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En este sentido se advierte en el fallo que los jueces gozan de una amplia facultad de
apreciación sobre el particular, en el entendimiento de que la cesación de pagos constituye un
fenómeno, en esencia complejo, cuya verificación, debe reservarse a la ponderación judicial,
siguiendo las reglas de la sana crítica y de la máxima prudencia. Ello es así –se agrega- debido a
que los signos reveladores de la insolvencia pueden variar indefinidamente, por lo que deben
apreciarse en cada caso particular y de acuerdo a las circunstancias que lo rodean, ya que, como
integrantes del estado patrimonial, esos elementos forman un todo único e indivisible 3.
Sobre la base de tales premisas, e ingresando al examen del caso, el Tribunal interpretó
-contrariamente a lo valorado en la resolución apelada- que una lectura en contexto de lo
manifestado por la peticionante tanto en su presentación inicial como en ocasión de fundar el
recurso, donde denuncia la coexistencia de numerosos procesos de ejecución con sentencia y
embargos en su contra (todo ello con soporte documental), así como la inminente posibilidad de
interrupción del suministro de energía eléctrica como consecuencia de la deuda mantenida con
la empresa prestadora del servicio público -lo que motivó el dictado de la medida de no
innovar-, resulta suficiente a juicio de la Sala para tener por configurado en el caso el
presupuesto objetivo en cuestión (arg. art. 86 y 11 inc. 2, ley 24.522).
1
Rivera, J., Instituciones de derecho concursal, t. I, p. 179, 2ª ed. actualizada, Santa Fe, 2003; en igual sentido,
Rouillón, A., Código de Comercio Comentado, T. IV-A, p. 6).
2
(CNCom, Sala F, 26.11.2013, “Noya, Estela Juana s/ propia Quiebra”; y Sala B, 30.6.2003, “Wu Shan s/ propia
quiebra”, entre otros)
3
(CNCom, Sala F, 17.4.2012, “Armatas” y sus citas de doctrina y jurisprudencia).
En esta línea de razonamiento se explicó en el fallo que el escenario descripto da cuenta
de las notas distintivas propias del “estado de cesación de pagos” que no son otras que la
generalidad, para evitar su identificación con hechos aislados o meras “dificultades” que no
afecten de manera global el patrimonio del deudor, y la permanencia, ya que se trata de una
situación definitiva que, en principio, no puede desaparecer con el giro normal y propio de la
actividad del deudor ni subsanarse con la obtención de crédito 4.
Bajo tales parámetros y sin perjuicio de las consecuencias que la ausencia de ese
presupuesto sustancial del concursamiento podría producir en caso de que así se constatara en
etapas ulteriores, la Cámara juzgó razonable que, en este estadio preliminar del trámite, la
verosimilitud de ese extremo sea ponderada a la luz de las pautas que proporcionan los arts. 78
y 79 de esa misma ley, sin perjuicio de las facultades que al magistrado otorga el art. 83,
segundo párrafo, de ese mismo ordenamiento, aplicable por analogía al concurso preventivo.
Por otra parte juzgó la Sala que la cesación de pagos tampoco se confunde con los
activos que pudiera tener el deudor sino con su imposibilidad de atender sus obligaciones con
medios normales, por lo que concluyó que la apreciación fundada en la pretendida suficiencia
del bien objeto de remate en aquellas causas no era suficiente para sustentar una conclusión
contraria a la adelantada.
Los antecedentes de la causa informan que el rechazo del pedido de concurso obedeció
al incumplimiento por la parte de la sociedad peticionante de los requisitos contemplados en los
arts. 6 y 11 inc. 1° LCQ, en tanto no se acompañó la constancia de la inscripción ante la
Inspección General de Justicia de la representación legal de la concursada y por encontrarse
excesivamente vencidos no sólo el plazo legal, sino también el conferido en el requerimiento
que se le formulara.
La Cámara comenzó explicando que el art. 6 de la ley 24522 establece claramente que
la presentación en concurso – en caso de sociedades- debe ser realizada por el representante
legal inscripto. Por otra parte, conforme el art 11 inc. 1° de la ley 24522, es requisito formal de
la petición en concurso de las personas jurídicas regularmente constituidas, la presentación del
instrumento constitutivo y modificaciones y constancia de las inscripciones pertinentes.
Insiste la Sala en que cuando se trata de sociedades y otras personas jurídicas, la ley
exige que se adjunten los instrumentos constitutivos y los modificatorios, empero la doctrina
entiende que ello no puede interpretarse estrictamente 5.
En tal sentido destaca que es claro que la designación o cesación de los administradores
no constituye una modificación del contrato social en los términos del art. 12 de la ley 19550,
por que la remisión que hace el art. 60 de ese ordenamiento sólo provoca la inoponibilidad del
cambio de los integrantes del órgano gestor.
Desde otra perspectiva se sostiene en el fallo que tampoco la sociedad regular pierde su
calidad de tal porque sus modificaciones posteriores al contrato social no hayan sido inscriptas.
Al respecto expresó el Tribunal que es doctrina reiterada que los recaudos previstos por
la ley 24522, en particular los señalados por el art. 11 LCQ no deben interpretarse en sentido
5
(cfr. Cámara, El concurso preventivo y la quiebra, vol. I, pág. 406; Quintana Ferreyra, Concursos, t.1. comentario al
art. 11,p.163, Cfr. citas en “Concursos y Quiebras” , Comentario Exegético de la ley 24522 y jurisp. aplicable de
Santiago C.Fassi y Marcelo Gebhardt, 6ta edic, Editorial Astrea).
riguroso que dejen de lado los principios rectores del ordenamiento concursal; esto es la
conservación de la empresa, que por cierto se funda en la importancia que tiene la misma dentro
de la sociedad y en carácter de fuente de trabajo.
Por último, juzga la Sala que la idea general que preside el instituto del concurso
preventivo y que debe ser definitoria en el caso de duda, es que la concursalidad es la norma y
la exclusión a tal régimen la excepción7.
Los antecedentes del caso informan que en la decisión apelada la señora Juez a quo
señaló que, vencido el término de diez días oportunamente otorgado, la recurrente no había
satisfecho adecuadamente ciertos recaudos formales establecidos por el art. 11 LCQ,
específicamente aquellos previstos en los incisos 2°, 3°, 4° y 8°; es decir: (a) no expuso ni
acreditó adecuadamente el estado de cesación de pagos invocado ni las causas que lo habrían
motivado, (b) tampoco aportó una composición detallada del activo y el pasivo, (c) no anexó los
estados contables correspondientes al ejercicio 2016, y (d) omitió informar la deuda laboral
existente a la fecha de presentación en concurso.
En el citado escenario, agregó la Sala que quien pretenda su amparo debe exhibir una
situación patrimonial clara, pues de ese modo los acreedores pueden formar un juicio serio
acerca de la factibilidad del cumplimiento de la propuesta de acuerdo que oportunamente
ofrecerá el concursado8.
Ratifica el Tribunal con esa orientación que a fin de lograr tal finalidad se ha aceptado
la posibilidad de que, en ciertos casos, las exigencias del art. 11 LCQ se cumplan en la Alzada 9,
como ocurre en la especie.
6
(CNCom., Sala C, 9.4.01, "Nindia S.A. s/conc. prev."; Sala D, 30.06.94, "Zapater Diaz ICSA s/conc. prev.")
7
(cfr. Barbieri, Nuevo Régimen de Concursos y Quiebras, p.64; Rivera-Roitman-Vítolo, Ley de Concursos y
Quiebras, t.I, p.127)
8
(CNCom, Sala D, 21.2.78, “Amdego S.A.”, La Ley, 1978-C, p. 501).
Relata la Cámara que en ocasión de fundar el recurso de apelación la deudora subsanó
las omisiones en que había incurrido en un principio, anexando la documentación necesaria para
el cabal cumplimiento de los requisitos contemplados en el art. 11 LCQ.
Por otro lado fue ponderado en el fallo que en la pieza que sustenta la apelación la
deudora explicitó las causas que motivaron el estado de cesación de pagos y, aun cuando
pudiese considerarse insuficiente la explicación brindada al respecto, la Sala juzga que tal
deficiencia no reviste entidad suficiente para provocar el rechazo liminar de la pretendida
apertura del proceso universal.
Sobre el particular y con cita de autorizada doctrina, el Tribunal sostuvo que los
requisitos que debe contener la demanda de concurso preventivo son a los fines meramente
informativos, sin necesidad de que las alegaciones realizadas por el presentante sean realmente
acreditadas en dicha petición, pues basta para abrir el proceso la confesión del deudor de
encontrarse en estado de cesación de pagos. Ello es sí, agregó- pues la ley procura con estos
requisitos algún atisbo informativo que permita conocer aunque con rasgos de verosimilitud la
situación patrimonial del demandante del concurso y facilitar la investigación que se haga
posteriormente10.
Por último advierte la Cámara que tiene en cuenta además que, al no existir pedidos de
quiebra en trámite dirigidos contra la deudora, una solución contraria podría implicar -según lo
establecido por la LCQ 31- una nueva e inmediata presentación concursal de la interesada
(solicitando el desglose de los documentos aportados en este expediente y anexándolos a esa
nueva petición), lo cual indudablemente atentaría contra el principio de economía procesal.
9
(Véase JUNYENT BAS – MOLINA SANDOVAL, Ley de Concursos y Quiebras, comentada y actualizada según
leyes 25.589, 26.086 y 26.684; Bs.As., 2011, T. I, pág. 110 y citas jurisprudenciales allí efectuadas; Sala D, 6.3.2012,
“Raineri, Irma Judith s/ concurso preventivo”).
10
(Véase GRAZIABILE Darío J.; Cumplimiento de los recaudos del art. 11 LCQ para la apertura del concurso
preventivo, LLBA 2006, p.1000).
11
(CNCom., Sala E, 9.2.2017, “Gómez, Andrea Viviana s/ concurso preventivo”, con cita de RIVERA Julio César,
Instituciones del Derecho Concursal, tomo I, p. 206, 1996).
12
(CNCom., Sala D, 8.3.2016, “Cous Inc. S.A. s/ concurso preventivo”).
La Cámara de Necochea resolvió que el mantenimiento de las medidas cautelares
trabadas sobre bienes de la empresa concursada en un proceso laboral previo a la apertura del
concurso es improcedente, pues, una decisión contraria, sería incompatible con el principio
general establecido en el art. 21 de la Ley 26.086, que no efectúa ninguna diferencia respecto de
los créditos quirografarios y privilegiados, como así también con los principios que rigen el
proceso universal.
Argumentó que el art. 21 de la LCyQ. texto según la ley 26.086, establece como
principio general que las medidas cautelares trabadas con anterioridad a la apertura del concurso
en los juicios individuales, “serán levantadas por el juez del concurso, previa vista a los
interesados”.
Es que, las medidas cautelares pierden todo interés para los acreedores que las han
logrado trabar, ya que sus créditos serán satisfechos con arreglo al acuerdo que se homologue, y
en su caso, si éste fracasare, se liquidarán los bienes de la quiebra y los acreedores cobrarán
conforme al dividendo falencial que les corresponda según los privilegios.
Además, los embargos trabados con anterioridad al concurso no les otorgan a los
presentantes una prelación especial respecto de la eventual futura ejecución que pudieran
realizar, ya que no debe confundirse dicha medida con su privilegio, que sí otorgará una
preferencia sobre determinados bienes.
Nótese que el fin del concurso es la preservación de la empresa, mediante el acuerdo con los
acreedores, y en ese marco el juez concursal está investido con facultades para ordenar las
medidas necesarias para lograr ese cometido, preservando el interés de los acreedores y el orden
público de la normativa concursal.
Los antecedentes del caso indican que el juez del concurso desestimó en primera
instancia la medida solicitada por la concursada al entender que en el inmueble de que se trata
no se llevaba adelante actividad relacionada con el giro normal y habitual del negocio (v.gr.
plantación, desmonte o tala de árboles) lo que descartaba la procedencia de la suspensión de
carácter excepcional prevista por el art. 24 LCQ.
En grado de apelación, la Cámara sostuvo, en cambio, que en los términos del art. 24
LCQ, la suspensión temporaria de la subasta procede en la ejecución de créditos con garantía
hipotecaria o prendaria y sobre bienes cuya privación de uso podría derivar en una situación
gravosa para la continuación de las actividades de la peticionante.
Aclaró desde esa orientación que no debe perderse de vista que la concursada ha
invocado que desde aquellas oficinas se gestiona toda su administración: todo lo atinente a las
compras, contratación de fletes, organización de la logística, compras y cobros a los clientes,
manejo de las cuentas bancarias. Se suma a ello la época en la que se formula el pedido: la
temporada estacional de desmonte y comercialización de sus productos, superpuesta con las
tareas propias que demanda la negociación en el período de exclusividad, que se encuentra en
curso.
Por otro lado, fue evaluado en el fallo que tampoco podía soslayarse la invocación sobre
la posibilidad de cancelar el crédito hipotecario sin recurrir a la subasta de un bien inmueble de
su propiedad (afectando parte del producido de la forestación), todo lo cual se traduce –a juicio
de la Cámara- en un beneficio evidente para la concursada y sus acreedores, quienes no verán
reducida la garantía del cobro de sus quirógrafos.
VII.
Concurso preventivo. Adhesión del concursado al régimen de facilidades de
pago impuesto por A.F.I.P. Condiciones de procedencia. Planteo de
inconstitucionalidad de la normativa fiscal. Admisibilidad
CNCom., Sala B, 9-6-2016, “Petrolera Argentina S.A. s/ concurso preventivo”, elDial.com -
AA978E
13
(conf. Sala F, 22/9/2011, "Verdun Ricardo Hugo s/conc. preventivo")
Los antecedentes del caso indican que la concursada apeló la resolución del juez del
concurso que desestimó in limine su planteo de inconstitucionalidad de la RG AFIP
n°3587/2014 (arts. 16, 20 y 39).
La Sala afirmó que no desconoce que el cierre de una cuenta bancaria constituye
materia en la que prima la libertad de contratación (arts. 14 y 17 CN); que si nada convinieron
los contratantes sobre el cierre de aquella cabe estar a lo establecido al respecto por el Código
Civil y Comercial y las circulares BCRA, y que el juez concursal no puede interferir en las
relaciones particulares imponiendo obligaciones indeseadas a un co-contratante 15.
Sin embargo la Cámara consideró que dicho criterio debe armonizarse con la necesidad
de posibilitar a la empresa deudora operar comercialmente con un mínimo de regularidad a fin
de no dificultar la superación de la crisis que la afecta. En ese sentido se valoró en el fallo que el
mantenimiento de las cuentas corrientes bancarias es necesario para el desarrollo normal de la
operatoria comercial de la concursada e importa un beneficio no sólo para los acreedores, sino
también para los dependientes de la empresa16.
14
(cfr. CNCom., Sala C, in re, “Veinfar Industrial y Comercial s/ concurso preventivo s/ incidentes piezas separadas
AFIP-DGI”, 15-3-16).
15
(CNCom., Sala D, in re "Antonio Espósito S.A. s/concurso preventivo s/incidente de reposición promovido por el
Banco de la Provincia de Buenos Aires", del 11.9.2001).
16
(CNCom., Sala B, in re "Pescargen S.A. s/concurso s/incidente de apelación art. 250 CPR", del 30.12.94; ídem in
re: “Lanci Editores SRL s/concurso preventivo” del 30.06.2008).
estimó conveniente el despacho de la cautelar, a efectos de permitirle a la concursada continuar
con el giro ordinario de sus negocios.
Se aclaró en el fallo que la medida dictada no importará su mantenimiento sine die pues
deberá ser controlada por el Magistrado de primera instancia a través de la información que de
sus movimientos aporte la concursada al Tribunal y a la sindicatura, con la finalidad de permitir
un control más exigente que el habitual sobre la cuenta corriente cuya reapertura se ordenara
judicialmente, para conocimiento del juzgado, de los acreedores y de la sindicatura, debiendo la
concursada brindar un informe mensual que explicite circunstanciadamente todos los
movimientos de la misma y los saldos que aquella pueda eventualmente arrojar.
Fue destacado en el fallo que en el análisis del abuso del derecho relacionado con la
admisibilidad de una propuesta de acuerdo preventivo, el sentenciante debe apreciar
17
(cfr. TRUFFAT, E. Daniel, "Concurso preventivo y cuenta corriente bancaria", ED 171-p.553).
18
(CNCom., Sala B, in re, “Capital Food S.A. s/ quiebra”, 18-3-2016 y sus citas).
19
(CNCom., Sala B, in re, “Solares del Tigre s/ concurso preventivo s/ incidente de apelación”, 30-6-2011 y sus
citas).
objetivamente si el deudor -en el ejercicio de su derecho- ha contrariado su finalidad
económico-social que, en la especie, no está solo dada por la conservación de la empresa como
fuente de producción y trabajo, sino que también está definida por el logro de una finalidad
satisfactiva del derecho de los acreedores, la cual es negada cuando la pérdida que se les impone
a ellos resulta claramente excesiva.
Agregó con tal temperamento que siendo el abuso del derecho mencionado por el art. 10
del Cód. Civ. y Com. (antes art. 1071 C.C.) un concepto jurídico indeterminado, los jueces no
pueden buscar la fenomenología del acto abusivo (más precisamente, la fenomenología de la
propuesta abusiva referida por el art. 52, inc. 4, de la ley concursal) sino casuísticamente,
ponderando las circunstancias propias del supuesto examinado en todos sus aspectos y
conjuntamente, lejos de cualquier aplicación mecanicista y con la flexibilidad necesaria para su
adecuación a las complejas circunstancias humanas.
Ingresando al estudio del caso, la Sala ponderó que la propuesta de pago efectuada por
el deudor (60% del capital, en 8 cuotas anuales, con un año de gracia e interés con tasa activa
desde la homologación -aplicable sobre cada cuota- resulta abusiva, porque impone a los
acreedores disconformes la obtención de un capital castigado con una quita “superior al 45%...
en términos reales a la determinada por el concursado”, capital que terminaría de ser abonado a
más de 10 años de la apertura del concurso.
Desde esa perspectiva y con tales antecedentes, valoró el Tribunal que no correspondió
homologar el acuerdo propuesto y votado por un único acreedor verificado -al excluirse a la
AFIP de votar- cuyo crédito es de $30.300,62, cuando existen al menos tres acreedores con
incidentes en trámite, cuyas acreencias superan en creces la verificada y además existen
posibles acreedores en extraña jurisdicción, quienes no se habrían presentado en autos por
incumplir el deudor con la publicación edictal en la Provincia de Buenos Aires.
Por otro lado la Sala advirtió –para ratificar la solución propuesta- que según el informe
de la sindicatura el pasivo denunciado y no insinuado es de $ 941.434,00 y el pasivo insinuado
no verificado, asciende a $429.206.50.
En consecuencia, luego de ser evaluadas por el Tribunal las circunstancias del caso, la
composición del activo y del pasivo y, demás elementos obrantes en la causa, concluyó la Sala
B que la propuesta ofrecida era abusiva y su homologación implicaba desvirtuar la eficacia de
los medios compulsivos con que cuentan los acreedores para hacer valer sus derechos, yendo
más allá de su particular interés para convertirse en una cuestión que afecta el interés general.
Tal conclusión se apoyaba además en que: (a) se ofrecía a los acreedores el pago de un
dividendo inferior al que podrían obtener si se liquidasen los bienes, ya que en caso de una
20
(CNCom., Sala B, in re, “Loucen International S.A. s/ concurso”, 4-8-2011 y sus citas).
eventual quiebra el dividendo que aquéllos podrían obtener, cubriría el 100% de sus acreencias
pues el patrimonio del concursado está valuado en $ 6.954.000; y (b) el cesante no es fuente
generadora de empleo como reconoció al peticionar su concursamiento, pues desarrolla en
forma independiente delivery de comidas en su domicilio, no teniendo empleados a cargo. De
donde, a criterio del a Cámara, el caso no presentaba ningún matiz de excepción que pudiere
justificar la aprobación de un acuerdo21.
Cám. Civ. y Com. de 2ª Nom. (Córdoba), “Estancias del Sur Sociedad Anónima - Gran
Concurso Preventivo”, 31-5-2005.
Aunque no exista directiva concursal expresa que autorice el despacho cautelar previo a
la apertura del concurso, la aplicación por analogía de lo estatuido por el art. 85 L.C.Q. para la
instrucción prefalencial y de las normas procesales locales (art. 278 L.CQ.) se enmarca en un
buen criterio de interpretación.
La cautelar no viene a constituirse en una forma de eludir los controles que realiza el
Estado Nacional con relación a las obligaciones emergentes de la Resol. 914/01, cuando el
propósito que anida en la concesión de la cautelar está enderezado a ordenar a la Secretaria de
Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentos de la Nación que proceda a asignar el cupo que de
conformidad a la normativa le corresponda y no el que arbitrariamente se disponga
judicialmente.
21
(CNCom., Sala D, in re, “Pereira de Iannone, Elsa Purificación s/ concurso preventivo”, 4-9-2012).
El peligro que significa para un frigorífico exportador que ha montado una
infraestructura a tales fines luce evidente desde que la posibilidad de cumplir con el acuerdo que
proponga a sus acreedores está íntimamente vinculado con la continuidad del giro empresarial y
el principio de conservación de la empresa que es pauta axil de todo el procedimiento concursal.
Estando acreditado la calidad de frigorífico exportador con anterioridad a su concursamiento, el
peligro inminente que la suspensión de la asignación de cupo para exportar o eliminación del
reparto acarrearía en el giro deviene imposible de soslayar.