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Apuntes de Foniatría

Clasificaciones Vocales
Clasificación vocal es la denominación que se da a una voz en función de sus características
principales (anatómicas, funcionales y acústicas) a saber:

*Anatómicas:
-Baja estatura, cuello ancho y corto, cara redondeada, cuerdas vocales cortas y gruesas son
características de voces agudas de extensión vocal amplia.
-Tórax amplio, de contextura delgada, cuello delgado y largo, cara alargada, alta estatura,
cuerdas vocales largas y delgadas, son típicos en las voces graves.
La forma y tamaño de las distintas estructuras comprometidas con la emisión varían en las
distintas tonalidades vocales:
Tenor y/o soprano:
-Paladar: corto y ancho
-Úvula: delgada con bordes finos
-Tráquea: delgada, no se ve.
-Nariz: corta
-Rasgos: finos y curvos
-Boca: pequeña
-Laringe: pequeña
-Tórax: cuadrado
Bajo y/o contralto:
-Paladar: largo y delgado
-Úvula: ancha con bordes gruesos
-Tráquea: ancha, se ve hasta los bronquios
-Nariz: grande y recta
-Rasgos: rectos
-Boca: grande
-Laringe: muy grande
-Tórax: plano y largo
*Funcionales y Acústicas:
1) Extensión tonal: es el número de tonos u octavas (constituidas por cinco tonos y dos
semitonos) que alcanza una voz. Esto logrado aún con incomodidad. El grado de extensión vocal
es una capacidad biológica que varía después de la muda (fisiológica-hormonal); alcanzando su
longitud definitiva, generalmente oscila entre dos y dos ½ octavas, aunque hay voces
excepcionales que llegan a poseer tres octavas de extensión.
2) Tesitura: Es la extensión vocal alcanzada con comodidad en la emisión. El aumento de la
tesitura es algo adquirido mediante entrenamiento. Puede crecer de tal manera que llegue a
igualar a la extensión y solo en ese caso la tesitura y la extensión pueden ser consideradas
sinónimos.

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Cuando se realiza la clasificación vocal es en éste punto donde generalmente ponen más
atención; y es así como se cometen graves errores pues después del aprendizaje la misma varía.
En la mujer, la tesitura de la soprano va generalmente desde el Do3 al Do5; la mezzosoprano
alcanza desde el La2 al La4, la contralto desde el Fa2 al Fa4. Como las voces graves femeninas
son difíciles de encontrar, a menudo las mezzosopranos o sopranos sin técnica vocal oscurecen
su voz y cantan en este registro, ya sea para completar las voces en un coro, o porque por
desconocimiento o gusto, cantan allí. Esto repercute en su anatomía produciendo la fatiga vocal,
alguna patología y/o acortando el tiempo de uso de su instrumento con una calidad respetable.
En el hombre es generalmente igual, sólo que una octava más grave. El tenor va del Mi2 al Do4,
el barítono del La1 al Sol3 o La3 y el bajo del Fa1 al Fa3.
El estudio del canto se debe comenzar cuando la muda vocal se halla completado por dos
motivos: la madurez del aparato vocal con el desarrollo de la extensión definitiva y el nivel de
comprensión necesaria para formar el esquema corporal vocal adecuado.
En las mujeres después de los quince o dieciséis años y en el hombre pasados los diecisiete o
dieciocho años.
Esto no quiere decir que el niño no pueda tener prácticas corales o individuales de canto, solo
que si las tiene se debe trabajar la respiración y la coordinación fono-respiratoria.
3) Punto de Pasaje: en las contraltos se encuentra entre el Do3 y el Re3. En las mezzosopranos
entre el Mi3 y el Fa3 y en las sopranos entre el Fa3 y el Si3. Aquí no se nombras las voces
masculinas puesto que ellas no realizan el pasaje, sólo la cobertura.
Los pasajes son los puntos más débiles de la extensión y por eso son los primeros en
deteriorarse; se nota primero un quiebre en el registro que progresivamente se va ensanchando
hasta constituir un “agujero vocal” y dificultad para filar un sonido; es decir crecer o decrecer
una misma nota.
4) Timbre o Color: es el carácter especial y propio de los sonidos de cada instrumento musical,
incluida la laringe humana. Nos permite reconocer dos sonidos diferentes, que sin embargo,
pueden tener la misma altura e intensidad. El timbre resulta de la fusión de los armónicos que se
unen al sonido fundamental, entendiéndose por armónico a los múltiplos enteros de las
frecuencias fundamentales.
5) Intensidad: es la mayor o menor presión aérea que da como resultado los distintos matices de
la voz. Van desde lo muy fuerte hasta lo muy débil; dependiendo de la Amplitud de las ondas
sonoras.
6) Volumen: es la densidad del sonido, su cuerpo, no se debe confundir con su intensidad o
potencia (aunque frecuentemente se encuentren juntos) ya que el aumento de ésta no siempre trae
como consigo el aumento del volumen, pudiendo ser un sonido débil y voluminoso al mismo
tiempo. El volumen del sonido, cualquiera sea su intensidad exige siempre una gran amplitud de
los órganos fono-articulatorios, lo que brinda una mayor capacidad del cuerpo sonoro. Así la
intensidad y el volumen difieren entre sí porque la primera depende de la presión de aire y de la
amplitud de las vibraciones que éstas produzcan en las cuerdas vocales y el Volumen de la
capacidad del cuerpo sonoro.
Existen diversas clasificaciones de las voces:
+Según la intensidad:
-Voz de Gran Ópera 120 db o más
-Voz de Ópera 110 a 120 db.
-Voz de Ópera cómica 100 a 110 db.
-Voz de Opereta 90 a 100 db.
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-Voz Camarística 80 a 90 db.
-Voz común menos de 80 db.
Esta clasificación se complementa con la clasificación de las salas de actuación (primera,
segunda, tercera, cuarta y quinta) según su capacidad cúbica. Ej.: en las salas de primera
categoría (de mayor capacidad en metros cúbicos) actúan las voces clasificadas como de Gran
Ópera, la actuación de otras traería un esfuerzo vocal que caería en patología.
*Según Husson y Chenay para las clasificaciones vocales se deben tomar en cuenta más el
aspecto frecuencial (tiempos neurocronáxicos recurrenciales).
*Según Prymael la clasificación es la mezcla de características frecuenciales y temperamentales.
Ej. Soprano coloratura, ligera, lírica, dramática, mezzosoprano ligera, etc.

DISODIAS

Se entiende por Disodia a la alteración de la voz cantada.

Técnica adecuada
Para que la disodia no se instale o en su defecto se corrija, debe realizarse un aprendizaje vocal
que comenzará con un período de conscientización del propio cuerpo para llegar a crear hábitos
inconscientes apropiados a la tarea vocal. Esto se refiere al conocimiento propioceptivo (de
sensaciones musculares profundas) que se perciben durante la emisión en distintos niveles
corporales (región faringe-bucal, laríngea, naso-facial, torácica, pelviana y del perineo).
Esto se une a sensaciones auditivas que nos sirven de retroalimentación y tiene que ver con el
reflejo cocleo recurrencial trigeminal. La reconstrucción del esquema corporal vocal está
íntimamente relacionado con las sensaciones auditivas que percibe el cantante de su propia voz,
lo que a su vez, le permite mejorarla y controlarla. Además se producirá la elevación del tono
glótico por efecto de los reflejos ante mencionados con lo que se realzará el mordiente o brillo de
la voz. Toda esta actividad vocal está controlada por los mecanismos reguladores de los distintos
niveles del sistema nervioso central.
Es de destacar la importancia de poseer un entrenamiento del oído musical (sensorialidad
auditiva que permite la discriminación clara y simultánea de los distintos componentes de un
sonido musical: altura, intensidad, timbre y sonidos armónicos) además de una memoria auditiva
para recordarlos y reproducirlos.
Es necesario adquirir una correcta técnica vocal que es aquella que permite reconocer los
procesos fisiológicos normales adecuados en las percepciones personales. La técnica vocal
posibilita una voz audible, de dicción comprensible que logre el máximo rendimiento con el
menor esfuerzo.
Esto tiene relación con el poder impostar la voz (impostar significa para el latín “poner en su
lugar”) es decir “colocarla” en los resonadores. El primer paso consiste en la percepción de las
sensaciones interoceptivas dentro de la máscara resonancial a fin de que el paciente comience a
tomar conciencia de lo que es impostar el sonido. En general la búsqueda de la resonancia se
realiza con un fonema nasal que al estar colocado precisamente en ese resonador, permite irradiar
las sensaciones a toda la máscara (senos maxilares, frontales y cavun) En un primer paso se

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busca el tono fundamental y luego se trabaja en tonos vecinos (escalas ascendentes y
descendentes); cuidando siempre la presión constante del pujo abdominal (apoyo).
En cuanto a la relajación deben tenerse en cuenta las necesidades individuales, las tensiones,
ansiedades, inhibiciones, hábitos posturales, contracturas musculares y la personalidad del
paciente. Observar especialmente la relajación del cuello, hombros y mandíbula. La respiración
será costo-abdominal o diafragmática. La inspiración debe ser nasal rápida, suave y silenciosa,
no demasiado profunda ya que ésta favorece la elevación del pecho con bloqueo de las
estructuras laríngeas que dificultan la libertad de emisión. Es necesario, sin embargo, habituarse
a las inspiraciones bucales breves y rápidas, para los casos de las frases musicales largas y
seguidas. Tan importante es la respiración en el canto que es muy difícil cantar bailando o
desplazándose por el espacio de actuación; hacerlo en determinadas posturas exige un
entrenamiento previo. Por eso generalmente cuando se dan ambas actividades de mezcla el coro
con el cuerpo de baile, unos bailan y otros cantan. En los casos que estas actividades se realizan
simultáneamente, se requiere un entrenamiento especial.
Con respecto a la resonancia (fenómeno acústico), ésta debe producirse libre y espontáneamente
Para ello las partes blandas deben adoptar una posición debida, libre de tensión. Esto posibilita la
impostación; permite el juego entre las partes óseas fijas y las móviles durante el paso de la
onda sonora a la presión aérea conveniente.
No es necesario adoptar posiciones bucofaríngeas que alteren el sonido (voces engoladas o
rígidas). La relajación activa debe practicarse en toda la musculatura en juego (mandíbula floja,
lengua blanda (con punta o dorso activo, según la vocal), velo de paladar elevado), de esta forma
las cavidades de resonancia producirán normalmente su efecto acústico.
El volumen que a su vez depende de la velocidad de la salida de la presión aérea, permitirá
percibir las sensaciones de la resonancia a nivel de las mejillas y de la nariz (faciales), en tonos
más agudos y en el pecho en tonos más graves. En los puntos extremos de la intensidad (forte-
fortíssimo, pianissimo) es necesario un dominio previo de la presión abdominal y el sostén
intercostal. De lo contrario, provoca fatiga, patología cordal y escape de aire. La emisión no
posee reglas fijas, depende de cada individuo: de sus inhibiciones frente al proceso vocal, de sus
dificultades y facilidades.
Un sonido será emitido hablado o cantado libremente sin tensión, si se lo relaciona con la idea de
“aire en movimiento ascendente”. Es necesario permitir que ese aire contenido en los pulmones
pase a través de la glotis cerrada sin frenos.
Las emisiones correctas producen sensaciones específicas en los diferentes niveles, pero difusas
y leves en la laringe.
Si la emisión produce escozor, pinchazón, ardor, etc., quiere decir que los esfuerzos se
desplazaron erróneamente.
La aparición de venas o contracturas musculares en la superficie lisa del cuello es señal de
esfuerzo (hiperkinesia extra-laríngea).
La tensión de la lengua, mandíbula y músculos faciales que sólo aparecen durante el canto
(vicios fonatorios accesorios) deben ser cuidadosamente controlados (ej. Tensión lingual que
lleva la lengua hacia atrás –tracción lingual-) altera el proceso normal de resonancia.
Un cantante no suficientemente entrenado que asciende en una escala sonora sobre una vocal
abierta con una voz similar a la voz hablada (zona grave y central), sentirá al llegar a un punto de
su tesitura (variable según los registros) una sensación desagradable de escozor, tirantez y
esfuerzo laríngeo; si después de ello acomoda sus cavidades de resonancia bucofaríngeas, puede
seguir ascendiendo libremente. Este punto crítico es el pasaje vocal.
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Las sensaciones son distintas para el hombre que para la mujer: el hombre obtendrá una
coloración tímbrica más oscura después del pasaje pero continuará cantando con la llamada voz
de pecho (registro monofásico), sólo se producirá la cobertura (ampliación de la orofaringe,
acomodamiento bucofaríngeo y descenso laríngeo). Esto se asocia a cambios fisiológicos
laríngeos involuntarios como la modificación de la articulación cricotiroidea y de los músculos
tensores, haciendo que vibre solo el borde libre cordal, mientras que en la voz de pecho vibra
toda la masa de la cuerda.
En la mujer, el pasaje posibilita cambiar a su segundo registro (bifásico), percibiendo en este
punto una sensación laríngea muy particular; ella sin hacer el pasaje solo lograría unas pocas
notas más con un efecto sonoro parecido al grito. Esto le permite una extensión tonal de dos
octavas musicales o más.
El manejo de las presiones subglóticas aéreas le permitirán afinar, emitir un sonido con exacto
número de vibraciones y no producir calaturas o crecientes (desafinaciones por debajo o por
sobre el sonido deseado).
Con respecto a la dicción y a la articulación, deben ser claras y precisas pero no exageradas en
vocales ni en consonantes. En este punto debemos destacar que el desdibujamiento o exageración
de los componentes fonemáticos del habla se realizan de acuerdo a la escuela de formación vocal
que siga el cantante y/o grupo coral y al estilo o tipo de obra a interpretar.
La modulación exige la integración de todos los elementos vocales analizados. En su ejercitación
deberán controlarse las respiraciones nasales y bucales, el pujo abdominal, la libertad de emisión
y la utilización de los resonadores naturales, la articulación y la dicción.
Así se integrará el aspecto lingüístico, con la puntuación, los acentos, el ritmo y la melodía de la
frase musical.
El uso del micrófono no modifica la técnica de emisión en sus aspectos fundamentales, sólo varía
la proyección de la voz, pues no será por su propia energía. La sonoridad se modifica
artificialmente.
Otras consideraciones con el uso del micrófono son: inspirar silenciosamente, la articulación
debe ser clara, precisa y sin exagerar. En especial las consonantes explosivas /p/, /t/, /ch/, /sh/,
y /d/, deben suavizarse para evitar la saturación que producen en el mismo micrófono la
distorsión del fonema.
La técnica vocal asegura un aumento de la capacidad respiratoria, un manejo de la distribución
de esas capacidades y el reflejo de todo el flujo espiratorio en los resonadores de la cara.
Para hacer la explicación más gráfica de los desajustes del aparato vocal que pueden acarrear
patologías tomaremos el análisis de una ecuación de las licenciadas Bacot-Facal-Villazuela.

1a + 1b + 1c= 3
Donde:
1a son los mecanismos respiratorios correctos
1b son las estructuras fonadoras sin alteraciones.
1c son las estructuras supraglóticas, resonanciales y articulatorias, sin patología.
3 es el resultado fonatorio óptimo.

Si falla el mecanismo respiratorio o existe un hábito incorrecto 1a es igual a 0 lo que querrá decir
que alguno de los otros componentes de la ecuación tendrá que recargar su trabajo para obtener
el mismo resultado.

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2b + 1c= 3

Con esta ecuación habrá esfuerzo laríngeo ya que el punto “c” no participa en la producción del
sonido.
Si existen alteraciones en 1c que no permitan usar los resonadores como descarga laríngea se
pueden presentar dos tipos distintos de ecuaciones a consignar:

2ª + 1b= 3

Aquí se aumenta la presión le aire resintiendo las estructuras laríngeas.

1a + 2b=3

Se aumenta el esfuerzo laríngeo para hacerse oír.


Lo más común de ver es que haya déficit en la 1a y 1c por diversos motivos, quedando como
resultado el trabajo único de las estructuras fonadoras:

3b=3

Llevando esto a la claudicación definitiva de la laringe en disfonías de distintos tipos, causas y


gravedad.
Los errores y desajustes más notorios en la voz cantada son:
*Temblor de voz: ocurre por la mala imitación del vibrato o por un temblor de los músculos
respiratorios, de la lengua o los labios. También por emisión sin apoyo respiratorio, es decir con
deficiente reserva de aire.
*Engolamiento: se produce cuando se oscurece el timbre (armónicos excesivamente graves) a
través de la rigidez de las paredes faríngeas y la resonancia laringofaríngea. Esto provoca fatiga e
impide la articulación correcta de la palabra.
*Nasalidad: la voz nasal es un defecto producido por pereza del paladar que no se eleva lo
suficiente, produciendo escape de aire por la nariz, y por el uso excesivo de las cavidades
paranasales.
*Ataque vocal soplado: ocurre cuando la presión de la corriente aérea es insuficiente
impidiendo el cierre correcto de las cuerdas vocales y produciendo un escape de aire. Da como
resultado una voz opaca, carente de armónicos. Ocasiona muchas veces carraspeo por la
acumulación de mucosa entre las cuerdas vocales.
*Ataque brusco: se produce cuando la presión aérea y/o la cantidad de aire es excesiva para el
sonido a fonar, por lo cual la acción de las cuerdas no es elástica, produciendo un golpe glótico.
El sonido puede ser correcto luego del ataque pero esto fatiga la laringe y puede ocasionar
trastornos patológicos.
Alteraciones por causas no laríngeas: mucus sobre los pliegues de las cuerdas vocales en forma
de gotas que aparecen durante la oscilación de las mismas; edemas pequeños, siendo éstos
frecuentes en individuos alérgicos, artríticos, hipersensibles y nerviosos que realizan abuso
vocal. Generalmente se dan en cantantes populares profesionales sin entrenamiento vocal, en
donde hay exigencias excesivas en laringes constitucionalmente débiles.

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Patologías más frecuentes en el cantante

*Disfonías
Estas son causadas por:
Debilidad constitucional: pueden se generales o específicas. Cuando son detectadas por médicos
y técnicos, el paciente deberá derivar la actividad vocal hacia otras ocupaciones.
Mala técnica vocal o vocalizaciones incorrectas y abusivas: consiste en el empleo de un tono,
timbre, volumen, intensidad, apoyo respiratorio y velocidad incorrectas. Ya sea separadamente u
ocurriendo varios elementos.
El grado de disfonía varía de un individuo a otro, según sea el abuso vocal y el aspecto deficiente
de su técnica. Pueden producir leve hipotensión, hiatos, nódulos, pólipos, úlceras, cuerdas
vocales engrosadas, monocorditis.
Los síntomas típicos son: dolor, carraspera, tensión cervical y fatiga.
*Fonastenia: hay que diferenciarla de la que puede percibir el alumno al comienzo de sus
estudios vocales, y que se debe solo a la falta de ajuste a las sutilezas musculares. Esta fatiga es
leve y desaparece tras un breve período de reposo (a veces solo unas horas).
*Fatiga vocal crónica: produce alteración en el sonido resultante. Las sensaciones musculares
son de falta de fuerza para emitir, el sonido resulta débil, de poco alcance. Esto se trata de suplir
con esfuerzo vocal que no mejora el sonido y produce tensión muscular. Esta fatiga sobreviene al
poco tiempo de empezar a cantar.
Los síntomas son: sensación de malestar, presencia de cuerpo extraño en la faringe o laringe,
dolor, carraspera, falta de fuerza para emitir, dificultad para mantener el sonido o modificar su
intensidad, timbre opaco, aparición de temblor vocal por excesivo esfuerzo, varicosidades,
pequeños edemas locales, gotas de mucus, leve congestión de ambas cuerdas.
Con reposo y reeducación puede mejorar.
*Enfermedades generales: Afecciones crónicas o agudas que determinan un estado de astenia
general, con repercusión en la voz, que se produce debilitada. Ej. Carencia de vitaminas C y B.
*Enfermedades o disfunciones digestivas crónicas: Pueden disminuir el caudal respiratorio por
paresia diafragmática, dificultando por la vía refleja, la producción vocal.
Asimismo, influyen los trastornos dentarios y de faringe que pueden alterar el funcionamiento de
la musculatura fónica por vía refleja.
*Vicios fonatorios accesorios: Es el desgaste entre la voz hablada y cantada, muchas veces
sobre todo, en cantantes líricos, la voz cantada es emitida de acuerdo con principios técnicos
correctos, pero en la vida diaria no hay control de la voz conversacional, que se produce sin
impostación o en una tesitura incorrecta, o a gran volumen, con uso de risa de carcajada, que
implica golpe de glotis. Esta falta de equilibrio entre la voz diaria y la voz profesional puede, con
el tiempo, afectarla con carraspeo, mucus, fatiga o patología laríngea.
*Fonofobia: Es producida por factores psicológicos debido a la gran ansiedad de enfrentar al
público. No hay lesión orgánica, pero todo el organismo tiende a la fuga. Sus síntomas son: voz
desagradable, ronca y trémula, mala articulación y temor a cantar fuerte. En otros casos existen
causas orgánicas fugaces, que luego por vía refleja, modifican.

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*Trac vocal: Es el miedo o la angustia que siente el profesional de la voz al tener que exhibirse
ante el público, por falta de confianza en sí mismo.
Existen dos formas de trac vocal:
1) Compatible: la sintomatología es manifiesta antes de entrar a escena; con síntomas como
diarrea, salivación excesiva, poliuria, agitación motriz. Cuando debe actuar se encuentra
en perfectas condiciones.
2) Incompatible: sorpresivamente aparece en el momento de la actuación: la boca se seca, la
voz queda sin volumen y se quiebra, la lengua es tosca, la mente queda en blanco, sin
memoria y sin ideas. Predomina el simpático. Se aconseja tratamiento psiquiátrico y
mayor frecuencia de ensayos.
*Disfonía hipokinética: sus síntomas son tensión cervical, mal cierre cordal o hiatos
generalmente del tercio posterior u ojal, voz descendida (agravada), poca resonancia facial con
excesivo uso de resonancia laringe pectoral y falta de armónico agudos.
*Disfonía Conversiva: Es un cuadro más frecuente en mujeres, de inicio súbito, asociado a un
evento precipitante, en el cual no hay historia de enfermedad laríngea previa (tabaco, cuadro
catarral). Se presenta como síntoma aislado sin otros síntomas acompañantes. La calidad de la
voz es variable, siendo lo más clásico la afonía, pudiendo también haber voz áspera, disfonía
severa, tono restringido. Existe disociación de funciones indisociables: risa, tos, carraspeo están
conservados en su sonoridad. La alteración de la voz es estable, no fluctuante ni intermitente. En
la laringoscopía podemos encontrar normalidad, hipotonía con imagen de seudoparálisis o hiato
longitudinal.
El paciente al hablar del síntoma cambia la voz, baja el volumen, se hace inestable al igual que al
hablar del evento precipitante.
De base siempre hay cuadros psiquiátricos graves como incesto, depresión mayor, muerte de u
familiar, abandono, etc. Siempre hay una ganancia secundaria que por lo tanto es inconciente,
con trastornos de la personalidad. Por lo tanto, debe enfrentarse pensando que la disfonía es sólo
un síntoma de algo más grave y no la enfermedad en sí.
*Disfonía músculo tensional (DMT):

Estos pacientes presentan una tensión laríngea aumentada, con laringe elevada, tensión
suprahioidea, ataque glótico duro, voz soplada, con cuerdas vocales tensas, constricción del
diámetro antero posterior de la laringe y juego de bandas ( pudor laríngeo), hiato fonatorio
posterior, presencia de edema y eritema de cuerdas vocales. Si esta situación se mantiene lleva a
cambios en la mucosa cordal que es lo que definimos como alteraciones orgánicas de base
funcional. El manejo es multidisciplinario, colaborando el otorrino, fonoaudiólogo y psicólogo-
psiquiatra, ya que muchas veces esto es la manifestación de conflictos no resueltos.
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*Muda vocal incompleta o puberfonía:
Constituye la incapacidad de eliminar el tono agudo de la pubertad y sustituirlo por el tono más
grave de la postpubertad y edad adulta, en presencia de una laringe normal.
El falsete de la muda es un problema que sólo se ve en los varones.
La etiología de esta afección es casi siempre psicógena, con rechazo a la imagen adulta y una
madre dominante.
La laringe es perfectamente capaz de producir el tono más grave normal de los adultos
masculinos.
Los síntomas son un tono agudo, soplado y ronco. La voz de tono más agudo es producida por
una laringe que se eleva en el cuello o que se inclina hacia abajo. Esta postura laríngea pone las
cuerdas vocales en un estado de laxitud y al intentar el paciente la fonación, los aritenoides se
aducen tan tensamente que el tercio posterior de las cuerdas vocales no puede vibrar y el
músculo tiroaritenoídeo es incapaz de contraerse. Esta postura fonatoria hace que sólo vibre el
tercio anterior de las cuerdas vocales.
El pronóstico del tratamiento foniátrico para mejorar la voz es excelente. Se practican maniobras
manuales para bajar la laringe y hacer que el paciente escuche su nueva voz.
Debe descartarse un trastorno endocrinológico con alteración de la maduración sexual; también
una pérdida severa de la audición impide a la persona percibir los cambios de su voz. Además
debe descartarse enfermedades neurológicas durante la pubertad que puedan provocar debilidad
de las cuerdas vocales.
*Laringitis crónica

La laringitis crónica se define como un proceso inflamatorio a nivel laríngeo con una evolución
prolongada en el tiempo y no originado por una lesión tumoral subyacente. Distinguimos entre
las formas primarias y aquellas formas secundarias a procesos inflamatorios granulomatosos,
infecciones micóticas o alteraciones sistémicas (García-Tapia, 1996)

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*Hematoma de cuerda vocal:

Son lesiones uni o bilaterales que aparecen tras un sangrado procedente de los vasos sanguíneos
subepiteliales de la cuerda vocal; el cúmulo de sangre se produce, por lo tanto, en la capa
superficial de la lámina propia La disfonía de presentación aguda es el dato más frecuente, en
ocasiones pueden ser asintomáticos. Deben considerarse una urgencia laringológica en los
profesionales de la voz (García- Tapia, 1996).
*Nódulos vocales: Los nódulos vocales constituyen uno de los trastornos más comunes en las
personas que abusan de su voz. Si bien pueden presentarse a cualquier edad, son más frecuentes
entre niños varones y mujeres adultas. Suele ser el temor de los cantantes, aunque muchas veces
no interfieren en la producción de la voz. Los nódulos suelen presentarse con relativa
frecuencia en profesores, actores, telefonistas, entrenadores, cantantes, etc.

Se forman en los dos tercios anteriores de las cuerdas vocales y siempre son bilaterales. La causa
de los nódulos es el traumatismo vocal por esfuerzo vocal, que al aumentar la tensión y
prolongarse en el tiempo, produciría congestión vascular, edema y hemorragia submucosa. Son
lesiones frecuentes en personas que utilizan su voz con mala técnica vocal. Las causas de
aparición son: esfuerzo prolongado o fatiga, mala clasificación vocal (cantar fuera del registro),
deficiente técnica vocal. Los síntomas son: voz velada u opaca, voz con soplo aéreo superpuesto,
tos improductiva, la fonación empeora a lo largo del día y mejora luego del descanso. La voz
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hablada y la voz cantada se encuentran afectadas. Para superar estas dificultades el paciente
habla con más esfuerzo, carraspea con frecuencia para eliminar el mucus persistente y molesto.
La voz cantada tiene dificultad al principio en el pasaje, en las notas pianissimas y en los tonos
agudos. Luego los filados se hacen incorrectos, algunas notas se rompen con un “gallo”, el
falsete resulta progresivamente más dificultoso.
Finalmente la voz se hace más ronca para todos los tonos, pobre en armónicos y en el vibrato,
metálica y estridente en los agudos, las notas no pueden ser sostenidas, el ataque es áspero y
puede producir un golpe de glotis.
Si luego del tratamiento se persiste en las conductas abusivas, pueden reaparecer.
El tratamiento foniátrico es indispensable, consiste en la corrección de los defectos que
originaron la patología.
En lo que respecta al canto, sería conveniente que los ejercicios de agilidad, así como los de
extensión de la tesitura hacia las notas más agudas se dejen para las últimas etapas de
recuperación. Conviene no volver al repertorio normal antes de uno o dos meses de vocalización
satisfactoria.

*Úlcera de contacto o granuloma:

Es una patología poco frecuente, producida por irritación crónica y formación de tejido de
granulación en el tercio posterior de la cuerda vocal. Se observa en pacientes que realizan
excesivo esfuerzo para hablar, con reflujo gastroesofágico e hiperacidez gástrica y tos crónica.
Por lo general el bilateral, siendo más común en hombres de 40 a 60 años, que fuerzan su voz
(consumidores de tabaco y alcohol).
Son pacientes que tienen molestias para tragar y hablar, sensación de cuerpo extraño, carraspeo
por la necesidad de aclarar la voz y fatiga vocal. A veces sienten dolores que se sienten a nivel
del cartílago tiroides. Por lo general la disfonía es leve, porque afecta el tercio posterior de las
cuerdas vocales.
La voz presenta un inicio duro y repentino, es tensa y a veces con soplo, debido a que el paciente
trata de evitar el choque de los cartílagos aritenoides por el dolor que éste provoca (Jackson-
Menaldi, 2002

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*Quiste intracordal:

Existen dos tipos de quiste intracordal. El primero se debe a la obstrucción de una glándula con
retención de material mucoso. El segundo es un quiste de tipo epitelial. Ambos se localizan en el
espacio de Reinke, justo por debajo del epitelio escamoso y raramente en el músculo. Los quistes
intracordales son difíciles de diferenciar de los pólipos o nódulos pequeños. Presentan ronquera
y, a medida que crecen, aparece diplofonía. Refieren disminución de capacidad vocal.
Por lo general son unilaterales, pero casi siempre se observa un edema asociado en la cuerda
vocal opuesta (Jackson-Menaldi, 2002).
*Parálisis de cuerda vocal:

La parálisis de las cuerdas vocales es la incapacidad de mover los músculos que controlan las
cuerdas vocales. Esta parálisis puede estar producida por trastornos cerebrales, como tumores en
el cerebro, ataques cerebro vasculares y enfermedades desmielinizantes, o lesiones en los nervios
que llegan a la laringe. El daño nervioso puede estar causado por tumores, lesiones, una
infección vírica de los nervios o neurotoxinas (sustancias que envenenan o destruyen el tejido
nervioso), como el plomo o las toxinas producidas en la difteria. La causa más frecuente de
parálisis unilateral de recurrente, es la cirugía de cuello, principalmente de tiroides, en la que
puede ocurrir traumatismo o sección neural. Estas lesiones son de buen pronóstico de
recuperación, con tratamiento fonoaudiológico. La parálisis de las cuerdas vocales puede afectar
al habla, la respiración y la deglución. Este trastorno produce el paso de los alimentos y de los
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líquidos hacia la tráquea y los pulmones. Si se ha paralizado sólo una cuerda vocal (parálisis
unilateral), la voz es ronca y entrecortada. Por lo general, la vía respiratoria no resulta obstruida
porque la cuerda normal que se encuentra al otro lado se abre lo suficiente. Cuando ambas
cuerdas vocales quedan paralizadas (parálisis bilateral), la voz se reduce en fuerza pero sigue
sonando normal. Sin embargo, el espacio entre las cuerdas paralizadas es muy pequeño y la vía
respiratoria se obstaculiza, por lo que incluso un ejercicio moderado causa dificultades
respiratorias y un sonido ronco y agudo con cada respiración.
*Pólipo unilateral:

Es una patología muy frecuente en los hombres. Su etiología no está completamente aclarada,
pero se observa en personas que abusan de su voz, en pacientes con medicación anticoagulante,
hipotiroidismo, o pueden ser de origen inflamatorio, alérgico, inmunológico o traumático. Existe
una incidencia de un 80% de pólipos en personas fumadoras.Son pacientes con disminución de
su rango tonal (tono bajo) y ronquera crónica. La voz se puede romper bruscamente, algunos
presentan diplofonía y, en menos casos, disnea (Jackson-Menaldi, 2002).
*Edema de Reinke:

El edema de Reinke ha sido asociado con fumadores y a veces con personas que abusan de su
voz. Otros consideran que uno de los síntomas del reflujo gastroesofágico es el edema de las
cuerdas vocales. Es bilateral, raramente se observa en una cuerda vocal y ocurre más en varones
mayores de 40 años. Se puede observar también en el hipotiroidismo. El paciente refiere disfonía
crónica, voz con tono bajo, tanto en el hombre como en la mujer y en algunas ocasiones puede
producir obstrucción respiratoria. Las mujeres se quejan de voz masculinizada y los cantantes de
disminución del registro vocal (Jackson-Menaldi, 2002).

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