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de Louis Kervran
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INTRODUCCIÓN
Como se sabía que la tierra era redonda y que giraba(1) como se conocía
con suficiente aproximación la longitud de su circunferencia, por los
grados de meridianos, medidos desde la Antigüedad, se sabía, en el siglo
XV, qué distancia aproximada separaba al Extremo Oriente de Europa, al
este de esta última. Por el contrario, para ir por el oeste, no se la
mencionaba, pues la distancia era inaccesible en línea recta para los
veleros de la época cuya velocidad máxima casi no sobrepasaba los 6 u 8
nudos siendo la velocidad media diaria cercana a los 3 nudos, mantenida
durante las veinticuatro horas, pues, desde la Antigüedad, en el Atlántico
se navegaba también de noche, con navios que no sobrepasaban los 22 o
23 metros de largo (72 pies).
(1) Es falso decir que fue Galileo el primero en reconocer que "sin embargo
gira": Nicole Oresme, nacido a comienzos del siglo XVI en los alrededores
de Caen, matemático célebre, se convirtió en maestro del Colegio de
Navarra en 1356, luego de haber sido preceptor del futuro rey Carlos V —
rey en 1364— fue obispo de Lisieux en 1377 y murió en 1382: éste había
calculado que la tierra gira sobre si misma, pues si así no fuera, si las
estrellas giraran alrededor de la tierra, existirían velocidades imposibles,
incluso para el sol. Oresme fue "retomado" en matemáticas por Descartes
a quien se atribuye, por error, la paternidad de diversos estudios sobre
álgebra, las funciones, la geometrfa, y es nuestra obligación recordar a
aquel olvidado precursor.
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Se aceptó tomar a Colón como animador, aún cuando éste no conociera
nada de navegación. El capitán de la embarcación puso a Juan de La Cosa
a su disposición personal; excelente navegante, éste supo muy bien tomar
la altura en latitud y no se equivocó mucho sobre la longitud. Al atracar en
las islas Bahamas (San Salvador) en tanto que Colón creía estar en la
India, de La Cosa sabía muy bien que el iluminado Colón se equivocaba
por alrededor dé 10.000 km sobre la distancia que separaba a Europa del
oeste de la India: ¡un error de un cuarto de la circunferencia terrestre!
Pero las pretensiones de España de anexar todas las tierras al oeste de las
Azores, que, en este caso, estaban ocupadas por Portugal desde varias
décadas antes y que, por otra parte, nadie reivindicaba, inquietaron a los
portugueses y se originó un conflicto entre los dos reyes católicos por la
repartición de las tierras al oeste del Atlántico. Ambos se sometieron al
arbitraje del papa Alejandro VI, sucesor de Martín V; primeramente
presentido, dicho arbitraje fue propuesto por el rey de España. El rey de
Portugal no pudo recusarse aunque temiera un arbitraje exento de
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imparcialidad por ser el papa elegido, y porque el poderoso rey de España
era su elector. Se produjeron ciertas componendas para que el meridiano
de repartición fuera llevado más hacia el oeste de fe que sugería el rey de
España y, finalmente, por una cota aproximada, la línea de demarcación
fue fijada en las proximidades del paralelo 65 de longitud oeste del
meridiano de Greenwich de nuestros mapas actuales. Sólo con alguna
protesta formal, el rey de Portugal se inclinó ante esta decisión, pues
constató que si el rey de España había aceptado hacer retroceder la línea
de demarcación a 270 leguas al oeste de la más occidental de las islas
Azores, en donde Colón había hecho escala, era porque estaba persuadido
de que ese lugar no tenía mucho interés. En 1493 dicha línea había sido
propuesta a Martín V por España, a 100 leguas al oeste de las islas del
Cabo Verde. El rey de España ignoraba la real posición de Brasil, al cual
imaginaba como una isla en alguna parte al sud de las islas del Cabo
Verde. Por ello estaba convencido de que su rival no pedía más que una
concesión de prestigio, ya que Colón, luego de su larga escala en las
Azores, no había visto ninguna tierra entre ese archipiélago y el que
acababa de descubrir. Al oeste de las Azores, a 700 leguas, había desviado
la ruta del paralelo 28 para tomar el paralelo 25. El rey de España
comprendió demasiado tarde que había sido engañado y Brasil fue
portugués. Algunos autores dicen que fue en 1479 cuando Martín V
obtuvo el reconocimiento de su soberanía sobre los territorios conocidos o
por descubrir al este del cabo Bojador (continente africano), lo cual incluía
la soberanía sobre Madera y las Azores; de allí el procedimiento comenzado
en 1493, ante las instancias del papa, por el rey de España para evitar la
concesión hecha a los portugueses.
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estas tierras, las señaló en su libro de a bordo, las situó aproximadamente
en coordenadas, pero no atracó.
Mucho antes, más hacia el norte, los vascos y los bretones se dirigían a
pescar bacalaos y ballenas hacia las zonas de la actual Terranova.
Competían allí con pescadores del noroeste de la península ibérica, los de
Galicia y del norte de Portugal, pero todo esto era secreto: los reyes
ignoraban las rutas seguidas y sólo les interesaba la tasa impuesta al
desembarco de los barcos cargados de pescados. Estos pescadores habían
llegado hasta esas regiones en persecución de la ballena de Vizcaya (cuya
caza está prohibida en nuestros días, pues casi ha desaparecido).
Esta ballena venía a la bahía de Vizcaya para tener su cría; era, durante
su lenta partida con sus ballenatos, acechada por los pescadores ribereños
del golfo de Gascuña y perseguida hasta los bancos invernales de
Terranova en Groenlandia. Se cuenta con documentos escritos sobre este
período. Varios se refieren a las pescaderías y secaderos de bacalaos en
Bretaña, secaderos en general dirigidos por portugueses. Era ésta una
antigua industria, pues no olvidemos que en la Edad Media había
alrededor de 160 días de vigilia por año y el bacalao, desde el siglo XI o
comienzos del XII, constituía lo esencial de la "carne de cuaresma”. Se
sabía salar y conservar como otros pescados sólo una variedad de bacalao,
bastante rara, casi extinguida, que se encontraba sobre las costas de
Europa, así como los congrios y las merluzas (en el siglo XVI, según el
jurisconsulto Guy Coquille, sólo había 146 días de vigilia por año).
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Los vikingos, antes de esta época, tuvieron un contacto con América y,
hacia fines del siglo X, se instalaron definitivamente en Groenlandia. Esto
ya es conocido en la actualidad y, cada vez más, en la segunda mitad del
siglo XX se declara que fueron los vikingos, quienes, 500 años antes de
Colón, descubrieron América.
I. AMÉRICA Y LA ANTIGÜEDAD
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aproximadamente en relación a los 180°. En cambio, en el siglo XV, Colón,
el místico, dejándose llevar por el mapamundi de Behaim, ¡se equivocó por
un cuarto de la circunferencia de la tierra! Señalemos sin embargo que el
mapamundi de Behaim sitúa a la isla de Brandan en un lugar que, con
toda evidencia, corresponde a la actual Santo Domingo, y la mayor parte
de los mapas anteriores a Colón (del siglo XIV y de la primera mitad del
siglo XV) indican dos grandes islas, llamadas de Brandan y que podrían
ser las actuales islas de Cuba y de Santo Domingo, distintas del
archipiélago llamado Antilia, que figura en esos mismos mqpas y que,
quizás, fuera las Bahamas (o las Lucayas).
De todos modos, parece ser que algunas islas de esta región del Atlántico
estaban bien situadas en relación a lo que conocemos ahora; eran por lo
tanto muy conocidas por los navegantes que habían señalado las
coordenadas. Puede parecer sorprendente constatar que el continente
situado más allá, y no demasiado lejos, no figurara en ningún mapa. O si
no, esas tierras eran conocidas y estaban representadas, pero por una
suerte de línea punteada: por líneas de islas. Los que hubieran visto esas
costas las habrían tomado por islas sucesivas y ninguna exploración
continua las habría unido. Veremos más de cerca el caso de una isla que
figura en tales mapas y que podría ser el norte de América, según el
desciframiento que proponemos. Sea lo que fuere, la cartografía de la que
se disponía en el siglo XV era rudimentaria y no permitía suponer la
existencia de un continente más allá del Atlántico; pero, bien hacia el oeste
de Europa, se conocían algunas islas.
Hacia fines del siglo IV antes de nuestra era (alrededor de 310 antes de C.,
según nuestras consideraciones). Pitias, el navegante de la colonia fócense,
de Marsella, quiso reconocer la ruta del estaño de los cartagineses. Estos
últimos, al menos desde mediados del siglo VI antes de nuestra era,
poseían el monopolio del estaño proveniente del Atlántico. Los navegantes
guardaban discreción, las tripulaciones hablaban de esas tierras, los
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capitanes callaban conservando de este modo el secreto de sus rutas, sus
privilegios comerciales. En Grecia era sabido (Roma no se había afirmado
aún) que las embarcaciones iban a cargar a las islas Casitéridas, pero no
era conocida la ubicación exacta de esas islas. Un texto de Heródoto, de
alrededor de 450 antes de Jesucristo lo confirma. Un texto púnico
proporciona, algunos detalles sobre estas islas, pero nada dice sobre su
ubicación. Hemos podido reunir varios textos de la antigüedad que, juntos,
nos han permitido ver, sin embargo, que era posible fijar con precisión la
ubicación de dichas islas que, contrariamente a lo que se encuentra en
todos los diccionarios, no son en absoluto las Scilly (o Sorlingas) en el
extremo sud-oeste de Inglaterra. Son las islas comprendidas entre
Ouessant y la costa norte del Finisterre, islas actualmente anegadas en
gran parte por un hundimiento teutónico que se produjo durante todo el
siglo VII de nuestra era. De allí el error de nuestros historiadores
modernos que no comprendieron los textos antiguos y que quisieron
interpretarlos en función de la geografía actual. Pero los textos que hemos
citado no contienen ambigüedades (con respecto a ello ver nuestros
artículos: La Revue des Deux Mondes, sept. 1969, y aún más en detalle la
Revue Maritime, en ese entonces órgano de la marina nacional —hoy
museo de la Marina, palacio de Chaillot—, París, no de julio, 1971).
Pitias se dirigió luego a reconocer los puertos de embarque del ámbar, con
certeza en la costa oeste de la península de Jutlandia (no hay seguridad de
que haya penetrado en el Báltico). Este navegante, un siglo antes de
Eratóstenes, a quien sin embargo se atribuye prioridad, había medido la
longitud de la circunferencia terrestre: midió dos grados, remontando el
Ródano y midiendo la distancia a la que, a mediodía, se encuentra el sol 2°
más bajo por sobre el horizonte. No se cuenta con los textos auténticos de
Pitias, sino con copias de pasajes, y algunos autores piensan que se debe
interpretar los dos grados medidos como un grado a la ida y otro a la
vuelta. Para medir la altura del sol, se utilizaba una simple punta vertical
que proyecta sombra sobre una placa horizontal: el gnomon. Tomó el largo
medio de un grado. Conociendo el largo de un grado y ya que la tierra era
redonda, alcanzaba con multiplicar por 360, esto era conocido. El grado
había sido definido por los asirlos como la 360va. parte de una
circunferencia. Las distancias eran expresadas en estadios griegos,
medidas en pasos standards y se tomaba el promedio del número de pasos
del equipo encargado del trabajo. El hábito de dar pasos de longitud
conocida y constante (práctica aún en uso entre los militares quienes
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conservan una cadencia de marcha) producía sólo pequeños errores, que
se compensaban en grandes distancias; habida cuenta de estos medios
rudimentarios, el valor proporcionado por Pitias fue asombrosamente
preciso, ya que, en relación a nuestras medidas de hoy, sólo se equivocó
por algo más de 5 km sobre la posición exacta del círculo polar ártico.
Dicho círculo, según sus datos, debía atravesar a Islandia, la Thulé de
aquel entonces. Pues, siempre según sus cálculos, había una oblicuidad
de la eclíptica que se "materializa" por medio de dicho círculo polar. Yendo
a Islandia, podría verificar, por lo tanto, que durante el solsticio de verano
el sol no se ponía.
Se adivina la existencia de tierra más allá del horizonte por sus nubes,
por algunos pájaros que no se internan mucho en el mar, etc. Sin
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embargo, se trata, en este caso, de puras conjeturas, pues nada de lo que
se sabe de su relato (a través de sus críticos ya que su relato resultó
destruido durante el incendio de la biblioteca de Alejandría) da cuenta de
ello. Pero no olvidemos —y ya volveremos sobre ello— que la Groenlandia
actual era muy diferente en aquella época de lo que ella es en nuestros
días.
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Sea lo que fuere, tales índices no parecen haber sido identificados antes, y
lo más importante, para jalonar nuestros contactos con América, es pensar
en la escala que constituía Islandia, la cual era conocida desde la
Antigüedad. Veremos que no es posible frecuentar esta isla sin ser un día
sorprendido por una tempestad y arrastra-do hasta América bajo el efecto
del viento y de las corrientes, pues vientos y corrientes, en las latitudes de
Islandia, se dirigen hacia América una gran parte del año, mientras que en
el sentido oeste-este, vientos y corrientes son sobre todo favorables para
latitudes más meridionales.
Fue mucho más tarde también —recién en el siglo XVIII— que las sagas
nórdicas llamaron la atención. En la Edad Media sólo se escribía en latín,
la única lengua "seria" y sagrada. Todo lo que no era latín era desdeñado y
los monasterios no copiaban más que versiones latinas. A veces se
condescendía a copiar un poco de griego, pero se rechazaban con desdén
las lenguas vernáculas, profanas. Debemos llegar al siglo XII para
encontrar el primer relato de los viajes de Brandan en francés, texto
llegado hasta nosotros, y de allí su importancia pues es uno de los más
largos y de los más antiguos que nos permite conocer el francés arcaico.
Pero fue necesario esperar el año 1705 para que el danés Torfaens,
interesado por las sagas encontradas en su país, las relacionara. Se le
ocurrió entonces cierta unidad en aquellos relatos que pasaban como
imaginados. Llamó la atención de los letrados europeos sobre su
contenido, pero no encontró eco alguno, y fue cien años más tarde que fue
retomado el estudio crítico de esos textos. ¡Hasta el siglo XIX, hemos
ignorado la historia de los vikingos en Islandia y en Groenlandia! Dichas
sagas son de una importancia determinante para la historia. Nosotros
hemos de detenernos largamente en ellas, pues constituyen un jalón
indispensable para remontar más allá de aquellos viajes de los Nórdicos a
través del Atlántico Norte. Esto no había sido visto, lo cual me permite
proponer al lector una versión inédita de las travesías del Atlántico antes
de Colón. Pero no es imaginaria: se apoya en textos que -no habían sido
comprendidos y sólo cobran sentido con su síntesis.
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permiten dar fechas y localizar la región en la cual está señalada la
presencia de los celtas y obtener al mismo tiempo de los propios vikingos
la confirmación de que los celtas se habían implantado en el continente
americano antes de que ellos mismos llegaran a Groenlandia. Situemos
primeramente esas sagas. Son, de alguna manera, "relatos de familias".
Existen alrededor de 80: familias de Islandia y de Groenlandia se han
transmitido relatos de la vida de sus antepasados desde su instalación en
aquellas tierras alejadas de Noruega, la patria común.
—quien tiene veinte años— el relato de la vida de Leif; Ari Frode, nacido
hacia 1060, sobrino de Thorkell, escucha este relato de su tío; a los
sesenta años, o un poco más tarde, después de 1120, Ari Frode escribe
dicho relato, que así llega hasta nosotros.
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que ello asombró a los "eruditos" quienes decidieron agruparlos,
relacionarlos. De ello resultaron dos grandes recopilaciones.
Otras sagas han sido escritas en el siglo XIV y son contemporáneas de las
recopilaciones de textos más arriba citadas. A veces hay entre ellas ligeras
diferencias que en nada cambian el fondo de la cuestión. Se dice, a veces,
del Flateyjarbók (o Flatehjarbók) haber sido escrito entre 1385 y 1388 por
dos sacerdotes: Jon Thordarson y Magnus Thorhallson, según los
manuscritos que se encontraban en la abadía de Thingeyrar. Dicho texto
fue escrito en la isla Uaná de Flateys (fíat = llana) situada en el Brethi
Fjord, en Islandia, de allí su nombre. Algunos críticos piensan que se le
debe quitar un siglo a ese compendio, y que no fue escrito hasta los
últimos veinte años del siglo XV.
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lo que nosotros sabemos, nunca había sido efectuada la relación de esos
datos, hasta el punto de permitir una síntesis que muestra una situación
puesta aquí en evidencia por primera vez en algunos de sus aspectos (no
tomamos en cuenta el pequeño ensayo que publicamos en abril de 1956 en
la revista Hommes & Monde, dicho ensayo dejó escapar algunos errores,
pero nos sirvió para recibir el aliento de algunos críticos literarios, lo cual
nos decidió a continuar nuestras Investigaciones; recordemos también
nuestra publicación, muy resumida, en la revista Plañóte no 8, 1963,
artículo reimpreso en Le Meilleur de Plañóte, 1966).
Pero aun cuando las diferencias entre las recopilaciones sean molestas,
cuando se trata, ahora, de precisar ciertos puntos, no por ello el conjunto
es menos homogéneo en lo esencial, ni deja de coincidir con justeza. La
mayor dificultad, como veremos, ha sido la localización exacta de los
lugares descriptos, en el continente, por no haber tenido los vikingos más
que apariciones fugaces, y por no haber dejado ningún mapa; al menos
ninguno fechado con certeza en el siglo XI ha llegado hasta nosotros; aún
se duda con respecto al siglo XII, y los más antiguos no parecen ser
anteriores al siglo XIII.
En 983, Ari Marson parte hacia Islandia con su drakkar cargado, desde
Limerick, puerto irlandés del oeste (al fondo del "fjord" —o de la ría— que
forma la desembocadura del Shannon). Limerick figura en un mapa de
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1339 con el nombre de Laymech; de Lamarch a comienzos del siglo XVI; en
la saga de Ari Marson, es Hlymrech.
Pero, en alta mar, es atrapado por un fuerte viento del noreste que lo
empuja hacia el sudoeste y finalmente encalla en una costa desconocida.
Allí es recogido por blancos que lo hacen prisionero y que "hablan el gael".
Ari Marson, jurando por su dios Thor, e ignorando todo sobre los dogmas y
los ritos cristianos, fue tomado por un pagano y bautizado. Lo cual él
aceptó astuta y diplomáticamente. Sin embargo algunas versiones no
hablan de su bautismo anterior, y nosotros pensamos que son verdaderas.
Pues parece ser que fue a fines del 999 que el rey Olaf impuso el
catolicismo a Leif (hijo de Erik), el primer groenlandés que fue a verle y que
en el año 1000 llegó a Groenlandia.
Es éste el más antiguo relato que se posee, en las sagas, sobre la presencia
de los celtas en una costa desconocida para los vikingos, pero que estos
últimos conocían como el continente al oeste del Atlántico,
geográficamente mal situado para ellos, pero que sabían habitado por
blancos de origen celta.
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Un dato sobre el mismo acontecimiento se encuentra en otro manuscrito
de Ari Frode (Ari el Sabio). Este cuenta los relatos que conocía gracias a su
tío Thorkell Gellirson. Este último, entre otros, habla de su abuelo, Ari
Marson, a quien no ha conocido. Pero Thorkell sabía por el viejo conde de
las Oreadas, Thorfinn, que Ari Marson había estado más allá del océano,
en el "País de los Hombres Blancos". Después del año 1120, fue referida
otra versión por Thorgilson quien murió a los ochenta años, en 1147 ó
1148, y que decía conocer el relato por Rafn (Hrafn), quien a su vez había
conocido a Ari Marson. Además Thorkell era el hijo de Gellir (Gellirson) que
fue compañero de Leif y éste poseía, de este modo, de primera mano, un
relato de los viajes de Leif. Había pues un solo intemediario entre Ari Frode
y uno de los protagonistas del viaje al país llamado más tarde Vinlanda.
Tales son pues las diferentes fuentes que ilustran este primer relato
nórdico sobre la presencia de los celtas en el continente norteamericano,
en tanto que, y es importante, los vikingos, llevados por vientos
desfavorables, han desembarcado allí cuando se dirigían hacia Islandia,
pues éstos últimos no iban en aquel entonces a Groenlandia en donde
recién se instalaron algo más tarde; ya lo veremos cuando tratemos sobre
la saga de Leif.
2. La saga de Bjarni
Yendo hacia el oeste, fue tomado por la bruma y los hielos y debió huir
hacia el sudoeste; la corriente casi norte-sud que pasa entre Islandia y
Groenlandia le facilitó esta ruta hacia el sudoeste, pero esa corriente
también traía los hielos polares. Tuvo la suerte de contar, poco después,
con un viento favorable que le permitió llegar rápidamente a la región de
los hielos dejando de lado esta peligrosa zona. Pero pronto se dio cuenta de
que ello lo llevaba lejos de Groenlandia. Durante varios días se
prolongaron el cielo cubierto y el tortísimo viento nordeste. Sabía que, a
pesar de haber navegado con las velas desplegadas al mínimo, se había
dirigido demasiado al sur. La salida del sol le permitió establecer la latitud.
Ese ángulo de percepción del sol correspondía a un cambio del viento en
aquella latitud sud; pudo así corregir el rumbo y volver hacia el norte.
Era en el año 986. Bjarni fue el primer vikingo que ha dejado rastros en
las sagas sobre una descripción del continente de América del Norte. Su
descripción parece ser lo bastante precisa como para poder reconocer las
costas que ha bordeado, localizarlas, encontrarlas; todo ello gracias a las
anotaciones hechas sobre la duración de los recorridos entre los puntos de
referencia. Es verdad que subsisten dudas, pero sólo sobre pequeños
detalles. Este incidente de navegación mucho dice sobre la capacidad de
los marinos de aquel entonces para orientarse en el mar, de una costa a
otra del Atlántico; y se la puede relacionar con la del cartaginés Himilcon,
más al sur, y 1500 años antes.
Sin embargo, este último, no pudo decidir a su viejo padre, Erik el Rojo, a
tomar el mando de la expedición, y fue él mismo quien partió para hacer,
en sentido contrario, el viaje efectuado por Bjarni Herjulfson 17 años
antes, pues ya corría el año 1003 (volveremos a encontrar este viaje más
adelante, en la saga de Leif).
¿Qué había sido de Bjarni? Buen marino, pero sobre todo buen
comerciante, no siendo la navegación más que un medio y el comercio el
fin, éste tenía los pies sobre la tierra... lo cual no es inconciliable. Dejó
hablar. No sentía tener el espíritu de un pionero que trata de descubrir, de
crear una riqueza: se contentaba con explotar las riquezas ya establecidas,
seguras: era de los que prefieren más "tener un pájaro en mano que cien
volando". Anónimo comerciante sin historia, se perdió luego de vista (sus
descendientes, poco orgullosos de él, hicieron silencio sobre el resto de su
vida).
— además esta anécdota es útil para recordar que los vikingos iban a
Dublin, que en aquel caso no se trataba de celtas, de navegantes oriundos
de Dublin, ello para corregir errores difundidos por los irlandeses; lo
hemos hecho notar también con respecto a Ari Marson, nacido en
Limerick, en la costa oeste de Irlanda, de padres vikingos.
3. La saga de Erik
La saga de Erik es una de las más importantes por sus desarrollos. Sin
embargo, sólo retendremos aquí algunos aspectos sobresalientes para la
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cronología de los hechos, pues dicho navegante no estuvo en contacto con
los celtas en América.
Fue allí en donde creció Erik (nacido en Noruega). Siendo joven, se casó
con una joven viuda, Thorhild, quien poseía tierras más al sur (al oeste de
la isla). Dejó el domicilio paterno de Drangar para instalarse en aquella
zona más fértil, en Haukadal; allí tuvo tres varones y una nena.
Erik, cuya causa era justa (? ), sólo fue condenado por "vicio de forma" a
tres años de destierro. Pero nos encontramos en el año 981. ¿Dónde ir a
instalarse en esta época del año y cómo preparar allí lo necesario para
invernar? Erik se decide a pasar sus años de exilio en aquellas tierras que
se divisan al alejarse hacia el oeste, altas y brillantes de hielo. Un vikingo,
Gunnbjorn, que muchos años antes, hacia 900, había sido alejado de su
rumbo, las había descripto a sus compatriotas islandeses. Nosotros hemos
de ver que las islas descriptas por Gunnbjorn se encontraban al este de
Groenlandia y que, en parte, desaparecieron en un cataclismo del siglo
XIV, en tanto que el glaciar avanzaba y que algunas partes rocosas de la
costa oriental actual son, en realidad, algunas de las islas envueltas por el
glaciar.
Pero es demasiado tarde para que Erik se vaya; los días son cortos, y corre
el riesgo de que su embarcación sea atrapada por los hielos. De tal modo,
decide ocultarse en una isla desierta del noroeste de Islandia para pasar el
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invierno. Su escondite es revelado sólo a algunos amigos seguros que lo
abastecen. En la primavera del año 982, se dirige derecho hacia el oeste,
en dirección a aquellas tierras poco conocidas. La costa oriental con sus
altos glaciares que llegan hasta el mar no le parece habitable. Se dirige
hacia el sur, llevado por la corriente ártica, y explorando las costas.
Bordea el cabo Fareweil y remonta a lo largo de la costa oeste. Allí
encuentra profundas bahías, reparadas, sin hielos, rodeadas de verdes
pastos. Bautiza a aquella región el "País Verde", el "Green Land", el "Groen
Land". Ya volveremos más adelante sobre la posterior modificación del
clima, y no veamos en este nombre una broma, un señuelo para atraer a
sus conciudadanos, tal como han escrito algunos autores, ello al juzgar la
situación actual, pero ignorando ese rápido cambio de clima que se operó
algunos siglos más tarde y que ahora comienza a conocerse mejor.
Durante el resto del año 982 exploró la costa, pescó y cazó para
asegurarse la alimentación. Según algunas interpretaciones, sobre las
cuales tengo algunas reservas pues no he encontrado nada sobre el tema
en los más antiguos textos, Erik, en distintos puntos, habría notado la
existencia de carcazas de barcos, de ruinas de casas de piedra, de altares
(?) de piedra. Lo cierto es que, durante esos tres años de destierro, no
encontró a ningún ser humano; y sobre ese punto todas las versiones
están de acuerdo.
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versión que no he podido recoger indica 25) partió de Islandia hacia
Groenlandia con familias, sirvientes, ganado, todos los bienes para un
viaje sin regreso. Más de 1.000 personas en total.
4. La saga de Leif
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que se le dedica es también una de las más importantes y viene después
de la que describe la vida de su padre Erik.
Había allí una falta a las leyes tradicionales, y esta ausencia de "civismo"
de Bjarni que no tomó posesión de esas tierras fue objeto de reprobatorias
conversaciones. Esto dejó rastros en el joven Leif. De tal modo, cuando ese
recuerdo fue reavivado en ocasión del viaje de Bjarni a Noruega, finalizado
en 1002, es decir 16 años después de su periplo en el sur, Leif, ya mayor,
se levantó contra la afrenta. Además, era sensible a las cosas noruegas
debido a la misión de evangelización que el rey le había encargado dos
años antes. El honor de toda la colonia estaba en juego. No podía ser que
se dijera que los groenlandeses habían perdido el espíritu de pioneros (¿o
de conquista?) de sus predecesores: la era vikinga no había muerto en
Groenlandia.
Más vale tarde que nunca, y era necesario partir lo más rápidamente
posible a tomar posesión de aquellas tierras. No pudo decidir a su padre
para que se pusiera a la cabeza de la expedición. Este argumentaba estar
en edad demasiado avanzada. Además, era muy necesario que el gran jefe,
el "jar!" se quedara cerca de sus subditos; si no, ¿qué podría llegar a
ocurrir con gente tan pronta para la pelea? ¡Paso libre a los jóvenes! En
realidad, también Erik hacía enfurruñar a los suyos. Había enviado a su
hijo Leif a Noruega en el año 999. Ese viajero de un país que en realidad
escapaba al imperio del rey fue llevado a este último, a Nidaros
(Trondjheim) y Olaf lo convirtió al catolicismo, pues no se podía resistir al
rey sin correr grandes riesgos. Fue vuelto a enviar a su país en la
primavera siguiente con la orden de convertir a los groenlandeses.
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de los vikingos. Fue quizás para probar que aquel ardor conquistador no
se había enmohecido por lo cual Leif se decidió a partir, aunque parece
haber aceptado mantener la palabra dada al rey, ya que logró convertir a
su madre. Una razón más para la hostilidad de Erik. Su madre, Thorhild,
hizo la promesa —la cual cumplió— de construir una pequeña iglesia cerca
de la granja de Brattahiid (región de Julianeshaab), en la región llamada
del OEsterbygd, o del este, del sudeste, más bien, en relación a la colonia
que se había establecido más al norte, más al noroeste, estando orientada
la costa de la región sur de Groenlandia en dirección sudeste-noroeste, al
oeste del cabo Fareweil. La colonia del noroeste, en la llamada región
Vesterbygd (alrededores de Godthaab) estaba también bordeando la costa
occidental de Groenlandia, pero ese grupo de poblados estaba separado del
otro por un pequeño glaciar que llegaba hasta el mar. Las dificultades en
las comunicaciones entre los dos grupos de poblados hicieron que poco a
poco éstos se administraran de manera autónoma, en federaciones, cada
región con su parlamento, pero Leif seguía siendo el jefe supremo.
De regreso en el 1000 (en tanto que Bjarni partió hacia Noruega en el 1001
y volvió en el 1002), al volver Bjarni —cuando su tripulación dio parte de
la reprobación pública ante su falta de 986— fue entonces un Leif
perfectamente consciente de su dominio en el manejo de una embarcación
quien decide reparar esa falta que recayó sobre todos los groenlandeses.
En la primavera del 1003 deja Brattahiid para reencontrar su país, con
una tripulación de 35 hombres. Para aquel momento la colonia ya se había
desarrollado y contaba con alrededor de 2.000 personas. Allí se
encuentran aún, aptos, muchos hombres que acompañaban a Bjarni
durante su periplo hacia el sur 17 años antes. Leif toma a algunos de ellos
para estar más seguro de reconocer de bastante lejos las costas que esos
hombres ya habían reconocido. Es verdad, la descripción de Bjarni se
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encuentra siempre presente en todas las memorias, pero más vale no
dudar en este reconocimiento que Leif quiere rápidamente.
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El análisis del Flateyjarbók da varias razones para que sea Terranova:
descripción, situación en dirección y en tiempo de navegación en relación a
Groenlandia, situación en dirección y en distancia en relación a la tierra
vista precedentemente por Bjarni, no pudiendo ésta ser otra que Nueva
Escocia. La parte explorada del norte de Terranova le pareció poco
atractiva y Leif se dirigió hacia la segunda descripta por Bjarni. Bordeó la
costa oriental de Terranova sin detenerse, por parecerle aquella región
demasiado hostil. Luego de haber sobrepasado Terranova, se desvió hacia
el sudoeste a fin de encontrar la costa descripta por Bjarni. Llegó a Nueva
Escocia un poco hacia el norte de Halifax, probablemente. La región,
cubierta de bosques demasiado cerrados, no pareció ser conveniente para
una implantación humana, pues no se encontraban en ella lugares de
pastoreo. La llamó Markiand, o País de los Bosques.
Hizo una segunda parada, al sudoeste de Nueva Escocia, quizás antes del
cabo Arena. Luego describió una curva hacia el oeste para ir al encuentro
de la costa que abordó, al parecer al sud del cabo Cod, a 110 km
37
aproximadamente al sudeste de Bostón. El lugar le pareció favorable y se
internó —realmente— en el enorme fiord de 8 km de largo que allí forma el
río Bass, aprovechando al mismo tiempo para pescar salmones.
Fue allí en donde Leif construyó "refugios" para pasar el invierno de 1003-
1004. Algunos pantanos lo protegían. No vio ninguna huella de presencia
humana en los alrededores y se consideró seguro.
Leif fue informado de ello, con muestras probatorias y, desde entonces, esa
región fue llamada Vinlanda (algunas versiones, equivocadamente, ubican
esta anécdota en la saga de Karisefni, pero ella pertenece sin duda alguna
a la saga de Leif; la confusión proviene de que la palabra Vinlanda no
figura en la primera versión, sino en otra posterior; pero se encuentra
38
igualmente en una versión de la saga de Thorvaid, mucho antes de que
Karisefni fuera a esas regiones). La fecha exacta del bautismo de esta
región con el nombre de Vinlanda sigue siendo objeto de controversias, ya
que en tres versiones llegadas hasta nosotros, en el Landnámabók, no se
atribuye a Leif el descubrimiento de Vinlanda; así como tampoco en la más
antigua versión conocida del Islendigabók, en irlandés antiguo; pero, por el
contrario, le es atribuida en la versión latina de dicha recopilación, y ésta
es anterior a la versión en irlandés antiguo. Pero fuera lo que fuere, si no
fue Leif el primero en llamar Vinlanda a aquel país, dicha denominación es
sólo algunos meses posterior, ya que se la encuentra, sin explicación, por
lo tanto ya admitida, en la saga de Thorvald. Es pues necesario rechazar la
versión nacida en el siglo XIX, en la cual se ha imaginado que ese nombre
provendría del antiguo danés "vin" que significaría "hierba", y que aquel
era el país de la hierba, el país del pastoreo y lo que sorprendió a Leif fue
que, en invierno, los pastos se conservaban verdes. Pero éste es
absolutamente otro aspecto. El invierno fue suave y la exploración
continuó, en dos equipos, uno que permanecía de guardia y otro que debía
volver todas las noches. Durante el invierno, el día más corto, Leif tomó
nota de las horas de salida y de puesta del sol. Esto ha permitido
circunscribir las investigaciones, eliminar ciertas interpretaciones que
ubican el terreno de Leif en Terranova, inspirándose de las ruinas allí
encontradas, pero ignorando totalmente las observaciones astronómicas de
Leif; pues aún en nuestros días, algunos siguen haciendo caso omiso de
esas capitales indicaciones, sin embargo. De este modo, un sitio
reconocido por Mallery en Terranova, en realidad y según diversas
comprobaciones, sólo ha sido habitado varios siglos más tarde. Lo mismo
ocurre con el que fue descubierto en 1960 por el doctor Ingstad, a 51°36'N
y 55°32'W, a aproximadamente 8 km WSW del cabo Baud, cerca de la
Ensenada de los Meadows, a 100 km del mar, en la bahía de las Epaves,
situada en la costa oriental de la Bahía Sagrada, hacia la actual entrada
del estrecho de Belle-Isle.
En 1831, Henry Wheaton calculaba que las horas indicadas por Leif
correspondían sensiblemente a la latitud de Bostón. En 1861, el R.P.
Abner Morse llegó sensiblemente a la misma localización. Poco después,
Andrew FOSUM indicó que se trataba de un punto muy próximo a los 41°
Norte, y el astrónomo Thomas Brugge indicó 41° 22', es decir un poco más
al sur de Bostón. El cabo Cod, lengua de tierra orientada en dirección
norte-sur, se encuentra comprendido entre los paralelos 41° y 42° Norte.
39
Pero al sud del cabo Cod, la costa se prolonga hacia el oeste y, debido a
pequeños cambios ocurridos en el nivel de algunos bancos de arena y que,
desde entonces, han modificado el perfil de las costas en ese lugar,
durante mucho tiempo se, dudó sobre el lugar exacto que correspondía a
la descripción de Leif. Tanto más que las dos palabras utilizadas en el
Relato de los groenlandeses, cap. III, apart. 18 son objeto de discusiones
entre filólogos especialistas en islandés antiguo. Me ha parecido que era
posible disipar toda duda y ya volveré sobre el tema en la II Parte, pues
este punto es muy importante. El río Bass sale del lago Follins y su orilla
sudeste se encuentra en los 41°22'20"N. Es allí donde Pohl, luego de más
de cien años de investigaciones en esos parajes, llevadas a cabo por
diversos arqueólogos, declaró haber encontrado los agujeros de amarre. Es
conveniente hacer notar que en ese lugar no se ha producido ningún
movimiento tectónico de las costas y que, si bien el nivel general medio del
mar ha aumentado, desde aquella época, alrededor de 80 centímetros, ello
es una consecuencia del aumento del nivel de los océanos, debido al
deshielo del casquete glaciar (parece que Pohl no había pensado en eso).
Leif pasó sólo un invierno en aquella región. Esta era muy interesante y
era necesario dar parte de ello. En la primavera de 1004, enfila hacia
Groenlandia, pero en pequeñas etapas, bordeando la costa para poder
conocer mejor el lugar. Sorpresa: el vigía divisó en tierra, sobre una roca,
unos hombres que hacían señas. Se acercaron a ellos. Echaron el bote al
mar. Eran blancos y, más de cerca, vieron que eran compatriotas: Thorer
(o Thori), su esposa Gudrid y su tripulación. Arrojados contra la costa, su
embarcación se había destrozado contra las rocas. Habiendo salido de
Islandia en dirección a Groenlandia, tal como Bjarni, habían sido
atrapados por la tormenta, pero con menos suerte (o menos prácticos) que
él, no habían podido evitar la costa.
Nota: No seríamos capaces de terminar con esta saga de Leif sin hacer
notar un error que se encuentra en algunas obras: en ellas se dice que Leif
era danés, porque había nacido en Islandia, y porque Islandia era territorio
danés (hasta su reciente independencia).
41
5. La saga de Thorvaid
Esto lo sabían seguramente por Ari Marson y por muchas otras fuentes,
pero ni él ni Leif los habían visto, de modo que la localización exacta de su
habitat no era conocida, salvo, sin embargo, por algunos pocos como
hemos de ver más adelante a través de la saga de Bjorn. La localización en
la isla de Rhode Island, en donde se encuentra Newport, parece la única
posible según la descripción de la saga; no es imposible que otras islas
muy bajas, tales como Martha's Vineyard, Nantukett estuvieran entonces
unidas al continente; en caso contrario éstas deben haber sido de difícil
abordaje debido a que los bancos de arena y las encalladuras condujeron a
los vikingos a alejarse de allí.
Hacemos notar que los vikingos conocían a los esquimales. Estos últimos,
alertados no se sabe cómo, comenzaron a entrar en contacto con los
vikingos desde la masiva instalación de éstos en Groenlandia. Aislado en
aquellas vastas regiones poco habitadas, o deshabitadas por completo,
Erik, desde 983 a 985, había pasado desapercibido para aquellos
seminómades. Pero la masa de "inmigrantes" en 986 fue rápidamente
advertida. Los esquimales, que los vikingos llamaron skraelings, no se
42
mostraron agresivos y hubo intercambio entre las dos comunidades
étnicas tan diferentes, aun cuando los vikingos desconfiaran de ellos
considerándolos taimados y merodeadores.
44
Apresuradamente, con la embarcación de Thorvald, en el verano del mismo
año, Thorstein decidió partir con su esposa Gudrid y 25 hombres. Pero
habiendo partido con la estación ya demasiado avanzada, los vientos no
les fueron favorables y, debiendo aceptar el fracaso, se vieron obligados a
volver. Se encontraron en Lysa Fjord, en el Vesterbygd, en donde pasaron
el invierno. Este pueblo estaba mal aprovisionado, en vitaminas diríamos
hoy, y con 27 bocas más para alimentar durante todo un invierno, se
produjo el escorbuto. Thorstein estuvo entre los muertos. Gudrid volvió a
Eriksfjord en la primavera de 1009, en donde fue recibida por su cuñado
Leif quien, de ese modo, había perdido sus dos hermanos en dos años. Leif
se convirtió en el tutor de su cuñada, quien, a su vez, había sido golpeada
dos veces por el duelo en tres años. Poco después, llegó también a
Eriksfjord, desde Islandia, Thorfinn Karisefni. Era un islandés que venía
de Aipta Fjord, en Islandia, con su amigo Snorri y una tripulación de 40
hombres. Habiendo sido recibido por Leif, en casa de éste conoció a Gudrid
con la cual se casó luego. Pero Karisefni ha de ocupar nuestra atención
durante más tiempo.
6. La saga de Karisefni
45
un jefe regional: había cinco reinos en Irlanda. El hijo de esta unión fue
Snorri, abuelo
46
permanente. Hay que organizaría, construir establos pues han sido
llevadas algunas vacas y un toro.
47
productos de intercambio habituales, quedando los hombres a la
expectativa, bastante lejos, para evitar incidentes.
"Mi nombre es Gudrid. Y tú, ¿cómo te llamas? "La extraña de grandes ojos
miró fijamente a Gudrid y, como en un sueño, repitió: "Mi nombre es
Gudrid". Pudrid le señaló un asiento. Pero en el mismo momento se oyeron
gritos y ruidos de lucha en el campamento; el ataque comenzaba. La
extraña dio un salto hacia afuera y se escapó sin que nadie lo notara.
Sea lo que fuere sobre todo lo que se pueda imaginar en cuanto a los
móviles de la acción de esta extraña que penetra en el campamento
vikingo, un hecho es cierto: en Vinlanda había celtas aliados con los
indígenas y esto, hasta nuestros días, no había sido puesto de relieve
claramente. Una saga vikinga lo dice expresamente. Nosotros hemos de
encontrar otras confirmaciones. Uno de esos combates fue mortal. La
versión que indica que había 160 hombres y 15 mujeres dice que, después
de ese combate, los vikingos se encontraron con 40 hombres menos que al
partir. Las mujeres también habían tomado las armas y 5 fueron muertas.
De este modo, los efectivos se vieron reducidos a 120 hombres y 10
mujeres.
Nacieron rivalidades por las mujeres que habían quedado viudas. De ello
resultaron riñas mortales. Fue necesario intervenir enérgicamente para
restablecer el orden; y el descontento, la impaciencia, el nerviosismo
aumentaban, tornando insostenible la vida en el campamento. Karisefni no
podía restablecer la necesaria cohesión ante los ataques de los indígenas.
Finalmente, vencido, se decidió a renunciar a fundar la colonia de
Vinlanda, en donde había nacido su hijo. A partir de la primavera de 1002,
replegó su grupo hacia el campamento en la desembocadura del Hudson,
pero Ja moral ya había decaído. Luego de otro invierno, en la primavera de
1013, fue tomada la ruta de regreso a Groenlandia. En lugar de seguir la
costa, como había hecho Thorvaid, Karisefni puso proa directamente hacia
Nueva Escocia, hacia Markiand, en donde atracó.
50
establecidos para siempre y desde mucho tiempo antes en el continente
americano.
52
7. La saga de Bjorn y la de Gudieif
Pequeña saga que no dice nada más. Bjorn partió y jamás volvió.
Otra saga, la de Gudieif Gudiandson, nos informa que éste, cargado partió
de Dublin (en manos de los vikingos, ya lo hemos recordado) hacia Islandia
con buen viento en el año 1029 y ya bien entrado el verano. Pero en alta
mar el viento cambia hacia el nordeste y sopla muy fuerte, muy fuerte para
maniobrar. Debe dejarse llevar durante mucho tiempo, con el viento
aproximadamente atrás. No puede evitar un contacto muy duro con una
costa en donde su embarcación resulta averiada.
Era, con toda evidencia, el jefe, a quien cada uno debía absoluta
obediencia, pues la suerte de los prisioneros le fue inmediatamente
confiada. Les dirigió la palabra en lengua nórdica y al enterarse de que
algunos eran islandeses, se inquirió sobre el nombre de los hombres más
conocidos de los distritos de los cuales decían ser originarios. Se volvió
entonces hacia su pueblo y le habló durante largo tiempo, pidiendo, como
53
conclusión, que el tribunal dejara entre sus manos el destino de los
prisioneros. La sentencia fue inmediatamente pronunciada: toda la
tripulación, incluso Gudleif, abandonarían lo más rápidamente posible la
Gran Irlanda.
Tanto más cuanto que los vikingos ocupaban los puertos de Irlanda desde
hacía cerca de 200 años (su primera implantación al norte de Irlanda data
de 795). Con ellos había tripulaciones en las cuales había irlandeses, a
veces prisioneros convertidos en esclavos. Pero había también mercenarios
de diferentes países (recordemos la anécdota de Tyrker, germano del sur,
54
que identificó la viña). Además, muchos vikingos, al comienzo de la
implantación en Islandia, hacia fines del siglo IX, eran proscriptos. Las
primeras incursiones de los vikingos en Islandia pertenecen a la segunda
mitad del siglo IX, pero su implantación definitiva, iniciada después de
860, recién se hizo sensible al finalizar el siglo, para huir de la excesiva
imposición fiscal ordenada en Noruega en 874.
Pero "al invierno siguiente" es una expresión que puede querer decir el 28
de diciembre de 999, o el 24 de febrero del 1000 —tanto como para dar
fechas al azar— de modo que no se sabe todavía si se trata de 999 o del
1000, pero la falta de precisión sobre la fecha es de menos de un año, lo
cual es absolutamente secundario.
55
Pero un hecho importante y, en mi conocimiento, nunca señalado en la
literatura es que la saga de Gudieif muestra bien la coexistencia pacífica
entre indígenas y celtas, siendo estos últimos, probablemente, los jefes
espirituales y temporales escuchados. Esta saga relata también el
incidente del encuentro de Gudrid con una blanca "cómplice" de los,
indígenas, todos unidos en contra de un enemigo común, que no quieren
ver establecido en sus dominios al cruel vikingo que degollaba a los
sacerdotes, incendiaba las iglesias, saqueaba y luego destruía las abadías,
los monasterios, que había echado a los militantes católicos de Irlanda;
habiéndose refugiado en Islandia, un siglo más tarde eran nuevamente
masacrados y expulsados de allí y sólo pudieron salvarse huyendo hacia el
oeste, hacia un territorio que habría de convertirse en "La Gran Irlanda".
En el año 1000, la conversión de los noruegos al cristianismo era sólo
formal y muy superficial en la corte del autoritario rey Olaf. Como en
Islandia, en Groenlandia recién ha de llegar un poco más tarde, aunque,
oficialmente, en Islandia fue "decretada" también en el año 1000; más
tarde en Irlanda. La saga de Gudieif narra asimismo lo que dijeron los
niños indígenas capturados (saga de Karisefni): sus padres vivían "en
frente" de un grupo de hombres blancos, y lo que más parecía haber
asombrado a esos niños eran las procesiones, con banderas y cánticos,
muestras del poderío católico (la influencia, en las multitudes, de los ritos
y del ceremonial, siempre sensibles, en todas partes y en todo momento:
iglesia, ejército, etc.).
56
La saga de Thorvaid menciona una "cabana" de madera, en buen estado
pero vacía, encontrada en Vinlanda, en una isla al oeste de los refugios de
Leif. Cabana ciertamente de construcción europea, pues los indígenas no
hacían tales construcciones y son los vikingos quienes nos lo indican. Una
cabana de madera, abandonada, no dura mucho tiempo en pie. Todo
permite suponer que fue abandonada al acercarse los vikingos. Thorvaid
detalla que aquella construcción de madera se asemejaba un poco a las
que se hacían en Europa para almacenar el grano. Las indicaciones de
dirección que proporciona parecen establecer que esa cabana se
encontraba en la actual isla en donde se encuentra Newport y no es simple
coincidencia que encontremos a Newport en el capítulo sobre arqueología.
Mucho han discutido los filólogos sobre el sentido del antiguo término
islandés utilizado por las sagas: "kornbjalm af tré". Algunos han creído que
el sentido literal sólo podía traducirse por "construcción de troncos
rodeando una hacina de trigo". Pero todos están de acuerdo en reconocer
que los indígenas no utilizaban el trigo salvaje. Por lo tanto una hacina de
trigo habría implicado un uso europeo y con mayor razón su resguardo
circular con troncos. Los indígenas encontrados en aquel lugar sólo
edificaban tiendas de pieles o chozas de ramas. Jacques Cartier, en el siglo
XVI, confirmó la existencia de trigo salvaje en los alrededores del San
Lorenzo; da constancia de un "trigo salvaje que tiene la espiga como el
centeno y el grano como la avena" (relato de su segundo viaje, 1536).
¿Sería una variedad de escanda?
58
bastante simples. El último contacto, involuntario, de los vikingos en el
continente es el de Gudieif quien lo abandonó en 1029.
Pero hay un hecho capital que puede ser deducido del estudio de las
sagas. A través de diversos datos precedentemente reunidos, me parece
posible inducir que cuando los vikingos están en contacto con los celtas en
el continente, en realidad se trata de una época que corresponde a la
extinción de la raza celta. Desde aproximadamente doscientos años antes,
los ataques de los vikingos en Irlanda han ocasionado la destrucción de los
monasterios. Durante el siglo IX, aquellos ocupan de modo estable todos
los puertos de la isla. Desde hace quizás ciento cincuenta años, las salidas
de Irlanda hacia América han sido tomadas casi imposibles y desde hace
más de cien años, los vikingos están instalados en Islandia, la cual
constituía un punto intermedio en el viaje hacia ese continente. Su
primera implantación en ese país data de 860. En 874 es fundada
Algunos autores dicen que los vikingos han sido los primeros europeos que
se instalaron en América. Acabamos de mostrar que todos los documentos
invalidan la implantación de los nórdicos en el continente en los siglos X y
XI. Todas sus tentativas han fracasado y ya hemos de ver otras pruebas.
Otros autores declaran que Islandia ha sido descubierta casi
simultáneamente por el noruego Naddad, quien, alejado de su rumbo,
perdió las Feroé, adonde quería ir, y por el sueco Gardar Svalarsson, quien
las rodeó. Estos autores escandinavos declaran que luego fue hecha la
exploración de la isla por nórdicos "establecidos" en Escocia, que los
noruegos se establecieron en las Shetland hacia el año 700, etc.
61
—¿o de anteojeras de especialistas? — consideran que todo lo que dicen
las sagas es verdadero cuando hablan de los nórdicos, pero las
expresiones de las sagas en cuanto a los "encuentros" con celtas les
parecen sospechosas. No había celtas en Groenlandia cuando llegaron los
nórdicos y nunca
—por lo que sabemos— han dado cuenta las sagas de contactos con los
celtas en aquellas regiones. Es por ello que uno no puede dejar de
sorprenderse al leer, gracias a la pluma de algunos autores, que todo lo
que dicen las sagas sobre los contactos con celtas en el continente no
puede ser más que tabulaciones, sueños, etc. Ningún autor serio puede
apoyarlos: no se puede rechazar partes de relatos que molestan, cuando se
quiere sistemáticamente demostrar que los vikingos han sido los primeros
europeos en descubrir el continente americano y conservar otras, para su
tesis. Lo que ha sido conservado arbitrariamente no tiene más valor.
Dichos autores confiesan con desagrado que los nórdicos no eran los
únicos en aquellos parajes y esto los conduce a apartar, gratuitamente,
calificándolos de sueños, de ensoñaciones, los pasajes en los cuales las
sagas mencionan a los celtas. Ahora bien, éstos son mencionados sólo en
el continente y no en Groenlandia. Si no queremos truncar las sagas,
debemos reconocer que los nórdicos no encontraron celtas en Groenlandia,
pero que sí encontraron en el continente. Es a una falta de honestidad
literaria que debemos la ignorancia demasiado generalizada sobre la
presencia de los celtas en el continente americano antes del año 1000, y
pocas personas se han percatado de ello, pues pocas han podido disponer
de textos originales y aquellas que los han leído, obnubiladas por una idea
preconcebida, no los han comprendido. Pero los textos originales son
afirmativos y precisos. En ningún momento es posible pensar en
sobreagregados en ocasión de copias posteriores, así como tampoco en
hipotéticos, en evocaciones oníricas. A menudo ocurre que dichos
especialistas exponen y comentan sólo un texto, pero no es una excusa en
su favor. La síntesis de diferentes pasajes de varias sagas fue lo que hemos
proporcionado precedentemente, y esta convergencia, este encuentro de
varios textos separados aporta un pesado paquete de pruebas que nos
parecen irrefutables: no conociéndose, los diferentes autores de las sagas,
a veces no contemporáneos, en textos que sólo han sido relacionados
algunos siglos más tarde, dan cuenta de la presencia de los celtas en el
continente quienes se oponían a la instalación de los vikingos allí, estando
estos últimos, a su vez, instalados en Groenlandia. Sus textos son
62
coherentes, complementarios y es por ello que la presente obra no dejará
de sorprender, así lo espero, por esta unidad en la afirmación sobre la
presencia de los celtas en una región que numerosos datos —sobre los
cuales hemos de volver— permiten situar hacia el actual cabo Cod y aún
más al norte.
Fue en esta gran obra, finalizada hacia 1070, en la cual insertó un Libro IV
intitulado Descriptio insularum Aquiloma, en donde, en el capítulo 38, cita
a Vinlanda: liPraeterea unam adhuc recitauit a multis in eo repertam
océano, qui dicitur Vinland eo quod ibi vites sponte nascantur uinum
optimum ferentes. Nam et fruges non seminitas habundare, non fabulosa
opinione, sed certa comperimus relatione Danorum; Toda la obra fue
finalizada hacia 1070, pero este Libro IV, ciertamente, ha sido escrito
antes de dicha fecha, en un momento que no se puede determinar con
exactitud por un error de un año, de tal modo que se puede, sin error,
fechar dicho libro IV en 1053 ± 16; pero varios datos parecen ubicarlo
preferentemente hacia 1060 ± 5.
63
redactado menos de cuarenta años (quizás hasta menos de treinta años)
después del último relato que hacemos sobre la presencia de los celtas,
confirma pues, y con firmeza, que Vinlanda era conocida en la Europa
nórdica.
Este texto ha sido considerado como uno de los más importantes para
mostrar que las sagas tenían una sólida base histórica. Coincide, más de
medio siglo más tarde, con otros tres que se suceden desde 1120 a 1160
aproximadamente: los de Ari Frodi (primera saga) Ordericus Vitalis y
Nicolás Bergson.
a) Recordemos que Ari Frodi, hijo de Thorgil (de donde también el nombre
de Ari Thorgilson) escribió una de las tres versiones conocidas del
Islandijarbók (es la genealogía de los primeros islandeses llegados de
Noruega). Manifestó haber elaborado su relato en base a lo que le había
dicho su tío Thorkell en la segunda mitad del siglo XI. Thorkell era hijo de
Gellir (Gellirson) quien acompañó a Leif a Vinlanda. Adam de Bremen
manifestó también haber escuchado a Thorkell. El texto de Ari Frodi
podría ser de 1123 ±1.
64
sagas y que mencionan a Vinlanda, conocida de nombre de Bremen y en la
corte de Dinamarca así como en la corte normanda del rey de Inglaterra.
Será necesario esperar el siglo XIII y especialmente el siglo XIV para que
luego las sagas, reunidas en recopilaciones, proporcionen detalles sobre
aquella Vinlanda, de la cual casi no se ha de volver a hablar hasta el siglo
XIX, sin que ello signifique, sin embargo, el silencio absoluto.
Esta última sería también la fecha del relato de Snorri Sturluson que se
ubicaría entre 1220 y 1230 (sea 1225 ± 5). Menciona sólo brevemente el
viaje de Leif a Vinlanda y el salvataje que éste efectuó de Thorer, luego de
que este último hubiera naufragado. Dicho relato habría sido escrito en
Islandia. Allí se da cuenta también del viaje de Bjarni Herjulfson, viaje que
Leif Erikson tratará de hacer en sentido inverso.
66
celta y han dado cuenta de ello en sus primeras sagas, aun antes de
instalarse en Groenlandia: el primer contacto (involuntario) de un vikingo
con el continente es el de Ari Marson, en el año 983, quien cae en manos
de los celtas y es bautizado por ellos; en tanto que la primera instalación
de los vikingos en Groenlandia es del 986, luego de una exploración
llevada a cabo por un desterrado, Erik, entre 982 y 985, el cual había
llegado de Islandia.
A. En Islandia y en Groenlandia
Por el contrario, las sagas indican con toda claridad que, en Islandia, los
celtas han "desaparecido" con la llegada de los vikingos, abandonando en
el lugar pequeñas campanas, misales, etc. En este caso, se trata sin duda
de un eufemismo de parte de aquellos que, más tarde, habrían de asentar
esos relatos por escrito con el fin de que ellos, cristianos, no evocaran
67
demasiado las masacres de sacerdotes llevadas a cabo por sus terribles
antepasados.
Otro dato: Brandan hizo una escala en la isla de los Carneros en un viaje
hacia Islandia. Allí encontró carneros abandonados, semi-salvajes; por lo
tanto allí se había operado una implantación humana anterior. Pero
Brandan no encuentra habitantes y las primeras incursiones de los
normandos en aquellas islas no se realizaron hasta el siglo VIII; por lo
tanto existe convergencia en cuanto a la presencia de los carneros pero
71
divergencia en cuanto a la presencia de habitantes ... ¿o entonces la isla
de los Carneros de Brandan ya no sería la principal de las Feroé? ¿O no
existiría oposición? Antes del 725, según el testimonio relatado por Ducuil,
había celtas en las Feroé. Estos se habrían instalado luego del viaje de
Brandan, ya que de aquella época datan los numerosos viajes de los
monjes evangelizadores llegados de Irlanda, Escocia, Gales. Brandan fue el
gran propagador de esos viajes, pero él no fue el iniciador, ya que sabemos
que Mermoc había ido antes que él, y además. Brandan da cuenta de
monjes encontrados en diferentes islas, durante sus viajes a través del
Atlántico norte. Antes del paso de Brandan, algunos celtas, con carneros,
habrían llegado a las Feroé, pero la ocupación humana había cesado,
durante algunos decenios, por causas desconocidas.
Esta última isla no fue reconocida por los vikingos hasta poco después de
860. En el año 863, el normando Gardor declaró que los monjes, al verlo,
huían abandonando todo. Al parecer, no fue más que una incursión. En
874, Ingulf (o Ingolfur Arnason) se instaló en forma estable con varias
familias noruegas y también él persiguió a los celtas. En esta fecha, pues,
todavía se encuentran allí. Pero Ingulf se había instalado al oeste y de
ningún modo había "depurado" toda la isla, ya que la mayor densidad se
encontraba en el sud y en el sudeste. Entre esas fechas de 863 y 874,
contamos aún con otra referencia: un relato —que hemos podido encontrar
en su totalidad (es una saga)— da cuenta del viaje de Floki Vilgersson,
iniciado en Irlanda, desde una pequeña caleta, solitaria y no muy bien
indicada, para dirigirse a Islandia en el año 865 y llevando tres cuervos a
bordo. Estos servían, en la bruma, para ubicar la dirección de la costa
72
hacia la cual volaban. Se ha discutido en cuanto a la ascendencia del tal
Floki, hijo de una celta, han pretendido algunos autores... para luego, a
pesar de todo, hacer de él un vikingo por su padre. Pero Floki (o Floke) no
es nórdico, ni siquiera irlandés. Es galo o bretón (en francés = Le Page).
Las sagas nórdicas nos han mostrado que los avalares del mar, de tanto
en tanto, arrojaban a los barcos hacia el continente americano cuando se
dirigían de Irlanda a Islandia; de allí la importancia de conocer Islandia en
73
aquella época. Algunos pasajes del relato de Brandan muestran que éste
llegó al menos hasta la longitud de Groenlandia, pero nada indica que la
haya visto. Anduvo en la zona de los icebergs y un capítulo por entero está
dedicado a un iceberg, maravillosa basílica de cristal en la cual se
reflejanlos fuegos cambiantes e iridiscentes del sol y cuyos cimientos
estaban en el agua. A través de diversos datos, hemos logrado, con un
error de 1°, en los 58° N y en 37° W, localizar ese iceberg descripto por
Brandan (hemos proporcionado este estudio detallado en la Revue
Maritime - febrero de 1970), pues se trata, en este caso, de una importante
referencia por varias razones, y nuestra obra sobre Brandan lo recuerda.
(l) Esta "identificación" ha sido sugerida por el hecho de que hay sobre este islote
rocoso ruinas monásticas del siglo VII u VIII
—comparar skellig = islote rocoso con skerries que tiene el mismo sentido
en nórdico.
74
El viaje de Brandan a Islandia se sitúa hacia el 525. Pero recordemos que
en aquella fecha la isla estaba ya frecuentada: relato de Mermoc, monedas
romanas del siglo IV...
75
Ya Brandan, en un viaje ulterior —hacia América central— utilizó un gran
barco construido en madera, pues en aquel entonces partió de Bretaña,
región rica en grandes árboles, en madera de calidad; bien conocidos son
los navios bretones de alta mar: César manifiesta su sorpresa ante el
grosor de su entablado, impenetrable para las flechas y los arpones de sus
tropas en ocasión del combate naval contra los vénetos. Podemos afirmar
que esas grandes embarcaciones fueron utilizadas para la travesía del
Atlántico al menos desde el siglo VI. Sabemos, a través de Eginhard, que a
fines del siglo VIII, bajo Carlomagno, la flota bretona es aún poderosa y
resiste a los vikingos que huyen de ella, evitan el combate naval, pues sus
drakkares no son los bastante grandes como para resistir contra los
robustos "pontos" celtas: éstos, maniobrados para arrojarse contra los
drakkares, los vuelcan y los destrozan. Por lo tanto tratan de tomar los
puertos por sorpresa, con astucia. Aún a fines del siglo VIII, a pesar de los
vikingos, los convoyes comerciantes bretones siguen yendo a la Galia
Narbonense. El Cartulario de Redon (fines del siglo VIII y siglos
subsiguientes) indica importantes convoyes que llegan a Redon: hasta 150
barcos de una sola vez, en ocasión de la gran feria, que durante algunos
días transforman la ciudad en un inextricable depósito de mercancías.
76
B. Hacia "Albania"
En el 874, una medida fiscal muy poco popular en Noruega impulsó una
importante emigración hacia Islandia, nueva "tierra prometida"
recientemente descubierta por los noruegos que comenzaban a instalarse
en ella. A partir de entonces, se desató la conquista de la isla, la
persecusión de los celtas cristianos (¿con el fin de satisfacer a Votan? ) y la
apropiación de las mejores tierras. Todos los celtas que lograron escaparse
huyeron hacia el continente americano, hacia las regiones en donde se
sabía que otros celtas vivían en paz. En efecto, no era cuestión de volver a
Europa que se encontraba bajo control vikingo; además, todos los puertos
de Irlanda estaban en manos de normandos, quienes, hacía ya tres
cuartos de siglo que ocupaban la isla. Esta ocupación, por otra parte,
había hecho huir a muchos irlandeses hacia Islandia y su regreso era
imposible. El ataque vikingo contra Islandia no les dejaba pues, como
huida, otra posibilidad que dirigirse hacia el continente americano, el cual,
en aquel entonces, era llamado "La Gran Irlanda".
77
918 al 920. Pero parece que fueron esencialmente monjes que huyeron por
mar (los puertos bretones no estaban ocupados). Después del 945, al
parecer otros monjes también partieron por mar, desalentados por las
ruinas debidas a los normandos. Pero los relatos no son precisos y no se
puede afirmar que las salidas hayan sido hacia América. Los normandos
ahora instalados —desde el año 911— al este de la Bretaña, en las tierras
concedidas por el rey de Francia, permanecieron en lucha con los
bretones, quienes no aceptaban ciertas cesiones de territorios que les
pertenecían y de los cuales el rey de Francia no podía disponer. Los
normandos fueron vencidos por los bretones y, una vez firmada la paz,
ciertos monjes que se habían retirado lejos de las costas, demasiado
expuestas a las incursiones normandas, a veces bastante adentrados en la
Galia, retornaron a su país, pero ante la magnitud de las ruinas, y ya
demasiado desalentados y descorazonados, se alejaron por mar. Algunos
lograron permanecer, construyeron nuevamente los más grandes
monasterios y todo hace suponer que aquellos que partieron hacia
América (? ) fueron sólo algunos cientos, una gota de agua y ningún relato
da cuenta de mujeres ni de laicos con ellos. Ciertamente no hubo en aquel
caso un factor revitalizador para la colonia de más allá del Atlántico y
podemos concluir que el máximo poblamiento celta en el continente
americano ha debido situarse entre los 880 y 900 habitantes.
Localización geográfica
Es importante saber qué región de la actual América fue poblada por los
celtas. Algunos textos llegados hasta nosotros permiten dicha localización.
Determinados y antiguos textos celtas dicen que era el "Hvitra Mamaland",
con diversas grafías tales como Vitramannaland. Ello en los siglos X y XII.
Se decía también "Irían ad —o ed— Mikia" = La Gran Irlanda. Fue también
el "País de los Hombres Blancos", luego "Albania". Nosotros conservaremos
esta designación, fácil de retener, aunque más tardía (fue hecha en el siglo
XII) para designar a aquella región, en donde (¿coincidencia? ) se
encuentra además la actual ciudad de Albany. Era, a grosso modo,
"Vinlanda", así llamada por Leif en el siglo XI. Pero la palabra "Vinlanda"
ha tenido, al principio, un sentido preciso, limitado, y fue en versiones
posteriores que se le asignó un sentido extensivo, en el cual se incluía
además a Markiand y Helluland. Excluimos a Helluland pues nada indica
que allí haya habido celtas: era una región inhóspita, que comprendía las
actuales costas del Labrador y del norte de Terranova, entonces unida al
78
Labrador. Los vikingos bordearon aquellas costas pero tampoco se
establecieron en ellas.
79
dirigirse a Virginia. Es pues normal que los celtas, por los mismos efectos
del mar, hayan tomado conocimiento de aquellas costas durante sus viajes
de Irlanda a Islandia, hechos de manera continua a partir del siglo VI e
incluso del siglo V. Vientos y corrientes los conducían hasta la altura del
sur de Terranova, hacia el cabo Bretón, Acadia, Maine, el cabo Cod.
Sabemos, por las sagas, que por lo menos en el 983 se encontraban en
aquellas regiones. Pero, ¿de qué relato anterior disponemos?
Fue de Alet de donde Brandan partió vía las Canarias —conocidas desde la
antigüedad— aprovechando los vientos alisios, también conocidos, para ir
hacia América por lo que aún hoy se llama "la vía del sur", pues vientos y
corrientes llevan por ella hacia las Antillas, hacia América central. No
podemos desarrollar aquí este viaje, que parece datar del año 545.
Recordemos que Isidoro de Sevilla (quien vivió desde 560 a 636) ha escrito:
"Hay otro continente además de los tres que conocemos. Se encuentra más
allá del Océano y allá el sol es más caliente que en nuestras regiones".
Existe pleno derecho para pensar que aquel continente es el descripto por
Brandan poco antes. Brandan murió en 574; Isidoro de Sevilla tenía
entonces catorce años; no ha conocido a Brandan, pero ambos son
contemporáneos, aunque no de la misma generación. En aquella época la
"literatura oral" estaba más desarrollada que la literatura escrita. La
alusión a América central —¿o al norte de América del Sur? — hecha por
Isidoro de Sevilla sería posterior a la muerte de Brandan sólo por algunos
decenios y el relato de su viaje estaba aún muy fresco en todas las
memorias.
80
Pero el relato del viaje de Brandan a Islandia es el más detallado. Las
localizaciones son tan concretas, tan realistas que ha sido posible la
localización de algunos puntos. Pero en los textos anteriores al año 1000,
los cuales evocan los viajes de Brandan, no hay nada que permita pensar
que este navegante haya visto Groenlandia, ni el continente americano,
contrariamente a algunas recientes afirmaciones: los relatos del siglo VI no
dan cuenta de ello y es necesario esperar a Isidoro de Sevilla hasta fines de
aquel siglo, o quizás hasta comienzos del siguiente para que el continente
al oeste del océano sea mencionado en un texto llegado hasta nosotros. Y
no se trata de la parte norte del continente americano. Veremos que
tampoco la arqueología ha logrado aportar datos precisos sobre las fechas
de llegada de los celtas al continente norteamericano; aún en nuestros
días —al menos es mi conclusión— las fechas siguen siendo imprecisas
por diferencias de un siglo.
Pues hemos visto que a fines del siglo X y a comienzos del XI, cuando los
vikingos iban frecuentemente a Islandia, les ocurrió ser desviados hacia el
continente. Pero los celtas iban habitualmente, al menos desde la segunda
mitad del siglo V, y durante todo el siglo VI y no hay ninguna razón para
pensar que los azares del mar hayan sido más favorables para los celtas
que para los normandos. Sus embarcaciones, fueran los drakkares o los
"coracles", no eran de mejor gobierno; aquellos barcos livianos —aunque
81
algunos drakkares pesaran 30 toneladas— no tenían quilla y por lo tanto
no podían navegar con viento cruzado; a fin de permitir el uso de remos,
sus lados eran demasiado bajos y las olas laterales podían entrar
fácilmente, el balanceo podía acusarse demasiado, corrían el riesgo de
zozobrar. Juguetes del oleaje desenfrenado, en caso de mal tiempo esas
embarcaciones eran arrastradas en las mismas condiciones, hacia las
mismas costas; y esto constituye un elemento más para comprender un
cierto paralelismo en la historia de aquellos dos pueblos marinos.
Conviene recordar (ver libro sobre Brandan) que cuando Brandan fue a
América central no utilizó el "coracle" irlandés, sino el "ponto" bretón
(designación que se encuentra en Julio César). Pues, para este viaje,
Brandan partió de Bretaña, en tanto que su viaje a Islandia se inició en
Irlanda. Este detalle sobre el "ponto bretón" se encuentra no en un texto
hagiográfico relativo a Brandan sino en la Vida de Santa Ita. Ita había sido
designada para ocuparse de la educación de Brandan y este último, ya
adulto, gustaba ir a consultarla. Pero no es éste nuestro tema. Hemos
debido estudiar con bastante profundidad los viajes de los vikingos a
Islandia y Groenlandia porque éstos nos hacen comprender cómo y por
qué era imposible ir hacia Islandia sin ser, alguna vez, arrastrado hacia el
continente americano. Pero no contamos con documentos escritos de los
celtas sobre el tema, de allí el gran interés de los textos nórdicos. Las
comparaciones han contribuido a precisar fechas y localizaciones muy
preciadas, pero sin contar con informaciones desarrolladas sobre el modo
de vida de los celtas en aquellas regiones.
Por el Landnámabók sabemos que, según un relato del siglo XII, estaba
declarado que al sur de Groenlandia "se encuentran los Skroelings, luego
Vinlanda la Buena. Junto a ella, pero más hacia atrás, se encuentra
Albania que es el Vitramannaland". Según dicho texto, Albania (ex
Vitramannaland) se extendía hacia el interior de la región, en tanto que
Vinlanda no era más que una faja costera, o hasta un "promontorio" tal
como lo muestran algunos mapas y tenemos poderosas razones para
pensar que en ese caso se trata del conjunto del promontorio, de la salida
de territorio que se termina en el actual cabo Cod. La interpretación del
texto muestra además que Albania es un término nuevo que tiene
necesidad de la evocación de la anterior apelación, más tradicional, la
única que se encuentra en las sagas relativas al primer tercio del siglo XI o
al final del siglo X: por ejemplo, en el 983, Ari Marson "fue arrastrado
hacia Vitramannaland".
82
Observaremos una diferencia entre el Landnámabók y la carta de
Stephenson: ésta ubica a la zona de los Skroelings al oeste de Markiand
(pues, no teniendo dichas cartas el norte en lo alto de la página, debe
corregirse la orientación). Probablemente es exacto, pero esa región de los
Skroelings se extendía además más al sur, hacia el oeste de Vinlanda, y
hacia el sur de esta última. Se trata de una confusión que se había
producido: las sagas llaman Skroelings a los "Indios" haciendo notar, sin
embargo, que éstos no son de la misma raza que los de Groenlandia, los
actuales esquimales, llamados también Skroelings. Las cartas que
evocamos —que veremos más adelante— no mencionan a Albania la cual,
según el Landnámabók, se encontraría al lado de Vinlanda "pero más
hacia atrás", queda sobreentendido que con relación a la costa. En
momentos de la confección de esas cartas, ¿Albania habría desaparecido?
En ese caso serían posteriores al siglo XIII. Existen dudas sobre la fecha
exacta de las originales pues las únicas cartas llegadas hasta nosotros son
en general copias del siglo XVI, lo cual hace suponer que los originales aún
existían en aquella época.
84
En el siglo X, luego del tratado de Saint-Clair-sur-Epte (911), los bretones
se encuentran en lucha contra los normandos, instalados, por una
decisión del rey de los francos en una parte del macizo armoricano. Dicho
de otro modo obsequió a los vikingos un territorio que le pertenecía sólo en
parte. Pero los bretones no reconocían la autoridad de los francos y por
ello no se sentían en absoluto concernidos por las decisiones de éstos. Fue
pues por las armas, y en combates que se prolongaron hasta la mitad del
siglo X, como poco a poco se fijó la frontera definitiva entre Bretaña y
Normandía. Una vez recuperada la paz, bretones y normandos se
entendieron. Fueron retomadas las expediciones marítimas, entre las
cuales la primera, hecha en común, fue la conquista de Inglaterra en
1066. Los años que siguieron fueron para consolidar la instalación en las
tierras de más allá de la Mancha, con numerosos convoyes marítimos,
florecientes astilleros en Normandía y Bretaña. Ello durante el último
cuarto del siglo XI.
Por lo tanto, recién hacia los últimos años del siglo XI la flota bretona se
torna nuevamente disponible. Con la paz ya instalada en las riberas celtas,
los marinos se lanzaron nuevamente hacia alta mar. Muy a comienzos del
siglo XII se dirigen en pos de las ballenas hasta América, así como también
pescan bacalaos en aquellas regiones. Por otra parte, no se encuentran
solos, pues, aproximadamente en la misma época, los marinos vascos, con
las mismas actividades marítimas, llegan a los mismos parajes, siguiendo
la misma variedad de ballena, hoy casi extinguida y cuya caza se
encuentra prohibida. Para tener su cría, ésta se llegaba hasta el golfo de
Gascuña, entre Bretaña y España; cuando el ballenato ya era lo bastante
fuerte, las manadas alcanzaban nuevamente la región que se extiende
desde Islandia a Terranova. En cuanto a Irlanda, aún no se había
recobrado de la ocupación normanda que destruyó sus monasterios, acabó
con su vida intelectual; su flota de mar queda en estado deficiente: está
ausente en el mar. Por otra parte, nunca fue comparable a la de los celtas
armoricanos y contamos, sobre el tema, con datos de los siglos IV y V.
Estos son datos sueltos, encontrados en los archivos, que más tarde han
permitido reconstituir algunas etapas de esos contactos Europa-América a
partir del siglo XII. Con el desarrollo de la caza de ballenas y de la pesca de
bacalaos, así como con 'a llegada de pieles de valor que los pescadores
traían de Canadá, se tornaba indispensable la aplicación de "un impuesto
de origen" a aquel ingreso. No existían aduanas, pero fue posible la
percepción de impuestos a la importación: la abadía d? Beauport, en
Kerity (cerca de Paimpol) impuso un diezmo a sus productos. No son de mi
conocimiento ni el texto de dicha decisión de la abadía ni su fecha. Pero
contamos con lo esencial de su contenido extraído de ciertos manuscritos
(actualmente en los archivos del departamento de las Costas del Norte,
serie E, propiedad de la abadía de Beauport).
Los impuestos que se debían pagar a la abadía fueron rechazados por los
marinos y los de la isla de Bréhat no aceptaron dicho diezmo. De ello
resultó un proceso contra ese impuesto obligatorio para todos los
pescadores a partir de 18 años, impuesto a toda la pesca de mar, "tanto en
la costa de Bretaña, Terranova, Islandia, como en otra parte". Este diezmo
pertenecería quizás a la segunda mitad del siglo XV, anterior al viaje de
Colón (? ). De algún modo éste prueba que los pescadores bretones
frecuentaban Terranova. El proceso duró mucho tiempo y finalmente, en
1514, intervino una transacción (en aquella época los españoles acababan
de desembarcar en el continente americano pues permanecieron veinte
años en las Antillas antes de tomar contacto con el continente, que no
conocían, en tanto que mucho antes los bretones "explotaban" el
continente más hacia el norte). Sabemos, por las piezas de autos, aquello a
lo cual se aplicaba el "diezmo" para los habitantes "que se ocuparan de
pesca" y cuál fue la transacción aceptada por el sacerdote y por "los
hombres de la dicha isla que hubieren excedido la edad de dieciocho años
y que pescaren ... tanto congrios, bacalaos, merluzas como otros peces . . .
tanto en la costa de Bretaña, Terranova, Islandia como en otra parte ..."(1)
Contamos con ocho páginas de fotocopias de textos.
86
Pero si en ese caso se trata de la transacción de 1514, en parte alguna se
menciona la fecha del diezmo (así como tampoco la carta real autorizando
a la abadía a percibir dicho diezmo. Tampoco conocemos la fecha de
comienzo del conflicto. Según diversos datos podemos pensar, según otros
documentos, que el conflicto nació, o se intensificó, en 1504, cuando los
bretones descubrieron la riqueza del "Banco de Terranova" en bacalaos.
La redacción del texto muestra que la pesca del bacalao era ya antigua en
1513 en las costas de Terranova. Existen otros datos tales como
numerosos actos relativos a los secaderos de bacalaos que se desarrollaron
sobre todo a partir del siglo XII, fecha también del desarrollo de la flota
bacaladera bretona. El bacalao era muy bien vendido debido a la
existencia de alrededor de 150 días de veda por año y a que se poseía un
buen conocimiento de la conservaciónde dicho pescado por el método de
doble salazón. Por lo tanto se encontraban capitales para construir las
embarcaciones. Los capitanes encontraban "préstamos al por mayor", pero
con intereses que llegaban hasta el 45%. Algunos navios partían
directamente desde los bancos de pesca de Terranova hacia el
Mediterráneo. En ese caso el bacalao era puesto en barriles para evitar que
probables pescados en descomposición hicieran perder todo el cargamento.
Se habían producido algunas fermentaciones al dirigirse hacia regiones
más cálidas. Las embarcaciones que iban a descargar a Bretaña llegaban
con su bodega cargada al ras de bacalaos. Pero no podemos entrar en
demasiados detalles. Es algo ya muy conocido actualmente y sobre lo cual
se han encontrado numerosos documentos. Lo evocamos aquí sólo para
mostrar que los bretones no esperaron a Cristóbal Colón para "explotar"
América. . .
Además hemos visto que no eran los únicos. Los vascos, a partir del siglo
XIII, en persecución de la ballena de Vizcaya hasta el noroeste del
Atlántico, tomaban contacto con Terranova y establecieron factorías, así
como los bretones, los gallegos, y los portugueses del norte. No sabemos
cuándo ha sido aplicada la denominación de "Terranova". Se ve que es
anterior a 1514. Pensamos que dicho nombre fue aplicado en la segunda
mitad del siglo XIV, luego del cataclismo que remodeló a aquella región,
separando a aquella península del continente para luego transformarse en
la isla así bautizada. El anegamiento de vastas regiones creó los "bancos"
de Islandia y de Terranova (mesetas submarinas poco profundas), modificó
el clima, la posición de los glaciares, abrió una grieta submarina y
desplazó la corriente polar ártica. En todo caso, el acta arriba mencionada
87
de 1514 cita a Terranova sin explicación ni alusión al antiguo nombre, lo
cual hace suponer que se la utilizaba desde poco tiempo antes. Se la
encuentra también en un mapa de Ruysch de 1507, con la grafía "Térra
Nova". Recordemos que fue también en 1507 cuando se encontró por
primera vez un mapa con la palabra "América", mapa confeccionado por
Walseemuller, geógrafo de la Academia de la corte del rey de la Lorena, en
aquel entonces en Saint-Dié.
La mayoría de los textos relativos a Terranova son del siglo XVI o más
tardíos. Cuando proporcionan fechas, éstas resultan de tradiciones, de
fuentes poco seguras y a veces contradictorias. Un tratado de hidrografía
de Fournier, en 1667, manifiesta que en 1504 fue cuando comenzó la gran
pesca en "la Costa de los Bacalaos". Ello resulta también de una obra de
Champlain que dice que fueron los bretones quienes en 1504 descubrieron
el Gran Banco, rico en bacalaos. Esto fue rápidamente conocido y algunos
años más tarde llegaron los normandos, especialmente desde Honfleur y
Dieppe. Sin embargo, la carta de Sebastián Caboto a Enrique VII, rey de
Inglaterra, da cuenta de pescas en unas islas que los vascos llamaban
Isles de Bacaleos (Terranova e islotes vecinos); éste es el nombre vasco del
bacalao (tal nombre se ha conservado para una pequeña isla en la costa
oriental de Terranova, entre las bahías de la Concepción y de la Trinidad).
El primer documento incontestado relativo a la pesca del bacalao por los
normandos en Terranova data de 1508. Según Vitet, fue en aquella fecha
que un tal Angot, de Dieppe, armó uno de sus navios, el Pensamiento para
ir a fundar un establecimiento en Terranova. Existen otros escritos,
anteriores. Se sabe que dos embarcaciones, una bretona, la otra de
Dieppe, en 1504 habían precedido a aquella embarcación de 1508. Otro
reconocimiento de Terranova fue hecho en 1506 por Jean Denys, de
Honfleur. El texto de Caboto es importante porque muestra que en 1497 la
pesca del bacalao era corriente para los franceses pero recién en 1504 los
bretones descubrieron el "Gran Banco". Un antiguo texto inglés de Wylflet
reconocía también que fueron los franceses quienes descubrieron América
del Norte y la explotaban mucho antes del viaje de Cristóbal Colón.
88
En este sentido existen diversos escritos de los siglos XVII y XVIII, pero
ante tal diferencia con respecto a los acontecimientos, sólo hemos de
retener como textos de valor el acta más arriba citada de 1504 y la carta
de S. Caboto (quien acompañaba a su padre, Juan Caboto) carta que cita
también la isla del cabo Bretón, al sudoeste de la isla de Bacaleos (actual
Terranova).
El viaje de Verrazane era una misión oficial del rey de Francia para
reconocer los territorios frecuentados por sus pescadores, y aun cuando él
hubiera salido de Dieppe, hemos visto que desde veinte años antes
muchas embarcaciones de Dieppe, luego de Fécamp, de Honfleur, se
dirigían a Terranova. Se trataba pues de una "línea" conocida por las
tripulaciones, no de un viaje a la aventura. Diez años después de aquel
viaje de exploración de Verrazane, Francisco I habría de enviar a Jacques
Cartier a fijar la bandera de la flor de lis en aquellas regiones que se
convirtieron en "la Nueva Francia", englobando el territorio más antiguo de
la "Nueva Bretaña". Una comparación: en 1532, dos años antes del viaje de
J. Cartier, fue cuando Francisco
Fue sólo en 1511 que éstos pusieron el pie por primera vez en el
continente, en Yucatán, luego la Florida, donde desembarcaron algo más
tarde. Inglaterra casi no ha de interesarse en América en aquel entonces y
luego del viaje de Caboto, que dicho país financió en 1497, será necesario
esperar hasta 1527 para que John Rut von Ratchiff fuera enviado hacia
este continente. Recién en el siglo XVII ha de pensar en instalarse en
América, pero más al sur y compitiendo contra los holandeses, imbricados
con ellos, de lo cual han surgido ciertos conflictos.
Pero todos estos viajes muestran que si bien los latinos —y con ellos los
eruditos franceses, los únicos que escribían en aquella época y muy a
menudo en latín— no conocían América antes de Cristóbal Colón, los
pueblos del noroeste de Europa, que casi no escribían, tenían perfecto
conocimiento del nordeste de América y sabían aprovechar los recursos de
aquellas regiones. Se trataba sobre todo de los pueblos marinos que
92
bordean el golfo de Gascuña: hacia el norte los marinos de Bretaña; al
centro, hacia el fondo del golfo, los del País Vasco; y en el sur los marinos
del noroeste de la península ibérica, gallegos y portugueses del norte a
quienes la caza de la ballena había llevado a seguir hasta allá a su "presa",
la ballena de Vizcaya.
Pero para aquella época, no sólo se debe tomar en cuenta los vientos, pues
también hay obstáculos políticos. Groenlandeses e islandeses se
encontraron cada vez más aislados, ignorados, hasta por Noruega, en
lucha contra Dinamarca. La vida económica de esos dos últimos países de
Europa del Norte no se volcó en absoluto hacia las lejanas posesiones del
noroeste atlántico. Desde comienzos del siglo XII, distintos índices
muestran un aminoramiento de los intercambios. Ni siquiera parece que
Islandia estuviera en contacto con los pescadores bretones o vascos, pues
éstos permanecían en alta mar, lejos de la vista de las costas. Sin embargo
Islandia más poblada que Groenlandia, más rica en artesanos, ha
95
conservado una vida económica suficientemente activa como para
desarrollarse normalmente. Groenlandia, en cambio, es duramente
afectada por el aminoramiento de los intercambios con Europa. Su
expansión demográfica continúa y el siglo XIII ha de marcar el apogeo de
su desarrollo. Luego se opera una rápida decadencia. Se reducen los
mercados debido a las guerras entre Inglaterra, Noruega, Dinamarca que
tornan peligrosa la navegación pues uno u otro país puede capturar barcos
y tripulaciones y nadie quiere salir de Europa hacia esas regiones para lo
cual se necesita efectuar aleatorias travesías. Groenlandia ya no puede
recibir desde Europa los "tubérculos" (zanahorias, rábanos, etc.) que un
súbito enfriamiento del clima no permite cultivar más en el lugar. Dicho
país vive cada vez más replegado sobre sí mismo, abandonado, en una
miseria que se agrava rápidamente. Sin embargo en Europa el Vaticano se
inquieta por la suerte de los cristianos, ello promediando el siglo XIV, y en
esto hemos de detenernos.
No existen otros documentos escritos que no sean las sagas para probar la
presencia de europeos en América, unos siglos antes de Cristóbal Colón. El
Vaticano no puede desinteresarse de los cristianos dispersos en el mundo
y parece que sus archivos podrían ser de gran ayuda para colmar algunas
lagunas de la historia clásica. Sin embargo, dichos documentos no
resultan muy ricos con respecto a lo que podríamos llamar la cristiandad
celta primitiva. Lo cual no significa en absoluto que ésta no haya existido.
Pero el papado no se impuso en sólo algunos decenios. El obispo de Roma
no era más que el obispo de San Pedro, del fundador de la Iglesia de Roma
y por medio del poder político de Roma trató de ligar lo espiritual y lo
temporal para que la autoridad política y religiosa fuera patrimonio de
Roma. La obediencia a aquel que se proclamaba el primer obispo de la
cristiandad no fue rápidamente adquirida. Aún a fines del siglo VI el
término "papa" no se aplicaba al "obispo de San Pedro" —ver, por ejemplo,
Histoire des Francs, de Gregorio de Tours.
96
Más tarde, al afirmarse el papado con una jerarquía, la comunidad católica
celta permanecía separada de Roma. Esto es importante y es conveniente
no olvidar las razones por las cuales la iglesia romana ha querido ignorar
la organización católica celta que se había desarrollado fuera del dominio
de Roma, luego fuera del dominio de los francos, sucesores de los
romanos, aliados de la Iglesia. Los bretones sólo han de inclinarse más
tarde, en el último año del siglo XII. Hasta ese momento Roma nada ha de
decir sobre una organización que se le escapa. Esta es probablemente una
de las razones por las cuales no se encuentran en el Vaticano más que
algunos documentos relativos a aquel cuerpo extraño y rebelde.
98
años se pueda encontrar una embarcación para ir a Groenlandia, lo cual
muestra cuánto se ha reducido dicho comercio.
Luego fue 1342: luego nada más. ¿Qué ocurrió? ¿Un cisma? ¿La Iglesia de
Groenlandia se rebeló contra el papado? Los reyes son responsables a
nivel temporal, por lo tanto constituyen la garantía de la entrega del
diezmo a la Iglesia. El papa Clemente VI se vuelve pues hacia el rey de
Escandinavia el cual, en esa época, reina en Noruega y en Suecia que él ha
conquistado. Pero está tan lejos Groenlandia. Es necesario esperar la
primavera y también una embarcación que quiera partir hacia allá, cosa
que no ocurre todos los años. ¿Oponerle al papa la fuerza de la inercia? ;
¿dejar pasar las raras ocasiones de una partida por una misión que podría
oponer el enviado del arzobispo y del rey al obispo de Groenlandia? Quizás
es tentador, pero hay que resignarse. El Vaticano insiste y es necesario
decidirse a construir una embarcación especial, a designar una misión
constituida, además de un cortejo, por un enviado del rey y el delegado del
arzobispo a fin de recordar sus deberes cívicos y religiosos a los
recalcitrantes.
99
Ha sido encontrado el informe dirigido al arzobispo y redactado por el
sacerdote Ivar Bardasson, su enviado en misión. La misión sólo ha
recorrido una parte de Groenlandia. Ha visto las casas y los establos
intactos, pero ninguna señal de los habitantes que, supuestamente,
habrían abandonado el lugar, o que, habiéndose mestizado, se habrían
unido a los esquimales. Desalentada por aquel espectáculo y hasta
sumamente perturbada, la misión no insiste y retorna a Noruega. Ese
negativo informe de Ivar era embarazoso para el rey quien dudó en
transmitirlo al papa que seguía siendo Clemente VI. Difirió aquél su envío.
La peste negra, que causó estragos en Noruega entre 1349 y 1350, fue otra
causa del retraso.
Sabido era, tanto más cuanto que en aquella época habían sido escritas
las sagas, que al oeste se encontraba el continente, y Markiand, región de
bosques en donde, a falta de campos y de zonas de pastoreo, la vida era
demasiado difícil. Estaba también, y especialmente, Vinlanda, de la cual se
100
conocían los recursos, la topografía de las costas e incluso, a grosso modo,
el interior del territorio. Fue por ello que, sin dudarlo, la misión abandonó
Groenlandia y desembarcó en Vinlanda (¿en los alrededores de Bostón? ).
En vano, tampoco allí había blancos.
101
como fuente del río) fue elegido el barco para abandonar Vinlanda, rodear
el Labrador y llegar hasta el fondo, al sudeste, de la bahía de Hudson.
Todo converge para constatar que América del Norte, a partir del sur de
New York, de los alrededores de Filadelfia, de Baltimore y de Washington
hasta los grandes lagos y la bahía de Hudson parece ser bien conocida por
los escandinavos, así como por la corte de Noruega y del Vaticano,
establecida, esta última primeramente en Aviñón y luego en Roma. Se viaja
hacia esos lugares con seguridad; se sabe dónde se encuentran las
montañas, dónde están los cursos de agua que se comunican entre sí.
Informes escritos y detallados, probablemente hasta el Mississipí superior,
existen desde 130 años antes del viaje de Cristóbal Colón, aun cuando las
localizaciones exactas en relación con los lugares actuales permanezcan
sujetas a discusión. Algunos autores han puesto en duda la autenticidad
de los documentos relativos a esta exploración y piensan que ellos han
sido establecidos en el siglo XVII fpero, ¿según qué? ). Así como es puesta
en duda la autenticidad de una bula de 1448 del papa Nicolás V dirigida a
los obispos de Islandia (siempre es fácil negar, poner en duda, más difícil
es autentificar siglos más tarde). En dicha bula se trata de líinsule
Grenolandie que in ultimus finibus oceani ad septentrionalem plagam
Regni Norwegie dicitur situata". Contrariamente a la opinión de los
negadores sistemáticos, parece que esta bula hubiera sido establecida
según el relato de Bjorn el Rico quien se dirigió de Islandia a Groenlandia
103
en 1446 y pasó allí el invierno siguiente. Es éste un elemento más para
mostrar que aún en la primera mitad del siglo XV proseguían las travesías
hasta Groenlandia y nosotros hemos de ver que hasta se llegaba más lejos,
hasta la bahía de Hudson, en el siglo XV.
Sesenta y siete años más tarde partió otro obispo, esta vez desde
Groenlandia, para dirigirse hacia Vinlanda (1121). Obedecía igualmente al
arzobispo de Hamburgo. Se trataba de Erik Gnupson, originario de
Dinamarca. Al parecer, se encontraba desde hacía seis años en
Groenlandia cuando recibió esa misión de su arzobispo. Pero luego no se
sabe lo que con él ocurrió; la saga no es muy explícita. Algunos han creído
poder interpretarla diciendo que partió en búsqueda de Vinlanda, pero que
no la encontró, y que volvió hacia Europa en donde murió en 1122 (? ).
104
línea de interés que el papa mostraba por Groenlandia. Si aún había
cristianos, o si algunos cristianos iban nuevamente a instalarse allí, ellos
habrían de depender del obispo de las regiones árticas cuya sede estaba
instalada en las P'eroé, pues incluso en Islandia, el clima se había enfriado
demasiado y la organización religiosa se había replegado más al sur.
Algunos archivos fueron elaborados por el obispo Henry de Garda.
Es por ello que el papa, en 835, habría ratificado la decisión del arzobispo
de Hamburgo de administrar los obispados de Islandia y Groenlandia,
decisión, esta última, de 834. Ahora bien, en 834 Groenlandia era
desconocida para los daneses y asimismo en Dacia, de la cual Hamburgo
dependía. Los daneses estaban en Irlanda, no en Islandia. ¿Cómo un
arzobispo danés podría haber tenido autoridad sobre los celtas de
Islandia? ¿Una bula pontificia de 834 habría confirmado la unión de los
"pueblos nórdicos, incluidos islandeses y groenlandeses", con Hamburgo? .
Pero recién ciento cincuenta años más tarde es cuando los vikingos
descubren Groenlandia, y en 854 no se encuentran aún en Islandia. En
855, el papa Gregorio IV, en una carta, habría de recordar que Ansgar es
"su delegado ante los pueblos del Norte, incluyendo Iceland y Greenland",
palabras de consonancia inglesa y no nórdica. Constituyen éstos un
conjunto de textos que traducen una ulterior transposición. Iceland es un
nombre posible —o una grafía cercanapues dicho nombre había sido
utilizado por un sueco que había rodeado la isla, en aquel momento
cubierta de nieve; pero aún cuando ese nombre prevalece en nuestros
días, hagamos notar que los celtas que se dirigían regularmente, e incluso
ritualmente a esas regiones, desde el siglo V la llamaban isla de Ailbe, o de
Alba. En cambio, el término Groenlandia aparece por primera vez en boca
de Erik el Rojo en 986. Pero las confusiones y anacronismos continúan ya
que se ha dado constancia de una bula del papa Nicolás I que habría
confirmado nuevamente al arzobispo de Hamburgo la misma delegación de
poderes para todos los países nórdicos incluyendo a Iceland (esta vez, sin
embargo, no se menciona a Groenlandia, lo cual torna plausible la
autenticidad de esta bula, expresa reserva, sin embargo, de que en aquella
fecha los daneses no estaban siempre en Islandia y de que los noruegos
fueron quienes llegaron poco después).
105
Pues continuamos con la serie de textos apócrifos: en 872, el papa Adrián
II habría confirmado la competencia rationae loci del arzobispo de
Hamburgo. Ello habría sido luego confirmado por el papa Anastasio III en
enero de 912 y finalmente por el papa Juan X en octubre de 920. Estas
dos últimas decisiones son posibles, pero la de 872 debe ser considerada
con grandes reservas, pues sobre todo es en 874 cuando la implantación
vikinga se torna importante en Islandia; pero son noruegos, no daneses, y
no se ve claramente qué fue a hacer allí un arzobispo de Hamburgo. Tanto
más cuanto, y es muy importante, que en aquella época los vikingos no
eran católicos. Recién en el siglo XI es cuando el catolicismo es introducido
en Islandia. Y de allí, por parte nuestra, grandes reservas en cuanto a la
interpretación dada sobre esos textos del Vaticano. Los de 874 no parecen
referirse tampoco a los cristianos celtas de Islandia —que ellos mismos no
llamaban con ese nombre— y no se comprende por qué los cristianos
celtas de Islandia habrían estado bajo la obediencia del arzobispo de
Hamburgo, tanto más cuanto que la iglesia celta no era de inspiración
romana sino siríaca y que la jerarquía romana no era reconocida por los
pueblos de cultura celta. Hay demasiadas contradicciones como para dar
importancia a esos textos seguramente copiados más tarde por personas
totalmente ignorantes sobre el pasado real de aquellas regiones.
De todos modos, nada, en los textos del Vaticano, hace alusión a celtas
establecidos en el continente ¿quizás también por la razón de que esa
Iglesia no se dejaba atrapar por Roma? No fueron exterminados todos los
cristianos que se habían instalado algunos siglos antes en Islandia, y
sobre todo a comienzos del siglo IX cuando Irlanda fue conquistada por los
vikingos. En el Landnámabók, Ari Thorgillson declara que varios lograron
escapar y que singlaron hacia el oeste, por lo tanto hacia Vitramannaland,
la Gran Irlanda, la futura Albania, lo cual confirmaría un aporte de sangre
joven para aquella población en el último cuarto del siglo IX. Pero, cuando
llegaron los vikingos, no había ningún obispo entre los cristianos de
Islandia. Con más razón ningún arzobispo era reconocido. La única
autoridad reconocida era la del abate (jefe de la abadía). Recordemos que
fue aproximadamente en la época de la partida de los celtas de Islandia
cuando en Bretaña la Iglesia comenzó a identificarse con las mismas bases
de la Iglesia franca, unificada con Roma desde el acuerdo entre el obispo
Rémi y Clodoveo, en Reims.
107
VI. LA MUERTE DE LA COLONIA GROENLANDESA
PARALELA A LOS CELTAS
Una carta del papa Nicolás V (de Roma) manifiesta, en 1448. que su
plegaria se dirige a sus desgraciados hijos de Groenlandia que viven en un
terrible país. A fines del siglo, el papa Alejandro VI (Borgia —papa desde
1492 a 1503) evoca también a los lejanos hijos de Groenlandia. En su bula
de 1492 dice que el Vaticano no tiene noticias de ellos desde ochenta años
antes, lo cual significa 1412, fecha cercana al dato precedente relativo a la
escala, en 1408, de un navio groenlandés en Islandia. Es conveniente no
olvidar que en aquella época los conquistadores que siguieron la llegada de
Colón a las Bahamas aún no habían puesto el pie en el continente
americano: recién en 1519 Cortés toma México. Al oeste de las Antillas, los
primeros reconocimientos datan de 1511 en Yucatán, de 1515 en
Veracruz. Al norte, en Florida, fue Ponce de León quien, en 1513, intentó
la primera incursión de exploración, fracaso durante el cual fue muerto; y
los españoles no se instalaron hasta 1565 porque el francés Ribaut
acababa de desembarcar en aquel lugar. Aun a mediados del siglo XV los
españoles desconocen América al norte de la Florida, cortada, por otra
parte, del resto del continente por una zona de pantanos prácticamente
infranqueables en aquella época. Relacionemos esa fecha con la
transacción de 1514 que puso fin a un largo proceso entre los habitantes
de Bréhat y el sacerdote de Beauport, quien había instituido un impuesto
al bacalao pescado en Terranova, por lo tanto frecuentada por los marinos
bretones mucho antes de que los españoles hubieran desembarcado en el
continente en América central.
111
encontrábamos en la historia de Groenlandia algunas alusiones a
contactos con los celtas.
El estudio sobre el fin de los vikingos no era tampoco inútil pues, en caso
necesario, la expedición de 1362 indica que no ha sido encontrado ningún
rastro de los celtas, pero dicho fin muestra cómo pueden extinguirse
ciertas colonias aisladas. Esto es quizás una consideración de lo que ha
podido ocurrir también a los celtas. Su número habría disminuido
progresivamente durante todo el siglo X para luego desaparecer
completamente en el siglo XI, o al menos en los albores del siglo XII, casi
en todos lados salvo, al parecer, en una limitada región; y ya volveremos
sobre ello. En conjunto, su presencia ha debido desvanecerse
completamente hacia el 1100 ± 50. En efecto, en 1054 ya no parece haber
más jefes blancos en Vinlanda ya que el obispo Jon que allí desembarcó
fue capturado y masacrado (¿pero cómo se ha sabido?, ¿y no se ha muerto
en el mar? ) en tanto que en 1029 aún se encuentran celtas gobernados
por Bjorn Asbrandson. Estas fechas llevan a concluir que el fin del mando
de los europeos se sitúa hacia 1042 ± 12. Hemos de ver también un punto
de referencia arqueológico que proporciona una nueva convergencia. En el
112
siglo XVII, en el emplazamiento de Newport, fueron observadas las ruinas
de un habitat europeo. Dicho habitat, así como la "torre", único vestigio en
pie, no ha podido ser construido antes de 1014, año de la última incursión
vikinga en la región, en donde antes había sido ubicada una cabana de
madera. Es decir que poco después de 1014 la ocupación celta marcaba
aún un dinamismo constructivo, al menos en Rhode-Island, y
probablemente en los alrededores, en Massachusetts, Maine, toda
"Albania", la ex-Vinlanda; es posible que se hayan extinguido antes en
Markiand pues las tripulaciones que se dirigían desde Groenlandia a
Markiand para traer de allí cargamentos de madera, hacia fines del siglo XI
y aún más tarde, nunca han hecho mención de un encuentro con celtas.
113
indígenas, lo cual parecería indicar, por otra parte, que en el siglo XIII la
colonia de Albania quizás había dejado de existir. Se puede, ciertamente,
objetar que esos pescadores iban sobre todo hacia Terranova y la entrada
del San Lorenzo, en tanto que el principal poblamiento se encontraba más
al sur. Pero es probable que hubieran sabido por los indígenas que por allí
había "hombres blancos" y lo habrían dicho.
114
demasiado tarde para dar media vuelta, no puede uno quedar paralelo a
las olas, y el cuarto de vuelta efectuado in extremis puede llegar a
colocarnos con el viento detrás; entonces es necesario huir, con el mínimo
de vela indispensable para gobernar, la vela mayor arriada, la cebadera
cargada lo más posible. Con un viento en contra normal, aquellos
navegantes podían dirigirse hacia donde el capitán quisiera, y no el viento.
De tal modo, que esos barcos, al no tener nada que hacer en las costas del
Maine, no se dirigían hacia allí (salvo errores de conducción),
contrariamente a lo que ocurría con los drakkares, así como con los
coracles, desviados a pesar de sus tripulaciones.
Ciertos textos dan cuenta de la salida de 700 a 1.000 personas que huían
de Islandia, como consecuencia de combates en dicho país. Eran sobre
todo descendientes de noruegos y de irlandeses saqueados por
116
"incursiones de grupos comando". Se fueron cuando los daneses,
vencedores de los noruegos, establecieron momentáneamente su
dominación en Islandia. Las rivalidades continuaron hasta el siglo XIII y
no terminaron hasta la victoria definitiva de los daneses en 1378. Es por
ello (volveremos con más detalles sobre el tema en el capítulo X, "Hagamos
un balance") que no es seguro que la población blanca de la Gran Irlanda
haya desaparecido totalmente en la segunda mitad del siglo XI. Pero no ha
sido posible establecer con precisión dónde fue a establecerse esa masiva
emigración. Diversos indicios conducen a pensar —por ruinas, armas—
que habría podido instalarse al norte de la actual Terranova, en aquel
entonces unida al Labrador. En ese caso habría permanecido
desconectada del Vitramannaland y transformado en Albania en el siglo
siguiente. ¿Podrían ser, ciertos hornos metalúrgicos encontrados en
Albania, y que al parecer se ubicarían entre los siglos XII a XIV, el
resultado del aporte de los escoceses en el siglo XII? Habría sido ubicado
también, por fotografía aérea en 1971, un "campamento fortificado", pero
no sabemos si ha sido objeto de excavaciones.
117
VII NUEVOS DATOS SOBRE LA INMIGRACIÓN DE LOS
VIKINGOS LLEGADOS DE LA COSTA OESTE DE
GROENLANDIA
118
protegida del frío, no murió y brotó (en la segunda parte, volveremos sobre
esta cuestión del clima).
119
En cambio, los resultados de la campaña de 1966 fueron más
interesantes. Estos han sido publicados con una diferencia de dos años,
habiéndose dedicado el año siguiente a la exploración, a los análisis y a la
explotación de las muestras, de las fotos, croquis, notas.
Los bordes del lago y del río Payne no parecen poder proporcionar
importantes índices complementarios y parecía que allí había existido una
zona de exploración adelantada para la búsqueda de recursos alimenticios.
No podía haber sido una región de implantación muy densa y muy
prolongada, y persistía el enigma sobre su origen. Pues aquel no podía ser
el lugar de retirada de los groenlandeses, debido al gran número de casas
y de establos abandonados por ellos en el siglo XIV. Ahora bien, una
partida tan súbita de los hombres y de los animales, sólo había podido
hacerse hacia una región de implantación previamente reconocida, no
demasiado alejada y hacia donde aquellos hombres se hubieran dirigido
para su establecimiento definitivo en tierras más clementes.
La localización del principal sitio explorado hasta ahora —pero hay otras
en esta región— permite comprender por qué la misión que buscó a los
groenlandeses hacia 1360 no los encontró. Dicha misión salió de la costa
oeste de Groenlandia, para dirigirse primeramente a Vinlanda; luego,
desde allí, se dirigiría hacia la bahía de Hudson por el estrecho de Davis (?
). Pero los pueblos hallados no se encuentran sobre esta costa. Están más
retirados, al norte de la desembocadura de un río o más hacia el interior,
hacia el lago Payne. Por lo tanto, a la ida, Knutson, bordeando la costa
bien de cerca, no los halló por lo menos por un error de 200 km. A la
vuelta se dirigió directamente mar adentro, probablemente más al norte.
Th. E. Lee piensa que las ruinas descubiertas en la isla Pamiok (cerca de la
costa, hacia esta desembocadura) podrían corresponder a la descripción de
esta saga. En 1968, a lo largo de la costa oeste de la bahía Ungava, fueron
encontradas seis ruinas de casas, todas muy largas, pero una sola, en la
isla Pamiok, por su sólida construcción parecía haber podido ser la
morada fortificada de Ogmund, en el Skuggifjord. Incluso se ha dicho que
122
dicha construcción podría pertenecer al siglo XI, dado que el fechado
proporcionado por un carbón encontrado en lugar parecía indicar 1050.
Pero seamos prudentes: con el carbono 14, es imposible obtener tal
precisión y ese carbón podría ser del siglo XII, « incluso del siglo XIII. Más
al oeste, cerca del lago Payne, en un pueblo similar, un fechado con
carbón indicaría 1200 (? ). En Brattahiid, Groenlandia, ha sido encontrada
una casa de técnica similar, fechada por su mobiliario entre los siglos XII y
XIII. Tenía 7 habitaciones consecutivas de las cuales 3 tenían pequeños
hogares, pues, en aquella época los nórdicos casi no utilizaban la madera,
salvo muy raramente: alumbrado, calefacción, cocción de los alimentos
eran hechos utilizando aceite de mamíferos marinos (focas, ballenas); se
habían integrado las técnicas de los esquimales.
Tampoco se excluye que ese pueblo haya sido una escala de verano para
los que venían a buscar madera para Groenlandia, pues la delgada capa
de detritus muestra una ocupación de corta duración. Hay pocas cenizas,
y sólo en la cocina, cuadrada; pero también pocos esqueletos de animales;
ninguno de hombre. Han sido encontradas dos entradas, una en cada
extremidad, y redondeadas (de allí el nombre, para Bretaña, de casas con
ábsides). Cada entrada cuenta con un través y desemboca en sentido
inverso al de los vientos dominantes. Pero quizás tan corta ocupación haya
sido consecuencia de una fuga precipitada que explicaría la saga de
Ogmund (? ).
Hay uno sin embargo que no podríamos dejar de mencionar aquí: aun
cuando no se refiera a una prolongada presencia celta en el territorio de
América del Norte, de todos modos muestra que han tenido lugar algunos
viajes, voluntariamente, entre las dos costas del norte del Atlántico.
Resumámoslo.
Los documentos de base de la familia Zeno han sido escritos por dos de los
hermanos Zeno. Uno de ellos, Nicolo, en 1390 partió hacia Inglaterra. Fue
desviado por la tempestad y arrojado a la costa de una de las islas Feroé.
El azar quiso que en aquel momento, "en viaje de inspección", bloqueado
en la misma isla por la misma tempestad, se encontrara el "príncipe
Henry", de hecho el conde de las Oreadas, Henry Sinclair. Este gobernaba
las Oreadas, las Shetland, las Feroé y la parte norte de Escocia. Eran estas
regiones celtas, con aportes nórdicos en algunos lugares.
Para ello conviene recordar que los irlandeses llegaron a las islas y a la
costa de Escocia hacia el siglo V para evangelizar a aquellas regiones en
donde fundaron monasterios alrededor de los cuales fueron luego
establecidas colonias laicas irlandesas. Se produjo pues, rápidamente, en
las islas y a lo largo de las costas, una mezcla étnica de las ramas celtas
de Irlanda y de Escocia. El precoz poblamiento de las islas nórdicas ha
sido puesto en duda por no pocos autores. Para ellos los vikingos habrían
sido los primeros en instalarse en aquellas islas hasta entonces desiertas,
dicen, hacia fines del siglo VIII. Esto se contradice con varios elementos.
Un texto de Ducuil de 825 relata la partida, en el siglo precedente, de los
monjes celtas expulsados de las Feroé por los vikingos. Por lo tanto esas
islas estaban habitadas por los celtas antes de la llegada de los
normandos. Julio César da cuenta de islas al norte de Escocia en donde en
invierno casi siempre es de noche; por lo tanto eran conocidas desde
mucho tiempo antes.
127
Un descubrimiento relativamente reciente ha proporcionado nuevos datos.
En 1958, en la isla de San Ninian, en el archipiélago de las Shetland, ha
sido descubierto un lote de objetos celtas ocultos desde fines del siglo VIII.
Se trata del "tesoro" del jefe celta de aquellas islas; escondido quizás en
ocasión de aquellos ataques de los vikingos. Se encontraban allí varios
bols de plata, prendedores de plata, adornos de vainas y una empuñadura
(lo que era de hierro había desaparecido por completo). Pero una de
aquellas vainas estaba grabada con el nombre de su propietario, lo cual ha
permitido ver que se trataba de un celta.
Estas cartas muestran que los marinos del Mediterráneo habían perdido
prácticamente toda tradición relativa a las regiones del otro lado del
Atlántico. En consecuencia, los hermanos Zeno, en las Feroé fueron muy
sorprendidos al conocer la existencia de aquellas regiones y pensaron,
como comerciantes, que era conveniente ver cuáles eran las posibilidades
de negociar con ellas.
La descripción de aquellas regiones del otro lado del Atlántico les había
sido hecha por un viejo marino pescador de la isla que acababa de volver
de allí y que veintiséis años antes, es decir en 1364, se había ido a vivir al
otro lado del Atlántico. Había residido un tiempo en Estotilandia, isla
grande y montañosa, tan grande como "Eslandia" (Islandia). Pero luego se
dirigió hacia otra gran isla, en una región que él llamaba "Drogio" cerca de
una zona muy amplia. Dicha isla es llamada Icaria; allí permaneció varios
años. Pero es muy posible que si aquellas tierras se le antojaron al marino
como una isla, fue porque no debe haber llegado hasta el itsmo, muy
estrecho: ¿sería Acadia, Nueva Escocia? Recordemos que poco antes un
cataclismo había separado a Terranova del continente; la bahía de Fundy
se había acentuado y Nueva Escocia habría acaso tomado
aproximadamente su forma de hoy. De este modo, a mediados del siglo
XIV, hacia 1364 viaja hacia América instalándose en ella. Para "situar"
esta fecha, recordemos que corresponde al comienzo de la Guerra de los
Cien Años, ocho años después de la derrota de Poitiers. Es la época del
reinado de Carlos V y 1364 el año en que, según las obras de la historia de
Bretaña, el "renegado" Duguesclin, indeseable para sus pares, rechazado
por todos por haber puesto su espada por despecho al servicio del eterno
enemigo de los bretones, el franco, es vencido en Auray: nadie es profeta
en su tierra. . . (su jefe, Charles de Blois, fue muerto y él hecho prisionero).
Cuando aquel pescador que había residido en Acadia volvió a las Feroé,
Sinclair y los hermanos Zeno se pusieron de acuerdo para ir a ver a
aquellas regiones más de cerca y prepararon varias embarcaciones.
Sinclair quiso participar en el viaje, y, aún cuando el capitán fuera Antonio
Zeno, éste reconoció que el verdadero jefe, el que tomó todas las
decisiones, fue Sinclair (así como en 1492 Colón comandó a Juan de la
Cosa que era el capitán de la Santa María, fletada por el rey de España
para Colón). El "jefe-pescador" debía también hacer el viaje, pero murió
tres días antes de la partida. Otros hombres que formaban parte de la
tripulación llegada "de América" fueron embarcados para guiar la
exploración en tierra. En aquella época la navegación marítima se había
tornado más fácil, pues la embarcación encallada de Zeno tenía una
brújula y Sinclair equipó a sus embarcaciones con brújulas llegadas de
Italia.
Parece, sin embargo, que los barcos de Sinclair fueron arrastrados por las
corrientes más hacia el sur de lo previsto, y en lugar de ir hacia el sur de
Terranova, o al cabo Cod, desembarcaron en una región que los "guías" no
reconocían. Estos no tenían la experiencia —ni la inteligencia— del jefe
fallecido (? ).
130
Un grupo de un centenar de soldados salió en reconocimiento hacia una
colina en donde se divisaba humo, índice de presencia humana, pensaron.
Volvieron al cabo de ocho días diciendo que habían llegado nuevamente al
mar y que por lo tanto se encontraban en una isla. El humo era un
desprendimiento de una materia en llamas similar a la pez.
La región parecía ser de clima agradable, tierra fértil y con agua buena y
abundante. Por lo tanto Sinclair encaró la fundación de una colonia. Pero
sus hombres no estuvieron de acuerdo: era demasiado lejos de su país. Ni
siquiera quisieron esperar hasta el año siguiente para retornar junto a sus
familias e insistieron en volver antes del invierno. Sinclair pidió entonces
algunos voluntarios para que se quedaran con él y poder así reconocer
mejor la región. Envió de vuelta a los demás con las embarcaciones a vela
y para él sólo conservó pequeños barcos de remo. Los barcos que volvieron
fueron comandados por Antonio Zeno quien, sin embargo, hubiera
preferido quedarse. Navegó durante veinticinco días antes de llegar a la
isla de Neome, que estaba también bajo el mando de Sinclair, y tres días
más tarde llegaba a "Freslandia" (¿o Frislandia? ) pero sobre todo a la
131
principal isla de las Feroé (? ) (en su mapa hay grandes errores de
longitud).
Los numerosos detalles proporcionados por Zeno sobre las riberas, los
cursos de agua, confirman que no podría tratarse más que de Acadia; la
"colina humeante" no podría estar en otra parte. Se ha establecido que se
trata del yacimiento bituminoso de Stellarton, en donde (según Abraham
Gessner: Remarks on the Geology of Nova Scotia, 1835) hubo "grietas que
parecen proporcionar la prueba casi indiscutible de la existencia de
combustiones subterráneas en el pasado". La "pez", contaban los soldados
de Sinclair, llegaba hasta el mar. Ahora bien, la marea, precisamente, se
siente, en el East River (no la de New York . . .) hasta Stellarton.
132
al noreste de Nueva Escocia (Acadia). Al sur de Guysborough se encuentra
la colina de Salmón Hill desde la cual se divisa un vastísimo horizonte.
Desde allí, en el eje de Stellarton, se divisa una colina cerca del lago Edén,
lo cual habría hecho creer que había humo en aquella colina. Pero los
soldados de Sinclair comprendieron que el fuego estaba mucho más lejos y
hacia allí se dirigieron.
¿Qué eran aquellas factorías? Del relato sólo podemos deducir que un
marino se había quedado durante 26 años en esa región y que no se
trataba de colonias sedentarias con las familias. Eran pequeñas
tripulaciones que decidían permanecer en el lugar para servir como puntos
de contacto con los indígenas, ocupándose, al mismo tiempo y
especialmente, de los secaderos de pescado. La embarcación no era
abandonada. ¿Constituía ésta el domicilio del grupo? , ¿o bien había en las
proximidades un campamento con chozas o cabanas? Al parecer se puede
responder afirmativamente, ya que han sido encontradas construcciones
de piedra que habían servido como bases y que parecían relacionadas con
los secaderos de pescado. En invierno, dichas tripulaciones se convertían
en los ancestros de los futuros cazadores "tramperos" asegurando al
133
mismo tiempo el resguardo del material "en tierra" y que no podía ser
llevado a Europa al finalizar cada época de pesca, dado que los navios
debían recibir esencialmente "una carga útil", de flete remunerativo.
Ruinas de este tipo de campamentos han sido encontradas en Terranova;
éstas datarían del siglo XIV. Pero, que yo sepa, hasta la fecha no ha sido
encontrado nada similar en Acadia.
135
aunque no se cuente con relatos detallados, han sido encontradas
sucintas evocaciones que prueban que las relaciones Europa-Estados
Unidos han sido continuas.
Cuatro años antes (1472), otro danés había efectuado un viaje hacia
aquellas regiones: Jon Skoyis, que había salido de Islandia, habría hecho
escala en Groenlandia, luego habría alcanzado la región de la
desembocadura del San Lorenzo (? ). Pocos detalles hay sobre su escala (?)
en Groenlandia pues tampoco ha sido encontrado el original de ese viaje,
el cual resultaría de las referencias y coincidencias de varios escritos de
mediados del siglo XIV (Mercator, etc.) y de allí algunas reservas. Dicho
viaje habría sido financiado por Alfonso V, rey de Portugal (y sobrino de
Enrique el Navegante). A bordo se habría encontrado Josoa Vaz, navegante
portugués que, más tarde, exploró esta región junto con Corte Real (? ). Es
por ello que, sin pruebas suficientes, sólo por deducciones, se ha dicho
que Corte Real habría efectuado un viaje hasta las inmediaciones de
Terranova antes de 1492; pero Champlain lo ubica en 1500.
De este modo 1362, 1364, 1398 serían hechos con fecha que probarían
que las relaciones con América del Norte fueron continuas a lo largo del
siglo XIV. En cambio, las relaciones con Groenlandia se pierden: hacia
1345 Ivar Bardason investiga a pedido del papa. En 1347 una
embarcación groenlandesa llega a Islandia y luego vuelve a partir.
Hay un viaje en sentido inverso que pertenece a 1408. Entre 1355 y 1362
tienen lugar las búsquedas de Knutson en el continente. En 1446 se
produce el viaje de Bjorn el Rico a Groenlandia; luego, misterio sobre el fin
de la colonia groenlandesa. Al parecer, el danés Jon Skoyis no habría
establecido ningún contacto con los groenlandeses en la escala que habría
hecho en aquel lugar en 1472. En 1476, la expedición Pining-Pothorst
pasa muy cerca de allí para internarse en el estrecho de Davis, en
dirección de la Tierra de Baffin, ignorante del drama de miseria en el
vecino territorio, privado de todo. Más tarde Caboto (1497), Verrazane
(1524), Cartier (1534) quienes habrían logrado dar la alarma y salvar a los
últimos sobrevivientes, no tuvieron dudas sobre la desgracia de los
groenlandeses; y fue en 1540 cuando un navegante europeo, al
desembarcar, involuntariamente, descubrió a un hombre muerto
recientemente, solo, nadie detrás de él para enterrarlo.
137
X. HAGAMOS UN BALANCE
Diferentes indicios parecen mostrar claramente que los celtas fueron
tempranamente a América. Incluso se ha dicho —sin pruebas— que
embarcaciones vénetas, habiendo logrado escapar de la flota de Brutus,
pudieron llegar de noche a tierra y embarcar a sus familias para luego
llegar a Irlanda, desde donde continuaron quizás hacia América. Estos
vénetos iban a reunirse con "los tíos de América" y diferentes indicios
(hornos metalúrgicos, quizá megalitos) ¿podrían probar que, al menos dos
siglos antes de nuestra era, los celtas estaban establecidos en la región
que va desde los grandes lagos hasta el mar, sobre todo al sur del San
Lorenzo? Este es el tema de una obra de 1976, reeditada en 1977. Pero los
megalitos no son celtas; son más antiguos, a grosso modo alrededor de
1500 años antes de la expansión celta para los menhires, 3000 años para
los dólmenes. En consecuencia es dudoso que los megalitos de América
tengan alguna relación con los vénetos y los celtas no construían
megalitos. ¿Por qué habrían de importarlos en América?
Pero nada dice que hayan sido los celtas los primeros europeos en hacer
conocer América. La ruta que conduce a ese continente era conocida desde
mucho tiempo antes. El relato de Pitias, quien en los últimos veinticinco
años del siglo IV antes de nuestra era contrató a un piloto nórdico en
Escocia para efectuar un viaje alrededor de Islandia, lo muestra con toda
claridad. Otros relatos, posteriores, se refieren al descubrimiento de
hornos metalúrgicos que se remontan aproximadamente a esa época,
aunque con una posibilidad de error de alrededor de 200 años. Si ello
fuera confirmado, constituiría un índice sobre una presencia celta
ininterrumpida en una región de América. Todo esto pertenece de algún
modo al área de la protohistoria. Las precisiones son insuficientes; no
afirmemos nada, por el momento. En lo que a mí respecta, soy algo
escéptico en lo concerniente a una presencia europea continua en América
del Norte antes del siglo VI. Lo cual no excluye la anterioridad de las
incursiones, debidas probablemente a las tempestades. En cambio,
Islandia, las Azores son frecuentadas antes de esta fecha; las monedas
encontradas lo confirman.
139
Mikia), es decir Irlanda la Grande. Un relato de alrededor de 1125 todavía
dice Vitramannaland.
140
Los vikingos intentaron instalarse en el continente en el siglo XI, es decir
aproximadamente dos siglos después de haber conquistado Irlanda. En
aquella época las dos razas se habían fusionado en parte. Muchos
irlandeses, por obligación o no, habían debido colaborar con el invasor que
no podía ignorar la presencia de irlandeses del otro lado del Atlántico. En
Irlanda, en Escocia del Oeste, seguramente se sabía que aquellas eran
tierras de vino. Además la primera saga nórdica que evoca a Vinlanda
declara que dos gaéis (¿escoceses?, según una versión) esclavos más o
menos libres fueron quienes descubrieron la viña (identificación
conformada por un germano del sur, mercenario). Aun cuando la saga diga
que desde entonces aquella tierra fue llamada Vinlanda, cabe aún
preguntarse si no sería mejor traducir: y de este modo supieron que se
encontraban en Vinlanda.
Lo que ahora sabemos sobre la penetración celta hasta los grandes lagos
explica por qué aquella región fue recorrida a lo largo y a lo ancho, con
seguridad, siguiendo las rutas más fáciles, por la misión que, de 1355 a
1362, enviara el rey Magnus en búsqueda de un grupo de groenlandeses
desaparecidos. Paúl Knutson, que disponía del navio real Knaaren para
aquella expedición, sabía que podía llegar a los grandes lagos por la bahía
de Hudson, en tanto que por el San Lorenzo chocaría con el Niágara, o
sobre todo con un acantilado rocoso que aproximadamente en aquel
momento se derrumbó y constituyó el Niágara, invirtiendo más arriba el
vertedero de los lagos que, antes, iban a la bahía de Hudson, región que,
desde aquel momento, se eleva de modo lento pero continuo. ¿No
explicaría esto también que todos los antiguos mapas den al lago Notario
como fuente del San Lorenzo e ignoren a los demás grandes lagos? ¿o más
bien al otro gran lago, más grande que todos los grandes lagos reunidos, el
cual contribuía también para que se considerara a aquella región como un
mar?
Mallery estima que una epidemia de peste negra fue lo que diezmó a la
colonia celta, como aquella peste bubónica que diezmó a los vikingos en
141
Groenlandia en numerosas regiones de Europa en el siglo XIV. Los
sobrevivientes fueron absorbidos por los indígenas que quizás serían los
algonquinos. Sin embargo, hemos visto que la desaparición de la primera
implantación de los celtas se ubicaría aproximadamente en 1042 ± 12; es
decir hacia 1050, y por aquella época, no hay ningún indicio de peste, que
hubiera permanecido difícilmente localizada, debido a los viajes por mar.
145
"casas de los salvajes", apelativo dado generalmente a todos los indígenas.
Se podría suponer que se trataba de esos blancos descriptos por otros
viajeros de esa época pues los esquimales no construían casas sino
chozas. Sin embargo, los Dorset tenían casas rectangulares de madera. Es
posible pues que hubieran existido, en algunos sitios, grupos de indígenas
blancos o mestizos, que hubieran adquirido la tradición de la construcción
de habitáis de tipo europeo, lo cual permitiría suponer un prolongado
contacto anterior con europeos.
146
hacia fines del siglo XVI, pero sobre todo tenían pocos contactos con los
"salvajes" mongoloides más primitivos. Según las tradiciones recogidas por
los primeros llegados de fines del siglo XV, aquellos blancos se retiraban
en primavera a una pequeña isla del estrecho de Belle-Isle, frente al actual
pueblo de Sablón que se encuentra en el extremo sudeste de la bahía de
Brador. El profesor Levesque piensa hacer excavaciones en el lugar a fin de
buscar rastros antropológicos. Quizás se podrá saber quiénes eran
aquellos blancos que vivían replegados sobre sí mismos en el siglo XV, al
norte de la desembocadura del San Lorenzo. Cualquier especulación actual
sería en vano.
147
esquimal. Nos encontramos en este caso en la misma situación que para
los habitáis de Ungava. Sin embargo, existen sitios pertenecientes a los
siglos XIV y XV, ubicados más fácilmente gracias a su moblaje. Han sido
encontrados allí instrumentos de pesca de hierro (arpones, anzuelos) y
hornos que, por su canaleta de tejas, parecen haber servido quizá para
extraer el aceite de cetáceos o de focas en caliente.
Estas descripciones de los primeros viajeros del siglo XVI, e incluso del
siglo XVII, son por lo general poco precisas. Sólo pueden constituir vagos
jalones. A través de las metódicas excavaciones actualmente en proceso,
especialmente a través de ellas, podremos contar con datos capaces de
hacernos conocer mejor el estadio de la vivienda en aquellas regiones antes
del siglo XVI. Gracias a ellas, quizás, hemos de ver con más claridad la
esencia de aquel poblamiento blanco de América del Norte antes de ese
regreso de los franceses al noroeste de América, al menos en esa parte
limitada, aún no. totalmente saqueada arqueológicamente por la
"civilización" (? ) moderna. El "redescubrimiento" de América del Norte ha
sido hecho por los marinos franceses mucho antes de que Colón fuera a
las Antillas; esto está reconocido por muchos autores debido a la
convergencia de los datos. Pero subsisten vacíos. Es evidente la
explotación de esta parte de América del Norte en el siglo XV; pero hay
solución de continuidad: carecemos de puntos de referencia seguros para
afirmar que esa tradición de pesca en las costas americanas no era más
que la continuación del establecimiento de las primeras factorías en el
siglo XIV o antes. Además, no ha sido establecido que esos "gerentes" de
las factorías hayan encontrado descendientes de los celtas cuyo rastro
perdemos prácticamente al finalizar la tercera década del siglo XI.
151
Una observación de los vikingos podría quizá ser considerada como marca
de la influencia técnica de los celtas antes del siglo XI. En algunas sagas
expresan la sorpresa que han tenido al ver que los indígenas del
continente los atacaban con hondas. Pero los especialistas coinciden:
ninguna tribu salvaje, en el mundo, ha utilizado la honda. Esta sería
típicamente europea y en ese caso cabe pensar en un adiestramiento
hecho por los celtas. Este uso de la honda se conservó entre los indígenas
hasta después del siglo XI ya que J. Cartier manifestó su asombro de ver a
los algonquinos (ribera norte del San Lorenzo, entre Quebec y el mar)
utilizar la honda. Así como de que aquellos autóctonos tuvieran
vestimentas tejidas. Pero no ovidemos que Cartier proporciona datos de
segunda mano, que sus compañeros que fueron a explorar esta región
llegaron a ella más de 40 años después de que hubiera sido recorrida en
todos los sentidos por tramperos y traficantes, especialmente franceses. No
contamos con ningún relato directo de contactos entre europeos e
indígenas que date de fines del siglo XV. Cuando Cartier hizo su primer
viaje, la influencia europea era ya importante durante más de una
generación de intensas relaciones. Hagamos notar también que
Nordenskidd (J. S. A. P. —vol. XIII, no 2) da cuenta de la utilización, en el
continente, de la balanza romana en la época precolombina. Pero no
sabemos si ese instrumento era utilizado en las proximidades de la
frontera americano-canadiense del nordeste. Además no se puede de ello
deducir una necesaria importación europea dado que los autóctonos
pudieron haber descubierto su principio.
Hay un punto capital que parecen haber totalmente olvidado los demás
comentadores: los celtas estaban en el continente antes que los vikingos.
Fueron ellos mismos quienes dijeron que encontraron a los celtas y gracias
a ello contamos con elementos irrefutables para localizar la posición de los
celtas. Durante el siglo XI los vikingos no hicieron más que breves
apariciones en aquellas costas y es por ello que no han sido encontrados
rastros arqueológicos de su estada en aquella época. Los celtas, por el
contrario, han dejado edificios religiosos que hemos de ver más adelante, y
únicamente situados en esa región en donde situamos a Vinlanda. El
mapa de Stephansson —del cual sólo se cuenta con una copia posterior—
induce a pensar que en aquel lugar se encontraban también los feroces
"indios": es el "Skraelingi Land", inaccesible para los vikingos, en tanto que
más hacia el norte podían desembarcar para tomar cargamentos de
madera: es Markiand y recordemos que el clima era marcadamente más
suave que en nuestros días dado que el cambio de clima no comenzó hasta
los albores del siglo XIII para luego ir acentuándose durante más de un
siglo, rápidamente, luego más lentamente, ubicándose el paroxismo del
seísmo a mediados del siglo XIV; pero la temperatura descendió aún más,
hasta el siglo XVII.
154
De este modo todo es convergente, homogéneo, nada es contradictorio para
ubicar con precisión la localización de los celtas en el continente: sagas,
mapas, arqueología.
XI. RESUMAMOS
155
Existen indicios arqueológicos atribuidos a los celtas en la parte del
continente americano que se extiende desde la región de Bostón hasta el
norte de la desembocadura del San Lorenzo, pero por el momento, las
fechas de menos de un siglo no son seguras. Los más antiguos
documentos para establecer una localización de la implantación de los
celtas son las sagas nórdicas y algunos otros documentos del siglo XI. A
través de esos documentos sabemos que unos navegantes noruegos, al
dirigirse hacia Islandia a fines del siglo X, y habiendo sido arrastrados por
las tempestades, fueron arrojados sobre las costas del oeste en donde
encontraron celtas que vivían en perfecta inteligencia con los autóctonos.
Estas sagas dan cuenta de tales naufragios involuntarios a lo largo de los
tres primeros decenios del siglo XI; y siempre encontrándose con celtas.
Los relatos que han sido hechos por los primeros exploradores de la parte
norte de esas regiones, pertenecen sobre todo a franceses. Pero éstos
enmudecen, o casi, con respecto a las secuelas de contactos entre
europeos e indígenas antes del siglo XVI. Cartier construyó un pueblo al
cual llamó Stadaca (o Stadacone), nombre del pueblo indígena más
cercano, cerca de una pequeña isla a la cual bautizó "isla de Orleans" pero
158
que los indígenas designaban por el nombre de Quebec (o Kebec, ortografía
fonética aproximada) lo cual significaba "estrecho", pues en ese lugar el
San Lorenzo se angosta. Cartier remontó el San Lorenzo (al cual él había
llamado San Francisco, en memoria de Francisco I, quien le había
encargado esa misión de reconocimiento) y creó, antes de los rápidos, un
pueblo al cual llamó Moni Real (Mont Royal). Era cerca del pueblo indígena
de Hochelaga (un mapa, elaborado a su regreso, en base a sus
indicaciones, por el cartógrafo bretón —du Conquet— cerca de la costa,
correspondiente a 1543 y del cual poseemos el negativo de la fotografía y
positivos ampliados o no, indica Hochelaga pero no Mont Real). Hacía
aproximadamente 40 años que Caboto había visitado la desembocadura
del San Lorenzo. En aquellos parajes comerciaban y pescaban europeos
desde hacía más de una generación, de tal modo que ya era difícil, para
Jacques Cartier, desentrañar lo que, en los indígenas, resultaba de
contactos recientes o antiguos con blancos. Sobre este tema no contamos
con ningún relato escrito desde fines del siglo XV.
Cuando, setenta años más tarde, Champlain describe con más detalles
aquellas regiones y sus relaciones con los indígenas, evidentemente es más
difícil aún precisar a qué época se remonta tal o cual rasgo observado en la
vida social indígena, o si parece o no próximo a una práctica europea.
Aquel evoca, es verdad, pero con una diferencia próxima a las tres
generaciones, los relatos hechos por Caboto en 1497, por Corte Real hacia
1500. Da cuenta además de algunos relatos relativos a las estadías de
pescadores bretones que descubrieron la excepcional riqueza de bacalaos
del "Gran Banco" de Terranova en 1504, lo cual atrajo poco después a los
pescadores vascos y normandos (de Francia). En 1618, Champlain
estimaba en 600 a 700 el número de embarcaciones francesas que cada
año se dirigían a la pesca del bacalao. Ha recordado también los escritos
de Verrazane en 1524, de Cartier a partir de 1534, pero solamente gracias
a Champlain se conoce un poco mejor a La Cadie que él recorrió en 1603
(él mismo ha de escribir también: Acadie, Arcadie).
160
presentes ya que se decía que el alma del muerto se encarnaba en un
cuervo el cual, por ese hecho, era un animal sagrado: no se debía matarlos
pues no se sabía si en alguno estaba el alma de un pariente, de un amigo,
de un vecino desaparecido (este aspecto sagrado ha ejercido influencia
sobre la toponimia la homonimia... y de allí mi apellido, por otra parte).
Esta digresión muestra en todo caso un curioso acercamiento con Bretaña,
pero nada nos dice si esas creencias indígenas son 100 ó 500 años
anteriores a Champlain, si ha habido convergencia o interferencia.
Pero en total hay pocos hechos que permitan pensar en una influencia
muy antigua de los celtas sobre los indígenas del norte del San Lorenzo.
Estas comparaciones son insuficientes para decir que, tanto en el siglo XVI
como en el XVII, se han conservado seguros indicios de un contacto entre
europeos e indígenas antes de 1492. Los escritos conocidos no pueden
aportarnos nada seguro y será necesario esperar el descubrimiento de
textos, o bien que la arqueología nos proporcione nuevos datos. El uso de
la honda, ciertas disposiciones de la vivienda, algunos métodos de
agricultura de ciertas tribus, algunas observaciones étnicas forman, es
verdad, un conjunto importante y convergente, pero creemos que aún falta
la prueba científica formal.
Para terminar y para resumir esta primera parte, cabe hacer notar que si
indiscutiblemente América latina ha debido su explotación intensa y
acelerada a europeos, españoles especialmente, debido al viaje de Colón,
en cambio el "Descubrimiento" de América del Norte, de las regiones
orientales de los Estados Unidos y del Canadá nada debe a Colón. Dicho
descubrimiento se ha operado sin él y ya aproximadamente un milenio
antes América del Norte estaba en la órbita de Europa del noroeste:
161
durante siglos tuvo fluctuaciones en las relaciones humanas y
económicas.
SEGUNDA PARTE
162
debían aprovechar para ir a América, soplaban sólo en verano y durante
pocos meses.
163
Para ir hacia Islandia o Groenlandia, debido al sentido giratorio de los
vientos predominantes en los alrededores de la depresión habitualmente
centralizada en el sudeste de Islandia, se recomendaba tomar la ruta al
norte de esa depresión, y ello al salir de Bergen. Se debía navegar de tal
modo que se conservara a las Shetland en el límite del horizonte sur, luego
al desaparecer las Shetland, poner directamente proa hacia el noroeste
hasta divisar las Feroé que debían ser dobladas por el sur, "a una
distancia tal que el horizonte cortara la montaña por el medio". Se
conservaba entonces la misma dirección hasta Islandia (es probable que
las Feroé hayan cambiado un poco desde entonces: el hundimiento del
siglo XIV parece haberse manifestado hasta en ese archipiélago).
164
Los barcos permitían una velocidad máxima de 6 nudos (11 km/hora) con
buen viento a favor. Debido a la carencia de orza de deriva y por tratarse
de barcos muy largos con respecto a su ancho, se producía una falta tal de
estabilidad lateral que, para navegar de otro modo que no fuera con viento
en popa, había sido necesario limitar el velamen y colocar muy bajo el
centro de empuje del viento para poder así reducir el tiempo de vuelco.
Respondiendo a esta necesidad de seguridad, la altura del mástil era sólo
la correspondiente a la mitad de la longitud de la embarcación. Los
drakkares, esencialmente concebidos para la navegación en el Mar del
Norte, en la Mancha, a lo largo de las costas y en los ríos, en alta mar se
encontraban sometidos a sujeciones que limitaban su uso. Hemos visto
que sus rutas estaban muy influenciadas por el mal tiempo. Soportaban
con dificultades las olas laterales u oblicuas y debían huir con viento de
popa, lo cual podía desviarlos a veces muy lejos. Otra de las razones de su
dificultad para maniobrar con oleaje de costado se debía a que su borda
era bastante baja, y esta escasa altura por encima del nivel del agua se
debía a que aquellas embarcaciones estaban concebidas para ser
impulsadas a remo (ausencia de viento y sobre todo posibilidad de
remontar los ríos).
Con vientos normales para la época, parece que los tiempos de las
travesías proporcionados por los documentos corresponden a una
velocidad media de 3,5 nudos aproximadamente, a veces un poco menos
pero siempre más de 3 nudos durante varios días consecutivos. Por lo
tanto, son aproximadamente entre 72 y 84 millas por jornadas de 24
horas, y podemos estimar que los valores citados en tiempos corresponden
con bastante aproximación a 80 millas/ día, es decir alrededor de 150
km/día. Esas distancias no son muy diferentes a las de las embarcaciones
mediterráneas, pues Heródoto, aproximadamente 450 años antes de
Jesucristo, da cuenta de distancias recorridas por día y que correspondían
a 65 u 80 millas marinas. Pero en el Mediterráneo, generalmente, se
navegaba en cabotaje, y durante la noche se echaba el ancla, a resguardo
en alguna tranquila caleta. La velocidad por hora era superior en las
embarcaciones mediterráneas pues tenían mayor superficie de vela. Por lo
que sabemos sobre el viaje de Pitias podemos decir que dicho navegante se
hizo a la mar a partir del extremo norte de Escocia y que navegó hasta
Thulé (Islandia) durante 6 días. Ahora bien, entre los dos puntos hay 480
millas. Se trata pues de una velocidad media de 80 millas por jornada de
24 horas, lo cual constituye un nuevo dato para identificar con toda
165
claridad un día de navegación con 80 millas. Plinio fue quien escribió,
según Timeo —historiador del siglo IV antes de C.—, que Thulé se
encuentra a 6 días de navegación a partir del norte de Gran Bretaña
(Escocia): "sex dierum nauigatione in septentrionem Britania distante".
Según Estrabón, Timeo poseía esta indicación por Pitias.
166
Pequeños barcos como el utilizado por dos ingleses en 1880, sin puente,
han cruzado el Atlántico en 36 días. Un gran barco de tres mástiles,
1'Atlantique, al mando de Charles Barr, lo hacía por la ruta del norte, en
sentido EuropaAmérica, en 12 días y 4 horas, en 1905. En cambio los
drakkares previstos para la guerrilla a lo largo de las costas y para navegar
en ríos lograban performances mucho menores en alta mar. Esencialmente
previstos como embarcaciones a remo, no eran buenos veleros. Eran de
poco calado y, ya lo hemos visto, no podían soportar un fuerte oleaje, la
vela no era muy grande para no volcar con vientos de costado. Eran
embarcaciones angostas (elevada relación entre largo y ancho, cercana a 6
en el siglo VII). Sin embargo, esta alargada forma disminuyó a medida que
los navegantes normandos se internaban en alta mar. En los siglos IX y X,
aquella relación caía a 4,5 y luego a 4: para 22 m de largo, el ancho
llegaba a 5,50 m. Se tornaban también más profundos, aunque
moderadamente, pues tenían que seguir siendo impulsados a remo.
Hipona, Túnez, y existen otras en otros lugares. Aun cuando los mosaicos
sean romanos debemos decir que los romanos copiaron sus embarcaciones
de las de los cartagineses, luego de haber sido vencidos por éstos en el
mar. Pero los cartagineses iban a Armórica en donde habían instalado
factorías permanentes para tratar la recolección de estaño (de aluvión) en
la parte noroeste de Finisterre, al menos desde 550 antes de C.: este
167
estaño recolectado en las islas Casitéridas (actual archipiélago de Moleña y
no las islas Scylly tal como han afirmado ignorantes geógrafos modernos
que no supieron encontrar los textos antiguos) era llevado en pequeños
barcos de fondo playo hacia el puerto de aguas profundas situado en la
desembocadura del Aber Wrach, en donde se hacía la descarga de las
embarcaciones cartaginesas. Durante siglos los marinos armoricanos de
esta región, los estrimnianos (luego osismianos, osismos) por lo tanto
alrededor de dos siglos antes de la llegada de los celtas, estuvieron en
contacto con los cartagineses y sus embarcaciones fueron las mismas. Los
celtas llegaron, aproximadamente en el 390 antes de C., a la región del
golfo de Morbihan. No eran marinos. Estos echaron a una parte de los
osismianos hacia el oeste, dominaron la franja oriental de las tierras de los
osismos y, poco a poco, fueron creando la marina véneta que se impuso,
dominó a la de los osismianos que, luego de las derrotas de los
cartagineses en el siglo II antes de nuestra era, perdía su razón de ser.
Pero también en ese caso las embarcaciones eran las mismas. De algún
modo, se trató de un tipo standard: el barco de carga apto para todo, y con
cualquier tiempo que fuera; puesto a punto por los cartagineses, adoptado
por los griegos, luego por los romanos; César no se sorprendió de
encontrarlos en Armórica. Aún en nuestros días hay barcos de ese tipo en
servicio: fue el modelo del atunero hasta mediados del siglo XX; y aún se
los construye.
168
servomotor eolio, para hacer doblar la parte delantera de la embarcación,
lo cual facilitaba la maniobra, y el esfuerzo del remo de comando. Además
esta disposición permitía navegar contra el viento, cosa que no podía hacer
el drakkar con su única vela cuadrada (o preferentemente "subcuadrada").
La orza de deriva, en razón de una sólida quilla, era también menor en las
embarcaciones bretonas; pero en cambio los coracles irlandeses no eran
más gobernables que los drakkares y también ellos fueron desviados hacia
las mismas costas bajo los efectos de los mismos vientos y de las mismas
corrientes.
Cabe señalar que, cuando los vientos del nordeste hacen perder el rumbo
impidiendo llegar a Islandia y Groenlandia, vientos y corrientes impulsan
hacia la región del cabo Cod (Newport, Bostón). Asimismo, a partir de las
proximidades de Newport es de donde vientos y corrientes comienzan a
llevar hacia Europa. Aún en los siglos XVII y XVIII se viaja frecuentemente
desde Europa a Newport, ya que es la vía natural más rápida. Recordemos
además que la regata para navegantes solitarios se lleva a cabo desde la
Mancha hasta Newport. Por lo tanto no es por coincidencia que hayamos
encontrado los mismos itinerarios. Hemos citado las travesías de De
Lauzun, de Rochambeau; ya hemos de ver otras. Una mayor libertad de
navegación se produjo gracias a las modificaciones que experimentaron las
embarcaciones a partir del siglo XIII.
169
XIII. LAS VARIACIONES DEL CLIMA
Muchos han debido sorprenderse y hasta quizás bromear por haber sido
Groenlandia bautizada de ese modo: Green Land, el país verde, el país del
pastoreo. Pero, a fines del siglo X, cuando los vikingos descubrieron
aquellos grandes territorios nórdicos, ese nombre era exacto. El clima era
visiblemente más suave que en nuestros días. Las rutas marítimas del
norte de Canadá y de Liberia estaban libres una gran parte del año. Dando
crédito a las antiguas tradiciones, Jacques Cartier partió hacia el norte de
Canadá con la intención de reconocer eventualmente el "Paso del
Noroeste". Sabía que Cristóbal Colón no había llegado a las Indias, aun
cuando hubiera llamado "indios" a los autóctonos de los territorios de los
cuales había tomado posesión en nombre del rey de España. Cartier se
encontró con los hielos y con los "arpendes de nieve" de los cuales Voltaire
habló dos siglos más tarde. Esta exploración recién fue llevada a cabo en
su tercer viaje pues el primero y el segundo habían tenido como único
objetivo el de tomar posesión oficialmente en nombre del rey de Francia,
primeramente de Terranova, luego de las riberas del San Lorenzo, a fin de
mostrar por medio de un acto diplomático que Francia no quería reconocer
la pretensión del rey de España de anexar a toda América (reservada para
los portugueses al este del meridiano de Brasil). Ocurre que en aquellos
comienzos del siglo XVI el clima había cambiado desde hacía varios siglos.
El enfriamiento del noroeste del Atlántico comenzó hacia el siglo XIII, se
intensificó durante todo ese siglo y parece haber alcanzado su apogeo a
mediados del XIV, para luego atemperarse progresivamente desde el XVII.
En 870, la saga de Floki indica que ese navegante, que había salido de
Irlanda en 865, ha visto hielo en un fiord del norte de Islandia, cosa
suficientemente curiosa como para ser tomada en cuenta. Pero, en el siglo
XI, dos veces ha sido visto el mar congelado en la costa norte, y tres veces
en el siglo XII. Luego, bruscamente, después del 1200, los inviernos se
tornaron más rigurosos y algunos fiords de la costa norte quedaban
bloqueados por los hielos durante todo el año. En 1203, a mediados de
agosto no se había fundido aún el hielo en las riberas de la costa norte. En
1235, subsiste todo el verano. En 1258 todos los fiords se congelaron,
incluso en el oeste y el sur, y en 1261 toda la isla fue rodeada por los
hielos. En 1274 hicieron aparición los primeros osos polares en el lugar, lo
171
cual prueba la existencia de un puente de hielo ininterrumpido desde
Groenlandia. En 1275, 27 de aquellos osos eran cazados.
Comprendemos pues claramente que fue a partir de los comienzos del siglo
XIII cuando el frío se intensificó y que éste aumentó durante todo el siglo.
En 1340 el glaciar groenlandés ya ha recubierto enteramente a las islas
Gunbjorn que no habían sido anegadas. En consecuencia, Ivar Bardasson,
enviado del arzobispo noruego en misión de investigación en Groenlandia,
escribía:
Hasta fines del siglo XII se cultivaba trigo al norte de la isla, pero a fines
del XIV ni siquiera se lo podía cultivar al sur.
Luego de esta fecha la tierra se caldeó, hasta los alrededores de 1950, con
una ligera caída posterior, pero no hemos vuelto a tener el clima de los
años 850-1200, o aún más entre 500 y 1200, ya que 1200 es el plafond.
Sólo estamos en el clima de hace 2000 años. Por lo tanto no es
sorprendente que luego de largos siglos de clima moderado las condiciones
173
de navegación al noroeste del Atlántico, al norte de Canadá y alrededor de
Groenlandia no fueran para nada las que conocemos actualmente.
Esta variación del clima según los ciclos solares ha recibido una
confirmación, posterior a nuestras primeras publicaciones, por medio de
métodos completamente diferentes, debidos a E. Le Roy-Ladurie {Annales,
20e année, no 5, 1965) en donde este último ha estudiado, según diversos
documentos, las variaciones climáticas en el hemisferio norte desde el siglo
X al XVIII. Ha proporcionado varios detalles en una obra de 1967: Histoire
du climat depuis Van mil, Flammarion, édit., París. Confirma que desde el
siglo X al XII es el período de clima moderado, luego, que se instauran los
períodos de frío, sensibles en el siglo XIV, máximos hacia fines del XVI y
primera mitad del XVII. Dicho autor recurrió a convergencias económicas,
etc.
174
presente, de modo tal que, por Alaska, América estaba en contacto con
Asia, dado que la región del estrecho de Behring emergía en varias decenas
de metros de altura y en algunas centenas de kilómetros de ancho. Las
migraciones que han constituido —se piensa generalmente, pero estoy
lejos de sentirme seguro de ello— el primitivo poblamiento de América, han
tenido lugar durante el período glaciar, por un ancho corredor que existía
entre dos glaciares al noroeste de Canadá, entre el centro de Alaska y la
corteza polar. Estos migrantes se dirigieron hacia el sur, por el este de las
Rocosas que se encontraban bajo hielo hasta el Pacífico. La implantación
humana en el norte de Canadá sólo fue posible durante ese período entre
el 8000 y el 5000 antes de C., pues la corteza glaciar se fundió en esa
época desde la bahía de Hudson hasta el Atlántico. Esta región fue
progresivamente ocupada por nómades que seguían las migraciones de los
caribúes. Poco a poco se produjo la sedentarización y parece que en todas
partes hubo islotes sedentarios a partir del 3500 antes de C. De este modo
entre el 3500 y el 5000 antes de C. es cuando conviene ubicar el comienzo
del neolítico para el norte del Canadá. Luego el clima se atemperó
progresivamente.
El período más cálido alcanzó el máximo hacia 850 y 1220 de nuestra era.
Sería éste el período de máximo poblamiento blanco: celtas en el
continente, sobre todo numerosos en el siglo IX, lo hemos visto, y nórdicos
en Groenlandia a fines del siglo X, con un clima templado, agradable. La
evolución del clima ha podido ser delimitada geográficamente, e incluso los
microclimas, por el estudio de los pólenes, pues se han producido
fluctuaciones regionales muy sensibles. Es por ello que el bosque de
Keewatten, al oeste de la bahía de Hudson, ha avanzado hacia el norte
alcanzando en el año 1000 los 62° de latitud. Es la latitud de Ungava, lo
cual explica que en aquel entonces los nórdicos hayan podido encontrar
allí los troncos que necesitaban. Se ha pensado, quizás, e"n una
transgresión marina; y se ha podido decir, sobre este clima moderado que
se extiende desde aproximadamente el 800 al 1200, que existió allí un
"Neoclima Atlántico". Siendo la bahía Ungava más cercana al Atlántico, y
más abierta sobre el mismo, es posible pensar que en aquel entonces el
bosque se extendía incluso hasta más allá del paralelo 62. Eventuales
investigaciones podrán dar precisiones sobre este punto.
176
En lo que respecta a la región del estuario del San Lorenzo, que aquí nos
interesa sobremanera, parece ser que un enfriamiento y un aumento de
humedad se han hecho sensibles a partir del 5000 antes de C. Y hacia el
comienzo de nuestra era. dicho enfriamiento era de alrededor de 3°,
promedio anual, por encima de lo que es en la actualidad en esta región; y
es mucho. Sin embargo, volvió a atemperarse nuevamente alcanzando un
máximo que se mantuvo desde antes del 900 de nuestra era hasta el 1200;
luego se produjo un enfriamiento brusco hasta el siglo XIV; volvió a subir
ligeramente en el XV, cayó bruscamente en el XVI y conservó sus
"arpendes de nieve" (tal como desdeñosamente decía Voltaire) hasta el siglo
XIX. Ese clima "Nord-Boreal" que tiene su punto extremo más bajo entre
los años 1550 y 1850 aproximadamente, ha podido ser estudiado gracias a
los pólenes fósiles encontrados en las turberas en donde se han
conservado. Se ha podido establecer que, hacia el año mil, los pantanos
del Labrador se secaban, razón por la cual fue posible el cruce de esta
región por los nórdicos. Por lo tanto fue necesario aguardar hasta la
segunda mitad del siglo XIX para que el clima, moderado hasta el siglo
XIII, se tornara más clemente, aproximadamente lo que es en la
actualidad.
Hemos creído útil proceder a esta descripción detallada del clima para
hacer comprender por qué, algunos siglos antes y después del año 1000,
han podido instalarse europeos en regiones de clima por aquel entonces
acogedor. Comprendemos además las dramáticas causas que acabaron
con la presencia vikinga en Groenlandia.
177
La catástrofe del siglo XIV, volcánica, rápida, ha sido el punto culminante
de un remodelado tectónico de esta región. El movimiento tectónico
comenzó hacia fines del siglo XII y se extendió hasta los albores del XVII.
Nuevos y diversos movimientos de dislocación de la corteza terrestre
acompañaron a ese brutal e importante cambio y aún prosiguen en
nuestros días, en esa región y en muchas más en el resto del globo.
En ese caso no hubo fase volcánica, sino un lento balanceo hacia el mar
con un hundimiento que, en el extremo noroeste de Finisterre, fue cercano
a los 10 m, de lo cual una sensible modificación de las costas. Seríamos
incapaces de resumir aquí esas búsquedas de documentos y, a veces, esas
constataciones en el propio lugar. Mencionemos sin embargo un texto poco
conocido del 417 y que relata el viaje del galo Rutilius Namatianus
efectuado en Armórica en el 408. Es importante para nosotros porque, al
comenzar el siglo V, este navegante nota las alteraciones de la costa en
Armórica. Namatianus da cuenta de la gran miseria en el campo debido a
las bandas armadas que han ocupado el lugar dejado por las legiones
romanas al abandonar la región. Pero tiempo después de su partida
estallan las revueltas; la miseria se acrecienta debido a las fuertes mareas,
a violentas tempestades que producen la inmersión de extensas regiones
costeras. Dicho texto es el relato de un viaje a lo largo de las costas de
Armórica; Namatianus no visitó el interior de las tierras. Observemos que
la leyenda señala el año 495 como fecha de la sumersión de la ciudad de
Is, en Finisterre. En cambio, diversos escritos correspondientes al siglo VI
tales como los de Gregorio de Tours proporcionan el nombre de pueblos
inundados, y en el texto de Bilí, del siglo IX, se enumeran varios pueblos
costeros de los alrededores de la desembocadura del Ranee que han
desaparecido al finalizar la tercera década del siglo VII. El movimiento de
178
hundimiento está entonces ubicado cronológicamente en sus límites. No se
debe olvidar el parcial anegamiento de lo que luego se transformó en el
Mont-Saint-Michel, igualmente del siglo VII, con interrupción del
movimiento tectónico en los primeros años del VIII.
El cataclismo del siglo XIV. Pero el cataclismo del siglo XIV será lo que ha
de retener particularmente nuestra atención pues es indispensable
conocerlo para poder comprender los viajes de los europeos a América en
aquella época. Diversos sondeos marítimos nos han permitido verificar,
comprobar datos, pero poseemos un importante documento que nos
describe dicho cataclismo.
En 1340, en los Anales del obispo Gisle Oddsson, ha sido encontrado: "Por
sexta vez consecutiva el Hecla comienza nuevamente con su terrible
rugido. Otros volcanes están en erupción: el reguero del Monte
Trolleydynja ha llegado al mar en las proximidades de Selvogur (al
noroeste de la isla). La península de Reykjaness ha sido reducida a la
mitad por la invasión de la lava y se hunde bajo el agua. Los altos
acantilados de Eideyhar ya no se ven. Las Geirfugle Skerries (islas rocosas
cercanas a la costa) han sido destruidas. El Sidujokul, al sur de la isla, y
varias montañas más están en erupción. Todas las provincias han sido
devastadas".
Hagamos notar que la parte sur de la isla era llamada Sidigrunn, allí se
encontraba el volcán Sidijokul, en la actualidad cubierto por las aguas. La
bahía de Reykjaness se formó en 1342, aproximadamente con la misma
configuración actual, por el súbito hundimiento de la mitad de la
península. El anegamiento de la provincia de Selvoge fue más lento y no
finalizó hasta 1607.
181
Es probable que el hundimiento se haya dejado sentir hasta las Feroé e
incluso en la costa noroeste de Irlanda en donde una isla descripta en
textos del siglo VIII ha desaparecido desde ese entonces. Dicho cataclismo
provocó una serie de maremotos, de temblores de tierra. Se piensa que
uno de esos maremotos originó la bahía de Zuyderzee, en Holanda. En la
misma época (siglos XIII y XIV) se produce la caída de una parte del monte
Granier, en los Alpes (Savoya). En Bretaña hubo cuantiosos daños en
1276; todo el año tembló allí la tierra y, durante ese tiempo, 40 días
consecutivos. En aquel momento es cuando se ubica la caída del menhir
más grande de Bretaña, en Locmariaquer. Según un monje bretón, A. el
Grande (no confundir con su homónimo), en 1379 se produjeron 33
maremotos en Bretaña, "cosa extraordinaria y contraria al curso normal de
este mar", dice el mismo monje.
182
XV. LOS MAPAS
Había otras razones que permiten ahora comprender por qué dichos
mapas fueron incomprensibles durante todo el siglo pasado: hechos por
marinos según otros marinos que no poseían brújula, lo que interesaba
era el ángulo bajo el cual, desde el barco, se veía una costa determinada,
una vez que había sido perfectamente reconocido un punto de referencia
descripto. Fue ésta también la técnica utilizada por los portulanos de los
siglos XV y XVI.
183
Una de las más antiguas, al parecer, fue descripta, en un mapa, hacia
1606, por Cristian Friseo, y se la designa por su nombre. Dicho mapa sería
copia de otro cuyo original habría sido acaso elaborado en Islandia varios
siglos antes.
Está dedicado al rey de Dinamarca. Existen otros del mismo tipo, lo cual
refuerza la idea de que todos son copia de un original desaparecido y con
fecha absolutamente desconocida; cualquier especulación al respecto es
pura fantasía y algunos autores no han dudado, gratuitamente, en
atribuirlo a los vikingos. Otro mapa se encuentra en un texto que se ubica
probablemente en 1605, escrito por Bjórn Jonson (1574-1655). Es éste
también una copia y el autor manifiesta que ese mapa fue obtenido en el
extranjero por Eriend Thordsen, sacerdote de la parroquia de Staden,
Islandia, en 1568. Pero no se cuenta con ninguna indicación sobre el
original. Se trata del denominado mapa de Albania "que está situada en
sentido opuesto a Vinlanda la Buena y que en otras épocas los
comerciantes llamaban Hibernia la Grande, o Irland Mikia".
184
Dado que no conocemos el original, no podemos apoyar a ciertos autores
que no dudan en remontar este mapa hasta los alrededores del año 800, lo
cual es seguramente falso ya que la palabra Albania, que allí figura, es
posterior al siglo XI; probablemente pertenece al siglo XII, y en la primera
parte hemos visto el origen de ese nombre.
Aun cuando haya sido por distracción que el autor escribió "eighteen" en
lugar de "eight", la reserva sigue siendo la misma. Seguramente se puede
pensar que 800 años antes de Colón los bretones se dirigían a América,
pero no es más que pura especulación atribuirles mapas de aquella época.
Ningún documento permite decir que elaboraran mapas en los siglos VI y
VII, ni siquiera en los siglos siguientes. Por el momento, no se ha conocido
ningún mapa auténticamente bretón anterior al siglo XVI (lo cual no quiere
decir que no hubieran existido).
187
Consideramos poco interesante, para lo que nos ocupa, detenernos en los
mapas cuyos originales ubicamos con certeza en el siglo XVI. Por ejemplo,
el "mapa" de Verrazane es más un croquis panorámico que un mapa. En
cambio se trata efectivamente de un mapa el que fue elaborado en
Bretaña, en Conquet, por el "hacedor de mapas" G. Brouscon en 1543
para Francisco I, según los viajes de J. Cartier, en donde, recordémoslo, el
San Lorenzo es denominado San Francisco. Este mapa es un planisferio,
actualmente propiedad de un coleccionista americano y cuyo negativo
poseemos. Presenta numerosos detalles interesantes que han sido
destacados por el doctor Desjardins, fallecido en la actualidad, en una
pequeña obra en donde muestra la significación de las rosas de los vientos
que figuran en ese mapa, posición e indicaciones de ningún modo
arbitrarias y que él -analiza.
188
tales como los de Minorita, Vesconte, etc., y es por olio que es inútil
detenernos demasiado.
Para algunos, una de esas "regiones" eran una península o una parte de
una isla. Esta ha sido llamada Eslandia. Pero las inscripciones están en
árabe y esta interpretación es moderna. Hay algunos que han asimilado
esta consonancia a Estonia, que es también una península, rodeada de
algunas islas, tal como en el mapa de El Edrisi. Pero es necesario
desconfiar de las analogías fonéticas, bastante poco precisas por otra
parte, y tenemos la convicción de que se trata de "Esland", Islandia, en
tanto que en árabe algunos traducen por "Reslanda". Nuestra localización
se apoya en dos motivos: una de las islas vecinas a la costa lleva el nombre
de isla del "Culto del Fuego"; ¿no será ese un indicio a favor de una isla
poseedora de un volcán en actividad? ¿Y no será una de esas islas
descriptas como anegadas más tarde, en el siglo XIV, cuando se hundió el
volcán en el mar? Esto ya lo hemos visto. Ahora bien, en Estonia no hay
nada similar y, además, esta región es llana. Y El Edrisi hace figurar, en
forma oblicua, al centro, una cadena de montañas, lo cual es exactamente
189
el caso de Islandia. Otros índices tales como los cursos de agua estarían
además en favor de Islandia, así como un lago y la presencia de varios
volcanes. Por otra parte, el parecido con el sudoeste de Islandia es grande,
desde Cata a Eyrarba y Reykjaness y no olvidemos que la cartografía
actual es diferente de lo que era para aquella región en el siglo XII.
Además, he realizado un encuadre del mapa de Islandia, para esta parte
de la isla, basándome en el mapa de El Edrisi y tomando puntos de
referencia comunes a fin de tener la misma escala para los dos croquis y la
identidad de los lugares surge con toda evidencia (para estos croquis
consultar el libro de Brandan, en la misma colección).
Vemos de este modo que en el siglo XII habían sido elaborados mapas
nórdicos. El de El Edrisi parece ser el más antiguamente autentificado. No
deja de tener interés señalar que en la obra de El Edrisi, Descripción del
Mundo, se encuentra una alusión a la "Gran Irlanda" (Irland ad Mikia) que
él llama "Irlandah al Kabirah" (? ), lo cual muestra que América era
conocida por él, y lástima que no se haya podido contar con un mapa de él
sobre la región.
192
cuales, a su regreso, se habían retrasado un poco en Europa central, e
incluso dispersado. C. de Bridia los entrevistó por separado y obtuvo de
este modo una síntesis detallada de lo que él intituló Historia de los
Tártaros (que fue traducida también como Relación tártara).
El mapa del ejemplar de Yate ha sido identificado por los expertos; posee
los mismos materiales, la misma escritura, el mismo formato que el resto
del manuscrito. Sería pues contemporáneo al manuscrito y no adjuntado
más tarde; numerosos índices materiales lo prueban, según los expertos,
quienes enumeran esas pruebas, según ellos.
193
En conjunto, se percibe que guarda un gran parecido con los otros
planisferios conocidos pertenecientes a la primera mitad del siglo XIV,
tales como el de P. Minorita, hecho en Aviñón en 1321 por la cartografía
vaticana. Este mapa parece haberse inspirado de otros planisferios que
tienen un aire familiar, y ello hasta la mitad del siglo XV. Pero en ninguno
de esos planisferios se encuentra Groenlandia ni Vinlanda, lo cual ha
hecho decir a algunos que esos dos países han sido agregados en fecha
reciente.
194
confeccionar un mapa de Islandia; pero Groenlandia era conocida por los
normandos de las Dos Sicilias).
Vinlanda figura en forma de isla y Adán de Bremen también decía que era
una isla. Sin embargo las sagas nunca lo han dicho. Pero como se viajaba
hacia allí en barco, los interpretadores y dibujantes pensaron que era una
isla. Pero las sagas utilizan la denominación de "promontorio de Vinlanda".
Hay un punto importante que parece haber escapado a la sagacidad de los
expertos anglo-americanos, de tal modo que han dejado pasar lo esencial
de este descubrimiento. Sería un error creer que esta isla, denominada en
195
este mapa con el nombre de Viniland, está orientada en sentido norte-sur
sobre su eje mayor. En un planisferio las orientaciones de los meridianos
se encuentran falseadas con relación al norte (lo cual evita la proyección
de Mercator, habitualmente utilizada para algunos planisferios, a pesar de
presentar el grave inconveniente de indicar siempre la misma longitud en
el mapa para el ecuador que para el polo, detalle que es necesario no
olvidar, pero no existe ningún medio perfecto de proyectar una esfera en
una hoja plana y hay que adoptar ciertos compromisos). Si proyectamos a
todos los meridianos en el polo norte, indicado figurativamente en el mapa
por un punto al norte de Europa, en el extremo derecho del mapa el
meridiano correspondiente se encontrará muy encurvado, de lo cual se
produce una exagerada deformación de las islas del Japón. En su parte
izquierda también hay muchas inexactitudes y no se puede decir nada a
priori sobre la orientación. Incluso en el centro el meridiano de Francia e
Inglaterra muestra una inclinación hacia el noroeste (representándonos
mentalmente al meridiano no trazado en dicho mapa).
196
del papel (o del pergamino) para ganar en longitud, de lo cual surge una
nueva orientación cambiante; ello explicaría que en este mapa la península
escandinava tenga su eje de izquierda a derecha.
Ello implica, quizás, que la entrada de la bahía del Maine, con sus
ramificaciones como la bahía de Fundy, era mucho más estrecha que en
nuestros días, y nuestro mapa, que considera el fondo, da cuenta de ello,
asemejándose de este modo al mal llamado mapa de Vinlanda ya que
también figuran, tal como lo hemos descifrado, Markiand y Helluland. Para
mayores detalles remitirse a nuestro estudio publicado en la Revue
marítime (nov. 1970). De este modo todo se aclara sobre los puntos en
donde han desembarcado los vikingos. Nosotros habíamos llegado a esta
localización a través de diversos datos coincidentes. Algunas opiniones
divergían, pero además de una irrefutable localización de latitud por la
longitud del día en el equinoccio de invierno y cuya existencia hemos
reseñado, existe una nueva convergencia proporcionada por ese mapa
denominado de Vinlanda. Los mapas de la serie de Stephanson, etc.,
indican también el Skroeling Land, la tierra de los Pieles Rojas, "detrás" de
Vinlanda, es decir más atrás de las costas de Rhode-Island, etc., hacia
New Hampshire, etc. Incluso se explica el hecho de que esas regiones estén
representadas por una isla; y Verrazane, en el siglo XVI, todavía representa
ese territorio como si fuera una isla.
Vemos en ello un dato más para aceptar la afirmación de los autores de las
copias tales como Friseo, Resen, etc., quienes declaran haber utilizado
documentos de varios siglos antes. El origen de esos mapas, que fueron
conocidos recién mucho más tarde en Europa, parecerían ser los archivos
del obispo de Islandia, y los mismos habrían sido llevados, en parte, a las
islas Feroé cuando en 1394 el obispo de Islandia, Henry de Garda, decidió
transferir la sede episcopal de las Tierras nórdicas a las Feroé, como
consecuencia de las condiciones climáticas demasiado rigurosas en
Groenlandia, y luego en Islandia debido al cataclismo que se acentuó
durante todo el siglo XIII. Como hemos visto, éste alcanzó su grado
199
máximo a mediados del siglo XIV pero, aunque disminuido, no dejó de
acumular sus efectos que recién se tornaron asintomáticos en las
proximidades del siglo XVII. Los mapas podían pues proporcionar el
trazado conocido antes del cataclismo; y a partir del siglo XV comenzaron
a circular en Europa las copias de esos mapas. Este podría ser el origen de
un documento que habría tenido a su disposición el anónimo copista del
manuscrito de Vincent de Beauvais, del mismo modo como circularon
copias utilizadas por Stephanson, Friseo, etc.
201
se reduce (pierde oxígeno); esta masa pastosa es luego golpeada para
extraerle las escorias; de este modo se obtiene hierro y no fundición.
202
Bajo las escorias, fueron encontrados dos hornos próximos uno de otro: un
horno de precalentamiento, luego el horno de reducción. Ese tipo de horno
era utilizado en Bretaña antes del siglo XIII, fecha en la cual fue
introducido el procedimiento de insuflación de aire para aumentar la
temperatura, obtener una colada más maleable, más fácil de trabajar con
el martillo, para mejorar el rendimiento.
Todo ello según Mallery, quien proporciona detalles sobre varios hornos
celtas más, todos fechados con carbono 14. Este autor da cuenta también
de la existencia de varios hornos de tipo nórdico, aunque mas recientes y
que parecen indicar que Los nórdicos habrían llegado a ese lugar quizás en
el siglo XIV. Pero ese tipo de horno podría deberse a una influencia de los
aportes hechos en "Albania" por la llegada de escoceses, o de daneses que
huían de Islandia luego de que los noruegos reconquistaran la isla (? ).
Todos esos hornos son de pequeñas dimensiones. Los hornos celtas son
ovalados en corte horizontal y transversal, según los dos ejes que medían
2,50 x 1,50 m de promedio. El más grande encontrado tenía 4 x 2,40 m (en
Bretaña tenían las mismas formas y las mismas dimensiones medias, y
otros sin embargo mucho más pequeños aún). Los hornos nórdicos eran
un poco más grandes (uno de ellos medía 5,25 x 2,85 m); eran
rectangulares en el plano horizontal con la cuba en forma trapezoidal.
204
bretones que iban a pescar allí desde el siglo XII probablemente, e incluso
quizás desde fines del XI. Aquellas ruinas fueron encontradas en su
totalidad en el norte de la isla, dominio de los bretones. Los vascos
también iban pero tenían sus campamentos en tierra, para secar el
pescado, en la parte sur de la actual isla y una parte de esos campamentos
habrían desaparecido bajo las aguas durante el cataclismo que separó a
Terranova del continente en el siglo XIV. Sin embargo, quedaron algunos
indicios toponímicos de aquella presencia vasca, con nombres de ciertos
lugares, y aún existe la Punta de los Vascos. En cuanto a los portugueses,
ellos tamb|ién presentes en el siglo XII al parecer, no han dejado rastro
alguno: la parte del territorio en donde, según las tradiciones, tenían sus
factorías de pesca se encontraba al oeste y al sud de la isla, en la región
totalmente devorada por el cataclismo que en ese entonces delimitaba a la
isla de Anticosti, ensanchaba la desembocadura del San Lorenzo, etc.
205
Los indicios de habitáis nórdicos de los alrededores del norte de Terranova
o del sur del Labrador se deben quizás también a pescadores nórdicos. En
efecto se sabe que estallaron conflictos entre groenlandeses y noruegos,
debido a que los primeros no querían que los segundos pescaran en su
zona de "pesca reservada". Estos conflictos habían comenzado en el siglo
XII, de tal modo que el rey de Noruega se decidió a enviar a un obispo
legatario. Lo cual no fue suficiente y, siendo indispensable la permanente
presencia de su persona, fue nombrado obispo residente. Hemos visto que
el primer mediador fue el obispo Arnaldo, ello según la saga de Einar
Sokkason y el obispado fue instalado en Gardar en 1126. Pero los
conflictos continuaron y finalmente los noruegos se internaron un poco
más lejos en el continente. Allí instalaron sus secaderos cuyos vestigios
son encontrados en la actualidad.
207
No contamos con ningún elemento científico para establecer una
comparación entre ciertas partes de este conjunto y una construcción
irlandesa del siglo VII. Nos contentamos pues con evocar la comparación
efectuada por diversos autores aunque expresando, al mismo tiempo, muy
claras reservas, y a la espera de nuevos descubrimientos. De este modo, en
North Salem, habría sido encontrada una hoja de puñal de hierro que el
análisis muestra como perteneciente al mismo tipo de hierro que el
trabajado en la Edad Media en Europa, lo cual dejaría acaso suponer una
ocupación del lugar por europeos en aquel entonces. Pero la construcción
del lugar es un problema completamente diferente, aún no resuelto, a mi
entender, debido a demasiadas contradicciones. Han sido encontradas, por
ejemplo, inscripciones en caracteres gaéiicos, escritura celta. Pero los
megalitos no son celtas. Quedan pues no pocos enigmas por resolver en
ese lugar y es prematuro emitir un juicio "definitivo".
Pero en Acworth, así como en North Salem, nada permite establecer una
fecha con seguridad. Nosotros las mencionamos sin entrar en detalles
descriptivos pues falta la prueba científica sobre una posibilidad de
atribuirlas a los monjes celtas del siglo VII, o de un poco más tarde. Por el
208
momento el origen celta de dichas construcciones queda sin establecer,
pero es una posibilidad que no debe ser descartada sin suficientes
pruebas. Puede constatarse que, nuevamente en este caso, esas ruinas se
encuentran en el mismo sector geográfico aquí estudiado. Muchas ruinas
del mismo tipo han sido destruidas por los "colonos", con el fin de utilizar
una piedra ya lista, pues la arqueología era una noción completamente
desconocida para aquellos "pioneros" ávidos de nuevas tierras, de gozo
inmediato, aun cuando fuera necesario exterminar al indígena; y recién en
el siglo pasado América experimentó la necesidad de estudiar su pasado,
de mirar con más distancia más allá del siglo XVI, fecha en la cual el
pasado de todos se encuentra en Europa. Muchas irreparables pérdidas se
han ocasionado, y debido a ello las actuales dificultades para encontrar
numerosas pruebas arqueológicas.
Pero ocurre que la mayoría de los americanos que han estudiado la "torre"
de Newport se ha pronunciado por un molino de viento construido en 1663
por colonos que acababan de llegar. Dan como explicación que fue
necesario construir rápidamente ese molino para moler el grano de la
primera cosecha. No han percibido la debilidad de ese argumento: hacía ya
24 años que los primeros colonos estaban en Newport y no han podido
esperar 24 años para moler el grano. . . Pero esos americanos encontraron
una "prueba irrefutable" en un testamento del 24 de diciembre de 1677 en
donde el firmante desea ser enterrado en un terreno "near ye line or path
from my dweiling house leading to my stone built wind miln". Hay otras
frases con "my stone built wind-miln". Pero la frase principal sólo puede
traducirse por "cerca de vuestro camino o sendero, que comienza en mi
morada y conduce a mi molino de viento construido en piedra".
Pero otros documentos, sobre los cuales no podemos insitir aquí (ver entre
otros: The Oíd Stone Mili, by Herbert Olin Brigham, Frankiin Printing
House, Newport, R. I. 1955) muestran que en aquella época es la "torre" de
Newport la que servía de molino de viento. O más exactamente que
sostenía a un molino de viento. Una nota marginal citando hechos de 1663
indica, con esa fecha: "this year we built the first windmill" y con la misma
210
escritura, en ese "memorial", con fecha de 1675 se encuentra: "our
windmill" fue destruido por una tempestad el 24 de agosto de 1675.
Fue pues necesario instalar una banda de rodamiento circular para que la
parte superior del molino pudiera orientarse en función del viento; banda
de madera, colocada sobre una manipostería que de ningún modo estaba
hecha como para recibirla, lo cual explica que esta construcción
totalmente de madera, difícil de ajusfar con precisión, no haya podido
resistir a una fuerte tempestad. El molino no ha sido más que una
superestructura muy provisoria.
211
De este modo creemos ver derrumbarse la capciosa argumentación de
aquellos que afirmaron que había allí una construcción de piedra
especialmente hecha para un molino de viento. Los escritos del siglo XVII
sólo indican que esta "torre" existía desde antes y que se ha querido
utilizarla. Con varios fines, por otra parte, pues otros escritos hacen ver su
posible utilización como faro, torre de vigilancia, etc., escritos éstos casi
todos contemporáneos, pues en ese momento es cuando los europeos se
instalan en Rhode Island, y cuando allí luchan ingleses contra holandeses.
Si a partir de la tercera década del siglo XVII todos los escritos dan cuenta
del "molino de viento" es porque se le ha atribuido esta denominación local
como consecuencia de su última utilización. En cambio, existen otros
relatos, anteriores, que mencionan a "la torre redonda de piedra", aunque
sin citar a Newport que aún no existía. Existe especialmente un
documento de 1632 referente a Long Island y que contiene una solicitud
de autorización para instalar en el lugar descripto a un grupo de 500
colonos. Dicho documento enumera las ventajas de dicho lugar. Menciona
que la vigilancia de la ribera oriental de Long Island podría ser cumplida
con mayor eficacia por una tropa que dispusiera de una torre redonda de
piedra. Para llegar allí, sería necesario "una pinaza preparada contra las
flechas". Se encontraba pues en otra isla, al este de Long Island, y la única
isla al este, con una "torre redonda de piedra" es Newport. El texto habla
de la obligación de residencia de la tropa, lo cual supone un alejamiento
que no permite el relevo cotidiano. Esta torre es pues anterior a 1632,
anterior a la implantación europea que recién se llevó a cabo 7 años más
tarde, anterior al molino de viento que fue construido recién 31 años
después. Seguramente se temían ataques de los "indios", de allí surge la
mención de que la pinaza debía estar preparada para resistir a sus flechas.
La isla mencionada no podía ser otra más que Newport, pues cabe
descartar a las demás islas al este de Long Island, todas de poblamiento
europeo aún más reciente, pues la llegada a ese lugar es difícil debido a los
bancos de arena, y hemos visto que incluso los vikingos encallaron allí a
pesar del escaso calado de sus embarcaciones. Al este de Long Island se
encuentra Block, isla llana con una depresión y una laguna en su parte
central; por lo tanto no puede ser la isla con una torre que domina la
región. Martha's Vineyrand y Nantuckett son sólo islas poco elevadas, de
difícil acceso, con bancos que en la actualidad se logra evitar gracias al
faro de Nantuckett. A veces, con marea baja y según los vientos, esos
bancos se dejan ver. Únicamente Rhode Island, en donde se encuentra
212
Newport, es, en esta región, una isla siempre accesible para la navegación.
Hemos dicho que un inglés, William Wood, exploró esta isla a partir de
1629 hasta 1634, pero si no proporcionó ningún detalle sobre rastros de
poblamiento europeo antiguo que él hubiera notado, podemos deducir que
no había ningún europeo instalado en la isla desde donde se domina la
bahía de Narragansett. De allí la proposición de instalar en el lugar a 500
colonos bajo la protección de una pequeña tropa que del mismo modo
flanquearía a Long Island.
213
Paralelo con el "templo" de Lanleff. Es asombrosa una comparación de
fotos entre la "torre" de Newport y el "templo" de Lanleff; sin embargo esas
construcciones no son idénticas ni están construidas en la misma escala.
214
amiento. En las dos el pegado está hecho con una cal muy sólida, mezcla
habitual en aquellas técnicas costeras en las cuales se utiliza arena de
conchillas. En la mezcla de un pilar de Lanleff, hemos encontrado dos
conchillas intactas de 4 cm de largo. Comparemos con la descripción que
hace Brigham de Newport: "The building material is rough hewn native
fiéis stone and beach stone joined by a mortar of lime, sand and shell".
Luego idéntica técnica, idéntico aspecto de la albañilería, visible en las
fotos.
215
detallada era indispensable ante las muy sensibles divergencias entre
especialistas.
Han sido encontrados textos que prueban que bases y capiteles a menudo
no han sido más que copias de modelos anteriores, llegados a veces desde
lejos: se hacía una copia en tamaño natural en toba o en calcarlo blando y
ésta era la copia remitida al tallador de granito. Por ejemplo, en Rhuis —
siglo XI— las bases han sido copiadas de Avesniéres, cerca de Laval, por
monjes benedictinos. Los capiteles fueron esculpidos recién un siglo
después de las bases, según modelos copiados de las tumbas de los santos
Félix y Rioc en Nantes. En Quimperlé, así como en Lanleff, se observan
bases cuya escultura no ha sido jamás realizada. Dichos capiteles y bases
podían perfectamente ser esculpidos mucho tiempo después de ser
colocados (o nunca . . .). Sólo se los esculpía una vez empotrados, es decir
en su lugar, por una razón técnica: la dureza del granito hace que sea
necesario golpear muy fuerte en el buril. Ello puede ocasionar fisuras que
arruinan la obra del artista a último momento. Se prefiere pues —aún en
nuestros días— trabajar sobre un andamiaje (diversos grabados mayas,
egipcios, etc., muestran también esta técnica) pues la piedra empotrada,
correctamente apoyada como lo está la de un capitel o de una base,
transmite el golpe en lugar de absorberlo; menos sacudida, resiste mejor.
221
comenzada a fines del siglo VIII, terminada poco después del 800, gracias
a ciertas "contribuciones" solicitadas por Carlomagno luego de su
coronación en Roma, contribuciones efectuadas en Ravena.
Esta construcción fue consagrada por León III en 805. Las dimensiones de
Lanleff son aproximadamente la mitad de las de Aix, con un plan general
bastante similar, aunque con una construcción bastante más modesta.
222
toda Europa occidental en la Edad Media. Los clavos de Newport habían
sido calcinados por el incendio, pero no cementados.
223
realmente, de una construcción de madera que los celtas acababan de
abandonar, al divisar a los vikingos en la bahía, para ir a esconderse entre
los indígenas. Aquel fue su primer observatorio, y fue en ese lugar, desde
donde se dominaba la bahía, en donde ocho años más tarde se construyó
la torre ante la repetida continuidad de las incursiones hasta 1014.
Ninguna saga habla de la torre. No había sido pues comenzada en aquella
época, o quizás no era lo suficientemente alta como para ser visible desde
lejos. Pero no olvidemos que Freydis permaneció en los Refugios de Leif y
que no regresó a Newport. Sin embargo se puede deducir, por ese silencio,
que la torre no fue construida mucho antes de 1015. En caso contrario
Karisefni la habría visto.
Por lo tanto fue edificado, y sin duda alguna, entre 1015 y 1025 (o, con un
posible error de 5 años, en 1020). Si Lanleff fue construido —o
224
restaurado—, tal como lo ha escrito R. Grand, hacia el año 980 (? ), cabe
pensar que, alrededor de 40 años después, siguió Newport inspirada en
Lanleff (? ).
Retrocedí pues hasta la fuente, hasta el texto original de aquello que fue
traducido como el Relato de los groenlandeses, título por el cual se lo
conoce en la literatura nórdica. En el capítulo III, 18, he encontrado: "so/
hafdi thar eyktar stad ok dagmála stad um skammdegi". Las dos palabras
clave, con la cuales han tropezado los filólogos son eyktar y dagmála, a
menudo citadas por diversos autores, quienes las han aislado del contexto.
y así es como traduce la frase por: "el sol brillaba a las 9 h de la mañana y
a las 3.30 h en los días más cortos".
4.4 h de la tarde.
Debido a que los tiempos han sido redondeados con una diferencia de un
minuto, puede haber una pequeña diferencia entre un año y otro, y
redondeando se obtiene una variación que puede acercarse al minuto: por
ejemplo en 1970 el solsticio era el 22 de diciembre, la salida a las 7.44 h,
la puesta a las 15.55 h. Dado que nuestros cálculos fueron hechos en
1969, conservemos los valores de ese año. Se puede apreciar que el día
dura 4.6 h ±2 min.
227
Por lo tanto es pura imaginación traducir eyktar por 3.30 h y dagmái por 9
h. El afijo stad de esas palabras compuestas (comparar con el anglosajón
stand) puede ser traducido por "ubicación, lugar, parte"; aquí en el sentido
de lugar o parte del cielo en la cual el sol brilla a eyktar y a dagmái.
Veamos más de cerca lo que puede aportar la saga. Constatamos que las
horas que allí se mencionan, con referencia a las comidas, corresponden a
una latitud inferior a la de París en donde el sol se pone a las 16.4 h.
Tomando sólo hasta los minutos, dado que aun cuando los vikingos
pudieran apreciar los medio minutos no se comienza una comida con una
aproximación de medio minuto, citaremos algunas tablas astronómicas
(sólo las puestas, la comparación con las salidas es paralela):
41° 4.31 h
42° 4.28 h
De este modo el sol se pone en una latitud algo superior a los 41° (no
diremos 41° 1/3 pues las horas arriba indicadas no toman en cuenta a los
segundos; en realidad hay cerca de 3 min 40 seg de diferencia, para un
grado de latitud en esta zona, pues ello varía con las latitudes). Se trata
pues de un valor cercano al de Brugge y al de Holland. Dicho valor figura
en todas las tablas astronómicas lo cual confirma que éstos han indicado
la latitud correctamente para 4.30 h, pero contrariamente a lo que dicen,
no la han calculado: son los valores inscriptos en las tablas modernas;
pero dichos valores son en realidad inexactos cuando se pretende dar los,
tiempos en segundos, habida cuenta de las diferentes correcciones
astronómicas que se debe tener en consideración debido a los movimientos
relativos de la tierra y del sol desde comienzos del siglo XI, hecho en el
cual no han pensado los autores arriba indicados.
232
por la alta mar o, al menos, a una distancia del mar en donde, en nuestros
días la marea se hace sentir y en donde quizá ya no hay más agua dulce.
233
BIBLIOGRAFÍA
234
Almagis, R.: Monumento Cartographia Vaticana, vol. 1, Cittá del Vaticano,
1941.
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Ducuil: Ducuili líber de mensura orbis terrae, édit. Parthey Gustav, Berlín,
1875.
235
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Guégan, B.: Troís voy ages au Canadá, edic. "du Carrefour", París
(informes originales: dos viajes de J. Cartier, dos de S. de Champlain, uno
del Fr. G. Sagard).
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Williamson, J. A.: The Cabot Voyages and Bristol Discouery under Henry
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238
ÍNDICE
Introducción
B. Hacia "Albania"
239
VII. NUEVOS DATOS SOBRE LA INMIGRACIÓN DE LOS VIKINGOS
LLEGADOS DE LA COSTA OESTE DE GROENLANDIA
X. HAGAMOS UN BALANCE
XI. RESUMAMOS
2. Habitáis
Bibliografía
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241