Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
El Arcángel Gabriel anuncia a María que concebirá y dará luz al Hijo del Altísimo. Pintura
en madera por Robert Campin, c 1420-1440, Bruselas.
Con particularidades litúrgicas propias, prácticamente todas las Iglesias cristianas históricas
celebran este tiempo: la Iglesia católica, la Comunión anglicana, la Iglesia ortodoxa, las
Iglesias protestantes (luterana, presbiteriana, metodista, morava, etc.), la Iglesia copta, entre
otras.
Durante el Adviento, se coloca en las iglesias y también en algunos hogares una corona de
ramas de pino, llamada corona de Adviento, con cuatro velas, una por cada domingo de
Adviento. Hay una pequeña tradición de Adviento: a cada una de esas cuatro velas se le
asigna una virtud que hay que mejorar en esa semana, por ejemplo: la primera, el amor; la
segunda, la paz; la tercera, la tolerancia y la cuarta, la fe.
Tiempo de Adviento
El Adviento es el tiempo con el cual se inicia el año litúrgico cristiano. Consiste en un
período de preparación espiritual para la solemnidad de la Natividad, nombre litúrgico de la
Navidad, en la cual se celebra el nacimiento de Jesús.
En el catolicismo, el primer domingo de Adviento que marca el comienzo del año litúrgico
tiene lugar el domingo siguiente al de la solemnidad de Cristo Rey, último domingo del año
litúrgico anterior. La duración del Adviento varía entre veintidós y veintiocho días, dado
que abarca los cuatro domingos previos a la solemnidad de la Navidad acompañados por un
número variable de días de semana. En consecuencia, el primer domingo de Adviento se
ubica entre el 27 de noviembre y el 3 de diciembre.
Imagen de Máximo de Turín (Codice della Catena). En su predicación, este obispo asoció
el tiempo de preparación a la Navidad con la práctica del
amor a peregrinos, viudas y pobres.
Hay evidencias de que en la liturgia de la Iglesia de Roma existía a mediados del siglo VI
un tiempo preparativo similar, pero este preludio de la Navidad carecía de elementos
ascéticos, tales como el ayuno, y se centraba mucho más en la alegre espera de la
celebración del nacimiento de Jesucristo como anticipo de la «vuelta del Señor glorioso» al
fin de los tiempos.[1] Se supone que el papa Siricio pudo instaurar el Adviento.[2] La
expresión latina adventus Domini («venida del Señor») se encuentra en el Sacramentario
gelasiano (Sacramentarium Gelasianum),[Nota 2] que hace referencia al Adviento como un
tiempo de seis semanas preparatorio de la Navidad.[1] Las seis semanas de duración todavía
perduran en el rito ambrosiano. Posteriormente se observaron algunas oscilaciones (cinco
semanas) hasta que el papa Gregorio Magno propuso para el Adviento una extensión de
cuatro semanas, duración que finalmente prevaleció.[2]
Se trata en todos los casos de modelos de creyentes que la Iglesia ofrece a los fieles para
preparar la celebración de la venida de Jesucristo.
Corona de Adviento
La corona de Adviento constituye una tradición cristiana que simboliza los cuatro
domingos que integran el Adviento en el calendario litúrgico de la Iglesia de Occidente.[Nota
3]
La corona de Adviento es una
práctica de origen luterano, aunque por
su nivel de aceptación se extendió a
muchas otras denominaciones
cristianas, incluyendo la Iglesia
católica.[5][6]
Se trata de las lecturas utilizadas hasta la entrada en curso de la reforma resultante del
Concilio Vaticano II.
Se trata de las lecturas que se integraron a la liturgia a partir del llamado Misal de Pablo VI
o Misal del Vaticano II.
CICLO A:
-Domingo Primero: Isaías 2,1-5; Salmo 121 1-8; Romanos 13, 11-14a; Mt. 24, 37-
44.
-Domingo Segundo: Isaías 11,1-10; Salmo 71, 1-2. 7-8. 12-13. 17; Romanos 15, 4-
9; Mt. 3, 1-12.
-Domingo Tercero: Isaías 35, 1-6a 10; Salmo 145, 7. 8-9a. 9bc-10; Santiago 5, 7-
10; Mt. 11, 2-11.
-Domingo Cuarto: Isaías 7, 10-14; Salmo 23, 1-2. 3-4ab. 5-6; Romanos 1, 1-7; Mt.
1, 18-24.
CICLO B:
CICLO C:
Notas