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TITO LIVIO

Vida

Nacido y muerto en Patavium, la actual Padua y entonces capital de la Venetia, se


trasladó a Roma con 24 años. Se le encargó la educación del futuro emperador Claudio.
Decidió vivir alejado de la escena política y dedicar toda su vida a las letras.

Obra

Su obra se titula Ab Urbe condita (Desde la fundación de la ciudad) y narra la


historia de Roma que abarca desde los orígenes de la ciudad hasta la muerte de Druso en el
año 9 a.C. Consta de 142 libros de los que sólo conservamos los libros 1 a 10 y 21 a 45. Los
copistas dividieron la obra, por razones de comodidad, en décadas (conjuntos de 10 libros)
de ahí que esta obra sea también conocida con el nombre de Decadae.

Los libros que han llegado hasta nosotros contienen la historia de los primeros
siglos de Roma, desde la fundación en el año 753 a. C. hasta 292 a. C., relatan la segunda
guerra púnica y la conquista por los romanos de la Galia cisalpina, de Grecia, de Macedonia
y de parte de Asia Menor. De los libros perdidos se conservan unos resúmenes llamados
Periochae y unos extractos (Epitomae) que nos permiten conocer su contenido.

Fuentes

Sus fuentes documentales fueron Quinto Claudio Quadrigario, Valerio Antias,


Antípatro, Polibio, Catón el Viejo y Posidonio. No se muestra demasiado crítico en el
empleo de las mismas. Por lo general, se adhiere a una de las fuentes, que luego completa
con las otras, lo que a veces hace que se encuentren duplicados, discrepancias cronológicas
e incluso inexactitudes. Recoge muchas leyendas anteriores sin llevar a cabo una
investigación profunda de los documentos.

Trasfondo ideológico

Su concepción de la historia está dominada por un profundo amor a la patria, la


observancia incondicional de las leyes y la misión universalista de Roma. Por su deseo de
ensalzar a Roma, hace más grandes a los héroes, aun a costa de la verdad histórica. Su obra
se inserta perfectamente en el programa político de Augusto, quien pretendía restaurar los
antiguos valores morales del pueblo romano (la virtus y el mos maiorum) que habían
puesto a Roma a la cabeza del mundo.

Para Livio la historia tiene un carácter ejemplarizante: los grandes personajes del
pasado podrían instruir a los romanos de su época; si Roma ha llegado a un estado que a
Tito Livio no le convence ha sido precisamente porque se han olvidado de los romanos de
los primeros tiempos y de los valores que ellos representaban.

Desde el punto de vista formal su obra es un buen ejemplo de opus oratorium, con
numerosos discursos construidos según las reglas más estrictas de la preceptiva retórica.
El libro primero de Ab Urbe condita

Comprende la época legendaria de los siete reyes de Roma. El mismo Livio confiesa
que con anterioridad al incendio de la ciudad por los galos en el 387 a.C. no podía conocer
los hechos con exactitud por la falta de monumentos literarios.

El material de que disponía Livio para este primer libro se limitaba a la tradición
oral, epopeyas y leyendas romanas y griegas que formaban una trama que, a duras penas,
dejaba ver el fondo histórico. No podemos, por consiguiente, llamar histórica a esa época.

Pero es cierto que estas leyendas formaban el credo político del pueblo romano y si
no la estricta verdad, representaban, al menos, la índole y el genio de éste. El espíritu que
emana de ellas es muy útil para el conocimiento de los ideales romanos.

Observaciones estilísticas y gramaticales

 Estilo menos oratorio que en los siguientes.


 Narraciones breves con concisas intervenciones de los personajes
 Escaso estilo indirecto
 Dramatismo sin patetismo
 Transcripción de ritos y fórmulas arcaicas

 Formas verbales arcaicas (adclarassis, defexit, siris, dedier…)


 Uso de forem, -s, -t …
 Uso de la desinencia –ere para la 3ª persona del plural del perfecto
 Omisión de las conjunciones copulativas
 Uso frecuente de colectivos castrenses (pedes, hostis, Romanus…)
 Sustantivación de adjetivos y participios

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