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1 Pedro 3:18-20

"Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo
por los injustos, para llevarnos a Dos, siendo a la verdad muerto en la carne,
pero vivificado en espíritu; en el cual también fue y predicó a los espíritus
encarcelados, los que en otro tiempo desobedecieron, cuando una vez esperaba
la paciencia de Dios en los días de Noé, mientras se preparaba el arca, en la
cual pocas personas, es decir, ocho, fueron salvadas por agua".

¿Enseña este texto la doctrina del purgatorio?

No la enseña. El purgatorio es el supuesto "Lugar donde las almas de


los justos, incompletamente purificadas, acaban de purgar sus faltas". Esta
enseñanza es un dogma la Iglesia Católica Romana no basado en la Biblia,
sino en la tradición humana. El purgatorio no existe excepto en la enseñanza
católica. ¡Es "lugar" imaginario! (una fábula, 2 Tim. 4:4). Pedro no dice que
Cristo predicó a los muertos para darles la segunda oportunidad para obedecer
a Dios.

La Biblia dice, "que está establecido para los hombres que mueran una
sola vez, y después de esto el juicio" (Heb. 9:27). Dice 2 Cor. 5:10, "Es
necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para
que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea
bueno o sea malo". No seremos juzgados por lo que hagamos después de
morir, sino por lo que hayamos hecho en el cuerpo.

La enseñanza de que habrá otra oportunidad para obedecer a Dios


después de morir contradice Luc. 16:19-31 (el caso del rico y Lázaro). Jesús
enseña que no habrá cambio de estado después de la muerte (véase el ver. 26).

Por lo tanto, Cristo no predicó a los espíritus encarcelados en el Hades


cuando su cuerpo estaba en el sepulcro. No hay nada en el texto que indique
tal cosa. ¿Por qué creen algunos que Cristo predicó a un número limitado de
espíritus? ¿Por qué predicó a este grupo de desobedientes sin predicar a los
demás? ¿Acaso creen que Dios hace acepción de personas? (Hech. 20:34, 35;
Rom. 2:11). También conviene preguntar: Si Cristo hubiera ido en persona
para predicarles, ¿qué les habría predicado? Ya hemos visto que no podía
ofrecerles otra oportunidad para obedecer; entonces, ¿qué les habría
predicado?
Desde luego, 1 Ped. 3:18-20 concuerda perfectamente con el resto de la
Biblia sin contradecir otros textos. Si algún texto nos parece difícil u oscuro,
recordemos siempre que debemos dejar que los textos claros y sencillos
expliquen los textos difíciles. De otro modo caeremos en el error de torcer las
Escrituras (2 Ped. 3:16).

¿Quiénes eran los "espíritus encarcelados"?

Los "espíritus encarcelados" eran los desobedientes que vivieron antes


del diluvio. Es imposible probar que esta expresión se refiera a otras personas.

La palabra "encarcelados" se refiere a la habitación de estos


desobedientes cuando Pedro escribió esta epístola. Esa habitación se llama
"Hades". Dice Pedro en la segunda carta (2:4), "Porque si Dios no perdonó a
los ángeles que pecaron, sino que arrojándolos al infierno los entregó a
prisiones de oscuridad, para ser reservados al juicio". La palabra traducida
"infierno" en este texto no viene de la palabra geenna (traducida "infierno" en
Mat. 5:22, 29, 30; 10:28, etc.), sino de tartaroo y significa "consignar al
Tártaro". Los ángeles que pecaron se hallan en un lugar llamado "Tártaro" en
cadenas, para ser reservados al juicio. Están en prisiones de oscuridad. (Véase
también Judas 6).

1 Ped. 3:19 usa la misma figura: al morir todos los desobedientes están
encarcelados, están en prisiones de oscuridad, hasta el juicio final, pero Pedro
habla de los espíritus encarcelados de aquellos que eran desobedientes cuando
Noé preparó el arca.

¿Cuándo y dónde predicó Cristo a los espíritus encarcelados?

No dice Pedro que Cristo les predicó cuando estaban encarcelados. No


es posible predicar a los espíritus encarcelados. Cristo predicó a "los que en
otro tiempo desobedecieron, cuando una vez esperaba la paciencia de Dios en
los días de Noé, mientras se preparaba el arca". El les predicó a ellos en ese
tiempo, durante su vida, cuando eran desobedientes, mientras se preparaba el
arca.

¿Por qué habla de ellos como "espíritus encarcelados"? Porque así eran
cuando Pedro escribió esta carta. Cuando Cristo les predicó, no eran espíritus
encarcelados, pero cuando Pedro escribió acerca de ellos, ya estaban muertos
y sus espíritus estaban encarcelados en el Tártaro, esperando el Juicio Final.
¿Cómo pudo Cristo predicar a la gente de aquel tiempo?

Su espíritu estaba en Noé. El predicó a través de Noé. En aquellos días


antes del diluvio Dios dijo, "No contender mi espíritu con el hombre para
siempre, porque ciertamente él es carne; mas serán sus días ciento veinte
años" (Gén. 6:3). El espíritu de Dios contendió con los pecadores, pero no lo
hizo en alguna forma misteriosa y sobrenatural, sino a través de la persona de
Noé.

Pedro dice en la misma carta (1:10, 11), "Los profetas que profetizaron
de la gracia destinada a vosotros, inquirieron y diligentemente indagaron
acerca de esta salvación, escudriñando qué persona y qué tiempo indicaba el
Espíritu de Cristo que estaba en ellos, el cual anunciaba de antemano los
sufrimientos de Cristo, y las glorias que vendrían tras ellos". Dice Pedro
claramente que el Espíritu de Cristo estaba en los profetas; así también el
Espíritu de Cristo estaba en Noé y, por lo tanto, la predicación de Noé era la
predicación de Cristo.

Otro texto que confirma esta conclusión es Efes. 2:17. Dice Pablo que
Cristo "vino y anunció las buenas nuevas de paz a vosotros que estabais lejos",
o sea, los gentiles. Los judíos "estaban cerca" y los gentiles estaban lejos. Pero
¿cuándo vino Cristo a predicar a los gentiles? El no vino en persona para
predicar a los gentiles, sino que vino en la persona de los apóstoles
(especialmente en la persona del apóstol Pablo) para predicar a los gentiles.

Juan 16:8, promete Jesús que “cuando venga el Espíritu Santo,


convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio". ¿Cómo y cuándo lo
hizo? Lo hizo a través de los apóstoles, comenzando el día de Pentecostés,
cuando convencieron a tres mil judíos de su pecado de haber crucificado a
Jesús (Hech. 2:22, 23, 37, 38, 41).

1 Ped. 3:19 dice, pues, que Cristo fue y predicó en el espíritu (el cual
estaba en Noé) a los desobedientes que vivieron antes del diluvio, que ahora
son "espíritus encarcelados".

¿Cuál fue el propósito de Pedro al escribir este texto?

¿Por qué habla Pedro de la predicación de Cristo "en espíritu" (o sea, a


través de Noé) a los desobedientes que vivieron antes del diluvio? ¿Qué tiene
que ver esto con el contexto y el tema del sufrimiento de los santos?
En primer lugar, Pedro habla de lo que Cristo hizo "en espíritu". Esto se
pone en contraste con lo que hizo "en la carne", es decir, en el cuerpo físico.

Dice el hermano Bill Reeves en su comentario sobre esta carta: "Pedro


sigue con el punto del contexto. Dice que Cristo es nuestro gran ejemplo. Fue
en (la esfera de) espíritu en los d¡as de Noé, y predicó por medio de su
escogido heraldo, Noé, a aquellos desobedientes (que ahora que Pedro escribía
se encontraban guardados en el Hades). Como Cristo hizo esta obra entre los
malos con toda paciencia, así nosotros hoy en día debemos hacer la nuestra
entre ellos, aun siendo a veces rechazados y hasta perseguidos".

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