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Instrucción: Lee esta información sobre la Biblia. Luego confecciónala en la hoja de block dividiéndola
en sus dos partes.
El Antiguo Testamento es la primera división de la Biblia cristiana. Se trata de una colección de libros
que varía de una iglesia a otra y de fechas anteriores a las del Nuevo Testamento. El Nuevo
Testamento es la segunda división principal de la Biblia cristiana. También es conocida como la ley
nueva o nuevo pacto.
LECTURA CLASE 2
TALLER 1
1 Lee acerca de la celebración de Pascua según tres religiones y luego realiza las actividades.
1 Completa el cuadro comparativo
Definición
Celebración (actividades)
Motivo de la celebración
Información adicional
Ya habían pasado 10 días desde que Jesús había regresado al cielo. Entonces
los discípulos de Jesús recibieron espíritu santo. Era la Fiesta del Pentecostés
del año 33, y gente de muchos lugares había llegado a Jerusalén para
celebrarla. Unos 120 discípulos de Jesús se habían reunido en la habitación de
la parte de arriba de una casa cuando, de repente, pasó una cosa asombrosa.
Algo como una llama de fuego apareció sobre la cabeza de cada discípulo, y
todos empezaron a hablar en diferentes idiomas. Además, se oyó el ruido de
un viento fuerte por toda la casa.
La gente que había viajado de otros países a Jerusalén oyó el ruido y corrió
hacia la casa para ver qué pasaba. Se sorprendieron mucho cuando oyeron a
los discípulos hablando en otros idiomas. Decían: “Estas personas son de
Galilea, ¿cómo es que pueden hablar en nuestros propios idiomas?”.
¿QUÉ ES MONOTEÍSMO?
El monoteísmo es una creencia de que existe un solo Dios que es el ser supremo, y el creador del
universo. Esta creencia ve al hombre como un siervo de la divinidad, y debe haber un sometimiento a
la voluntad de Dios. Se inculca el miedo y el sentimiento de culpabilidad, y tiene una tendencia de
unidad de todo bajo los conceptos divinos. Hay una intolerancia a los infieles y a los herejes. Como
religiones monoteístas encontramos al judaísmo, el islamismo y el cristianismo.
1 Refuerza lo aprendido en la lectura de San Lucas y represéntala de manera manual. Agrega dibujos y recrea la
historia.
GUIA 1
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1 Lee de forma silenciosa el texto sobre la creación del Señor y realiza las actividades posteriores
2
3 Dibuja la creación de Dios de manera cronológica
4
FICHA 1
GUIA 1
2 Pinta y colorea de la forma que prefieras la historia de la celebración. Puedes usar los materiales que gustes.
3
Actividad final: Crea tu pulsera de la salvación usando los colores. Inspírate en el video o en estas imágenes.
LECTURA 1
Con este nombre: "Historia de la Salvación", entendemos la entrada de Dios en nuestra historia humana
y en nuestra vida. Es Dios que viene para conducir a todo hombre a su fin último, a su objetivo natural,
que es el Reino de Dios.
La enseñanza más importante, el mensaje que el Señor da en cada página, es que Dios interviene con su
poder en la historia del hombre, e interviene siguiendo un plan, un proyecto determinado, desde la
creación hasta el final de los tiempos.
Israel, este pequeño pueblo fue el escenario de las acciones maravillosas de la salvación.
Todo lo que pasó dentro de esta nación, escogida para ser depositaria de la misión divina, revistió así,
carácter sagrado. Todos los acontecimientos, hasta las leyes que reglamentaron la vida social y política,
son interpretados y vividos como intervenciones salvíficas del Señor Yahvéh.
Un ejemplo es el narrado en el Éxodo Cap. 16 y 17, del maná en el desierto. Los estudiosos afirman que
se trata de una resina dulce que sale en los meses de verano de los arbustos cerca del Sinaí; para los
ojos de todos puede ser una cosa natural, pero para los ojos del pueblo creyente eso reviste un
significado especial de providencia y de ayuda de Yahvéh; así lo vio el pueblo de Israel, como la prueba
de que Dios no los abandonaba.
Pablo en 1Cor. 15, 20-28 y en Ef. 1, 4-12, con una vigorosa descripción, habla del plan de salvación, en
que todos los hombres son conducidos al Padre por medio de Cristo. Jesús es la primicia de los
resucitados, que nos llevará al Reino de Dios, después de haber destruido el mal.
Cristo Jesús, su vida, su muerte y su resurrección, es el centro de la Historia de toda la Salvación:
"Por Él, con Él, y en Él, han sido creadas todas las cosas. Todo fue hecho por Él, y con Él, todo subsiste
en Él" (1 Cor. 1, 15-17)
Es de suma importancia, que quien se acerca al estudio de la Biblia, tenga presente la relación que toda
la historia tiene con la venida y la enseñanza de Cristo. El mismo Jesús lo recuerda a los discípulos de
Emaús: "Y les explicó todo lo que de Él se hablaba en las Escrituras" (Lc. 24, 25-27).
Dios desde el principio ha querido la salvación de todos los hombres. Desgraciadamente el hombre
desde sus orígenes, rechazó esa amistad divina separándose así de Dios, enemistándose con sus
semejantes y trastornando su relación con la misma naturaleza. A pesar de esto Dios nunca abandonó a
la humanidad caída en el pecado.
Deseando la reagrupación de los hombres divididos por el pecado, Dios quiso formar un Pueblo y para
eso eligió a los patriarcas: Abraham, Isaac y Jacob. Ellos son los portadores de las promesas que se
harán realidad en un futuro: promesas de descendencia, de la tierra y de la bendición a todos los
pueblos. A través de los patriarcas, modelos de fe, esperanza y obediencia. Dios va preparándose un
pueblo.
Los descendientes de los patriarcas se establecieron en Egipto, allí sufrieron la opresión y la esclavitud.
Clamaron a su Dios y Él los liberó sacándolos de la esclavitud. Moisés fue el guía elegido por Yahvéh su
Dios para llevar a cabo esta empresa liberadora.
Salieron de la tierra y marcharon por el desierto, rebelándose contra el Dios que los había sacado de la
esclavitud. Dios los perdonó y les mostró su cuidado proveyéndolos de las cosas necesarias: el pan, el
agua, etc. en el desierto pactaron una Alianza con Yahvéh su Dios y así quedó constituido y formado el
Pueblo de Dios.
Al conquistar la tierra de Canaán bajo el mandato de Josué se establecieron allí. Hubo momentos de
gran fidelidad a Dios, pero poco a poco, no obstante las amonestaciones de los profetas, se fueron
separando de Yahvéh y olvidaron la alianza que habían pactado. Los poderosos explotaban a los
débiles; utilizaban el culto y las instituciones religiosas para tener seguridad y pretender sobornar al
Dios de la Alianza. Por eso Dios rechazó a su pueblo con la destrucción de los reinos de Israel y de
Judá. El exilio fue el castigo a la ruptura de la Alianza.
El castigo del exilio no es la última Palabra del Señor, sino que de nuevo les va a mostrar su
misericordia devolviéndolos a la tierra que habían perdido y dándoles la esperanza de una Nueva
Alianza que no fallaría como la anterior. El pueblo del exilio, ayudado por diversas personas, empieza a
reflexionar sobre su situación, reconoce su error y se convierte al Señor.
En este período surgen las grandes figuras de los profetas, como signo de la Alianza entre Dios y su
Pueblo. Los profetas son hombres extraordinarios, llamados por Dios a ser su voz entre el pueblo. Su
acción es especialmente recordar al pueblo la alianza que tienen con Dios, afianzar la esperanza en el
Mesías y en su Reino, en medio del olvido y la triste suerte de Israel.
Cuando llegó la plenitud de los tiempos, Dios envió a su Hijo nacido de mujer, nacido bajo la Ley. En
Jesús se cumplen todas las promesas del AT, en Él llega a su plenitud toda la Historia de la Salvación.
Con su presencia y manifestación, con sus palabras y obras, signos y milagros, sobre todo con su
muerte y gloriosa resurrección, con el envío del Espíritu de la verdad; instaura y hace presente el Reino
de Dios, nos revela la misericordia de Dios que es nuestro Padre, manifiesta y realiza la reagrupación de
los hombres dispersos y divididos por el pecado. Agrupa en torno a sí, discípulos y gente que lo sigue,
formando con ellos la comunidad, el nuevo Pueblo de Dios, abierto a judíos y gentiles. En su sangre
sella la Nueva y definitiva Alianza.
Instrucción: Realiza lectura de forma comprensiva y silenciosa. Luego, realiza las actividades.
Cuando somos sinceros, nos comunicamos con transparencia. No fingimos y llegamos al otro sin
corazas. Esta sinceridad se fortalece cuando estamos alineados en pensamientos, palabras y
acciones. En cambio, cuando nuestras palabras expresan un mensaje mientras nuestro cuerpo
está transmitiendo otro, estamos desalineados. Esto indica que nuestro diálogo interior no es
claro, ni fluido. Quizá ni siquiera nos planteamos esa conversación entre corazón y mente, entre
intuición y lógica.
Decirse la verdad a uno mismo es difícil. Según Epicuro, los tres pilares de una buena vida son la
cultura, la amistad y el diálogo basado en la palabra. Esta debe ser profunda y verdadera para que
todo tenga sentido y contenido. La dificultad radica en la falta de diálogo sincero con uno mismo.
Las causas que nos lo dificultan son varias:
"Hay voces internas que nos hablan: el miedo, el ego, la avaricia, los deseos, el pasado... ¿a qué decimos sí
y a qué decimos no?"
- Nos parece complicado mirar hacia nuestro interior. No se nos ha educado en ello. La sociedad
del consumo y del entretenimiento provoca estímulos que nos distraen, y nos olvidamos de
nosotros mismos. Es lo que buscan muchas personas, mirar hacia fuera antes que ordenarse por
dentro. Muchas caen en un consumismo fácil, que les arrastra además a una carga económica
adicional.
"La mayor parte de las personas occidentales son más testigos que ciudadanos que participan y
reaccionan", me dijo recientemente Federico Mayor Zaragoza. Si mantuviéramos un diálogo
sincero con nosotros mismos, adoptaríamos posturas más radicales, más transformadoras de la
realidad. Dejaríamos de ser espectadores para ser actores que inciden en el mundo y lo
transforman. Para ello, Gandhi ya nos dijo que "debemos ser el cambio que queremos ver en el
mundo". El cambio empieza en cada uno de nosotros y se basa en ser sinceros con lo que
queremos.
"El diálogo más difícil es el que debemos mantener con nosotros mismos" (Epicuro)
- Tememos ver nuestras sombras interiores, nuestros miedos y nuestra vulnerabilidad. Huimos
de ello viviendo hacia fuera. "No te entregues a tus miedos -dice el alquimista en la obra de Paulo
Coelho-; si lo haces, no podrás hablar con tu corazón".
- Nos preocupa excesivamente la opinión de los demás. Nos evaluamos basándonos en la visión
que el otro tiene de nosotros. Pero seríamos más felices y tendríamos una mejor autoestima si
nuestro sistema de autoevaluación se rigiera por nuestros valores, nuestra ética de la
responsabilidad y nuestro diálogo interior. Sin embargo, desde jóvenes aprendimos a depender
de la aprobación ajena. Cuando hacíamos algo correcto según su mirada, se nos consideraba
buenos. Y confundimos esa mirada de aprobación con amor. Pero cuando hacíamos algo erróneo
según su mirada, se nos etiquetaba de "malos" y se nos negaba esa ola de energía apreciativa. Así
aprendimos desde la infancia a creer en "ser bueno" o "ser malo" y creció en nosotros el
sentimiento de culpa, cuya esencia es el autorreproche moral. Aunque preferimos culparnos que
cambiar un patrón. Ser sinceros con nosotros mismos es ir a la raíz de lo que debemos arreglar.
La culpa nos avisa de ello. Si nos disponemos a verlo, a dialogar y a aclararlo, vamos bien
encaminados.
Ser sinceros con nosotros mismos implica escucharnos. Hay muchas voces internas que nos
hablan, como son la voz del miedo, del ego, de la avaricia y los deseos, del pasado, de la
autoestima, de los valores, de nuestros anhelos más profundos, además de las voces de las
personas que tienen relación con nosotros y que nos dan su opinión. Para tomar decisiones
adecuadas es necesario tener un buen discernimiento. ¿A qué decimos sí y a qué decimos no?
Necesitamos estar centrados. Eso se consigue meditando.
También nos ayuda a decidir el tener claros nuestros objetivos. Así podremos evaluar cuáles de
las oportunidades que se nos presentan nos acercan a lo esencial y cuáles nos alejan. Aunque en
nuestra conciencia sabemos que a veces deberíamos decir "no", decimos "sí" por miedo a
ofender, a parecer incapaces, por vergüenza, para evitar un enfrentamiento o incluso por
culpabilidad de no estar ahí para alguien. Entonces es un "sí" con sumisión, en el que nos dejamos
llevar por la inercia. Gandhi escribió: "Debemos negarnos a dejarnos llevar por la corriente. Un
Tanto si decimos "sí" o si decimos "no", cuando la decisión se basa en algún miedo, tendremos
que justificarla e internamente nos sentiremos inseguros porque nuestro corazón no está ahí.
Una decisión basada en el temor y con el objetivo de mantener una aparente seguridad,
paradójicamente, nos mantiene inseguros por dentro. No hemos sido sinceros con lo que
sentimos.
Se trata de aprender a decir "sí" o decir "no" con asertividad, con respeto hacia uno mismo y
hacia el otro. Decir "no" con asertividad y con energía positiva implica que lo hemos reflexionado,
que tenemos buenas razones para decir "no". Nuestro "no" surge de una energía positiva y no del
rechazo, ni del rencor. Sentimos empatía hacia la persona o situación. Pero le explicamos que no
es el momento y le ofrecemos alternativas.
"Nunca podrás escapar de tu corazón. Así es mejor escuchar lo que tiene que decirte"
(Paulo Coelho)
Estamos condicionados mentalmente a juzgar. Nuestro juez interior etiqueta a los demás y a
nosotros mismos. Entrar en un espacio de conversación sincera con uno mismo requiere manejar
a nuestro saboteador y juez interior que no acepta lo que es, que etiqueta precipitadamente y
reprime la voz de nuestra intuición, de nuestro corazón. Necesitamos un diálogo que nos permita
poner al crítico interior "en su sitio", que deje de reprimirnos y de obstaculizar nuestras
ilusiones. Para ello debemos escuchar la voz de nuestro corazón y atrevernos a seguirla. En la
reflexión silenciosa conectamos con lo que realmente queremos, y desde ahí iniciamos el diálogo
sincero.
Ser sincero con uno mismo es una liberación, ya que uno deja de intentar ser otra persona.
Dejamos de estar divididos entre dónde estamos y dónde nos gustaría estar, eliminamos la
tensión entre el aquí y el allí. Dejamos de compararnos continuamente con los demás. Nunca
podemos ser otro. Cuando queremos aparentar y vivir la vida como la vive otro, dejamos de estar
presentes y negamos nuestra excepcionalidad, belleza y valor como individuos. La sinceridad nos
conecta con ello estando presentes en nosotros mismos. Esta presencia facilita alinear la voz de
nuestra conciencia con lo que decimos y hacemos. Así, nuestras decisiones son coherentes con
nuestros valores.
Quererse a uno mismo significa ser honestos y comprometernos con nuestra vida.
Quererse a uno mismo significa atrevernos a ser quienes somos, abrazando nuestra
realidad aunque a veces no nos guste o no se acerque a lo que queremos que sea, porque
acogiéndola podemos atravesarla y trascenderla.
Amarse es atreverse a ser quienes somos despojándonos de las máscaras que nos
hemos colocado para agradar a los demás y conseguir su amor.
Amarse es aceptarse con lo que nos gusta más, con lo que nos gusta menos, con todas
nuestras capacidades y también con todas nuestras limitaciones.
Estamos en este mundo para ser nosotros, para crecer liberados de nuestros
condicionamientos y encontrar nuestro propio sentido, para alcanzar la realización de todo
nuestro potencial humano.
Así que sé como eres, déjate fluir para encontrarte con ese quien eres, ese ser auténtico y
maravilloso que vive dentro de ti repleto de posibilidades de ser y que solo puede expandirse
si lo acoges, lo aceptas y lo abrazas.
Olvídate de lo que crees que debes ser y solo sé tú mismo, arriésgate a sentir lo que
sientes, acepta y agradece tu vida. Limpia tus ojos de ayer y estrena una mirada nueva,
deja que resuene en tu interior con toda su fuerza: “Este soy yo y así está bien”.
Es en ese momento cuando uno comprende de verdad lo que significa quererse a uno
mismo.
Actividad 1. Responde todas estas preguntas. ¿Qué es al amor propio? ¿Por qué hay que amarse y
aceptarse tal cual? ¿Qué opinas de esto? ¿Qué crees que Dios piensa sobre esto? ¿Crees que el
amor propio se relaciona con la felicidad? ¿Por qué? ¿Qué aprendiste de las lecturas?
Desde la infancia y hasta la última etapa del ciclo vital, los amigos forman una parte esencial en el día a día de
las personas. Pese a las dificultades que puede entrañar, en algunos casos, depositar confianza en otros,
numerosos estudios han encontrado lo beneficioso que resulta formar este tipo de vínculo.
La amistad se refiere al vínculo estrecho que se forma entre dos personas o un grupo. Este tipo de relación
suele estar basado en la confianza, el afecto, la lealtad, la simpatía y el respeto que se depositan, de manera
recíproca, los miembros de la relación. La amistad es un componente fundamental en la vida que, además,
favorece la salud mental de las personas. Se trata, sin duda, de una de las relaciones afectivas más
significativas que se puede llegar a tener.
Los seres humanos somos seres sociales, desde que nacemos necesitamos el cuidado y el afecto de otros para
sobrevivir. A medida que crecemos vamos perteneciendo a diferentes grupos y eligiendo con quien queremos
pasar el tiempo libre. Poseer amigos fomenta el sentido de pertenencia a estos grupos, lo cual aporta un gran
valor emocional a la persona, ya que sentirnos integrados en nuestro entorno más próximo suele estar
directamente relacionado con un aumento de la autoestima y la motivación.
Además, poder confiar en tus amigos, contándole aquella información íntima y privada que deseas compartir
con ellos, en la mayoría de los casos, contribuye a un alivio del estrés. Sentirse escuchado, comprendido y/o
querido suele ser un buen “calmante” para el “dolor emocional”. De modo inverso, percibir que la otra parte
de la relación comparte contigo sus intimidades, preocupaciones, logros, emociones, etc, te puede hacer
sentir valorado, y también querido, lo que se relaciona con una mejora del autoconcepto de la persona que
escucha. Cabe mencionar en este apartado que este beneficio ocurre en aquellas relaciones de amistad
funcionales, es decir, en las que cada uno, además de este vínculo, tiene su espacio y no siente dependencia
por la otra persona.
Poder depositar confianza en un amigo, ayuda también a superar aquellas situaciones más complicadas que
pueda estar viviendo una persona como puede ser un duelo, una ruptura, la pérdida de trabajo, etc. Resulta
terapéutico poder compartir los momentos difíciles con alguien que te apoya y te anima, conectando a un nivel
más profundo.
Los amigos pueden ayudarte a cambiar hábitos de vida perjudiciales para tu salud. Existen algunos estudios
que demuestran que, en muchos casos, son los amigos los que motivan al cambio ante hábitos de vida poco
saludable como, por ejemplo, dejar de beber, dejar de fumar, hacer más ejercicio físico… Un amigo que se
preocupa por el estado de salud de la otra persona puede favorecer una toma de conciencia con este problema
en aquel que lo sufre, ya que en ocasiones puede resultar complicado darse cuenta por uno mismo. Asimismo,
también sirve como fuente de motivación iniciar un plan de acción juntos, por ejemplo, salir a hacer ejercicio
físico.
Cierto es también que la influencia que puede ejercer un amigo puede llegar a ser tan grande que, en
ocasiones, de modo inverso al anteriormente mencionado, 6puede influenciar negativamente e incitar a hacer
conductas que uno no quiere. Esto ocurre principalmente en la adolescencia, aunque también en la infancia, y
en menor medida en la adultez y senectud.
Volviendo al plano positivo, el sentimiento de aceptación incondicional resulta generador de bienestar. Esto se
refiere a poder sentir que eres tú mismo en tu máxima esencia, sin ocultar ninguna característica de tu
personalidad que consideres que puede no gustar. Algunos estudios sostienen que un lazo afectivo de
amistad potente, facilita que la otra persona exprese todo aquello que siente tanto a nivel cognitivo como
emocional, dificultad que a veces existe en el momento de expresar ciertas emociones y pensamientos en una
relación de pareja o, incluso, familiar.
Las amistades son importantes en todas y cada una de las etapas de la vida, desde la infancia hasta la
senectud.
De todos es sabido que los niños, desde muy pequeños, comienzan a forjar los cimientos de la amistad: en la
guardería, en el parque, en la comunidad en la que viven, etc… compartiendo experiencias, momentos, e
incluso sus juguetes, los más pequeños van entendiendo los fundamentos de este vínculo esencial en la vida.
Mencionar en este apartado la importancia de que sean los propios niños los que elijan a sus amigos y
aprendan a vincular. En algunas ocasiones puede verse como los padres y otros cuidadores “eligen” a los
amigos de sus hijos ya sea porque consideren que pueden ser “una buena influencia”, o porque sean hijos de
amigos de los padres, o bien simplemente por afinidad con algunos niños. Sin embargo, es fundamental que el
propio niño pueda tener su espacio y que sea él quien decida con quien quiere jugar. No obstante, sí resulta
esencial poder detectar las situaciones en las que el niño está sufriendo debido a determinadas relaciones. Por
ejemplo, esto puede ocurrir en situaciones de acoso escolar en cuyo caso es necesaria la participación de los
padres y otros cuidadores para erradicar esta situación.
En la adolescencia, las relaciones con los amigos cobran mucha significación, se forman vínculos muy
intensos. En determinadas ocasiones, esta etapa puede resultar complicada, se experimentan cambios
hormonales, conflictos con las principales figuras de apego, se alcanza el pensamiento operacional formal
(nivel abstracto del pensamiento) y, además, surgen las primeras relaciones amorosas. Con todos estos
cambios biológicos, cognitivos, emocionales y sociales que experimenta una persona durante su vida
adolescente, adquiere una notable relevancia contar con amigos que sirvan de apoyo. Como escribió Jane
Austen en 1798 en el libro “La abadía de Northanger”: la amistad es el mejor bálsamo para las heridas que
produce en el alma un amor no correspondido.
En las otras etapas de la vida, es igualmente importante establecer y mantener vínculos amistosos por todos
los beneficios señalados anteriormente. Si bien es cierto que se construyen nuevas amistades a lo largo de toda
la experiencia vital, resulta más complicado a medida que la persona va superando etapas, por dos factores
esencialmente: porque existe una menor disponibilidad de tiempo libre, y porque con el paso del tiempo las
personas se vuelven “más selectivas” a la hora de vincular.
Hacer amigos en la sociedad actual
Además de las dificultades que se acaban de citar, cabe mencionar los obstáculos con los que nos podemos
encontrar dado el tipo de sociedad en la que vivimos. Dichos obstáculos afectan a la hora de hacer amigos en
cualquier etapa de la vida. Gracias al desarrollo de algunas aplicaciones webs resulta muy sencillo hablar con
los que están más lejos, eliminándose ciertas barreras comunicativas con aquellos que están más lejos pero
apareciendo otras en el momento de vincular con los que están más cerca de nosotros.
Según el sociólogo Zygmunt Bauman: En la modernidad líquida todo es inestable: el amor, el trabajo, la política
y la amistad. El concepto “modernidad líquida” hace referencia al estado cambiante, volátil e inconstante de la
sociedad actual, es decir, experimentamos muchos cambios en muy poco tiempo. En lo que a vínculos
amistosos se refiere, puede resultar muy sencillo tener muchos “amigos” en redes sociales como Facebook o
“seguidores” en otro tipo de redes como Instagram, sin embargo, a través de estos medios de comunicación
difícilmente se puede hacer llegar la “calidez humana”, difícilmente se puede llegar a establecer un vínculo
real.
Por todos los beneficios mencionados y a modo de conclusión, resulta primordial destacar la importancia de
formar relaciones de amistad que sean calidad y poder disfrutar de ellas pese a las dificultades que puedan
surgir en la camino. Establecer y mantener este tipo de vínculos afectivos puede resultar uno de los
mejores garantes de la felicidad y el bienestar.
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ACTIVIDAD.
5. “No busques un amigo sin defecto, podrías morirte sin encontrar la amistad”
LECTURA 2
Hoy día nuestra sociedad valora muy poco la vida humana. Los crímenes violentos y los asesinatos están
rampantes en Puerto Rico y todo el mundo. Hace 50 años, una fracción de nuestra población era identificada
con los crímenes violentos. A medida que han pasado los años, esa fracción aumenta, lo cual indica un patrón
preocupante. Se han visto cambios de leyes y programas establecidos para tratar de lidiar con ese aumento,
pero las leyes no cambian la tendencia que el ser humano tiene a pecar. Más prisiones y cárceles no son la
respuesta adecuada. La política no puede resolver lo que básicamente es un problema moral y espiritual.
En Mateo 15:18-20 Jesús nos hace claro esto: “Pero lo que sale de la boca, del corazón sale; y esto contamina
al hombre, porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones,
los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias. Estas cosas son las que contaminan al hombre; pero el comer
con las manos sin lavar no contamina al hombre.”
Sin Jesús, ¡no tenemos esperanzas! ¡El crimen no se puede arrasar! ¡Solo el evangelio nos puede salvar (Rom.
1:16); y solo a través de Cristo podemos caminar en nueva vida! (Rom. 6:4; Gal. 2:20)
La Biblia siempre enseña lo sagrado que es la vida humana, a lo contrario de los valores reflejados en nuestra
sociedad. Por eso tenemos el sexto mandamiento. El valor sagrado de la vida humana está basado en el hecho
de que el hombre fue creado a imagen y semejanza de Dios. Génesis 1:26-27 dice, “Entonces dijo Dios:
«Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y tenga potestad sobre los peces del
mar, las aves de los cielos y las bestias, sobre toda la tierra y sobre todo animal que se arrastra sobre la tierra».
Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.”
Todo lo que dice la Biblia sobre el valor y la dignidad humana está basado en la Creación. Los seres humanos
no son resultados accidentales o eventos naturales sin propósito. ¡Tienen valor! ¿Por qué? Porque hemos sido
llamados a ser en imagen y Gloria del mismo Creador. Génesis 9:6 dice, “El que derrame la sangre de un
hombre, por otro hombre su sangre será derramada, porque a imagen de Dios es hecho el hombre.”
La enseñanza de Dios es clara: El que muestra irreverencia hacia Dios al derramar sangre inocente pagara con
su propia vida. ¡Asesinar es opuesto a Dios! ¡Dios es vida! “Porque en él vivimos, nos movemos...” (Hechos
17:28)
Jesús enseña sobre la importancia de la vida humana en Mateo 16:26 cuando dijo, “¿De qué le servirá al
hombre ganar todo el mundo, si pierde su alma? ¿O qué dará el hombre a cambio de su alma?” ¡El alma es
nuestro elemento más importante y no lo debemos cambiar por nada en este mundo! ¡Las riquezas de este
mundo no tienen valor ninguno; pero el alma es de valor eterno! ¡Tu valor sobrepasa todo en este mundo!
2 Escoge uno de los versículos del texto y analiza lo que dice de acuerdo a tu percepción