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Libreto A Chorus Line Mexico
Libreto A Chorus Line Mexico
REPARTO
(POR ORDEN DE LÍNEA)
DON (17)
MAGGIE (149)
MIKE (67)
CONNIE (9)
GREG (81)
CASSIE
SHEILA (152)
BOBBY (84)
BIBI (37)
JUDY (23)
RICHIE (44)
ALAN (5)
KRISTINE (10)
VAL (179)
MARK (63)
PAUL (45)
DIANA (2)
LARRY
ZACK
NÚMEROS MUSICALES
LO NECESITO YO………………………………………………………………………………………… LA COMPAÑÍA
PUEDO BAILAR……………………………………………………………………………………………… MIKE
“Y”……………………………………………………………………………………………………………………… BOBBY, DON, VAL, JUDY
EN EL BALLET…………………………………………………………………………………………………SHEILA, BIB, MAGGIE
SI PUDIERA YO CANTAR…………………………………………………………………………… KRISTINE, ALAN
HORA ES DE CAMBIAR Y CRECER…………………………………………………………… LA LÍNEA
NADA……………………………………………………………………………………………………………….. DIANA
HORA ES DE CAMBIAR Y CRECER (CONT.)…………………………………………… LA LÍNEA
EN BAILE 10, EN CUERPO 3………………………………………………………………………. VAL
LA MÚSICA Y LOS ESPEJOS……………………………………………………………………. CASSIE
ONE (ENSAYO)……………………………………………………………………………………………… LA LÍNEA
COMBINACIÓN DE TAP……………………………………………………………………………… LA LÍNEA
PORQUE DÍ MI AMOR………………………………………………………………………………… DIANA, LA LÍNEA
ONE………………………………………………………………………………………………………………….. LA COMPAÑÍA
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La acción se desarrolla en un teatro de Broadway durante una audición. Al fondo del escenario hay una hilera de espejos. Al abrirse
el telón, Zack marca los últimos pasos de la combinación de jazz mientras todos los bailarines, con Larry al frente, bailan viendo
hacia los espejos.
ZACK: A ver,
paso, bota, bota, salto, bota, quieto.
Otra vez,
paso, bota, bota, salto, bota, quieto.
Otra vez,
paso, bota, bota, salto, bota, quieto.
Otra vez,
paso, bota, bota, salto, bota, quieto.
Bien! Y lo unimos con
vuelta, vuelta, fuera, cierra, salto,
paso, bota, bota, salto, bota, quieto.
Continuamos! Y...
vuelta, vuelta, centro, abro, punta, paso.
Cinco, seis, siete, ocho,
vuelta, vuelta, centro, abro, punta, paso.
Cinco, seis, siete, ocho,
vuelta, vuelta, centro, abro, punta, paso,
media vuelta, paso, paso, paso.
De cambré voy,
media vuelta, paso, paso, paso.
La última vuelta! Cinco, seis, siete, ocho,
vuelta, vuelta, centro, abro, punta, paso,
media vuelta, paso, paso, paso.
Todos los pasos desde el principio, de espaldas al espejo. ¡Cinco, seis, siete, ocho!
(Suena toda la orquesta. Los bailarines dan la cara hacia primer término y bailan la combinación de jazz, con Larry
al frente. Al terminar:)
ZACK: Muy bien. Vamos con los pasos de ballet de nuevo, todos juntos, sin exagerar,
marquen. Un, dos, tres, un, dos, tres.
(Obedecen. Al terminar)
ZACK: Muy bien. Ahora les voy a decir en que grupo les toca. Con el número que le di a
cada uno les voy a indicar en que lugar tienen que formarse.
ZACK: Fíjate bien. El número que no tenga dueño es el tuyo. Damas primero: número 2 al
frente, 9 al fondo, 10 al frente y 23 al fondo.
(Judy no va a su lugar )
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ZACK: ¿23? Judy Turner!
JUDY: ¡23!
ZACK: Muy bien, a la izquierda. Segundo grupo: número 37 al frente, número 70 al fondo...
(Cambio de luces. Mientras Zack, con “mímica”, sigue formando grupos, los demás cantan:)
(El primer grupo de muchachas empieza los pasos de ballet. Diana baila sacando la lengua)
ZACK: Y...
(El segundo grupo de muchachas empieza la combinación. Vicky baila mal y Zack se dirige a ella:)
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VICKY: No nunca.
ZACK: Y…
ZACK: Y…
(El primer grupo de muchachos empieza la combinación. Zack los detiene y se dirige a Roy:)
ROY: Uno.
ROY: No.
ZACK: Los brazos son: segunda, abajo, cuarta. Déjame ver otra vez…Un, dos, tres, un,
dos, tres.
ZACK: Y...
ZACK: El de la banda en la cabeza, no veas al piso. (Frank levanta la cabeza pero la vuelve a bajar
después de un momento) ¡El de la banda, arriba!
ZACK: Y...
(Terminan la combinación. Cambian las luces. Zack en “mímica” da instrucciones para bailar el jazz. El primer grupo
de muchachas toma su lugar mientras todos cantan:)
TODOS: Sí, la estoy regando
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como un idiota,
estoy haciéndolo muy mal.
TODOS: Y si no le gusto,
si no le gusto,
mi estilo no le ha de gustar,
así no puedo ni bailar,
me siento a punto de llo...
(Las luces vuelven a la realidad. El primer grupo de muchachas baila la combinación de jazz. Cuando terminan, Zack
se dirige a Kristine:)
ZACK: La de café! Mucho mejor, pero sigues muy tensa. Tranquila. (El segundo grupo de
muchachas se coloca en posición) Cinco, seis, siete, ocho. (Tricia hace señas desesperadamente a
Zack) ¡Alto!
TRICIA: Como que ya me sé la combinación, pero ¿me puedes poner alguien al frente? Por
Favor!
ZACK: Larry...
TRICIA: Gracias.
ZACK: Siguientes. Cinco, seis, siete, ocho. (Sheila baila frente a Val y Zack le dice:) A un lado... a
un lado! (Sheila no obedece) ¡Alto!... Sheila, hazme un favor. Pásate al fondo. (A Val) Y
tú al frente. (Sheila se molesta y Val se burla de ella, pero ambas obedecen) Otra vez. Cinco,
seis, siete, ocho.
(El grupo baila la combinación. Al llegar a cierto punto Sheila se detiene y deja al grupo. Después regresa y termina
la combinación)
(El segundo grupo de muchachos empieza la combinación. Richie se sale de la fila enfrente de Paul y cae encima de
Zack, que le dice:)
ZACK: Te felicito, pero te quedas en tu lugar sin estarte luciendo. (A Frank:) ¡Y tú, no
veas al piso! Cinco, seis, siete, ocho.
(Terminan la combinación)
TRICIA: En gira.
ZACK: Bien, ahora la eliminación. Conforme los vaya nombrando se ponen en fila. Damas
primero; número 2, 9, 10, 23... (Judy no escucha) ¡23, Judy Turner!
(Se adelantan Diana, Connie, Kristine, Judy, Bibi, Maggie, Sheila y Val. Zack ve a Cassie, se voltea molesto y la
llama:)
ZACK: Cassie... Las demás muchas gracias, lo siento. (Las eliminadas salen por el fondo derecha)
Muchachos... Números 5, 17, 44, 45, 63, 67, 81... y 84.
(Al, Don, Richie, Paul, Mark, Mike, Greg y Bobby forman una fila tras las muchachas)
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ZACK: Los demás gracias, lo siento. (Los eliminados salen) Larry...
(El grupo se desbanda para ir a sus maletas y buscar las fotos. Mientras...)
(Los bailarines han tomado su posición en la línea blanca pintada en el suelo. Enseñan su foto por delante de su cara)
Y ¿qué me va a pedir?
O ¿qué actitud fingir?
¿Con cuanta gente he venido a competir
por un lugar y entonces trabajar?
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SHEILA: ¡Perfecto!
JUDY: Perdón... ¿A fuerza hay que contestar? Digo, no es muy cortés preguntar su edad
a las damas.
ZACK: Aquí no cuenta el ser cortés. Aquí lo que cuenta es tu edad y yo quiero saber
cuantos años tienes. Uno por uno en la línea; empezamos por el primero de la
derecha.
(La línea mira a Don. Él se les queda viendo un momento, luego voltea a Zack)
DON: (Da un paso al frente) Mi nombre verdadero es Don Kerr. Nací en Kansas City, Kansas,
el 20 de octubre de 1976.
ZACK: Siguiente.
ZACK: No se oye.
MAGGIE: (Grita) Maggie Winslow! A veces me llamo Margaret, Margie o Peggy... En fin, así
me llamo y nací en San Mateo, California un jueves por la noche a los veinte para
las once, el 17 de Agosto de 1977.
MIKE: Me llamo Mike Costa... legalmente Costafalone. Nací en Trenton, Nueva Jersey, el
9 de julio de 1977. ¡Ah! O sea que tengo 24 años.
ZACK: Siguiente.
CONNIE: Connie Flores. Ahora y siempre Connie Flores. Nací en la ciudad de México.
(Regresa a su lugar)
ZACK: ¿Edad?
BOBBY: (Burlón) Síguele, señorita Flores.
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CONNIE: (Se adelanta dudando) Ah!... El 5 de Diciembre de... el año 3 conejo del calendario
Azteca.
ZACK: Otro.
ZACK: ¡Siguiente!
SHEILA: Soy Sheila Bryant. Originalmente Sara Rosemary Bryant, nombre que detesto.
Nací el 8 de Agosto de 1972 en Colorado Springs, Colorado. Voy a cumplir 30 años
muy pronto, (A Val) y que bueno.
BOBBY: Yo me llamo Robert Charles Joseph Henry Mills, Tercero, y no es broma. Nací en
el norte del estado de Nueva York, cerca de Buffalo, en un pueblo de cuyo
nombre... no quiero acordarme. Nací el 15 de Marzo de 1976.
BIBI: Me llamo Bibi Benzenheimer. Sí, ya sé, tengo que cambiar de nombre. Nací el 6 de
Junio de 1975. Vengo de Boston... y aquí me tienen.
JUDY: Me llamo Judy Turner, pero mi verdadero nombre es Tina Turner. (Los demás se
burlan) No, no, no, no... siempre he sido Judy Turner. Nací el 21 de Julio de 1976.
Ah! Nací en El Paso... El Paso, Texas.
RICHIE: Me llamo Richie Walters. Nací en Herculanium, Missouri, en una noche de luna
llena, el 13 de Junio de 1974.
ALAN: Gracias.
ZACK: Siguiente.
VAL: Por convenir así a mis intereses, me llamo Valerie Clark. Pero mis papas insisten
en que me llamo Margaret Mary Houlihan. (Al grupo) Para cortarse las venas, ¿no?...
(A Zack) Nací en un pueblo rascuache que se llama Arlington, Vermont. Bye, bye...
ZACK: ¿Edad?
MARK: Ah! Mark Anthony. En realidad Mark Philip Lawrence Tabori. Nací en Tempi,
Arizona y tengo 20 años!
PAUL: Paul San Marco, nombre artístico. Mi nombre verdadero es Efraín Ramírez. Nací
en el Harlem Español, el 22 de Octubre de 1978.
DIANA: Me llamo Diana Morales. Y no me cambié de nombre porque se me ocurrió que está
de moda ser latina. 6/10/78 ¿entendió? Y me hubiera encantado nacer en
Hollywood, pero nací aquí en el Bronx.
DIANA: ¿Qué siga?... ¿Qué?... Ah, sí! ¿Quiere saber cuanto mido, de que color tengo los
ojos, o en cuantas obras he estado en Broadway? Le acabo de dar mi foto y una
hojita con mis datos, todo lo que necesite saber de mí esta ahí.
ZACK: Eso ya lo sé, ahora dime lo que no está.
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DIANA: ¿Cómo qué?
DIANA: ¿Qué puede uno hablar del Bronx? Está pasando “Central Park”... a la derecha.
DIANA: ¿Quién sabe? Tengo ritmo, soy latina, siempre anduve bailando y brincando...
Oiga... ¿Quiere saber si sirvo para actuar? Deme una escena y se la leo, se la actúo,
pero no puedo nada mas hablar. Por favor, estoy nerviosísima.
DIANA: Mire, no me molesta hablar, de veras, pero... es muy difícil ser la primera... Por
favor.
ZACK: Está bien Diana, regresa a la línea. (Diana vuelve a la línea) Antes de seguir bailando,
y vamos a bailar más todavía, hay una cosa que les voy a explicar. Necesito un
grupo fuerte de bailarines, pero también necesito gente que se vea formidable,
Además, hay pequeños papeles que tendrán que actuar los bailarines que contrate.
Ya tengo sus fotos, ya sé en que han trabajado, pero eso no me va ayudar. Y no
quiero darles nada mas a leer unas cuantas líneas. Creo que sería mejor que yo
supiera algo sobre ustedes, sobre su personalidad. Les voy a hacer algunas
preguntas y quiero oírlos hablar. Hagan de cuenta que están en una entrevista. No
quiero que crean que tienen que actuar. Nada mas quiero oír que dicen y como son
ustedes. Y todos tranquilos... lo más que puedan. (Sheila levanta la mano) ¿Dime Sheila?
MIKE: Estaría tranquilo... si empezara con el primero. (Se adelanta lentamente) Bueno... ¿Qué
quiere que le diga?
MIKE: Ah! Porque mi hermana bailaba. Mi familia es italiana, o sea que es una familia
grande, tengo once hermanos. Yo soy el menor... Fui un accidente. (El grupo se ríe)
¡No, de verdad, de verdad! Mi hermana me lo contó... Mi hermana Liz, la que
bailaba... Empezó a tomar clases de baile, una clase cada ocho días. Mi mamá la
llevaba y yo por gusto las acompañaba.
(Baila)
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Y desde entonces me metí
de bailarín
y en eso seguí.
Hoy gracias a Liz
soy tan feliz.
Puedo bailar.
(Baila)
MIKE: Bueno... claro que me molestaba que me llamaran “la taconcitos”. ¡Sólo por dos
mugres clases que tomé! ¡¡Estuve a punto de partirle la ma...!!
BOBBY: (Da un paso al frente) Bueno, la verdad no me explico por que me ha ido tan divinamente.
A los cinco años, jugando al mecánico, me puse a cambiar una llanta y se me cayó
el coche encima de la cabeza.
GREG: No exageres.
BOBBY: No, no, no, ahí te voy, ahí te voy. ‘Ora veras... ¿Cuento todas las maravillas y
prodigios que me han pasado en la vida, o les cuento la verdad?
BOBBY: Bueno, para empezar les diré que mi familia es de clase semi media alta, o media
semi clase. Gente muy de su casa. Yo nunca supe si éramos de la alta o qué, pero
eso si, éramos unos hígados. Teníamos dinero, pero ninguna categoría; ya sabes,
muebles dorados con rojo por todas partes. En fin, mi mamá siempre estaba
jugando canasta con sus amigas, mejor dicho, siempre estaba haciéndole trampa a
sus amigas. Mi papá era gerente de una compañía y a cada rato se iba a sus
convenciones, bueno, borracheras. En la oficina preferían que anduviera de viaje
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a que se cayera de borracho. Ahhh! Pero el complicado no era mi papá, el
complicado era yo.
BOBBY: Complicadísimo. Una época me dio por hacer comedias musicales en el garaje, obras
muy escabrosas. Una vez estábamos haciendo Frankenstein, en versión musical, y
le eché a un compañero spray de plata por todo el cuerpo... Se lo tuvieron que
llevar al hospital, porque le dio la cosa esa... ¿Cómo se llama?... Cuando se le cierran
a uno los poros y no puede respirar... Bueno, no se murió, porque afortunadamente
no le pinté las plantas de las patas... “Y”...
(Cambio de luces. Bobby continúa contando su historia en “mímica”, mientras un seguidor ilumina a Don, que canta:)
DON: “Y”
¿Cómo saber,
cómo saber
qué me va a preguntar?
¿Qué le voy a inventar?
Voy a ver que le cuento.
¿Qué le diré?
¿Qué le diré?
¿Cuento mi niñez?
Ahí viene ya otra vez...
MAGGIE, GREG,
BIBI, PAUL, VAL,
RICHIE: ¿Qué le diré?
¿Cómo decirle?
VAL: “Y”
Pobre de mí,
pobre de mí,
murieron mis papas,
piojos además,
y luego me violaron.
¿Qué inventaré?
¿Qué inventaré?
¿Qué le puedo poner,
si no me va a creer?
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DON, CONNIE,
MIKE, SHEILA,
VAL, DIANA,
RICHIE: ¿Qué le diré?
¿Cómo le cuento?
BOBBY: ¿Escuela? ¿Le cuento de mi escuela? Una mugre escuela de gobierno. Era yo el
puerquito de todo el mundo, puerquito de los alumnos y puerquito de los maestros.
¡Ah! Y odiaba el deporte con toda mi alma, y allí el deporte era lo máximo. Digo, el
paraíso de los machos. Solo que yo nunca funcioné en ningún equipo. Y es que para
cachar una pelota, yo ni con Cola Loca. Mi papá había sido campeón de fútbol
americano, y le daba yo tanta vergüenza, que no sabía que inventarle a sus amigos
sobre mí. Les inventó que yo había tenido polio, y cada día de su santo, de regalo,
me ponía a caminar con la pata chueca... “Y”...
JUDY: “Y”
No puedo más,
no puedo más,
ya no sé que pensar.
¿Qué me va a preguntar?
Me muero de los nervios.
¿Quién me besó?
¿Cuándo pasó?
¿En dónde vives tú?
¿Y cuanto mido yo?
¿Qué le diré?
VAL, RICHIE,
MAGGIE, JUDY,
CONNIE, DIANA: ¿Cómo les cuento?
JUDY: Y...
CONNIE: Y...
RICHIE: Y...
VAL: Y...
ZACK: Sí.
SHEILA: Por supuesto. (Se adelanta) ¿Qué quieres que te diga primero?
SHEILA: Porque... pues antes, yo quería ser “prima ballerina”... (Hace un gesto) ¡Ay esa luz!
¿Qué color es ese? ¿No hay nada mas suave?
SHEILA: Bueno... Como te iba diciendo, yo quería ser bailarina de ballet, porque mi mamá
bailaba ballet, hasta que mi papá se lo prohibió...
SHEILA: Que los otros once signos del Zodiaco tienen que tratarme con mucha precaución...
Soy una mujer muy fuerte.
ZACK: Demasiado.
ZACK: Tu papá.
SHEILA: Él.
ZACK: Tu mamá...
SHEILA: Pero quería ser bailarina y la becaron muchas veces y esas cosas. Luego se casó y
por culpa de mi papá tuvo que dejar el baile. Terrible, ¿no? Después tuvo una hija
maravillosa, yo, y la fue convirtiendo en lo que ella siempre había querido ser. Y lo
fue haciendo de una manera fantástica. ¿Quieres que te la cuente?
SHEILA: (Coqueta se suelta el pelo) Es lo que estaba tratando de hacer. (Se sacude la cabeza) ¿Mejor?
SHEILA: Ah si…Lo que hizo. Pues…para empezar, me llevó a todos los ballets, y luego me
regalo sus zapatillas, que yo usaba para correr de puntitas por las banquetas.
SHEILA: ¡Ay, a los cinco años niña!... Un día, me llevó a ver una película, “Las Zapatillas
Rojas”, y se me metió en la cabeza ser esa señora, la bailarina pelirroja. Y cuando
mi mamá se dio cuenta de que yo estaba decidida a bailar, me dijo: “No puedes
bailar hasta que tengas más edad”. Yo apenas tenia seis años y dije: “Es que tengo
que bailar”. (A Bobby en secreto) Todo se valía con tal de salirme de la casa.
ZACK: ¿Qué?
SHEILA: Ay! Dije que todo se valía con tal de salirme de casa.
La...
MAGGIE, BIBI,
SHEILA: Sube y sube por las escaleras
y una voz que nos da un compás.
Sube y sube por las escaleras.
MAGGIE: Realmente mis papás en nada se ponían de acuerdo. O sea que yo nací para salvar
el matrimonio, pero cuando mi papá fue a recoger a mi mamá al hospital le dijo:
“Fíjate que yo pensé que esto iba a servir de algo, pero se me hace que siempre
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no”. De todos modos, yo me daba la gran vida en mis fantasías. Me ponía a bailar
por toda la sala con los brazos extendidos. Me imaginaba a mi papá era un jefe
apache, que me preguntaba: “Maggie, ¿quieres bailar?” Y le decía: “Papi, me
encantaría bailar”.
(Bailan)
MAGGIE, BIBI,
SHEILA: La vida más bonita es de bailarina,...
MAGGIE, BIBI,
SHEILA: En el ballet.
ZACK: Kristine.
KRISTINE: Bueno... pues, dicen que yo de chiquita nada mas prendían el radio y luego luego me
paraba a bailar. Y, este... Ah, un señor llegó a mi casa... de los que venden... este...
Ay, eran de esos, este...
KRISTINE: ¡Ah sí! Cursos de baile. Ah, y para vender, era genial... no se me olvida... Hizo que
me recargara en la tele, una de esas grandotas y cuadradas. Entonces me volteó,
me agarró el pie y me lo plantó en la nuca, y dijo: “Esta niña tiene madera de
estrella”. Bueno... no sé si fue por la cara que puse, o que yo no me zafaba de la
pierna de este señor, pero mi mamá te puede decir lo importante que fue. Es que,
no me perdía ni un solo baile que saliera en la televisión, sobre todo... Ay Dios!...
Todos los domingos... era este...
ALAN: Ed Sullivan.
KRISTINE: Eso, Ed Sullivan, domingo a domingo, como ir a misa. Y... este... ¡Ay Dios! ¿De que
estaba yo hablando?
ALAN: Ed Sullivan...
KRISTINE: No...no...decía que.... ¡Ah sí! ¡Ed Sullivan!...Ay perdón, es que palabra que estoy bien
nerviosa.
KRISTINE: Es cierto. Pero en fin, siempre supe lo que quería hacer. Yo quería ser como de
película. Sólo que, es muy chistoso, porque nunca quise ser Liza Minnelli, no... Yo
quería ser Olivia Newton John. Lo único malo es que yo tenía un pequeño...
Si pudiera yo cantar,
solo sé desafinar,
es que no puedo can tar,
Como no sé distinguir
un tono bajo de uno alto,
no la hago de soprano,
ni de tiple, ni con tralto.
Y permítanme de cir
no me vayan a pe dir
que les cante una can ción.
ALAN: Un ratón.
KRISTINE: ALAN:
En cambio,
nunca me ha fallado mi vo lumen,
como lo saben
los que a veces me pre... sumen.
Y,
si la obra es musi cal
nunca he quedado mal
porque sé muy bien bai lar.
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Y en las fiestas
cuando alguien dice:
TODOS: A cantar.
KRISTINE: ALAN:
TODOS: Do, re, mi, fa, sol, la, si, do, do, re, mi, fa, sol, la, si, do. La...
TODOS: La...
TODOS: La... la... la... la... la... la... la... la...la... la...
TODOS: ¡La!
ZACK: Bien, Al y Kristine, a la línea... (Alan y Kristine se forman otra vez) Mark...
MARK: (Al grupo) Bueno, se me hace que casi todos ustedes ya sabían desde un principio lo
que querían. Yo... no. Era un niño común y corriente... Un día... Bueno, mi papá tenía
una biblioteca fabulosa en un cuarto de atrás de la casa... y cuando yo tenía como...
once años creo, descubrí un libro para médicos; con ilustraciones de anatomía,
desnudos de hombre y desnudos de mujer. Bueno, me pareció de lo más
interesante, y lo leía yo a cada rato.
DON: De repente...
ALAN: La niñez...
VAL: A dudar!
GREG: A luchar!
RICHIE: Un revés!
MAGGIE: Un traspiés!
+DON, CONNIE,
BOBBY: ... y crecer...
Me falta experiencia,
me sobra después,...
Y llegó
de repente
el amor.
MARK: No, decía que había que tomar penicilina, estrepto... quién sabe que, pero para
conseguirla tenía yo que contárselo a alguien...
Me pongo a tomar mis vasos de agua;
los conté, pasaron de veintitrés.
Por veinte días, ¡casi me ahogo! Finalmente me fui a confesar y le dije al padre que
tenía... ¡gonorrea! Bueno, el también se espantó...
“Cediste a la tentación.”
Al contrario, ¡al contrario!
“Pues no puede ser gonorrea."
Le dije lo que decía el libro de las descargas lechosas y me explicó todo muy bien...
Es la única vez que la iglesia me ha sacado de apuros. Bueno, yo...
Es la historia de mi vida. Primero todo mundo era de mi tamaño y luego, todo mundo
se fue para arriba y yo...
... no crecí,
no crecí,
Pero no me di por vencida.
Horas colgada en la barra pase,
me estiraba, no crecía, ¡nada, nada!
Porque para entonces, yo ya estaba bailando y era muy buena, y necesitaba crecer
para llegar a “prima ballerina”. Luego, quise entrar de ¡poooorrista! Y me dijeron:
“No se puede, eres pariente de pulgarcito. El pasto está mas alto que tú”. Me pasé
toda la vida esperando a crecer.
MIKE: Nada mas por pedito que se me escapó, y me llamaron “el apestoso” por tres años...
¡¡Bah!!
TODOS: Se acabó,
la niñez
se acabó.
TODOS: Oh!
Ya se fue,
ya pasó.
TODOS: Hora es
de cambiar.
SHEILA: ¡Sorpresa!
CONNIE: Y así, lo único que crecía en mí era el deseo. Como nunca voy a ser Alicia Alonso,
nada mas un tapón de alberca, pero de puntitas. Esa es la bronca, mi tamaño. ¡Y
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sigue siendo, caramba! En el último “show” tenía yo 23 años y me dieron el papel
de una chamaquita de 14!
CONNIE: O.K., O.K., pero no se me notan; así que me vale, porque nunca me ha faltado
trabajo.
A los cinco baile “El Rey y Yo”,
sí señor,
no pare de trabajar.
En el baile sí estoy,
estoy...
DIANA: Estoy... muy emocionada porque voy a tomar clases de actuación en la Academia
de las Artes. ¡Es que me moría de ganas de ser actriz! ¡En serio! En fin, es el primer
día de clases y estamos en el salón, y el profesor... ¡Ay, el profesor!... En fin, nos
sube al escenario, con las piernas entrelazadas como cebollitas, uno atrás de otro
dice: “O.K... vamos a hacer improvisación. A ver, todos en un trineo, está nevando
y hace frío... O.K.... ¡Ya!
Contesto... “¡Nada!
No siento nada.”
Me dice: “¿Nada?
No sirves para actuar.”
No siento nada,
y solo siento
las pendejadas que me dice el profesor.
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Pero pensé: “Estás en la primer semana, puede que sea hereditario. ¡No hay trineos
en San Juan!”
Me regañaron
y se burlaron,
gritaron: “¡Nada!
No sirves para actuar.”
Y me pusieron
como camote,
y entonces sí me dieron
ganas de llorar.
La clase es nada,
no enseñan nada,
y te conviene
cambiar de profesor.
Tienes talento,
no te hagas bolas,
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y necesitas
otra clase de actuación.
DON: ... cuando cumplí quince años, me aumenté la edad para entrar a la A.G.B.A. ¿Me
explico? Al sindicato de músicos, o sea...
... el sindicato
para bailar diario en un cabaret
y andar en giras
por toda la provincia.
Y trabajé dos meses
seguidos con
una encueratriz,
y no te imaginas.
Se llamaba “Lola Lanótas, y sus dinámicas tetótas.” ¡Talla cuarenta y cuatro! Bueno,
yo le gustaba mucho, solo había un camerino y la muchacha tenía que cambiarse
muchas veces de ropa.
Me pasaba a recoger
en un convertible.
Los vecinos en las ventanas espiaban
para vernos juntos en el Cadillac,
a todo dar
los dos...
(Cambio de luces)
TODOS: La niñez
ya se fue,
ya pasó.
ALAN: ¡A lavar!
MAGGIE: Ay mamacita,
la vida sin ti
no es vida, regresa por mí.
GREG: ... lo peor en la escuela era cada vez que la maestra decía: “A ver, tú”... Erección,
erección. ¡En serio! Tenía que recargarme en el pupitre así. Y la maestra me decía:
“¡Tú de pie!” No puedo, me duele una... costilla. “¡Tú de pie!”... Y en el corredor;
tenía que caminar así... con mis libros... tapando así todo el problemón...
MIKE: Mira, yo creía que era el único, y pensé que era un maniático sexual.
GREG: ¡Y el camión! El camión era lo peor... Nada mas veía pasar un camión y... ¡zumbale! Y
luego hubo aquella vez en que estaba fajando en el asiento de atrás con Sally
Ketchum. Nos estábamos besando, y yo... agarrándole las chichitas, y agarrándole
las chichitas. Y después de una hora más o menos, ella dijo: “Uy, uy, uy, uy. ¿Eso
es todo lo que quieres tentar?” Y de pronto pensé: “Sí, no quiero tentar nada mas...”
GREG: Supongo que sí. Fue cuando me di cuenta que yo era homosexual, y me sentí muy
mal, porque entonces creía que ser “gay” significaba ser un desempleado el resto
de mi existencia, y dije... ¡Ay! ¿De que les voy a presumir?... Entonces me encantaba
la ropa. Tenía unos pantalones de gabardina azul claro y rosa...
TODOS: A vivir,
la niñez
se acabó.
ALAN: A madrugar
para estudiar.
¿Con quién anda tu novia hoy?
DON: Me lo compré,
mi primer coche.
TODOS: La niñez
ya se fue,
ya pasó.
MIKE: ¡Postizos!
VAL: ¡Chin...
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nunca éstos pinches senos me van a crecer!
TODOS: Hora es
de cambiar...
ALAN: Un accidente,
Eddie murió.
TODOS: …y cre…
GREG, KRISTINE,
JUDY, RICHIE: La adolescencia llegó.
La adolescencia llegó.
La adolescencia llegó... (7)
VAL, BIBI,
DIANA: ¿Cuándo y por qué se acabó?
¿Cuándo y por qué se acabó?
¿Cuándo y por qué se acabó?... (6)
DON, MIKE,
BOBBY: Secundaria y luego prepa.
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Secundaria y luego prepa.
Secundaria y luego prepa... (5)
AL, SHEILA,
MAGGIE: Doce, trece y cumples quince.
Doce, trece y cumples quince.
Doce, trece y cumples quince... (4)
MARK, CASSIE,
CONNIE, PAUL: Diecisiete voy a cumplir.
Diecisiete voy a cumplir.
Diecisiete voy a cumplir... (3)
TODOS: ¡Ándale!
Me agarró,
pero no
sé qué hacer.
Y llegó
de repente
el amor.
(Coreografía. El grupo termina amontonado en el centro del escenario. De repente ellos se desatan en un montaje de
actitudes, cada quién con su historia. Enseguida se dividen en dos grupos, a derecha e izquierda. Richie se queda sólo
en el centro).
Viene el balón,
viene el balón,
viene el balón, ¡yea!
TODOS: Y se fue
RICHIE: ¡Chin!
RICHIE: Caray.
RICHIE: Caray.
RICHIE: ¡Caray!
¿Qué esperas?
¿Qué esperas?...(6)
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(La línea se vuelve a formar y regresan las luces a la realidad. Después de una pausa, Val se adelanta y comienza a
hablar. Para éste momento, ya contó parte de su historia)
VAL: Total, al día siguiente en que cumplí dieciocho años, le di un beso de despedida a
mis papás. Me subí a un autobús “Greyhound” directo a Nueva York. ¡Mmmm! ¿Muy
señorita ven que abordo el medio, eh? Porque yo quería ser una de las “Rockettes”.
Pero eso sí, hay una cosa que quiero aclarar. Yo nunca oí hablar de “Las Zapatillas
Rojas”, nunca vi “Las Zapatillas Rojas”. Es más, a mí que me importan las pinches
“Zapatillas Rojas”.
Decidí ser una “Rockette” porque una muchacha de mi pueblo, Louella Heiner, se
salió del pueblo y logró llegar a Nueva York. Y ella sí era “Rockette”. Bueno, ella
regresó de visita una Navidad y le organizaron un desfile de homenaje... ¿Un
desfile? ¡Qué poca madre, ¿no?! Dos horas lloviendo y yo dándole con el pinche
bastoncito. La mala pata fue que alguien se la echó al plato en plena Navidad y la
dejaron como piñata. ¡Feliz Navidad! Ya nunca pudo volver a Nueva York, que era
donde yo tenía bien puesto el ojo. ¡Nueva York, ahí te voy!
Ay, sólo que yo tenía un pequeño problema... o sea,... era fea, ¡fea con ganas! Yo era
flaca, fea, formalita, desabrida y plana como “Hot Cake”. ¿Se lo imaginan? En fin,
me bajé del camión con mis zapatitos todos blancos, mis medias todas blancas, mi
vestidito todo blanco, mi carita toda fea y mi larga cabellera rubia, que entonces
todavía era natural... ¡Carajo, parecía yo una pinche enfermera! Con ochenta y siete
dólares en la bolsa y siete años de clases de tap y acrobacia. Yo sabía hacer “splits”
de ciento ochenta grados y todavía acabar bailando tap a ritmo de telegrafista.
Bueno, con tanto talento, lo menos que me podía pasar era que el alcalde de la
ciudad me estuviera esperando en la terminal. Pero, ¿qué creen? Tuve que esperar
seis meses para mi primera audición. Bueno, finalmente ¡el gran día llegó! Me
presenté en el teatro con mis taps de charol rojo. Les hice mi numerito de tap, y
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viene un señor y me dice: “¿Sabes hacer “fankick’s”?”... ¡Pero por supuesto!
¿Cómo no voy a saber alzar la pata hasta acá?... Pero no lo vi muy contento. Es que,
claro, no es que no le gustaran mis “fankick’s”, la que no le gusté, fui yo. Así que
me dije:... “¡Pinche Radio City”, pinches “Rockettes”! ¡Yo me voy a bailar a
Broadway!” ¡Y en Broadway... de vuelta a lo mismo. En todas las audiciones yo
bailaba como las más fregonas, y al rato me mandaban a volar como a cualquier
chambona. Pero, un buen día, me cayó el veinte. Es que ciega, yo no estaba... (Mira
a Sheila) Me fijé en lo que contrataban. También me agencié la tarjeta en que me
calificaron, después de una audición. Bueno, descubrí que mis calificaciones decían:
“En baile diez, en cuerpo... ¡tres!” ¡Qué tal!
Las de atrás,
y las de adelante más.
Por delante y por detrás
operándome,
mejorándome
Las de atrás,
y las de adelante más.
¡De repente puedo trabajar!
Ponte más
aquí y atrás,
y ¿quién da más?
Yo era plana,
no había quién me echara un lazo,
con mi cara de pambazo
¡No les gusté, no les gusté!
Ahora en cambio
¿qué tal, que tal?
Ni la Miss Universo
puede ponérseme al tú por tú.
Pues...
las de atrás,
y las de adelante más,
cada par en su lugar,
nuevecitas
y redonditas, ¡sí!
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Además,
con poquito silicón,
mis maracas ya puedo menear.
Ponte más
aquí y atrás,
y ¿quién da más?
VAL: Ya te oí, perra. Pero no son como las tuyas, las mías me las hicieron en proporción.
Sin problemas
puedo asegurar,
toma un taxi,
te vas directo al doctor
que pueda operar...
... de
las de atrás,
y las de adelante más.
Todo mundo quiere ver
cuanto vales tú,
cuanto enseñas tú.
Quieran más,
hazme caso, ya verás,
productores, novios y demás...
Ponte más,
aquí y atrás,
y ya verás.
ZACK: A ver Paul, tienes que haber hecho algo... ¿Cuántos años tenías cuando empezaste
a bailar?
PAUL: Dieciséis...
ZACK: Bueno, ¿qué hiciste antes de cumplir dieciséis años? Por ejemplo, ¿cómo era tu
familia?
PAUL: Nos queríamos mucho...
PAUL: Éste... dos hermanas. Una se murió cuando yo tenía catorce años.
PAUL: Yo, éste... La verdad, de eso no quiero hablar. Mejor dicho... ¿por qué tengo que
hablar de eso?
ZACK: Está bien, descanso para todos. Pueden salir al pasillo... Paul, continuamos después
tú y yo... (Poco a poco salen todos, pero antes de que salga Cassie...) Cassie... tú no te vayas.
CASSIE: Mira Zack, me encantaría tener un papel, claro; pero está bien lo que me des.
ZACK: Tu crédito en la cartelera, mutis con aplausos; tu carrera iba bien aquí en Nueva
York.
CASSIE: ¡No tengo trabajo, Zack!... ¡Ay! Estás igual que todos mis amigos, mis
“admiradores”. Se portan como si yo fuera una estrella y no me diera cuenta,
cuando la verdad es que nunca he estado cerca de ser estrella, y nadie tiene los
pantalones para decírmelo. Bueno, ojalá fuera yo estrella... pero no lo soy, Yo soy
bailarina.
ZACK: Está bien, estás pasando por una mala racha, como cualquiera. Ya cambiará.
CASSIE: Eso es lo que yo todo el tiempo me decía en Hollywood, una y otra vez... ¿Y qué
pasó? Nada. No soy actriz.
ZACK: ¡¿Qué?!
CASSIE: ¡No puedo actuar! Pero ahí andaba yo en California, supuestamente de actriz. Y no
me llevó mucho tiempo descubrir que no puedo actuar... A Hollywood tampoco le
llevó tiempo averiguarlo.
CASSIE: Claro... Una porquería de papel en una película que ni fu, ni fa; papel que acabaron
por cortar, a Dios gracias... “Chica a Go-Go” en un programa especial... ¡Ah! Me
probaron de modelo para un comercial de papel higiénico, pero me descalificaron
al final, porque no lo supe acariciar con cuidado. ¿Qué te parece? Diecisiete años
en el ambiente y me reprueban porque no sé acariciar rollos de papel higiénico.
También bailé en un comercial vestida de “Curita”, muy divertido... Me tocó un
temblor, tomé muchísimo sol... y seguramente te contaron que...
CASSIE: ¿Que si necesito dinero? ¿Quién no? Pero no quiero una limosna. Quiero trabajo.
¡Quiero trabajo y no conozco otra manera de decirlo! ¿Quieres que lo vuelva a
repetir?
ZACK: No.
CASSIE: Bueno, eso ya es algo... Date cuenta Zack. Hace dos años que no trabajo en mi
trabajo. No tengo otra alternativa. Por eso me regreso a la línea... (Se acerca a la línea
blanca del piso y la señala) Sí, me regreso a tu línea. ¡Me niego a ser mesera, y sobre
todas las cosas, me niego a dar clases de baile mientras yo pueda seguir bailando...
¡Ésta es mi vida
el baile es baile!
Yo necesito tu ayuda
para volver a empezar,
para sentir que ya viene el estreno,
la orquesta que empieza a tocar.
(Baila)
Ponme los pasos,
ponme los pasos,
ponme los pasos,
dame la oportunidad.
Solo pido música, los espejos
y los pasos, y poder bailar...
(Baila. Al terminar...)
CASSIE: No estoy tratando de volver. Estoy tratando de empezar otra vez. Me conformare
con eso, empezar de nuevo.
CASSIE: ¡Sí!
CASSIE: ¡Pero por supuesto! ¿Para qué otra cosa estamos aquí? Eso es de lo que se trata,
¿no? ¡De trabajo, Zack! Por eso hoy estoy aquí... por un trabajo!
ZACK: Pues no debiste haber venido. Estás en donde no debes... Cassie, no eres una
bailarina del montón, ¡no sabes ser del montón!
CASSIE: Pero fui del montón hace años y puedo volver a serlo otra vez. ¿Ni siquiera me
dejas? Por favor, por lo menos dame la oportunidad.
(Entra Larry)
ZACK: Uh, no... No, váyanse abajo y que se aprendan la letra de la canción. (Larry empieza el
mutis) Ah! Y mándame a Paul. (Larry hace mutis. Después de un momento, a Cassie) Está bien,
ve con Larry y apréndete la letra.
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(Cassie hace mutis. Después de una pausa entra Paul, inseguro, y se queda al fondo)
ZACK: Sí, Paul... Mira, me gusta mucho como bailas y... (Paul se apena y encoge los hombros) No,
de veras; por eso quiero platicar contigo. Lo primero, si te vas a cambiar el nombre,
¿por qué te quitas el puertorriqueño y te pones un italiano?
PAUL: Por mi tipo... La gente me dice: “Tú no eres de Puerto Rico, no es cierto.” Pero si
soy.
PAUL: No, pues... es que... nada mas son ganas de ser otro, y me puse Paul San Marco.
ZACK: ¿Y quién sí? Pero eso es lo que la palabra significa, Paul. “Pasado”, que ya pasó.
PAUL: No, ¿qué saben de teatro los puertorriqueños? Nada. Ahora tienen el canal
cuarenta y siete, pero antes no tenían nada. Pero mi papá le encantaba el cine, y
nos llevaba muy seguido. Salía tarde de trabajar y llegaba a casa, y nos llevaba a
la calle Cuarenta y dos, y nos metíamos a un cine tras otro a ver películas. No sé
por qué, pero siempre me encantaron las musicales.
PAUL: Tenía que sentarme adelante, porque no veía bien. Ahora traigo lentes de
contacto... Me pasaba hasta adelante, y estos hombres extraños llegaban... y se
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sentaban junto a mí... y me fajaban... Nunca se lo conté a nadie porque... bueno,
supongo que no importaba...
ZACK: Mira Paul, si estás sufriendo, ya tengo tu fotografía y tus datos... Si te necesito
yo...
PAUL: ¡¡No!! Ah... (Avanza hacia proscenio) O.K.... De tanto ver películas musicales, me dio por
bailar en plena calle y me cachaban todo el tiempo. ¡Vamos, me moría de la pena!
Yo siempre era la bailarina Cyd Charisse... siempre. Lo que en realidad no entiendo,
porque yo siempre quise ser actor. Digo, siempre quise estar en un escenario... Una
vez mi prima me dijo: “Jamás vas a ser actor”, y sabía que me lo estaba diciendo
porque yo era muy... mariquita. Mejor dicho, era muy, muy afeminado... Siempre
había sabido que era “gay”, pero nunca me molestó. Lo molesto, era no saber
portarme como los hombres. Un día, me vi la figura en el espejo y dije: “Tienes
catorce años y eres un maricón. ¿Qué vas a hacer de tu vida?”. Para entonces ya
estaba yo en la secundaria. Una escuela de tres mil alumnos. Desambientado,
desprotegido, sin amigos a quién hacer reír con mis chistes, para que dieran la cara
por mí, como cuando estaba en escuelas más chicas. A mí si me gustaba la escuela,
pero empecé a sacar muy malas calificaciones. Ni cuando sabía la respuesta
levantaba la mano, porque me daba miedo que se rieran de mí. Hasta me chiflaban
en los pasillos. Feo... muy feo... Total, un día fui a la oficina del director y le dije:
“Soy homosexual”. Era una secundaria católica, y a los quince años, esas cosas
nomas no se decían. Dijo el director: “¿Quieres ver a un psicólogo?”…y lo vi. Y me
dijo: “Creo que estás muy bien adaptado para tu edad y te aconsejo que te salgas
de la escuela”. Y…me salí. Pero no quería realmente, lo que estaba era harto. Al
salirme de la escuela, lo hice para tratar de saber quién era yo y aprender a ser
hombre. Ya ves cuantos hay en este mundo que no saben ser hombres. Y desde
entonces descubrí... que yo lo soy. Yo estaba en un error; había querido volverme
un macho. En fin, empecé a rondar por la calle Setenta y dos, y a conocer a todos
éstos tipos de lo más raros, con tal de conocer a otros como yo y poder así
entender que me pasaba. Alguien me dijo que estaban buscando bailarines para la
revista del “Jewel Box”, la de los transvestistas... ya sabes. O sea, que me presento
en la audición. Bien, de tantos años de fingir que era yo bailarina, mis piernas tenían
una extensión increíble. Es decir, podía yo girar y hacer cualquier cosa en la
primera audición. Pero me dijeron: “Te falta estatura para ser un señor; ¿no
quieres ser “pony”?”. Yo dije: “¿Cómo “pony”?”, “Una chava”, me dijeron; “¿Qué
tengo que hacer?”, “Déjanos ver tus piernas”, “Pero, las tengo velludas”, “No le
hace. Ven vamos arriba”. Así que subí, y me arremangaron los pantalones, me
pusieron medias de nylon y tacones... Me frikearon, muy feo... Y luego me llevaron
otra vez al piso de abajo y me dijeron: “¡Ay que piernas, oye! ¡Fabulosas!.” Yo dije:
“¿De veras?... Me alegro”... ¡Qué raro pensar en todo esto! ¿Cuánto hace que fue?
Toda una vida. Estaba cumpliendo los dieciséis. En fin, luego vino el problema de
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ver que no se enteraran mis papás. ¡Que problema! Por todas las cosas que tenía
que comprar; zapatos para ensayar, aretes, maquillaje. Y por más que escondía
todas estas cosas, mi mamá las encontraba. Le decía que en la obra salía una amiga
y que no quería que su mamá lo supiera, y que yo le guardaba sus cosas. Me la
creyó... Total, por fin iba yo a debutar; en un teatro de mierda, pero iba yo a
trabajar... No era la envidia de nadie. Amigos sí tenía... pero con el tiempo, resulto
humillante. Nadie en la compañía se daba a respetar y casi a todos les daba
vergüenza. Se veían a sí mismos como fenómenos. Quien sabe, se me hace que la
falta de respeto fue lo que no aguanté... y me fui. Anduve de aquí para allá por
algún tiempo, trabajando en oficinas y de mesero. Pero sin estudiar, no se consigue
una buena chamba. Por eso, cuando me pidieron que volviera a la compañía, volví.
Estábamos trabajando en el cine Apolo, en la calle Veintidós. Cuatro funciones al
día con todo y película,... de plano de carpa. Nos mandaron de gira. Mis papás
querían despedirse y me iban a traer el equipaje al teatro al acabar la función.
Resulta que estábamos haciendo un cuadro de orientales y yo salía vestido de
china, con dos crisantemos grandotes, uno en cada oreja, y un tocado enorme con
bolas doradas por todos lados. Yo iba del camerino al escenario para el cuadro
final y al bajar... a quién veo en la entrada de artistas... A mis papás. Se les había
hecho temprano. Me frikie. No sabía que hacer. Me dije: “Ya sé, voy a pasar
delante de ellos como si nada. No me van a reconocer”. Respire hondo y comencé
a bajar las escaleras. Y justo al pasar frente a mi mamá, oí que decía: “¡Ay Dios!”.
Yo...me quería morir. Pero ¿qué me quedaba? Tenía que salir a dar las gracias, y me
seguí de frente. Terminó la función y volví al camerino, y al acabar de vestirme y
desmaquillarme, bajé otra vez... Y mis papás seguían parados en el mismo lugar,
rodeados de mis... Bueno, nada mas me dijeron: “Escríbenos, come bien y cuídate
mucho”. Y justo antes de salir mi papá le dijo al productor: “Le encargo mucho... a
mi hijo”... La primera vez que dijo... esa... palabra...
(Al llegar a este punto, el llanto no lo deja continuar. Después de un momento, Zack sube al escenario y lo abraza
para consolarlo. Entra Larry)
(Zack lo detiene con un ademán y habla con Paul en voz baja. Luego, Zack baja la mano y le dice a Larry:)
LARRY: (Grita hacia fuera del escenario) ¡Bien muchachos, ya pueden pasar!
ZACK: Larry, trae los sombreros.
(Larry sale mientras los demás, con excepción de Cassie, comienzan a entrar. Vienen en grupos, repasando la letra
de la canción, practicando la coreografía o haciendo comentarios. Después de un momento, entra Larry con una caja
de sombreros y se dirige al grupo:)
(Todos escogen un sombrero y se lo prueban. Cassie entra cuando comienza a hablar Zack)
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(Las muchachas se preparan para bailar la combinación. Cassie se da cuenta de que las demás traen sombrero)
BOBBY: Cassie. (Le da su sombrero a Cassie y después toma el que trae Larry)
(Las muchachas bailan la combinación. Zack las observa y corrige los errores)
MUJERES: Un...
(Terminan la combinación)
HOMBRES: Por...
Estar en su presencia
una y otra y otra vez,...
ZACK: ¡Me estás echando a perder la combinación, Cassie! Estás mal. Fíjate, contrólate.
Sigue como los demás.
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HOMBRES: ... pues la estrella ella es
y siempre,
siempre hace que la gente
cante, cuando está presente,
su canción.
(Todos bailan)
Estar en su presencia
una y otra y otra vez,
pues la estrella es y siempre,
siempre hace que la gente
cante, cuando está presente,
su canción.
(Zack jala a Cassie, sacándola del grupo. Los demás, junto con Larry, continúan bailando y cantando pero sin emitir
la voz. En algún momento, durante la siguiente conversación, el grupo se congela, y al final de la misma se
descongela, retomando la coreografía)
ZACK: Mi trabajo.
CASSIE: ¡¿Qué?!
ZACK: ¡Carajo Cassie, ¿cómo es posible?! Dejaste el conjunto a los veintidós. ¿A los
treinta y dos para qué quieres regresar?
CASSIE: ¿Cómo que no? Hice lo que me pediste. Me controlé, obedecí, bailé como los demás.
ZACK: Por eso lo digo. Mira, si quieres la verdad, me sacaste de quicio. ¡No soporto verte
bailar en el coro!
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CASSIE: Pues es tu problema. ¿Por qué? Porque tú fuiste el primero que me sacó del
conjunto. ¿Por eso te sientes frustrado?
ZACK: Cassie, eso no es cierto. Tú sabes que no es cierto. Estaba dirigiendo mi primer
obra.
CASSIE: De eso es de lo que estabas enamorado, del único mundo que tiene significado para
ti.
ZACK: Tú sabes lo importante que era para mí. ¡Hombre, dirigir una obra! Sacarla
adelante significaba no estar condenado a inventar pasos de baile el resto de mi
vida.
CASSIE: ¡Ah! Y tú no naciste para una sola cosa. Tenías que ser bueno para todo; dirigir,
ser coreógrafo, musicales, no musicales, cine. Yo sabía que te gustaba trabajar,
pero trabajando se te pasa la mano ¿no crees?
ZACK: Puede que sí... Pero como que a ti no te molestaba si trabajábamos juntos, pero si
trabajábamos separados, entonces...
ZACK: ¿Y qué tiene eso de malo? ¿Qué tiene de malo ser el mejor y ser estrella? Cuando
me fui del coro estaba decidido a ser...
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CASSIE: Esa no es una decisión, es una obsesión. Ser bueno, ser el mejor, ser lo máximo.
¡Es horrible, ¿no te das cuenta?! ¿Vas a pasar el resto de tu vida ensayando la obra
que sigue y la que sigue y la que sigue las 24 horas del día? Y sabes que, ni siquiera
lo haces por ti; lo haces por demostrar algo, como yo lo hacía antes. Porque lo hacía
por ti, para complacerte, para que no te fueras, para que volvieras. Pero ya no
quiero demostrar nada. Lo que quiero es hacer lo que amo, tanto como pueda y
todo el tiempo que pueda. Pero al menos ahora lo estoy haciendo por mí. ¿Por quién
lo estás haciendo tú?
(El grupo reinicia la combinación y recobra la voz, intercalando la canción con el diálogo)
ZACK: Yo sí.
CASSIE: Me alegro. O sea que estamos a mano y me vas a tratar como a los demás.
ZACK: (Señalando al grupo) ¿Eso es lo que quieres de mí? ¡¿Es eso realmente lo que quieres
hacer?!
(Los dos miran al grupo, mientras éste recobra “vida”. Aumenta el volumen de la música)
LARRY: (Al grupo) O.K. muchachos, vamos a hacer la rutina de tap. Todos a la derecha, por
favor. Voy a separarlos por parejas... O.K., quiero ver a Richie con Sheila, y a Bibi
bailando con Bobby... No, no, las muchachas de un lado y los muchachos del otro...
Muchachos, un poco atrás... ¿Listos? Cinco, seis, siete, ocho.
LARRY: (A Sheila) Sheila, ¿por qué tan sería? Sonríe. (Sheila sonríe exageradamente) Sonriendo,
pero no para anunciar pasta de dientes. Quiero sonrisas que digan: “Me encanta
bailar”.
(Termina la combinación)
LARRY: Muy bien gracias. A la izquierda. Ahora quiero ver a Diana con Greg... Valerie y...
Mark. Mark, baila con Val.
LARRY: Muchachos, quédense un poco al fondo... (A Diana) Diana, no oigo tus “taps”.
LARRY: Mike... a Connie... Connie, ¿te estás escondiendo ahí atrás? Ven para acá.
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CONNIE: (Corriendo a su lugar) El tap no es mi fuerte.
LARRY: Y quiero ver a... Paul... Los demás espérenme. Cinco, seis, siete, ocho.
(Comienzan a bailar)
LARRY: Muchachos, ustedes atrás y las muchachas al frente... Connie, tranquila, contenta.
(Siguen bailando, hasta que Paul se cae durante un giro. Las siguientes frases se dicen al mismo tiempo)
MAGGIE+: ¡Connie!
PAUL+: ¡Ah!
PAUL: Sí...
CASSIE+: Un médico...
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ZACK: ¿Y ahora?
LARRY: Zack, el doctor dijo que sería más rápido si lo mandamos en un taxi al hospital, en
vez de que él venga para acá. Lo va a estar esperando en la puerta de emergencia.
CASSIE: Yo voy.
ZACK: No.
DON: Yo te ayudo.
ZACK: (Siguiéndolos a la salida) Paul, te veo después... Larry, me llamas del hospital.
(El grupo queda en silencio. Zack recoge la bolsa y se la da a Maggie. Se dirige a su mesa, pero se detiene; voltea,
observa al grupo y finalmente les pregunta:)
BIBI: Te suicidas.
ZACK: No en serio.
RICHIE+: ¡Hombre!
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ZACK: (Los calla) ¡De acuerdo! Pero, ¿qué me contestan?
RICHIE: O.K., yo contesto... que esto ya me está asustando. A mí me encanta estar aquí,
pero un buen día me digo: “Richie, tienes ocho años de pasártela bien, pero... ¿a
dónde vas?”.
ALAN: Hay compañeros que cuando se sienten así, se salen rápido del ambiente.
(Todos protestan)
CONNIE+: Es cierto.
BIBI: ¡Ay, por favor!... No empiecen con que el teatro se va a morir, ahora que yo acabo
de empezar.
(Todos protestan)
MIKE: Pero, aunque así fuera, aunque te contrataran para ésta obra... un día se va a
terminar... Todo se acaba, ¿no es cierto?
RICHIE: Luego hay que volver a empezar. Es un rollo que nunca termina, como la cola del
metro. En ésta ambiente, lo único de lo que puedes estar seguro es que mañana no
tendrás trabajo.
JUDY: Pero, ¿no quieren hacer algo más que seguir bailando en el montón?
JUDY: Bueno, yo quisiera ser algo más que la muchacha alta, morena, la segunda de aquí
para allá. No porque quiera ser estrella ni nada, pero...
SHEILA: Ay, ¿quién no? En este país, todo el mundo quiere ser estrella.
BOBBY: Bueno, lo siento pero... yo no puedo preocuparme de eso por ahora, porque mis
planes son seguir meneando las piernas mientras pueda y cuando ya no pueda...
bueno, pues simplemente me dedico a otra cosa.
(Todos protestan)
ALAN: No me digas. Hay más actores sin trabajo que bailarines sin trabajo.
(Reacción general)
DIANA: ¡Ay, no sean payasos! ¡El teatro es así, caray! Nadie se mete al teatro para jugar
a la segura. Estamos todos aquí porque queremos, y miren como se portan. Si el
teatro no es nada mas un trabajo cualquiera... al contrario. O sea que todos
ustedes ¿de qué están hablando?
GREG: De la vida... que está canija para todos. Por eso yo no tengo planes, ni alternativas.
Me conformo con irla pasando... y me bastan las preocupaciones de cada día para
hacerme bolas.
DON: Miren, todos nos sentimos de la misma manera y por eso estamos aquí. Pero, yo
tengo una esposa y dos hijos, y por mucho que me guste el baile y el teatro... el
caso es pagar mis deudas y darles escuela a mis hijos. O sea que tengo que ir a
donde haya dinero.
ZACK: Y, ¿qué vas a hacer?
VAL: ¡Yu-juuu!
GREG: Bueno, si tuviéramos todos que escoger otra carrera... A ver, escojan una carrera...
Tú. (Dirigiéndose a Sheila) ¿Qué te gustaría ser cuando seas vieja?
SHEILA: ¡Joven!
CONNIE: Yo si sé lo que voy a hacer. Porque... una noche, la obra que yo este haciendo se va
a terminar y por fin voy a romper con mi dieta. Luego me subiré al coche con mi
marido y nos iremos a nuestro rancho. Y vamos a tener muchos hijos, bailaré en la
cocina, guisaré todos los días y encantada de la vida me dedicaré a echar panza.
KRISTINE: Me parece muy bien, menos lo de la gordura. Sí, a mí también me gustaría hacer
eso, pero no tan pronto. Nosotros todavía no tenemos un rancho.
CASSIE: Yo tampoco. Ni podría tener otro amor. Mi felicidad está aquí, en el baile y en el
teatro.
SHEILA: Eso es lo que yo decía antes: “No me daré por vencida. Tengo que ser bailarina a
los dieciocho”... Después me di cuenta de que debía estar en las comedias musicales
y me dije: “Muy bien, voy a bailar en el conjunto... pero tengo que conseguir un
papel antes de los veintiuno...”
SHEILA: Correcto. Luego tienes veinticinco y dices: “Sólo dos años más...”. ¡Bueno demonios,
ya tengo treinta! Quiero decir, ¿cuántos años más me quedan como bailarina del
conjunto? ¿Tres? ¿Cuatro si me opero los ojos?... Bueno, ya no quiero darme
plazos... Y últimamente he estado pensando en abrir una escuela de baile. No sé...
¿Estoy buscando pretextos? ¿Estoy madurando? No sé...
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DIANA: ¿Y quién sabe? ¿Quién sabe algo? No te puedes adelantar. Simplemente tendrás
que esperar a ver que pasa.
ZACK: De acuerdo. Pero si hoy fuera el día que tuvieran que dejar de bailar, ¿cómo se
sentirían?
(Todos reflexionan sobre la pregunta. Diana, que está al centro del escenario, comienza a cantar:)
Al decir adiós
pensemos en mañana.
Todo fue por un deber.
Recordar sin rencor
porque di mi amor.
Al decir adiós...
Porque di mi amor.
TODOS: ...mor.
61
(Uno por uno, se dirigen lentamente a su lugar en la línea. Cuando ésta se acaba de formar, Zack les dice desde su
mesa:)
(Oscuro final)
62
ONE
Estar en su presencia
una y otra y otra vez,
pues la estrella ella es
y siempre,
siempre hace que la gente
cante, cuando está presente
su canción.
Y no es nada común,
y al entrar se ve...
Estar en su presencia
63
una y otra y otra vez,
pues la estrella ella es
y siempre,
siempre hace que la gente
cante, cuando está presente
su canción.
Estar en su presencia
una y otra y otra vez,
pues la estrella ella es
y siempre,
siempre hace que la gente
cante, cuando está presente
su can...
su can...
su canción.