporal a partir del carbonato potásico y la sosa. La ropa se limpiaba con raíces de plantas, entre ellas la planta saponaria, o se recurría a las orinas descompuestas ricas en amoníaco.
Antiguos egipcios elaborando jabón
El mundo mediterráneo antiguo no conocía el jabón; en su lugar se empleaba el aceite de oliva: se cocinaba y se lavaba el cuerpo con el mismo producto. El jabón antiguo se obtenía de las cenizas procedentes de la combustión de la madera de arce, cenizas que se mezclaban con aceite de oliva, sosa, grasa animal y cal viva.
Era un jabón muy aceptable, perfectamente adecuado
a su fin, y se mantuvo competitivo hasta no hace muchos años. Los fenicios, los más activos comerciantes del mundo antiguo, trajeron el jabón a Occidente, tal vez a Cádiz y Marsella hacia el 1000 a.C., y no solo comerciaron con él sino que dejaron sus métodos de elaboración a celtas y galos, que aprendieron a hacer jabón antes que los romanos.
En verdad, Roma no conocía este producto y
utilizaba en su lugar una mezcla de piedra pómez y aceite. De hecho, la palabra jabón es de origen germánico: sapon, que el historiador y naturalista latino Plinio el Viejo describía así:
“Una especie de ungüento grasiento de sebo de cabra
y cenizas de haya que se dan en el pelo para untárselo y teñirlo los pueblos bárbaros, al que llaman sapón”.
Galeno, el más importante de los médicos romanos,
aseguraba que era la mejor manera, y acaso la única natural, de eliminar la principal fuente de enfermedades: la suciedad. Jabon casero de tomillo Ingredientes para la elaboración del jabon El jabón de tomillo que te proponemos hacer destaca por sus propiedades para estimular la circulación. Además el tomillo destaca por su actividad anticelulítica. Estos son los ingredientes necesarios: Aceite de coco (600 gr.) Agua desmineralizada (389 gr.) Aceite de oliva (300 gr.) Sosa caustica (151 gr.) Aceite de almendras (100 gr.) Colorantes para jabón de aceite Aceite esencial de tomillo (30 gr.) Tomillo seco Jabón artesanal Si queremos tener la seguridad de estar usando un jabón realmente bueno para cuidar nuestra piel podemos decidirnos por elaborar un jabón artesanal.
Al elaborar nuestro propio jabón sabemos a ciencia
cierta cuales son los productos usados y además esta receta que os ofrecemos ha sido empleada durante muchos años con unos magníficos tanto para cuidar nuestro cuerpo como para lavar la ropa. La receta para la elaboración del jabón artesanal es muy sencilla y fácil de seguir. Además de que tiene muchas aplicaciones elaborar nuestro propio jabón artesanal es una forma de reciclar el aceite usado en la cocina.
Ingredientes para la elaboración
Para la elaboración del jabón artesanal necesitamos los siguientes ingredientes:
Medio kilo de sosa cáustica.
Tres litros de agua. Tres litros de aceite de oliva o girasol (sirve también el usado para cocinar). Elaboración del jabón artesanal Ya conocemos los ingredientes para la elaboración del jabón artesanal. Es más fácil de lo que parece, solo hay que decidirse. Recordad que nuestras madres y abuelas lo hacían con bastante frecuencia pues era una buena forma de aprovechar el aceite sobrante y ahorrar algo de dinero.
Estos son los pasos a seguir:
Se disuelve la sosa con el agua.
Cuando se enfría, se va echando el aceite poco a poco. Se debe hacer en un barreño grande de plástico, con cuidado de no salpicar y con unos guantes debido a que la sosa es corrosiva, además, hay que tener paciencia pues tarda en cuajarse casi una hora, todo este tiempo se debe dar vueltas hacia la derecha, con una paleta grande y siempre en el mismo sentido, poco a poco se va poniendo duro. Cuando el jabón artesanal se pone duro añadimos aquel remedio que queramos, por ejemplo, se le puede añadir arcilla, o esencia de alguna planta que nos interese, por ejemplo jugo de aloe vera o esencia de manzanilla o aceite de onagra. Después se pone en un cajón de madera, forrado con papel y, antes de que se ponga duro del todo, debemos cortarlo en trozos pequeños. Se deja secar y ya esta listo el jabón artesanal. ¿Cómo se hace el jabón? La reacción química detrás de la fabricación del jabón se llama la saponificación. Cuándo se fabrica jabón, utilizando el método de proceso en frío, se mezcla grasas animales o vegetales (el ácido) con lejía (la base) disuelta en agua para formar jabón (que es una sal).
El proceso en frio o proceso continuo (el más empleado
en la actualidad), tiene los siguientes pasos:
1 El primer paso del proceso continuo divide la grasa
natural en ácidos grasos y glicerina. El equipo utilizado es una columna vertical de acero inoxidable con el diámetro de un barril llamado hidrolizador. El ácido graso y glicerina son bombeados fuera continuamente a medida que entran más grasa y agua. Los ácidos grasos se destilan a continuación para la purificación.
2 Los ácidos grasos purificados se mezcla a
continuación con una cantidad precisa de álcali para formar jabón. Se pueden añadir aditivos para mejorar el color, la textura y aroma de jabón. Hay muchos tipos diferentes de ácidos que reaccionarán con la base y producen la reacción de saponificación. El ácido podría ser el aceite de oliva, aceite de coco o de sebo sólo para nombrar unos pocos. Un aceite puede contener varios tipos diferentes de ácidos. La clase de ácidos grasos en el aceite es lo que determina muchas de las cualidades del jabón - tales como la dureza del jabón y qué tipo de espuma hace.
3 El jabón puede verterse en moldes y se deja
endurecer en una gran losa. También se puede enfriar en un congelador especial. La losa se corta en pedazos más pequeños de tamaño de la barra, que luego son sellados y envueltos. Todo el proceso continuo, de la división de acabado, se puede lograr en varias horas.
La grasa animal en el pasado se obtuvo directamente
de un matadero. Los fabricantes de jabón modernos utilizan grasa que se ha transformado en ácidos grasos. Esto elimina muchas impurezas, y produce como subproducto agua en lugar de glicerina. Muchas grasas vegetales, incluyendo aceite de oliva, aceite de almendra de palma, y aceite de coco, también se utilizan en la fabricación de jabón.
Si el jabón final es sólido o líquido es algo que se
determina por el tipo de lejías usada. El hidróxido de sodio (también llamado soda cáustica) hace un jabón sólido; hidróxido de potasio (también llamado potasa) hace un jabón líquido.
En nuestra tienda de perfumes de imitación baratos,
también podrás encontrar jabones artesanales. Elaboración del jabón Martin Eduardo Alfarol Julián Martínez Isais 3º “H”