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Aprendizaje I. Se refiere a la clase de fenómenos que pueden clasificarse adecuadamente como cambios en el aprendizaje
0. Existe el fenómeno de la habituación: el cambio que lleva desde el responder a cada presentación de un acontecimiento
repetido hasta el no responder manifiestamente. Está también la extinción o pérdida de la habituación, que puede ocurrir
como resultado de un hiato más o menos largo u otra interrupción en la secuencia de repeticiones del acontecimiento
estímulo (p. 202).
La noción de contexto repetible es una premisa necesaria para cualquier teoría que defina el aprendizaje como un cambio.
Esta noción no. es un mero instrumento de nuestra descripción, sino que contiene la hipótesis implícita de que, para los
organismos que estudiamos, la secuencia de experiencia vital, acción, etcétera, está de alguna manera segmentada o
puntuada en sus secuencias o "contexto", que pueden ser equiparados o diferenciados por el organismo.(…) En el
Aprendizaje I, cada ítem de percepción o conducta puede ser estímulo o respuesta o refuerzo, según como esté puntuada
la secuencia total de interacción. (p. 205)
Aprendizaje II. En la literatura especializada se han propuesto diversos términos para designar distintos fenómenos de
ese orden: "deuteroaprendizaje", "aprendizaje de conjuntos", "aprender a aprender" y "transferencias de aprendizaje".
Recapitularemos y ampliaremos las definiciones dadas hasta aquí.
• El Aprendizaje cero se caracteriza por la especificidad de la respuesta, la cual, acertada o equivocada, no está sujeta
a corrección.
• El Aprendizaje I es un cambio en la especificidad de la respuesta mediante la corrección de los errores de elección
dentro de un conjunto de alternativas.
• El Aprendizaje II es el cambio en el proceso de Aprendizaje I, por ejemplo, un cambio correctivo en el conjunto de
alternativas entre las cuales se hace la elección, o es un cambio en la manera como se puntúa la secuencia de
experiencias.
• El Aprendizaje III es un cambio en el proceso de Aprendizaje II, por ejemplo, un cambio correctivo en el sistema de
conjuntos de alternativas entre las que se hace la elección. (… )
• El Aprendizaje IV sería un cambio en el Aprendizaje III, pero probablemente no se presenta en ningún organismo,
viviente adulto que exista sobre nuestra tierra. Sin embargo, el proceso evolutivo ha creado organismos cuya
ontogenia los lleva al Nivel III. La combinación de la filogénesis con la ontogénesis, de hecho, alcanza el Nivel IV.
(p. 206)
En el caso pavloviano: Si el estímulo y cierto lapso: entonces, refuerzo. En el caso de la Recompensa Instrumental: Si
estímulo y un ítem particular de conducta: entonces, refuerzo.(…) decimos que se ha producido Aprendizaje II si puede
mostrarse que la experiencia de uno o. más contextos del tipo pavloviano tiene como resultado que el animal actúe en
algún atro contexto posterior como si éste, también, tuviera el patrón de dependencia pavloviano. (p. 207)
Hay por lo menos cuatro campos de experimentación en los cuales se ha registrado cuidadosamente el Aprendizaje II:
a) aprendizaje memorístico humano,
b) "aprendizaje situado"
c) "aprendizaje revertido"
d) "neurosis experimental" (p. 209).
• Ninguna persona es "habilidosa" o "dependiente" o "fatalista" en el vacío. Su característica, cualquiera sea, no es suya
sino más bien una característica de lo que acontece entre él y alguna otra cosa o persona (p. 207).
• En psicoterapia, el Aprendizaje I está ejemplificado de la manera más conspicua por los fenómenos de la
"transferencia". La teoría freudiana ortodoxa sostiene que el paciente traerá inevitablemente a la terapia nociones
erradas acerca de su relación con el terapeuta. Estas nociones (conscientes o inconscientes) serán de tal índole, que el
paciente actuará y hablará de una manera que presionará al terapeuta para que responda de modos que se asemejarán a
la imagen que trae el paciente sabré la manera como alguna otra persona (usualmente un progenitor) lo trató en el
pasado cercano o remoto (p. 211).
• Es común observar que gran parte del Aprendizaje II que determina los patrones de transferencia del paciente y, por
cierto, determina también gran parte de la vida de relación de todos los seres vivientes, a) data de la primera infancia,
y b) es inconsciente. Ambas generalizaciones parecen correctas, y ambas requieren alguna explicación. (…)Afirmamos
que lo que se aprende en el Aprendizaje II es una manera de puntuar los acontecimientos. Pero una manera de puntuar
no es ni verdadera ni falsa. En las proposiciones de este aprendizaje no está contenido nada que pueda verificarse por
contraste con la realidad. Es como una imagen que se ve en una mancha de tinta; no admite corrección ni incorrección.
Es sólo una manera de ver la mancha de tinta.(p. 211)
• En suma, esta característica de autovalidarse que posee el contenido del Aprendizaje II tiene por efecto que un
aprendizaje así sea inerradicable. Se sigue que el Aprendizaje II adquirido en la primera infancia probablemente perdure
toda la vida. Inversamente, tenemos que esperar que muchas de las características importantes de la puntuación de un
adulto tengan sus raíces en la infancia (p. 212).
Aprendizaje III. (…)afirmamos que algo así se produce de tiempo en tiempo en la psicoterapia, la conversión religiosa y
otras secuencias donde tiene lugar una reorganización profunda del carácter. (…) Que los psicaterapeutas estén en
condiciones de ayudar a sus pacientes aun cuando más no sea a reemplazar las premisas adquiridas mediante el Aprendizaje
II, es ya una hazaña no despreciable, cuando consideramos el carácter de autovalidantes que tienen esas premisas y su
naturaleza más o menos inconsciente. Pero de que hasta aquí pueda llegarse, no cabe duda (p. 212).
• Es un lugar común de la psicología del aprendizaje que, si bien el sujeto aprenderá (Aprendizaje I) con mayor
rapidez si se lo refuerza cada vez que responde correctamente, tal aprendizaje de-parecerá con bastante celeridad
si cesa el refuerzo. Si, en cambio, el refuerzo es sólo ocasional, el sujeto aprenderá más lentamente, pero el
aprendizaje resultante no se extinguirá fácilmente cuando cese totalmente el refuerzo. En otras palabras, el sujeto
puede aprender (Aprendizaje II) que el contexto es de tal suerte, que la ausencia de refuerzo no significa que su
respuesta haya sido errónea o. equivocada (p. 213).
• Si me detengo en el nivel del Aprendizaje II, "Yo" soy un agregado de esas características que denomina mi
"carácter". "Yo" soy mis hábitos de actuar en el contexto y de configurar y percibir los contextos en los que actúo.
La personalidad es un producto o agregado de Aprendizaje II. En el grado en que un hombre alcanza el Aprendizaje
III y aprende a percibir y actuar en términos de los contextos de contextos, su "persona" dejará, de alguna manera,
de tener importancia. El concepto de "persona" no funcionará ya como argumento nodal en la puntuación de la
experiencia (p. 214).
• Una marsopa recibe un pescado del adiestrador cuando hace lo que éste quiere. En el nivel I. el hecho del pescado
es conectado con la "rectitud" de la acción particular. En el nivel II, el hecho del pescado confirma la comprensión
que la marsopa tiene de su relación (posiblemente instrumental o dependiente) con el adiestrador. Y adviértase
que, en este nivel, si la marsopa odia o teme al adiestrador, el dolor que recibe de éste puede ser un refuerzo
positivo que confirme ese odio … Pero qué sucede con el "refuerzo" en el nivel III (para la marsopa o. para el
hombre)? Si, como sugerí anteriormente, el animal es llevado al nivel III por "contrarios" generados en el nivel II
entonces podemos esperar que la resolución de esos contrarios es lo que constituirá el refuerzo positivo en el nivel
III. Tal resolución puede revestir muchas formas. (p. 215)
● Estas consideraciones llevan a clasificar tanto los genotipos como los cambios ambientales en términos del precio
que exigen a la flexibilidad del sistema somático. Un cambio letal, sea en el ambiente o en el genotipo, es
simplemente un cambio que exige modificaciones somáticas que el organismo no puede llevar a cabo.
● Pero el precio somático de un cambio determinado no puede depender de manera absoluta del cambio de que se
trata sino de la gama de flexibilidad somática de que el organismo dispone en un determinado momento. Esa
gama, a su vez, dependerá de qué monto de flexibilidad somática se está empleando ya en la adaptación a otras
mutaciones o cambios ambientales. Nos encontramos frente a una economía de la flexibilidad que como cualquier
otra economía, se tornará determinante para el curso de la evolución si y sólo si el organismo opera cerca de los
límites impuestos por su economía.
Hay otro punto, referente a estos cambios somáticos reversibles, que tiene especial interés. Entre los organismos
superiores no es inusual encontrar que existe lo que podríamos llamar una "defensa en profundidad" contra las demandas
ambientales:
● Si un hombre es trasladado del nivel del mar hasta los 3.000 metros de altura, es posible que comience a jadear y
que su corazón se agite. Pero estos primeros cambios son prontamente reversibles: si desciende ese mismo día,
desaparecerán de inmediato. Pero si permanece en esa altura tan elevada, aparece una segunda línea de defensa.
Se aclimatará lentamente, como resultado de cambios fisiológicos complejos. Su corazón dejará de agitarse y
dejará de jadear, a menos que haga algún esfuerzo especial. Si entonces regresa al nivel del mar, desaparecerán
las características de la segunda línea de defensa, con bastante lentitud, y hasta es posible que nuestro hombre
experimente cierta molestia.
● Una "defensa en profundidad" análoga puede verse con claridad en el campo de la conducta. Cuando nos
encontramos por primera vez frente a un problema nuevo, lo manejamos o por medio del ensayo y del error o
posiblemente mediante la intuición. Posteriormente, y de manera más o menos gradual, formamos el "hábito" de
actuar de la manera que en la experiencia anterior obtuvo una recompensa. Proseguir empleando la intuición o el
ensayo y el error en esta clase de problemas sería un derroche. Estos mecanismos pueden reservarse ahora para
otros problemas.
El problema de la economía comunicacional se torna aun más serio cuando observamos que los circuitos homeostáticos
de un organismo no están separados sino entrelazados de una manera compleja; por ejemplo, los mensajeros
hormonales, que desempeñan un papel en el control homeostático del organismo A afectarán también los estados de los
órganos B, C y D. Por ello, cualquier carga especial del circuito que en un momento dado controla a A, afectará también
los estados de los órganos B, C y D. Cualquier carga especial que en un momento dado se produzca en el circuito que
controla a A disminuirá, por consiguiente, la libertad del organismo para controlar a B, C y D. (…)Si las prejirafas
hipotéticas que portan el gene muíante "cuello largo" pudieran conseguir también el gene "corazón grande", sus
corazones se agrandarían sin necesidad de emplear las vías homeostáticas del cuerpo para lograr y mantener este
alargamiento. Tal mutación tendrá valor de supervivencia no porque permita a la prejirafa suministrar a su elevada
cabeza la sangre suficiente, ya que esto se había conseguido previamente por el cambio somático, sino porque aumenta
la flexibilidad general del organismo, capacitándolo para sobrevivir a otras exigencias que pueden plantearle el cambio
ambiental o genotípico. (…) Parecería, por consiguiente, que el proceso de la evolución biológica podría ser continuo si
hubiera alguna clase de mutaciones u otro cambio genotípico que simulara la herencia lamarckiana. La función de estos
cambios consistiría en lograr mediante un "decreto" genotípico aquellas características que el organismo está obteniendo
ya en un momento dado por medio del método antieconómico del cambio somático. (p. 242)
Baldwin opinó que en la selección natural debíamos tomar en cuenta no. sólo la acción del ambiente externo sino
también lo que él denominó "selección orgánica'', en la cual la suerte de una variación dada dependería de su viabilidad
fisiológica. (…)De acuerdo con esta hipótesis, el cambio genotípico de un organismo resulta comparable al cambio
legislativo en una sociedad. Un legislador prudente sólo de manera muy excepcional establecerá una regla enteramente
nueva de conducta lo más común es que se limite a sancionar en la ley lo que ya había llegado a ser costumbre en el
pueblo. Una regla innovadora sólo puede introducirse a costas de activar y quizá sobrecargar un gran número de
circuitos homeostáticos existentes en la sociedad. (p. 243)
¿Cómo actuaría un proceso hipotético de evolución si la herencia lamarckiana fuera la norma, es decir, si las
características obtenidas mediante la homeostasis somática fueran heredadas? La respuesta es simple: no actuaría en
absoluto, por las razones siguientes:
1) El problema gira en torno del concepto de economía en el uso de los circuitos homeostáticos, y sería la antítesis de lo
económico fijar mediante el cambio genotípico todas las variables que acompañan una determinada característica
deseable ya obtenida homeostáticamente.
2) La herencia lamarckiana perturbaría la secuencia y distribución temporal (timing) de los procesos de los que por
necesidad depende la evolución, de acuerdo con la presente hipótesis.
En todos los sistemas de esta clase, que van desde el termostato doméstico hasta los sistemas de gobierno y
administración, es importante que el sistema de control de orden superior vaya retrasado respecto de las secuencias de
acontecimientos que tienen lugar en el circuito homeostático periférico. En la evolución están presentes dos sistemas de
control: las homeostasis del cuerpo, que se ocupan de la tensión interna tolerable, y la acción de la selección natural
sobre los integrantes no, viables (genéticamente) de la población. Desde el punto de vista de la ingeniería, el problema
consiste en limitar la comunicación procedente del sistema somático reversible, de orden inferior, y dirigida hacia el
sistema genotípico, irreversible, de orden superior. (p. 243)
Es una gran tragedia que la controversia lamarckiana haya desviado la atención de los genetistas del fenómeno de la
adaptabilidad somática. Después de todo, los mecanismos, los umbrales y los máximos del cambio fenotípico individual
por efecto de la tensión deben con seguridad estar genotípicamente determinados. (p. 244)
(…)qué respaldo empírico puede existir para algunas de las proposiciones que son fundamentales para la hipótesis?
1) Que los fenómenos de la adaptación somática pueden describirse adecuadamente en términos de una economía de la
flexibilidad.
2) Que esta economía de la flexibilidad tiene la estructura lógica descripta anteriormente: cada exigencia sucesiva
planteada, a la flexibilidad fracciona el conjunto de posibilidades disponibles.
3) Que el cambio genotípico innovador por lo común plantea exigencias a la capacidad adaptativa del soma.
4) Que las innovaciones genotípicas sucesivas plantean exigencias multiplicativas al soma.
5)Que las características adquiridas inducidas ambientalmente, pueden bajo condiciones de selección adecuadas, ser
reemplazadas por características similares que están determinadas genéticamente.
6) En general, es mayor la economía de flexibilidad cuando se obtiene una característica dada mediante cambio genotípico
y no mediante cambio somático.
● En resumen: En general, el logro somático del cambio es antieconómico, porque el proceso depende de la
homeostasis, es decir, de circuitos íntegros de variables interdependientes. Se sigue que la herencia de las
características adquiridas resultaría letal para el sistema evolutivo porque fijaría los valores de esas variables a todo
lo largo de los circuitos. Pero el organismo o la especie se beneficiaría (en términos de supervivencia) con un cambio
genotípico que simulara la herencia lamarckiana, es decir, que generase el componente adaptativo de la homeostasis
somática sin afectar a la totalidad del circuito homeostático. Semejante cambio genotípico (erróneamente
denominado "el efecto de Baldwin") otorgaría preferencia a la flexibilidad somática, con lo cual tendría un marcado
valor de supervivencia. (p. 249)
● (…) mi primera expectativa al estudiar la comunicación de los delfines es que ésta demuestre poseer la
característica general de los mamíferos, es decir, versar primariamente sobre las relaciones. Esta premisa es por
sí misma, quizá, suficiente para explicar el desarrollo esporádico de cerebros de gran tamaño entre los
mamíferos. (p.251) No nos debemos quejar de que, como los elefantes no hablan y las ballenas no inventan
trampas para ratones, estos seres no sean manifiestamente inteligentes. Lo único que se necesita suponer es que
estos seres de grandes cerebros fueron, en alguna etapa de su evolución, suficientemente imprudentes como para
entrar en el juego de la relación, y que una vez que la especie se encontró entrampada en este juego de
interpretar la conducta de un miembro para con otro como algo pertinente para este tema complejo y vital,
surgió un valor de supervivencia en favor de los individuos que pudieran jugar este juego con mayor ingenio o
mayor prudencia. Es pues, razonable esperar que entre los cetáceos se dé una alta complejidad de
comunicación. Como son mamíferos, podemos esperar que su comunicación versará sobre —y se efectuará
primariamente, en términos de— los patrones y contingencias de la relación. Como son animales sociales y de
cerebros grandes, podemos esperar un alto grado de complejidad en su comunicación. (p.252)
Consideraciones metodológicas
● Un sencillo experimento de discriminación, como el que se efectuó en los laboratorios Lilly, y sin duda también
en otras partes, incluye una serie de pasos: 1) el delfín puede o no percibir una diferencia entre los objetos
estímulo X e Y; 2) el delfín puede percibir o no que esta diferencia es una señal relacionada con la conducta; 3)
el delfín puede percibir o no que la conducta mencionada tiene un efecto positivo o negativo sobre el refuerzo,
es decir, que "la buena conducta" del delfín va seguida de un pescado; 4) el delfín puede decidir o no actuar
"bien" aun después de saber qué es lo correcto. El éxito en los tres primeros pasos sólo proporciona al delfín un
nuevo punto de elección. Este grado extra de libertad tiene que ser el primer punto donde se centre nuestra
investigación. Y debe serlo por razones metodológicas. (p. 252)
● Bastante curiosamente, aunque los seres humanos son plenamente capaces de dar el paso 4, los psicólogos que
trabajan con sujetos humanos han podido estudiar los pasos 1 a 3 sin preocuparse de manera especial por excluir
las confusiones que introduce este hecho. Si el sujeto humano "tiene una actitud de cooperación y está sano", de
ordinario responde a la situación experimental reprimiendo la mayoría de sus impulsos de modificar su conducta
de acuerdo con su visión personal de su relación con el experimentador. Las palabras "actitud cooperativa" y
"sano" implican cierto grado de coherencia en el nivel que corresponde al paso 4. El psicólogo trabaja mediante
una suerte de petitio principii: si el sujeto tiene una actitud de cooperación y está sano, el psicólogo no necesita
preocuparse de los cambios que se produzcan en esas reglas. El problema metodológico se torna por completo
diferente cuando el sujeto no coopera, es un psicópata, esquizofrénico, un niño, malcriado o un delfín. Quizá la
característica más fascinante de este animal se derive precisamente de su capacidad para funcionar en este nivel
relativamente alto, habilidad que está aún por demostrar.
● Hay una anécdota del doctor Samuel Johnson. Una señora algo tonta hizo hacer a su perro algunas pruebas en
presencia de aquél. El doctor no pareció asombrarse. La señora comentó: "Pera, doctor Johnson, piense lo difícil
que es para el perro". El doctor Johnson respondió: "¿Difícil, señora? ¡Ojalá fuera imposible!". Lo asombroso en
las pruebas circenses es que el animal pueda renunciar a emplear una porción tan grande de su inteligencia y al
mismo tiempo retener tanta como para llevar a cabo la prueba. Creo que la inteligencia consciente es el ornato
más grande de la mente humana. Pero muchas autoridades, desde los maestros del Zen hasta Freud, insistieron
en el carácter creador del nivel menos consciente y acaso más arcaico. (p. 253)
Planes de investigación
La parte más especulativa de este trabajo es el análisis de planes para someter a prueba y ampliar este cuerpo de
hipótesis. Me guiaré por las siguientes suposiciones heurísticas:
1) La epistemología en cuyos términos están construidas las hipótesis no está ella misma sujeta a comprobación
empírica.
2) Ni siquiera sabemos qué aspecto podría tener un sistema digital primitivo para el comentario de los patrones de
relación, pero podemos conjeturar que no sería semejante a un lenguaje de "cosas". (Es más probable que se asemejara a
la música.)
3) El primer requisito, pues, es identificar y clasificar las variedades y los componentes de la relación existente entre
estos animales, mediante el estudio etológico detallado de sus acciones, interacciones y organización social. Los
elementos de que están construidos estos patrones están sin lugar a dudas presentes aún en la cinética y las acciones de la
especie.
4) No cabe duda de que, de la misma manera como la conducta del jefe de la manada de lobos nos indica que entre los
lobos el "dominio" está metafóricamente relacionado con el destete, también los delfines nos mostrarán sus metáforas
para "dominio", "dependencia" y otras funciones n.
5) A medida que comencemos a comprender el sistema metafórico de los delfines nos resultará posible reconocer y
clasificar los contextos de su vocalización. Llegados a este punto, las técnicas estadísticas para descifrar los códigos
pueden, concebiblemente, resultar útiles.
6) Las suposiciones respecto de la estructura jerárquica del proceso de aprendizaje — sobre las que se basa la totalidad
de este trabajo— proporcionan fundamentos para distintos tipos de experimentación.
Introducción
● Hace casi ochenta años, mi padre, William Bateson, se fascinó con el fenómeno de la simetría y regularidad
metamérica tal como se pone de manifiesto en la morfología de los animales y las plantas. (…) En el intento de
demostrar la existencia de una clase de orden que los biólogos de su época habían en gran medida ignorado, lo
guiaba la noción, nunca formulada con claridad, de que el lugar donde buscar la regularidad en la variación debía
ser precisamente allí donde la variación ejercía su impacto sobre lo que ya era regular y repetitivo. (…)Para
emplear el lenguaje de nuestros días, podríamos decir que buscaba a tientas aquellas características ordenadas de
los seres vivientes que ilustran el hecho de que los organismos evolucionan y se desarrollan dentro de limitaciones
comunicacionales cibernéticas, organizacionales y de otras índoles. Para este estudio acuñó la palabra "genética".
(p. 259)
● (…)en el curso de su búsqueda se tropezó con una generalización que él llamó "descubrimiento", y se la llegó a conocer
como la "Regla de Bateson", y sigue siendo uno de los misterios no explicados de la biología. (…)Brevemente: la Regla
de Bateson en su versión más simple afirma que cuando, un apéndice lateral asimétrico (por ejemplo, una mano
derecha) es reduplicado, el miembro resultante reduplicado será bilateralmente simétrico, estando formado por dos
partes, cada una de las cuales es una imagen especular de la otra, y colocadas de tal manera que puede imaginarse entre
ellas un plano de simetría.
1) Un huevo de rana no fertilizada es simétrico radialmente con polos animal y vegetal, pero sin diferenciación de sus
radios ecuatoriales. Ese huevo se desarrolla transformándose en un embrión bilateralmente simétrico, ¿pero cómo elige
un meridiano para que sea el plano de simetría bilateral de ese embrión? La respuesta es conocida: el huevo de rana
recibe información desde el exterior. (p. 260)
2) Observamos, pues, que en los sistemas biológicos el pasa que lleva desde la simetría radial a la bilateral exige
comúnmente un elemento de información procedente del exterior. Pero es concebible que algunos procesos divergentes
puedan ser excluidos por diferencias minúsculas y distribuidas al azar, por ejemplo, entre los radios del huevo de rana.
3) Consideraciones similares se aplican al paso que lleva desde la simetría bilateral a la asimetría. También aquí la
asimetría (la diferenciación de una mitad respecto de la otra) o tiene que lograrse mediante un proceso fortuito o tiene
que darse mediante información recibida desde el exterior, por ejemplo, de los tejidos y órganos vecinos. Cada apéndice
lateral de un vertebrado o artrópodo es más o menos asimétrico, y la asimetría nunca se establece al azar en relación con
el resto del animal.
4) Pero si el paso que lleva desde la simetría bilateral a la asimetría exige una información adicional, entonces se sigue
que, en ausencia de esta información adicional, el apéndice que debía ser asimétrico solo puede ser bilateralmente
simétrico. (p 261)
● De tal manera, el problema de la simetría bilateral de los miembros reduplicados se convierte simplemente en un
problema de pérdida de información. Esto se sigue de la regla general de que toda reducción en la simetría (de la
radial a la bilateral o de la bilateral a la asimetría) requiere una información adicional. (…) Una primera y espontánea
conjetura sería que el apéndice en desarrollo necesita tres clases de información orientadora para estar en condiciones
de alcanzar la asimetría: información próximo-distal; información dorso-ventral, e información antero-posterior. La
hipótesis más simple es suponer que estos elementas pueden recibirse por separado, y que por consiguiente una de
esas clases de información se perderá o estará ausente en cualquier caso concreto de reduplicación. (p. 262)
(…) se han invocado dos tipos distintos —pero no mutuamente excluyentes— de explicación: a) la pérdida de
información que podría haberse derivado de un gradiente centro-periférico, y b) una información derivada de la
coparticipación de la morfología periférica. (p. 268)
Ninguno de estos tipos de explicación es suficiente por sí misma para dilucidar los fenómenos, pero cuando se los
combina, los dos principios se superponen en parte, por lo cual algunos detalles del cuadro global pueden ser referidos
simultáneamente a ambos principios.
Tal redundancia es, indudablemente, más la regla que la excepción en los sistemas biológicos, como lo es en todos los
otros sistemas de organización, diferenciación y comunicación. En todos los sistemas de estas características, la
redundancia es una fuente principal y necesaria de estabilidad, predecibilidad-e integración.
La redundancia dentro del sistema aparecerá inevitablemente como encabalgada en nuestras explicaciones del sistema.
De hecho, de no mediar este encabalgamiento, nuestras explicaciones resultarán por lo común insuficientes, no llegando
a explicar los hechos de la integración biológica.
Sabemos poco acerca de la manera como las vías del cambio evolutivo resultan influidas por esas redundancias
morfogenéticas y fisiológicas. Pero, con certeza, estas redundancias internas tienen que imponer características no
fortuitas a los fenómenos de la variación. (P. 269)
Resumen
Este ensayo sobre la simetría de los apéndices laterales reduplicadas se apoya en un principio explicativo, a saber, que
cualquier paso de diferenciación ontogenética que reduzca la simetría de un órgano (por ejemplo, llevándolo de la
simetría radial a la bilateral) requiere una información orientadora adicional. A partir de ese principio, se arguye que un
apéndice lateral normalmente asimétrico que carezca de algún elemento necesario de información orientadora sólo
podrá alcanzar una simetría bilateral, es decir, que en lugar de un apéndice asimétrico normal el resultado será un
doblete bilateralmente simétrico. (p. 270)
(…) el autor intenta construir una hipótesis para explicar la Regla de Bateson, en cuanto que esta regularidad se
ejemplifica en las raras patas supernumerarias de los coleópteros. Al construir esta hipótesis, se supuso que la
información orientadora morfogenética puede experimentar transformación de un tipo de codificación a otro, y que cada
transformación o código está sujeta a limitaciones características:
b) Se sugiere la hipótesis de que la información codificada como morfológica sería esencialmente estática. No se la
puede difundir a los tejidos vecinos y no puede inhibir la ramificación.
c) Como la información que reviste forma morfológica es, por hipótesis, incapaz de inhibir la ramificación, la asimetría
de un miembro primario en desarrollo tiene que ser preservada por un gradiente centro-periférico, el cual no es en sí
mismo un determinante de esa asimetría.
d) Se supone que la pérdida de un gradiente centro-periférico puede tener dos efectos: el de permitir la ramificación y el
de privar al ramal resultante de una dimensión de informa- ción orientadora necesaria; debido a ello, el ramal-sólo puede
ser una unidad bilateralmente simétrica con un plano de simetría que forma ángulo recto con el gradiente centro-
periférico perdido. (p. 271)
● Los trabajos reunidos en esta parte son variados, en el sentido de que, mientras cada ensayo constituye un ramal
respecto del tronco principal del tema del libro, esas ramas brotan en ubicaciones muy diferentes. "El papel del cambio
somático en la evolución" es una ampliación de los pensamientos que están detrás de "Requisitos mínimos para una
teoría de la esquizofrenia", en tanto que los "Problemas de la comunicación en cetáceos y otras mamíferos" es una
aplicación de las "Categorías lógicas del aprendizaje y la comunicación" a un tipo particular de animal.
● Podría parecer que "Un reexamen de la Regla de Bateson" se adentra en territorio nuevo, pero se relaciona con el
resto del libroo en la medida en que amplía la noción de control informacional para abarcar el campo de la
morfogénesis y, al indagar qué es lo que ocurre en ausencia de la información necesaria, hace resaltar la importancia
del contexto dentro del cual se entra y se recibe la información. (p. 272)
● En términos de la economía de la flexibilidad, analizada en "El papel del cambio somático en la evolución" y luego
en "Ecología y flexibilidad en la civilización urbana" (Parte VI), esta "disposición" es una potencialidad irrestricta
para el cambio, y observamos aquí que esta potencialidad irrestricta no sólo es siempre finita en cantidad sino que
tiene que estar además situada adecuadamente en una matriz estructural, que también ha de ser cuantitativamente
finita en cualquier momento dado.
● Estas consideraciones nos llevan de manera natural a la Parte V, que titulé "Epistemología y ecología". Acaso
"epistemología" sólo sea otra palabra para designar el estudio de la ecología de la mente. (p. 273)