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La ejecución forzada tiene como objetivo lograr satisfacer el crédito del acreedor
ejecutante a través del remate o la adjudicación en pago de los bienes afectados
del deudor. Por ello, es conveniente conocer el trámite de este procedimiento,
sobre todo en razón de la reciente modificación de los artículos 742 y 744 del
Código Procesal Civil
I. INTRODUCCIÓN
Por otro lado, el artículo 726 del CPC permite que en el desarrollo de esta
etapa se dé la intervención de cualquier otro acreedor que tenga afectado el
mismo bien materia de ejecución. Los derechos de este tercero dependerán
de la naturaleza y estado de su crédito. En caso de que la intervención de
dicho tercero se produzca después de realizada la ejecución forzada, él
solo tendrá derecho al remanente que exista.
La ejecución forzada en estricto se inicia una vez que el juez ordena llevar
adelante la ejecución. Concluye cuando se realiza el pago íntegro del
crédito que ostenta el acreedor ejecutante, con el producto del remate o con
la adjudicación en pago; o, en todo caso, cuando antes de ello el ejecutado
paga el total de la obligación, más los intereses, y las costas y costos del
proceso.
III. LAS FORMAS DE EJECUCIÓN FORZADA
IV. EL REMATE
1. Tasación
Ahora bien, existen ciertos casos en los que no se requiere tasación, como
por ejemplo cuando las partes han convenido previamente el valor del bien
o su valor especial para el caso de ejecución forzada(2). Asimismo, no se
requerirá tasación cuando los bienes afectados consistan en dinero o tienen
cotización en el mercado de valores o equivalente, ya que estos bienes no
se transfieren en remate público. En este caso, es necesario que el juez
nombre a un agente de bolsa o corredor de valores para que proceda a
vender dichos bienes.
2. Observación y aprobación de la tasación
Una vez presentada la tasación por los dos peritos, ésta será puesta en
conocimiento de las partes por el plazo de tres días, a efectos de que las
mismas puedan formular sus observaciones. Vencido dicho plazo, el juez
puede aprobar o desaprobar la tasación; y, en caso de desaprobarla,
ordenará que se realice una nueva tasación, ya sea por los mismos peritos
u otros. La resolución que desaprueba la tasación es inimpugnable.
Una vez aprobada la tasación, o cuando ésta sea innecesaria en los casos
ya mencionados, el juez debe proceder a convocar al remate judicial. Ello lo
realizará a través de una resolución que, según el artículo 731 del CPC,
debe: i) fijar día y hora en que deba realizarse el acto de remate; y ii)
designar al funcionario que efectuará el acto de remate.
4. Publicidad
El último párrafo del artículo 733 del CPC señala que la publicidad del
remate no puede omitirse aunque medie renuncia del ejecutado, bajo
sanción de nulidad. Ello en razón a que la convocatoria se realiza con el
objetivo de difundir el remate judicial.
Una vez realizado el acto de remate se procederá a sentar acta del mismo,
lo cual será realizado por el secretario de juzgado o por el martillero, según
corresponda. Dicha acta de remate debe consignar el lugar, fecha y hora
del acto; el nombre del ejecutante, del tercero legitimado y del ejecutado; el
nombre de los postores y las posturas efectuadas; el nombre del
adjudicatario; y la cantidad obtenida con el remate.
7. Falta de postores
Así, según el texto anterior del artículo 742 del Código acotado, en caso de
no presentarse postores en la primera convocatoria a remate, se procedía a
realizar una segunda convocatoria en la cual el precio base de la postura
era reducido en un 15%. En caso de que en la segunda convocatoria
tampoco se hubieran presentado postores, se dejaba abierta la posibilidad
de convocarse nuevamente a cuantas convocatorias hubieran sido
necesarias con la consiguiente y sucesiva reducción del 15 % del precio
base anterior.
Evidentemente dicho tratamiento representaba un grave perjuicio, tanto
para el acreedor ejecutante como para el deudor, pues dilataba el proceso y
a la vez incrementaba los gastos del mismo. En efecto, lo único que
originaba era que el bien sea vendido a un precio exiguo, con el cual
muchas veces no se llegaba a pagar el monto de lo adeudado y mucho
menos a cubrir los intereses y demás gastos del trámite del proceso, los
mismos que se incrementan razonablemente por cada nueva convocatoria.
La modificación del artículo 742 del CPC tiene por objetivo eliminar la
posibilidad de que se efectúe un ilimitado número de convocatorias. Según
el nuevo texto del referido artículo, ante la frustración del remate por falta de
postores en la primera convocatoria, el juez procederá a convocar a una
segunda reduciendo en un 15% el precio base; y si en esta segunda
convocatoria tampoco se presentan postores se procede a convocar a una
tercera con la respectiva reducción del 15%. Si en esta tercera convocatoria
tampoco se presentan postores, el ejecutante podrá solicitar al juez la
adjudicación en pago del bien dentro de los 10 días siguientes de frustrado
el remate.
V. LA ADJUDICACIÓN EN PAGO
En caso de que el valor del bien sea superior al crédito, el ejecutante que ha
solicitado la adjudicación del bien deberá pagar dicho exceso al deudor dentro
de los tres días siguientes a la notificación de la liquidación de los intereses,
costas y costos del proceso. En caso de que no se cumpla con realizar dicho
depósito dentro del mencionado plazo, la adjudicación quedará sin efecto,
prosiguiéndose a convocar a un nuevo remate.
Una vez realizado el pago íntegro al ejecutante del crédito, más los intereses
que se hubieran devengado y las costas y costos del proceso, se habrá
concluido la ejecución forzada, pues ésta ha logrado alcanzar su objetivo
primordial: la satisfacción del crédito del acreedor ejecutante a través de la
enajenación forzosa de los bienes del deudor.