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Cátedra: Olmillo
DNI: 31.175.198
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Introducción.
También veremos el origen del vocablo que, para no ser menos, también cuenta
con las más diversas teorías.
Contexto social.
Como toda música nueva, el tango, recibió las influencias propias del contexto
social y cultural de fines del siglo diecinueve, que acompañó parte de su evolución.
Buenos Aires y buena parte de la Argentina habían iniciado una importante etapa
en el tránsito de su evolución. Al acercarse al siglo XX, el crecimiento, en todos sus
aspectos, se iba haciendo cada vez más evidente. Los hombres de estos tiempos
fueron perfilando ese cambio, y la historia optó por encasillarlos en la llamada
“generación del ochenta”.
El marco social donde surge el tango primitivo, muy difícil de distinguir como tal
en cuanto a ritmo y estructura, es la Buenos Aires de 1880, que tenía una población de
210.000 habitantes y una importante e incipiente inmigración europea. En 1910, por
este fenómeno, la ciudad crece a 1.200.000 habitantes y el tango adquiere su modo
reconocible.
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se fríe pescado, y cuando no suenan las cuerdas de una guitarra mal pulsada por
algún negro borracho, acompañado por una acordeón, un organito parado en el
cordón de la vereda o en la bocacalle, hace oír sus roncas notas. La acción de la
policía ha ido eliminando muchos de estos tugurios..."
Esa increíble fusión cultural de tan diversas sangres con nuestra vena española y
nativa, hicieron el milagro de expresarse en una comunión musical y espiritual. Es una
síntesis sin antecedentes, que hace del tango un género universal e incomparable,
donde se distingue el aporte del componente italiano que llegó en gran cantidad.
Buenos Aires del '80 era una gran aldea, donde había academias y teatros,
únicos lugares donde se podía bailar o ver bailar mientras se actuaba. Las academias,
también llamadas "pirigundines", contaban con mujeres contratadas y eran sitios que
requerían una autorización de la autoridad para funcionar. Se encontraban en el
suburbio y en zonas alejadas del centro de la ciudad.
En ellos el tango convivía con otros ritmos como la habanera, la polca, el corrido,
el vals, el chotis y otros ritmos diversos. Es allí donde nace y se va desarrollando con
el impulso propio que tienen los géneros populares, en una ciudad que crecía
permanentemente.
Era común que en toda comedia, zarzuela u otra obra del género chico, los
actores cantaran y bailaran. Ya antes de terminar el siglo, el tango figuraba en esos
espectáculos.
Los organitos callejeros lo difundieron por los barrios y era muy común ver
bailarlo en las calles, muchas veces entre hombres. En esos años las mujeres
escaseaban, la mayoría de los inmigrantes venían sin pareja a probar suerte. El
contacto con el sexo opuesto era en las academias o en las casas de citas.
De fecha imprecisa y origen aún más incierto, hay teorías que remiten a sus
raíces negras y otras que aseguran su origen inmigratorio. Lo cierto es que a
mediados del 1800, los conocidos conventillos de la pujante ciudad de Buenos Aires
se llenaban de paisanos del interior, “gringos” recién bajados del barco y varios
porteños de pocos recursos que, quizás para diferenciarse o para generar arraigo,
marcaron con impulso propio las nuevas expresiones populares.
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El tango andaluz se difunde enormemente en nuestra ciudad. Distintas melodías
lo afianzan aún más, al agregársele letrillas improvisadas, de episodios porteños del
momento.
Bien pronto la habanera dejó aquellos lugares para adquirir mayor categoría,
ingresando a sitios más selectos, acompañándose de guitarras flautas y violines, que
le dieron jerarquía de baile de salón, aunque bien puede asegurarse que no logró
mayor popularidad entre la aristocracia porteña.
Sin embargo, aunque sea hermana de la habanera, la milonga tiene una mayor
relación con la música afro americana. Según Horacio Ferrer, "bien podemos concebir
su origen como la contradanza europea en su versión ciudadana rioplatense, y
siguiendo la idea de Grenet, describirla como una melodía criolla rioplatense fundida al
poderoso aliento de los tambores candomberos", de cuyos ritmos "es hija dilecta".
Horacio Ferrer menciona que entre las milongas que se conocían en las dos
márgenes del Río de la Plata a fines del siglo XlX destaca La Estrella, de Antonio
Domingo Podestá, interpretada en las obras criollas que él y sus hermanos
representaban en los circos.
Hugo García Robles, citado por Horacio Ferrer, afirma por su parte en El folklore
musical de Argentina y Uruguay, que "hacia mediados del siglo pasado está
gestándose ya la Milonga en el Uruguay y en torno a 1870 está ya presente. A fines
del siglo XlX llenaba tres funciones: 1) acompañaba el incipiente baile de pareja
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tomada independiente, subclase de abrazada que conduciría a una verdadera
revolución coreográfica que compartiría con el tango; 2) es payada de contrapunto,
después de haber desplazado en esta misión a la cifra, y 3) es canción criolla que se
canta con diferentes modales de estrofa (cuartetas, sextinas, octavillas o décimas)”
El candombe era una fiesta celebrada por los negros, tamboriles y masacallas
marcaban un ritmo a cuya cadencia bailaban y se contorsionaban hombres y mujeres.
Nuestros antiguos músicos han creído ver en ese compás una semejanza notable con
el que hoy caracteriza a nuestro tango, y es muy posible que así fuera. Pero no
podemos decir que haya contribuido a la línea melódica del tango.
La Buenos Aires de los ‘80 poco a poco se descubría en las academias y en los
teatros. En las comedias, zarzuelas y otras obras, los actores empezaron a cantar y
bailar tango.
El tango dejaba de ser exclusivo del arrabal para internarse poco a poco en el
centro de la ciudad. Los organitos callejeros lo difundían por los barrios donde era
común ver parejas de hombres bailando en las calles.
Dicen que la palabra tango es anterior al baile y que por el año 1803 figuraba en
el diccionario de la Real Academia Española como una variante del tángano, un hueso
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o piedra que se utilizaba para el juego de ese nombre. Pero ya en 1889 la institución
normativa de la lengua incluía una segunda acepción del tango como “fiesta y baile de
negros y de gente de pueblo en América”. Sin embargo, debieron pasar casi 100 años
para que el diccionario definiera al tango como “baile argentino de pareja enlazada,
forma musical binaria y compás de dos por cuatro, difundido internacionalmente”.
Según algunas teorías, tango derivaría de tang, que en una de las lenguas
habladas en el continente negro significa palpar, tocar y acercarse. Entre los bantúes,
además, hay dos idiomas que se denominan tanga y tangui. Y entre las lenguas
sudanoguineanas figura la tangalé. Curiosamente, el contenido hispánico de la palabra
se acerca a la africana tang. Tango en castellano es considerada una voz derivada de
tangir, que en español antiguo equivale a tañer, y de tangere, o sea, tocar en latín.
Es muy probable que tango sea una voz de origen portugués introducida en el
nuevo continente a través del dialecto criollo afro-portugués. Al comparar tango y
tambo, Blas Matamoro afirma que ambas son onomatopeyas del tam-tam o candombe
utilizado en los bailes negros. Más aún, en dialecto bozal la expresión era “tocá tango”
o “tocá tambó” (toca el tambor) para iniciar el baile. El lugar de reunión de los
esclavos, tanto en África como en América, era llamado tango. Y así nombró Buenos
Aires a las casas de los suburbios donde, a comienzos del siglo XIX, los negros se
encontraban para bailar y olvidar temporalmente su condición.
Evolución instrumental
En los orígenes del tango, es la guitarra la que participa de sus pasos iniciales.
Quizás fue el principal medio, en tanto se adaptaba a las primeras letrillas. Se supone
que otros instrumentos acompañaron esta difusión: nos referimos a la mandolina y la
flauta. Y si bien el piano desplazó a la guitarra, ésta volverá nuevamente como
acompañamiento de los cantores, cuando la letra se impuso en el tango.
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Los primeros tangos.
Conclusiones.
Por nuestra parte podemos afirmar que el tango rescata de la habanera, la línea
melódico sentimental y la fuerza emotiva; de la milonga, la coreografía y del
candombe, el ritmo. La teoría sobre el tango andaluz que Carlos Vega anteponía al
tango como uno de los precursores es dejada de lado por nosotros ya que no
encontramos en este mayor parecido más allá del nombre.
El tango fue algo más que una simple danza popular. Más allá de su ritmo, y de
las influencias que pudiera haber recibido del inmigrante italiano con su encarnada
nostalgia, es una expresión exclusiva del hombre rioplatense. No es un pretexto para
la diversión, es algo que se dice o se quiere decir con música.
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Bibliografía.