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“Afrontar los deberes y los dilemas éticos de la profesión”

Prevenir la violencia en la escuela y en la ciudad.

El docente es el encargado de fomentar la socialización del alumno, incorporándolos a una dinámica


de trabajo situacional en la que el alumno pueda darles solución a problemas sin necesidad de
recurrir a la violencia, los juegos de simulación son el mejor método para ello.

Luchar contra los prejuicios y las discriminaciones sexuales, étnicas y sociales.

Poniendo dinámicas donde la equidad de género sea lo primordial, procurando que los alumnos
sean empáticos sobre las características diversas de cada persona y sus relaciones con ellos mismos.

Participar en la aplicación de reglas de vida en común referentes a la disciplina en la escuela, las


sanciones y la apreciación de la conducta.

Las dinámicas grupales donde los alumnos compartan gustos e intereses, fomentarán la confianza
entre ellos, además de actividades como la realización de un reglamento interno en donde ellos
mismos delimiten la normatividad que van seguir.

Analizar la relación pedagógica, la autoridad y la comunicación en clase.

La comunicación en clases es la base fundamental para el origen de la confianza, donde el docente


sea el encargado de propiciar dicha comunicación, esto hará que sea visto como una figura de
autoridad y por lo cual se confiará de que los conocimientos que él propone como ciertos, sean
considerados de esta manera.

Desarrollar el sentido de la responsabilidad, la solidaridad y el sentimiento de justicia.

Para esto es necesario que todos tengan la misma idea de cada uno de estos valores y su forma de
aplicación, donde posteriormente se les establezcan situaciones para que entre ellos puedan elegir
qué hacer, usan los valores para la resolución del problema.

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