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JACOUES DERRIDA

utrement. No es Ud. un especialista en toxicomanía, sin embargo pensa-


mos -y es un poco lo que presupone esta entrega- que, como filósofo,
tenga algo que decir de interés para el campo propio, específico, de la
toxicomanía. Así fuese a través de conceptos comunes, tales como "de-
pendencia", "libertad", "placer", "goce".
J. D. De acuerdo, hablemos entonces desde el punto de vista del
"no-especialista" que soy en efecto. Pero Ud. estará también de acuerdo
alrededor de otro punto: se trata de algo distinto de un dominio delimitable.
En lo que le atañe son muy problemáticos los criterios de competencia,
sobre todo de la competencia profesional. En el fondo, directa o indirecta-
mente, seremos llevados justamente a hablar de estos criterios. Situándo-
me en la posición del filósofo no-especialista en esta cosa llamada "toxi-
comanía" acaba Ud. de nombrar un cierto número de conceptos de alto
tenor filosófico, conceptos supuestamente privilegiados por el filósofo: "li-
bertad", "dependencia", "placer" o "goce", etc. Está bien. Pero le propon-
dría que empezáramos simplemente por "concepto", por el concepto de
concepto.
La "droga" es también una palabra y es un concepto, aun antes de que
se le pongan comillas más para marcar su mención que para servirse de ellas,
pues las "cosas mismas" no son compradas, vendidas o consumidas.
Esta acotación no es neutra, inocentemente filosófica, lógica o es-
peculativa. Y no es por las mismas razones, ni bajo el mismo rótulo que,
justamente también, tal planta, tal raíz o tal substancia es también para
BRUNFELSIA L nosotros un concepto, una "cosa" aprendida a través del nombre de un
B. gralld¡f/ora D. Don
concepto y el dispositivo de una interpretación. No, en el caso de la "droga"
Solanaceae
el régimen del concepto es diferente: no hay droga "en la naturaleza".
Pueden darse venenos "naturales" y también venenos naturalmente mor-
tales, pero no lo son en cuanto drogas. Como el de toxicomanía, el con-
cepto de droga supone una definición instituida, institucional: necesita una
historia, una cultura, unas convenciones, evaluaciones, normas, todo un
retículo de discursos entrecruzados, una retórica explícita o elíptica. Cier-
tamente regresaremos alrededor de esta dimensión retórica. Para la droga
no se da una definición objetiva, científica, física (fisicalista), "naturalista"
(o más bien esta definición puede ser "naturalista", si con eso se entiende

• Tomado de Jacques Derrida, La ley del Género. Retóricas de la droga. Elipsis Ocasionales, Pasto,
1990 (Autrement, 1989) . Tradución Prof. Bruno Mazzoldi.

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DOSSIER

que intenta naturalizar lo Una sería en cierta nuestra cultura, nuestras pueda ir hasta el extremo
que rehuye toda definición forma naturalista: "Ya que, convenciones requieren de su consecuencia. Y
de naturaleza, de realidad diríase, 'droga' y 'toxico- esta prohibición. Desple- tampoco estoy tan seguro
natural). Se puede preten- manía' son conceptos nor- guémosla consecuente- de que se excluyan tan ra-
der definir la naturaleza de mativos, evaluaciones o mente. De ello dependen la dicalmente. No olvidemos
un tóxico, pero justamente prescripciones institucio- salud, la seguridad, la pro- que tienen las mismas pre-
no todos los tóxicos son dro- nales, hay que reducir este ductividad, el buen funcio- misas, o sea la oposición
gas ni se les considera tales. artificio. Regresemos a la namiento de estas mismas de la naturaleza y de la ins-
De aquí ya hay que concluir verdadera libertad natural. instituciones. Estas prote- titución. Y no simplemente
que el concepto de droga es El derecho natural impone gen la posibilidad misma de de la naturaleza y de la ley,
un concepto no científico, dejar a cada cual la libertad la ley en general mediante sino ya de dos leyes, de dos
instituido a partir de evalua- de disponer de su deseo, la ley suplementaria y fun- santos y señas. El naturalis-
ciones morales o políticas: de su alma y de su cuerpo, damental que, prohibiendo mo no es más natural que el
lleva en sí mismo la norma como de las cosas apoda- la droga, asegura la integri- convencionalismo.
o la prohibición. No com- da 'droga'. Quitemos en- dad y la responsabilidad de Autrément. La pala-
porta ninguna posibilidad tonces esta ley que la his- los sujetos de la ley, de los bra "toxicomanía" aparece
de descripción de consta- toria de las convenciones y ciudadanos, etc. No hay aproximadamente hacia fi-
tación, es un santo y sería. de las normas éticas ha ley sin sujeto consciente, nes del siglo pasado. Los
inscrito tan profundamente vigilante, normal, dueño de comportamientos que hoy
La mayoría de las veces el
en el concepto de dro- sus intenciones y de sus se llamarían toxicomanía-
santo y seña es de natura-
ga".Levantemos esta coer- deseos. Esta prohibición, cos anteriormente no eran
leza prohibitiva. A veces
ción o esta represión, re- esta ley no son entonces señalados como entidad
por el contrario, se levanta
gresemos a la naturaleza". unos artefactos entre nosológica médica. En In-
en himno o alabanza. Mal-
A este santo y seña otros, sino la condición de glaterra se utilizaba el viejo
dición y bendición siempre
naturalista, liberal, cuando posibilidad en nuestra so- término "adicción", acen-
se llaman y se implican la
no laxista, a partir de las ciedad de un respeto por la tuando la dependencia del
una a la otra. Desde el mo-
mismas premisas, puede ley en general. No es segu- sujeto respecto de su pro-
mento en que se pronuncia
oponerse una política artifi- ro que una prohibición sea ducto, pero no se trataba
la palabra "droga", antes de
cialista y una toma de par- mala, ni es necesario que de toxicomanía. La toxico-
cualquier "adicción", una
tido deliberadamente re- tome formas brutales, sus manía es contemporánea
"dicción" prescriptiva o nor-
presiva -que, según el caminos pueden ser retor- de la modernidad, de la
mativa está obrando, algún
caso, como en la otra pos- cidos y simbólicamente so- ciencia moderna. El flash
"performativo", quiérase o
tura, puede tomar un rostro bredeterminados, pero no es un término introducido
no. Este "concepto" no será terapéutico, preventivista, cabría denegar que la super- por la fotografía que, extra-
nunca puramente teórico o por así decirlo, persuasi- vivencia de nuestra cultura ñamente, ha sido recupe-
teorizable. Y si nunca hay vista y pedagógico: "Noso- comprende originariamente rado por los toxicómanos.
teorema sobre la droga, no tros reconocemos -se dirá esta prohibición. Pertenece Hubo cierto momento en
puede haber competencia entonces- que este con- a su concepto, etc." que un individuo, consumi-
científica, testificable en cepto de droga es una nor- A partir del momento dor abusivo de ciertos pro-
cuanto tal, que no sea esen- ma instituida. Oscura en su en que se reconoce el ca- ductos, fue llamado toxicó-
cialmente sobredetermina- origen y en su historia, esta rácter instituido de cierto mano.
da por unas normas ético- norma no fluye analítica- concepto de la droga, de la J. D. En efecto la de-
políticas. He aquí porqué he mente de un concepto toxicomanía, del estupefa- pendencia respecto de un
empezado por algunas re- científico de la toxicidad ciente, de lo venenoso, dos producto tóxico o también
servas respecto de la parti- natural. No lo hará nunca axiomáticas ético-políticas de un medicamento noci-
ción "especialista I no espe- no obstante todos los es- parecen entonces oponer- vo, no atañe, en cuanto tal,
cialista". Esta partición sin fuerzos que se puedan se. Para decirlo muy rápi- a la toxicomanía, no según
duda se revelará difícil por desplegar en este sentido. damente, en una palabra, la ley. Pero tratemos de de-
otras razones. Sin embargo, asumiendo no estoy seguro de que tenernos un instante sobre
De estas premisas plenamente la lógica de esta contradicción sea algo esta modernidad. Como
pueden sacarse condusio- esta convención prescripti- más que una apariencia. siempre la droga es aquí el
nes ético-políticasdiferentes, va y represiva, creemos No estoy seguro de que efecto de una interpreta-
cuando no contradictorias. que nuestra sociedad, cada una de las dos lógicas ción. La droga es "malva-

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BOGOTA.D.C.
JACOUtS DERRi[)1' RETORICA::> DE LA DROGA

da" pero en ella el mal no bición (laica) del alcohol peto de la vida privada y de con la de tal o cual muta-
es simplemente una "noci- habría sido un episodio úni- la libre disposición de sí se ción tecnológica. La defini-
vidad". Ya nadie impugna co y breve en la historia de hubiera respetado, aunque ción de la toxicomanía im-
la nocividad del alcohol y los hombres, si no me equi- formal e hipócritamente. plica, Ud. lo decía, la
del tabaco, objetos igual- voco; y más inconcebible Pero no, la ley estipula tam- "adicción", es decir la repe-
mente artificiales, en cuan- en Francia que en cual- bién que el "empleo" se pe- tición frecuente de una
to objetos de consumo. Se quier otra parte, por razo- nalice con multa y prisión. toma de droga: no sola-
puede prescribir, como ha- nes bien conocidas. Lo que La palabra "empleo" cierra mente un fácil aprovisiona-
cen el cuerpo médico y una nos recuerda que en Fran- la lista de las operaciones miento (numerosas trans-
1
parte del cuerpo social, que cia el mercado de la droga, que acabo de recordar . Y formaciones tecno- econó-
la gente se abstenga de be- a diferencia del mercado el comienzo del Título VI de micas del mercado, del
ber (alcohol, sobre todo al del vino, generalmente es la ley que organiza la Lu- transporte, de la comunica-
volante cuestión decisiva alimentado por la produc- cha contra la Toxicomanía ción internacional, etc.),
de lo "público/privado") y ción extranjera. Y es cierto habla también de simple sino la posibilidad técnica,
de fumar (tabaco, sobre para muchos países occi- uso: "Cualquier persona para el individuo; de repro-
todo en los lugares públi- dentales. Pero indudable- que haga uso de manera ducir el acto a veces de ma-
cos). Nunca se condenan mente esto no es suficiente ilícita de substancias o nera solitaria (el asunto de
el alcoholo el tabaco como para explicar la legislación plantas clasificadas como la jeringa, por ejemplo, so-
estupefacientes, nunca se moderna, la de las leyes de estupefacientes, será so- bre el cual deberíamos re-
les tiñe de ese valor de ma- 1970 en particular. metida a la vigilancia de la gresar). Franquear este
lignidad moral, aunque se ¿Cuál es entonces la autoridad sanitaria". Sin umbral cuantitativo nos
les tilde de "malos" para la modernidad, si hay alguna, embargo confieso no haber permite hablar de un fenó-
salud o para la seguridad del fenómeno de la toxico- comprendido todavía, si he meno moderno de toxico-
vial. La relación con la "se- manía, de su definición, leído bien, qué podría ser manía: el número de indivi-
guridad social" es por lo que siempre, como decía- en el espíritu de esta ley un duos que tienen un acceso
tanto diferente. Si se dice mos, es una interpretación uso no-ilícito de las subs- fácil a la posibilidad de re-
que el tabaco o el alcohol normativa y prescriptiva? tancias así "clasificadas". petir este gesto, solitaria-
son "drogas", será impli- Es una pregunta muy difí- ¿No es el uso mismo lo que mente o no, en privado o en
cando en ello una ironía, cil, de hecho un panal de es ilícito? ¿O más bien de público y en toda la zona en
como subrayando una oscuras preguntas. Una de esta manera se han querí- que esta distinción pierde
suerte de desplazamiento ellas reconduce a toda la do reservar unas posibili- su pertinencia o su rigor.
retórico. El tabaco y el alco- historia, pavorosamente dades de uso médico y Ya que hablamos de
hol, se piensa tranquila- entrelazada, de la bifurca- controlado (enorme cues- ello, creo que ya no sea po-
mente, no son verdadera- ción "público / privado". No tión, y más actual que nun- sible disociar esta "moder-
mente drogas. Sin duda su me atrevo a comprometer- ca)? Pero no he leído nada nidad" toxicomaníaca de
nocividad puede ser objeto me en esto ahora. Anote- que me haya permitido pre- uno de los mayores acon-
de campañas disuasivas, mos tan sólo que las leyes cisarlo. Sin duda mi infor- tecimientos de la humani-
de toda una pedagogía de 1970 condenan también mación es insuficiente. dad, o sea uno de los más
casi-moral, pero el consu- el uso, público o privado, Otra cuestión se en- reveladores o, por lo mis-
mo de estos productos, él laza con la de la técnica, y mo, de los más "apocalípti-
de la droga y no solamente
mismo, no es objeto de re- el tráfico, lo que el artículo cos" de su historia, la más
1. uArt. 1.626. Se castigarán mediante
probación moral y menos 626 llama la "producción, el encarcelamiento de dos meses a dos
esencial y más "interior" -
de procedimientos pena- transporte, la importación, años y nulta de 2.000 F a 10.000 F, o lo que, se llama el Sida.
les. Un ebrio puede ser per- la detención, la oferta, la mediante una sola de estas penas, a Pero sin duda regresare-
seguido porque es también cesión, la adquisición". Se quienes hayan contravenido las disposi· mos alrededor de todo
ciones de los reglamentos de administra·
un conductor peligroso, habría podido pensar que esto ...
ción pública que conciernen a la produc·
pero no porque el alcohol fuese suficiente para per- ción, trasporte, importación, exporta- Autrement. Esta mo-
habría sido "clasificado" seguir cualquier uso de es- ción, por, oferta, cesión, adquisición y dernidad, ¿la relaciona Ud.
(para retomar los términos tupefacientes, pues no empleo (subrayo, J.D.) de substancias o con la producción en serie?
de los artículos de derecho pueden usarse sin haber- plantas o el cultivo de plantas clasifica· ¿Con la repetición? Volve-
das como venenosas por vía reglamen·
que definen la Lucha con- los "adquirido" de alguna mos a encontrar un cues-
taria, as! como cualquier acto que ataña
tra la Toxicomanía) como manera. En ese caso el a estas operaciones. (Subrayo núevs- tionamiento de la escritura:
"estupefaciente". La prohi- principio que ordena el res- mente, J.D.)". ¿del pharmakon?

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DOSSlf:R

J. D. En efecto había ca de una escena la fami- toxicomanía. Sin embargo una técnica que, a la vez,
intentado relacionar la pro- lia, ningún padre puede ya ciertos psicoanalistas insis- recuerda el modelo original
blemática del pharmakan responder por ella, ningu- ten sobre la función de la es- y se le opone.
con la "lógica" tan descon- na palabra viviente, pura- critura como eliminación del J. D. Cuestión de la
certante de lo que se llama mente viviente, sería ca- síntoma: al escribirse, ¿Iato- mimesis, o, si puedo atre-
tranquilamente la "repeti- paz de asistirla. El mal xicomanía cesa? verme a transitar por este
ción". En el Fedro la escri- pharmakan puede siempre J. D. No se puede atajo, cuestión de la droga
tura es presentada al rey, parasitar al buen pharma- confiar en la oposición del como cuestión -la gran
ante la ley, ante la instancia kan, la mala repetición síntoma y de su causa, de cuestión- de la verdad. Ni
política del poder, como un puede siempre parasitar a la represión y de su elimi- más ni menos. ¿Qué se re-
pharmakan benéfico por- la buena. Este parasitismo nación, así como no se procha al toxicómano? Lo
que, como Theuth lo pre- es a la vez accidental y puede confiar en una sim- que nunca se reprocha o
tende, ella permite repetir, esencial. Como todo buen ple oposición de la memo- nunca en igual grado al al-
por lo tanto recordar. Sería parásito, a la vez está ria y del olvido, en particu- cohólico o al fumador de ta-
una buena repetición, al adentro y afuera. El afuera lar a causa de las para- baco: de exiliarse, lejos de
servicio de la anámnesis. se alimenta del adentro y dojas de la repetición y de la realidad objetiva, de la
Pero el rey descalificaesta desde adentro. Y con este la relación con el otro. La ciudad real y de la comuni-
repetición. No es la buena esquema de la alimenta- "buena" repetición está dad efectiva, de evadir ha-
repetición. "No es para la ción estamos muy cerca de siempre hechizada o con- cia el mundo del simulacro
memoria (mneme) , es para lo que se llama la droga, en taminada por la mala, tanto y de la ficción. Se le repro-
la rememoración (hipam- el sentido corriente que es mejor y tanto peor para cha el gusto por algo como
nesis) que descubriste un el más frecuentemente ella. El pharmakan será la alucinación. Sin duda
pharmakan". El pharma- "consumido". La "descons- siempre aprehendido como hay que distinguir entre las
kan "escritura" no sirve a la trucción" está siempre remedio y veneno. Subrayo drogas llamadas alucinó-
buena memoria, a la me- atenta a esta indestructible lo que Ud. acaba de decir: el genas y las otras. Pero
moria, a la memoria autén- lógica del parasitismo. En toxicómano puede buscar a esta distinción se borra en
tica. Es el auxiliar nemotéc- cuanto discurso, la des- la vez el olvido y el trabajo la retórica del fantasma
nico de una mala memoria. construcción es siempre de análisis anamnésico, la que sustenta la prohibi-
Tiene más afinidad con el un discurso sobre el pará- represión y la eliminación ción: la droga haría perder
olvido, el simulacro, la sito, un dispositivo alrede- de la represión (lo que bien el sentido de la verdadera
mala repetición, que con la dor del parásito que es él deja presentir que no es realidad. En nombre de
anámnesis y la verdad. mismo, un discurso "sobre- ese el límite pertinente, y ésta me parece que la pro-
Este pharmakan pasma al parásito". que tiene formas más re- hibición se pronuncia siem-
espíritu, pierde a la memo- Dicho esto, por más torcidas ...). Para ello él uti- pre en última instancia. Al
ria en lugar de servirla. Así tentadora y sugerente, la liza una "técnica", un su- toxicómano no se le repro-
que, en nombre de la me- trasposición de esta pro- plemento técnico que cha el goce mismo, sino un
moria auténtica y viviente, blemática (que simplifico interpreta como "natural" ... placer inherente a expe-
en nombre de la verdad mucho, por falta de tiempo) otro hilo nos conduciría a la riencias carentes de ver-
también, el poder sospe- hacia lo que Ud. llama la desconfianza tan corriente dad. El placer y el juego
cha de esta mala droga "toxicomanía moderna", respecto de la técnica en (como en Platón todavía)
que es la escritura, es decir sus interpretaciones teóri- general, de la instrumenta- no son condenados por sí
de lo que lleva no tan sólo cas y prácticas, requiere la ción de la memoria, y por lo mismos, sino únicamente
al olvido sino también a la máxima prudencia, como tanto hacia el pharmakan, cuando son inauténticos y
irresponsabilidad. La escri- puede usted imaginarlo. y como veneno y como re- carentes de verdad. Este.
tura es la irresponsabilidad Autrement. Algunos medio, con esa zozobra sistema es entonces el que
misma, la orfandad de un toxicómanos, involuntaria- suplementaria que atañe a habría que analizar de cer-
signo errante y jugador. La mente, nos dicen que es- lo que puede quedar inde- ca, articulándolo con la
escritura no es solamente cribiendo tratan de acabar cidible entre ambos ... cuestión política de la fic-
una droga, es un juego, con su toxicomanía. Mien- Autrement. Se pue- ción o de la literatura. El
paidia, y un mal juego si ya tras unos cumplen con su de también efectuar una hombre del simulacro, por
no es reglamentado por el proyecto, frecuentemente aproximación desde el án- lo menos si no somete su
cuidado de la verdad filosó- se asiste a una intensifica- gulo de la mimesis platóni- poética a la filosofía y a la
fica. Entonces, en la retóri- ción de la angustia y de la ca que es el producto de política, se ve echado de la

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RETORICAS DE LA DROGA

ciudad por Platón (etc.). no deja de tener actuali- suerte de serie homogé- las figuras del dictado, en
Mientras en la "moderni- dad. nea. ¿Pero acaso es posi- la experiencia disimétrica
dad" se supone siempre al- J. D. Sí, en todo caso ble prohibir o condenar sin del otro (del ser librado al
guna afinidad entre, por un para Artaud se trataba tam- confundir? otro, del ser presa del otro,
lado, la experiencia de la bién de abolir un sistema Autrement. En lo de la quasi-posesión) que
ficción (literaria o no, por de normas y de prohibicio- que atañe a la literatura, impone cierta escritura y tal
parte de los "productores", nes que constituyen la cul- puede fecharse la apari- vez toda escritura, aún la
los agentes de transmisión tura y en primer lugar la re- ción del concepto de toxi- más controlada (los dioses,
o los consumidores) y, por ligión europeas. A la droga comanía, en el sentido mo- las musas, la inspiración,
otro, el mundo de la toxico- mejicana pedía también el derno del término, con las etc.). Estas formas de la
manía, aun cuando los poder de emancipar al su- "Memorias de un fumador alienación originaria, en el
poetas no frecuenten los jeto, de desujetarlo de de opio" de De Ouincey., sentido más positivo del
"paraísos artificiales", el aquello que en cierta forma así como el alcoholismo término, el más productivo
escritor en cuanto tal es lo había expropiado al na- hizo su aparición en la lite- e irreductible, estas figuras
aceptado en la medida en cer, y en primer lugar del ratura francesa con Zola. del dictado, ¿acaso no son
que se deja re-instituciona- concepto mismo de sujeto. J. D. Esta pista mere- arrastradas en una historia
lizar. Reintegra el orden Desde el nacimiento Dios ce ser seguida. Reserván- en que un día la droga, ante
normal de la producción in- le había robado su cuerpo dome la oportunidad de la "huida de los dioses", vi-
teligible. Produce y su pro- y su nombre. Acabar con el una verificación más dete- niera a ocupar un sitio va-
ducción engendra valor. juicio de Dios era también nida, quizás se podría co- cante o a jugar el papel de
el enclave de esta expe- rrer el riesgo de una hipó- un fantasma extenuado?
Esta legitimación atañe a la
riencia. Pero se simplifica tesis. Consideremos la Se trataría más bien de una
evaluación de una produc-
mucho improvisando y pre- literatura, en un sentido re- provocación metódica, de
tividad que es por lo menos
fiero remitir a los textos de lativamente estricto, que la una técnica de llamado al
interpretada como fuente
Artaud, a los que no han distinguiría, en cuanto eu- fantasma: al espíritu
de verdad, aunque esta
sido escritos simplemente ropea, de la poesía o de las (ghost, Geist), a la inspira-
verdad pase por la ficción.
"bajo droga", bajo la in- bellas letras y haría de ella ción, al dictado. O, más
El toxicómano, se piensa,
fluencia de la droga, sino un fenómeno moderno (si- exactamente, lo que vuelve
el toxicómano en cuanto
que son además un cues- glos XVII o XVIII). Y bien, la cosa todavía más retor-
tal, no produce nada, nada
tionamiento, en un cuerpo ¿no será contemporánea cida, se trataría de una me-
verdadero o real. En ciertos
a cuerpo, dentro de la len- de cierta toxicomanía euro- todología del contra-fan-
casos es legitimado, clan-
gua misma, de los siste- pea? ¿De una toxicomanía tasma. ¿Qué es un contra-
destinamente, inconfesa- mas de interpretación de la tolerada, precisamente? fantasma? el fantasma que
blemente, por ciertos sec- droga. Y en seguida habrá Recordaba Ud. a De Quin- se juega contra otro fantas-
tores de la sociedad, sola- que distinguir prudente- cey. Está Coleridge tam- ma pero también el fantas-
mente si participa, por lo mente entre los discursos, bién. Esta vez añadamos, ma del fantasma, el fantas-
menos indirectamente, en las prácticas o las expe- para variar, el café o el ta- ma coartada, el otro fan-
la producción y el consumo riencias de escritura, litera- baco: deberían consagrar- tasma. ¿No habría manera
de bienes ... ria o no, que implican o jus- se tesis y también departa- de escoger sino entre fan-
Autrement. Para al- tifican lo que se llama la mentos de literatura (gene- tasmas o simulacros de
gunos escritores, los del droga. Muchas veces son ralo comparada) al café o fantasmas?
"Gran Juego", hoy Bu- separados por abismos. al tabaco en nuestras lite- Pero hagamos como
IToughs, Artaud, cuando No hay un mundo de la dro- raturas. Piense en Balzac o si supiéramos qué es un
estaba relacionado con los ga. El texto de Artaud no es Valéry. Dos casos por otra espectro o un fantasma, y
surrealistas, en su "Carta a el de Michaux o de Benja- parte muy distintos, inútil como si fuera suficiente
los legisladores" la droga mín (pienso especialmente insistir. ¿No sería acaso desplegar las consecuen-
es enfocada como enclave en su texto "Haschich en trabajoso encontrar algo cias de semejante saber.
de una lucha política, la Marsella"), que no es el de parecido antes de la mo- Hasta cuando no se habrá
más definitiva. Para Bu- Baudelaire que no era el de dernidad literaria, desde reconocido toda la ampli-
rroughs es un "arma" al Coleridge o de De Quincey. Homero hasta Dante? Vol- tud de este enigma ("¿Qué
servicio de una guerra ter- Lo que conduciría a la es- veremos a hablar de Ho- es un espectro?" o "¿Qué
minal, como e! último "co- tupefacción sería el reducir mero dentro de un rato. es un fantasma?" "¿Qué es
mercio del mundo". Lo que estas diferencias a una Pero piense ante todo en la huida de los dioses?"),

~:ULÜMBIANA
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DOSSIER

más allá de la oposición socio-político lo más am- de hablar del espectro y de ateos, más o menos poe-
presencia ausencia, real I plio y lo más delicado posi- la ontología, hace un mo- tas ...
imaginario, más allá de una ble y por una atención mento hablábamos del si- Para ello no tenemos
pregunta propiamente on- prestada a la singularidad mulacro, de la verdad o de ni el tiempo ni el lugar, pero
tológica, las "respuestas" de cada experiencia indivi- la repetición. Lo que está si siguiéramos este hilo,
filosóficas, políticas, ideo- dual. Con esto no doy una de por medio es entonces volveríamos a encontrar tal
lógicas a lo que se llama el "respuesta de Normando", la genealogía de una can- vez las cuestiones que
"problema de la droga" se- ni es sosteniendo el relati- tidad de oposiciones con- afloraron hace un instante,
guirán siendo expedientes vismo o el oportunismo. ceptuales: naturaleza I cul- las concernientes, a la na-
incapaces de una autojus- Describo la situación con- tura o naturaleza I conven- turaleza y a la producción.
tificación radical. Nos en- creta en que tienen que to- ción, naturaleza / técnica, También estos dos con-
contramos nuevamente marse unas decisiones emancipación / alienación, ceptos pertenecen a una
ante el problema de los cri- mientras los últimos facto- público/privado, etc. serie de oposiciones y
terios de la competencia y res del problema no son Para retomar lo que reenvían a su "historia".
ante la imposibilidad del analizados o pensados. estábamos diciendo hace Dejemos esto por el mo-
teorema de donde había- Esta "situación concreta", poco a propósito del trance mento, eso no se improvisa
mos partido. Las responsa- estas mixturas de discur- inspirador en aquello que (corto-tratado, entre parén-
bilidades que cualquiera (y sos incapaces de justificar- corrientemente llamamos tesis, alrededor del asunto:
en primer lugar el "resolu- se radicalmente, son justa- la escritura, ¿no habría que droga e improvisación en
tor' -legislador, educador, mente aquello que puede intentar una suerte de his- las artes y allende). Se
ciudadano en general, etc.) observarse tanto en los dis- imagina que el toxicóma-
toria del dictado, y, más
tiene que tomar en esta si- cursos como en las prácti- no-escritor intente reen-
precisamente, de lo que se
tuación de urgencia, por cas que dominan nuestra contrar una suerte de inspi-
llama inspiración: literal-
eso mismo llegan a ser sociedad de hoy. La única ración graciosa, una pasi-
mente, si es posible, o sea
más graves, más difíciles, actitud (la única política-judi- vidad acogedora para
"físicamente" (por ejemplo
más ineluctables. Según cial, médica, pedagógica, aquello que una represión
la inhalación) o figurada-
las situaciones (analizadas etc.) que me parece absolu- o una coacción hubieran
mente? Y además, ¿quién
de manera macro o micros- tamente condenable sería la inhibido: "gracias a la vio-
es el "inspirado", qué es lo
cópica, e incansablemen- que, -directa o indirecta- lencia técnica o artificial y
que "inspira", quién es
te), el discurso interdictor mente, forcluye la posibili- siempre interiorizante, de
quien "inspira" en el senti-
puede justificarse tan bien dad de un cuestionamiento una inyección, de una inha-
do propio o figurado, en la
o tan mal cuanto el discur- por esencia interminable, de lación o de una ingestión,
so liberal. La práctica re- experiencia de la droga?
un cuestionamiento efectivo tomando en mí, adentro de
presiva (con todas sus va- y por lo tanto transformador. ¿Por dónde pasa aquí el lí-
mí, un cuerpo extraño,
riantes brutales o sofisti- Por cuestionamiento mite entre la poesía y la pro- cuando no un alimento, voy
cadas, primitivas o reedu- efectivo y transformador sa, y lo mismo entre la poe- a provocar un estado de re-
cativas) puede justificarse entiendo ciertamente el sía y la novela, y además ceptividad productora: así
tan bien o tan mal cuanto la trabajo analítico (en todas entre múltiples tipos de no- voy a dejar pasar la palabra
práctica laxista (con todos las direcciones, del psicoa- vela y múltiples estructuras recibida y a la vez emitida,
sus subterfugios). Así nálisis al estudio socio- de ficcionalidad, etc.? en una suerte de esponta-
como es imposible dar ab- económico-político de las Dirían algunos, no sin neidad creadora o de ima-
solutamente razón de la condiciones de la toxicoma- "buen sentido": cuando el ginación trascendental, de
una o de la otra, no se pue- nía: la desocupación, la geo- cielo de las trascendencias esta manera la violencia
de condenar absolutamen- política de los mercados, el acaba por despoblarse, y no pondría fin a la violencia.
te ni la una ni la otra. En estado "real" de lo que se lla- solamente de los Dioses La reapropiación sería in-
esta urgencia todo esto no ma la democracia, la policía, sino de todo Otro, una suer- ducida por el cuerpo extra-
puede sino dar lugar a res- el estado de las leyes pena- te de retórica fatal suple esta ño. La producción se haría
puestas mixtas, a negocia- les y de las instituciones mé- vacancia, de aquí el fetichis- sin trabajo, etc.", Este dis-
ciones, compromisos ines- dicas, etc.), pero también la mo toxicomaníaco. No la re- curso trascendentalista-
tables. Deberían ser guia- reflexión pensante sobre los ligión como opio del pueblo, imaginario (imaginario para
dos, en situaciones deter- axiomas de esta problemá- sino la droga como religión quien lo sostenga o para
minadas y siempre evoluti- tica y de todos los discursos de los poetas ateos - y de quienes creen desentrañar-
vas, a la vez por un análisis que la informan. Acabamos algunos otros, más o menos lo), eso es lo condenado por

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JACOUES DERRIDA RETORICAS DE LA DROGA

una sociedad del trabajo y que se cree reconocer en aunque puedan o deban periencia de la "droga", la
del sujeto responsable el recurso o a la droga. Este prestarse, hasta cierto pun- relación con el otro y la
como sujeto. valor puede sostener con to, a unas tipologías más o apertura al mundo en ge-
Un poema tiene que igual éxito el discurso de menos refinadas. No en- neral; y de otra parte la ex-
ser el producto de un traba- una política de derecha cuentro mejor palabra que perimentación organizada,
jo efectivo, aunque las tra- como el de una política de experiencia, es decir el via- lo experimental como "via-
zas de la elaboración se izquierda, tanto a Oriente je que pasa el límite. Expe- je organizado". ¿Qué signi-
borren en él. En todo caso como a occidente ... riencia entre dos experien- fica este entre? El entre
es el no-trabajo lo que se No le sorprenderá cias: por una parte la significa tal vez que la ex-
descalifica. La obra autén- esta especularidad. Es ina- travesía, la odisea, con o periencia a la que me refie-
tica, como parece indicarlo gotable. Una cierta toxico- sin nostalgia -Ud. quizá co- ro, el pensamiento de esta
su nombre, tiene que ser el manía, por otra parte, pue- nozca el texto de Adorno y experiencia, o esta expe-
resultado de un trabajo de también reflejar el Horkheimer sobre los lotó- riencia como pensamiento,
(con mérito y recompensa), mismo fantasma de re- fagos y este nostos homé- todavía no se puede deter-
y de un trabajo responsa- apropiación. Puede hacer- ric02-, la errancia de la que minar a partir de las oposi-
ble, hasta el mismo límite lo de manera ingenua o de no se puede regresar, otras ciones recibidas, por ejem-
en que el trabajo se borra, manera muy "cuita", soñar tantas posibilidades involu- plo naturaleza I técnica,
borra sus trazas o se borra también la emancipación y cradas en cierta etimología naturaleza I artificio, no-tra-
ante lo que le es dado. Y la restauración de un "yo" o de la palabra "experiencia" bajo I trabajo, experiencia
aún si la obra es la de un de un cuerpo propio, cuan- y que a veces, como el natural I experimentación
trabajo sin trabajo, sumiso do no de un sujeto al fin res- artificial, etc. Así que no ha-
"trip", se asocia con la ex-
al dictado del otro, se nece- catado de los poderes alie- blo solamente de experien-
sita además que esta alte- nantes, de la coerción y de 2. "Una de las primeras aventuras del cias de la droga o de expe-
ridad sea auténtica y no la represión, de la ley que nostos verdadero se remonta, es ver- riencias de la no-droga
facticia, no simulada o esti- habla en la religión, la me- dad, mucho más atrás, mucho más (que no tienen mayor exis-
mulada por proyecciones tafísica, la política, la fami- atrás incluso que la época bárbara de tencia, ¿no es cierto?, en la
los hombres demoníacos y de los dio-
artificiales. Es en nombre lia, etc. naturaleza de la que tiene
ses-magos. Se trata del episodio de los
de esta autenticidad que la Por más retorcida y Lotófagos, de lo comedores de loto. la droga), sino de experien-
toxicomanía es condenada paradójica que sea esta Quiencome ese alimento está perdido, cias cualitativamente muy
o deplorada. Esta autentici- "lógica", de la reapropia- igual que quien escucha a las sirenas diferenciadas, a veces para
dad puede ser apropiada ción, sobre todo cuando se o quien es tocado por la vara de Cir· el mismo "individuo", y que
ce. Pero en este caso a la víctima no
simultáneamente (en la entremete el simulacro, se le reserva nada malo: 'Los lntéta- no se podrían evocar sin
confusión) o sucesivamen- nunca puede uno escapár- gos... no tramaron ciertamente la pero
te (en la denegación) para sele totalmente. Cierta- dición de nuestros amigos'. 'Sólo los condición de soportar lo insoportable)
los valores de normalidad mente no está ausente de amenazan el olvido y la pérdida de la no puede ser consentido a los suyos
voluntad. La maldición no condena por la auto conservación racional. Ello
natural o de normalidad ciertos textos de Artaud,
más que al estado original, sin trabajo es un efecto la mera apariencia de la
simbólica, de verdad, de por ejemplo. Empata con ni lucha, en el 'fértil país': 'pero ... felicidad, un obtuso vegetar, misera-
relación efectiva con la re- un pensamiento o una ex- cuantos probaban este fruto, dulce ble como la vida de los animales. En
alidad verdadera, de subje- periencia de lo propio que como la miel, ya no querían llevar no- el mejor de los casos sería la ausencia
tividad libre y responsable, sin duda la lleva más allá ticias ni volverse; antes deseaban pero de la conciencia de la infelicidad. Pero
manecer con los lotófagos, comiendo la felicidad implica verdad; es esen-
de productividad, etc. Tan- de ella misma, que se lleva
loto, sin acordarse de volver a la pa- cialmente resultado; se desarrolla a
to mejor se hace propia de y se expropia de otra ma- tria'", Aniquilación de la voluntad, irn-
partir del dolor superado. Por ello está
y para estos valores tan di- nera. Aquí los límites no productividad (sociedad de recolecto-
en su derecho el paciente héroe al no
ferentes en cuanto es pasan entre dos campos res), no-trabaio, olvido como olvido de
tolerar quedarse entre los Lotófagos.
constituida por el mismo opuestos o entre dos meta- la ciudad. Adorno y Horkheimer anuo
Sostiene, contra ellos, su misma eau-
dan fuertemente y justamente todos
valor de propiedad, de físicas de las que vemos sa, la realización de la utopía a través
estos motivos entre sí y, por opnsi-
apropiación, de reapropia- claramente todo lo que tie- ción, con la historia de la verdad o de del trabajo histórico ..." (la dialéctica
ción de sí. Ella es la propia- nen en común. No pasa en- la racionalidad occidental. De ello pro- del iluminismo, trad. H. A. Murena,
tre "represión" y "levanta- ponen además una lectura política rno- Sur, Buenos Aires, p. 81·82). Esta lec-
ción de lo propio en cuanto
derna: "Este idilio (que, por lo demás, tura me parece convincente, por lo
éste se opone a la hetero- miento de la represión,
hace pensar en la ebriedad de los es· menos en el interior de la perspectiva
geneidad de lo impropio, a entre represión y no-repre- tupefacientes, con los cuales, en orqa- general del libro que solicitaría otros
todos los modos de extra- sión, sino entre un número nizaciones sociales pertrificadas, eier- tipos de problemáticas con las que no
ñamiento de alienación no-finito de experiencias, tos individuos eran puestos en puedo confrontarme aquí.

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COLOMBIANA
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DOSSIER

multiplicar las cualificacio- rales, más suaves (/a venta "perfecto" de la opresiónso- sobreviene para añadirse
nes y los puntos de vista. libre de las drogas "sua- cial, de la coacción, de la re- desde afuera y a posteriori,
Todos los nombres y todos ves", por ejemplo) o más presión o de la violencia re- como un cuerpo extraño.
los conceptos de los que atentas a compromisos, a activa que reduce las Por lo menos este suple-
nos podemos servir para mediaciones, a negocia- fuerzas o el deseo origina- mento extranjero o peligro-
definir estos criterios, califi- ciones (pues quienes reco- rios, o sea los "procesos pri- so está "originariamente"
caciones puntos de vista
"f miendan públicamente la marios". Y es la misma me- en obra y en lugar en la pre-
son tomados en secuen- toxicomanía en cuanto tal tafísica naturalista la que, tendida interioridad de
cias discursivas muy cons- son más bien raros en nues- para restaurar semejante "cuerpo y alma". Está en el
trictivas. Responden a todo tras sociedades). Desde el cuerpo "anterior" -casi po- corazón del corazón.
un programa fuertemente lado de la prohibición, en dría decirse anterior a la caí- Diré rápidamente que
estabilizado, difícil de des- efecto, se trata de proteger da-, se traduce a través de aquello que, sin ser absolu-
hacer. Se trata de una car- a la sociedad en contra de códigos a veces diferentes tamente nuevo, hoy toma
ga metafísica y de una his- todo lo que se asocia con la (de tipo vagamente "nietzs- formas particulares y ma-
toria que nunca debe toxicomanía: la irresponsa- cheano", "freudiano", "artau- croscópicas es la paradoja
dejarse de interrogar. Aquí bilidad, el no-trabajo, la irra- diano", "marcusiano", etc.). de una "crisis", como se
están en juego, nada me- cionalidad, la improductivi- Esquematizando esta dice superficialmente, de la
nos, el yo, la conciencia, la dad, la delincuencia -sexual falsa oposición y agrandan- naturalidad. Esta pretendi-
razón, la libertad, el sujeto o no-, la enfermedad y los do sus rasgos, he hablado da "crisis" se manifiesta
responsable, la alienación, gastos sociales que esta de discursos canónicos o así, por ejemplo, a través
el cuerpo propio o el cuer- conl/eva, y, de manera ge- dominantes. de todos los problemas
po extraño, la diferencia neral, la destrucción mis- Analizando los resor- biotecnológicos, a través
sexual, el inconsciente, la ma del lazo social. Pero tes comunes a estos discur- de todas las nuevas posibi-
represión o la coacción, las esta protección del lazo so- sos, según mi propuesta, lidades l/amadas "artificia-
diferentes "partes" del cial, y por lo tanto de una hay también que preguntar- les" de tratar la vida, desde
cuerpo, la inyección, la in- cierta simbolicidad, o de la se cómo y por qué, justa- el nacimiento hasta la
troyección y la incorpora- racionalidad en general, se mente, han llegado a ser "ca- muerte, como si nunca hu-
ción (oral o no), la relación presenta casi siempre nónicos y dominantes". ¿De biese tenido curso una na-
con la muerte (el duelo y la como la protección de una dónde les viene su fuerza o turalidad y como si el límite
interiorización), la idealiza- normalidad "natural", del su autoridad? ¿Qué contrato entre la naturaleza y su
ción, la sublimación, lo real cuerpo, del cuerpo social y los ata entre sí? ¿Qué exclu- otro pudiese dejarse objeti-
y la ley, bueno, ahí me de- del cuerpo del individuo- yen conjuntamente, etc.? var. Dicho sea de paso,
tengo ... miembro. En nombre de ¿Qué contradicciones o ten- ciertas maneras de recurrir
Autrement. ¿Todos esta naturalidad orgánica y siones trabajan en la misma a la experimentación ries-
los toxicómanos hablan de originaria del cuerpo se ha- interioridad de lo canónico? gosa de lo que se l/ama
un cuerpo perdido o de un bla y se lucha contra la to- He aquí, a mi manera de ver, "droga", en ciertas condi-
cuerpo que tiene que ser xicomanía, contra estas las preguntas, o, más bien, ciones siempre singulares,
reencontrado, un cuerpo agresiones extranjeras, arti- en el mismo lance, los ges- pueden ser guiadas por el
ideal, un cuerpo perfecto? ficiales y patógenas. Ahí tos "filosófico-políticos" más deseo de pensar a la vez
J. D. Ahí también la también se quiere reconsti- indispensables. Por otra par- desde ambos lados de este
oposición entre los discur- tuir lo que Ud. acaba de l/a- te su necesidad no puede pretendido límite, y por lo
sos dominantes o canóni- mar el "cuerpo ideal", el dejar de hacerse sentir a tra- tanto de pensar este límite
cos no es radical. Parece "cuerpo perfecto". Pero, Ud. vés de todas las "crisis" o los en cuanto tal, de acercarse
secundaria desde el punto lo tenía también presente "síntomas" de "crisis", como en todo caso a su forma-
de vista de una axiomático hace poco, por otra parte se dice, que atraviesan ción o simulación, al simu-
que sigue siendo común a (considere sin embargo nuestras sociedades en este lacro en formación (ya que
la mayoría de quienes ha- cómo esta oposición sigue momento. este límite no existe, nunca
blan o actúan en contra de siendo problemática), los Ninguno de los dos está presente ni tiene
la toxicomanía y de los que "productos" considerados "cánones" adversos tiene esencia alguna). Esta ex-
abogan o actúan por el/a - peligrosos y no-naturales en cuenta lo que podría lla- periencia (a la que a veces
en todo caso los que tratan frecuentemente son consi- marse la condición tecnoló- se entregan "artistas" o
de desviar la prohibición derados aptos para liberar gica: no hay cuerpo natural "pensadores" sin estar de
hacia las formas más libe- el mismo "cuerpo ideal" o y originario y la técnica no ninguna manera reservada

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JACOUES DERRIDA RETORICAS DE LA DROGA

para quienes se confieren en los de algún objeto de adversas, en su metafísica todo rigor, [pero tan arduo!
o a quienes se reconoce ingestión compulsivo y no común. Por lo tanto no es en el cur-
este estatuto) puede ser in- clasificada, como el choco- No me pregunte si so de una entrevista impro-
tentada con o sin lo que se late o la pasta de almen- estoy en pro o en contra de visada o en pocas páginas
llama la "droga", por lo me- dras, los alcoholes, el café una de las dos en este pre- adonde podría hacer justi-
nos sin el "estupefaciente", o el tabaco. ciso momento. Hoy, aquí, cia, si puede decirse, a esta
"clasificado" como tal por la Ya que acabo de ahora, en mi vida privada- justificación. Sin embargo
ley. Siempre habrá suple- nombrar el café o el tabaco, pública y en la situación de- su necesidad -o su dificul-
mento de droga o de estu- recuerde: cierto escritor - terminada de "nuestra" so- tad- es lo que más me im-
pefacientes no clasifica- en el fondo muy "francés" y ciedad, me siento más bien porta, como Ud. adivina, y
dos, no clasificables. Al fin muy "cartesiano"- quien llevado hacia un ethos. di- lo que me guía en todo lo
y al cabo, cada cual tiene fue también un filósofo de gamos, que, según los có- que puedo decir y hacer en
los suyos, y no hablo nece- la vigilancia y de la libertad, digos dominantes, sería in- "público" o en "privado",
sariamente de cosas mani- de la voluntad, de la con- terpretado como más bien aun cuando aparentemen-
fiestamente inyectables, ciencia de sí, del dominio represivo e interdictor, por lo te no está en juego la droga
respirables o comestibles. de sí en el pensamiento y menos respecto de las dro- en cuanto tal. Si a esto aña-
La introyección o la incor- en la escritura, digo Valéry, gas "clasificadas" (como lo de Ud. el hecho de que no
poración del otro. Ud. lo organizaba todos los días, sugería hace poco, se pue- creo en la pertinencia infa-
sabe, dispone de muchos por la mañana sus trances de también extender el con- lible de la distinción públi-
otros expedientes, estrata- cepto y la experiencia de la co/privado (amenazada
de lucidez y de escritura en
gemas, desvíos... Puede droga mucho más allá de su por la estructura misma del
un templo laico dedicado al
inventar tantos orificios, definición médico-legal y lenguaje y, aún antes del
culto del cigarrillo y del
más allá de los que se cree disponer, en un espacio si- lenguaje, por la iterabilidad
café. Otro escritor -en el
disponer naturalmente, multáneamente público o de toda marca) ni en la
fondo muy "francés" y muy
como por ejemplo la boca. idiosincrásico, de una can- esencia simple del afrodi-
"cartesiano"- quien fue
Por otra parte la oralidad no tidad de prácticas, de go- síaco (la economía del pla-
también un filósofo de la ví-
se abre solamente para re- ces o de sufrimientos de los cer es tan retorcida). Ud.
gilancia, de la libertad, de
cibir, puede emitir, como se que nadie podrá demostrar comprenderá mejor mi re-
la voluntad, de la concien-
dice, y habría que pregun- rigurosamente que no serva ...
cia de sí, etc ... digo Sartre,
tarse si la toxicomanía con- guardan alguna analogía Como decíamos, la
fue un gran consumidor, se
siste solamente yesencial- con la toxicomanía. Aquí lógica de la suplementari-
dice, en determinado mo-
mente en recibir, en tomar las posibilidades son de dad tecnológica no es bien
mento, de drogas farma-
en si más que en "expre- número no-finito y casi idio- tolerada en ninguno de los
céuticas no-"clasificadas", dos bandos, por ninguno
sar" hacia afuera, por máticas. Cada organiza-
ejemplo hablando o can- etc., y habría "abusado" de ción fantasmática, indivi- de los dos "cánones". Lo
tando de cierta forma, be- ellas para escribir ... Bueno, dual o colectiva, es la "nuevo", aquí (nuevo pen-
biendo o sin beber lo que dejemos la cosa, pero vea invención de una droga, o samiento, nueva práctica,
se "escupe". Sin duda, por ud. que esta coincidentia de una retórica de la droga, nueva política) supone una
lo menos en lo que atañe a oppositorum reconduce afrodisíaca o no, con pro- formalización suficiente-
la oralidad, a la escucha y siempre a la cuestión de la ducción, consumo, semi- mente poderosa para per-
al escucharse hablar, hay conciencia, de la razón y clandestinidad y mercado mitir la comprensión de los
una zona de experiencia en del trabajo de la verdad, de semi-privado ...). Pero para dos cánones a la vez des-
que al recibir y el dar, la ins- la buena memoria, de la intentar justificar el ethos plazando la axiomática que
piración y la expiración, la anámnesis de procesos que me llevaría hacia una permanece común a am-
impresión y la expresión, la pretendidamente primarios actitud aparentemente "re- bos. Respecto de esta no-
pasividad y la actividad se o naturales. En últimas, a presiva" (respecto de las vedad se pueden tener dos
dejan difícilmente oponer o muy largo plazo (pero no drogas "clasificadas"), no sentimientos contradicto-
distinguir; además el con- habrá plazo absoluto por debería acudir, en suma a rios. Por una parte, como
sumo oral, suponiendo que definición), un pensamien- ninguno de los dos discur- se dice, "no es para maña-
se le pueda delimitar, no se to y una política de la cosa sos, a ninguna de las dos na". Semejante formaliza-
detiene en los límites de tal llamada "droga" atañería a axiomáticas de las que ción no será nunca plena-
o cual estupefaciente clasi- la vez al desplazamiento acabo de esbozar el análi- mente accesible. Es cierto,
ficado más claramente que de estas dos "ideologías" sis. Ello sería necesario en pero "plenamente accesi-

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COLOMBIANA
DE PSICOLOGIA 41
DOSSIER

ble", la plenitud y el acceso quieren llegar, aunque no go todo lo que confluye ha- encima del hombre: hacia
absoluto, ¿no es éste aca- de primeros, en todo caso cia la educación de la vo- el héroe, el superhombre y
so el lenguaje de estos dos a la cima de una colina que luntad como superación de otras figuras de un hombre
"cánones", el deseo común sería la vida. sí en sí: en tal sentido el que sería más hombre, y
del toxicómano y de la anti- J. D. Si, en el fondo, deporte no solamente más hombre que el hom-
droga? Por otra parte, y cuanto más avanzamos, el debe rehuir la droga, es la bre ... El doping deportivo
ello no es menos evidente, asunto de la droga no sola- anti-droga misma, el antí- se condena porque le hace
esta formalización y este mente nos parece indiso- doto de la droga, el phar- trampa a la naturaleza,
desplazamiento están prác- ciable de las inmensas makon del pharmakon, eso pero también a cierta idea
ticamente en curso, un cur- cuestiones llamadas "el mismo que debe mante- de la justicia (la igualdad de
so laborioso, turbulento, concepto", "la razón", "la nerse a salvo de la droga, todos los competidores
aparentemente caótico. Es verdad", "la memoria", "el lejos de cualquier posible ante la prueba). La integri-
la misma experiencia de la trabajo", etc ... sino también contaminación. Y he aquí, dad que hay que mantener
"crisis" actual. Si hoy se de unos focos de urgencia nada más previsible, la no es solamente la del
cruzan y se condensan en que todas las cosas pa- zona más próxima del mal, cuerpo natural, es también
tantos problemas socio-éti- recen reunirse de manera la más "análoga", la más la de la buena voluntad, de
co-políticos en el de la dro- sintomática, por ejemplo: expuesta a lo que ella ex- la conciencia, del espíritu
ga, no se debe únicamente ¿qué hace una sociedad cluye. No tan sólo porque que maniobran el cuerpo
a la tecnología moderna de la literatura? ¿del naci- el deporte, en su práctica o en el trabajo deportivo, en
que evocábamos hace un miento y de la muerte, del en su espectáculo, puede ese trabajo gratuito o en
rato. La indisociabilidad de Sida? y si, tiene Ud. razón, llegar a ser propiamente ese juego políticamente
todas estas urgencias, la ¿del deporte? etc. estupefaciente y despoliti- sano que es la competen-
imposibilidad de aislar un Todo lo que concier- zante (lugar de cierta ebrie- cia deportiva de Platón a
"problema de la droga", ne a la política del deporte dad, si Ud. prefiere) -sien- nuestros días.
cada vez más aparece jun- (discurso, mercado, es- do además manipulable, Pero quienes defien-
to con la necesidad de tra- pectáculo, etc.) hoy abre en cuanto tal, por poderes den cierto doping en condi-
tar en cuanto tal una "lógi- otro camino real al análisis políticos. Sino porque la ciones prescritas, argu-
ca general" de los discur- del lazo social. Y nunca se competencia trata de ex- mentarán que de todas
sos relativos a la droga y evitará el problema del do- tender, precisamente gra- maneras no corrompe a
simultáneamente de la in- ping: ¿adónde empieza? cias al doping, los límites una voluntad indepen-
seminación artificial, de los ¿cómo clasificar y discrimi- de las posibilidades llama- diente: no es entonces una
bancos de semen y del co- nar las huellas de los pro- das "naturales" del cuerpo toxicomanía. Consideran-
mercio de las madres por- ductos? ¿A nombre de qué (y del alma: [no hay depor- do además que el anaboli-
tadoras, y de las eutanasias, se condenan el doping y tal te sin alma! apuesto que al- zante no proporciona nin-
y del cambio de sexo, y del o cual prótesis química? guien habrá reconocido el gún goce en cuanto tal,
doping de los deportistas, y ¿y la práctica de las atletas deporte como lo propio del ningún goce individual y
sobre todo, sobre todo del que provocan un embara- ser humano. El hombre, desocializante. Por otra
Sida del que al fin tendría- zo cuyos efectos endócri- este animal racional que es parte, me parece que ya lo
mos que hablar. ¿No se ha nos son "dopantes" y que un animal político al cual dijimos, la droga en gene-
convertido en un acceso pri- abortan después de la estarían también reserva- ral no es condenada por-
vilegiado e inevitable a to- competencia? En todo dos el lenguaje, la risa, la que proporciona placer
das estas cuestiones? caso el principio de la con- experiencia de la muerte y sino porque este afrodisía-
Autrement. Es una denación supone todavía otros "propios del hombre" co no es el bueno: engen-
situación irónica: propues- que el héroe deportivo -jentre los que no faltaría dra el sufrimiento y la de-
tos como modelos a nues- deba tratar su cuerpo de la droga!- no olvidemos sestructuración del yo,
tra juventud, los deportis- manera natural. Lo hace que además es un animal desocializa. Pertenece a
tas con el doping se sitúan trabajar como tal, en una deportivo). Tratando de ex- esa pareja diabólica del
en la primera línea del pro- producción que no es sola- tender las pOSibilidades placer y del sufrimiento de-
blema de la toxicomanía. mente individual. A través "naturales", es del todo na- nunciada por toda requisi-
Un ciclista se dopa para lle- de la socialización del de- tural, quiero decir inevita- toria en contra de la droga.
gar de primero a la cima de porte, sea o no profesional, ble, que se piense en acu- La jerarquía de los place-
una colina, pero los toxicó- este trabajo llamado "de- dir a medios artificialmente res marcha a la par con esa
manos dicen también que sinteresado" pone en jue- naturales para pasar por metafísica del trabajo y de

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BOGOTA,D.C.
JACQUES DERRIDA RETORICAS DE LA DROGA

la actividad (práctica o teó- ter público de todos los ac- lazo social como intersub- te la intersubjetividad, la re-
rica -por lo tanto a veces tos de razón, son ellas mis- jetividad. Inscribe en el co- lación con el alter ego, etc.
contemplativo) que se con- mas una declaración de razón de lo que quisiera Bueno, interrumpo
funde con la historia de la guerra contra la droga. guardarse como intersub- esta digresión, podrá Ud.
razón occidental. Aquí tam- En apariencia, ellími- jetividad dual la traza mor- decirme que no es éste
bién Adorno y Horkheimer te privado/público se situa- tal e indestructible del ter- nuestro tema. Justamente,
han recordado justamente ría de otra manera en lo cero. No del tercero como si no hay teorema para la
que se ha siempre asocia- que atañe a lo que se llama condición de lo simbólico y droga, es que ya no hay
do la cultura de la droga la perversión sexual. De de la ley, sino del tercero aquí tema puramente in-
con el otro del Occidente, hecho aquí también las co- como estructuración de- dentificable y delimitable.
con las éticas o las religio- sas no dejan de ser muy re- sestructurante del lazo so- Retengamos por lo menos
nes onentales" torcidas, pero ya que me in- cial. Como desligazón so- esto: el problema moderno
Así no se puede decir terrogaba Ud. hace un rato cial y también como desli- de la droga ya era juzgado
que el goce toxicomaníaco a propósito de una cierta gazón de la interrupción, indisociable, en su génesis
sea prohibido en cuanto tal. modernidad del problema, del "sin-enlace" que podía y por lo tanto en su trata-
Se prohíbe un goce que a limitémonos de todas for- constituir el enlace con el miento, del problema de la
la vez es solitario, desocia- mas a un dato que conside- otro en su pretendida nor- delincuencia en general (y
lizante y, por lo tanto, con- ro absolutamente original e malidad. El mismo tercero no tan sólo de la delincuen-
taminante para el socius. imborrable de nuestro ya no es un tercero y la his- cia como toxicomanía). Ya
Se finge creel que si fuera tiempo: la aparición del toria de esta normalidad está para siempre indisolu-
puramente privado, si el to- Sida. No se trata solamen- exhibe mejor sus simula- blemente atado -y subor-
xicómano hiciera uso del te de un evento que afecta cros, como si el Sida ense- dinado- al del Sida. Si se
sagrado derecho de pro- ilimitadamente a la Huma- ñara un cuadro de su deso- tiene en cuenta el hecho de
piedad tan sólo sobre su nidad, quiero decir en toda llado. Ud. me dirá que que el fenómeno del Sida
cuerpo o su alma, entonces la superficie de la tierra, siempre ha sido así, y le no podía ser contenido,
el goce, aun el más amena- sino también en la expe- creo. Pero el Sida asegura como algunos lo han creído
zante, sería lícito. Pero riencia del lazo social. Los una legibilidad masiva, o esperado, en las márge-
esta hipótesis es excluida a modos, el tiempo y el espa- efectiva, cotidiana -sobre nes de la sociedad (delin-
priori: el consumidor es un cio de este contagio de la cuadro, justamente, o so- cuencia, homosexualidad,
comprador, participa en- muerte ya nos privan de bre pantalla gigante- de toxicomanía), se tiene ahí,
tonces en el tráfico, en el todo lo que la relación con aquello que los discursos en el interior del lazo social,
mercado y por eso mismo el otro, y el deseo ante canónicos de los que ha- algo que todavía se quisie-
en el discurso público. Po- todo, podrían inventar para blábamos antes se veían ra considerar como una
dría Ud. decir, además, proteger la integridad y por impelidos a denegar, de poli-perversión desestruc-
que el acto toxicomaníaco ende la identidad inaliena- aquello que en verdad es- turante y des-politizante.
es estructurado como un ble de algo como un sujeto: taban destinados a dene- Un nudo o un desenlace
lenguaje. Por lo tanto no en su "cuerpo", claro está, gar, siendo construidos de histórico (j'hlstortal'") sin
podría ser puramente pri- pero también en toda su or- hecho por esta misma de- duda original. En estas si-
vado. De esta manera ganización simbólica, el yo negación. Si he hablado de tuaciones, las reacciones
amenazaría de entrada al y el inconsciente, el sujeto acontecimiento y de indes- (re-estructurantes y pre-
lazo social. Siempre reapa- en su separación y su se- tructibilidad, es porque ya tendidamente re-politizan-
rece, en este caso en el creto absoluto. El virus sabemos, desde el alba de tes) en gran medida son
momento mismo en que es (que no es ni de la vida ni esta cosa tan nueva y tan imprevisibles y pueden re-
superado de manera bas- de la muerte) puede siem- antigua, que aun si en el fu- producir las peores violen-
tante oscura y dogmática, pre ya haber encentado turo (por lo menos será ne- cias políticas.
la precariedad problemáti- cualquier trayecto "inter- cesaria una g~neración) la En todo caso, si trata-
ca del límite entre lo priva- subjetivo". Dados el tiempo Humanidad controlará el mos de hacer lo imposible
do y lo público. Las Luces y el espacio, la estructura Sida, ~I traumatismo ha ya y limitar nuestra discusión
de la razón (Aufklarung), de las demoras y de los re- afectado irreversiblemente, a la droga, ya sabe Ud.
definidas por el motivo de levos, ningún ser humano hasta sus zonas simbólicas como hay que hacer para
la publicidad, por el carác- está a salvo del Sida. Así más inconscientes, la ex- tratar todos estos proble-
que esta posibilidad está periencia del deseo y de lo mas, simultáneamente o
3. Op. cit. p. 82. instalada en el corazón del que se llama tranquilamen- de manera coordinada, se

REVISTA
COLOMBIANA
DE PSICOLOGIA 43
DOSSIER

puede jerarquizar, apostar damentadas sobre la filo- tacto con el mundo de la computadores de la Inter-
lo malo contra lo peor, libe- sofía del trabajo y el ideal droga, la pena nunca era poi y al inconsciente de la
ralizar la venta de las jerin- de su reapropiación por menor de dos años de se- geopolitica? ¿Qué llegará
gas para luchar contra la parte del trabajador, hay vero encarcelamiento). Ya a ser el oficio de diplomáti-
propagación del Sida, libe- que enmascarar ciertas que el Sida no conoce fron- co? ¿Y el de espía? Por no
ralizar la educación sexual formas de desocupación o teras, ¿cómo harán estos hablar del soldado, hoy no
como nunca antes, preser- de improductividad, pero regímenes cuando de al- se puede ya distinguir al
vatizando todo el campo de también disimular los fenó- guna manera les toque, militar del civil más de lo
visibilidad social, comen- menos de la droga. Un libro como en Occidente, mos- que puede hacerse entre lo
zando por la escuela y los público y lo privado.
escrito en Checoslovaquia trarse más liberales de un
media. El Sida está en tran- Pequeña contradic-
revelaba hace poco la ex- lado para defenderse me-
ce de desplazar el frente po- ción ya secundaria: la pro-
tensión de la toxicomanía jor del otro, por ejemplo li-
litico, el frente de lo politico, ducción y el tráfico de la
en el Este, no obstante la beralizando la venta de las
las estructuras de la socie- droga en primer lugar son
dureza de las leyes y de las jeringas? ¿Y cuando les to-
dad civil y del Estado en el organizados, es verdad,
persecuciones penales que alinear a sus policías,
momento en que los gobier- por regímenes o fuerzas de
(cuando, en Praga, se in- sobre este doble riel, con
nos creían poder organizar- derecha, por una cierta for-
sertó y se fingió descubrir los de la policía internacio- ma de capitalismo. Pero,
se contra un enemigo iden-
tificable, el contra-Estado droga en mi maleta, a mi nal? Sí se combina ahora en Europa occidental, el
internacional de la droga. Lo regreso de un seminario el virus del Sida con el de consumo y un cierto culto
que atañe en parte, aunque prohibido, después de ha- los cornputadores'', ¿se de la droga frecuentemen-
no solamente, al hecho de ber sido inculpado, supe en imagina Ud. lo que puede te se relacionan con una
que, como leí hace poco en la cárcel que, al menor con- suceder mañana a los ideología confusamente
Libération, "El Sida se pega contestataria, cuando no
a los drogas". 4. Propongo que el espacio general y más que general en que serían tratadas estas izquierdista, mientras la
cosas sea llamado tele-ret6rica o metatele·ret6rica. Por ejemplo, en el caso de los
Autrement. En Amé- brutalidad de la política re-
ordenadores, ¿el uso de la palabra "virus" corresponde a una simple metáfora? La
rica Latina, por ejemplo, se misma pregunta puede plantarse en cuanto al uso de la palabra "parásito". El presiva en general tiene los
ven traficantes de droga or- tratamiento preliminar de semejante problemática deberla concernir a la retórica rasgos de la derecha,
ganizados como un Estado misma como estructura parasitaria o viral, originariamente y en general. Todo lo cuando no de la extrema
dentro del Estado. Se oye que llega a afectar lo propio o lo literal ¿acaso no tiene, de cerca o de lejos, la derecha. En principio se
a los alcaldes de las gran- forma del parásito o del virus (ni vivo ni muerto, ni humano ni reapropiable por lo puede dar cuenta de todos
"propio del hombre", ni subjetivable en general)? ¿Acaso la retórica no obedece
des ciudades americanas siempre a una lógica del parasitismo? o más bien caso el parásito no perturba estos fenómenos. Descon-
hablar de "tolerancia" para lógica y normalmente a la lógica? Si la retórica es viral o parasitaria (sin ser el ciertan solamente a prime-
contrarrestar a la delin- Sida del lenguaje, por lo menos abre la posibilidad de una tal afección) de qué ra vista. En sus datos y en
cuencia. Ahí estamos otra manera interrogarse alrededor de la deriva retórica de una palabra como "virus", sus límites, el código de es-
vez, todo esto es evocado "parásito", etc.? Tanto más que el virus informática, como el otro, ataca también, tas paradojas está aboca-
y telefónicamente, algo parecido al "código genético" del ordenador (cfr. Fabien
en términos de guerra, los do a un sismo. En verdad
Gruhier. Su ordenador tiene la viruela, en le nouvelobservateur, 18·24, nov.
grandes traficantes noto- 1988: el autor recuerda que los virus informáticos son "contagiosos" y "viajan ya está sumiso a él. Pero
riamente están comprome- con la velocidad del electrón en las líneas telefónicas ... Es suficiente estar suscrito mediante la grabación, la
tidos con la extrema dere- a una red de tele·informática para hacerse contaminar por un ordenador de Asia, traducción, la transcripción
cha. Extraña paradoja, Africa ... o Cajicá',. Ahora se construyen "vacunas logiciales". Nuevamente el de semejante sismo, lo úni-
mientras el toxicómano es asunto del pharmakon como escena de familia y cuestión del padre: ha sido un co que se puede tratar de
estudiante de la universidad de Cornell, el hijo de un alto responsable de la segu·
presentado como margi- hacer, claro está, es tratar
ridad electrónica, quien ha puesto a punto el virus "cu~pable" de esta infección"
nal. ¿Venta libre del basu- (¿vamos a ponerlo todo entre comillas, estos preservativos del speech sct, para de amortiguar su amena-
ca? ¿Estado jíbaro? proteger nuestro lenguaje de la contaminación?). La llamada infección computarial za. Hacer su economía. Es
J. D. Una observa- que, injertada en un Sida a su vez insertado en la droga, es algo más que una siempre posible, eso siem-
ción muy breve. De eso se figura mundial y moderna de la peste; sabemos que hoy moviliza a todos los pre funciona: en cierta me-
servicios americanos de seguridad, ilcluyendo al FBI.Y también a la OST y la DGSE.
habla poco, pero la oposi- dida. Por más irruptivo que
Esto sea dicho para relanzar nuestro intercambio iniciala propósito de la delinitación
ción entre los regímenes y de las competencias. ¿Quiéndelimitará la pertinencia de estas cuestiones? ¿A nombre sea este acontecimiento,
los tipos de estado se hace de qué? ¿Según cuáles criterios? Estas preguntas deberlan afectar de regreso todo lo ya se anunció aún antes de
aquí más paradójica que que hemos dicho hasta ahora respecto de la toxicornanla. Me permito remitir a nume· que pudiéramos hablar de
nunca. En las sociedades rosos lugares en que he intentado tratar la al6gica del parásito (por ejemplo: De la historia y de memoria. El vi-
llamadas socialistas, fun- gramatologla, La farmacia de ?latón en la dísemÍf/ací6n, Firma Evento contexto en rus no tiene edad 'P
Márgenes de la fiosofía, lúnited Í1C. abc., y paS$ún).

44>·:· No. 4 Alilo MCMXCV


u. NACIONAL DE COLOMBIA
BOGOTA. D.C.

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