Está en la página 1de 3

El agraviado

En la historia de la persecución penal hay dos personajes que se disputan, con buenos
títulos, la calidad de ofendido: la sociedad y la victima (persona individual o jurídica) que
ven dañados o puestos en peligro sus intereses y sus derechos. Son muchos más, en
cambio, los que se atribuyen la condición de víctima. Unos y otros buscan, en todo caso, el
castigo del culpable -autor del delito-, y también pretenden la tutela social y el
resarcimiento del daño que han sufrido. Entre los datos que caracterizan al delito de
siempre se hallan la identidad del agresor y del agredido, que entran en contacto personal,
por el ataque que aquel emprende, por el enfrentamiento que compromete a ambos, por la
malicia que alguien utiliza para obtener, de cierto individuo, determinada ventaja. En
cambio, el delito moderno puede golpear a un número indeterminado de sujetos y provenir
de un número también indeterminado de agentes. No importa la identidad de aquellos y
estos, que ni siquiera se conocen entre sí. En contraparte a ello, luego de producido el
agravio, los agraviados se armarán para ejercer el contragolpe: la reacción punitiva y
reparadora enderezada contra el autor del delito y a veces contra quienes no han
participado en la conducta reprobable, pero deben responder por ella, en forma lateral y
subordinada.

La acción penal se ejerce mediante la denuncia, esta puede ser efectuada directamente por el
afectado o ejercitada por el Ministerio Público en su calidad de titular de la acción. La querella es
la solicitud que hace el ofendido o agraviado para que se inicie la investigación en los delitos que
la norma expresamente concede este derecho -generalmente los delitos contra el honor-. La ley la
establece corno condición de procedibilidad, porque estima que en ciertos tipos penales media un
interés personal de la víctima del ilícito, que puede verse vulnerado en forma más grave con la
investigación que sin ella. En tales casos, la facultad investigatoria se condiciona a la previa
formulación de la querella, como medio de protección de este interés personal. En estos casos
existe la figura del desistimiento que es una forma de perdón del ofendido, el cual crea mucha
controversia no sólo en nuestra legislación sino en otras similares. Por ejemplo, en México se
considera que el perdón del ofendido es contrario a los derechos de la sociedad y del Derecho
Penal. Fuentes, C (2011)

Fuentes, C (2011) el agraviado en el nuevo proceso penal Editorial: Instituto de Ciencia


Procesal Penal.
Las medidas coercitivas

Es importante las medidas coercitivas dentro de un proceso penal ya que dos son los
errores de la administración de justicia que una sociedad repudia con mayor firmeza: la
impunidad de un delincuente y el ingreso en prisión de un inocente y es probablemente
por esta razón que en el proceso penal se manifiesta con mayor claridad el carácter
democrático de un estado.

Las medidas que el Juez de la Investigación Preparatoria interponga en esos casos requieren
resolución judicial Ministerio Público, Diplomado sobre el Código Procesal Penal Preparatoria
interponga en esos casos requieren resolución judicial especialmente motivada, previa solicitud
del sujeto procesal legitimado.

El juez solo podría dictar mandato de comparecencia sin restricciones contra el imputado o
cuando el imputado no se presente voluntaria mente a la audiencia, podría hacérsele comparecer
por medio de la fuerza pública y si fuera necesario se ordenara la prisión preventiva hasta que se
realice y culmine la audiencia, la cual se celebra inmediatamente. Rosas, J (2015)

Rosas, J (2015) Tratado De Derecho Procesal Penal Tomo I Doctrina- Jurisprudencia- Modelos

Lima- Perú.

La sentencia

Para Mixan Mass nos dice que la sentencia pone término al juicio oral, es una resolución
jurisdiccional de mayor jerarquía, mediante la cual el acusado es condenado o absuelto o sujeto a
una medida de seguridad. La sentencia judicial es la forma típica más trascendente del acto
jurisdiccional.

Una sentencia justa y bien fundamentada, es la culminación necesaria del debido proceso; pues
significa la concreción de todos los principios sustantivos y de todas las garantías procesales en
una resolución final plenamente motivada, que aspira resolver con justicia el problema o conflicto
jurídico a que se refiere.

Mixan, M, Derecho Procesal Penal. Juicio Oral, Cit, P.346.

También podría gustarte