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La Civilización
Somería
Federico Lora Peinado
historia 16
I.Mii obra ha merecido
el paíroamo cultural de:
BIBLIOGRAFIA
EL DESPERTAR DE LA CIVILIZACION
El Neolítico en Mesopotamia
metro, llamada Casa Redonda, que se elevaba sobre las casas del
poblado y cuyo máximo exponente en este tipo de construccio
nes mesopotámicas se alcanzaría más tarde en Razuk, en el Di-
yala, perteneciente al Dinástico Arcaico I.
La cerámica, tanto la elaborada a mano como a torno lento
(de ésta muy pocos ejemplares), presenta diversas tipologías, al
gunas de claro origen sureño (Uruk, Jemdet Nasr), siendo lo más
significativo su vajilla, a base de cuencos y ollas globulares nor
malmente lisas.
Diversos objetos elaborados en arcilla tienen también inte
rés: figurillas de ovejas, fusayolas, símbolos de cabaña o ídolos
de carácter ritual, etc. En cuanto a labores trabajadas en piedra,
hay que reseñar algunos ídolos-ojo, un amplio número de sellos
de estampación con multitud de diseños y unas pocas mazas
guerreras.
En Yorgan Tepé, Erbil, Grai Resh y Tell Brak se han en
contrado elementos materiales de Tepé Gawra, período que, aun
conociendo las influencias de las culturas de Uruk y de Jemdet
Nasr, fue reemplazado hacia el 2900 por la cultura de Nínive.
El problema sumerio
BIBLIOGRAFIA
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Capítulo III
EL IMPERIO ACADIO
Sumerios y semitas
La dinastía de Akkad
La caída de Akkadé
La IV dinastía de Uruk
La dinastía qutu
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434-454.
Capítulo IV
EL RENACIMIENTO SUMERIO
La etapa neosumeria
La II dinastía de Lagash
c u a t r o p r im e r o s ensi d e s u II d in a s tía c o n o c e m o s s u s n o m b r e s y
t a m b ié n , a f o r t u n a d a m e n t e , l o s s in c r o n is m o s c o n lo s r e y e s a c a -
d io s .
El primero, Ki-Ku.id o Kitusida (ca. 2275), fue coetáneo de
Rimush, según puntualiza un texto. El siguiente ensi, Engilsa (ca.
2265), lo fue de Manishtushu, sincronismo que conocemos por el
célebre obelisco del rey acadio, y en el cual, entre los hijos de
Akkadé, se cita a Engilsa.
El tercer componente de esta dinastía fue Ur’a (ca. 2245),
coetáneo de Naram-Sin según sabemos por una carta que su hijo
y futuro sucesor había enviado al citado rey acadio. En tal escri
to, el ensi lagashita Lugalushumgal —hijo de Ur’a— le recorda
ba los derechos de su Estado sobre dos villas, que su padre le
había reclamado tiempo atrás.
De Lugalushumgal (2230-2220), escriba según un prisma y su
sello personal, sabemos que fue contemporáneo de Naram-Sin y
también de Sharkalisharri por una serie de sellos dedicados a es
tos reyes y por algunas tablillas acadias en las que se cita al ensi
de Lagash.
De los siguientes y hasta Ur-Baba (cuyo orden no ha sido
fijado definitivamente por los sumerólogos), carecemos de sin
cronismos y, lo que es más grave, de datos históricos. El in
mediato sucesor de Lugalushumgal fue Puzur-Mama, de quien
tenemos tres referencias, en las que aparece en una con el tí
tulo de ensi y en las otras dos con el de lugal. Este cambio
de titulatura cuadra perfectamente con el período que Sumer
vivía a finales del tercer milenio, pues como vimos, en la ca
pital imperial, en Akkadé, nadie sabía quién era rey, quién no
lo era.
Tras Puzur-Mama fueron ensi de Lagash Ur-Utu, Ur-Mama,
Lu-Baba, Lu-gula y Kakug, de quienes las referencias textuales
únicamente nos han transmitido sus nombres y algún que otro
dato menor. Ignoramos si Lugirizal (posible hermano de Ur-Ba-
ba y padre de Nammakhani, el último ensi de esta II dinastía) go
bernó tras Kakug y antes de Ur-Baba, aunque algunos autores
aceptan esta posibilidad.
Después gobernaron en Lagash (o más exactamente en Gir-
su, convertida ahora no sólo en núcleo religioso, sino también
La civilización sumeria 87
administrativo del Estado) una serie de seis ensi que por sus
vínculos familiares se sucedieron unos a otros, logrando así que
el Estado lagashita alcanzase sus más altas cotas de prosperidad
económica y cultural.
El primero de ellos fue Ur-Baba (2155-2142), coetáneo de la
IV dinastía de Uruk, período en el que el poder central prácti
camente no existió. Tal personaje, probablemente, hubo de ac
ceder al gobierno mediante un golpe de Estado, pues su figura
no se relaciona con ninguno de los anteriores gobernadores que
hemos citado, desplazando tal vez a Lugirizal. Gracias a un tex
to inscrito en una de sus estatuas conocemos los trabajos de cons
trucción de numerosos templos, entre ellos el famosísimo Enin-
nu, dedicado al dios Ningirsu; también sabemos por las referen
cias de sus nombres de año, algo de sus empresas agrícolas, cen
tradas sobre todo en la excavación de canales.
Que Ur-Baba dominaba una amplia zona del Sur sumerio
(Larsa y Eridu entre otras ciudades) lo demuestra el hecho de
que, siguiendo el ejemplo de Sargón, nombró a su hija Enanne-
padda como gran sacerdotisa de Nannar (Sin) en el templo de Ur,
sacerdocio que mantuvo tal mujer al menos durante 32 años.
A Ur-Baba le sucedió su yerno Gudea (2141-2122), quizás el
ensi más significativo de Lagash y personaje que ha pasado a la
Historia como el prototipo de príncipe piadoso, justo, sabio y
perfecto.
A pesar de ser Gudea una figura de primera fila, son muy po
cos los datos que se poseen de él para poder reconstruir su bio
grafía y su actuación política, al frente de la ciudad-Estado de
Lagash. Por su matrimonio con Ninalla, una hija de Ur-Baba
(Gudea tuvo luego una segunda esposa llamada Gemeshulpa’e),
llegó al trono lagashita, en el que se mantuvo veinte años. Pocas
cosas se saben de su gobierno, ya que las dieciséis dataciones
que conservamos de sus años de reinado (faltan otras cuatro)
aportan muy poca luz, pues se reducen a conmemorar construc
ciones de templos, fabricación de objetos cultuales (arpas, tro
nos, estatuas, mazas, vasos) y excavación de canales. Son datos
históricamente irrelevantes que sólo sirven para testimoniar su
interés por las cosas religiosas y por los trabajos de utilidad
pública.
88 Federico Lara Peinado
La II dinastía de Umma
La V dinastía de Uruk
La Lista real, tras señalar que la horda qutu había sido derro
tada por las armas, puntualiza: el poder real pasó a Uruk. En
Uruk, Utukhegal llegó a ser rey y reinó siete años, seis meses y
quince días.
El autor de la mencionada fuente otorga un sólo rey a la V
dinastía de Uruk. Muy probablemente, Utukhegal (2123-2113)
hubo de ser un componente más de la anterior dinastía de tal ciu
dad, pero su designación como único componente de una nueva
La civilización sumeria 91
La lll dinastía de Ur
por las armas; su realeza pasó a Isin. En ¡sin, Ishbi-Erra fue rey
y reinó 33 años.
La nueva dinastía, que contó con un total de 14 reyes que go
bernaron 203 años (o 213), de origen semita, hubo de hacer fren
te muy pronto a la de Larsa, también semita, que reclamaba
igualmente la herencia de Sumer. La debilidad, sin embargo, de
ambas dinastías y el atávico deseo de autonomía, junto a un em
pobrecimiento progresivo del país, provocado por factores natu
rales (sequías, inundaciones, salinidad de las tierras), condujo
irremediablemente a un cantonalismo territorial, a una regresión
económica y a constantes episodios armados que provocaron el
desmenuzamiento político de Mesopotamia. Esta etapa, de unos
dos siglos de duración, verdadera época de pequeños reinos com
batientes, se diluyó ante el nacimiento del pujante Imperio
babilónico.
BIBLIOGRAFIA
La estructura social
El jefe de la ciudad
Templo y palacio
Organización administrativa
La sociedad
El ejército
El Derecho
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Capitulo VI
LA ESTRUCTURA ECONOMICA
El esquema económico
Agricultura
Artesanía e industria
Comercio
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Capítulo Vil
La escritura cuneiforme
La lengua sumeria
La escuela sumeria
La literatura sumeria
BIBLIOGRAFIA
Capítulo VIII
El panteón sumerio
Angelología y demonología
BIBLIOGRAFIA
La Matemática y la Geometría
El calendario
La música
La Arquitectura
La escultura
Orfebrería y cerámica
BIBLIOGRAFIA