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Autos: "Recurso de hecho deducido por Linda Cristina Veliz

Fecha: 15/06/2010 ; 2X1 COMPUTO, EXCLUSION ESTUPEFACIENTES


Hechos: Contra la sentencia de la Sala I de la Cámara Nacional de Casación Penal que anuló la resolución
pronunciada por el titular del Juzgado Nacional de Ejecución Penal nº 1 en cuanto había resuelto declarar la
inconstitucionalidad del originario art. 10 de la ley 24.390 —aplicado al caso— y ordenar la revisión del cómputo de
pena practicado respecto de Linda Cristina Veliz de acuerdo con el texto derogado del art.7° de aquella ley, la
defensa interpuso el recurso extraordinario cuyo rechazo dio origen a esta queja. quella ley, la defensa interpuso el
recurso extraordinario cuyo rechazo dio origen a esta queja. Que la nombrada había sido condenada a la pena de
doce años de prisión, doce mil pesos de multa y accesorias legales, en razón de que el Tribunal Oral en lo Criminal
Federal n° 3 la consideró autora del delito de transporte de estupefacientes, agravado por la intervención de tres o
más personas (arts. 5°, inciso c, y 11, inciso c, de la ley 23.737). Agotada la vía recursiva activada contra dicho
pronunciamiento, el órgano jurisdiccional aludido ordenó la realización del cómputo de pena respectivo, en el cual
se fijó que el vencimiento de la pena se produciría el día 9 de octubre del año 2008, a las 24 horas, teniendo en
cuenta que la condenada había sido detenida con relación al hecho de la causa el 10 de octubre de 1996
Holding: Que si bien en el citado caso "Alonso" (Fallos: 318:2611) esta Corte se pronunció en el sentido indicado, un
nuevo examen de la cuestión debatida practicado a la luz de la línea jurisprudencial trazada por este Tribunal en los
últimos años a partir del bloque de constitucionalidad positivizado en el art. 75, inciso 22, de la Constitución
Nacional, lleva a la asunción de una posición contraria a la allí fijada.9°) Que el art. 7°, inciso 5°, de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos dispone que "toda persona detenida o retenida debe ser llevada, sin demora,
ante un juez u otro funcionario autorizado por la ley para ejercer funciones judiciales y tendrá derecho a ser juzgada
dentro de un plazo razonable o a ser puesta en libertad, sin perjuicio de que continúe el proceso...".10) Que por su
parte, la ley 24.390 —previo a la reforma introducida por la ley 25.430— determinaba un plazo fijo de dos años,
junto a una prórroga de un año y a otra de seis meses, para los procesados que habiendo cumplido aquel lapso de
detención en prisión preventiva, no hubiesen sido juzgados en forma definitiva. A su vez, el actualmente derogado
art. 7° preveía la posibilidad de computar por cada día de prisión preventiva dos de pena privativa de la libertad. Sin
embargo, el art. 10 de la citada ley también establecía que "quedan expresamente excluidos de los alcances de la
presente ley los imputados por el delito previsto en el art. 7° de la ley 23.737 y aquéllos a quienes resulten aplicables
las agravantes previstas en el art. 11 de esa misma ley". Finalmente, debe remarcarse que la ley 24.390 se proclama
reglamentaria del art. 7.5 CADH. 13) Que la sanción de la ley 24.390 también respondió a la necesidad de paliar un
estado de situación insostenible en el país relativo a la duración de los procesos penales y a la utilización de la prisión
preventiva como pena anticipada. En consecuencia, no resulta factible aceptar una disposición que no sólo contraría
la naturaleza de la ley que integra sino que también supone para ciertas hipótesis delictivas la neutralización de la
garantía constitucional cuya reglamentación justamente pretende.14) Que la asunción por parte de nuestro país de
compromisos internacionales en materia de lucha contra el tráfico ilícito de estupefacientes y sustancias sicotrópicas
no puede erigirse en fundamento suficiente a efectos de tornar inoperantes derechos de raigambre constitucional
tales como la presunción de inocencia, la libertad personal y el plazo razonable de duración del proceso. Sobre el
particular, corresponde destacar que la limitación a la libertad ambulatoria de quien aún se presume inocente frente
a imputaciones de la clase de las mencionadas en la norma cuya inconstitucionalidad reclama la apelante, no puede
encontrar otro fundamento que el propio de la prisión preventiva como medida de coerción procesal tendiente a
evitar que se frustre la acción de la justicia ya sea por la concreta posibilidad de que el imputado se fugue o
entorpezca el curso de la investigación; para lo cual, claro está, asume cierto protagonismo la entidad de la
respuesta punitiva conminada en abstracto para dichos supuestos (que, en el caso, se materializa en una escala que
se extiende de 6 a 20 años prisión dada la calificación legal efectuada). En tales condiciones, la decisión del legislador
ordinario de privar a determinada categoría de personas de los beneficios previstos en la ley 24.390 no sólo implica
la afectación del derecho que ellas tienen a que se presuma su inocencia, sino que además importa la afectación de
la garantía que la Convención Americana sobre Derechos Humanos también les confiere en su art. 7.5.
En consecuencia, la aludida norma viola asimismo el derecho a la igualdad (art. 16 de la Constitución Nacional) de
Linda Cristina Veliz, puesto que la priva de una garantía constitucional prevista para toda persona detenida o
retenida (art. 7°, inciso 5

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