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- Colocación corporal
- Utilización de la respiración
- Relajación
- Optimizar energía
- Holística
- Resetear el cuerpo
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- Despertar la sensación de sentir el cuerpo
- Desaprender
Actividad 2. De pie en círculo, tener contacto con los compañeros únicamente a través
del dedo meñique.
Las conclusiones a las que llegamos es que el cuerpo humano está en continuo
movimiento reajustándose para equilibrarse. No somos conscientes de este movimiento
hasta que tomamos consciencia de ello quietos y con los ojos cerrados.
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Comienzo de la Observación, las tensiones y los malos hábitos posturales entre los
participantes, para la aplicación a los alumnos de enseñanzas musicales.
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3ª La dirección como continuidad del proceso de la Técnica Alexander y reconocer la
apreciación sensorial defectuosa o engañosa. Pedagogía con enfoque indirecto de la
Técnica Alexander, no abandonar la globalidad, para hacer lo específico.
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Actividad 2, Analizamos imágenes de la publicidad que se refieren a cómo sería la postura
idónea para estar relajados. Reflexionamos sobre lo poco que trabajamos el cuidar nuestro
propio cuerpo.
Actividad 3. Tumbarse.
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Las conclusiones a las que llegamos tras realizar este trabajo, guiados por el ponente son
las siguientes:
- Toma de conciencia de que nuestro cuerpo debe dejar de hacer, no centrarnos en querer
hacerlo bien, sino disfrutar del proceso.
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Actividad 1. Juego de la silla. Todos estamos sentados y nos movemos únicamente
cuando nos señalan para cambiarnos el asiento. Previo al movimiento tenemos que
señalar en qué dirección queremos ejercer dicho movimiento.
Para ello realizamos un susurro con la boca preparada para emitir una A tomando
conciencia de la respiración y la colocación de nuestro cuerpo. Las premisas a tener en
cuenta son:
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El ponente trabaja con cada individuo (mientras se sienta y se levanta de la silla) y el resto
de miembros del grupo observamos cómo se trabaja.
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Para la sesión siguiente, estamos preparados para la creación de una estructura de la clase
en función de las experiencias adquiridas durante el Seminario con la Técnica Alexander.
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4. Se habla sobre la dirección del cuerpo
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Lo aplicamos posteriormente a la práctica vocal. Empezamos por reconocer los
músculos de la cara, cuello y parte superior del tórax y de la espalda. Situamos las manos
en la zona atlanto-occipital y desde allí empezamos a dirigir el movimiento de la cabeza.
Trabajamos la inspiración y espiración y practicamos la apertura de la boca. Después lo
combinamos con la emisión de una “A” susurrada donde se consiguió que el sonido
producido tuviera estabilidad sin forzar las cuerdas vocales y con una columna de aire
regular. El resultado fue muy enriquecedor para ponerlo en práctica dentro de las sesiones
preparatorias de los ejercicios de técnica vocal previos a la realización de la clase de Coro.
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Profesor: María Herrero (Prof. de Lenguaje Musical)
La laringe
En la respiración normal, los pliegues vocales están
separados y el aire fluye entre ellos. Cuando queremos
producir un sonido, estos pliegues vocales se juntan
dejando pasar el aire por una abertura estrecha,
produciendo una vibración que genera sonido. Este sonido
es amplificado por el tracto vocal (la cavidad formada por
la boca y la garganta).
Como se aprecia en la imagen, los cartílagos aritenoides de
la laringe son los abridores y cerradores de la glotis, los
cartílagos tiroides y cricoides son separados o acercados
para regular la tensión o dilatación de los pliegues vocales
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y los propios pliegues vocales
(o también llamadas cuerdas
vocales) se tensan para su
propia acción durante la
vocalización.
La laringe se encuentra
suspendida en la garganta
gracias a los músculos
suspensores, que tiran de la
laringe desde diferentes
direcciones para contrarrestar
las tensiones desde fuera,
ayudando a su dilatación y
marcando el timbre, la
resonancia y la extensión vocal
y manteniendo la postura
vertical.
¿Qué es el apoyo?
Aplicando los principios de la técnica Alexander, si existe una relación correcta de cabeza –
tronco, ayudada convenientemente por los músculos sustentores del tronco, la musculatura
suspensora de la laringe también estará libre y equilibrada, permitiendo la garganta abierta
y la dilatación óptima de los pliegues vocales. Si además, controlamos la espiración sin soltar
el aire de golpe si no que el diafragma va liberándose poco a poco coordinando la salida del
aire, y los músculos sustentores del tronco garantizan la flexibilidad y la libertad de las
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“Apoyar la respiración desde el abdomen es una falacia; la verdadera potencia motriz o apoyo no
procede de un aumento de la tensión ni de la presión del aire, sino de la acción antagónica del
sistema muscular, que apoya de manera expansiva el aparto respirtorio y la laringe en una
espiración controlada”. (T. Dimon, La voz cantada y hablada (2011)).
El tracto vocal
Los resonadores de la voz humana están formados por dos elementos clave: la faringe y la boca.
Con más detalle podemos fijarnos en la imagen adjunta donde se describen todos los elementos
que conforman el tracto vocal: la cavidad oral, nasal, la lengua, el paladar duro, el velo del paladar,
faringe, la epiglotis, etc. Todas estas partes del cuerpo intervienen de una manera u otra en la
resonancia de los sonidos y es lo que vamos a analizar con más detenimiento a continuación.
La garganta abierta: Se utiliza este concepto frecuentemente dentro de la técnica vocal.
Entenderemos la garganta abierta a la laringe baja y la garganta ensanchada. Esto está
directamente relacionado con el correcto uso de la laringe y de los músculos que extrínsecamente
influyen en su movimiento.
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Velo del paladar: Lo ideal para cantar con control es que el velo del paladar y la laringe se separen,
y así la faringe se alarga. Entendamos el velo del paladar como una cortina móvil que cuelga en
la parte superior de la faringe. Al bostezar podemos sentir esta sensación de que el velo del paladar
se eleva y se arquea.
La mandíbula: Cuando los músculos de la garganta están liberados por un uso correcto de la
cabeza – tronco y queda suspendida y equilibrada, los músculos de la mandíbula pueden verse
liberados y dejarán de estar contraídos, por lo que favorecerá a una correcta resonancia del sonido.
Digamos que cuando el aparato hioides se suelta, se suelta también la mandíbula.
La lengua: Si se consigue realizar un uso equilibrado de los músculos sustentores y suspensores,
la lengua, al igual que la mandíbula y la garganta, podrá estar libre y no elevada, condición
indispensable para poder dejar pasar la emisión de manera natural.
Pero la lengua juega otro papel crucial dentro del canto: la posición de la lengua determina la
formación de las vocales. Sin entrar en más detalles porque esta cuestión en sí debería tener una
atención muy específica y podría ser protagonista de un estudio mucho más especializado,
quedémonos con la idea de que dejando la lengua en paz y en consonancia con el sistema vertical
cabeza – tronco, el paso siguiente sería descubrir de qué manera la pronunciación de las vocales
y las consonantes no interfieran en la correcta posición.
¿Qué es la colocación?
“La colocación es un modo de despertar determinadas funciones de la laringe y la garganta a
base de intentar reporducir las sensaciones vibratorias asociadas a dichas funciones. Se trabaja a
la inversa: pensando en el efecto para despertar la causa.” (T. Dimon, la voz cantada y hablada
(2011)).
Una de las cuestiones más complejas a la hora de trabajar con niños, es que muchas de las
sensaciones que como directora musical voy buscando son muy difíciles de transmitir y es
por ello, que el uso del lenguaje metafórico es la única fuente de aprendizaje que puede
utilizarse. La definición que propone T. Dimon sobre la colocación es altamente poderosa
para el uso de la voz en los niños, y es una manera muy efectiva de describir el por qué de
la búsqueda de sensaciones que van más allá del propio uso del cuerpo.
ALEGRAR LOS OJOS Y TONIFICAR LOS MÚSCULOS FACIALES, son dos ideas clave
a la hora de ayudar a la colocación de la voz: en definitiva ambos conceptos implican una
activación de los músculos suspensores de la laringe.
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Vocalización en un coro infantil y
otras conclusiones
1. Abrir la mandíbula suavemente sin alterar el equilibrio de
la cabeza. La mandíbula está concebida para triturar y masticar
y suele quedarse crónicamente tensa. Realizar actividades de
destensar la mandíbula puede resultar esencial a la hora de
conseguir una garganta abierta.
2. Respirar por los orificios nasales, formando un arco con la
boca, para conseguir la correcta liberación del resto del tracto
vocal, previo al comienzo de la vocalización.
3. Bostezar como ejercicio de dilatación de los músculos de la
garganta que pueden estar tensos después de usar la voz hablada
o de manera crónica y para elevar el velo del paladar.
4. Pronunciar una palabra prolongando los sonidos vocálicos,
con el fin de aprender a subordinar la acción de mandíbula,
paladar, labios y lengua a favor de la garganta abierta.
5. Alegrar los ojos y tonificar los músculos faciales. Activar
los músculos de las mejillas.
6. Evitar la tensión abdominal. No hay que ejercer un aumento
de presión de caudal de aire que puede producir un sonido
apretado y dañar momentáneamente los pliegues vocales. Sobre esta idea
tengo que reflexionar mucho más a la hora de realizar mis vocalizaciones con
el coro infantil: buscando en el imaginario de los niños de qué manera pueden
sentir el apoyo, he utilizado de manera errónea la idea de sentir tensión
abdominal.
7. Ejercitar la espiración controlada: Soplar entre los labios, silbar entre los
dientes, soltar aire despacio por la nariz con una n, etc.
8. Realizar el ejercicio de la ah – susurrada, buscando soltar las costillas y
diafragma, apoyando las manos sobre una superficie plana, buscando el apoyo
de la musculatura de la espalda.
9. Los músculos que intervienen en el movimiento de la laringe son dirigidos por
el cerebro al pensar en emitir un sonido. Esta intención mental se traduce en
la orden de un movimiento. Es por ello, que las cuerdas vocales, aún en
silencio, no están en reposo mientras pensemos en música, e incluso soñemos.
No podemos controlar los movimientos de la laringe del mismo modo
consciente que lo hacemos sobre otras partes de nuestro cuerpo.
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Montse: Ha sido fantástico. Con muy pocas directrices los resultados son inmediatos y
muy saludables.
Maia: Ha sido muy interesante y muy provechoso, tanto a nivel personal como a nivel
profesional.
David: Ha sido un trabajo muy revelador e interesante para tomar conciencia de muchos
elementos que deberían estar presentes siempre en la práctica diaria de un músico.
Jesús: Ha sido increíble. Me ha valido para darme la cuenta de muchas cosas a las que
no prestaba atención y haciéndolo he descubierto la necesidad de ponerlo en práctica.
Gracias a la tecnica alexander y a las explicaciones del ponente, mediante la
observación de mi cuerpo tumbado, siento que si no estaba presente en él, vuelvo a ser
consciente de él.
Es muy útil para empezar el día, o antes del estudio. Hacen que el yo y mi cuerpo se
conecten y al mismo tiempo me ayudan a sentirme a mí mismo.
He aprendido a que es fundamental que el cuello este libre mientras toco. Si siento el
cuello tenso, el resultado será una respiracion no relajada y no fluida y un sonido mas
apretado.
Ruzan: Estoy encantada con el curso. Considero que es de gran interés para los profesores
y para los alumnos. Partimos del dicho “mejor prevenir que curar” por lo cual este curso
viene a despertar instintos naturales que tenemos programados desde el nacimiento.
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que me ayuda no sólo en mi actividad musical y docente si no en mi vida cotidiana y
también es importante poder transmitir esta experiencia a mis alumnos. Excelente trabajo
del ponente.
Manuel: Ha sido un seminario muy interesante. Hasta ahora no había sido muy consciente
de mi postura y del uso que doy a mi cuerpo, tanto en mis actividades habituales como
en mi vida profesional, y de que parte de mi salud pasa por observarme y darme tiempo
para dirigir mis movimientos. Enhorabuena al ponente.
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Bibliografía:
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