Vicente Barbieri (1903 – 1956) alta, serena, bella,
cuando de mano en mano corre y corre,
De FÁBULA DEL CORAZÓN (1939)
FÁBULA DEL CORAZÓN (frag.)
Aquí nace la historia
de mi obstinado mundo,
corazón de la fábula que digo.
Mi tierra transitoria,
el afán sin segundo
y el ángel de ceniza, van conmigo.
La estrella que persigo
interpreta la pena
del corazón del pan y la azucena. .
Estas palabras son
la verdad vertical
que sobre un mundo horizontal avanza.
Verdad del corazón
profundo del panal,
segura calidad de mi esperanza:
la bienaventuranza
de mi humano desvelo
vio señales en tierra, mar y cielo.
Esto trajo a la vida.
Este lenguaje duende
aprendido del nardo y de la encina
conoce la escondida
leyenda que se aprende
en la cruz, en la frente y en la espina.
Y sabe de la fina
atención de la hiedra
para la ánima yerta de la piedra.
Mi blanco resplandor,
mi servicia! estrella
sobre el valle y el mar y la alta torre.
Y mi encantada flor
(¡Ay!, yo sé que en mi torre
mi mágica flor, era
nacida dentro de una calavera).
De CORAZÓN DEL OESTE (1941)
LA BALADA DEL RIO SALADO (Frag)
nace en provincia verde y espinosa.
L.J. De TEJEDA Y GUZMÁN (Siglo XVII)
Era en la infancia, en juncos y rocíos,
cuando lo vi pasar, arrodillado.
Mojaba soles y castillos fríos
en relatos de tiempo lloviznado.
¡Ay!, ya sé que mi jugo enamorado
fue de tiempo mejor, tiempo de ríos.
Y su sabor, amor de vieja andanza,
doliendo sigue en tiempo transferido.
En hierro antiguo y pesadumbre avanza
por un correr callado y dolorido
en grises campos y poniente ardido,
con mi ribera y puente de esperanza.
¡Qué poniente mejor, qué resignados
sus sauces de oración, líquida pena,
sus cirios, en la noche, con ahogados,
su fábula y pasión, sobre la arena,
y su estrella magnífica y serena
sobre luces de peces acerados!
Yo miraba sus cosas, sus trigales,
sus doloridas amapolas, vivas,
y sus aguas verdosas y carnales,
briznas y mariposas fugitivas,
insectos musicales, siemprevivas,
espumas de verdor, y pedernales.
De NUMERO IMPAR (1943)
ESTANCIAS DE AGONÍA (Frag.)
1 Tercer premio nacional de poesía), El bailarín
Gracias, antiguos seres, ¡oh incesante
llegar de inmemoriales mensajeros!
Escala firme, calma numerosa,
líquido pulso, mar innominado.
Elaborada forma de las cosas,
en el fruto, en el péndulo, en las sienes,
que apenas se alce el canto ya madure
en su verdad. Que el puente de su niebla
se tienda en lumbre, en sólidos posibles.—
Esta agonía dadme, esta evidencia,
para que el dios más lúcido me observe.
VICENTE BARBIERI
Nació en 1903 en Alberti, provincia de Buenos
Aires, y murió en 1956. Colaboró en Verde
Memoria. Obra poética: Fábula del corazón
(1939), Nácarid Mary Glynor (1939), Árbol
total (1940), El bosque persuasivo (1941),
Corazón del oeste (1941). La columna y el
viento (1942, Primer premio municipal),
Número impar (1943), Cabeza yacente (1945),
Cuerpo austral (1945), Anillo de sal (1946,
(1953, Primer premio nacional de poesía 1957),
Obra poética (1961). Publicó asimismo varios
relatos: El río distante (1945, Faja de honor de.
la SADE), Desenlace de Endimión (1951,
Premio Sarmiento de la SADE en 1952), El
intruso (1958) y una obra de teatro: Facundo en
la Ciudadela (1956).