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EL PROCEDIMIENTO DE EJECUCIÓN FORZADA

La ejecución forzada tiene como objetivo lograr satisfacer el crédito del acreedor
ejecutante a través del remate o la adjudicación en pago de los bienes afectados
del deudor. Por ello, es conveniente conocer el trámite de este procedimiento,
sobre todo en razón de la reciente modificación de los artículos 742 y 744 del
Código Procesal Civil

I. INTRODUCCIÓN

En nuestro medio resulta un hecho generalizado el recurrir a un crédito.


Pero a la vez, cuando el acreedor exige el pago del mismo, se encuentra en
no pocas ocasiones con la negativa o imposibilidad de cumplimiento del
deudor. Ante ello, se suele recurrir a un proceso judicial de ejecución de
obligaciones, en el cual lo aconsejable es solicitar una medida cautelar
respecto de los bienes del deudor a fin de procurar la garantía del crédito.
De este modo, en caso de persistir el incumplimiento del deudor, el
acreedor deberá iniciar la ejecución forzada de los bienes afectados. Dicha
ejecución forzada se realiza a través del remate judicial o, en última
instancia, de la adjudicación en pago.

En el presente informe desarrollaremos el trámite que debe seguirse, según


nuestro ordenamiento procesal, en cada una de estas modalidades de la
ejecución forzada.

II. LA EJECUCIÓN FORZADA EN EL CÓDIGO PROCESAL CIVIL

La ejecución forzada constituye la última de las etapas del proceso de


ejecución. Consiste en la actividad procesal desarrollada por el órgano
jurisdiccional a efectos de lograr la satisfacción del crédito del ejecutante y
de los terceros legitimados que hayan concurrido al proceso. Para ello, se
procede a enajenar judicialmente los bienes afectados del deudor.
Nuestro Código Procesal Civil (en adelante, CPC) regula la ejecución
forzada en el Capítulo V, del Título V de los procesos de ejecución, en los
artículos que van del 725 al 748. A su vez este capítulo se encuentra
dividido en cuatro subcapítulos referidos a las disposiciones generales, el
remate, la adjudicación y el pago, respectivamente.

Así, para iniciar la ejecución forzada es preciso que existan bienes


afectados del deudor, con los cuales se pueda garantizar el cumplimiento
del crédito que éste tiene a favor del acreedor ejecutante. Una vez
afectados dichos bienes se procede a la ejecución forzada de los mismos,
para lo cual es necesario que el acreedor ejecutante presente una solicitud
ante el juez, a fin de que éste inicie la ejecución forzada.

Por otro lado, el artículo 726 del CPC permite que en el desarrollo de esta
etapa se dé la intervención de cualquier otro acreedor que tenga afectado el
mismo bien materia de ejecución. Los derechos de este tercero dependerán
de la naturaleza y estado de su crédito. En caso de que la intervención de
dicho tercero se produzca después de realizada la ejecución forzada, él
solo tendrá derecho al remanente que exista.

La ejecución forzada en estricto se inicia una vez que el juez ordena llevar
adelante la ejecución. Concluye cuando se realiza el pago íntegro del
crédito que ostenta el acreedor ejecutante, con el producto del remate o con
la adjudicación en pago; o, en todo caso, cuando antes de ello el ejecutado
paga el total de la obligación, más los intereses, y las costas y costos del
proceso.
III. LAS FORMAS DE EJECUCIÓN FORZADA

Se ha establecido expresamente en el artículo 725 del CPC que, a efectos


de que se lleve adelante la ejecución forzada de los bienes del deudor, el
ejecutante podrá hacer uso de cualquiera de las siguientes modalidades: el
remate o la adjudicación en pago. Dichas modalidades tienen un objetivo en
común: lograr que el acreedor ejecutante vea satisfecho su derecho a
cobrar el total del crédito que a su favor tiene que pagar el deudor
ejecutado, ya sea a través de la venta judicial de los bienes afectados del
deudor o, en su caso, con la adjudicación en pago de los mismos por parte
del ejecutante.

IV. EL REMATE

El remate judicial es la forma más común de realizar la ejecución forzada.


El mismo que comprende una serie de actos sucesivos que se inician con la
tasación de los bienes afectados y culminan con la transferencia de los
bienes a quien se los haya adjudicado. Por ello, de ninguna manera debe
pensarse que el remate judicial solo está constituido por el remate
propiamente dicho (es decir, la venta judicial de los bienes afectados del
deudor), sino que comprende a su vez diversos actos, tanto anteriores
como posteriores al acto de remate, que buscan preparar y concluir el
procedimiento de remate judicial.

Así, dentro de los actos antes mencionados debemos considerar el acto


por el cual se tasan los bienes, los actos por los que se convoca a dicho
remate, la publicidad del mismo; y en general todo aquello que tienda a la
efectiva realización de la ejecución forzada, la cual solo culminará una vez
que se haya depositado la suma obtenida por el remate de dichos bienes y
la consiguiente transferencia de los mismos al adjudicatario.
Por ello, siguiendo a Eugenia Ariano Deho, podría definirse el remate
judicial como el acto procesal de ejecución por el cual el órgano
jurisdiccional, en uso de sus facultades de imperio, transfiere al mejor
postor el bien objeto de la ejecución, previo pago del precio ofrecido, ello
con la finalidad de satisfacer al acreedor ejecutante y a los acreedores
concurrentes sus derechos al crédito dinerario.

Como el remate judicial constituye un procedimiento compuesto por


diversos actos concatenados, pasaremos a revisar cada uno de ellos:

1. Tasación

Con la tasación se da inicio al procedimiento del remate judicial. Así, una


vez que quede firme la resolución que ordena llevar adelante la ejecución,
el juez dispone la tasación de los bienes afectados; y como dicha tasación
supone un acto pericial, deberá ser realizada por peritos especialistas en la
materia quienes, sobre la base de sus conocimientos, van a determinar el
valor actual y real del bien en el mercado. Una vez obtenida la tasación, el
juez podrá convocar a remate.
La tasación de los bienes es dispuesta por el juez a través de una
resolución, la cual debe contener: i) el nombramiento de dos peritos, y ii) el
plazo dentro del cual, previa aceptación, deben éstos presentar su
dictamen, bajo apercibimiento de subrogación y multa (no mayor a 4 URP).

Ahora bien, existen ciertos casos en los que no se requiere tasación, como
por ejemplo cuando las partes han convenido previamente el valor del bien
o su valor especial para el caso de ejecución forzada(2). Asimismo, no se
requerirá tasación cuando los bienes afectados consistan en dinero o tienen
cotización en el mercado de valores o equivalente, ya que estos bienes no
se transfieren en remate público. En este caso, es necesario que el juez
nombre a un agente de bolsa o corredor de valores para que proceda a
vender dichos bienes.
2. Observación y aprobación de la tasación

Una vez presentada la tasación por los dos peritos, ésta será puesta en
conocimiento de las partes por el plazo de tres días, a efectos de que las
mismas puedan formular sus observaciones. Vencido dicho plazo, el juez
puede aprobar o desaprobar la tasación; y, en caso de desaprobarla,
ordenará que se realice una nueva tasación, ya sea por los mismos peritos
u otros. La resolución que desaprueba la tasación es inimpugnable.

3. Convocatoria a remate judicial

Una vez aprobada la tasación, o cuando ésta sea innecesaria en los casos
ya mencionados, el juez debe proceder a convocar al remate judicial. Ello lo
realizará a través de una resolución que, según el artículo 731 del CPC,
debe: i) fijar día y hora en que deba realizarse el acto de remate; y ii)
designar al funcionario que efectuará el acto de remate.

4. Publicidad

La convocatoria a remate debe publicarse en el diario de los avisos


judiciales del lugar donde se efectuará dicho acto. El anuncio se realizará
por tres días tratándose de bienes muebles y seis días en caso de
inmuebles. En caso de no haber diario, la convocatoria se publicará en otro
medio de notificación edictal.

Tratándose de inmuebles, además de las publicaciones señaladas, deberán


colocarse avisos del remate en un lugar visible de los mismos, así como en
el local del juzgado, bajo responsabilidad del secretario de juzgado. En caso
de muebles, los avisos deben colocarse en el local donde se realizará el
acto de remate.
El anuncio del remate debe contener: i) el nombre de las partes y los
terceros legitimados, es decir el del acreedor ejecutante, del ejecutado y de
los demás acreedores que intervienen en el proceso; ii) el bien a rematar, y
de ser posible su descripción y sus características; iii) la relación de las
afectaciones del bien; iv) el valor de tasación y el precio base; v) el lugar,
día y hora del remate; vi) el nombre del funcionario que realizará el remate;
vii) el porcentaje que debe depositar para participar en el remate; viii) el
nombre del juez y del secretario de juzgado y la firma de éste.

El último párrafo del artículo 733 del CPC señala que la publicidad del
remate no puede omitirse aunque medie renuncia del ejecutado, bajo
sanción de nulidad. Ello en razón a que la convocatoria se realiza con el
objetivo de difundir el remate judicial.

Una vez que las personas interesadas tomen conocimiento de la


convocatoria a remate, podrán presentarse a efectos de ser considerados
como posibles postores. Para ser admitido como postor es necesario que el
interesado, antes del inicio del acto de remate, cumpla con depositar, ya
sea en efectivo o en cheque de gerencia girado a su nombre, una cantidad
no menor al 10% del valor de tasación del bien afectado. Tanto el ejecutante
como el tercero legitimado pueden participar en el acto de remate en
calidad de postores, para lo cual están exentos de realizar el depósito
mencionado. En cambio el ejecutado está imposibilitado expresamente de
participar en el remate como postor.

Una vez realizado el acto de remate y de haberse procedido a otorgar en


adjudicación los bienes al mejor postor, se procederá a devolver las sumas
depositadas a los postores que no fueron favorecidos en el acto de remate.
5. Acto de remate

El acto de remate se realizará en el día y hora señalados en la


convocatoria. Dicho acto se iniciará con la lectura de la relación de los
bienes y condiciones del remate, continuando con el anuncio de cada una
de las posturas a medida que se realicen. El martillero adjudicará el bien a
quien realice la postura más alta, después de un doble anuncio del precio
alcanzado sin que se realice una mejor oferta, con lo cual el remate del bien
o los bienes afectados queda concluido.

En líneas generales es así como debe realizarse el acto de remate.


Adicionalmente a ello, nuestro CPC en su artículo 736 ha establecido
algunas reglas que deberán observarse a efectos de realizar dicho acto: i)
la base de la postura será igual a las dos terceras partes del valor de
tasación, no admitiéndose oferta inferior; ii) cuando el remate del bien
comprenda más de un bien, se debe preferir a quien ofrezca adquirirlos
conjuntamente, siempre que el precio no sea inferior a la suma de las
ofertas individuales; y iii) cuando se remate más de un bien, el acto se dará
por concluido, bajo responsabilidad, cuando el producto de lo ya rematado
es suficiente para pagar todas las obligaciones exigibles en la ejecución y
las costas y costos del proceso.

Una vez realizado el acto de remate se procederá a sentar acta del mismo,
lo cual será realizado por el secretario de juzgado o por el martillero, según
corresponda. Dicha acta de remate debe consignar el lugar, fecha y hora
del acto; el nombre del ejecutante, del tercero legitimado y del ejecutado; el
nombre de los postores y las posturas efectuadas; el nombre del
adjudicatario; y la cantidad obtenida con el remate.

El acta de remate debe estar firmada por el juez, o en su caso por el


martillero, por el secretario del juzgado, por el adjudicatario y por las partes,
si es que están presentes. Después de ello, se procederá a anexar el acta
de remate al expediente a fin de dejar constancia de la realización del acto.

6. Pago del saldo del precio y transferencia de los bienes rematados

En este aspecto se establecen dos criterios a seguir en atención a la


naturaleza del bien rematado. Así, en caso de bienes muebles, el pago se
debe efectuar en el mismo acto del remate, debiéndose entregar de
inmediato el bien al adjudicatario, es decir a aquel que adquirió el bien
objeto por realizar la postura más alta. Una vez efectuado el pago del saldo
del precio, el martillero procederá a depositar dicha suma en el Banco de la
Nación, a la orden del juzgado, a más tardar al día siguiente de realizado el
acto de remate, con lo cual concluye el procedimiento de remate judicial.

En el caso de bienes inmuebles, el juez antes de cerrar el acta de remate


ordenará al adjudicatario que deposite en el Banco de la Nación el saldo del
precio dentro de los tres días siguientes. Una vez realizado dicho depósito
el juez transferirá la propiedad del inmueble mediante un auto, el cual
contendrá: i) la descripción del bien; ii) la orden que deja sin efecto todo
gravamen que pese sobre éste, a excepción de la medida cautelar de
anotación de demanda; iii) la orden al ejecutado o administrador judicial
para que entregue el inmueble al adjudicatario dentro de los 10 días
siguientes, bajo apercibimiento de lanzamiento. Esta orden también es
aplicable al tercero que fue notificado con el mandato ejecutivo o de
ejecución; iv) la orden de que se expidan partes judiciales para su
inscripción en el registro correspondiente, los cuales contendrán la
transcripción del acta de remate y del auto de adjudicación.

El auto de adjudicación en materia de remate de bienes inmuebles es de


vital importancia por varias razones, porque con él se da por concluido
dicho procedimiento y, por otro lado, constituye el acto por el cual se
transfiere, en favor del adjudicatario, la propiedad del bien rematado.
En caso de que el adjudicatario no cumpla con depositar el saldo del precio
dentro del plazo señalado, el juez está facultado en virtud del artículo 741
del CPC a declarar la nulidad del remate, y por ende convocar a un nuevo
procedimiento. Con ello el adjudicatario incumpliente se hará acreedor a
una doble sanción: i) perderá la suma que depositó a efectos de ser
admitido como postor, la cual será destinada a cubrir los gastos del anulado
remate, y en caso de existir un saldo, será destinado como un ingreso del
Poder Judicial por concepto de multa; ii) quedará impedido de participar en
el nuevo remate a convocarse.
Además, el referido artículo señala que queda a salvo el derecho del
acreedor ejecutante para reclamar al adjudicatario incumpliente el pago de
los daños y perjuicios que se le hubiesen ocasionado con dicho
incumplimiento.

7. Falta de postores

La Ley N° 27740 del 29/05/2002 ha modificado sustancialmente los


artículos 742 y 744 del CPC en relación a la forma como deben realizarse
las nuevas convocatorias por frustración del remate a falta de postores y a
la oportunidad en la que se puede solicitar la adjudicación en pago del bien
afectado.

Así, según el texto anterior del artículo 742 del Código acotado, en caso de
no presentarse postores en la primera convocatoria a remate, se procedía a
realizar una segunda convocatoria en la cual el precio base de la postura
era reducido en un 15%. En caso de que en la segunda convocatoria
tampoco se hubieran presentado postores, se dejaba abierta la posibilidad
de convocarse nuevamente a cuantas convocatorias hubieran sido
necesarias con la consiguiente y sucesiva reducción del 15 % del precio
base anterior.
Evidentemente dicho tratamiento representaba un grave perjuicio, tanto
para el acreedor ejecutante como para el deudor, pues dilataba el proceso y
a la vez incrementaba los gastos del mismo. En efecto, lo único que
originaba era que el bien sea vendido a un precio exiguo, con el cual
muchas veces no se llegaba a pagar el monto de lo adeudado y mucho
menos a cubrir los intereses y demás gastos del trámite del proceso, los
mismos que se incrementan razonablemente por cada nueva convocatoria.

La modificación del artículo 742 del CPC tiene por objetivo eliminar la
posibilidad de que se efectúe un ilimitado número de convocatorias. Según
el nuevo texto del referido artículo, ante la frustración del remate por falta de
postores en la primera convocatoria, el juez procederá a convocar a una
segunda reduciendo en un 15% el precio base; y si en esta segunda
convocatoria tampoco se presentan postores se procede a convocar a una
tercera con la respectiva reducción del 15%. Si en esta tercera convocatoria
tampoco se presentan postores, el ejecutante podrá solicitar al juez la
adjudicación en pago del bien dentro de los 10 días siguientes de frustrado
el remate.

En caso de no presentarse la solicitud de adjudicación en dicho plazo, se


procederá a ordenar una nueva tasación y una nueva convocatoria,
iniciándose nuevamente dicho procedimiento con el mismo trámite antes
señalado, el cual si llega a la tercera convocatoria nuevamente sin
presentarse postores ni realizarse la adjudicación en pago volverá a ser
frustrado, debiendo realizarse una nueva tasación y convocatoria, y así
sucesivamente.
8. Nulidad del remate judicial

Como el remate judicial es un acto procesal realizado por el órgano


jurisdiccional, la nulidad del mismo solo puede sustentarse en el
incumplimiento de alguno de los requisitos formales del propio acto procesal
y no en las normas relativas a la nulidad de los actos jurídicos. Al respecto,
el artículo 743 del CPC establece que la solicitud de nulidad deberá ser
interpuesto dentro de los tres días siguientes de realizado el acto de
remate.

V. LA ADJUDICACIÓN EN PAGO

En la ejecución forzada la adjudicación del bien rematado puede darse en dos


formas: en el remate o una vez frustrado éste. La adjudicación en remate se
da cuando una vez realizado dicho acto se procede a redactar el acta de
remate en la cual, entre otros datos, consta el nombre del adjudicatario (postor
a quien se le adjudicó el bien por realizar la postura más alta).

En cambio, la adjudicación en pago viene a ser una forma accesoria de


realización de la ejecución forzada. Se realiza cuando, una vez frustrado el
remate (debido a que en la tercera convocatoria no se han presentado
postores) el ejecutante o en su caso el tercero legitimado solicita al juez la
adjudicación del bien en pago del crédito que ostenta. Para ello, el ejecutante
deberá presentar la solicitud de adjudicación en pago dentro de los diez días
siguientes de frustrado el remate. De no presentarse dicha solicitud, el juez
procederá a disponer una nueva tasación y remate bajo las mismas
condiciones, repitiéndose el mismo trámite tantas veces sea necesario hasta
que aparezca un postor o hasta que el acreedor ejecutante solicite la
adjudicación del bien.

En caso de que el valor del bien sea superior al crédito, el ejecutante que ha
solicitado la adjudicación del bien deberá pagar dicho exceso al deudor dentro
de los tres días siguientes a la notificación de la liquidación de los intereses,
costas y costos del proceso. En caso de que no se cumpla con realizar dicho
depósito dentro del mencionado plazo, la adjudicación quedará sin efecto,
prosiguiéndose a convocar a un nuevo remate.

Por el contrario, si el adjudicatario cumple con depositar el monto que excede


su crédito, el juez inmediatamente procederá a entregarle el bien mueble y, en
caso de tratarse de un inmueble, a expedir el auto de adjudicación.

VI. PAGO AL EJECUTANTE

Una vez realizado el remate judicial y obtenido el dinero, el juez procederá a


disponer el pago del crédito al acreedor. Para ello es necesario que
previamente el juez ordene la liquidación de los intereses, costas y costos del
proceso, lo cual debe ser realizado por el secretario del juzgado dentro del
plazo que fije el juez.
Efectuada la mencionada liquidación, la misma se pondrá en conocimiento de
las partes para que dentro de los tres días siguientes realicen sus
observaciones en forma detallada. Absuelto el trámite de la observación o en
caso de rebeldía, el juez resolverá aprobando o modificando la liquidación y a
la vez requerirá el pago.
Una vez aprobada la liquidación de los intereses, costas y costos del proceso
se procederá a pagar al ejecutante con el producto del remate. En caso de
que el bien que asegura la ejecución esté constituido por dinero, éste será
entregado al ejecutante una vez aprobada la liquidación.
Si en el remate judicial se da la concurrencia de varios ejecutantes, se deberá
proceder a satisfacer sus respectivos derechos de la siguiente manera:
a) Concurrencia de varios acreedores ejecutantes con derechos distintos:
el producto del remate será distribuido en atención al derecho de cada
uno de los ejecutantes. Dicha distribución será establecida por el juez
en un auto, el cual podrá ser observado dentro de los tres días
siguientes a su notificación. Si después de la distribución existe un
remanente, éste le será entregado al ejecutado.

b) Concurrencia de varios acreedores sin derecho preferente y los bienes


del deudor no alcanzan a cubrir las obligaciones: el pago de dichas
obligaciones se efectuará a prorrata. Si entre dichos acreedores existe
uno con derecho preferente, el crédito de éste será satisfecho en primer
lugar y el de los otros se realizará a prorrata.

Una vez realizado el pago íntegro al ejecutante del crédito, más los intereses
que se hubieran devengado y las costas y costos del proceso, se habrá
concluido la ejecución forzada, pues ésta ha logrado alcanzar su objetivo
primordial: la satisfacción del crédito del acreedor ejecutante a través de la
enajenación forzosa de los bienes del deudor.

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