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REQUERIMIENTOS PARA UN TURISTA

Existen numerosas regiones situadas en entornos privilegiados, inmersas en


diversidad de atractivos y potencialidades turísticas. Sin embargo, en muchas
ocasiones, en este entorno idílico viven comunidades, con elevados índices de
pobreza y limitaciones, como la falta de acceso a servicios básicos. Para estas
comunidades, el turismo rural comunitario (TRC) puede convertirse en una
oportunidad de desarrollo.

El objetivo es que estas personas puedan aprovechar los flujos del turismo, para
obtener ingresos, adicionales a sus otras actividades de subsistencia, que les
permitan mejorar sus condiciones de vida. Para que esto ocurra, trabajamos con ellos
para que tengan la formación y las herramientas necesarias para dotar de calidad
su oferta turística y puedan, gestionar y comercializar de forma autónoma sus
pequeños emprendimientos turísticos.

El turismo rural comunitario es, en definitiva, un turismo vivencial que se desarrolla a


partir de la sostenibilidad, calidad y alianza con otros actores públicos y privados
locales, con el propósito de incluir a las comunidades rurales más vulnerables en el
mercado turístico de forma equitativa y sostenible.

Cómo desarrollar un programa de turismo rural comunitario con éxito


Con el proyecto “RUTAS: Turismo Comunitario con Calidad Sostenible en América
Latina”, que desarrollamos junto a la CAF – Banco de Desarrollo de América Latina
-,apostamos por el gran potencial de desarrollo que el turismo rural comunitario
supone para estas comunidades de escasos recursos.

Nuestra experiencia en diferentes países, nos ha enseñado que existen tres


componentes clave para el éxito de un proyecto de turismo rural comunitario:

1. Competitividad turística
Para que un programa de turismo rural comunitario tenga éxito debemos ser
competitivos y conocer la oferta y la demanda, con el objetivo de ofrecer
servicios y productos diferenciados y con la calidad esperada por el turista.

En primer lugar, para mejorar la oferta, realizamos un mapeo de la oferta de turismo


rural comunitario en el entorno. Esto nos ayudó a diseñar de forma participativa,
nuevos productos y servicios para estas comunidades. Éstos también sirven para
rescatar y revalorizar las tradiciones de las comunidades, muchas veces olvidados.
Este fue el elemento diferenciador de la oferta que diseñamos.

Paralelamente hicimos un estudio de demanda incluyendo entrevistas a


profesionales del sector, e identificamos al perfil potencial de turista interesado
en este tipo de turismo vivencial, y obtuvimos información clave como edad, modalidad
del viaje, actividades preferidas, etc.

Gracias a toda esta información, desarrollamos productos turísticos destinados a


cubrir el hueco de la oferta percibido en el sector y determinamos los estándares de
calidad requeridos por el mercado, para conseguir adecuar la oferta a las expectativas
del cliente y lograr una buena acogida en el mercado.
Además, desarrollamos el concepto de la marca Pachamama en los tres países,
como sello de calidad para la gestión propia de las comunidades. Esto aumenta la
confianza de los turistas, ya que este sello garantiza un estándar de calidad adecuado.

2. Comercialización sostenible
Por muy buenos productos o servicios que desarrollásemos, si la gente no los
conocía y se interesaba por ellos, no podíamos ayudar a las comunidades. Era
fundamental conseguir atraer los flujos turísticos a las comunidades para que
pudieran conocer y disfrutar de este tipo de turismo.

Para ello, la estrategia que diseñamos desde CODESPA, fue la de crear operadores
turísticos comunitarios con el objetivo de que fueran ellos mismos quienes
gestionaran el turismo en sus comunidades. Generamos el empoderamiento de las
comunidades, un sentimiento de apropiación a este proyecto e hicimos que fuera
sostenible.

Entre otras acciones, identificamos a las personas más adecuadas en las propias
comunidades para desarrollar la labor de venta y gestión. Formamos y
fortalecimos a los nuevos equipos de venta especializados en diferentes temas, para
que pudieran cumplir con el rol de comercialización de las nuevas rutas de turismo
rural en sus comunidades. También conseguimos que touroperadores privados
visitaran a estas comunidades e incluyeran en sus paquetes turísticos esta alternativa,
además de actuar como enlace entre ambos para que lo gestionaran directamente.
Desarrollamos alianzas con hoteles y empresas de transporte, acompañamos a las
comunidades a ferias de turismo, con el objetivo que cada día más gentes les
conociera.

Finalmente, a través de alianzas con actores locales, abrimos oficinas de venta en


puntos estratégicos como en las propias plazas de los mercados de artesanías
visitados frecuentemente por turistas. Esta estrategia constituyó un gran acierto para la
comercialización de los productos, logrando una importante visibilidad y llegando a
turista que viajan de forma independiente.

3. Alianzas Público-Privadas-Comunitarias estratégicas: APP para el Desarrollo


De forma transversal en toda la estrategia de la intervención, hemos involucrado a
los actores locales en el proyecto para que se involucren en el desarrollo de estas
comunidades. Trabajamos de cerca con los gobiernos locales, consejos provinciales,
juntas parroquiales y otros actores privados involucrados en el sector del turismo. Y
realizamos talleres destinados a estos actores con el fin de sensibilizar sobre el
turismo rural comunitario.

A la hora de desarrollar estas alianzas, siempre consideramos que éstas tenían


que contribuir al objetivo de aumentar el número de visitas a las comunidades y
generaran ganancias a cada una de las partes implicadas.

Además, creamos nuevas mesas sectoriales de turismo e incluimos a las


comunidades en las ya existentes, para que se les considerara un actor más del
sector y participaran en las decisiones que tenían que ver con el desarrollo de sus
comunidades.

El proyecto RUTAS continúa, tratando de mejorar y llegar a más comunidades. Este


aprendizaje, junto a las comunidades, está permitiendo que las familias obtengan
unos ingresos alternativos a su trabajo, generando empleo en las comunidades
especialmente entre los jóvenes y las mujeres (más de la mitad de los
emprendimientos turísticos estuvieron liderados por las mujeres, y estas también
lideran la comercialización turística).

Hoy día, las administraciones locales cada vez son más concientes de la necesidad
de preservar y difundir nuestro patrimonio más cercano, llevando consigo un cambio
de paradigma, en el cuál el patrimonio cultural y natural ha dejado de ser calificado
como ‘pasado’, para convertirse en un elemento de presente y futuro con amplias
posibilidades socioeconómicas.
La puesta en valor de un bien patrimonial se dirige a la conservación y adecuación
para su uso y disfrute de lugareños y turistas. Por ello la adecuación de los espacios
es fundamental, destacando la señalización y creación de recorridos por el bien en
cuestión, su difusión, así como el acondicionamiento de su entorno para su
accesibilidad. La importancia en la dinamización de esos espacios es piedra angular
para la vertebración de un turismo rural de calidad, sostenible en el tiempo y capaz de
generar modelos de emprendimiento efectivo. Ahora bien, ¿Realmente necesitamos
tanto dinero para conseguir los objetivos marcados? A continuación expongo cinco
maneras de potenciar el turismo en tu pueblo con poco dinero y con el objetivo de que
la dinamización del patrimonio sea real y efectiva:
1. No hagas más guías y folletos
Muchos siguen en los almacenes municipales. Desarrolla una buena Web donde el
turista pueda descargar e imprimir por temáticas, que sirva también a las personas de
las oficinas de turismo, para que in situ impriman copias de recorridos de lo que
realmente estén interesados. ¡Ah! Los cds con fotos tampoco son bienvenidos,
además del gasto que supone es un recurso poco utilizable, mejor subscribe a tus
visitantes a una lista de correo y enviales álbumes en Flickr.
2. Señalización interpretativa de bajo coste
Cuando creas que ya tienes a tu proveedor de señalética, no te quedes ahí, continua
buscando otras opciones. Existen paneles interpretativos muy económicos con ayuda
de proveedores cerámicos locales (por ejemplo nosotros conocemos a Mercedes
Lafuente de Cortegana) en los que puedes insertar códigos QR que amplíen u
ofrezcan información de utilidad para el visitante. La Administración publica local debe
ser un ejemplo de consumo responsable.
3. Acude a las redes sociales online
¡Si, lo sé, ya tienes una página en Facebook y a tu pueblo no viene nadie! ¿Has
pensado en dinamizarla? ¿Sabes que hay grupos de personas que por temáticas se
reúnen en Facebook? Podrías invitarles a las próximas Jornadas locales. ¿Tienes
cuenta en Twitter? ¿Sabías que Twitter te ahorra dinero en publicidad y relaciones
públicas? En este canal de Andalucia Lab cuentas con formación online gratuita que
podría mejorar tu promoción online turística.
4. Guías Locales
¿Has pensado lo auténtica que puede ser la visita con un guía experimentado en los
oficios propios de tu municipio? Por ejemplo, si en tu pueblo había carpinteros de
rivera, ¿Podrías contar con alguno de ellos para que hiciera pequeños recorridos con
grupos de turistas? Se trata de una activiadd con un doble impacto: generar salud
activa para nuestros mayores y ofrecer experiencias auténticas de primera mano.
5. No construyas más Centros de Interpretación
Pues sin dinamización, la falta de actividad hará que acabe en el olvido. Centra las
energías en crear recorridos que de forma autónoma hagan de la visita una
experiencia única para tus visitantes. Geolocaliza “tesoros” utilizando
el Geocaching como herramienta sostenible para hacer vivir a tus visitantes una
experiencia unica dirigida a todo tipo de públicos. ¡Y si quieres te echamos una mano!

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