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Introduccion A La Historia de Las Neurociencias Hasta Finales Del Siglo XIX 1 PDF
Introduccion A La Historia de Las Neurociencias Hasta Finales Del Siglo XIX 1 PDF
Concepto de neurociencias
El término neurociencias es reciente. Se ha extendido en relación con la revolución terapéutica que provocó la
psicofarmacología en el campo de la psiquiatría y con la introducción de nuevas técnicas que han hecho progresar
los conocimientos sobre el sistema nervioso central (SNC), su funcionamiento normal y su patología.
Se engloban en este marco las disciplinas científicas que contribuyen a explorar el funcionamiento del SNC y la
naturaleza de sus desviaciones, y a establecer las relaciones entre éstos y las manifestaciones clínicamente
observables, tal como son estudiadas por la neurología, la psiquiatría, la neuropsicología y la psicología.
Estas disciplinas utilizan datos de diversos orígenes, subrayando tanto los puntos de vista morfológicos y fisiológicos
como los de la bioquímica, la genética y la biología molecular, así como los resultados de las múltiples técnicas de
exploración funcional de la actividad cerebral, desde la electroencefalografía hasta las llamadas técnicas por la
imagen.
Uno de los aspectos resultantes de esa coincidencia se designa actualmente con el nombre de psiquiatría
biológica.
Desde hace unos decenios, la orientación biológica ocupa un lugar dominante en el campo de la investigación en
psiquiatría, y sus consecuencias sobre la práctica de la especialidad resultan evidentes y, con cierta frecuencia,
problemáticas.
Aunque no se trata de un movimiento de ideas de origen reciente, es cierto que por su amplitud, por sus expresiones
concretas y por sus consecuencias prácticas, ha adquirido actualmente un carácter único.
La orientación biológica es el desenlace actual de una corriente que ha existido desde los orígenes de la medicina y
que ha tomado formas diferentes según las épocas, modificándose en función de las ideologías imperantes y del
progreso de los conocimientos. Para su comprensión es necesario conocer sus raíces históricas.
Objetivos de la neurociencia
Describir la organización y funcionamiento del sistema nervioso, particularmente del cerebro humano.
Determinar cómo el cerebro se formó en la evolución y cómo se "construye" durante el desarrollo infantil.
Encontrar medios para prevenir y curar enfermedades neurológicas y aquellas enfermedades psiquiátricas que
tienen base orgánica.
El sistema nervioso
El sistema nervioso humano contiene más de cien mil millones de neuronas y ochocientos mil millones de
otras células: en total son casi un billón, es decir un millón de millones. Consiste en el sistema nervioso central
(encéfalo y médula espinal) y el sistema nervioso periférico que incluye los sistemas vegetativos y los nervios
sensoriales y motores.
El sistema nervioso opera con sistemas circuitales y no circuitales, y por ello se organiza en (a) circuitos y sistemas
que sirven para funciones como la visión, respiración y comportamiento, y (b) sistemas de campo que sirven para
funciones como la producción de sensaciones y emociones (llamadas entonaciones subjetivas) en el psiquismo
particular e incanjeable que halla en ese cerebro su circunstancia o ubicación de sus intercambios causales.
La posibilidad de estudiar la biología de las neuronas en cultivo y comprender los mecanismos moleculares y
genéticos que intervienen en la función neuronal ha permitido desarrollar nuevas estrategias terapéuticas en
neurología.
Neurociencia y salud
El mejor conocimiento del cerebro permite comprender y tratar mejor las enfermedades que afectan al sistema
nervioso, tanto psiquiátricas como neurológicas. Esto permite ensayar nuevos tratamientos a veces más eficientes
y seguros para enfermedades de enorme impacto social como la epilepsia, los accidentes cerebrovasculares,
la depresión que es endógena o causada por defectos en la química cerebral (otros tipos de depresión, como la que
tiene causa social, no es curable sólo desde las neurociencias), alcoholismo, tabaquismo y las adicciones a
narcóticos y psicofármacos (donde las neurociencias entran en conflicto con otros factores que promueven esas
enfermedades), las demencias, las esquizofrenias o la enfermedad de Parkinson, anorexia y bulimia.
Los tratamientos han dejado de ser empíricos y ya no ocasionan tantos efectos adversos, pero en ciertos tipos de
algunos gravísimos padecimientos (como algunas formas del "ELA", terrible enfermedad cuyo nombre completo es
esclerosis lateral amiotrófica, o la recuperación de ciertas parálisis, comas o estados vegetativos) todavía no
tenemos remedio. En los próximos años vamos a asistir a nuevas formas de tratamientos que podrán implicar,
además de nuevos fármacos, el transplante de células progenitoras de neuronas o modificadas genéticamente para
que cumplan la función de neuronas faltantes y la terapia génica, es decir, la intervención directa en el genoma de
las células nerviosas con fines terapéuticos.
A pesar de las diferencias en la forma de las neuronas, su estructura en los sitios en los que se comunican unas con
otras es muy similar. La parte de la neurona que "habla" con otra neurona tiene siempre una estructura típica, y la
región de la neurona que recibe ese contacto también tiene una forma característica. A cada una de estas zona de
interacción de las neuronas (hay miles en cada neurona) se la llama sinapsis (del griego syn, con y ápsin, abocar =
unión, enlace, beso).
El funcionamiento de las sinapsis, aunque interconectan solamente un diez o doce por ciento de las células del
cerebro, es esencial para explicar casi todas las acciones del cerebro, desde las más sencillas ? como ordenar a
los músculos que se contraigan y se relajen en forma coordinada para llevar a cabo un simple movimiento ? hasta
las más complicadas tareas al servicio de las labores intelectuales, pasando también por las funciones que originan,
controlan y modulan las emociones. No obstante existen importantes acciones globales en el cerebro, más difusas,
que operan desde fuera de las sinapsis.
Puede verse en red una explicación sinóptica del funcionamiento del cerebro y sus relaciones con el psiquismo
pulsando aquí:
La interacción o influencia causal es doble: la mente influye sobre el estado de su cerebro (no sobre el cerebro del
vecino, recordemos), por ejemplo generando un estado eléctrico que hace modificar el estado eléctrico previo y
genera los potenciales adecuados para mover sucesivamente los dedos; y el estado del cerebro influye sobre las
sensaciones nuevas (no sobre los recuerdos) que experimenta la mente. Imaginemos una escena típica de viernes a
la noche en una sociedad "económicamente desarrollada". Un personaje llega con más o menos dificultades a una
reunión de amigos tras una semana de estar sometido a las tensiones del trabajo alienante, dificultades con colegas,
estímulos agresivos de las grandes ciudades, fricciones mayores o menores en la relación familiar y todo lo demás
que se quiera agregar al cuadro. Como este no es muy agradable, acepta encantado un vaso de vino o una primer
copa de cierta bebida más fuerte impuesta por la propaganda.
Casi después del primer trago obtiene una sensación clarísima de relajamiento, de distensión. Es decir; lo opuesto a
la tensión. El efecto es todavía mayor si al alcoholismo agrega tabaquismo: es decir si, además, fuma un cigarro. Ha
contrarrestado así, en un momento, toda la carga de ansiedad acumulada en la semana. No resuelve nada y se
enferma, pero ya no le importa...
Es claro que el consumo de inebriantes representa una de las formas mercantilmente explotadas de disminuir las
tensiones. El alcohol tiene otros efectos también vinculados con la conducta, de los que hablaremos más adelante.
Pero en relación con su efecto ansiolítico, es decir, con el efecto que destruye o contrarresta la ansiedad, a pesar de
que aún ahora estamos lejos de conocer todos los mecanismos de nivel bioquímico por los cuales el alcohol ejerce
sus múltiples efectos (desde el nivel eléctrico es distinto y allí se los conoce mucho mejor), el mensaje que recibe el
público es también claro: ese mensaje dice que si una sustancia química como el alcohol aminora la ansiedad, ello
significa que sus sensaciones pueden manipularse a nivel bioquímico. Como conclusión inmediata, debemos
considerar que su origen (de las sensaciones, por cierto; no de la ansiedad...) está en una función orgánica que
puede ser influida a nivel molecular.
Pero las sensaciones no son todos los contenidos mentales. Los hay de otras clases, por ejemplo los recuerdos. A
los recuerdos no los afectan en sí ni las vicisitudes bioquímicas ni las eléctricas, que por el contrario si afectan, y en
mucho, a las sensaciones con las que uno procura reimaginarse esos recuerdos... de modo que a uno estos le
quedan "en la punta de la lengua" (el nombre clásico es "en visión general": en la visio generalis) pero no los puede
reimaginar. A esta situación se llama "olvido".
El edificio teórico de la psiquiatría de la Antigüedad era verdaderamente especulativo. Se había construido sobre la
base de observaciones fragmentarias, a menudo mal interpretadas, y con conocimientos insuficientes de la anatomía
y la fisiología humanas.
Sin embargo, contó con elementos que después de dos milenios siguen estando en el centro de la perspectiva
biológica en psiquiatría.
Destaca la afirmación del papel decisivo del funcionamiento cerebral en los trastornos mentales.
En algunos médicos ya aparecía la noción de la función específica de diferentes zonas del encéfalo.Alejandro de
Tralles hacía de la p arte anterior del encéfalo la sede de la sensibilidad.
Este esbozo de localizacionismo será ampliado por los médicos de lengua árabe, que lo combinarán con el concepto
de "virtudes naturales", origen de nuestras funciones psicológicas.
En el siglo XII, Avicena fija la sede de estas virtudes (como la imaginación, el razonamiento o la memoria) en zonas
particulares de los ventrículos cerebrales, las únicas formaciones encefálicas entonces bien individualizadas.
La teoría humoral aparentemente no tiene ya más que un interés histórico y sólo perdura en el vocabulario (se habla
actualmente de temperamento sanguíneo, atrabiliario, flemático, etc.).
La idea básica del papel de los fluidos orgánicos en el funcionamiento nervioso se vuelve a encontrar, ciertamente
de manera muy diferente, en las nociones modernas de neurotransmisores, y las investigaciones experimentales
relacionan las variaciones de su disponibilidad en el cerebro con las manifestaciones psíquicas, normales y
patológicas.
En este período, es indisociable de la medicina en lengua árabe, que desde finales del siglo IX hasta el siglo XII
recogió los descubrimientos griegos y romanos, enriqueciéndolos con aportes originales.
Las traducciones al latín de estas obras árabes difundieron a partir del siglo X su contenido en el Occidente medieval
cristiano.
Así, el célebre tratado De Melancolia, editado en Italia por el monje Constantino el Africano, primera descripción
detallada de lo que llamamos Trastorno Depresivo, es prácticamente idéntico a una obra del médico Ishak ibn Imran,
que había vivido en el norte de África un siglo antes y que se había inspirado ampliamente en autores griegos muy
anteriores, como Rufus de Efeso.
Características
Los médicos de este período, que se extiende durante más de quince siglos, pertenecieron a escuelas diferentes y
divergieron en sus interpretaciones.
Sin embargo, tenían en común determinado número de ideas fundamentales, cuyo conocimiento es útil para la
comprensión de desarrollos posteriores, puesto que dejaron hasta nuestros días sus profundas huellas.
Según estas escuelas, los trastornos que se manifestaban mediante perturbaciones del espíritu y del
comportamiento pertenecían al campo de la medicina.
• Trastornos febriles
• Trastornos no febriles
Moreau de Tours , en el curso de un viaje a Oriente, observó los efectos que producía el hachís en quienes lo
consumían.
Llevó a Francia el producto y comenzó a estudiar su acción sistemáticamente; lo pone a disposición de sus amigos,
entre los cuales figuraban numerosos artistas, como Baudelaire, que trasladará esas experiencias a su poesía.
El análisis de esas manifestaciones producidas artificialmente llevó a Moreau de Tours a considerar que tenían una
gran analogía con las de la locura, y puso de relieve estas semejanzas en su libro de 1845 Du haschich et de
l'alienation mentale.
La obra contiene la primera sugerencia de la posible base bioquímica cerebral de los trastornos psicopatológicos.
Habrá que esperar casi un siglo para que se retome el estudio de lo que entonces se llamaría el "modelo psicosis",
producido por drogas alucinógenas o neurodislépticas, como la mescalina y la psilocibina, o por compuestos de
síntesis, como las anfetaminas o el LSD, y para que se establezca la hipótesis de que las modificaciones
bioquímicas que éstas producen en el cerebro son análogas a las existentes en los trastornos mentales.
Este ascenso del biologismo estaba provocado por los progresos de las neurociencias.
La anatomía normal y patológica del sistema nervioso, desde entonces practicada a nivel microscópico, se beneficia
de intervenciones técnicas, como las del microtomo y los métodos de coloración de las capas tisulares.
Virchow estableció en 1858 la teoría celular, válida para el conjunto de la biología. Pero habrá que esperar a 1888
para que Ramón y Cajal inaugure sus trabajos en los que demostraba la existencia de conexiones interneuronales, y
hasta 1897 para que Sherrington creara la noción de sinapsis.
Aun antes de los últimos avances citados, el estudio de los centros nerviosos y de las vías de transmisión ya
contaba con bases científicas sólidas.
Los filósofos y escritores de la Antigüedad, desde los trágicos griegos a Cicerón, nos dejaron admirables análisis
psicológicos de las "pasiones del alma", pero esas descripciones no pertenecían a la medicina, a la cual el concepto
de psicogénesis le era absolutamente extraño.
Toda enfermedad tenía necesariamente una causa material.
La psiquiatría antigua era radicalmente biológica. Los síntomas observados eran la expresión de una disfunción del
cerebro, que podía estar provocada por factores físicos diversos.
Según la doctrina humoral, que data de Hipócrates y fue sistematizada por Galeno, en el cuerpo existían cuatro
humores:
Sangre.
Bilis amarilla.
Bilis negra o atrabilis.
Linfa o flema.
El equilibrio de estos cuatro humores condicionaba la salud. Cuando aquél se rompía, el humor producido en exceso
intoxicaba el cerebro, produciendo los trastornos psíquicos.
La melancolía, como su etimología indica, era la enfermedad de la bilis negra. Podía provenir directamente del
cerebro o ser segregada en los órganos situados en los hipocondrios tales como el estómago y difundirse
secundariamente hacia el encéfalo, produciendo la forma hipocondríaca de la enfermedad.
La teoría humoral había sido invocada para otros síndromes: Alejandro de Tralles atribuía la frenitis y la letargia a un
exceso de bilis amarilla y de flema respectivamente.
Esta concepción de los trastornos depresivos se mantuvo durante mucho tiempo y fue aceptada por algunos
psiquiatras hasta mediados del siglo XIX.
Resurgimiento de la localizacion
En 1861 el cirujano y antropólogo Broca presenta los resultados de la autopsia de un enfermo que después de un
accidente vascular cerebral manifestó un trastorno del lenguaje: no podía expresarse más que por una única sílaba,
"tan".
Broca constató una lesión limitada al pie de la tercera circunvolución frontal ascendente del córtex cerebral izquierdo,
de lo que concluyó que allí en dicha área se situaba el "centro del lenguaje". El localizacionismo, desacreditado por
la frenología, renacía e iba a triunfar.
Teoría de Wernicke
Wernicke era un representante típico de la neuropsiquiatría. Autor en 1897-1903 de un notable atlas anatómico del
cerebro, enseñó psiquiatría de 1895 a 1904 en Breslau. Excelente clínico, describió síndromes psicopatológicos
como la presbiofrenia y la alucinosis de los bebedores.
El 1874 Wernicke publica una monografía en la que describe una nueva forma de afasia, que no comprometía la
expresión sino la comprensión, ligada a una lesión cerebral temporoparietal izquierda.
Propone una interpretación general de los trastornos del lenguaje a partir de un esquema que implica los centros
específicos y las "vías reflejas de asociación".
Llevando al campo de los trastornos mentales sus concepciones sobre la afasia, considera que el funcionamiento
psíquico se basa en una red de arcos reflejos intracerebrales cuya afección se expresa mediante los síntomas
observados en medicina mental, por un proceso que él llama "asociación", que provoca un aumento, una
disminución o una perversión de la transmisión del flujo nervioso.
La psiquiatría era para él la "ciencia de las enfermedades transcorticales". El lenguaje tenía en el psiquismo una
"función instrumental" y, a ese título, pertenecía más a la neurología que a la psiquiatría, pero en la nueva
perspectiva neuropsiquiátrica, la afasia, como se denomina el trastorno, tenía valor de modelo para comprender los
mecanismos en los que se basa la patología mental.
Teoría de Meynert
Las ideas de Wernicke eran cercanas a las de su contemporáneo Meynert, profesor de psiquiatría de Viena.
Estos estudios le permitieron concluir que el córtex controla la actividad de los núcleos de la base y que esto
"constituye una clave importante para explicar el mecanismo anormal en las enfermedades mentales".
Persuadido de que "era necesario dar a la psiquiatría, mediante las bases anatómicas, el carácter de una disciplina
científica", publica en 1884 un tratado de psiquiatría que lleva significativamente el subtítulo: "clínica de las
enfermedades del cerebro anterior".
Veía en las fluctuaciones de la irrigación sanguínea de los centros nerviosos la causa principal de las anomalías de
su funcionamiento y, en consecuencia, de las manifestaciones psíquicas patológicas.
Las teorías de Meynert y de Wernicke, en su ambición de dar una explicación etiopatogénica del conjunto de las
enfermedades mentales, asociaban observaciones científicas exactas con especulaciones sin base objetiva.
A partir de 1887 Kraepelin les reprochó "haber querido habitar y decorar de inmediato unos monumentos
suspendidos en el aire antes de haber establecido sólidamente sus bases".
Sin embargo, estas teorías contenían ideas que reaparecen en las neurociencias actuales, no sólo el
localizacionismo, sino conceptos como el de "asociación", retomado a través de estudios sobre la función de los
neurotransmisores.
También ha reaparecido la teoría de las variaciones de la irrigación sanguínea cerebral local, que la neuroimagen
permite ahora visualizar, aunque no aparecen como causa, sino como testigo del funcionamiento del tejido cerebral
correspondiente.
Terapéutica
De la misma manera que la etiopatogenia de los trastornos mentales era de naturaleza esencialmente biológica, su
tratamiento sólo recurría a elementos materiales o considerados como tales.
El reposo, el cambio de medio, los regímenes alimentarios prescritos, eran considerados como tratamientos por sus
efectos físicos.
La farmacoterapia ocupaba un lugar central. Si bien el eléboro, el medicamento preferencial de la época, hoy nos
parece desprovisto de toda actividad real, el efecto hipnótico y sedante de los alcaloides de la semilla de amapola
había sido ya descubierto y utilizado.
El Renacimiento, mediante la transformación de las perspectivas intelectuales, marcó una ruptura con la Edad
Media, durante la cual la medicina había tendido a convertirse cada vez más en una disciplina escolástica, que
tomaba sus concepciones de los autores de la antigüedad sin intentar modificar el contenido de las mismas.
A pesar de ello, durante el Renacimiento las concepciones sobre los trastornos mentales variaron poco.
Sólo a fines del siglo XVIII se produjo un cambio radical, simbolizado por la obra de Pinel.
Si bien se le atribuye tradicionalmente a este médico francés la gloria de haber "liberado a los alienados de sus
cadenas", su mérito fue fundamentalmente hacer reconocer en 1801, en su Tratado Médico-Filosófico de Alienación
Mental, que los "alienados", aunque estuvieran desprovistos de razón, eran seres humanos enfermos, que sus
comportamientos eran fundamentalmente diferentes de los de otras desviaciones sociales, y que había que
dedicarse a describir y tratar las manifestaciones psíquicas que presentaban, puesto que éstas pertenecían a la
medicina.
Creador de la psiquiatría como especialidad médica, Pinel, en una época en que la locura se consideraba incurable
en la mayor p arte de los casos, afirma que se debía cuidar y que se podía curar a los afectados por ella.
Compartía la opinión clásica sobre el papel del cerebro: la alienación mental era para él una "neurosis de las
funciones cerebrales".
Su interés se dirigía sobre todo a la descripción de cuadros sintomáticos observados en los enfermos y a su
tratamiento mediante lo que él llamaba "terapéutica moral", en términos modernos una combinación de psico y
socioterapia, cuya eficacia demostraba utilizando en sus publicaciones, por primera vez, métodos estadísticos.
En la época de Pinel, el médico alemán Gall había sido el primero en demostrar la heterogeneidad de los tejidos del
cerebro y en describir con precisión algunas de sus estructuras.
A esta obra de pionero, Gall asoció una teoría ya esbozada en la Edad Media por Avicena, según la cual cada una
de las p arte s del encéfalo era la sede de una disposición psicológica particular.
Gall afirmaba que, en esas condiciones, podía descubrir las aptitudes mentales de un individuo con sólo examinar su
cráneo, pensando que la forma de éste reflejaba el desarrollo de las estructuras nerviosas subyacentes.
La frenología, la doctrina de las "protuberancias del cráneo", aunque inicialmente tuviera defensores (para demostrar
la teoría no dudaron en robar de los cementerios los cráneos de hombres de talento excepcional, como los del
músico Haydn o del pintor Goya), cayó rápidamente en desuso.
El descrédito de la frenología hizo aceptar el concepto de "acción común del cerebro", sostenido por el
fisiologista Flourens.
La segunda causa del fracaso provisorio del modelo de Bayle era que la anatomopatología cerebral, entonces la
"neurociencia" por excelencia, estaba aún reducida al examen a simple vista de las modificaciones macroscópicas.
Bayle había podido identificar por ese medio la aracnitis crónica, pero aunque los que practicaban autopsias de
enfermos con trastornos mentales eran muchos, no pudieron descubrir otras lesiones específicas fuera del caso de
algunas demencias.
Decepcionados, los grandes alienistas de la primera mitad del XIX, como Esquirol y sus sucesores, se dedicaron
ante todo a la aproximación clínica descriptiva, que al identificar síntomas y síndromes les proporcionaban
provisionalmente la única vía susceptible de hacer progresar la medicina mental.
Sin embargo, eran fundamentales dos ideas introducidas por Gall: la heterogeneidad de las estructuras cerebrales y
las de sus funciones.
Bibliografía en línea:
NOCIONES GENERALES
Conceptos - Historia de las experimentaciones:
Noticia general -- ¿Qué es electroneurobiología? -- La atmósfera intelectual (all in Spanish) -- Main Technical Ideas /
Conceptos técnicos principales (English and Spanish) -- El descubrimiento de la Doppelrinde (German and
Spanish) - 1883: el primer mapeo con electricidad en todo el mundo ¡durante ocho meses! de un cerebro humano
consciente, realizado en San Nicolás, Provincia de Buenos Aires (Spanish)
Y uno de los trabajos ya mencionados arriba:
http://electroneubio.secyt.gov.ar/Christfried_Jakob_vida_definicion_cientifica.htm
Cómo se corta y examina un cerebro (de vaca u otro animal, o humano):
http://electroneubio.secyt.gov.ar/autopsia_de_cerebro.pdf
Relaciones entre psiquismo y cerebro en el marco de la evolución biológica (en inglés):
http://electroneubio.secyt.gov.ar/a_palindrome.htm
La precisa localización física del psiquismo (en inglés; trabajo más difícil):
http://electroneubio.secyt.gov.ar/localization_of_minds.htm
Para reirse o llorar un poco (narraciones de la vida de manicomio):
http://electroneubio.secyt.gov.ar/Memorias_de_un_psiquiatra.htm
En la Argentina: historia de la psicología y la psiquiatría,
http://electroneubio.secyt.gov.ar/Salomon_Chichilnisky_Historia_Psicologia_Psiq_PARTE_1.htm
Más artículos:
http://electroneubio.secyt.gov.ar/MedicineVsPhilosophyCastellano.htm
y, si lee francés, aquí
http://electroneubio.secyt.gov.ar/antropologiaganglionar.htmhttp://electroneubio.secyt.gov.ar/index2.htm
Sergio Pelliza
Compilación y armado
Revista Cultural Alternativa EnContrArte:
Leer más: http://www.monografias.com/trabajos45/neurociencias/neurociencias2.shtml#ixzz2YCkOYdHH