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3: El desafío keynesiano
Recapitulando: en el modelo clásico la eco está en el PBI potencial porque los salarios se encuentran en el
nivel de equilibrio que garantiza el pleno empleo. Ese producto tiene que alcanzar, pero no sobrar, para
abastecer a consumidores e inversores porque el PBI tiene que ser igual a la DA. Lo que asegura que DA =
PBI es la tasa de interés, que se ubica en un nivel tal que la DA iguale a la producción potencial. La tasa de
interés se ubica ahí porque es el nivel en el que la O de préstamos es igual a la D. La política monetaria no
juega un rol importante porque las variaciones en la cant de dinero sólo repercuten en el nivel general de
precios.

Entonces, hay dos precios que para el modelo clásico deben siempre estar en su lugar: la tasa de
interés y los salarios. Pero para los keynesianos ambos no siempre están en el nivel correcto.

El ajuste imperfecto de la tasa de interés


Hay básicamente 3 razones por las cuales r puede no encontrar su nivel de equilibrio:
1) El rol de los bancos: los bancos, prestar y tomar prestado intermedian el ahorro con la inversión. Si la
tasa estuviera ubicada por encima del equilibrio, los bancos recibirían más depósitos que pedidos de crédito,
y viceversa. Pero, para Wicksell, puede llevarle un tiempo a los bancos darse cuenta de que una
tasa no es de equilibrio.
2) Keynes y los especuladores: los especuladores financieros, más que los bancos, son los que
determinan la tasa de interés. Los especuladores saben que la ganancia o pérdida de tener un bono
depende no sólo del interés recibido sino también de la evolución del precio del bono. Entonces, si
consideran que el precio de los bonos está demasiado alto en comparación a lo que creen que sería su valor
“normal”, querrán desprenderse de él. Por lo tanto, el precio de los bonos no puede llegar a elevarse tanto
como para que sea evidente para todo el mundo que bajará. En otras palabras, la tasa de interés no
puede ser “extraordinariamente baja”, en el sentido de que sea obvio que en el futuro aumentará:
si así fuera, todo el mundo esperaría una caída en el precio de los bonos y eso haría que el precio
de los bonos baje hoy mismo (es decir, que suba la tasa de interés). Es por ese comportamiento de
los especuladores que la tasa de interés puede verse impedida de llegar a su nivel de equilibrio,
cuando éste sea extraordinariamente bajo.
3) La deflación esperada y la tasa de interés: la tasa que equilibra el ahorro con la inversión e una tasa
de interés real: por prestar tantos bienes hoy te van a devolver más bienes mañana. Para el ahorrista una
alternativa a prestar es mantener el dinero en el bolsillo. Para saber qué alternativa nos conviene hay que
medir el retorno de cada opción en la misma unidad: bienes o dinero. Ahora bien, la tasa de interés nominal
tiene un límite mínimo en 0% (a una tasa menor, o sea, negativa, nunca será más redituable prestar que
mantener la riqueza en dinero). Entonces, si se espera una deflación mayor que la tasa de interés real que
equilibra al ahorro y la inversión, la tasa de interés no podrá ubicarse en el equilibrio: como mínimo será 0%
nominal y como máximo será, en términos reales, igual a la deflación esperada. Cuanto más alta la
deflación, más alto el límite mínimo que tendrá la tasa de interés real; cuanto más baja sea la tasa
de interés real, más chances habrá de que la tasa real (que no puede ser inferior a ese mínimo) sea
superior a la tasa de equilibrio.

Consecuencias del ajuste imperfecto de la tasa de interés


La inversión planeada es la acumulación de bienes y servicios de capital y la acumulación planeada
de inventarios
La inversión no planeada es la acumulación de inventario debido a deficiencias esperada en la DA
Demanda planeada: consumo + inversión planeada + gasto público
La distinción entre estos conceptos es importante porque ayuda a pensar qué pasa si r no está en su nivel de
equilibrio. Ej: si la tasa es mayor a la tasa de interés de equilibrio la D de bienes de capital es menor que la
oferta de ahorro (o lo que es lo mismo, la suma del consumo y la inversión planeada es menor que el PBI).
¿Qué pasa con los bienes “que sobran”? Se van acumulando como inventarios no previstos (inversión no
planeada). En el modelo clásico este problema no existía porque la tasa de interés siempre estaba en
equilibrio y, entonces, la inversión siempre era igual al ahorro.

Si la tasa de interés está por encima del nivel de equilibrio las empresas no venden todo lo que
venían produciendo, de modo que irán recortando su producción hasta que la producción sea
igual a la demanda planeada o, lo que es lo mismo, hasta que el ahorro sea igual a la inversión
planeada El nivel de actividad de la economía entonces cae por debajo del PBI potencial.
Adicionalmente tendrá un papel importante el multiplicador: la reducción en los ingresos hará
caer el consumo, lo que impactará sobre la producción, que significa menores ingresos, y así
sucesivamente.
La caída en la tasa de interés y la reducción del nivel de actividad son dos maneras alternativas de
igualar el ahorro a la inversión planeada cuando se abre entre ellos una brecha: con la caída de la
tasa de interés, sube la inversión planeada y se reduce el ahorro; con la reducción del nivel de
actividad, el ahorro cae porque cae el ingreso. Keynes incluso llegó a plantear una tesis extrema: la
tasa de interés puede incluso no ajustar en absoluto, y toda la diferencia entre ahorro e inversión
planeada desaparecerá con la contracción del nivel de actividad, que reducirá el ahorro hasta
igualarlo con la inversión. Esa situación descripta por Keynes en los años 30 cobró actualidad en
2008-2009 cuando la economía siguió cayendo a pesar de la que la tasa de interés estaba cerca del
0% y, por lo tanto, no podía seguir bajando, condición que se llama trampa de liquidez.
Por otra parte, si se produce menos (sin que haya cambios en el stock de capital o la tecnología)
tiene que haber cambios en el mercado de trabajo porque habrá menos gente trabajando.

El imperfecto mercado de trabajo keynesiano


En una eco abierta el mercado de trabajo se ajustaba al pleno empleo y la DA al PBI potencial por
medio del TCR. En una eco cerrada, en cambio, la tasa de interés es lo que ajusta la DA con el PBI
potencial, mientras que es el salario el que se ajusta para que la eco esté en pleno empleo. Si los
salarios no son perfectamente flexibles puede surgir un desempleo compatible con la
permanencia del PBI por debajo del nivel de producción potencial.

La política de estabilización keynesiana


En la visión keyensiana la eco es inestable. Para retornar al pleno empleo pueden usarse la política
fiscal y la monetaria.
Política monetaria: ¿qué medidas podrían tomarse?
1) Reducción de la tasa nominal de interés: compra de bonos (aumentando su precio y
disminuyendo por lo tanto su tasa), o reducción de la tasa a la que los bancos comerciales pueden
endeudarse con el BCRA (tasa de redescuentos) para que disminuya la tasa de los préstamos.
Ambas medidas aumentan la cant de dinero y pueden hacer caer la tasa de interés nominal hasta
acercarla a su nivel de equilibrio.
2) Reducción de la tasa real: generar una inflación moderada, mediante la emisión monetaria,
para reducir la tasa de interés real y así acercarla al equilibrio. En este caso, las expectativas acerca
del futuro pueden ser más importantes que las acciones presentes. Si el BCRA logra instalar que
tendrá una política monetaria que evitará la deflación (o incluso que generará una inflación leve),
las tasa de interés bajarán y la eco se reanimará.
Política fiscal
Las alternativas para volver al pleno empleo son el ajuste clásico (esperar que una caída en la tasa
de interés real que reavive la DA), la reducción de las tasa de interés, o compensar la caída de la
demanda agregada privada con un incremento del gasto público.

Precios y nivel de actividad en la economía keynesiana


Los cambios en los precios están relacionados con la distancia que exista entre la demanda
planeada y el PBI potencial: aumentarán cuando la demanda planeada supere el PBI potencial y
disminuirán cando la demanda planeada sea inferior al PBI potencial. Por lo tanto, si esto es cierto,
debería haber una correlación inversa entre desempleo e inflación: a mayor desempleo, mayor
tendencia de los precios a caer; con tasas de desempleo muy bajas, los precios deberían subir. Esta
relación se llama curva de Phillips.
En los 60 hubo en USA años de alta inflación y bajo desempleo, lo que parecía confirmar los supuestos de la
curva de Phillips. Pero en los 70 la estanflación (desempleo + inflación) en los países desarrollados llevó a la
crisis del modelo keynesiano.

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