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Teoría de la Tipicidad y
Tipos de Injusto
Biografía
Previo a mencionar los conceptos expuestos por el autor Luis Cousiño Maciver, se
considera pertinente efectuar una descripción de su biografía a fin de conocer parte de
su historia y trayectoria dentro del campo del derecho; iniciando con el hecho que nación
el 8 de septiembre de 1903, en Valparaiso, provincia de Chile, fue un destacado abogado,
jurista y profesor de derecho penal chileno. Hijo de Luis Cousiño Talavera de Julia
Maciver Ovalle, fue el segundo de cinco hermanos: Raquel (julio de 1902 - mayo de 1988;
casada con Álvaro Vicencio Nieto), Ventura (enero 1907 - noviembre 1907), Fernando
(octubre 1909 - febrero 1912) y Julia (noviembre de 1904 - enero de 1989; cónyuge de
Lloyd Roberts). Se casó el 20 de agosto de 1929 con Ada Noé Pizzo (18 de marzo de
1908 - 21 de noviembre de 1974). La pareja tuvo 4 hijos: Juan José (20 de agosto de
1930 - 12 de marzo de 1958), María Cecilia (casada con Patricio Daly Fisher) y María
Pía, casada con el pintor Rodolfo Opazo Bernales.
La novedad más importante que introdujo Von Beling en su teoría, fue la de insertar
en el concepto del delito la noción del tipo y de establecer, como exigencia de la punición,
el requerimiento de la adecuación típica de la acción. El delito, consiste en una acción
que cumple un tipo y que es antijurídica y culpable, en el entendido que este nuevo
elemento tiene una autonomía propia y no realiza ninguna función subsidiaria. Beling dice
que el Tatbestand tiene un carácter meramente descriptivo y que es un simple bosquejo
incorpóreo de un tipo de delito. Dice también, que el Tatbestan es exclusivamente objetivo
y está libre de todo momento subjetivo, por lo cual al hablar de un Tatbentand subjetivo
o psíquico es una contradicción en el adjetivo, pues el tipo es una descripción objetiva,
ausente de toda clase de valoraciones.
Por esta causa, el tipo, como bosquejo objetivo abstracto, queda reducido a una
visión teórica ya que cualquier mención valorativa, pasa a integrar los elementos de la
antijuricidad o de la culpabilidad, encontrándose ausentes del tipo mismo. La tipicidad se
cumple, por ejemplo, con el hecho de apoderarse de una cosa mueble ajena, pero las
circunstancias de que sea una acción de apropiación y que se haya realizado con ánimo
de lucro, son valorizaciones en sede de antijuridicidad y de culpabilidad.
Fue hasta 1930 que Von Beling se hizo cargo de las nuevas corrientes del
pensamiento, aunque fuera de manera parcial, ya que dentro de su concepción no era
posible admitir un elemento subjetivo inserto dentro del tipo. Por esta razón, describió,
paralelamente al Tatbestand, el concepto de Deliktstypus. Tatbestand dejó de asumir su
rol de elemento independiente, para convertirse en una mera adjetivación de los
elementos del delito, tal como puede apreciarse en la nueva definición de delito que
aportaría: “Acción punible (delito en sentido amplio) es aquella acción típicamente
antijurídica y correspondientemente culpable, que no se halla cubierta por una causa
material de exclusión de pena”.
Señala Beling que el Tatbestand legal es un concepto troncal, del que nacen todos
los demás conceptos jurídicos penales, en tanto y cuanto sin él no pueden obstenerse
determinaciones concretas y definitivas. El Tatbestand, concebido tan solo de manera
objetiva en una función material descriptiva, se convierte en el esquema común, que hace
las veces de rector en la valorización del hecho. El Deliktstypus, comprende incluso los
momentos normativos o subjetivos y las condiciones objetivas de punibilidad, en los
respectivos casos particulares.
Con relación a los vínculos entre la tipicidad y la antijuricidad, Beling fue bastante
tímido en afirmar su existencia, se limitó a decir que: en general, el cumplimiento del
Tatbestand es antijurídico”. Fue M. E. Mayer el que afirmó que la tipificidad es el
fundamento más importante del reconocimiento de la antijuridicidad y que ellas se
comportan como el humo al fuego para sostener, más adelante, que los tipos son indicios
de la antijuricidad.
Mezger considera que la función de la tipicidad va mucho más allá que la simple
ratio cognoscendi de la antijuricidad, pues: “El tipo en el sentido propio jurídico-penal
significa más bien el injusto descripto concretamente por la ley en sus diversos artículos
y a cuya realización va ligada la sanción penal”. Al tratar tipicidad dentro del tema de la
antijuridicidad afirma que “Es fundamento real y de validez (ratio essendi) de la
antijuridicidad”. La consecuencia práctica no difiere al sostener que: El que actúa
típicamente actúa tambié antijurídicamente, en tanto no exista una causa de exclusión
del injusto”. Esta opinión ha sido compartida por otros connotados penalistas.
Antijuridicidad e Injusto
Welzel concibe la antijuridicidad como un juicio negativo de valor, esto es, un juicio
de desvalor en que el sujeto que lo realiza no es un hombre singular sino que el orden
jurídico como tal. La antijuridicidad es un juicio de valor “objetivo”, al recaer sobre el
comportamiento típico, conforme a un patrón general: el ordenamiento jurídico. Beling,
sostiene, que el significado material autónomo del tipo, en el concepto tripartito del delito,
descansa en lo siguiente: entre los innumerables comportamiento humanos, el tipo
recorta el que es relevante para el derecho penal, al cual atribuye una valoración como
ajustado a derecho a antijurídico; mientras el tipo describe materialmente la conducta
relevante jurídico-penalmente, facilita, la determinación constitucionalmente inequívoca
de la antijuridicidad de la conducta. Welzel, concibe su objetividad en el sentido de
“objeto” de la materia prohibida, lo que le permite incluir en él dos momentos bien
diferenciados:
a) El tipo propiamente objetivo, que es el núcleo concreto-real de todo delito,
constituido por el hecho externo, manifestado no solamente por su materialidad,
sino por determinados aspectos anímico-subjetivos, contenidos en la descripción
legal.
b) El tipo subjetivo, que, conforme a la doctrina finalista, está formado por el dolo o
por la culpa.
El tipo abarca todos los componentes descriptivos de la figura delictiva, incluidos los
elementos normativos o subjetivos que no estén referidos a la antijuridicidad o a la
culpabilidad.
El requisito previo de las normas para la elaboración de los tipos, supone que se
trate realmente de normas que, desde un punto de vista filosófico y sociológico,
constituyan prohibiciones o mandatos impuestos por requerimientos protectores de los
bienes valiosos para el orden jurídico o por exigencias ético-sociales de convivencia y
que, en tal carácter, son sentidos por los sujetos a quienes están dirigidos. La Ley no
tiene plena libertad para crear un injusto punible, pues ella carece de eficacia productiva
de una percepción emocional de la vida social. Estas restricciones al ius puniendi son
una de las más notorias debilidades de todo sistema político dictatorial, carente de un
soporte de normas jurídicas auténticas.
Las normas que sirven de sustento a los tipos penales pueden clasificarse en tres
grupos diversos, según sean la vigencia con que ejercen su imperio sobre los sujetos y
las acciones que ellos ejecutan, en el intercambio de las relaciones humanas:
1. Las normas que hemos llamado prohibitivas, que son aquellas que tratan de
impedir la producción de resultados inconvenientes, desde un punto de vista de
seguridad de los bienes jurídicos y del orden ético y social, para la convivencia
colectiva, y cuya transgresión voluntaria, con la finalidad de conseguir ese
resultado, es castigada a título de delito doloso.
2. Las normas designadas como imperativas, son las que exigen la realización de
acciones para evitar resultados socialmente no deseados. El no cumplimiento de
este grupo de normas, constituye el fundamento de los delitos de omisión.
3. Las normas que relegan a un segundo plano la finalidad mismas de las acciones,
solamente inciden en la elección o uso de los medios con que ellas se ejecutan,
en cuanto puedan producir resultados dañosos para la colectividad. Estas normas
se resumen en el deber de cuidado con que los sujetos deben comportarse en sus
relaciones diarias y forman la base de los delitos culposos.