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FACULTAD REGIONAL MULTIDISCIPLINARIA,

FACULTAD O CENTRO:
MATAGALPA
PROGRAMA DE
PASTOS Y FORRAJES

CARRERA DE INGENIERÍA AGRONÓMICA

MENCION INGENIERÍA AGRONÓMICA

ENERO DEL 2002

INFORMACIÓN GENERAL
PLAN DE ESTUDIOS: 1999

CARRERA: INGENIERÍA AGRONÓMICA

ASIGNATURA: PASTOS Y FORRAJES

CÓDIGO: AGR – 501

AÑO ACADÉMICO QUINTO

SEMESTRE: IX

FRECUENCIA SEMANAL: 4

MODALIDAD DE
REGULAR
ESTUDIOS:

TOTAL DE HORAS: 60 HRS

CRÉDITOS: 4

REQUISITO: NINGUNO

CORREQUISTO: NINGUNO

A. INTRODUCCIÓN

Los países en vías de desarrollo, que en su mayoría son países del trópico, poseen más del
50% del parea mundial de pastos, ganado vacuno, ovino y caprino. Además estos países
cuentan con un alto potencial de energía lumínica solar. Sin embargo, tienen una
producción de solamente el 21% de leche, 34% de la carne de vacunos, la mitad de la carne
de ovinos y caprinos y un cuarto de la producción de lana de los países industrializados.
Mientras nuestros países solo producen 11 kg de carne y 23 kg de leche por habitante por
año, los países desarrollados alcanzan niveles de 55 kg y 322 kg respectivamente.

Se estima que para satisfacer los requerimientos mínimos de proteína de la población de


Centroamérica (estimada en 50 millones para el año 2002, se necesitará aumentar en un
485% la producción de proteína de origen animal, que debe constituir un 30% de la
proteína total de la dieta. Este incremento debe efectuarse a través de los pastos y forrajes,
que constituyen la fuente principal y más económica para obtener productos de origen
animal por medio del rumiante.

El presente programa de Pastos y Forrajes destinado a estudiantes de Ingeniería


Agronómica, trata de abarcar conocimientos básicos que permitan conocer o generar
inquietudes acerca de la productividad de los animales con su principal recurso alimenticio.

Los diferentes contenidos disponen de información elemental que de alguna manera pueda
responder en forma parcial a consideraciones que lleven a reflexionar sobre algunos
elementos que inciden en la baja productividad bovina en nuestras condiciones.

Los contenidos a desarrollarse en las seis unidades del programa contribuyen a la


identificación de las fallas o errores que se presentan en los eslabones que conforman la
unidad de la productividad biológica del sistema suelo – planta – animal.

B. OBJETIVOS GENERALES

OBJETIVO GENERAL

Desarrollar en el estudiante conocimientos de manejo de pasturas tropicales, técnicas de


alimentación de verano y suplementación mineral, enseñándole también las bases de la
rehabilitación y degradación de las pasturas naturalizadas y mejoradas en nuestro país.
Además se estimulará al alumno a preparar programas de manejo e investigar los
problemas relacionados con el establecimiento de pasturas.

OBJETIVOS PSICOSOCIALES.

Al finalizar el curso de pastos y forrajes los estudiantes serán capaces de:

a. Conocer las bases fisiológicas que rigen la producción de pasturas tropicales en la


producción de materia verde para poder interpretar su importancia en la ganadería
nicaragüense.
b. Interpretar las bases fisiológicas de las plantas y su interacción con el animal para
hacer un manejo racional de las pasturas.

OBJETIVOS ACADÉMICOS ESPECÍFICOS


1. Conocer la aplicación de los principios que rigen la explotación delas pasturas.

2. Aplicar los conocimientos sobre las formas de cálculo sobre la disponibilidad de


pastos en las diferentes épocas del año.

3. Conocer los distintos modelos que se utilizan para estimar la producción de materia
verde disponible en un área determinada.

4. Dominar los principales métodos de estimación de carga animal, número de


potreros, número de animales por área.

5. Conocer las propiedades y características que tienen las principales gramíneas


utilizadas en la producción ganadera.

6. Identificar los principales sistemas de pastoreo de interés en la ganadería


nicaragüense.

7. Conocer las distintas técnicas experimentales de laboratorio, invernadero y campo,


usadas en el establecimiento de pasturas y bancos de proteínas.

8. Conocerlas principales leguminosas existentes en el país, así como su potencial de


explotación.

C. PLAN TEMÁTICO

N° Unidades CP C L S Total
1 El Ecosistema de pasturas, componentes e
2 4 - - 6
interacciones
2 Bases fisiológicas para el manejo de praderas
2 4 - - 6
tropicales
3 Ciclo de nutrientes en pasturas - 2 - 4 6
4 Aspectos del manejo de praderas 4 6 4 4 18
5 Sistemas de producción animal basado en
8 8 - - 16
recursos forrajeros tropicales
6 Generalidades sobre productividad y desarrollo
- 4 - 4 8
tecnológico agropecuario
Total 16 28 4 12 60

TEMAS Y SUBTEMAS 5

UNIDAD NO. 1 EL ECOSISTEMA DE PASTURAS, COMPONENTES E


INTERACCIONES.

Básicamente la unidad introductoria nos muestra una visión de la importancia que tienen
las pasturas (alimento de primer orden en animales rumiantes y no rumiantes) en el ciclo de
nutrientes presente en un ecosistema ya sea natural o manejado por el hombre.
Aspectos generales sobre la influencia que ejercen algunos factores físicos y ambientales
sobre la producción de pasturas, también se detallan en esta unidad.

TEMAS

Origen de los pastos

Desde sus albores, el hombre fue recolector de alimentos. Luego entro a la etapa de
cazador; su subsistencia y sobre vivencia posteriores dependieron fundamentalmente de los
animales herbívoros de ramoneo y pastoreo.

La población de animales de caza se redujo notoriamente por efectos climáticos


estaciónales desfavorables (sequías, extensas nevadas, lluvias torrenciales) y bióticos
(fuego, enfermedades y presión del hombre para cubrir sus necesidades de alimento,
vestido y albergue). Esto llevo al hombre a recurrir a semillas y raíces de plantas silvestres
para su alimentación, a cultivar plantas y domesticar animales con características
favorables. De esta manera inicio su etapa de pastor-agricultor.

Conforme las familias y los poblados crecían y las sociedades evolucionaban, se acrecentó
la dependencia del hombre con los animales que ya había domesticado y con los productos
de sus cultivos. De esta manera, los pastores nómadas identificaron (en las zonas semi-
desérticas) las áreas con mayor aptitud para sus siembras y las épocas del año con
suficiente humedad para establecer sus cultivos. Finalizada la siembra, se retiraban a otras
regiones y regresaban en la época de la cosecha. Esta práctica aún se conserva en países de
África y Asia.

En regiones con régimen lluvioso más favorable, se establecieron formas de vida


sedentaria. Con el transcurso de los años, en esas tierras fértiles y de alta productividad se
fueron estabilizando los caseríos hasta convertirse en aldeas y pueblos, que luego serían
ciudades de las grandes civilizaciones que hasta la fecha se conocen.

Paralelamente, a medida que se suscitaban estos cambios, se fueron incorporando al cultivo


de granos y cereales extensiones de tierra cada vez mayores, principalmente a través de la
tala y quema de los bosques, como paso hace miles de años en el norte de Africa, sur de
Europa, Asia y algunas regiones de América.

Es probable que las pasturas naturales más productivas, como las de los valles semi – áridos
del Eufrates, del Tigris y del Nilo, se hayan trabajado (como se hace actualmente) para
destinarlas al cultivo de los cereales. Muchas de las regiones que en un principio
correspondieron a bosques, empobrecieron por las cosechas y fueron abandonadas temporal
o definitivamente, convirtiéndose en tierras de pastos en sucesiones secundarias. Un
proceso similar ocurrió en el desarrollo agrícola de Nicaragua, en la zona Central Norte,
Sur Este, Pacifico y en el Caribe o Atlántica.

La evolución de las pasturas en el mundo, a medida que el hombre se fue transformando de


cazador a pastor y luego a agricultor, esta ejemplificada en el trópico por Australia. Este
país contaba con recursos forrajeros significativamente escasos: hubo ausencia de
leguminosas y presencia de gramíneas con pobres características forrajeras (Astrebla sp.,
Trioda sp., Heteropogon contortus, básicamente).

A través de la introducción programada y sistemática, el mejoramiento y la propagación de


gramíneas y leguminosas forrajeras de Africa, Asia y América tropical (incluyendo a
Nicaragua) y con base científica y el apoyo estatal, en la actualidad Australia lidera la
producción mundial de semillas de gramíneas y leguminosas tropicales. Ha establecido 2.8
millones de hectáreas de especies mejoradas, logrando con sostenibilidad las mayores
producciones de leche y carne en el trópico, con pasturas asociadas de gramíneas y
leguminosas. Además brinda a países del trópico su mayor éxito alcanzado en
mejoramiento genético de leguminosas forrajeras, el Siratro (Macroptilium atropurpureum),
con líneas nativas de México. En ese país funciona la división de Pasturas y Cultivos
Tropicales, establecida en 1959. Es una de las seis divisiones de Commonwealth Scientific
and Industrial Research Organization (CSIRO), la más grande y diversa organización de
investigación del mundo que con 60 años de vida, ha aportado tecnología en la producción,
manejo y utilización de leguminosas y gramíneas forrajeras, de incalculable valor tanto
para Australia como para otros continentes ( Ruiz, 2007).

Clasificación de los pastos

El termino pasto denota cualquier hierba que pace el ganado. Básicamente y en primer
lugar por su cobertura a nivel mundial puede encontrar a las gramíneas y en seguida a las
leguminosas, ya sea directamente aprovechadas en el campo u ofrecidas al animal en otra
forma: corte, heno, ensilaje, etc.

Estas dos familias de plantas y otras que aprovecha el ganado en condiciones difíciles
(comúnmente de habito arbustivo, de las familias Quenopodiaceae, Cactaceae, Compositae,
Cruciferaceae y Zigofilaceae, principalmente); los residuos de cosecha (pajas, rastrojos),
semillas y frutas (algodón, guácimo, jícaro, guanacaste, marañon, hule, banano), follaje
arbóreo (madero negro, helequeme, marango, entre otros) y subproductos agroindustriales
(bagazos, pulpa de cítricos), son utilizados frecuentemente en la suplementación del
ganado. Estas son nutricionalmente reconocidas y consideradas como forrajes, por tener un
contenido de fibra cruda mayor del 18 %, sin importar su contenido de proteína cruda. Los
alimentos con contenidos inferiores de fibra cruda son considerados y denominados
concentrados (Cuadro 2).

Generalmente, los pastos se clasifican según su hábito de crecimiento y su asociación. Se


acepta que la clasificación más adecuada es la ecológica. Esta se cimentó en el clima, ya
que las regiones climáticas del mundo, el tipo de vegetación y el tipo de suelo están
estrechamente correlacionados. Esta clasificación esta usualmente basada en la
temperatura: sub-ártica, templada, sub-tropical y tropical. Puede ser, en disponibilidad de
agua: muy húmeda, húmeda, semiárida y árida y en la estacionalidad de las lluvias, época
lluviosa y época seca.

Snydon 1981 distribuyo los tipos de vegetación en dos grandes grupos: tierras naturales de
pastoreo y tierras de pastoreo hechas por los hombres (artificiales o mejorados).
Cuadro 2. Contenido de fibra cruda, proteína y energía en concentrados comunes y forrajes
en Nicaragua.

Materia Fibra Proteína Energía


seca % cruda Mcl/kg
%
Concentrados
Proteicos
Harina de oleaginosas 92 16 26 3.26
Harina de carne 93 2.5 57 3.35
Levadura de cerveza 93 3.0 48 3.53

Energéticos
Melaza 73 10 5 4.23
Salvado de trigo 89 11 18 3.09
Yuca, tubérculos 65 3 6 3.26
Banano, frutos 21 3 4 3.17
Forrajes
Napier (45 días) 22 30 7 2.22
Caña azúcar entera 25 32 4 2.65
Cascarilla de algodón 87 46 4 ---
Leucaena (60 días) 30 28 24 3.00
Paja de trigo 85 48 3 ---
Gallinaza 90 30 16 ---
Alfalfa (50 días) 21 23 21 2.75
Ruiz, 2007.

Zona del Pacífico.

Esta formada por los departamentos de Chinandega, León, Managua, Masaya, Carazo y
Rivas, tipificada por tener una precipitación pluvial de 300 a 1,800 mm anuales,
distribuidos en seis meses al año. La banda de mayor precipitación (1,200 – 1,800 mm) se
localiza en el norte de Chinandega, pero el 90% del área total, tiene una precipitación
menor a 1,000 mm anual.

Del total de lluvia anual, solo el 8% aproximadamente cae en el verano. No obstante esta
limitación pluvial, el 47% de la superficie total de esta zona, se dedica a la explotación de
la ganadería. Para el año 1975, en la zona del Pacífico había aproximadamente 840,500
hectáreas empastadas, de las cuales 685,00 hectáreas eran de pastos mejorados y
naturalizados, el restante era de pasto natural.

Los suelos son de origen volcánico, con fisiografía que va de ondulada a quebradas en el
Pacífico Norte. En el Pacífico Central varia de llanuras a sierras, mientras que en el
Pacífico Sur varia de llanuras a valles ondulados.
Los suelos se consideran profundos, con limitaciones por una capa de talpetate (hardpan) en
el Pacífico Central. La textura es franca a excepción del Pacífico Sur y Central, que son
arcillosos y con mal drenaje.

La temperatura media anual varia de 25 a 32 °C (grados Celsius o Centígrados),


registrándose en los picos de ciertos volcanes temperaturas inferiores a los 20 °C.

Los pastos predominantes mejorados y naturalizados, de mayor incidencia son: Jaragua


(Hyparrhenia rufa), Guinea (Panicum maximum), Estrella (Cynodon plectostachius, C.
nlemfluensis), Bermuda (Cynodon dactylon), Pangola (Digitaria decumbens), Marandú (B.
brizantha), Gamba (Andropogon gayanus), y Taiwán (Pennisetum purpureum). Entre los
naturales predominan el aceitillo (Aristida jorullensis), zacate torcido (Heteropogon
contortus), Zacate rosado (Rynchelitryum roseum), pasto ilusión (Panicum trichoides),
grama bahia (Paspalum notatum), pata de gallina (Eleusine indica), zacate gallina
(Cynodon dactylon) y Pendejuelo o salne (Digitaria sanguinalis).

1.4.1.2 Zona del Interior o Norte Central.


Está conformada por los departamentos de Jinotega, Matagalpa, Boaco, Chontales, Nueva
Segovia, Madriz, Estelí y parte de Río San Juan. Se considera que el 60% de su superficie
está dedicada a la ganadería y es la zona con mayor área empastada, con un aproximado de
2,237,000 hectáreas, de las cuales 1,323,900 hectáreas están cultivadas con pastos
mejorados y el resto cubierto con pastos naturales.

En esta zona la precipitación es mayor que en la del Pacífico, aunque el rango dentro de
esta zona es sumamente amplio, desde 500 a 4,500 mm anuales, los departamentos de
Nueva Segovia, Madriz, Estelí son los de menor precipitación, luego se incrementa en
Boaco, Chontales, Matagalpa y Jinotega, hasta llegar a la banda de 3,500 a 6,000 mm en
Río San Juan.

Más del 50% del área de la zona Interior tiene una precipitación entre 1,000 y 1,200 mm
anuales, las lluvias se distribuyen en 6 a 10 meses del año pero del total de esa precipitación
anual, solo cerca del 16% se distribuye en la época seca.

Los suelos en esta zona son variados, desde arcillosos profundos y bien drenados, hasta
francos arenosos y mal drenados. El pH es neutro a ligeramente ácido, en la mayoría de los
suelos, aunque también hay extensiones con pH ácido.

La temperatura es ligeramente más baja que la del pacífico, con media anual de 23 a 28 °C,
registrándose en Matagalpa y Jinotega las temperaturas más bajas de la zona Interior (entre
15 y 20 °C).

Los pastos predominantes mejorados y naturalizados son: Jaragua (Hyparrhenia rufa),


Guinea (Panicum maximum), Estrella (Cynodon plectostachius, C. nlemfluensis),
Calinguero (Melinis minutiflora), Alemán (Echinochloa polistachya) y en menor escala, el
Kikuyo (Pennisetum clandestinum), Elefante enano (Pennisetum purpureum cult. Mott),
Caña Japonesa (Saccharum sinensis), Tanner y el Ruiz (Brachiaria ruziziensis).
Entre los naturales predominan el Zacatón (Paspalum virgatum), cola de burro
(Andropogon bicornis), Beouteloua gracilis, B. distichya, aceitillo (Aristida jorullensis),
Ratana (Ischemun ciliare) y varias especies de Panicum.

1.4.1.3 Zona del Atlántico.


Está constituida por los departamentos de Zelaya Norte y Sur, y el Sur de Río San Juan.
Representa más del 50% de la superficie total del país, pero tiene la menor superficie de
pastos mejorados, con 324,800 hectáreas (Cuadro 5).

La zona atlántica es la de mayor precipitación, con una estación seca muy reducida. Más
del 25% del agua, se distribuye en la época supuestamente seca. La precipitación anual en
esta zona varía de 2,000 a 5,000 mm distribuidos en 9 a 12 meses al año.

Aproximadamente ¾ partes del área total, está comprendida entre los límites de
precipitación de 2,000 a 3,500 mm, considerándose apta para el desarrollo de la ganadería a
pesar de ese potencial tan basto, en la actualidad menos del 10% de su superficie se explota
con ganado. Mientras que otros países Centroamericanos como Honduras, Guatemala y
Costa Rica aprovechan esos suelos para este y otros propósitos.

Los suelos de esta zona están sometidos a un lavado continuo, como consecuencia de las
altas tasas de precipitaciones, por lo que el pH es ácido y su fertilidad baja. La textura es
arcillosa y franco arenosa, en la parte norte, mientras en la región sur, es franca arenosa o
franca limosa. Los suelos son profundos o muy profundos, con buen drenaje en el atlántico
norte y mal drenados en el sur.

La temperatura de la zona atlántica es típica de las regiones tropicales húmedas, con media
anual de 25 a 26 grados centígrados y variaciones durante el año de 23 a 27 °C y alta
humedad relativa.

Los pastos predominantes mejorados son: Alemán (Echinochloa polistachya), Para


(Brachiaria mutica), Guinea (Panicum maximum), Asia (Panicum maximum), Tañer y
Estrella (Cynodon nlemfluensis). Entre los pastos naturales los mas frecuentes son: Ratana
(Ischemun ciliare), Paspalum conjugatum y P. Virgatum.

Factores Ecológicos que Influyen en la Producción de los Pastos

La productividad de las pasturas está en función de factores que afectan el crecimiento,


producción y persistencia de las especies que constituyen la pastura y de los animales que
la utilizan. Estos factores se agrupan convencionalmente en cinco categorías, según el
Cuadro 8. Posteriormente, se amplían los tres primeros, de carácter ecológico.

Cuadro 8. Factores que afectan el crecimiento y rendimiento de una pastura

Categoría Factor Sub Factor


1ra. Categoría Radiación Radiación total Fotoperiodismo
Temperatura

2da. Categoría Precipitación Cantidad total Distribución

3ra. Categoría Edafológicos Características físicas Características


químicas Humedad

4ta. Categoría Especies de la pastura Adaptación al medio Ambiente. Potencial


genético de Producción

5ta. Categoría Manejo de la pastura Prácticas que utiliza el hombre y efecto del
animal
Fuente: Whiteman, 1974.

Radiación

Con niveles adecuados de humedad y nutrimentos, los factores que inciden en el


crecimiento y la producción de las pasturas son aquellos que dependen de la cantidad y la
distribución de la radiación. La cantidad de radiación recibida afecta directamente los
procesos primarios de fotosíntesis; los efectos indirectos de la misma influyen en cierta
forma, como el fotoperiodismo y la temperatura.

La cantidad de radiación que llega a la superficie de la tierra depende del grado de filtración
atmosférica por latitud, nubosidad y turbidez de la atmósfera. La radiación total tiende a
declinar conforme se incrementa la latitud, aunque la radiación recibida en el cinturón
tropical es menor que en las latitudes intermedias, según se aprecia en el Cuadro 9.

Cuadro 9. Radiación total anual en algunas regiones de la tierra

Región Kcal/cm2/año
Sahara – Sudan 200 – 220
Australia, Norte y Centra 180 – 200
Australia Sur 140 – 180
Indonesia 140 – 150
Europa Occidental 80 – 100
Inglaterra 70 – 80
Fuente: Whiteman, 1975.

Flujo de la energía en ecosistema de pasturas.

Algunos factores climáticos que afectan el crecimiento y la calidad de los pastos son
temperatura, radiación solar y precipitaciones.
La radiación solar es un elemento climático que se encuentra estrechamente relacionado
con procesos fisiológicos fundamentales, vinculados con el crecimiento y los cambios
morfológicos que experimentan los pastos y forrajes a través de su desarrollo.

La conversión de energía solar en biomasa en los pastos es variable y depende de las vías
metabólicas a través de las cuales efectúa la fotosíntesis, por lo que la tasa fotosintética de
los pastos es una función de la energía disponible. Las plantas C3 sometidas a altas
intensidades de radiación afectan la tasa de asimilación neta y alcanzan el estado de
saturación lumínica en sus hojas a valores de 300-400 J/m 2 /seg bajo condiciones
controladas.

Las plantas C4, por las razones bioquímicas y anatómicas antes explicadas, fotosintetizan
más por unidad de radiación absorbida y alcanzan la saturación lumínica a niveles
superiores, con eficiencias de hasta un 6% (Cooper, 1970, citado por Nelson y Moser,
1994). Sin embargo, en condiciones normales de explotación las hojas superiores reducen
los niveles de radiación al resto del follaje y sólo una parte de ellas alcanza su potencial
fotosintético, lo que hace que bajo estas condiciones se logre la saturación lumínica a
intensidades superiores.
Por otra parte, bajo condiciones de campo las hojas están orientadas en diferentes
direcciones y la intensidad de radiación a la que la mayoría de ellas están expuestas es
mucho más baja que cuando se disponen en un plano horizontal y parte de la energía que
llega es dispersada por la misma vegetación, a través de la reflexión y transmisión. Esta
situación hace que entre especies que posean vías bioquímicas similares para la fotosíntesis
presenten diferencias en la actividad fotosintética en su crecimiento y desarrollo,
atribuyéndose esto a las disímiles características anatómicas y propiedades ópticas que
presentan los follajes en las plantas forrajeras (Sinoquet y Caldwell, 1995).

Además, la arquitectura del césped también modifica la calidad de la luz en su interior,


provoca variaciones en las respuestas morfológicas a través de su ciclo de crecimiento, las
cuales se manifiestan de forma diferente en dependencia de la especie de planta, cuyos
rasgos fundamentales son: tasa de aparición, elongación y el tamaño final de los órganos,
tasa de senescencia y altura de la planta, entre otras (Sinoquet y Cruz, 1995).

La duración del período luminoso es otro factor muy relacionado con la intensidad y
calidad de la radiación, que puede afectar directamente el crecimiento. Los días cortos del
período invernal, unido a la baja intensidad de radiación, es una de las causas
fundamentales de la disminución de la productividad de los pastizales, cuyo
comportamiento es variable en dependencia de la especie de pasto. Se ha argumentado por
diferentes autores que las especies más afectadas por la duración del día son las
pertenecientes al género Digitaria, las que reducen, de forma muy marcada, su tasa absoluta
de crecimiento en los meses donde la duración del día es entre las 10-13 horas (Cruz y
Moreno, 1992). En otras especies como B. humidicola, C. dactylon, C. plectostachyus y P.
maximum, cv Makueni, Tergar, et al (1988) informaron una disminución significativa en su
productividad durante los días cortos en los meses de diciembre y enero en las regiones
montañosas de Puerto Rico.
La radiación solar también ejerce su influencia en otros procesos metabólicos de la planta
que determinan en su composición química, ya sea por cambios en la intensidad como en la
calidad de la luz. El aumento en la intensidad de la luz, favorece los procesos de síntesis y
acumulación de carbohidratos solubles en la planta, mostrando un comportamiento inverso
con el resto de los constituyentes solubles y estructurales, siempre que otros factores no
sean limitantes.

La temperatura

Los procesos bioquímicos y fisiológicos básicos relacionados con la síntesis, transporte y


degradación de sustancias en las plantas están influenciados por la temperatura, por el
grado de relación que éstas poseen con la cinética de las reacciones bioquímicas y el
mantenimiento de la integridad de las membranas.
No todas las especies de pastos tienen el mismo valor óptimo de temperatura para el
cumplimiento de estas funciones. Así, Baruch y Fisher (1991) informaron que en las
gramíneas tropicales, el óptimo fotosintético se encuentra entre los 35 y 39 ºC, y en las
leguminosas entre los 30 y 35 ºC, con una alta sensibilidad a las bajas temperaturas, cuyos
efectos negativos en el crecimiento ocurren entre los 0 y 15 ºC y en algunas especies a los
20 ºC, si la humedad no es un factor limitante, lo cual está dado por la baja conversión de
azúcares en los tejidos de las plantas, producto de una disminución en los procesos de
biosíntesis y por un déficit energético acarreado por una reducción en la tasa respiratoria.
Además, se informó por estos autores que cuando las frecuencias de temperaturas por
debajo de los 15 ºC se incrementan durante el período de crecimiento, los asimilatos
formados se acumulan gradualmente en los cloroplastos y pueden afectar la tasa de
asimilación y traslocación de metabolitos, hasta provocar daños físicos en el aparato
fotosintético que limitará el crecimiento de los pastizales.

Las temperaturas por encima del óptimo también reducen sustancialmente el crecimiento,
debido a una disminución de la actividad fotosintética por inactivación enzimática y a un
incremento de la demanda respiratoria (respiración y fotorespiración), (Pollock, 1990). Por
otra parte, bajo estas condiciones aumenta la tasa transpiratoria y se crea un balance hídrico
negativo que reduce la expansión celular y, por consiguiente, el crecimiento.

Uno de los mecanismos estructurales utilizados por los pastos para reducir los efectos de
estrés por altas temperaturas, es el aumento del contenido de la pared celular,
fundamentalmente en lignina, la cual reduce de forma muy marcada la digestibilidad y la
calidad de éstos. Wilson, et al (1991), al estudiar el efecto del aumento de la temperatura en
el contenido de componentes estructurales y la digestibilidad en las hojas y tallos de C.
dactylon, P. máximum var trichoglume, P. laxaum, L. perenne y M. sativa, encontraron que
la reducción en la digestibilidad de la materia orgánica y de la pared celular estaba asociada
a un aumento en la lignificación de sus tejidos.
Temperatura (Ruiz 2007).
La temperatura ambiental es un factor primario que afecta a todos los procesos fisiológicos
de las plantas. Sobre las bases de la tolerancia a la temperatura se hace la división entre
cultivos y pastos tropicales y de otras latitudes. El factor que determina la temperatura en
condiciones tropicales es la altura sobre el nivel del mar. La humedad, los vientos y la
distribución de la precipitación pluvial inciden en mayor o menor grado sobre la
temperatura.

Si la humedad en el suelo no es un factor limitante, el patrón de crecimiento de las especies


tropicales es controlado en gran medida por la temperatura. Las leguminosas tropicales se
desarrollan de manera óptima cuando la temperatura diurna es de 30 °C y la nocturna 25
°C; en cambio, las gramíneas tropicales encuentran su óptimo desarrollo a temperaturas
más altas, normalmente en el rango de 30 a 35 °C. Las gramíneas de zona templada crecen
óptimamente entre los 20 y 25 °C.

En general, las especies tropicales no son tolerantes a las bajas temperaturas, siendo la
mayoría altamente susceptible a las heladas. Aparte del efecto de las heladas y el
congelamiento, éstas especies son severamente limitadas en su crecimiento por las bajas
temperaturas en el rango de 5 a 15 °C.

Este aspecto es de suma importancia en la distribución de las especies forrajeras bajo


condiciones tropicales, pues las temperaturas diurnas y nocturnas no solo están
determinadas por la latitud (distancia del Ecuador), sino también por la altitud. Por esto, a
una misma latitud se tienen diferentes especies forrajeras, dependiendo del piso altitudinal
en que se encuentren. A manera de ejemplo, a 15° de latitud norte o sur se pueden encontrar
especies típicamente tropicales (Estrella, Jaragua, Brachiarias) bajo condiciones de trópico
bajo (0 – 600 m.s.n.m.); las especies intermedias (Kikuyu) se encuentra a altitudes de 800 a
1200 m.s.n.m. y especies propias de la zona templada ("rye grass", trébol, alfalfa) a
altitudes mayores a los 2000 m.s.n.m.

Bajo condiciones de alta temperatura, se presenta una disminución en el contenido de


fructosanos y en la concentración de sucrosa, un incremento de celulosa, lignina y
pentosanos, y una mayor proporción de nitrógeno en forma soluble. Las altas temperaturas
tienen mayor efecto sobre las raíces que sobre la parte aérea. La debilidad y muerte de las
raíces se debe a una pérdida de carbohidratos y a un incremento de amonio, en forma de
sales y compuestos similares.

El efecto de las temperaturas bajas sobre la planta está relacionado con la formación de
cristales de hielo dentro de los tejidos. Esta formación ocurre en los espacios intercelulares,
que aumentan en tamaño y número a medida que el agua sale de la célula. Mientras más
baja es la temperatura, mayor es la expulsión de agua de la misma y mayor es la
cristalización.

Influencia del agua. Precipitaciones:


El volumen de agua caída por las precipitaciones y su distribución a través del año ejercen
efectos notables en el crecimiento y calidad de los pastos, debido a su estrecha relación con
los factores bioquímicos y fisiológicos que regulan estos procesos biológicos de gran
complejidad. El agua es un componente esencial en las células de las plantas, casi todos los
procesos metabólicos dependen de su presencia; además, se requiere para el mantenimiento
de la presión de turgencia, la difusión de solutos en las células y suministra el hidrógeno y
oxígeno que están involucrados durante el proceso fotosintético (Lösch, 1995).

Tanto el exceso como el déficit de precipitaciones puede provocar estrés en los cultivos
forrajeros. En el caso del primero, generalmente ocurre en los suelos mal drenados durante
la estación lluviosa o en las regiones donde las precipitaciones son altas durante todo el
año. Su efecto fundamental radica en que causa anoxia en las raíces, afectando su
respiración aeróbica, absorción de minerales y agua. Si este se prolonga en especies no
tolerantes, disminuye la asimilación y traslocación del carbono, produciéndose cambios
metabólicos que activan la respiración anaeróbica, lo cual implica una menor eficiencia
energética y bioproductividad en las plantas (Baruch, 1994a). Por otra parte, modifica la
distribución y producción de la biomasa, la tasa de crecimiento y concentración de
minerales en las plantas, aspecto que fue demostrado por Baruch (1994b) en H. rufa, A.
gayanus cv CIAT 621, B. mutica y E. polystachya, en condiciones de inundación durante
20 a 25 días.

Sin embargo, el estrés por sequía es más común en las regiones tropicales, el cual afecta el
comportamiento fisiológico y morfológico de las plantas. El efecto depende de su
intensidad y el estado de crecimiento y desarrollo de la planta. Entre los efectos más
sensibles se destacan: la reducción de la expansión celular motivada por una disminución
en la presión de turgencia, cierre estomático, la transpiración y, por ende, la fotosíntesis,
aunque en este último con efectos directos en los procesos enzimáticos y transporte
electrónico (Antolín y Sánchez-Díaz, 1993), contenido de clorofila y la estructura de las
membranas, las cuales afectan la respiración. El déficit hídrico modifica la partición de la
biomasa entre la parte aérea y radicular en las plantas (Baruch, 1994b), disminuye el área
foliar y su duración, al tiempo que un incremento en la senescencia y, como resultado, la
abscisión de las hojas.

Por otra parte, bajo estas condiciones de estrés se producen importantes cambios
metabólicos que en muchas especies se consideran como adaptativos, los cuales se
caracterizan por una disminución de la síntesis de proteínas, aumento en la concentración
de aminoácidos libres, especialmente prolina, glicina, betaína, dipoliaminas y una
disminución en la velocidad de síntesis del RNA (Lösch, 1995).
Estos cambios metabólicos, generalmente, tienen pocos efectos sobre la calidad de las
plantas y los efectos beneficiosos que se señalan están relacionados con el proceso de
crecimiento. En este sentido, podemos plantear que el aumento en la calidad de los pastos
debido al estrés hídrico está asociado a cambios morfológicos en las plantas, tales como:
reducción en el crecimiento de los tallos y aumento en la proporción de hojas, elementos
característicos en el retraso de la madurez de las plantas.

Por su parte, el estrés hídrico disminuye la concentración de la pared celular en las hojas y
tallos de los forrajes, aunque de forma variable en sus componentes estructurales (celulosa,
hemicelulosa y lignina), atribuible esto último a la necesidad de la planta de mantener altos
valores de carbohidratos en formas solubles durante los ajustes osmóticos.
El efecto de las precipitaciones en el comportamiento de estos procesos morfológicos,
bioquímicos y fisiológicos relacionados con el crecimiento y la calidad de los pastos,
depende de múltiples factores que están asociados al ambiente, al suelo y la especie de
planta. En este sentido, se ha señalado en la literatura que el crecimiento de los pastos es
una función de la humedad disponible en el suelo y que éste, a su vez, varía en dependencia
de la cantidad y distribución de las precipitaciones, de la estructura y pendiente de los
suelos, de los valores de radiación y temperatura, así como del área cubierta por la
vegetación.

Estos resultados nos indican que en los períodos donde existe un déficit hídrico en el
balance entre las precipitaciones y la evapotranspiración se puede presentar una notable
reducción en el crecimiento y calidad de los pastos, situación que frecuentemente ocurre en
el período poco lluvioso en las regiones tropicales. No obstante, este comportamiento es
variable de acuerdo con la región, tanto en cantidad como en su distribución a través del
año.

Precipitación Pluvial Ruiz 2007.


La distribución y abundancia de vegetación sobre la superficie del globo terráqueo está en
función de la disponibilidad de humedad, más que cualquier otro factor ambiental. El agua
influye en el crecimiento de las plantas a través de su participación en los procesos
fisiológicos internos. La actividad metabólica de células y plantas está íntimamente
relacionada con su contenido de agua.

La precipitación pluvial es otro factor climático ambiental determinante de la producción de


biomasa forrajera. En este sentido, no es sólo importante la cantidad de lluvia anual, sino
también su distribución a lo largo del año. En las siguientes gráficas se generalizan las
variaciones estacionales en la tasa relativa de crecimiento del pasto, para los trópicos
húmedo y monzónico respectivamente. Note que el factor precipitación es particularmente
crítico bajo las condiciones del trópico monzónico, en el cual las lluvias se concentran en
cuatro y ocho meses del año.

La capacidad de las plantas para mantenerse y obtener agua del suelo, cuando la
disponibilidad de la misma es escasa o excesiva, está relacionada con la profundidad y la
extensión de su sistema radicular y la presencia de ciertas características físico –
anatómicas. De esta manera, por su sistema radicular profundo, las leguminosas resisten
períodos de sequía. Dentro de éstas y de las gramíneas, hay especies que se mantienen en
condiciones de chaguite o inundación semi o continua: la Sesbania grandiflora y el Kudzu
(Pueraria phasecoloides) en el primer caso y los pastos Alemán (Echinochloa polystachya),
Para (Brachiaria mutica) y Janeiro (Eriochloa polystachya) en el segundo.

El agua altera el crecimiento, la producción y la sobrevivencia de los pastos, ya sea que


haya exceso o falta de la misma. Un exceso de agua en el suelo elimina el aire de sus poros
y favorece una deficiencia de oxígeno, que ocasiona la muerte de la raíz. En su respiración,
las raíces y microorganismos, agotan los niveles de oxígeno e incrementan los de dióxido
de carbono. La presencia de ambas circunstancias en el suelo-raíz – ocasiona:

a. marchitez y amarillamiento del área foliar


b. cese en el crecimiento del sistema radicular
c. baja en la absorción de sales
d. alteración en el balance hidrolítico de la planta y consecuentemente disminución en
la tasa fotosintética
e. susceptibilidad a enfermedades de la raíz

El déficit de agua ocasiona alteraciones en el metabolismo celular. La baja de turgencia


(debida al exceso de transpiración) lleva al cierre de las estomas y a la interrupción de la
fotosíntesis. Cuando la deshidratación es excesiva, la proteína se hidroliza y los
aminoácidos se traslocan a la parte no afectada de la planta.

Ante la sequía, las plantas desarrollan mecanismos de defensa-resistencia, como


adaptaciones morfológicas o estructurales que permiten conservar el agua, tales como
cutículas más gruesas, estomas modificados, o aquellas que incrementan la capacidad de
absorción de agua (raíces más abundantes y profundas) y tolerancia, que pueden ser: mayor
capacidad fotosintética o un incremento en la síntesis de RNA (ácido ribonucleico) y
proteína.

El ARN está presente en la síntesis de proteínas.

Fotosíntesis.
En algunas regiones tropicales, la presencia continua de nubes espesas (particularmente
durante el período de lluvias) disminuye la radiación total que puede aprovecharse.
Además, el alto nivel de humedad en la atmósfera también reduce los niveles de radiación.
Así, aun en la situación tropical de Indonesia (con condiciones óptimas de temperatura,
humedad y disponibilidad de nutrimentos para el crecimiento vegetal), el rendimiento está
limitado por la cantidad de radiación recibida, especialmente durante la época de lluvias.

Fotosíntesis
La energía solar en forma de luz es la fuente energética para la fotosíntesis de las plantas
verdes y la producción del primer carbohidrato, del cual se desarrollan todas las substancias
orgánicas de la planta. Solamente una pequeña proporción de la energía solar que llega a la
tierra es utilizada comúnmente en el proceso de fotosíntesis (1 a 5 % y 3 a 10%) durante el
periodo de crecimiento máximo.

Para dar inicio al proceso fotosintético, se requiere de cierto grado de intensidad lumínica.
El incremento de la intensidad lumínica hasta 15-20 mil lux estimula la síntesis de materia
orgánica en las plantas de los climas templados (especies forrajeras y otras). Sin embargo,
la productividad fotosintética de las especies tropicales se incrementa a niveles lumínicos
superiores y llega al máximo (50 - 60 mil lux o más, Figura 7).
Figura 7. Intensidad lumínica

De las gramíneas tropicales, responden a altas intensidades lumínicas solamente aquellas


pertenecientes a los grupos o sub-familias Panicoideae, (tribus Paniceae, Andropogoneae y
Maideae, tribu Chlorideae)y Eragrostiae del grupo Eragrostiae. Las cuatro primeras tribus
son de origen tropical y adquirieron su adaptabilidad a altas intensidades lumínicas durante
su extenso proceso evolutivo. Para 1970, se habían identificado 100 géneros de 10 familias
de plantas (mono o dicotiledóneas) con esta característica. Tiene gran representatividad en
plantas del trópico y sub – trópico, especialmente las gramíneas de la sub – famiiia
Panicoideae y una amplia variedad de especies dicotiledóneas con hábitat en regiones
áridas, como Atriplex y Amaranthus.

Estas plantas, comparadas con las de la sub-familia Festucoideae, difieren en algunos


detalles importantes en la fotosíntesis, muy influenciados por la morfología de su hoja. En
está, el mesófilo está formado de células pequeñas y uniformes que contienen diminutos
cloroplastos y una o dos capas de células grandes, conocidas como vaina de haz.

En las plantas con respuesta a altas intensidades lumínicas, estas células de la vaina de haz
presentan paredes gruesas y contienen cloroplastos grandes, de forma lineal, con
abundantes granos de almidón. Estas células son conocidas como células Kranz y juegan
un papel importante en el rápido transporte de precursores y productos finales de la
fotosíntesis.

En las gramíneas de la sub – familia Festucoideae y otras plantas de respuesta productiva


fotosintética a bajas intensidades lumínicas, las células de los haces vasculares tienen
membranas muy finas; usualmente, no contienen cloroplastos. Son conocidas como células
no Kranz.

En las gramíneas festucoideas, el proceso fotosintético se denomina Calvin o ciclo del C3


(tres carbonos) En este, los productos iniciales de la asimilación de carbono son acido 3-
fosfoglicérico (tres carbonos) o hexosas fosfatadas, que se utilizan en la formación de
carbohidratos. En gramíneas panicoideas y otras, con células del tipo Kranz, los productos
iniciales de la fotosíntesis son ácidos de 4 carbonos: malato, asparagato, oxalo – acetato. El
proceso se conoce como del C4. (Cuatro carbonos).

En el ciclo Calvin, una proporción del CO2 absorbida por las hojas pero no utilizada, es
devuelta a la atmósfera. En el ciclo C4, el CO2 penetra en las células de los haces vasculares
y vuelve a servir como fuente gaseosa para la fotosíntesis. Así contribuye a la eficiencia del
uso del CO2.

Las gramíneas tropicales que responden a altas intensidades lumínicas son las de los
grupos Panicoideae y Eragrostiae

El mesófilo es el conjunto de tejidos que se hallan entre epidermis de la hoja y entre sus
nervios.

Otra característica de las plantas del ciclo C4 es la ausencia de respiración durante la


fotosíntesis. Estas plantas son capaces de reducir a cero la concentración ambiental de CO2.
Mientras que las plantas del ciclo C3 tienen un punto de compensación alrededor 40 ppm,
según se presenta a continuación (Cuadro 10).

Cuadro 10. Punto de compensación de c02, de gramíneas con proceso fotosintético C4 y C3

Tasa fotosintética Punto Compensación C02


Gramíneas tropicales (C4)
mgC02, /dm/hr. ppm.
Sorghum almun 47 10
Panicum maximun 59 5
Chloris gayana 34 0
Paspalum dilatalum 45 0
Cenchrus ciliaris 39 10
Eleusina indica 43 0
Gramíneas templadas
(C3)
Avena sp. 29 100
Triticum cereale 24 80
Bromus uniloides 31 150
Fuente: Whiteman, 1975.

La combinación de la alta tasa de fotosíntesis y la habilidad para producir área foliar, hace
de las gramíneas tropicales las unidades vegetales más productivas de la tierra. La
eficiencia de la utilización de la energía solar es mayor que cualquier otro cultivo agrícola,
según se muestra en el Cuadro 11.

Cuadro 11. Producción de materia seca y eficiencia de la utilización de la radiación

Rendimiento Eficiencia Periodo Vegetativo


Cultivo
ton/ha % meses
Papa Remolacha 10 0.5 5
16 0.9 6
Zanahoria 9 0.4 5
Maíz 16 1.0 4
Caña de azúcar 130 1.4 12

La consecuencia final de la alta eficiencia de las plantas C4 para el aprovechamiento de la


energía solar, es su habilidad para producir biomasa. Esta siempre favorece a las gramíneas
tropicales panicoideas sobre las festucoideas y las leguminosas.

Fotoperiodismo
La longitud del día (horas sol o fotoperiodismo) tiene un efecto marcado sobre el desarrollo
vegetativo y la floración de las plantas. Las especies de día corto florecen en condiciones de
noches largas, mientras que aquellas de día largo (más horas luz), florecen en condiciones
de noches cortas.

En condiciones tropicales, donde la duración de las horas sol es casi constante y los días y
las noches son bastante similares en duración, la mayoría de las gramíneas y leguminosas
forrajeras son plantas neutrales que no responden al fotoperiodismo en forma significativa.

El fotoperiodismo es la respuesta de un organismo a la duración relativa del día y de la


noche.

2.1.6 Factores Edáficos


Las propiedades básicas de un suelo resultan de la interacción de sus características
químicas, físicas y biológicas. Dentro las primeras, la textura (hace referencia a las
diferentes proporciones de separados en la fracción mineral: arena, limo y arcilla) y
estructura (el arreglo de las partículas sólidas), son las más importantes.

Estas características, unidas a la profundidad de la capa freática, determinan las condiciones


favorables para el sostenimiento de las plantas. Las propiedades físico-químicas están
gobernadas por la fracción coloidal del suelo, compuesta de diferentes minerales arcillosos
(principalmente caololita, vermiculita, montmorillonita, mica, sesquióxidos, gibsita y
clorita).

Las tres características químicas de mayor relevancia en los suelos son:


• el pH,
• la capacidad de intercambio de cationes y
• el total de bases intercambiables.

El pH del suelo es una medida de su acidez o alcalinidad. Un pH de 7.0 es neutro: los


valores más bajos indican acidez y los valores más altos señalan alcalinidad. Muchas de las
propiedades del suelo, especialmente la disponibilidad de nutrientes para el crecimiento y
producción de las forrajeras, están en función de su pH. Así por ejemplo:
a. Disponibilidad de fósforo, calcio, magnesio, potasio y molibdeno. A pH bajo
(suelos ácidos), el fósforo es precipitado por el hierro y aluminio que se encuentran
en solución. Cuando el complejo de cambio está saturado principalmente con
hidrógeno y aluminio hay menor retención y mayor deficiencia de calcio, magnesio
y potasio. El molibdeno es menos disponible en suelos ácidos.

El pH es una medida de acidez o alcalinidad del suelo, en este caso. Un pH de 7 es neutro;


los valores más bajos implican acidez y los más altos, alcalinidad.

Los cationes son los elementos, moléculas o compuestos que tienen carga positiva.
b. Nitrógeno aprovechable. El 97 % de nitrógeno aprovechado por las plantas,
proviene de la materia orgánica. Esta tiene que ser descompuesta por
microorganismos para producir amonio y nitratos, que son las formas más utilizadas
por las plantas. A pH bajo, la actividad de estos microorganismos se restringe
considerablemente.

c. Efectos tóxicos. A pH bajo, el aluminio y el manganeso pueden ser tóxicos para las
plantas. A pH alto, en suelos saturados con sodio, este elemento puede ser tóxico.

d. Fijación de nitrógeno por las bacterias en los nódulos de las raíces de las
leguminosas. Cuando el pH es bajo, la fijación del nitrógeno atmosférico se reduce
y aún se puede inhibir.

e. Disponibilidad de elementos menores. Todos los elementos menores (con


excepción del molibdeno), son más disponibles a valores bajos de pH. En suelos
neutros, alcalinos y calcáreos, se pueden presentar deficiencias de ellos.

Las características físicas y químicas del suelo tienen un efecto marcado sobre el valor
nutricional de las forrajeras. A continuación se presenta el efecto de la fertilidad del suelo
en la composición química del pasto local y en el porcentaje de nacimientos. En ambas
localidades, la forrajera estaba en la misma fase de crecimiento activo. Sin embargo, la
diferencia en valor nutritivo (mostrada a través de su composición química y en el
porcentaje de la natalidad) es altamente significativa y debe considerarse como un efecto
directo de la fertilidad del suelo.

Las propiedades biológicas del suelo están estrechamente relacionadas con la cantidad de
materia orgánica presente.

Sus características y aportes son:


a. fuente de nutrimentos minerales
b. retención de agua
c. estructura del suelo
d. capacidad de absorción iónica
e. efectos mecánicos en las capas superficiales del suelo (protección por las gotas de
lluvia y prevención del escurrimiento).

En igual forma, las propiedades biológicas del suelo-materia orgánica están en relación con
la presencia y cantidad de organismos vegetales y animales; entre estos se destacan
bacterias, protozoos, actinomicetos, hongos, algas, lombrices, etc

Bibliografía
Ruiz Fonseca, C.J. 2007. Agrostología. Managua, NI. 65pag.

Lösch, R. 1995. Plant water relations. En: Physiology. Progress in Botany. V 56 Springer
Forlag Berlin 56: 55- 96.

Baruch, Z y Fisher, M. J. 1991. Factores climáticos de competencia que afectan el


desarrollo de la planta en el crecimiento.En: Establecimiento y renovación de pasturas.
Conceptos, experiencia y enfoques de la investigación, Red de Investigación y Evaluación
de Pastos Tropicales. CIAT. Colombia pp. 103-142.

Cruz, P. y Moreno, J.L.1992. Crecimiento potencial comparado de una gramínea natural (


Dichanthium aristatum) y una cultivada(Digitaria decumbens Stent) sometida a variaciones
fotoperiodicas. Revista Cubana de Ciencia Agrícola. 26: 323-330.

Del Pozo Rodríguez, P.P. 2004. Bases Ecofisiológicas para el manejo de los pastos
tropicales. 9 pág. La Habana, Cuba.

Murillo Flores, J.C.1995.


1.1 Conveniencia de utilizar un enfoque de sistemas.

1.2 Técnicas utilizadas en las actividades agropecuarias.

1.3 Ecosistema.

1.4 Características delas actividades agropecuarias

1.5 Aspectos especiales de la explotación ganadera.

El suelo, el animal y la pastura son parte de los componentes más importante en los
sistemas de producción de carne y leche en nuestro país.
Mediante el manejo de pasturas, el productor puede manipular tanto a los animales como a
las pasturas para obtener así una mayor productividad por animal y por unidad de
superficie.
El manejo de pasturas, puede ser definido como el arte de obtener la mayor disponibilidad
de forraje con el fin de lograr la mayor productividad animal, mayor ganancia de peso por
animal por día, por hectárea, por año y mayor producción de leche por vaca.
El manejo de pasturas no es independiente del manejo animal ni del manejo general de la
finca. Existe una serie de factores que influyen sobre el manejo de pasturas, pero solo se
puede actuar sobre algunos, tales como: carga animal, presión de pastoreo, intensidad de
pastoreo, frecuencia de pastoreo, oportunidad de pastoreo, sistema de pastoreo y
fertilización.

1. Carga animal

Se refiere al número de animales por unidad de área que predomine sobre una pastura y se
expresa normalmente en unidades animales por hectárea (UA/ha), donde una unidad animal
equivale a 400 kg de peso vivo. Es una de los factores más determinantes en la
productividad de una pastura, debido a la relación de la productividad por animal y por
hectárea.
El ganadero, a través de la carga animal, puede manipular la disponibilidad de forraje por
animal. Toda pastura, dependiendo de su capacidad de producción de forraje, posee una
capacidad de carga determinada, la cual es similar a la carga animal óptima de la pastura.
Si se maneja una carga animal baja, se obtiene la máxima producción por animal, debido a
la alta disponibilidad de forraje. En este caso se estaría subutilizando la pastura. Lo
contrario ocurre si se maneja una carga animal alta: se disminuye la producción por animal
debido a una baja disponibilidad de forraje. Sin embargo, la producción por hectárea
aumenta hasta llegar a un punto óptimo, el cual coincide con la capacidad de carga de dicha
pastura.

Si se aumenta la carga animal sobre su punto óptimo, la producción animal disminuye. La


disminución de la disponibilidad de forraje hará que los animales no satisfagan sus
necesidades de mantenimiento. Así mismo la pastura sufriría un deterioro por sobre
pastoreo.
Por medio del manejo de la carga animal se puede lograr una mayor persistencia de la
pastura y una mayor producción por animal y por área.

1.6 Concepto de sistemas de producción animal.


Pag. 38 vinicio lobo
UNIDAD NO. 2 BASES FISIOLÓGICAS PARA EL MANEJO DE LAS PASTURAS.
24-28

Es de vital importancia en la producción ganadera conocer cuáles son los principales


componentes a los que están expuestas las pasturas tropicales, para conocer el tipo de
manejo y control sobre la productividad de ellas mismas.

La productividad y la persistencia, así como el valor nutritivo de cada una de las pasturas
utilizadas en la alimentación del ganado.

TEMAS

2.1 Introducción.
2.2 Valor nutritivo y fisiología de las praderas.

El valor nutritivo de las especies forrajeras es resultante de concurrencia de factores


intrínsecos de las plantas como son la composición química y la digestibilidad y de factores
generados por la interacción entre el animal y los pastos, tales como el consumo voluntario
y la eficiencia en la cual el rumiante utiliza la energía metabolizada ingerida.

Cada uno de estos elementos del valor nutritivo esta marcadamente influenciado por
factores ambientales y por las peculiares características morfológicas de las especies
pratenses.

En términos generarles, el valor nutritivo de las gramíneas tropicales es menor que el de las
gramíneas de clima templado (Ludlow, 1976.)

El valor nutritivo de un forraje debe reflejar su capacidad de satisfacer los requerimientos


de un animal para un objetivo de producción particular y la mejor manera de expresarlo es a
través de la producción animal obtenida o “respuesta animal” cuando la pastura es ofrecida
al animeddeal.
El valor nutritivo es función del consumo de nutrientes y de la eficiencia de conversión de
los nutrientes ingeridos, en producto animal. A su vez, el consumo de nutrientes es el
producto de la cantidad de forraje consumido y la concentración de nutrientes en ese forraje
y la eficiencia de conversión de nutrientes en producto animal comprende las eficiencias en
los ‘procesos digestivos y metabólicos (Hodgson, J, 1990)

Los forrajes, término muy genérico, comprenden todos aquellos materiales vegetales -
incluyendo tallo, hojas, semillas, flores que pueden ser consumidos por el animal. Este
material puede ser verde o seco, cosechado por el animal o por el hombre (Church, 1984).
Bajo esta terminología quedan comprendidos todas las pasturas naturales o artificiales, los
verdeos, las distintas formas de conservación (henos, ensilajes y ensilajes) y los rastrojos o
residuos vegetales que quedan en el campo luego de realizada la cosecha de los granos.
La característica particular de los forrajes es que son alimentos voluminosos, es decir con
baja densidad física y que presentan alta proporción de pared celular en su materia seca.
Existen diversas clasificaciones de los alimentos según los criterios considerados para su
agrupación. La clasificación publicada en las Tablas Latinoamericanas de
Clasificación y Composición de Alimentos agrupa a los forrajes en las tres primeras
clases denominadas:
Clase 1: Forrajes secos y alimentos toscos
Clase 2: Forrajes frescos
Clase 3: Forrajes ensilados

De acuerdo a esta clasificación, la Clase 2 comprende a “pasturas, plantas de praderas y


forrajes suministrados verdes, incluyendo todos los forrajes que no han sido cortados y
secados” (McDowell et al., 1974)

De acuerdo a esta clasificación, la Clase 2 comprende a “pasturas, plantas de praderas y


forrajes suministrados verdes, incluyendo todos los forrajes que no han sido cortados y
secados” (McDowell et al., 1974)

En general, el término “pradera” o “campo” hace referencia a tierras cuya vegetación


potencial justifica su explotación como tierras de pastoreo (adaptado de Semple, 1970),
mientras que el término “pastura” se refiere al material vegetal que crece en esas tierras
(excepto semillas y raíces) y que son destinados a la alimentación de los herbívoros
(adaptado de Church,1984). Comúnmente, la terminología utilizada combina los dos
componentes (tierra y material vegetal) y se la categoriza en nativa o natural vs. sembrada o
artificial.

Las pasturas y otros tipos de forrajes, muestran gran variación en su valor nutritivo en sus
distintas etapas de crecimiento y en las diferentes fracciones de la planta.
Estas diferencias se deben, además, a las variaciones en las condiciones ambientales (suelo,
clima, fertilizaciones), al material genético y al manejo.
La composición de la materia seca de todas las pasturas es muy variable y el contenido de
humedad es alto y variable (60-85%). A los efectos de comprender los principales
nutrientes que aportan las pasturas, se presenta en el cuadro 1 los rangos de valores de los
principales componentes hallados en la bibliografía.

Cuadro 1. Concentración de los principales componentes de las pasturas

FACTORES QUE INCIDEN EN EL VALOR NUTRITIVO DE LAS PASTURAS


Las pasturas y otros tipos de forrajes, muestran gran variación en su valor nutritivo en sus
distintas etapas de crecimiento y en las diferentes fracciones de la planta.
Estas diferencias se deben, además, a las variaciones en las condiciones ambientales (suelo,
clima, fertilizaciones), al material genético y al manejo.
La composición de la materia seca de todas las pasturas es muy variable y el contenido de
humedad es alto y variable (60-85%). A los efectos de comprender los principales
nutrientes que aportan las pasturas, se presenta en el cuadro 1 los rangos de valores de los
principales componentes hallados en la bibliografía.

Los carbohidratos representan el 45 – 80 % de la materia seca y constituyen la principal


fuente de energía para el rumiante. De acuerdo a su rol en la planta se les clasifica en
estructurales y no estructurales. Las estructurales constituyen la mayor parte de la pared
celular incluyendo hemicelulosas, celulosas y pectinas, y en el último grupo están
agrupados los azúcares simples y complejos que participan en el metabolismo intermediario
o son almacenados. Las gramíneas templadas almacenan almidón en sus semillas pero
fructanos en tallos y hojas, con contenidos entre 5 y 20 % de la materia seca (Van Soest,
1994).

Los contenidos de compuestos de reserva y de azúcares libres dependen de las condiciones


ambientales imperantes (condiciones que favorecen la fotosíntesis o que favorecen el
crecimiento de la planta), como consecuencia, existen importantes variaciones en el
contenido de azúcares solubles a lo largo del día y en las distintas estaciones de crecimiento
(Van Soest., 1994)

El tenor en proteína cruda es uno de los componentes más variable en las pasturas, los
factores que inciden sobre el valor nutritivo modificarán notoriamente el contenido de
proteína. Las proteínas foliares se concentran principalmente en los cloroplastos, a su vez el
40 % de estas proteínas cloroplásticas son solubles en soluciones tampón y están
constituídas en su mayoría por la fracción 1 ó ribulosa 1-5 difosfato carboxilasa que
cataliza la fijación del CO2 (Jarrige et al., 1995). Los constituyentes no proteicos
representan de un 20 a un 35 % del nitrógeno total (Church, 1984)

Los lípidos de las pasturas constituyen cuantitativamente una pequeña fracción que tiene
poca variación. En este grupo se incluyen una variedad de compuestos diferentes, pero los
principales son los galactolípidos y los fosfolípidos. El ácido linolénico constituye más del
50% del total de ácidos grasos y le siguen en orden el linoleico y el palmítico. En esta
fracción también se incluyen los pigmentos, que en el caso de las plantas verdes, desde el
punto de vista nutricional el más importante es el β-caroteno que es el precursor de la
vitamina A.

El valor de cenizas totales estima solamente la pro porción de compuestos inorgánicos que
presenta la planta y es muy común la contaminación con tierra en las muestras de pastura.
El contenido de los distintos minerales de las pasturas, al igual que las fracciones orgánicas,
es muy variable, ya que es muy afectado por la fertilidad del suelo, la fertilización, los
factores genéticos y los climáticos. Las pasturas naturales, dependiendo del tipo de suelo y
sobre todo de la época del año pueden ser deficientes en uno o más minerales.
El valor nutritivo de las pasturas, como se dijo anteriormente, se puede medir como la
capacidad para aportar los nutrientes requeridos por el animal. En condiciones de pastoreo
(y considerando animales de producción media) las pasturas aportan todos los nutrientes
que el animal necesita, aunque debido a su producción estacional marcada, existen
momentos durante el año en que los animales no ven cubiertos sus requerimientos. Pero si
las demandas son mayores (animales de alta producción), algunos componentes de las
pasturas se tornan limitantes, ya sea en cantidad como en el balance de los nutrientes
aportados (proteínas, carbohidratos solubles, minerales) (Cangiano, 1997)

Composición química y digestibilidad.

El contenido de proteína cruda de las gramíneas puede variar entre 3% en una gramínea
tropical y muy madura hasta más de 30% en una pastura muy tierna y fertilizada. En
términos generales, el contenido de pared celular está inversamente relacionado con el
contenido de proteína, el contenido de celulosa suele ser de 20 a 30% de la materia seca, en
tanto que las hemicelulosas pueden variar entre 10 y 30 %. Los carbohidratos solubles de
las gramíneas incluyen fructanos y azúcares (glucosa,fructosa, sacarosa, rafinosa y
estaquiosa), su contenido es muy variable y puede oscilar entre 2.5 y 30 % de la materia
seca (Church, 1984).

Las leguminosas, desde el punto de vista nutritivo, son superiores en contenido de


nitrógeno, y en minerales (calcio y magnesio, principalmente) que las gramíneas.
Presentan un menor contenido de pared celular (pero más lignificada) cuando se las
compara, en etapas de madurez equivalentes, con lasgramíneas. El principal azúcar es la
sacarosa, no contienen fructanos pero sí se encuentra almidón (contenidos de hasta 5% en
base seca en las hojas secas de trébol rojo). Las leguminosas también son más ricas en
pectinas (polisacárido rico en ácido galacturónico que se encuentra principalmente en la
laminilla media de las paredescelulares de las plantas) que las gramíneas (Church, 1984).
Cuadro 2. Resumen de información nacional de composición química de gramíneas y
leguminosas (Marichal y col., inédito)

Las gramíneas comprenden especies C3 (comúnmente llamadas especies templadas) y C4


(comúnmente llamadas también especies tropicales) que se diferencian entre sí en que
producen sustancias con 3 o 4 átomos de carbono respectivamente, como compuestos
intermediarios de la fotosíntesis.
Las plantas C4 tienden a presentar tasas de crecimiento y producción de materia seca
mayores a las C3 (son fotosintéticamente más eficientes que las C3) así como una mayor
adaptación a ambientes cálidos y áridos, pero su valor nutritivo es menor que las C3
(Carámbula, 1996).
Existen diferencias anatómicas importantes que explican las diferencias en valor nutritivo.
El tipo de arquitecturas (altas y erectas) de muchas especies C4, requiere un mayor
porcentaje de tejidos de sostén (esclerénquima). A su vez estas especies presentan, en
general, menor proporción de mesófilo (28-47% vs. 53-67%) y mayor proporción de tejido
vascular (6-12% vs. 3-9%) que las C3 y poseen vainas parenquimáticas bien desarrolladas
(12-33 % vs. 5-2 0%) con cloroplastos adyacentes al tejido vascular (Jarrige et al., 1995
). El medio ambiente en que se desarrollan, además, lleva en la mayoría de los casos, a la
formación de paredes celulares gruesas, hojas rígidas y a un proceso rápido de
lignificación.

También es importante señalar que las especies C3 en términos generales han sufrido una
mayor presión de selección que las C4. Un ejemplo es el maíz, planta C4 que ha sido
alterada genéticamente, y si bien deriva de ancestros tropicales presenta alto valor nutritivo.

La mayoría de las gramíneas tropicales domésticas son plantas C4, mientras que la mayoría
de las gramíneas perennes templadas, así como todas las leguminosas (incluyendo las
tropicales) son plantas C3.

Alternativas de especies forrajeras.

En los territorios dominados por la actividad ganadera existen varias especies leñosas que
tienen potencial para proveer de alimento al ganado; en el caso de frutos el guácimo, el
guanacaste, el genízaro, el coyol y el jícaro y en el caso de hojas o follaje el guácimo, el
tigüilote, el madero negro y la leucaena.

Para asegurar un mayor consumo y disponibilidad de nutrientes para el ganado es


importante ofrecer una mezcla de estas especies y no solo confiar en una. Por lo tanto se
recomienda contar con una diversidad de árboles para garantizar la disponibilidad de
alimentos en toda la época seca.

.
2.3 Productividad y fisiología de las praderas.

FACTORES QUE AFECTAN LA PRODUCTIVIDAD DE LAS PRADERAS

La productividad de las praderas está determinada principalmente por la defoliación y por


los nutrientes de reserva acumulados por las especies forrajeras de la pradera, por lo que la
actividad fotosintética se debe promover después del pastoreo. La defoliación Se considera
como el principal efecto de los animales en la pradera y se define como la remoción de las
partes aéreas de la planta llevada a cabo por el animal en pastoreo o por cualquier medio
(implementos mecánicos, fuego, otros seres vivos, etc.). La defoliación no puede ser
simulada por ningún sistema de cosecha o corte de las plantas en la pradera, puesto que el
animal en pastoreo consume el forraje de manera irregular, tanto en el plano horizontal
como en el vertical cosechando más forraje en unos sitios que en otros, e igualmente
rechazando selectivamente el forraje en algunas zonas de la pradera.

Harris (1978) define la defoliación a través de tres parámetros: intensidad, frecuencia y


tiempo: la intensidad corresponde a la proporción del forraje removido en la defoliación
(Figura 2); la frecuencia se refiere al intervalo de tiempo entre defoliaciones; y el tiempo se
relaciona con la época del año o el estado de desarrollo en que la pradera es defoliada.

Efectos de la defoliación.
En general, al incrementar la frecuencia e intensidad de la defoliación la producción de
materia seca en la pradera se reduce por las siguientes causas: a) disminución en la
intercepción de luz por parte de los tejidos fotosintéticamente activos; b) agotamiento de
los nutrientes de reserva; c) reducción en la absorción de nutrientes y de agua por la planta;
y d) remoción o daño de los meristemos apicales. La importancia relativa de estos factores
se relaciona con factores del medio ambiente y de la pradera (Harris, 1978). Se ha
demostrado que las defoliaciones intensas y frecuentes reducen la cantidad de raíces de las
plantas forrajeras en las praderas (Buwai y Trlica, L977), Además, como consecuencia de
la defoliación, también disminuye la absorción de agua y de nutrientes al reducirse la
elongación de las raíces (Buwai y Trlica, 1977 y Harris, 1978).

Un sistema ideal de manejo de la pradera buscará un balance apropiado entre la cantidad y


la calidad de forraje que se ofrece al animal y así, una frecuencia baja de defoliación
(pastoreo) favorece la acumulación de forraje y la supervivencia de la planta, lo que va en
detrimento de la digestibilidad y de la concentración de proteína (Holt y Conrad 1986;
Monson y Burtor 1982y Motazedian y Charrow, 1eeo).

Reservas orgánicas en las especies forrajeras


Para definir un plan racional de manejo del pastoreo es importante entender la dinámica
del crecimiento del pasto como elemento clave para mejorar la productividad de las
praderas. Las raíces de las plantas extraen agua y nutrientes del suelo, mientras el follaje
(hojas y tallos verdes) toma la energía solar y la utiliza para sintetizar los nutrientes que
requiere la planta; en tanto que el resto de la energía generada en el proceso se almacena
bajo la forma de carbohidratos en las raíces, en los estolones, en los rizomas o en las bases
de los tallos, según el tipo de planta. Esta energía puede ser utilizada para reiniciar el
crecimiento después del pastoreo o para superar condiciones de estrés climático. Por esta
razón las plantas forrajeras deben ser pastoreadas con una frecuencia y grado de defoliación
tales que les permita producir y acumular carbohidratos de reserva para mantener un buen
estado sanitario y un vigor de crecimiento óptimo (Emmick y Fox, 1993).

Las reservas orgánicas son el mecanismo que poseen las plantas forrajeras para activar el
rebrote, asegurar su persistencia y mantener su producción. Estas reservas est¡ín
constituidas principalmente por carbohidratos y compuestos nitrogenados orgánicos y son
usadas por la planta como sustratos para su mantenimiento y para la formación de biomasa
aérea y subterránea en los períodos de estrés. La mayor proporción de reservas de la planta
está constituida por carbohidratos no estructurales, lo que incluye azúcares reductores
(glucosa, fructosa), azúcares no reductores (sucrosa), fructosanos y almidones (Smith,
1973). Los compuestos nitrogenados incluyen proteínas, aminas y amino ácidos (Davidson
y Milthorpe, 1966; Ourry et al.1988; Ourry et al

Manejo de la relación planta-animal en pastoreo


Manejo del pastoreo.
Un adecuado manejo del pastoreo requiere entender en forma clara y objetiva las
necesidades, tanto de la planta como del animal y mantener una óptima y estable relación
entre ellas a través del tiempo. Para ello se deben considerar sistemas de utilización de las
praderas que favorezcan una cosecha eficiente del forraje en el estado óptimo de
crecimiento y mejorar su aprovechamiento por el animal en pastoreo, con el fin de
incrementar la producción por animal y por unidad de área, y ocasionar el menor daño
posible a los otros componentes del sistema, el pasto y el suelo.

En este sentido, un buen manejo del pastoreo debe controlar la intensidad de la defoliación
y definir el método de pastoreo (días de ocupación y descanso) más apropiado a la especie
de pasto y al tipo de animal, a fin de incrementar la producción de la pradera y mantener su
composición botánica (Fisher y Thomas, 1987
Efectos del
pastoreo en la
pradera.

El pastoreo tiene
efectos directos e
indirectos sobre la pradera, los cuales suelen ser más drásticos durante la época de lluvias.
Los efectos directos incluyen daños físicos a las plantas por la defoliación y el "desflecado"
de sus tejidos al igual que por el efecto del pisoteo en tallos, hojas y coronas de las plantas.
Los efectos indirectos del pastoreo tienen que ver con la compactación del suelo y la
formación de charcos, lo que ocasiona cambios en las propiedades físicas del suelo y
consecuentemente en el crecimiento de las plantas. El pisoteo también facilita la entrada de
patógenos en los sitios de la planta con lesiones mecánicas

2.4 Persistencia y fisiología de las praderas.

Función de las reservas orgánicas en la persistencia.

Los nutrientes de reserva cumplen un importante rol en la persistencia de las especies


forrajeras bajo condiciones de estrés; al respecto, Harris (1978) indica que su contribución
es aún más crítica en condiciones climáticas extremas tales como altas temperaturas y
sequía, pues el crecimiento de la vegetación se puede retrasar considerablemente si las
plantas no cuentan con niveles adecuados. Así, el tamaño del pool de reservas al final de la
época de crecimiento juega un papel clave en la sobreviviencia y persistencia de las plantas
forrajeras. Por otra parte, cuando la planta queda con algún remanente de tejido
fotosintético, es menos probable su dependencia de los nutrientes de reserva para el rebrote
(Richards y Caldwelf 1985; Ryle y Powell, 1975;rdardyBlazer, 1961). Es evidente que,
tanto los carbohidratos de reserva como el área foliar, determinan el potencial de rebrote.

En un sentido amplio, un adecuado manejo de las pasturas debe considerar la interacción


pastura-animal-ambiente con el objetivo de alcanzar máximos rendimientos de forraje en
cantidad y calidad, con la mejor estabilidad y persistencia de la pastura junto al óptimo de
producción animal (Carámbula, 1997).

Existen muchos factores de manejo que inciden en el valor nutritivo de las pasturas.
Considerando la interfase planta-animal, podemos considerar:

•Factores del animal y consumo. Existen diferencias entre razas vacunas y ovinas en la
cantidad y selectividad del forraje ingerido.
•Carga animal. La dotación o número de animales por há es uno de los factores más
importantes en determinar el rendimiento de las pasturas y la productividad animal. Las
altas cargas animales pueden llevar a la desaparición de las mejores especies forrajeras y a
la aparición de alto número de malezas en pasturas naturales (Carámbula 1996).
•Manejo del pastoreo. A través de distintos tipos de manejo (continuo, controlado, rotativo,
en franjas), se ejerce un control sobre el área de pastura que condiciona la calidad y el
aprovechamiento de la misma.
Otro factor de manejo que afecta las características de la pastura es el corte para reserva
(pasturas sembradas) y la quema (pasturas naturales).

2.5 Nivel de consumo del forraje producido.

El consumo diario de forraje puede analizarse como el producto de tres variables: ♦ el


forraje consumido en un bocado durante el pastoreo ♦ el tiempo diario de pastoreo ♦ con la
tasa de consumo. Estas tres variables describen el comportamiento ingestivo del animal en
pastoreo. Los estímulos físicos y metabólicos son los factores dominantes que controlan el
consumo de forraje en animales estabulados. En condiciones de pastoreo adquieren
importancia aquellos factores relacionados al comportamiento ingestivo, como la
incapacidad del animal para mantener una alta tasa de consumo en el caso de condiciones
limitantes de la pastura o el aumento del tiempo de pastoreo para compensar los efectos de
una tasa de consumo reducida.

Los cambios en la calidad, la cantidad y la distribución del forraje disponible tienen un


efecto importante. La calidad de una pastura está relacionada con características físicas y
químicas de la misma. Esta afecta directamente el consumo y su tasa, vía el pastoreo
selectivo, e indirectamente, a través de la velocidad de procesamiento del alimento en el
tracto digestivo. El consumo voluntario de forrajes está relacionado positivamente con la
digestibilidad de la materia seca. Las causas principales estarían asociadas a la proporción
de residuo indigestible en el alimento, el tiempo de pasaje por el tracto digestivo y el
tamaño del rumen. Los forrajes se diferencian en el tiempo necesario para lograr un tamaño
de partícula lo suficientemente pequeño como para dejar el rumen. Estas diferencias
determinarían las distintas relaciones entre consumo y la digestibilidad para forrajes
groseros y concentrados, tallo y hoja, gramíneas y leguminosas, gramíneas templadas y
tropicales.

Los cambios en la calidad, la cantidad y la distribución del forraje disponible tienen un


efecto importante. La calidad de una pastura está relacionada con características físicas y
químicas de la misma. Esta afecta directamente el consumo y su tasa, vía el pastoreo
selectivo, e indirectamente, a través de la velocidad de procesamiento del alimento en el
tracto digestivo. El consumo voluntario de forrajes está relacionado positivamente con la
digestibilidad de la materia seca. Las causas principales estarían asociadas a la proporción
de residuo indigestible en el alimento, el tiempo de pasaje por el tracto digestivo y el
tamaño del rumen. Los forrajes se diferencian en el tiempo necesario para lograr un tamaño
de partícula lo suficientemente pequeño como para dejar el rumen. Estas diferencias
determinarían las distintas relaciones entre consumo y la digestibilidad para forrajes
groseros y concentrados, tallo y hoja, gramíneas y leguminosas, gramíneas templadas y
tropicales.
Carámbula, M.,1996. Pasturas naturales mejoradas. Editorial Hemisferio Sur. Uruguay.

Jarrige,R. Y Ruckebush,C.Demarquilly, M.-H.Farce.M.Journet. 1995. Nutrition des


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Van Soest, P., 1994. Nutritional ecology of the ruminant. 2d. Edition. Cornell University
Press. Ithaca and London.

UNIDAD NO. 3 CICLO DE NUTRIENTES EN PASTURAS

La sostenibilidad de la producción agropecuaria depende en gran medida de un manejo


racional de los recursos con que cuenta una explotación ganadera ya sea en gran, mediana o
pequeña escala.
De vital importancia resulta conocer las particularidades de las plantas y el rol que pueden
desempeñar en el ciclo característico de nutrientes en un ecosistema dado.

TEMAS Y SUB TEMAS

3.1 Ciclo de nutrientes. Definición.


3.2 Importancia del ciclo de nutrientes.

El ciclado de nutrientes puede definirse como el movimiento de los nutrientes dentro y


entre los componentes bióticos y abióticos de un ecosistema. Este movimiento ocurre a
través de muchos compartimentos y es muy complejo. Dado que no todos los nutrientes
siguen el mismo camino o tienen las mismas transformaciones los principios para la
discusión de su ciclado no son únicos.

Los ciclos de nutrientes son frecuentemente descritos como “cerrados” o “abiertos”. En el


caso de los primeros (“ciclos cerrados”) los intercambios de nutrientes con reservorios
externos al ecosistema son de escasa magnitud y las demandas nutricionales de los
organismos son cubiertas a través del ciclado de nutrientes remanentes en el sistema a lo
largo del tiempo. Por el contrario, en los “ciclos abiertos” las transferencias desde y hacia el
ecosistema ocurren regularmente. Las ganancias y pérdidas de nutrientes pueden ocurrir
simultáneamente y ser no necesariamente de igual magnitud. El concepto de ciclos
“abiertos” y “cerrados” puede aplicarse a los nutrientes en forma individual o colectiva. En
los pastizales naturales predominan los ciclos cerrados mientras que en el caso de las
pasturas implantadas, con fertilización y exportaciones con los animales, los ciclos de
nutrientes son normalmente abiertos.

En esta presentación nos concentraremos en el ciclado de N y P, nutrientes que en la región


pampeana regulan mayoritariamente la productividad de las pasturas y que a la vez
presentan características contrastantes tanto en su dinámica en el suelo como en su ciclado
a través de los animales. El azufre presenta características intermedias en cuanto a la
dinámica y ciclado de N y P en sistemas pastoriles y su importancia sobre la productividad
de las pasturas en la región pampeana es creciente por lo que también se expondrán algunos
conceptos de su ciclado

3.3 Las plantas y su rol.

Los nutrientes de las plantas que se encuentran en forma natural en el suelo, provienen
tanto del aire como del agua, o son el resultado de la fijación del nitrógeno y la edafización
de las partículas minerales en el suelo. La vegetación absorbe una parte de estos nutrientes,
mientras que otra se redistribuye geográficamente a través de las escorrentías y otra porción
se pierde a través de la volatización, fijación y lixiviación.

Los agricultores utilizan el suministro natural de estos nutrientes para sus cultivos y lo
redistribuyen en el espacio y tiempo a través del uso y organización de sus sistemas de
producción.
En una vegetación natural, la materia orgánica que se acumula en el suelo libera nutrientes
a través de su descomposición o cuando se quema. Los nutrientes que yacen en las capas
más profundas son tomados por las plantas, convirtiéndolos de esta manera en nutrientes
disponibles en las capas superficiales del suelo. Los sistemas de tala y quema explotan estas
técnicas de manejo de nutrientes. Cada vez que se cosecha, el suministro local de nutrientes
se va agotando progresivamente, por lo que surge la necesidad de dejar de cultivar la tierra
a través de barbechos prolongados o de reponer los nutrientes por medio de fuentes
externas.

La práctica de hacer descansar la tierra arable durante barbechos cortos es otro método de
acumular el suministro natural de nutrientes para el período posterior de cultivos. Sin
embargo, la cantidad de nutrientes que se acumula durante un barbecho corto es muy
pequeña en comparación a la acumulada por 10 años o más en un terreno con vegetación
permanente.

Los sistemas de producción redistribuyen y concentran los nutrientes naturales de


diferentes maneras. Por ejemplo:

Algunos sistemas de producción tradicionales permiten pastorear al ganado en extensas


zonas no cultivadas y el estiércol de los animales se colecta y distribuye en una área
cultivada escogida.

Los residuos forestales se colectan y se usan como mulch en áreas cultivadas; el estiércol
de animales en los corrales y establos es esparcido en las áreas cultivadas; los alimentos son
importados a la finca, el ganado es alimentado y su estiércol es entonces distribuido en las
áreas bajo cultivo; los residuos de cultivos son colectados y procesados (por compostaje o
en plantas de biogás) y después distribuidos en el área cultivada; y los cultivos de
leguminosas permiten suministrar los nutrientes producidos a través de la fijación de
nitrógeno.

3.4 Los animales domésticos y las excretas.

3.5 Otros consumidores y su papel.

3.6 Residuos orgánicos y mineralización.

3.7 Fertilizantes y suplementación animal.

Se define a la suplementación como el agregado de un (o unos) nutriente (o nutrientes)


que falta (o faltan), ya sea en cantidad o en calidad en la dieta base.

Adición de nutrientes.
Ocurre cuando los vacunos obtienen de la pastura una cantidad reducida de nutrientes,
limitada por: baja digestibilidad, baja oferta forrajera, o reducido tiempo de pastoreo. No
habiendo completado su capacidad de ingestión, si se le suministra una pequeña cantidad de
suplemento, los nutrientes de éste se suman a los provistos por el forraje. En este caso la
adición de nutrientes permite incrementar las ganancias de peso individual, sin modificar la
capacidad de carga de la pastura. Por ejemplo, la restricción en la oferta forrajera en los
verdeos invernales, ya sea por pastoreo horario o por disponibilidad, ocasiona que la
suplementación con grano produzca un efecto aditivo en la respuesta animal, al aumentar la
ganancia de peso.

3.8 El estudio de los sistemas de pastoreo y los procesos de reciclaje.

El flujo de nutrientes en un sistema ganadero pastoril es diferente al de un cultivo agrícola,


pues en este último las plantas cumplen su ciclo en el lote y antes de la cosecha
redistribuyen los nutrientes asimilados hacia distintos órganos. La porción destinada a las
raíces y la de los productos no cosechados se incorpora posteriormente al suelo mediante la
acción de los microorganismos. Una proporción de los nutrientes contenidos en los
mencionados materiales volverán al suelo y estarán disponibles para el siguiente cultivo y
además este proceso es uniforme sobre toda el área sembrada.

La mayor proporción de los nutrientes consumidos por el ganado son devueltos al suelo
principalmente a través de las heces y la orina, como se puede apreciar en el Gráfico N° 1
(Haynes y Williams, 1993), donde se detalla el ciclado de seis nutrientes en un sistema de
producción de leche. Del análisis se desprende que con un manejo eficiente de los
efluentes, la mayor proporción de los nutrimentos ingeridos por los animales podría ser
devuelto al suelo y así ser aprovechado por los cultivos.

En una pastura, las plantas bajo pastoreo son consumidas por los animales antes de alcanzar
su madurez, cuando aún contienen una elevada concentración de nutrientes en sus tejidos.
Si bien existe un retorno de nutrientes, desde el forraje maduro no consumido, ésta es una
baja proporción de la cantidad total de nutrimentos capturada por las pasturas.

Las plantas son altamente eficientes en la absorción e incorporación de nutrientes


minerales, pero su utilización por el ganado es ineficiente y sólo una pequeña cantidad es
retenida por los animales (5 a 7 % en carne y hasta 25 % en la leche). La mayor proporción
de los nutrientes consumidos por el ganado son devueltos al suelo principalmente a través
de las heces y la orina, pero este retorno se realiza de una manera muy desuniforme.

3.9 Nitrógeno, potasio, Azufre y Fósforo en pasturas.

Nitrógeno
Es indudable la importancia de este nutriente en el establecimiento y productividad de
pasturas de gramíneas puras de corta duración (verdeos anuales invernales y estivales),
como de larga duración (gramíneas puras perennes) y campo natural, debido a que no
existen leguminosas que puedan fijar nitrógeno del aire y aumentar la disponibilidad de este
nutriente en el sistema suelo-planta.
También es importante realizar algunas consideraciones y analizar datos nacionales
disponibles respecto a: fijación de N por leguminosas en mezclas gramínea-leguminosas,
posibilidad de uso de fertilizante N como “starter” o de arranque cuando se siembran
pasturas en chacras viejas o con poco suministro de nitrógeno, uso de fertilizantes N
cuando se siembran praderas asociadas a un cultivo anual (generalmente siembras
asociadas de praderas con cultivo de trigo para grano), y la posibilidad de uso de
fertilizantes nitrogenados para balancear mezclas gramínea-leguminosa o forzar la
producción de estas mezclas en períodos críticos de oferta de forraje, como en invierno.

Potasio
Si bien los suelos del país presentan buena disponibilidad de K para la producción de
pasturas y cultivos extensivos, hay situaciones donde debe, al menos, vigilarse la evolución
de la disponibilidad de este nutriente en el suelo. La situación más clara donde es
conveniente vigilar la evolución de K intercambiable en el suelo es cuando se establecen
rotaciones de alta productividad y alta extracción de este nutriente. Esto ocurre en
producción lechera donde buena parte de la estructura productiva se basa en rotaciones de
3-4 años de alfalfa para heno, maíz para silo aprovechando la residualidad de nitrógeno
luego de la alfalfa y un verdeo o cereal de invierno, para volver a la alfalfa. Este sistema
extrae cantidades muy importantes de K que no vuelven al suelo, ya que el 90% del potasio
que absorben los cultivos queda en los tallos y hojas. En cultivos de heno y silo todo el
potasio absorbido que se encuentra en la parte aérea es retirado del sistema. En Brunosoles
eútricos de la unidad Tala-Rodríguez se han observado disminuciones del K intercambiable
de los valores originales de 0.7-0.8 meq/100 g de suelo a valores de 0.5-0.6 meq/100 g
luego de dos ciclos de la rotación alfalfa-maíz para silo mencionada, lo que amerita vigilar
la evolución de este nutriente de seguir con este esquema de rotación.

Azufre:
Existe abundante información extranjera (fundamentalmente de N. Zelandia) sobre
respuesta a azufre en pasturas.
Esta misma información coincide en que los requerimientos de azufre son cubiertos, aún en
los casos de muy pobre aporte por el suelo, en la medida de que la fertilización fosfatada de
las pasturas se realice con superfosfato común ya que posee 21-23% de P205 y 10% de
azufre. El uso cada vez más extendido de supertriple (0-46-0) en la fertilización de pasturas
(que es fosfato monocálcico y no presenta sulfato de calcio como el super común), como el
uso de mezclas físicas de supertriple y urea, y de fosfatos de amonio que no aportan azufre,
ha aumentado la preocupación sobre la disponibilidad y respuesta a este nutriente en
nuestro país. Relevamientos nutricionales exploratorios (Zamalvide, 1995) y algunos
ensayos de fertilización realizados por la Cátedra de Fertilidad de Suelos (Cerveñasky,
1997) no muestran resultados concluyentes, pero si demuestran que es un tema a seguir
estudiando.
Por la dinámica del azufre en los suelos, fundamentalmente orgánica (similar a la del N),
son esperables mayores problemas de deficiencia de este nutriente en chacras viejas que
entran en una fase de pasturas y donde ocurren ganancias netas de M.O. en el suelo, como
en praderas viejas donde la mineralización de M.O. es muy reducida, y quizás también en
sistemas que cambian de laboreos convencionales a cero laboreo, donde también ocurren
ganancias netas de M.O
Fósforo.
El P es el nutriente más importante debido a que todos los suelos del país presentan niveles
naturales muy bajos de P disponible, lo cual limita el crecimiento de pasturas,
especialmente de leguminosas.

El consumo del P por las especies componentes de las pasturas está mayormente regulado
por las condiciones de crecimiento de las mismas las que varían entre especies y
estacionalmente en respuesta a factores tales como temperaturas y disponibilidad de agua y
otros nutrientes, en especial nitrógeno. En condiciones de producción animal sobre la base
de forrajes la mayor proporción de los requerimientos de P para la nutrición de los animales
es provista por las plantas, siendo complementada en condiciones específicas por el uso de
suplementos minerales. Las plantas forrajeras jóvenes, además de ser más palatables
proveen de una mayor concentración de P que las viejas. Por lo tanto la selección del
consumo hacia plantas con mayor palatabilidad, fundamentalmente en condiciones de baja
carga animal, intensifica la extracción de P del sistema.

Además de la aplicación de fertilizantes con P, este elemento retorna al suelo por las heces
y los materiales vegetales muertos. La concentración de P normal en la orina es
despreciable desde el punto de vista de su retorno al sistema. La cantidad de P ciclada a
través de las heces varía según el nivel de alimentos consumidos y su contenido de P. El
patrón de distribución de las heces es de significativa importancia para la economía del
ciclo del P. La mayor deposición de heces es nocturna conduciendo a importantes
transferencias de elementos en condiciones de manejos pastoriles durante el día y
estabulados nocturnos.
La restitución del P de residuos vegetales muertos (mantillo, raíces, etc.) es variable
dependiendo de su composición en otros elementos y el tipo de material vegetal depositado
en el suelo. En general, residuos de plantas jóvenes inducen a una mayor actividad
microbiana, rápida desaparición del residuo y muerte de la población microbiana con
liberación de formas inorgánicas de P. Por el contrario, el desarrollo microbiano sobre
materiales maduros es más lento y una escasa proporción del P es reciclado en el
subsistema descomponedor con poca liberación de P inorgánico. La liberación neta de P
por mineralización es mayor en condiciones de alta concentración de N y P en los residuos
vegetales, si los contenidos de P en el suelo son altos y con temperaturas moderadas a altas.

El P orgánico de los residuos vegetales y las heces contribuye primariamente a las formas
orgánicas de P en el suelo, aunque algo del P está inmediatamente disponible para las
plantas. Cuando los alimentos son ricos en P (concentración mayor a 0.06% de P) una alta
proporción del P de las heces se encuentra en forma inorgánica. Por ejemplo, consumos de
alimentos con 0.24% de P inducen al ciclado del 75% del P en forma inorgánica en las
heces pasando mayormente a la solución del suelo.

La remoción del P en productos animales es aproximadamente el 36% de la ingesta en


condiciones intensivas de producción de leche y del 10 % para producciones de carne. El P
es también transferido a sectores fuera del área de producción de la pastura (callejones,
salas de ordeño, camiones, etc.) a través de la deposición de heces.
La pérdida neta del P es escasamente modificada por el sistema de pastoreo siendo de
importancia el efecto de la intensificación de la carga animal sobre los patrones de
distribución de heces. Escurrimiento superficial y en menor proporción erosión de suelos
bajo pasturas son también formas de pérdida de P reciclado a través de las heces y por
aplicaciones superficiales de fertilizantes que incrementan los niveles inorgánicos de P en
los suelos. Estas pérdidas son de escasa importancia sobre la productividad de las pasturas
pero resultan de significativa relevancia por sus efectos ambientales al acumularse en
cursos de agua y otros reservorios induciendo al fenómeno de eutroficación.

Requerimientos diferenciales de especies


Las especies difieren en su capacidad de absorber P del suelo, así como en su eficiencia de
utilización dentro de la planta para producir materia seca. Estas diferencias determinan
requerimientos de niveles de P en el suelo muy distintos para lograr máximas producciones
de una especie dada.
A) Capacidad de absorber P del suelo: las especies presentan diferencias morfológicas y
fisiológicas. Dentro de las diferencias en morfología radicular se destacan la extensión,
ramificación y grosor de las raíces, así como el número y longitud de los pelos radiculares,
la presencia de micorrizas, etc. Es bien conocido que las gramíneas, por su sistema
radicular más desarrollado y ramificado, poseen mayor capacidad de explorar el suelo y
absorber P que las leguminosas, con un sistema radicular pivotante y menos ramificado.
Dentro de los aspectos fisiológicos que explicarían diferencias en absorción de P se han
mencionado la tasa de absorción a nivel celular, acidificación de la rizósfera, absorción
relativa de iones, excreción de fosfatasa a la rizósfera, etc.
B) Utilización del P dentro de la planta: la diferente eficiencia interna del P para la
producción de MS se ha adjudicado a distintos requerimientos o concentraciones de P
necesarios en toda la planta o en los puntos de crecimiento, y a distinta eficiencia en la
traslocación interna del P desde la raíz al tallo, estolones, y hojas.
Los bajos requerimientos de algunas leguminosas tropicales con respecto a las leguminosas
templadas podrían explicarse por esta distinta eficiencia interna del uso del P. Estas
leguminosas tropicales tendrían menores requerimientos internos de P en sus tejidos debido
a su capacidad de mantener mayor proporción del P para los procesos energéticos (P
inorgánico) y menor proporción del mismo en forma estructural como fosfolípidos (Harand
Jessop, 1982).

ELEMENTOS DEL CICLADO DEL N Y DEL P EN SISTEMAS PASTORILES


En las figuras 1 y 2 se presentan los ciclos simplificados de transferencias de N y P en
sistemas pastoriles. En ambos casos se puede observar la dependencia externa (ciclos
abiertos) a través del depósito o ingreso de los elementos a partir de fuentes externas al
sistema de producción y la extracción o egreso en productos animales y pérdidas no
productivas.
3.10 Aplicación de fertilizantes.

El objetivo principal es lograr la máxima cantidad de biomasa aérea total por unidad de
superficie.
•Las leguminosas de la pastura pueden efectuar un aporte significativo de nitrógeno al
sistema.
•Las pasturas suelen ser sistemas poliespecíficos en los que la fertilización puede ser una
herramienta para modificar la composición botánica.
•Las pasturas son cultivos plurianuales, lo que permite la utilización de distintos tipos de
fertilizantes y momentos de aplicación dentro del sistema.

Fertilización. Aspectos Generales


1. Aumento de la productividad.
2. Estabilización de la producción cantidad / calidad.
3. Modificación del periodo de utilización.
4. Mayor eficiencia en el uso del agua y de la radiación.
5. Reducción significativa del costo de materia seca producida.

3.11 Contenidos en el suelo y los procesos.

TRANSFERENCIA DE NUTRIENTES HACIA Y DESDE LOS ANIMALES


El efecto de los animales en pastoreo sobre la transferencia de nutrientes ocurre a través del
ciclado múltiple.
Este proceso es simplemente por la ingestión de formas orgánicas de nutrientes y su
conversión interna y deposición tanto como formas inorgánicas u orgánicas relativamente
simples (ej. urea, aminoácidos) que se convierten rápidamente en formas inorgánicas una
vez excretados. En este contexto se induce a la depresión de los contenidos de nutrientes en
algunos sitios de las pasturas y a su incremento en otros sectores.
La cantidad de nutrientes consumida por los animales está determinada por la productividad
de los forrajes y su estado fenológico. Al avanzar el estado fenológico de las pasturas su
concentración de nutrientes decrece (Tabla 2). Aún en condiciones óptimas de pastoreo los
animales asimilan una pequeña proporción de los nutrientes que consumen. En general, los
vacunos retienen entre el 15 y el 20 % de los nutrientes ingerido con el forraje. La
proporción remanente regresa al sistema suelo-planta principalmente a través de la orina y
las heces. La orina contiene mayormente residuos del metabolismo mientras que las heces
fundamentalmente forraje no digerido, productos microbianos y tejidos muertos. La
proporción relativa entre orina y heces es en parte dependiente de la calidad y cantidad del
forraje ingerido. El N es mayormente excretado en la orina mientras que en ésta las
cantidades de P son despreciables.

Tabla 2: Rangos típicos de concentraciones (%) de N, P y S en pasturas de gramíneas sin


fertilización según estados fenológicos (Clarck y Woodmansee, 1992)

La distribución de heces y orina no es uniforme en las pasturas y tiende a depositarse en


áreas discretas. El pastoreo no ocurre al azar, excepto con altas cargas, por lo que los
animales tienden a alimentarse en ciertas áreas con regularidad evitando otras. Este
comportamiento se correlaciona con patrones de topografía, diferencias en las comunidades
de especies forrajeras u otros factores tales como aguadas, árboles y alambrados. La
heterogeneidad en pequeña escala origina mosaicos de fertilidad dependiendo del área
cubierta por los excrementos en forma individual. En general, el área cubierta por heces
individuales varía entre 0.05 y 0.13 m2

. El área afectada por cada deposición de orina varía entre 0.5 y 1.0 m2 por lo que en
promedio, un animal puede afectar entre 4 y 8 m2 de superficie.
La restitución de nutrientes a través de las heces no se realiza de forma uniforme en toda la
pastura, sino que se detectan sectores de concentración (proximidades de aguadas,
comederos, alambrados, callejones, etc.) y normalmente la transferencia fuera del sitio de
pastoreo (corrales de encierre, salas de ordeñe, camiones, etc.). Por otra parte, es normal
que las reservas de forraje, aún producidas en un mismo establecimiento, sean
suministradas en
3.12 Las plantas y la absorción de nutrimentos

Muchas plantas tienen raíces esparcidas de forma densa a través del suelo para obtener
tanta agua y nutrientes como sea posible. Algunas plantas no tienen raíces pero sólo viven
en agua o en zonas muy húmedas. Aunque las plantas pueden obtener agua directamente
por ósmosis, la mayoría viene de las raíces. Una gran cantidad si no todos los nutrientes de
las plantas también llegan a través de las raíces. Los nutrientes no minerales como el
hidrógeno, el oxígeno y el carbono se obtienen a través de la fotosíntesis.

La absorción de agua y de sales minerales se realiza por las raíces, a través de los pelos
radicales o absorbentes.

Bibliografía
Díaz, M.2002. Ciclado de Nutrientes en Sistemas Pastoriles. 1-11pag. Argentina.
Zamalvide, J.P., A.P. Mallarino, O.N. Casanova, y H. Genta. Evaluación del
comportamiento de cinco métodos para estimar fósforo disponible en suelos del
Uruguay.!era. Reunión Técnica Facultad de Agronomía, Montevideo. 1978.

Cerveñasky, A. 1997. Azufre. In Curso de actualización para egresados Manejo de la


fertilidad en producciones extensivas. Mercedes. Soriano. Uruguay.

Hart, A.L., and D. Jessop. Concentration of total, inorganic, and lipid phosphorus in leaves
of white clover and Stylosanthes. New Zealand J. of A. R. 25 (1) 69-76. 1982
UNIDAD NO. 4 ASPECTOS DEL MANEJO DE PRADERAS

La productividad y persistencia de las praderas depende en gran medida del efecto que
ejerza el manejo de las mismas.
Las diferentes prácticas de manejo utilizadas en la explotación ganadera se detallan en esa
unidad así como el aseguramiento de la obtención del germoplasma que va a ser utilizada
en posterior explotación.

TEMAS Y SUBTEMAS

4.1 Definición del manejo de praderas.

En general, el término “pradera” o “campo” hace referencia a tierras cuya vegetación


potencial justifica su explotación como tierras de pastoreo (adaptado de Semple, 1970),
mientras que el término “pastura” se refiere al material vegetal que crece en esas tierras
(excepto semillas y raíces) y que son destinados a la alimentación de los herbívoros
(adaptado de Church, 1984). Comúnmente, la terminología utilizada combina los dos
componentes (tierra y material vegetal) y se la categoriza en nativa o natural vs. sembrada o
artificial.

Se considera a toda pradera como una asociación vegetal en competencia por la luz, agua,
temperatura, minerales y otros nutrientes del suelo (Duthil, 1976).

El concepto de manejo de praderas implica conocer las prácticas aplicadas al conjunto


suelo -planta -animal, con la finalidad de que estos recursos se optimasen en su
interelación. Manteniendo el sustento de todo el sistema que lo componen como el suelo,
para favorecer el crecimiento vegetal, permitiendo el aprovechamiento de los pastos por los
animales, con la finalidad de obtener una máxima producción por animal por superficie,
con una alta eficiencia en la utilización del pasto (Palma, 1996).

Todas las tareas de campo que se realizan para controlar las condiciones en que crecen los
forrajes, entran en la definición de “manejo”. Cuando este objetivo se cumple permite
obtener una producción animal alta y continua, sin afectar las plantas deseables y sin dañar
las condiciones del suelo, que son los principales medios de producción. Todas las
estrategias elegidas para la mejor utilización de la pradera representan decisiones
importantes, como son la especie más idónea a usarse, la fertilización, el tipo de animales
que se explotaran, el control de las malezas, los movimientos de los animales de los
potreros, por último, pero no de menor importancia, el número de rumiantes que deben
pastorear por unidad de superficie (CM, 1997).

Un aspecto fundamental en el manejo del recurso forrajero, es la regulación animal, la cual


está relacionada con el control de pastoreo con respecto a número de animales, tiempo de
pastoreo, frecuencia e intensidad de pastoreo, etc.; el uso racional de la disponibilidad
vegetal, está regulado por los períodos de descanso, después de cada pastoreo, control de
malezas, plagas y fertilización, así como también rotación del ganado,labores culturales,
irrigación, etc. (Hernández, 1995)
El sobrepastoreo, debido al exceso de carga animal en los pastizales, provoca su deterioro,
agotando la fertilidad de los suelos y acelerando la pérdida de los mismos por erosión, por
lo tanto debe controlarse la cantidad de ganado, así como también su distribución anual en
relación al forraje disponible (Villalobos, 1985; Hernández, 1995).

4.2 Componentes del manejo de pastos.

4.3 Efecto del Animal sobre la pradera


DEFOLIACION:
Considerada como una perturbación de natural crecimiento y desarrollo de las plantas, esto
involucra cambios fisiológicos en toda la planta. Sin embargo las plantas defoliadas,
continúan en la formación de hojas, ya que en la fase vegetativa las zonas meristemáticas se
localizan cerca de la superficie del suelo, no al alcance normal de los animales ni de las
maquinas cosechadoras, no obstante algunos meristemos son removidos, pero que son
reemplazados con la aparición de nuevos hijuelos (Pezo et al., 1992; Mares, 1984).
Este concepto es importante y de gran utilidad en el pastoreo intensivo tecnificado, se
refiere al tiempo de permanencia del ganado en una división o potrero, el cual debe ser lo
suficientemente corto para que el pasto que es consumido en el primer día ( o al comienzo
de la ocupación), no vuelva a ser cortado antes o al momento de que aparezca el nuevo
rebrote, período en el cual se inicia la recarga de reservas lo que indica la aparición de
nuevos tejidos (Mares, 1984; FIRA, 1 996a)

Durante el período de ocupación no se debe invertir el proceso fotosintético, por el


respiratorio que se da por la defoliación que los animales hacen de las hojas más activas de
las plantas. Esto ocasiona que tanto el nivel de carbohidratos no estructurales de las hojas
así como el nivel de proteína disminuya, ocasionando una menor calidad del forraje
ingerido, cuya variación ocasiona bajas en la producción animal individual
(Avendaño,1996a; FIRA,1996a).

La defoliación que ejercen los animales en pastoreo necesita ser caracterizada en términos
de sus atributos relevantes: intensidad, frecuencia y heterogeneidad, pues de la magnitud de
éstos dependerá la capacidad de rebrote de la pastura e incluso su persistencia (Pezo et al.,
1992). La intensidad de defoliación está definida como la cantidad de forraje residual
después del pastoreo. Otra forma de definirla son: el nivel de asignación (generalmente
expresado como kg. de MS x IOOkg de peso vivo), la presión de pastoreo (inversa a la
asignación), o través de una expresión de uso más práctico, como es la carga animal (Pez0
et al., 1992).

En términos generales, a medida que aumenta la intensidad de defoliación (menor índice de


área foliar residual) disminuye la capacidad de rebrote de las pasturas (Ibrahim, 1990).
Asimismo, se ha visto que es más crítico el efecto de intensidad de defoliación sobre la
capacidad de rebrote en plantas de crecimiento erecto que en las de crecimiento rastrero 0
estolonífero (Pez0 et al., 1992).

La heterogeneidad de defoliación es otro atributo que caracteriza a las praderas usadas bajo
pastoreo. Esta es resultante de la naturaleza selectiva del comportamiento ingestivo de los
animales; la cual encuentra su máxima expresión bajo el sistema de pastoreo continuo con
una carga animal baja (Pezo et al., 1992).

El sobrepastoreo se da como ha sido demostrado anteriormente, cuando un animal no


permite que el nuevo rebrote vegetal se desarrolle hasta regresar la energía que consumió
de las raíces, siendo determinado por el tiempo en que las plantas permanecen expuestas al
pastoreo y no por el número de animales que la pastorean o les provocan la defoliación,
además de otros efectos como el pisoteo (FIRA, 1996b).

VS.2 PISOTEO:

El pisoteo de los forrajes y del suelo es una consecuencia inevitable del pastoreo. El
conocimiento de sus efectos es de gran importancia como elemento de juicio en las
decisiones de manejo a imponerle a una pradera. El pisoteo influye de modo directo sobre
el rendimiento, composición botánica y persistencia de las praderas (Mares, 1984).

El pisoteo que ejercen los animales durante el pastoreo puede tener efectos negativos sobre
la pastura. Su efecto directo se da a través de las laceraciones o cortes que puede provocar
sobre los tejidos vegetales (puntos de crecimiento, hojas, tallos y raíces). La magnitud de
estos daños se ve influenciada principalmente por la carga animal, el grado de humedad y
tipo de suelo, así como las características de la cobertura vegetal ( Mares, 1984; Pearson e
Ison, 1987).

La resistencia al daño mecánico producido por la pezuñas de los animales depende de la


morfología, estructura y hábito de crecimiento de las gramíneas. En las diferentes especies,
los puntos de crecimiento pueden estar localizados debajo, sobre o al nivel del suelo,
reaccionando de manera diferente al pisoteo (Mares, 1984) Por lo que toca a la estructura
física del suelo, el pisoteo del ganado provoca su compactación, la cual se expresa a largo
plazo y afecta de manera indirecta a la pastura.

La compactación se manifiesta como un incremento en la densidad aparente del suelo con


una reducción en la porosidad, la permeabilidad, la aireación y la actividad de los
microorganismos del suelo. La magnitud de la compactación está influenciada por la carga
animal, el tipo de suelo, la precipitación y el tipo de densidad de la cobertura vegetal, entre
otros factores. En términos generales, cuando se tienen pasturas altamente productivas con
una cobertura densa, esta fitomasa aérea y los sistemas radiculares profusos propios de este
tipo de plantas actúan como amortiguadores, disminuyendo el efecto compactador de las
pisadas de los animales (Vicente-Chandler et al., 1974;Mares, 1984).

EFECTO DE LA CARGA ANIMAL SOBRE LA PRADERA

La carga animal afecta directamente la cantidad de forraje disponible, después década


pastoreo, lo cual está en relación estrecha con la cantidad de tejido fotosintético disponible,
para la intercepción de luz, producción de energía y subsecuente rebrote; En la medida que
se excede la carga animal sobre la capacidad de la pradera, se utilizan más rápidamente las
reservas de la planta, para el proceso de rebrote a través del tiempo, sin permitir la
recuperación de está, por lo tanto ocurre la pérdida de plantas deseables, que son
substituidas por otras de menor valor forrajero (anuales, herbáceas y de hoja ancha,
principalmente) o que el animal consume en menor grado ( Hernández, 1995)

Así, el efecto de la carga animal, sobre la composición botánica de las praderas tropicales,
no se manifiesta rápidamente, como sucede con la ganancia diaria de peso o incrementos de
peso por hectárea, debido a que una pradera con carga animal alta, trae como consecuencia
el cambio paulatino de las especies deseables en la pradera y esto va depender de las
características de resistencia a la defoliación, al pisoteo y de la aceptabilidad del ganado de
dichas especies ( Hernández, 1995).

4.4 Efecto de la pradera sobre el animal.

El manejo racional de una pradera tiene como finalidad primordial, alcanzar un alta
productividad animal y no necesariamente un alto rendimiento de materia seca o de
nutrimentos. Esto significa que la utilización de una pradera eficiente debe estar orientado a
la producción vegetal de alta calidad, que sea luego utilizado eficientemente por el animal
en pastoreo. Se entiende por utilización eficiente, un alto grado de consumo del forraje
producido (Mares, 1984).
El consumo voluntario de materia seca constituye el factor de mayor importancia que se
controla por el valor nutritivo de un forraje (Iturbide, 1984). En muchas ocasiones las
praderas presentan baja productividad porque una alta proporción de la materia seca no
llega a ser consumida por el animal, desperdiciándose durante el proceso de pastoreo
(Mares, 1984).
Existe una gran diversidad de factores que afectan el consumo, mismos que se pueden
subdividir en directos e indirectos. Los primeros son aquellos que se relacionan con el
animal y las plantas forrajeras. Los segundos están integrados por elementos externos a
ambos y se refieren al clima, topografía, suelo, etc., (Avendaño, 1996a; FIRA, 1996a

Desde el punto de vista de las plantas o praderas, los factores que más limitan son:
cantidad .de hojas disponibles, calidad de la misma, estructura de la pastura, relación hoja
viva/tallo y relación vivo/muerto (Avendaño, 1996a; FIRA 1996a). Cada uno de estos
factores no actúan independientemente sino que están intimamente relacionados entre sí.
Hablando de cantidad de forraje no es este lo que determina el consumo del animal, sino la
cantidad de hoja fácilmente disponible, de tal manera que una alta relación entre la cantidad
de hoja con las otras partes de la planta, así como su ubicación a través de la altura de la
planta son las que determinan en gran medida su consumo (Avendaño et al, 1986).
La cantidad de alimento que ingiere un animal en pastoreo, depende de la disponibilidad
del forraje apropiado para el consumo para ello es necesario determinar el consumo
aparente en las distintas fases de la producción (Galina y Palma, 1992; Aranda y Osorio,
1996). La ineficiencia de la alimentación del ganado en el trópico, ha sido producto en gran
parte a los sistemas de manejo y utilización de las praderas existentes (Carrizales, 1996)

El consumo de pasto por el animal a su vez es producto de digestibilidad por características


de las paredes celulares del forraje de la pradera, primeramente por la masa de forraje
presente y su distribución en la estructura de la vegetación de la pradera.

La densidad de la masa de forraje existente en la pradera, la densidad de las hojas y la


relación hoja/tallo son de gran importancia en el consumo de forrajes tropicales
(Hodgson, 1982).

En los últimos años se ha generalizado la implementación de los sistemas de pastoreo


intensivo, debido a que los pastos tropicales son la fuente de forraje más barata, ya que en
ellas se pueden implementar todas aquellas prácticas tecnológicas para incrementar la
productividad animal, dando por resultado una disminución de los costos, aumentando por
consecuencia la rentabilidad de las explotaciones (Eguiarte, 1984). Sin embargo existen
numerosas contradicciones con respecto a las ventajas o desventajas (Chávez et al., 1995).
Para mejorar el sistema de pastoreo intensivo tecnificado es necesario saber cómo actúan
los factores directos e indirectos que afectan el forraje (Milera, 1992).

La utilización de pastos de praderas de temporal o riego, permite implementar sistemas


ganaderos que pueden ser de mayor o menor intensidad, de acuerdo a las prácticas de
manejo que se efectúen tanto en el animal como en la pradera, incluyendo la
suplementación energética, proteica y mineral del ganado, así como las labores culturales,
aplicación de riego, fertilización, sistema de pastoreo, etc.; representando otra alternativa
práctica y económica para engordar becerros a más bajo costo en comparación con las
tradicionales cebas de corral (Eguiarte et al.,1989).
La introducción de nuevas y mejores especies de pastos puede considerarse como un
método de mejoramiento de terrenos ganaderos de baja calidad, buscando un aumento en la
producción, calidad forrajera, superando en esta forma las limitaciones del ambiente físico,
como el clima, suelo, plagas y enfermedades que afectan gradualmente la productividad
(Eguiarte, 1985b).

En general el uso de pastos introducidos para el establecimiento de praderas se ha


intensificado en los tres últimos años, pero en la actualidad se afrontan una serie de
problemas como son la escasa disponibilidad de semilla mejorada de pastos tropicales,
mala calidad de la misma con bajos porcentajes de germinación y altos precios para su
adquisición en el mercado (González et al., 1996).

Murillo, flores. JC. 1999. Respuesta de una pradera de estrella ( Cynodonnlemfuensis),


bermuda(Cynodon dactylon) y guinea(Panicum máximum), a un sistema de pastoreo
intensivo tecnificado móvil con bovinos de engorda. DF México. 119 p.
4.5 Degradación y rehabilitación de pasturas.
4.5.1 Degradación de pasturas.
4.5.2 Rehabilitación de pasturas

4.6 Calidad de la semilla en el establecimiento de pasturas.

IMPORTANCIA DE LA CALIDAD DE SEMILLAS:

La calidad de la semilla que vamos a sembrar es fundamental para conseguir un buen


establecimiento de plantas y es el primer paso para lograr un cultivo óptimo. Al pensar en
sembrar un cultivo o pastura, es frecuente que tengamos en cuenta la preparación del lote
anticipada, la fecha de siembra, la densidad de siembra, la fertilización, el cultivar y sin
embargo, pocas veces nos preguntamos ¿qué calidad tiene la semilla que vamos a sembrar?.

El análisis de calidad de semilla va a indicarnos el porcentaje de semillas vivas que


pueden dar una planta, la cantidad y tipo de malezas que hay en la muestra, la proporción y
peso de semillas del cultivar que hemos elegido, así como el peso de todo el material que
no es semilla, materia inerte (tierra, gluma, paja, ...). En base a los resultados obtenidos en
laboratorio y la cantidad de plantas que queremos lograr por superficie, ajustaremos la
densidad de siembra (kg semilla/ha).

Análisis de Semilla:
Los análisis de calidad de semilla se pueden dividir en grandes grupos como muestra la
Los mismos se describirán a continuación.

Pureza:
En general, además de las semillas del cultivar que deseamos sembrar, tenemos otras
semillas de otros cultivares o especies, malezas, e incluso, una proporción de materiales que
no son semillas, denominado “materiales inertes”, como tierra, paja, glumas, insectos, ....
Esos materiales inertes debemos tenerlos en cuenta, ya que suman al peso total de la
muestra, y en consecuencia, habrá menor proporción de la semilla deseada
Los podemos determinar a través de:
- Pureza física (%P): es el porcentaje en peso, de la semilla de la especie deseada
respecto al total de la muestra. Además se evalúan los restantes componentes de la muestra
teniendo en cuenta su peso.
La muestra se subdivide en las fracciones: * Semilla pura: es la semilla de la especie
deseada. * Semillas extrañas: que involucra semillas de otras plantas cultivadas y de
malezas; éstas últimas se subdividen en malezas comunes, malezas invasoras y plagas de la
agricultura.
Se puede hacer un análisis particular de “determinación de semillas extrañas en
número” que deberá ser pedido en forma específica. * Material inerte: paja, glumas, tierra,
restos vegetales, animales (ej: gorgojo), piedras, etc.

Pureza genética ó varietal: es el porcentaje en peso del cultivar deseado respecto al


total de la muestra.
Es recomendable utilizar semilla fiscalizada que califica el cultivar. En algunas
especies existen análisis de laboratorio que nos permiten identificar la variedad.
Germinación:
Es recomendable utilizar semilla que logre una rápida y uniforme germinación en el
campo, para conseguir que la emergencia y cobertura del suelo se obtenga lo antes posible,
ganándole a las malezas y minimizando las pérdidas de semilla por depredadores (insectos
de suelo, roedores, pájaros, etc.).

Para ello, se realizan los test de germinación que nos dan una idea de la cantidad de
semillas que podrían producir una planta en el campo.
Poder Germinativo (% PG): es el porcentaje de semillas que germinó y desarrolla una
plántula normal cuando se coloca en condiciones ambientales óptimas para su crecimiento.
En cada especie se ha determinado el tiempo y las condiciones ambientales óptimas
para llevar a cabo los análisis (INASE, ISTA). En algunas especies se utiliza como sustrato
papel, mientras que en otras se hace sobre arena.

Energía germinativa o Vigor: representa la velocidad de germinación y la rapidez de la


semilla para desarrollar una plántula norma
l. El tiempo estipulado para calcular el porcentaje de semillas que germino varía con la
especie y suele ser aproximadamente de ¼ del tiempo que se considera para %PG.

La energía germinativa es un parámetro muy útil porque nos da una idea de la cantidad de
la semilla que rápidamente emergerá en el campo minimizando las pérdidas de semillas por
depredadores.

Viabilidad: Se utiliza para algunas semillas que presentan períodos de dormancia o latencia,
o sea que a pesar de estar vivas, poseen un período de letargo que les impide germinar hasta
que condiciones medio ambientales (horas de frío, luz, oscuridad, ...) determinen la
finalización de ese estado.
La Viabilidad por Tetrazolio consiste en poner las semillas en determinadas
condiciones con ese compuesto químico, que colorea de rosado los tejidos que respiran por
lo cual, se puede evaluar si la semilla posee funcionalidad para germinar.

Viabilidad: Expresa en porcentajes la calidad de semillas que está viva respecto al total de
semilla de la muestra.

El Test de viabilidad por tetrazolio es comúnmente utilizado para monitorear la viabilidad


de la semilla durante la cosecha y por las Empresas de semillas que desean conocer la
calidad de las semillas que van a guardar para comercializar.

Humedad: Es la cantidad de agua que posee la muestra de semilla, expresada como


porcentaje en peso. La muestra extraída para la determinación de humedad de colocada
inmediatamente en un recipiente hermético.

Es importante tener en cuenta la humedad de la semilla especialmente cuando


deseamos almacenarla, debido a que valores altos de humedad facilitan el “ardido” de la
misma.

En general, la semilla recién cosechada tiene un gran porcentaje de humedad que


deberá ser removido por medio de secado natural (al aire y removiendo periódicamente) o
en estufa (con aire caliente)
.
La humedad de la semilla que permite su almacenaje ronda entre los 11 y 14%,
variando entre otras especies.

Peso de mil semillas (P 1000)

Es el peso que poseen 1000 semillas, expresado en gramos.

El peso de mil semillas varía según la especie e incluso el cultivar. En la tabla 1, se


observa el rango de variación que muestran para algunas especie, el cual es debido a gran
parte al peso de los diferentes cultivares, así como la utilización del pleteo, etc.
Se debe tener en cuenta que las semillas peleteadas posee un peso PMG mayor
comparado con la misma variedad sin peletear, a causa del material con que se realiza el
recubrimiento de la semilla, en general carbonato de calcio, y que puede aumentar entre un
20 y 40% el peso de mil semillas. Es importante tener en cuenta este factor ya que la
proporción de semillas en una muestra peleteada y sin peletear será distinta.

Cálculo de la Densidad de Siembra: La densidad de siembra nos indicará la cantidad de


semilla a sembrar en kg/ha. Para realizar este cálculo necesitamos los resultados del
laboratorio de: pureza y poder germinativo de la semilla empleada y el peso de mil semillas
(que es el que media para pasar de número a gramos de semilla). Además, debemos tener
en cuenta otros parámetros como la cantidad de plantas que deseamos por hectárea (óptima
para cada cultivo y zona), y el porcentaje de logro (%Logro), que representa la semilla que
podría dar una planta pero no lo logra por diversas circunstancias (se pierden por la acción
de aves, gusanos o liebres o quedan demasiado enterradas y no alanzan a emerger, etc.) Se
dará un ejemplo con Setaria sphacelata para mostrar cómo se utilizan los resultados de los
análisis a fin de calcular la densidad de siembra.

Pasos para calcular los kg /ha a sembrar: Ejemplo según Calidad de la Semilla de
Setaria sphacelata
Consideraciones generales: Es importante realizar el análisis de calidad de la semilla previo
a la siembra, con el fin de sembrar una adecuada densidad (kg/ha) y lograr una buena
implantación y una rápida emergencia en pasturas y cultivos. Por medio de estos análisis
podemos evitar los problemas ocasionados por las semillas de baja germinación y/o con malezas,
que traen aparejado la necesidad de resiembras y/o aplicaciones de herbicidas para controlar el enmalezamiento.

Bibliografía
Ciborrajo. C.I.2006. Curso Internacional en Ganadería Bovina Subtropical. 8 p. Argentina.

4.6.1 Parámetros de calidad de las semillas.


4.6.2 Normas mínimas o patrones de calidad
4.6.3 Causas de variación de la calidad de la semilla.
4.6.4 Manejo Pre y Post cosecha.
4.6.5 Aspectos de la calidad de la semilla de leguminosas.

.
UNIDAD NO. 5 SISTEMAS DE PRODUCCIÓN ANIMAL BASADOS EN
RECURSOS FORRAJEROS TROPICALES.

El uso de prácticas que mejoren los recursos disponibles en la finca son prácticas que
fácilmente pueden ser retomadas por cualquier productor, tales como cercas vivas, cortinas
rompevientos, bancos de proteínas, utilización de subproductos, etc.

TEMAS Y SUBTEMAS

1.1 Estimación de la disponibilidad de Forraje.


1.1.1 Estimación de la composición botánica.

La carga animal se define como el número de animales que puede sostener una pradera por
unidad de área y es el factor que más afecta la estabilidad de los componentes de las
praderas y su productividad. Por otra parte, la carga animal de las praderas depende de
varios factores, tales como: la especie forrajera y su producción de forraje, las condiciones
climáticas de la región, el estado fisiológico y tamaño de los animales y el manejo de los
animales dentro del sistema productivo.

Usualmente, una carga animal alta está asociada con sobrepastoreo y bajas tasas de
producción animal, aunque en algunas ocasiones, los rendimientos por unidad de área
pueden ser mayores; pero normalmente, las ganancias por animal son bajas, y puede
conducir a un agotamiento de las reservas del pasto, por lo que su producción de forraje y el
vigor disminuye y eventualmente pueden presentarse calvas, con degradación progresiva de
las praderas.

Cuando la carga animal es baja, usualmente se presenta subpastoreo de la pradera y


pérdidas de calidad nutritiva por sobremaduración del forraje. En estas condiciones, el
excedente se desperdicia y acolchona, lo que favorece el ataque de insectos plaga, como el
mión de los pastos, especialmente en los períodos de mayor humedad del año.
La definición de la capacidad de carga en una explotación ganadera dependerá de factores
tales como, el manejo de la fertilización, del riego, la capacidad de conservar excedentes de
forraje, al igual que la de producir y conservar forrajes complementarios, el tipo de
animales de la explotación y su sensibilidad a períodos de escasez de forraje, la sensibilidad
de la especie forrajera al sobrepastoreo, al igual que los recursos con que cuenta el
productor para división de potreros, mano de obra, etc.

El factor más importante en la producción de forraje es la lluvia, ya que su producción está


directamente relacionada con la precipitación; si llueve hay forraje, de lo contrario, sin
humedad no hay disponibilidad del mismo.

En el ámbito investigativo se maneja el criterio de unidades gran ganado (U.G.G.) para


expresar la carga animal con base a animales adultos de 450 kg de peso, otro criterio
práctico es el de peso vivo/real (p.v.), el cual define la carga por el peso real del animal por
ejemplo: 3 novillos de 200 kg cada uno implica una carga de 600 kg de peso vivo por
hectárea. El empleo de número de animales por área es el criterio más utilizado pero tiene
validez cuando los animales son homogéneos en raza, peso y edad entonces se puede hablar
de 2, 3, 4 etc animales/ha.

La carga animal se puede manejar de acuerdo con la experiencia de campo, sistema usado
por el ganadero que ajusta la carga con base en la disponibilidad de forraje evaluada al ojo.
Esta práctica no siempre es acertada y debe trabajarse más con criterios técnicos como el
análisis de la fertilidad del suelo, adaptación, producción de materia seca, calidad de
especies forrajeras, preferencia de los animales y la información local en cuanto a
precipitación, altitud, temperatura, para que el ajuste sea más preciso.

Capacidad de carga. Es el número de animales o kilogramos de peso vivo, que puede


sostener una hectárea de terreno, en un tiempo determinado días, meses, e incluso un año.
La capacidad de carga se puede determinar mediante la realización de los siguientes pasos:

- Determinación del aforo. Consiste en calcular la producción de pasto en la pradera,


mediante el uso de un cuadrado de madera de un metro de lado. Para tal efecto se lanza el
cuadro en por lo menos tres lugares diferentes de la pradera, teniendo en cuenta los niveles
de desarrollo de la pastura alto, medio y bajo. A continuación se corta tal como lo hace el
ganado, luego se pesa cada una de las muestras, se hace la sumatoria y se divide por el
número de muestras que fueron tomadas, el resultado o promedio es el aforo de esta
pastura. Ejemplo: Se tomaron 10 muestras de aforo de forraje, cuya sumatoria fue de 18 kg,
o sea, que 18 kg de pasto dividido en 10 muestras, nos da un promedio de 1.8 Kg de forraje.
Aforo 1.8kg m 2 (forraje).

- Determinación de la producción de pasto o biomasa por hectárea y por corte o


pastoreo: Para determinar la biomasa o cantidad de pasto disponible en un predio, se
multiplica el área total de este, por los kilogramos de pasto obtenidos por metro cuadrado,
como se indico anteriormente. Ejemplo: Si la pradera en la cual se hizo el aforo es de una
hectárea o sea 10.000 m 2 el volumen de pasto o biomasa disponible será de 18.000 Kg, o
sea, 10.000 m 2 x 1.8 kg/m 2 = 18.000 kg/ha.

- Determinación del número de cortes de pasto al año: El número de cortes de pasto al


año se obtiene al dividir 365 días (año) en el periodo de recuperación del pasto. Ejemplo:
Un pasto que tiene un periodo de recuperación de 40 días en promedio, entonces, 365 días
÷ 40 días (periodo de recuperación) = 9.1 cortes/año.
- Determinación de la biomasa pasto disponible por año: para determinar la biomasa
pasto disponible por año. Se multiplica, Kilogramos de forraje disponible/m 2 (aforo) x
área en producción m 2 x número de cortes/ año – 20% perdidas por pisoteo. Ejemplo:
Aforo 1.8 kg m 2 x área 10.000 m 2 x 9.1 cortes/año – 20% perdida pisoteo = 131.040 kg
pasto/año.

El forraje disponible por día, se halla al dividir: el forraje disponible al año, en 365 que son
los días del año. Ejemplo: 131.040 kg pasto/año ÷ 365 días = 359 kg pasto/día.

- Consumo diario: tomamos como parámetro la unidad gran ganado, esta equivale a 450
kg de peso vivo, o sea, 450 kg de peso = 1 U.G.G. Se estima que el consumo diario de un
bovino en forraje es el 12% de su peso vivo, entonces 450 kg x 0.12 (%) = 54 kilos.
Consumo de forraje U.G.G día 54 kilos.

- Determinación de la carga animal (U.G.G): Se obtiene al dividir, kilogramos de pasto


disponible al día, en, 54 que son los kilos de pasto que consume una U.G.G al día. Ejemplo:
359 Kg pasto/día ÷ 54 kilos de pasto (consumo 1 U.G.G/día) = 6.64 U.G.G. Esto nos indica
que esta pradera soporta una carga animal de 6.64 U.G.G por hectárea, o 2.988 kilos de
peso vivo por hectárea.

Nota: Es importante tener en cuenta que durante la época de verano la producción de


forraje disminuye significativamente, razón por la cual es necesario plantear alternativas de
suplementación nutricional con el ánimo de cubrir el déficit de forraje que se presenta en
esta época. Tabla 13. Clases de reses y su factor de conversión.

Tabla 13. Clases de reses y su factor de conversión.

Tabla 14. Número de reses y su equivalencia en U.G.G


1.2 Los Sistemas Silvopastoriles.
1.2.1 Clasificación de los sistemas silvopastoriles.

CATEGORÍAS DE LOS SISTEMAS AGROFORESTALES.


Según aspectos estructurales y funcionales los sistemas agroforestales se pueden agrupar,
como ya se dijo antes, en las siguientes categorías:

 Agrosilvícolas.
 Silvopastoriles.
 Agrosilvopastoriles.
Que se definen de la siguiente manera:

2.2.1 Sistemas agrosilvícolas.

Son los que generalmente incluyen árboles y cultivos temporales, es decir combinan los
bosques con la agricultura. Dentro de esta clasificación se incluyen:

 El modelo Taungya.

El cual consiste básicamente en la repoblación forestal combinada con el establecimiento


de cultivos bajo la plantación hasta cuando el dosel del bosque permita la entrada de
suficiente luz.

 Arboles asociados con cultivos.

En este arreglo se usa un aporte de sombra al cultivo y obtención de beneficio adicional con
la comercialización de frutos o, en otros casos, busca el aprovechamiento de callejones
entre frutales mediante el establecimiento de cultivos.

 Arboles de sombra o mejoradores de suelo en cultivos.

La aplicación más característica de este tipo está relacionada con árboles leguminosos
integrados al cultivo para mejorar utilización de nutrientes y paralelamente como
reguladores de sombra.
 Cercas vivas y cortinas rompevientos.

Se practican en zonas ganaderas y sabanas. Es común encontrarlos alrededor de cultivos


agrícolas especialmente en regiones con grandes corrientes de aire. Las cercas vivas se
utilizan en la delimitación de fincas o lotes y para impedir el paso del ganado; las cortinas
rompevientos se establecen para reducir la velocidad del viento o disminuir la erosión
causada por el viento. A la vez la madera es utilizada para leña, carbón, postes, como
forraje y en algunos casos para aserrío. Ver Figuras 1.4 (a) y 1.4 (b).

2.2.2 Sistemas silvopastoriles


Son aquellos que combinan el pastoreo y el bosque. El objetivo principal es la ganadería; en
forma secundaria se logra la producción de madera, leña o frutas. Se dividen en las
siguientes modalidades:
 Pastoreo o producción de forraje en plantaciones forestales.

En esta modalidad se permite el crecimiento de los árboles hasta que alcancen un desarrollo
suficiente como para no ser dañados cuando se introduzca el ganado.

 Pastoreo o producción de forraje en bosques secundarios.

Por lo general se realiza un raleo del bosque secundario o rastrojo alto permitiendo la
aparición de plantas rastreras y gramíneas que permiten el pastoreo de ganado menor, el
cual además de consumir el forraje, ramonea algunas de las especies.

 Árboles en pastizales.

En este modelo se introducen maderables de valor comercial, mejoradores del suelo o


proveedores de sombra en pastizales ya establecidos.

 Árboles y arbustos productores de forraje.

A este modelo pertenecen los bancos de proteínas establecidos con leguminosas


especialmente de los géneros Leucaena, Gliricidia y Erythrina, así como
también Trichanthera.

La anterior clasificación puede tener variantes o gradaciones, según se determinen


espaciamientos diferentes, o arreglos especiales como por ejemplo los callejones o la
disposición de árboles en hileras, tal como sucede en las cortinas rompevientos.

2.2.3 Sistemas agrosilvopastoriles

Son los que combinan la agricultura, los bosques y el pastoreo, permitiendo la siembra, la
labranza, la recolección de la cosecha por largos periodos vegetativos y el pastoreo dentro
de los cultivos y el bosque sin dejar el suelo desprovisto de vegetación. Se han dividido en:

 Cultivos y ganadería en plantaciones forestales.

Una vez establecida la plantación forestal, se aprovecha el suelo con pastoreo o con el
establecimiento de algunos cultivos que toleran parcialmente sombra.

 Arboles asociados con cultivos y ganadería.

Estos modelos se suceden al desmontar el bosque para cultivar y dejar residuos o cortinas
con algunos árboles, con los que se logre garantizar algún valor comercial.
 Huertos caseros mixtos.

Este sistema es el que tradicionalmente se localiza alrededor de las viviendas y consiste en


el establecimiento de una diversidad de especies de todo tipo incorporando algunas veces
animales domésticos. Por lo general las especies son establecidas de acuerdo con la
necesidad de disponer de alimentos.

1.3 El uso de residuos agrícolas en la alimentación de rumiantes.

1.4 Componentes básicos para intensificar sistemas de producción ganadera de doble


propósito en condiciones de trópico seco.

1.4.1 Componentes del Sistema de Doble Propósito

1.5 Alimentación de Verano: Alternativas

Conservación de forrajes

Efectos del verano en los animales:

Pérdida de peso
Mermas en la producción de leche
Enflaquecimiento y predisposición a
Enfermedades, aumento en la mortalidad
Disminución de la fertilidad
Retardo en la edad de las novillas para su primera cria.
Mayor intervalo entre parto.

Ensilaje:
Es el almacenamiento de forrajes frescos o parcialmente secos, mediante cuidadosa
compactación de la masa. En este método la planta se pica finamente y almacena
rápidamente en estructuras de almacenamiento llamadas silos. Su eficiencia depende, entre
otros aspectos, de que se evite la entrada de aire para interrumpir la respiración de las
plantas y evitar que se produzcan cambios químicos en las plantas indeseables. El ensilaje
es básicamente un método para preservar los nutrientes y no un método para mejorar el
forraje.

La fermentación. La función de los silos es detener la descomposición de los alimentos


forrajeros y conservarlos por un periodo largo de tiempo. Esto se realiza extrayendo el
oxigeno y obteniendo un pH inferior a 4 (alto nivel de acidez). La ausencia de aire detiene
la respiración de las plantas y evita la fermentación de los azucares. De esta manera se
conservan los componentes energéticos del forraje y se detiene su descomposición.En
cuanto a la acidez, esta destruye los microorganismos encargados de realizar la
fermentación indeseable (hongos y bacterias nocivas, que necesitan oxigeno). El descanso
del pH se logra agregando aditivos que produzcan ácido láctico a partir de los azucares. De
lo que se trata, en pocas palabras, es de impedir la fermentación con oxigeno
(aeróbica) y de promover la fermentación sin oxigeno (anaerobia).

Forrajes para ensilaje. En principio cualquier especie forrajera, anual o perenne, puede
ser ensilada. La más utilizadas son maíz, sorgo, trigo cebada, avena y diferentes pastos.

Alimentación animal. La digestibilidad, la palatabilidad y calidad y el valor nutritivo


dependen fundamentalmente del estado de maduración de la planta en el momento del
corte y de la naturaleza del proceso fermentativo en el silo. En la Tabla 8 se presentan las
características físicas y químicas de un silo de buena calidad y de otro en mal estado.

Tabla 8. Características de ensilajes de buena y mala calidad.

Parámetro Ensilaje de buena calidad Ensilaje de mala calidad


pH 4,0 5,5
Acido láctico (% de MS) 8,5 1,1
Color Verde amarillento Negro
Olor Agradable Pútrido
Apariencia Ausencia de hongos Presencia de hongos
(sin manchas blancas) (con manchas blancas)
Humedad 70% >70% o 60%
Sabor Apetecible al ganado Rechazado por el ganado
Fuente: “Características y manejo de los silos de montón”, Revista
Agricultura de las Américas, Bogotá, Editores medios y medios, abril de
2004, nº 328

Tipos de silo. Existen básicamente dos tipos de estructura de almacenamiento de


forrajes ensilados: los horizontales y los verticales (estos últimos también se
conocen como silos cilíndricos).

Horizontales: silo de superficie o de montón y silo de trinchera o


bunquer.¨

Verticales: aéreo de torre, aéreo de encuesta y de cisterna o subterráneo.

Elección del silo. Para escoger el tipo más adecuado se deben tener en cuenta los siguientes
aspectos:

Condiciones económicas del productor.


Disponibilidad de mano de obra.
Eficiencia en la preservación del valor nutritivo del forraje. Facilidad de carga. Facilidad de
descargue
Facilidad de compactación para la expulsión del aire. Costos de inversión y costo anual de
operación. Condiciones de cerrado y almacenaje.

Elaboración de un silo de superficie.

Selección y demarcación del área: el lugar debe ser plano, seco y debe estar libre de
desechos; es necesario, además, que sea de fácil drenaje. La dimensión del área demarcada
dependerá de la cantidad de ensilaje que se requiera.

Corte y picado: ambos procesos se pueden realizar manualmente o con maquinaria.


Existen diversas cosechadoras y picadoras mecánicas que desempeñan este trabajo.

Manualmente, estas operaciones se pueden realizar con hoz o machete y con una picadora
de pasto. El picado es importante porque facilita el transporte del forraje y los silos y
además favorece la fermentación.

Colocación del forraje: se ubica el forraje picado sobre paja, un plástico o directamente
sobre el suelo. Luego se esparce, se compacta y se nivela. Esto último debe hacerse
inmediatamente con cada carga, pues de lo contrario resulta más difícil la compactación y
la expulsión del aire.

Compactación: se realiza pasando el tractor por encima de la capa de forraje con el fin de
extraerle el aire. Esta compactación también se puede efectuar con animales de tracción,
conrodillos o con los pies. Esta operación es necesario hacerla capa por capa, pues si se
dejan acumular varias será mayor la exposición del forraje al aire, aumentara el
riesgo de descomposición y además resultara más difícil la compactación. Después de
formar cada capa, se echan los aditivos que se requieran, los cuales les aportan las bacterias
benéficas que ayudan a la formación del ácido láctico.

Tapado: una vez finalizada la compactación de las capas, se tapa el silo con un plástico sin
huecos, preferiblemente negro para que el material no quede expuesto a la luz solar.
Para sujetarlo, se abre una zanja alrededor del silo, se ponen los bordes de plástico en ella y
se cubren con tierra. A unos 50 cm de esta zanja se excava otra con el fin de que sirva de
desagüe en caso de lluvia.

Encima del plástico se ponen llantas viejas, ladrillos, tierra o cualquier otro peso para que
no se levante con el viento. Por último, se rodea el silo con una cerca para protegerlo de los
animales.

HENO

Henificación: esta práctica tiene como principio la deshidratación del forraje por medios
artificiales o naturales, hasta alcanzar niveles de humedad que no alteren las características
nutritivas. La henificación en el país tiene una escasa tradición y son pocos los trabajos de
investigación que se han realizado al respecto. Se cree que es una práctica difícil y
costosa por que el mayor crecimiento de las plantas forrajeras coincide con le época de
lluvias, lo que dificulta su secado rápido, y por su mecanización. Sin embargo, es buena
opción para aprovechar el exceso de forraje en la época de lluvias y para evitar le
estacionalidad de la producción.
Qué henificar? Se deben elegir especies que tengan las siguientes características:
Buena adaptación a las condiciones ambientales de la región.
Buena cantidad de hojas.
Tallos finos y pequeños.
Aptitud para el corte mecánico. Resistencias a cortes frecuentes. Gran capacidad de
producción.
Deshidratación rápida después del corte.
Buena palatabilidad. Alto valor nutritivo.

Valor nutritivo del heno. El valor nutritivo del heno por lo general se determina en
términos de su composición química, Se tienen en cuenta los contenidos de proteína bruta
(PB) y minerales y la capacidad de su materia seca (MS) de ser digerida por el animal. Para
efectos practicos, todo lo anterior equivale al valor de los nutrientes digestibles totales
(NTD), a la palatabilidad y a la digestibilidad.

Factores nutricionales.

Especie de la planta: se elige según necesidades específicas. Hay que tener en cuentas que
las leguminosas son ricas en proteínas y calcio, mientras que las gramíneas son más
ricas en carbohidratos.

Estado de desarrollo: la fase de maduración de la planta en el momento de su corte tiene


gran influencia sobre el heno, en lo que respecta a su rendimiento por unidad de área, a su
valor nutritivo, a su palatabilidad y su digestibilidad.

Cantidad de hojas: las hojas son mucho más palatables, digestibles y ricas en nutrientes
que los tallos, por lo que hay que evitar que se pierdan al manejar el forraje. Color: el color
verde intenso en la planta joven y en el heno bien preparado es altamente deseable. Es un
indicio de que el alimento es rico en caroteno, un compuesto químico que produce las
vitaminas del complejo B.

El heno en la alimentación del bovino. Por lo general el heno se le suministra al ganado


cuando falta el pasto. Si el heno esta apilado en montañas (medas) en el potrero, los
animales deben tener libres acceso y consumir lo que deseen. Cuando el heno es distribuido
en el establo, en el corral o en los lotes, la cantidad no debe superar los 10 kg por día y por
ejemplar adulto o debe ser de 3 kg por cada 100kg de peso vivo. Los henos de baja calidad
se deben suministrar picados y con melaza, para que sean gratos al paladar.

HENOLAJE: Es un proceso intermedio entre el ensilaje y la henificación, en el que se


conservva el forraje con una humedad del 45% y en ausencia de oxígeno. Su aplicación en
las fincas requiere de maquinaria especializada y tiene un alto costo. Su gran ventaja, sin
embargo, es que facilita la conservación de gramíneas difíciles de almacenar por medio del
ensilaje.
Bloques Nutricionales. Otra estrategia factible y de fácil aplicación en la elaboración de
bloques nutricionales con materiales comerciales o derivados de la producción de la finca.
Se fabrican de forma artesanal o agroindustrial y su función es la de suplementar al animal
para aumentar la producción de la leche o de carne. Su efecto es la estimulación de la
actividad de los microorganismos en el rumen, logrando, de esta manera, que haya un
mayor aprovechamiento de los nutrientes.

Henificación:

Es un proceso de deshidratación del forraje a través del cual la humedad natural se reduce a
menos del 15% facilitando la conservación por menos del 15% facilitando la conservación
por menos del 15%, facilitando la conservación por menos del 15%, facilitando la
conservación por largos períodos.

FORRAJES, SUBPRODUCTOS Y RESIDUOS AGROPECUARIOS


APTOS PARA AMONIFICAR

Los pastos de corte, si no son cosechados entre 45 a 60 días de rebrote, pierden rápidamente
su calidad nutricional y su gustocidad, puesto que se sobremaduran. Durante la época de
lluvias se produce abundante pasto de corte y las praderas se pueden llegar a mejorar tanto,
que los rumiantes en pastoreo consumen normalmente una baja cantidad de pasto de corte
picado. Este es el momento más apropiado para amonificar dichos excesos, que nunca se
obtienen durante la sequía, aún bajo riego.

La caña de azúcar integral y su cogollo y bagazo de residuo, obtenidos después de molerla


en un trapiche pequeño (hasta 60% de extracción del jugo), los pastos y malezas no tóxicas
que crecen en los callejones de la caña u otros cultivos o en las praderas para pastoreo y que
son cosechados y suministrados frescos o henificados, son excelentes materiales para
conservación mediante picado, amonificación y almacenamiento, para utilizarlos tanto en la
época de lluvias como durante la sequía.

Algunos árboles leguminosos forrajeros pierden normalmente sus hojas durante la floración
que coincide con la época seca (Cachimbo (Erythrina poeppigiana), Mataratón (Gliricidia
sepium), etc.). Por ello, sus hojas y tallos tiernos, pueden ser almacenados en los mismos
árboles, hasta el final de la época de lluvias, momento en el que pueden ser cosechados,
picados, amonificados y conservados, para utilizarlos como suplemento de alta calidad,
durante la época seca.

Las frutas y verduras excedentes de exportación que por algún motivo no son
comercializadas en el mercado nacional o bien de desecho con sus pulpas y cáscaras (piña,
papaya, mango, guanábana, tomate, repollo, zanahoria, remolacha, pulpas de cítricos o de
guayabas, cáscaras frescas de maracuyá, cacao y café, etc.), son fuentes ricas en azúcares y
en celulosa, que pueden ser picadas, amonificadas y almacenadas, evitando así:

1. los malos olores originados por su fermentación y


descomposición;
2. la contaminación de aguas y
3. la atracción y/o proliferación de insectos y plagas nocivas
para los cultivos propios o aledaños.

Raíces y tubérculos como yuca, camote, ñame, papa, etc., sus cáscaras, afrechos y manchas
después de la industrialización, los frutos de banano y plátano verdes con sus tallos, vástago
y follaje, las semillas y granos de cereales, como excedentes del mercado o de desecho, son
fuentes ricas en almidón, del que se debe impedir su fermentación puesto que los rumiantes
no pueden aprovechar los alcoholes como nutrimento.

Los tallos, espigas y hojas sobrantes después de la cosecha y de la trilla de todos los
cereales y semillas de pastos (tamos), los residuos de flores ornamentales, las leguminosas
u otros cultivos de cobertura, el follaje producido por el rebrote de algunos cereales (socas)
y la siembra directa de algunos cereales para forraje, pueden ser pastoreados, ser
cosechados y picados para su suministro frescos o ser secados para elaborar heno de
residuos de cultivos como el arroz, sorgo, maíz, trigo, cebada o avena. Estos henos pueden
ser luego amonificados para mejorar su calidad nutritiva.

La tuza (olote) y el capacho de maíz molidos y las tortas y cascarillas de oleaginosas como
algodón, soya, girasol, maní, ajonjolí y palma africana, pueden utilizarse solos o ser
mezclados con las otras fuentes, para reducir el contenido de humedad y/o la densidad de
los materiales a ser amonificados, como suplementos.

Bibliografía

Chamorros viveros, D.R. 2013. Pastos y forrajes. Universidad Nacional Abierta y a


Distancia. Colombia, Bogotá. 103-115pag.
1.6 Factores climáticos y de competencia que afectan el desarrollo de la panta en el
establecimiento de una pastura.
1. Agua
i) Sequía
ii) Inundación
2. Temperatura
a) Bajas
b) Altas
3. Luz
a) Estrés por sombreado
b) Foto inhibición
c) Otros efectos de la luz
4. Competencia
a) Por agua
b) Por luz
c) Por nutrientes
d) Manejo de la pastura para reducir la competencia
e) Técnicas experimentales para medir la competencia

1.7 Manejo del ambiente físico y químico en el establecimiento de pasturas mejoradas.


1. Introducción
2. Control de la vegetación
3. Preparación del suelo
a) Épocas de preparación y de siembra
4. Métodos de siembra tradicionales
a) Estrategias de siembra no tradicionales
5. Profundidad de siembra
6. Compactación del suelo
7. Fertilización de Establecimiento
8. Establecimiento de pastos mediante cultivos

Para calcular el número de potreros utilizamos la siguiente formula


La formula para calcular el número de potreros es:
NP= PD/PO + 1.
Donde:
NP= Numero de potreros
PD= Periodo de descanso
PO= Periodo de ocupación
(1) = Numero de grupos de animales
Por lo tanto dentro del manejo de la rotación de potreros existen 3 elementos que nos
ayudan a programar el movimiento de los animales en los potreros, estos son:
Período de permanencia (PP) es el tiempo total en horas o días que un animal o grupo de
animales pastorea un potrero en cada rotación.
Período de ocupación (PO): Es el tiempo total empleado en el pastoreo de un potrero por
todos los grupos de animales en cada rotación.
Período de descanso: (PD): Es el período comprendido entre 2 pastoreas sucesivos, durante
el cual el pasto se deja descansar. Con estos 3 elementos podemos hacer el cálculo del
número de potreros que se necesitan y definir los períodos de descanso y ocupación.

P D (NP -1) x P P
Ejemplos: Si se tienen 7 potreros y un solo grupo de animales, siempre habrá 6 potreros en
descanso (N-1). Si el período de permanencia es de 6 días el período de descanso será igual
a:6 x (7-1)= 6 x 6 = 36 días.

Cuando se tiene más de un grupo de animales en la rotación; el período de ocupación será


igual al período de permanencia por el número de grupos:

PD = (N - 3) x PP = Cuando se tiene 3 grupos de animales.


Ejemplo: En una pradera que requiere 30 días de descanso y un período de ocupación de 5
días con 1 grupo de animales el número de potreros sería:
30 = (N-1) x 5 30 = SN - 5 ----> 5N = 30+5 5N = 35 N = 35/5 = 7

Bibliografía:

Mila P, Alberto. 1996. Suelos pastos y forrajes


UNISUR
San Miguel A, Alfonso. Apuntes de pastoreo Dpto. Silvopascicultura.- E.T.S. Ingenierosde
Montes.- Universidad Politécnica de Madrid

Dalla V, Daniel.1, Jorgelina Ferrero 2, Luis M. Gutiérrez 3 y Enrique Viviani Rossi 4 El


maíz como cultivo forrajero. 1.- Facultad de Ciencias Veterinarias, Universidad Nacional
del Centro 2.- Actividad Privada 3.- Facultad de Ciencias Agrarias, Universidad Nacional
de Mar del Plata 4.- Estación Experimental Agropecuaria Valle Inferior del Río Negro

Lozano O, Fernando. 2004. Nuevos Conceptos y Estrategias Para la Renovación de


Praderas Degradadas en el Trópico Alto Colombiano Primera Reunión de la Red Temática
de Recursos Forrajeros, , C.I. Tibaitata
UNIDAD NO. 6 GENERALIDADES SOBRE PRODUCTIVIDAD Y DESARROLLO
TECNOLÓGICO AGROPECUARIO.

El análisis económico de las explotaciones pecuarias basado en una utilización estratégica


de los recursos forrajeros con que cuenta una unidad de producción se detallan y analizan
en esta última unidad.

TEMAS

6.1 La productividad pecuaria y utilización de recursos.


6.2 La educación e investigación como herramientas de desarrollo.
6.3 Análisis sobre el sub – sector ganadero.
6.4 Análisis de productividad, ingresos y capacidad de inversión en pequeños ganaderos.
6.5 El desarrollo tecnológico de la agricultura en el marco de los recursos naturales
renovables.
6.6 Algunas reflexiones sobre sostenibilidad en sistemas de pasturas.

E. ORIENTACIONES METODOLÓGICAS

La asignatura se desarrollará integrando bajo un mismo enfoque conceptual a


conocimientos de diferentes ramas del saber de las ciencias agrarias.
 Botánica
 Fisiología Vegetal
 Agronomía
 Zootecnia
 Experimentación Agropecuaria
 Sistemas Agrarios
 Ecología
 Maquinaria Agrícola
 Otras

Así se realizarán diferentes actividades pedagógicas en dependencia de la necesidad del


programa, tales como:
1. Conferencias y seminarios para la parte teórica.
2. Giras de campo, para la parte práctica, la cual incluye visitas a unidades de
producción.
3. Trabajos de investigación a partir de fuentes secundarias.
4. Trabajos extraclase sobre guías de autoaprendizaje y de revisión bibliográfica.
5. Participación activa de los estudiantes en todas las actividades programadas, las
cuales serán evaluadas constantemente por el docente.

F. SISTEMA DE EVALUACIÓN

La realización de dos exámenes parciales con un valor de 40% del total de la nota, estos al
finalizar la tercera y sexta unidad respectivamente.
Para cada parcial habrá un trabajo de curso con un valor del 30% del total de la nota
parcial, los cuales consistirán en: el primero en establecer experimentalmente un banco de
gramíneas y uno de proteínas de especies o variedades adaptadas a la zona de estudio y el
segundo la estimación de la productividad de materia verde de estas especies y la
recopilación de resultados obtenidos a través del desarrollo y crecimiento de las plantas
entregado al docente en un informe técnico detallado.

La realización de pruebas sistemáticas al finalizar las unidades para un valor del 20% del
total de la nota parcial.

Entrega de informes y reportes de los días de campo programados a lo largo de las unidades
del programa en curso, con un valor del 10%.

G. BIBLIOGRAFÍA

 Hernández, M. Matus, M. Manejo de Recursos Forrajeros en Producción Bovina.


Universidad Nacional Agraria. Managua, Nicaragua. 1998.
 García, G, E. Manual de Pastos de Nicaragua. UNA. Managua. 1996.
 Buxade, C. Producción Animal. Enciclopedia de Agricultura y Ganaderia. Edit.
Océano.
 INTA. Pastos y Forrajes. Guía Tecnológica. Managua. 1998.
 Durr, P. Manual de Árboles Forrajeros en Nicaragua. Editado por MAG-COSUDE.
Managua, Nicaragua. 1992.
 Ulrike, B. Manual de Leguminosas en Nicaragua. Editado por PASOLAC – EIAG –
ESTELI. Tomos I y II.

RELACIÓN DE AUTORES

AUTOR: FABIO VÁSQUEZ LÓPEZ. INGENIERO AGRÓNOMO ZOOTECNISTA.

REVISADO POR: OSWALDO ROA GAMBOA. COORDINADOR DE INGENIERÍA


AGRONÓMICA.

FECHA: ENERO DEL 2002.

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