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El final del día.

The End of the Day, Katharine Tynan (1859-1931)

La noche oscurece rápido y las sombras crecen,


Las nubes y la lluvia se congregan sobre mi casa,
Sólo se oyen los gemidos de la madera, ¿los escuchas?
Quejidos de dolor cuando el agua penetra en sus venas.

¡Soledad y noche! ¡La noche es soledad!


Cubriendo las estrellas en su seno maternal,
Envolviéndolos en su velo oscuro de intimidad;
Protegiendo al afligido, al cansado, al desposeído.

¿Cuándo se iluminará? La noche es amable,


No todos sus instantes pasan fugaces;
Ahora, en mi hogar las horas caen a ciegas,
Tras el débil escalofrío del amanecer,
Tras la tímida canción de la alondra.

¡Duerme ahora! La noche vuela en las alas del esplendor,


Ocultando la luz de los ojos bajo su negro mar,
Suave y seguro, bajo su mirada tan tierna
Deberías despertar para llorar.

Mañana.
Morning, Sara Teasdale (1884-1933)

Salí en una mañana de abril,


sola, porque sentí a mi corazón ardiente,
y fui un hijo de la pradera reluciente,
y fui una hermana del cielo.

Allí, en la ventosa marea de la mañana,


sobre mí levantó su peso la añoranza,
perdida como un sollozo entre alabanzas,
barrida como un pájaro fuera del mar.
Nadie, ni siquiera la lluvia.
Nobody, Not Even the Rain, E.E. Cummings (1894-1962)

En algún lugar al que nunca he viajado,


felizmente más allá de toda experiencia,
tus ojos tienen su silencio:
En tu gesto más frágil hay cosas que me encierran
o que no puedo tocar porque están demasiado cerca.

Con una ligera mirada me liberas.


Aunque me haya cerrado como un puño,
siempre abres, pétalo a pétalo, mi ser,
como la primavera abre con misteriosa destreza su primera rosa.

O si deseas cerrarme, yo y
mi vida nos cerraremos muy hermosa y súbitamente,
como cuando el corazón de esta flor imagina
la nieve cayendo cuidadosamente por doquier.

Nada que hayamos de percibir en este mundo iguala


la fuerza de tu intensa fragilidad, cuya textura
me somete con el color de sus campos,
retornando a la muerte y la eternidad con cada respiro.

(Ignoro tu destreza para cerrar y abrir,


solo algo en mí entiende
que la voz de tus ojos es más profunda que todas las rosas)
Nadie, ni siquiera la lluvia tiene manos tan pequeñas.

SECRETO

JOSÉ MARÍA MUÑOZ QUIRÓS Ávila, 1957)


No hay tiempo, ni color
ni espacio
para vivir;
no hay precipicio vano,
ni hay destino insalvable,
no hay olvido
en la codicia
que invade con mi ser todos los firmes
derroteros del cuerpo.
No hay caminos
en tus labios,
no hay ni siquiera valor.
Tan sólo me hago brisa
en ti, y renazco y me alejo,
y reconstruyo el mundo
donde habitamos
el oficio de vivir
sencillamente.

Orgullo de juventud.
Pride of Youth; Dante Gabriel Rossetti (1828-1882)

Aún siendo niño, de aquel dolor que damos


a los muertos, poco en su corazón pudo encontrar,
sin necesidad de pensamiento, hacia su mente clara
ellos retornan a morir, y él a su vida:
aún cuando las alas de un nuevo amor,
a lo largo de sus plumas de torbellino,
sonríen al recibir el viento de la aurora,
sin disfrutes futuros, echa una mirada atrás,
donde la noche sacude aquel viejo amor fugitivo.

Hay un cambio en la memoria de cada hora,


vemos la última prímula de los campos
cuando las primeras amapolas brotan al romper el día.
¡Dolor por el cambio de las horas!
¡Dolor por todos los amores
que de su mano cayeron
por el orgullo de su juventud,
como las cuentas de un rosario dicho!
Por los viejos tiempos.
Auld Lang Syne, Robert Burns (1759-1796)

¿Deberían ser olvidados los viejos amigos


y nunca recordarlos?
¿Deberían ser olvidados los viejos amigos
y los viejos tiempos?

Por los viejos tiempos, amigo,


por los viejos tiempos:
tomaremos una copa de camaradería
por los viejos tiempos.

Los dos hemos corrido por las laderas


y arrancado las bellas margaritas,
pero hemos errado mucho con los pies doloridos
desde los viejos tiempos.

Por los viejos tiempos, amigo,


por los viejos tiempos:
tomaremos una copa de camaradería
por los viejos tiempos.

Los dos hemos vadeado la corriente


desde el mediodía hasta la cena,
pero amplios mares han rugido entre nosotros
desde los viejos tiempos.

Por los viejos tiempos, amigo,


por los viejos tiempos:
tomaremos una copa de camaradería
por los viejos tiempos.

Y he aquí una mano, mi fiel amigo,


y danos una de tus manos,
y ¡echemos un cordial trago de cerveza
por los viejos tiempos!

Por los viejos tiempos, amigo mío,


por los viejos tiempos:
tomaremos una copa de camaradería
por los viejos tiempos.
Y seguro que tú pagarás tu trago.
Y seguro que yo pagaré el mío...
Y, aun así... ¡echaremos ese trago de camaradería
por los viejos tiempos!

Cuando deba dormir.


When I Shall Sleep, Emily Brontë (1818-1848)

Oh, cuando deba dormir


Lo haré sin identidad,
ya no me importará el caer de la lluvia
o si la nieve cubre mis pies.
El cielo no promete salvajes deseos,
Podrán cumplirse, acaso la mitad.
El infierno y sus amenazas,
Con sus inextinguibles brasas
Jamás someterá esta voluntad.

Por lo tanto digo, repitiendo lo mismo,


Todavía, y hasta que muera lo diré:
Tres Dioses dentro de este pequeño marco
Guerrean día y noche.
El cielo no los mantendrá a todos, sin embargo
ellos se aferran a mí;
Y míos serán hasta que el olvido
cubra el resto de mi ser.

¡Cuando el Tiempo busque mi pecho para soñar


todas las batallas concluirán!
Pues llegará el día en el que deba reposar
sin volver a sufrir, nunca más.
Aún cuando tomaras un pedazo de tiempo.
Even If You Grab A Piece of Time, Ruth Forman (1968- )

Conjura algo hermoso,


toma este día,
naciste con manos que hacen hilar
el talento para los sueños y hacerlos realidad.

Haz rodar las horas como el hilo,


teje algo que te haga sentir pleno,
y grande y abierto a hablar.

Haz de este día tu propio cuadrado


en el edredón de la vida,
tan resplandeciente que haga brillar
todos tus años hasta ahora,
haz que este día sea como uno de los siete de Dios.

Llegarán suaves lluvias.


There will come soft rains, Sara Teasdale (1884-1933)

Llegarán suaves lluvias y el aroma de la tierra,


Y golondrinas dando vueltas con sus débiles sonidos;

Y ranas en los estanques cantarán por la noche,


Y ciruelos silvestres de tembloroso blanco.

Los petirrojos vestirán su fuego emplumado,


Silbando sus caprichos sobre una alambrada.

Y nadie sabrá de la guerra, nadie


Se preocupará al final cuando todo haya concluido.

A nadie le importaría, ni a pájaro ni a árbol,


Si la humanidad pereció completamente;

Y la Primavera misma, cuando despierte al amanecer


Apenas se daría cuenta que nos hemos ido.

Antes que tu me moriré.


Antes que tú me moriré, Gustavo Adolfo Becquer (1836-1870)

Antes que tú me moriré: escondido


en las entrañas ya
el hierro llevo con que abrió tu mano
la ancha herida mortal.

Antes que tú me moriré: y mi espíritu,


en su empeño tenaz
se sentará a las puertas de la Muerte,
que llames a esperar.
Con las horas los días, con los días
los años volarán,
y a aquella puerta llamarás al cabo.
¿Quién deja de llamar?

Entonces que tu culpa y tus despojos


la tierra guardará,
lavándote en las ondas de la muerte
como en otro Jordán.

Allí, donde el murmullo de la vida


temblando a morir va,
como la ola que a la playa viene
silenciosa a expirar.

Allí donde el sepulcro que se cierra


abre una eternidad,
todo lo que los dos hemos callado
lo tenemos que hablar.

CARACTERISTICAS

El tema de estos poemas consiste en 2 lados de una moneda debido a que en estos se habla de
esperanzas en un porvenir y de desilusión de un ya viví.

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