Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
El autor del libro de Macabeos escribe (no de manera inspirada, sino histórica): “De los
griegos surgió un renuevo pecador, Antíoco Epífanes, hijo del rey Antíoco, que había
estado como rehén en Roma. Subió al trono el año 137 del imperio de los griegos. En
aquellos días surgieron de Israel unos hijos rebeldes que sedujeron a muchos diciendo:
«Vamos, concertemos alianza con los pueblos que nos rodean, porque desde que nos
separamos de ellos, nos han sobrevenido muchos males.» Estas palabras parecieron
bien a sus ojos, y algunos del pueblo se apresuraron a acudir donde el rey y obtuvieron
de él autorización para seguir las costumbres de los gentiles. En consecuencia,
levantaron en Jerusalén un gimnasio al uso de los paganos, rehicieron sus prepucios,
renegaron de la alianza santa para atarse al yugo de los gentiles, y se vendieron para
obrar el mal.”
Continúa el escritor: “El año 143, después de vencer a Egipto, emprendió el camino de
regreso. Subió contra Israel y llegó a Jerusalén con un fuerte ejército. Entró con
insolencia en el santuario y se llevó el altar de oro, el candelabro de la luz con todos sus
accesorios, la mesa de la proposición, los vasos de las libaciones, las copas, los
incensarios de oro, la cortina, las coronas, y arrancó todo el decorado de oro que recubría
la fachada del Templo. Se apropió también de la plata, oro, objetos de valor y de cuantos
tesoros ocultos pudo encontrar. Tomándolo todo, partió para su tierra después de
derramar mucha sangre y de hablar con gran insolencia. En todo el país hubo gran duelo
por Israel.”
Termina el escritor diciendo: “El rey publicó un edicto en todo su reino ordenando que
todos formaran un único pueblo y abandonara cada uno sus peculiares costumbres. Los
gentiles acataron todos el edicto real y muchos israelitas aceptaron su culto, sacrificaron
a los ídolos y profanaron el sábado. También a Jerusalén y a la ciudades de Judá hizo el
rey llegar, por medio de mensajeros, el edicto que ordenaba seguir costumbres extrañas
al país. Debían suprimir en el santuario holocaustos, sacrificios y libaciones; profanar
sábados y fiestas; mancillar el santuario y lo santo; levantar altares, recintos sagrados y
templos idolátricos; sacrificar puercos y animales impuros; dejar a sus hijos incircuncisos;
volver abominables sus almas con toda clase de impurezas y profanaciones, de modo
que olvidasen la Ley y cambiasen todas sus costumbres. El que no obrara conforme a la
orden del rey, moriría. En el mismo tono escribió a todo su reino, nombró inspectores
para todo el pueblo, y ordenó a las ciudades de Judá que en cada una de ellas se
ofrecieran sacrificios. Muchos del pueblo, todos los que abandonaban la Ley, se unieron a
ellos. Causaron males al país y obligaron a Israel a ocultarse en toda suerte de refugios.
El día quince del mes de Kisléu del año 145 levantó el rey sobre el altar de los
holocaustos la Abominación de la desolación. También construyeron altares en las
ciudades de alrededor de Judá. A las puertas de las casas y en las plazas quemaban
incienso. Rompían y echaban al fuego los libros de la Ley que podían hallar. Al que
encontraban con un ejemplar de la Alianza en su poder, o bien descubrían que observaba
los preceptos de la Ley, la decisión del rey le condenaba a muerte.”
167 años antes que nuestro amado Señor Jesucristo venga al mundo, Israel sufrió la
profanación del Templo judío en manos del impío gobernador Antíoco Epífanes. Durante
la gran tribulación, esa misma profanación se repetirá en manos del Anticristo.
- No había otro santuario: En Dt. 12:5-7 “5 sino que el lugar que Jehová vuestro Dios
escogiere de entre todas vuestras tribus, para poner allí su nombre para su
habitación, ése buscaréis, y allá iréis. 6 Y allí llevaréis vuestros holocaustos,
vuestros sacrificios, vuestros diezmos, y la ofrenda elevada de vuestras manos,
vuestros votos, vuestras ofrendas voluntarias, y las primicias de vuestras vacas y de
vuestras ovejas; 7 y comeréis allí delante de Jehová vuestro Dios, y os alegraréis,
vosotros y vuestras familias, en toda obra de vuestras manos en la cual Jehová tu
Dios te hubiere bendecido.”
- Dios habitaba con el hombre allí: Ex. 25:8 “Y harán un santuario para mí, y habitaré
en medio de ellos.”
1. El templo de Salomón:
Construido por Salomón: 960 a.C.
Destruido por los Babilonios: 586 a.C.
2. El templo de Zorobabel:
Construido por Zorobabel: 515 a.C. (Hageo y Zacarías)
Remodelado por Herodes: 20 a.C.
Fue visitado por Jesús y los Apóstoles
Fue destruido por los romanos: 70 d.C.
3. El templo de Ezequiel:
Un templo majestuoso reconstruido durante el milenio por el Mesías.
Los judíos esperan que sea su construcción en este tiempo; sin embargo,
será durante el reino milenial de Cristo.
“Entonces me fue dada una caña semejante a una vara de medir, y se me dijo:
Levántate, y mide el templo de Dios, y el altar, y a los que adoran en él.”
a) El pacto con el Anticristo:
- Israel firmará un pacto con Israel: Dn. 9:27 “Y por otra semana confirmará el pacto
con muchos; a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda.”
- Los musulmanes permitirán que los judíos levanten un altar en el monte del Templo:
Corán 2:113 “¿Y quién es más injusto que aquel que impide que se recuerde el
nombre de Allah en los lugares dedicados a su adoración y se esfuerza por
arruinarlos? No deben entrar en ellos si no es en actitud de temor. Serán rebajados
en esta vida, y en la otra recibirán un castigo inmenso.” (para los musulmanes,
Salomón era un musulmán y el templo que levantó era una mezquita islámica)
- Fue fundado en 1987, y es una organización educativa y religiosa sin fines delucro,
que se encuentra en el Barrio Judío de la Ciudad Vieja de Jerusalem.
- El enfoque principal del Instituto del Templo esta puesto en comenzar con la
reconstrucción del Beit HaMikdash. Para llegar a este objetivo, el Instituto ha
comenzado a restaurar y construir las vasijas sagradas para el servicio en el Beit
HaMikdash.
a) La profanación del templo vista por Daniel: Dn. 11:31 “Y se levantarán de su parte
tropas que profanarán el santuario y la fortaleza, y quitarán el continuo sacrificio, y
pondrán la abominación desoladora.”
b) La profanación del templo vista por Jesús: Mt. 24:14-22 “14 Y será predicado este
evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y
entonces vendrá el fin. 15 Por tanto, cuando veáis en el lugar santo la abominación
desoladora de que habló el profeta Daniel (el que lee, entienda) ,16 entonces los
que estén en Judea, huyan a los montes. 17 El que esté en la azotea, no descienda
para tomar algo de su casa; 18 y el que esté en el campo, no vuelva atrás para
tomar su capa.19 Mas ¡ay de las que estén encintas, y de las que críen en aquellos
días! 20 Orad, pues, que vuestra huida no sea en invierno ni en día de reposo; 21
porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del
mundo hasta ahora, ni la habrá. 22 Y si aquellos días no fuesen acortados, nadie
sería salvo; mas por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados.”
c) La profanación del templo vista por Pablo: 2 Tes. 2:3-4 “Nadie os engañe en
ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se
manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición, 4 el cual se opone y se
levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se sienta en
el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios.”
¿Un musulmán devoto puede creerse dios mismo? ¿No creen los
musulmanes que Allah es su único dios?
Conclusión: Dios permitirá que los judíos sufran este episodio de terrible castigo y
profanación de su templo como un anuncio glorioso de que pronto tendrán paz en el
milenio. El sufrimiento será siempre un camino hacia la paz de Dios.