Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
EL SIGLO DE LA ILUSTRACIÓN
Vista de Quito. (Kolberg).
QUITO EN LOS OJOS DE LOS VIAJEROS:
EL SIGLO DE LA ILUSTRACIÓN
Abya-Yala
2003
QUITO EN LOS OJOS DE LOS VIAJEROS: EL SIGLO DE LA ILUSTRACIÓN
Introducción, selección y notas de XIMENA ROMERO
Impresión Docutech
Quito - Ecuador
Ilustraciones de la cubierta:
Portada: Calle de Quito.
Contraportada: Procesión del Corpus en Quito. Dibujo de Tofani, según los croquis de André.
Tomado de Grabados sobre el Ecuador en el siglo XIX (Le tour du monde),
Quito, Banco Central del Ecuador, 1981.
Fotografía de la autora: Nelson M. Romero
Diseño de la cubierta: Raúl Yépez
ISBN: 9978-04-572-4
Advertencia al lector: Los textos de los autores citados han sido transcritos
conforme a sus versiones originales.
Contenido
Q
Prólogo.................................................................................................. 9
Presentación.......................................................................................... 11
– Quito en los ojos de los cronistas extranjeros,
por Jorge Núñez Sánchez
– Quito, en los relatos cotidianos,
por Javier Ponce Cevallos
Introducción ........................................................................................ 19
I. La ciudad: sus calles y sus plazas ............................................. 43
II. Arquitectura civil y religiosa .................................................... 61
Casas
Conventos e iglesias
Hospital
III. Alrededores y paseos ................................................................ 80
IV. La población ............................................................................. 90
Clases
Lenguas
Caracteres y comportamientos
Anécdotas
V. Administración civil ................................................................. 120
VI. Administración eclesiástica...................................................... 125
VII. Acontecimientos notables ........................................................ 127
VIII. Artes, oficios y estudios............................................................ 134
IX. Clima, epidemias y catástrofes naturales ................................ 142
X. Productos agropecuarios, comidas y bebidas ......................... 153
XI. Comercio................................................................................... 160
XII. Vestuario ................................................................................... 165
XIII. Bailes, fiestas y otras diversiones ............................................. 172
Anexos................................................................................................... 179
Notas sobre los autores seleccionados................................................. 206
Fuentes y referencias ............................................................................ 209
Plaza y fuente cerca de la Catedral en Quito (Plaza de San Francisco). (Kolberg).
Construir es colaborar con la tierra, imprimir una marca
humana en un paisaje que se modificará así para siempre; es
también contribuir a ese lento cambio que constituye la
vida de las ciudades. (…) He reconstruido mucho, pues ello
significaba colaborar con el tiempo en su forma pasada,
aprehendiendo o modificando su espíritu, sirviéndole de
relevo hacia un más lejano futuro; volviendo a encontrar
bajo las piedras el secreto de las fuentes. Nuestra vida es
breve, hablamos sin cesar de los siglos que preceden o siguen
al nuestro, como si nos fueran totalmente extranjeros; y sin
embargo llegaba a tocarlos en mis juegos con la piedra.
Esos muros que apuntalo están todavía tibios del contacto
de cuerpos desaparecidos, manos que todavía no existen
acariciarán los fustes de estas columnas. Cuanto más he
pensado en mi muerte, y sobre todo en la del otro, con
mayor motivo he buscado agregar a nuestras vidas estas
prolongaciones casi indestructibles. (…) La Ciudad: el
marco, la construcción humana, monótona si se quiere pero
como son monótonas las celdillas de cera henchidas de miel,
el lugar de los intercambios y los contactos, la plaza a la que
acuden los campesinos para vender sus productos y donde se
quedan mirando boquiabiertos las pinturas de un pórtico…
Mis ciudades han nacido de encuentros: mi encuentro con
mi rincón de tierra, el de mis planes de emperador con los
incidentes de mi vida de hombre.
ESTE LIBRO contiene una recopilación de Quiero agradecer a los doctores Jorge Sal-
fragmentos tomados de algunas crónicas que vador Lara y Jorge Núñez por sus valiosas su-
fueron escritas en el siglo XVIII y comienzos gerencias para mi trabajo; a la historiadora ca-
del XIX por viajeros que llegaron a Quito. Sus nadiense Cynthia E. Milton, del Departamen-
textos, organizados temáticamente, presentan to de Historia de la Universidad de Wisconsin,
descripciones de la ciudad y sus alrededores, por sus opiniones sobre el material que con-
así como observaciones sobre los usos y cos- forma este libro; al Padre Julián Bravo, S.I., por
tumbres de sus habitantes. Se encuentran pre- haberme abierto las puertas de la Biblioteca
cedidas por un ligero esbozo del período con- Aurelio Espinosa Pólit; a Pablo Guerrero, in-
siderado, cuyo propósito es ubicar la cotidia- vestigador de la música ecuatoriana y Director
nidad dentro de la historia, de tal manera que del Archivo Sonoro, por las informaciones y
la visión de los cronistas aparezca debidamen- documentos inéditos que ha puesto a mi dis-
te contextualizada. El lector podrá encontrar al posición; al señor José Vera, del Fondo Jijón y
final una breve información biográfica de los Caamaño, y al señor Patricio Hernández, del
autores escogidos. Fondo de Ciencias Sociales del Banco Central
El material que aquí se reúne es un pro- del Ecuador, por las facilidades que me han
ducto lateral de una investigación más amplia brindado para consultar las fuentes a su cargo;
que estoy realizando acerca del problema re- al personal del Archivo Nacional de Historia y
gional y la identidad del actual Ecuador. En mi del Archivo Histórico Municipal, por su aten-
trabajo he partido del siglo XVIII por ser éste ción siempre esmerada, y a Fernando Tinajero,
un siglo clave para nuestra historia: no sólo mi compañero, por su apoyo para mi trabajo y
que en él se desarrolló el movimiento ilustra- por la lectura final del manuscrito. De igual
do, que tanto brillo dio a la Universidad quite- manera, quiero agradecer al doctor José Jun-
ña, sino que en su transcurso comenzó a ges- cosa por la acogida que me ha brindado en la
tarse la conciencia de la identidad regional y Editorial Abya-Yala.
nacional.
X.R.
Quito, noviembre de 1999
Calle de un arrabal de Quito (Dibujo de E. Thérond según Ernest Charton)
(Le tour du monde).
Quito en los ojos de los cronistas extranjeros
Q
Jorge Núñez Sánchez *
GRACIAS A LA EXCITACIÓN IMAGINATIVA que les que eran usuales en la ciudad? ¿O a qué
provoca el libro, cada vez que los lectores abri- quiteño de un siglo después se le hubiera ocu-
mos un tomo de crónicas, nos sentimos trans- rrido analizar en detalle lo que se comía y be-
portados al pasado. Pero cuando la crónica ha- bía en Quito, y estudiar la cantidad de queso
ce referencia al ámbito de nuestro propio en- que consumía anualmente la ciudad? Proba-
torno cultural, como por ejemplo a nuestro blemente a ninguno. Pero esas inquietudes so-
país o a nuestra ciudad, entonces los datos bre los bailes de Quito, y sobre sus efectos mo-
aportados por el cronista, junto con la imagi- rales, agitaron los espíritus de Jorge Juan y An-
nación y la memoria, se aúnan para recrear en tonio de Ulloa, y quedaron consignadas en su
nuestro espíritu una suerte de gran fresco de la formidable obra Noticias secretas de América. Y
vida social, en el que cobran vida seres y cosas William Bennet Stevenson, por su parte, se
ya extinguidos, cuyos actos y hasta gestos efí- ocupó en describir los platos hechos con papas
meros del ayer se nos vuelven en alguna medi- y queso, o con maíz y queso, que señoreaban
da cotidianos. en la culinaria quiteña y, yendo más allá, estu-
La crónica es de por sí un género cautivan- dió el peso y valor promedio de los quesos de
te, en tanto que constituye un testimonio fres- Quito, sacando las siguientes conclusiones:
co y directo de la realidad, en el que se plas- que cada queso tenía un peso promedio de en-
man las observaciones, vivencias y opiniones tre siete y ocho libras, que cada queso tenía un
del cronista. Pero lo es todavía más cuando ha valor genérico de un dólar y “que la cantidad
sido escrita por un extranjero, cuyos ojos ávi- consumida anualmente (ascendía) alrededor
dos y curiosos registraron en su momento to- de seiscientas cuarenta mil libras de peso, o
do aquello que a los propios habitantes del lu- más de doscientas ochenta y cinco toneladas”,
gar les parecía de lo más común y corriente y, formidable cantidad si se piensa que era con-
por lo tanto, no digno de registrarse por escri- sumida por una ciudad de alrededor de 60 mil
to. El extranjero, por el contrario, iba a cada habitantes. Igual cosa sucede con la descrip-
paso haciendo comparaciones con otras reali- ción del consumo de aguardiente. Lo que para
dades conocidas por él, por más pobres que és- un quiteño era un goce cotidiano, para un in-
tas fuesen; iba fijando comentarios y elaboran- glés curioso, como Stevenson, era objeto de
do juicios de valor; iba destacando los aspectos
de la realidad que más le impresionaban o que
le parecían más exóticos.
* Palabras pronunciadas en el acto de presentación de la
¿A qué quiteño de comienzos de siglo primera edición de esta obra, el 1 de marzo de 2000, en el
XVIII se le hubiera ocurrido describir los bai- Aula Benjamín Carrión de la Casa de la Cultura.
12 / Jorge Núñez Sánchez
análisis detallado y para un sacerdote ilustrado francesa se orientó a la historia rural, el es-
como Cicala, era motivo a la vez de estudio y tudio de la historia serial y los fenómenos de
preocupación moral, por cuanto el vicio del largo plazo, o la historia de las mentalidades.
aguardiente se había generalizado y llegado a Del mismo modo, la escuela inglesa de histo-
atrapar en sus redes a todos los estamentos so- ria social puso su preocupación en el análisis
ciales. Mezclado con agua, limón, azúcar y de los grandes actores y hechos sociales (tra-
hierbas aromáticas, el aguardiente se convirtió bajadores, bandidos, industria, salarios). Y la
en el popularísimo “ponche” y, al decir de Ci- nueva escuela historiográfica norteamerica-
cala, “de esta manera se introdujo en las casas na centró su atención en los fenómenos de la
más conspicuas (además de los tugurios y ca- historia económica, en la que se reflejan
sitas), en los tribunales más serios, en los pala- menos los hechos adjetivos de los individuos y
cios más magníficos, en las jerarquías eclesiás- más los fenómenos sustantivos de la vida
ticas más autorizadas, en las comunidades re- social.
ligiosas más austeras; sin el menor reparo ni En esta línea de recuperación de “la otra
respeto a la clausura más estrecha y celosa en- historia”, ha tenido particular significación el
tró el Señor Ponche en los monasterios de las rescate de la historia de la vida cotidiana, es
religiosas más dignas de consideración y ob- decir, de aquellos actos comunes y corrientes
servantes. Así, la ebriedad levantó su trono en que las gentes realizan en su diario existir y
la América Meridional”. que se enmarcan dentro de usos y costumbres
Pero, más allá de las cosas curiosas, las des- generales, constituyendo de este modo expre-
cripciones pintorescas o los juicios morales siones de una cultura popular. Los aspectos de
consignados por los cronistas, cabe adentrar- la historia cotidiana son múltiples, como nos
nos en dos aspectos que me parecen sustancia- recuerda Ximena Romero: “cómo trabaja la
les para el estudio de las crónicas, vistas como gente; cómo se reparten las diversas ocupacio-
un género literario situado a medio camino nes en la familia; cómo se visten los diversos
entre la historia y la antropología. El uno es estratos en los días de fiesta y en los días co-
aquel que Ximena Romero ha tratado inteli- munes; qué comen, cómo se divierten, cómo
gentemente en su introducción al libro Quito celebran los hechos memorables; cuáles son
en los ojos de los viajeros y que hace referencia sus rituales, sus creencias, sus prejuicios…” Yo
a las relaciones entre la historia y la vida coti- agregaría otro más: cómo piensan colectiva-
diana. El otro tiene que ver con las motivacio- mente, es decir, cuáles son sus mentalidades
nes y limitaciones del cronista. sociales.
Conocida es la crítica que las nuevas co- Precisamente para ese rescate de la histo-
rrientes historiográficas hicieran en el siglo ria de las gentes del común, es que las crónicas
XX a la escuela de historia positivista y en par- resultan invalorables fuentes de información,
ticular a su estrecha vinculación con el sistema en especial las crónicas escritas por viajeros
imperante, que la llevó a convertir la historia extranjeros, cuya capacidad de observación y
en una crónica del poder, poblada de héroes y asombro nos legó unos testimonios inaprecia-
hombres de Estado, de fechas simbólicas y de bles, que hoy mismo nos permiten aproximar-
acciones gubernativas. Precisamente por ello, nos a unos actos y fenómenos generalmente
la nueva ciencia histórica se construyó desde no retratados en la documentación tradicional
motivaciones diferentes. Así, la historia social de los archivos.
Presentación / 13
He dicho antes que el otro aspecto que de- científico y estimuló una nueva forma de ver el
be llamar nuestra atención es el de las motiva- mundo. Gracias a ella, el mundo dejó de ser el
ciones y limitaciones que tuvo el cronista a la “Valle de lágrimas” descrito en las antiguas es-
hora de ensayar su relato. Y es que ninguna crituras y reiterado machaconamente por la
lectura debe ser ingenua, en especial la lectura Iglesia, para pasar a ser un escenario nuevo y
del pasado, donde a cada renglón podemos prometedor para la vida humana: se convirtió
hallarnos con equívocos, trampas o prejuicios, en la “Madre naturaleza”, integrada por los rei-
generalmente consignados de modo ingenuo nos animal, vegetal y mineral. A su vez, la his-
por el autor, pero que pueden llevarnos a con- toria dejó de estar marcada únicamente por la
clusiones erradas o distorsiones del juicio. De crónica y la hagiografía medievales –o sea las
ahí que, frente a cualquier otro tipo de testi- guerras de los reyes y la vida de los santos– y
monios, debamos efectuar ese ejercicio de pasó a cargarse de atisbos antropológicos y so-
comprensión que los romanos llamaban “inter ciológicos. Lo que es más importante: la Ilus-
legere”, leer entre líneas, y que es el origen cier- tración se encarnó en los personajes “ilustra-
to de la palabra “inteligencia”. dos”, que aunaron en si una sorprendente sed
Para comenzar el análisis de las crónicas, de conocimiento y una gran vocación práctica,
resulta evidente que cada cronista escribió su que los llevó a emprender en proyectos, em-
texto motivado por el afán de dejar un testi- presas y experimentos de todo tipo.
monio directo y verídico de lo que vio o creyó Pero todo haz tiene su envés. Y el envés de
ver, de lo que vivió y apreció por sí mismo du- la Ilustración fue su tendencia eurocentrista,
rante su viaje por tierras remotas o incógnitas, su inclinación a ver a Europa como el centro
cargadas de novedad y exotismo. En cambio civilizatorio del mundo y la medida de todas
no siempre resulta tan evidente el sustrato cul- las cosas. De ahí a desarrollar prejuicios contra
tural en que apoyaban su criterio, es decir, la el resto del mundo no había más que un paso
mentalidad colectiva en la que se habían for- y los “ilustrados” europeos lo dieron pronta-
mado ellos mismos, y que iba a determinar, en mente. Buffon sostuvo que el puma era un
gran medida, sus puntos de vista sobre el buen ejemplo de la inferioridad natural ame-
mundo observado, sus apreciaciones y evalua- ricana, puesto que carecía de la melena del
ciones de la realidad y finalmente sus juicios león y era más cobarde que éste. Paw sostuvo
de valor sobre el conjunto de lo visto y vivido. que el clima americano era maligno y determi-
Y puesto que Ximena Romero ha centrado su naba una inferioridad mental y física del hom-
labor en los cronistas que observaron a Quito bre americano, que le parecía enclenque y en
durante el siglo de la Ilustración, bien vale la todo inferior al europeo. El abate Raynal escri-
pena puntualizar los bemoles del pensamiento bía que América era un continente decrépito y
Ilustrado, para utilizarlos como referente de criticaba “la excesiva altitud de las montañas
las opiniones consignadas por estos viajeros. del Perú”.
La “Ilustración” fue y sigue siendo, sin du- Y el mismísimo Voltaire –aquel que había
da, el más claro referente ideológico del pensa- dicho que estaría gustoso de dar la vida por
miento moderno. Irrumpiendo en un mundo defender el derecho de opinión de quienes no
intelectual cargado de prejuicios, de intoleran- pensaban como él– llegó a especular sobre la
cia y de absolutismo, ella rompió los moldes supuesta inferioridad de América, continente
del escolasticismo, promovió el desarrollo que sus escritos mostraban como una tierra
14 / Jorge Núñez Sánchez
pantanosa, poblada de nativos estúpidos e in- cardo y Guzmán, en su famosa Carta a los es-
dolentes, cuya inferioridad se demostraba –se- pañoles americanos, publicada en Londres por
gún el filósofo ginebrino– en que eran lampi- Francisco de Miranda con ocasión del tercer
ños y fácilmente dominables por hombres de centenario de la llegada de Colón al Nuevo
pelo en pecho como los conquistadores euro- Mundo.
peos. Así, pues, amigos míos, es en el marco de
Los “ilustrados” americanos reaccionaron esta contradicción entre la Ilustración europea
prontamente contra esa nueva “calumnia de y la Ilustración americana que debemos situar
América”, que se venía a sumar a la de los cro- y leer estas crónicas recogidas y organizadas
nistas de la conquista y sus historias sobre in- por Ximena Romero, porque solo de este mo-
dios rabudos, antropófagos y aliados del de- do podremos entender a cabalidad tanto los
monio. Nuestros “ilustrados” estaban conven- denuestos como las alabanzas de los cronistas
cidos de que se trataba del mismo espíritu co- a nuestra realidad de entonces, incluidos los
lonialista de siempre, pero ahora disfrazado de hábitos y costumbres de nuestros tatarabuelos.
teoría científica y razonamiento filosófico. La Quiero referirme, por último, a esa alerta
primera reacción vino de los jesuitas america- que Eduardo Kingman ha hecho sobre cierta
nos del extrañamiento, quienes se empeñaron tendencia que existe entre nosotros a compo-
en el rescate y difusión del pasado histórico y ner visiones nostálgicas de la historia, viendo
cultural de su patria americana y en el análisis al pasado como algo inmóvil y ajeno a los con-
de los recursos naturales del nuevo continen- flictos sociales, alerta que Ximena Romero re-
te. Así surgieron obras fundamentales para la vive en este libro y refuerza significativamente
cultura hispanoamericana, tales como la His- con sus propios argumentos. Hallo que es una
toria antigua de México de Francisco Javier preocupación plenamente justificada, puesto
Clavijero; la Historia del Reino de Quito, de que en los círculos del poder local y en los gru-
Juan de Velasco; Instituciones teológicas e histo- pos conservadores del Ecuador hay un marca-
ria de la Compañía de Jesús en Nueva España, do interés por utilizar ciertas disciplinas histó-
de Francisco Javier Alegre; Los tres siglos de ricas, como la genealogía y la crónica, para la
México, de Andrés Calvo; la Rusticatio mexica- justificación de su presencia y sus acciones.
na, de Rafael Landívar; el Compendio de la his- Me uno a esa alerta. Quien quiera darnos
toria geográfica, natural y civil del Reino de una versión tranquila y bucólica de la historia,
Chile y el Ensayo sobre la historia natural de busca engañarnos, ocultando todo lo que de
Chile, de Juan Ignacio Molina, etc. crisis, agitación y lucha tuvo el pasado. Mos-
En todas estas obras no solo se exaltaba la trar una historia apacible es dar una visión
riqueza, variedad y fecundidad de la naturale- egoísta de la vida y mezquina del mundo. Por-
za americana, sino que se iba más allá: se bus- que si algo es la historia, en tanto que fenóme-
caba demostrar la sustantiva autonomía del no social, es un gran escenario de los comba-
mundo americano frente a España. Eran, pues, tes entre los hombres, de las oposiciones entre
un canto de amor a su “Patria criolla”, pero los grupos, de las luchas entre las clases. Con-
también el punto de partida para el desarrollo secuentemente, si algo debe ser la historia en
de un cabal pensamiento independentista, co- cuanto que ciencia es un esfuerzo de compren-
mo el que formuló poco después otro de esos sión de esas luchas, contradicciones y encon-
jesuitas expulsos, el peruano Juan Pablo Viz- trados esfuerzos humanos, en donde unos
Presentación / 15
HE CONCLUIDO LA LECTURA DE ESTE LIBRO y excepción quizás: aquel Eugenio Espejo des-
me quedan, rondando en la cabeza, algunas nudando vicios y carencias, entre líneas, en la
impresiones. La primera, la fuerza que posee la medida en que se preguntaba sobre el origen
cotidianidad para fundar identidades, para le- de las epidemias y los males de la agonía del
vantar el relato más fidedigno de los pueblos, colonialismo.
una fuente de la historia que cada vez invade La tercera impresión, el gozo que significa
con mayor fuerza el oficio de los historiadores leer una historia que no se cuenta desde la his-
contemporáneos. Esa práctica de identificar en toria, sino desde el olvido, desde la desmemo-
los márgenes, la verdadera fuente de las estruc- ria, desde la calle. Hay episodios en este libro
turas, de las ideologías y de los modos de ejer- que son el placer de la lectura, particularmen-
cer el poder, en la que nos introdujo Michel te cuando se trata de contar los vicios y los ex-
Foucault, cuando buscó en la historia de la lo- cesos, que es donde la imaginación humana se
cura y del castigo el verdadero rostro del poder siente a gusto: el indio bandido cuyo cuerpo
en Europa. era para las mujeres una fuente de reliquias y
Ximena ha armado esta selección de rela- de bienaventuranzas; el cura que convirtió su
tos de viajeros en torno a Quito, partiendo olor de santidad en poción mágica para con-
de la imagen física de la ciudad para llegar certar en su derredor a medio Quito; los ban-
a las fuentes últimas del ritual y del placer, a didos españoles que devolvieron con intereses,
partir de relatos de una cotidianidad en la que los pesos robados a un rico comerciante al que
no aparecen las biografías de los próceres ni asaltaron en un rincón oscuro de la calle de los
magistrados ni tampoco reyes coloniales, pero comercios; los pedazos de una fabulosa custo-
en los que se van tejiendo sus perversas som- dia ocultos bajo la cama del rico lector de un
bras. convento, que luego descubierto acabó atrin-
La segunda, la constatación, otra vez, del cherándose con decenas de esclavos en sus ha-
silencio con la que los quiteños vivieron su ciendas; el tesoro perdido de un pirata inglés,
modo tortuoso de construir sus hábitos, por- denunciado por su compañero, Jorge Ansón,
que no es la primera vez que debemos acudir a al momento de su muerte.
testimonios de extranjeros para saber cómo La cuarta impresión, que nace de todo lo
fuimos constituyéndonos, cómo se fue organi- anterior, es que este libro bien pudo titularse la
zando el poder y la corrupción. Con una gran fábula o la hipérbole de la ciudad. Porque des-
de la miseria de quienes cambiaban coles por
gallinas hasta los que gastaban toda su fortuna
* Intervención en el acto de Presentación antes aludido. en tapizar al estilo europeo sus casas, desde los
Presentación / 17
desenfrenados fandangos hasta el orgullo con de los otros que solo visitaban sus haciendas
que los hijos de las concubinas de los presbíte- en épocas de cosecha.
ros paseaban su origen, componen una hipér- Y están los orígenes de un Estado retrata-
bole de lo que puede ser una ciudad en el en- dos vivamente en aquel Tribunal de la Cruza-
cierro de los Andes constituyéndose a imagen da que recaudaba impuestos sobre cuyo desti-
y depredación de la metrópoli. Hipérbole, sí, y no, el relato de otro jesuita, un Juan Domingo
fábula. Coleti, no quiere averiguar porque, en pala-
Allí están algunos episodios del Ecuador bras suyas “entraría en algunos escrúpulos”; o
contemporáneo. Está ese don Bartolomé Pin- aquella Tesorería de Bienes Muertos creada
to, comerciante, que juntó como once millo- para custodiar las herencias de destinatarios
nes de pesos de oro y plata, los cargó en mulas ausentes, herencias que llegaban a sus destinos
y a vista y paciencia de todos exportó sus capi- “tan mudadas, tan disminuidas y tan diferente
tales hasta Cartagena, pasando por Ambato, de lo que eran al principio, (dice la crónica re-
para embarcarse con ellos a Cádiz. ¿No esta- cogida en el libro de Ximena Romero) que si
mos hablando ahora de 16 mil millones de dó- los muertos volviesen a la vida no los conoce-
lares que han fugado del Ecuador? rían como suyos”. Estamos frente a un sor-
Está el cura procurador del Colegio Máxi- prendente parangón con el patético caso de los
mo, custodiando en sus baúles los caudales del ahorros congelados en los bancos desde el año
Marqués de Solanda, producto de “haciendas y pasado ¿No son acaso dos historias gemelas de
fincas de grandísima utilidad, fábricas de pa- un asalto legalizado?
ños y otras telas de lana, posesiones de infini- Allí está la indiferencia con que la ciudad
tos rebaños bovinos y ovejas” en un temprano fue tratada y sigue siendo tratada. Allí está, en
anuncio de la colusión entre los poderes, los el juego del truco que promovía la ociosidad
bancos, agentes de la circulación del dinero, quiteña, el germen de una sociedad especula-
convertidos en guardianes de las fortunas de tiva.
los pocos acaudalados. Pero también está el talento de los mesti-
Allí está la sorpresa de un jesuita europeo zos quiteños para la sátira y “la pasquinada
al ver “todos aquellos valles y montes (que) agudísima y concisa”. El mestizo descalzo y en-
ofrecen sus entrañas llenas de oro y plata en vuelto en su capa vieja descrito por Cicala “con
grandísima cantidad solamente para enrique- su sombrero blanco calado hasta las cejas, que
cer a los europeos, dejando pobres a los ame- apenas si se le reconocía apariencia y forma de
ricanos”. “¡Quien lo creería!”, exclama este tes- sombrero, por lo roto y sucio” con las espaldas
tigo del siglo XVIII, al mirar cómo “salen can- contra la pared, haciendo temblar a ministros
tidades de oro y plata para la Casa de la Mone- regios, obispos, presidentes y demás personas
da y vuelan los doblones y los pesos fuertes en públicas con sus versos; aquellos poetas del
la naves hacia Europa”; y con su exclamación humor político sobre los cuales, el marqués de
traspasa los siglos hasta nuestra época, mien- Selva Alegre confiesa que “es necesario admitir
tras los mestizos o los indios y mestizos empo- que tienen relaciones con el diablo, ya que con
brecidos cambiaban gallinas por frijoles, pan dos palabras definen a cualquiera con la más
del país por azúcar, coles por huevos. exacta propiedad”.
Allí están los primeros relatos del ocio, de Y están también las muertes y las rebelio-
los unos porque no tenían oficio o empleo, y nes que todavía hoy queremos desconocer. Las
18 / Javier Ponce Cevallos
epidemias de indios que antes de olvidarlas, se nosotros, que llegó, según el cronista, en el año
registraban solamente para dar cuenta de los de Nuestro Señor Jesucristo de 1745, de manos
mitayos que se perdían. Un Corregidor de de los colonialistas.
Quito calcula en veinte y seis mil indios los Allí están los quiteños con sus mayores
que perecen en 1762 y sabe el número porque fantasmas, con su búsqueda incesante de su
están registrados para pagar tributos, sin po- propio ser. Como si la pregunta de quién so-
der, por tanto, calcular cuantos niños, mujeres mos rigiera sus vidas desde hace más de un si-
o ancianos habrían muerto en esa ocasión. Y glo. No es un azar que Ximena recoja dos tes-
las rebeliones indias que un viajero simple- timonios que hablan de una sociedad mestiza
mente registra: en San Felipe, en Guamote, en que se buscaba en los espejos y la muerte, que
Columbe, en Otavalo. En fin, allí estamos to- enmarcaba los espejos con una actitud hiper-
dos, con nuestras fortunas y nuestras miserias, bólica y alucinante, con marcos dos y tres ve-
con los orígenes de nuestras identidades, re- ces más grandes que los espejos; y que festeja-
cordando los deliciosos helados guardados en ba los entierros con un boato jamás visto.
moldes de cera, las casas de barro junto a los ¿No son todos estos buenos motivos para
palacios con escalinatas de piedra, con un con- leer este libro?
sumo hiperbólico de alcohol que no nació con
Introducción
QUITO Y EL SIGLO DE LA ILUSTRACIÓN
Q
AL LEER LAS CRÓNICAS cuyos fragmentos vidad social sistematizada, el tráfico y la puri-
forman este libro, se advierte enseguida que ficación”.2
sus textos están atravesados por la cotidiani- A primera vista, todas estas manifestacio-
dad. No se puede pasar por alto, sin embargo, nes de la vida corresponden a la esfera priva-
que fueron escritas a lo largo de un período da; sin embargo, el mismo Kosik nos recuerda
prolongado: la más remota está fechada en que “en la cotidianidad viven tanto el escriba-
1736 y la última data de 1833. Hay, por lo tan- no como el Emperador” (id.) –es decir, que la
to, un siglo entero entre ellas, y nadie puede cotidianidad envuelve tanto la vida privada
suponer que la vida cotidiana era la misma al como la pública. En ella están los hechos que
comenzar y al terminar ese lapso. se repiten todos los días y también aquellos
Esta observación, en la que nunca reparó la que, siendo excepcionales, forman parte de la
historiografía tradicional, permite entender regularidad de la vida: bodas, funerales, naci-
que la cotidianidad no es ajena a la historia. mientos, etc. Estos últimos hechos, que apa-
Entender el tipo de relación que hay entre ellas rentemente rompen la cotidianidad, en reali-
es el primer objetivo de esta introducción; el dad la confirman en un sentido colectivo,
segundo consiste en trazar el perfil de los ca- puesto que permiten la práctica de rituales es-
racteres sobresalientes de ese siglo cuya coti- tablecidos y constituyen un medio de identifi-
dianidad ha quedado registrada en estas cróni- cación social.
cas. A estos objetivos quiero agregar un terce- Los hechos que verdaderamente rompen la
ro, que es un esbozo de la historia quiteña en cotidianidad son designados por Kosik con el
el siglo XVIII, organizado por períodos. nombre del mayor de todos ellos, que es la
Espero que estas tareas evitarán que este li- guerra. El trabajo y el descanso, la vida social
bro sea una simple recopilación de curiosida- organizada, e incluso la celebración de los he-
des y estampas pintorescas. chos extraordinarios –todo eso es roto por la
guerra, que es la aparición de lo absolutamen-
te imprevisible, de lo que ni siquiera es excep-
A. LA COTIDIANIDAD Y LA HISTORIA
ción, sino negación total.
Según Karel Kosik, la cotidianidad es
“la organización, día tras día, de la vida indi-
vidual de los hombres”1*; y Agnes Heller pre- * Las llamadas con números volados remiten a las notas y
referencias bibliográficas que aparecen reunidas al final. Si
cisa que son partes orgánicas de la cotidiani-
una obra vuelve a ser citada, la referencia se hace constar
dad “la organización del trabajo y de la vida dentro del texto entre paréntesis, con indicación del autor,
privada, las distracciones y el descanso, la acti- la fecha y la página de la obra citada.
20 / Ximena Romero
el mismo cronista con el medio geográfico y la nómenos son consecuencia del debilitamiento
sociedad de la que habla. Por eso las crónicas de la monarquía y de la Iglesia –que es su so-
no pueden ser usadas para alimentar la des- porte ideológico–, frente al desarrollo y ascen-
cripción de un pasado idealizado y pintoresco. so de la burguesía.
Independientemente de su valor literario –co- La actitud antimonárquica de la burguesía
sa que no corresponde juzgar a los historiado- tiene un equivalente filosófico en el rechazo de
res–, las crónicas son documentos que deben la metafísica que lleva a reducir el ámbito de la
ser leídos hasta en sus entrelíneas, como ex- razón al mundo natural del hombre, que debe
presión de un modo de ver que ha sido mode- ser investigado por la ciencia, entendida siem-
lado por la vigencia de ciertas ideas y de cier- pre como ciencia de la naturaleza. Paralela-
tos valores. Por eso no es imposible hablar del mente a esta reducción, se elabora la idea del
Quito de la Ilustración, del cual trataremos en progreso y se la convierte en la clave de la feli-
el siguiente apartado. cidad de los hombres; se desarrolla una abier-
ta hostilidad hacia la tradición, tenida como la
B. EL SIGLO DE LA ILUSTRACIÓN fuente del poder real, y se pretende reempla-
zarla también por la razón, la ciencia y el pro-
Ya hemos dicho que el siglo XVIII es un si- greso. La consecuencia es la idea de una mo-
glo clave en nuestra historia: en él se produce narquía constitucional, es decir, no sujeta a las
simultáneamente la agonía del régimen colo- prácticas tradicionales sino a la luz de la razón.
nial y la gestación de la nueva sociedad inde- Este no es el lugar para presentar una ex-
pendiente. Es, por lo tanto, un siglo de expec- plicación minuciosa del pensamiento filosófi-
tativas, pero lo es envuelto en ese complejo co propio de la Ilustración; debido a la signifi-
proceso que se llama Ilustración. cación que tienen por sí mismas, es suficiente
mencionar que, en uno u otro de dichos as-
1. Idea de la Ilustración pectos, las figuras descollantes del movimien-
to ilustrado son Newton, Boyle y Adam Smith,
Todos sabemos que ese nombre designa el en Inglaterra; César Beccaria en Italia; Wolff,
movimiento cultural que dominó Europa du- Kant, Baumgarten, Lessing y Goethe en Ale-
rante el siglo XVIII, cuya más alta expresión se mania, donde los tres últimos empiezan a
produjo en Francia entre la muerte de Luis tender un puente hacia el Romanticismo;
XIV (1715) y la Revolución Francesa (1789). Montesquieu, Condorcet, Turgot, Voltaire, Di-
Este movimiento se desarrolló en la filosofía y derot, D’Alambert, La Mettrie, D’Holbach,
la literatura tanto como en la política, pero no Helvetio, Maupertius, Buffon y Rousseau, en
tuvo los caracteres precisos de una escuela. Lo Francia: el Padre La Isla, Torres y Villarroel,
que le distingue es sobre todo su espíritu ra- Montengón, Feijoó, Jovellanos, el Conde de
cionalista, crítico y laico, que provoca un des- Campomanes y el Conde de Floridablanca, en
plazamiento del eje cultural de los conventos y España.
universidades hacia los salones literarios, don- Mientras la burguesía se apropiaba de los
de empieza a sobresalir, como el héroe de la refinamientos cortesanos, los más audaces de
nueva época, la figura del filósofo, que reem- sus miembros y muchos aristócratas empeza-
plaza a la del antiguo caballero de la época clá- ron a cultivar la afición por los viajes, de cuyas
sica (s.XVII). Como es fácil suponer, estos fe- experiencias resultó el cosmopolitismo que
22 / Ximena Romero
no llegó tan lejos. Sin haberse desarrollado ra sentir el efecto de las reformas borbónicas,
hasta el punto de producir un pensamiento re- puesto que ya se vio seriamente afectada por
volucionario, se manifestó más bien a través las primeras que tomó Felipe V en el campo
de un pensamiento reformista que en España administrativo.
provocó especialmente las reformas promul-
gadas por Carlos III, y luego la Constitución 5. Las reformas borbónicas y
de Cádiz de 1812, finalmente aplastada por el su repercusión en América
absolutismo de Fernando VII.
Examinemos pues, el sentido que tuvieron
4. El reformismo de la casa de Borbón las reformas borbónicas y su repercusión en
América.
La expresión más visible de la Ilustración
española, por lo menos desde el punto de vis- 5.1. La reorganización territorial
ta del Estado, es el conjunto de reformas intro-
ducidas por la casa de Borbón, tanto en la pe- En lo que se refiere a América, una de las
nínsula como en sus colonias de ultramar. reformas de mayor impacto fue la reorganiza-
Tales reformas fueron una respuesta obli- ción territorial. Sus causas principales fueron
gada de la Corona española a la situación de de orden estratégico, ya que se trataba de hacer
crisis económica y política que había sido pro- frente a la presencia de los ingleses en el Pací-
vocada por la Guerra de Sucesión y por el si- fico y en el Atlántico Sur, así como a las incur-
multáneo desarrollo del capitalismo en Ingla- siones de ingleses, franceses y rusos en Nortea-
terra, cuyas consecuencias afectaban seria- mérica. Sin embargo, estas reformas también
mente el comercio marítimo de las colonias buscaron la racionalización de los territorios
españolas en América. Para decirlo en pocas coloniales en América desde el punto de vista
palabras, se trataba de organizar la actividad de su administración.
económica española en vista de una situación No es posible detallar aquí todas las medi-
internacional caracterizada por una aguda das que se tomaron en este sentido; nos limi-
competencia; pero tal objetivo exigía de mane- taremos a enumerar las principales:
ra perentoria una completa modernización del – en 1717 se creó el Virreinato de Nueva
aparato administrativo del estado, todavía en- Granada (suprimido en 1723 y restableci-
torpecido por la lenta y anárquica burocracia do en 1739), al cual quedaron incorpora-
creada por los Habsburgo. dos los territorios de Panamá y de la Au-
Esta necesidad de modernización fue favo- diencia de Quito;
recida por el ambiente intelectual creado en
España bajo la influencia de la Ilustración – en 1776 se creó el Virreinato de Buenos Ai-
francesa, cuyos frutos empezaron a darse ya en res, incluyendo las gobernaciones del Plata
el reinado de Felipe V (1701-1746), palidecie- (Tucumán, Buenos Aires con su frontera
ron un tanto durante el gobierno de Fernan- meridional hasta las islas Malvinas, Para-
do VI (1746-1759), y alcanzaron su máxima guay y su territorio misional), el corregi-
expresión con Carlos III (1759-1788). miento de Cuyo que antes pertenecía a
La Audiencia de Quito, sin embargo, no tu- Chile, la presidencia de Charcas o Alto Pe-
vo que esperar el reinado de este monarca pa- rú, y la Banda Oriental;
24 / Ximena Romero
– también en 1776 se creó la Comandancia XIV, fue llevada a España por Fernando VI en
General de las Provincias Internas, englo- 1747. Además de controlar las funciones de los
bando la Alta y la Baja California, Sonora, Virreyes y de los Capitanes Generales, las in-
Nuevo México, Nueva Vizcaya, Coahuila, tendencias tuvieron la misión de fomentar la
Texas, Nuevo León y Nuevo Santander, con economía de las provincias y se convirtieron
el propósito de fortalecer la línea defensiva en uno de los más eficaces instrumentos de las
septentrional del Virreinato de la Nueva reformas. Las atribuciones que se fueron acu-
España; mulando en las Intendencias fueron muy
– simultáneamente, debido a que Inglaterra grandes: tenían a su cargo la recaudación de
había adquirido de España la Florida y de impuestos, el control de las finanzas provin-
Francia la parte oriental de la Luisiana co- ciales, la vigilancia del comportamiento de los
mo resultado del Tratado de París (1763) funcionarios provinciales, la atención de los
que puso fin a la Guerra de los Siete Años, gastos de las fuerzas armadas, el alojamiento y
se fortificó la isla de Cuba y se reorganizó abastecimiento de las milicias, la administra-
su Capitanía General reforzándola con una ción de justicia en los casos de conflicto de ju-
Intendencia de Marina (1756). En la Haba- risdicción, la administración de los bienes del
na funcionó también la primera Intenden- estado y de las tierras, bosques y pastos de sus
cia Civil que hubo en América (1764). respectivas provincias, el estímulo y la ejecu-
ción de estudios sobre los recursos producti-
Similares medidas de refuerzo se tomaron
vos y los sistemas de fomento de la produc-
en la costa continental del Caribe, la más im-
ción.
portante de las cuales fue la creación de la Ca-
Por otra parte, se limitaron los derechos de
pitanía General de Venezuela (1777), luego de
los municipios, de los ayuntamientos, las cor-
que se había creado la Intendencia General de
tes y consejos provinciales, buscando una ra-
Caracas (1776). Además, se suprimió la Com-
cionalización del complejo aparato jurisdic-
pañía Guipuzcoana de Caracas (1784) con el
cional.
fin de liberalizar el comercio.
5.3 Reformas económicas
5.2. Reformas administrativas
Ya en el programa de Felipe V se incluía co-
Junto a la reorganización territorial, se in- mo punto central el desarrollo de las fuentes
trodujeron varias reformas administrativas, económicas, y los intelectuales ilustrados, des-
tanto en España como en América. Se empezó de el Padre Feijoó, abogaron por el fomento de
por racionalizar la organización de las juris- las ciencias para aplicarlas al mejoramiento de
dicciones administrativas que existían desde la la producción. Tulio Halperin Donghi ha estu-
época de los Habsburgo (Córdova-Bello, diado detenidamente las medidas que en el or-
1975,27) luego se abolieron los fueros regiona- den económico tuvieron especial significado
les y se crearon las Capitanías Generales con para América, y especialmente las que se refie-
amplísimos poderes. La Intendencia, que fue ren a la minería, al comercio y a la agricultura,
una institución creada en Francia durante el y hace notar que en gran parte ellas estuvieron
reinado de Luis XIII, impulsada luego por Ri- inspiradas por José del Campillo y Cosío, cuya
chelieu y desarrollada notablemente por Luis obra Nuevo sistema de gobierno económico pa-
Introducción / 25
luego las limitaciones establecidas para el in- glo, pero que configuran con los anteriores la
greso de individuos a las Órdenes religiosas, y unidad de una época: el pronunciamiento del
finalmente la expulsión de los jesuitas. Asisti- Diez de Agosto (1809) y la constitución de la
do por las doctrinas de sus ideólogos (espe- República (1830). En contraste con la centuria
cialmente los condes de Campomanes y de anterior, que se caracterizó por la estabilidad y
Floridablanca), Carlos III decidió extrañar a la la riqueza, esta otra representa la decadencia
Compañía de Jesús de todos sus dominios to- del régimen colonial y su disolución final.
mando como pretexto el llamado Motín de Es- Trataremos brevemente de cada una de es-
quilache, producido el 23 de marzo de 1766, tas etapas del siglo XVIII.
por el cual se acusó a los jesuitas de instigado-
res a la rebelión. La decisión real fue tomada I. SORPRESAS Y EXTRAVÍOS (1700-1736)
en febrero de 1767 y cumplida en agosto del
mismo año. No contento con eso, Carlos III 1. Entre la pompa y la penuria
gestionó ante el Papa la disolución de la Or-
den, la que en efecto fue abolida en 1773. Este No sabemos exactamente en qué fecha el
hecho trajo grandes consecuencias especial- Padre Juan Bautista Aguirre escribió su Breve
mente en América, donde quedaron abando- diseño de las ciudades de Guayaquil y Quito,
nadas las misiones del Marañón y del Para- que tanta complacencia ha causado a nuestros
guay y los numerosos institutos de educación compatriotas del puerto como disgusto a los
que regentaban los jesuitas. quiteños. No se ha querido ver que el desme-
dido elogio a Guayaquil (“Ciudad que es por
su esplendor / aún del Orbe la mejor”) no es
C. LA ILUSTRACIÓN EN QUITO:
más que la expresión de la natural nostalgia de
ESBOZO DE UN SIGLO “DIFÍCIL”
la tierra natal, y mucho menos se ha querido
Al comenzar el siglo XVIII, estaban por reconocer que las feas estampas de Quito son
concluir las funciones del Presidente Mateo en gran parte el reflejo de una dura realidad.
Mata Ponce de León y las del Obispo Sancho “Lo peor es la comida –escribe el Padre Agui-
de Andrade y Figueroa. Sus sucesores fueron, rre– ella es puerca y ella es poca”; y agrega en
respectivamente, Francisco López Dicastillo y otro lugar:
Diego Ladrón de Guevara. Las desavenencias Hermano, en aqueste Quito
entre estas dos autoridades marcan los prime- muchos mueren de apostemas,
ros años del siglo, y desde ellas es posible seña- de bubas, llagas y flemas,
lar tres hitos de importancia para el proceso de mas nadie muere de ahito…6
nacimiento y desarrollo de la conciencia de
identidad: la presencia en Quito de la Misión Entre las varias y complejas causas de esta
científica enviada por la Academia de Ciencias penuria, la principal es el agotamiento de la
de París (1736-1742), la expulsión de la Com- producción minera en Potosí, una de cuyas
pañía de Jesús (1767) y la aparición del primer consecuencias fue la contracción del mercado
periódico quiteño, Primicias de la Cultura de limeño que afectó a los textiles de Quito, al
Quito, escrito íntegramente por Espejo (ene- provocar la desaparición de numerosos obra-
ro-marzo de 1792). A estos hitos hay que agre- jes de comunidad, desplazando su mano de
gar otros dos que sobrepasan los límites del si- obra hacia la agricultura. Como dice Tyrer, el
Introducción / 27
principal problema de Quito durante dos si- Pero los males de Quito iban más allá. En
glos había sido el de procurar y retener el sufi- 1704, un terremoto afectó gravemente el terri-
ciente metálico para realizar sus intercambios. torio de lo que hoy es la provincia de Pichin-
Este problema se hizo crónico en el siglo XVIII cha; en 1723 se experimentó una aguda sequía
y llegó a provocar épocas de recesión muy se- que arruinó todas las sementeras, e inmediata-
veras.7 mente siguió una temporada de lluvias torren-
ciales e incesantes que se extendieron casi por
El estado en que se encontraban todas estas
un año completo, inundando los campos. No
provincias era lamentable –escribe González
bien habían cesado las lluvias, en noviembre
Suárez–, pues habían caído en extremo de po-
de 1724 cayeron heladas durante doce días se-
breza y de miseria casi irremediables. La propie-
guidos. La escasez de las cosechas trajo una
dad territorial, en toda la extensión de la Presi-
prolongada hambruna, y como consecuencia,
dencia, se hallaba distribuida de un modo des-
las epidemias y la muerte. El comercio, como
proporcionado: la mayor parte de los mejores te-
es natural, no tardó en acusar los efectos de es-
rrenos pertenecía a las comunidades religiosas,
tas catástrofes. El Obispo historiador escribe
principalmente a los Padres de la Compañía de
que si a fines del siglo XVII había en Quito al-
Jesús: las fincas de particulares eran pequeñas en
rededor de cuatrocientas tiendas de mercade-
comparación de las de los religiosos, y los propie-
rías, en 1724 apenas llegaban a sesenta, y agre-
tarios seculares, pocos respecto del número de fa-
ga que si el arrendamiento de una tienda antes
milias de cada lugar, villa o ciudad: las hacien-
costaba ochenta pesos, después no pasaba de
das o granjas de los seculares estaban gravadas
doce. La misma depreciación sufrieron las ca-
con las pensiones del diezmo y de las primicias,
sas y los fundos rústicos (González Suárez, V,
de las cuales se habían exonerado los religiosos
46-47).
alegando privilegios canónicos, y casi no había
fundo alguno, tanto rústico como urbano, que
no estuviese gravado también con pensión de 2. La convulsión no estaba sólo
censo en favor de alguna casa religiosa o estable- en las montañas
cimiento piadoso…8
A todas estas convulsiones de la naturaleza
Sin embargo, Quito no dejó de celebrar el y la economía, en 1717 se sumaron otras de ca-
advenimiento de Felipe V tras la muerte de rácter político-administrativo, provocadas por
Carlos II. El 9 de octubre de 1701 se hizo la ce- el deseo de la Corona de modernizar la pesada
remonia de alzar pendones por el nuevo rey. burocracia heredada de los Habsburgo, limi-
De acuerdo a la tradición quiteña y a la cos- tando al mismo tiempo el poder que habían
tumbre hispánica, el acto se cumplió con gran alcanzado los criollos. Tampoco era ajeno al
pompa y boato. (Véase Anexo 1). Este contras- monarca el propósito de proteger sus territo-
te entre la pobreza generalizada y el boato es- rios ultramarinos del contrabando practicado
taba llamado a convertirse en uno de los carac- por otras potencias, en desmedro de los intere-
teres más claros de la cultura quiteña que sub- ses comerciales españoles.
siste hasta la actualidad. No es casual que en Todas estas razones condujeron a la crea-
una de las más importantes novelas de nuestro ción de un nuevo Virreinato, con asiento en la
siglo XX, Jorge Icaza haya llamado Majestad y ciudad de Santa Fe. La creación fue consagra-
Pobreza al padre del personaje principal. da por Real Decreto el 29 de abril de 1717,
28 / Ximena Romero
promulgado en Segovia mediante Cédula del tanto castigo del cielo? Aunque los quiteños de
27 de mayo del mismo año. Dicha Cédula lle- entonces no hubieran llegado a plantearse ex-
gó a Quito en octubre de 1718 y fue publicada presamente esa pregunta, y aunque en ella la
el 28 de ese mes, mediante el bando de rigor. El fuerza de la indagación hubiera estado dirigi-
3 de noviembre se declaró que la Real Audien- da sobre todo a los designios del Cielo, ya esta-
cia de Quito quedaba suprimida y que todos ba envuelta en esa angustia sin palabras la pri-
los territorios de su jurisdicción quedaban in- mera e inicial preocupación por el propio ser
corporados al nuevo Virreinato. Más aún, se colectivo: ¿qué somos?
dispuso que todos los bienes de la Audiencia Esa observación es confirmada incluso por
fueran inventariados y enviados a Santa Fe, lo la circunstancia de que este drástico cambio
que permitió que la pobreza en que vivía Qui- administrativo tuvo muy corta duración, y en
to quedara consignada en un documento pú- realidad no fue sino el comienzo de una serie
blico. (Véase Anexo 2). de cambios que debieron producir una dura
Más allá del natural desagrado que podía incertidumbre. En efecto, después de apenas
causar una medida semejante, nos parece ne- seis años, el Virreinato de Nueva Granada fue
cesario destacar dos aspectos de singular relie- suprimido mediante Cédula del 5 de noviem-
ve en la configuración de la cultura quiteña: el bre de 1723, pero se restableció en 1739. En ese
primero es el recelo e incluso resistencia que intervalo, la Audiencia de Quito tuvo los cam-
ha caracterizado desde entonces a los quiteños bios correspondientes: restaurada por Cédula
frente a los cambios –y al hablar de quiteños Real de 18 de febrero de 1720 con el carácter
estamos refiriéndonos a todos los habitantes de subordinada al Virreinato de Lima, volvió a
de la Audiencia de Quito, es decir, a los ecua- depender del Virreinato de Santa Fe cuando
torianos de hoy, para quienes siempre ha sido éste fue restablecido en 1739. No hay que olvi-
más fácil hablar de cambios que llevarlos a la dar que estos cambios de jurisdicción tenían
práctica. El segundo aspecto, que ya ha sido se- sus consecuencias de orden territorial, las cua-
ñalado por Juan Valdano9, es el de la inciden- les no eran nada desdeñables: la Audiencia de
cia que la supresión de la Audiencia pudo ha- Quito era mucho mayor de lo que actualmen-
ber tenido desde el punto de vista de lo que él te es la República del Ecuador, pues compren-
denomina “conciencia de la propia identidad”. día un extenso territorio de la gobernación de
En efecto, ¿qué consecuencia puede causar la Popayán y los dilatados territorios de las Mi-
noticia de la desaparición de sus propios órga- siones del Marañón, que incluían cuatro go-
nos de gobierno y de justicia, para un pueblo biernos: el de Quijos, el de Macas, el de Jaén y
que no sólo atraviesa por dramáticas situacio- el de Mainas, que era el más oriental de todos
nes de pobreza, sino que aun es sacudido por y llegaba hasta las orillas del Amazonas.
desastres naturales y asaltos extraños que El 20 de diciembre de 1728 tomó posesión
siembran desolación y muerte? Es obvio que, de la Audiencia en calidad de Presidente, Go-
para un pueblo más supersticioso que creyen- bernador y Capitán General, don Dionisio de
te, para el cual revisten gran importancia to- Alsedo y Herrera, cuyo gobierno duró hasta
dos los atributos que atañen al poder, esta se- 1736. Alsedo fue el prototipo del gobernante
rie de males debía ser el motivo que llevara al ilustrado: hombre de recia personalidad, du-
planteamiento de una pregunta radical: ¿qué rante la primera mitad del siglo XVIII fue la
somos nosotros y qué hemos hecho para merecer representación más clara del despotismo ilus-
Introducción / 29
ción. Aguirre enseñó filosofía de 1756 a 1759 y a la Iglesia para sofocar el motín, pero ni si-
su curso de física fue recientemente traducido quiera la procesión con el Santísimo Sacra-
y publicado por el Banco Central en 1982; el mento aplacó los ánimos. Entonces los Oido-
Padre Hospital le sucedió en la cátedra desde res pidieron ayuda al Rector del Colegio de los
1759 hasta 1762. Aguirre, más conocido como jesuitas, quien envió a los Padres Pedro Mila-
poeta que como filósofo, fue sin embargo, un nesio y Ramón Viescas, a fin de poner fin al
vigoroso exponente del moderno pensamien- desorden. Los admirados jesuitas lograron su
to quiteño, y tuvo ocasión de demostrar su propósito; sin embargo, el pueblo exigía la
gran competencia filosófica y teológica cuan- promesa de la supresión del estanco, y fue ne-
do se estableció en Roma después de la expul- cesario que los propios Oidores comparecie-
sión de la Compañía.11 ran en el lugar para prometerlo.
Durante un mes continuaron producién-
4. Del claustro a la calle dose amotinamientos nocturnos en los que el
pueblo rechazaba la presencia de las autorida-
No sólo en los claustros universitarios pu- des españolas. Al hacerlo, no sabía que en lu-
do brillar la autoridad intelectual del Padre gar de servir sus propios intereses, servía los de
Aguirre, sino también bajo las bóvedas de la los terratenientes criollos. Se multiplicaron las
iglesia de la Compañía, donde ofició muchas rondas de alguaciles, y uno de ellos, en la no-
veces los ministerios sagrados y pronunció che del 24 de junio, desplegó un exceso de se-
sermones que causaban general admiración y veridad con un grupo de jóvenes que cantaban
aceptación por el talento con que habían sido en la plaza de Santo Domingo. Fue el comien-
escritos. Más aún, se trataba de una autoridad zo de un nuevo amotinamiento que llegó a
capaz de sobreponerse a la agitación popular, ocupar la casa de la Audiencia y decretó la ex-
como ocurrió cuando se produjo en Quito la pulsión de todos los españoles. Fue necesario
sublevación de los Barrios, también conocida que los Virreyes del Perú y del Nuevo Reino de
como la Rebelión de los Estancos. Granada, actuando de común acuerdo, envia-
El motivo de esta sublevación fue la deci- ran tropas al mando de Juan Antonio Zelaya,
sión real de prohibir la destilación de aguar- quien entró en Quito en setiembre de 1766.
diente, más tarde reemplazada por el estanco Un año después, ese mismo pueblo que se
de aguardientes, o sea un monopolio real para había amotinado con tanta fuerza, terminó
su destilación y venta. Esta medida perjudica- hincando la rodilla ante el retrato del rey Car-
ba los intereses de los destiladores, muchos de los III. No había logrado descubrir que en
ellos terratenientes, y fueron ellos quienes re- esa fracasada rebelión se había puesto en evi-
garon el rumor de que el aguardiente del es- dencia la verdadera trama del poder. (Véase
tanco real contenía elementos nocivos. Se pro- Anexo 4).
dujo la natural indignación popular, agravada
por el aumento del precio de dicho producto, III. INTUICIONES (1767-1795)
y en la noche del 22 de mayo de 1765, al toque
de las campanas, empezaron a producirse tu- 1. Un final que es un comienzo
multos en todos los barrios, para dirigirse lue-
go a la plazuela de Santa Bárbara, donde esta- El 20 de agosto de 1767, tres semanas des-
ba la casa del estanco. Los Oidores recurrieron pués de que José Diguja tomara posesión de la
32 / Ximena Romero
Presidencia de Quito, llegó desde Bogotá una Si esto no es suficiente para pensar que los
Cédula Real que ordenaba el destierro de to- temores del rey no eran injustificados, convie-
dos los jesuitas de la Audiencia. En la misma ne continuar la lectura de González Suárez.
fecha, en todas las posesiones españolas, tanto
Otro medio poderoso de influencia poseían
como en la península, estaba cumpliéndose la
los jesuitas en la colonia, y consistía en su rique-
misma orden.
za verdaderamente asombrosa: ellos eran due-
En 1759, Carlos III había sucedido en el
ños de las fincas más productivas, y con sus ha-
trono a su padre, Fernando VI, y se había ro-
ciendas no podían competir ningunas otras ni
deado de ministros ilustrados con quienes lle-
en extensión ni en rendimientos. (Ibid.).
vó a cabo las más profundas reformas identifi-
cadas con su apellido (véase antes B,5.5). En- En honor a la verdad, agrega también que
tre ellas está la expulsión de los jesuitas, debi- en contraste con esa riqueza, la Compañía de
do al temor que había llegado a abrigar el rey Jesús se distinguía por el orden, la severidad y
por el poder que había alcanzado la Compañía la virtud y por la pobreza individual de sus
de Jesús. Dice al respecto González Suárez: miembros, tan extraña en una época en que las
comunidades religiosas, según el mismo histo-
La influencia de los jesuitas en la sociedad de
riador, vivían en el escándalo no sólo por la
la colonia (era) poderosa…: influyeron por la
fortuna que acumulaban individualmente los
educación de la juventud, que estuvo en sus ma-
frailes, sino también por la relajación de sus
nos hasta el día en que fueron expulsados; influ-
yeron por la formación del Clero secular, porque costumbres. (Ver Anexo 5).
a ellos estaba confiada la dirección del único se- Del territorio de la Audiencia fueron ex-
minario conciliar que entonces tenía la vasta pulsados 182 jesuitas, incluyendo sacerdotes,
diócesis de Quito, e influyeron por la dirección coadjutores, novicios, escolares y estudiantes,
espiritual de las conciencias, mediante el minis- de los Colegios de Quito, Cuenca, Ambato, Lo-
terio del confesonario, que tan asiduamente de- ja, Ibarra y Guayaquil. La mayor parte viajó
sempeñaban. Los jesuitas eran los que concedían hacia Panamá desde el puerto; pero los de las
o negaban los grados académicos y los títulos misiones del Marañón salieron por el Amazo-
universitarios; los jesuitas eran los consejeros or- nas hacia el Atlántico. (Ver Anexo 6).
dinarios de los Presidentes, los directores espiri- Como consecuencia de la expulsión, todos
tuales de los Obispos y los confidentes de los Oi- los bienes de la Orden fueron confiscados y
dores, Alcaldes y Fiscales: no se tomaba medida terminaron por pasar por diversos medios a
alguna de importancia, sin que interviniera en manos privadas. Entre tales bienes, acaso el
ello un jesuita y los jesuitas eran para nuestros mayor era la biblioteca del Colegio Máximo y
mayores los árbitros y los dispensadores del buen Universidad de San Gregorio en Quito, consi-
nombre y de la fama literaria. Los ricos y los no- derada por los mejores entendidos como una
bles se juzgaban honrados con la amistad de los de las mayores y más completas de América, y
jesuitas, y sus cartas de recomendación y sus in- que sirvió a partir de la expulsión como bi-
formes favorables eran muy solicitados, así por blioteca pública: ella es el origen de la actual
los criollos, como por los mismos españoles, pues Biblioteca Nacional. A este bien invalorable se
su voto pesaba mucho y aún decidía las cuestio- debe agregar la primera imprenta que existió
nes en el Real Consejo de Indias. (González en la Audiencia de Quito y que fue instalada en
Suárez, V, 246-248). Riobamba en 1757. Convertida también en
Introducción / 33
imprenta pública, fue administrada por Rai- Quito. Si la carta geográfica de Maldonado
mundo Salazar. El mayor prócer quiteño, Eu- fue la coordenada espacial de ese ser históri-
genio Espejo, fue beneficiario directo de am- co cuya conciencia se expresó literalmente en
bos bienes: desempeñó el cargo de primer bi- los versos de Crespo, la obra del Padre Velas-
bliotecario, que aprovechó para nutrirse de co fue la coordenada temporal. Sólo por eso,
abundantísimas lecturas, y fue el primero que el Padre Velasco merece un sitial de primer
publicó en imprenta obras distintas de los de- orden en nuestra memoria; pero no podemos
vocionarios que hasta entonces se habían pu- olvidar que escribió también la Historia de la
blicado. Compañía de Jesús en la Provincia de Quito,
De esta manera terminó abruptamente la y todavía llenó sus ratos libres con la Recopi-
presencia de los jesuitas en América. Fernando lación de poesías varias hechas por un ocioso
Tinajero dice que entre los expulsados hubo en la ciudad de Faenza. Los cinco volúmenes
uno que, acaso sin saberlo, expresó por prime- manuscritos de la obra de este singular “ocio-
ra vez la conciencia de la propia identidad que so” se encuentran inéditos en la Biblioteca
se había formado a lo largo del medio siglo an- Nacional y contienen producciones poéticas
terior, y lo hizo al llorar, en una elegía com- en castellano, latín e italiano de numerosos
puesta en latín, las penas de su destierro. De jesuitas provenientes de diversos lugares de
esta manera, según el citado autor, la expul- América; solamente la parte que correspon-
sión de los jesuitas significó para nosotros un de a los poetas quiteños fue publicada por
final y un comienzo. Alejandro Carrión, aunque el Padre Espino-
Aquel jesuita se llamaba Nicolás Crespo, y sa Pólit asegura que las traducciones del la-
de él sólo sabemos que nació en Cuenca y que tín que incluye esa publicación no son adecua-
escribió la mentada elegía. En la traducción das.13
del Padre Aurelio Espinosa Pólit dice así en
una de sus primeras estrofas: 2. El otro polo de la conciencia
Ya dejamos la patria, dulces campos queridos,
Esta conciencia de identidad cuyos prime-
dulces elisios campos de inalterable clima.
ros portadores son los jesuitas expulsados, tie-
A tanta prenda amada con ayes doloridos
ne un segundo polo que va gestándose lenta-
el adiós fuimos dando que el corazón lastima
mente desde el primer tercio del siglo XVIII y
Y más adelante: que está representado por las sublevaciones
indígenas. Segundo Moreno Yánez las ha estu-
América fue siempre madre para el hispano, diado en detalle14 desde el motín de Pomallac-
y España para mí qué ha sido? - una madrastra. ta, producido en 1730, hasta las sublevaciones
Tiránica madrastra, oh Europa incompasiva, de Guamote y Columbe en 1803. Son 12 mo-
que hasta hoy no me consientes reposo en parte vimientos indígenas que tuvieron lugar en Po-
alguna!12 mallacta (1730), Alausí (1760), Riobamba
Aparte de Nicolás Crespo, entre los jesuitas (1764), San Miguel de Molleambato (1766),
expulsados también estaba otro que no pode- San Ildefonso (1768), San Phelipe (1771), Ota-
mos olvidar: nos referimos al Padre Juan de valo (1777), Guano (1778), Ambato (1780),
Velasco, a quien los achaques de la edad no le Alausí (1781), Chambo (1797), y Guamote y
impidieron escribir su Historia del Reino de Columbe (1803).
34 / Ximena Romero
Como dice Moreno, las sublevaciones del medida en que la atribución de la calidad de
siglo XVI son todavía episodios de la contien- indígena a la figura mayor de nuestra historia,
da general provocada por la invasión hispáni- implica una reivindicación del pueblo oprimi-
ca; las del XVII representan confrontaciones do. En este, como en otros temas, Arturo An-
producidas por el encuentro de los coloniza- drés Roig ha encontrado el punto de equili-
dores con los habitantes de las zonas fronteri- brio:
zas del territorio colonial, o protestas contra
La vida de Espejo se encuentra marcada,
las instituciones del régimen establecido; las
trágicamente, entre dos hechos y dos documen-
del XVIII presentan un conjunto más homo-
tos que revisten todo un denso simbolismo: su
géneo que corresponde al surgimiento y con-
partida de nacimiento y su partida de defun-
solidación de una rebeldía que habría de pro-
ción. El texto de la primera, inscrito en las “Par-
longarse hasta el período republicano. Si la ex-
tidas de Baptismo de Españoles” el 21 de febrero
pulsión de los jesuitas dio la ocasión para que
de 1747, habla del hijo legítimo de “Luis de la
pudiera expresarse la conciencia de identidad
Cruz y Espejo y Catalina Aldaz”; el texto de la
adquirida por los criollos, las sublevaciones
segunda, registrada en el “Libro de Muertos
indígenas del siglo XVIII expresan la afirma-
donde se asientan los mestizos, montañeses, in-
ción de una voluntad de reivindicación de una
dios, negros y mulatos”, el 28 de diciembre de
identidad que se había perdido. Tales son los
1795, ni siquiera menciona sus apellidos y se lo
dos polos de una compleja y contradictoria
registra como “el cadáver del Dr. Eugenio”, con
conciencia cuyos avatares atraviesan toda la
una nota al margen que dice escuetamente “Eu-
historia republicana.
genio”. Mísera venganza de una sociedad impla-
cable con aquellos de los suyos que no habían sa-
3. La conciencia toma la palabra bido mantenerse sumisos y agradecidos con los
que detentaban el poder. No sabía Mariano Pa-
En 1747, veinte años antes de que los jesui-
rra, el humilde funcionario de cementerio que
tas fueran expulsados y diecisiete años después
asentó la defunción que ese despreciado libro
del memorable motín de Pomallacta, nació en
era, en ese momento, el libro de la historia.16
Quito quien estaba llamado a ser el portavoz
de esa conciencia que germinaba entre pom- Si Espejo debe ser considerado como el
pas, miserias y convulsiones. Se llamaba Euge- mayor representante de la conciencia de iden-
nio Espejo y murió al salir de la cárcel en 1795. tidad que germinó desde el segundo tercio del
Es común considerar que Espejo llevaba en siglo XVIII, no lo es tanto por su gran contri-
sus venas sangre indígena, e incluso se ha to- bución a la medicina, ni por su crítica de la so-
mado como verdad la leyenda de que su nom- ciedad y de la cultura colonial, y ni siquiera
bre original era Chusig (lechuza, en quichua). por haber sido el primero en escribir y publi-
Recientes investigaciones han demostrado que car un periódico que fue el semillero de las
estas ideas son cuestionables, y lo han hecho ideas que más tarde darían como fruto el Diez
con argumentos que deben ser tomados en de Agosto, sino sobre todo porque fue el pri-
cuenta.15 Desde nuestro punto de vista, pensa- mero que asumió su condición de “hombre de
mos que la obra del prócer es más importante letras”, es decir fue el primero que hizo del
que su condición social; pero reconocemos pensamiento y la palabra una misión perma-
que ésta adquiere importancia ideológica en la nente de servicio social y significación política,
Introducción / 35
y no ya el pasatiempo gracioso ni la pedante- de León, Conde de Casa Jijón, para quien Es-
ría erudita. Más todavía, él fue el primero que pejo tiene palabras de exaltación y elogio. Sin
tuvo el valor de reconocerse a sí mismo como embargo, la fundación definitiva de aquella
filósofo por haber hecho del ejercicio de la ra- entidad tuvo lugar en Quito tres años después,
zón y de su crítica la más permanente y autén- con el nombre de Sociedad Patriótica de Ami-
tica de sus profesiones. Si él no llegó en reali- gos del País, la cual fue presidida por el Obis-
dad a imaginar ni proponer las transformacio- po Pérez Calama, contando con el propio Es-
nes políticas cuya concepción se le atribuye, pejo como secretario. Sus miembros fueron
fue la conciencia desarrollada por su pensa- los marqueses que poco después protagoniza-
miento la que permitió que sus amigos y discí- ron el Diez de Agosto.
pulos las imaginaran: estos últimos sacaron las Dos años después de la extinción de la So-
consecuencias de las premisas que él había ciedad por la falta de apoyo del rey Carlos IV,
puesto. que no tenía el espíritu avanzado de su padre,
Espejo cayó en prisión y sólo salió de ella para
4. La Sociedad Patriótica de Amigos del País morir. Con él terminó el siglo XVIII.
tas” de tafetán rojo con una inscripción que Cabildo Abierto del 10 de septiembre de 1810,
decía: Liber esto. Felicitatem et gloriam consecu- en la que Quito protestó por la acción de las
to. Salva Cruce, que significa: “Sed libres. Al tropas contra el pueblo; recibió en 1811 el en-
amparo de la cruz salvadora conseguid la feli- cargo de representar a la Junta Superior de
cidad y la gloria.” Ekkehart Keeding, quien Gobierno para responder la intimidación del
probablemente sea el investigador que más General Montes, haciéndole conocer que el
profundamente ha estudiado este episodio, Gobierno de Quito no podía reconocer una
afirma que quien colocó tales banderitas fue misión que venía en nombre de “los mercade-
Mariano Villalobos; el marqués de Selva Ale- res de Cádiz”, refiriéndose con este duro epíte-
gre quien las pagó, y Espejo quien las inspi- to al Consejo de Regencia, acusado de haber
ró.18 Esto nos lleva ya a considerar que alrede- pactado con Napoleón; presentó al Congreso
dor de Espejo se había formado un grupo de de 1812 los Artículos del Pacto Solemne y Unión
amigos y discípulos. Los personajes ya nom- entre las Provincias que forman el Estado de
brados estuvieron sin duda en ese círculo de Quito, documento que, como se sabe, fue
amigos y discípulos de Espejo; pero nos pare- aprobado y es conocido en nuestra historia co-
ce necesario prestar atención especial a Miguel mo Constitución Quiteña de 1812. En aquel
Antonio Rodríguez (1789-1817) y José Mejía mismo año, el gobierno de Toribio Montes
Lequerica (1775-1813). desterró a Miguel Antonio Rodríguez a las Fi-
Miguel Antonio Rodríguez fue compañero lipinas, donde murió el prócer en 1817.
de Espejo y Manuel Carvajal en el famoso cur- Itinerario semejante recorrió la otra gran
so de filosofía dictado por el Padre Hospital en figura que hemos querido destacar de entre los
1761, y reintrodujo el estudio de la física mo- herederos de Espejo. Se llamó José Mejía del
derna en la Universidad quiteña (Keeding, Valle y Lequerica y nació en Quito en 1775.
1973, 65). La actividad de Rodríguez, funda- Hizo estudios de filosofía, aunque no llegó a
mental en el desarrollo de la ciencia al interior doctorarse porque sus padres no estaban casa-
de la Universidad, tuvo sin embargo, otras dos entre sí. Enseñó filosofía en la Universidad
prolongaciones. Años después de haber sido de Santo Tomás y más tarde en la Real y Públi-
miembro del claustro de la Real y Pública Uni- ca Universidad de Quito, donde introdujo la
versidad de Quito, tradujo la Declaración de los cátedra de botánica. Sus estudios en esta disci-
Derechos del Hombre que fuera aprobada por plina le permitieron colaborar con Caldas,
la Asamblea Nacional de la Francia revolucio- aunque en 1805 los dejó atrás para viajar a Es-
naria. Más aún, formó parte del grupo que se paña. Llegó en el momento de la transición
reunía en la hacienda de Juan Pío Montúfar, entre el reinado de Carlos IV y el de Fernan-
en el Valle de los Chillos, con el propósito de do VII. Luchó junto a los españoles en la de-
preparar el movimiento insurgente que se pu- fensa de Madrid cuando Napoleón invadió la
so en acción el Diez de Agosto; condenó con península, y el 24 de setiembre de 1810, al ins-
singular energía los asesinatos del Dos de talarse las Cortes en Cádiz, Mejía estaba entre
Agosto en un sermón pronunciado tres días los diputados, pues había sido elegido para re-
después y renovó su condena en una oración presentar a la Audiencia de Quito junto a Ol-
fúnebre que pronunció al cumplirse el primer medo. En tal calidad, defendió a Quito cuando
aniversario del trágico acontecimiento; repre- se conocieron los sucesos del Diez de Agosto, y
sentó al Cabildo Eclesiástico en la sesión de hubiera llevado su acción política mucho más
Introducción / 37
lejos si la fiebre amarilla no hubiera cortado su contenida en Flora Huayaquilensis, cuya re-
vida en plena juventud. Estuvo casado con dacción terminó en 1808. También queremos
Manuela Espejo, hermana mayor del prócer, destacar que las exploraciones científicas de
entre cuyos discípulos se contó desde muy jo- Caldas formaron parte de la expedición dirigi-
ven, razón por la cual hizo profesión de la me- da por José Celestino Mutis, quien logró for-
dicina. mar un equipo de dibujantes y pintores quite-
ños a cuya pericia se debe la confección de la
3. Las expediciones de fin de siglo más impresionante colección de láminas botá-
nicas de la que se tiene noticia. Por fin, quere-
En los albores del siglo XIX, la Audiencia mos recordar la gran figura de Alexander von
de Quito fue el lugar donde se encontraron si- Humboldt, a quien Bolívar consideraba como
multáneamente notables investigadores que el hombre que más había hecho por Sudamé-
dan testimonio del interés que las tierras ame- rica. Sus estudios son de inmensa importancia
ricanas tuvieron desde entonces para la cien- científica e histórica.
cia natural. En efecto, Juan Tafalla realizó sus
investigaciones botánicas en la costa y otras 4. Los últimos ilustrados
regiones desde 1799 hasta 1808, mientras
Francisco José de Caldas recorría los alrededo- En nuestra historia, aunque los últimos
res de Quito desde 1801 hasta 1805, a veces so- vestigios de la Ilustración pueden sentirse to-
lo y a veces en compañía de José Mejía y su davía en el nacimiento de la República, podría
maestro Anasthasio Guzmán. Tanto Tafalla co- decirse con propiedad que los últimos ilustra-
mo Caldas se encontraron con Humboldt y dos quiteños son los autores del Diez de Agos-
Bonpland, que tuvieron a Quito como escena- to. Entre los españoles, no obstante, no pueden
rio de sus trabajos entre 1801 y 1802. Los dos olvidarse dos figuras vinculadas a la historia
primeros provenían de otras tantas expedicio- de Quito: ellas son las de don Antonio de Alce-
nes botánicas enviadas al Perú y a Nueva Gra- do y del Barón de Carondelet. Este último fue
nada por el celo ilustrado de Carlos III; la fa- Presidente de la Audiencia entre 1799 y 1807;
mosa pareja del prusiano y el francés venía por el primero nació en Quito y fue autor de una
su propia cuenta, en el momento en que los obra famosa. Trataremos brevemente de estos
naturalistas iniciaban el largo proceso que ha- dos figuras.
bría de culminar ya en el siglo XX con el des-
plazamiento de la filosofía como eje del sa- 4.1. El Barón de Carondelet, impulsor del
ber.19 progreso
Pese a su enorme interés, las expediciones El Barón de Carondelet fue nombrado Pre-
mencionadas no pueden ser tratadas en deta- sidente y Gobernador de Quito a fines de Di-
lle en este breve esbozo del siglo XVIII. Sola- ciembre de 1797.20 Los motivos presentados al
mente nos gustaría destacar que Juan Tafalla rey por el Consejo de Indias aluden a las nota-
no sólo recorrió la costa de nuestro territorio, bles ejecutorias del Barón y a las inquietantes
sino también las zonas de Malbucho, Lita y condiciones políticas y económicas en que se
Nanegal, donde identificó numerosas especies encontraba la Audiencia de Quito, las cuales
de la “Floria Quitensis”, así como las regiones demandaban la presencia de un gobernante
de Loja y Cuenca. Su monumental obra está sagaz y experimentado.
38 / Ximena Romero
Al tomar posesión de sus funciones, Ca- 1728 hasta 1736. El año en que terminó su pre-
rondelet tenía cincuenta años pero su salud sidencia, tuvo en esta ciudad un hijo al que pu-
había sido minada por el trabajo incesante. Al so por nombre Antonio. Esta circunstancia de
posesionarse de la Presidencia de Quito no tu- su nacimiento y el hecho de haber compuesto
vo tiempo de descansar, pues en forma inme- su famosa Bibliotheca Americana –cuyo ma-
diata hubo de hacer frente a la angustiosa si- nuscrito original fue encontrado por Gonzalo
tuación en que se encontraba Riobamba, des- Zaldumbide en la Biblioteca Nacional de Pa-
pués de haber sido completamente destruida rís–, ligan definitivamente a Antonio de Alce-
por el terremoto de 1797, considerado por al- do con nuestra ciudad.21
gunos como el peor que había sufrido la Au- La Bibliotheca Americana fue compuesta
diencia. Fue precisamente Carondelet quien por Antonio de Alcedo como apéndice del
promovió la decisión de trasladar la ciudad Diccionario Geográfico-histórico de las Indias
a la llanura de Tapi, donde fue reconstruida Occidentales o América, publicado entre 1786 y
Riobamba (Larrea, 59 ss; González Suárez, V, 1789. Este Diccionario fue durante mucho
396 ss). tiempo la mejor enciclopedia sobre la América
Simultáneamente, el Barón de Carondelet Española, y la Bibliotheca que le sirve de apén-
emprendió otras obras. Las más conocidas han dice es la más completa fuente referencial para
sido los trabajos de reconstrucción de la Cate- el estudio de los siglos coloniales en nuestro
dral de Quito, que también fue arruinada por continente.
el terremoto de 1797, y la reconstrucción de la
Casa de la Audiencia, que se encontraba en es- V. EL SUEÑO DEL DERECHO Y LA LIBERTAD
tado deplorable. Tal es la razón de que el domo
de la Catedral haya sido conocido como «el ar- Dos años después de la muerte del Barón
co de Carondelet», así como la Casa de gobier- Héctor de Carondelet, Quito llegó a la fecha
no ha recibido el nombre de Palacio de Caron- más alta y memorable de su historia: el Diez de
delet. Agosto de 1809. Según Jorge Salvador Lara,
La obra de Carondelet es enorme, tanto en aunque otros movimientos americanos prece-
materia de obras públicas como en lo relativo dieron a nuestro Diez de Agosto, la de nuestros
a la cultura, a la economía y a la política de la próceres fue una auténtica revolución porque
audiencia. En materia política, es común afir- fue la primera vez que alguien que no fuera el
mar que si la muerte no le hubiera sorprendi- rey se atribuía la soberanía.22 En efecto, du-
do el 10 de agosto de 1807, no habría sido ne- rante la célebre noche del 9 al 10 de agosto de
cesario el movimiento que se produjo exacta- 1809, los involucrados en el movimiento sub-
mente dos años después, debido a que su com- versivo redactaron un acta que recibió el nom-
prensión política le hubiera llevado a introdu- bre de “constitución”, que fue firmada por los
cir las reformas que eran indispensables. presentes en calidad de “representantes popu-
lares”, y en su virtud se conformó una “Junta
4.2. Don Antonio de Alcedo y la Bibliotheca Soberana”, un “Senado”, un “Congreso” que
Americana debía reunirse en tiempo próximo, un ejército,
y hasta se instituyó una condecoración. En
Recordemos que don Dionisio de Alsedo y otras palabras, se realizaron actos que hasta
Herrera ejerció la Presidencia de Quito desde entonces habían sido privativos del rey y que a
Introducción / 39
partir de esa fecha se convertían en una atribu- A esas tres figuras hay que sumar otras dos,
ción “popular”. que son entrañables para los quiteños, y que
Los trece años dramáticos que van desde no por representar una especie de anticipación
esa fecha hasta 1822 constituyen el fragmento del Romanticismo dejan de ser figuras forma-
más conocido de nuestra historia, al menos en das en el espíritu de la Ilustración tardía: esas
sus aspectos considerados gloriosos. Aquí sólo figuras son las de Antonio José de Sucre, el
queremos recordar que los autores del Diez de más brillante, el más honesto y el más capaz de
Agosto –bien sea su autor intelectual, que fue los generales de la Independencia; y de Ma-
Espejo, bien sea sus ejecutores, que fueron nuela Sáenz, que no solo fue la mujer hermo-
Morales, Montúfar, Salinas, Villalobos, Ante, sa que pudo conquistar el corazón de Bolívar,
Quiroga y todos sus compañeros– son hom- sino también la luchadora de la libertad que
bres de la Ilustración, y representan la “quite- pudo conquistar los galones de Coronel en el
ñización” del pensamiento ilustrado, es decir, campo de batalla.
ese proceso por el cual las ideas pudieron en- ***
carnarse en la realidad concreta de la sociedad Si hemos incluido en nuestro resumen es-
quiteña. tos primeros años del siglo XIX es porque con-
Pero lo mismo cabe decir de las tres figuras sideramos que forman una unidad con todo el
mayores de todo aquel período. La primera es proceso precedente. Las páginas anteriores no
la de Bolívar, que por ser una figura de toda son un estudio de ese proceso, sino apenas un
América también lo es nuestra. La segunda es esbozo sumamente sintético, en el que solo he-
la de Vicente Rocafuerte, a quien Carlos Pala- mos querido destacar los hechos y los perso-
dines ha llamado “el presidente ilustrado”, cu- najes más significativos, que pueden represen-
ya obra anterior a la constitución de la Repú- tar los hitos del siglo de la Ilustración en Qui-
blica merece ser más estudiada. La tercera es la to. Algunos de estos personajes y aconteci-
de Olmedo, que a pesar de su modestia es uno mientos volverán a aparecer en nuestro traba-
de los principales puntales en la construcción jo, como resultado de la investigación que es-
del actual Ecuador. tamos desarrollando.
40 / Ximena Romero
Notas
1 Karel Kosik, Dialéctica de lo concreto, Trad. Adol- Corporación Editora Nacional/Banco Central del
fo Sánchez Vásquez, México, Ed. Grijalbo, 1975; Ecuador, Quito, 1981, p. 26 ss; y Sentido y trayectoria
pp. 92-93. del pensamiento ecuatoriano, Biblioteca de la Revista
2 Agnes Heller, Historia y vida cotidiana, Trad. Manuel Cultura, II, Quito, Banco Central del Ecuador, 1990;
Sacristán, México, Ed. Grijalbo, 1985; p. 40. Pilar Ponce Leiva, “La educación disputada: la ense-
3 Eduardo Kingman Garcés, “Historia urbana: diversos ñanza universitaria en la Audiencia de Quito”, en Pro-
enfoques”, en Varios, Enfoques y estudios históricos - cesos, No.6, 1994, pp. 3-21.
Quito a través de la Historia, Quito, Dirección de Pla- 12 Nicolás Crespo, S.I., Elegía; en Fernando Tinajero,
nificación del I. Municipio de Quito/Junta de Anda- Imagen literaria del Ecuador, Barcelona, Ed. Océano,
lucía, 1992; pp. 15-21. 1982, pp. 79-86.
4 Eleazar Córdoba-Bello, Las reformas del despotismo 13 Aurelio Espinosa Pólit, S.I., Los jesuitas quiteños del
ilustrado en América (siglo XVIII hispano-america- extrañamiento, Biblioteca Ecuatoriana Mínima, 1960,
no), Caracas, Universidad Católica “Andrés Bello”, Introducción, pp. 31 ss.
1975, p. 12. 14 Cf. Segundo Moreno Yánez, Sublevaciones indígenas
5 Tulio Halperin Donghi, Reforma y disolución de los en la Audiencia de Quito desde comienzos del siglo
imperios ibéricos, 1750-1850, Madrid, Alianza Edito- XVIII hasta finales de la Colonia, Quito, Ediciones de
rial, 1985, pp. 36-74. la Universidad Católica, 3a. ed., 1985.
6 Juan Bautista Aguirre, “Breve diseño de las ciudades 15 Cf. especialmente Fernando Jurado Noboa, “Estudios
de Guayaquil y Quito (carta jocoseria escrita por el inéditos sobre Espejo”, en Boletín de la Academia Na-
autor a su cuñado Don Gerónimo Mendiola, descri- cional de Historia, Quito, No. 135-136, 1980, pp. 67-
biendo a Guayaquil y Quito)”, en Los dos primeros 104; y Carlos Freile Granizo, “Eugenio Espejo: ¿indio
poetas coloniales ecuatorianos, Biblioteca Ecuatoriana real o simbólico?”, en Revista del Centro Nacional de
Mínima, 1960, p. 157 ss. Investigaciones genealógicas y antropológicas, Quito,
7 Cf. Robson Brines Tyrer, Historia demográfica y eco- No.9, julio de 1991, pp. 109-133.
nómica de la Audiencia de Quito, Biblioteca de Histo- 16 Arturo Andrés Roig, Humanismo en la segunda mitad
ria Económica, 1, Quito, Banco Central del Ecuador, del siglo XVIII, Segunda Parte, Biblioteca Básica del
1988; esp. capítulos II y VIII. Pensamiento Ecuatoriano, vol. 19, Quito, 1984.
8 Federico González Suárez, Historia general de la Repú- 17 Cf. Fernando Tinajero, Teoría de la cultura nacional,
blica del Ecuador, t. V, Quito, Imprenta del Clero, Biblioteca Básica del Pensamiento Ecuatoriano, vol.
1894.- Sobre los censos, cf. Rosemarie Terán Najas, 22, Quito, 1986; y “El sustento socio-cultural de las re-
“Censos, capellanías y élites: aspectos sociales del cré- laciones entre Perú y Ecuador”, en Varios, Ecuador y
dito en Quito colonial (primera mitad del s. XVIII)”, Perú, vecinos distantes, Quito, CORDES/PNUD, 1993.
en Procesos - Revista ecuatoriana de Historia, No. 1, 18 Cf. Ekkehart Keeding, “Espejo y las banderitas de
Quito, Corporación Editora Nacional, 1991, pp. 23 ss. Quito de 1794: ¡Salva Cruce!”, en Boletín de la Acade-
9 Cf. Juan Valdano Morejón Ecuador, cultura y genera- mia Nacional de Historia No.124, julio-diciembre de
ciones, Quito, Ed. Planeta del Ecuador, 1985, cap. VI ss. 1974.
10 Cf. Ekkehart Keeding, “Las ciencias naturales en la 19 Cf. Hanno Beck, “Los países tropicales como icono-
antigua Audiencia de Quito: el sistema copernicano y grafía natural. Alexander von Humboldt y los co-
las leyes newtonianas”, en Boletín de la Academia Na- mienzos del pensamiento ecologista”, en Revista
cional de Historia, Quito, No.122, julio-diciembre de Humboldt, Munich, No.83, 1984.
1973; del mismo autor, Das Zeitalter der Aufklarung in 20 Sobre Carondelet véase González Suárez, Historia ge-
der Provinz Quito, Colección Lateinamerikanische neral, t. V, p. 393 ss; José Gabriel Navarro, “La Catedral
Forschungen, Koln/Wien, Bohlau Verlag, 1983. de Quito”, Boletín del Archivo Nacional de Historia,
11 Cf. Samuel Guerra B., “El pensamiento ecuatoriano No.79, Quito, enero-junio de 1952, p. 31 ss; Carlos
en los siglos XVI, XVII y XVIII”, en Cultura, Revista Manuel Larrea, El Barón de Carondelet, XXIX Presi-
del Banco Central del Ecuador, No.4, mayo-agosto de dente de la Real Audiencia de Quito, Quito, Corpora-
1979, pp. 85; Carlos Paladines, Pensamiento ilustrado, ción de Estudios y Publicaciones, 1969; Jorge Núñez
Biblioteca Básica del Pensamiento Ecuatoriano, vol. 9, Sánchez, El Presidente Carondelet y sus proyectos para
Introducción / 41
el país de Quito, Discurso de Incorporación a la Aca- Ecuatoriana, Quito, Libresa, Historia de Literatura
demia Nacional de Historia, Quito, 1999. Ecuatoriana, Quito, Libresa, 1979, p. 263, nota).
21 Exceptuando el Aviso Histórico, Político, Geográfico 22 Cf. Jorge Salvador Lara, Estudio Introductorio a La
(1740), donde se lee Alcedo, don Dionisio escribió su Revolución de Quito, 1809-1822, Colección Ecuador-
apellido siempre con S, y así lo escribe también Gon- Testimonios de autores extranjeros, 1; Quito, Corpo-
zález Suárez (cf. Historia…, tomo V, p. 42, nota). Su ración Editora Nacional 1982, p. 16.- Carlos de la To-
hijo Antonio, sin embargo, escribió su nombre siem- rre Reyes, La Revolución de Quito del 10 de Agosto de
pre con c. Nosotros conservamos las dos formas orto- 1809, Quito, Banco Central del Ecuador, Colección
gráficas, según se trate del padre o del hijo. (Véase Histórica, XII, 1990.
también Isaac J. Barrera, Historia de la Literatura
Vestimenta (Kolberg).
I. La ciudad: sus calles y sus plazas
Q
❑ 618 Hallase situada esta Ciudad en 00. tuviera en otro parage menos desigual, y que-
Grados, 13. Minutos, 33. Segundos de Latitud brado.
Austral; en 298. Grados, 15. Minutos, 45. Se- 620 Hacenla vecindad dos Llanos espa-
gundos de Longitud contada del Meridiano de ciosos; el uno por la parte del Sùr llamado Tu-
Tenerife, segun tenèmos concluìdo por las Ob- ru-bamba; cuya extension es de tres leguas; y el
servaciones, que se hicieron à este fin; su fun- otro por la del Norte, que nombran Iña-Quito;
dación es en lo interior del Territorio de la y se dilata el espacio de dos. Ambos estàn po-
America Meridionàl; y en las Faldas Orientales blados de Haciendas, ò Chacras, que hermo-
de la Occidental Cordillera de los Andes; dis- sèan sus Orillas; porque el vivo, y agradable
tante de la Costa, y Playas del Mar del Sur por verdòr de las Sementeras, y Yerva, y el matiza-
la misma parte Occidental treinta y cinco le- do de las Flores, que adornan Llanos, y Coli-
guas con corta diferencia. nas, no se agosta en todo el año; y assi es una
619 A la parte del Noroeste le hace espal- perpetua Primavera, que no tiene descaeci-
das el Cerro, ò Páramo de Pichincha, celebra- miento en ninguna Sazòn: sirven uno, y otro
do assi por su eminencia, como por una gran de dàr pasto à numero crecido de Ganado Ma-
fama de riqueza, que conserva desde la Genti- yor, y Menor, el qual no puede consumir el
lidad; sin que haya más certeza de ella, que la Yervage, que produce la gran fertilidad de
heredada noticia. En sus Vertientes pues, ò Fal- aquella Tierra.
da està fabricada la Ciudad, circunvalada de 621 Vànse estrechando los dos Llanos à
Cerros de mediana altura. Las Quebradas, ò proporcion, que se acercan à Quito, y forman
Guaycos (segun el propio nombre que les dàn con su union una especie de Garganta, donde
alli) que baxan formando Colinas de Pichin- se halla la Ciudad. La causa, que se ofrece para
cha son su fundamento; y la atraviesan algunas haver puesto su fundacion en un Terreno tan
de mucha profundidad: assi una gran parte de disigual, y malo, pudiendola haver hecho con
sus edificios se sustenta sobre Arquerìa, y Bo- mas hermosura, y commodidad en cualquiera
bedas: por esta razon son irregulares muchas de los dos Llanos ó Egidos es el de haver queri-
de sus Calles, y forman en su longitud varias do conservar la Población antigua de los In-
Cuestas, que suben, ò baxan de lo inferior de dios, quienes propensos à escoger las Quebra-
las Quebradas à lo alto de las Lomas, hasta das para ellas, havían puesto la de Quito en el
donde se estiende la Poblacion. La magnitud parage, que ocupa: y no persuadidos los Espa-
de la Ciudad es como las del segundo orden de ñoles en los principios de la Conquista, que lle-
Europa; y podria parecer mucho mayor, si es- garia a hacerse tan capaz, fueron reduciendo à
44 / Ximena Romero
edificios sólidos los frágiles antiguos, y esten- dias les ocultaba totalmente el Sol, y tenia en
diendola insensiblemente. Estuvo en otro continuas tinieblas. En la medianìa del Llano
tiempo mucho más opulenta, que lo que yà se de Iña-Quito hay un parage, que nombran Ru-
halla; pues la disminucion del Vecindario, y mi-pamba, y significa Llano de Piedras; porque
particularmente en los Indios, la ha minorado, està lleno de gruessos Peñones despedidos de
como lo dàn à entender las ruinas, que se vèn las entrañas de aquel Cerro en sus fuertes re-
en Barrios casi enteros. bentazones. En lo más eminente de él se con-
622 Por la parte del Sudoeste en la gargan- serva el Yelo como queda yà dicho, y de alli lo
ta, que hace el Llano de Turu-bamba, ay un llevan abundantemente à la Ciudad para la
Cerro, que llaman el Panecillo; porque su figu- composicion de muchas Bebidas heladas, que
ra es parecida a la del Pan de Azucar: la altura se acostumbran.
de este no excede de cien Tuessas, y queda en- 624 La Plaza principal, ò mayor de Quito
tre èl, y los Cerros, que cubren la Ciudad por tiene sus quatro fachadas; hermoseadas la una
el Oriente, un camino muy estrecho. Por la por la Iglesia mayor, ò Cathedràl; otra con el
parte del Sùr, y Occidente destila el Panecillo Palacio de la Audiencia; su opuesta con las
algunos crecidos ojos de Agua muy delicada; y Casas del Ayuntamiento; y la que lo està à la
del de Pichincha baxan precipitados por las Cathedràl con el Palacio Episcopàl. Es quebra-
Quebradas diversos Arroyos, de los quales se da, y muy capaz, y en su medio la adorna una
conduce por medio de Cañerìas, ò Atanores hermosa Fuente. El descuido, que ha havido
toda la necessaria para el abasto de la Ciudad; en reparar con tiempo el Palacio de la Audien-
y de lo restante assi de los Arroyos, como de cia, lo tiene en la mayor parte reducido à rui-
Manantiales se forma un Rio, que lleva su cur- nas; pues solo se conservan las Piezas de Au-
so por la parte del Sùr de ella, à quien dàn el diencia, Acuerdo, y Caxas Reales de servicio; y
nombre de Machàngara; y se passa sobre un las Paredes exteriores, que son las que perma-
Puente de Piedra. necen, la amenazan de continuo. Las quatro
623 El Cerro de Pichincha es Volcàn, y re- principales Calles, que atraviesan los angulos
ventò en tiempo de la Gentilidad: lo que se ha de la Plaza son derechas, anchas, y hermosas;
repetido en otras ocasiones despues de la Con- pero apartadas de ella tres, ò quatro Quadras
quista. Su boca es en un Picacho con corta di- (que es distancia entre cada dos esquinas, y se
ferencia de la misma altura, que en el que es- regùla alli por 100. varas, aunque unas tengan
tuvimos; muy cercano uno de otro; y cubierto más, y otras menos) empieza en ellas la imper-
todo de Arena muerta, y Calcinaciones. No ex- fección de subidas, y baxadas. Esta desigualdad
pele ningun Fuego, ni se le percibe exhalar hu- es causa, de que no tengan uso los Coches, ni
mo; pero en algunas ocasiones atemoriza con ningun otro Carruage; y en su lugar llevan las
ronquìdos formidables, que forma el Viento Personas de distincion algun Criado, que les
en sus concabidades interiores; los cuales po- acompaña con un gran Quita sol, y las Señoras
nen en gran consternacion, y cuidado à todo principales andan en Sillas de Manos; las de-
aquel Vecindario, avivandoles la memoria del màs Calles son retorcidas, disparejas, y sin or-
estrago, que ha ocasionado en sus rebentazo- den: por medio de algunas passan Quebradas,
nes, inundando con las Cenizas toda la Ciu- y las Casas estàn en los lados siguiendo sus
dad, y Campos circunvecinos; y formando con curvidades, y bueltas: por esto una parte de la
ellas Nubes tan espesas, que en tres, y quatro Poblacion suele hallarse, como se dixo, en lo
La ciudad / 45
inferior de ellas, y otra en lo alto de las Lomas, por primera vez, flores, botones y frutos en
que las forman. Las principales Calles son em- pleno campo sobre todos los árboles: vi sem-
pedradas, lo que no sucede en muchos de los brar, labrar y cosechar el mismo día y en el
Barrios, y por esto se hacen impracticables con mismo sitio. He aquí que me he dejado llevar
la frecuencia de las Aguas. por el recuerdo de la primera impresión que
625 Ademàs de la Plaza principal hay tuve entonces, olvidando que aquí no se trata
otras dos muy capaces, y varias pequeñas, ha- sino de lo que toca a nuestros trabajos acadé-
ciendo vecindad à los Conventos de Religio- micos.
sos, ò Monjas; y hermoseadas con las Arqui- Llegué a Quito el 4 de junio, algunos días
tecturas de sus Frontispicios, y Portadas; en los después que el señor Godin que había hecho
que se particulariza el de San Francisco, que en Guayaquil un gran número de observacio-
siendo todo de Piedra de Cantería pueden sus nes junto con nuestros dos Oficiales españoles.
bien distribuìdas proporciones; la hermosura El señor Bouguer, cuya salud no estaba todavía
de toda la obra; y su invencion tener lugar en- bien restablecida, no habiendo podido alcan-
tre las celebradas de Europa, haciendose alli de zarlos en Guayaquil, los había seguido de cer-
mayor estimacion por lo excessivo de su costo. ca y por el mismo camino. En fin, el 10 de ju-
(ULLOA, 1736) nio de 1736, trece meses después de nuestra
salida de Francia, nos encontramos todos reu-
nidos en Quito, ciudad célebre de los domi-
❑ A medida que ascendía, el bosque se
nios españoles en América meridional, capital
despejaba; muy pronto no veía más que arena
de una gran provincia con el título de reino,
y, más arriba, rocas desnudas y calcinadas que
sede de un Obispado, de una Real Audiencia o
bordeaban el lado septentrional del volcán Pit-
Parlamento y de diversos tribunales, decorada
chincha. Llegado a lo alto de la pendiente, fui
con un gran número de iglesias y conventos,
presa de un asombro mezclado de admiración,
con dos colegios para la instrucción de la ju-
ante el aspecto de un largo valle de cinco a seis
ventud, y notable singularidad, con dos Uni-
leguas de ancho, entrecortado de torrentes que
versidades. Esta ciudad que llegó a ser el cen-
se reunían para formar un río; a pérdida de
tro de nuestras operaciones, está a cuarenta le-
vista, contemplaba extenderse campos cultiva-
guas del mar, a un cuarto de legua de la Línea
dos con diversidad de llanuras y praderas,
equinoccial y a 80 grados y medio al occiden-
pendientes de verdura, pueblos, aldeas rodea-
te de París. Está situada al pie del volcán Pit-
das de cercas vivas y de huertos; en la lejanía,
chincha, cuyas cenizas han estado cerca de se-
la ciudad de Quito cerraba esta sonriente pers-
pultarla varias veces sin que ninguno de sus
pectiva. Me creí transportado a nuestras más
edificios haya caído. Encontré a mis compañe-
hermosas provincias de Francia. A medida que
ros instalados en el Palacio donde la Audiencia
descendía, el clima cambiaba de manera in-
tiene su tribunal; habían sido tratados esplén-
sensible, pasando gradualmente del frío extre-
didamente durante tres días y debían quedar-
mo a la temperatura de nuestros mejores días
se allí todo el tiempo necesario para buscar
del mes de mayo. Muy pronto pude ver todas
una casa donde alojarnos todos.
estas cosas de más cerca y más distintamente.
Mi sorpresa crecía a cada instante: pude ver (LA CONDAMINE, 1736).
46 / Ximena Romero
❑ La ciudad de Quito, llamada también de barrios que la rodean, desde Oriente a Occi-
San Francisco de Quito, es una ciudad grande, dente, desde la tramontana hasta Mediodía,
bella y alegre, situada a 11 minutos de distan- están colocados en pendientes y con bastante
cia de la linea equinoccial, siendo su latitud de inclinación. Parece verdaderamente un her-
11 minutos australes. Hay Cancillería Real con moso anfiteatro, y así se le ve desde una colina
Presidente y seis -a veces ocho- oidores o jue- situada en un flanco de la ciudad, llamada
ces togados que conforman la Audiencia Real. Ichimbía (en italiano Iccimbia) y desde un
Hay también Caja Regia, con dos oficiales rea- montecillo que se levanta a otro flanco, llama-
les, esto es, un Tesorero y un Contador; a esta do Panecillo (en italiano Panisiglio), así como
Real Caja están como subordinadas las otras también desde una baja cordillera de colinas
dos Cajas Reales, esto es la de Guayaquil y la de situadas frente a la ciudad cuando se viene del
Cuenca. En dicha Caja Real entra el dinero de valle denominado Chillo (en italiano Ciglio).
los tributos pagados por los indios, las rentas Desde este lugar se ve maravillosamente en
llamadas de la Alcabala, que son los derechos magnífica, bella y majestuosa perspectiva toda
que pagan los comerciantes por sus mercade- la ciudad de Quito, por lo que todos ordinaria-
rías, el producto de los diezmos, parte de los mente se detienen en la cresta de aquellas pe-
cuales pertenecen al Capítulo Eclesiástico y queñas colinas para disfrutar de tan apacible
parte al Rey por el Jus Patronatus y para man- vista, acompañada de singular admiración y
tener las Catedrales y Misiones; el producto encanto. Varios otros (150)* lugares existen
del monopolio del aguardiente de caña y otros desde donde se puede contemplar la ciudad
impuestos. Hay además del Presidente elegido toda entera, sin que se oculte a la vista de
siempre por el Rey, un Corregidor.52 Es sede quien mira cosa alguna, tales como la Floresta
Episcopal, con un comisario y Tribunal del Alta, la Recoleta de San Diego; el lugar situado
Sto. Oficio, y hay tres universidades. sobre la misma ciudad llamado Mirador de los
pobres, es decir, observatorio de los pobres;
De la situación y magnitud de la por último aquel lugar llamado vulgarmente
ciudad de Quito Alto de Sta. Bárbara, y aun mejor, donde está
construida la Recoleta de los agustinos, deno-
La ciudad de Quito está situada al pie de minada San Juan Evangelista. Desde todos es-
la falda del altísimo monte, célebre por sus an- tos lugares se puede contemplar toda la ciudad
tiguas erupciones de piedra y fuego, llamado de Quito, edificada en forma de bellísimo an-
Pichincha, (que en italiano se pronunciaría Pi- fiteatro que podría figurar aun en Europa, y no
cincia) de tal manera que el centro de la ciudad desfavorablemente, como lo verán los lectores
es completamente llano con una muy pequeña por la descripción que lealmente daré ahora
inclinación, casi imperceptible; pero todos los mismo.
La faz de la ciudad está casi totalmente
orientada hacia el Oriente, por lo que cada
52 El Corregidor tiene la vigilancia sobre la ciudad y la uno ya puede imaginarse su situación, donde
ronda de noche. Tiene tribunal y administra también
justicia en toda clase de causas civiles y criminales,
aunque sus sentencias deben ser confirmadas por el * Los números entre paréntesis ( ) se refieren a los fo-
Presidente y Real Audiencia y por el jefe del Magistra- lios del original manuscrito (Nota del traductor, Pa-
do de la ciudad. Que llaman Cabildo Secular. dre Julián Bravo. S.I.).
La ciudad / 47
están sus espaldas, y donde están colocados los se ha servido toda la ciudad para la construc-
lados, esto es, la entrada y la salida. Es necesa- ción de templos y de casas. Finalmente, de
rio descubrir a los lectores una cierta gran fal- cuán abundante sea la ciudad y su distrito en
sedad y quitar de sus mentes un burdo engaño agua daré luego detalladísima relación; por
y error, inducido por varios escritores, sobre la ahora (151) solamente hago esta reflexión: si
calidad del suelo en que está asentada la ciu- la ciudad de Quito y su contorno fueran are-
dad de Quito; entre otros el Diccionario Geo- nosos y áridos, el calor ciertamente debería ser
gráfico, impreso en Nápoles en 1749, en la le- grande; además jamás se verían verdes en todo
tra Q, folio 413, palabra Quito, asegura que el año, ni la ciudad con sus huertos ni todos los
Quito se asienta en un árido valle arenoso, flan- prados y campiñas, todos los montes y todas
queada a la derecha e izquierda por montes en- las colinas, que le rodean a manera de amení-
riscados. Todo lo cual es muy falso, sin que ha- sima y vistosísima corona. Por este motivo los
ya en ello ni una palabra verdadera. Que Qui- españoles y europeos la llaman, con frase ca-
to esté asentada en un valle arenoso: Es falso, racterística ya consagrada el siempre verde
falsísimo, la ciudad en primer lugar, no está Quito, lo que no dirían si aquel suelo y terre-
edificada en un valle; segundo, no es árido, an- no, si aquella campiña, faldas y colinas fueran
tes tiene excesiva abundancia de agua; tercero, arenosas y áridas, y si la ciudad estuviera asen-
su suelo y terreno no es arenoso, ni con arena tada en un valle, ya que únicamente en los va-
fina; su suelo es sólido, macizo, de tierra nada lles se experimenta el principal efecto del
reblandecida; en varias partes es dura piedra, ecuador, que es el calor.
obediente solo a la barra de hierro o al pico, no Volviendo a tomar, pues, mi narración,
a la azada ni al azadón; así aparece claramente, una vez explicada la situación de la ciudad de
a la entrada de la ciudad, en Santa Prisca hasta Quito, describiré su extensión y amplitud. Pri-
la placita de San Blas; en la salida, desde la ca- meramente el centro de la ciudad está dividi-
lle llamada del Mesón, hasta la Recoleta de San- do en seis calles igualmente anchas y rectas, y
to Domingo; en el arrabal llamado San Diego, así mismo igualmente equidistantes; éstas a su
en el Alto llamado de Santa Bárbara o San Juan vez están cruzadas por otras seis calles, equi-
Evangelista, en el barrio de San Sebastián, en la distantes entre sí, con la misma anchura y di-
Loma, etc., así como en todos sus alrededores rección que las otras. La anchura de unas y
y fuera de ellos. Falso también, y falsísimo que otras puede llegar a cinco varas, es decir, dos
la ciudad de Quito “esté flanqueada a derecha canas y media poco más o menos. La longitud
e izquierda por montes enriscados”, puesto es de setecientas varas, es decir, de trescientas
que todas aquellas faldas de los montes, aun- cincuenta canas italianas. Así las casas, pala-
que pendientes y empinadas, están como se cios y conventos con sus Iglesias colocados en
puede observar cultivadas y sembradas de va- el centro de la ciudad, quedan perfectamente
rios granos lo que sería imposible si las faldas aislados y rectangulares, dando una muy bella
y pendientes de aquellos montes fueran enris- y suntuosa impresión a la ciudad, tan simétri-
cados. Solo hay una roca o peña descubierta y camente levantada y distribuida. Las calles es-
escarpada, cuya altura será, a lo más de cuatro tán bien empedradas, con gran cuidado. La
a cinco canas y otro tanto tendrá de anchura; periferia y alrededor del centro de la ciudad, es
pero ello ha sido hecho de intento, por haber- un conjunto de muchísimos barrios, no pe-
se encontrado una cantera de piedra, de la que queños, que son los siguientes, comenzando
48 / Ximena Romero
por la entrada de la ciudad, es decir, desde de noche, por Santa Prisca, San Juan Evange-
Santa Prisca. Hay el barrio de San Blas, sigue el lista, La Merced, el Tejar, el Panecillo, Machán-
de Santa Bárbara, luego el otro de San Roque, gara y por donde le place a cada uno. Podríase
más arriba de San Diego, bajando un poco es- (es cierto) fortificarse y quizás mucho mejor
tá el de San Sebastián, el llamado de la Loma, que muchísimas otras y muy fortificadas ciu-
luego el de San Marcos, todos barrios muy ex- dades de Europa, tanto en el mismo lugar de la
tensos, Además, alrededor de dichos barrios o ciudad como en los lugares dominantes y ele-
entre barrio y barrio hay otros suburbios más vados, los cuales la volverían sin duda inex-
pequeños pero no despreciables, pues acre- pugnable. Pero de hecho no está fortificada en
cientan en mucho la extensión de toda la ciu- manera alguna.
dad. Así, detrás del barrio de San Blas hay gran La longitud de la ciudad, si se mide diago-
cantidad de casas en la falda terraplenada de la nalmente, es decir, desde la Recoleta de San
pequeña colina llamada Ichimbía. Entre Santa Diego hacia Santa Prisca, es ciertamente de
Bárbara y San Roque, hay gran número de ca- más de una milla, pues andando yo desde un
sas que forman ciertamente un buen barrio extremo a otro, muchas veces y con paso ni
llamado de la Merced; está también el llamado acelerado ni lento, apenas si lo pude hacer en
Mirador de los Pobres; entre San Roque, San media hora, algunos andando aquel trecho
Diego y San Sebastián; debajo de la ancha, lar- por paseo, con gran esfuerzo lo hacen en tres
ga y bella calle del Mesón se halla un pequeño cuartos de hora. Si se mide en línea recta, esto
barrio llamado el Tejar. En el mencionado es, desde el Tejar de los jesuitas hasta la Recole-
Diccionario Geográfico léese que la ciudad de ta de San Juan Evangelista que es una calle de-
Quito está competentemente fortificada. He recha, larga y bella, apenas si lo logré hacer, de
aquí otra solemnísima falsedad. Jamás ha esta- un extremo a otro, en cuarto de hora y medio,
do la ciudad de Quito (ni ninguna otra ciudad a paso poco menos que acelerado, pues hay de
de las montañas o como dicen los americanos, un extremo a otro dieciséis cuadras,54 que
de la sierra53 y aun muchísimas (152) de la cos- equivalen a poco menos de ochocientas canas
ta y muy cercanas al mar) ni poco ni mucho italianas o sicilianas. Lo que he dicho de la lon-
competentemente fortificadas. Ni siquiera en gitud de la ciudad de Quito, lo mismo debe en-
tiempo de los indios paganos ni cuando fue tenderse de su anchura ya que la ciudad es de
conquistada, pues Quito no está amurallada a forma casi circular en su asiento, y no hay ba-
su alrededor ni hay vestigios de haber estado, rrio alguno que esté separado y alejado de ella,
en algún tiempo, circunvalada de murallas; no antes todos están incorporados a la ciudad de
hay castillo, ni ciudadela, ni bastiones, ni to- manera que forman una sola urbe, un solo nú-
rres, ni torreones, ni revellines, ni baluartes. cleo y un solo conjunto, pues de las seis calles
Ni siquiera hay puertas de la ciudad, sino
que está abierta a todos los que entran de día y
54 En América las ciudades, aldeas, etc. como también
los terrenos de las haciendas y posesiones, se miden
por cuadras. Una cuadra son cien varas, en cuadro que
53 Los americanos a las ciudades marítimas las llaman equivalen casi a cincuenta canas italianas o sicilianas.
Puerto de Mar, a todas las demás ciudades de la Sierra Es necesario tener presente esto porque de ordinario
o de la Serranía y a sus ciudades y habitantes con des- usaré el término de cuadra, hablando de la longitud y
precio, serranos. anchura, de las ciudades, caminos, calles y haciendas.
La ciudad / 49
principales, salen como del centro los rayos y tá el Palacio de la ciudad, junto con otras casas
las líneas de la circunferencia, las otras calles de personas particulares en la misma cuadra.
hacia cada barrio y arrabal, algunas anchas y Debajo hay un bello pórtico sostenido por co-
espaciosas, otras un tanto estrechas y angostas: lumnas octagonales de piedra; hay también
unas derechas, otras torcidas; pero todas bien balcones. Al otro lado sigue el flanco de la Ca-
empedradas. La verdad es que Quito es una tedral con su pretil o pórtico descrito más arri-
ciudad muy amplia y grande, con capacidad ba. En el tercer lado se halla todo el Palacio del
para doscientas mil almas, y si las casas y pala- Presidente y Real Audiencia, muy majestuoso,
cios fueran y lo podían ser de dos o tres pisos de dos pisos y con balcones, con bella y delica-
o planos, ciertamente tendría capacidad de da fachada, edificado sobre un pórtico que se
trescientos o cuatrocientos mil habitantes. Por levanta por encima de la Plaza por lo menos
su grandeza y amplitud podría hacer compe- doce palmos, todo él de losas de piedra fina-
tencia aun con las naciones más famosas de mente labrada. Se sube por tres magníficas es-
Europa; todavía mucho más por su maravillo- caleras, una al centro con diez o más gradas y
so clima, por su deliciosa suavidad y aun po- otras dos en los dos extremos y esquinas del
dría destacarse también por la magnificencia y Palacio. Dicho pórtico está construido sobre
suntuosidad de los templos, conventos, cúpu- bóvedas reales, por lo que debajo, en el mismo
las y campanarios, como voy a narrar inme- plano de la Plaza, hay doce habitaciones o al-
diatamente. macenes de comerciantes, etc. La escalera
principal es muy espaciosa y magnífica, de lo-
De las Plazas y casas de la ciudad de Quito sas de piedra. Las salas y antecámaras son muy
luminosas, las bóvedas falsas están adornadas
Las Plazas grandes, amplias y bellas de la con bellas pinturas y las paredes con doceles y
ciudad de Quito son cinco, además de otras cuadros muy finos y con exquisita tapicería,
pequeñas, por ejemplo la de Santa Bárbara, la todos los aposentos, con lujosos tapetes. Ade-
de Santa Clara, etc. La primera es la Plaza Ma- más de los otros adornos particulares y pro-
yor, en el centro mismo de la Ciudad64, donde pios que cada Presidente y Gobernador lleva
está la Catedral, el Palacio del Obispo, el del consigo de su casa. Vi dicho Palacio en tiempo
Presidente y Real Audiencia, y también el del del Presidente Dn. Pío Montúfar, marqués de
Magistrado, que llaman de la Ciudad. El plano Selva Alegre, venido a Quito de la ciudad del
de la Plaza es de piedra caliza muy sólida y du- Perú llamada Arequipa. Éste trajo consigo to-
ra, por ello no está adoquinada. Tiene un pe- dos los arreos de su casa, y con ellos adornó to-
queño declive; mide más de sesenta canas en dos los aposentos, quedándole todavía más de
cuadro perfecto, y en cada esquina hay dos bo- la mitad, por no haber más habitaciones que
cacalles, de las calles reales y principales. En el adornar. ¿Qué había traído consigo de ador-
centro está una fuente soberbia y bastante alta, nos raros? Primeramente bellísimos cuadros
con tres planos, de la cual brota el agua abun- de todo tamaño con marcos de plata pura, ma-
dantísima por muchísimos caños de diverso ravillosamente labrada, Aparadores, pequeños
diámetro, sin que nunca se la pueda ver seca o bufets, mesitas (187) todos de ébano puro y
disminuida en su caudal de agua. A un lado es- otras maderas más preciosas con finísimas in-
crustaciones de marfil, madre perlas, lamini-
64 Cabildo. llas de oro y plata, y delicadísimos tallados y
50 / Ximena Romero
arabescos. Había de varias figuras, algunas oc- lumnas octangulares de piedra, sobre el que
tangulares, otras exangulares, y unas pocas corre una azotea o corredor con celosías bien
cuadrangulares. Unas en figura de paralelo- dispuestas y labradas. Hay una bella fachada
gramo, otras triangulares. Las grandes mesas delicadísima, con un portal majestuoso. El pa-
del centro de las salas, antecámaras y cámaras, tio es elegante, perfectamente cuadrado e
todas de plata pura, se armaban con tornillos igualmente con columnas octangulares de pie-
de plata, y eran de seis, ocho y aun de doce pal- dra y encima hay cuatro amplios y luminosos
mos, las cuales adornaban cada habitación sin corredores, con sus balaustradas muy esbeltas
ninguna otra cosa. Los escritorios, cofres, baú- trabajadas a torno. Los aposentos son amplísi-
les y mil otros utensilios de maderas finas, de mos y bien dispuestos, para la Cancillería, la
especial construcción, embellecidos con oro y familia eclesiástica y seglar. Tiene una impor-
plata, incrustados de piedras preciosas: tapice- tante capilla. Debajo en el patio están las cár-
rías, tapetes, paños en gran manera finos y ma- celes (además de muchos almacenes), llama-
jestuosos, varias clases de sillas cubiertas de das de corona, es decir, para los Sacerdotes y
terciopelo carmesí y otros colores con llamati- clérigos delincuentes. En resumen, es uno de
vas franjas de oro, plata y elegantes flores. Las los Palacios bastante suntuosos, con todas las
porcelanas de China y Japón (de las más raras comodidades necesarias para un príncipe ecle-
y excelentes), eran el adorno ordinario y de ca- siástico.
si ninguna consideración, así como también La segunda plaza, también perfectamente
los cristales sin número, y las diversas clases de cuadrada, es la de Santo Domingo con una
espejos y las ninfas, todas de cristal puro, eran fuente al centro. Forman un ángulo la Iglesia y
por la gran cantidad y singularísima calidad, convento de Sto. Domingo de una parte y de
algo extraordinario, y sobremanera excelentes. otra, el Colegio Real de San Fernando Rey de
Creería que ciertamente en toda América Me- España. Por fuera es soberbio por su fachada y
ridional no hay ajuar de casa ni más vistoso, por el pórtico sostenido por columnas de pie-
mi más rico, ni más majestuoso ni magnífico. dra, parece un grande y majestuoso palacio;
Todo lo había hecho venir, con grandes gastos, sin embargo dentro, es muy mísero, obscuro,
de Londres, de Francia, Venecia, Alemania y tosco, sin delicadeza, sin simetría, (188) es un
otros Reinos de Europa, aunque las mesas de hacinamiento confuso de habitaciones, salas,
plata y los marcos de los cuadros habían sido aposentos, sin orden, todo maltrecho, ruinoso,
hechos y labrados casi todos en el Perú por los como si fueran tabernas, completamente su-
más famosos artífices y plateros, así como los cias e inmundas. Verdaderamente los Religio-
tapetes habían sido fabricados y tejidos en sos Dominicanos no suelen tener gran cuida-
América. Hay finalmente, un elegantísimo pa- do por las habitaciones de aquel Colegio, ya
tio, cuadrado. El Palacio no está acabado, tiene que los estudiantes están en su magnífico y
solamente una fachada, por un lado del cuar- muy cuidado convento. El número de colegia-
to, que costó ochenta mil escudos, sin contar la les también suele ser escasísimo, de diez, doce,
casi totalidad de los materiales que había y que veinte a lo más treinta. Solo entra gente seglar,
no compraron. y rarísimamente los hijos de nobles. La peque-
Sigue luego el Palacio episcopal por el ña iglesia de Santo Rey es hermosa aunque pe-
cuarto lado, que se extiende de un extremo a queña. El otro ángulo lo forman de uno a otro
otro, con un bello pórtico sostenido por co- extremo Palacios de personas particulares. Ca-
La ciudad / 51
da lado es de casi sesenta canas. En cada esqui- valo, con la Gobernación de Esmeraldas y sus
na se ven dos bocacalles de calles reales. El pi- puertos.
so de la plaza es todo él de toba, muy sólido. El mencionado cerro Pichincha, que desde
La tercera plaza, perfectamente cuadrada y la gentilidad se ha conceptuado por mucha ri-
de la misma extensión, es la de San Francisco. queza, ha venido ha demostrarla en ese tiem-
Un ángulo lo forma el Convento e Iglesia de po con vetas de finísima plata, que en él se han
San Francisco, por un lado y por otro un be- reconocido; y desde luego, tanto en este como
llo y magnífico Palacio del Conde de Selva en otros de la provincia, se hubieran extraído
Florida. El otro ángulo por un lado lo forma porciones crecidas de este metal, pues se han
el grande y amplio Palacio del Mayorazgo registrado en pocos meses muchas vetas, si el
Villasís y es casa de Cadena, donde los de- beneficio de ellas no se hubiese dificultado,
lincuentes gozan de asilo. Por el otro lado lo por no encontrarse minero perito en toda la
forman varios palacetes de personas particula- jurisdicción.
res. Al Sudoeste de la ciudad hay un llano o eji-
La cuarta plaza es la de la Merced, también do que nominan Turubamba, y en sus márge-
perfectamente cuadrada. Su extensión es de nes un pequeño cerro conocido por el Paneci-
casi 40 canas en cuadro. La quinta plaza es la llo, por lo que su figura hace semejanza a la de
de San Blas o del Matadero, muy amplia, pero un pan de azúcar; de éste se vierten algunos
no completamente cuadrada, si no que más arroyos de agua por la parte del Sur y Occiden-
bien puede decirse que es toda ella a manera te, que unidos con mucha de manantiales, y la
de un triángulo. Al centro está una fuente. No que por varios atenores destila el de Pichincha,
hay en ella cosa notable sino solamente su se forma hacia el Sur un hermoso río que no-
gran extensión, quizás mucho mayor que las minan Machángara, y transita por una hermo-
demás. sa puente de piedra.
(CICALA, 1743) Al Norte del pueblo de Machache se regis-
tran más vertientes de aguas cálidas a causa de
las nitrosas y sulfúreas materias que las im-
❑ QUITO
pregnan. En ellas se experimentan tan delicio-
Esta ciudad se halla situada bajo la línea sos como benéficos baños y se ha reconocido
Equinoccial, en 13 minutos, y 3 segundos de ser profluvios que corren del centro de la tie-
latitud austral, y en 298 grados, 15 minutos, 45 rra. En términos del pueblo de Conocoto, se
segundos de longitud. A la parte que corres- encuentra un pequeño cerro, que nombran
ponde al Noroeste, la guarnece el famosísimo Ilaló, y manan de él, a formar en su base o
Cerro Pichincha. Comprehéndese bajo de esta plan, hermosas fuentes de aguas igualmente
capital su corregimiento, el del asiento de La- cálidas, cuyo uso en baños es recobro de mu-
tacunga, Villa de Riobamba, gobierno de Ma- chas enfermedades, y las mismas se han descu-
cas y Quijos, (asiento) de Chimbo, goberna- bierto en el pueblo de Alangasí. En las inme-
ción de Guayaquil, Corregimientos de las ciu- diaciones al pueblo de Perucho, hay un sitio
dades de Cuenca y Loja, gobierno de Jaen de que llaman Tanlagua, y es hacienda perte-
Bracamoros, Misiones de Maynas, Corregi- neciente a los Padres Jesuitas del Colegio Má-
mientos de la Villa de Ibarra y asiento de Ota- ximo de esta ciudad: En él se encuentran
52 / Ximena Romero
emersiones de aguas calientes, de iguales salu- montes hasta ahora descubiertos en el univer-
dables usos, y con la especialidad de lapidificar so. Parte en la planicie, parte por las faldas de
muy en breve, cualquiera cuerpos menos sóli- dicho Pichincha, se extiende la ciudad a la que
dos que las toquen. circundan humildes colinas que le sirven co-
Al norte de esta ciudad y en el egido, que mo de barrera. El plano de la ciudad en la mi-
llaman Añaquito, hay una hermosa lagu- tad es casi igual, pero a los lados o en la circun-
na, que su diámetro por cualquiera parte del ferencia, muy incómodo por las subidas y ba-
círculo que ella figura, es de más de 20 picas; jadas que ocasiona la desigualdad del terreno.
fórmase de subterráneas emersiones de agua Será la circunferencia de cuatro a cinco millas,
que de los cerros inmediatos destila. y formaría una mayor extensión y más bella
(MONTÚFAR Y FRASO, 1754) vista si no estuviera como sepultada entre las
colinas que le rodean. Un cálculo prudencial
❑ La ciudad de Quito, de la que toma su da de 46 a 48 mil almas; en otro tiempo tuvo
nombre toda la provincia, Quitum o Quitoa, hasta sesenta mil habitantes y más, de todo gé-
en latín, está situada en la América Meridio- nero. En aquel tiempo era mucho más rica
nal, casi bajo la Línea Equinoccial, teniendo porque era mayor su comercio y los indios, en
solamente trece minutos treinta y tres segun- mayor número: digo indios porque indianos
dos de latitud austral; doscientos noventa y son los descendientes de españoles y nacidos
ocho grados, quince minutos, cuarenta y seis en América, y los indios son los descendientes
segundos de longitud, partiendo del Meridia- de los nacionales americanos.
no de Tenerife en las Canarias; y según Mr. Toda la ciudad se divide en siete cuarteles o
Bouger, veinticinco líneas, cuatrocientos trein- parroquias, que son: El Sagrario. San Sebas-
ta y ocho, ochenta y dos; y según La Condami- tián, San Blas, Santa Barbara, San Marcos, San
ne, cuatrocientos treinta y ocho, ochenta y Roque y Santa Prisca1. Cada una abarca mu-
cuatro, que son los movimientos u oscilacio- cho terreno y por consiguiente muchas almas;
nes del péndulo por segundo, en la medida de pero la mayor parte es gente muy pobre, por lo
su longitud. Se halla al pie, de la cadena de que las iglesias apenas están provistas de lo in-
montañas llamada Los Andes, y dista de la cos- dispensable para el Culto Divino; y en lo de-
ta del Mar Pacífico hacia su parte occidental, más se hallan en suma desolación, medio de-
cerca de ciento diez millas, tomándola en ele- rruidas y peores que las más miserables de
nuestras campiñas; agréguese la poca atención
vación. Se ve a sus espaldas, hacia el Noroeste,
y diligencia de quien las gobierna, que no las
el célebre volcán Pichincha o Pichinche, que
tienen en mucho; porque, como las poseen só-
siempre muestra alguna de sus cimas cubiertas
lo por tiempo, aspirando y procurando pasar a
de nieve, y se eleva desde la superficie del mar
un mejor beneficio, no las atienden como po-
a la altura de dos millas y media de perpendi-
drían hacer fácilmente.
cular, según las exactas observaciones de los
Académicos Franceses que hicieron su medi-
da; no debe admirarnos si consideramos el
1 La parroquia de El Sagrario, llámase hoy en día Gon-
otro altísimo monte llamado Chimborazo, que zález Suárez y, a más de las enumeradas por el P. Co-
se levanta desde dicha superficie más de una leti, tenemos las siguientes: El Salvador, Benalcázar,
legua marina, y que es el más alto de todos los Alfaro y La Magdalena.- Nota de E. E. B.
La ciudad / 53
La Plaza Mayor de Quito se abre en un cual corre a mano derecha; al otro lado de di-
cuadrado de trescientas brazas al rededor, de cha catedral y de la Casa de la Junta corre la ca-
suerte que toda la circunferencia será aproxi- lle llamada del Comercio3, en donde de lado y
madamente de mil doscientas brazas. Los cua- lado se ven almacenes y tiendas de mercaderes,
tro lados del mismo lo forman al oeste el Pala- y ésta como la otra, son las más frecuentadas.
cio llamado del Audiencia en donde reside el Por la otra esquina del Palacio Episcopal y del
Presidente; al este y en frente, la Casa de la Jun- Palacio de la Junta se entra a la calle que va a
ta; al norte, el Palacio Obispal y otras pocas ca- San Agustín4, y por el costado del Palacio Epis-
sas que están al lado izquierdo; frente a éste y copal y del de la Audiencia se entra a la calle
al sur, la Iglesia Catedral, siendo su titular San que conduce a la Merced y al Monasterio de la
Pedro. En la mitad de la plaza se halla una Concepción5. Hé aquí descrita la plaza y el
fuente de piedra dura que se asemeja a nuestra centro de la ciudad. A más de ésta, hay otras
piedra llamada de Robigno en la Istria; no es menores, entre las que se distinguen las plazas
mal trabajo, y en la cima de la pila tiene un án- de San Francisco y de Santo Domingo. La de
gel dorado, que arroja el agua por una trompe- San Francisco es bella por la fachada y por la
ta que parece tocara; pero esto sucede cuando escalinata de la Iglesia, obra de buena arqui-
se componen los acueductos, cosa que no su- tectura y de labor maciza, siendo toda de
cede muy a menudo como sería de desearse; piedra dura y bien trabajada, encanta a la vista
sería bella y agradable a la vista si siempre es- y puede decirse que es la mejor fachada de to-
tuviera limpia y arreglada, pero esto es casi im- da América. La otra de Santo Domingo tiene a
posible. La dicha plaza se podría apreciar y go- uno de los lados el Colegio Real de San Fer-
zar si no fuese tan inmunda; y no siendo em- nando y al ótro la Iglesia y el convento de los
pedrada, casi de continuo está llena de fango. padres Dominicanos, de regular aspecto.
Desde la mañana hasta medio día vemos en (COLETI, 1757)
ella jumentos y mulas, que sólo parten de allí
cuando se vende lo que llevan al mercado, lo
❑ Hay en la ciudad la catedral que es muy
cual sucede a diario. El Palacio de la Audiencia
buena y bien adornada, la parroquia de San
fué rehecho en parte en estos últimos años, se
José y otra que es San Blas, que está en un arra-
llama palacio por estar en aquel sitio y apenas
bal que hay en la entrada de la ciudad. Hay
es una buena casa y no es ni bella; de un sólo
cinco conventos de religiosos, La Concepción,
piso o solar como todas las otras casas, y esto
El Carmen, que son Terceras, Santa Catalina,
con motivo de los terremotos. El del Obispo es
El Carmen Alto, que no son reformadas, y
más grande, más capaz y bien repartido; en la
Casa de la Junta nada hay de bueno; la Cate-
dral da a la plaza todo el lado izquierdo sin que
nada de ella agrade al ojo. En los cuatro lados 3 La Venezuela.- Id. Id
de la plaza se abren cuatro calles, todas espa- 4 La Chile.- Id. Id.
ciosas y suficientemente rectas: al lado de la 5 La García Moreno.- Nota de E. E. B.
Catedral y del Palacio de la Audiencia desem- ( La calle Bolivia que menciona el compilador (nota 2) es
boca la calle que conduce a nuestro colegio2 el la actual calle Espejo; la calle mencionada, en la nota
5, está equivocada: no es la García Moreno sino la
misma calle Chile, las parroquias que agrega en la
2 La calle Bolivia, en la actualidad.- Nota de E. E. B. nota 1 no son todas las que hay actualmente. (X. R.)
54 / Ximena Romero
Santa Clara. Todos los templos de Quito son vados, que les dan buen aspecto desde la ciu-
buenos, los mejores del Perú, de cantería, fá- dad porque están continuamente cubiertas de
brica primorosa y muy adornados. La ciudad una hermosa verdura, y como gozan de una
con buenas calles, buenas casas y bien adorna- primavera ininterrumpida, tienen los llanos y
das; mucho comercio, y sobresalen allí los in- las colinas adyacentes siempre esmaltadas de
genios especialmente de escultura y pintura. flores. Esta escena viene a ser coquetamente
(SANTA GERTRUDIS, 1760) animada por gruesos grupos de ganados que
pacen en las alturas. Y ese suelo es tan fértil en
pastos, que no pueden consumirse todos.
❑ Quito
Las dos llanuras se estrechan proporcio-
La ciudad de Quito, capital de la provincia nalmente a medida que se avecinan a la ciu-
del mismo nombre, está situada en la parte dad, y al unirse entre ellas forman un cuello de
mediterránea del continente de la América tierra cubierto de esas eminencias sobre las
Meridional, sobre el confín oriental de la cor- cuales está situada una parte de Quito. Puede
dillera occidental de los Andes, a 35 leguas, acaso parecer extraño como, a pesar de estas
más o menos, a levante de la costa del mar Pa- dos tan bellas y amplias llanuras, tan próximas
cífico. Cerca de ella, de la parte del Maestral, a la ciudad, haya sido preferida una situación
está la montaña y el desierto de Pichincha, no tan poco adecuada. Pero parece que los prime-
menos célebre entre los forasteros por razón ros fundadores miraban menos a la apariencia
de su grande altura, como entre los paisanos que al placer de perpetuar la memoria de sus
por una vaga e incierta tradición de contener conquistas, con fábricas en el mismo sitio de la
inmensas riquezas desde los tiempos de los In- Capital de los Indios, quienes para erigir su
cas. La ciudad está fabricada sobre la pendien- ciudad escogieron talvez estos lugares porque
te de esta montaña, circundada de otras de los creyeron más propios para la defensa. Ade-
mediana altura, entre las abras del Pichincha. más los españoles, al principio de sus conquis-
Algunas de estas son de considerable profun- tas, no previeron que este lugar pudiera llegar
didad y se extienden a través de toda la ciudad, a tanta grandeza. Quito, por otra parte, estuvo
de manera que muchos de sus edificios repo- un tiempo en condición más florida de la en
san sobre arquerías. Esto vuelve sus calles irre- que hoy se encuentra, habiendo disminuído
gulares y extremadamente desiguales, estando considerablemente el número de sus habitan-
las diversas partes que la componen, parte so- tes, especialmente de los indios, de los cuales
bre hendiduras, parte al pie, y parte sobre las se ven hoy día hileras enteras de sus cabañas
cimas de esas mismas hendiduras. Esta ciudad abandonadas y arruinadas.
puede por su grandeza compararse a las de se- A sud-oeste de Quito, sobre aquella colina
gundo orden en Europa, pero la desigualdad que más especialmente pertenece a la llanura
de su situación le impide impresionar más fa- de Turubamba, hay una eminencia llamada
vorablemente. Panecillo o sea pequeño pan, por su figura pa-
Cerca de Quito existen grandes llanuras, recida a un pan de azúcar. Apenas tiene 600
una al medio día llamada Turubamba, de tres pies de altura, y entre él y las montañas que
leguas de largo, y la otra al occidente, llamada cubren la parte oriental de la ciudad hay una
Inna-Quito, de dos leguas de extensión. Am- vía angostísima. De la parte meridional y occi-
bas están cubiertas de granjas y terrenos culti- dental del Panecillo surten diversos manantia-
La ciudad / 55
les de una agua excelente. De la eminencia del atrios y tribunales, de modo que las murallas
Pichincha descienden diversos arroyos por en- mismas de la fachada amenazan demoler lo
tre los intersticios los cuales por medio de poco que queda. Las cuatro calles, que termi-
conductos y canales proveen abundantemente nan en los cuatro ángulos de la plaza, son de-
de agua a toda la ciudad. Los sobrantes, reuni- rechas, anchas y bellas, pero a la distancia de
dos en uno solo, forman un riachuelo llamado tres o cuatro manzanas, o sean órdenes de edi-
Machángara que baña la parte meridional de ficios, larga cada una de unas cien yardas,
la ciudad y tiene un puente de piedra. principian las ya indicadas incómodas pen-
Pichincha, en tiempo de los Incas era un dientes. Estas desigualdades impiden a los ha-
volcán, y aún hasta después de la conquista se bitantes el uso de coches y otras carrozas con
verificaron fuertes erupciones. Su boca era ruedas. Los hombres que son de rango supe-
una de sus cimas, cuya cúspide está todavía cu- rior, para distinguirse de los otros, van acom-
bierta de arena y materias calcinadas, pero al pañados de personas que les sostienen una
presente no arroja ni fuego ni humo. Los habi- gran sombrilla; y las señoras de calidad son lle-
tantes se encuentran, por otra parte, atemori- vadas en palanquines. Todas las calles excep-
zados a veces por sus estrépitos espantosos, tuando las cuatro referidas, son desiguales y
ocasionados por los vientos aprisionados en sin orden ni simetría. Algunas están cortadas
sus vísceras, que no pueden por menos que de las hendiduras ya dichas y las casas de los
traer a la memoria los daños horribles ocasio- lados cooperan a su dirección tortuosa e irre-
nados por sus erupciones cuando toda la ciu- gular. Así, una parte de la ciudad está situada
dad y el país vecino se encontró como sepulta- al fondo de ellas, y la otra en la cima. Las calles
do bajo un diluvio de cenizas y permaneció principales están empedradas, pero las otras
completamente a oscuras por tres o cuatro no, por lo cual son casi impracticables después
días seguidos de nubes de polvo impenetra- de una lluvia, cosa que sucede con mucha fre-
bles. En el centro de la llanura de Inna-Quito, cuencia.
existe un lugar llamado Rumipamba, o sea lla- Además de la plaza principal, hay en Quito
nura de piedra, por estar cubierta de gruesos otras dos, ambas muy espaciosas, en junta de
fragmentos de peñas arrojados por las erup- varias otras más pequeñas. En estas está situa-
ciones de la montaña. La cima de Pichincha, a da la mayor parte de los conventos, que le dan
semejanza de todas las otras grandes monta- una bellísima apariencia, siendo las fachadas y
ñas de los Andes está cubierta de hielo y nieve, las puertas menores de estos edificios consa-
de la que se lleva una gran cantidad a la ciudad grados a la Religión, decoradas de todas las be-
para mezclarla con los licores que beben las llezas de la arquitectura. Entre ellos, descuella
personas de rango. La Plaza principal de Qui- especialmente el Convento de la Orden de los
to tiene cuatro lados, en uno de los cuales está Franciscanos, fabricado todo en piedra viva,
situada la Catedral, y en el opuesto el Palacio que por la regularidad de las proporciones, la
Episcopal; el tercero está ocupado por el Pala- disposición de las partes, el gusto elegante y la
cio del público y el cuarto por el de la Audien- ejecución de toda la obra, puede competir con
cia, que en vez de conservarlo de manera co- los edificios de su clase más maravillosos de
rrespondiente a la dignidad del Gobierno, ha Europa.
dejado arruinarlo en su mayor parte sin que se (ANÓNIMO, 1763)
haya tomado cuidado alguno sino de algunos
56 / Ximena Romero
❑ Descripción de la ciudad de Quito zonas, de que daremos una breve noticia al fin
de esta descripción que coge tanta parte de él;
De la dilatada jurisdicción y gobierno del y los demás que caen al Poniente y al Medio-
distrito de la Real Audiencia de Quito es capi- día, tributan sus caudalosas corrientes a la Mar
tal, asiento de su Residencia, la Ciudad de San del Sur; y el de Machángara, después que baña
Francisco, que yace a los 18 minutos de Lati- las orillas de uno de los arrabales de la ciudad,
tud Austral y 293 grados de Longitud del Me- facilita la entrada por un fuerte y anchuroso
ridiano de Tenerife, que señala la DEMOS- puente de piedra, de primorosa construcción,
TRACIÓN, en el declivio de la gran cuesta del de cuyos artífices no hay tradición alguna; és-
terrible y horroroso volcán de Pichincha, que te y los muchos arroyos que bajan de las mon-
ha reventado 3 veces en los años 1539, 1577 y tañas del volcán, hacen dentro de la ciudad las
1660, causando tan fatales estragos que de muchas quebradas que demuestra el PLANO,
querer acordarlos se eriza el pelo en la memo- y vulgarmente llaman huaycos, sobre los cua-
ria, y entre los 2 espaciosos llanos de Añaquito les corren y se levantan arcos y terraplenes que
y Turubamba, el primero de más de una legua por unos parages allanan el paso para la co-
a la banda del Norte, y el segundo de otro tan- municación y por otros sirven de cimientos y
to a la del Sur. basas para los edificios de mayor peso, como
Y sin embargo de demorar en el punto me- templos y casas de distinguidos particulares.
dio de la tórrida zona, donde están perpendi- Y a la salida que va al llano de Turubamba,
culares la luz y el calor de los rayos solares, y demora un pequeño cerro que llaman el Pane-
por esto se persuadieron los antiguos a que se- cillo, vergel de las delicias dentro de la pobla-
ría inhabitable, (y) es tan al contrario que en ción, fecunda fertilidad de cuanto se le cultiva
su situación se sucede el tiempo y no se altera; en flores, plantas y frutas, y tiene a la falda la
son siempre iguales los días y las noches, for- hacienda de un tejar de los Padres de la Com-
man una continuada Primavera de todo el año pañía, con una casa huerta y jardín muy espe-
en que amanece a las 4 y anochece después de ciales para el recreo de los estudiantes en los
las 6. Y goza del más benigno clima y agrada- días de sus asuetos, a la cual tenemos entendi-
ble temperamento que se puede discurrir, do que se ha trasladado después la del Novi-
efecto de que en aquella altura la rodean los ciado de Latacunga con el motivo del tercer te-
páramos de Cayambe, Elenisa (Iliniza), Coto- rremoto y reventazón del volcán Cotopaxi.
paxi, Antisana, Tunguragua y Chimborazo, Y con la copiosa abundancia de aguas que
que no obstante ser volcanes, están cubiertos bajan de la montaña, delicadas al gusto y nada
de nieve, tan endurecida del tiempo que por ingratas al calor natural, se fertilizan continua-
muchas partes está petrificada, y templan mente las tierras, y concurriendo la benigni-
agradablemente el aire, desatando ríos, arro- dad de las influencias del aire y la siempre apa-
yos y quebradas que no cabe especificarlos en cible condición de su temperamento, las hacen
la reducida Hidrografía de la DEMOSTRA- tan fecundas que están verdes todo el año, flo-
CIÓN DEL PLANO, sino sólo que los que des- ridos los valles y las vegas de los montes, vesti-
cienden de la Cordillera y bajan por las mon- dos los árboles de flores, hojas y frutas de In-
tañas del Oriente y del Norte rinden sus co- dias y de la Europa (que llaman de Castilla los
rrientes al gigante de todos los ríos que se co- naturales), los campos poblados sin intermi-
nocen en ambos Mundos: el Marañón y Ama- siones de cuantas semillas de hortalizas y le-
La ciudad / 57
de que pudieramos hacer larga memoria, si no superiores con balcones. Al norte de la plaza,
fuera desviarnos de nuestro principal objeto está edificado el Palacio Arzobispal, con una
que no es cronológico, sino geográfico demos- entrada de arcos de piedra, y junto a algunas
trativo de una distancia con individuas des- casas particulares, bajo cuyos balcones hay un
cripciones de los montes, ríos y poblaciones corredor espacioso; al lado opuesto aparece la
que la ocupan. Catedral, un edificio muy sencillo, comparado
(ALSEDO, 1766) por cierto, a los otros templos de la ciudad. No
se anota en él nada realmente particular, ex-
cepto algunas pinturas ejecutadas por los nati-
❑ Quito fue fundada en el año de 1534
vos y una efigie de San Pedro trabajada por
por Sebastián de Benalcázar, con el título de
Caspicara, un indio también nativo de esta
San Francisco; y en 1541 fue erigida en ciudad
ciudad. En el centro de la plaza hay una her-
por el Emperador Carlos V. Se levanta en una
mosa Pila de bronce.
hondonada; el volcán Pichincha al Occidente y
una serie de colinas llamadas Chimbacalle al (STEVENSON, 1810)
Este; al Sur la explanada de Turubamba o Tu-
rupamba, entre esta y la ciudad está la peque- ❑ Tiene la suerte de los pueblos así como
ña elevación del Panecillo, y al Norte la llanu- los cuerpos físicos, su indispensable varia-
ra de Añaquito, generalmente llamada el Ejido. ción, a la más brillante prosperidad, sucede la
Las calles que corren al Norte y Sur de la época de su decadencia: tal fue la suerte de
ciudad, se hallan en un bonito plano nivelado, Quito. Era la más floreciente y opulenta ciu-
pero las transversales se empinan hacia las fal- dad y provincia de la América meridional a
das del Pichincha y descienden al lado Orien- causa de las riquezas que le proporcionaban
tal de ella, hacia el pequeño río de Machánga- los diversos ramos de su industria, produccio-
ra, que corre entre la ciudad y las colinas de nes naturales, y comercio activo: hoy no pre-
Chimbacalle. senta, sino un triste esqueleto de su anterior
Cerca al centro de la ciudad está la Plaza opulencia.
Mayor o principal, además de la cual existen Quito, recostado sobre un cono llamado
aquellas de San Francisco, Santo Domingo y la Yavirac, está directamente bajo el ecuador por
Carnicería. Al extremo Occidental de la plaza 00 latitud, y 13 minutos austral, y a 288 grados
mayor está el Palacio del Presidente, un edifi- 15 minutos 44 segundos de longitud, en lo in-
cio de aspecto sombrío, con un piso superior, terior del territorio de la América del sud, y
a nueve pies de elevación sobre el nivel de la distante de la costa y playa del mar, cerca de
plaza, con terraza, paredes de piedra al frente y 150 millas, sobre uno de los terrenos habitados
dos tramos de escaleras para subir. El Palacio lo más elevado del globo, en la falda oriental
contiene los salones pertenecientes a la Real de la cordillera de los Andes.
Audiencia, al Tesorero y la Cárcel, y junto a los A la parte del noroeste, le hace espalda, el
departamentos ocupados por el Presidente, las cerro o barranco de Pichincha: en sus vertica-
oficinas de Secretaría y Archivo. Al lado orien- les o faldas está fabricada la ciudad, circunva-
tal, en frente al Palacio, está la Casa del Cabil- lada de cerros de mediana altura: son irregula-
do, con una bonita fachada de piedra, y casas res muchas de sus calles, y forman en su longi-
particulares a cada lado; tiene también pisos tud varias crestas, que suben o bajan del infe-
La ciudad / 59
rior de las quebradas a lo alto de las lomas, cuatro cuadras, se toca con la desigualdad di-
hasta donde se extiende la población. cha del terreno, y con las calles torcidas, dispa-
La magnitud de Quito es como la de las rejas y sin orden, algunas están en quebradas
ciudades de segundo orden de Europa: podría con las casas a sus lados, siguiendo sus curva-
parecer mucho mayor, si estuviera en parage turas y vueltas.
menos desigual, y no en quebrada. (BRANDIN, 1824)
Su fundación en terreno tan desigual y ma-
lo, pudiéndola haber hecho con más comodi-
dad, parece efecto de la propensión que tenían ❑ La ciudad de Quito está a 2908 metros
los indios de escoger las quebradas como luga- sobre el nivel del mar, rodeada de cerros de
res más propicios para esconderse. mediana altura y situada a las faldas del Pi-
Las principales calles están solamente em- chincha por la parte del oeste, sobre las que-
pedradas, pero no en todos los barrios: de aquí bradas o guaicos que bajan de él formando co-
es que en tiempo de aguas se hacen intransita- linas, algunas de gran profundidad; por lo que
bles, y también se usa poco de coches; y mucho muchos de sus edificios están sostenidos sobre
menos de otros carruajes. bóvedas y arcos. Por esta razón son irregulares
Las casas principales, algunas son muy ca- muchas de sus calles, formando varias cuestas
paces, desahogadas y bien repartidas, todas de que suben de lo interior de las quebradas a lo
altos, con balconería a la calle: son fabricadas alto de las lomas hasta donde se extiende la
de adobes y barro; y por ser la tierra de tan población. Esta desigualdad ha sido causa de
buena calidad tiene la consistencia de la pie- que por ellas no pudiesen andar coches ni
dra. otros carruajes, y de ir las señoras principales y
La ciudad y su vecindad está dividida en la gente de distinción en sillas de manos, o
siete parroquias: tiene cierto número de con- bien acompañadas de un criado con un gran
ventos de religiosos y monjas, un hospital co- quitasol. Las calles son casi todas estrechas,
mún para los dos sexos, con salas separadas torcidas y sin orden. Por medio de algunas pa-
para hombres y mugeres, un colegio de estu- san quebradas, y las casas están en los lados si-
dios y una universidad. guiendo sus vueltas y curvaturas. Las principa-
La población de Quito es de cerca de cua- les están empedradas, pero hay algunas que
renta a cincuenta mil almas cuando más: se con la frecuencia de las aguas se hacen intran-
compone de blancos, mestizos, indios y ne- sitables: se eligió un terreno tan malo para
gros, y de otras mixturas. conservar la población antigua que había de
La plaza principal de Quito tiene sus cua- Indios.
tro fachadas hermoseadas, la una con la iglesia La ciudad es como las de segundo orden de
mayor o catedral: la otra con el palacio de la Europa; pero si estuviese en paraje más llano,
audiencia, su opuesta con el cabildo, y la que lo parecería mucho más grande. Antiguamente
está a la catedral con el palacio episcopal. Es fue más opulenta y más poblada que ahora.
cuadrada y en el medio la adorna una fuente, Había en Quito siete parroquias, y conven-
o pila. tos de san Agustín, santo Domingo, san Fran-
Las cuatro principales calles que atraviesan cisco y la Merced; dos colegios llamados de san
los ángulos de la plaza, son derechas, anchas y Luis y san Fernando, que era universidad, te-
hermosas; pero apartándose de ellas tres o niendo por patrón a san Gregorio; y de mon-
60 / Ximena Romero
jas de la Concepción, santa Clara, santa Cata- En la garganta se hace el llano de Turu-
lina y dos de carmelitas descalzas. La Catedral bamba por la parte del suroeste hay un cerro
y la iglesia del Sagrario eran ricas en alhajas y llamado el Panecillo, pues su figura se asemeja
preciosos ornamentos, y las demás pobres a a la de un pan de azúcar. No pasa de cien toe-
proporción. Había un hospicio para indigen- sas de altura, y queda un camino muy estrecho
tes y huérfanos, de hermosa arquitectura; cár- entre él y los cerros que cubren la ciudad por
cel, y un hospital para hombres y mujeres, con el oriente. Por la parte del sur y occidente des-
rentas proporcionadas, a cargo de la orden tila el Panecillo algunos manantiales de agua
hospitalaria de Belén, fundada por el hermano muy delicada; y de ésta y de la que precipitada
P. Betancourt, aprobada por Clemente X, des- en arroyos baja por las quebradas desde el Pi-
calza, con hábito de paño basto, musgo y poco chincha, se abastece la ciudad, formándose de
distinto del de los capuchinos, la imagen de la sobrante el pequeño río Machángara, que
nuestra señora de Belén en uno de los lados corre por parte del sur de la población y se pa-
del manto, y barba larga. sa por un puente de piedra.
..................................................................... La plaza mayor de Quito tiene la forma de
Cerca de ella hay dos llanos espaciosos: un gran cuadrado. Las fachadas están hermo-
uno hacia el sur llamado Turu-bamba, o pro- seadas, la una con la iglesia Catedral, otra con
piamente Turu-pampa, cuya extensión es de el palacio de la Audiencia, su opuesta con la
tres leguas; y otro hacia el norte, que tiene dos casa del Ayuntamiento, y la de en frente de la
y se llama Iña-Quito, antes Aña-Quito, ambos Catedral con la del palacio Episcopal: es cua-
poblados de haciendas o chácaras, cuyas flores drada y muy capaz, y en medio tiene una fuen-
y verdor duran todo el año, y donde pace cre- te. Las cuatro calles principales que atraviesan
cido número de ganado mayor y menor. Los los ángulos de la plaza son derechas, anchas y
dos llanos se van estrechando, y forman al hermosas; pero a poca distancia de ésta empie-
unirse una especie de garganta en que está la zan en ellas las subidas y bajadas.
ciudad. En la mitad del llano de Iña-Quito hay Además de la plaza mayor hay dos muy ca-
un paraje llamado Rumi-bamba, que quiere paces y otras pequeñas. Entre las fachadas de
decir llanura de piedras, por estar lleno de los conventos, que son casi todos en plazas, se
gruesos peñones arrojados de las entrañas del distinguía la del de san Francisco, todo de pie-
Pichincha con sus fuertes erupciones. dra de cantería y de particular hermosura.
(EL NUEVO VIAJERO UNIVERSAL, 1833)
II. Arquitectura civil y religiosa
casas, conventos e iglesias, hospital
Q
❑ Casas otras muchas partes de la Provincia, sin que
acabe de destruírlos el tiempo, y la inclemen-
626 Las Casas principales son muy capa- cia: bastante prueba de la firmeza, que tendràn
ces algunas con desahogadas, y bien repartidas los edificios fabricados con ella.
viviendas, todas de un alto; à que acompaña la 628 Està dividido el recinto de la Ciudad
Balconería à la Calle; pero sus Puertas, y Ven- en siete parroquias, que son: El Sagrario, San
tanas, particularmente en lo interior, son pe- Sebastian, San Blas, Santa Barbara, San Roque,
queñas, y estrechas: costumbre que se conser- San Marcos, y Santa Prisca, a excepcion de la
va en parte de la que tienen los Indios; porque Cathedràl, y Sagrario, que es rica de todos
assi como buscaban aquellos lugares más es- adornos assi de Plata, como de Telas, y muy
condidos, para hacer las fundaciones de los costosos Ornamentos, las demàs Parroquias
Pueblos entre Quebradas, y lugares disparejos; son pobres en esta parte; y no hay mas, que lo
eran, y son propensos à hacer las Puertas muy muy preciso para el Culto; llegando à tanto,
pequeñas; y aunque aora los Españoles para que muchas estàn terrizas sin solado, y à su co-
permanecer en la costumbre se valen del pre- rrespondencia es lo restante. La Capilla del Sa-
texto de que sean menos ventosas; sin negar, grario fuera de ser muy capaz, y toda de Pie-
que consiguen esta commodidad, se debe con- dra, tiene bella Arquitectura; y no es menos
siderar su origen à haver seguido el methodo harmoniosa la exterior, que bien distribuída la
de los Indios. de adentro.
627 La materia, con que se fabrican las
(ULLOA, 1736)
Casas, se reduce à Adobes, y Lodo, pero es la
Tierra de tan buena calidad para uno, y otro,
que tienen la permanencia, como si fueran he- ❑ Casas
chas de otra cosa más consistente; con tal que Debiendo ya hablar de todas las demás ca-
el Agua no les coja en descubierto. Llaman à la sas de la Ciudad de Quito, diré solamente en
Tierra, de que hacen los Adobes, y los unen general que todas ellas están construídas de
despues en lugar de mezcla, Cangagua: es muy adobe, todas tienen un sólo piso alto además
dura, y sólida, y los Indios se servian de este de la planta baja, en los patios. Es rara la casa
material en tiempo de su Gentilidad para la fa- que tenga dos pisos altos. Todas las casas (ha-
brica de Casas, y todo genero de Paredes; de las blando solo de las existentes en el centro de la
quales se conservan muchos vestigios, assi en ciudad, contenidas por las seis calles rectas y
las inmediaciones de aquella Ciudad, como en principales), tienen su pórtico de losas de pie-
62 / Ximena Romero
dra bien labrada: todas tienen su patio empe- de ébano y otras maderas preciosas, son sin
drado, grande, amplio, espacioso y completa- número, y constituyen uno de los adornos
mente cuadrado o en forma de paralelogramo. principales de las casas. Por fuera usan tam-
La mayor parte de estos patios tienen colum- bién los balcones, pero de madera, con una ba-
nas, redondas y octangulares, de piedra, con laustrada alrededor de color verde o rojo. Las
los cuatro corredores bajos comunmente enla- casas son bajas a causa de los continuos y for-
drillados, raras veces empedrado. En ellos hay midables terremotos.
habitaciones o para el servicio o para alquilar
a gente plebeya, así como también para depó- De las Casas más ricas, preciosas y
sitos y otros menesteres. A éstos, corresponden soberbiamente adornadas
arriba otros cuatro corredores con delicados
artesonados de bóveda falsa. Estos corredores No es, en manera alguna propósito referir
están pintados en cada casa con varias histo- aquí cuáles sean las casas más ricas y ostento-
rias y fábulas u otras ideas de la fantasía, a gus- samente adecuadas y adornadas. Indicaré al-
to del dueño. En cada casa hay varias habita- gunas: la del Marqués de Maenza, del Marqués
ciones para las mujeres, para los hombres, pa- de Solanda, del Conde de Selva Florida, del
ra los hijos y para la servidumbre doméstica, Marqués de Miraflores, del Marqués de Ore-
etc. Todas ellas elegantemente adornadas con llana (es esta sobremanera suntuosa), las de los
tapicerías y riquísimos ajuares así como otros Oidores Regios: del Sr. Quintana, del Sr. Nava-
preciosos adornos, bellas pinturas con marcos rro y del Sr. Santa Cruz (ésta no tiene otra
dorados, esmaltados, etc. Sin embargo, el prin- igual) las de los caballeros Chiriboga, Villasís,
cipal empeño (189) de aquellos ciudadanos Guerrero y muchísimos otros, así como tam-
está en hacer alarde de muchísimos y grandes bién las de no pocos comerciantes casados y
espejos en todas las antecámaras, habitaciones, establecidos en aquella ciudad. Todas estas ca-
gabinetes y recámaras, para lo cual gastan has- sas o palacios son capaces y muy adecuadas
ta los ojos, así como los vasos, jofainas, platos, para recibir un Virrey, un Grande de España y
platillos, todo ello de fino y bello cristal y de cualquier otro personaje de alto rango. Pero
las más fina y preciosa porcelana de China. Es entre todas ellas hay dos, aunque la una es pe-
increíble las grandes sumas de dinero que con- queña, sin embargo es nada menos que de la
sumen aquellos caballeros americanos en se- misma delicadeza, majestuosidad y belleza,
mejantes galanterías. Así como también en aunque no rica: la del difunto Canónigo Vite-
vistosos tapices hechos a medida para cada ha- ri, joven noble de talento prodigioso, en letras,
bitación, grande o pequeña. Todos usan el da- en Teología, Cánones, Moral Admirable en el
masco carmesí con galones y franjas de oro; y púlpito, erudito como el que más, afable, muy
muchísimos el terciopelo rojo, para cubrir suave y educado en el trato. Hombre que sin
completamente las paredes, por lo menos de duda podía codearse en cualquier ciudad de
aquellas habitaciones en que las señoras y ca- Europa con los más célebres y famosos letra-
balleros reciben las visitas, así como también dos, en todo era delicadísimo. Se hizo diseñar
las recámaras de dormir, con las cortinas y por nuestro arquitecto una pequeña pero ori-
biombos de las mismas telas preciosas. Por lo ginal y bella casa según las reglas de la Arqui-
que se refiere a mesitas, aparadores y mesas in- tectura. Le salió tan graciosa, hermosa y esbel-
crustadas de marfil y madreperlas, construídas ta, que era el encanto de todos. Luego la hizo
Arquitectura / 63
pintar por los más famosos pintores de la ciu- estar con las paredes descubiertas y sin defen-
dad sin ahorrar gasto alguno y la embelleció sa alguna. Las habitaciones de los principales
con pocos y decentes tapices de acuerdo con el señores, si bien por afuera no se manifiestan
más exquisito gusto. Mas Dios poco tiempo se hermosas, por dentro son grandes, cómodas y
la dejó gozar, cinco o seis años, y en la más be- con suficiente orden y distribución. Los ador-
lla flor de la juventud y de sus bien fundadas nos de los cuartos y salas se reducen a cuadros
esperanzas murió, quizás -y sin quizás- acon- y pinturas al fresco sobre las paredes, de flores,
gojado más allá de lo debido por la expulsión frutas y animales que no dejan de hacerlos ale-
de los jesuitas, pues había sido siempre idóla- gres. El piso está siempre recubierto de esteras
tra, por así decir, de los jesuitas y de la Compa- o tapetes, de los cuales se trabajan aquí muy
ñía. La otra casa, grande y también muy her- buenos. En los cuartos comunmente no se ven
mosa, pero muy rica por sus tapices, tapetes y sillas, sino dos o tres, y no en todas las casas; en
ajuar, todo de gran valor, importado de Euro- su lugar sirven grandes cojines que, colocados
pa, es la del Sr. Don Mariano Uvillas, también al rededor, sirven para sentarse y son de ordi-
joven de muy singulares talentos, que salió de nario de seda carmesí. Lo que más se estima en
la Compañía siendo teólogo de tercer año. Es los adornos son los espejos, y quien los tiene
de un gusto muy fino y delicado. También él se más, mejor arregla su casa, si bien son peque-
valió de nuestro arquitecto para el diseño de ños, los encierran en marcos cuatro veces ma-
una nueva casa construida de acuerdo a las re- yores que el mismo espejo, dorados, en cuya
glas de la Arquitectura, la cual le salió suntuo- construcción ponen todo empeño y gusto. Las
sa y magnífica: mas, para llenarla y adornarla a casas tienen poyos que dan la vuelta en muchas
su gusto y según sus delicadísimas y muy no- a toda la fachada, algunos de madera; otras tie-
bles ideas le fue necesario gastar poco menos nen celosías, algunas de las cuales son pintadas.
todo su capital. Por fin la puso en tal grado de Se alzan algunas torres, entre las cuales la
magnificencia y preciosidad, que no le queda- más alta y fuerte es la de la Compañía, que tie-
ba ya más que hacer ni añadir. Verdaderamen- ne ciento ochenta brazas de altura, luego la de
te puede alojarse en ella un Monarca. Todas es- San Agustín, que tiene ciento sesenta y dos; la
tas casas tienen su escalera amplia y bella de otra de la Merced que pasa de ciento veinte y
losas de piedra. Las más bellas tienen agua dos y la de la Catedral que tiene ciento cua-
dentro de los patios. tro10
(CICALA, 1743) Hay, a más de la fuente pública de la Plaza
Grande, otras fuentes: una en la Plaza de San
Francisco, en San Agustín y en Santo Domin-
❑ El resto de las casas es de una misma es- go, y tres en el Colegio Máximo de la Compa-
tructura, de un solo piso, su material es lodo y ñía, dos de las cuales son de bello aspecto y
adobes, esto es piedras o ladrillos de tierra, se- abundantes, y una sirve a la ciudad toda por la
cados al sol; este lodo es algo como creta que exquisitez y pureza de sus aguas.
llaman cangahua, muy dura y resistente; servía (COLETI, 1757)
de material a los antiguos indios en sus cons-
trucciones, algunas de las cuales subsisten has-
ta ahora, desafiando fortísimas la injuria de los 10 Todas estas torres fueron destruidas en el terremoto de
tiempos y la inclemencia del cielo, a pesar de 1868.- N. de E.E.B.
64 / Ximena Romero
❑ Las casas principales son grandísimas y gantemente amoblada que las otras. Una mo-
algunas de ellas tienen amplios departamentos da prevalece aquí, y es la de tener una magní-
bien dispuestos, pero no hay ninguna que ten- fica cama al pie del estrado; algunas son con
ga más de un piso y a la cual no le falte un bal- cubierta de terciopelo carmesí forrado con ra-
cón sobre la calle. Sus ventanas, por otra par- so, adornadas con un encaje dorado ancho y
te, especialmente las de atrás, son bastante ba- ribetes de oro, con una colcha bordada de oro
jas y estrechas y en esto se hallan conformes y plata en terciopelo; las sábanas, fundas, etc.,
con la antigua costumbre de los indios. Los están adornadas con finos encajes de Bruselas
materiales que se emplean para construcción y otros encajes igualmente hechos en Quito.
de edificios en Quito, son adobes, es decir la- Algunas de estas camas son pintadas, dando
drillos crudos, y greda; y para hacer los prime- un buen efecto a la vista, cuando las cortinas
ros es tan a propósito aquella tierra, que cuan- están recogidas.
do están defendidos del agua se sostienen mu- (STEVENSON, 1810)
chísimo. Se juntan y atan entre ellos con una
cierta composición resistente llamada canga-
❑ Las casas principales son grandes y bien
gua, especie de calcárea extraordinariamente
repartidas, y generalmente son de un alto, con
fuerte y adaptada por los antiguos indios para
azoteas guarnecidas de flores, y balcones a la
fabricar sus casas, de las cuales se ven todavía
calle; pero había las puertas y ventanas, parti-
varios residuos cerca de la ciudad y en diversas
cularmente interiores, pequeñas y estrechas,
partes del Reyno, que habiéndose conservado
costumbre conservada entre los Indios, de los
no obstante la inclemencia del clima prueban
que sin duda los Españoles la habían recibido.
suficientemente su fuerza y duración.
Las casas se hacen de adobes y lodo, siendo por
(ANÓNIMO, 1763) la bondad de la tierra tan fuertes de este mate-
rial como de cualquier otro, siempre que el
❑ Las casas pertenecientes a los principales agua no las coja en descubierto. La tierra de
habitantes, tienen generalmente un piso supe- que hacen los adobes y que sirve para trabar-
rior, pero aquellas pertenecientes a las clases los se llama cangagua. Los Indios también se
bajas, son de un solo piso, construídas en su servían de ella por ser muy sólida, y aún se ven
mayoría de adobes o piedra y entejadas. Las fa- vestigios de algunas de sus habitaciones cerca
milias de la clase alta residen en el piso supe- de la ciudad y en la provincia.
rior, la parte baja ha sido destinada a los sir- (EL VIAJERO UNIVERSAL, 1833)
vientes y utilizan también como cocheras, bo-
degas y para otros propósitos como éstos. El
❑ Conventos e iglesias
uso de estrados, que es una parte levantada del
piso, es común aquí, como en Concepción, y 629 Los conventos de Religiosos, que hay
las mujeres parecen hallarse incómodas cuan- en Quito, son de San Agustín, Santo Domingo,
do están sentadas en una silla. El mobiliario es San Francisco, y la Merced; y además de estos
una mezcla de piezas antiguas y modernas, uno de Recoletos de San Francisco: otro de San-
justamente como han podido ser adquiridas, to Domingo, y otro de la Merced: à excepción
sin embargo, algunas casas, particularmente de los tres ultimos todos los otros son Cabezas
aquella del Conde de San José, está más ele- de Provincia. Hay assimismo en aquella Ciu-
Arquitectura / 65
dad un Colegio Maximo de la Compañia; dos costosos Ornamentos hacen más serias las Fes-
Colegios de Estudios para Seglares; el uno inti- tividades, y vistosas las Iglesias; y aunque en
tulado San Luis, que esta al cargo de los Padres las de Monjas no brille tanto la riqueza, exce-
de la Compañia; y el otro San Fernando al de la de el asèo, y el primòr, y con este se esmèran en
Religion de Santo Domingo. En el primero la mayor decencia del culto. No sucede lo mis-
mantiene el Rey doce Becas Reales, que se dis- mo en las parroquias, porque sus funciones
tribuyen en los Hijos de Oydores, y Oficiales dan bastantes muestras de la pobreza, que hay
Reales: es Universidad, y tiene por Patron à San en ellas; lo que en alguna manera proviene de
Gregorio. El de San Fernando, que es Funda- omission, ò descuido de aquellos, à cuyo cargo
ción Real, està baxo la Proteccion de Santo estàn.
Thomàs; y este paga el Rey las propinas de los (ULLOA, 1736)
Lectores: algunas de sus Cathedras son de
oposicion, como las de Leyes, Canones, y Me-
❑ Del Colegio Máximo
dicina; pero la ultima està vacante siempre por
no haver quien la lea, aunque se le dispense la El Colegio Máximo es también muy gran-
oposición. El Convento de San Francisco tiene de, imponente y magnífico, construído todo él
un Colegio, o Casa de Estudios, para los Reli- de ladrillo y cal, con paredes muy gruesas y an-
giosos de su Orden, con el nombre de San chas, pues sostienen las grandes bóvedas reales
Buenaventura; y aunque lo material del edifi- de todo el primer piso, bóvedas de extraordi-
cio forma en lo exterior un Cuerpo con él, es- nario grosor. Verdaderamente la construcción
tà en su interior economìa separado. y estructura del Colegio es muy rara, siendo el
630 A correspondencia de los Conventos lugar no perfectamente llano, sino con algún
de Religiosos, hay de Monjas, la Concepcion, declive más que visible y sensible. El primer
Santa Clara, Santa Catalina, y dos de Descalzas corredor, largo por lo menos de 70 canas, tie-
de Santa Teresa. El uno de estos tuvo su prime- ne la fachada a la calle grande y real, muy vis-
ra fundación en el Assiento de Latacunga; pe- tosa y magestuosa. Hay una bella cornisa am-
ro habiéndose arruinado con un temblòr, en plia de la que nacen las ventanas del piso bajo,
que lo quedò todo el Lugar, se trasladaron las no habiendo otro; ventanas muy altas y an-
Religiosas à Quito, y allí se han mantenido; chas, con sus rejas y marcos alrededor. Por en-
aunque la fabrica de su Convento, y Iglesia no cima de las ventanas hay otra cornisa sobre la
quedaba concluida, quando salimos de aquella que viene a apoyarse el [174] alero del techo,
Ciudad. que sale fuera del muro más de cuatro palmos.
631 Assi el Colegio de la Compañia, como Las habitaciones de la planta baja todas son al-
los Conventos de Religiosos son muy capaces; macenes de alquiler, esto es, por la parte que
de buena fabrica; y sobresaliente riqueza; las da a la calle hasta una gruesa pared interme-
Iglesias abundantes en Adornos; grandes; y dia, pues por la parte de dentro son dependen-
muy decentes; pero la fabrica de algunas no es cias del Colegio. El mismo frontispicio da la
à la moderna. Así en estas, como en la Cathe- vuelta a los tres frentes del Colegio, que tiene
dràl luce quando hay Funciones Solemnes la la figura parecida a un paralelogramo, aunque
cantidad de Plata Labrada, que sirve de ma- en cada una de las fachadas hay una bella por-
gestad al Culto Divino, y de ostentación à tería de piedra bien labrada con columnas y
aquellos Templos: las ricas Colgaduras, y los cornisas. El primer corredor es pues más bajo
66 / Ximena Romero
que los otros dos, o mejor, la mitad de todo el número de casi cien, todas muy bellas, y otros
Colegio, a lo largo es más baja que la otra en adornos y ornamentos de la misma Universi-
diez grados. Hay en todo el Colegio cinco dad de San Gregorio Magno. Luego sigue una
atrios, claustros o patios muy amplios y espa- gran sala, muy amplia y bella con el despacho
ciosos, además de algunos otros patios peque- y recámara rectorales; luego otros dos aposen-
ños. Al entrar por la portería principal se ve el tos más. En el otro claustro no hay más que el
primer patio o claustro, con una fuente al cen- gran refectorio, unido al anterior con un co-
tro, sostenidos los arcos por columnas de pie- rredorcillo; hay dos pequeños atrios que tie-
dra de una pieza que tienen, con su pedestal, y nen por encima una pequeña azotea y pasadi-
capitel, la longitud de ocho a nueve palmos. zo sobre dos bóvedas verdaderas. El un patie-
Aquel es el patio de los estudios. La longitud, cito está destinado para poner en agua y suavi-
en perfecto recuadro, es por lo menos de die- zar el pescado seco y salado; el otro, con varias
ciocho a veinte canas. dependencias, donde se suele hacer confituras,
En dicho claustro están todas las clases, dulces en conserva, en miel, sorbetes, pastillas,
grandes y espaciosas y la habitacioncita del etc. Sobre el suelo de la pequeña azotea está la
portero. El otro patio, en lugar de columnas línea meridional trazada por Monsieur Lacon-
tiene gruesas y bien labradas pilastras, y ese damine y sus compañeros académicos de Pa-
patio es el jardín de la botica, plantado de ár- rís; en una columna de cal y ladrillo colocó
boles, hierbas y plantas medicinales. Las habi- sostenido por un hierro una especie de reci-
taciones de alrededor son todas oficinas del piente de cobre con un agujero pequeñísimo,
Colegio y sirven la mayor parte para los lavan- del tamaño de una lenteja, que sirve para
deros indios del Colegio y para lavandería, [175] conocer cuándo se encuentra el sol exac-
otras destinadas a los carpinteros del Colegio y tamente en el mismo punto del meridiano y
a los escultores. Sobre los arcos de uno y otro mediodía perfecto, lo que ocurre cuando el ra-
claustro aparecen paredes con ventanales de yo del sol cae perpendicularmente por aquel
esta manera: sobre los del primer claustro, agujerito sobre la línea colocada abajo sobre
conforman un cuadrado perfecto, sobre los del los ladrillos del piso de dicha azotea, todo lo
segundo, sólo por el un lado que es el que da al cual sirve para regular los relojes.
corredor principal, de esquina a esquina. To- Desde el primer patio de las clases subien-
dos los corredores tienen las bóvedas simula- do tres gradas, se encuentra con un gran salón
das, pero hechas tan cuidadosamente, que pa- donde hay ocho confesonarios para hombres,
recen reales. Todas las habitaciones del corre- y desde donde se entra a la sacristía e Iglesia,
dor principal, que ordinariamente se llama “de así como también con otro gran Salón, ambos
los viejos”, son muy amplias y cada una tiene su con bóvedas verdaderas de una sola pieza. En
dormitorio, que ocupa la mitad del aposento. él hay una cátedra y dos hileras de bancos y
Las habitaciones correspondientes al primer asientos a manera de coro, junto a con un fino
claustro tienen bóvedas falsas; pero las del se- altar de la Anunciación de Nuestra Señora, y
gundo claustro tienen bóvedas verdaderas y sirve para la Congregación de los colegiales los
muy gruesas. Los dos claustros están divididos días festivos y para las funciones escolares que
por dos pequeños corredores en la mitad. En se acostumbran hacer por la mañana. Desde el
uno está la Biblioteca, muy importante, de la primer salón se entra también por una gran
Universidad, otra habitación para las sillas, en puerta, subiendo ocho gradas, a la otra mitad
Arquitectura / 67
del Colegio, y lo primero que se ve es un bello empedrada, llamada falsa, que en Roma la lla-
patio, amplio, cuadrado, con una bellísima man de las carretas, donde está la puerta de la
fuente al centro. Dicho patio está formado por Procura del Colegio, otra puerta ventana que
un ángulo de pilastras magníficas que sostie- da a la botica y el paso para entrar en el último
nen las bóvedas verdaderas; el otro ángulo so- patio, llamado de las mulas, un cuadrado per-
lo tiene medias pilastras empotradas en las pa- fecto con arcos a los tres lados, sostenidos por
redes, porque el uno forma el antedicho salón columnas de piedra octangulares. Allí están los
de los actos escolares, mientras que el otro, co- almacenes del Colegio, en un ángulo; en otro
rresponde a seis habitaciones muy buenas pa- está la pared con los semipilares que dan a la
ra enfermería. En los dos corredores, una par- Procura de la Provincia [176] y el otro corre-
te correspondía al refectorio viejo y en el otro dor de dicho ángulo está ocupado todo él por
están varios aposentos, en uno de los cuales es- la botica que llena cuatro habitaciones muy
tá el Sagrario, en el que hay, bien distribuidos, amplias. En la primera hay la droguería, muy
varios armarios primorosamente hechos den- bonita y grande con balancitas, vasitos y otros
tro de los cuales se guardan el gran número instrumentos necesarios, todos ellos de plata,
que hay de relicarios, bellos y preciosos. Por en la segunda hay morteros de toda medida,
una pequeña puerta se pasa al anterefectorio de bronce y de mármol o alabastro blanco, cal-
antiguo y se entra al otro claustro, un poquito deros de cobre rojo y amarillo, alambiques y
mayor que el primero que se denomina de la retortas, braceros, hornillos, etc. En la tercera y
Procura de la Provincia, en forma de casi para- cuarta habitaciones hay estantes llenos de caji-
lelogramo. Los tres lados tienen pilastras y ar- tas muy finas, cajones y cajas grandes, llenas de
cos bien construidos sobre los cuales se sostie- hierbas medicinales y otras cosas relacionadas
nen las bóvedas reales; en el cuarto lado se ven con medicamentos. Verdaderamente es una
solamente semi pilastras encajadas en las pare- botica bella, vistosa y bien provista de toda cla-
des, una de las cuales forma parte de los cua- se de medicinas, de la que se sirve casi a toda la
tro amplios y espaciosos aposentos de la pro- ciudad. En aquel patio hay una fuente baja con
cura del mismo Colegio Máximo. En el corre- mucha agua.
dor principal hay una gran puerta para entrar Se sube al otro piso donde los tres patios
en el anterefectorio y de él al magnífico e im- mencionados están embellecidos con ventana-
ponente Refectorio nuevo de bóvedas falsas y les, que vuelven muy claros y luminosos todos
hermosas, capaz para ochenta a cien personas, los pasillos. Los dos primeros y principales en
con un bellísimo púlpito, dorado y esmaltado, verdad son bellísimos, largos por lo menos
para el lector. Está todo él embellecido con ochenta canas. Se sube arriba por cuatro esca-
cuadros y pinturas elegantísimas y artísticas. leras. Tres de ellas tienen de dieciséis a veinte
En el anterefectorio hay una puerta ventana gradas, cada una de una sola pieza de piedra.
para entrar en la cocina. Sigue luego la despen- La otra es para la puerta de la antecocina he-
sa con la panadería y otros dos grandes salones cha en forma de caracol. Las habitaciones son
con bellísimas bóvedas reales pertenecientes a todas muy espaciosas y las del corredor llama-
la despensa. En el corredor que sigue están to- do de los estudiantes y de la Capilla, las más
das las habitaciones, aposentos y recámaras y pueden albergar a cuatro estudiantes, aunque
camarillas de la Procura de la Provincia. De es- de ordinario suelen estar de dos a tres. El co-
te corredor se sale y entra en la gran Portería rredor de los Padres Maestros y del Padre Mi-
68 / Ximena Romero
nistro (llamado así), tienen los aposentos muy dor incansable en todos los campos, eximio en
grandes con sus recámaras, muy capaces. Así virtud, y gastó, en el Refectorio nuevo y la Bi-
son también casi todas las habitaciones del blioteca once mil escudos, incluídos los gastos
otro corredor principal. Todas las bóvedas son de encuadernar a la francesa la mayor parte de
majestuosas en gran manera y muy hermosas, libros. Todos los corredores están adornados
aunque falsas. Entre los ventanales del primer con bellas pinturas y cuadros, algunos de ellos
y segundo patio está la capilla interior y la sa- muy grandes, otros menores, con bellos mar-
lita de recreo, dos apartamentos en verdad cos tallados y dorados, entremezclados con es-
magníficos y suntuosos. La capilla además de maltes [177] de varios colores. Por fin una de
ser muy rica en preciosísimos vasos sagrados las cosas singulares, la más apreciable de cuan-
de oro y plata y en exquisitos ornamentos, y tas tiene el Colegio Máximo de Quito, es que
estar embellecidos por unos grabados de cobre por la mitad del Colegio corre subterráneo un
romanos con grandes marcos de ébano, cada riachuelo, atravesándolo con sus aguas peren-
grabado tiene una longitud de por lo menos nes. Cuando crece con las lluvias crece muchí-
cuatro palmos y una anchura de tres; y son 24, simo, por lo que dicho Río va encauzado entre
de pincel maravilloso; representan la historia dos muy gruesas paredes que sostienen una
de José; verdaderamente constituyen un apre- bóveda real alta, ancha y bella, tan larga como
ciable tesoro. Sobre dichos grabados hay una la longitud y amplitud del Colegio, por lo que
estructura toda de columnas y tallas doradas, los servicios higiénicos del Colegio, tanto de su
con pinturas en tela elegantísimas, cada una de parte alta como de la parte más baja, están
las cuales tiene casi seis palmos de altura y construidos exactamente sobre dicho riachue-
cuatro de ancho y representan la vida de Ma- lo, el que se ve correr rápidamente por los agu-
ría Santísima. Tiene también su pequeño ór- jeros. Atraviesa no solo el Colegio sino nuestro
gano en una pequeña tribuna dorada, sobre la Seminario, que está frente al Colegio Máximo,
misma Puerta de la Capilla. La Salita de recrea- ofreciéndole la misma comodidad. En algunos
ción está completamente adornada de imáge- rinconcillos y ángulos del Colegio hay aguje-
nes caprichosas, de mapas y muchísimas otras ros para echar a aquellas aguas toda la basura
figuras. Tiene capacidad para, ciento veinte y todas las aguas sucias de la cocina y del Co-
personas sentadas en los asientos estables y fi- legio. Separados de todo el Colegio hay otros
jos. También la Biblioteca está soberbiamente dos corredores, exactamente detrás de la Capi-
embellecida con estantes finamente trabajados lla mayor, un poco estrechos, como de cuatro
y muchísimas mesitas y sillas de formas inge- a cinco palmos, con bóvedas falsas, y forman
niosamente caprichosas, obra todo de un Her- un ángulo; en ellos están siete bellas habitacio-
mano alemán, famosísimo carpintero y escul- nes. A la entrada hay la Puerta con cerradura y
tor admirable. Hay casi dieciséis mil volúme- campanilla. Son éstos los aposentos de los ter-
nes de libros, todos seleccionados y encuader- cerones. Debajo hay un patiecito de la Sacris-
nados a la francesa, con elegante delicadeza. tía, con muchos depósitos y rincones para
Los gastos fueron dispuestos por el Rector, un guardar las cosas pertenecientes a las funcio-
italiano –el padre Fernando María Conosciuti, nes de la Iglesia, como el sepulcro, muchísimas
de Ferrara– hombre muy noble y docto, al par estatuas de la Pasión de Jesucristo y otros
que era de singular celo apostólico y trabaja- adornos de tapetes, palios, etc.
Arquitectura / 69
nónigos, caballeros y señores con grandes su- colateral para entrar en el templo, y comun-
mas de plata y las echaban en el gran crisol en mente todos entran por ella, tiene un majes-
que se licuaba el metal. Oí decir a todos que tuosísimo pretil, es decir pórtico, que comien-
quizás había sido mayor la cantidad de plata za desde la puerta de la fachada, gira por to-
que de bronce refinado. Sea de esto lo que fue- do el flanco mencionado que es de una longi-
ra, prescindo y solamente digo que no he oído tud de casi sesenta canas, y dos canas y me-
una campana de un sonido tan sonoro, bello y dia su anchura, con su parapeto de cuatro pal-
agradable. mos de altura, adornado en su remate con va-
Lo suntuoso, magnífico y verdaderamente rios labrados. Todo él está empedrado con be-
soberbio y precioso es el Sagrario (así llama- llas losas y construido con sillares de piedra
do) de la Catedral, a donde se entra por dos de color plomizo. Para subir de la plaza al pór-
puertas desde la misma Catedral. Es una igle- tico y entrar por la puerta colateral hay
sia gobernada por los dos párrocos, llamados diez gradas de una longitud de poco menos
Rectores, para administrar los Sacramentos; de dos canas, de piedra labrada a cincel. Co-
siendo la Catedral la Parroquia primaria y mo el piso de la plaza, tiene un poquito de de-
principal, el Sagrario no es más que un cruce- clive la escalera del pórtico al final tiene cerca
ro con una altísima y majestuosa cúpula cons- de veinte gradas de una longitud de dos canas
truida con toda perfección, sostenida por cua- y media cada una. En verdad que no corres-
tro pilastras muy gruesas y por cuatro arcos ponde la Catedral, de construcción ordinaria,
reales magníficos y espaciosos. Es en gran ma- a aquel pomposo, soberbio y majestuoso pór-
nera luminosa y clara. Hay tres altares, los tres tico.
preciosísimos. La tribuna del órgano sobre la (CICALA, 1743)
puerta tiene toda la magnificencia posible, to-
da ella dorada y con finísimos arabescos, talla-
❑ Con excepción de la Catedral y el Sagra-
dos y otras labores. La fachada es toda de gran-
rio, que están adornadísimas y que son ricas,
des sillares de piedra color plomo, muy solem-
tanto en rentas, como en utensilios, las otras se
ne e imponente. Tiene dos cuerpos, ambos
disputan entre sí, para saber cuál es la más des-
con semicolumnas y nichos con imágenes de
provista y la más pobre. El Sagrario es una
piedra, aunque no muy perfectas. El remate y
buena construcción, amplia y bella, y aún
coronación que corresponde al tercer y último
cuando su cúpula central se cayó en el último
cuerpo, es también de original y buen trabajo.
terremoto de abril de 1755, habiéndola vuelto
Tiene un pretil a manera de atrio o pórtico,
a edificar, se la devolvió su primitivo esplendor
empedrado todo él con grandes losas, y en su
y belleza.
alrededor, a manera de parapeto de cuatro a
cinco palmos de altura, bellísimas columnitas, (COLETI, 1757)
cornisas y labrados, todo de piedra; su longi-
tud es de cerca de ocho canas, la anchura, de ❑ A más de las parroquias citadas hay diez
tres canas y media, y tiene la forma de parale- casas de religiosos: los Dominicanos, los Fran-
logramo. Tanto la Catedral como el Sagrario ciscanos, los Agustinos, los Mercedarios, la
son riquísimos en platería y ornamentos no- Compañía de Jesús y los Betlemitas. Los cuatro
bles y preciosos. Finalmente la Catedral por el primeros tienen dos casas cada uno, que lla-
lado de la plaza mayor, en que está la puerta man, la una la casa grande, y la otra la Recole-
Arquitectura / 71
ta6 que nosotros llamaríamos Casa de Refor- el Carmen Bajo; la Concepción, Santa Clara y
ma. Todas estas casas son muy grandes y de Santa Catalina. El convento de Descalzas del
buena construcción; sus iglesias ricas y am- Carmen Bajo se fundó al principio en la ciu-
plias, principalmente la nuestra, con tres na- dad de Latacunga, pero destruido éste y la rui-
ves, revestida de oro en las paredes, en los ar- na total de aquella ciudad el día 20 de junio de
cos y la bóveda. Todos los altares son igual- 1698, a causa de un terrible terremoto, se tras-
mente dorados, entre los cuales el mayor y el ladó a Quito. Estas religiosas y las demás viven
de los dos cruceros que son de San Ignacio y con mucha edificación y son en buen número,
de San Francisco Javier, son de arquitectura bien que no gocen de muchas rentas. Los Mo-
majestuosa y bellísima. Una gran cúpula cubre nasterios eran suficientes en capacidad y cons-
la mitad del crucero, revestida de oro y hermo- trucción, pero ahora, después del terremoto de
samente pintada. Otras buenas pinturas cu- 1755, han quedado en su mayor parte inhabi-
bren el frene de los pedestales de los arcos que tables, viviendo las religiosas en sus huertos en
dividen las capillas laterales y que son cuatro pequeñas casas, menos las del llamado Car-
por cada lado. Las obras y ornamentos tanto men Bajo que ocupan sus habitaciones por no
de la nuestra como de las otras Iglesias son ri- haber sufrido mucho daño, de suerte que, su-
quísimos en oro, plata y el trabajo, de suerte primida la iglesia de estas monjas del Carmen
que en las festividades y funciones de la iglesia, Bajo, las demás quedaron enteramente inser-
el Culto Divino es tan esplendoroso y magní- vibles, porque en parte se cayeron y en ótra,
fico como el de allá. amenazan ruina. La iglesia de la Concepción
Una casa de Ejercicios comenzó a fabricar quedó en pie, y sirve porque se repararon sus
el Ilustrísimo y Reverendísimo Señor Doctor daños. También existe el Beaterio9 lugar de re-
Don Juan Nieto Polo de Aguila, actual Obispo tiro de algunas personas espirituales que se lla-
de esta Ciudad; pero, habiendo encontrado man comunmente beatas, y son como nues-
mucha oposición tanto en Quito como en la tras mujeres piadosas de Venecia, bien que no
Corte de Madrid, la obra quedó imperfecta; tengan hábito como ellas.
sirve para este fin mientras tanto nuestra casa (COLETI, 1757)
de recreo situada al pié de una colina llamada
el Panecillo, porque se halla aislada y tiene for- ❑ Y volviendo a mi historia digo que lle-
ma de Pan de azúcar o sea una figura cónica. gué a San Diego, donde me recibió el Padre
Todo el gasto para mantener a los ejercitantes Guardián con mucho agasajo, y luego me
lo hace el Obispo, que para ello asignó rentas a destinó la celda del Provincial. Tiene ese con-
fin de mantener los ejercicios toda la Cuares- vento una buena huerta, y se cría con mucha
ma, cambiando personas cada ocho días. abundancia de todas berzas. Tiene muchos
Se cuentan además en Quito cinco Monas- frutales especialmente manzanas y duraznos y
terios de Monjas, dos de descalzas de Santa Te- rosales. Tiene dentro del cerco una grande lo-
resa llamados el uno el Carmen Alto y el otro ma con una subida algo áspera, pero bien
6 Refiérese a La Recoleta, hoy El Buen Pastor: San Die- 9 Carrera Yerovi y Manabí, casa Nº 66, actualmente de
go, San Juan y el Tejar, en el orden indicado.- Nota de propiedad del señor Eduardo Endara Andrade.- Nota
E. E. B. de E. E. B.
72 / Ximena Romero
compuesta, y en ella plantada la Vía Sacra. En Tiene la ciudad cinco conventos de mon-
lo superior, en años anteriores hubo un Padre jas, cuyas iglesias son muy frecuentadas, y en
de provincia, llamado el Padre Morrón, hom- ellos hay mucha fábrica de encajes y pegadi-
bre de mucho séquito que gobernó muchos llos, y así hay en ellos un continuo comercio.
años la provincia. Este pues hizo en lo superior Cada monja tiene una o dos, y cual tres criadas
de este cerro una ermita, y pegado a ella ocho o negras esclavas, y éstas todo el día andan en-
aposentos, lugar a propósito para retirarse trando y saliendo a los recaudos y a vender lo
unos días personas eclesiásticas a hacer unos que en los conventos se trabaja.
ejercicios. Y delante con una fuente que viene La fábrica de nuestro convento es muy
de aquella serranía con buen acueducto, se suntuosa, y es de los mejores conventos que
formó un risco muy hermoso con las travesu- hay en todo el Perú. Tras del convento hay una
ras que hace jugueteando el agua. Es este con- serranía de cuarenta leguas, y todo este territo-
vento de San Diego, recolección. Al empezar rio dio a nuestro convento el emperador Car-
pues esta fábrica se fue este Padre, y dejando el los V, porque nosotros fuimos los primeros
hábito azul se vistió ceniciento como los reco- que poblamos aquel reino. A esta serranía lla-
letos, y se metió en San Diego. Esta repentina man Pichincha, y preguntado el demonio de
mudanza dio golpe no sólo en Quito, si que se un energúmeno cuál era el cerro más rico del
divulgó por toda la provincia. Un discreto en mundo, respondió que Pichincha.
Guayaquil, admirado de esta mudanza un día El convento de Santo Domingo es muy
se fue a nuestro convento, y en congreso de bueno, muy rico y bien aperado de alhajas. Lo
varios religiosos dijo a uno: Fulano, mire usted que más me agradó fue la custodia que es de
cómo el Padre Morrón ha dejado ya la vanidad, oro, y está toda tachonada de pedrería; y el sa-
y se ha retirado a San Diego. Pero respondióle: grario está con tal artificio, que la custodia con
Es que el Padre Morrón tiene cuatro mil pesos varios tornos sube al sagrario, y del sagrario
dentro de las petacas. Yo estoy aguardando a te- baja a ponerse a la mano del sacerdote y en el
ner otros cuatro mil para hacer lo mismo. altar. En nuestro convento lo más singular es la
El Padre no perseveró allá, y fue gran for- pintura del claustro de la vida de nuestro Pa-
tuna, porque todas las tardes se despoblaba dre San Francisco, y en la sacristía una alba de
Quito de damas, caballeros, jueces y canóni- muselina en que está bordada también la vida
gos, a hacerle visita, y como esto acarrea refres- de nuestro Patriarca, y un par de vinajeras con
cos y meriendas, se iba relajando el sosiego, si- su platillo todo de coral, cada cual de una pie-
lencio y disciplina regular del convento, y an- za. Las vinajeras son un poco menores que el
tes de acabarse la obra se volvió a la observan- puño, muy bien labradas al modo de hidrias, y
cia, verificándose en él a lo material y formal el platillo tiene un jeme de ancho y una tercia
aquello del Evangelio: Hic homo sepit edificare, real de largo.
et non potuit consumare. Este pues cerro es Había entonces también colegio de Padres
muy fecundo de pastos y en él se pusieron mis jesuítas muy bueno y muy rico. Lo mejor que
bestias, y así sin ningún gasto las tuve regala- allí vi fueron dos cortinas laterales del altar
das y mantenidas. La ciudad de Quito desde mayor, labradas en Milán, a modo de raso de
que se fundó fue siempre corte de reyes genti- China. Habían las dos costado sesenta mil pe-
les, y se llamaba antes de la conquista la Ciu- sos. Tenía también la iglesia en las columnas
dad del Sol. de las nevadas pintados a todos los profetas,
Arquitectura / 73
pintura muy fina, y dentro del claustro otra Domingo y de la Merced, que son los jefes de
del venerable hermano Alonso Rodríguez1, las respectivas provincias; pero fuera de estos
mallorquín, también muy fina, y la iglesia toda hay uno de franciscanos reformados, otro de
arrodada de espejos de a tres varas de luna, y dominicanos y otro de mercedarios. Existe
éstos fabricados allí mismo por un jesuita ale- también un colegio de Jesuitas y dos colegios
mán. para seglares: uno llamado San Luis, del cual
Tiene la ciudad Presidente, Obispo y Real tienen la dirección los Jesuítas, y el otro de San
Audiencia. Tiene cinco conventos de religio- Fernando, bajo la de los dominicanos, En el
sos: San Francisco, Santo Domingo, La Mer- primero existen doce puestos (becas) que se
ced, San Agustín y los Padres Belermos. La dan por el Rey a los hijos de los Auditores y de
iglesia de San Agustín a lo interior está toda otros oficiales de la Corona. Hay también una
forrada de madera con escultura de realce y universidad bajo el patrocinio de San Grego-
tiene alhajas de plata para cubrirse toda hasta rio. Uno de los colegios es de real fundación y
el techo, y cada año se cubre por Semana San- dedicado a Santo Tomás, y el sueldo de los
ta. El convento está muy rico y poderoso. profesores se paga por la Corte. Algunas de la
(SANTA GERTRUDIS, 1760) cátedras de este Colegio pueden ser ocupadas
por graduados en Cánones, Leyes civiles y Fí-
❑ La Catedral a más de la riqueza de su sica. Pero los puestos de esta última ciencia
mobiliario, está adornada magníficamente de han estado largo tiempo vacantes por falta de
tapicerías y otras preciosas decoraciones. Pero profesores, aunque estos estuvieran dispensa-
en comparación de ésta, las otras iglesias pa- dos de sus grados. El convento de los Francis-
rroquiales son tan mezquinas que apenas canos tiene un colegio llamado San Buenaven-
cuentan con lo necesario para el servicio divi- tura para los religiosos de su Orden, el cual
no. Algunas de ellas no tienen por pavimento aún cuando se halle bajo el mismo techo, está
sino el terreno desnudo, y por la pobreza de gobernado y administrado separadamente del
este puede juzgarse de lo restante. La Capilla Convento.
del Sagrario es grandísima, fabricada toda de Quito tiene todavía varios conventos de
piedra, de un gusto de arquitectura agradable monjas como los de la Concepción, Santa Cla-
y la disposición interior de sus partes no cede ra, Santa Catalina, y dos de Teresas descalzas.
a la bella apariencia del exterior. Uno de estos fue fundado originariamente en
la ciudad de Latacunga; pero habiendo un te-
(ANÓNIMO, 1763)
rremoto arruinado la ciudad y el convento, las
monjas se trasladaron a Quito donde queda-
❑ Los conventos de religiosos de Quito ron definitivamente.
son los de la Orden de San Agustín, de Santo
(ANÓNIMO, 1763)
1 Alonso Rodríguez.- Hoy San Alonso Rodríguez, S.I., ❑ Quito cuenta con siete iglesias parro-
canonizado en 1888. No era mallorquín, sino segovia-
quiales: el Sagrario, perteneciente a la Cate-
no, aunque consiguió su santidad en Mallorca siendo
portero del colegio de Montesión de la Compañía de dral; Santa Bárbara, San Blas, San Sebastián,
Jesús. Su cuerpo se venera incorrupto en la iglesia de San Roque, San Marcos y Santa Prisca. De és-
dicho colegio. (Nota del editor, Jesús García Pástor). tas, el Sagrario sobresale por su hermoso edifi-
74 / Ximena Romero
cio de Piedra, contiene algunas pinturas y es- no; es grande, bien proporcionada y está coro-
culturas ejecutadas por nativos. Hay también nada por dos bonitas torres campanarios. Su
dos conventos de Frayles Dominicos, tres de interior es magnífico, su cuerpo en forma de
Franciscanos, dos de Agustinos y dos de Mer- una cruz, con torres redondas y cúpulas en los
cedarios; el Colegio de los ex-Jesuítas, dos Mo- espacios. El altar mayor, ricamente ornamen-
nasterios de Carmelitas, uno de la Concep- tado, y el presbiterio a la altura de cinco pies
ción, uno de Santa Clara y otro de Santa Cata- sobre el nivel del piso, con una apariencia
lina; además de una casa de retiro para muje- magnífica. Las ceremonias litúrgicas que se lle-
res, denominada el Beaterio. Existe un Hospi- van a cabo se hacen con gran solemnidad. El
tal que está bajo el cuidado de los frayles Betle- coro, sobre la entrada principal, descansa en
mitas, y parte del colegio de Jesuítas que se ha un arco elíptico, que cruza la nave central de la
cedido a aquellos de la Orden de San Camilo. iglesia, además de dos arcos de las naves late-
Cada una de estas casas religiosas, disponen de rales. El cielo raso está sostenido por una do-
una iglesia, algunas de ellas con una o más ca- ble hilera de pilares circulares delgados, osten-
pillas, además de algunas capillas públicas. tando un hermoso trabajo de artesonado. En
Muchos de la nobleza tienen oratorios en sus el coro se ha realizado un apreciable trabajo en
casas, así como los colegios, cárceles, la Peni- tallado de asientos y mesas de lectura. Cuenta
tenciaría, el Hospital y otros lugares públicos. con dos buenos órganos, el uno italiano, y el
(STEVENSON, 1810) otro fabricado en Quito por un nativo. En la
iglesia y en la sacristía hay muchas buenas pin-
❑ El convento de San Francisco es el más turas y esculturas, que corresponden a artis-
grande que yo he visto jamás; las paredes exte- tas nativos, particularmente una efigie de San
riores son de ladrillo, pero todas las de los Francisco atribuida a Miguel de Santiago,
claustros son de piedra; está situado al pie del un San Juan y una Magdalena, de él mismo, y
monte Pichincha, y parcialmente en arcos que un Ecce Homo de tamaño natural, de Sama-
cruzan un vacío en la roca. Uno de los claus- niego.
tros tiene un grupo de celdas cortados dentro Junto a la iglesia hay dos capillas, la una de-
de la roca, los techos de las cuales están al ni- dicada a San Buenaventura; y la otra construí-
vel de la tierra. da a expensas de un indio llamado Cantuña,
El pórtico de la iglesia está sobre una terra- dedicada a nuestra Señora de los Dolores: en
za, a doce pies de altura sobre el nivel de la pla- esta capilla cabe anotar la presencia de una
za, desde la cual se levanta una escalinata de imagen de la Virgen María, exquisitamente
piedra que conduce a la puerta principal del terminada, cuyo autor es desconocido, sin em-
templo; la mitad inferior de esta escalinata tie- bargo muchos atribuyen a Caspicara, un es-
ne la forma semi-circular al frente, y la supe- cultor nativo de Quito.
rior a la inversa, con un descanso al medio. La Aunque las iglesias y conventos de Santo
terraza se halla cubierta de piedras planas de Domingo, San Agustín y La Merced, están ele-
diferentes tamaños y figuras, colocadas de tal gantemente construídas de piedra y ladrillo, y
manera y con tanto arte, que los intersticios contienen muchas cosas dignas de mencionar-
entre ellas son escasamente perceptibles. La fa- se, no entraré ahora en una descripción deta-
chada de la iglesia corresponde al orden Tosca- llada de ellas.
Arquitectura / 75
El convento de la Recolección de San Die- Capitán del Navío para desembarcar en Tum-
go, perteneciente a los Franciscanos, de acuer- bes, de donde prosiguió a Quito, y siendo per-
do a su situación, está en una hondonada en seguido por Gonzalo Pizarro, en la llanura de
los suburbios de la ciudad, casi oculto entre los Añaquito, cerca a la ciudad, se libró una bata-
árboles y breñas, y románticamente apartado. lla en 1546, en la que el Virrey resultó muerto
Una minuciosa atención se ha puesto en y su cuerpo transportado a la referida capilla,
los detalles de su edificación, pues se asemeja donde sus restos fueron enterrados.
en cada punto a una solitaria ermita, que atrae Quito es la residencia de los Prelados pro-
realmente la admiración de los extranjeros, es vinciales de las cuatro Ordenes, de San Fran-
quizá la casa religiosa de retiro y contempla- cisco, Santo Domingo, San Agustín y La Mer-
ción, más perfecta en el Nuevo Mundo. En es- ced, hallándose todos los conventos del terri-
te pequeño convento, los deberes de la vida torio de la Presidencia sujetos a ellos.
monástica son extrictos y muy religiosamente La iglesia perteneciente al monasterio de
observados. Los pálidos frayles cubiertos de Santa Clara es notable por su cielo raso de for-
una arpillera gris, sandalias con el medio pie ma elíptica. Los ejes transversales miden cua-
desnudo y un silencio habitual, confirman la renta y un pies, las uniones veintiseis y la con-
opinión de la santidad del lugar, donde los vadura de los arcos nueve pies dos pulgadas,
hombres parecen vivir en preparación para está construído de piedra con la superficie in-
otra vida. Yo he pasado a menudo por esos terior completamente plana. Viendo desde el
claustros al atardecer, escuchando a la distan- piso de la iglesia el cielo raso, que está a trein-
cia las notas del órgano de la iglesia, y el so- ta y seis pies de altura, aparece plano. Esta her-
lemne canto de los frayles, con tan reverente mosa pieza de arquitectura fue enteramente
temor como nunca he experimentado en nin- trabajada por los indios en el año 1767.
gún otro lugar, mayormente si se siente y prac- Entre los edificios conventuales dignos de
tica esta religión. mencionarse, está el colegio de los Ex-Jesuítas.
En una de las calles principales hay un bo- La fachada de la iglesia es de piedra de la más
nito arco de piedra, frente al monasterio de las exquisita manufactura, con pilares de estilo
Carmelitas, bajo el cual se ha levantado un al- Corintio a cada lado de la puerta principal, en-
tar dedicado a la Virgen María, y donde se ce- trelazados entre sí por enredaderas de rosas y
lebra la misa todos los días sábados. Este edifi- lilas, del mismo material tan finamente reali-
cio, que tiene la apariencia de un arco triunfal, zadas que una persona puede introducir sus
es llamado de la Reyna de los Angeles. dedos en los espacios de las ramas y el pilar; y
En los suburbios, al lado norte de la ciu- en muchos lugares pasan a lo largo de la semi-
dad, hay una pequeña capilla llamada de la Ve- circunferencia del pilar sin tocarlo. Los seis pi-
ra Cruz. Aquí fue enterrado el cuerpo de Blas- lares tienen trece pies de altura y están hechos
co Núñez Vela, un Caballero de Santiago, que de un solo bloque de piedra, de la misma que
fué la primera persona a quien le fue conferi- se ha empleado para construír toda la fachada.
do el título de Virrey. Su conducta observada En dos nichos pequeños se ha colocado las efi-
en Lima fue muy rigurosa y opresora para con gies de San Pedro y San Pablo; bajo el nicho de
sus subordinados, tanto que la Real Audiencia San Pedro están los emblemas de lo que él fué
lo destituyó y lo embarcó en el Callao con des- antes de llegar a ser un Apóstol, una barca pe-
tino a Panamá; pero él consiguió persuadir al queña y una red, cuyas mallas se hallan sepa-
76 / Ximena Romero
tán hechos unos nichos con una bóveda real nísima pintura de María Santísima llamada de
de ocho palmos de longitud y cuatro de an- los Angeles por lo que se llamaba el Arco de los
chura, con sus camas estables fijas, pero que se Angeles, bajo el cual había muchos ángeles
pueden desarmar para arreglarlas y limpiarlas pintados, siendo aquella imagen de Nuestra
cuando es necesario. Hay también pequeños Señora de los Angeles muy venerada de toda
muebles para poner la ropa, medicinas y todo la ciudad, por los continuos milagros que
lo demás necesario; así que los dos Salones obraba.
quedan libres, amplios y hermosos sin ningún (CICALA, 1743)
estorbo, todos ellos muy luminosos y bien pin-
tados. En cada corredor hay un bellísimo al-
tarcito para celebrar la Misa cada día. En aquel ❑ Los Padres Betlemitas tienen bajo su
ángulo caben ciento diez y quizás ciento vein- cuidado el hospital de enfermos que están se-
te enfermos, es decir, para solo hombres; se de- parados en dos salas, según su sexo. La cons-
bía construir otro. Hay un bonito atrio o trucción es nueva y fué hecha por estos padres
claustro con pilares de buena construcción y el que también reconstruyeron la Iglesia que es
Convento y habitación de los hermanos. ordi- suficiente en tamaño y bien adornada. Si las
nariamente en número de doce y dieciséis. El rentas no se hubieren malgastado y los fondos
Convento fuera de la planta baja tiene un piso se hubieran administrado bien por los seglares
con exquisitas celdas y una bella y magnífica que antes tuvieron a su cuidado este hospital,
botica. [183] Todo este edificio está situado en podría hoy recibirse en él a mayor número de
la calle real y principal de la ciudad. Sin em- enfermos y asistirlos mejor. Con todo esto,
bargo en la calle que cruza está el hospital de esos religiosos hacen lo que pueden a la medi-
mujeres. Antes, para decir verdad, su estado da de sus entradas, las limosnas son bastante
era misérrimo tanto en su edificio como en su escasas. Los Betlemitas desconocidos en Euro-
asistencia y en su botica; pero luego ha habido pa, tienen por fundador al Padre Betancourt,
hombres píos y ricos que hicieron destruir to- natural de Tenerife en las Canarias, en donde
do aquel edificio medio ruinoso y levantaron nació en Septiembre de mil seiscientos veinti-
desde los cimientos un soberbio edificio con seis. Murió en olor de santidad en la Provincia
un piso alto además de la planta baja; además de Guatemala cercana a México, el 25 de abril
se asignaron nuevas rentas y resultó mucho de mil seiscientos sesenta y siete; su principal
mejor que el Hospital de hombres. Está aten- fin es atender a la curación de los enfermos en
dido por muchísimas buenas mujeres bien re- los hospitales; no tienen sino un sacerdote en
tribuídas, pero todo bajo la dirección de los sus casas, los demás son hermanos laicos y vi-
Hermanos barbones. Además levantaron una ven en todo lugar, de manera muy edificante.
Capilla, pequeña si, pero muy hermosa, delica- Visten como nuestros padres Capuchinos y
da y embellecida, construída según las reglas llevan barba como ellos, se diferencian única-
de la arquitectura. Cuando se abrió por prime- mente en que llevan al lado izquierdo del pe-
ra vez, hace siete u ocho años, hubo pomposas cho una insignia oval en la que está pintado
y magníficas fiestas durante ocho días. En otro el nacimiento de nuestro Señor Jesucristo en
tiempo no había más que una pequeñísima Betléem y su Patrona es la Santísima Virgen de
Capillita en la calle real, bajo un imponente ar- Betléem. Esta Congregación religiosa se erigió
co de más de dos canas de anchura, con una fi- en Comunidad por Clemente Décimo, con la
Arquitectura / 79
❑ (196) De los paseos que hay en Quito rededor del lago, lo que forman muy simétri-
camente varias calles hermosas, amplias y ele-
Por lo que respecta a los paseos que se en- gantes. Otro paseo bello y vistoso es el llama-
cuentran en aquella ciudad y a sus alrededores, do de Guápulo, esto es, un poquito acá de la
por cierto bellos y agradabilísimos, debo decir Iglesia de Sta. Prisca hay una encrucijada; la
que solo hay uno para las carrozas y calesas y calle a mano izquierda conduce al Ejido pero la
es saliendo por San Blas y Sta. Prisca al Ejido. de a mano derecha lleva, por un camino de
Pero como son tan poco usadas las carrozas y más de una milla, bastante llano, cuidado y
calesas y solo prefieren los hombres pasearse, limpio con buen lastre, al pueblecito llamado
casi a diario, a caballo o mulas de buen paso, y Guápulo. Dicho camino se levanta por encima
las señoras a pie o a lo más en silla de manos del Ejido casi dos canas, del que se domina to-
muy elegantes, por eso jamás han pensado do con una vista verdaderamente regia y muy
aquellos ciudadanos en arreglar con poquísi- hermosa. Por el otro lado se halla la cresta de
mo gasto, otros caminos por las afueras de la una serie de pequeñas colinas, sembrada de
ciudad, apropiados para pasear por ellos en trigo, cebada y otros granos. Andada toda
carrozas. Hablando ya de los paseos agradables aquella calle, de más de una cana y media de
que se pueden hacer a pie fácilmente, con pla- anchura, se llega a una cresta desde donde se
cer y agrado de la vista, son muchísimos. El contempla una especie de valle muy profundo,
primero es el del primer Egido, por donde se pero que solamente tiene doscientas varas, es
entra en la ciudad, muy llano, y con una longi- decir, cien canas de longitud y 40 de anchura
tud de más de seis millas. La calle trillada es de con el Río Machángara que corre por él, a lo
más de tres canas de anchura, con el piso sóli- largo de casi la mitad de aquella explanada,
do, macizo y nada fangoso. A lo largo de toda para desembocar luego por la garganta estre-
aquella extensión hay a mano izquierda jardi- chísima de dos montes muy altos. También el
nes, huertos, casitas y florerías deliciosas, sin vallecito está rodeado de altísimos montes en
impedirse la entrada a nadie. Al comienzo del forma de corona, cuyas faldas son en gran ma-
Ejido, donde está la Iglesia parroquial de Santa nera escarpadas. Desde la cresta, hasta la pro-
Prisca, hay un pequeño lago: en estos últimos fundidad del pequeño valle hay una buena
años algunos caballeros han hecho construír, a media legua; pero como aquella pendiente es
su costa, gran cantidad de asientos de piedra a tan escarpada, la han habilitado con un cami-
su alrededor, y plantar una preciosa Alameda no ancho, bello y bastante fácil, pues lo han di-
(como dicen los españoles), es decir, varias señado serpenteante en forma de Z, con tantas
avenidas de árboles frondosos, de naranjos, al- vueltas, de tal manera que resulta con poquísi-
Alrededores / 81
ma pendiente, y declive aunque mucho más men: entrar en aquel Camarín o Nicho en que
largo. está majestuosamente colocada en un gran
asiento todo él de plata, es entrar en un peque-
De la Iglesia de Nuestra Señora de Guápulo ño paraíso y al mismo tiempo en un abundan-
tísimo tesoro. Es éste el primer y principal
En este vallecito hay algunas casitas o tugu- Santuario de toda aquella vastísima Provincia,
rios de indios, pero sobre todo está un Santua- embellecido con hermosos espejos muy finos
rio, de lo más bello y precioso: una Iglesia con y ricos ornamentos así como son prodigiosas
solo el crucero, (197) pero de gran majestuosi- las gracias y milagros recibidos por los devotos
dad y suntuosidad. Dicho crucero es todo él de representados en grandes láminas y piezas de
piedra y cal, muy alto y de paredes muy grue- medio y bajo relieve, con muchísimas lámpa-
sas. Desde la Puerta Mayor hasta el Altar ma- ras, de mucho peso, de plata bien labrada y
yor tendrá a lo más quince canas y otras tantas siempre encendidas. Me atrevería a decir que
casi en los dos brazos colaterales. Toda la Igle- casi la mayor parte del año permanece aquella
sia es de bóveda real con una hermosísima celebérrima imagen en la Catedral de Quito,
cornisa. Tiene cuatro grandes pilastras, sobre ya que en la menor adversidad y calamidad, va
las que se levantan los cuatro arcos torales de inmediatamente todo aquel pueblo en proce-
gran anchura y una grandísima cúpula con lu- sión a Guápulo, y cantando el Rosario con ins-
minosas ventanas a su alrededor, en el primer trumentos músicos y las letanías lauretanas
cuerpo, la cual termina con un bellísimo cu- conducen a María Santísima a la ciudad, don-
pulín, también éste con sus ventanillas. Este de, por nueve, quince y en alguna ocasión por
templo construído y luego soberbiamente em- más de cuarenta días, la mantuvieron cada día
bellecido según las reglas de la arquitectura, no con Misa cantada y por la tarde con Salve Re-
tiene, mas de 3 hermosísimos altares; sin em- gina y las Letanías cantadas, con música y la
bargo el Altar Mayor sobre todo es magnífico, mayor solemnidad. Detrás de la Iglesia de
soberbio, vistoso y muy rico. Detrás del Altar Guápulo hay una bella habitación en forma de
hay el Camarín (uso el término español) o ni- convento, con un pequeño claustro o patio, en
cho de María Santísima llamada de Guápulo, que viven retirados algunos sacerdotes verda-
que es una hermosísima estatua de siete pal- deramente buenos, doctos y ejemplares, tanto
mos, con el Niño Jesús sobre el pecho, sosteni- en letras como en virtud, imitando en todo a
do por la divina Madre con el brazo izquierdo. los del Oratorio de San Felipe Neri. Como ya
El semblante de aquella milagrosa imagen es se ha dicho, éste es uno de los más deliciosos y
verdaderamente, majestuoso pero de singular vistosos paseos, puesto que desde la altura
afabilidad y amabilidad, acompañada de ex- de aquel valle se puede disfrutar de la vista de
traordinaria belleza. La primera vez que la vi los valles de Cumbayá, Tumbaco, Cotoco-
juzgué ser aquel trabajo de los ángeles y no de llao, todo el Ejido con la cordillera de sus
los hombres, y es, indecible la ternísima devo- montañas y pequeñas colinas, (198) y miran-
ción que infunde en quien la contempla y ob- do hacia abajo, a lo profundo del valle se go-
serva. Los milagros continuos y de gran reso- za de una tan agradable vista de la bellísima
nancia son innumerables, así como también lo iglesia y aun de todas aquellas casitas levanta-
son las joyas, perlas, piedras preciosas, vestidos das entre huertos, jardincillos, entremezcla-
riquísimos, adornos de oro y plata. En resu- dos con tantos árboles frutales, que se parece a
82 / Ximena Romero
de cuatro millas, pero toda ella llana y deli- tante de Quito, más de doce leguas. Allí hay
ciosa. una imagen, pequeña escultura de tres palmos
llamada Nuestra Señora del Quinche, muy mi-
De los alrededores y región de Quito lagrosa y a la que en las más graves calamida-
des y en las necesidades más apremiantes de la
Los alrededores y la región de Quito llama- ciudad, casi todo el pueblo de Quito acude al
da de las cinco leguas, como ya he relatado más Quinche para conducirla en procesión y colo-
arriba, están llenos de pueblos, casi todos de carla en la Catedral donde todas las órdenes
indios, siendo éstos muy numerosos. Todas religiosas y todos los grupos eclesiásticos y se-
aquellas poblaciones acuden a la ciudad de glares le hacen una solemnísima y devota No-
Quito con sus frutos y productos en grano, vena. La fe y devoción de todo aquel pueblo es
hortalizas, gallinas, piaras de chanchos, reba- sobremanera tierna, viva y de corazón. Y en
ños de ovinos y bovinos, toda clase de fruta, de verdad que siempre (195) se experimenta de
manera que la Plaza del Mercado es una de las inmediato el gran patrocinio de aquella pe-
mejor provistas. Nada le falta, se vende de to- queña imagen, por lo demás riquísima en jo-
do y en gran abundancia, ya que los campos y yas, vestidos preciosísimos y perlas sin núme-
tierras de todos los alrededores, son fértiles en ro, ya que todos aquellos contornos van en pe-
gran manera y con gran abundancia de agua. regrinación a aquel Santuario del Quinche,
Todas las pendientes y faldas del altísimo durante todo el año, a implorar de la gran
monte Pichincha están labradas y sembradas Reina María Santísima las gracias y benefi-
de trigo, cebada y otros granos. La Comarca cios tanto corporales y temporales como espi-
llamada Pomasqui es feracísima en todos los rituales.
productos, distante de Quito no más de tres le- Hay allí también otras dos poblaciones de
guas de buen camino. Allí los Padres Francis- indios, cada una en un valle o bella llanura lla-
canos han edificado un hermoso y magnífico madas, la una Tumbaco, y la otra Cumbayá,
Convento llamado de los Padres Misioneros. con gran abundancia de fruta, granos, aves,
El mismo religioso Rdo. P. Fr. N. Alagano, que trigo, cebada, maíz. Entre las dos está el amplio
levantó desde los cimientos la Recoleta de San y espacioso valle llamado Cayabamba donde
Diego, descrita por mí en otro lugar, fue quien hay haciendas de caña de azúcar para la elabo-
llevó adelante y embelleció con el mejor gusto ración de azúcar blanco, azúcar negro y miel;
el Convento de Pomasqui. La región de Coto- en dicho valle encuéntranse muchísimas fru-
collao junto con toda la llanura del Ejido es tas americanas y también europeas. Dirigién-
muy abundante en hortalizas, frutas, maíz, etc. dose luego del Norte al Oriente y luego de pa-
No es de inferior fertilidad la región llamada sar algunas pequeñas montañas entrecruza-
de Zámbiza contigua al Ejido y a una distancia das, se entra en otro valle mucho mayor y fér-
de la ciudad de una legua y media. Es pobla- til, llamado comunmente Chillo, distante tres
ción de solos indios, muy grande situada en leguas de la ciudad de Quito y bañado por al-
una llanura que tiene un poco de pendiente. El gunos caudalosos ríos con sus puentes de pie-
curato proporciona al párroco dos mil sete- dra y argamasa. Las poblaciones de indios son
cientos escudos. Mas abajo y más allá hay un muchas, tales, como Alangasí, Conocoto, San-
valle muy fértil, con varias poblacioncitas de golquí, todas Curatos de buena renta y con-
indios, entre otras la llamada del Quinche, dis- grua parroquial. Es un valle fertilísimo en to-
84 / Ximena Romero
guidos con la expresión de sus propios nom- otras iglesias cercanas, como el Monasterio de
bres son: la Concepción, las Carmelitas y la Compañía,
mientras se hacen las misiones, rogativas y no-
– San Juan Evangelista o Chimbacalle, arra-
venas para que cesen las calamidades.
bal de la ciudad
Y las distancias intermedias que hay de la
– María Magdalena – Puembo y Pifo
ciudad y de unos pueblos a otros (están) ocu-
– Machache – Yaruquí
padas por haciendas, hatos, casas de campo,
– Chillogallo – Quinche
chacras y huertas, de tal suerte que se puede
– Conocoto – Guayllabamba
decir de Quito, sin que sea ponderación, que
– Zámbiza – Pomasque
es una ciudad tan poblada de habitadores que
– Cotocollao – Alangasí
tiene por arrabales las 5 leguas del distrito de
– Pintac – Canzacoto
su corregimiento.
– San Antonio – Perucho
– Sangolquí – Calacalí (ALCEDO, 1766)
– Amaguaña – Tocache
– Guapulo – Mindo y Yambe ❑ A G. de Humboldt*
– Aloasi – Aloa y
– Cumbayá – Uyumbicho3 Lima, 25 noviembre 1802
– Tumbaco Mi querido hermano, por mis cartas ante-
riores estarás al tanto de mi llegada a Quito.
Los más son de muy numerosos gentíos de ……………………………………………….
todas clases, especialmente los más inmediatos La ciudad de Quito es bella, pero el cielo es
a la capital y los 3 de Guápulo, El Quinche, y triste y nublado; las montañas vecinas ofrecen
Pomasque, porque los 2 primeros son santua- poco verdor y el frío es considerable. El gran
rios de 2 imágenes de Nuestra Señora muy mi- temblor de tierra del 4 de febrero 1797, que es-
lagrosas, con las vocaciones de ellos mismos y tremeció toda la provincia y mató de un solo
el último con un convento de Recolección de golpe 35-40.000 habitantes, también ha sido
Religiosos Descalzos de San Francisco, por una este respecto funesto para sus moradores. Ha
maravillosa efigie de un Santo Cristo muy mi- cambiado a tal punto la temperatura ambien-
lagrosa, las cuales frecuentan mucho la devo- te, que el termómetro permanece generalmen-
ción y los votos de Quito y de los otros pueblos te a 4-10° de Réaumur, y pocas veces sube a 16
adyacentes en los contratiempos de epidemia, o 17, mientras que Bouger lo veía constante-
malos temporales, temblores y reventazones mente a 15 o 16°. Después de esa catástrofe
de volcanes, en cuyas ocasiones llevan en pro- hay continuos temblores de tierra; ¡y qué sacu-
cesión los cabildos las 2 Imágenes de la Virgen, didas! Es probable que toda la parte alta de la
la de Guápulo por 2 leguas de cuesta, y la del provincia no sea más que un solo volcán. Lo
Quinche por 4, y las colocan regularmente di-
vididas en la Catedral, Capilla del Sagrario y * Aparte de algunas referencias incidentales y
dispersas, en los escritos de Humboldt sólo he-
mos podido encontrar la carta cuyo fragmento
3 Tanto esta enumeración de pueblos como varias de incluimos con descripciones ligeras de la ciu-
las que Alcedo incluye, no coincide con las aportadas dad de Quito y sus alrededores. La carta está di-
por Montúfar y Fraso. (Nota de Pilar Ponce Leiva) rigida a su hermano Guillermo. (X. R.)
86 / Ximena Romero
que llaman las montañas del Cotopaxi y de hice siguiendo sus huellas. Pero estuvimos a
Pichincha, no son más que pequeñas cimas, punto de morir. El Indio se enterró hasta el pe-
cuyos cráteres forman diferentes canales que cho en una grieta, y vimos con horror que ha-
convergen en el mismo hueco. Desgraciada- bíamos caminado sobre un puente de hielo;
mente, el temblor de tierra 1797 no ha hecho porque a pocos pasos de nosotros había aguje-
más que ratificar esa hipótesis; porque la tie- ros por donde se veía la luz del día. Nos encon-
rra se abrió en ese momento por todas partes, tramos, sin saberlo, en las bóvedas que sostie-
y vomitó azufre, agua, etc. Pese a los horrores nen el propio cráter. Espantado, pero descora-
y los peligros con que los ha rodeado la natu- zonado, cambié de plan. Del círculo del cráter
raleza, los habitantes de Quito son alegres, salen, enlazándose por así decirlo sobre el
vivos y amables. Su ciudad sólo respira volup- abismo, tres picos, tres rocas que no están cu-
tuosidad y lujo y en ningún lado como allí biertas de nieve, porque los vapores que exha-
reina un gusto más decidido y general de di- la la boca del volcán las funden continuamen-
vertirse. Así es como el hombre se acostum- te. Trepé por una de esas rocas y encontré en la
bra a dormir apaciblemente al borde de un cima una piedra que, sostenida por un solo la-
precipicio. do y excavada por debajo, avanzaba a manera
Hemos tenido una estadía de casi ocho de balcón sobre el precipicio. Ahí me instalé
meses en la provincia de Quito, desde el co- para hacer mis experiencias. Pero esta piedra
mienzo de enero hasta el mes de agosto. He- no tiene más que 12 pies de largo por seis de
mos empleado ese tiempo en visitar cada uno ancho y se mueve fuertemente por sacudones
de los volcanes y hemos examinado una tras frecuentes de temblores de tierra, de los que
otra las cimas del Pichincha, Cotopaxi, Antisa- contamos diez y ocho en menos de treinta mi-
na e Illiniza, pasando de 15 días a tres semanas nutos. Para examinar mejor el fondo del crá-
cerca de cada una de ellas, y volviendo en los ter, nos acostamos cara a la roca y creo que no
intervalos hasta la ciudad de Quito, de donde hay imagen para describir algo más triste, más
partimos el 9 de junio 1802 para llegar a los al- lúgubre y más aterrador que lo que vimos. La
rededores del Chimborazo que está situado en boca del volcán forma un agujero circular de
la parte meridional de la Provincia. más de una legua de circunferencia, cuyos bor-
Volví dos veces, el 26 y 28 de mayo 1802, al des, tallados a pico, están cubiertos de nieve en
borde del cráter del Pichincha montaña que lo alto; el interior es de un negro intenso, pero
domina la ciudad de Quito. Hasta ahora, que el hueco es tan inmenso, que se distinguen las
se sepa, sólo La Condamine la había visto, y el cimas de muchas montañas ubicadas ahí den-
propio La Condamine llegó sólo después de 5 tro. Sus cimas parecían estar a trescientas toe-
o 6 días de búsquedas inútiles y sin instrumen- sas por debajo de nosotros. Imagina dónde es-
tos, y no pudo permanecer sino 12 a 15 minu- tarían sus bases. No dudo que el fondo del crá-
tos a causa del frío excesivo que hacía. Yo he ter quede al nivel de la ciudad de Quito. La
podido llevar mis instrumentos, he tomado las Condamine encontró ese cráter apagado y cu-
mediciones que era interesante conocer, y he bierto de nieve; pero debimos llevarles a los
recogido aire para analizar. Mi primer viaje lo habitantes de Quito la triste noticia de que el
hice solo con un Indio. Como La Condamine volcán que les queda al lado está en erupción
se había aproximado al cráter por su parte ba- actualmente. Nos convencieron signos dema-
ja, cubierta de nieve, mi primera tentativa la siado evidentes como para dudar de ellos. Los
Alrededores / 87
vapores de azufre nos sofocaron con sólo acer- cia, donde queríamos examinar y medir el
car la boca; veníamos pasearse aquí y allá lla- Chimborazo y el Tungurahua y trazar el mapa
mas azuladas; y cada 2 o 3 minutos sentimos de todos los países afectados por la gran catás-
fuertes sacudidas de temblores de tierra, que trofe de 1797. Pudimos acercarnos hasta apro-
agitaban los bordes del cráter, que no eran vi- ximadamente 250 toesas cerca de la cima del
sibles a 100 toesas de ahí. Yo supongo que la inmenso coloso del Chimborazo. Un rodadero
gran catástrofe de 1797 encendió también los de rocas volcánicas, desprovistas de nieves, nos
fuegos del Pichincha. Después de haber visita- facilitó la subida. Subimos hasta la altura de
do solo esa montaña, volví dos días después, 3.031 toesas, y nos sentimos perturbados del
acompañado de mi amigo Bonpland y de mismo modo que en la cima del Antisana. Dos
Charles de Montúfar, hijo del Marqués de Sel- o tres días después de nuestro retorno a la pla-
valegre. Estábamos aún más provistos de ins- nicie, seguimos aquejados de un malestar que
trumentos que la primera vez y medimos el sólo pudimos atribuir al efecto del aire en esas
diámetro del cráter y la altura de la montaña. elevadas regiones, cuyo análisis nos dio 20 c.
Hallamos uno en 754 toesas, y la otra en 2.477. de oxígeno. Los Indios que nos acompañaban
En el intervalo de dos días que transcurrieron nos dejaron antes de llegar a esa altura, dicien-
entre nuestras dos visitas al Pichincha, tuvi- do que queríamos matarlos. Nos quedamos
mos un temblor de tierra muy fuerte en Qui- solos Bonpland, Charles (de) Montúfar, yo y
to. Los Indios lo atribuyeron a los polvos que uno de mis criados, que llevaba una parte de
yo había echado en el volcán. mis instrumentos. Hubiéramos seguido a pe-
En nuestro viaje al volcán de Antisana el sar de todo nuestro camino hasta la cima, si
tiempo nos favoreció tanto, que subimos has- una grieta demasiado profunda para fran-
ta la altura de 2.773 toesas. El barómetro bajó quearla no nos lo hubiera impedido; hicimos
en esta elevada región hasta 14 pulgadas 27 lí- bien en descender. Caía tanta nieve a nuestro
neas y la poca densidad del aire nos hizo echar alrededor que casi no podíamos reconocernos.
sangre por la boca, las encías y hasta por los Poco preparados contra el frío penetrante de
ojos. Sentimos una debilidad extrema y uno de esas elevadas regiones, sufrimos horriblemen-
los que acompañaban en la expedición se des- te, y yo, en particular, tuve la desgracia de te-
mayó. También hasta ahora se había creído ner un pie ulcerado por una caída de pocos
imposible subir más alto que hasta la cima lla- días antes; lo que me incomodó horriblemen-
mada Corazón hasta donde llegó La Condami- te en un camino donde, cada vez que golpeaba
ne y que tiene 2.470 toesas. El análisis del aire una piedra aguda, debía retroceder unos pa-
recogido en el punto más alto de nuestra ex- sos. La Condamine halló la altura del Chimbo-
cursión nos dio 0,008 de ácido carbónico so- razo cerca de las 3.217 toesas. La medición tri-
bre 0,218 de gas oxígeno. gonométrica que yo hice en dos oportunida-
Visitamos igualmente el volcán de Cotopa- des distintas, me ha dado 3,267 y concedo cier-
xi, pero nos fue imposible llegar a la boca del ta confianza a mis operaciones. Todo ese enor-
cráter. No es cierto que esta montaña se haya me coloso (lo mismo que las demás montañas
reducido en el momento del temblor de tierra de los Andes), no es granito sino, del pie a la
de 1797. cima, de pórfido, y el pórfido tiene 1.900 toe-
El 9 de junio de 1802, partimos de Quito sas de espesor. El poco rato que pasamos a la
para llegar a la parte meridional de la provin- enorme altura que alcanzamos fue de los más
88 / Ximena Romero
tristes y lúgubres. Estábamos envueltos en una época. Estos manuscritos están redactados en
bruma que sólo nos dejaba entrever de cuan- lengua Purugnay. En otros tiempos ésta era la
do en cuando los espantables abismos que nos lengua general de Quito; pero con el correr de
rodeaban. Ningún ser vivo, ni siquiera el cón- los tiempos ha cedido a la lengua del Inca o
dor que, en la Antisana, planeaba continua- Quechua, y hoy día se ha perdido. Felizmente
mente sobre nuestras cabezas, vivificaba los ai- otro de los antepasados de Zapla se entretuvo
res. Pequeños musgos eran los únicos seres or- en traducir esa lengua al español. Consegui-
ganizados que nos recordaban que aún estába- mos así datos preciosos respecto a la época
mos en una tierra habitada. memorable de la erupción de la montaña lla-
Es verosímil que el Chimborazo, como el mada Nevado del Altar, que debe haber sido la
Pichincha y el Antisana, sea de naturaleza vol- montaña más alta del universo, más alta que el
cánica. La huella por la cual subimos está com- Chimborazo, y que los indios llamaban Capa-
puesta de una roca calcinada y escoriácea, curcu, jefe de las montañas. Ouaina Abomat-
mezclada de piedra pómez; se asemeja a todas ha, el último cochocando (Rey), independiente
las corrientes de lava de este país y continúa del país, reinaba entonces en Lican. Los sacer-
más allá del punto donde fue preciso terminar dotes le advirtieron que esa catástrofe era el si-
las investigaciones, hacia la cima de la monta- niestro presagio de su fin. “La faz del universo
ña. Es posible, casi probable, que esta cima sea –le dijeron– cambia, otros dioses expulsas a los
el cráter de una volcán apagado. Sin embargo, nuestros. No resistamos la orden del Destino”.
la sola idea de esta posibilidad, hace estreme- En efecto los Peruanos introdujeron en el país
cer, con razón. Porque si el volcán se encendie- el culto al Sol. La erupción del volcán duró sie-
ra de nuevo, el coloso destruiría toda la pro- te años, y el manuscrito de Zapla pretende que
vincia. la lluvia de cenizas en Lican era tan abundan-
La montaña de Tungurahua se achicó en el te que durante siete años se hizo la noche per-
momento del temblor de tierra de 1797. Bou- petua. Cuando se mira la cantidad de materias
ger le da 2.620 toesas; yo no le he encontrado volcánicas que se encuentran en la llanura de
sino 2.431. Ha perdido, pues, cerca de 100 toe- Tapia, alrededor de la enorme montaña que se
sas de su altura. Los habitantes de los lugares desmoronó, y se piensa que el Cotopaxi ha en-
vecinos también aseguran haber visto desmo- vuelto a menudo a Quito en tinieblas que du-
ronarse la cima ante sus ojos. ran de quince a diez y ocho horas, se puede
En nuestra estadía en Río Bamba, donde creer que la exageración no es tan despropor-
pasamos algunas semanas en casa del herma- cionada.
no de Charles de Montúfar, que es corregidor, Ese manuscrito, las tradiciones que reco-
la casualidad nos hizo hacer un descubrimien- gí en el Parima, y los jeroglíficos que he vis-
to muy curioso. Se ignora absolutamente el es- to en el desierto de Casiquiare donde no que-
tado de la provincia de Quito antes de la con- da hoy día vestigio humano, todo esto uni-
quista del Inca Tupac Yupanqui.125 Pero el Rey do a las nociones dadas por Clavijero sobre
de los Indios, Leandro Zapla, que vive en Lican la emigración de los Mexicanos hacia el me-
y que, para ser un indio, tiene un espíritu sin- diodía de la América, me hace surgir ideas
gularmente cultivado, conserva manuscritos sobre el origen de esos pueblos, que me pro-
redactados por uno de sus antepasados en el pongo desarrollar cuando tenga el tiempo ne-
siglo dieciséis, que contienen la historia de esa cesario.
Alrededores / 89
También me he ocupado del estudio de posibles de las cifras. Me dedico sobre todo a
las lenguas Americanas, y he comprobado la lengua Inca, se la habla comúnmente aquí
cuán falso es lo que dice La Condamine res- en la sociedad y es tan rica en flexiones finas
pecto a su pobreza. La lengua Caribe, p.e., es y variadas, que los jóvenes, para decirles ter-
a la vez rica, enérgica y educada. No le fal- nezas a las mujeres, comienzan a hablar In-
tan expresiones para las ideas abstractas, se ca cuando han agotado los recursos del caste-
habla de posteridad, de eternidad, de exis- llano.
tencia, etc., y los signos numéricos alcan- (HUMBOLDT, 1802)
zan para designar todas las combinaciones
IV. Población, castas y clases. Lenguas.
Caracteres y comportamientos. Anécdotas
Q
❑ Comprende la noticia del Vecindario de les, por ser blancos, y rubios; y assi se conside-
Quito; las Castas, que hay en él; sus costum- ran como tales, aunque en realidad no lo sean.
bres, y riquezas. Reguladas de este modo todas las Familias, que
gozan el privilegio del colòr blanco, podrà
645 Se compone aquella Ciudad de un Ve- considerarse, que componen como una sexta
cindario crecido, y en este hay Familias de to- de aquel Vecindario.
da distinción, y noble calidad, aunque no pro- 648 Los Mestizos son los procreados de Es-
porcionado en numero à su extensión; porque pañoles, y Indios; entre quienes se deben consi-
à correspondencia excede mucho la Gente po- derar las gerarquias correspondientes à las que
bre, y ordinaria: aquellas pues se pueden regu- quedan explicadas en Cartagena entre Negros,
lar por las que descendiendo de algunos Con- y Blancos; pero con la diferencia, de que salen
quistadores, Presidentes, Oydores, ù otras Per- más breve; y desde la segunda, ò tercera gene-
sonas de Carácter, que passaron de España en ración, que yà son Blancos, se reputan por Es-
varios tiempos, se han conservado en su lustre, pañoles. El colòr de los Mestizos es obscuro, al-
enlazandose entre sì los que tenian, y no mez- go coloreado, no tanto como el de los Mulatos
clandose con la Gente de nacimiento baxo, ò claros; esto es en el primer grado, ò la procrea-
de inferior gerarquia. cion del Español, y Indio: algunos no obstante
646 El Vecindario de Gente baxa, ò co- son tan tostados, como los mismos Indios, y se
mun puede dividirse en quatro clases; que son distinguen de estos en que les crece la Barba:
Españoles, ò Blancos; Mestizos; Indios, ò Natu- tambien por el contrario hay otros, que dege-
rales; y Negros con sus descendientes. Esta ulti- neran en lo blanco, y pudieran tenerse por ta-
ma no abunda tanto à proporcion, como en les, si no les quedàran ciertas señas, que los
otros parages de las Indias; assí porque no es dàn à conocer, poniendo algun cuidado; las
tan facil su conduccion, como porque en gene- quales consisten en ser tan cerrados de Frente,
ral son los Indios, los que se emplean en el que es muy corto el ámbito, que les queda libre
cultivo de la Tierra, y demàs exercicios del de Pelo; pues les baxa, haciendo remate desde
Campo. la medianìa superior hasta la de las Cejas, y an-
647 El nombre de Español tiene alli distin- tes de llegar se aparta algo, y ocupando todas
ta significacion que la de Chapetòn, o Européo; las Sienes, và à finalizarse en la Loba inferior
porque propiamente dà à entender Persona, de la Oreja: ademàs de esto es áspero su Cabe-
que desciende de Españoles, y no tiene alguna llo, lacio, gruesso, y muy renegrido. La Nariz
mezcla de Sangre: muchos Mestizos lo parecen pequeña, delgada, y con una ligera eminencia
en el colòr mas, que aun los legitimos Españo- en el Huesso, desde la qual, aunque sigue pun-
Población / 91
tiaguda, se encorva algo, y queda inclinada la ral, que en ellos executen sus Amos, no les per-
punta àcia el Labio superior. Estas señales no donan este. Assi solo està permitido el impo-
menos, que la de algunas manchas obscuras en nerselo como pena, en delitos graves. El colòr
el Cuerpo son constantes, y dificil por ellas el del Pelo es negro obscuro, muy lacio, aspero, y
que se oculte lo que el colòr dissimula. Pue- tan gruesso, como menudas Cerdas de Caba-
dense computar como por una tercera parte llo; para diferenciarse de ellos los Mestizos, se
del Vecindario las Familias de Mestizos. lo cortan todos; lo que no es regular en las Mu-
649 En el tercer lugar entran los Indios, geres de la misma especie. Los Indios son por
que componen como otra tercera parte; y lo naturaleza Lampiños: y lo más que suele suce-
restante, que es como una sexta parte lo com- der, quando llegan à crecida edad, es que les
pleta Gente de Castas. En estas quatro clases salga tal, o qual Pelo en la Barba; pero tan cor-
podrà contener aquella Ciudad, segun el com- tos, y raros, que nunca necessitan cortarlos: y
puto mas prudente hecho por las que pertene- ni à ellos, ni à las Indias les crece Bello, como
cen à cada Parroquia de 50 à 60 Personas de to- era regular, despues que llegan à la edad de la
das edades, sexos, y calidades. Pubertad.
659 La estatura de los Hombres, assi de la 661 En las Mugeres de distincion luce con
Gente de forma, como Españoles, es de una el buen parecer, de que no carecen, el agrado;
buena proporcion; bien hechos los Cuerpos; y prenda que es generalmente comun à este Se-
de presencia ayrosa, y agradable. Los Mestizos xo en todas las Indias: al abrigo de ellas se crian
son assimismo bien apersonados; su estatura los Hijos con mucho engreimiento; y el inmo-
más que mediana; y fornidos. Los Indios, y In- derado Amor, que les manifiestan, passa hasta
dias no muy altos; bien formados en todas las el extremo de dissimularles los vicios, en que
proporciones de su Cuerpo; rehechos; y forzu- la Juventud se menoscaba, y las buenas cos-
dos: reparase no obstante en ellos abundar tumbres pierden su debido lugar en el assien-
mucho los Imperfectos; unos por ser de irre- to de la Razon: no solo les dissimulan por sí los
gulares, y monstruosos Cuerpos en lo peque- yerros de la Mocedad; pero sirven de manto, ò
ño; otros por salir Insensatos, Mudos, Ciegos; de estorvo para que no lleguen al conocimien-
y otros con la falta de algun miembro. Tienen to de los Padres; ò para que no les puedan es-
la Cabeza muy poblada de Cabello; no lo cor- tos corregir.
tan nunca; y acostumbran traerlo siempre 662 Se nota en aquel País, que abunda más
suelto, sin atarlo, ni recogerlo, aun para dor- en él el Sexo Femenino, que el Masculino; y es
mir; las Indias lo envuelven en una Cinta, y ha- esto más reparable por no haver alli el extra-
cen à manera de Dragona; pero desde la me- vìo, ò ausencia de Hombres, que es regular en
dianía del Craneo àcia adelante lo echan sobre los de Europa, suelen verse las Familias carga-
la Frente, y cortan desde la una Oreja hasta la das de Mugeres, y ser raros los Varones: Assi-
otra à la altura de las Cejas, à lo qual llaman el mismo la Naturaleza de los Hombres por lo
Urcu, y significa en Castellano el Cerro: assi lo regular entre la Gente criada con regalo es en-
mantienen continuamente; y es para ellos la deble desde los 30 años en adelante: al contra-
mayor ofensa, que se les puede hacer, el cortar- rio las Mujeres mantienen mas salud, y robus-
les el Pelo, lo mismo à Indio, que à India: tie- tèz; puede contribuìr el Clima, y pueden coad-
nenlo por afrenta, y cosa injuriosa, de modo, yubar los Alimentos: pero yo atribuyo la causa
que no quexandose de ningun castigo corpo- principal al excesso de entregarse desde una
92 / Ximena Romero
edad muy corta à la Sensualidad; de que pro- en una misma conversacion mezclan indife-
viene, que descaeciendo el vigor de los Esto- rentemente las Oraciones de una, y otra: pro-
magos, no tengan fortaleza para hacer la diges- piedad que despues se pega à los Européos,
tion, y muchos vuelvan la comida à media ho- quando se han hecho capaces de la del País; y
ra ò una, despues de haverla tomado diaria- con ella el defecto de la impersonalidad; estilo,
mente, ò bien por la costumbre, que ha hecho ò vicio tan corriente, que lo practícan sin repa-
à ello la Naturaleza, ò por medio de algun ar- ro las Personas más cultas. Ademàs de esto es
tificio; y el Dia que no lo hacen, les resulta tan regular la impropiedad de trocar los termi-
quebranto en su salud. No obstante, aunque nos, que en muchos es necessaria interpreta-
cargados de achaques, viven un tiempo regu- cion à quien no està hecho à su inteligencia.
lar, y se vèn muchos de edad crecida.
663 El unico exercicio, en que se emplean Comportamientos
las Personas de distincion, que no se inclina-
ron à la Iglesia, es visitar entre año sus Hacien- 667 No hay vicio, que no se introduzca fa-
das, ò Chacaras; y en ellas passan todo el tiem- cilmente con la ociosidad, ni ocio de donde no
po de las Cosechas: siendo muy raros los que se origine algun vicio. Quales pueden ser los
se aplican al Comercio; y regular que este lo que reynen en un Paìs, donde la mayor parte
hagan los Chapetones, ò Européos, que son los de su Gentìo no se ocupa en exercicio, ni tra-
que lo mantienen, y viajan; pero con todo den- bajo, que los tenga empleados, y la imagina-
tro de la Ciudad se vèn Tiendas de Mercade- cion divertida! Ya queda visto, que la embria-
rias, y otros frutos de algunos Españoles, y guèz es uno; pero no tiene menos partidarios
Mestizos. el del Juego, tan valìdo en aquella Ciudad, que
aun llegan à caer en èl algunas de las Personas
Lenguas mas condecoradas, y respetables por su cali-
dad, y estado; y à su imitacion toda la Gente
670 La Lengua, que se habla en Quito, y en Ordinaria, siempre que tiene con qué: alli
todas las Poblaciones de la Provincia, no es pierden sus Caudales los que los tienen; que-
Uniforme; siendo tan comun alli la Castellana, dan desnudos los que entraron con alguna Ro-
como la del Inga: Particularmente los Criollos pa; y hasta la de sus Mugeres suele correr la
hacen tanto uso de esta ultima, como la pri- misma fortuna. Muchos han querido atribuìr
mera; y por lo general en una, y otra hay reci- la propension, que hay à esto en la mayor par-
procamente mezcla de muchos terminos. La te de las Indias, à causas, en que yo no hallo
primera, que pronuncian las Criaturas peque- fuerza alguna, que lo convenza; y en su lugar
ñas, es la del Inga; porque siendo las Amas de soy de sentir, no haver otra, mas que la mucha
Leche, que los crian, Indias, ademàs de serles ociosidad; en unos, porque no tienen en que
esta natural, por lo comun, ni hablan, ni en- emplear el tiempo; y otros, porque la pereza
tienden la Castellana: assi cuando empiezan à los mantiene desocupados.
percibir las primeras sylabas de la pronuncia- 668 La gente vulgar, y Indios son muy pro-
cion, siendo de este Idioma, quedan tan im- pensos al Hurto, lo que practìcan con raterìa; y
presionados en él, que suelen algunos no ha- los Domesticos no estàn essentos de este de-
blar en Español, hasta tener cinco, ò seis años; fecto: de que proviene, que los Amos hayan de
y siempre se mantienen viciados de modo, que servirse de ellos con la pensión de la descon-
Población / 93
fianza. Los Mestizos son ossados, y sutiles para 669 En los Indios se nota un particular mo-
todo lo que es robo, bien que posseídos de co- do de robar (suponiendo que todo lo que es
bardìa: y assi no se vè, que acometan a ningu- cosa de alimento no lo tienen ellos, no los Mes-
no en la Calle, aunque sea à hora irregular; pe- tizos, ni todo aquel vulgo por tal) y es que si la
ro es muy comun, que se dediquen à quitar casualidad lleva à un Indio, donde haya distin-
Sombreros, que llaman Volarlos, poniendose tas cosas de Plata, ò qualquiera otra especie,
en fuga al mismo tiempo: de modo que la Per- llega con gran tiento, estando antes assegura-
sona desprevenida, en quien han hecho el tiro, do, de que no es visto, y toma una, por lo regu-
es lo regular, que aun no alcance à distinguir la lar la de menos valor; con la qual se và dexan-
parte, por donde huyó el Ladron. No dexa es- do todo lo demàs, como persuadiendose, que
te, al parecer pequeño robo, de ser en ocasio- no serà facil reconocer su falta por lo inferior
nes de entidad, porque los sombreros, que es- de su bulto respeto de las otras alhajas, y esto
tilan los Hombres de forma, y aun la Gente es lo que los inclina à preferir lo menor; pero
Ordinaria, que tiene para ello, andando de Ca- despues, que la ha cogido, aunque sea descu-
pa, son de Castòr blancos, y su valor de quince bierto en el mismo hecho, siempre niega con
à veinte pesos, ò mas de la moneda de allà: à una palabra summamente expressiva en su
que acompaña una cinta de Tela de Oro, ò Pla- Lengua, y muy introducida en la Castellana,
ta, que ciñe la Copa de èl; y una Hevilla de que se habla en aquel País: Yanga; que signifi-
Diamantes, Esmeraldas, ù otras Piedras finas ca en la respuesta del cargo, que se le hace, sin
montadas sobre Oro. En los Caminos han su- necessidad, sin provecho, sin mala intención; y
cedido algunos exemplares de Hurtos, pero por este tenòr sirve de una infinidad de discul-
tan raros que se cuentan con grande admira- pas; tales que no queda delinquente segun
cion; y lo comun que se experimenta en estos ellas. Si consigue no ser visto, aunque haya una
son robos domesticos hechos por los mismos sospecha muy vehemente, de que èl hizo el
Harrieros, y Criados. Para executar los tiros Hurto, nunca se puede averiguar; porque ja-
gruessos dentro de la Ciudad amparados de la màs lo confiessa, que es propiedad general en
obscuridad de la Noche, y de su silencio, apli- todos los Indios.
can Fuego à las puertas de las Tiendas, y Alma- 671 La suntuosidad de los Entierros, que
cenes, donde consideran, que han de hallar Di- tengo notada en las antecedentes Descripcio-
nero: y hecho en ellas el suficiente agugero, pa- nes, no tiene comparacion con la que practí-
ra passar un Hombre, entre èl, y los que con can en Quito, y toda su Jurisdiccion; llegando
dissimulo estàn fuera, concluyen el hurto por a tanto la Pompa, y vanidad, que passa à ser
entero. A fin de evadirse de este peligro man- extremo, y por este se arruinan, y destruyen
tiene el Comercio una Compañía, o Ronda, muchos Caudales, estimulados de no querer
que vela todo el discurso de la Noche por las ser menos unos, que otros. En estas ocasiones
Calles, en que puede haver recelo de semejan- con razon puede decirse, que agencian y ga-
te daño, y con ello tienen seguridad en las nan, mientras viven, para haver de enterrarse:
Tiendas: las que contribuyen cierta cantidad por mediana, ò pequeña decencia, que tenga la
mensualmente para ello; y el Cabo de la Ron- Persona, han de assistir à su Entierro todas las
da està obligado à reintegrar todo lo que se ro- Comunidades, y el Cabildo Eclesiastico, y se ha
ba en aquellas Casas, y Tiendas, puestas à su de hacer Pompa Funeràl con Doble general en
cargo. todas las Iglesias: despues del Entierro siguen
94 / Ximena Romero
las Honras con el mismo aparato; y al fin el esclavizadas aquellas gentes; pero se hace su-
Cabo de año. Es circunstancia precisa para la mamente extraño y aun increible, que la elec-
vanidad, no enterrarse en la Parrroquia; y solo cion de instrumentos para efectuar estos exce-
và à esta aquella Gente más mísera, que la po- sos y darles curso sea en la forma que alli se ex-
breza es todo su Caudal. Se conserva en prac- perimenta, y que causa repugnancia á toda ra-
tica la costumbre de poner Ofrenda en las zon. Estos fandangos ó bayles son regularmen-
Honras, ò Cabo de Año; y se reduce à Botijas te dispuestos por los individuos de las religio-
de Vino, Pan y Animales segun el possible de nes, ó para decirlo con mas propiedad por los
cada uno. que allí se llaman religiosos, aunque en verdad
672 La riqueza de Quito atendida por res- están lejos de serlos; estos hacen el costo, con-
peto à otras Ciudades de Indias, no es conside- curren ellos mismos, y juntando á sus concu-
rable; pero tampoco se puede reputar por Ciu- binas arman la funcion en una de sus mismas
dad Pobre. En otros tiempos fue más opulenta casas. Luego que empieza el bayle empieza el
de Caudales segun muchas noticias, que se desorden en la bebida de aguardiente y miste-
conservan de las memorias antiguas; pero yà al las, y á proporcion que se calientan las cabezas,
presente son muy raros los que hay, y no pue- va mudándose la diversion en deshonestidad,
den hacer gran eco. Los que gozan los Vecinos y en acciones tan descompuestas y torpes, que
mas acomodados, estàn en Haciendas de seria temeridad el quererlas referir, ó poca
Campo con diversos destinos, ò de varias espe- cautela el manchar la narracion con tal obce-
cies, como diré mas adelante; el Comercio, de nidad; y asi dejandolas ocultas en la region del
que tambien hablaré en su lugar, no cria alli silencio, nos contentaremos con decir, que to-
fondos muy quantiosos: con que puede regu- da la malicia con que se quiere discurrir sobre
larse, que se halla en un mediano estado; y en este asunto por grande que sea, no llegará á
él se notan Haciendas de mucha entidad, cuyo penetrar el abismo en que se hallan encenaga-
usufruto no corresponde a sus extensiones, y dos aquellos pervertidos animos, ni será bas-
Comercio perpetuo, aunque reducido. No tante para comprehenderlo; tal es el grado de
obstante las Casas de aquellas primeras Fami- exceso á que llega alli la disolucion y la desen-
lias se vèn muy proveìdas de todo genero de voltura.
Plata Labrada y de esto suele ser su regular ser- Hacese sin duda particular la singularidad
vicio; à cuya correspondencia no falta alguna de los sugetos que mas se señalan en este de-
aunque sea poca à aquella Gente pobre; pues sorden, pues es extraño, no solo el que las per-
es muy comun tener una Vaxilla más ò menos sonas de un estado como el religioso concu-
reducida, en que comer. rran inconsideradamente á los escándalos de
(ULLOA, 1736) los seglares, mas que sean ellos los que en
aquella manera los inventan, y los que dan la
norma á los demas para tener una vida tan
❑ La mayor parte de los desordenes, ó to- perdida y desastrada. Pero á esto no tenemos
dos los que se cometen en los fandangos diso- otra cosa con que poder satisfacer mas que con
lutos que en aquellos payses son tan comunes la experiencia, con los sucesos, y con la publi-
como ya se ha dicho en la Historia del Viage, cidad de los hechos, la qual es tanta, que here-
no parece sino que son invenciones del mismo dando allí los hijos los nombres de los empleos
maligno espiritu que lo sugiere para tener mas distintivos de sus padres, se ven, no sin admi-
Población / 95
racion, en una ciudad como Quito, una infini- drá atrevimiento para entrar en estas casas, ni
dad de Provincialas de todas regiones, Prioras, jurisdiccion para contener los desordenes que
Guardianas, Lectoras, y á este tenor de quantos se cometen en ellas, hace se suelte enteramen-
exercicios hay en la religion; de modo que los te la osadía, y no haya terminos en la disolu-
hijos conservan siempre como titulo de honor cion.
los de la dignidad de su padre, y en lo público (ULLOA, 1736)
quasi no son conocidos por otros. La causa de
esto es, que lexos de hacerse vilipendioso entre
❑ Población
aquellas gentes el conservar estos nombres, los
miran como honorificos, y tanto mas quanto Del número de habitantes de la ciudad de Quito
la dignidad del sugeto es mayor. De modo que
asi como se graduan por estos títulos las per- Cuando yo llegué a la ciudad de Quito, oí
sonas, del mismo modo lo están los hijos con decir que el número de todos sus habitantes
el mérito de sus padres: y no atendiendo á la subía a más de 60 mil y que el año 1730 había
ilexitimidad ni al sacrilegio, se tienen por fe- cerca de 80 mil almas, ya que entonces solo los
lices en poder hacer ostentacion de la mayor indios eran en la ciudad 18 mil. Pero al presen-
graduacion de la dignidad, y asi ni en ellos te apenas llega a 30 mil, y aun de este número
causa el menor sonrojo, ni se extraña el ser dudo mucho, toda vez que por la decadencia
nombrados por el caracter que sus padres ob- del comercio mucha gente se ha ido a otras
tuvieron en la religion. partes. Además, desde el año 1744 hacia acá ha
Lo antecedente parece da bastante prueba habido horribles epidemias, en las que han fa-
de lo incauta que es esta vida en los religiosos, llecido muchísima gente y muchísimas fami-
pues á excepcion de los libros baptismales, no lias enteras; especialmente en tres epidemias
se distingue la notoriedad de sus hijos de la de que, en verdad, fueron equivalentes y muy se-
los demas. Ellos hacen vida maridable con las mejantes a la peste del oriente. Además, hace
mugeres que toman para si, sin que haya quien ocho años, es decir, desde el año 1762 vino de
les vaya á la mano; y perdida enteramente la Méjico una enfermedad contagiosa que solo
verguenza y el rubor, atropellan el sagrado de ataca a los pobres indios (aunque en muchos
la prohibición; y aun parece que esta causa en lugares también a los mestizos) y en la casa o
ellos efectos mas considerables, no contenien- familia india en que entra no sale de ella sin
dose su viciosa inclinación dentro de los lími- haber matado a todos hasta el séptimo grado.
tes de una mediana relaxación, sino pasando al En lugares pequeños y en las poblaciones don-
extremo de la disolución y del escándalo, y ex- de entraba el contagio pestífero, morían al
cediendo en todo á los seglares mas desarre- principio ocho, diez o doce al día; pero luego
glados y menos contenidos. Con el pretexto de de algunas semanas se encarnizaba de tal ma-
hacerse estas funciones en la casa de alguno de nera, que morían en dos o tres días 40, 50, 80
los religiosos, es bastante para que no haya jus- y aun 100, por lo que muchísimas poblacio-
ticia que se atreva á su sagrado; y aunque dis- nes, haciendas y fincas quedaban desoladas,
frasados en hábito de seglares los promotores destruídas y arrasadas. El Gobernador, digo, el
del bayle, basta la pública fama para que no Corregidor de la ciudad de Quito, en 18 meses
puedan estos ser desconocidos. La confianza contó 26 mil indios, solo entre los tributarios,
pues, y la libertad de que ninguna justicia ten- es decir desde la edad de 18 años en que em-
96 / Ximena Romero
piezan a tributar hasta la edad de 52 cuando fallecer a cada uno solamente la herencia pa-
acaban de pagar el tributo. Y todos estos solo terna, y dio a todos 40 mil escudos en doblo-
en el distrito de las cinco leguas y en la ciudad nes y en pesos fuertes y a las mujeres poco me-
de Quito, ¿Cuántos habrán sido las mujeres, nos de otros tantos miles de escudos en galas,
los niños, los ancianos fallecidos? Desde la vestidos y joyas de gran valor y precio. Los va-
misma ciudad de Quito escriben que todavía rones fueron recompensados a su vez con
ahora prosigue cada vez más enfurecido el otras cosas. Murió luego la Marquesa y se le
contagio contra los infelices indios. Por ello dieron a cada uno más de sesenta mil escudos
¿Cuántas almas tendrá al presente la ciudad de de la parte materna, quedando intactos los de-
Quito? No se puede fijar el número, pero los más bienes paternos y maternos, extensas ha-
lectores, con su discreción, lo podrán juzgar ciendas y fincas de grandísima utilidad, casas
más o menos. bellas y grandes soberbiamente embellecidas y
Sin embargo daré algún dato e indicio de la adornadas, fábricas de paños y otras telas de
opulencia de la ciudad de Quito y de toda la lana, posesiones de infinitos rebaños bovinos y
provincia, por todo lo que (192) se me ha con- ovejas. Y toda esta opulentísima fortuna en di-
tado, y por cuanto yo mismo he visto y por lo nero la vi yo depositada en la Procura del Co-
que se puede observar en la ciudad al presen- legio Máximo. Esto referente a lo que yo he
te. Y comenzando por este ùltimo punto, la visto. También conocí, algunas todavía viven, a
gran riqueza de la ciudad de Quito se puede las señoras Yerovis. Estas fueron cinco o seis hi-
conjeturar prudentemente por los decorados y jas, todas casadas en vida de su padre, quien
adornos que han quedado en todas las casas celebraba esplendidísimas, soberbias, suntuo-
(paso por alto los de los templos), riquísimos, sas, magníficas y pomposas fiestas con motivo
preciosos y soberbios, los que sin duda debie- de las bodas de sus hijas, Por la noche, luego de
ron costar miles y cientos de miles de escudos. una ligera cena o refresco, ante la presencia de
Es necesario confesar que antes había ingentes toda la distinguida concurrencia de los invita-
fortunas y grandes capitales, porque para dos, se ponía de pie, tomaba de la mano a su
adornar y decorar magnífica y soberbiamente hija desposada y la entregaba a su esposo, di-
una casa se gastan 30, 40, 60 y más miles de es- ciéndoles que vivieran en paz, en unión y en la
cudos, a la vez que pensaban que por lo menos amistad de Dios y en su santo temor. “Andaos
tenía que quedarles otro tanto de capital, pues ya a vuestra casa (o bien construida o compra-
habría sido una tontería soberana gastar toda da antes por él y amueblada con toda elegan-
la fortuna en el adorno de la casa, quedarse ab- cia de adornos y a la vez provista de todo lo
solutamente sin nada para su mantenimiento. necesario para habitarla sin que tuvieran que
Por lo que me han contado, la dote que se so- gastar ni un cuarto). “Vos, joven, que os pro-
lía dar (me refiero a las personas nobles civi- vean de preciosos vestidos y ropa blanca finísi-
les), al casarse las hijas, jamás era menos de los ma. Vos hija mía, que os engalanen también de
20 mil escudos, en dinero, además de muchos galas y vestidos riquísimos así como de perlas
otros miles que llevaba consigo la señorita en y joyas de gran precio. He aquí la dote en dine-
vestidos, atavíos, joyas y perlas, y esto aunque ro, oro y plata, que son cien mil escudos: si
los hijos e hijas fueran muchos. El Marqués de queréis contadlos, en vuestra casa”. Así los des-
Solanda, que tenía nueve o diez hijos, tres de pedía, haciéndoles preceder (193) de negros
ellos eran mujeres, distribuyó poco antes de esclavos cargados con los cajones de doblones
Población / 97
y pesos fuertes, esclavos negros que quedaban piosísima abundancia de agua, porque ésta se
también destinados a su servicio, y los nuevos escapa de sus labios. Todos aquellos valles y
esposos constituídos en sus dueños. De tales y montes ofrecen sus entrañas llenas de oro y
muchísimos otros casos se evidencia que la plata en grandísima cantidad solamente para
ciudad de Quito siempre fue opulentísima du- enriquecer a los europeos, dejando pobres a
rante todo el tiempo que vinieron de España los americanos ¡Quién lo creería! Salen de las
las flotas con dirección a América Meridional minas en cantidades el oro y la plata para las
y que Quito gozaba del comercio. casas de la moneda; pero de éstas vuelan los
Además, me fue contado tanto por las PP. doblones y los pesos fuertes en las naves hacia
Jesuítas como por todos los seglares que todos Europa. Diré una cosa que parecerá hipérbole
los almacenes de los mercaderes estaban llenos o fábula a quien la lea; pero es muy cierta y
de cajones de dinero, colocados uno sobre otro certísima. En muchísimos barrios, pueblos y
desde el suelo hasta el techo, haciendo de esta regiones y aun ciudades ha sido tan grande la
manera cada uno ostentación de su imponen- penuria de dinero, la escasez del oro y de la
te riqueza. De tales almacenes, cuando llegué a plata tan total que sus ciudadanos y habitantes
Quito, solo vi dos o tres. En uno de ellos, un solo negociaban y comerciaban, para mante-
gran almacén me mostró, D. Bartolomé Pinto, nerse con un alimento muy miserable y el ne-
Comisionado del Comercio de Cádiz en la úl- cesario vestido, a cambio de un producto con
tima Flota, el último resto de aquel ingente ca- otro, una cosa con otra, V. G. Ticio no pudo
pital, que era de once millones, y era el último comprar trigo para su familia puesto que no
pequeño resto; pues me parece, si no me enga- tenía dinero, para conseguirlo cambiaba con
ño, que todo el capital y fortuna de dicha Flota Sempronio, dando a éste cebada o maíz u
sobrepasó de cuarenta o cuarenta y cinco mi- otros granos y productos que tenía y de los que
llones. Después de ocho o nueve años una vez el otro tenía necesidad. De esta manera se
terminada la guerra entre España y Gran Bre- cambiaban entre sí quien una gallina por fré-
taña y establecida a paz, el dicho Pinto se tras- joles, quien coles por huevos, quien pan del
ladó con todos aquellos millones, que los ví país por azúcar, quien pollos por fruta, etc. Yo
pasar sobre las mulas por Ambato a Panamá y he sido (194) testigo ocular (aun muchas veces
de allí a Cartagena, desde donde los embarcó a me he visto obligado a hacer dichos cambios),
Cádiz. Tan Grande era la riqueza y opulencia de tales inusitados intercambios. ¿Puede llegar
de la ciudad de Quito, pero al presente es mu- a más alto grado el infortunio, la miseria, la
cho mayor su pobreza y miseria, como tam- pobreza de aquellos desafortunados america-
bién de muchísimas otras Provincias, de lo que nos, nadando, por decirlo así, en oro y plata?
fue antes su riqueza, creciendo cada día más Baste para probarlo esta afirmación mía: Hay
y más, y crecerán siempre la miseria y pobre- más pobreza, más miseria y por consiguiente
za de ellas no obstante que son ellas las fuen- muchos más pobres y mendigos en América
tes de las riquezas en los metales más precio- Meridional, o por lo menos en muchas Pro-
sos, el oro y la plata, y de innumerables otros vincias vastísimas de ella, que en Europa ente-
frutos y productos preciosísimos. En verdad ra o por lo menos en muchísimos Reinos de
parecen, y realmente lo son, aquellos america- Europa. Por lo tanto, dé gracias a Dios Améri-
nos Tántalos muy infelices, pues arden de ca Septentrional y Méjico por la flota que se le
sed sin poder tragar ni una sola gota de la co- ha sido dejada en su primer sistema; de lo con-
98 / Ximena Romero
trario habría corrido la misma suerte e infeli- sus tan enormes delitos, de éste se decía que te-
cidad. nía pacto con el diablo y que éste le acompa-
ñaba a veces visiblemente. Jamás vi hombre
De los vicios y virtudes principales de los tan audaz, desvergonzado, intrépido como
habitantes de Quito aquel indio, quien perseguido de día por los
alguaciles con el hurto en las manos entró en
La sinceridad y verdad de la historia exige el Colegio de Ambato donde un gran número
también dar, por lo menos en bosquejo, algu- de indios e indias habían acudido a verlo, y to-
na verificación de los vicios y de las virtudes caban su cuerpo con sus rosarios y le daban li-
civiles y morales que más dominan y campean mosnas en dinero y en cosas comestibles, le
en las ciudades y regiones lejanas, donde se hacían bendecir a sus hijos y él los bendecía
puede decir que “apparuit alia generatio, alius con una desvergüenza verdaderamente teme-
vivendi modus”, como dice el Nacianzeno, ya raria. Como viniese yo de fuera, al observar
que la diversidad de climas, la variedad de na- aquella gran algazara y tumulto de gente (209)
ciones que concurren no puede menos que y queriendo sacar a todos afuera, porque el pa-
despertar las pasiones e inclinaciones de aque- tio, aún no cerrado en cuadro, se llenaba cada
llos lejanos habitantes, por lo demás quizás vez más, y ya todos los padres estaban exaspe-
muy ajenos a ciertos vicios. rados con tal multitud de indios e indias, sin
saber qué hacer para librarse de aquella horri-
Del hurto ble confusión, no me fue posible conseguirlo,
ni con palabras ni con latigazos; hasta que, por
El vicio de robar, en la ciudad y contornos fin increpé al indio ladrón cuya fama hacía
de Quito es uno de aquellos, que en todas las muchos años que corría por toda la Provincia,
Repúblicas llámanse comunes. Los indios están ordenándole que se fuese a otra parte y que
inclinados en gran parte al robo, pero de ordi- restituyera inmediatamente el robo, que tenía
nario roban bagatelas, cosas comestibles, sin en las manos, a sus dueños que estaban allí
atreverse nunca a cometer hurtos graves y de presentes, ¿Qué me respondió? Me dijo: Padre,
mucha consideración. En todo el tiempo que yo soy un hombre de bien y muy honrado, es
permanecí en aquella Provincia solo conocí un calumnia y falso testimonio de éstos. Todas es-
indio ladrón verdaderamente famoso, además tas cosas son mías propias, son de mi mujer y
de cruel, inhumano y sanguinario, llamado de mis hijos. Yo no soy ni me llamo Bunga; és-
Mishqui Rosca67 en lengua india, quiere decir te sí es un impío, un Infame, un asesino, un
rosquilla dulce. Este, luego de muchísimos ase- homicida inhumano bárbaro. Aquí tiene los
sinatos, homicidios crueles e inhumanos por testimonios (eran dos compañeros suyos): de-
fin fue preso, y castigado por la justicia según cid, decid también la verdad. ¿No soy yo de la
tierra de Guano, tejedor de paños y bayetas?
Así es respondieron los dos compañeros. Sin
67 Dijo que se llamaba Bunga (obscuro), el Misqui-Ros- embargo, repliqué, ya que sois hombre de bien
ca fue un buen joven quiteño, americano español, de marchaos a otra parte y no alborotéis a esta
padres muy cultos, el cual en mi tiempo fue encerra-
gente, pues ésta es casa de religiosos. Animo,
do en la prisión a la edad de 24 años como famoso
ladrón de la ciudad. Era un joven rubio y bello en pues, que vuestra inocencia os defenderá y si
gran manera. no os queréis ir enseguida, por lo menos en-
Población / 99
trad a los corredores y despedid a toda esta Virgen y de otros Santos la corona y diademas,
multitud de gente. Así lo hizo y cumplió inme- joyas y aun los vestidos preciosos. El comercio
diatamente de manera que no quedó ninguna de la ciudad mantiene a su costa durante el
persona, e hice cerrar la puerta. Entonces me año una patrulla bien pagada, de dos hombres
esforcé por persuadirles la restitución de aque- que con sus pífanos rondan continuamente
llas cosas, pero no fue posible. Siempre se cada noche desde la primera hora de la noche
mantuvo en decir y sostener hasta con mil ju- hasta las once de la mañana, por las dos calles
ramentos que todas aquellas cosas eran suyas, de los mercaderes. Sin embargo rara es la no-
con la mayor desvergüenza y audacia. Por fin che (210) que no haya robos en aquellas dos
me dijo: Padre, para que vea que soy inocente calles. Quitan el ferreruelo, la capa, el sombre-
y hombre de bien y que todo esto es mío, há- ro y otras cosas de noche a los que transitan
game abrir la puerta falsa pues quiero pasear- por las calles y esto frecuentísimamente, y de
me por todas las calles de Ambato, Salió pues, ordinario; no pocas veces han quitado el som-
y por las calles y senderos a trasmano se diri- brero a los jesuítas que salían para confesar o
gió al Convento de San Francisco, y tanto a los ayudar a bien morir. Es cosa sabida que los la-
religiosos como a los seglares que encontraba drones en la ciudad y aun en toda aquella Pro-
por las calles les decía: ¡Oh Jesús María! He ido vincia, en que son muy supersticiosos, usan
a los padres Jesuitas para hacer una semana de ciertos polvos con otros ingredientes y por-
Ejercicios Espirituales, luego de darme algu- querías (dicen que usan polvos de huesos de
nos de ellos los puntos de las meditaciones, me cuerpo humano), que encendidos producen
han echado fuera. ¿Qué os parece? y no ha si- un humo denso, con lo que quedan sumidos
do esto lo peor; me han acusado de ser yo los habitantes de la casa en un sopor y sueño
Bunga, el ladrón, asesino, y homicida, no sien- tan profundo, que ni un cañonazo los puede
do yo otro que un hombre de bien. Quiero ver despertar. Usan además otros polvos que en-
si los Padres Franciscanos me harán la caridad cendidos vuelven tontos a cualquiera que estu-
de darme ellos los Ejercicios Espirituales. Tan viera despierto y vigilante, o le dejan mudo,
intrépido, audaz y atrevido era aquel indio, enervado de fuerzas e inmóvil, acabándose el
verdaderamente un monstruo de crueldad e efecto tanto de unos como de otros polvos
inhumanidad. Fuera de éste no conocí otros cuando se han reducido a cenizas y gastado
indios ladrones famosos. completamente. Los ladrones, en cambio, lle-
Pero entre los mestizos y otros sí conocí in- van consigo el antídoto o preservativo contra
numerables y algunos también de categoría. semejantes humos infernales, a fin de que pue-
Continuamente se oía hablar de robos de gran dan permanecer libres de aquellos efectos y ro-
valor, de cajas guarnecidas de clavos que ha- bar con mano segura. A quien leyese estas co-
bían sido forzadas, de puertas quebradas, de sas le parecerán (tal como a mí me parecían),
techos abiertos. Robos muy frecuentes en las solemnes quimeras, bellas fábulas y buenos
iglesias. En mi tiempo se dieron más de cinco embustes; sin embargo, con el correr del tiem-
robos sacrílegos en varias iglesias, de ciborios, po me he visto obligado a tenerlas por cosas
custodias del Sacramento con partículas de ciertas, certísimas, tanto por habérmelas con-
hostias consagradas, además de muchísimos tado las mismas personas y personas de juicio,
otros en que se llevaban la platería, ornamen- autoridad, edad y verdad, quienes habían pa-
tos sagrados, quitándolos de las imágenes de la decido semejantes cosas y habían sido roba-
100 / Ximena Romero
das. Entre éstas, una persona que estando des- Ladrones y ladronzuelos en los caminos
pierta, con los criados, unos en la cama otros son raros. Solamente en el páramo llamado
en pie, vió (y conoció a los ladrones) cómo le Tiopullo situado en los límites del territorio
robaban en toda la casa, abrir baúles, cofres, (211) de Quito y de Latacunga suele haber la-
cajones, etc, quedando todos como estatuas de drones famosos, por ser lugar y paso solitario
madera hasta hacer de día: a la mañana misma y frío y haber algunos matorrales donde es-
se fue aquel hombre con sus criados a denun- conderse, Viajando por allí solo con mi criado
ciar en la Real Audiencia aquel robo, los ladro- hacia Quito salieron tres enmascarados sobre
nes con sus nombres y apellidos. Fueron, en tres bellos caballos soberbiamente enjaezados
efecto, los ministros de justicia a las casas de y ellos bien vestidos: me rodearon, observaron
los ladrones, pero no les encontraron, en cam- por delante y por detrás lo que llevaba que era
bio encontraron algunos muebles y adornos únicamente la cama, me acompañaron un
de la casa, que fueron restituídos a su dueño, buen trecho de camino y espoleando repenti-
pues había presentado una lista de todas las namente a sus caballos se volvieron atrás.
cosas robadas. Vive todavía un Hermano que
era Procurador del Colegio de Latacunga, al De la embriaguez
cual le robaron casi toda la Procura, abriendo
con martillos de hierro cajas y armarios y aun Otro vicio común a toda clase de personas
rompiéndolas con hachitas, sin que nada oye- es la embriaguez, que comenzó el año 1745 y
ra. Por la mañana, ya avanzado el día, el Padre después ha ido en aumento más y más, de ma-
Ministro buscaba al Hermano para darle las nera que ha sido introducida en estos últimos
cosas necesarias para la cocina y no encon- tiempos hasta en los claustros y en las perso-
trándolo se dirigió a la Procura, vio la puerta nas más conspicuas por su dignidad. En tiem-
removida y toda la habitación llena de una hu- pos pasados, a las personas civiles o religiosas
mareda pestífera y maloliente. Llamó inme- que iban de visita o por la mañana después de
diatamente a los criados hizo abrir las venta- comer, se les ofrecía el chocolate o un refresco
nas, y se encontraron con dos globos de esto- de piña o dulces exquisitos de delicadísimas
pa y otras cosas combustibles encendidas, las conservas, con agua de nieve u otras bebidas
cuales fueron apagadas y echadas fuera. Fue- frescas y delicadas. Mas desde hace 15 o 16
ron al lecho para despertar al Hermano, pero años en todas las casas y mucho más en las de
lo vieron en un sueño tan profundo que sacu- las familias más nobles, no se ofrece otra bebi-
diéndolo y aun levantándolo no se despertaba. da ni otro refresco que o rosado, o mistela, o
Por fin, abiertas todas las ventanas y la puerta aguardiente fortísimo con algún bizcocho dul-
del corredor comenzó a desvanecerse y disi- ce. Siempre los indios han sido propensos a la
parse aquella humareda y así poco a poco se embriaguez, pero se emborrachan con su cer-
despertó el hermano. Por estos y otros muchos veza llamada chicha, que es una embriaguez
sucesos relatados por las mismas personas ro- lenta que solo les ocasionaba un poco más de
badas y por las confesiones judiciales de los alegría natural. Pero desde que un Ministro de
mismos ladrones he tenido siempre por verda- la Real Audiencia en 1745 estableció el mono-
deros y ciertos aquellos humos y los efectos polio del aguardiente hecho del jugo de la ca-
ocasionados por éstos, por su secreto y cuali- ña de azúcar para sus propios fines, motivos e
dad natural. intereses particulares, aunque bajo pretexto de
Población / 101
los intereses reales, por el que quedaba grave- ingleses y franceses llamada Punci (ponche?), a
mente prohibido con muchas Cédulas Reales, las ciudades de Puerto Bello, Cartagena, Pana-
el mencionado aguardiente como muy nocivo má y luego de Guayaquil, Quito, Lima, etc. Al
y pernicioso, no solo para la República sino principio se preparaba así: en un gran cubilete
mucho más para la complexión natural de los o por lo general de plata. (o en un gran vaso de
indios y aun de los americanos; desde enton- boca ancha de cristal o de plata), lleno casi de
ces se hizo más general la borrachera y más agua, se exprimían tres o cuatro limoncitos
fuerte y violenta en los indios, quienes o lo be- llamados “zentil”, cuya acidez es muy activa y
ben puro, o lo mezclan con su cerveza. De ahí eficaz; luego se raspaba o una o media nuez
que es increíble el número de indios y mesti- moscada, otros la ponían pulverizada, y junta-
zos borrachos que había en la ciudad, sus con- mente una cucharadita de azúcar. Por fin un
tornos y también en toda la Provincia. Las des- vasito pequeñísimo de aguardiente llamado
gracias de cuchillazos, puñaladas, roturas de “ron” de alcohol fuerte, ya que es destilado tres
cabeza, bastonazos a cada hora y a cada mo- veces en el alambique junto con fermento tri-
mento se oían por las calles, barrios y por to- turado. Al principio esta bebida era usada por
das partes. Y por más que el Magistrado de la pocos, luego por muchos, por fin por todos.
ciudad hizo grandes esfuerzos por abolir el Algunos la bebían por placer, otros como re-
monopolio Real, ya que veía y preveía la ruina medio, unos por ser diurética, otros por ser re-
de toda la ciudad y aun de la Provincia toda, frescante. Pero luego, halagado poco a poco el
nada pudo conseguir. Comenzó a disminuir el paladar por aquel alcohol tan fuerte del ron,
número de indios, pues morían en gran canti- comenzaron los aficionados al ponche a alterar
dad: de los 18.000 indios existentes y habitan- las dosis y la mezcla, añadiendo más aguar-
tes en la ciudad, hoy apenas si hay 6.000: tam- diente ron que antes, diciendo que era para
bién el gran número de mestizos ha disminuí- quitar pronto la acidez del agua y del limonci-
do notablemente, ya que, según las autopsias to; en realidad era una disimulada embria-
hechas innumerables veces por los médicos y guez, ya que su cabeza no les obedecía por la
cirujanos en el Hospital, se ha visto y observa- gran fuerza del alcohol de ron. Finalmente la
do con evidencia que todos mueren con las tal bebida del ponche lo adulteraron de tal ma-
vísceras quemadas e inflamadas por el aguar- nera, que la preparaban al revés, esto es la por-
diente de caña de azúcar, pues lo beben como ción grande que antes se ponía de agua, la po-
si fuera agua, ya que por unos pocos bayocos, nían luego de aguardiente ron y en cambio le
se los consigue en gran cantidad, dada la mezclaban un vasito pequeñísimo de agua.
abundancia (212) de producción en aquellos Pronto muchísimos para mayor jococidad y
países. El causante de tan grave daño común y gracia, metiendo el dedo meñique en el vasito
universal se había arrepentido grandemente de agua ponían en el cubilete la gota de agua
de ello, en la hora de la muerte encontrándose que estaba por caer de la punta del dedo. De
como desesperado en aquel terrible momento, ahí que un solo traguito de semejante ponche
pero sin poder remediar nada. perturbaba inmediatamente la cabeza de los
La embriaguez, hacia el año 1755 había en- bebedores con una embriaguez abominable
trado en las personas nobles, sacerdotes, frailes haciéndoles decir despropósitos, con palabras
y aun en las monjas habiéndose introducido y obras completamente ajenas de un ser racio-
insensiblemente por una bebida traída por los nal, de manera que más parecían bestias que
102 / Ximena Romero
hombres. Así fue introducido en todas las ciu- semanas más santas, en las fiestas más devotas
dades y Provincias el execrable ponche refor- y en las solemnidades más dignas de la piedad
mado y mejorado, vestido con el especioso cristiana.
nombre de ponche refrigerante y tónico del es- Las exageraciones que se cometen en las
tómago, alabado y recomendado por sus mil bodas por la embriaguez prolongada hasta
excelentísimas virtudes, y finalmente como un ocho y quince días, son increíbles. Conocí a
Sánalotodo, especialmente contra los cálculos gobernadores españoles y nobles, por lo demás
y retenciones de orina, destructor de los flatos adornados de preciosísimas cualidades, de ca-
hipocondríacos, generador de nuevas fuerzas, rácter generoso y aún de gran piedad cristiana;
conservador de la salud y antídoto contra los conocí a caballeros también españoles y no-
ataques epilépticos y apopléjicos y otras mil bles, de señalada prudencia, de singular madu-
peregrinas virtudes y propiedades. De tal ma- rez y juicio, que habiendo sido venerados y
nera lo exaltaban y alababan, que excitaban en respetados durante toda su vida como hom-
todos el deseo y despertaban el apetito de to- bres capaces, justos e intachables y aun como
marlo. Y así sucedía. Unos tomaban el ponche de honra de la República, que, luego avanza-
contra la debilidad del estómago, pero se em- dos en edad, se habían convertido, por este
borrachaban solamente; otros contra los cál- vergonzoso vicio de la embriaguez, en el ludi-
culos y se embriagaban. Unos contra la flema brio, oprobio, y el blanco de todas las befas y
y el viscoso y se emborrachaban; otros contra burlas de los niños, pues de sobrios se habían
las indigestiones y se emborrachaban. Algunas hecho ebrios. Cuántas señoras de rango, viu-
damas lo bebían contra los efectos histéricos y das, casadas, cuántas y cuántas por la embria-
se emborrachaban; otras contra los vértigos y guez despilfarraron sus grandes capitales, y
se emborrachaban. Estos contra el dolor de ca- para fomentar cada vez más un vicio abomi-
beza, es decir la jaqueca, y se emborrachaban; nable y mucho más en las mujeres, al que gen-
aquellos (213) contra las afecciones reumáti- tilísimamente (termino usado por ellas) se ha-
cas y se emborrachaban. Por fin, cada uno in- bían habituado según la nueva moda, dejaron
ventaba motivos, excogitaba razones, fingía perecer a sus hijos e hijas de hambre. Pidién-
enfermedades, alegaba causas para usar el pon- doles éstos pan, les daban latigazos, viéndose
che. De esta manera se introdujo en las casas por ellos obligados a pedirlo de limosna. No es
más conspicuas (además de los tugurios y ca- fácil enumerar las familias reducidas a una es-
sitas), en los tribunales más serios, en los pala- casez y miseria total en la ciudad de Quito y
cios más magníficos, en las jerarquías eclesiás- sus contornos, por el vicio de la embriaguez.
ticas más autorizadas, en las comunidades re- Ni siquiera las tabernas o Estancos Reales que
ligiosas más austeras; sin el menor reparo ni hay por toda la ciudad y en todos sus barrios,
respeto a la clausura más estrecha y celosa en- donde se venden licores, aguardiente, mistela y
tró el Señor ponche (así lo llamaban), en los rosado, combinados con mil otros sucísimos y
Monasterios de las religiosas más dignas de nocivos ingredientes, para venderlos más fo-
consideración y observantes. Así la ebriedad gosos, ardientes y fuertes y aquellos taberneros
levantó su trono en América Meridional, cor- o estanqueros impíos y malvados, para tener
tejada por el más sórdido de los vicios, domi- mayor concurrencia y ventas y también para
nando desvergonzadamente y sin rubor, cada atraer y acostumbrar a todos a frecuentar sus
día más atrevida e insolente, campeando en las bodegas, se han servido de las más infame y
Población / 103
bles, es el que se llama Fandango o Fandangui- bemos confesar que sus ingenios son tan pers-
llo; un baile confuso, sin orden, sin arte, sin si- picaces y capaces por lo menos para aprender
metría, entre mujeres y hombres; parecen las artes mecánicas, como lo son los de las de-
otros tantos locos de cadena; algunos hacen más naciones europeas, engañándose grande-
los gestos más obscenos, las actitudes más es- mente quienes creen que los indios son más
candalosas, los movimientos más insolentes, bien animales que hombres, de inteligencia
las acciones más nefandas y desvergonzadas, y obtusa, de una capacidad mucho menor que la
son ellos los más aplaudidos y alabados. En ordinaria. Podría aducir mil pruebas para de-
verdad que es una cosa que aturde el ver como mostrar con evidencia lo contrario, pero lo de-
durante una noche entera y a veces hasta el día jo a causa de la brevedad. Asevero solamente
entero resisten aquellos hombres y aquellas que vaya allá el auropeo más astuto y más sa-
mujeres en el baile y en el saltar de aquellos gaz y vea si puede engañar y convencer a un
Fandangos por dos y tres horas seguidas, con solo indio (hablo de los indios civilizados y
saltos violentísimos, sin fatigarse ni (215) de- educados en la ciudad y tierras de toda la Pro-
bilitarse lo más mínimo; y lo que más sorpren- vincia), sírvase de todas las astucias y estrata-
de es que apenas acabado un baile, tomando y gemas más sutiles para confundirlo, a buen se-
bebiendo aguardiente y otras bebidas, inme- guro que jamás conseguirá convencerlo. Trae-
diatamente comienza otro. Muchísimos otros rá tantas razones, tantas respuestas, todas ajus-
vicios predominan grandemente en aquella tadísimas, se despachará y saldrá de los apuros
ciudad, tales como los concubinatos, adulte- de tal manera que no quedará ni engañado ni
rios, incestos, raptos, etc. aunque parecen co- convencido; y mucho menos ocurrirá con la
munes y generalizados casi en todo el mundo, mujer india. Ni se crea que las razones y res-
lo mismo que los otros referidos más arriba, puestas del indio sean disparatadas, dichas al
no porque sean peculiares y particulares de aire y con necedad. No ciertamente, sino todas
aquella ciudad y de aquellos países america- bien dichas, bien tramadas y bien correlacio-
nos, siendo como son también dichos vicios, nadas. Solo aduciré el caso de dos caciques
comunes y universales, sino en todos, o por lo (podría aducir muchísimos otros testiminios
menos en casi todos los Reinos de Europa, si- de vista) que en sus gravísimos litigios ponían
no para que los lectores sepan lo que hay de a los abogados más célebres y sagaces como
malo en América Meridional y también lo que también a todos los jueces, con las espaldas
hay de bueno, porque entre tantos vicios des- contra la pared, al presentar sus razones “non
tacan y reinan también las bellísimas virtudes in scriptis”, sino “verbaliter”, confundiéndoles
y no pocas cualidades naturales y ciertamente de tal manera que los obligaban a revocar las
no ordinarias en toda aquella gente americana sentencias, y todos temblaban cuando ellos
e india. comparecían en los tribunales. Para decir ver-
dad, si los indios pudieran dedicarse a los es-
De los talentos y capacidades naturales de los tudios como los españoles y europeos, enton-
ciudadanos de Quito ces se vería que sus ingenios no son obtusos ni
ordinarios, sino muy agudos y profundos.
Los talentos naturales de aquella gente no Si luego nos referimos a los mestizos, se
son despreciables, si hablamos de los indios debe confesar que son éstos de buen ingenio y
por todo lo que hemos referido hasta aquí, de- de singular capacidad pues la experiencia así
Población / 105
lo muestra (esto debe entenderse hablando en a cocinar y desde la infancia se aplican a leer li-
general, lo mismo de los indios, ya que entre bros espirituales y libros de historias y otras
ellos no faltan los de cortísimo talento y capa- materias políticas, sucede que hacen resaltar
cidad). Cuántos y cuántos mestizos conozco maravillosamente su capacidad en las conver-
buenos filósofos, y (206) excelentes teólogos y saciones, haciendo ostentación de palabras se-
moralistas los cuales, aunque pobres y como lectas y de erudición, mas con discreta sabidu-
pajes sirvientes en los Colegios y Seminarios, ría y sin afectación. Si queremos hablar de las
han resultado de ingenio tan agudo, claro y monjas basta repetir lo que un Obispo doctísi-
profundo, que solamente la mácula de sangre mo y de ingenio angélico solía decir: conversar
india y la marca de mestizo han impedido sus con las religiosas de Quito, quienquiera que
públicas funciones escolásticas, a quienes se sea, que se tome el trabajo de hablar cada pa-
debía conceder en justicia antes que a muchí- labra según la más estricta medida de la dis-
simos otros americanos y nobles. No hay duda creción, sabiduría, crítica y educación aguzan-
que es una clase de gente muy vivaz, astuta, sa- do perfectamente cada proposición y afirma-
gacísima sobremanera habilísima en todo arte ción, si no quiere perder la reputación de sabio
y oficio. ante ellas, en tal manera son capaces, críticas,
Si, por fin, hablamos de los americanos, vivaces, ingeniosas y elocuentes.
aquel clima de la ciudad de Quito hablando en Otro talento de las damas y monjas (aun-
general produce vivísimos y agudos ingenios, que más se admira en los indios), es el bordar
aptisimos para todas las ciencias. En estos últi- con singular pericia y destreza. En verdad, los
mos tiempos había excelentes legisperitos en la bordados de estos últimos tiempos habían lle-
jurisprudencia, que defendían causas de gran gado a la perfección de los europeos; es inde-
importancia, sin que todavía no les hubiera cible la inclinación que tienen por los borda-
crecido ni un pelo de barba, tan jóvenes toda- dos. Aun con solo el hilo blanco hacen mara-
vía en edad. Pero la prueba inmediata y clara villosos bordados en los bordes de los pañue-
es la de tantos religiosos, en todas las órdenes litos blancos, en los utensilios sacros tales co-
doctísimos en las ciencias; tantos y tantos sa- mo en las albas, amitos, manteles del altar,
cerdotes, párrocos y canónigos de prodigiosos aquellos que allá llaman Palia, etc. He visto bi-
talentos en los púlpitos y en los tablados de las rretes (blancos que en aquellos países usan to-
disputas. Hay muy buenos canonistas, peritísi- das las personas de calidad y civiles), bordados
mos moralistas, filósofos y teólogos, No me- tan delicadamente con caprichosos trenzados
nos agudos y vivos de ingenio sobresalen los de flores, angelitos, arabescos, etc. que han si-
nobles señores. Ciertamente he estado en to- do comprados, solo por el bordado, en dos-
das las casas de los caballeros quiteños y en to- cientos escudos. Al presente aquellos paisajes
das las conversaciones he quedado maravilla- ya no tienen necesidad de los bordados de Eu-
do al oír discutir sutilísimamente e ingeniosa- ropa, puesto que lo saben hacer con la misma
mente a aquellas señoras, respondiendo en la belleza, finura y perfección que los europeos
conversación con prontitud, vivacidad, agude- más diestros en el arte.(207) Otro talento no
za y profundidad de razones y discursos. Y co- ordinario de los quiteños es hacer sátiras y
mo todas las nobles señoras (y aun las civiles, pasquinadas agudísimas y concisas. Son for-
además de muchísimas de baja condición), midables en esta materia y famosísimos en to-
primero aprenden a leer y a escribir antes que da América Meridional. Las usan en pinturas,
106 / Ximena Romero
con sus lacónicos motes; también en carteles cuentran entre las mujeres y monjas, aunque
meramente satíricos. Tiemblan los Ministros entre éstas no pocas descuellan en poetizar
Regios, Obispos, Presidentes y demás personas más que los hombres, conocí dos señoritas cu-
públicas, constituídas en alguna dignidad civil yas poesías, improvisadas, eran a la verdad
las pasquinadas de los quiteños; no se crea que dignas de la imprenta. También conocí varios
solo las hacen los hombres doctos y eruditos, sacerdotes, con quienes traté mucho, cuyo es-
sino frecuentísimamente algunos llamados tro poético era tan espontáneo y expedito, y al
allá capirotes, (es decir, que tienen su capa o mismo tiempo nítido, agudo, dulce, fluido, na-
manteo roto, viejo y andrajoso) y son los mes- tural y erudito. En verdad que es muy grande
tizos. El Sr. Presidente Montúfar, Marqués de el placer que encuentra aquella gente en la
Selva Alegre muchas veces me dijo: “Amigo, te- poesía, gozándose sobremanera en ella, pues
mo y tiemblo la pasquinadas tan terribles de los desde niños se dedican a leer libros de poetas
mestizos, sepa (y yo muy bien lo sabía y aún castellanos, acostumbrándose a imitarlos, al
mejor que él) sepa que los mestizos quiteños son mismo tiempo que avezan su oído a la melo-
endiablados para las pasquinadas mordaces y día y dulzura del verso castellano.
picantes; es necesario admitir que éstos tienen Por lo que se refiere a las propiedades na-
relaciones con el diablo, ya que con dos palabras turales y extrínsecas, hablando solo de los
definen a cualquiera con las más exacta propie- americanos, españoles y nobles, hay que notar
dad. Acompañando un día a un Padre muy co- también que sus cuerpos tienen un mayor gar-
nocedor de toda aquella ciudad y pasando por bo gentil en todos los miembros que los demás
la calle del Comercio, había un mestizo parado europeos, su estatura es en general más que
en la esquina de la calle, descalzo y envuelto en mediana, muy bien conformados y con ajusta-
su ferraiolo o como dicen capa vieja que no da proporción. Jamás vi a ningún joven o vie-
valía toda ella cuatro bayocos66. Con su som- jo ni defectuoso ni monstruoso ni basto ni
brero blanco calado hasta las cejas, que apenas desproporcionado en alguna parte del cuerpo.
si se le reconocía apariencia y forma de som- La verdad es que los españoles, europeos casa-
brero, por lo roto y sucio, así estaba, con las es- dos en Quito (lo mismo dicen en toda (208)
paldas en la pared. El padre me dijo: ¿Ve aquel América Meridional), engendran hijos mucho
sucio y descalzo mestizo? Pues sepa que es uno más garbosos, hermosos, señoriles y delicados
de los que hacen las pasquinadas más satíricas que en España. Los rasgos por lo común son
y picantes, y es uno de los poetas más despier- finos y nada vulgares; en las mujeres señorea
tos e ingeniosos. Quedé aturdido al oír todo mucho la belleza de rostro y gentileza de
esto, y luego con el tiempo experimenté por miembros. En todos brillan y destacan noble-
mi mismo la verdad de la cosa. mente los colores; son blancos con un bello
He aquí otro talento singular de los quite- color rosado vivo que entremezclado por la
ños, es la extraordinaria aptitud e inclinación naturaleza vuelve agradable y graciosa aquella
natural a la poesía castellana. En cada clase de blancura. Hay muchísimos rubios tanto de pe-
personas se encuentran poetas en gran núme- lo como de semblante. Rarísimo es el america-
ro y muy ingeniosos. En menor número se en- no español de color rústico, obscuro y feo. To-
do esto parece a los extranjeros una metamor-
fosis, un fenómeno muy singular e incom-
66 Moneda siciliana de insignificante valor prensible ya que viniendo de España españoles
Población / 107
ya casados y con hijos, una vez establecidos y mujeres todavía son mucho más generosas. A
acomodados en Quito, o en otro lugar de la cualquiera que pasa por la plaza y pide alguna
Provincia, los hijos engendrados en América fruta a aquellas indias que las venden, inme-
salen más bellos, más gallardos, más gentiles, diatamente se las dan con gran generosidad.
más blancos y rosados que los engendrados en Todas las otras clases de personas españolas
España. En resumen, los españoles en América americanas de aquella ciudad son generosísi-
(ellos mismos lo dicen y confiesan), adquieren mas y muy liberales en cualquier cosa que se
mejores rasgos de rostro, mejores colores en la ofrece; son generosísimos en prestar hasta to-
cara, mayor gentileza en el cuerpo, mayor be- da la platería y otros enseres de sus casas; en
lleza y vivacidad en los ojos, mejillas y frente, corresponder por cualquier pequeñísimo be-
así como también en los demás miembros, To- neficio que reciben, detestando la ingratitud y
do esto, por lo que se refiere a los americanos tacañería como el vicio más abominable.
españoles en la ciudad y contornos de Quito.
De la especial belleza y distinguidísima genti- De la afabilidad y dulzura de su carácter y
leza de semblante de los americanos españoles trato
de otras ciudades de la misma Provincia, daré
cuenta en sus respectivos capítulos. Otra bella cualidad natural de los quiteños
(sucede lo mismo en toda aquella Provincia)
De la liberalidad y generosidad de es la afabilidad, la benevolencia, y la dulzura en
aquella gente su trato; parece que la gravedad y seriedad es-
pañola ha sido retirada de América, no porque
Por cuanto pude observar en aquella gente no se encuentre en ellos sino que está mezcla-
americana siempre vi, por lo general, una da con una especial afabilidad, suavidad y gra-
grande y generosa liberalidad en servir, obse- cia, de manera que se conoce ser su carácter
quiar, favorecer, y regalar. Podría afirmar en dulce, cariñoso, afable, amable pero mezclado
verdad, sin escrúpulo de la más mínima exage- con un no sé qué de bien moderada gravedad
ración que el vicio detestable de la tacañería, y seriedad, nada arrogante, áspera, fastidiosa o
de la glotonería y cicatería no se encuentra tan que pueda parecer dominación alguna. Por
fácilmente o tan generalizado como en mu- eso señorea en sus ánimos la alegría de carác-
chos Reinos y ciudades de Europa. Si quisiera ter y nada afectada; una cortesía de urbanidad
hablar de la liberalidad innata de los indios benévola y afectuosa. Verdaderamente son to-
tendría muchas cosas que decir. Solo diré que dos, hablando en general, amables por aque-
siendo los indios pobres y muy faltos de todo, llas dulces y afables maneras de su carácter y
sin embargo son generosos con lo poco que trato.
tienen. Si compra su cerveza o chicha, para be- El Ilmo. Sr Albiza, Obispo de Trujillo, el Il-
ber, invita cuantos encuentra; lo mismo hace si mo. Sr. Paz, Obispo de la Paz, ambos partieron
come, de lo cual hablaré en otra parte con más de la ciudad de Quito para sus respectivos
detalle. Por lo menos esto es gran verdad, que Obispados llorando a lágrima viva, y como
el indio con los indios es de una gran liberali- fuera de sí, me decían en la ciudad de Ambato
dad, y con los mestizos y con los españoles donde los recibí, a los dos, que habían queda-
americanos también aun en servirles gratuita- do estupefactos y aturdidos en gran manera
mente, en cualquier cosa que se le mande. Las por la extraordinaria ternura, afabilidad, ama-
108 / Ximena Romero
Contándome esta especie, un día que yo marquesa; pero el aderezo que era avaluado en
fui allí estaba de visita en la casa una señora cincuenta mil pesos no lo volvió a ver.
llamada doña Josefa Ariader, y contó que en Otro hurto muy sonado se había hecho en
tiempo que ella era moza, una tarde salió su Quito hacía pocos años, de esta forma: Ibase
madre a visitar y a hora competente fueron los una noche un mercader de su tienda para su
cholos y le dijeron: Su madre que está en tal casa. Teníanle cogido los pasos dos mozos es-
parte de visita con doña Fulana y doña Sutana, pañoles, y lo aguardaron en una calle de poca
nos envía a que nos dé usted la palangana de vecindad, y de improviso pónenle al pecho
plata que está en tal parte, que se la habemos una pistola, y le dicen: A la primera voz que dé,
de llevar llena de fruta. Ella creyó el recaudo y caerá aquí muerto. Ea, vengan las llaves de la
diósela; pero no la han vuelto a ver. El hurto tienda. El temeroso entregó las llaves al uno, el
que hicieron a la marquesa de Maensa en años cual se fue a la tienda, y en breve traspuso cua-
anteriores fue muy sonado. El caso sucedió así: renta mil pesos en moneda de oro y plata,
Estando el marqués oyendo misa en San Agus- aguardando el otro al mercader con la pistola
tín un día de concurso, un cholo tuvo maña al pecho. Volvió el otro con las llaves y se las
para sacarle la faldriquera de los calzones entregó diciéndole: Tome usted y váyase a su
una llavecita con un cordón que llevaba, y era casa, y mañana no publique a nadie la nove-
de un escritorio en que regularmente tenía di- dad que hállase en su tienda. El pobre se fue, y
nero. a la mañana se halló con el hurto tan exorbi-
Fuése con ella a la marquesa y le dijo: Mi tante. Los dos ladrones traspusieron la mone-
señora, el señor marqués que está en tal tienda da hasta Cartagena, y con ella se vinieron a Es-
de mercancía sobre cierta diferencia que se le paña, la emplearon en ropa y se volvieron pa-
han movido con otros caballeros, por seña de ra Cartagena con siete mil pesos empleados,
esta llavecita que Vuestra Señoría bien conoce, habiendo tomado el resto a crédito en Cádiz.
me envía para que me dé el aderezo de dia- Vendieron en Santa Fe bien, y dando a Cádiz
mantes, y que se lo lleve. La marquesa toma la buena satisfacción, les volvieron a remitir ma-
llavecita y conoce que era la del escritorio de yor cantidad de ropa, y así fueron ellos nego-
su marido, que nunca dejaba de la faldriquera, ciando ocho años, en cuyo tiempo hicieron un
y creyó el recaudo, y sacando el aderezo del grande caudal. Al cabo de dicho tiempo se vol-
guardajoyas, se lo entregó al cholo. Ya a medio- vieron a Quito, y una noche aguardaron en el
día le dijo la marquesa a su marido: ¿Para qué mismo paraje al mercader, y con la misma tra-
me mandaste pedir el aderezo de diamantes? za le hicieron largar las llaves de la tienda, y le
El marqués que nada sabía respondió: ¿Cuán- devolvieron los cuarenta mil pesos y doce mil
do te lo he mandado pedir? Aún no ha media más de los intereses, todo lo cual halló por la
hora, cuando estabas en tal tienda con don Fu- mañana con un billete en el cual se le pedía
lano y don Sutano. Ahora acabo, respondió él, perdón de los dos sustos que le habían dado.
de salir de San Agustín, y derecho me he veni- SANTA GERTRUDIS, 1760)
do sin entrar en parte alguna. Sacó entonces la
marquesa la llavecita, y le dijo: ¿Esta llave de
❑ Población
quién es? El marqués dijo: Esta es mi llave del
escritorio. ¿En dónde la tenías? En mi faldri- Quito es muy poblado y entre sus habitan-
quera, respondióle. Contóle lo que pasaba la tes hay familias de gran rango y distinción
Población / 111
aunque en pequeño número, en razón de su tan útil enteramente en manos de los europeos
extensión, porque la clase pobre está en una que viajan por el país y promueven negocios
proporción mucho mayor. Los nobles son des- con una asiduidad particular. Hay, por otra
cendientes, o de los primeros conquistadores o parte, algunos criollos o mestizos que han sa-
de los Presidentes, Auditores o de otras perso- bido vencer su indolente disposición y tienen
nas de carácter, que han venido de España en tiendas en la ciudad. La falta de una ocupación
diversas épocas, investidos de algún cargo lu- conveniente, unida a la ociosidad, que es tan
crativo y han conservado hasta ahora su lustre, natural en los habitantes de este país y el mucho
tanto en lo relativo a las riquezas como al ran- descuido de educación entre la gente baja, son
go, con sus matrimonios sin mezclarse con las las causas naturales de aquella inclinación, tan
familias de más baja condición, aunque sean común en esos países por los bailes y festejos.
famosas por sus riquezas. Estos, en Quito, no son solamente frecuentísi-
La población puede dividirse en cuatro mos sino llevados a tal grado de licencia que
clases, esto es: españoles (o sean los blancos), no puede pensarse en ellos sin detestarlos, y
mestizos, indios (o sean los naturales del país), eso sin contar todos los bochinches y desórde-
y negros. Los últimos no son proporcional- nes que ocasionan. Las enormidades que allí se
mente tan numerosos como en las otras partes comenten se pueden considerar como conse-
de América en relación de lo incómodo que es cuencia de la extraordinaria cantidad de
llevarlos a Quito, y porque hay ciertos ramos aguardiente y de chicha que se vende en estas
de agricultura que lo hacen los mismos indios. ocasiones. Débese observar además que en es-
Los blancos constituyen la sexta parte de los tas reuniones no se ha visto nunca ninguna
habitantes, los mestizos una tercera, los indios persona de algún rango o carácter, porque en-
una sexta y generaciones de varias clases otra tre ellas las reuniones se arreglan con más cui-
tercera. Estas cuatro clases, según los informes dado y decencia.
más auténticos tomados de los registros parro-
quiales, comprenden entre 50.000 y 60.000 Comportamientos
personas de toda edad, sexo, y condición. En-
tre éstos los españoles, que se pudieran creer No hay vicio que no tenga origen de algu-
los más considerados por riqueza, rango y au- na manera en la ociosidad, ni hay ociosidad
toridad, son en efecto los más pobres, misera- que no vaya acompañada de algún vicio. ¿Cual
bles y oprimidos. puede, pues, ser el estado de la moral en un
Los hombres, tanto españoles como mesti- país en el cual la mayor parte de la gente no
zos, son bien hechos, de buena estatura y de tiene trabajo ni tampoco ninguna idea de al-
maneras vivagraciadas. Los indios, tanto hom- gún entremetimiento intelectual que ocupe su
bres como mujeres son pequeños en general pensamiento? de aquí nacen los vicios perni-
pero bien proporcionados y robustísimos. ciosos del juego y la embriaguez. Estos son co-
La sola ocupación de las personas de ran- munes, y respecto al primero, las gentes de
go, no eclesiásticas, consiste en trasladarse de rangos y de facultades, han enseñado el cami-
tiempo en tiempo a sus haciendas o chacras, no, y su empleo ha sido universalmente segui-
donde residen durante la época de las cosechas, do con la ruina de innumerables familias.
pero hay muy pocos que se apliquen al comer- (ANÓNIMO, 1763)
cio. Tienen la indolencia de dejar este ramo
112 / Ximena Romero
que en el carácter de un quiteño está en contra Los indios, hombres y mujeres, son de ba-
oposición a sus virtudes, es una especie de vo- ja estatura, bien proporcionados, muy muscu-
lubilidad o inconstancia; siempre están dis- lados y fuertes, ellos poseen una similitud en
puestos para un cambio. La aseveración de un sus hábitos y costumbres a los indios del Perú,
amigo en este aspecto la encontré muy acerta- pero están bajo mayor sujeción a sus patronos.
da: “si” decía él “nosotros tenemos una proce- Aquellos que están empleados en la ciudad son
sión de penitencia en la mañana, todos atien- sirvientes, en cuya capacidad son muy útiles,
den con su más penitente compostura y cir- en parte debido a la ecuanimidad de su tempe-
cunspección; si en la tarde tenemos una corri- ramento y a su ciega sumisión a sus maestros;
da de toros, ninguno está ausente; ellos sal- y si son bien tratados, su fidelidad a la casa en
drían del circo en la tarde para atender el ser- que viven es grande: una moderada recom-
món de un Misionero, pasando el resto de la pensa asegura sus constantes servicios. Ellos
noche en un baile o jugando a las cartas”. Su son capaces de soportar bultos muy pesados;
inestabilidad fué muy visible y probó ser fatal un hombre acarrea sobre su espalda, durante
durante el período de la primera revolución en la mayor parte del día, un gran jarrón de barro
esta ciudad. conteniendo de doce a diez y seis galones de
Los mestizos en general son bien forma- agua; este jarrón descansa sobre la parte infe-
dos, a menudo altos, robustos, con un rostro rior de la espalda, mientras que un cordel ase-
de colores vivos, y aspecto muy agradable; gurando a cada lado el jarrón sostiene en la
comparten de muchas de las virtudes del blan- frente el cargador, que se inclina de tal mane-
co, pero exceden en sus vicios. Son igualmente ra, que la boca del jarrón está en posición ho-
incapaces de fijar una determinación, acentua- rizontal y todo el peso descansa en línea per-
damente aficionados a las diversiones, pero pendicular sobre su rodilla derecha, sobre la
sorprendentemente dóciles, bondadosos y cual descansa enteramente. El indio tiene una
obedientes, considerando la poca atención que especie de cojera al andar, él camina sobre su
las personas de rango superior los prestan. pie izquierdo y entonces se sostiene sobre el
Muchos de estas clases son empleados como derecho; debido a esto el tobillo es más grueso
mayordomos en las haciendas y fincas perte- que el izquierdo y este pie es más largo que el
necientes a la nobleza; otros se han dedicado izquierdo. Yo examiné un indio viejo, sirvien-
por propia iniciativa, a la Pintura y Escultura, te, perteneciente al Palacio, cuya ocupación
llegando algunos de ellos a figurar. Muchas de habitual por muchos años había sido la de aca-
las producciones de Miguel de Santiago, han rrear agua desde la fuente de la plaza al Pala-
sido clasificadas en Italia, entre las primeras cio, y encontré que todo el lado derecho del
producciones del pincel; a la presente (1810) cuerpo era mucho más musculado que el iz-
los artistas de gran reputación son Samaniego, quierdo.
Cortés, y Solís. Los mestizos también se dedi- Las mujeres indias que se ocupan en traer
can a mecánica, sobresaliendo como lapida- de los pueblos vecinos algún producto al mer-
rios, joyeros y plateros, aunque en todas sus cado de Quito, transportan sus bultos de la
manifestaciones se puede apreciar la falta de misma manera que los hombres. Yo las he vis-
inventiva, pues su única preocupación es la de to a menudo, tan cubiertas con una carga de
hacer una exacta imitación del modelo que se escobas de paja, cebada u otros objetos livia-
les proporciona. nos, voluminosos, que la carga parecía mover-
114 / Ximena Romero
se por sí sola, estando el cargador completa- lias de mucha distinción que descendían de
mente cubierto. personas ilustres que habían pasado de Espa-
Muchos indios en la ciudad se han hecho ña. La gente común consistía en cuatro clases,
carniceros, tejedores, zapateros, albañiles, etc., a saber: españoles, mestizos, indios y negros.
pero son marcadamente perezosos e indolen- Estos últimos no abundaban como en otros
tes, y se dedican más comúnmente a la bebida parajes, por la dificultad de su conducción y
que a ninguna otra clase de negocio. Si usted cultivar los campos. El nombre de español no
desea ocupar a uno de ellos, él demanda parte significaba allí chapetón o europeo, sino per-
del dinero adelantado, con la excusa de que sona que desciende de españoles solamente.
desea para comprar materiales o algún otro re- Muchos mestizos lo parecen, por ser aún más
quisito indispensable, pero se gasta inmediata- blancos y rubios que éstos. Entre los mestizos
mente en chicha o ron, y a menudo se hace ne- o procreados de españoles e indios, y los indios
cesario aprehender al pícaro; particularmente y negros, vendrán a reunirse en aquella ciudad
entre los zapateros, y enviarlo a la cárcel, an- como de cincuenta o sesenta mil personas de
tes que pueda obligarlo a cumplir su compro- todas las edades y sexos. Otros la calculan de
miso. cuarenta y otros de setenta mil, esto es un sex-
Algunos de los indios son barberos y ma- to de blancos o españoles, un tercio de mesti-
nejan la navaja con gran destreza, ellos pueden zos, un sexto de indios, y un tercio de negros y
fácilmente ser distinguidos entre los indios co- otras castas, los blancos y mestizos altos y bien
merciantes, por la aljofaina de bronce o plata configurados, y los indios de pequeña estatura
que está siempre asomando debajo de su capa. pero robustos.
(STEVENSON, 1810) La estatura de aquellos habitantes es bien
proporcionada; los cuerpos bien formados y
❑ Ocupación de la élite airosos, Los Mestizos son de estatura más que
mediana los Indios más bajos rehechos y for-
La juventud distinguida del país se dedica zudos. Se observa que hay entre ellos imper-
al estudio de la filosofía y la teología: son suti- fectos, unos por ser demasiado pequeños y
les de ingenio, y propios para el estudio: po- otros por ser fatuos o faltarles algún miembro
seen clara comprehensión y con poco trabajo o algún sentido. Tienen la cabeza muy pobla-
se hacen dueños de lo que se les enseña. Sería da de cabello, y no lo cortan jamás siempre lo
de desear un otro método de enseñanza más llevan suelto, sin atarlo ni recogerlo, ni aún pa-
análogo a los progresos de las ciencias. El úni- ra dormir. Las indias lo envuelven en una cin-
co ejercicio de las personas de distinción es vi- ta formando como una especie de dragona;
sitar sus haciendas o chacras, y en ellas pasan pero desde la mitad del cráneo en adelante lo
todo el tiempo de las cosechas, siendo muy ra- echan sobre la frente, y lo cortan desde una
ros los que se aplican al comercio. oreja a otra a la altura de las cejas, a lo que lla-
(BRANDIN, 1824). man urcu, que en castellano equivale a cerro.
No hay para ellos mayor injuria, sea hombre o
❑ Población mujer, que cortarles el pelo; y siendo así que
no basta ningún castigo corporal a hacer que
En la ciudad de Quito había un crecido nú- se quejen, jamás perdonan este agravio. Por
mero de habitantes, y entre ellos algunas fami- esto se permitía sólo el imponerles este castigo
Población / 115
por algún delito grave, El color del pelo es ne- losofía y la teología, y otros se ocupaban en la
gro-oscuro, muy lacio, áspero y grueso como jurisprudencia aún sin designio de profesarla.
cerdas de caballo. Los hombres mestizos se lo Hacían algunos progresos en estas facultades;
cortan para diferenciarse de los Indios, pero pero casi nada sabían de humanidades y otras
no las mujeres. Los Indios son por naturaleza ciencias. Parece empero que últimamente se
lampiños, y a lo más les salen algunos pelos han dedicado ya a las ciencias naturales, eco-
cortos en la barba en la vejez. nomía política, historia y bellas artes, Apren-
Se nota que en aquel país abundan mucho den con la mayor facilidad, y su ingenio los ha-
más el sexo femenino que el masculino, siendo ce capaces de todo.
esto más de notar porque allí faltaban varias Las señoras de calidad reúnen a una her-
causas de destrucción de los varones, como mosa figura un fondo de agrado que es el ca-
guerras, extravíos por el tráfico, y otras. rácter general de su sexo en toda América; pe-
La constitución física de los hombres es ro el excesivo amor de las madres a sus hijos
endeble, en particular la de los que han sido hace que se críen viciosos y llenos de orgullo.
criados con regalo, desde los treinta en adelan-
te; aunque se ven muchos de edad crecida. Las Comportamientos
mujeres se suelen mantener más fuertes y con
más salud. Uno de los vicios más dominantes en la
La única ocupación de las personas de dis- gente común es la embriaguez; pero el juego es
tinción era visitar entre año sus haciendas o más general, pues desde la clase más distingui-
chacaras, pasando en ellas todo el tiempo de da hasta la más ínfima, hay personas que se
las cosechas. ocupan en él en tanto que les queda qué per-
Los Chapetones o Europeos eran casi los der. Son además sumamente dados a la sen-
únicos que ejercían el comercio, y tal vez algún sualidad, tristes efectos del ocio y de la in-
mestizo. Por lo que hace a los demás, eran su- fluencia del clima.
mamente perezosos y holgazanes, vicios que La gente vulgar y los Indios son muy incli-
con la ninguna educación les conducían a mil nados a hurtar con ratería, hasta los domésti-
desórdenes, que acompañaban con bailes in- cos. Los Mestizo son muy sutiles para robar,
decentes y mucho aguardiente de caña y chi- pero no acometen por cobardía. Como en los
cha: esto se entiende entre la gente vulgar. sombreros se ponían en algunas épocas las
La lengua que se habla en Quito y su pro- personas distinguidas una hebilla de diaman-
vincia no es uniforme. Unos hablan la castella- tes, esmeraldas u otras piedras finas montadas
na y otros la de los Incas, particularmente los en oro, y cintas de tela de oro o plata, eran ob-
Criollos que usan también aquella, pero una y jeto especial de sus rapiñas. La gente vulgar no
otra adulteradas con voces de ambas. La pri- considera por hurto el de las cosas de comer.
mera que pronuncian los niños es muchas ve- Para robar alhajas tienen los Indios una cos-
ces la de los Incas, por ser indias las nodrizas, tumbre bien singular, y es que entre muchas
no hablando con frecuencia la castellana hasta escogen las de menos valor, creyendo que el
cinco o seis años, y quedando a muchos el de- hurto no será conocido. Si los sorprenden
fecto de hablar en impersonal. aunque sea en el mismo acto, se excusan con
Los jóvenes de distinción de aquel país de- una palabra muy expresiva en su lengua, que
dicaban sus primeros años al estudio de la fi- es Yanga, y quiere decir sin necesidad, sin pro-
116 / Ximena Romero
vecho, sin mala intención. Si consiguen no ser las petacas, y hallan pedazos de la custodia, y
vistos, aunque haya las mayores sospechas, ja- en varios papeles envueltos de perlas y dia-
más se puede averiguar el hurto, pues siempre mantes de la tachonadura.
lo niegan obstinadamente; circunstancia gene- Esta fue sin duda providencia de Dios, por-
ral en todos los Indios. que inmediatamente se hallaron conversos, ya
(EL NUEVO VIAJERO UNIVERSAL, 1833) fuera la gana de huirse, y aquel mismo instan-
te determinaron dar cuenta al Provincial. Así
❑ Anécdotas lo hicieron. El Provincial al instante se levantó
e hizo avisar algunos Padres juntos y fueron a
El (Convento) de La Merced tenía una cus- la celda, y hallaron lo relatado. A la misma ho-
todia toda de oro, y tachonada de perlas y dia- ra escribió al lector una carta en que lo llama-
mantes que montaban sobre sesenta mil pesos. ba al convento, y se la despachó por un indio.
Hubo en dicho convento un lector de teo- El al ver la carta, se vino, y al llegar lo puso pre-
logía que por un disgusto que tuvo con su Pro- so. El se dio maña, y hubo quien le administró
vincial, para darle otro, hurtó la dicha custo- un veneno, y estando ya para bebérselo fue
dia. Fue con tal sigilo, que por algún tiempo descubierto, y se lo quitaron. A breves días tu-
por muchas diligencias que se hicieron, no se vo quien lo favoreció, y rompieron la cárcel
pudo rastrear. El hízola pedazos y destachonó una noche se huyó y se fue a San Agustín. Pe-
la mayor parte, y remitió a Lima algunas per- ro allí mal seguro por varias voces que corrían
las y diamantes de estima y valor. El Provincial de que se lo habían de llevar a su convento,
dio aviso a su General en Lima, el cual allá se- una noche se huyó de San Agustín y se fue a
cretamente hizo inquisición, y sabiendo que se una de sus haciendas, e inmediatamente man-
habían vendido dentro de este tiempo estas dó llamar a todos los negros esclavos de las
piedras, repitió cartas al Provincial que viese si otras dos haciendas, y se fortificó en ella.
dicho lector era cómplice del hurto. El Provin- Está esta hacienda situada de manera que
cial le respondía que era imposible, porque di- sólo se puede entrar en ella por un paso de un
cho lector era fray muy rico que poseía tres ha- río en que había un puente. El ya que tuvo to-
ciendas, y por lo que no creía el Provincial tal dos sus negros en su poder se fortificó allí con
especie. Sucedió pues que dos coristas de di- armas, derribó el puente, y puso centinela en
cho convento, mal contentos con la vida regu- el paso de día y de noche.
lar, determinaron huirse, y pensando en dón-
(SANTA GERTRUDIS, 1760)
de podrían aperarse de dinero para su viaje,
resolvieron hurtarle a este lector cuanto tuvie-
se en su celda. La ocasión de estar él entonces ❑ A los siete días de haber llegado yo a
ausente en una de sus haciendas les facilitó Quito, se partió el Padre Urrea de vuelta para
más el pensamiento. Una pues noche rompie- Pasto, y de allí para la misión. Yo me quedé a
ron la cerradura, y entrando con luz adentro, agenciar mis negocios, y lo primero me dio
abrieron un baúl y en él encontraron bastante noticia un cholo que iba por el convento que
plata y doblones, y cargaron a toda satisfac- un caballero chileno llamado don Agustín Lis-
ción. Estando ya para irse, el uno reparó que perguer tenía un trozo de paño azul de la tie-
bajo de la cama había un par de petacas, y dí- rra y lo deseaba vender. Yo lo fui a ver, y aquí
jole al otro: Aguarda, a ver qué hay aquí. Abren fue que tomé amistad en esta casa, como ya
Población / 117
llevo referido. El me dio el paño a once reales peso, y a cada taleguita cada día se le añadía
la vara, y me hice unos calzones, y otros y una una onza, y ya todo armado, tomaba el caba-
chupa a mi don Francisco, que iba algo desa- llero una taza de guayusa, y su comida y cena
rropado. Dicho don Agustín estaba baldado de no más que arroz con leche, y para bebida le-
las piernas que las tenía pegadas a las nalgas che cocida. A los once días le soltaron los ner-
del daño que le hizo un mulato como ya llevo vios el encogimiento, y se le alargaron a lo na-
apuntado; y el donado Urro que con nosotros tural las piernas, aunque con poco movimien-
vino de España, y se había salido del colegio y to en ellas, porque tuvo las choquezuelas de-
estaba de médico en Quito, le había dicho que sencajadas y fuera de su natural sitio.
le alargaría las piernas con violencia, pero le Por ocasión de esta cura, el Secretario de la
pedía trescientos pesos de la cura. Yo le dije: Audiencia, el señor don Diego Lizón cajamar-
Pues yo con veinte reales me atrevo a alargár- quino, que era muy amigo de don Agustín se
selas, sin violencia ninguna. Su esposa doña empeñó conmigo para que alargase las piernas
Josefa, que se había destruído gastando más de también a una señora viuda, muy su amiga,
veinte mil pesos para curarlo, me hizo tales que había siete días que también estaba con las
ruegos, que me obligó a poner en práctica lo piernas baldadas. Esta señora conocí yo con su
que pensé que sería a propósito. relación que no tenía impedimento alguno, si-
Lo primero hice buscar un poco de guayu- no humor congelado, que la había baldado el
sa, y se halló en casa de una india cacica viuda. movimiento. Le hice dar el mismo vaho y ba-
Hice buscar dos cachorritos de perro mamo- ños, y la misma cataplasma, y a los veintiún
nes, y que de ellos se sacase la manteca. Hice días ya salió a la calle con admiración de todo
buscar fruta de laurel y que de ella se sacase el Quito, que era persona distinguida. De estas
aceite. Hice buscar cuatro libras de una resina dos curas se me levantó fama de grande médi-
que no me acuerdo ahora su nombre, pero allá co. A esto se añadió que un día hube de contar
la sacan del monte y de ella usan los sombre- que en Nápoles había tenido amistad con un
reros. La hice moler y la mixturé con cebo de grande arbolario, y que éste, entre varias cosas
cabrón a modo de ungüento. Ya todo apareja- que me enseñó, me instruyó en hacer una po-
do, se ordenó la cura de esta forma: A las cua- mada, que, a más de dar mucho lustre al ros-
tro de la tarde tomaba en las piernas el vaho tro, quitaba las manchas, las pecas, las cicatri-
del cocimiento de romero, arrayán, laurel, ho- ces, el paño, y aun las arrugas. Yo no sé el có-
jas de caña y rosa seca, y ya tibio se le daba de mo se divulgó por Quito esta voz, que a breves
ello un baño. Después se secaba y se le daba días no me veía de polvo con recuados de en-
otro de aguardiente tibio. Después se secaba y fermos y empeños de damas, que me pedían
se ungía desde los muslos hasta los pies con la esta pomada.
unción del aceite de laurel y manteca de los ca- Yo me hube de allanar a componerla, por-
chorritos, y sobre de esta unción se le ponían que la señora marquesa de Maensa tuvo noti-
cataplasmas del ungüento de las resinas y cebo cia de ello, y por medio del Oidor decano don
abrigado con badana y bien liado. Sentábase Antonio Quitana, un día me mandó llamar a
entonces al canto de la cama, y ponía a los pies casa de dicha señora. Llego allá, y el Oidor me
sobre una silla tan estirados como podía, y so- propuso el empeño. Yo me hice excusar, pero
bre de las rodillas se le ponía una faja, que de la señora tomó el naipe en la mano y me dijo:
cada canto tenía una taleguita con una libra de Padre misionero, yo antes de mandarlo llamar
118 / Ximena Romero
me informé de raíz, y sé de cierto que usted lo vo. Y juntamente la cáscara de tres docenas de
dijo tal día en casa de don Agustín Lisperguer. huevos también bien molidas y hechas polvo,
Si es cosa que la plata lo ha de pagar, pida us- y que con un pomo de cristal me lo traigan a
ted, que plata tengo que gastar en ello. Era és- San Diego.
ta una señora la más hermosa que yo he visto Así se hizo; pero al instante lo supo la con-
en mi vida. Yo pensé que tendría unos treinta desa doña Ana Lemus, que era la cuerda prin-
años, y en realidad supe después que tenía se- cipal de nuestro Padre Salvador, y lo empeñó
senta y seis; dificultándolo yo me dijeron, por- que quería también una redoma de ello. Lo su-
que ella era limeña, que en Lima la criaron con po también doña Juana Ontañona, que era la
este cuidado: Cada día se desayunaba cuando dama principal de Quito, y empeñó al señor
niña con dos huevos de gallina acabados de Fiscal para otra redoma, y así me hube de alla-
caer sin mixtura ninguna, y no más almorzaba nar a todo esto, y aún a tres o cuatro redomas
hasta pasada una hora. Cuando ya más creci- más por empeños a que no me pude negar.
da, se bebía cuatro y cuando ya moza, seis; y (SANTA GERTRUDIS, 1760)
este estilo había guardado toda la vida, y que
con ello se conservaba tan fresca y lozana. Con
la evidencia que ella me hizo, ya no pude ne- ❑ Hablando un día en esta casa de la pes-
garme, sobre que ya yo sabía que atraído de la quería de perlas de La Gorgona, me dijo don
fama de su hermosura, fue el marqués su ma- Agustín: Allá hay un grande tesoro escondido.
rido a Lima oculto, y la hurtó cuando moza, y Esto se supo en esta forma. Después que aquel
se la trujo a Quito con cien negros de escolta gran corsario inglés se retiró con su escuadra
para que sus padres no se la pretendiesen qui- del asalto que dio a Cartagena en tiempo del
tar, y desde que se casó le daba de semana pa- general Eslava, se fue costeando por el Perú, e
ra flores trescientos pesos. hizo varias presas así de plata que iba para Es-
Le dije: Señora, pues Vuestra Señoría me paña, como de ropa que iba para Veracruz, y
pone en este estrecho paso, yo ya haré como se revesó por Cabo de Hornos y pasó al mar del
me suplica. Los materiales de que se compone Sur. Hallándose pues con la escuadra sobre-
ésto todos los puedo yo facilitar sin ningún cargada y con algunas fragatas maltratadas, vi-
costo; sólo me falta uno, y este Vuestra Señoría no a dar a La Gorgona. Allí con estopa de co-
lo habrá de buscar, y es un pedazo de loza de cos, que los hay en abundancia, galafateó va-
china quebrada. Apenas lo dije cuando la se- rias fragatas, y al partirse se quedaron dos mo-
ñora mandó a una negra que trujera un plato zos ingleses en la isla.
de china. Lo trujo, pero yo dije: mi señora, no Estos dos mozos hicieron una balsa de vás-
es esto lo que yo le pido, sino un pedazo de un tagos de plátanos, y bogando con un trozo de
plato o vaso quebrado. Apenas lo dije, cuando palo se vinieron a Tumaco, y de allí pasaron a
la señora dio con el plato contra de una mesa, Barbacoas, y por fin vinieron a dar a Quito.
e hizo seis pedazos, diciéndome: Pues quebra- Allí con el tiempo se hicieron católicos, más al
do lo quiere usted, aquí lo tiene quebrado. To- cabo de algún tiempo el uno se volvió a pro-
dos nos quedamos riendo de la presteza de la testante, y lo castigó la Inquisición, e iba con
señora en quebrar el plato. Yo le dije: Mande su sambenito; pero él muy contento enseñan-
Vuestra Señoría moler este pedazo bien moli- do a todos aquella divisa que le habían puesto.
do en un almirez, que ha de quedar hecho pol- El marchó tierra arriba, y no se ha sabido más
Población / 119
de él. El otro perseveró y se casó en Quito. Es- Murió este inglés, y luego se publicó este
te al cabo de algunos años enfermó, e hizo es- derrotero por todo Quito, y al mismo paso
ta declaración: En la isla de La Gorgona, ha- luego hubo codicioso de irlo a buscar. Fueron
llándose el millort Jorge Ansón con su escua- varios y la ropa la encontraron luego, pero ya
dra de navíos y fragatas muy sobrecargado, toda podrida de las humedades y aguaceros, y
por haber abarcado toda la carga de oro, plata sólo pudieron aprovechar las franjas quemán-
y ropa de varias presas que había hecho de es- dolas y reduciéndolas a plata. Pero los cajones
pañoles, antes de partir, se aligeró dejando en de la plata nadie ha podido dar con ellos. Ello
la dicha isla una gran partida de fardos de ro- muchos han ido en diversas empresas, y por
pa, y cinco o siete millones de pesos de plata las señas dan todos con el llanito en que hay
encajonada. La ropa se puso en una como cue- estos árboles cuya fruta es como los pechos de
va que hay en la mitad de la subida de una una doncella, que son los aguacates. Todo
grande montaña. La plata se puso en la culata aquel llano han taladrado, pero nadie ha en-
de la playa, tantos pasos tierra adentro, que contrado tales cajones de plata, y ello es cierto
hay un arroyo de agua, por él subiendo tantos que allí están, porque este Jorge Ansón de la
pasos, y después se tuerce a mano izquierda primer bordada que dio se fue a Londres, y no
tantos pasos en que hay un llanito, en que hay volvió más a salir a la mar, ni jamás desde en-
unos árboles que dan una fruta como los pe- tonces han ido navíos a La Gorgona, que de
chos de una moza doncella. Allí se hizo un preciso se habían de ver de Tumaco.
grande hoyo, y allí se pusieron los cajones de la (SANTA GERTRUDIS, 1760)
plata, y se cubrió con la misma tierra, y yo lo
ayudé a transportar a uno y a otro.
V. Administración civil
Q
❑ 635 En quanto à los Tribunales, que tie- la paga de Salarios de Presidente, Oydores, Fis-
nen su assiento en Quito, es el principal la Au- cales, Oficiales Reales, Corregidores; estipen-
diencia Real, que se fundò alli en el año de dios de Curas, Governadores, de Maynas, y
1563, y es compuesta de un Presidente; à cuyo Quijos; y otra parte en la paga de las Encomien-
empleo corresponde tambien el de Governa- das, à quienes corresponden, y de los Cazicaz-
dor de la Provincia en lo que se estienden los gos à los Caziques de los Pueblos.
Corregimientos; quatro Oydores, que assimis- 637 Hay un Tribunal de Cruzada compues-
mo son Alcaldes de Corte, y entienden en lo to de Comissario, cuyo caracter suele recaer en
civil, y Criminal; y un Fiscàl, que llaman del alguna Dignidad, ò Canonigo de la Iglesia; y
Rey; porque además de conocer en los assun- un Thesorero, que es assimismo Contador; en
tos, que se juzgan en la Audiencia, tiene inter- cuyo poder entra todo lo que pertenece à Cru-
vención en todos los que pertenecen à Hacien- zada.
da Real, y Derechos del Soberano: hay otro Fis- 638 Una Thesorería de Bienes de Difuntos:
càl con el título de Protector de los Indios, que antiguamente instituìda en todas las Indias pa-
sirve de defenderlos, y pide à su favor en la Au- ra percibir los Caudales de aquellos, cuyos He-
diencia. La Jurisdicción de esta se estiende en rederos legítimos estàn en España; à fin de que
todo lo que pertenece a la Provincia; y las Cau- no se extraviassen, ò fuessen dissipados, por
sas, ò Litigios, que se siguen en ella, no tienen otros en daño de los Interessados, à quienes
otro recurso, que al Consejo de Indias en grado pertenecen. Institución la mas piadosa, que se
de Segunda Suplicación, ò Injusticia notoria. pudiera haver imaginado, si se observàra sin
636 A el Tribunal de la Audiencia sigue el las inversiones, que padecen las Herencias,
de las Caxas, ò Hacienda Real; que es com- hasta llegar à cuyas son.
puesto de un Contador, un Thesorero, y el Fis- 639 Ademàs de los Tribunales, que quedan
càl del Rey. Los interesses que entran en la expressados, hay un Comissario de la Inquisi-
Thesorería de este Tribunal, son los Tributos de ción, Alguacil mayor y Familiares nombrados
los Indios de aquel corregimiento, y de los Ota- por la Inquisición de Lima.
bàlo, Villa de San Miguèl de Ibarra, Latacunga, 640 El Ayuntamiento, ò Cuerpo de Ciudad
Chimbo, y Riobamba; y las Alcavalas de estos consiste en un Corregidor, dos Alcaldes Ordi-
mismos partidos; à que se agregan los Dere- narios, que se nombran annualmente, y Regi-
chos de Aduana, de las Bodegas de Babahoyo, dores. Estos son los que tienen la acción de ele-
Yaguache, y el Caracòl, cuyas sumas se distri- gir los alcaldes: assunto, que causa no pequeño
buyen una parte en el annual Situado, que se ruido en aquella Ciudad, originado de que to-
remite para Cartagena, y Santa Marta; otra en da ella està dividida en dos vandos, formados
Administración civil / 121
por la Gente de distinción: el uno lo compo- vios, vindique a los indios de los que se les
nen los Criollos, y el otro los Européos, ò Cha- quieran irrogar.
petones; con tanta oposicion entre sì, que tur- Al corregidor están asignados por salario
ba la buena correspondencia. Este Cabildo Se- 2.000 ducados de plata en estas Reales Cajas, y
cular hace assimismo nombramiento de Alcal- en las mismas se le dan poco más de 700 pesos
de Mayor de Indios de Quito en uno de los Go- por razón de corregidor de indios. Estos sala-
vernadores de los Pueblos de Indios, situados rios perciben íntegros los corregidores, siendo
dentro de las 5 leguas de aquella Ciudad; y provistos por Su Majestad, y se les acude con la
otros Alcaldes inferiores á este, para el govier- mitad de ellos cuando ocupan el cargo por no-
no economico de ella: y vienen à ser assi el Ma- minación de los excelentísimos señores Virre-
yor, como los otros de lo mismo, que Alguaci- yes, como acontece al que al presente lo sirve
les del Corregidor, y de los Alcaldes Ordina- que es don Francisco Xavier de Larrea Zurba-
rios; no obstante que su primera institución no, nombrado por el excelentísimo señor
fue mas autorizada de lo que al presente lo es- Marqués de Villar; y ha más tiempo de 2 años
tà: ademàs de estos hay otros Indios Alcaldes ejerce el referido empleo.
de Harrieros, que tienen la incumbencia de La real caja se halla servida por ministros
proveer Bagages à los que viajan; y aunque to- que la asisten, uno en calidad de contador y
dos deben estàr sujetos al Alcalde Mayor de In- otro de tesorero. Hállanse en estos empleos al
dios, es ninguna la superioridad, que este exer- presente con títulos librados por Su Majestad
se sobre ellos. D. Cristóbal Vicente Calderón y D. Juan Fer-
(ULLOA, 1736) nando Villasencio y Guerrero, el primero ejer-
ce la contaduría ha más tiempo de 2 años y
ocupa la tesorería el segundo tiempo ha de 10
❑ El Corregimiento de esta ciudad com- meses; cada uno goza salario de 1.500 pesos.
prende 28 pueblos, que se nominan en esta Estas cajas están subordinadas y sujetas al tri-
forma, San Juan Evangelista, Santa María bunal y Audiencia Real de Cuentas que reside
Magdalena, Chillogallo, Conocoto, Zambiza, en la corte de Santa Fé.
Pintac, Sangolquí, Amaguaña, Guápulo, Cum- Hállase erigida en esta ciudad ha tiempo
baya, Cotocollao, Puembo y Pifo, Yaru- de 7 años, y por orden del excelentísimo señor
quí, Quinche, Guaillabamba, Machachi, Aloa- D. Sebastián de Eslava, Virrey que fue de este
si, Aloac, Uyumbicho, Pomasque, Lulubam- Nuevo Reyno, una compañía de soldados in-
bas, Perucho, Calacali, Mindo, Gualea, Canza- fantes, que consta de 21 hombres, en esta for-
coto y Tumbaco. Estos pueblos se computan ma: 17 sirven y ocupan plaza de soldados, 4
por contenidos en las cinco leguas a que debe sirven de oficiales, reducidos a un capitán, que
extenderse la jurisdicción del corregidor, aun- lo es D. Mariano Pérez de Ubillus, teniente D.
que algunos tienen mayor distancia de esta Francisco Xavier de Arellano, Alférez D. Este-
ciudad. ban Silva y sargento José Paredes. A los 17 sol-
En ninguno de ellos hay teniente, ni en la dados se asignaron de sueldo 10 pesos men-
capital, por no producir su escasez emolumen- suales, y 15 a los 3 oficiales subalternos. Al ca-
to que pueda reportarse de utilidad; y sólo no- pitán no se asignó salario alguno por servir el
mina el corregidor en cada pueblo, un vecino empleo honorariamente. Páganse estos suel-
de razón que con el título de juez de desagra- dos del producto del estanco real de aguar-
122 / Ximena Romero
dientes. Esta compañía se erigió con inspec- deciden en este tribunal no tienen apelación
ción de autorizar las reales justicias, con moti- sino a la Corte de Madrid en el Consejo de In-
vo de la rebelión que se excitó en esta capital, dias. A más de esto hay el Tribunal llamado de
e igualmente sirve en el real palacio donde tie- la Casa o de las Rentas Reales, al que atiende
nen su cuartel y custodian las reales cajas que un Contador, un Tesorero y el antes citado Fis-
en él residen y se ha reconocido la importan- cal del Rey. Compete a este tribunal los cobros
cia de su erección, manteniéndose desde en- de los tributos impuestos a los indios del dis-
tonces muy sujeto este lugar, y en considera- trito, de los de la población llamada Otavalo,
ción a su crecido vulgo y al gentío numeroso de la ciudad de San Miguel de Ibarra, de la de
que comula hasta 40.000 almas, se ha repre- Latacunga llamada villa de Chimbo y de Rio-
sentado a Su Majestad lo conveniente que se- bamba; las gabelas de los derechos de Aduana
ría que las plazas de soldados se extiendan a de Babahoyo, y de Yaguachi y del Caracol se
20, que con los oficiales integren el número de cobran en estos mismos lugares y en la ciudad
24. Las armas de los soldados consisten en de Quito. La suma considerable que se saca de
igual número de lanzas y corto de bocas de todo esto sirve primero para pagar al Presi-
fuego. Guarnécese el cuartel con 12 cañones de dente, a los Auditores, Fiscales, Oficiales Rea-
artillería, que se hallan montados en cureñas les, al Corregidor y para el pago de estipendios
proporcionadas a su calibre, que será hasta de de los párrocos y de los Gobernadores de Mai-
6 libras. nas y la Provincia de Quito; y a más de todo es-
(MOTÚFAR Y FRASO, 1754) to para los salarios de los ministros y caciques
de las poblaciones y ciudades. Lo que queda de
este dinero, parte se gasta en las provincias
❑ Insensiblemente he pasado a hablar del asignadas por el Rey a individuos antes em-
estado civil en esta ciudad, habiendo ya dicho pleados en el servicio de la Corona, y ahora ju-
lo principal de la materia. bilados; parte en beneficio de las familias a las
Son varios los tribunales a los que corres- que el Rey da subsidio, por méritos de sus ma-
ponde la administración de gobierno, y se pro- yores; parte para mantener a doce jóvenes que
veen con sujetos dignos y de mérito de la Cor- se llaman colegiales reales en nuestro Colegio
te del Consejo de Indias en Madrid. El princi- de San Luis y en pagar a los lectores de la Uni-
pal de todos que representa a la persona del versidad de San Fernando. Lo demás se envía a
Rey, es el que se llama la Real Audiencia, fun- Cartagena y a Santa Marta, de allí o va a la
dado en el año de 1563; se compone el primer Corte o se gasta en lo que ésta ordena.
tribunal del Presidente, que es también gober- Otro Tribunal hay que se llama de la Cru-
nador de toda la Provincia, de cuatro audito- zada y se compone de un Comisario que es un
res que se llaman y son al mismo tiempo Alcal- eclesiástico o comúnmente algún prevendado
des de Corte, como serían entre nosotros los de la Catedral, y de un Tesorero que desempe-
Cónsules; y estos juzgan en lo civil y en lo cri- ña al mismo tiempo el oficio de Contador, en
minal; de un Fiscal del Rey y de otro que se lla- cuyas manos se halla todo lo que corresponde
ma Protector de los Indios al que le correspon- a la Cruzada, a donde vaya la mayor parte de
de defenderlos y demandar en provecho suyo lo que se cobra, no quiero ahora averiguarlo,
ante la Audiencia. Su poder se extiende a toda porque entraría en algunos escrúpulos, y de-
la provincia de Quito, y las causas o litis que se cirlo pertenece al derecho canónico y a la mo-
Administración civil / 123
ral. Un Tribunal Santísimo existe allí y por su Otros alcaldes indios se eligen llamados Alcal-
institución y fines se llama Tesorería de Bienes des de Carrera a los que pertenece proveer de
Muertos, su empleo es recibir y custodiar los vehículos a los pasajeros y contener la codicia
bienes y las herencias de los que, muriendo en de los que piden como pago dos o tres tantos
la India, dejan herederos legítimos en España, más de lo justo.
con el fin de que estos bienes no desaparezcan (COLETI 1757)
del todo o no se disminuyan. Lo malo es que
pasan de Herodes a Pilatos y que, cuando lle-
gan a las manos de sus dueños, se hallan tan ❑ Entre los tribunales que residen en Qui-
mudados, tan disminuidos y tan diferentes de to el principal es el de la Real Audiencia esta-
lo que eran al principio, que si los muertos blecido en 1563, que está compuesto de un
volviesen a la vida, no los conocerían como su- Presidente, quien, conforme a las leyes, es to-
yos, porque pierden muchísimo en número, davía gobernador de la provincia, de cuatro
peso y medida... Esta si que es Auri sacra famis. auditores, que son al mismo tiempo jueces ci-
Pero dejemos estas melancolías. La Inquisición viles y criminales, y de un Fiscal Real, así lla-
de Lima en donde se halla el Supremo Tribu- mado porque además de las causas lleva-
nal de la India, nombra en Quito un Comisa- das ante la Audiencia, toma conocimiento
rio, un Ministro Ejecutor llamado Alguacil de todos los otros asuntos relativos a los bie-
Mayor y sus familiares, cuál sea el oficio de és- nes de la Corona. Hay al mismo tiempo otro
tos no hay para qué explicarlo, porque se co- fiscal llamado Protector de Indios, porque so-
noce ya lo suficiente. licita justicia para ellos, y cuando se comete al-
La Junta o Cuerpo de la ciudad se compo- gún error con ellos los defiende. La jurisdic-
ne de un Corregidor, de dos Ministros de Jus- ción de este tribunal se extiende a los lími-
ticia ordinariamente llamados Alcaldes que se tes extremos de la provincia, sin que pue-
eligen de año en año y de los Regidores. A és- da apelar sino al Consejo de Indias, y eso so-
tos toca la elección de los Alcaldes, y esto es lamente en el caso de que les sea rehusada al-
causa de muchos desórdenes en la ciudad, guna demanda o hecho alguna notoria injus-
porque las principales familias se hallan divi- ticia.
didas en dos partes o fracciones, la una de los Después de la Audiencia, existe la Cámara
indios, esto es de los españoles nacidos en la de Finanzas cuyos principales miembros son el
India, llamados criollos, y la otra de los euro- Contador, un Tesorero y un Fiscal Real. Las su-
peos, esto es, españoles nacidos en Europa lla- mas que allí se pagan son los tributos de la
mados chapetones. La división de ánimos y misma jurisdicción de los de Otavalo, Lata-
oposición de voluntades ocasiona grandes dis- cunga, San Miguel de Ibarra, Chimbo y Rio-
turbios en la ciudad. El cuerpo de la ciudad o bamba así como también las tasas que se re-
junta se elige al Alcalde mayor de los indios caudan en esos lugares, con el producto de las
que es siempre uno de los gobernadores de las gabelas de Babahoyo Yaguachi y Caracol cuyas
poblaciones que existen en la circunferencia sumas se distribuyen anualmente, parte a Car-
de cinco leguas o quince millas de distancia de tagena, parte a Santa Marta para pagar las pro-
Quito; también nombra otros alcaldes inferio- visiones de los Presidentes, de los Fiscales, de
res que son como ministros del Corregidor y los Corregidores, de los Oficiales de Enco-
dos Alcaldes o ministros ordinarios de Justicia. miendas y de los Caciques de los pueblos jun-
124 / Ximena Romero
to con los salarios de los sacerdotes y Gober- dor de una de las ciudades indianas que se ha-
nadores de Maynas y de Quijos. llan dentro de las cinco leguas de la ciudad.
El Tribunal de la Cruzada tiene un Comi- Una vez elegido éste, preside a todos los alcal-
sario, que es generalmente una persona inves- des indios, pero es poco más que un Alguacil o
tida de una dignidad de la Iglesia y un Tesore- sea Oficial de Corregidor, o un Alcalde ordina-
ro que es el mismo Contador, por cuyas manos rio de la ciudad, aunque originariamente in-
pasa todo lo que se relaciona con la Cruzada. vestido de una autoridad mucho mayor. Hay,
Hay aquí también una Tesorería para los por otra parte, otros oficiales llamados Alcal-
bienes de las personas difuntas, que es una Ins- des de Arrieros, de cuya incumbencia es la
titución establecida hace mucho tiempo en di- provisión de mulas, etc., etc., para los viajeros.
versas partes de América, con el objeto de reci- Estos son, o deberían ser tanto los subordina-
bir los efectos de aquellos cuyos legítimos he- dos al Alcalde Mayor, pero tiene ahora poquí-
rederos se encuentran en España. El objeto es sima autoridad sobre ellos.
ponerles al seguro de todos aquellos acciden- (ANÓNIMO, 1763)
tes a los cuales pudieran estar expuestos por
malicia y negligencia en las manos de los par- ❑ El Gobierno de Quito y sus Provincias
ticulares, conservándolos a aquellos a quienes está en posesión de un Presidente, una Real
propiamente les pertenecen; fundación exce- Audiencia compuesta de un Regente, cuatro
lente en su origen, pero hoy extremadamente Jueces Oydores y un Fiscal; este Tribunal fue
corrompida, haciéndose frecuentemente gran- establecido primero en 1563, abolido en 1718,
des desfalcos de estos patrimonios, antes de y restablecido en 1739. El Presidente goza de
que lleguen a manos de sus propietarios. todos los privilegios de un Virrey, excepto en el
Fuera de los citados tribunales existen Departamento militar, el cual está sujeto al Vi-
también un Comisario de la Inquisición con rrey de Santa Fé de Bogotá. La Corporación o
un Alguacil Mayor, y los familiares, puesto por Cabildo, se compone de dos Alcaldes Ordina-
la Inquisición de Lima. rios, ocho Regidores, y otros oficiales, del mis-
La Comunidada consiste en un Corregidor, mo modo que en Lima. Los indios están suje-
con dos Alcaldes ordinarios, que se escogen tos a un Alcalde Mayor, que es un indio elegi-
anualmente y en un número no fijo de regido- do por el Cabildo de la ciudad; ellos tienen
res. Estos se entienden (en la ciudad), en la también un Protector pagado por el Rey, lla-
elección de Alcaldes, la cual lleva consigo de- mado Protector de Indios. El tesoro real tiene
sórdenes no pequeños, estando las personas de un Contador, un Tesorero, un Fiscal, y oficia-
todos los rangos divididos en dos partidos, les menores. Además se han formado los tri-
criollos y europeos, con gran perjuicio del re- bunales de la Cruzada, para tramitar los asun-
poso público y de la armonía de la sociedad. tos relacionados con los bienes dejados sin tes-
Esta Asamblea nombra además al Alcalde Ma- tar, correos o temporalidades.
yor de los Indios, quien debe ser un Goberna-
(STEVENSON, 1810)
a Ayuntamiento o Municipio.
VI. Administración eclesiástica
Q
no atendió a las reclamaciones de Morales, y cio de las leyes, o no las administraban confor-
su protegido fué el nombrado Secretario de me a la justicia, y probó sus aserciones citando
Gobierno. los ejemplos, las leyes y reglamentos a que es-
Morales estaba dotado de un alma fuerte; taban sujetos los tribunales.
había recibido una educación liberal, y a causa Esta conducta debía necesariamente
de sus trabajos de muchos años en la Secreta- atraerle el odio de los miembros del tribunal, y
ría, había adquirido grandes conocimientos de se vió obligado a separarse del foro. Desde en-
los negocios del Gobierno, encontrándose ini- tonces Quiroga se hizo el compañero insepa-
ciado desde mucho tiempo atrás en las intrigas rable de Morales, esperando, como él, que a la
de la Corte de España. Considerábase injusta- llegada del Conde Ruiz, una solicitud a su Ex-
mente tratado por el Barón de Carondelet, y celencia, como Presidente de la Audiencia
más aún por el Conde Ruiz; viéndose conde- Real, bastaría para devolverle el ejercicio de su
nado al destierro y su empleo ocupado por un profesión; pero un informe del Regente Busti-
extraño, determinó vengarse de los que mira- llos burló sus esperanzas, y esta circunstancia
ba como a los cooperadores de su ruina, si no lo redujo a la desesperación.
eran quizá los autores. Estos dos individuos, a quienes se les había
Las circunstancias, que no podían escapar- privado del recurso de sus profesiones, fueron
se a sus miradas observadoras, se volvían cada los que eligieron las piezas que se representa-
día más favorables a sus designios; si la violen- ron en el Colegio de San Fernando, en Octubre
cia de su carácter no le hubiera hecho obrar de 1808, talvez para sondear las intenciones y
con demasiada precipitación, habría salido opiniones de los Jefes del Gobierno.
bien de su empresa, y vivido para recibir las Si tales fueron sus designios, el resultado
demostraciones de agradecimiento de sus debió satisfacer completamente sus miras,
conciudadanos, mientras que ahora no tienen porque ninguna sospecha se manifestó, ningu-
más que tristes sentimientos que ofrecerle y lá- na alarma se pudo notar.
grimas que derramar sobre sus cenizas, orde- En febrero de 1809, el Capitán Salinas, que
nando su muerte desgraciada y prematura. mandaba la infantería en Quito, comunicó a
Quiroga era de un carácter inquieto y am- dos frailes, el padre Polo y otro, un complot
bicioso, temerario e intrépido en lo que em- para deponer las autoridades españolas, reem-
prendía; pero muy terco; no podía soportar la plazándolas con otras escogidas entre los ciu-
censura; más acequible a la convicción cuando dadanos más respetables. Los frailes fueron al
se empleaba la persuación. En el foro ganaba instante a dar parte al Presidente de estos pro-
frecuentemente las causas que defendía; habla- yectos, quien dió una comisión secreta al oidor
ba con facilidad y elocuencia; pero aún en pre- Fuentes Amar para proceder legalmente con-
sencia de los Magistrados, su precipitación le tra los individuos sospechosos. Don Pedro
ocasionaba con frecuencia disgustos; varias Muñoz fué encargado de desempeñar las fun-
veces fué apercibido por el tribunal, y también ciones de Secretario particular, sin tener otros
suspendido de sus funciones de abogado. Un títulos para este nombramiento que el de ser
día fue condenado a pagar una multa, y decla- español.
ró que no podía pagarla porque el tribunal no Quiroga, Morales, el Cura de Sangolquí, el
era competente para exigírsela, que el Regente doctor Riofrío y el Capitán Salinas, fueron
y sus jueces ejercían sus funciones con despre- arrestados y encerrados en el convento de la
Acontecimientos / 129
Merced. Sus declaraciones fueron recibidas y Pero como este oficial estaba a la cabeza de
escritas por Muñoz, tomándose todas las pre- la infantería, que consistía aproximadamente
cauciones posibles para que el pueblo no tu- en cuatrocientos hombres, de los que había
viera conocimiento del estado del proceso. comandado una parte de éllos en Panamá, lo
Los prisioneros fueron privados de comu- que en su opinión consideraba como una
nicación, y no podían por lo mismo dar a sus campaña en país extranjero, había venido a ser
amigos dato alguno relativo a su situación; el el ídolo de sus soldados.– Era, pues, absoluta-
Secretario no podía hacerse ayudar de un co- mente necesario contar con Salinas, para que
pista, y todas las medidas tomadas ordinaria- consintiera en secundar los planes de Morales
mente por la Inquisición se pusieron en prác- y de Quiroga, lo que fué muy fácil: estos planes
tica en este asunto. eran nuevos y prometían una serie de aconte-
En los primeros días de Abril, cuando Mu- cimientos que regocijaban anticipadamente su
ñoz se dirigía por la tarde al palacio para dar espíritu inquieto y turbulento.
cuenta al Presidente del estado del proceso, le El doctor Riofrío era un eclesiástico de un
arrebataron todos los papeles. Este aconteci- carácter orgulloso, sombrío, siempre inclinado
miento produjo gran sensación; y muchos de a reunirse en asociaciones de hombres dis-
los que realmente se habían comprometido en puestos a desaprobarlo todo; sin embargo, a
esta conspiración, pudieron convencerse de causa de su falta natural de talento, o por pu-
que sus nombres no habían sido delatados por silanimidad, parecía no ser más que un instru-
los prisioneros, que de común acuerdo nega- mento pasivo. Probablemente el señor Riofrío
ron todo por no tener conocimiento alguno tuvo conocimiento de los planes que se urdían
del complot; Salinas protestó que nada había en las frecuentes visitas que hacía a una casa de
declarado a los dos padres. Quito en donde Morales había vivido, y quizá
Así fue que, por un feliz incidente, los pla- también durante el tiempo que permaneció
nes del Gobierno se encontraron trastornados, Morales en esta casa de este mismo eclesiásti-
la persecución cesó y los prisioneros fueron co, cuando fué separado de Quito por las ór-
puestos en libertad. Este acontecimiento les denes del Presidente Carondelet. El doctor
enseñó al menos, a ser más circunspectos en lo Riofrío y Salinas eran nativos de Quito; pero
futuro. Pero la antorcha de la libertad estaba sus familias no tenían rango ni fortuna, aun-
encendida, y aún cuando su llama se encontra- que en verdad eran ambos muy considerados
ba ahogada por un corto tiempo, no se había de sus conciudadanos.
extinguido. Después de haberse puesto en libertad a es-
El carácter de Salinas era perfectamen- tos cuatro presos denunciados como conspira-
te conocido de Morales y de Quiroga. Un ver- dores, Salinas y Riofrío volvieron a sus ante-
dadero quiteño, inconstante y ligero; apasio- riores ocupaciones; Quiroga volvió al seno de
nado por todas las innovaciones, que aco- su familia con el corazón más ulcerado que
gía ávidamente, sin reflexión ni discernimien- nunca, y Morales se retiró al interior del país,
to; tan entusiasta para emprender en la ejecu- sin haber adquirido otro resultado de sus
ción de un nuevo plan, como pronto a aban- constantes diligencias, que un nuevo grado de
donarlo al instante que perdía a sus ojos el en- experiencia.
canto de la novedad, o desde que se le propo- El Gobierno pareció entonces enteramente
nía otro. satisfecho, y después de haber dado libertad a
130 / Ximena Romero
los prisioneros, vio con placer que no había si- El 10 de Agosto de 1809, por la madruga-
do obligado a cometer ningún acto injusto o da, dos ciudadanos de Quito, Ante y Aguirre,
arbitrario, y creyó que los papeles perdidos entraron al Palacio del Presidente con una car-
por Muñoz, habrían caído en manos de algún ta. La orden dada en la puerta de la antecáma-
ladrón, o que se habrían perdido en la calle, y ra se oponía a que se llevase a su Excelencia
que ya no existían. Pero el Gobierno estaba en carta alguna en una hora tan importante; pero
un error: los papeles aparecieron en el estudio Ante insistió sobre la necesidad de entregarla
de Quiroga, quien dedujo las consecuencias al instante, diciendo que contenía observacio-
más favorables, para secundar sus miras, e hi- nes importantes de la Junta Suprema; Junta So-
zo circular su contenido entre aquellos a quie- berana! nombre tan nuevo para los oídos del
nes podía confiarse con más seguridad. ugier de la Cámara, como el cuerpo lo era pa-
Ningún nuevo incidente sobrevino desde ra la América.
el mes de Abril hasta el de Agosto de 1809, ex- El ugier despertó al Presidente, le entregó
ceptuándose las noticias de España, tales como la carta, y le repitió las palabras que había oí-
la abdicación de Carlos; el advenimiento de do al motivar y excusar su entrada a una hora
Fernando, su prisión y la invasión del país por tan intempestiva. El Presidente, después de
los franceses, que era el tema de todas las con- leer el nema: “La Junta Soberana al Conde
versaciones. Ruiz, ex-Presidente de Quito”, se vistió y leyó
Una tranquilidad completa reinaba en to- lo que sigue:
da la colonia, y sus habitantes parecían rivali- “El estado actual de incertidumbre en
zar en las demostraciones entusiastas de leal- que la España se halla sumergida; el anonada-
tad y abnegación por su amado Fernando. miento total de las autoridades legalmen-
Cada noticia de España, contribuía a au- te constituídas, y los peligros a que están ex-
mentar el temor y desaliento de los españoles puestas las personas y posesiones de nues-
residentes en América, y toda su atención la te- tro bien amado Fernando VII, de caer bajo el
nían de tal manera contraída hacia la situación poder del Tirano de Europa, han determina-
política del reino a que pertenecían, que no tu- do a nuestros hermanos trasatlánticos, a for-
vieron el tiempo de meditar, como debieron mar Gobiernos provinciales para su seguri-
hacerlo, sobre los efectos que podrían resultar dad personal; tanto para garantizar de las ma-
en las comarcas donde se encontraban mo- quinaciones de algunos de sus pérfidos com-
mentáneamente colocados. Tenían la convic- patriotas, indignos del nombre español, como
ción de que las colonias debían de seguir la para defenderse del enemigo común. Los lea-
suerte de la Madre-Patria, como si estuviesen les habitantes de Quito, determinados a con-
unidas por los lazos de la naturaleza, cuando servarle a su legítimo Rey y Soberano Señor,
realmente sólo lo estaban por la fuerza y la esta parte de su reino, han establecido una
violencia. La explosión estalló al momento, y Junta Soberana en esa ciudad de San Francis-
en el lugar donde menos se esperaba, y aunque co de Quito, a nombre de la cual, y por orden
sus efectos fueron prontamente reprimidos, el de su Excelencia el Presidente, tengo el honor
velo quedó desgarrado, y de allí resultaron los de anunciar a Vuestra Señoría, que las funcio-
fundamentos de esta conspiración, ahora feliz nes de los miembros del antiguo Gobierno
herencia de todas las naciones del Nuevo han cesado.
Mundo.
Acontecimientos / 131
Que Dios conserve a Vuestra Excelencia, roga, convocó una Asamblea, e informó a ésta
durante muchos años todavía.– Sala de la Jun- de los daños a que todo el país estaba expues-
ta, en Quito, el 10 de Agosto de 1809. to. Reveló la intención que tenía el Gobierno
Manuel Morales, Secretario del Interior”. de reconocer a Napoleón por Soberano, por-
que los reyes de España le habían cedido su so-
Después de haber leído esta carta, tan poco beranía, y les exhortó al mismo tiempo a pre-
esperada, su Excelencia pasó a la antecámara, y servar esta parte de la dominación española,
avanzó hacia los mensajeros, que le pregunta- de la suerte que le esperaba al resto; agregó,
ron si había recibido el despacho; habiéndoles que este objeto no podía alcanzarse, sino esta-
contestado afirmativamente, lo saludaron y se bleciendo, a nombre de Fernando, un Gobier-
retiraron. El Conde los siguió hasta la puerta no provisional, y destituyendo de sus empleos
exterior, que intentó pasar; pero el centinela se a todas las personas sospechosas.
lo impidió. Envió en seguida a su oficial de or- Esta arenga no fué más que de forma,
denanza, a buscar al oficial de guardia, quien puesto que todos los preliminares estaban
respondió atentamente, que él no podía, des- convenidos de antemano. Salinas, que se halla-
pués de las órdenes que había recibido, confe- ba presente, fué comisionado para asegurarse
renciar con el Conde, y pronunció esta última de los soldados, lo que hizo inmediatamente.
palabra con un tono enfático. Se presentó en las barracas, y después de for-
A las seis de la mañana se vió a formar en mar la infantería en la plaza, le declaró que su
la plaza, al frente del Palacio, una reunión muy bien amado Rey estaba prisionero en Francia;
numerosa; se oyó al mismo tiempo una des- pintó muy detalladamente sus sufrimientos, y
carga de artillería, o saludo real, y la música les dijo enseguida que las autoridades actuales
militar estacionada en la esplanada frente al en América, estaban determinadas a entregar
Palacio, ejecutó hasta las nueve algunas tocatas el país al enemigo común; y terminó su alocu-
nacionales. ción preguntándoles si ellos querían defender
Entonces tuvo lugar una reunión de los la causa de su Rey Fernando, o hacerse los es-
miembros del nuevo Gobierno ejecutivo, clavos de Bonaparte. Los soldados, engañados,
compuesto del Marqués de Selva-Alegre, Pre- gritaron al instante: ¡Viva Fernando VII! ¡Viva
sidente, de los Marqueses de Orellana, de So- Quito!
landa y de Miraflores, el Conde de Casa Gue- El Comandante de la Caballería, don Joa-
rrero, de don Manuel Zambrano, de don Ma- quín Zaldumbide, recibió las mismas órdenes
nuel Mateus, y de don Pedro Montúfar, te- y las ejecutó de la misma manera.
niendo por ministros a Morales y Quiroga. Cuando estos dos individuos regresaron
Se publicó la declaración de la instalación, a la Junta, ésta les previno dar las órdenes ne-
y se redactó la fórmula del juramento que de- cesarias a los diferentes cuerpos de guardia,
bían prestar todas las personas unidas al nue- y hacer prestar a las tropas el siguiente jura-
vo Gobierno. mente:
El Obispo de Quito fué elegido Vicepresi- “Yo juro por Dios sobre la cruz de mi espa-
dente; pero rehusó asistir a esta Asamblea y a da a defender, mi legítimo soberano Fernando
todas las siguientes. VII; sostener sus derechos, mantener la pureza
La revolución tuvo lugar en la noche del 9. de la Santa Iglesia católica romana, y obedecer
Morales vino a Quito, y de acuerdo con Qui- a las autoridades constituídas”.
132 / Ximena Romero
Terminada esta ceremonia, se dieron las vieron, tuvieron que sufrir los calificativos de
órdenes necesarias al oficial de guardia del Pa- insurgentes, rebeldes, traidores.
lacio del Presidente, a las barracas, y a las pri- Así crecía el mal día por día, hasta el 2 de
siones. Se colocó una guardia a la puerta de ca- Agosto de 1810. En este día algunos de los sol-
da persona sospechosa, particularmente a las dados enfermos en el presidio, sorprendieron
puertas del regente y de los oidores, y ejecuta- al guardia, se apoderaron de las armas, se vis-
das estas disposiciones, los miembros del Go- tieron con su uniforme, y corrieron a las ba-
bierno se retiraron a sus casas. Se mandó in- rracas, a la una del día. El disfraz de soldados
mediatamente un posta a Chillo, dominio per- impidió que sospecharan al aproximarse a las
teneciente al Marqués de Selva-Alegre, para barracas; lograron separar de su puesto al cen-
participarle lo que había pasado, suplicando a tinela colocado en la puerta, y apoderarse del
Su Señoría, se trasladase inmediatamente a oficial de guardia. En este momento sonó una
Quito, para tomar posesión del mando supre- de las campanas dando la señal de alarma. Los
mo del Gobierno del reino. oficiales que acababan de sentarse a la mesa en
Se vio así, en el espacio de una noche, de- el palacio, corrieron a la plaza mayor, y vieron
rrocar, sin efusión de sangre y aún sin conmo- un movimiento considerable en la puerta de
ción popular, un Gobierno establecido hacía las barracas, a menos de cincuenta varas del
más de trescientos años, y reemplazarlo por palacio; ordenaron hacer fuego sobre los sol-
otro nuevo, organizado sobre sus bases. dados que estaban en las barracas, y éstos hi-
cieron otro tanto. Este desorden duró unos
Segunda revolución en Quito.– Asesinato de diez minutos; cuando todo estuvo tranquilo,
los prisioneros.– Asamblea General.– Las tropas un oficial fué a informarse de la causa de este
españolas abandonan Quito tumulto. Y habiendo sabido lo que había pasa-
do, regresó a participárselo todo a su Coman-
Después de la partida de San Miguel para dante Arredondo. Otro oficial fué al instante,
Santa Fé, un gran número de soldados que ha- enviado para saber cuál era la situación de los
bían pertenecido al ejército de los insurgentes, prisioneros, y éste regresó al momento con la
suponiendo que la persecución había cesado, noticia de que todos habían muerto. Algunos
regresaron a la ciudad; pero fueron apresados fueron fusilados durante el ataque por los cen-
y metidos al presidio. Prendieron igualmente tinelas que los vigilaban, y un gran número
por simples sospechas, a muchos individuos asesinado por un zambo joven, cocinero de los
que llegaron de diferentes puntos del país, y soldados, que entró a las celdas, y los mató a
aunque los hubiesen puesto en libertad des- hachazos.
pués de un interrogatorio, la alarma se exten- El terror y la consternación se manifesta-
dió de un lugar a otro; de manera que nadie ron un momento en la fisonomía del Presi-
quería llevar provisiones al mercado, y resultó dente y de los oficiales, cuando derepente oye-
en la ciudad una excesiva penuria. Esta situa- ron a los soldados españoles, derramándose en
ción no movió al Gobierno a tomar alguna multitud de las barracas a las calles, gritar:
medida conciliatoria, y volvió furiosos a los Venganza! venganza! nuestro capitán asesina-
soldados españoles que cometieron numero- do.
sos desórdenes; el temor impidió a los habi- Apenas se oyó esta voz de alarma, cuando
tantes quejarse a los oficiales; y los que se atre- los soldados furiosos dejaron sus puestos, co-
Acontecimientos / 133
rrieron de un lado a otro de las calles, y mata- bitantes, que ignorando el origen, lo conside-
ron a todas las personas que encontraron, sin raron como asesinatos de sus ciudadanos, sin
distinción de edad, ni sexo. Los tambores toca- el más leve motivo, y por consecuencia, te-
ron a la carga en diferentes lugares de la ciu- miendo su repetición en cualquier momento.
dad, la muerte y el pillaje duraron hasta las Del número de los soldados que salieron
tres; mientras tanto, todos los oficiales se que- del presidio para este asalto, sólo cinco pene-
daron en el pretil del palacio, sin hacer ningún traron en las barracas, y si hubieran sido unos
movimiento para impedir los asesinatos. Al fin veinte, no es dudoso que habrían logrado dar-
los soldados, habiendo agotado todos su car- le libertad a los prisioneros; pero éstos fueron
tuchos, comenzaron a regresar a las barracas, asesinados mientras los otros luchaban con los
algunos tan cargados de botín, que habían guardias.
abandonado sus armas. Las calles quedaron completamente desier-
El número de prisioneros encerrados en las tas; grupos del pueblo estaban diseminados en
celdas, que fueron víctimas de la insubordina- las alturas vecinas, echando miradas tristes so-
ción de los soldados y de la ineptitud de sus je- bre la ciudad, que presentaba el aspecto de la
fes, subió a setenta y dos. Un eclesiástico nom- desolación más completa. Durante la noche
brado Castelo, y otro individuo llamado Ro- los cadáveres de los prisioneros los transporta-
mero, fueron los únicos que escaparon de esta ron a la iglesia de San Agustín, y los que fueron
carnicería; salvaron su vida fingiéndose muer- asesinados en las calles los llevaron a la iglesia
tos. Morales, Quiroga, Riofrío y Salinas pere- más próxima.
cieron; pero más tarde el Gobierno de Vene- En los días siguientes, 3 y 4 de Agosto, los
zuela ordenó que hubiese un día de duelo ca- habitantes permanecieron en sus casas, y a ex-
da año, consagrado a honrar su memoria. Dió cepción de los soldados ninguna persona se
también un decreto para que en lo sucesivo, atrevió a presentarse en las calles.
fuesen designados con el nombre de Mártires El Gobierno comenzó entonces a temer el
de Quito. levantamiento en masa de todas las provincias,
Como trescientas personas perecieron en habiendo sabido la noticia de la revolución de
las calles, comprendidos siete soldados espa- Caracas que estalló el 9 de Abril de 1810, e ig-
ñoles que fueron muertos por algunos indios norando lo que pasaba en la madre patria, a
carniceros, a quienes habían insultado muchas no ser que Bonaparte se había apoderado de
veces. Madrid. Quiso entonces el Gobierno tentar
El furor desplegado en esta ocasión por las una reconciliación sin confesar su mala fé, que
tropas pacificadoras fué tal, que uno de sus había producido consecuencias tan funestas.
destacamentos, habiendo encontrado a un Ca- El cinco fué publicada una orden que man-
pitán uniformado, que pertenecía a la caballe- daba a los jefes de todas las corporaciones,
ría de Guayaquil, un soldado cogió la espada a los oficiales y a los principales habitantes ir
de su Comandante y le atravesó el cuerpo, de- al Palacio para deliberar sobre los medios que
jándolo bañado en su sangre, a la distancia de debían escogerse más propios para restablecer
unas cincuenta varas de la puerta del cuartel. en el país la paz, la tranquilidad y la confianza.
No hay palabras para describir la ansiedad (STEVENSON, 1810)
que tan horrible carnicería excitó entre los ha-
VIII. Artes, oficios y estudios
Q
❑ 650 Bien se deja concebir que entre es- en cuyo Arte son tan diestros como los mejo-
tas quatro especies de Gentes es la Española de res de Europa. Es tanta la pereza, y la lentidud
mayor gerarquía, pero assimismo es à propor- de ellos, que muchas veces es preciso, para
cion la mas infeliz, pobre, y mísera; porque los conseguir un par de Zapatos al cabo de mucho
Hombres no se acomodan à ninguno de los tiempo de haverlos mandado hacer, coger al
exercicios mecanicos, concibiendo en ello des- Indio, darle los materiales; y encerrarlo, hasta
doro de su calidad; la qual consiste en no ser que los acabe; no contribuyendo poco à este
Negros, Pardos, ni Tostados. Los Mestizos me- descuido el estilo, que alli tienen, de percibir
nos presuntuosos se dedican a las Artes, y Ofi- adelantado el importe de la obra: con que to-
cios; y aun entre ellos escogen los de mas esti- mandolo el Indio, lo và empleando en Chicha,
mación, como son Pintores, Escultores, Plate- y dura en èl la embriaguez, quanto el Dinero,
ros, y otros de esta clase; dexando aquellos, que que despues no es facil resarcir sino en hechu-
consideran no de tanto lucimiento para los In- ras.
dios. En todos trabajan con perfección, y con
particularidad en la Pintura, y Escultura, en la Estudios de la élite
primera fue célebre un Mestizo nombrado Mi-
guél de Santiago, y de èl se conservan con gran 660 La juventud distinguida de aquel Paìs
estimación algunas Obras, y otras de su mano dedica sus primeros años al Estudio de Philo-
passaron hasta Roma, donde tambien la mere- sophia, Theologia, y algunos passan à las Leyes,
cieron. Imitan cualquier cosa Estrangera con aunque no hayan de hacer profesion de ellas;
mucha facilidad, y perfeccion, por ser el exer- assi son todos capaces de estas Facultades; pe-
cicio de la copia propio para su genio, y flema. ro muy cortos en las noticias Políticas; en las
Hacese aùn mas digno de admiracion el que Historicas; y en las otras Ciencias Naturales,
perfeccionen lo que trabajan, por carecer de que contribuyen al mayor cultivo de los enten-
toda suerte de instrumentos adequados para dimientos, ò que los ilustran, y conducen à un
ello. Incurren en el defecto de la Pereza, floxe- cierto grado de perfeccion, à que no pueden
dad, la qual los predomína con extremo; y assi llegar, quando carecen de tales Luces: lo qual
abandonan las Obras, para estár ociosos de nace de la poca comunicacion que tienen con
una en otra Calle todo el Dia. La misma pro- las Personas, que pudieran instruìrlos en ellas:
piedad concurre en los Indios, que tienen los pues las que transitan por causa del Comercio
exercicios de Zapateros, Albañiles, Texedores, y por aquellos parages, no son á proposito para
otros: entre estos ultimos son los más razona- subministrarselas: con que aquellos Entendi-
bles, y despiertos los Barberos, y Sangradores, mientos, aunque con el cultivo de siete, o mas
Artes / 135
años de Escuela, siempre quedan desnudos ses, ingleses y romanos, aquellos artífices se
del conocimiento de las demàs facultades. Son empeñaron en imitarles, y resultaron peritísi-
sutiles de ingenio, y propios para el estudio, mos y famosísimos artífices, en verdad, las
porque posseen clara comprehension, y con pinturas, estatuas y esculturas trabajadas en la
poco trabajo se hacen dueños de lo que se les ciudad de Quito son transportadas a Lima y a
enseña. todo el Perú, a Chile, a Buenos Aires, a Pana-
(ULLOA, 1736) má, a Guatemala y aun a México, a Popayán, a
Santa Fe y a todo el Nuevo Reino de Granada,
y son estimadas y apreciadas de tal manera por
❑ Artes y oficios
su perfección delicadeza y elegancia, que se
DE LAS ARTES, ARTESANOS Y OFICIOS, pagan por ellas precios altísimos. Para retratar
DE LOS TALENTOS Y CUALIDADES NATU- son excelentísimos; para imitar, destrísimos y
RALES, DE LAS VIRTUDES Y VICIOS DE maravillosos; solo son deficientes aquellos ar-
QUE ESTÁN ADORNADOS LOS HABITAN- tífices en el idear e inventar. Por ello siempre
TES DE LA CIUDAD Y DE LOS ALREDEDO- buscan figuras de concepciones raras y gracio-
RES DE QUITO sas actitudes para pintar, pero tienen extraor-
dinaria habilidad y pericia tanto al añadir al-
De las Artes, artesanos y oficios guna cosa de su fantasía como el delinear con
más vivacidad y gusto los rasgos. No son me-
En la ciudad de Quito se ven florecer casi nos ingeniosos y hábiles los orfebres plateros
todas las artes, esto es, mercaderes, relojeros, al imitar con la mayor perfección y destreza las
oropeleros, tintores, torneros, silleros, batido- manufacturas europeas, manejando el buril a
res de oro, caldereros, libreros, joyeros, confi- maravilla en los trabajos de relieve, tanto si es
teros, olleros, azadores, pasteleros, panaderos, bajo, medio o alto relieve, de manera que na-
cereros, alpargateros, zapateros, sastres, tapice- die es capaz de distinguir los trabajos america-
ros, plateros, armeros, ladrilleros, fundidores, nos de los europeos, y lo mismo sucede con las
cordeleros, sombrereros, curtidores, drogue- filigranas, los esmaltes, en gran manera, deli-
ros, caldereros, plateros, joyeros, barberos, car- cadísimos (204) y finísimos y con los demás
pinteros, escultores, pintores, herreros, dora- oficios. De ello se sigue el que no sean aquellos
dores, ebanistas, panaderos, boticarios, teje- artífices ingeniosos en inventar pero sí en imi-
dores de telas de algodón y de lana. Pero las ar- tar, aunque muy poco atienden al diseño, se-
tes que florecen a maravilla mucho más que en gún su inexplicable desidia, sino que trabajan
otras partes son la estatuaria, la pintura, la es- guiados solamente por la luz de la naturaleza o
cultura en madera, pues no hay mármoles. Es- por su fantasía o idea caprichosa.
tas tres son características de aquella ciudad, y En el territorio de Quito hay además mu-
son verdaderamente de lo más perfectas, de chísimos obrajes y de extraordinario valor, pa-
manera que no tienen por qué envidiar en na- ra fabricar los paños, finos, gruesos y de todo
da a los europeos. Desde algunos años para acá color. Algunas fábricas de azúcar, blanco y ne-
se han perfeccionado también mucho los orfe- gro, de miel, ya que en los valles y tierras bajas
bres plateros, joyeros y herreros, ya que al ha- hace gran calor, lo cual es necesario para las
ber visto y observado las obras y manufacturas haciendas de caña de azúcar. Hay muchas
más exquisitas, finas y delicadas de los france- otras herrerías en que se trabajan los calderos,
136 / Ximena Romero
chocolateras, ollas y campanas, morteros de y a otro con el buril, aquel con agilidad y finu-
bronce y todos los demás utensilios de cobre ra, éste con rapidez y destreza, al uno pintar
rojo y amarillo, con gran finura y arte no infe- maravillosamente, esculpir y tallar al otro de-
riores a los de Europa. Sastres, zapateros, alba- licadísimamente; pero lo que me produjo más
ñiles y carpinteros, son en sus oficios excelen- admiración, fue observar que apenas si se
tes y maestros quizás un poquito más que los veían algunos poquísimos delineamientos so-
europeos. Los sombrereros desde hace unos bre la tela y sobre la mesa, Y todavía creció en
pocos años han salido maravillosos maestros mí mucho más el estupor al ver sus respectivos
de sombreros finos, ya que elaboran sombre- instrumentos. El primero no tenía más que
ros con la finísima y delicadísima lana de vicu- cuatro pinceles y los colores sobre un trocito
ña, mucho más finos y suaves que los de castor de tabla mal hecha; el otro (205) dos cinceles
y de mucha mayor duración: ni el agua los es- de diversa forma, hechos con el hierro de un
tropea, ni el sol los ablanda, ni el uso continuo cuchillito colocado entre dos trocitos de ma-
los rompe, lo cual jamás fue creído asequible dera atados con un cordel, y un martillo o ma-
ni factible por aquellos desidiosos artesanos. zo de madera dura y fuerte; los demás artífices
En resumen: todas las artes y oficios necesarios estaban en la misma penuria y escasez de ins-
en una República para la vida humana y su trumentos. Pero aquellos indios, aquellos mes-
bienestar, florecen con toda perfección y deli- tizos tan rudos y mal presentados usaban y ha-
cadeza en la ciudad y provincia de Quito; cosa cían servir un solo instrumento para mil fines,
digna de singularísima admiración de aquel tanto se ingeniaban, tantas maneras e indus-
Nuevo Mundo. trias usaban, que quien los contemplaba que-
Pero mucha mayor admiración mostrará daba absorto y aterrado. Pero estos últimos
quienquiera que sea, al saber quiénes son los años los Padres Procuradores habían traído de
artesanos y cuáles sus instrumentos. Los artífi- Europa casi toda clase de instrumentos nece-
ces casi todos son indios, pocos los mestizos, sarios para los escultores, estatuarios, herreros,
ningún español o europeo. Quien viera a un plateros, carpinteros, etc. a fin de que pudieran
indio mal arreglado, mal vestido, harapiento, trabajar con mayor facilidad, pero aun ahora
descalzo los pies, con un sombrero completa- no faltan tales artífices, y no son pocos, los que
mente viejo, desgarrado y roto, mal llevado con cuatro hierros ridículos, viejos y mal for-
que no vale todo él cuatro cuartos, no se po- jados trabajan sus obras exquisitas y perfectas.
dría creer que se trata de un excelente pintor, (CICALA, 1743)
un famosísimo estatuario, un peritísimo escul-
tor, un delicadísimo orfebre platero, joyero,
etc. y por cierto es así. Bajo aquel descuidado y ❑ La gente vulgar, por su naturaleza dada
desaliñado vestido se esconde el arte más per- al ocio y a la pereza, ejercita con honra y habi-
fecto y delicado, el oficio más noble y lucrati- lidad la pintura y escultura y aunque solo se
vo. De ahí se deduce cuán hábiles, ingeniosos y muestra excelente en imitar y sacar copias, si-
capaces son los indios para las artes y oficios nembargo usa maravillosamente del arte. Los
mecánicos y serviles. En verdad que me reía, otros empleos que se juzgan vilísimos, se ha-
entre espantado y estupefacto, la primera vez llan en manos de los indios, a los cuales la pe-
que vi un indio mal trajeado, completamente reza les es congénita y familiar; a pesar de esto
sucio y despeinado, con el pincel en las manos hacen maravillas y pasma ver sus trabajos tan
Artes / 137
perfectos sin dirección y sin instrumentos; do, siendo su Titular Santo Tomás, y en ella se
cuanto ven lo imitan, y sólo les falta idea para dictan clases de Filosofía, Teología, Derecho
inventar; los empleos y ocupaciones domésti- Civil y Canónico y Medicina, esta última siem-
cas se reducen a hilar, tejer y hacer trabajos de pre está vacante, por no haber quien la pueda
aguja. dignamente desempeñar; el sueldo a los profe-
La ocupación ordinaria de los señores es sores, es pagado por el Rey, y se halla regenta-
salir a ver sus haciendas, de ordinario con to- do por los padres de Santo Domingo que diri-
da su familia, y mantenerse allí algunos meses, gen también el Colegio de los Convictorios
siendo pocos los que se dedican al comercio. que son un poco menos de cincuenta. La otra
Los que sostienen el tráfico y los negocios son Universidad llamada de San Gregorio Papa,
europeos que viajan de una ciudad a otra, lle- que es Pontificia y se erigió el año 1723, por
vando las mercancías de estas partes y trayen- breve de Inocencio XII, el 18 de agosto; tiene
do al retorno las de otros países, ellos mismos tres catedráticos de Teología, uno de Filosofía,
mantienen las tiendas abiertas en esta ciudad y dos de Legislación Civil, uno de Cánones y
el tráfico activo, aún cuando hoy esté muy de- uno de Sagrada Escritura; aún cuando esta úl-
caído. tima cátedra no se dicta. Goza de mucho pres-
Las monjas se ejercitan en bordar y traba- tigio y en ella reciben el Doctorado los reli-
jar encaje, y éstos ordinarios, y en formar flo- giosos de San Agustín y La Merced; se halla al
res de oro y plata, y estos trabajos los hacen cuidado de nuestros Jesuítas y el Rector pro-
bien. Las señoras pasan sus horas cosiendo o témpore del Colegio Máximo es el Rector mag-
recibiendo visitas o en las iglesias haciendo nífico.
novenas, porque cada día inventan una nueva. La juventud distinguida después de dos o
No se fatigan mucho en educar y criar bien a tres años de gramática mal enseñada y peor
sus hijos, porque éste es un pensamiento que aprendida; pasa al estudio de las ciencias ma-
ni conocen y rechazan como tentación peli- yores como son la Filosofía, la más vieja y ran-
grosa; por el contrario, discimulan los vicios cia que existía en el mundo, descendiente del
de los hijos, de manera que no lleguen a noti- fétido peripatetismo; la Teología del todo es-
cia de sus padres, y siendo principalmente in- peculativa y por lo común ocupada en cues-
clinados los muchachos de esta tierra y bajo tiones inútiles y en el estudio de los posibles.
estas constelaciones a la lascivia más detesta- Las leyes o jus civile vienen a ser propiamente
ble, con la convivencia de sus madres, toman un jus municipale. En cuanto a los progresos
como lícitas las acciones más torpes y más in- no se fatigan mucho, porque todos estos jóve-
fames. Crecen en edad con estimable daño de nes de Quito son de gran capacidad y viveza,
su alma y de su cuerpo, de suerte que, extenua- de las bellas letras no saben ninguna, algunos
dos y privados de calor vital, no pueden hacer que se precian de literatos tienen el gusto tan
frente a la fatiga y son enfermos y débiles casi corrompido que parecen más bien charlatanes
todos. que hombres de letras. En las otras facultades
naturales y políticas están enteramente a oscu-
Estudios ras, y si alguno puede instruir a la juventud se
convierte en la persona más perseguida que
En la ciudad se fundaron dos Universida- existe en el mundo, no porque no la crean dig-
des: la una en el Colegio Real de San Fernan- na de aprecio y estima, sino sólo por envidia y
138 / Ximena Romero
soberbia, no queriendo en nada ser menos que nuevo. Unen los trapos de camisas viejas o cal-
otro. Síguese de aquí que si alguno tiene incli- zones, y hacen lienzos y los pintan, y la pintu-
naciones para conocer alguna facultad útil o ra la venden por nueva, siendo de trapos po-
amena, no puede dedicarse a ella, por temor dridos. Hacen figuras amoldadas de cera muy
de que le desprecien, y así todos, después de bellas, y las encarnan con buen pincel, y lo
siete o más años de escuela y después de un venden por hechura de palo. Del corozo, que
tiempo perdido inútilmente, se encuentran es como mármol y es la fruta de la palma ca-
privados de los conocimientos que hacen a un beza de negro, fabrican figuras para componer
hombre verdaderamente docto y de ciencia. Nacimientos, o algún risco con mucho pri-
De la Filosofía moderna no digo nada, porque mor, y también cabezas y manos para muñe-
tendría mucho que decir y os parecería impo- cas, y de ésto en partidas grandes con flores de
sible, diré sólo que si alguno halaba o aprueba seda que fabrican con mucho primor, se lo lle-
alguna cosa de los filósofos modernos, se le van varios para Lima. Hay mucha fábrica de
mira pronto como enemigo común, y como lienzo de algodón, que llaman tocuyo, y siendo
tal se le persigue hasta más no poder, se igno- así que el algodón lo traen de Piura y Lamba-
ran totalmente las matemáticas y se desprecia yeque y vale en Quito a tres pesos la arroba en
la mecánica. Un escolástico vale más que todos bruto. Con todo halla allí vara de tocuyo basto
los literatos de Europa, y con toda su alabada a dos reales y a dos y medio. Lo que más me
doctrina vive muy angustiado. admiró fueron los zapatos, porque el cordo-
A mas de estas dos universidades hay una bán lo traen de Lambayeque y vale cada uno
particular de San Francisco que ciertamente por lo menos veinte reales, y con todo dan un
no merece por ningún concepto el nombre de par de zapatos de mujer por dos reales, si están
Universidad, sino solamente de casa de estu- laboreadas con hilo de algodón por dos y me-
dios, y es su titular San Buenaventura. dio, y los de hombre por cuatro reales, y los la-
(COLETI, 1757) boreados por cuatro y medio, y unos y otros
muy bien trabajados. Hay mucha fábrica de
sobrecamas y pabellones de algodón, y todo
❑ Oficios
esto se teje sin telar, sino con un espadajo de
Los sábados en especial, al ponerse del sol, macana atado a un palo lo urdido, y la otra
hay todo el año una grande feria de obras de punta con un palo atravesado y preso con co-
escultura y pintura en las cuatro esquinas de la rrea por tras la cintura del que lo teje, y en lu-
calle de los mercaderes. Traen también allí a gar de calzas para las labores una partida de
vender sombreros, medias de seda y de algo- cañas, las que entran y salen con la mano.
dón; pero es menester ir con mucho cuidado, Hay en las haciendas en especial muchos
porque por los desvanes de la ciudad van los obrajes en que se fabrican mucha bayeta y pa-
cholos recogiendo cuantos andrajos y trapos ños muy buenos; pero como no hay allí aceite
hallan, y de trozos de sombreros viejos los pu- para poder beneficiar la lana, así las bayetas
len y los une de modo que parecen un sombre- como los paños son toscos a competencia de
ro castor o de la tierra acabado de hacer, pero los que de España se llevan. Las lanas son bue-
a los ocho días ya son trapos. Deshacen la me- nas, pero como no tienen el beneficio del acei-
dia de seda vieja y la vuelven a hilar, y o en ma- te, siempre quedan inferiores, aunque entresa-
deja o en medias bien lustroso lo venden por can la lana de los codillos, y de ella fabrican
Artes / 139
bayeta y paño tan fino como en España. Es que aquellos. Entre éstos los barberos y los
aquella gente industriosísima. Allí verá usted sangradores son los más activos y tratables e
un cholo que no le escupiera encima, sin más igualan en sus respectivos ejercicios a las más
camina que un capote que tiene cuatro o cin- expertas manos de Europa. Por otra parte, los
co oficios, y todos con primor. Allí los verá por zapateros se distinguen por ser tan supinos ba-
la calle con un pedazo de cuchillo y un trozo dulaques, que muchas veces no hay otro me-
de palo, que le fabricará cualquier figura o co- dio para tener un par de zapatos que les hayan
sa de escultura con mucho primor. sido ordenados, que el de juntar los materiales
(SANTA GERTRUDIS, 1760) y encerrar a los artesanos en un cuarto hasta
que los hayan concluído. Esto verdaderamente
procede en alguna parte, de la extraña costum-
❑ Artes y oficios
bre que hay que pagar los trabajos adelanta-
Tienen repugnancia a adoptar algún em- dos, de lo cual resulta que los indios, en cuan-
pleo mecánico, considerándolo como un ul- to han recibido el dinero lo gastan todo en chi-
traje a su calidad de la cual hacen tanto caso, y cha, especie de cerveza bastante emborracha-
que consiste solamente en no ser negros u os- dora y hecha de maíz, Así, pues, mientras dura
curos, es decir, de color de cobre. Los mestizos el dinero no son nunca sabios, y es natural su-
que saben regular con prudencia su orgullo, se poner que no se inclinarán fácilmente a traba-
adaptan al trabajo y las artes, entre los cuales jar por ese dinero que ya lo han gastado.
escogen, por otra parte, las más consideradas;
como v. g. la pintura, la escultura y otras seme- Estudios
jantes, dejando las más viles a los indios. Y se
ha observado que aquellos resultan excelentes Los jóvenes se aplican a la Filosofía y la
para todo, particularmente para pintar y es- Teología y algunos pasan a estudiar Leyes, pe-
culpir. Un mestizo llamado Miguel de Santia- ro esta es una profesión que abrazan con re-
go, adquirió gran reputación en la pintura; se pugnancia. En esta ciencia demuestran ellos
conservan todavía diversas obras suyas que mucho ingenio y vivacidad, pero son bastante
tienen grandísima estima, algunas de ellas fue- débiles en materia de historia y de pintura; así
ron llevadas a Roma donde encontraron el como, en las otras ciencias que provienen del
aplauso universal de los entendidos en el arte. humano saber y lo conducen a un cierto grado
Dichos individuos son especialmente hábiles y al cual no se puede llegar por otro camino. Es-
excelentes en la imitación y la copia, a las cua- to, por otra parte, es debido a desgracia y no a
les parece adaptarse más su ingenio flemático. culpa suya por la falta de personas capaces pa-
Lo que hace más admirable sus bellos trabajos ra instruirlos, porque aquellos que allí llegan
es la falta de muchos instrumentos y útiles ne- por razones de comercio, son generalmente
cesarios para ejecutarlos con cierta especie de inclinados a otras cosas y dedican todo su
tiempo al cuidado de amontonar dinero. De
diligencia. Pero, a pesar de todos estos talen-
esta manera, después de siete u ocho años de
tos, ellos son tan indolentes y ociosos que en
instrucción escolástica aunque posean ingenio
vez de trabajar pierden todo el día en las calles.
apto para cualquier progreso científico, su sa-
Los indios, que se dedican generalmente a za-
ber es limitadísimo.
pateros, tejedores, albañiles u otros trabajos
semejantes, no son tampoco más aplicados (ANÓNIMO, 1763)
140 / Ximena Romero
cepto en el aprendizaje de costura y música bens en Europa. Hoy el V... tiene también gran
para lo cual disponen de profesoras especiales. celebridad: el retrato histórico de S. E. el Liber-
Todas estas niñas son enseñadas a leer y escri- tador, le ha hecho una colosal reputación. Si el
bir. dibujo y el colorido deja que desear, la pausa y
(STEVENSON, 1810) semejanza no carece de la naturaleza y de ver-
dad.
Pero esta inclinación a las artes está parali-
❑ Artes y oficios
zado por una flojera que lo predomina, no hay
Se encuentra en esta población de Quito, vicio a que no se abandone. La embriaguez, el
más inclinación a las artes de la pintura, escul- juego, el hurto, lo practican con bateria, osa-
tura, platería y otras de esta clase, respecto de dos y sutiles al acceso. La falta de ocupaciones
cualquiera otra ciudad de la América del Sur. y de educación con que se cría la gente vulgar,
También muchos se dedican a hacer instru- los conduce con la ociosidad a todos estos vi-
mentos, e imitan con mucha facilidad y per- cios, y a la establecida costumbre de los bayles
fección toda copia. Los mestizos particular- o fandangos muy licenciosos, los excesos y de-
mente se dedican a estas artes. Uno de ellos, sórdenes corresponden a semejante función.
nombrado Miguel de Santiago, fué muy céle- El aguardiente, la chicha, el guarapo, abundan
bre: sus obras se conservan en gran estimación y aumenta la liviandad.
en el Perú, como las de Miguel Angel y el Ru- (BRANDIN, 1824)
IX. Clima, epidemias y catástrofes naturales
Q
❑ Temperamento de Quito: modo de distinguir se suspenden estas por mas tiempo, que el de
el Inbierno del Verano; sus particularidades; quince dias se vè aquella Ciudad llena de Ple-
pensiones; excelencias y Enfermedades. garias, y Rogativas publicas, para que vuelvan;
y cuando continùan sin intermission, se repi-
675 El Temple, que goza Quito, es un me- ten con el fin de que se acaben; porque de la
dio tal, que ni los calores le molestan, ni son sequedad se originan las Enfermedades, y
incommodos los Yelos, viviendo cerca de Achaques graves, y peligrosos: y de la conti-
ellos: las experiencias del Thermometro darán nuación de las Aguas, no dando algunos dias
bastante prueba de esto; pues el dia 31 de Ma- de treguas, para que el Sol orèe la Tierra, se si-
yo de 1736, marcaba à las 6 de la Mañana... gue el perderse las Sementeras, y assi viven
1011. A las 12 1/2 del Dia... 1014. El 1 de Junio aquellas Gentes en un incessante desasossiego.
à las 6 de la mañana 1011. A las 12 del Dia... Ademàs del beneficio, que dispensan alli las
1013 1/2. Lluvias, moderando el intenso calòr de los ra-
A esto se agrega la igualdad, que permane- yos del Sol, son de grande utilidad para la lim-
ce todo el año, siendo casi imperceptible la di- pieza de las Calles, y Plazas de aquella Ciudad,
ferencia de unos Dias a otros: assi las Mañanas que abundan mucho de todas inmundicias
son frescas; lo restante del Dia templado; y las por el desasèo de la Gente Ordinaria; y porque
Noches de un Temperamento agradable, moti- à todas horas tanto Hombres, como Mugeres
vo porque no tiene fijeza el Vestuario, que alli las tienen reducidas à Muladares.
se acostumbra; y es comun vèr à unos vestidos 680 La disposición de aquel Paìs à los Te-
de Seda, ò cosas delgadas, mientras otros lo es- rremotos ò Temblores de Tierra no es menos
tàn de Paño, y Tela de más abrigo, sin que mo- penosa, que las antecedentes: pues aunque en
leste el frio à aquellos, ni sientan demasiado la realidad no son tan frecuentes, como en
càlor estos. otras Ciudades de las Indias, no dexan de sen-
679 La distincion de Ibierno, y Verano ad- tirse de tiempo en tiempo, y entre ellos algu-
mitida en aquel Clima consiste en una muy nos muy violentos. Interin permanecimos en
corta diferencia, que se nota entre uno, y otro: aquella Ciudad, y jurisdicción, hubo con par-
desde el mes de Diciembre hasta el de Abril, ticularidad dos, à cuya fuerza se arruinaron las
Mayo, ò Junio es el tiempo, que llaman Ibier- Casas de algunas Haciendas, y se causaron las
no, y los restantes meses componen el Verano. desgracias de quedar sepultadas en sus ruinas
En el primer intervalo son mas comunes las muchas Personas, que se hallaban dentro.
Aguas; y en el segundo suelen mediar mas Dias 681 A la calidad de su Temperamento se le
bonancibles entre los de Lluvias: siempre que debe atribuìr una particularidad, que lo puede
Clima / 143
conducir à un no pequeño grado de estima- violenta, por reducirse sus Medicamentos a Li-
cion. Tal es la pureza de aquel Ayre, y el ser tan món Sutil mondado hasta descubrir el ju-
contrario este à la procreacion de Insectos, que go, Polvora, Ají, ò Pimiento molido; de lo qual
no solo no se vén alli Mosquitos de los que hecha una bola la introducen por el annus;
mortifican con la picada en los Temples ca- y tienen cuidado de mudarla dos, ò tres ve-
lientes; pero ni aun los conocen aquellos Habi- ces al dia hasta que lo juzgan libre de aquel pe-
tadores: las Pulgas no incomodan por ser muy ligro.
raras; y à este respeto es casi essenta de casi to- 683 La EnfermedadVenerea es tan comun,
da especie de Insectos, y Sabandijas, no cono- que serán muy raras las Personas, que no par-
ciendose alli ninguna ponzoñosa, ni haviendo ticipen de ella; bien que en unas haga más
de los primeros mas que el Pique, ó Nigua de efecto, que en otras; y en muchas no se mani-
las mismas especies, que dexo yá en otra parte fieste exteriormente. Assi se nota, que las Cria-
explicadas. turas pequeñas, incapaces de haverlo contraí-
682 Aunque no se entienda alli en su pro- do por sì, ò bien por su corta edad, ò bien por
pio sentido el nombre de Contagio, ni el de su sexo, y calidad, adolecen de los mismos ac-
Peste, porque nunca se ha experimentado en lo cidentes, que son regulares en los sugetos de
que se estiende aquella America, suele haver pervertidas costumbres; y por esto no es as-
algunas Enfermedades, que lo parecen, y son sunto de sonrojo, ni oculto el de tal indisposi-
muy comunes en él con el disfráz de Fiebres ción. La principal causa de hallarse tan esten-
Malignas, ò Tabardillos, y Pleuresías; ó Costa- dido es por no reducirse á Cura formal; el
dos; Accidentes que en ocasiones causan mu- Temperamento es propicio para los que están
cha mortandad; siendo un dissimulado Conta- picados de èl; y assi resiste la Naturaleza à la
gio, en el que se halla aquella Ciudad, quando malignidad del humór; mas que en otros Paì-
reynan. Experimentase otro, que llaman Mal ses: por lo que no son muy frequentes los
del Valle, ò Vicho y es tan comun este, que en exemplares, de que lleguen à postrarse con èl,
los principios de qualquiera enfermedad apli- ni de que quieran sujetarse à Cura perfecta. No
can los adequados Medicamentos para curar- hay duda que en alguna manera les deba acor-
lo; por ser regular el recaer en èl à los dos, ò tar la vida, pero no es tanto, que se haga sensi-
tres dias de Fiebre. Mr. de Fusieu asseguraba, ble, y suelen llegar hasta setenta años, o passar
que muchas veces aplican el remedio á los que algunos de esta edad, sin que les haya faltado el
estàn libres de la Enfermedad; la qual consiste mal heredado, y el contraìdo desde sus tiernos
segun su sentir en la Cangrena, formada en el años.
Intestino recto; y es cierto segun èl mismo, que 684 Quando reynan los Vientos del Norte,
se padece mucho de ella en aquel clima, y que y Nordeste, que son los más frios, por passar al-
la Cura es necessaria para contener el progres- gunos Páramos Nevados, que caen ácia aque-
so del Accidente, quando ha acometido en la lla parte, se padecen Catarros, que alli llaman
realidad; y esto sucede más regularmente, que Pechugueras; y toda la Ciudad està insicionada
en otras ocasiones, en las de padecer Dissente- de este Accidente, que es de bastante molestia,
ria, ò enfermedad de igual especie: pero como Entonces es el Temperamento algo desabrido,
aquella Gente vive impressionada en el juicio pues en las Mañanas se dexa sentir el frio mas
de que no haya Accidente, donde falte el de de lo regular; y se necessita de abrigo; pero ces-
el Vicho, es indefectible su Cura: y esta muy sa esto desde que entra bien el Dia.
144 / Ximena Romero
685 Assi como ni en Quito, ni en toda la ex- llas campestres de innumerables clases, los
tensión de la America Meridional se experi- vuelven amenísimos a la vista. Los jardines
mentan los estragos de la Peste, que tan horri- siempre y durante todo el año hacen gala de
bles suelen ser en Europa, y otras partes, del sus claveles, lirios, nardos (a éstos allá los lla-
mismo modo es alli en los Perros desconocido man narcisos) y muchísimas otras flores sin
totalmente el Mal de la Rabia, que con tanta secarse jamás. Los árboles frutales naranjos,
frequencia les suele acometer acà: y aunque de cedros, limoneros, limoncillos, manzanos, pe-
aquella tengan alguna idèa de las Enfermeda- rales, están todo el año con fronda, flores y
des, que se le semejan en los efectos, y à que frutos: de los cuales unos hacen fruto, otros
por ello dà alli el nombre de Peste, no assi de la crecen; estos maduran, otros están ya madu-
Rabia: porque ignoran enteramente todas sus ros. Cuando a los árboles de manzanas, peras,
particularidades; y los efectos lastimosos, que membrillos y duraznos les van cayendo las ho-
ocasiona su Veneno, son estraños para aquellas jas viejas, ya están verdes los nuevos brotes y
Gentes. En su lugar están sujetos los mismos ramas y las yemas juntamente con sus retoños
Perros à una enfermedad, que se puede com- y ramitas tiernas se adornan de nuevas flores y
parar a las Viruelas de los Racionales, porque así sucesivamente se cubren de hojas, florecen
siendo Cachorros, les dà à todos, ò es raro el y fructifican. Aunque algunos de los árboles
que no la participa; y una vez que no mueren frutales como los perales, manzanos, membri-
de ella quedan libres de su repetición: llaman llos, duraznos y otras frutas europeas no dan
tambien à esta Enfermedad Peste; y consiste en frutos maduros hasta los dos o tres meses, sin
darles convulsiones en todas las partes del embargo jamás les falta frutos, o pequeños y
Cuerpo; herir continuamente, perder el tino; y tiernos o grandes y maduros. En cambio en los
arrojar borbollones de Sangre por la boca, con contornos y regiones de las cinco leguas y aun
lo qual mueren, los que no tienen fuerza para en otros sitios, en aquellos mismos meses se
resistir: siendo tan comun allà este Accidente, encuentran frutos maduros. Por ello casi du-
que se nota su frequencia en todas las Provin- rante todo el año hay, y nunca faltan algunas
cias, y Reynos de la América Meridional. otras frutas propias del país. Toda esta admira-
(ULLOA, 1736) ble variedad de aquellas feracísimas y delicio-
sas regiones sin duda viene ocasionada por la
bondad y benignidad del clima.
❑ De la amenidad y clima de la ciudad de
El clima en la misma ciudad de Quito es de
Quito
perfecta primavera y al mismo tiempo de oto-
La amenidad de la ciudad y de los contor- ño; pero de la primavera que comienza en los
nos de Quito es maravillosa y singularmente países y ciudades no muy alejados (200) de las
placentera ya que los campos, prados, sembra- playas marítimas, y del otoño vecino a las ma-
dos, árboles, huertas, jardines durante todo el rítimas. Aquella temperatura no puede decirse
año permanecen verdes, floridos, muy visto- verdaderamente cálida, ni fría ni tibia, sino
sos. De donde tuvo origen el calificativo anto- igualmente templada con un poquito de fres-
nomástico que ya he citado en otra parte: “El cura muy agradable. Lo mismo en los dos Eji-
siempre verde Quito”. Aquellos prados todos dos. Y así permanentemente durante todo el
vestidos durante los doce meses del año de año, a excepción de dos, a lo más tres meses,
hierbecillas verdes entremezcladas con floreci- que son abril, mayo y junio; a veces mayo, ju-
Clima / 145
nio y julio, en los que hay un poquito más de muerte de todos los obreros indios. Todavía
fresco, pero no tan intenso que sea necesario ahora mantiene su fuerza y persiste en todas
usar otras ropas y precauciones para defender- aquellas provincias y ciudades aquella peste,
se del clima algo más fresco. Así pues, tanto los contagiosa solo para los indios dejando libres
hombres como las mujeres usan durante todo a los españoles, En otro sitio quizás tendré
el año los mismos vestidos. En resumen: es un ocasión de hablar de ella con más detención.
clima admirable, ya que tanto se adapta al La primera cualidad importantísina del
cuerpo humano el vestido de paño como el de clima de Quito es el ser sano, muy sano y muy
seda; tanto el de medio tiempo como el de ve- saludable para cualquiera, si usa en todo de la
rano, sin causar la menor molestia a quien sobriedad y moderación en el alimento y bebi-
usase uno u otro o alternativamente los dos. da. La segunda cualidad es ser seco y nada hú-
Hay también algunos meses en que el clima medo, y con tanta abundancia de agua, pues
parece ser un poco más caluroso, pero no so- jamás se enmohecen las cosas ni corrompen
brepasa el calor de primavera que suele sentir- los granos, que se conservan por años. La ter-
se en algunos lugares marítimos, al fin de ella. cera cualidad es que está inmune de mosquitos
Otra condición, de ese delicioso clima es que y hormigas, de chinches y escorpiones; solo
también es maravillosamente sano a no ser hay pulgas en dos o tres meses del año, y aun
que se introduzca de otras partes alguna epi- así no en la cantidad exorbitante de algunas
demia contagiosa, como sucedió no pocas ve- (201) ciudades americanas como Lima, etc. y
ces en mi tiempo. Hace siete años, en 1763, vi- aun europeas, como Sevilla, etc. donde vivir de
no de Méjico un contagio o peste introducida día y mucho más de noche, es molesto sobre-
en las mercancías de varios negociantes, que manera. Solo recuerdo de un año en que hubo
solamente infestaba a los indios, luego tam- muchas en Quito, pero se dijo haber sido una
bién a los mestizos, aunque los mayores estra- epidemia universal de pulgas. La cuarta cuali-
gos producía entre los indígenas. En las casas y dad es que no hay animales reptiles venenosos.
familias donde entraba mataba a todos abso- La quinta que su cielo es alegre en gran mane-
lutamente, hasta el séptimo grado, en tres días, ra, claro, bello, por lo que los ojos de todos se
y a muchos en dos, sin remedio posible, de encantan tanto de día como de noche. Cuál sea
manera que muchísimas haciendas y posesio- la causa de tan rara propiedad nadie lo sable
nes de gran importancia quedaron abandona- explicar. Aunque toda la atmósfera esté nubla-
das por sus dueños por habérseles muerto to- da, si se descubre un trocito de cielo, este apa-
dos los indios, aun sus hijos pequeños a quie- rece tan claro, alegre y placentero a la vista que
nes los cuidaban como parte de su personal de alegra en gran manera el alma y el corazón de
trabajo. Fuera de eso, tantas poblaciones de in- todos, pese a que la ciudad se halla toda edifi-
dios fueron destruídas y aniquiladas hasta el cada en un lugar rodeado de montañas altísi-
punto de no quedar ni un solo niño; todas las mas y de cordilleras de colinas, tal como ya se
casas tuvieron que ser quemadas, como suce- ha dicho en otro lugar. Por lo demás las lluvias
dió, encontrándome yo presente, en el pueblo vienen a su tiempo y generalmente suelen ser
llamado Izamba, en otro llamado Sta. Rosa, y moderadas. Cada año, dos tres y más veces cae
en muchos otros. Además casi todas las fábri- nieve en gran cantidad, así como también cae
cas de paños y de otras telas de lana, todos los buenas granizadas; pero es cosa rara, de mane-
ingenios azucareros se vieron cerrados por la ra que apenas si se nota alteración alguna del
146 / Ximena Romero
clima por aquellas nevadas, pues no vi jamás nerife65 en las Islas Canarias, el cual se tiene
que alguien se quejara de gran frío, sino sola- como el más (202) alto y elevado sobre la su-
mente que sintiera un poquito más de frescor, perficie de la tierra de las tres partes del mun-
que cesaba, inmediatamente. Hay también do, y todavía desde el suelo de aquella Plaza se
tormentas a veces fuertes y no es raro que cai- ve alzarse y levantarse altísimas montañas que
gan rayos en la ciudad. tienen una, dos, tres y aun más leguas de subi-
Sucede una cosa digna de contarse, y es que da y falda. De donde se sigue que el aire de
caminando por el lado de una calle, por la aquellas regiones meridionales es muy sutil,
sombra, se experimenta una temperatura en tanto que el sol, aunque despida sus rayos per-
gran manera agradable, mientras que si se pa- pendicularmente y por consiguiente más ar-
sa al otro lado, donde da el sol, es increíble dientes y abrasadores, sin embargo no pueden
el calor y ardor que se siente, pues parecen lla- hacer en la atmósfera de aire tan sutil la impre-
mas los rayos que queman y abrasan por lo sión de calor, pues no encuentran la materia o
que cada uno conoce perfectamente hallar- sujeto apto y proporcionado para actuar en él
se bajo la línea equinoccial. La causa de aquel el sol, aunque esté en perpendicular. Lo que no
clima y temperatura tan agradable y delicioso sucede donde las tierras son más bajas, como
la atribuyen todos a dos cosas: la primera a los en los valles profundos, pues el aire, al ser de
muchísimos montes altos y cargados no pocos mayor cuerpo y densidad, admite toda la im-
de ellos, de nieve hasta su base y las dos cordi- presión de los rayos solares, pues tienen sujeto
lleras altísimas nevadas durante todo el año. en qué obrar. Por eso el calor de hace sentir
Con lo cual ocurre que el aire y toda la atmós- fuertemente y con gran intensidad y eficacia,
fera se atempera y refresca por la exorbitante tal como se experimenta exactamente en Gua-
cantidad de nieve sin permitir que los rayos yaquil, cuyo suelo es muy bajo respecto del de
solares, perpendiculares, de suyo allí abrasado- la Plaza de Quito, siendo tan bajo y profundo
res, ardientísimos, puedan actuar con el exce- que, según el parecer de todos, se extiende por
sivo calor que les son propios, sino que tem- más de siete leguas.
plados y suavizados por aquella frialdad exter- Por todo esto parecería un gran despropó-
na, permanezcan en una temperatura bella- sito afirmar que en la ciudad de Quito y en to-
mente templada, ni caliente ni fría. Añáde- da aquella Provincia en que el clima es suave,
se que los vientecillos y las auras suaves co- benigno y templado, los líquidos y bebidas
mo que o nacen o pasan por las cordilleras y frescas tales como los de leche de almendras,
montes nevados, traen consigo un agradable de semillas de sandías y melones finos, de ta-
frescor que suaviza maravillosamente el calor marindos, limones y otras frutas fresquísimas
del sol en la línea equinoccial. La segunda cau- son necesarias para la conservación de la salud
sa se atribuye a la desmesurada altura y eleva- humana. Pero no lo son, sino que deben ser
ción de aquellas tierras americanas meridio- solo muy frecuentes ya que la experiencia así
nales por encima de las demás tierras del glo- lo ha enseñado. No se duda en manera alguna
bo terrestre. Puesto que (tal como lo dije en que la línea equinoccial obra, e influye inte-
otro lugar) el piso de la Plaza Mayor de la ciu-
dad de Quito, (según las observaciones hechas
por los Académicos parisinos), se encuentra al 65 Posiblemente se refiere al Teide, monte de la isla
mismo nivel y altura que el altísimo monte Te- Tenerife.
Clima / 147
riormente en los cuerpos humanos y en sus lí- El año de los terremotos de la ciudad de Quito y
quidos y humores, calentándolos en gran ma- los de la de Latacunga
nera, sin ser suficiente aquella frialdad externa
impropia y no connatural a aquel clima, para La bella ciudad de Quito fue conmovida
impedir tal efecto del Sol perpendicular sobre sobremanera el año 1755, en el mes de abril y
los cuerpos sunblunares; por el contrario son casi todo el de mayo. Arruináronse los campa-
nocivos en alto grado los licores cálidos y ar- narios, cúpulas, casas e iglesias. En fin, toda la
dientes como el aguardiente, el vino tinto, la ciudad quedó inhabitable. Los terremotos fue-
mistela, el vino, etc. confirmándolo demasiado ron tan terribles como no se leen en todas las
la experiencia. Allí estaba en uso, en los lustros Historias, otros semejantes, tanto en la fre-
pasados, el agua o la cerveza de aquellos países, cuencia, en el número y en la violencia, como
de cualidad fresca; y nuestros Hermanos en la calidad, duración y variedad. Quizás en
Coadjutores médicos y especialistas me dije- otro sitio me será más fácil describirlos. No
ron muchas veces que en la ciudad de Quito y fueron de calidad inferior los terremotos de
casi en toda la Provincia jamás se veían enfer- Latacunga sucedidos el año 1756 o 57 comen-
mos atacados de fiebres ardientes, agudas y zando el martes de Carnaval, día anterior al de
malignas, llamadas por los españoles Tabardi- ceniza; más bien, por los efectos, fueron más,
llo, sino muy raramente, pero desde que se es- mucho más horribles que los de Quito, ya que
tableció el estanco real del aguardiente de caña toda la ciudad quedó arruinada, todas las igle-
de azúcar en el año de 1745, tiempo en el que sias, campanarios y conventos y casi todas las
entró así mismo en todas partes el uso de casas, no obstante que todas las construccio-
aquel licor y de la mistela, del vino tinto, co- nes de aquella ciudad eran de bóveda real de
menzaron a observarse fiebrecillas efímeras, piedra pómez. Los terremotos de Quito no
pero ardientes, agudas, malignas, pútridas y ocasionaron ningún daño en la ciudad de La-
también periódicas. Con las continuas obser- tacunga; los de ésta en cambio, ocasionaron
vaciones hechas en el hospital, reconocieron mucho en Quito.
los médicos ser el vino, el aguardiente y otras NOTA: He tratado extensamente la materia to-
bebidas de cualidad cálida, la única causa de cante a la ciudad de Quito y su comarca para
aquellas fiebres malignas no antes conocidas y que los lectores vean cuánto hay de grande, be-
que el clima exigía bebidas frescas y refrigeran- llo, bueno, magnífico, prestante, ameno y agra-
tes, de acuerdo al influjo y acción que ejerce dable en aquella capital de la Provincia, todo
en los sólidos y en los líquidos del cuerpo hu- ello digno y merecedor de las plumas de los
geógrafos. A pesar de ello o no hablan o si ha-
mano la línea equinoccial, o sea, el sol perpen-
blan, lo hacen tan vilmente que parece lo hacen
dicular, mucho más que en los demás paí-
como si se tratara de una bicoca o un caserío in-
ses. Además, son rarísimos los febricitantes feliz. Sin embargo no es asi.
malignos y agudos que escapan de la muer-
(CICALA, 1743)
te; por el contrario, (203) con gran facilidad
se curan los pleuréticos, los afectados de pe-
❑ Clima
cho y las fiebres catarrales y fluxionales, las
cuales siempre han sido frecuentes en aquellas Dos palabras acerca de la temperatura de
regiones. Quito: aún cuando esté colocado bajo el mis-
148 / Ximena Romero
mo ecuador, por decirlo así, en el centro de la nentes los terremotos. No hay en este clima in-
Zona Tórrida y parezca que deba ser inhabita- sectos fastidiosos, solamente hay uno que se
ble, a pesar de eso goza Quito de una tempera- llama nigua, pero éste en la ciudad es raro, así
tura verdaderamente especial que no deja sen- no se sabe que cosa sean el contagio o la peste;
tir ni el exceso de calor ni el rigor del frío, y solamente en algunos años una especie de epi-
que es quid medium que la hace gozar de per- demia se introduce en el bajo vulgo; pero, por
petua primavera; la igualdad en las horas del lo común no suele ser mortal; reina en estas
día es casi siempre la misma, sin que se pueda partes un mal desconocido en Europa, que se
notar la imperceptible variedad que pasa, los llama güicho; consiste en una gangrena que se
vientos la dominan de continuo pero son salu- forma en el intestino recto, principalmente
dables y no molestos; y aunque el más común después de la disentería u otra enfermedad del
sea el que viene del Sur o del Norte, que es co- bajo vientre. La curación es muy dolorosa pe-
mo aquellos que se han dividido en igual por- ro no ofrece peligro; forman una bola de li-
ción el año, en vez de ser nocivos contribuyen món muy agrio que llaman limón sutil con
a la perfección del clima, impidiendo que el sol pólvora de escopeta, de pimienta y sebo; intro-
ejercite toda la fuerza de sus ardientes rayos. Si ducida ésta en el intestino recto por la parte
estas son bellas cualidades que alientan, hay posterior, sana totalmente la gangrena y libra
otras que disgustan sobremanera: las fastidio- del güicho.
sísimas características de este clima son las (COLETI, 1757)
continuas lluvias, tanto que graciosamente di-
jo un Obispo, que de once meses del año las
❑ Para dar una idea del aire de Quito hay
lluvias ocupaban trece meses continuos, las
que despojarse de los errores nacidos de una
tempestades frecuentes y terribles con truenos
mera especulación, porque sin este guía infali-
y rayos que no caen pero que llueven, los for-
ble y sin la Historia que nos informe quién pu-
midables terremotos que de tiempo en tiempo
diera imaginarse nunca que en medio de la zo-
se dejan sentir. Hasta la una del medio día, los
na tórrida, mejor dicho bajo la Línea Equinoc-
días son bellos y alegres que no se puede de-
cial, no solamente sea muy tolerable el calor si-
sear más, pero desde esta hora el cielo se oscu-
no que en algunos lugares hay un frío riguro-
rece y se pone tan triste que oprime el corazón
so y que todos los otros gocen de la fecundidad
y ocasiona grave melancolía, añadiéndose a es-
y de las ventajas de una primavera perpetua
to fuertes dolores de cabeza y malestar en todo
estando los campos siempre cubiertos de ver-
el cuerpo; las calles se convierten en ríos y las
dura esmaltados de flores de colores vivísi-
plazas en lagos, tanta es el agua que de todas
mos? La moderación del clima, libre de todo
partes inunda la ciudad; verdad es que hay de
extremo de frío y de calora y la igualdad cons-
tiempo en tiempo diez a quince días serenos y
tante de los días y de las noches, hacen fértil y
placidos que dan lugar a algún alivio; pero co-
agradable este país, que la sóla razón, sin opor-
mo si fueran necesarias estas lluvias, si el cielo
tunas informaciones, haría creer por su sola si-
se serena durante más de ocho días, comien-
tuación, que fuese inavitable. La naturaleza ha
zan las rogativas, oraciones y procesiones para
obtener de Dios que vuelvan las primitivas llu-
vias, pues que si durase el verano, las enferme- a La Condamine dice que el calor no sube nunca a más
dades serían muchas y peligrosísimas e inmi- de 16 o 15 grados.
Clima / 149
derramado aquí sus bendiciones con una ma- nes se ven tres o cuatro días de buen tiempo
no tan liberal, que este país les gana a los de la continuado.
zona templada en los cuales las alternativas del La diferencia que hay entre el verano y el
invierno y del verano y los cambios del calor al invierno es pequeñísima: el intervalo entre
frío hacen muy sensible los extremos. Septiembre y Abril se llama invierno, y los
Aquí los vientos son salubres y soplan otros meses constituyen el verano. En el pri-
constantemente, pero nunca con violencia. mero suele llover ordinariamente, y en el se-
Suelen ser regularmente de Poniente o del Sur, gundo hay con frecuencia bellos intervalos de
aunque a veces giran levemente en diverso buen tiempo. Pero cada vez que pasan más de
sentido, sin ninguna regla de estación, por su- quince días sin llover, los habitantes se hallan
puesto. Soplando ellos incesantemente, aun- consternados y hacen rogativas públicas para
que se cambien con frecuencia, preservan que vuelva la lluvia. Al contrario, cuando las
siempre de toda violencia o ingrata impresión lluvias continúan por un tiempo considerable,
de los rayos solares; así, que, sin ciertas desven- sin interrupción, vuelven a consternarse y se
tajosas circunstancias, pudiera ser considerado aglomeran en las iglesias a rogar por el buen
este país como el más feliz de la tierra; pero tiempo; porque una larga sequía produce peli-
cuando esas llegan a manifestarse disminuye grosas enfermedades, y una lluvia continua sin
mucho el mérito de sus prerrogativas. En efec- intervalos de sol destruye los frutos de la tie-
to, aquí hay tempestades espantosas de true- rra. Así pues, los habitantes están continua-
nos y relámpagos, y terremotos todavía más mente ansiosos, por una u otra razón.
terribles que sorprenden con frecuencia a los Los terremotos no deben considerarse co-
habitantes en medio de su tranquilidad. Du- mo un mal menos terrible que cualquiera de
rante toda la mañana y ordinariamente hasta estos ya citados, y si no son tan comunes como
las dos de la tarde, el tiempo es extremada- en otras ciudades de América, lo son, por otra
mente agradable y goza de un sol vivaz y de un parte, frecuentes y a veces tan violentos, que
cielo sereno y claro. Pero después comienzan a no hay año en que no se sientan uno o dos,
condensarse los vapores y se cubre toda la at- que traigan consigo la ruina de muchas casas y
mósfera de densas nubes que traen consigo la muerte de algunos habitantes sepultados en
temporales tan fuertes de truenos y relámpa- ellas. La perenne belleza y la amenidad del país
gos que tiemblan las montañas vecinas y la en torno de la ciudad de Quito apenas puede
ciudad sufre con frecuencia terribles conse- parangonarse a la de algunas otras partes del
cuencias. Por último, las nubes se disuelven en mundo conocido. La temperatura uniforme
torrentes de agua tan impetuosos, que en bre- del aire la libra de aquellos cambios sensibles
vísimo tiempo las calles se convierten como en por los cuales las plantas y los árboles quedan
ríos y las plazas, aunque situadas en alto, como despojados del ornamento de su verdor, se
en lagunas. Esta escena espantosa dura a me- conserva su facultad vegetativa y ellos mismos
nudo hasta la puesta del sol; entonces el tiem- se reducen a una torpe inacción. Si se descri-
po se aclara y la naturaleza se vuelve bella co- biera plenamente la fertilidad de este país, pa-
mo en la mañana. A veces las lluvias duran to- recería a muchos increíble, si no la rindiese en
da la noche y en algunos casos hasta tres días gran parte probable el considerar cual benigno
seguidos, así como, por el contrario, en ocasio- y uniforme sea su clima. Porque son aquí tan
150 / Ximena Romero
moderados los grados del frío y del calor que clases de provisiones se venden al ojo, sin peso
nunca llega a faltar la humedad del suelo y es ni medida, y la costumbre regulariza el precio.
raro el caso en que la tierra no sea favorecida (ANÓNIMO, 1763)
por los rayos frecuentes del sol en algún mo-
mento del día. No es, pues, de maravillarse si
❑ Clima
este país goza de un grado de felicidad mayor
que aquellos donde no se combinan las mis- Los vientos refrescando la tierra continua-
mas causas, especialmente si se consideran que mente, la mantienen exenta de que los rayos
no hay ninguna diferencia sensible en todo el del sol lleguen a hacer impresión demasiado
curso del año. Aquí se ven en todo tiempo los sensible o incómoda. Si a estas excelencias no
frutos y las bellezas de las diversas estaciones. contrapesaran algunas pensiones a que está
Los europeos curiosos han observado con gra- sujeto aquel país, pudiera tenerse por el mejor
ta sorpresa que mientras aparecen ciertas yer- de la tierra. Pero decaese tanto a vista de ellas,
bas en los campos, despuntan otras de la mis- que llegan a disminuirse los quilates de su
ma especie, y mientras hay flores que están al bondad con los accidentes que la indisponen:
perder su belleza se abren otras que contribu- bien sea por los formidables y continuos agua-
yen a conservar siempre el gracioso aspecto ceros, bien por las espantosas y horribles tem-
del campo. Cuando los frutos de la tierra han pestades de truenos, rayos y relámpagos, o
llegado a su madurez y las hojas comienzan a bien por los impensados temblores que se ex-
cambiar de color, se ven en el mismo árbol perimentan cuando está muy distante de ellos
nuevas hojas, flores y frutos con su acostum- la imaginación.
brada gradación de tamaño y madurez. La distinción de invierno y de verano ad-
Esta fertilidad tan considerable del terreno, mitida en aquel clima consiste, en una muy
produce naturalmente una gran abundancia corta diferencia que se nota entre uno y otro.
en frutos y granos de muchas especies y hace al Desde el mes de Diciembre hasta Abril, Mayo
mismo tiempo que estos sean de calidad supe- o Junio, es el tiempo que se llama invierno, y
rior. Una prueba evidente de ello es lo delica- los restantes meses componen el verano. En el
do de la carne de buey, ternera, carnero, puer- primero son más comunes las aguas, y en el se-
co y volatería de Quito. Aquí se encuentra gundo suelen mediar más días de bonanza en-
también en cantidad suficiente el pan de trigo, tre los de lluvias. Siempre que se suspenden és-
aunque no igual al de Europa porque las mu- tas por más tiempo que el de quince días, se vé
jeres que lo suelen confeccionar no conocen a aquella ciudad hacer plegarias y rogativas
todavía bastante la manera de hacerlo. Esto no públicas para que vengan; y cuando continúan
debe, pues, atribuirse al trigo, que es excelente; sin intermisión, se repiten con el fin de que se
porque cuando está hecho por personas capa- acaben, porque de la sequedad se originan las
ces en casas particulares resulta tan bueno co- enfermedades y achaques graves y peligrosos,
mo en cualquiera otra parte. El mejor buey se lo mismo que la continuación de las aguas, no
vende en el mercado a 2 chelines, y 3 dineros dando algunos días de tregua.
las 25 libras y el comprador puede escoger la Además del beneficio que dispensan allí las
pieza que quiera. El carnero se vende por mi- lluvias, moderando el intenso calor de los ra-
tades o cuartas partes; y, cuando es tierno y yos del sol, son de gran utilidad para la limpie-
gordo, vale todo entero 3 chelines. Las otras za de las calles.
Clima / 151
La disposición de aquel país a los terremo- Se nota con admiración que al paso que se
tos o temblores de tierra, no es menos penosa secan en los prados las hierbas, suceden que
que las antecedentes, aunque en la realidad no nacen en el mismo momento otras, y al tiem-
sean tan frecuentes. po que toman su sazón las frutas, se envejecen
A la calidad de su temperamento se le debe las hojas que las acompañaron, y va produ-
atribuir una particularidad toda opuesta a la ciendo otras el mismo árbol. Esta grande ferti-
de Lima y de Guayaquil: esta es, la de que por lidad hace abundar todo género de frutas y co-
la pureza del ayre no permite que haya pro- mestibles, se observan en las carnes que se gas-
creación de Insectos: así es que no sólo no se tan en Quito de novillos cebados, carneros,
ven allí mosquitos ni pulgas, sino que también cerdos y aves domésticas, que la carne de novi-
está exempto de toda especie de sabandijas, no llo o vaca es de mejor calidad que la de Euro-
conociéndose allí ninguna ponzoñosa. pa, y se vende a cuatro o seis reales la arroba.
Aunque no se entiende alli en su propio Las legumbres verdes, raíces, fruta de toda es-
sentido el nombre de contagio ni el de peste, pecie abundan muy comunmente. El queso
tan vulgar en Lima, Guayaquil y Panamá, por- tiene mucho uso en diversas maneras, La pro-
que nunca se ha experimentado en aquella pensión a los dulces excede aquí respecto a
parte de América, con todo, hay fiebres malig- otros países y así es cuantioso el consumo de
nas, tabardillos y pleuresías o costados, que en azúcar y miel.
ocasiones causan mortandad. La fertilidad del territorio de Quito, la fe-
El mal, dicho vulgarmente del Valle o vi- cundidad de aquellos campos es tal, que faltan
cho, témese, y es tan comùn, que en los princi- voces para expresarlo. Tal, que parecería a mu-
pios de cualquiera enfermedad aplican los me- chos increíble, si a su persuasión no contribu-
dicamentos adecuados para curarlo. Las disen- yese el considerar la igualdad y benignidad del
terías, cuyas curaciones son demasiado empí- clima. La humedad continua, el calor y frío
ricas. moderados, no raros los soles para orear la tie-
Las enfermedades venéreas son comun- rra, y fecundarla, no es extraño que por natu-
mente excesivas, por no reducirse a cura for- raleza sea más fértil aquel país, que todos los
mal. que no logran semejante exclusión.
Cuando reinan los vientos del norte y nor- (BRANDIN, 1824)
deste que son los mas fríos por pasar por algu-
nos páramos nevados que caen hacia aquella
❑ Clima, terremotos
parte, se padece el catarro, que allí llaman pe-
chugueras, y toda la ciudad se inficiona de ese Quito ha sido patria de varias personas
accidente, que es de bastante molestia.- Enton- ilustres en virtud y ciencia. Nadie ignora que
ces es el temperamento algo desabrido, pues Quito fue destruída en 1755 por aquel famoso
en las mañanas se dexa de sentir el frío más de terremoto que se experimentó desde Lisboa
lo regular, lo que motiva a mudar el vestuario hasta el Perú. Desde aquella época ha tenido
que se acostumbra, abrigándose más. En esta aún que sufrir otros desastres.
época el método curativo del catedrático A las ocho menos cuarto de la mañana del
Brousais puede multiplicar sus sucesos, y au- día 4 de febrero de 1797 se sintió en ella y su
mentar sus triunfos. circunferencia un terremoto de tanta duración
152 / Ximena Romero
y violencia, que se consideró no haberse expe- casas, padeciendo unas más daños que otras
rimentado otro igual desde la conquista. según su situación y mayor y menor fuerza.
Las fuertes conmociones y extraordinarios Un trueno subterráneo muy espantoso que
vaivenes que hacía la tierra llenaron de horror se oyó a pocos momentos acabó de atemori-
y confusión a todos los habitantes; pues al ver zar, pero no causó más que otros tres temblo-
que las torres, templos y edificios vacilaban, ya res suaves aquel día y sucesivamente otros co-
con movimientos de ondulación, ya con otros mo en lo restante de la provincia. El 17 de fe-
de trepidación, juzgaban que trastornado el brero se condujeron las imágenes de nuestra
globo iban a quedar sepultados. Al suspender- Señora de Guadalupe y la Merced a la Catedral
se el terremoto, al cabo de cerca de cuatro mi- con una numerosa procesión a la que asistie-
nutos, se vieron bastante maltratados los tem- ron las autoridades.
plos, casi inútiles las torres y los conventos y (EL NUEVO VIAJERO UNIVERSAL, 1833)
X. Productos agropecuarios, comidas y bebidas
Q
de que siendo las Indias quienes tienen el exer- igualdad todo el año, Además de las anteriores
cicio de hacerlo, ni lo saben amassar, ni cocer; hay otras de Temple moderado, que también
pero pudiera ser tan excelente, como se quisie- subsisten todo el año, y son Frutillas, ò Fresas
ra, porque la bondad del Trigo es sobresa- del Perú, Higos de Tuna, y Manzanas. Las Fru-
liente; y està verificado assi, en el que suelen tas de zumo; que requieren Temple Caliente,
amasssar en sus Casas los Particulares. son assimismo de todo el año, y en grande
691 La Carne de Novillo, ò Baca, cuya bue- abundancia, como las Naranjas de la China, ò
na calidad puede competir con la mejor de las de Portugal, y agrias, Limones Reales, y Sutiles,
que se conocen en Europa, se vende por arro- Limas dulces, y agrias, Cidras, y Toronjas: estos
bas en la Carnicería: cada una vale quatro rea- Arboles mantienen todo el año el Azahar, y
les de aquel Paìs, y el que la compra es dueño nunca descansan de dàr fruto, imitando en
de escogerla de la parte, que le parece. El Car- aquel Temple caliente la propiedad de los que
nero se vende por piezas; esto es entero, medio, son naturales de él.
ò por quartos, y siendo gordo, y no viejo, vale 693 La abundancia, y permanencia de tan-
de 5 a 6 reales uno entero; en todos los de- tas, y tan diversas especies de Frutas es regalo
más mantenimientos no hay peso, ni medida continuo, con que se cubren las Mesas: ellas
para la venta: la costumbre, y el tanteo son son los primeros Platos, que las adornan, y los
quien arregla la cantidad à la proporcion del ultimos, que se quitan, quando las levantan,
precio. despues de haver servido la diversidad de
692 En lo que no es abundante es en Le- manjares de otras especies: entre cuya muche-
gumbres verdes y en su lugar suplen las Raíces, dumbre sirven no solo de diversión a la vista,
y simientes Secas: las especies de las Raíces son sì tambien de deleyte al Paladàr; pues segun es
Camotes, Arracachas, Yucas, Ocas y Papas: Las alli costumbre, varìa el gusto con ellas el de los
tres primeras se llevan de los Paìses cálidos, otros Platos.
donde se cria la Caña dulce; cuyos parages lla- 706 Ademàs de las Carnes Domesticas, hay
man Valles, o Yungas; bien que en estos dos también alli la de Conejos, que se crian en los
nombres hay distintos significados; porque el Pàramos, y se cogen en abundancia; perdices,
primero se entiende por aquellas Llanuras, que aunque no muchas, ni de la misma especie,
estàn en profundidad, y el segundo por las que las de Europa, pues se assemejan á las Co-
que se hallan situadas en las caìdas de la Cor- dornices; y mucha abundancia de Tortolas: pe-
dillera, y unos, y otros gozan Temperamento ro se dedican muy poco a coger estas, porque
cálido. De estos se llevan también las Frutas no tienen inclinacion a la Caza.
que les son Propias; como Plàtanos Dominícos, 707 Entre las especies de mantenimientos,
Guinéos, Ajì, ò Pimiento; Chirimoyas, Aguaca- que se consumen en aquella Ciudad, es uno de
tes, Granadillas, Piñas, Guayàbas, Guabas, y las los principales el Queso, y se regula que llegarà
demás, que son connaturales à ellos, como cada año el importe de èl de 75. à 80. mil pe-
queda explicado en los otros Paìses. Los de sos, moneda de aquel País: lo usan en muchas
Temple frio se subministran Peras pequeñas, maneras, y componen algunos manjares con
Duraznos, Priscos, Melocotones, Guaitambos, él: à correspondencia de este se hacen Mante-
Aurimèlos, Albaricoques, y algunos Melones, y cas de Baca muy delicadas, y tienen assimismo
Sandias. Estas ultimas tienen tiempo determi- gran consumo, aunque no llega con mucho al
nado para su sazón; y aquellas abundan con del Queso.
Productos agropecuarios / 155
708 La propension de aquella Gente à las de usarlo las Personas decentes con modera-
cosas de Dulces, excede à la que dexo expressa- cion, y por lo regular en los convites, bebien-
da en los otros Países; y assi es quantioso el dolo hecho Mistelas; pero prefieren esto al Vi-
consumo de Azucar, y Miel tanto en Quito, co- no, el qual dicen que les es dañoso. Los Chape-
mo en todas las poblaciones grandes de su ju- tones se acostumbran tambien à este Licòr, por
risdiccion. Despues de cuajada la Miel de Ca- ser el Vino, que se lleva de Lima, muy caro, y
ñas fabrican los pequeños Panes a manera de no abundar tanto; pero no se inclinan à el
Tortas, que llaman Raspaduras: estas, las co- Aguardiente de Cañas, sino al de Ubas, que
men a bocados, y es uno de los alimentos mas tambien se lleva de Lima. El desorden de esta
frequentes de la Gente pobre, pues con un pe- Bebida se nota entre los Mestizos, y estos son
dazo de ella; otro de Queso, y Pan se dispensa los que hacen la mayor parte de su consumo;
de la regular comida, y suelen preferirlo à las porque lo beben à todas horas, y no cesan
cosas calientes. Por este tenor usan de los ali- mientras se hallan con Dinero. Las Mugeres
mentos con alguna diferencia a lo que se acos- vulgares Españolas, y Mestizas beben assimis-
tumbra en España, y sus especies no dexan de mo inmoderadamente, y resisten à la embria-
ser en parte distintas segun queda ya visto, por guèz, mas de lo que parece natural à su sexo.
lo que no serà necesario detenerse más en este 666 Es muy comun en aquel Paìs el Mate,
assunto. que obtiene el mismo lugar, que el Thè en la
(ULLOA, 1736) India Oriental, aunque el methodo de tomarlo
sea distinto: componese de la Yerva, que en to-
❑ Los frutos que producen los enunciados da aquella America està conocida por el nom-
pueblos, son a proporción de sus tempera- bre de Yerva del Paraguay, por ser este el Paìs,
mentos. En los medianamente templados se que la produce: para disponerlo echan una
cosechan sin diferencia todos los granos, y con porcion de ella dentro de un Mate, Totumo, ò
más abundancia los de maíz, cebada y trigo. Calabacito, que tienen à proposito; el Azucar
En los que gozan temple cálido, se tienen plan- proporcionado; y un poco de Agua fria, la su-
tadas muy hermosas (y dilatadas eras) de caña ficiente, para que se empape; despues lo llenan
dulce y en trapiche se labran de ellas el azúcar, de Agua hirviendo; y porque la Yerva està des-
raspadura, miel y aguardiente, que se destina menuzada lo beben con una Bombilla, ò Ca-
al individuo que por subastación tiene a su ñuto, que dejando libre el passo à el Agua, es-
cargo el real estanco de esta especie. Estos fru- torva el de la Yerva, y à proporcion que dismi-
tos abastecen la ciudad, en donde a su entrada nuye aquella van echandole otra de nuevo, y
(se) exige el real derecho de alcabala, respecti- añadiendo Azucar, hasta que se hunde la Yer-
vamente a las porciones que se internan, al su- va, que es señal de necessitar otra. Suelen
jeto en quien regularmente está rematado este echarle unas gotas de Zumo de Naranja agria,
derecho por cuenta de Su Majestad. ò de Limòn; olòr y flores fragantes: usan de es-
ta bebida lo regular de Mañana en Ayunas, y
(MONTÚFAR Y FRASO, 1754)
muchos la repiten por la Tarde. Ella puede
muy bien ser saludable, y provechosa; pero el
❑ Bebidas
modo de beberla es demasiadamente desaliña-
665 La Bebida del Aguardiente de Cañas es do; porque con una Bombilla sola sorben to-
alli muy comun entre todos; con la diferencia, das las Personas, que hay en la compañia, to-
156 / Ximena Romero
mandola uno, luego que otro la acaba de qui- con unas redecitas muy espesas, y hacen unas
tar de la Boca; y assi và dando la buelta, hasta tortillas de ellos como una tortilla de una on-
finalizar. Los Chapetones entran poco en el uso za de chocolate, y cada una tiene también una
de ella, pero los Criollos le son apassionados; y onza, y lo secan al sol, y en Quito cada onza se
assi quando caminan, procuran no les falte al vende a ocho reales. Estos mosquitos se ponen
concluìr la Jornada: ocasion en que por el en los potajes los días de ayuno y en una olla
pronto la prefieren à otro cualquier Alimento; bastante para quince criaturas no se pone más
y hasta que ha passado rato de haverla toma- de ellos que lo que se coge con dos dedos, co-
do, no comen. mo un polvo de tabaco, y queda toda la olla
(ULLOA, 1736) con tan fino sabor de pescado, que no hay pes-
cado ninguno en el mar que diese el sabor tan
fino.
❑ Allí toda la manutención va barata,
Se cría por aquellas quebradas un pescado
porque la tierra es muy abundante de todo;
que lo llaman pescado negro, porque cría la es-
pero los indios allí en lugar de pan comen a
cama negra, y su sabor es muy fino, y retira un
puñados la harina de cebada sin florear, y a es-
poco a marisco, y el mismo sabor dan estos
to llaman masca. Sólo lo que allí va caro es el
mosquitos. Ya yo veo que esto es malo de creer,
aceite, y un vaso vale doce reales. Allí he visto
pero yo lo he visto, y he comido de ellos mu-
vender tres aceitunas por medio real, y cuando
chas veces y siempre con mucho gusto. Pero
hay muchas dan cinco. El vino de Chile vale
donde campean mejor es en el locrito de pa-
regularmente tres o cuatro pesos un frasco, y
pas, que siempre es el último plato que se saca
de aguardiente vale seis u ocho. La de guarapo
a la mesa a mediodía y a la noche. En Quito
ya va más barata, y se usa mucho, porque es
comen muchísimo ají, y a más del sobrado que
gente muy dada a la bebezón. La carne es muy
llevan los guisos y potajes, sacan de ello moli-
buena y barata de toda especie fresca cada día
do en fresco un plato a la mesa, y cada cual to-
todo el año, de tocino, cabra, oveja y carnero.
ma su cucharada, y en casas de distinción lo
Las reses mayores sólo se matan el sábado, pe-
fríen con manteca. Allí no usan comer con cu-
ro con la benignidad del clima se conserva
chara ni tenedor, sino con las manos, a no ser
fresca toda la mañana. Hay allí helados todo el
chapetones. Tampoco cortan el pan, sino que
año a medio real un vaso. El pan es mejor que
lo despedazan. Pasas, almendras e higos pasa-
en España y más barato, y hacen de muy deli-
dos se venden a ocho reales la libra. Allí sí hay
cado, amasado con huevos, que sólo las tortas
mucha fruta todo el año buena y barata.
de Mallorca le pueden competir. Pescado fres-
co rara vez lo hay con mucha escasez, porque (SANTA GERTRUDIS, 1760)
no hay río grande cerca; sólo de algunas que-
bradas traen alguno, pero de salado provéese Una de las bebidas que más toman comun-
de Guayaquil, y de mucho marisco seco, y mente en este país es el mate, muy semejante al
críanse por aquellas quebradas cercanas a Qui- té de la China pero que se prepara y bebe de
to con mucha abundancia una especie de mos- diferente manera. Se hace de una yerba llama-
quitos como los que se crían en el vino, y aun da Paraguay, país en donde nace, se mete la
son más chicos. Estos no vuelan, sino que na- yerba en abundancia en una calabacita forrada
dan por dentro del agua. Los indios los cogen de plata con suficiente cantidad de azúcar y un
Productos agropecuarios / 157
poco de agua para macerarla. Después que se palmitos, banano, piñas, naranjas, limones, li-
ha dejado en este estado se llena la calabaza de mas, paltas, chirimoyas, guabas granadillas; y
agua, y una vez la yerba deshecha se bebe el lí- de las partes frías traen patatas, coles, arvejas,
quido por un canuto fijado a la calabaza la que manzanas, peras, guindas, duraznos, albarico-
tiene cerca de la boca una especie de filtro. De ques, melones, moras; así como varias legum-
esta manera se llena varias veces la calabaza bres y hortalizas; maíz y otros cereales crecen
con agua nueva y se mete más azúcar hasta en diferentes climas y muchos de los vegetales
que la yerba precipite al fondo, la cual es señal y comestibles, pueden obtenerse frescos du-
clara que se necesita otra nueva. Hay también rante todo el año. Varias clases de pan traen al
la costumbre de esprimir en el líquido algunas mercado a ciertas horas del día, con el propó-
gotas de zumo de limón o de naranja de Sevi- sito de servir fresco a las horas de las comidas
lla mezclada con perfume de flores olorosas. de los habitantes: se hace siempre en pequeñas
Esta es su bebida ordinaria por la mañana y hogazas o pasteles. Después de las doce del día
muchas la beben también en el día. No hay du- el precio del pan baja y a las cinco de la tarde
da que el licor es agradable pero la manera de seis panes pueden ser comprados al mismo
beberlo es poco delicada porque se hace dar precio que tres de la misma clase cuestan en la
varias veces la vuelta al vaso del mate en la reu- mañana: esto proviene de la costumbre de no
nión y todos beben con el mismo canuto, uno comer nunca pan guardado. Muchas varieda-
después de otro sucesivamente hasta quedar des de pastas son vendidas también en el
satisfechos. mercado, algunas de las cuales son de gusto
(ANÓNIMO, 1763) delicado.
Los nativos de Quito son muy hábiles en
❑ Comidas, dulces, bebidas cocinar algunos de los productos del campo;
tanto que yo he sido asegurado a menudo que
El mercado de Quito está bien aprovisio- hacen una variedad de cuarenta y seis platos y
nado con buena carne, cordero, chancho y pasteles de maíz, o por lo menos de aquellos
aves, cuyos precios son bajos. La carne es su- en que el maíz es su principal ingrediente: de
ministrada por los principales hacendados, los las patatas treinta y dos platos de la misma
cuales están comprometidos a despostar un manera, sin contar muchos otros con los cua-
número de reses gordas ya convenido diaria- les el maíz y las patatas son mezclados.
mente durante el año y vender la carne a un Algunos de los confites son muy delicados,
precio señalado; con este objeto hay una carni- particularmente aquellos secos y enconfitados.
cería pública, donde un oficial perteneciente Estos son a menudo hechos de la pulpa de di-
al Cabildo vigila que el compromiso sea cum- ferentes frutas, imitando a aquellas que no son
plido. más grandes que una nuez. Las naranjas, limo-
Los vegetales y frutas son marcadamente nes y limas son a menudo recogidas de los ár-
abundantes; los climas son tan variados en las boles cuando están del tamaño de una nuez y
vecindades de la ciudad (por cierto puede de- delicadamente guardadas y enconfitadas. Las
cirse que varían a cada paso), que los vegetales mismas clases de frutas son recogidas cuando
y frutas de Europa crecen entre las de los tró- están maduras, cubiertas de flores, enconfita-
picos. De los valles y yungas, declives de las das y guardadas en un lugar seco donde puede
montañas, traen camotes, yucas, aracachas, conservarse por largo tiempo. Lo que es consi-
158 / Ximena Romero
derado justamente como una maestría en con- yos ingresos aumentan las entradas reales; el
fitería en Quito, es preservar la corteza de la brandy y sus derivados, pisco o aguardiente,
toronja o sidra, entonces rellenarla con peque- son considerados artículos de contrabando.
ñas naranjas enconfitadas, limones, limas, etc. Entre las clases bajas el uso de chicha, hecha de
y después enconfitarla. maíz es muy común, y sus cualidades intoxi-
La enorme cantidad de queso consumida cantes son visibles entre los indios, que son
en esta ciudad excede toda ponderación, su apasionados habitues de ella: con el propósito
costo anual no es menos de ochenta o noven- de estimular la sed o abrir el apetito, ellos co-
ta mil dólares. El cálculo está hecho de acuer- men una gran cantidad de ají; no es raro por
do al precio, porque el queso, así como otros cierto para un indio hacer una comida de
comestibles, son comprados por su tamaño y veinte o treinta ajíes, un poco de sal, un peda-
no por su peso y el precio rara vez varía. Yo he zo de pan y dos o tres cuartos de chicha.
pesado varias veces quesos, que cuestan un dó- Quito es famoso por los delicados helados
lar cada uno y he encontrado que su peso tie- y bebidas heladas, las cuales son hechas por
ne el promedio de siete u ocho libras cuando sus habitantes; un servicio de helados, cuando
está fresco (en este estado es traído siempre al se ofrece una comida o una gran recepción, es
mercado), de ahí que la cantidad consumida considerado el mejor ornamento de la mesa.
anualmente asciende alrededor de seiscientas Estos helados son generalmente preparados
cuarenta mil libras de peso, o más de doscien- por las Monjas, quienes para el efecto tienen
tas ochenta y cinco toneladas. Esto se debe al moldes de peltre (especie de metal compuesto
número de platos hechos con patatas, maíz y de estaño y plomo) para imitar algunas clases
otros cereales, que obligan a mezclarlos con de frutas; se componen en dos piezas las cua-
queso. Como la costumbre de comer queso les se juntan con cera: por una pequeña aber-
asado prevalece, uno entero, que pesa alrede- tura de un extremo, se vierten el licor, un líqui-
dor de tres o cuatro libras es colocado general- do preparado de jugo de frutas, cuando está,
mente en las mesas en el desayuno y comidas; lleno el hueco es tapado con cera y los moldes
muchos de los hacendados y granjeros obtie- colocados dentro de un recipiente de hielo en
nen la mayor parte de los beneficios del queso pedazos con sal, y dejados allí hasta que su
que se hace en sus haciendas. contenido se haya congelado; las dos partes del
Los licores que usualmente se consumen molde son entonces separadas y el contenido
en Quito son ron y una pequeña cantidad de sólido colocado en un plato; este servicio de
brandy: del ron, que se destila aquí, se hacen helados se hace consistir en la perfecta imita-
algunas variedades de licores. Ha sido proba- ción de piñas, naranjas melones y otras frutas.
blemente observado que el ron no es nocivo Cuando son helados de leche o crema se hacen
para la salud de los quiteños, como se supone en moldes en forma de quesos. Estas imitacio-
es aquel de los peruanos; pero al contrario, el nes colocadas en platos y ornamentadas con
brandy es considerado aquí por el cuidadoso hojas, etc., son muy difícilmente diferenciadas
Gobierno como perjudicial para la salud. La de las verdaderas frutas, y cuando están mez-
verdad es que la destilación del ron es un mo- cladas con éstas, yo he visto con frecuencia a
nopolio real en Quito; lo que no ocurre con el extranjeros completamente confundidos.
brandy en el Perú: todo esto se hace con el pro-
(STEVENSON, 1810)
pósito de incrementar el consumo de ron, cu-
Productos agropecuarios / 159
❑ Es también muy común en aquel país el Se usa allí mucho también el mate, lo mis-
mate, que es una especie de té de la India mo que el té en la India oriental, aunque se to-
oriental, aunque el modo de tomarlo es distin- ma de otro modo. Se compone de la que en
to, pues es con una bombilla o canuto. Usan aquella parte de América se conoce por yerba
por lo regular de esta bebida por la mañana en del Paraguay, por abundar en aquel país.
ayunas y muchos la repiten por la tarde. Ella Echan una porción de ella en un mate, totumo
puede muy bien ser saludable y provechosa, o calabacito que tienen para este efecto, con
pero el modo de beberla es demasiado desali- azúcar y agua fría, la necesaria para que se em-
ñado, porque con una bombilla sola se sirven pape. Lo llenan después de agua hirviendo; y
todas las personas que hay en la compañía: los como la yerba está desmenuzada, la beben con
naturales son apasionados de este mate, y un conutillo, a veces varias personas con el
cuando caminan lo prefieren a otro cualquier mismo sucesivamente; y a medida que va dis-
alimento. minuyendo, añaden otra agua y azúcar, hasta
(BRANDIN, 1824) que la hierba se hunde. Echan también en esta
bebida algunas gotas de zumo de naranja agria
o de limón, y flores aromáticas. La usan por la
❑ Bebidas
mañana en ayunas y muchos la repiten por la
La bebida del aguardiente de caña es muy tarde. Los Chapetones la usan poco, pero los
común entre todos, pero con moderación en- Criollos mucho. Cuando van de viaje, es la pri-
tre las personas decentes, y por lo regular en mera cosa que toman al fin de la jornada; y
los convites, Creen que el vino les hace daño, y hasta después de un gran rato no toman otra
estaba además muy caro. Los Mestizos eran los cosa.
más inclinados a aquella bebida. (EL NUEVO VIAJERO UNIVERSAL, 1833)
XI. Comercio
Q
blecimiento de los Registros particulares de los ma. La causa principal no radica solamente en
mercaderes españoles que se dirigían solamen- la gran decadencia del comercio, sino también
te o a Cartagena o a Lima, se acabó también en el gran lujo derrochado por cada uno pue-
todo el comercio en Panamá, Guayaquil y da o no pueda, en competencia con otros, y
Quito, por lo que ya no circula por dichas pro- más bien se estarán sin probar un pedazo de
vincias aquel gran número de millones que sa- pan hasta medio día antes que dejar un rico
lían de la ciudad de Lima: sino que dichos Re- vestuario o de endeudarse hasta las cejas, Pero
gistros se los llevan desde Lima hacia España. volvamos a la ciudad.
Además todas las mercancías y lanas que se fa- (COLETI, 1757)
bricaban en toda la Provincia de Quito, como
paños de color turquesa, acanelado y de otros ❑ El comercio de Quito puede ser dividi-
colores, las bayetas de todo color, las jergas, las do en dos clases, aquel de artículos manufac-
telas de algodón, los sombreros, las alfombras, turados en el país y los artículos manufactura-
cortinajes, cajas de mil galanterías, flores, en- dos en el extranjero. Los almacenes y tiendas
cajes y aun las estatuas, pinturas, etc, y un nú- contienen generalmente una sola clase de pro-
mero incontable de otras manufacturas que ductos. La manufactura del país consiste en
producían muchos millones, y que los daban vestidos de lana y algodón, bayetas, azúcares,
el Perú, Chile, y aun Paraguay, a la Provincia franelas, ponchos, calcetines, encajes, coloran-
de Quito, con los Registros quedaban en Lima, tes, hilos, tejidos de algodón, agujas y otros ar-
y ya no venían más a Quito, pues dichos Regis- tículos menores. El surtido de artículos ex-
tros proveían a Lima, Chile y a todo el Perú de tranjeros se compone de toda clase de artícu-
innumerables productos, más finos y más ba- los de manufactura europea, así como hierro y
ratos que los de Quito. Por ello cada uno com- otros materiales de ferretería.
pra lo más fino, lo mas barato, lo mas distin- Los artículos europeos de mayor demanda
guido y lo más precioso (porque es de Europa) son: paños ingleses, casimires, franelas de co-
aunque sea de menor duración, despreciando lores, zaraza, fustanes, muselinas, calcetines,
los productos (como dicen) de la tierra y del sedas; linos de Irlanda de imitación alemana o
país. Es imposible explicar cuán grande es la francesa; toda clase de objetos de ferretería y
pobreza de aquellas provincias de Quito, Pa- cuchillería, sedas, cordones y cintas. Así como
namá, Piura y otras, pues sus productos no se en el mercado de Lima, los artículos son de
pueden vender por la falta de compradores y buena calidad y de última moda.
de comercio, por lo cual todos perecen de (STEVENSON, 1810)
hambre, y por tal motivo muchísimos merca-
deres establecidos en Quito se han ido a otra
❑ A la llegada de los galeones a Cartage-
parte, a Lima, y aun se han dispersado por to-
na, estos traficantes van allá para proveerse de
do el Perú, quedando la ciudad de Quito des-
efectos de Europa, y cuando regresan los con-
pobladísima y paupérrima.
signan a todos los corresponsales de la provin-
(CICALA, 1745). cia.
Los productos de la tierra se consumen
❑ La pobreza es mucha y no faltan fami- principalmente dentro de la provincia, excep-
lias muy nobles reducidas a necesidad extre- tuando el trigo del cual se manda una parte a
Comercio / 163
Guayaquil. Este comercio pudiera extenderse dos y otros que llegan por sus negocios. Estos
mucho, si los fletes no fueran de tal manera últimos se proveen de artículos del país y ven-
elevados que los precios vienen a aumentar ex- den los de Europa. Las manufacturas de esta
traordinariamente, de manera que los corre- provincia son: tejidos de algodón, bayetas y
dores de Guayaquil no lo pueden vender con paños, que encuentran óptimo mercado en Li-
ninguna utilidad en aquellos lugares donde ma para el consumo de todas las provincias in-
hay carestía de dicho producto. teriores del Perú. El retorno consiste, parte en
La costa de la Nueva España provee a esta dinero y parte en vino, plomo y plata en bru-
provincia de añil, del cual hay gran consumo to. Los patrones de las manufacturas o las ven-
para las manufacturas, siendo el azul turquí el den a los traficantes o también emplean a és-
color preferido de aquellas gentes en sus vesti- tos como sus comisionados para venderlos.
dos de gala. Se introducen también por el ca- Este tráfico de artefactos del país lleva con-
mino de Guayaquil hierro y acero de Europa y sigo un notable provecho para los comercian-
de la costa de Guatemala, y aún cuando el pre- tes, porque la gente pobre, que existe en núme-
cio sea de cien pesos por un quintal de hierro ro considerable y aún muchas personas aco-
y más de 150 por uno de acero, hay continua modadas usan manufactura del país, siendo
demanda de ellos por la necesidad que tienen las de Europa tan exageradamente caras que
los campesinos de los instrumentos indispen- no pueden proveerse de ellas sino los españo-
sables para la agricultura. Pero ¿a quién no les de gran riqueza y las personas de mayor ex-
sorprenderá ver a los habitantes de Quito pa- tensión. A este comercio debe atribuirse prin-
gar tan caro el hierro pudiendo hacerlo en su cipalmente el feliz estado de la provincia; por-
propia provincia con poquísimo gasto? En que así los patronos y los comerciantes hacen
efecto, en Cuenca existe una cantidad inmensa pronta fortuna, y los siervos y dependientes se
de este mineral y se ven venas de él en algunas contentan con retirar los frutos de sus indus-
aberturas de las montañas, aún cuando las mi- trias.
nas no se hayan abierto nunca ni se haya he- Aún cuando Quito no puede parangonar-
cho algún experimento para cerciorarse de la se con sus riquezas con las otras ciudades de
riqueza del mineral. El comercio interno o re- la América Meridional, está por otra parte,
cíproco de Quito consiste en el consumo de muy lejos de ser pobre. Por muchos particu-
los productos de una jurisdicción a otra, y es- lares se conoce que ella fue alguna vez más
te es un estímulo constante a la industria de floreciente, pero al presente aunque en subs-
los habitantes de las aldeas y de las clases infe- tancia tenga muchos habitantes, pocos los
riores. Las de la jurisdicción de Chimbo pro- hay verdaderamente ricos y su riqueza suele
veen tela de algodón, paños, bayetas, que las consistir en posiciones de terreno que nunca
revenden en Guayaquil y traen de allí pescado dan una renta proporcionada a su extensión.
salado y algodón, que después de ser elabora- Pero los provechos de su comercio, aunque pe-
do en los talleres de Quito, se lo manda de queños, son continuos, así es que se puede
nuevo a Guayaquil. decir con justicia que si la ciudad no es famo-
Estos diversos productos junto con sus sa por sus riquezas no lo es tampoco por su
manufacturas, son las fuentes del comercio de pobreza.
Quito, que se hace principalmente por los eu-
(ANÓNIMO, 1763)
ropeos, de los cuales hay algunos ya estableci-
164 / Ximena Romero
❑ Las producciones de sus fábricas sir- partes los más dolorosos efectos. ¿De dónde ha
ven para mantener su comercio; pero este procedido esta decadencia? ¿Qué cambia-
tráfico es muy reducido por la introducción miento se ha introducido en sus instituciones
de efectos de las fábricas extrangeras, bien o constitución del país?
que antes de esta abundante nueva intro- Buscar las causas de esta decadencia, inda-
ducción, y desde más de cien años, había gar los medios de remediar y efectuarlos, se-
decaído sensiblemente su industria manufac- rían las propias tareas a cumplir: pertenecen
tural. ellas a aquel Genio superior de la América: él
Las producciones de sus fábricas se redu- sólo puede trasladar todas las luces, estableci-
cen a tráficos de lienzos de algodón blancos, y mientos útiles y adaptables a la regenera-
tocuyos, bayeta, paños. ción y prosperidad de la antigua capital de
Algunas harinas del país se conducían a Atahualpa.
Guayaquil, bien que en corta cantidad: igual (BRANDIN, 1824)
salida logran los texidos para la provincia de
Popayán, pasto y Santa Fe.
❑ La suntuosidad de los entierros era ex-
Tinta, añil, cuyo consumo era considerable
tremada en aquel país, conservándose la cos-
en los obrages de su fábrica de paños, bayetas,
tumbre de poner ofrenda en las honras y cabos
el hierro y acero se introducían por Guayaquil.
de año, que consistía en botijas de vino, pan y
Se trabajan otras veces muchos texidos, y todo
animales, según las facultades de cada uno.
por manos de los indios en los obrages, o en
Quito no tenía una riqueza de considera-
sus casas, lo que contribuía a conservar su po-
ción comparativamente a la de otras ciudades
blación: hoy apenas se hacen algunos paños
de América, e iba en decadencia. Consistía
muy comunes, bayetas y lienzos.
principalmente en las haciendas: el comercio
La riqueza de Quito atendida con respecto
estaba atrasado. Casi todos tenían allí vajilla de
a otras ciudades de Indias, no es considerable:
plata para el uso ordinario.
en otros tiempos fué más opulenta de cauda-
Hay en Quito por lo general las casas mal
les, según muchas noticias, pero ya al presente
amuebladas y faltadas de aseo. Los paseos son
son muy raros los que hay, y no puede hacer
pocos. Se cuenta una escuela normal. Las artes
gran eco. Los más acomodados son los que tie-
liberales y las demás están atrasadas y con po-
nen haciendas de campo. El comercio no ha
co gusto. Las manufacturas consisten en teji-
creado fondos muy cuantiosos.
dos bastos de lana y algodón, estimados sólo
La suntuosidad de los entierros era nota-
por su consistencia. La pasamanería está úni-
ble, no tenía comparación en ninguna parte: la
camente un tanto adelantada.
vanidad era tan extremada que se arruinaban
Desde la revolución han subido mucho de
y destruían muchos caudales en funerales y
precio los comestibles, Aunque el consumo es
honras.
en parte de carne de buey y de carnero, el prin-
Hace más de cien años que comenzó a de-
cipal consiste en frutas, legumbres, buena
caer Quito sensiblemente, y a reducirse a una
manteca, queso, chocolate y confituras.
quinta parte de lo que eran sus haciendas,
obrages y manufacturas, sufriendo por todas (EL NUEVO VIAJERO UNIVERSAL, 1833)
XII. Vestuario
Q
❑ 651 En cuanto al Vestuario no dexa de intento: su hechura es como un Costàl con tres
observarse alguna diferencia respecto del que aberturas en el fondo opuesto à la boca; una
se estila en España; y esta es menor en los en medio por donde sacan la cabeza, y dos en
Hombres, que en las Mugeres: consiste pues en las esquinas para los Brazos; y quedando estos
que cuando usan el Trage de Capa lo acompa- desnudos les tapa el Cuerpo hasta las Rodillas:
ñan con una Casaca larga, que les llega hasta despues ponen un Capisayo, que es una Man-
las Rodillas, con Manga ajustada, abierta por ta de Xerga con un agugero en medio, por
los costados, sin pliegues, y llena por todas las donde entran la Cabeza, y un Sombrero de los
costuras del cuerpo, y Mangas de Ojales, y Bo- que se fabrìcan alli: con lo cual quedan finali-
tones à dos bandas, que les sirven de adorno: zadas todas sus galas; de que no se despojan
en lo restante la Gente de forma viste ostento- aun para dormir; y sin mudar de trage, ni acre-
samente; y no son entre esta menos comunes centarlo, sin cubrir las Piernas con Ropa algu-
las Telas de Oro, y Plata, que los Paños muy fi- na, ni calzarse los Pies caminan en los parages
nos, y otros Generos de Seda, y Lana. fríos, no menos que en los calientes.
652 El Vestuario de los Mestizos es todo èl 654 Los Indios, que gozan alguna más con-
azul, y de Paño de la Tierra; y aunque los Espa- veniencia, y particularmente los Barberos, y
ñoles de baxa esfera procuran distinguirse de Sangradores, se distinguen en algo de los otros,
ellos, ò bien por el colòr ò por la calidad lo co- porque hacen los Calzones de un Lienzo del-
mun es, que entre unos, y otros haya poca di- gado; usan Camisa, aunque sin Mangas; y del
ferencia. cuello de esta sale para à fuera un encage de
653 Si algun Vestuario puede parecer par- quatro dedos, ò mas de ancho, que dà vuelta
ticular, serà por lo corto, y pobre el de los In- todo al rededor, y cae sobre la Camiseta negra
dios; pues consiste en unos Calzones de Lienzo tanto en el Pecho, como sobre los Hombros y
blanco, ò yà del Criollo, que se fabríca alli de Espaldas à manera de Babador; usan Zapatos
Algodòn, ò yà de alguno de los que se llevan de con Hevillas de Plata, ù Oro; pero no Medias,
Europa. Estos les llegan hasta la mitad de la ni otra cosa, que cubra la Pierna; y en lugar de
Pantorrilla, y quedan sueltos por abaxo, donde Capisayo llevan Capa, que muchos pueden
los guarnecen con un encaxe correspondiente costear de Paño fino, y frangearla con Galones
à la Tela: la mayor parte no usa Camisa, y cu- de Oro, ò Plata.
bren la desnudez del Cuerpo con una Camise- 655 El Vestuario, que usan las Señoras de
ta de Algodòn que, assi en grandes, como en distinción, consiste en un Faldellín, como que-
chicos es negra, texida por las Indias para este da ya explicado en las noticias de Guayaquil;
166 / Ximena Romero
en lo superior del Cuerpo la Camisa, y tal vez la misma Tela, y colòr negro llamado Lliclla;
un jubon de Encaxes desabrochado; y un Rebo- con lo que queda concluída su Vestimenta, y
zo de Bayeta, que lo tapa todo, y no tiene otra desnudos de ella los Brazos y las Piernas.
circunstancia, que vara y media de esta Tela, en 658 De otra tercera especie usan las Cazi-
la qual se lian sin otra hechura, que como se cas, Mugeres de los Alcaldes Mayores, Gover-
cortó de la pieza: gastan muchos Encages en nadores, ù otras, que se distinguen de las In-
todas sus Vestiduras; y Telas costosas en los dias Ordinarias. Esta es compuesta de las dos
adornos, ó guarniciones de las que tienen de antecedentes; y se reduce à unas Polleras de Ba-
lucimiento. El Peynado, que acostumbran es yeta, guarnecidas por el ruedo con Cintas de
en Trenzas de las cuales forman una especie de Seda: sobre ellas ponen en lugar de Anaco otro
Rodete, haciendo cruzado con ellas en la parte Ropage negro, que llaman Acso; el qual cae
posterior, y baxa de la Cabeza; despues dàn desde el Pescuezo; está abierto por un Costado
dos vueltas con una Cinta de Tela, que llaman plegado de arriba abaxo, y ceñido de una Faxa
Balaca al rededor de ella por las sienes for- en la Cintura; de modo que no cruza como el
mando un Lazo de sus puntas en uno de los la- Faldellín: en lugar de la Lliclla pequeña, que
dos, el qual acompañan con Diamantes, y Flo- llevan pendiente de los Hombros las Indias
res, y queda muy ayroso el Tocado: usan de Ordinarias, se ponen otra mucho mas grande,
Manto algunas veces para ir à la Iglesia, y Bas- toda plegada que les cuelga desde el Pescue-
quiña redonda, aunque lo más regular es ir zo hasta quasi el ruedo de las Polleras. Esta la
con Rebozo. asseguran en el Pecho con un Punzón grande
656 No se distinguen las Mestizas de las Es- de Plata, llamado también Tupu, como los del
pañolas en el trage, mas que en la calidad de las Anaco: en la Cabeza se ponen un Paño blanco
Telas; y en que aquellas, que son Pobres, andan dados distintos dobleces, cuya extremidad les
descalzas; lo que se nota igualmente en mu- queda colgando por detràs; llamanle Colla, y
chos Hombres de esta Casta. lo usan por adorno, y distintivo, sirviendoles
657 Dos fuertes de Vestuarios usan las In- assimismo para defensa del Sol; y aumentan
dias; ambos no menos abreviados, que los de el señorìo con el Calzado. Assi este Trage, co-
los Hombres de su especie: porque las Muge- mo el que usan las demàs Indias, y Indios, es
res de los que gozan algun más descanso, y las el mismo que acostumbraban en el tiempo
Chinas, (que assi llaman a las Indias Mozas de los Ingas, y por él se diferenciaban los que
solteras Criadas de las Casas, y Conventos de eran de distinción de los demàs. Los caziques
Monjas) se visten con una especie de Enaguas no usan oy otro, que el de los Mestizos; esto
muy cortas, y un Rebozo; todo de Bayeta de la es Capa, y sombrero, y andan calzados, siendo
Tierra. Las Indias comunes se reducen à un Sa- esta toda la diferencia de ellos à los Indios vul-
co de la misma hechura y Tela, que las Cami- gares.
setas de los Indios, y le llaman Anaco; el qual
(ULLOA, 1736)
prenden en los Hombros con alfileres, à que
dàn el nombre de Tupu, y corrompido Topo. Se
diferencia unicamente de la Camiseta en ser ❑ “Los trajes de la mujeres de Quito están
algo mas largo, y les alcanza al principio de la enteramente recubiertos de encajes... Llevan
Pantorrilla; despues se faxan la cintura, y en los cabellos trenzados en coletas, cruzadas so-
lugar de Rebozo ponen al Cuello otro Paño de bre la nuca; una rica cinta, llamada balaca se
Vestuario / 167
enrolla dos veces alrededor de la cabeza y for- cho costo y lujo, porque comunmente los ves-
ma una especie de rosa sobre sus sienes...” tidos talares son de terciopelo o lizo y con flo-
(LA CONDAMINE, 1736) res con alamares en la fila anterior, donde se
unen y cierran en la abertura interior de la de-
(Citado por H. Toscano en recha y en las mangas usan anillos de mucho
El Ecuador visto por los extranjeros p. 60).
valor, hebillas de oro en los zapatos y en los
sombreros; cuando salen, una librea que suele
❑ El vestido de las señoras a más de ser de ser, un negro les acompaña con paraguas ri-
gran costo es de gran licencia e inmodestia, quísimos de encajes y franjas de oro y plata; al-
tanto que pienso que no pudiera inventarse gunos prelados celosos han procurado mode-
cosa ni más diabólica ni más escandalosa; el rar este lujo, pero siempre inútilmente, no es
marido y la mujer se hallan siempre de acuer- pues de maravillarse si tanto o mayor lujo se
do para dar en quiebra con la casa y dejar en la vea en los seglares que gastan hasta quedarse
miseria a sus hijos. El genio e inclinaciones de pobres con tal de vestirse de terciopelo, telas
esta gente merece que gaste cuatro líneas, que de oro, bordados, encajes, brocados y otras te-
por las noticias que llevan de estas partes, creo las de mucho precio. Mucho se habla desde
no os disgustarán. los púlpitos y en los confesionarios, pero sin
Los Canónigos no tienen traje especial ni fruto.
distinción alguna, sólo en cuaresma se visten Bajo el gobierno de la Compañía está tam-
con una gran ropa negra de seda con capucha bién el Colegio de San Luis11 Rey de Francia,
y cauda de dos a tres brazas; en el resto del año, que es Real, Pontificio y Obispal, habiéndosele
para distinguirse de los otros clérigos se en- unido el Seminario de los Clérigos: el número
vuelven al cuello y pasándola de la derecha a la de los pensionistas llega de ordinario a seten-
izquierda el extremo de la sobrepelliz que no ta, que concurren en toda la provincia. Su ves-
es como la nuestra sino a la gótica, como, si se tuario es de color canela oscura, que llega has-
recuerda bien, la tienen los diáconos y los sub- ta la tierra, y tiene amplitud grande, sin man-
diáconos pintados en mosaico en la iglesia de gas; pero por las aberturas salen los brazos con
San Apolinario de Ravena, de los cuales unos mangas de color negro, una gran faja de color
tienen corona en las manos y otros el libro de rojo, ancha de dos palmos sobre uno y otro
los Evangelios. Aunque lejano conservo viva hombro cae detrás de la espalda y alcanza con
esta imagen y me parece ver estas figuras a un sus dos extremos hasta el suelo, pasando pri-
lado y otro de la nave mayor a la entrada de la mero cruzada delante del pecho, sobre cuyo la-
puerta y en la extremidad hacia el altar mayor, do izquierdo lleva un gran bordado de oro y
a los lados del Rey Teodorico que está sentado plata en forma oval que representa las armas
en su trono hacia la parte izquierda de quien de la corona de España. Todos llevan sombre-
entra en la iglesia. Debéis recordar mejor que ros como clérigos y un virrete pequeño al uso
yo, porque hace menos tiempo que partisteis de ellos, con cuatro puntas, y en la mitad una
de esa ciudad. Avivad la memoria y conoceréis borla de seda negra; también llevan una gor-
cuales son las pellices que se usan en estas par-
tes, que se llaman sobrepellices y en latín se lla-
man superpelliceum; no sólo los canónigos si- 11 En la actualidad el Colegio de los P.P. Jesuítas lleva el
no cualquier otro clérigo usa vestidos de mu- nombre de San Gabriel. N. de E.E.B.
168 / Ximena Romero
guera12; la vestimenta llamase opa, la delante- en juegos completos, -por su variedad se con-
ra llamase beca. El vestido de los colegiales de sidera la opulencia de una persona-. En oca-
San Fernando es el mismo y sólo se diferencia siones especiales no es raro que una dama esté
en el color; porque la opa es negra y la beca adornada con esa clase de ornamentos que as-
blanca. cienden a un valor de veinte y treinta mil dó-
(COLETI, 1757) lares.
El vestido de los mestizos se compone de
pocas piezas, el filo de los calzoncillos aparece
❑ El vestido común de los hombres espa-
bajo las rodillas, no usan medias y solamente
ñoles y criollos es similar a los nuestros, con la
en algunas ocasiones, zapatos; una capa espa-
adición de una gran capa roja, blanca o azul.
ñola de paño azul, manufacturada en el país y
Su indumentaria de cabalgar es muy boni-
un sombrero negro; a éstos se los llama Lla-
ta: sobre el saco, pantalón, y botas, ellos usan el
pangos, una palabra quichua que significa des-
poncho blanco y sobre éste un pequeño hecho
calzo. Las mujeres usan a menudo un guarda-
de piel de venado, con el pelaje hacia afuera.
pies largo y una vistosa enagua hecha de frane-
Un par de zamarros hechos del cuero de dos
la inglesa, colorada, amarilla o azul, ornamen-
cabras viejas, están asegurados a la cintura, cu-
tada con una profusión de cintas, encajes, ri-
briendo la parte superior de los muslos, ce-
beteados y bordados, formando una especie de
rrándose alrededor de las piernas, de tal modo
arabescos de media yarda de ancho al extremo
que los extremos de los cueros caen sobre los
inferior, debajo del cual cuelga un encanje
pies; y como el pelaje está hacia afuera la lluvia
blanco, pegado a esta prenda. El corpiño es ge-
no puede penetrar, por largo tiempo que la
neralmente de brocado, o tissú, o de raso bor-
persona se halle expuesta; un gran sombrero
dado, ajustado fuertemente alrededor de la
cubierto de lona, y para completar la indu-
cintura. La pechera y puños del corpiño están
mentaria, una bufanda larga de seda amarrada
ornamentados con encaje blanco, cintas y len-
al cuello.
tejuelas. Una manteleta angosta de franela in-
El vestido de las damas casi en el estilo in-
glesa, de acuerdo al color de la enagua, llevan
glés, excepto unas pocas damas antiguas, que
sobre los hombros; la cabeza está descubierta,
usan un guardapies largo; cuando van a la
pero ornamentada con cintas y flores, y el pe-
Iglesia todas usan el guardapies, con una ena-
lo, en pequeñas trenzas, en la espalda.
gua de terciopelo negro encima, y un pedazo
Así como los hombres, las mujeres rara vez
ancho de franela inglesa sobre sus cabezas, ge-
usan zapatos o medias, y se considera un re-
neralmente de color café, las cuales pueden lle-
quisito para su belleza tener un pie pequeño y
var ellas sobre sus rostros hasta cubrirlos. La
blanco, y talones rosados, en demanda de lo
joyas son mucho más usadas por las damas, al-
cual acuden con frecuencia a los cosméticos y
gunas de las cuales tienen un gran surtido,
coloretes; esta práctica es muy común entre
consistente principalmente de aretes, collares,
cierta clase de mujeres.
rosarios, amuletos y brazaletes de diamantes,
Las clases bajas o pobres constituídas por
esmeraldas, topacios y otras piedras preciosas,
indios hombres y mujeres, llevan escasos y
rústicos vestidos; los hombres tienen calzonci-
12 Adorno del cuello que se hacía con lienzo plegado y llos de algodón que llegan abajo de la rodilla;
alechugado. N. de E.E.B. una prenda semejante a una bolsa ancha, con
Vestuario / 169
una abertura para meter la cabeza y dos aber- Las mujeres de la misma clase usan una
turas para los brazos; esta especie de túnica es- enagua interior blanca, llamada también Ana-
tá hecha de algodón o lana, llega casi hasta las co, con encajes anchos al filo, sobre este llevan
rodillas y está amarrada alrededor de la cintu- un pedazo de paño sostenido de la misma ma-
ra, algunas veces llevan un sombrero de paja. nera que el capisayo de los hombres, con dife-
pero con frecuencia no tienen mas que una ti- rencia de los pliegues que son verticales; este es
ra de paño alrededor de sus cabezas, y nunca llamado el Chaupi Anaco, y está meramente
se ponen ni zapatos ni medias. Las mujeres tie- sostenido alrededor de la cintura con una an-
nen solamente una especie de túnica llamada cha faja de varios colores, dejando una abertu-
Anaco, y es más larga que aquella de los hom- ra al lado derecho y que se extiende hacia aba-
bres; sobre sus hombros llevan una especie de jo a la mitad de la pierna, el encaje blanco lle-
pañolón pequeño llamado Lliclla, y esto es to- gando casi hasta los muslos. Otra pieza de pa-
do su guardarropa, y generalmente la única ca- ño negro, llamado Lliclla, sostenido asimismo
ma que ellos poseen. Sus niños, inmediata- sobre los hombros, y las dos puntas superiores
mente después de su nacimiento son fajados y amarradas al frente y asegurada con dos alfile-
vendados de tal manera, desde los hombros res de plata u oro a manera de adorno y se lla-
hasta los pies, que están privados de todo mo- ma Tupus; cuando la lliclla está extendida cu-
vimiento; la madre con frecuencia inserta un bre los codos; el pelo está recogido hacia atrás
gancho de algodón entre las fajas y cuelga al formando una trenza gruesa con cintas, desde
niño a la pared o rama de un árbol, o cuando la cabeza hasta el fin del pelo; en la parte supe-
ella está viajando, a la parte anterior de la rior de la cabeza tienen un nudo de cintas, ge-
montura. neralmente roja.
Aquellos indios que están en mejores cir- El hábito o toga de los estudiantes es de co-
cunstancias se visten de una manera elegante; lor café claro, con una beca o faja carmesí, si-
los hombres usan calzoncillos blancos con en- milar a la de aquellos de San Toribio en Lima;
cajes o vivos en las rodillas, tienen una camisa usan una gorra negra o mitra de cuatro pun-
y un pequeño poncho negro, doblado en plie- tas. Las armas reales que usan son de plata y
gues horizontales de una pulgada de ancho, y llevan suspendidas al lado izquierdo sujetas a
atiesado con goma cuando están puestos, las la beca. El Colegio de San Fernando tiene el tí-
dos puntas bajan hasta la cintura o un poco tulo de Colegio Real, usan hábito negro y faja
más abajo, en donde se amarran las puntas; es- blanca, ostentando las armas reales de otro y
te vestido se llama Capisayo. Alrededor del un gorro cuadrado de Cardenal.
cuello usan una especie de bufanda o encaje, (STEVENSON, 1810)
de ocho o diez pulgadas de ancho y cuelgan
sobre los hombros como un adorno. El som-
brero es generalmente de lana, con copa baja, ❑ El traje no se diferencia mucho del de
y faldas anchas, Los Caciques, alcaldes, algu- España. El vestido de los Mestizos es azul y de
nos tenderos y barberos, también usan la capa paño de la tierra; y aunque los españoles de
española grande, calzones sobre los calzonci- baja esfera procuraban distinguirse de ellos, ya
llos, zapatos y unas hebillas grandes cuadradas en la calidad, ya en el color, comúnmente era
de plata, pero nunca calcetines. muy poco.
170 / Ximena Romero
Los indios visten unos calzones de lienzo mo una especie de rodete; después dan dos
blanco, el criollo que allí se fabrica de algodón vueltas con una cinta alrededor de ella por las
o de Europa, que les llegan hasta la mitad de sienes, formando un lazo de sus puntas en uno
pantorrilla, quedando sueltos por abajo, don- de los lados, el cual acompañan con diamantes
de los llevan guarnecidos con un encaje co- y flores. Para ir a la iglesia usan a veces basqui-
rrespondiente a la tela. La mayor parte no lle- ña y manto, pero regularmente van con rebo-
van camisa y se cubren con una camiseta de al- zo. Sin embargo también se observan allí las
godón negra, que tejen las Indias. Su hechura variaciones de la moda.
es como un costal con tres aberturas en el fon- Las mestizas sólo se diferencian en la cali-
do o puesto a la boca; una en medio por don- dad de las telas, y en que las más pobres andan
de sacan la cabeza, y dos en las esquinas para descalzas, lo que se notaba también en muchos
los brazos. Quedando estos desnudos, les tapa hombres de esta casta. Las Indias usan de dos
el cuerpo hasta las rodillas. Después se ponen trajes: las de mayores conveniencias y las que
un capisayo, que es una manta de jerga con un llaman Chinas, que son las criadas, usan una
agujero en medio, por donde entran la cabeza especie de enaguas muy cortas y un rebozo, to-
y un sombrero de los que se fabrican allí. Na- do de bayeta de la tierra. Las Indias comunes
da llevan en las piernas ni usan calzado, no llevaban un saco de la misma hechura y tela
quitándose este traje ni aún para dormir ni que las camisetas de los Indios, y lo prenden
tampoco para variar de clima. con alfileres sobre los hombros. Es algo más
Los indios de más conveniencias, y parti- largo que la camiseta. llegándoles hasta el
cularmente los barberos y sangradores se dis- principio de la pantorrilla. Después se fajan la
tinguen de los demás porque llevan los calzo- cintura, y en lugar de rebozo se ponen al cue-
nes de un lienzo delgado, usan camisa aunque llo otro paño de la misma tela llamado lliclla.
sin mangas, y del cuello de ésta le sale para Llevan desnudos los brazos y las piernas.
afuera un encaje de cuatro dedos o más de an- De otra tercera especie de traje usan la ca-
cho, que da vuelta al rededor y cae sobre la ca- cicas, mujeres de alcaldes mayores, goberna-
miseta negra como por los hombros y espal- dores u otros que se distinguen de las indias
das, a modo de babador. Usan zapatos con he- ordinarias. Este se compone de los dos antece-
billas de plata y oro, pero no medias ni otra co- dentes, y se reduce a unas polleras de bayeta
sa que cubra las piernas, y capa que muchos guarnecidas por el ruedo con cinta de seda.
pueden costear de paño fino y guarnecer con Sobre ella ponen en lugar de anaco otro ropa-
galones de plata u oro. je negro que llaman acso, el cual cae desde el
El traje de las señoras de calidad consistía cuello, está abierto por un costado, plegado de
en un faldellín como el de las de Guayaquil: en arriba abajo y ceñido con una faja en la cintu-
lo superior del cuerpo la camisa y tal vez un ra, de modo que no cruza como el faldellín. En
jubón de encajes desabrochado y un rebozo de lugar de la ropa que llevan pendiente de los
bayeta que lo cubre, de vara y media, sin nin- hombros las Indias ordinarias, traen otra mu-
guna hechura, con el que se envuelven. Gasta- cho más grande, plegada, que les cuelga desde
ban muchos encajes en todos sus vestidos y te- el cuello hasta casi el ruedo de la pollera, ase-
las costosas en los adornos de los de lucimien- gurándola en el pecho con un punzón de pla-
to. Para su peinado cruzaban el pelo hecho ta, como los del anaco. En la cabeza llevan un
trenzas en la parte posterior de la cabeza, co- paño blanco dados distintos dobleces, cuyos
Vestuario / 171
extremos les quedan colgando por atrás, Llá- los Incas, y por él se diferenciaban los de dis-
manle colla, y les sirve de adorno y de distinti- tinción de los demás.
vo resguardándolas al propio tiempo del sol. Los caciques usan el de los Mestizos, esto
Andan calzadas: así este traje como el que usan es, capa y sombrero; y van calzados.
los demás Indios, era el mismo del tiempo de (EL NUEVO VIAJERO UNIVERSAL, 1833)
XIII. Bailes, fiestas y otras diversiones
Q
❑ 642 En quanto á las Danzas es estilo 643 El mismo Trage se visten, quando hay
tanto en los Curatos de Quito, como en los de otras Procesiones; y este sacan en las Fiestas de
toda la Sierra nombrar los Curas un mes antes Toros: ocasiones muy estimadas para ellos,
de la Celebridad de esta Fiesta el numero de pues assí se eximen de trabajar.
Indios, que han de formarlas; los quales se em- 644 Entre los dos Cabildos tienen Fiestas
piezan à adiestrar desde entonces en las que annuales juradas á dos Imagenes de Nuestra Se-
conservan del tiempo de la Gentilidad; y al sòn ñora, que estàn colocadas en los Pueblos de
de un Tamborìl, y una Flauta, tañidos ambos Guápulo y el Quinche, pertenecientes à aquel
por un Indio, hacen algunas especies de enla- Corregimiento: llevanlas á Quito con mucha
ces de poca industria, y ningún agrado à la vis- reverencia, y devoción; y alli se les hace una so-
ta. Desde algunos dias antes se visten con un lemne Fiesta, y Novena con la Assistencia de la
Ropage a modo de tonelete; una Camisa; y un Audiencia en el primer dia, y demàs Tribuna-
Jubòn de Muger más, ò menos rico, segun lo les; y despues las vuelven à conducir à sus Igle-
puede conseguir cada uno, y sobre las Medias sias, que distan de Quito; la primera una legua,
ponen unos Botincillos picados; y sembrados y la segunda seis. El motivo de estas demostra-
con muchos cascabeles gruessos: cubren la ca- ciones piadosas han sido los Temblores, y Re-
ra y Cabeza con una especie de Mascara, hecha bentazones de Pichincha, en que ha implorado
de Cintas de varios colores. Armados de esta la devoción, la intercession de la Santísima
forma dicense ellos mismos, que son Angeles, Virgen; y por medio de ella librandose aquella
aunque no lo parecen, y se juntan en quadri- Ciudad de la ruina, en que quedaron total-
llas de ocho, ò diez, empleando todos el dis- mente destruídos los Assientos de Latacunga,
curso del Dia en andarse por las Calles, en- Hambato, y gran parte de Riobamba; pues ha-
tretenidos con el ruido de los Cascabeles, y viendolo experimentado no menos fuerte, y
parandose à cada instante à lucirlos en sus continuo, que en aquellos Pueblos, no sucedió
Bayles poco concertados. Lo mas particular en en la Ciudad desgracia alguna.
el assunto es, que sin ser pagados, ni más inte-
resses, que su propio gusto, mantengan este Fandango
exercicio desde 15 días antes de la festividad,
hasta mas de un mes despues que ha pasado, 664 La falta de ocupaciones, en que estàn
sin acordarse, ni de trabajar, ni de otra cosa al- decentemente exercitados; la floxedad, y pere-
guna; y el que no dexandolo en todo el discur- za connatural á sus genios; y la ninguna edu-
so del dia no se cansen, y aburran, quando cación, con que se cria la Gente vulgar, los
cansan tanto con él à los que los miran. conduce con la ociosidad à la establecida cos-
Bailes y fiestas / 173
tumbre, general en todas las Indias, de los Bay- nidad, las viudas su/ su Castidad, las Casadas
les, ò Fandangos, Estos son en Quito muchos su honestidad, las solteras (si la tienen), su
más licenciosos, y frequentes; las liviandades honrosidad; y de ordinario pierden tambien
llegan à un extremo, que se hace aun el imagi- las sayas, los rebozos, las sortijas, los zarzillos,
narlo abominable; y el desorden es á corres- las gargantillas, y finalmente hasta las camisas.
pondencia. Semejantes funciones (en que de Juegan los hombres en él, y por mas que ganen
ningun modo debe considerarse comprehen- la plata, pierden los niños su innocencia, los
dida la Gente de lustre, porque sería ofender- jovenes su rubor, los Varones su madurez, los
los injustamente) se celebran con abundancia ancianos su seriedad, los Casados su fidelidad,
de Aguardiente de Cañas, y Chicha, preparada los solteros (si la posseen) su Bondad. Los hi-
con algun Dulce; cuyos efectos vienen á parar jos, y las hijas de familia su sugecion, los cria-
en un total desconcierto. dos, y las criadas su subordinacion. Perdida la
(ULLOA, 1736) plata, se pierden también evillas, Charlatteras,
sombreros, Capas, Casaquettas, espadines,
Chuppas, bottones, y hasta las medias y zapa-
❑ Juegos
tos. Allí juegan siempre los vicios, y quedan
Excelentísimo Señor:* muy gananciosos, porque mas poderosos; Jue-
Erigese en lugar público, y de ordinario en ga la inmodestia, y gana ala modestia; el de-
la pública plaza una amplia y capaz Choza con senfreno ala verecundia; la desemboltura ala
el Boliche, ó Hoyo en la testera. Juégase de dia pudicizia; la impudizia; la impudencia al pu-
y de noche; de dia con muy poca claridad de dor; la trampa ala legalidad; el denuedo ala ur-
luz de noche con la llama de una sola vela, que banidad. Comunmente sucede en los Boliches,
apenas alumbra para ver las bolitas, y recono- que la mujer más fuerte se rinde, la Señora
cer la cantidad, y calidad de la plata. Mas es á mas noble se envilece, la Casada mas honesta
escurás, que alas claras. Concurren en él Boli- se deshonra; la criada más sugetta se pierde; la
che hombres y Mujeres de todos gremios, de negra mas leal se tizna; el niño más sencillo se
todas classes, de todos estados, de todas dig- corrompe, el Joven mas recatado se precipita;
nidades, condiciones, y edades. En esta mes- el casado mas irreprehensible adultera; el an-
cla confusa, entre medias luces, y tinieblas; ziano mas juicioso enloquece. Los sobrios pa-
arebattada dela libertad, del denuedo, dela de- recen ebrios; los sabios parecen nescios; los
semboltura, y dela liviandad, accalorada del prudentes parecen fatuos, los discretos pare-
intereses, dela incontinencia, dela rabia, y del cen estolidos. Se cruzan maliciosas las guina-
aplauso, se vende en publica Subastacion la das, escandálosas las Señas; se vibran desho-
pudicia, y se rematta al plús offerenti la conti- nestos los tactos, descarados los osculos; se vo-
nencia. Todos juegan en él, y todos pierden. mitan á borbollones los turpiloquios, á en-
Pierden, aunque ganen, la donzellas su Virgi- xambres los insultos. En aquel continuado
confuso murmullo no resuena otra cosa ny
otra armonia, que dela iniquidad; abundan en
* En la publicación del documento original hecha por el Boliche las satiras, que despechan; las canta-
la Revista del Archivo nacional de Historia, Sección
Azuay, Cuenca, 1986, no consta el nombre del des-
lettas, que encarnizan; las offertas, que provo-
tinatario de la carta de la cual extraemos un frag- can; las contumelias, que denigran; las carca-
mento. (X. R.) xadas que exasperan.
174 / Ximena Romero
En fin, Eccelentisimo Señor, el Boliche no te aquel, que ahora ocho años há sucedió tan
es otra cosa, que un emporio de maldades, un vergonzoso, tan pesado, y tan denigrativo, que
seminario de vicios, un esterquilinio de impu- boló su individual affrentosa noticia hasta La
rezas, una Cloaca de vascosidades, un Pozo de Corte de Madrid) acontecidos con discredito
infamias, una Lentina de torpezas, una Babilo- de no pocas casadas, con ignominia de Mu-
nia de confusiones, una Sodoma de iniquida- chas donzellas, con infamia, y desdoro de Mu-
des, una Gomorra de impudizias, una Ginebra chissimas familias.*
de apostasias, un teatro de desverguenzas, un (CICALA, 1743)
anfiteatro de desembolturas, Un Absterdam de
impudencias, Una Cueva de latrocinios, una
❑ Fiestas. Religiosidad popular
Almoneda de adulterios, una Feria de tranpas,
una Flotta de mentiras; una conglobacion de Por la fiesta de la Asunta de la Virgen se ha-
perjuros, un Burdel de dissoluciones, una Re- cía en esta iglesia todos los años esta tramoya.
publica de libertades, un Salvo-conductto de Tiene la iglesia** media naranja en lugar de ar-
peccados, un Zerrallo de inverecundias, un co toral, y está en lo interior arrodada de bal-
Lupanar de prostituciones, una Zaurda de conería. Ponían pues a la Virgen en represen-
obscenidades, un conciliabolo de malicias, un tación de muerta en una decente y rica tarima,
Congreso de insolencias, un Abismo de Luxu- cubierta la media naranja, y al concluir la mi-
rias, un caos de escandalos, un Antiinfierno de sa mayor, con artificia hacían bajar de la media
Blafemias. el Boliche corrompe las buenas cos- naranja un nublado revestido de gloria con
tumbres, pervierte las buenas yndoles, anni- muchos ángeles cantando, los que también
quila las virtudes, contamina y empaña los con tramoya hacían levantar a la Virgen de la
mas tersos cristales dela innocencia; tarima y la ponían en brazos dentro del nubla-
Que Absúrdos, que desordenes que vio-/ do, y a este tiempo salía el golpe de música de
que violencias no produce el Novenario de un la balconería a recibirla en lo interim que todo
Boliche? Enbevidos, y enviciados los hombres subía a paso lento por el aire, y en estando ya
en este malditto juego, logran en aquellos dila- en altura proporcionada, de la balconería tira-
tados intersticios de tiempo, en aquellas horas ban muchos panes de oro y plata batida, mu-
enteras los Amasios, y los insolentes violar en chos papeles con motes y láminas finas, y se
sus mismas casas álas mugeres olvidadas, y de- soltaba una gran partida de palomos a volar.
xadas por aquellos intervalos particularmente Función era que arrastraba a todo Quito.
nocturnos, de sus maridos. Bien, y muy bien (SANTA GERTRUDIS, 1760)
sabe esta Villa de Hambato, y tambien toda es-
ta Provincia de Quito los escandalosos desas-
❑ Esta Iglesia fue erigida en Catedral en
tres, y los violentos desaffueros (especialmen-
1545, y entre otras fiestas que allí se celebran,
con sorprendente magnificencia, merecen
* El contenido de esta carta no se refiere preci- considerarse la del Corpus Domini y la de la
samente a Quito; la incluimos porque no se ha Concepción, a las cuales asisten todas las per-
encontrado ninguna otra referencia al juego de sonas de rango. No deben tampoco omitirse la
boliche que se practicaba en toda la Audiencia,
según afirma González Suárez en el tomo V,
p.195 de su Historia. (X. R.) ** Se refiere a la iglesia de la Compañía. (X. R.)
Bailes y fiestas / 175
procesión del Sacramento y los bailes que ha- rante que no sabe que cosa es bailar bien. Pero
cen los indios en estas ocasiones. Cada casa de lo que más sorprende en esta pobre gente es
esas calles por las cuales pasa la procesión está que lo hacen sin remuneración y sin ninguna
adornada de ricos paramentos, y se ven allí eri- mira interesada, si es que no lo miran como un
gidos a conveniente distancia soberbios arcos deber religioso. Continúan en este ejercicio
triunfales con altares más altos que las mismas por quince días enteros antes de la gran fiesta
casas, en las cuales, como en los antiguos ar- y casi un mes después, sin pensar ni en su tra-
cos, el espectador ve con admiración una can- bajo ni en sus familias, andando en torno y
tidad de plata labrada y de joyas, dispuestas de bailando todo el día sin fastidiarse y sin eno-
una manera tan elegante, que causan mayor jarse, aunque el número de sus admiradores
placer que la sorpresa producida por la canti- decrezca cada día y se haya cambiado en irri-
dad prodigiosa de aquellas riquezas. Todo este sión aquel aplauso del principio. Llevan el
esplendor unido a los magníficos vestidos de mismo vestido en las otras procesiones y en las
las personas que asisten a la procesión, hacen fiestas de toros porque en esa ocasión están
el conjunto extremadamente suntuoso y la dispensados del trabajo.
pompa y el decoro siguen hasta el fin de la ce- (ANÓNIMO, 1763)
remonia. Respecto de los bailes hay la costum-
bre tanto en las parroquias de Quito como en
❑ Diversiones
los de las montañas, que los curas escojan, un
mes antes de la celebración de las fiestas, un La diversión más popular en Quito es la
número de indios que deben ser los bailarines. corrida de Toros; se lleva a cabo de maneras
Estos principian inmediatamente a ensayar muy diferentes y como no he visto en ninguna
aquellos bailes que acostumbran antes de su parte de América. No hay toreros regularmen-
conversión al cristianismo. Su música consiste te empleados, sino una inclinación universal
en una zampoña y un pito, y el baile, en movi- de los habitantes de llegar a ser diestros; preva-
mientos extravagantes y en alguna cabriola lece, no sólo entre los hombres sino aún entre
desgraciada, pero el conjunto es en efecto im- las mujeres. Yo he visto varias demostraciones
posible que pueda gustar a un europeo. Cuan- de gran destreza y agilidad, en la plaza y en el
do faltan pocos días para la solemnidad se po- circo, pero la generalidad de las personas que
nen un chaquetón, una camisa y una enagua se presentan en el circo están disfrazadas. Esta
de mujer adornada de la mejor manera posi- particularidad de una mascarada general es
ble, sobre las medias se ponen botines borda- muy divertida, y los nativos son muy aficiona-
dos a los cuales está unidos un gran número dos a las diversiones, tanto como en ellos son
de sonajas. Se cubren la cabeza y el rostro con hábiles y felices en sus invenciones.
una especie de máscaras hechas de cintas de Una breve descripción de una tarde depor-
diversos colores. Vestidos de esta manera ex- tiva dará una idea de las particularidades del
traña, tienen la vanidad de llamarse ángeles y carácter de los habitantes de Quito, incluyen-
unidos en compañía de ocho o diez emplean do toda la variedad de clases. El momento en
todo el día en dar vueltas por las calles, divir- que el permiso del Presídente es obtenido. los
tiéndose mucho con el sonido de sus sonajas y costados de la plaza son divididos en seccio-
deteniéndose continuamente a bailar para nes, para las diferentes familias de distinción,
mendigar aplausos de aquella multitud igno- oficiales públicos, colegios, etc.; en estas se
176 / Ximena Romero
construyen galerías, sostenidas sobre palos y puede obtener en pocas horas, una representa-
con cubierta, algunas de ellas están completa- ción exacta de la cara de cualquier individuo
mente ornamentadas, cada una con un peque- de la ciudad; frecuentemente ocurre que la
ño cuarto para vestirse. gente ve doble, uno gravemente sentado en la
Alrededor de las dos de la tarde, a cuya ho- galería, y el facsímil bailando alrededor del cir-
ra comienza generalmente la corrida, todas las co, con el enojo del original y la diversión de
galerías están repletas, y de tres a cuatro mil los espectadores.
hombres comienzan a reunirse en expectativa Cuando el toro entra a la plaza, muchas de
de la entrada de las máscaras, que se han reu- las máscaras se retiran a las galerías, pero mu-
nido en diferentes partes de la plaza, previa- chos que son aficionados de este deporte, per-
mente convenidas, y entran al circo en proce- manecen y se deleitan con el entretenimiento;
sión esto se hace a menudo por las cuatro es- para este objeto el traje generalmente escogido
quinas de la plaza, al mismo tiempo, y más de es unos pantalones y una camisa corta suelta
dos mil personas frecuentemente entran comúnmente de seda, y la cabeza y la cara es-
acompañadas de bandas de música y fuegos tán cubiertas con una especie de turbante
artificiales. Entonces se dividen en grupos y de seda verde y con gafas; un sombrero y
recorren de una galería a otra, saludando a sus guantes completan el vestido de un ranchero.
amigos y conocidos, los cuales a menudo están Esta es la indumentaria también usada gene-
perplejos sin saber quiénes son los individuos ralmente por las personas que dejan la galería
a quienes se están dirigiendo. En este momen- mientras se pasean por la plaza y después re-
to muchos de la nobleza y eclesiásticos se dis- gresan a ella.
frazan y abandonan las galerías para mezclar- Durante el tiempo que el toro está corrien-
se en el grupo y bromear a sus amigos en las do por la plaza, tres o cuatro mil individuos se
galerías. Esta parte de la diversión generalmen- ocupan de molestar al pobre animal, punzán-
te se prolonga por más de una hora y cuando dolo, pateándolo o silbándolo. El toro recorre
todo se ha concluído, grupos de máscaras se los lados de la plaza, mientras los espectadores
sitúan en las calles con música y antorchas. Las muy deliberadamente se juntan del uno al
casas de la nobleza y de los habitantes princi- otro en una línea, formando lo que ellos lla-
palmente se abren y se coloca refrescos para man una muralla de barrigas; y con frecuencia
aquellos grupos que hayan elegido la entrada; permanecen en esa posición mientras el toro
estos produce a menudo mucha alegría, el ob- pasa a gran velocidad rozando esa parte de la
jeto de la mascarada es reírse de los sin disfraz, muralla; si esta se halla bien unida el animal
y el atentado de descubrir a alguna persona nunca se detiene para atacarles, pero si el toro
por la fuerza es considerado extremadamente encuentra una abertura, embiste y causa un
brusco, ya que es un privilegio de los disfraza- espantoso tumulto.
dos. Si el atentado se comete en el circo o en la Los aficionados a pie y a caballo, molestan
calles, el asaltante será inmediatamente casti- al toro con una capa, poncho o paraguas, y
gado por los burros que lo golpean con sus lar- cuando el toro les ataca le burlan y el animal
gas colas, los frayles golpearían con sus rosa- pasa; esto se repite tan a menudo, entonces sa-
rios, y los muleros con sus látigos. can un buey del interior del circo con el cual se
Algunos de los nativos son sumamente há- retira al animal abatido, mientras entra otro a
biles para hacer máscaras, y cualquier persona reemplazarlo.
Bailes y fiestas / 177
Las mascaradas son también comunes sos habitantes consideran su Protectora contra
durante el carnaval y la fiesta de inocentes, y la furia destructiva de los terremotos que
a mí me han asegurado varias personas de arruinaron Riobamba y Tacunga; en conse-
edad, que ellos nunca han oído de ningún cuencia de lo cual, ellos dedican dos fiestas
robo o irregularidad que se haya cometido anuales a la Imagen, que se celebran en la igle-
durante esos festivales; toda la imaginación sia Catedral de la ciudad. Una solicitud fue he-
de las gentes está enteramente ocupada por cha a la Corte de Madrid, para que las proce-
los deportes o el invento de algo nuevo. Mu- siones puedan ser solemnizadas con la asisten-
chos de los nobles y principales habitantes cia de todas las fuerzas militares; la autoriza-
poseen vestidos antiguos de hace doscientos ción real excedió al humilde pedido; su Majes-
o trescientos años; con ellos aparecen en tales tad Católica concedió a la Virgen de Guápulo
ocasiones, además de los cuales disponen de el título de Capitán General de sus armas, con
un surtido suficiente para proveer a sus ami- derecho a todas las prevendas y privilegios du-
gos. rante los diez días de su estadía en Quito, con-
El baile es una diversión favorita de los na- secuentemente el día de su entrada a la ciudad,
tivos, y algunas de sus danzas son muy bonitas; todas las fuerzas militares formaron en la ca-
ellas son generalmente imitaciones del bolero lles, presentaron sus armas y los tambores to-
español. Los minuets están de moda entre caron una marcha.
las clases elevadas, bailes del campo, contra- La Virgen es traída a la ciudad sobre una
danzas, etc. también han comenzado a ser anda cubierta con cortinas de terciopelo car-
adoptadas. mesí, llevada sobre los hombros de algunos de
Los mestizos son particularmente aficio- los principales habitantes, precedidos por una
nados de la música, y el pequeño cerro El Pa- parte del Capítulo y miembros del Cabildo. La
necillo, es en la estación de verano, frecuente- Imagen, estando en el grado de Capitán Gene-
mente en las tardes, el sitio de reunión de 40 o ral, aparece enteramente uniformada: en los
50 jóvenes con guitarras, salterios y pífanos, brazos, las dos mangas enseñan los distintivos
los cuales tocan hasta media noche. Nada pue- de su rango; en su cabeza está colocado un
de superar a la dulzura de algunos de sus tris- sombrero de oro de tres picos con una escara-
tes y melancólicos aires musicales durante la pela roja y emplumado, en su mano sostiene el
quietud del atardecer, cuando algunos habi- bastón o insignia de mando. La Imagen del Ni-
tantes se sientan en sus balcones y escuchan las ño Jesús participa de los honores: un sombre-
melodías, mientras son acariciados por las bri- ro bordado de oro, una espada pequeña de oro
sas de las tardes. Después de tocar hasta la me- y capa roja, adornan al joven héroe; y de esta
dia noche, los jóvenes frecuentemente concu- manera son conducidos a la Catedral, donde
rren a las calles dando serenatas bajo los balco- son ataviados con sus indumentarias usuales,
nes de las casas de los principales habitantes pero el bastón se deja en la mano de la Virgen
hasta la madrugada. hasta que salga de la ciudad. Aunque poco dis-
Una de las procesiones religiosas en Quito, puesto a ridiculizar ninguna cosa que puede,
fue tan nueva para mi, así como extraña, yo no aunque distante, relacionarse con la religión o
puedo omitir el describirla. En una pequeña sus ceremonias, no pude apreciar de otra ma-
población a una legua de la ciudad hay una nera, que una figura eclesiástica enseñe un de-
imagen de la Virgen María, a la que los piado- sagradable disfraz.
178 / Ximena Romero
Quito es también famoso por otras proce- les, y al son de un tamboril y una flauta tañi-
siones religiosas, y son ocasiones propicias pa- dos por un indio, hacían una especie de enla-
ra admirar los mejores trabajos de pincel y ces de poco gusto. Algunos días antes se ves-
cincel, particularmente en la procesión de tían un ropaje a modo de tonelete, y una cami-
Corpus Christi, cuando varios altares se levan- sa y un jubón de mujer, más o menos rico, po-
tan en la plaza mayor, en los cuales se exhiben niéndose sobre las medias unos botines pica-
todas las curiosidades que los nativos pueden dos y sembrados de muchos cascabeles grue-
reunir. sos. Una especie de máscara de cintas de varios
(STEVENSON, 1810) colores les cubría la cara y la cabeza. Con este
traje se dan el nombre de ángeles, y juntándo-
se en cuadrillas de ocho o diez, andaban todo
❑ Las fiestas que se celebraban con más
el día por las calles con el ruido de los cascabe-
pompa son la del Corpus, y la Concepción. Pa-
les y luciendo en sus poco agradables bailes
ra la procesión del Corpus, a que concurrían
desde quince días antes de la fiesta hasta un
todos los tribunales y personas distinguidas, se
mes después de pasada sin ser pagados ni acor-
adornaban las calles con ricas colgaduras y ar-
darse del trabajo. El mismo traje se ponen en
cos triunfales, y de trecho en trecho había alta-
otras procesiones y en las fiestas de toros.
res, donde igualmente que en los arcos triun-
Hay dos fiestas juradas en honor de nues-
fales, lucía abundantemente la plata labrada,
tra Señora, en que se traían a la ciudad dos
sobrepujando los aparadores de ella a los te-
imágenes de la Virgen de los pueblos de Guá-
chos de las casas.
pulo y del Quinche, distante el primero una le-
Lo más particular de esta procesión eran
gua y el segundo seis, a causa de que habiendo
las danzas de Indios, para lo cual los curas, así
sido arruinados varios pueblos de las cercanías
de Quito como de toda la sierra, nombraban
en los terremotos y erupciones de Pichincha,
un mes antes de la fiesta el número de Indios
la ciudad no sufrió ninguna desgracia.
que habían de formarlas, desde este punto em-
pezaban ellos a adiestrarse en danzas naciona- (EL NUEVO VIAJERO UNIVERSAL, 1833)
Anexos
Q
Calle y habitantes de Quito (El Arco de la Reina y la calle García Moreno) (Dibujo de Fuchs según Ernest Charton) (Le tour du monde).
ANEXO 1.
Testimonio de la proclamación del Rey nuestro señor
Phelipe quinto (que Dios guarde)
Bárbara algunas piezas de artillería etc. para defen- vanecido todo el alboroto y la ciudad toda en per-
derse de la invasión que se temía y estaba amenaza- fecta quietud.
da de las caxas Reales. Esta quietud duró por espacio de un mes, inte-
Los Jesuitas luego que recivieron la embajada de rrumpida muchas veces de varios sustos ocasiona-
la Real Audiencia se determinaron prontamente a dos la mayor parte de varios mozos alegres que se
salir y exponerse a todo riesgo por salvar la ciudad. divertían en fingir alzamientos y regar por la ciudad
El primero que salió fue el Rector de San Luis, que varias especies falsas, a fin de burlarse (de la más
era entonces don Pedro Milanesio, acompañado de noble y mejor parte, que turnándose todas las no-
su Ministro Don Ramón Viescas: éstos, no sin gran ches, velaban incesantemente, servían de guardia y
peligro y muchos sustos, por la avenida de piedras de presidio de la Plaza mayor) – (tachado en el ori-
con que fueron dos veces rechazados, se dieron ma- ginal lo que va entre paréntesis) de la Real Audien-
ña de entrar en medio del tumulto, valiéndose de cia y de muchos cavalleros que voluntariamente se
un ardid que fue muy oportuno: y apenas se vieron avían ido a ofrecer para la defensa de la Patria y de
en medio de la furiosa multitud, comenzaron con los Reales intereses, los quales, juntamente con los
ruegos y exhortaciones a calmar los ánimos: princi- soldados de la guardia se turnaban todas las no-
palmente Don Pedro Milanesio, sujeto de la mayor ches a guardar la Plaza mayor y estar prontos a
autoridad y muy amado de toda la ciudad por su in- qualquier novedad. Con esta vigilancia se pasó un
cansable operatura y zelo, hizo tanto, que final- mes entero hasta que el 24 de junio se encendió ma-
mente le prometieron los sublevados principales yormente el fuego de la rebelión con la ocasión que
aquietarsse, baxo de ciertas condiciones, las quales voy a referir.
fue prontamente a proponer a la Audiencia, que es- Por no exasperar el vulgo ni darle ocasión de
peraba el éxito con la anzia que se puede imaginar. que sospechasse falso el perdón general concedido
Entre tanto salió también casi toda la Comunidad por el tumulto passado, se tuvo por conveniente re-
del Máximo, y muchos Religiosos de otras Ordenes, mitir un poco el rigor de la Justicia y se suspendie-
juntamente con varios Eclesiásticos, los quales to- ron las frequentes rondas que se hasían por el Co-
dos encontraron ya la puerta abierta y la entrada fá- rregidor y Alcaldes Ordinarios. Con esto se lisonjea-
cil; y se aplicaron por diversas partes a la misma ron los mal vivientes (que nunca faltan en un nu-
empresa. Las condiciones propuestas fueron que en meroso Pueblo) de poder impunemente desahogar
adelante se extinguiesen enteramente assí la casa de sus pasiones: se experimentaban en la ciudad mu-
Aduana como el estanco de aguardientes, y que se chos robos y otros desórdenes que pedían un eficaz
prometiesse un perdón general a todos los subleva- remedio.
dos. Las cuales fueron aceptadas por la Audiencia, a Lo que considerado por el Corregidor, hombre
excepción del Estanco, que no se permitió su perpe- de gran integridad y justizia, hizo una junta de va-
tua extinción, sino una suspensión hasta nueva or- rios amigos, los más de ellos Europeos, en casa de
den de la Corte, o otro regulamento menos gravoso Dn Angel Izquierdo, para consultar sobre el punto:
a los Pueblos: esta acceptación fué intimada al Pue- éstos le aconsejaron a ssalir essa noche con varios
blo tumultuante por un Oidor, que fue acompaña- hombres armados a rondar principalmente los Ba-
do de dichos Don Pedro Milanesio y Don Ramón rrios de San Sebastián y San Roque, que eran los
Viescas: con lo cual comenzó a sossegarsse todo el principales y más fuertes y se convidaron ellos mis-
tumulto, y se procuró apagar el fuego en que ardía mos a acompañar a dicho Corregidor: la determi-
la Aduana, salvándose lo que se pudo de ella: pero nación era de rondar precissamente segun lo acos-
como era necesario separar toda la gente y haser tumbrado; pero si se encontraba alguna resistencia
que se retirassen a sus respectivos Barrios, costó de hazer un escarmiento para poner terror a los de-
gran trabajo esta empresa: pero se executó por los más: experiencia que en otra ocasión semejante avía
Jesuitas, quedando aquella noche enteramente des- salido bien, pero en esta tuvo péssimos efectos: por-
Bailes y fiestas / 191
que aviéndose hallado por desgracia un mozo de cinco, con la audacia que se metieron los barrios de
uno de los dichos Barrios en parte donde pudo ob- esta ciudad y gente alzada a la plaza de esta dicha
servar y aun oir algo de lo que se trataba en dicha ciudad, combatiendo con multitud de piedras al
junta, mas no aviendo entendido bien toda la deter- pretil, rechazaron a los que defendían las dos pri-
minación, creyó falsamente que ésta era de ir de meras gradas inmediatas a la catedral y quedando
mano armada y passar a cuchillo gran parte de los ganado el campo se introdujeron hasta el mesmo
sublevados, cogiéndolos dormidos y desprevenidos: pretil, y estando dando combate y habiéndose pose-
Este engaño o aprensión suya contó a varios de sus sionado de 2 piezas de artillería cuando ya se creía
amigos; y éstos la propagaron por los Barrios, a que perdido todo el pretil por el retiro que habían he-
se añadieron varias otras congeturas y accidentes, cho, viéndose vencidos los leales, salió del extremo
que dieron cuerpo al engaño. Juntáronse también que hace de la puerta de Audiencia a la esquina de
algunos principales de los Barrios, y tomaron la de- la Concepción el licenciado don Mariano Montese-
terminación de estar sobre aviso y preparados para rín con los soldados que le acompañaban, y ponién-
oponerse a tal atentando, poniendo centinelas o es- dose por delante de los que se retiraban con las lan-
pías en las entradas de los Barrios para que és- zas avigorizándolos y esforzándolos, se puso a dar
tas diessen luego parte del arrivo de la esperada Pa- combate el que duró más de 2 horas, recibiendo
trulla. piedras como cernidas y disparando balas, con or-
El Corregidor que ignoraba todo esto, juntó den a que no faltase fuego; y habiendo por último
cerca de las 11 de la noche del sussodicho dia 24 de hecho disparar la pieza de artillería se metió con los
junio los amigos que libremente se le avian ofreci- soldados avanzándolos de forma que recularon los
do, y bien armados se encaminaron al Barrio de San contrarios hasta la calle de la Compañía, a cosa de
Sebastián en número de veinte personas. Apenas las dos de la mañana; y que habiendo estado pre-
llegaron al fin de la Plaza de Santo Domingo, que es sente el declarante que los arreó también con su
el principio del Barrio, se encontraron con un bo- lanza, halló haber sido la defensa y el rescate del
rracho que les respondió con insolencia, por lo cual pretil y Audiencia efecto de valor, conducta del cita-
uno de la Patrulla imprudentissimamente le dió al- do don Mariano Monteserín, de forma que si no se
gunos sablazos: el pobre hombre, viéndose herido ha puesto a la defensa y sigue el ejemplo de todos
… (Aquí se interrumpe el manuscrito). los que se retiraron, se ha perdido aquella noche to-
da la ciudad como que con más facilidad combaten
Testimonio a dos costados al señor Navarro y lo consumen en la
esquina de la Concepción, en donde su señoría hizo
(…) incontinenti en dicho día mes y año, yo el la más portentosa defensa habiendo sido su esquina
dicho escribano recebí juramento por Dios Nuestro la que más fue combatida y en donde se castigó la
Señor y una señal de Cruz que hizo en toda forma insolencia, por cuyo destrozo hubieron de ame-
de derecho, a Pedro Melo; y habiéndolo fecho pro- drentarse los traidores y desistir hasta el día siguien-
metió decir verdad de todo lo que pasó, y siéndole te y que asimesmo hasta la segunda noche estuvo el
leído el dicho escrito que está por principio y exa- declarante y no vió descaecer el citado don Maria-
minado a su tenor con su inteligencia, dijo: que lue- no en todo lo que ocurría en servicio, defensa y dis-
go que asistió al pretil en la pieza de artillería que se posiciones. Y esto dijo ser la verdad para el jura-
disparó llamando a la gente leal, recibió una lanza mento que tiene fecho en que haviéndose leído esta
en la puerta del cuartel de las que estaba repartien- su declaración de principio a fin se afirmó y ratifi-
do personalmente don Mariano Monteserín, y ha- có en ella, que es de edad de 33 años, que no le to-
biendo estado con ella en el centro del dicho pretil, can las generales de la ley y la firmó, de que doy fe.
como se le mandó, a las 11 y media de la noche del Pedro de Melo. Ante mí, Felipe Baquero, escribano
24 de junio del año pasado de setecientos sesenta y público.
ANEXO 5.
Pablo Guerrero G.
El Diccionario de Autoridades, en viejas edicio- toquen esta clase de música, que de acuerdo con el
nes, define al fandango como “un baile introducido concepto de la época provocaba desórdenes e inmo-
por los que han estado en los reinos de las Indias”; ralidades.
sin embargo, en las ediciones recientes se acredita al En 1757 el Obispo de Quito, Juan Antonio Nie-
fandango como un antiguo baile español (1984: p. to Polo de Aguila, implacable perseguidor de los
631). Alejandro Mateus en su Riqueza de la lengua clérigos que no usaban el hábito y de aquellos que:
castellana y provincialismos ecuatorianos corrobora “... frecuentaban la mesa de juego, las corridas de to-
que fandango es “cierto baile alegre y muy antiguo ros y los bailes profanos”, dictamina bajo la pena de
en España”; en el Ecuador, dice: “reunión de gente excomunión, la prohibición de los “deshonestos e
baja, en la que se come, bebe y baila con algazara” impuros bailes que vulgarmente llaman fandangos”
(Mateus, 1918: p. 114). Y es justamente esta última (González, 1970: t. II, p. 1113)
idea de Mateus la descrita y confirmada por los via- La indignación de los jueces y regentes clerica-
jeros extranjeros que visitaron América en los siglos les debió ser grande para llegar a tomar medidas de
XVIII y XIX, que asientan a los fandangos como bai- prohibición y excomunión; por eso, según Eugenio
les muy populares entre la “gente licenciosa y de po- Espejo, se tenían que pedir permisos especiales pa-
co lustre”. ra realizar bailes profanos o públicos, que eran con-
cedidos siempre y cuando hubiese “el concurso de
Excomunión para el fandango mujeres, [y] los bailes fuesen hechos con honesti-
dad y templanza” (Santacruz y Espejo, 1923: p. 133).
Por 1750 el prelado Juan Bernardino Jiménez Sin embargo de las acciones clericales tendien-
Crespo levantó un auto procesal contra quienes la tes al control para impedir la dispersión del fandan-
noche del 16 de junio de aquel año bailaron: costi- go, éstas no trajeron los resultados esperados y la ra-
llar, arrayán, recumpe y cañirico en el barrio de Pe- zón de ello debe estar relacionada con lo que asegu-
rruncay de Azogues y proscribió: ran Jorge Juan y Antonio de Ulloa en sus Noticias
secretas de América (1982: p. 501): que eran los mis-
“… los bailes entre hombres y mujeres ni de par mos religiosos quienes se encargaban de organizar
en par ni de dos en dos y más pares, sino es que sea estos “bayles y fandangos”, corriendo por su cuenta,
cada marido con su mujer y eso en presencia de gen- además, Los gastos en aguardiente y mistelas, muy
te de distinción y respeto” (Aguilar, 1972: p 57) necesarios en estos casos. Lo dicho en las Noticias
Se dispuso además, excomunión mayor late secretas es corroborado en un expediente de 1784
sententie ipso facto incurrende para quienes bailen y sobre el pueblo de Baba:
* El presente escrito es un apretado resumen, extraído de manera segmentada del original inédito, que lo escribimos
para el periódico El diablo Ocioso de la Corporación Musicológica Ecuatoriana CONMUSICA. Además hemos inclui-
do las partituras del Costillar, Alza que te han visto e Isabel (contradanza) (N. del A.).
Los fandangos / 193
“Si el cura es tan celoso de la observancia de la Algunas piezas musicales del fandango
disciplina eclesiástica, y de las censuras que miran a
la exterior política, por qué autoriza, y aun promueve Cabe mencionar que el costillar, la pieza musi-
otros fandangos que no tienen toda la decencia nece- cal más remota del fandango, dio origen a otra dan-
saria? Por qué aplaudía, y aún provocaba con erroga- za: al alza que te han visto; los primeros compases,
ciones de moneda los ánimos de los concurrentes a la en ambas piezas, a modo de aviso introductorio, re-
disipación, y mayor fervor en los bailes anteriores?
petían varios acordes sobre una misma nota. No tan
Por qué finalmente siendo Alférez, o prioste de cier-
tas funciones escandalosas que promovió en aquel
extenso ni variado como el costillar el alza alcanzó
pueblo para celebrar la Santa Cruz en el mayo pasa- gran popularidad en el siglo XIX; la tradición nos
do (que aún el pensarlo escandaliza, y causa horror) ha permitido aún escucharlo hasta nuestros días, no
él mismo convidó a las zambas, y mulatas, bailaba sucediendo lo mismo con el costillar, del cual se ex-
con ellas, les regaba monedas, y alentaba fervoroso traviaron sus coplas, y su música solo existe como
aquellos actos repetidos por ocho días?” (Expedien- una recopilación documental.
te…, 1784 ANH-Q). Al alza bien podría considerarse una extensión
Las amenazas de la cúpula clerical de censura y musical que nació en el fandango, incluso su texto
prohibición, no fueron suficientes para desterrar al podría insinuar cierto parentesco a la supuesta las-
fandango, cuya permanencia, hasta principios del cividad de los fandangos.
siglo XIX, es confirmada por el viajero italiano Vic-
torino Brandin, quien pasó por nuestro país por el Alza, alza que te han visto,
año de 1824. Brandin consideraba que los excesos no te han visto, visto nada
que se producían eran fruto de la pobreza y la ocio- y solo, solo te han visto
sidad, las que hacían que el pueblo se inclinara a la la nagua, nagua bordada.
bebida y con élla, de la mano, al escandaloso baile
del fandango (Brandín. 1938: p. 149). También hay que señalar que del fandango, en
Pero no solo entre la plebe estaba presente el contextos musicales, se encadena una importante
fandango. Por las investigaciones de Juan Chacón ramificación, en la que bien podríamos encontrar el
Zhapán en su Historia del Corregimiento de Cuenca, origen de algunas de nuestras actuales piezas popu-
se conoce que por declaraciones que hicieron los lares. El costillar fue la fuente del alza y, de éste, se
cabildantes, el 10 de febrero de 1756, en contra el desprendió una variante del aire típico, pieza que
Oidor Dr. Manuel de la Vega y Bárcena, éste era acu- permanece en el repertorio popular.
sado de haber permitido elecciones anormales en el Otra pieza musical que era parte del fandango
Cabildo cuencano y de haber participado en fiestas fue el cañirico (cañarico, canerico, canirico, canari-
inmorales de sociedad, en las cuales se bailó fan- quito, o cañiri-quito). Lo señalan como un pecami-
dango (Chacón, 1990: p. 240). noso baile de la época colonial, en cuyos versos can-
En las declaraciones se mencionó también que tados por los participantes, según una de las versio-
se oía música de arpa –instrumento favorito para nes conocidas, se indicaba la prenda de vestido que
los fandangos– en las habitaciones del Oidor. en ho- debía ir despojándose la pareja de bailarines. así:
ras avanzadas de la noche.
Los bailes del fandango, según antiguas descrip- Cañirico, quítate el rebozo,
ciones era suelto (véase Sachs, 1944 (1767): p. 111; Cañirico, sácate el poncho,
y, Pereira, 1941: p. 238). Los pañuelos que “blan- Cañirico, sácate la pollera,
dían” las parejas, a más de engalanar las figuras co- Cañirico, sácate el calzón....
reográficas, representaban simbólicamente las “ar- (Aguilar, 1972)
mas de combate” con las que se enfrentaban los
contendores en el baile. Agitaban el pañuelo “ame- Aunque este tipo de baile debió organizarse con
nazando” con él a su pareja. mucho sigilo y cautela. Cuando llegó a conocimien-
194 / Ximena Romero
to de los regentes clericales, se expidió una orden vertirse, con características y variantes propias, en
que prohibía terminantemente el baile del cañirico, auténticas creaciones americanas que se difundie-
con pena de excomunión mayor para aquellos que ron por el continente, llegando inclusive a Europa
incurrieran en la falta. El periodista y escritor cuen- como novedad.
cano Carlos Aguilar Vázquez (t 1967) da fe de un Producto de aquella regionalización musical y
documento de 1750, en el cual se dictaminaba la en vista de la diversidad de nombres locales para el
prohibición del costillar, arrayán, recumpe y del ca- fandango a lo largo de los territorios coloniales, es-
ñirico. tamos seguros que la Corona y el Clero prefirieron
El baile del cañirico más bien parece tener rela- usar el término fandango como designación gene-
ción con algún viejo rito de la fecundidad o de la ral. No solo sirvió para nominar las “juntas ilícitas”,
sensualidad. Aguilar Vázquez asevera que el cañiri- con juegos de azar y bebida, sino también a los bai-
co tiene su origen en una danza vernácula de los in- les que se ejecutaban en aquellas reuniones.
dios Cañaris, pero para esas alturas, incluso pensan- Se han podido documentar, en lo que hoy son
do que efectivamente eso sea cierto, el coloniaje y la territorios ecuatorianos, como bailes del fandango
incidencia española debió desvalorizar la ritualidad al costillar, cañirico, arrayán, recumpe y aparente-
de esa danza, ahondando únicamente en sus aspec- mente también el chamba, candil y ferengo. Por in-
tos lascivos. formación recogida por los antropólogos Piedad
Peñaherrera y Alfredo Costales, también se podría
Para concluir sindicar al baile del gato, el quipe-quipe y al caniri-
quito; y, quizá habrá que incorporar al amorfino co-
De manera polarizada, estaban presentes en la lonial –un baile de coplas–, si bien aún no hemos
sociedad de los siglos XVIII-XIX, por un lado la hallado documentación que nos permita hacer una
música colonial religiosa, la profana escolástica y la aseveración certera de su incorporación en las reu-
de salón*; y, por otro lado, el fandango, que reunió niones de fandango.
a varias piezas musicales con los siguientes paráme- Fandango en América fue un nombre genérico,
tros: música popular americana de influjo europeo con el cual se denominó a ciertas danzas de carácter
(criolla); predominio instrumental del arpa como popular y que se consideraban de intenciones lasci-
medio de ejecución; función eminentemente coreo- vas e impías. También se utilizó la palabra como
gráfica; coplas cantadas por el instrumentista o por sinónimo de junta o reunión donde se bebía y bai-
los participantes, cuya observancia debía seguirse laba.
en el baile; manifiesta sexualidad en el contenido de
las coplas y en el modo de bailar. Bibliografía principal
Nos inclinamos a creer que en su forma original
los fandangos fueron bailes españoles que se intro- Aguilar Vázquez, Carlos. “El cañirico”
dujeron desde las primeras etapas coloniales en es- Obras completas, t. III, p. 577-580. Quito: Editorial
tas distancias. y que se fueron mutando hasta con- Fray Jodoco Ricke, 1972.
* Uno de estos bailes de salón fue la contradanza, proveniente de Inglaterra y de origen campesino. La contradanza
(country dance) fue muy difundida en los países latinoamericanos e introducida más regularmente desde comienzos
del siglo XIX, aunque ya mucho antes se pueden recoger testimonios de su presencia. El jesuita Mario Cicala en su
Descripción... escrita en 1771 indica que en Quito: “alguna vez bailan alguna contradanza artística específicamente en-
tre algunos jóvenes civiles y nobles en la celebración de algún matrimonio de personas de rango”. De la contradanza
en compás de 2/4 nacieron la habanera y la danza con sus variantes regionales. (Cicala, Mario. Descripción histórico-
topográfica de la provincia de Quito de la Compañía de Jesús. Quito: Biblioteca Ecuatoriana Aurelio Espinosa Pólit,
1994).
Los fandangos / 195
Brandin. Victorino. “De Quito, de su decadencia, Mateus, Alejandro. Riqueza de la lengua castellana y
voto por su regeneración. 1824” Quito a través provincialismos ecuatorianos. Quito: Tipografía
de los siglos / Eliecer Enríquez B, comp. Quito: y Encuadernación Salesiana, 1918.
Imprenta Municipal, 1938. Moreno, Segundo Luis. La música en la provincia de
Costales Samaniego, Alfredo y Peñaherrera de Cos- Imbabura. Quito: Tipografía y Encuadernación
tales, Piedad. El Quishihuar o el árbol de Dios, Salesianas, 1923.
vol. III (F, G, H). Quito: IADAP, 1982. Moreno, Segundo Luis. “La música en el Ecuador”.
Chacón Zhapán, Juan. Historia del Corregimiento de En: El Ecuador en cien años de independencia.
Cuenca (1557-1777), Colección Histórica. t. 1830-1930 / Gonzalo Orellana J. edit. t. II, p.
XIX. Quito: Banco Central del Ecuador, 1990. 187-276. Quito: Imprenta de la Escuela de Artes
Expediente seguido por el Gobernador de la ciudad de y Oficios. 1930.
Guayaquil a consecuencia de unas fiestas de toros, Real Academia Española. Diccionario de la Lengua
comedias y bailes que se celebraron en el pueblo Española, vigésima edición t. I (A-G). Madrid.
de Baba por el Dr. Dn. Ignacio Cortazar. Año 1984.
1784. [manuscrito]. ANH-Q. Sachs, Curt. Historia universal de la danza. Buenos
González Suárez, Federico. Historia general de la Re- Aires: Ediciones Centurión, 1944.
pública del Ecuador, vol. II. Quito: Editorial Santa Cruz y Espejo Francisco Javier Eugenio. Escri-
CCE, 1970. tos del Doctor Francisco Javier Eugenio Santa
Juan, Jorge; y, Ulloa, Antonio de. Noticias secretas de Cruz y Espejo, t. III / Jacinto Jijón y Caamaño,
América, vol. II. Quito: Librimundi, (s.f.) edit Quito: Editorial Artes Gráficas, 1923.
196 / Ximena Romero
Los fandangos / 197
198 / Ximena Romero
Los fandangos / 199
200 / Ximena Romero
Los fandangos / 201
202 / Ximena Romero
ANEXO 6.
Después de rodeado nuestro Colegio Máximo “Habiéndome conformado con el parecer de los
con soldados, a la madrugada del día 20 de Agosto de mi Consejo Real, en el extraordinario que se ce-
de 1767, tocó la campanilla de la portería a las cua- lebra con motivo de las ocurrencias pasadas, en
tro y media de la mañana. el Sr. Presidente de la Real consulta de 29 de Enero próximo, y de lo que sobre
Audiencia Dn. José de Diguja, y entrando, dejó dis- ella me han expuesto personal del más elevado ca-
tribuidos varios piquetes de soldados, con sus ofi- rácter; estimulado de gravísimas causas, relativas a
ciales, por todas las puertas, tránsitos y corredores, la obligación en que me hallo constituido de man-
y un piquete entero en la grada principal. Ejecutado tener en subordinación, tranquilidad y justicia mis
esto con grande orden, entró en el aposento del P. pueblos, y otras urgentes, justas y necesarias, que re-
Provincial Miguel de Manosalbas, y le dijo que hi- servo en mi Real ánimo; usando de la suprema au-
ciese juntar toda la Comunidad en alguna pieza co- toridad económica que el Todopoderoso ha deposi-
mún, porque así convenía para el servicio del Rey. tado en mis manos para la protección de mis vasa-
Ejecutose prontamente esta orden, en la pieza de la llos y respeto de mi Corona; he venido en mandar
quiete o recreación, donde, entrando dicho Sr. Pre- se extrañen de todos mis Dominios de España e In-
sidente con tres testigos, que fueron el Oidor Ferrer, dia, Islas Filipinas y demás adyacentes, a los Religio-
el Conde de Selva Florida y el Marqués de Villa- sos de la Compañía, así Sacerdotes, como Coadjuto-
Orellana, y con el escribano público Salazar, estan- res o Legos, que hayan hecho la primera Profesión,
do ya allí todos los sujetos así del Máximo como del y a los Novicios que quisieren seguirles; y que se
Colegio de San Luis, a quienes envió a llamar con ocupen todas las temporalidades de la Compañía
un Oficial de guerra, hizo saber el fin a que iba y la en mis Dominios; y para su ejecución uniforme en
providencia que llevaba. Formó su razonamiento; todos ellos, os doy plena y privativa autoridad; y pa-
mas con tanta prudencia Y con términos tan expre- ra que forméis las instrucciones y órdenes necesa-
sivos de su dolor, y sentimiento, que a pesar de la rias, según lo tenéis entendido y estimaréis para el
entereza. a que se esforzó cuanto pudo, se desató en más efectivo, pronto y tranquilo cumplimiento. Y
sollozos y continuado llanto. Dio el Real Decreto quiero que no sólo las Justicias y Tribunales Supe-
para que lo leyese el Escribano, cuya extraña turba- riores de estos Reinos ejecuten puntualmente vues-
ción y lágrimas no permitieron que oyesen los tros mandatos, sino que lo mismo se entienda con
nuestros cosa alguna. Hizo por eso el mismo Sr. los que dirigiereis a los Virreyes, Presidentes, Au-
Presidente que lo fuesen leyendo y pasando los diencias, Gobernadores, Corregidores, Alcaldes
Padres unos a otros. El Decreto era Copia auténti- Mayores y otras cualesquiera Justicias de aquellos
ca del mismo que, firmando el Rey con su mano, Reinos y Provincias; y que en virtud de sus respec-
lo cometió para la ejecución al Sr. Conde de Aran- tivos requerimientos, cualesquiera tropa, milicias o
da, con fecha de 27 de Febrero de 1767, y el mismo paisanaje den el auxilio necesario sin retardo ni ter-
que al principio de la Pragmática Sanción. en fuer- giversación alguna, so pena de caer, el que fuese
za de ley, se publicó en la Corte el día 2 de Abril. De- omiso, en mi Real indignación. Y encargo a los Pa-
cía así: dres Provinciales Prepósitos, Rectores y demás su-
204 / Ximena Romero
periores de la Compañía de Jesús se conformen de pocos de devoción, que quisiese cada cual llevar
su parte a los que se les prevenga puntualmente y se consigo.
les tratará en la ejecución con la mayor decencia,
atención, humanidad y asistencia de modo que en SALIDA DE LOS SUJETOS DE QUITO
todo se proceda conforme a mis soberanas inten-
ciones. Tendréis lo entendido para su exacto cum- Arrestados los Colegios y Casas de la ciudad en
plimiento, como lo fío y espero de vuestro celo, ac- la expresada forma, y dadas las correspondientes
tividad y amor a mi Real servicio; y daréis para ello providencias, así para los que habían de salir como
las órdenes e instrucciones necesarias, acompañan- para los que se habían de quedar, dividieron los suje-
do ejemplares de este mi Real Decreto a los cuales, tos en dos partidas, por no ser asequibles el que sa-
estando firmados de vos, se les dará la misma fe y liesen todos a un tiempo. La primera partida se
crédito que al original. Rubricado de la Real mano. compuso de 60 sujetos. Los más en ellos, del Cole-
En el Pardo, a 27 de Febrero de 1767. Al Conde de gio Máximo y casi todos los del Noviciado, incluso 5
Aranda Presidente del Consejo”. Novicios. Señaló el Provincial, por superior de esta
Habiendo leído unos e impuéstose otros en el partida, al Padre Angel María Manca. y señaló el Sr.
susodicho Decreto, se levantó el P. Provincial Mi- Presidente por conductor de ella a Don Miguel de
guel de Manosalbas, y en nombre de todos dio el Olmedo, Alcalde ordinario de 2° voto, quien se por-
obedecimiento con tan discretas, medidas y religio- tó en todo el camino, hasta el Puerto de Guayaquil,
sas cláusulas, especialmente hablando de los ancia- con mucha caridad, política y atención.
nos que enterneció en extremo a todos. Levantose El día 30 de Agosto, víspera del viaje cayó en la
después el P. Francisco Antonio Sanna, de avanzada ciudad, por la tarde un rayo, que muchos lo juzga-
edad, y uno de los más beneméritos de la Provincia, ron misterioso, y con razón, pues fue a secas y sin
y dio también con gran ternura las gracias al Sr. Pre- llover, sin que se oyese antes trueno alguno, y sin
sidente, por la grande discreción, urbanidad y cari- que después se siguiese otro, de modo que por gra-
dad, con que había ejecutado su comisión. cia dijeron algunos que era la pieza de leva que les
Después de actuadas por el Escribano todas las echaba el cielo a los Jesuitas
formalidades, y hechas las listas de los sujetos, con- Salieron los 60 mencionados, de la ciudad de
forme a la instrucción de la Pragmática, la hicieron Quito el día 31 de Agosto, a los once días del arres-
también consecutivamente de los donados y sir- to, no todos juntos sino separadamente los del Má-
vientes seculares que tenía asalariado el Colegio. ximo y del Noviciado, de modo que fueron a unir-
Luego tomaron las llaves de todos los Archivos y de se al fin de la primera jornada. Fue suma la conster-
las Procuradurías, a excepción de las de las Misio- nación de la ciudad este día, habiendo sido grande
nes, que se olvidaron. Tomadas asimismo las llaves desde la mañana del arresto, en que comenzó el ge-
de la Iglesia, sacristía y Capilla interior, dijo el Pre- neral llanto de todas las gentes, que no sólo nos ha-
sidente que según la Real ordenanza, era necesario bían amado siempre con ternura, sino también ve-
destinar una pieza común para que durmiesen los nerado, respetado, y aun casi adorado, por nuestros
sujetos, el tiempo que tardasen en salir. A esto res- ministerios. Duró muchos días el lastimero llanto
pondió el Provincial, que estaba pronto; pero que con que lamentaban su desgracia en nuestra pérdi-
no hallaba otra parte donde cupiesen todos, que los da; porque acompañaron por largas jornadas mu-
patios y corredores. Determinó por eso que todos a chísimas gentes, y varias hasta la montaña de Chim-
excepción de los Procuradores, estuviesen sin nove- bo, distante 40 leguas de la ciudad, llenando de ayes
dad en sus mismos aposentos; los cuales ni se visi- los caminos, y atravesando con sus gemidos los co-
taron ni se inventariaron hasta después que salieron razones.
todos, si bien hicieron pasar por la tarde todos los Las jornadas que hicieron los de esta partida,
libros a la Librería grande, exceptuando aquellos fueron las siguientes: El 31 de Agosto, al Tambillo;
Arresto / 205
el 1° de Septiembre a Chisinchi, Hacienda del Angas; el 13 a las Playas de Oliva; el 14, a las Bode-
Marqués de Solanda; el 2, a la Ciénega, Hacienda gas de Babahoyo, donde fueron hospedados en la
del Marqués de Maenza; el 3, a Naccichi, Hacien- Aduana Real; el 15 se embarcaron en una falúa y
da nuestra de Provincia; el 4 a Hambato donde diversas balsas, y navegando el río llegaron ese día
no fueron hospedados en nuestra Residencia, sino hasta cerca de Pimocha; el 16 cerca de Baba, en
en las casas de Baca y Castillo, y donde se detu- San Borondón, donde los alcanzó el P. Manca, que
vieron el siguiente día 5; el 6, a Mocha; el 7 a la restablecido siguió con los tres compañeros; el
Trasquilas, Hacienda de Mancheno; el 8, a Isinchi; 17 cerca de Yaguachi; el 18, llegaron al Puerto de
el 9 a Guaranda, donde se detuvieron el día 10; Guayaquil, de donde habían salido para Panamá,
el 11 a Chimbo donde habiendo enfermado el el día antecedente, los que primero llegaron de
P. Manca, se quedo en la Chima, con un sacerdote otros Colegios; el 19, desembarcaron y entraron a la
y tres estudiantes, que luego siguieron; el 12, a ciudad.
Notas sobre los autores seleccionados
Coleti, S.I., Juan Domingo mano menor de Wilhelm von Humboldt, lingüista
y filósofo que fundó la Universidad de Berlín. Los
Jesuita italiano. Según Isaac J. Barrera, Coleti trajo dos hermanos mantuvieron siempre estrecha y
junto con Milanesio, Sanna Bizzoche y otros, una afectuosa relación. Estudió en Frankfurt y Gottin-
gran renovación de los métodos y doctrinas litera- gen; se interesó por varias disciplinas científicas y
rias y filosóficas. Coleti fue profesor de gramática y por concretos problemas de orden práctico; en to-
bibliotecario del Colegio Máximo de Quito, y tuvo dos los campos de su interés aplicó una enorme in-
el encargo de escribir la historia de dicho Colegio. teligencia original e inquisitiva, que le llevó a publi-
car diversas obras sobre temas muy variados. Hizo
La Condamine, Charles-Marie numerosos viajes dentro y fuera del continente eu-
ropeo y concibió el gran proyecto de una obra que
Matemático y humanista francés nacido en 1701 y titularía Cosmos, en la cual debían reunirse todos
muerto en 1774. Fue miembro de la Academia de los conocimientos sobre la naturaleza como la sín-
Ciencias de París y de la Academia Francesa. Fue el tesis armónica de las diversas ciencias particulares.
principal integrante de la Misión Geodésica France- Fue el precursor de la geografía humana y de la geo-
sa que vino a Quito en el primer tercio del siglo grafía económica; en él encuentra su fundamento la
XVIII para medir un arco del meridiano terrestre ciencia de la ecología. Uno de sus viajes más impor-
en la zona ecuatorial. Escribió un Diario de viaje tantes fue el que realizó a América, en compañía de
que incluye sus observaciones, aventuras y vicisitu- Aimée de Bonpland. Varias de sus más notables
des durante su periplo, además de un informe com- obras fueron el resultado de ese viaje; destacamos
pleto de los trabajos y experimentos científicos rea- de entre ellas su célebre Viaje a las regiones equinoc-
lizados por la Misión Francesa en Quito. Este infor- ciales del Nuevo Continente. En 1859 terminó de pu-
me está dirigido a la Academia de Ciencias. Trabó blicar las cuatro partes de su Cosmos –la obra con la
especial amistad con Pedro Vicente Maldonado, que que soñó en su juventud–. Murió en ese mismo
le acompañó durante buena parte de sus viajes y año, a los noventa años de edad.
trabajos, y juntos se trasladaron a Europa, donde
presentó al sabio riobambeño en las Academias de Santa Gertrudis, Fray Juan de
Francia y de Inglaterra.
Misionero franciscano menor, nacido en Palma de
Montúfar y Fraso, Juan Pío Mallorca. Es uno de los viajeros menos conocidos
de los que pasaron por Quito o vivieron en ella du-
Español, capitán de caballería, caballero de la Orden rante el siglo XVIII. Estudió en la ya desaparecida
de Santiago. Fue el primer marqués de Selva Alegre; Universidad Luliana, de su ciudad natal, así llamada
desempeñó la Presidencia de la Real Audiencia de en homenaje a Raimundo Lulio, el gran humanista
Quito desde 1753 hasta 1761. El informe que aquí catalán. En 1756 partió de Cádiz con destino al Co-
se presenta fue escrito en 1754 y dirigido a Don Jo- legio de la Virgen de Gracia, en Popayán. También
sé de Solís Folch de Cardona, Gobernador y Capi- trabajó en el Putumayo. Llegó a Quito en 1760. Es-
tán General del Nuevo Reino de Granada. Su hijo cribió varias obras que reposan manuscritas en la
del mismo nombre fue el segundo marqués de Sel- Biblioteca Pública de Mallorca. Entre ellas figuran
va Alegre, amigo de Espejo desde la infancia, y uno Medicina Luliana, Virtud en sus palacios, que es una
de los principales personajes del Diez de Agosto. recopilación de sermones; y Maravillas de la Natu-
raleza, que consta de cuatro tomos que contienen
Humboldt, Alexander von relatos de su estadía en América entre los años de
1756 y 1767. Esta obra fue publicada en Bogotá en
Sabio humanista alemán, nacido en 1769 de familia 1956, con una introducción de Jesús García Pastor,
noble, de la que heredó el título de Barón. Fue her- quien no deja de notar el espíritu pueril del sacer-
208 / Ximena Romero
dote mallorquino, así como su imperfección en el Ulloa, Antonio de, y Juan, Jorge
uso del castellano.
Cosmógrafos y marinos españoles; el primero naci-
do en 1716 y muerto en 1795; y el segundo, nacido
Stevenson, W. Bennet
en 1713 y muerto en 1773. Vinieron con los france-
Viajero inglés que llegó a América en 1804. Se radi- ses de la Misión Geodésica, trayendo el encargo real
có un tiempo en Chile, de donde pasó luego al Pe- de acompañar a los visitantes y colaborar con ellos.
rú. Vino a Quito en 1808, donde fue Secretario pri- Los dos escribieron obras de singular importancia:
vado del Conde Ruiz de Castilla, presidente de la la Relación histórica del viaie a la América Meridio-
Audiencia que hubo de hacer frente sin suerte al nal, publicada en Madrid en 1748 como informe
movimiento del Diez de Agosto. Más adelante obtu- oficial del cumplimiento de su importante misión.
vo el grado de Coronel y el título de Gobernador de La obra consta de cuatro tomos que contienen ob-
la Provincia de Esmeraldas. Luego fue Secretario del servaciones geográficas, etnográficas y sociales. Es-
Vice-Almirante de Chile, Lord Cochrane. Testigo cribieron además, como informe reservado para la
presencial de los acontecimientos de 1809 y 1810, Corona, sus famosísimas Noticias Secretas de Améri-
escribió sobre las primeras acciones de la Indepen- ca, de las cuales David Barry obtuvo una copia que
dencia de Quito, pero también registró por escrito publicó en Londres en 1826, en dos tomos. En esta
sus impresiones sobre la vida cotidiana de la ciu- obra se hacen importantes revelaciones sobre el es-
dad. Es autor de una obra en tres volúmenes titula- tado real de estos dominios españoles, y sobre el
da Historical and descriptive narrative of twenty abuso de los funcionarios reales y el clero contra la
years’s residence in South America, que fue publica- población indígena.
da en Londres en 1828.
Fuentes y referencias
ALSEDO y Herrera, Dionisio, LA CONDAMINE, Charles-Marie,
1994 “Plano geográfico e hidrográfico del 1994 Diario del viaje al Ecuador. Introducción
distrito de la Real Audiencia de Quito histórica a la medición de los tres prime-
(y) de las provincias... que se compren- ros grados del meridiano, trad. de Eloy
den en su jurisdicción”, en Relaciones Soria Sánchez, Editado por Nelson Gó-
histórico-geográficas de la Audiencia de mez, Quito.
Quito (Siglo XVI-XIX), Edición de Pilar
Ponce Leiva, Quito, Marka, Instituto de MONTÚFAR y Fraso, Juan Pío,
Historia y Antropología Andina/Edi- “Razón sobre el estado y gobernación
ciones Abya-Yala, 1994. política y militar de las provincias, ciu-
dades y villas que contiene la Real Au-
Anónimo diencia de Quito...”, en Relaciones histó-
1938 “Quito”, en Quito a través de los siglos, rico-geográficas de la Audiencia de Quito
Eliécer Enríquez, comp., Imprenta Mu- (Siglo XVI-XIX), cit. supra.
nicipal, Quito, 1938, tomo I.
HUMBOLDT, Alejandro de,
BRANDIN, Victorino, 1980 “Carta a Guillermo de Humboldt del 29
1938 “De Quito, de su decadencia, voto por de noviembre de 1802” (fragmento), en
su regeneración. De la pacibilidad de su Charles Minguet, comp., Cartas ameri-
temperamento”, en Quito a través de los canas, Caracas, Biblioteca Ayacucho.
siglos, cit. supra, pp. 146-154.
SANTA GERTRUDIS, O.F.M., Fray Juan de,
CICALA, S.I., Mario, 1956 Maravillas de la naturaleza, Tomo II,
1994 Descripción histórico-topográfica de la Tercera y Cuarta Parte, Bogotá, Biblio-
Provincia de Quito de la Compañía de teca de la Presidencia de Colombia, vol.
Jesús, trad. del Padre Julián Bravo, S.I., 29, MCMLVI.
Quito, Biblioteca AureIio Espinosa Pó-
lit. STEVENSON, W. Bennet,
1950 “La ciudad de Quito en 1808-1810”,
1986 “El Padre Mario Cicala informa los da- trad. de Luis Merchán Mora, en Boletín
ños que causa en aquella ciudad el jue- del Archivo Nacional de Historia, Quito,
go del boliche” (Ambato, 24 de febrero Año I, No. 2, Julio-diciembre de 1950.
de 1759), fondo Alberto Muñoz Verna-
za, Libro Documentos de la Colonia “Relación histórica de la conspiración y
ANH/C, (transcripción de Diego Mora revoluciones que tuvieron lugar en
Castro, en Revista del Archivo Nacional Quito desde el año 1808 hasta 1810”, en
de Historia, Sección Azuay, Cuenca. Quito a través de los siglos, cit. supra, pp.
101-121.
COLETI, S.I., Juan Domingo,
1941 “Relación inédita de la ciudad de ULLOA, Antonio de, y Juan, Jorge,
Quito”, trad. de J. Roberto Páez, en Qui- 1748 Relación histórica del viaje a la América
to a través de los siglos, Tomo 2, pp. 50- meridional, Tomo I, Madrid, Impresa
64. por Antonio Martín.
210 / Ximena Romero