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En el diseño experimental original de Wason (1966), se mostraba a los participantes cuatro cartas
cada una con uno de los siguientes símbolos: E, D, 4 y 7. A continuación se les decía a los
participantes que cada carta tenía otro símbolo impreso en la otra cara: aquellas con una letra visible
tenían necesariamente un número en su otra cara y aquellas con un número visible tenían
necesariamente una letra en su otra cara. Las cartas se les mostraban a los participantes tal y como
se presenta en la Figura 1.
Enunciado condicional: “Si en una tarjeta hay una E por una cara, entonces hay un 4 por la otra”.
E D 4 7
p no-p q no-q
Figura 1. Regla y cartas utilizadas en la tarea de selección de Wason (1966). Las cartas tienen la
siguiente anotación en el reverso: E→ 4; D→7; 4→D; 7→E.
A continuación se presentaba a los participantes el siguiente enunciado: “Si en una tarjeta hay una E
por una cara, entonces hay un 4 por la otra”. Llegados a este punto, la tarea de los participantes
consiste en nombrar las cartas que se necesita levantar para demostrar la falsedad del enunciado.
Para poder valorar los resultados de este experimento, consideremos la tabla de verdad de las
enunciados condicionales, que se muestra en la Tabla 1.
Como muestra esta tabla de verdad, para falsar una proposición condicional en términos de
implicación hay que elegir las opción p correspondiente a la carta E y la opción no-q
correspondiente a la carta 7. Las cartas D y 4 son irrelevantes a la hora de falsar el enunciado
condicional y por tanto elegirlas sería un error. Pues bien, lo asombroso de este experimento es que
sólo en torno al 4% de adolescentes y adultos según Wason y Shapiro (1971) lo resuelven
correctamente (es decir, eligen E y 7).
Para explicar este curioso fenómeno Evans y Lynch (1973) propusieron lo que denominaron el
sesgo de emparejamiento, el cual postula que los sujetos eligen sistemáticamente los valores que
coinciden con aquellos mencionados en el enunciado de la tarea (es decir, p y q, o lo que es lo
mismo, E y 4). Esta explicación se impuso a otra explicación alternativa denominada sesgo de
verificación, que postulaba que los sujetos eligen las cartas mencionadas en la enunciado
(nuevamente, p y q, o en nuestro caso, E y 4). En el caso de nuestro enunciado, ambos sesgos
predicen la misma elección de cartas, pero en el caso del mismo enunciado negado (es decir, si p,
entonces no-q) los resultados empíricos confirman que es el sesgo de emparejamiento el que predice
correctamente la actuación de los sujetos.
p no-p q no-q
Figura 2. Regla y cartas utilizadas en la tarea facilitadora de selección de Wason y Shapiro (1971).
Dado que las estructura lógica de la condición abstracta y la facilitadora (ver Figura 1 y 2) era la
misma, Wason y Shapiro (1971) atribuyeron la mejora de rendimiento en la condición facilitadora a
un efecto semántico y no sintáctico. Esta y otras investigaciones posteriores (p. ej., Johnson-Laird,
Legrenzi y Legrenzi, 1972; Griggs y Cox, 1982) indicaron el importante rol de la experiencia
previa con el contenido de una norma a la hora de resolver correctamente tareas de lógica. De estos
resultados también parecía desprenderse que los participantes debían estar haciendo uso de un
conocimiento más abstracto que las memorias específicas pero más concreto que la lógica simbólica
libre de contexto.
2. Objetivo
El objetivo de esta práctica consiste en poner a prueba la diferencia de rendimiento de los sujetos
entre la condición abstracta y la facilitadora en la tarea de selección de Wason.
3. Método
3.1 Participantes
Para la realización de la práctica he elegido un total de 12 participantes de entre 17 y 62 años.
3.2 Materiales
La regla y las tarjetas utilizadas para la tarea de selección en la condición abstracta son las mismas
que se muestran en la Figura 1 (ver página 1). Por otro lado, la regla y las tarjetas utilizadas para la
condición facilitadora se muestran en la Figura 3.
Regla: “Si una persona conduce un automóvil, entonces debe tener más de 18 años”.
3.3 Procedimiento
Cada participante fue sometido a una entrevista individual. Las cartas fueron colocadas sobre la
mesa en la misma posición que se muestra en la Figura 1 y 3. Se le explicó a los participantes lo que
las cartas tenían por el lado no visible. En la condición abstracta, las cartas con letras en una cara
tenían números por la otra y viceversa. En la condición facilitadora se les explicó que las cartas que
tenían un modo de transporte por una cara tenían la edad del conductor de dicho medio de
transporte por la otra, y viceversa. Se les mostró una tarjeta de ejemplo para que entendieran mejor
la situación experimental (en la condición abstracta contenía una A por una cara y un 2 por la otra;
en la condición facilitadora contenía la palabra “Camión” por una cara y “50 años” por la otra). A
3.4 Diseño
Debido a la dificultad de encontrar entre 15 y 30 participantes (necesarios para el diseño
intersujeto), se escogió el diseño intrasujeto, que sólo requería un total de 12 participantes. En el
diseño intrasujeto los mismos sujetos hicieron las dos variantes de la tarea (abstracta y facilitadora).
Para evitar el efecto de la práctica, se hizo primero la tarea de selección correspondiente a la
condición facilitadora y en segundo lugar la correspondiente a la condición abstracta.
4. Resultados
El rendimiento de los 12 sujetos que realizaron la tarea de selección de Wason en la condición
abstracta y facilitadora se muestra en la Tabla 2. Las argumentaciones elaboradas por cada
participante en la condición abstracta y facilitadora de la tarea se presentan en el Anexo (véase
Tabla 3).
100
90
80
70
60
50
40
30
20
10
0
Condición abstracta Condición facilitadora
Figura 4. Rendimiento (en términos de porcentaje de aciertos) de los participantes en la condición
abstracta y en la condición facilitadora de la tarea de selección de Wason (diseño intrasujeto, N=12).
5. Conclusión
El objetivo de esta práctica era poner a prueba la existencia de una diferencia de rendimiento entre
la condición abstracta y la facilitadora en la tarea de selección de Wason, poniendo de manifiesto así
el denominado “efecto del contenido” en el razonamiento lógico o deductivo.
Los resultados presentados aquí mostraron que, en la condición abstracta de la tarea, muy pocos
participantes la lograron resolver correctamente (tan sólo el 8.3%). Esta sorprendente cifra es
consistente con los resultados originales obtenidos por Wason (1966). A la luz de las
argumentaciones elaboradas por cada participante en la condición abstracta (véase Anexo, Tabla 3),
se podría explicar la respuesta más frecuente (es decir, E y 4) por el denominado sesgo de
emparejamiento propuesto por Evans y Lynch (1973). Por otro lado, en la condición facilitadora,
esta cifra ascendió a 66.7%, lo cual puede decirse que es una diferencia significativa con respecto a
la condición abstracta. Esta diferencia entre las dos condiciones es consistente con los resultados
obtenidos por Wason y Shapiro (1971), y pone de manifiesto que, efectivamente, existe un efecto
del contenido sobre el razonamiento deductivo. El mayor porcentaje de aciertos en la condición
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