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FRACTURAS INFANTILES
CONCEPTOS Y PRINCIPIOS
Julio de Pablos
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Reservados todos los derechos. Ni la totalidad ni parte de este libro pueden reproducirse
o transmitirse por ningún procedimiento electrónico o mecánico, incluyendo fotocopias,
grabación magnética o cualquier almacenamiento de información y sistema de recupera-
ción, sin el previo permiso escrito del autor.
ISBN: 84-96050-12-2
Depósito Legal: As-2453-05
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Al Profesor
D. José Cañadell Carafí,
maestro de tantos.
J. P.
A mi padre
José María
P. G. H.
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EDITORES
Julio de Pablos
El tema que nos ocupa en esta monografía constituye, sin duda, el «grue-
so» de la casuística la patología osteo-articular infantil y probablemente es el
área que más interés suscita a los cirujanos ortopédicos infantiles.
De hecho, la frecuencia de accidentes infantiles es preocupantemente ele-
vada y no tiene visos de mejorar a corto plazo. Desgraciadamente los conflic-
tos bélicos, los accidentes de tráfico y la participación de los niños en depor-
tes de riesgo con exigencia cada vez mayor en su preparación hace que la
incidencia de las fracturas y otras lesiones infantiles siga creciendo.
Pero no solo es la elevada frecuencia el factor responsable del alto interés
que mencionamos. Las fracturas infantiles tienen sus propias características
morfológicas y fisiopatológicas que determinan su peculiaridad en la historia
natural y la necesidad de tratamientos específicos no extrapolables de los
conocimientos que tenemos sobre las más numerosas fracturas en los adultos.
Ésta, llamemos, exclusividad de las fracturas infantiles, más que su frecuencia,
es lo que realmente ha fascinado a los ortopedas infantiles desde antaño y
sobre lo que ahora tratamos de verter alguna luz más con este trabajo.
Pensamos que el elenco de autores que han dedicado su esfuerzo desinte-
resadamente a cada capítulo, es el mejor al que podíamos nunca haber aspira-
do, lo cual es motivo de profunda gratitud por nuestra parte.
Prefacio a la 1.ª Edición
Esperamos que el lector encuentre en este libro respuestas a al menos algu-
na de las múltiples dudas que le surgirán en su futura andadura profesional,
sobre las fracturas infantiles.
Dr. Julio de Pablos
Dr. Pedro González Herranz
Pamplona/Madrid, Octubre 1999
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TIEMPOS DE CAMBIO
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NUESTRA COMUNIDAD
Prevención
Hoy se está cambiando el concepto de accidente (algo que ocurre impre-
visiblemente) por el de trauma previsible. La mitad de las muertes infantiles
son debidas a traumatismos. Aunque es un gran problema, no atrae las apor-
taciones económicas que tienen el cáncer o la distrofia muscular.
Obviamente la mayoría de las fracturas infantiles no necesitan de un pro-
grama de prevención (el 50% de niños y 25% de niñas tienen al menos una
fractura en su vida y la mayoría curan perfectamente). Las lesiones que pue-
den producir secuelas permanentes son las que necesitan programas de pre-
Prólogo a la 1.ª Edición
vención.
Entre estas lesiones destacan: lesiones por máquinas segadoras de césped,
ataques de perros de presa, lesiones por maquinaria agrícola, lesiones por
coches yendo marcha atrás, lesiones por hélices de embarcaciones y lesiones
montando en bicicleta.
Plan regional
El cuidado de la comunidad incluye la organización de un plan regional
de accidentes para politraumatismos y lesiones complejas. Los centros de
Trauma reducen la morbilidad y mortalidad de estas lesiones y la educación
debe ser parte del plan regional.Todo esto debe ayudar a los médicos a deci-
dir si cambiar a métodos de tratamiento más nuevos o referir los casos antes
que perseverar en métodos ya obsoletos.
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Estudios clínicos
Tenemos la necesidad de saber cual es el mejor tratamiento para los
pacientes. Un camino es la realización de estudios randomizados y prospecti-
vos. Esto parece fácil pero no suele contar con el apoyo de los padres. Si
excluimos a muchos pacientes, el estudio puede alargarse de manera que los
métodos que se comparan pueden acabar siendo superados por otros más
nuevos. Los pacientes necesitan seguimientos más largos de lo habitual por lo
que debemos considerar factores económicos y sociales relacionados con el
tratamiento. Esto conlleva becas de investigación ya que no es fácil convertir
la investigación en parte del trabajo diario.
El establecimiento de un banco de datos traumatológico puede ayudar a
valorar el tratamiento.A este respecto las discrepancias en las clasificaciones de
las fracturas han dificultado los esfuerzos en esta dirección. Por el momento
ya tenemos un sistema de valoración de la severidad lesional y se están desa-
rrollando métodos de evaluación de la incapacidad física. Para ser útiles, todos
estos métodos necesitan una validación. Los costes económicos y sociales
necesitan un índice. Los estudios clínicos multicéntricos están todavía en su
infancia.
Cuando pensamos en optimizar el tratamiento, pensamos en inventar un
clavo o placa mejores pero la realidad es que hacer buen uso de los métodos
ya existentes también ayuda.
fácil pero la lucha contra las minas terrestres, la reducción en la actividad béli-
ca y la mejoría en el apoyo económico al Tercer Mundo podría ayudar a
mejorar el problema.
Las fracturas infantiles son una fuente de interés en cambio permanente.
Mercer Rang
The Hospital for Sick Children
Toronto, Ontario
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Agradecimientos
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Autores
R. Aldegheri A. Catterall
Clínica Ortopédica Università di Verona. Royal National Orthopaedic Hospital.
Verona, Italia. Londres, Reino Unido.
C. Alfaro P. Cervera
Radiología. Hospital de Navarra. Hospital General Universitario Gregorio
Pamplona. Marañón. Madrid.
J. Alfaro C. de la Fuente
Clínica San Miguel. Hospital Teresa Herrera.
Pamplona. La Coruña.
S. Amaya J. de Pablos
Hospital Ramón y Cajal. Hospital San Juan de Dios, Hospital de Navarra.
Madrid. Pamplona.
T. Arzoz A. Diméglio
Rehabilitación. Hospital Nacional de Parapléjicos. Hôpital Lapeyronie.
Toledo. Montpellier, Francia.
J. H. Beaty A. Ey
Clínica Campbell. Hospital Sant Joan de Déu.
Memphis, EE.UU. Esplugues, Barcelona.
A. Berizzi D. Farrington
Clínica Ortopédica Università di Verona. Hospital San Juan de Dios del Aljarafe.
Verona, Italia. Sevilla.
J. Burgos G. Finidori
Hospital Ramón y Cajal. Hôpital des Enfants-Malades.
Madrid. París, Francia.
R. Capdevila J. Gascó
Autores
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E. Hevia C. L. Stanitski
La Fraternidad Universidad de Carolina del Sur.
Madrid. Charleston, EE.UU.
J. A. López-Mondéjar N. Ventura
Hospital Son Llàtzer. Hospital Universitario Sant Joan de Déu.
Palma de Mallorca. Esplugues. Barcelona.
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Índice
Introducción
J. de Pablos
PARTE I GENERAL
1. Rasgos especiales de las fracturas infantiles: los niños no son
adultos pequeños ………………………………………………………………………………31
M. Rang
2. Epidemiología de las fracturas infantiles ……………………………………………………35
A. Diméglio
3. Diagnóstico por imagen en traumatología infantil …………………………………………45
C. Alfaro
4. Tendencias actuales en el manejo de las fracturas infantiles ………………………………55
K. E. Wilkins
5. Principios generales del tratamiento de las fracturas infantiles………………………………65
S. Amaya
6. Métodos de osteosíntesis en las fracturas infantiles …………………………………………81
J.Ph. Cahuzac
7. Remodelación e hipercrecimiento en las fracturas infantiles ………………………………87
J. Gascó, J. de Pablos
8. Fracturas fisarias ………………………………………………………………………………97
R.B. Salter
9. Secuelas de las fracturas fisarias ………………………………………………………………115
J. de Pablos
10. Síndrome del niño maltratado ………………………………………………………………129
J.C. Pouliquen, Ch. Glorion, Ph. Henman, G. Finidori
11. Fracturas obstétricas …………………………………………………………………………139
F. Haces, M. Martínez
12. Fracturas ocultas ………………………………………………………………………………149
C.F. Moseley
13. Fracturas patológicas …………………………………………………………………………155
A. Catterall
14. Fracturas abiertas …………………………………………………………………………163
F. García Güemes
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PARTE V RODILLA
24. Fracturas extra-articulares de la rodilla ……………………………………………………359
J. de Pablos, K. E. Wilkins, J. Rapariz
25. Secuelas de las fracturas fisarias de la rodilla ………………………………………………375
R. Aldegheri, A. Berizzi
26. Fracturas y luxaciones de rótula ………………………………………………………………387
J. Ph. Cahuzac
27. Lesiones meniscales, ligamentosas y osteocondrales de rodilla …………………………397
J. de Pablos, C. L. Stanitski, J. Alfaro
28. Fracturas de la tuberosidad tibial …………………………………………………………421
J. H. Beaty
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Introducción
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Hospital San Juan de Dios y Hospital de Navarra, Pamplona.
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J. de Pablos
a b c d
Figura 1. a) Fractura fisaria distal femoral (Salter-Harris tipo III). b) Fractura en «tallo verde» de tibia y peroné distales.
c) Incurvación postraumática del peroné, en este caso asociada a fractura completa de diáfisis tibial con un tercer frag-
mento en «ala de mariposa». d) Fractura en rodete de metáfisis distal radial (flechas).
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Introducción
Rapidez de consolidación
La capacidad de regeneración tisular en
el organismo guarda una relación inversa a
la edad del individuo y, por tanto, la conso-
lidación es más rápida cuanto más joven es
Figura 2. Fractura de cúbito proximal y radio distal en el
el niño (Fig. 2). La aparente ventaja que esto contexto de una niña maltratada de 6 meses de edad. A
representa (tiempo de inmovilización más los 12 días de la fractura el callo de consolidación es ya
claramente visible en el cúbito proximal (flechas sim-
corto), en ocasiones constituye un inconve-
ples), así como una clara reacción perióstica en la frac-
niente, ya que nos deja poco tiempo para tura en rodete radial distal (flecha de bloque).
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J. de Pablos
mucha menor medida, de las superiores tos tras la fractura, pero también, en algunos
experimentan frecuentemente un estímulo casos, puede ser asimétrico produciéndose
del crecimiento longitudinal del segmento deformidades angulares.
fracturado. Este estímulo se produce habi-
tualmente en los primeros 18-24 meses Remodelación
post-fractura, estabilizándose después. Este fenómeno es, junto con el siguien-
Aunque este estímulo se da también en te que veremos (la deformidad progresiva)
fracturas tratadas conservadoramente, o la, quizá, más sorprendente y llamativa de
incluso sin tratar, los hipercrecimientos más las reacciones del hueso infantil ante la frac-
notables se aprecian tras tratamientos qui- tura. En relación, sobre todo con la edad (a
rúrgicos de la fractura y, sobre todo los más más joven, mayor y mejor remodelación) y
invasivos del foco (placas, clavos endome- con el grado de malunión o consolidación
dulares...) (Fig. 3). El hipercrecimiento viciosa, las fracturas infantiles experimentan
suele ser simétrico, por lo que produce sólo un proceso de remodelación de mayor o
dismetrías o compensación de acortamien- menor importancia tras la consolidación
(Fig. 4).
Este hecho, junto con la rápida consoli-
dación que se observa habitualmente en las
fracturas a estas edades, ha condicionado en
gran medida que, a diferencia de en los
adultos, en los niños se hayan empleado clá-
sicamente tratamientos conservadores en la
gran mayoría de las fracturas y quirúrgicos
en una mínima proporción. En cualquier
caso la remodelación no es un fenómeno
que se dé siempre y, mucho menos, de
manera completa, por lo que nuestra reco-
mendación es tratar de conseguir, siempre
que sea posible, la reducción anatómica de
8+1 8+11 26+3 los fragmentos fracturarios.
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Introducción
5+3 5+4
6
9+2
23+2
Figura 4. Remodelación de una grave fractura tibial izquierda abierta y conminuta en una niña de 5 años y 3 meses
de edad. A los 4 años de la fractura la remodelación es casi completa y 18 años tras la fractura apenas sí se aprecian
rastros de la lesión sufrida.
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J. de Pablos
a b c
Figura 5. a) Fractura fisaria abierta femoral distal izquierda en niño de 6 años de edad. b) 5 años después se apre-
cia un cierre prematuro de la fisis que condiciona un acortamiento de 8 cm. del fémur izquierdo. c) Imagen clínica
del paciente en ese momento.
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•••
PARTE I
GENERAL
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El tipo de lesiones osteoarticulares que cies articulares, por lo que las fracturas arti-
sufren los niños es diferente al de los adul- culares son poco frecuentes. Hay lesiones
tos debido a varios factores entre los que fisarias. Éstas son parciales (Salter y Harris
destacan su comportamiento y la familia, así III y fracturas triplanas) cuando la fisis está
como su especial anatomía y fisiología. ya parcialmente cerrada. Las lesiones liga-
Comportamiento. La mayoría de las lesio- mentosas y luxaciones aisladas son poco
nes ocurren durante el juego o por caídas frecuentes, porque las fisis fallan antes.
durante el día. De hecho, alrededor del 50% Algunas fracturas de antebrazo parecen
de los niños y 25% de las niñas sufren al ocurrir más frecuentemente en épocas de
menos una fractura durante el crecimiento. crecimiento rápido.
Los niños no se accidentan en el trabajo ni Las fracturas de cadera y raquis son
tratan de rentabilizar sus lesiones. No se infrecuentes. De hecho hay 100 fracturas de
emborrachan ni llegan a casa a mediano- cadera de adulto por cada una en niños.
che. Hay otros tipos de fractura en adultos que
Familia. La familia, generalmente, cuida son raros de ver en niños (semi-lunar, esca-
a los niños, incluso estando en una espica foides, platillos tibiales, etc.). Las lesiones
de yeso. La familia necesita información meniscales son mucho más frecuentes en
(explicaciones) y sufre ansiedad a menudo. adultos.
En raras ocasiones la familia (o el/la cuida- Con respecto a clasificación, las fracturas
dor/a) es la causante de las lesiones (niño infantiles no encajan en la clasificación AO.
maltratado).
Anatomía y fisiología. Los niños tienen un RASGOS ESPECIALES QUE INFLUYEN EN EL
hueso poroso y flexible, lo que facilita la TRATAMIENTO
producción de fracturas en rodete y en tallo • El grueso periostio de los niños con
verde. Los cartílagos de crecimiento (fisis) frecuencia ayuda a mantener la reduc-
son «gomosos» y almohadillan las superfi- ción.
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M. Rang
• Los niños toleran bien yesos y traccio- • Las agujas de Kirschner lisas y los cla-
nes sin ocasionar rigidez articular. Los vos elásticos flexibles son populares, ya
problemas de desuso (algodistrofias) en que con ellos, al contrario que con
los niños son raros después de retirar clavos rígidos, se pueden evitar las
los yesos. Por estos motivos la fisiote- fisis.
rapia se precisa sólo en raras ocasiones. • En niños, la artroplastia de cadera no
• La mayoría de las fracturas curan más se considera una opción.
rápido que en los adultos (esto signi- • Los trastornos de crecimiento son una
fica menos tiempo con yeso).También secuela no frecuente, pero los niños
significa que el doctor tiene menos en peligro de que esto se produzca
tiempo para conseguir sus objetivos: (fracturas fisarias de riesgo) deben ser
dos semanas después de la fractura es seguidos a largo plazo.
ya difícil restablecer la longitud y
forma del hueso en caso de mala EL FUTURO
reducción. Los objetivos de ahora en adelante
• Con frecuencia pequeños defectos de deberían incluir:
reducción se dejan sin tratar, por la Diseño de mejor material. De hecho hay
capacidad del hueso infantil para cada vez más diferencias de diseño en el
remodelarse. material de fijación de niños y adultos.
• Se puede esperar una buena remode- Mejorar el sistema de clasificación. Esto
lación en fracturas cercanas a fisis fér- permitirá conseguir mayores series multi-
tiles y si la deformidad está en el plano céntricas de manera que podamos afinar al
del movimiento articular. Fracturas máximo en la elección del tratamiento.
consolidadas en varo-valgo remodelan También sería interesante diseñar ensayos
peor. randomizados para comparar diferentes
• Las no-uniones (pseudoartrosis) son métodos de tratamiento.
raras. Prevención de las lesiones. En Canadá el
• Todas estas características nos llevan a clima influye claramente en la frecuencia y
concluir que la reducción abierta y tipo de las lesiones que vemos, ilustrando la
fijación interna (RAFI) está, en gene- importancia del entorno. La base de la pre-
ral, menos indicada en los niños que vención está en identificar las causas de las
en los adultos. lesiones y controlar las situaciones de ries-
• Los implantes que se utilizan para fija- go. Por ejemplo, se ha mejorado radical-
ción de fracturas no tienen por qué mente el diseño de los lugares de recreo
ser implantes de adulto a escala redu- infantil (las atracciones tienen menor altura
cida. En muchas ocasiones los implan- y mejores sistemas de amortiguación para
tes son totalmente diferentes a los del las caídas). Otros frentes en esta labor inclu-
adulto. yen: legislación sobre cinturones de seguri-
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CAPÍTULO 1: Rasgos especiales de las fracturas infantiles: los niños no son adultos pequeños
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A. Diméglio
Hospital Lapeyronie, Montpellier, Francia.
2 «La prevención es
una lucha diaria»
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A. Diméglio
Figura 2. Distribución de las fracturas entre miembro Figura 3. Localización de la lesión según el tipo de acci-
superior e inferior dente.
Figura 4. Distribución de 6.000 fracturas según localiza- Figura 5. Distribución de las fracturas en función de la
ción anatómica. actividad de los niños.
que las del miembro inferior (Figs. 2 y 3). EPIDEMIOLOGÍA DE LAS FRACTURAS
Las fracturas del antebrazo y mano repre- Los accidentes domésticos, deportivos,
sentan el 50% de todas las fracturas (Fig. 4). de ocio, y de tráfico son los más frecuentes.
En cada hueso, las fracturas distales son más Por orden de frecuencia: actividades
frecuentes que las proximales. El lado deportivas 31%, actividades al aire libre
izquierdo y derecho están afectados de una 25%, accidentes domésticos 19%, accidentes
forma casi idéntica, 49% y 51% respectiva- escolares 13% y accidentes en la vía pública
mente, a pesar de que alrededor del 90% de 12% (Fig. 5).
los niños son diestros. Una de cada dos frac- Las fracturas ocurren sobre todo des-
turas tiene trazo transversal. pués del mediodía, a las 17-18 horas, y su
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frecuencia aumenta entre los meses de El 80% de las fracturas ocurren después
mayo y octubre; el cambio de horario en de los 6 años.
verano se acompaña de un incremento de
las fracturas. Topografía
A este respecto se deben diferenciar tres
Edad tipos de fracturas.
Se distinguen cuatro períodos (Fig. 6). Las fracturas metafisarias representan el
Antes de los 6 años se agrupan el 18% 45% del total de las fracturas y ocurren,
de todas las fracturas. Entonces los acciden- sobre todo entre los 0 y los 11 años.
tes domésticos y las caídas constituyen las Las fracturas diafisarias representan el
causas más frecuentes. 36% de todas las fracturas, son frecuentes
Antes de los 2 años se agrupan el 5% de después de los 11 años, siendo el 75% des-
las fracturas, siendo las fracturas del antebra- plazadas y la mayoría de trazo transversal.
zo y la pierna las más frecuentes. Entre los Las fracturas fisarias presentan una inci-
2 y los 6 años, las fracturas del antebrazo y dencia variable, entre el 15-30%, y la media
del codo son las más habituales. es del 19%. La fractura Salter tipo I repre-
Entre los 6 y los 11 años se agrupan el senta el 25%, la tipo II el 48%, y los tipos III
42% de todas las fracturas. Entonces las y IV el 8% y 18% respectivamente. Es decir,
fracturas más habituales son las de antebra- el 73% son fracturas tipo I y II de Salter.
zo y codo y los accidentes más frecuentes Las fracturas fisarias aumentan con la
son en la escuela y al aire libre. edad y predominan a nivel del miembro
Después de los 11 años las fracturas más superior; la extremidad inferior del radio
frecuentes son las del antebrazo y pierna supone el 19%, la mano el 21% y la extre-
(Fig.7). midad inferior del humero el 13%.
Figura 6. Distribución de las fracturas en función de la Figura 7. Localización predominante de las fracturas
edad del niño. según la edad del niño.
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A. Diméglio
la clasificación de Salter y Harris: un 20% 26,7% de todas las fracturas antes de los 3
son inclasificables. La clasificación de Salter años y el 21,6% de todas las fracturas entre
y Harris es imprevisible y, no valora la los 4 y 7 años. La fractura distal del radio es
lesión de la placa de crecimiento. Las afec- más frecuente entre los 6 y 11 años (24,3%)
taciones de la placa de crecimiento a nivel y entre los 12 y 16 años (26,7% de todas las
de la rodilla tienen un mal pronóstico. fracturas).
El pico de máxima frecuencia de las Las fracturas abiertas presentan una inci-
fracturas fisarias se sitúa alrededor de los 12 dencia del 2%; las fracturas fisarias solamen-
años en el niño y de los 11 años en niñas. te el 3,4% que constituye una incidencia
El 28% de las fracturas fisarias afectan al relativamente baja en esta serie, con dos
radio y el 30% a los pies y manos. articulaciones particularmente vulnerables:
La fractura Salter tipo I se presenta en el la extremidad inferior del radio (41%) y la
8,5%, la tipo II 73%, tipo III 6,5%, tipo IV extremidad inferior de la tibia (15%).
12%. Solamente pudo identificarse un caso El 40% de las fracturas se tratan median-
de tipo V. te una reducción ortopédica simple sin
El 69% de las fracturas no precisan anestesia, el 21% mediante reducción sim-
reducción alguna y la tasa de complicacio- ple con anestesia, el 16,4% con reducción a
nes es del 0,6%. cielo cerrado asociando agujas percutáneas
Las fracturas fisarias del radio suelen ser y un 22% precisan reducción abierta.
Salter tipo II, y el 73% serán tratadas orto- A lo largo de 10 años, el perfil epide-
pédicamente. Las fracturas tipos III y IV de miológico no se ha modificado, aunque los
Salter justifican, en general, una reducción a tratamientos han evolucionado. La síntesis
cielo abierto. percutánea de las fracturas supracondíleas
ha pasado del 4,3% al 40%, el enclavija-
LA EXPERIENCIA CHINA miento de las fracturas diafisarias del radio
Cheng presenta una experiencia de del 1,8% al 22%. El tratamiento a cielo
6.493 fracturas infantiles. La relación abierto de las fracturas va paulatinamente
niño/niña evoluciona con la edad.Afecta al disminuyendo.
58% de los varones en el grupo de edad de El 36,5% requieren menos de un día de
entre 0 y 3 años y al 83% en el grupo de hospitalización, mientras que este porcenta-
edad de entre los 12 y 16 años. je era solamente del 10% en 1985.
De todas las fracturas, la fractura distal La incidencia de las fracturas realmente
del radio es la más frecuente, (20,2%), le no se ha modificado: está alrededor del 45
sigue la fractura supracondílea del codo por 10.000 niños global y de un 36 por
(17,9%), la fractura de los dos huesos del 10.000 entre los 0 y 3 años, 63 por 10.000
antebrazo (14,9%), y la fractura de la tibia entre los 4 y 7 años, 60 por 10.000 entre los
(11,9%). La fractura supracondílea es más 8 y 11 años y 58 por 10.000 entre los 11 y
frecuente antes de los 9 años y representa el 16 años.
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La fractura supracondílea parece mucho turados entre los 6 y 9 años. La tasa media
más frecuente en los países asiáticos, la de fracturas de fémur es del 15‰, aumen-
segunda en frecuencia, pudiendo ser debida tando esta tasa notablemente cuando el
a la hiperlaxitud de los niños. poder adquisitivo de la familia es menor de
1.000 dólares, y puede ser del 34,5‰ en los
LA EXPERIENCIA NORTEAMERICANA sectores más desfavorecidos. En los sectores
Hinton y cols. publicaron un trabajo más ricos es del 4,1‰. Este trabajo epide-
epidemiológico acerca de las fracturas del miológico demuestra cómo factores cultu-
fémur en el niño: 1.485 fracturas fueron rales, étnicos, geográficos, económicos influ-
objeto de un análisis étnico, sociológico y yen en la frecuencia de las fracturas.
económico. Los niños presentaron una inci- Bayley estudia las fracturas de la extre-
dencia superior a las niñas, la raza negra se midad inferior del radio. El pico de inci-
mostró más expuesta que la blanca con dencia es prácticamente superponible al
independencia del sexo. La caída fue la causa pico puberal en las niñas, entre los 11,5-
principal antes de los 6 años, los atropellos 12,5 años, y el de los niños, entre los 13,5-
entre los 6 y 9 años y los accidentes de moto 14,5 años. Esta concordancia no se puede
o automóvil durante la adolescencia. Hubo explicar por un incremento en las activida-
dos períodos con fracturas de fémur más des, sino más bien en relación con una
frecuentes: en la primera infancia y durante mayor vulnerabilidad de la placa de creci-
la adolescencia. Paradójicamente entre los miento durante el brote puberal.
10 y 13 años, momento en el que se pre- Farnsworth y cols. analizan la especifici-
senta la más alta incidencia de fracturas, la dad etiológica de las fracturas supracondíle-
incidencia de fracturas de fémur es relativa- as en San Diego. Las niñas están más fre-
mente baja. cuentemente afectadas que los niños. El
Antes de los 2 años de edad, el 14% de miembro no dominante se afecta más que el
las fracturas eran causadas por malos tratos, dominante. La caída banal de una altura
aunque muchas de las fracturas tratadas en representa el 70% de las fracturas. Los niños
urgencias fueron debidas a caídas secunda- menores de 3 años fácilmente caen de una
rias a negligencias familiares. cama o una mesa. Los mayores de 4 años son
Durante la adolescencia, las fracturas por víctimas de caídas durante la práctica de
arma de fuego constituyen una originalidad actividades al aire libre en columpios, tobo-
epidemiológica de la población norteameri- ganes, etc. que son causas frecuentes de estos
cana. Las malas condiciones económicas son accidentes.
responsables de una frecuencia tan elevada
de fracturas de fémur: barrios pobres, haci- LA EXPERIENCIA SUIZA
namiento, madres de familias solas responsa- Kaelin y cols. han estudiado 100 fractu-
bles de la familia. Esta característica es, sobre ras femorales de niños durante un período
todo, muy clara en el grupo de niños frac- de 3,5 años. La frecuencia de las fracturas de
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fémur tratadas en el Hospital Cantonal de casos de 755 fracturas fisarias fueron Salter
Ginebra es de 30 por año. El tratamiento ha tipo V.
evolucionado bajo el efecto de las repercu- La epidemiología de las fracturas del
siones económicas y exigencias sociales de niño está caracterizada por (Fig. 6):
la familia. • El 18% de los accidentes ocurren en
La tracción durante 3 semanas de hospi- menores de 6 años.
talización ha sido definitivamente abando- • El 42% entre los 6 y 11 años.
nada. Las indicaciones están bien estableci- • El 40% durante la pubertad.
das: El 31% de las fracturas son debidas acci-
• En menores de 5 años: reducción dentes deportivos, el 25% por juegos al aire
ortopédica inmediata y enyesado. libre. Los accidentes domésticos representan
• Entre los 5 y 13 años: enclavado elás- el 19%, accidentes escolares el 13%, acci-
tico dentes de circulación 12% (Fig. 5).
• Después de los 13 años: clavo intra- La frecuencia de los accidentes domésti-
medular. cos es inversamente proporcional a la edad.
Los autores reconocen nada menos que El tratamiento quirúrgico aumenta el coste
un 20% de desplazamientos con el yeso en de las fracturas, a excepción de las fracturas
el tratamiento ortopédico, y un 15% de de fémur que son tratadas mediante 3
desviaciones rotacionales con el enclavado semanas de tracción en el hospital.
intramedular elástico, pero consideran que A todas las edades las fracturas del ante-
esta morbilidad es aceptable teniendo en brazo son de frecuencia elevada con matices.
cuenta las ventajas económicas de estas Las 4 fracturas más frecuentes son: el ante-
elecciones terapéuticas. brazo, la mano, la pierna y el codo (Fig. 4).
En Montpellier, conscientes de la grave-
LA EXPERIENCIA DE MONTPELLIER: dad del problema por la frecuencia de las
La prevención es una prioridad fracturas y su coste, hemos hecho que la
Esta experiencia está basada en 6.000 prevención sea una prioridad. La preven-
fracturas infantiles evaluadas durante un ción es aplicada en todas sus formas. Todos
período de 5 años. los trimestres se organizan reuniones con
En esta serie se demuestra una fuerte los médicos de urgencias, con los gendar-
preponderancia de los niños (66%) y esta mes y con los responsables de la ciudad y de
proporción se confirma también en las frac- los colegios para hacer hincapié en los acci-
turas fisarias (Fig. 1). dentes más frecuentes y evitar las zonas de
Las fracturas fisarias presentan un pico riesgo.
de frecuencia entre los 11 y 14 años duran- Los toboganes son en el sur de Francia
te el período puberal. El 25% de las fractu- responsables de numerosas fracturas.
ras son Salter tipo I, el 48% Salter tipo II, un Es necesario vigilar que estén perfecta-
8% Salter tipo III, 18% Salter tipo IV y 5 mente acolchados. Nosotros proponemos
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0 0 +1m +8m
Figura 2. Control evolutivo de una fractura de cuello humeral izquierdo en un niño de 12 años tratada conservadora-
mente. En estos casos la radiología simple sirve para valorar periódicamente, y sin necesidad de otros medios más sofis-
ticados, la remodelación progresiva que se opera en breve tiempo en el foco de fractura.
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b c d
Figura 5. Fractura fisaria tipo III (fractura de Tillaux) de tibia distal izquierda en un varón de 13 años. (a) RX AP de tobi-
llo donde se aprecia el fragmento avulsionado. (b) TC corte axial de tibia y peroné donde se observa un desplazamiento
anterior y rotación de dicho fragmento. (c y d ) En el TC reconstrucción 3D la localización, grado y dirección del des-
plazamiento en la fractura, son aún más evidentes.
cartílago y cuerpos libres y las lesiones de das con TC son las fracturas y luxaciones
partes blandas. La posibilidad de recons- glenohumerales, y las tarso metatarsianas.
trucción multiplanar y en 3D es de gran
utilidad en el manejo terapéutico, facilita ECOGRAFÍA
los planes quirúrgicos y el seguimiento La ecografía se basa en la interacción de
(Fig. 5). las ondas sonoras, ultrasonidos, con la inter-
En la columna demuestra fragmentos fase de los tejidos corporales. Se emite un
óseos en el canal vertebral, fracturas de pulso de ondas de radiofrecuencia determi-
lámina o pedículos. En pelvis, la TC evalúa nada que se refleja en las interfases de los
fracturas complejas del anillo pélvico, de tejidos de diferente impedancia acústica, se
cadera, acetabulares ocultas a la radiología registra, y se convierte en imágenes.
convencional. Está indicada en fracturas de Es una técnica barata, no invasiva, no
meseta tibial, luxaciones o subluxaciones utiliza radiaciones ionizantes, permite obte-
rotulianas, fractura triplana de tobillo. Las ner imágenes en cualquier plano y realizar
luxaciones esternoclaviculares son difíciles estudios dinámicos.
de diagnosticar con radiología convencio- Para una correcta exploración es nece-
nal, el plano axial con TC permite ver el sario un contacto adecuado entre el trans-
desplazamiento. Otras fracturas bien evalua- ductor y el cuerpo del paciente. Las barre-
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a b c d
Figura 8. Niña de 9 años con traumatismo severo en rodilla izquierda. RX simple AP (a) y L (b) donde no se identifi-
can alteraciones. RM (c) imagen sagital potenciada en T1, y (d) coronal STIR donde se visualiza una línea de fractura
–sin desplazamiento apreciable- que atraviesa la epífisis, fisis y metáfisis (Salter-Harris tipo IV).
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frecuentes son de menisco interno, externo, signos primarios de rotura del LCA la alte-
y de ligamento cruzado anterior, por este ración del contorno, alteración de señal
orden, igual que en la población adulta, si intraligamentosa y discontinuidad. Como
bien en los niños no es estadísticamente signos secundarios se consideran la contu-
significativa, excepto para las roturas de sión ósea, angulación del LCP y desplaza-
menisco interno, más frecuentes que las de miento tibial anterior (traslación tibial
ligamento cruzado anterior. Existen discre- mayor de 5 mm).
pancias en la sensibilidad y especificidad de La RM tambien se utiliza en el estudio
la RM en la patología meniscal y ligamen- de lesiones traumáticas de tejidos blandos,
tosa en niños, principalmente en menores como hematomas, en su localización y evo-
de 10 años. Se considera un 50% de sensi- lución, o en miositis osificante postraumá-
bilidad y especificidad, menor que la de los tica, si bien es muy importante la historia
adultos, que es de 95-100% de sensibilidad clínica, ya que ésta es una técnica muy sen-
y 85-100% de especificidad, por lo que la sible pero en ocasiones inespecífica en el
indicación de RM de rodilla en niños diagnóstico.
debería hacerse cuando lo indique el exa-
men clínico experto y no como «scree- BIBLIOGRAFÍA
ning». Se han descrito hasta un 80% de fal- 1. Close BJ, Strousse PJ. MR of physeal fractures
sos positivos en la alteración de señal of the adolescent knee. Pediatr Radiol 2000;
meniscal grado 3 (alteración de señal intra- 30:756-62.
meniscal que se extiende a la superficie 2. De Smet A, Ilahi O, Graf B. Reassesment of
articular) en el menisco interno en niños the MR criteria for stability of osteochondri-
asintomáticos menores de 10 años, que tis disecans in the knee and ankle. Skeletal
podrían estar en relación proporcional con Radiol 1996; 25:159.
la vascularización meniscal, principalmente 3. Ecklund K, Jaramillo D. Patterns of premature
en el cuerno posterior, por lo que es fun- physeal arrest MR imaging of 111 children.
damental la correlación clínica. AJR 2002; 178: 967-92.
Tambien en las roturas de ligamento 4. Greenspan. Radiología en ortopedia. Madrid.
cruzado anterior, se ha demostrado menor Marban, 2000.
sensibilidad y especificidad que en adultos, 5. Craig JG, Cody D, van Holsbeeck M.The dis-
y dentro de los estudios en niños, la sensi- tal femoral and proximal tibial growth plates:
bilidad varía entre un 65-95% y la especifi- MR imaging, three-dimensional modelling
cidad entre un 88-94%, estas discrepancias and estimation of area and volume. Skeletal
de resultados podrían reflejar diferencias en Radiol 2004; 33: 337-344.
la técnica y en los criterios usados, o dife- 6. Lee K, Siegel MJ, Lau DM, Hildebolt C,
rencia en la «edad» de la lesión, el retraso Matava M. Anterior cruciate ligament tears:
entre la lesión y la imagen de RM produce MR imaging-based diagnosis in a pediatric
diagnósticos falsos negativos. Se consideran population. Radiology 1999; 213: 697-712.
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San Antonio, EE. UU.
En los últimos años ha habido muchos dado varias revistas dedicadas exclusiva-
cambios en el manejo de las fracturas infan- mente a esta subespecialidad y ha habido
tiles. Esto ha sido debido, fundamentalmen- una proliferación de libros de texto dedica-
te, a tres causas. La primera es que ha habi- dos monográficamente al manejo de fractu-
do un espectacular incremento en la canti- ras infantiles. Finalmente, son frecuentes las
dad de información concerniente al mane- conferencias y congresos dedicados al
jo de las fracturas infantiles. La segunda es manejo de las fracturas de los niños.
que ha habido un mayor énfasis en el
manejo quirúrgico de estas fracturas. La ter- Constitución de Sociedades de
cera es que ha habido un cambio en el tipo Ortopedia Infantil
de actividades que producen las fracturas en En la década de los 70 surgieron socie-
los niños, tanto en Estados Unidos, como dades específicas de ortopedia infantil, tales
en Europa. como la «Pediatric Orthopedic Society»
(POS), inicialmente pequeña y restringida a
I. INCREMENTO DEL INTERCAMBIO DE un pequeño grupo, cuyos socios tenían que
INFORMACIÓN ser elegidos para poder entrar. La siguiente
La aparición de la cirugía ortopédica en constituirse fue la «Pediatric Orthopedic
pediátrica Society Group» (POSG). Más tarde, estas
Uno de los cambios más drásticos en el dos sociedades se fusionaron en la «Pediatric
manejo de las fracturas infantiles ha sido la Orthopedic Society of North America»
explosión del intercambio de información. (POSNA).
La ortopedia infantil y el manejo de las Simultáneamente, en Europa surgió una
fracturas infantiles han sido reconocidas sociedad similar, la «European Pediatric
como categorías específicas de informa- Orthopedic Society» (EPOS). La creación
ción. Esto ha conducido a la constitución de estas sociedades dedicadas exclusiva-
de sociedades dedicadas exclusivamente a la mente a la ortopedia infantil fue seguida
ortopedia infantil. Además, se han consoli- por la proliferación de sociedades naciona-
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rrollado a lo largo de los años, podemos ver reducción abierta es extraer el material
cómo se han establecido las nuevas técnicas interpuesto, para facilitar la reducción y la
han sido establecidas y qué problemas han fijación percutánea con agujas.
surgido.También veremos cómo estos pro- Problemas: puede desarrollarse una cica-
cedimientos han sido modificados para eli- triz importante. Hay riesgo de rigidez si se
minar los problemas que habían ido sur- utiliza un abordaje posterior.
giendo. - Fijación percutánea de fracturas del
• Cambios específicos: sus beneficios y cóndilo lateral
sus problemas Las fracturas del cóndilo lateral despla-
- Fijación con agujas de las fracturas zadas, tipos I y II, si se detectan precoz-
supracondíleas mente, pueden ser tratadas con agujas per-
La disponibilidad casi universal de los cutáneas si se ha logrado una reducción
intensificadores de imagen ha facilitado cerrada adecuada.
enormemente la difusión de este método Beneficios: menor cicatriz y menor
de fijación de las fracturas supracondíleas. disección tisular.
Este fue, probablemente, el primer adentra- Problemas: puede no lograrse una reduc-
miento en el manejo quirúrgico de las frac- ción adecuada. Además, puede producirse
turas de los niños. un retardo de consolidación o incluso una
Beneficios: estudios recientes han demos- pseudoartrosis.
trado que la síntesis con agujas proporciona Cambios en la técnica: técnicas de imagen
resultados superiores a la tracción y a la tales como la artrografía han sido utilizadas
reducción cerrada e inmovilización con para determinar la integridad de la superfi-
yeso. cie articular y ver si la fijación percutánea es
Problemas: con frecuencia se lesiona el adecuada. Si hay un gran fragmento meta-
nervio cubital al insertar una aguja medial. fisario de suficiente tamaño, un tornillo
Cambios en la técnica: la fijación con tres canulado percutáneo puede proporcionar
agujas laterales ha demostrado ser tan efec- una síntesis más estable y facilitar la conso-
tiva, como las síntesis medial y lateral, y lidación.
evita la lesión del nervio cubital. - Fijación externa de las fracturas diafi-
- Reducción abierta de las fracturas sarias de fémur
supracondíleas Durante muchos años, la tracción fue el
La reducción abierta de las fracturas estándar de tratamiento de las fracturas dia-
supracondíleas ha sido una técnica aceptada fisarias de los niños. La tracción era un
cuando no se logra la reducción cerrada. método seguro y efectivo para obtener la
Beneficios: el drenaje quirúrgico del consolidación de la fractura, sin embargo,
hematoma disminuye la hinchazón. El surgían problemas, tales como: el costo, la
miedo a la rigidez es infundado, ya que ésta atrofia muscular, la rigidez articular y los
no se suele producir. El objetivo de la cálculos renales debidos a osteoporosis
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- Osteosíntesis percutánea de las fractu- ta. Se debe hacer una disección adecuada
ras de antebrazo para la inserción de las agujas en el radio
El enclavado intramedular elástico ha distal con el fin de proteger la rama super-
logrado resultados iguales a los de las placas ficial del nervio radial.
en fracturas de antebrazo en adolescentes y - Fijación percutánea de las fracturas de
niños. Esta técnica se ha convertido en un tobillo
excelente método para el manejo de las Muchas fracturas de tobillo pueden ser
fracturas de antebrazo abiertas grado I reducidas de forma cerrada y luego estabi-
(heridas puntiformes).También es un buen lizadas de forma percutánea con tornillos
método para aquellos pacientes con gran canulados. La calidad de la reducción se
tumefacción de tejidos blandos en los que confirma mediante artrografía.
la presión del yeso puede ser perjudicial. Beneficios: permite una movilización
Está indicado en fracturas recurrentes, dado precoz del tobillo y facilita la rehabilita-
que el uso de las agujas permite una recu- ción.
peración precoz de la función muscular. Es Problemas: si no se logra una reducción
especialmente útil en pacientes con fractu- adecuada u osteosíntesis satisfactoria se
ras diafisarias de antebrazo y fractura supra- pueden obtener malos resultados.
condílea ipsilateral («codo flotante»). Estas
lesiones son habitualmente el resultado de Es necesario conservar y enseñar las
traumatismos de alta energía y no tolerarí- técnicas no quirúrgicas
an el tratamiento conservador mediante Desgraciadamente, en la actualidad
yesos. muchos residentes de traumatología y orto-
Beneficios: esta técnica implica una pedia se centran en el manejo quirúrgico
menor disección de los tejidos blandos y de las fracturas y otros problemas ortopédi-
permite una movilización precoz en las cos.
fracturas del antebrazo.También es muy útil Mientras que el manejo quirúrgico ha
en la prevención de deformidades angulares aumentado con las indicaciones y beneficios
tardías. anteriormente mencionados, es imprescin-
Problemas: se pueden producir re-fractu- dible hacer hincapié en mantener las habili-
ras si se retiran las agujas demasiado precoz- dades no quirúrgicas, como son la coloca-
mente. Al introducir las agujas en el radio ción de un buen yeso y aprender las técni-
distal se debe de ser muy cuidadoso para no cas correctas de moldeado. Un cambio
lesionar la rama superficial del nervio reciente, por ejemplo, ha sido la recomen-
radial. dación de yeso braquial con el codo en
Cambios en la técnica: el dejar las agujas extensión para las fracturas diafisarias de
enterradas bajo la piel, próximas al hueso antebrazo, por Walker y Rang. Esta simple
con un bajo perfil, permite mantenerlas técnica ha eliminado prácticamente la
hasta que se logre la consolidación comple- necesidad de manipulaciones tardías de las
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fracturas diafisarias de cúbito y radio por Finalmente, en los últimos años ha habi-
angulación secundaria. do, tanto un incremento real de los maltra-
tos infantiles, como de su identificación.
III. CAMBIOS EN LAS CAUSAS DE LAS
FRACTURAS BIBLIOGRAFÍA
En la América rural, las caídas desde un 1. American Academy of Orthopaedic Surgeons.
caballo han sido remplazadas por traumatis- A Position Statement:All Terrain Vehicles. Park
mos en vehículos todo terreno (VTT). Ridge, Illinois, AAOS, 1987.
Tanto es así que en muchas áreas los VTT 2. Beaty JH, Austin SM,Warner WC, Canale ST,
de 3 ruedas han sido declarados ilegales. Nichols L. Interlocking Intramedullary Nailing
Existen muchos traumatismos actual- of Femoral Shaft Fractures in Adolescents:
mente debidos a los denominados «vehícu- Preliminary Results and Complications. J
los de rueda pequeña». Los traumatismos Pediatr Orthop 1994;14:178-183.
por patinete («skate board») se han multi- 3. Blount WP. Fractures in Children. Baltimore,
plicado por 3 en la década de los 70. Estas Williams & Wilkins, 1955.
lesiones han sido reemplazadas en las déca- 4. Brogdon BG, Crow NE. Little Leaguers
das de los 80 y 90 por los patines con las Elbow. AJR 1960;83:671.
ruedas en línea («roller blades»). Por suerte, 5. Center for Disease Control. Playground-
existe una mayor aceptación social del uso Related Injuries in Preschool-Aged Children -
de un equipo de protección con el patina- United States, 1983-1987. JAMA
je en línea. 1988;260:2779-2780.
Los parques de recreo dan cuenta de un 6. Committee on Accident and Poison Prevention
gran número de fracturas pediátricas. Las and Committee on Pediatric Aspects of Physical
clásicas barras de mono («monkey bars») Fitness, Recreation, and Sports, American
han sido sustituidas por dispositivos con Academy of Pediatrics. Skateboard Policy
superficies de impacto blandas. Statement. J Pediatr 1979;63:924.
La epitrocleitis en los lanzadores juveni- 7. Flynn JC, Matthews JG, Benoit RI. Blind
les de beisbol («codo de la liga infantil») se Pinning of Displaced Supracondylar Fractures
ha hecho evidente con la exaltación del of the Humerus in Children. J Bone Joint Surg
deporte juvenil. 1974;56-A:263-273.
Existen límites en el estrés de tensión al 8. Heinrich SD, Dvaric D, Darr K, Mac Ewen
que puede ser sometido un codo inmadu- GD. Stabilization of Pediatric Femoral
ro. La sobrecarga de un codo pediátrico Fractures with Flexible Intramedullary Nails
puede producir cambios crónicos y pérdida (A Technique Paper). J Orthop Trauma
de función. El problema ha disminuido 1992;6:452-459.
notablemente con el cambio en las normas, 9. BKing J, Diefendorf D, Apthorp J. Analysis of
estipulando un limitado número de lanza- 429 Fractures in 189 Battered Children. J
mientos permitidos a la semana. Pediatr Orthop 1988;8:585.
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10. Lascombes P, Prevot J, Ligier JN, Metaizeau JP, 14. Swenson A L.The Treatment of Supracondylar
Poncelet T. Elastic Stable Intramedullary Fractures of the Humerus by Kirschner Wire
Nailing in Forearm Shaft Fractures in Transfixion. J Bone Joint Surg 1948;30-
Children: 85 Cases. J Pediatr Orthop A:993-997.
1990;10:161-171. 15. Walker JL, Rang M. Forearm Fractures in
11. Lyons JP, Ashley E, Hoffer M. Ulnar Nerve Children: Cast Treatment with Elbow
Palsies After Percutaneous Cross Pinning of Extension. J Bone Joint Surg 1991;73-B:299-
Supracondylar Fractures in Children's Elbows. 301.
J Pediatr Orthop 1998;18:43-45. 16. Wilkins KE (ed). Operative Management of
12. Perlik PC, Kalvoda DD, Wellman AS, Glavin the Upper Extremity Fractures in Children.
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Sports Med 1982;10:76. Orthopaedic Surgeons, 1994.
13. Ramsey RH, Griz J. Immediate Open
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Humerus in Children. Clin Orthop
1973;90:130-132.
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Madrid.
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S. Amaya
cas de cada hueso, algunas zonas del mismo das en las conocidas leyes de Hueter-
han de crecer en direcciones distintas y a Volkmann.
velocidades diferentes, constituyendo esta Otros factores que influyen en la res-
característica la base del proceso del creci- puesta del hueso en desarrollo frente a la
miento diferencial, imprescindible para man- acción de fuerzas potencialmente traumati-
tener la forma y estructura predeterminada. zantes son:
Los tipos de fractura en el niño se corre- 1. La capacidad de absorción de la ener-
lacionan estrechamente con las modifica- gía actuante.
ciones anatómicas progresivas del hueso, 2. El módulo de elasticidad.
tanto a nivel microscópico, como estructu- 3. La resistencia a la fatiga.
ral y que varían con el tiempo a medida 4. La densidad ósea.
que progresa el crecimiento, desde un El hueso de los niños muestra un módu-
esqueleto extremadamente flexible del lo de elasticidad más bajo que el del adulto,
recién nacido hasta el esqueleto rígido del tiene menos resistencia a la deformación por
adulto. incurvación y menor contenido mineral,
reflejando, a su vez, una mayor capacidad de
CARACTERÍSTICAS BIOMECÁNICAS absorción energética antes de la fractura, lo
El esqueleto osteocondral infantil se ve que en definitiva se traduce en una mayor
sometido a numerosas fuerzas de tensión y capacidad plástica y adaptativa del esquele-
de carga que causan microdeformaciones, to infantil. Así, no es de extrañar que, la
con una posterior respuesta remodeladora. típica fractura en tallo verde del niño
Si la acción de las fuerzas de tensión (resis- requiera más energía para su producción
tencia interna a la deformación), de com- que la fractura de similar localización en el
presión y de cizallamiento que inciden adulto, aunque está reconocido biomecáni-
sobre los huesos sobrepasa la capacidad de camente que el hueso laminar (adulto) es
respuesta fisiológica del hueso o del cartíla- mucho más resistente que el hueso fibroso
go, se produce su insuficiencia, claudicación (infantil).
o fractura.
Esto significa que las fuerzas extrínsecas CARACTERÍSTICAS BIOLÓGICAS
actuando sobre el hueso, y según su magni- El periostio en los niños es más grueso.
tud, duración, dirección y velocidad pue- Se despega alrededor de la fractura por el
den producir: hematoma. Este despegamiento juega un
1 Una respuesta normal con estímulo del papel primordial en la magnitud de la neo-
crecimiento y de la remodelación formación ósea perifracturaria. El área de
ósea, o hueso traumatizado necrótico provoca una
2 Una respuesta patológica, representada respuesta inflamatoria intensa. Como el
por una solución de continuidad o hueso del niño es muy vascular, la reacción
fractura, respuestas ambas bien defini- inflamatorio (hiperemia) es más rápida e
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intensa. Clínicamente incluso puede apare- proceso inflamatorio y reparador que surge
cer fiebre de hasta 40°C tras grandes frac- tras la lesión.
turas de los huesos largos. Esta reacción El fenómeno del hipercrecimiento tras
inflamatoria hiperémica también es respon- las fracturas infantiles fue descrito ya por
sable del estímulo de crecimiento, que Volkman en 1862 (Fig. 1). Las fracturas
puede producir crecimiento excesivo del pueden estimular el crecimiento longitudi-
hueso. Debido a esta respuesta, la primera nal al aumentar el suministro de sangre a la
fase de la consolidación de la fractura es mucho metáfisis, fisis y epífisis y –al menos en base
más corta en un niño que en un adulto. experimental– por disrupción del periostio
El callo perióstico puentea la fractura que deja temporalmente de ejercer su freno
mucho antes de que el hematoma subya- sobre el crecimiento longitudinal de la fisis.
cente forme una matriz cartilaginosa que
después se osificará. El hueso encondral se
forma en la profundidad de la fractura,
mientras que el hueso membranoso
(periostal) la puentea rápidamente en la
periferia.
Por su fortaleza y grosor, el periostio
juega un importante papel en la estabilidad
de las fracturas del niño. Como parte del
mismo queda indemne con frecuencia,
puede evitar los grandes desplazamientos
fragmentarios y estabilizar la reducción de
los mismos. Por otro lado, su gran capacidad
osteogénica conduce a una rápida consoli-
dación perióstica y su rica vascularizacion
evita la crisis isquémica de los elementos
fracturados.
La más rápida curación de las fracturas
en los niños, por tanto, se debe a la activi-
dad del periostio que contribuye a formar
la mayor parte de la neoformación ósea
alrededor de la fractura. En este área, los
niños tienen una mayor actividad osteoblás-
tica, puesto que el hueso ya está formándo-
se bajo el periostio como parte del creci-
miento normal. Se trata de una actividad ya Figura 1. Dismetría de 15 mm. tras fractura femoral
en curso que se acelera rápidamente por el derecha.
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abiertas, con todas sus características y gra- En muchos casos, la deformidad por la
dos, lo que es de capital importancia para el fractura es poco significativa y se puede
diagnóstico y para la elección del trata- corregir rápida y fácilmente. En otros casos,
miento. especialmente en los pacientes muy jóve-
Las lesiones fisarias son específicas de la nes, la corrección, encomendada única-
infancia y responsables de una gran parte de mente a la remodelación propia de los hue-
las secuelas. No es infrecuente que en las sos en crecimiento, puede ser muy lenta o
lesiones fisarias se destruya la capa fértil car- incluso no completarse.
tilaginosa y que se produzcan además lesio- Si la consolidación tiene lugar con rapi-
nes epifisarias y articulares. Las deformida- dez y de forma fiable, pronto se restablece
des, las dismetrías y las incongruencias arti- la función del segmento afecto, especial-
culares con grave pérdida funcional son las mente en aquellas fracturas firmemente
consecuencias clínicas de estas lesiones o de fijadas, bien sea por su propia estabilidad,
su incorrecto tratamiento. por el ferulaje de los tejidos blandos cir-
Retardos de consolidación y pseudoar- cundantes o bien estabilizadas por procedi-
trosis rara vez ocurren en los niños. En mientos quirúrgicos. Si el daño causado al
series publicadas de más de 2.000 fracturas hueso y a los tejidos vecinos circundantes es
infantiles, no había un solo caso de pseudo- muy grande, la consolidación y la recupera-
artrosis. Probablemente las únicas excepcio- ción funcional pueden ser difíciles de con-
nes ocurren en casos de fracturas abiertas en seguir.
niños mayores que se infectan. Refracturas En los niños es muy frecuente utilizar el
son raras, aunque en fracturas mal alineadas término de reducción aceptable de la
del antebrazo pueden ocurrir tras iniciar la deformidad, pero hemos de saber que este
movilización. término está en estrecha dependencia con
La miositis osificante y la rigidez de las la edad del niño, el sexo, el hueso afecto,
articulaciones secundarias a las fracturas, con la posición y el tipo de fractura, con su
son sumamente raras, excepto en niños con posible efecto sobre el crecimiento y su
traumatismos craneoencefálicos. posible relación con el movimiento de las
articulaciones vecinas.
TRATAMIENTO Una deformidad es inaceptable cuan-
do:
Consideraciones generales 1. Resulta molesta para el propio
Para elegir el método de tratamiento paciente.
más adecuado han de tenerse en cuenta una 2. Interfiere persistentemente alguna fun-
serie de factores, como el tipo de fractura, ción de carga o la capacidad de movi-
la existencia de otras lesiones, la edad del miento articular de la extremidad, que
paciente, su personalidad, así como sus cir- puede alcanzar intensidad variable y
cunstancias sociales y ambientales. tener por tanto diferente gravedad.
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MÉTODOS DE TRATAMIENTO
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4. Tracción esquelética
Se puede hacer: a) sobre clavos dc
Steinmann; b) sobre agujas de Kirschner
tensadas; c) sobre tornillos de cortical.
Genéricamente, si las agujas de Kirschner
no pueden sen tensadas con garantía, es
preferible utilizar los clavos de Steinmann,
cuyo uso está limitado al calcáneo y a la
extremidad distal del fémur y muy ocasio-
nalmente a la distal de la tibia.
Ningún medio de tracción esquelético
deberá ser usado en la tibia proximal, por el
peligro de lesión de la placa fisaria a nivel de
la tuberosidad anterior de la tibia (Fig. 3).
La colocación de la tracción exige los
mismos requisitos y garantías de esterilidad
que si de una operación reglada se tratase.
Hay que tener en cuenta el lugar de ubica-
ción de la placa fisaria para introducir el
Figura 4. Puntos correctos para la inserción de la trac-
ción esquelética. Distancia de la fisis siempre > de 2 cm.
implante en la metáfisis, como mínimo 2 cm
distal con respecto a la fisis (Fig. 4). La trac-
ción sobre tornillo cortical se utiliza en el
olécranon, y muy ocasionalmente en el tro-
cánter mayor.
Es fácil de colocar, ofrece buena estabi-
lidad y permite su posterior retirada sin
3. Tracción continua cutánea problemas.
El adhesivo se despega con facilidad
durante el tratamiento, por lo que se hace 5. Reducción y fijación percutánea
insuficiente para soportar la tracción nece- seguida de inmovilización escayolada
saria aplicada al miembro. Es un procedimiento considerado a
Cada vez se utiliza menos, conservando caballo entre el tratamiento conservador y
alguna indicación en el miembro superior el quirúrgico.
(fracturas supracondíleas de húmero). El En muchas fracturas infantiles tiene una
uso de este tipo de tracciones está total- gran utilidad, ya que empleando agujas de
mente contraindicado en los niños con Kirschner se puede estabilizan una fractura
trastornos de la conciencia o con alteracio- ya reducida, pero de difícil contención con
nes de la sensibilidad cutánea. la escayola. Permite, además, evitar a nivel
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articular y segmentario posiciones extre- tratamiento. Hay que admitir por tanto, que
mas, a fin de conseguir estabilizar una frac- en definitiva, la evaluación de tales ventajas
tura con el peligro consiguiente de síndro- varía con el temperamento, la experiencia y
me compartimental (fracturas supracondí- la habilidad técnica del médico en cuestión.
leas de codo). La utilización de una síntesis intrame-
Exige este método paciencia, buen sen- dular con clavos de Küntscher o similares,
tido de orientación espacial, excelente puede resultar agresiva para los cartílagos
conocimiento de la anatomía de la región a fisarios vecinos.
través de las referencias externas, una reali- No son infrecuentes dismetrías de hasta
zación en condiciones de esterilidad equi- 2 y 2,5 cm tras la práctica de osteosíntesis
parables a una operación reglada y una no en las fracturas de huesos en crecimiento.
despreciable dosis de exposición a las radia- No podemos descartar la posible aparición
ciones lonizantes, lo que constituye un de retardos de consolidación o incluso
inconveniente importante. pseudoartrosis, así como otras complicacio-
nes, tales como la infección del foco de
Tratamiento cruento o quirúrgico fractura y el aflojamiento o intolerancia de
En principio, toda osteosíntesis en los la osteosíntesis.
huesos infantiles carente de exacta indica- Después de reducir la fractura, su esta-
ción es nociva o por lo menos improce- bilización puede conseguirse fácilmente
dente. Los tornillos en las facturas oblicuas con agujas de Kirschner y cerclajes antidis-
o espiroideas diafisarias son inútiles. La tractores de material reabsorbible. Esto sig-
colocación de una placa atornillada, con la nifica realizar una mínima agresión a los
consiguiente desperiostización, comprome- elementos del hueso y especialmente a su
te la vascularizacion y, en el mejor de los vascularizacion.
casos, sólo favorece el alargamiento hiper- La utilización de una mínima cantidad
trófico del hueso. de material de osteosíntesis permite su
rápida retirada al finalizar la consolidación
1. La fijación interna de la fractura, casi siempre de forma ambu-
La fijación interna en las fracturas infan- latoria.
tiles sigue siendo un tema de debate. Nuevos métodos de síntesis no rígida y
En realidad, la fijación interna en las escasamente agresivos, como son la osteo-
fracturas infantiles puede ser necesaria, taxis o fijación externa y la síntesis intra-
puede ser sólo ventajosa en algunos aspec- medular elástica, respetuosos con las fisis,
tos y puede no ser más que una cuestión de han demostrado su alta eficacia en la reduc-
preferencia. La fijación ventajosa en los ción, contención y curación de fracturas
niños significa que, a juicio del especialista diafisarias en los niños, permitiéndoles una
experto, la fijación interna ofrecería venta- precoz movilización y una excelente cali-
jas estimables sobre cualquier otro tipo de dad de vida al reintegrarse rápidamente a
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a b c
Figura 6. Fractura diafisaria de tercio medio de femur tratada mediante fijación externa. a) Preoperatorio, b)
Postoperatorio inmediato, c) Consolidación a los 2 meses de la fractura.
La rehabilitación tiene, sin embargo, un irrigación sanguínea del hueso y de los teji-
papel primordial en los niños con incapaci- dos circundantes y curan fácilmente. Las
dad funcional, bien sea de origen central o fracturas de trazo espiroideo que ofrecen
por lesiones periféricas graves. Los niños mayor superficie de contacto que las trans-
con afecciones discapacitantes importantes versales suelen reducirse bien, suelen ser
previas al traumatismo precisan un trata- suficientemente estables y comportarse
miento rehabilitador importante para favorablemente. Cuanto más joven es el
alcanzar los niveles de actividad anteriores hueso, más rápidamente consolidan las frac-
al traumatismo, ya que este generalmente turas y más posibilidades tienen de remode-
produce un importante retroceso en la acti- larse a medida que crecen y de alcanzar una
vidad motora. forma final absolutamente normal.
Las grandes complicaciones en las frac-
COMPLICACIONES turas infantiles casi siempre son iatrogéni-
Las fracturas con poco desplazamiento y cas, y por lo general secundarias a un trata-
no conminutas causan poco trastorno de la miento ortopédico mal realizado o a una
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acción quirúrgica intempestiva. Los síndro- agravada por maniobras quirúrgicas dirigi-
mes compartimentales por falta de vigilan- das a una osteosíntesis de desafortunada
cia y de cuidados pertinentes, con una inci- indicación
dencia no menor de un 1% en las grandes No podemos olvidar aquí la grave com-
series. pueden constituir una complicación plicación que suponen las necrosis de cier-
seria que requerirá un perfecto conoci- tas epífisis, secundarias al compromiso vas-
miento del problema y una gran agilidad en cular que el traumatismo desencadena, que
la decisión terapéutica para su tratamiento se fomenta en ocasiones por una mala con-
con éxito. cepción terapéutica.
Si las fracturas no se reducen y se fijan
adecuadamente, confiando sobre todo en la BIBLIOGRAFÍA
tradicional bondad evolutiva de las fracturas 1. Alonso IE. Initial Management of the Injured
infantiles, pueden surgir consolidaciones Child. Musculoskeletal Injuries. En: MacEwen
viciosas con alteración rotacional de los GD, Kasser JR. Heinrich SD (eds). Pediatric
fragmentos, así como desviaciones axiales y Fractures. Baltimore-Williams & Wilkins,
retardos de consolidación. 1993:30-7.
Son clásicas las complicaciones deriva- 2. Baijal E. Instances in Which Intrameduliary
das de la lesión del cartílago fisario tras un Nailing of a Child’s Fracture is Justificable.
traumatismo desafortunado de esta región Injury 1976;7:181-4.
o consecutivas a un tratamiento incorrecto 3. Campbell RM. Problem Injuries in Unique
y que se manifiestan por desviaciones axia- Conditions of the Muskuloskeletal System.
les y dismetrías. Rockwood, Wilkins, and King. Vol 3 iF.
Las complicaciones más desagradables, Lippincott, 1991. Filadelfia. 187-318.
sin duda, son las postquirúrgicas y se pro- 4. Davids JR. Rotational deformity and remode-
ducen por un desconocimiento grave de ling after fracture of the femur in children.
los principios de la ortopedia infantil, lo Clin Orthop 1994;302:27-35.
que conduce generalmente a un error de 5. Hackenbroch MH. Die Indikation Zur
indicación y a una cirugía abusiva. Osteosynthese Bei Der Frischen Kindlichen
Las condiciones más desfavorables están Verietzung. Z Kinderchir (suppl) 1972;11.
representadas, en gran medida, por el tras- 6. Hensinger RN. Complications of Fractures in
torno de la irrigación sanguínea secundario Children. EnGreen NE, Swiontlowskl ME
a la denudación traumática que sufren el (eds). Skeietal trauma in children. Filadelfia:
hueso y los tejidos blandos de alrededor, así WB Saunders; 1993:99-125.
como por la existencia de una intensa con- 7. Illgen R, Rodgers WB, Hresko MI, Waters
minución con el consiguiente compromiso PM, ZuraKowski D, Kasser JR. Femur fractu-
óseo, vascular y de partes blandas o por la res in children, treatment with early spicas-
presencia de ambas circunstancias a la vez ting. J Pedriatr Orthop 1998. Jul-Aug;18
que posiblemente puede incluso verse (4):487-7.
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8. Metaizeau JP. Ostéosynthése chez l’enfant. 14. Von Laer L. Neus Therapiedonzept fur die ins-
Monpellier, Sauramps Médical, 1998. tabilen Schaftfrakturen der oberen und unte-
9. Murray DM, Wilson-MacDonald I, Morscher ren Extremitaten in Wachstumsalter-indika-
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Toulouse, Francia
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J. Ph. Cahuzac
a b
Figura 1. Epifisiolisis distal femoral -tipo II de Salter y Harris- tratada mediante reducción cerrada y fijacion con dos
agujas de Kirschner cruzadas. a) preoperatorio, b) 1 mes de postoperatorio.
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a b
Figura 2. a) Fractura tipo II de Salter y Harris en fémur distal de un adolescente de 15 años de edad. b) Reducción
cerrada y fijación con dos tornillos canulados haciendo compresión interfragmentaria.
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J. Ph. Cahuzac
a
b
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b c
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sus ventajas psicológicas, sociales y económi- 4. Ogden JA. Skeletal Injuries in the Child. Nueva
cas con respecto a otros tratamientos más York, Springes, 2000.
conservadores. 5. Rockwood CA, Wilkins KE, King RE. Frac-
tures in Children. Filadelfia, JB Lippincott,
BIBLIOGRAFÍA 1984.
1. Blount WP. Fractures in Children. Baltimore, 6. Tachdjian MO. Pediatric Orthopedics.
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2. Burgos J, González Herranz P, Amaya S.
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Panamericana, 1995.
3. MacEwen GD, Kasser JR, Heinrich SD.
Pediatric Fractures: A Practical Approach to
Assesment and Treatment. Baltimore, Williams
& Wilkins, 1993.
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7
2.
Hospital San Juan de Dios y Hospital de Navarra, Pamplona.
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J. Gascó, J. de Pablos
a b c d
Figura 1. Fractura diafisaria mal unida del fémur izquierdo en un niño de 7 años. Dos meses después del traumatismo
la fractura consolidó con importante acortamiento y angulación de 23º en el plano sagital (a, b). A los 7 meses de la
fractura tuvo lugar un proceso de remodelación muy activo y la deformidad angular a nivel del foco de fractura, así
como el hueso «sobrante» había desaparecido casi completamente. (c, d).
Los procesos mejor estudiados, con rela- vecinas al foco de fractura, los cuales al par-
ción a las fracturas mal unidas en los niños, ticipar activamente tratarán, aunque en
han sido la corrección de deformidades diferente proporción, de conseguir la reali-
angulares y, menos, la posible corrección neación correcta de la fractura mal unida.
ante deformidades rotacionales Aunque el mecanismo básico que corri-
Otro de los fenómenos interesantes es el ge estas deformidades no es bien conocido,
hipercrecimiento post-fractura en los niños parece que dos leyes biológicas intentan
que, aunque no puede estrictamente ser atribuir el papel dominante al factor mecá-
considerado un proceso de remodelación, nico (Fig. 1).
está íntimamente relacionado con ellos. La primera ley descrita por Wolff en
1892 establece que el depósito de nuevo
REMODELACIÓN EN DEFORMIDADES hueso tiene lugar allí donde es mecánica-
ANGULARES mente necesario (esto es en el área de
Las fracturas en los niños no siempre carga), y su reabsorción donde no es nece-
remodelan y algunas veces se producen sario. De esta forma, en las fracturas conso-
resultados inaceptables que deben corregir- lidadas con angulación, el nuevo hueso se
se mediante técnicas quirúrgicas. En la deposita en el área de la concavidad, mien-
corrección espontánea de angulaciones tras predominan los fenómenos de reabsor-
residuales en niños, toman parte el perios- ción en la convexidad (Figs. 2 y 3). Esto
tio/endostio y las placas de crecimiento provocaría una «suavización» de la angula-
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a b c d
Figura 3. Remodelación de una fractura mal unida de antebrazo de un niño de 4 años de edad (a). En la Rx practica-
da a las 4 semanas se observa desviación angular de 15º del radio (diáfisis) y el inicio de aposición ósea (flecha) por
parte del periostio en la concavidad (b). En los sucesivos controles radiológicos practicados a las 12 semanas (c) y al
año (d) desde el inicio se observa una remodelación casi completa de la fractura.
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J. Gascó, J. de Pablos
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Tabla 1
Límites aceptables de fracturas con deformidad angular en niños
(Posibilidad de remodelación completa)
Miembro superior Miembro inferior
Húmero (proximal) Antebrazo Fémur Tibia
Menos de 10 años 40-70º Distal 20-40º 20-30º 10-15º
Medio 10-20º
Más de 10 años 20-30º Distal <20º 15-20º 10-15º
Medio 10
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J. Gascó, J. de Pablos
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J. Gascó, J. de Pablos
por muchos autores, con el fin de intentar miento de los fragmentos, sobre todo, y la
llegar a un criterio de reducción aceptable angulación.
tras fracturas en niños. Los factores serían la El tipo de fractura también parece tener
edad y sexo del paciente, la localización de influencia en el hipercrecimiento. Algunos
la fractura y la posición de los fragmentos. autores han observado que las fracturas
La edad del paciente es poco relevante espiroideas y oblicuas largas parecen esti-
para algunos autores, pero otros la conside- mularlo, aunque esto se relaciona más bien
ran como factor decisivo y más la edad ósea con el mayor grado de angulación existen-
que la cronológica. La tasa de hipercreci- te cuando los trazos de fractura tenían estas
miento parece ser mayor en niños entre los características.
4-5 años y 8-9 años. La angulación de los fragmentos activa
La influencia del sexo sólo tiene rele- el proceso de remodelación, no sólo a nivel
vancia para algunos autores, quienes pien- del foco de fractura consiguiendo suavizar
san que la placa de crecimiento del niño las deformidades angulares, sino también a
puberal responde con mayor intensidad a la nivel fisario para realinear las placas fisarias
hiperemia que la de la niña. y epífisis hasta situarse perpendiculares a la
La localización de la fractura no parece línea de carga transmitida desde la epífisis.
de gran importancia como factor en el En estudios realizados en fracturas tibiales
hipercrecimiento post-fractura. que quedaban con angulación en varo o
No obstante, se ha observado que se valgo, se aprecia una tasa de hipercreci-
produce en mayor medida en fracturas del miento mayor que en las correctamente ali-
miembro inferior, especialmente en el neadas, probablemente, porque la fase de
fémur y, sobre todo en aquellas fracturas remodelación es más prolongada en en
diafisarias que cursan con gran desplaza- aquellas.
miento inicial. El promedio de hipercreci- El estímulo de crecimiento tras las frac-
miento en fracturas de fémur no suele turas es limitado durante un cierto tiempo
sobrepasar 1,5-2 cm y suele ser de mayor y puede seguir diferentes patrones. Parece
cuantía en aquellas tratadas quirúrgicamen- detenerse alrededor de los 18 meses des-
te (sobre todo con placas atornilladas), pués de la fractura, siendo máximo durante
mientras que en la tibia suelen ser inferio- los tres primeros meses y variando según el
res a 1 cm. En las fracturas del antebrazo es hueso fracturado. En la mayoría de los casos
aún menor, y parece que se da en pocos el estímulo de crecimiento sigue un patrón
casos. en meseta mediante el cual, el ritmo de
La posición de los fragmentos después hipercrecimiento se mantiene hasta un
de la reducción se ha considerado como máximo y luego se estabiliza.
uno de los factores importantes. Dos posi- La medición del hipercrecimiento es
ciones se han considerado generadoras de también problemática. La mayoría de los
estímulo de hipercrecimiento: el acabalga- estudios asumen una idéntica longitud de
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Fracturas fisarias
R. B. Salter
Hospital for Sick Children
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Toronto, Canada.
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R. B. Salter
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R. B. Salter
7 19 51
Figura 2. Ante una entorsis articular, en este caso de tobillo, las estructuras que fallan con más probabilidad son dife-
rentes según la edad. La fisis en los niños, (flechas), los ligamentos en el adulto joven y el hueso a mayor edad.
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R. B. Salter
a b
Figura 3. a) Esquema de la fractura fisaria tipo I de Salter y Harris. b) Aspecto radiográfico en fémur distal.
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relacionada con el pronóstico con respecto amplios desplazamientos, porque las inser-
al crecimiento. ciones periósticas permanecen intactas. La
Tipo 1 reducción no es difícil, y el pronóstico con
En una lesión de la placa epifisaria tipo respecto al crecimiento futuro es excelente,
1 (Fig. 3) existe una separación completa a menos que la epífisis afectada esté com-
de la epífisis con respecto a la metáfisis sin pletamente recubierta por cartílago (e.j.,
fractura ósea. Las células en crecimiento de epífisis de la cabeza femoral), en la que el
la placa epifisaria permanecen en la epífisis. aporte vascular frecuentemente se inte-
Este tipo de lesión, causada por una fuerza rrumpe con el consiguiente cierre precoz
cizallante o por avulsión, es más frecuente de la placa epifisaria.
en el momento del parto y durante la pri- Tipo 2
mera infancia, cuando la placa epifisaria es En una lesión de la placa epifisaria tipo
relativamente gruesa. También se observa 2 (Fig. 4), que es el tipo más común, el trazo
en desprendimientos patológicos asociados de fractura se extiende a lo largo de la placa
con raquitismo, escorbuto, osteomielitis y epifisaria, para luego discurrir hacia la
trastornos endocrinos. Es raro observar metáfisis, originando el familiar fragmento
a b
Figura 4. a) Esquema de la fractura fisaria tipo II de Salter y Harris. b) Aspecto radiográfico en fémur distal.
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R. B. Salter
a b
Figura 5. a) Esquema de la fractura fisaria tipo III de Salter y Harris. b) Aspecto radiográfico y en RM en fémur distal.
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a b
Figura 6. a) Esquema de la fractura fisaria tipo IV de Salter y Harris. b) Aspecto radiográfico en fémur distal donde, ade-
más, se aprecia una fractura metafisania.
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R. B. Salter
Otras clasificaciones
Las lesiones fisarias también han sido
clasificadas por Poland, Aitken y Magill y
importante aplicada a través de la epífisis a más recientemente por Ogden, pero la cla-
una área de la placa epifisaria. Afecta a arti- sificación de Salter-Harris parece ser que es
culaciones que se mueven en un solo plano, la más ampliamente difundida.A nivel de la
como sucede en tobillo o rodilla. Un trau- tibia distal y próximo a la finalización del
matismo importante en adducción o crecimiento, el cierre de la placa epifisaria
abducción en una articulación que normal- comienza medialmente y avanza a externo.
mente solo flexiona o extiende es fácil que Durante este período de cierre, un trauma-
ocasione un aplastamiento de la placa epifi- tismo podría provocar una «fractura tripla-
saria. El desplazamiento epifisario en estas na» la cual combina tanto el tipo 2 como el
circunstancias es infrecuente y las radiogra- 3 o incluso el tipo 4. La fractura triplana
fías iniciales ofrecen poca información puede estar compuesta, tanto por dos, como
acerca de la grave naturaleza de la lesión, por tres fragmentos. La radiología puede ser
incluso, puede ser diagnosticada como un difícil de interpretar por lo que está indica-
simple esguince. Ante la sospecha de aplas- da una TAC para determinar la naturaleza
tamiento de la placa epifisaria se debe man- de la fractura, así como la exacta posición de
tener en descarga la extremidad 3 semanas los fragmentos. Los componentes tipo 3 y
con la esperanza de prevenir el casi inevita- tipo 4 de la fractura triplana requieren una
ble cierre precoz del crecimiento. El pro- adecuada reducción y mantenimiento de la
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Figura 8. Fractura tipo I de Salter y Harris de radio distal tratada mediante reducción cerrada y vendaje yesado
ajustado.
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realice una artrografía. En menos de una corregida quirúrgicamente. Una mala con-
semana, sin embargo, puede aparecer una solidación de una lesión tipo 4 de la tibia
neoformación ósea perióstica a lo largo del distal, por ejemplo, indefectiblemente tien-
cuello femoral que puede darnos la pista. de al cese prematuro del crecimiento.
Otro ejemplo es el desplazamiento epifisa-
rio del húmero distal no osificado en un Pseudoartrosis
niño. El error en diagnosticar una lesión de La localización más frecuente de una
la placa epifisaria significa que el tratamien- pseudoartrosis tras una lesión de la placa
to adecuado se demora. Esto puede ser epifisaria es la fractura del cóndilo externo
especialmente importante en las fracturas del húmero, una complicación que origina
inestables tipo 4 del cóndilo externo del complicaciones adicionales, como es la
húmero, el cual sino se trata puede evolu- inestabilidad lateral del codo y eventual-
cionar hacia la pseudoartrosis. mente la parálisis tardía del nervio cubital.
Un fallo en el reconocimiento de una La fractura desplazada del cóndilo externo
lesión tipo 4 en rodilla o tobillo puede oca- humeral representa una indicación absoluta
sionar una mala consolidación que origine para la reducción abierta y fijación interna
un puente óseo fisario, por tanto, un cese para prevenir la consolidación viciosa o la
prematuro del crecimiento de la placa epi- pseudoartrosis.
fisaria afecta.
Osteomielitis
Consolidación viciosa Una lesión de la placa epifisaria abierta
Cuando una lesión de los tipos 1 ó 2 conlleva el mismo riesgo de osteomielitis
han consolidado en una posición defec- que cualquier otra fractura abierta. La oste-
tuosa, puede suceder una corrección omielitis en la región de la placa epifisaria,
espontánea de la deformidad si, como es sin embargo, especialmente si está produci-
habitual, la placa epifisaria continúa cre- da por Staphylococcus Aureus, puede oca-
ciendo, el niño es joven y la deformidad sionar condrolisis de la placa cartilaginosa y
está en el plano de movimiento de la arti- tiende al cese prematuro del crecimiento.
culación vecina, como sucede en una Por lo tanto, el tratamiento de estas lesiones
angulación posterior o anterior del fémur debe consistir en un desbridamiento meti-
después de un desplazamiento epifisario culoso y administración profiláctica de
del fémur distal. antibióticos, dejando la herida abierta ini-
Si la deformidad espontáneamente no cialmente para luego hacer un cierre cutá-
se corrige o es difícil que lo consiga, puede neo diferido
precisar una osteotomía correctora. Una
consolidación viciosa de una lesión tipo 3 Complicaciones neurológicas
en el tobillo puede conducir a una artrosis, Una lesión tipo 2 no reducida de la epí-
a menos que la incongruencia articular sea fisis distal radial con angulación dorsal resi-
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dual puede ocasionar una compresión del crecimiento de la placa epifisaria. La necro-
nervio mediano, manifestándose como un sis avascular de la epífisis de la cabeza femo-
síndrome del túnel del carpo. Lesiones por ral, a tan temprana edad, asocia además fallo
hiper-extensión en la región de la rodilla en el crecimiento longitudinal del cuello, al
(lesiones tipos 1 ó 2 tanto de fémur distal, seguir creciendo el trocánter mayor provo-
como de tibia proximal) están asociadas con ca una coxa vara funcional, pudiendo nece-
riesgo de una importante lesión del ciático sitar un descenso y lateralización del tro-
poplíteo interno, generalmente por trac- cánter mayor para corregir la cojera de
ción. Un examen neurológico cuidadoso y Trendelenburg.
documentar la lesión son esenciales antes
de instaurar el tratamiento para distinguir la Cierre prematuro del crecimiento y
lesión ocasionada por el traumatismo de la tratamiento
causada por el tratamiento. Tras una lesión de la placa epifisaria, el
crecimiento local puede cesar de forma
Complicaciones vasculares inmediata o puede continuar a ritmo lento
Las lesiones vasculares raramente se aso- durante un período variable hasta que se
cian con los desplazamientos epifisarios, detiene por completo; además, la alteración
excepto en la región de la rodilla, donde la del crecimiento puede afectar a la totalidad
arteria poplítea, junto con el nervio ciático de la placa o solamente a una parte de ella.
poplíteo interno se encuentran en una La deformidad resultante es progresiva hasta
localización de riesgo en estas lesiones por que el paciente acabe su desarrollo. Por
hiperextensión, como se explicó más arri- tanto, la gravedad del problema clínico
ba. Además, un arrancamiento de la íntima depende de varios factores: la localización
que pasa desapercibido o una ruptura de la de la lesión en la placa, la extensión de la
arteria poplítea secundaria a la hiperexten- zona lesionada, y crecimiento residual
sión puede llegar a producir gangrena pre- expectante de la placa epifisaria. Los princi-
cisando amputación. pales tipos de deformidad que pueden
desarrollarse son la angulación progresiva,
Necrosis avascular epifisaria acortamiento progresivo o una combina-
Los desplazamientos epifisarios tipo 1 ción de ambos (Fig. 10). Para planificar el
del fémur proximal y radio proximal pre- tratamiento más efectivo en estos casos de
sentan un elevado riesgo de necrosis avas- deformidades progresivas son necesarias
cular de la epífisis, siendo esta complicación múltiples valoraciones.
más importante que incluso la relacionada El retardo o el cese del crecimiento de
con la placa epifisaria. Cuando una placa una área de la placa epifisaria con continui-
epifisaria pierde el aporte vascular, los con- dad del crecimiento del resto de la placa
drocitos de la placa mueren y son sustitui- provoca una angulación gradual y progresi-
dos por fibrocitos con el resultante cese del va. Bajo estas circunstancias, el crecimiento
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Figura 10. Imágenes de los distintos tipos de trastornos de crecimiento que se pueden dar como
secuela de una fractura fisaria. Izda.: acortamiento. Centro.: deformidad angular. Dcha.: trastorno
mixto (acortamiento + deformidad angular).
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Hospital San Juan de Dios
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Hospital de Navarra, Pamplona.
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a b
Figura 1. Modelo experimental en fémur distal ovino. a) Una fractura transfisaria tipo IV insuficientemente reducida
provoca una comunicación metáfiso-epifisaria a nivel de la fractura, (flecha curva). b) Esto facilita, en unas semanas, la
producción de un puente óseo transfisario (*) con los consiguientes trastornos del crecimiento.
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a b c
Figura 2. (a y b) Imágenes
radiológicas anteroposteriores y
laterales de fractura tipo II de
fémur distal de Salter y Harris.
c) Evolución a los dos años,
con parada prematura comple-
ta del crecimiento de la fisis
distal, generando acortamiento
y deformidad en valgo.
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sedar a los pacientes más jóvenes así como mientras que los parciales suelen conducir a
el coste económico de cada exploración trastornos del crecimiento más complejos.
que sigue siendo alto. Los cierres fisarios parciales pueden cla-
Parece ser el método diagnóstico más sificarse, según su localización, en periféri-
útil y en nuestra opinión desde un punto de cos, centrales y lineares.
vista estrictamente técnico, el más reco- Los puentes óseos periféricos suelen
mendable de los que actualmente dispone- producir deformidades angulares más o
mos para el estudio de los puentes óseos menos marcadas, muy frecuentemente aso-
fisarios. ciadas a acortamiento del hueso afecto. En
el caso de lesionarse la zona de Ranvier
TIPOS DE CIERRES FISARIOS PREMATUROS puede afectarse también el crecimiento
En primer lugar, dependiendo de la latitudinal.
extensión, los puentes óseos fisarios pueden Los puentes centrales tienden sobre
ser divididos en dos grandes grupos: totales todo a producir acortamiento y una defor-
y parciales. (Fig. 4) midad característica epifisaria en «tienda de
Los cierres fisarios prematuros totales campaña» (ver Fig.10 -izda- del capítulo
tienden a producir fundamentalmente un anterior). Si el puente no está localizado
acortamiento del segmento óseo afecto exactamente en el centro del cartílago de
a b
Figura 4. a) Cierre completo fisario 4 años despues de fractura de alta energía tipo I. b) Fractura tipo II de fémur dis-
tal con cierre parcial a los tres años de evolución, causando deformidad en flexo antecurvatum de fémur.
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a b
Figura 5. Técnica de Langenskiöld. a) ) esquema de la intervención en tibia distal. b) Radiografía intraoperatoria mos-
trando la fase de resección del puente mediante fresado con torno de precisión en fémur distal.
crecimiento, también es muy posible que al de fisis abiertas, con mayor o menor fun-
acortamiento se asocie una deformidad ción remanente, por lo que, en determina-
angular. dos casos, serán susceptibles de técnicas que
El cierre parcial lineal, es en realidad una podíamos denominar de «cirugía fisaria». La
combinación de los dos anteriores, dando posibilidad de que quede un crecimiento
lugar a deformidades angulares y acorta- remanente, hace que sea de gran importan-
mientos asociados. cia en estos pacientes calcular la edad
esquelética para lo que el método más
TRATAMIENTO DE LOS CIERRES usado es el de Greulich y Pyle. Para ver si
PREMATUROS FISARIOS queda crecimiento remanente y para cuan-
El enfoque terapéutico de los puentes tificarlo pueden utilizarse los métodos de
óseos fisarios y los trastornos de crecimien- predicción de la dismetría al llegar a la
to consecuentes, varía sustancialmente madurez, sobre todo, las gráficas de
dependiendo de que el paciente haya llega- Crecimiento Remanente de Anderson y
do o no a la madurez esquelética en el Green y la gráfica en Línea Recta de
momento del tratamiento. Moseley.
• Paciente esqueléticamente inmaduros El primer factor en que debemos fijar-
(Algoritmo I). nos ante un puente fisario en un paciente
La gran diferencia de este con el grupo inmaduro es la extensión del puente. Si el
de pacientes maduros está en la existencia puente ocupa menos de la mitad del total
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Algoritmo I. Tratamiento de los trastornos del crecimiento producidos por puentes óseos fisarios en pacientes inma-
duros. CR, crecimiento remanente; Suficiente (+) o insuficiente (-) según las tablas de Anderson y Green; OP, osteoto-
mía percutánea.
fisario y hay crecimiento remanente sufi- recidiva del puente por el material inter-
ciente (niñas hasta 11-12 años y niños hasta puesto, que en una verdadera capacidad
13-14 años de edad esquelética), el trata- regenerativa de la fisis.
miento de elección, en nuestra opinión, es Diferentes autores han recomendado
la técnica de resección-interposición des- otras sustancias como material de interpo-
crita por Langenskiöld en 1967. En esta sición de los que podríamos destacar la sili-
técnica se trata de resecar el puente y cona y el cemento acrílico de baja libera-
mediante la interposición de grasa autólo- ción térmica. Dependiendo de que la
ga, conseguir una regeneración fisaria que corrección final sea completa o no, pueden
impida la reproducción del puente y se asociarse técnicas de distracción fisaria, si la
produzca el restablecimiento funcional del fisis está abierta, o técnicas de elongación-
cartílago de crecimiento (Fig.5). corrección mediante osteotomía percutá-
Nosotros pensamos que la eficacia del nea, si está ya completamente cerrada. Con
método más bien reside en conseguir la no- puentes óseos menores del 50% del total
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fisario y mínimo, o nulo, crecimiento rema- Nosotros, al igual que otros autores,
nente, la distracción fisaria se ha mostrado hemos observado que la interposición de
de gran efectividad en el tratamiento de grasa autóloga tras la distracción podría evi-
acortamientos/deformidades. tar la recidiva del puente que, por otro lado,
Hemos observado que la distracción es constante con la distracción fisaria sola
fisaria sola es capaz de producir la disrup- en casos de puentes fisarios.
ción del puente permitiendo así la elonga- Estas técnicas de distracción-interposi-
ción y/o corrección del hueso dañado. Pero ción serían de utilidad en los casos de niños
este tratamiento realizado en adolescentes muy jóvenes, pero nosotros no lo recomen-
da lugar frecuentemente al cierre total de la damos porque, por un lado, no es fácil téc-
fisis intervenida, por lo que recomendamos nicamente y, por otro, se pueden dar cierres
su uso sólo en niños cercanos a la madurez totales prematuros, como hemos observado
esquelética (Fig 6). en adolescentes. En estos casos de niños
a b c d e
Figura 6. Puente óseo fisario extenso y consecuente deformidad en varo y acortamiento de tibia proximal izquierda.
a) Preoperatorio. b) postoperatorio inmediato. c) veinte días de postoperatorio. Corrección de la deformidad angular.
d) alargamiento de 2,5 cm hasta compensar la dismetría. e) 10 meses postperatorio. Se mantiene la corrección angu-
lar y el alargamiento conseguidos inicialmente. Nótese la ausencia de osteotomías sobre el peroné ipsilateral.
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Algoritmo II. Tratamiento de los trastornos del crecimiento producidos por puentes óseos fisarios en pacientes madu-
ros (< 20 años). OP: osteotomía percutánea.
maduros, hasta los veinte años de edad ciados. En casos de dismetría de entre 3 y 5
aproximadamente, que presenten secuelas cm puede plantearse un acortamiento con-
de antiguos puentes óseos fisarios. tralateral en el hueso homólogo. Este últi-
En primer lugar estudiaremos si el cie- mo tratamiento está menos indicado cuan-
rre prematuro fisario ha producido un do el paciente es de talla corta o simple-
acortamiento, una deformidad angular o un mente cuando el paciente no lo acepta en
trastorno mixto. cuyo caso se puede ofrecer una elongación
En el caso de los acortamientos sin o como las mencionadas anteriormente.
con mínima deformidad angular, como veí- Los acortamientos puros de menos de 3
amos con los pacientes inmaduros, es cm no necesitan en nuestra opinión un tra-
importante la magnitud de la dismetría. Si tamiento quirúrgico siendo suficiente un
ésta es mayor de 10 cm, generalmente al alza ortopédica si es mayor de 1,5 cm, o no
alargamiento mediante osteotomía percutá- precisando terapia alguna si es menor.
nea hay que asociar un acortamiento con- En los trastornos mixtos, el tratamiento
tralateral para conseguir igualar la diferencia que pensamos debe realizarse es la elonga-
en longitud. Si la dismetría es de entre 5 y ción-corrección angular mediante osteoto-
10 cm lo habitual es que la elongación sea mía percutánea, con la cual se puede corre-
suficiente sin necesidad de otros gestos aso- gir la dismetría y la deformidad. En ocasio-
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nes, como veíamos, la dismetría es demasia- ventajas más importantes, sobre todo en
do importante como para corregirla sólo deformidades severas, son precisamente la
con la distracción y es necesario añadir un dificultad de corrección, las posibles lesio-
acortamiento contralateral para compen- nes por tracción de partes blandas y los pro-
sarla. blemas de consolidación.
En los casos en que el problema es la En la extremidad inferior, en casos de
deformidad angular, se pueden considerar tibia vara y/o fémur valgo, venimos emple-
las osteotomías convencionales de correc- ando desde hace unos años la denominada
ción inmediata que pueden ser de cierre o osteotomía de apertura progresiva cuyas
apertura. Las desventajas de las primeras son ventajas fundamentales sobre las osteotomí-
que producen un cierto acortamiento pero as correctoras convencionales son precisa-
por contra, la corrección es más fácil de mente que, al realizarse progresivamente, se
conseguir que en las de apertura cuyas des- evitan lesiones por tracción y se facilita la
corrección y que, al utilizarse distracciones
externos, se posibilita el ajuste de la correc-
ción en todo momento hasta la consolida-
ción de la osteotomía. Además no se pro-
a
duce acortamiento (inconveniente de las
osteotomías convencionales de cierre) y, en
los casos de deformidad tibial no es necesa-
rio realizar osteotomía de peroné para per-
mitir la corrección. (Fig 7).
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París, Francia.
Cualquier ortopeda infantil debe saber lo llamó «Síndrome del niño apaleado o
cómo reconocer los malos tratos, sean maltratado». Posteriormente, se han publi-
intencionados o no, entre todos los niños cado muchos estudios acerca de este sín-
que se ven a diario en las áreas de urgencias drome que se ha convertido en una plaga
de un hospital.También debe saber recono- terrorífica en países desarrollados. La inci-
cer y distinguir las anomalías esqueléticas dencia de malos tratos en USA es muy alta,
que aparecen en enfermedades generales de afectando a 4,9 niños por 1.000 de los cua-
las lesiones tardías como consecuencia de les 1/1.000 morirán; desde 1980 a 1986 los
malos tratos. El ortopeda debe tomar las malos tratos se incrementaron un 66%. En
medidas necesarias de acuerdo con la legis- Francia y Alemania, en número de muertos
lación vigente de su país para evitar cual- por malos tratos es de aproximadamente
quier reincidencia de malos tratos. 600-1.000 por año y su frecuencia se va
incrementando cada año. El ortopeda
GENERALIDADES infantil trata, generalmente, el 30-40% de
El primer trabajo publicado sobre los los casos; por lo que su responsabilidad en
malos tratos probablemente corresponda al reconocer los casos es crucial, ya que un
médico forense Ambroise Tardieu en 1860, 25% de estos niños no son detectados en la
pero su publicación fue completamente primera consulta y serán nuevamente mal-
ignorada durante un siglo. Caffey en 1946 tratados muriendo el 5% de ellos. Esto
presentó algunos casos de fracturas de remarca lo importante que es el educar a
miembros asociadas a hematoma subdural todos los profesionales que se encuentran
supuestamente como resultado de mal en primera línea en las áreas de urgencias,
trato. Silverman describió los típicos cam- especialistas de urgencias, pediatras, ortope-
bios radiológicos de las lesiones esqueléticas das los cuales deben detectar un niño mal-
en 1953 y dio su nombre a este síndrome. tratado entre todos los niños que ven a dia-
En 1962, Kempe asoció estas lesiones rio. Los perpetradores de abusos pueden ser
esqueléticas con otras formas de trauma y padres, padrastros, hermanos mayores, can-
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Tabla 1
Niños en riesgo
Menores de 3 años
Primogénito
Prematuro
Hijastros
Niños con deficiencias a
Hijos no deseados
Rockwood, 1996
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rápido en algunos casos. Las marcas de espalda o próximas a los genitales deben
hematomas y quemaduras reflejan el instru- hacernos sospechar de abuso sexual adicio-
mento empleado para infligir la lesión: nal (Tabla 2).
cuchillos, dientes, un cinturón o látigo, un B. Las lesiones esqueléticas son las más
tenedor, etc. Áreas lisas y calvas con mecho- típicas y frecuentes. Las fracturas fisarias
nes por repetidas lesiones son lesiones (FF) (Fig. 2), presentes en la mayoría de los
características. Marcas por quemaduras pue- casos, sugieren el diagnóstico de síndrome
den estar presentes hasta en un 20% de del niño maltratado (SNM).
niños con malos tratos, tanto eléctricas Tres cuartas partes de los niños con sos-
como térmicas (cigarrillos), y a veces ocul- pecha de haber sufrido malos tratos, valora-
tas en áreas cubiertas por ropa. Las quema- dos en el Hospital de Niños Enfermos de
duras por inmersión en agua caliente se París presentaban al menos una lesión
localizan en zonas en las que el niño no esquelética; 30 pacientes tenían 102 fractu-
puede protegerse (glúteos, pies) y no afecta ras fisarias, lo que supone una media de 2,9
a las zonas que pueden protegerse median- lesiones esqueléticas por niño (intervalo 1-
te una triple flexión de los miembros infe- 17).
riores (región inguinal, hueco poplíteo). En la serie de King y cols. se diagnosti-
Esta distribución de las zonas escaldadas es caron 429 fracturas en 189 niños (media
muy típica. Marcas cutáneas en nalgas, 2,4). Es interesante reseñar la localización
Partes blandas 37
Hematomas 21 Cualquier sitio
Lesiones oculares 2
Mordeduras 1 Extremidades
Arañazos 2 Tronco
Quemaduras 11
Cigarrillos 2 Tronco y extremidades
Escaldaduras 6 Manos y pies
Quemaduras por inmersión en agua 3 Glúteos y extremidades inferiores
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Húmero 85 20 71 38
Tibia 78 18 50 26
Fémur 76 18 66 35
Radio 37 9 31 16
Cráneo 36 8 36 19
Columna 35 8 36 19
Costillas 34 8 34 18
Cúbito 30 7 25 13
Peroné 18 4 15 8
a c d
Figura 2. Lesiones óseas. a) Grandes calcificaciones que evocan una carencia vitamínica. b) Lesiones diafisarias y fisa-
rias muy típicas en el mismo niño. c) Fracturas craneales con ensanchamiento de las suturas. d) Fracturas costales.
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de estas lesiones (Tabla 3), dado que algunas FRACTURAS DE LAS EXTREMIDADES
de ellas son típicas del SNM. Como se ha mencionado previamente,
En todas las series, las fracturas de húme- las fracturas diafisarias son más frecuentes.
ro, fémur y tibia son las más frecuentes. Por Algunos cambios radiográficos son típicos:
el contrario, menos frecuentes son las frac- a)Esquina metafisaria, en ocasiones aso-
turas costales, y sin embargo son citadas ciada a la impactación de la diáfisis en
como lesiones típicas del niño maltratado. la metáfisis, que aparece expandida;
Las fracturas diafisarias son más frecuentes existe una intensa osificación periósti-
que las metafisarias o fisarias, en contra de lo ca asociada.
publicado en algunos trabajos, que resaltan b)Irregularidad de la metáfisis, cuyos
la frecuencia de estas últimas lesiones. Sin límites se desdibujan.
embargo, hay características de las lesiones c)Osificación perióstica intensa en
esqueléticas que pueden sugerir SNM: se torno a la diáfisis, debido a un gran
asocian con frecuencia a lesiones cutáneas, hematoma subperióstico (Fig. 2a).
son múltiples y típicamente afectan a huesos d)Consolidación viciosa en rotación o
largos, costillas, clavícula y cráneo. angulación, debido a fracturas que no
han sido tratadas.
e)Signos compatibles con deficiencia de
vitamina C o D y retraso en la madu-
ración de las epífisis.
FRACTURAS DE CRÁNEO
Las incidencia de fracturas de cráneo es
entre 14 y 20% en estas series. En ocasio-
nes, el ensanchamiento de las líneas de
sutura craneales sugieren un hematoma
subdural (Fig. 2c). La mejor exploración
complementaria inicial para detectar lesio-
nes cerebrales es la TC, mejor que la RM.
FRACTURAS DE LA COLUMNA
Pueden pasar desapercibidas a menos
que la radiología sea valorada detenidamen-
te. El tipo de fractura vertebral más fre-
cuente es el de fractura-aplastamiento
como resultado de un violento movimien-
to de flexión del tronco. Habitualmente se
Figura 3. Mecanismo de lesión torácica y craneal en un
niño maltratado. Tomado de Rockwood, 1996. localizan en las áreas de mayor movilidad de
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Partes blandas
Variedad de lesiones (cara, tronco, nalgas)
Lesiones térmicas
Patrones de lesiones regularmente distribuidos (marcas de arañazos, quemaduras por
radiadores)
Marcas por cuerdas
Quemaduras de cigarrillos
Lesiones esqueléticas
Fractura en «asa de cubo» o «esquina metafisaria»
Fracturas craneales, vertebrales o costales
Fracturas recientes bilaterales
Callo hipertrófico
Fracturas en diversos estadios de consolidación
Fracturas de extremidades inferiores en niños que aún no caminan
Lesiones multifocales
la columna: cervical, cérvico-torácica (Fig. la frágil pared torácica infantil. Estas lesio-
3) y tóraco-lumbar. Han sido publicadas nes deben de ser diagnosticadas de forma
localizaciones menos frecuentes, como el sistemática, dado que constituyen una
pedículo de C2 o luxación C1-C2 en uno prueba de malos tratos. En estos casos el
de nuestros casos. Debemos insistir en que tórax y el cráneo pueden ser lesionados de
las fracturas fisarias tipo I de Salter y Harris forma simultánea. Sin embargo, las fracturas
de la columna infantil no se pueden reco- costales no son fácilmente diagnosticadas
nocer en una radiografía simple de colum- mediante radiología simple, y la gammagra-
na cuando no está desplazada, por lo que la fía puede ser muy útil en estos casos.
RM está indicada en estos casos.
LESIONES FACIALES
FRACTURAS COSTALES Son lesiones frecuentes y, con frecuen-
Son lesiones típicas del SNM cuando cia, son de poca importancia.Traumatismos
son de localización posterior, múltiples y nasales repetidos pueden provocar lisis del
cuando su aspecto sugiere que se han pro- septo nasal, que es muy difícil de recons-
ducido en fechas distintas. Son la conse- truir (Fig. 4). Las lesiones oculares, como la
cuencia de una fuerza de compresión sobre hemorragia de retina, pueden ser graves. La
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los «derechos de los padres» y los «derechos 5. Galleno H, Oppenheim WL. The Battered
de la familia». Este doctor no puede decidir Child Syndrome Revisited. Clin Orthop
nada individualmente. Por el contrario, 1982;162:11-19.
debe de compartir esta dura decisión con 6. Kempe H. Pediatric Implication of the
otros miembros del equipo, pediatras, psicó- Battered Child Syndrome. Arch Dis Child
logos, asistentes sociales y representantes de 1971;46:28-32.
la institución. Cuando el peligro es inme- 7. King J, Diefendorf D, Apthorp J, Negrete VD,
diato, se debe de decidir el retirar al niño de Carlson M. Analysis of 429 Fractures in 189
sus cuidadores habituales y mantenerlo en Battered Children. J Pediatr Orthop
una institución que le cuide hasta la deci- 1988;8:585-589.
sión judicial. Cuando el peligro es menos 8. Ludwig S, Kornberg AE. Child Abuse. Nueva
inminente, es mejor investigar más para evi- York Churchill Livingstone 1992.
tar cualquier diagnóstico erróneo. 9. Mallet JF, Padovani JP, Rigault P. Le Syndrome
Se debe de recordar que en esta mate- de Silverman ou Syndrome des Enfants
ria, el objetivo del equipo médico es la pre- Battus. Annales de Pediatrie 1984;31:118-125.
vención de cualquier recurrencia del mal- 10. McMahon P, Grossman W, Gaffney M,
trato, incluso antes que el castigo de los cul- Stanitski C. Soft-Tissue Injury as an Indication
pables. of Child Abuse. J Bone Joint Surg (Am)
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2 Blakemore LC, Loder RT, Hensinger RN. 12. Rockwood RA, Wilking KE, Beaty JH.
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Abuse? J Pediatr Orthop 1991;11:184-186. Hyg 1860;13:361-398.
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Fracturas obstétricas
F. Haces1, M. Martínez2
1.
Hospital Shriners para Niños, México
11
2.
Hospital American British Cowdray, México.
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F. Haces, M. Martínez
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F. Haces, M. Martínez
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F. Haces, M. Martínez
Figura 4. Radiografia anteroposterior de codo con epifi- Figura 5. Radiografía oblicua de codo con epifisiolistesis
siolistesis humeral distal. humeral distal.
Se han reportado como secuelas de esta crepitación al mover la cadera, con dolor a
lesión limitación para la flexión del codo y la palpación y se observa acortamiento de
deformidad en varo o valgo (Fig. 6). la extremidad afectada.
Radiográficamente aún no observamos
Fémur proximal el núcleo de osificación de la cabeza femo-
La separación traumática de la epífisis ral, por lo cuál se puede confundir esta
femoral proximal es una lesión rara y a lesión con displasia del desarrollo de la
menudo se le confunde con displasia del cadera al observar el extremo proximal de
desarrollo de la cadera. El mecanismo de la diáfisis femoral desplazado proximal y
lesión es por hiperextensión, abducción y lateralmente, sin embargo a la exploración
rotación externa de la cadera. encontraremos abducción dolorosa de la
Clínicamente el recién nacido adopta cadera con lesión traumática. Otro diagnós-
una posición en abducción de las caderas, tico diferencial es la artritis séptica neonatal
con flexión de la rodilla y rotación externa con tumefacción e inflamación de la cade-
de la extremidad afectada. Se puede palpar ra y desplazamiento lateral de la metáfisis en
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Fémur distal
Está lesión es de un diagnóstico más
sencillo, porque podemos observar el
núcleo de osificación femoral distal desde el
nacimiento. Se trata de una lesión fisaria Figura 6. Codo valgo postraumático.
tipo I de Salter y Harris que no compro-
mete el crecimiento ulterior del fémur dis-
tal. Casi siempre el desplazamiento de la tracción de Bryant, por el peligro posible
epífisis es posterior y se forma un gran callo de comprimir los vasos poplíteos o produ-
perióstico alrededor de la lesión, que puede cir isquemia del pie.
ser el primer dato encontrado en estos
pacientes dado que en ocasiones no se sos- LESIONES DE LAS ARTICULACIONES
pecha este diagnóstico y la lesión pasa desa- Son muy raras como entidades aisladas y
percibida. también pueden presentarse acompañando
Se debe realizar el diagnóstico diferen- muchas veces a fracturas. En ocasiones se
cial con lesiones congénitas o infecciosas de diagnostican por exclusión al no encontrar
la rodilla. El tratamiento consiste en reduc- otras lesiones, tal como ocurre en las luxa-
ción mediante tracción y desplazamiento ciones del hombro que pueden confundir-
anterior de la epífisis teniendo siempre cui- se con parálisis braquial o fracturas de
dado con los vasos poplíteos e inmovilizan- húmero.
do la rodilla en discreta flexión durante 2 Una lesión de origen traumático obsté-
semanas.A pesar de persistir un leve despla- trico es la de la cabeza del radio, que da
zamiento epifisario este se remodelará con lugar a una posición en aducción y rotación
el crecimiento. Es preferible no utilizar la interna del hombro, con el codo en flexión
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F. Haces, M. Martínez
y pronación del antebrazo y disminución ción y el grado de lesión, las parálisis bra-
del reflejo de Moro. Clínicamente en algu- quiales se clasifican en:
nos casos se puede palpar en el codo un 1. Erb-Duchenne o radicular superior.
desplazamiento lateral y posterior de la Son el 90% de las parálisis y se pro-
cabeza del radio. Se reduce por maniobras ducen por lesión de las raíces C5 y
de pronación y extensión e inmovilización C6 y en ocasiones C7. Siempre están
durante 2 semanas. afectados los músculos deltoides,
Puede producirse luxación del maxilar bíceps, braquial anterior, supraespi-
inferior al hacer tracción con el dedo den- noso y supinador largo. A veces se
tro de la boca, sin embargo esta lesión suele afectan el pectoral mayor, dorsal
resolverse espontáneamente. ancho, serrato mayor, redondo
mayor e infraespinoso y muy rara-
PARÁLISIS DEL PLEXO BRAQUIAL mente el tríceps.
La parálisis del plexo braquial es, de 2. Dejerine-Klumpke o radicular infe-
todos los traumatismos obstétricos, el más rior. Oscilan entre el 2 y el 3%. Se
importante, por su frecuencia y secuelas. Se produce por una lesión de las raíces
produce por tracción sobre las fibras del C7, C8 y D1, afectando los nervios
plexo cervical con alargamiento (reversible) cubital, mediano y radial, que dan
o arrancamiento (irreversible) de las mis- lugar a una parálisis de los músculos
mas, producidas por maniobras bruscas en flexores del antebrazo, muñeca y
el momento del parto. mano.
La lesión del plexo braquial puede dar 3. Total con afección de todo el plexo.
origen a parálisis del brazo asociada o no a La deformidad de la extremidad supe-
parálisis del antebrazo o de la mano. Se ha rior afectada se debe a la contractura de los
reportado una frecuencia de 0.5 a 1.2 por músculos que han conservado la función
1000 recién nacidos vivos y constituye el antagonista de los afectados y con el tiem-
6.1 al 9% de los traumatismos obstétricos. po a retracciones o relajaciones articulares
Las maniobras en el momento de la con atrofia ósea.
extracción del niño que pueden producir La actitud típica de la extremidad torá-
lesiones sobre el plexo braquial son en la cica afectada es con el brazo péndulo, el
presentación cefálica la tracción lateral hombro en rotación interna, el codo en
sobre la cabeza y el cuello sin liberar el extensión, el antebrazo en pronación y los
hombro, y en la presentación podálica la dedos de la mano flexionados. El reflejo de
tracción por maniobra de Mauriceau con Moro se encuentra ausente y puede haber
extracción difícil de la cabeza. disminución en la sensibilidad en la parte
Por la disposición anatómica del plexo externa del brazo. La parálisis es flácida, con
braquial se lesionarán más fácilmente las hipotonía y arreflexia. La capacidad de
raíces superiores. Según el nivel de afecta- prensión de la mano está conservada a
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menos que esté lesionada la porción infe- 5. Joseph PR, Rosenfeld W: Clavicular fractures
rior del plexo braquial y constituye un in neonates.Am J Dis Child 1990; 144: 165-7.
signo de buen pronóstico. 6. Nadas S, Reinberg O: Obstetric fractures. Eur
A veces se acompañan de lesiones del J Pediat Surg 1992; 2: 165-8.
nervio facial o del nervio hipogloso. 7. Nadas S, Gudinchet F, Capasso P, Reinberg O:
La evolución, el tratamiento y las secue- Predisposing fractures in obstetrical fractures.
las de estas lesiones son un tema muy Skeletal Radiol 1993; 22: 195-8.
amplio de tratar y que están más allá del 8. WL, Davis A, Growdon WA et al: Clavicle
objetivo de este trabajo. fractures in the newborn. Clin Orthop 1990;
250: 176-80.
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1. Boytim MJ, Davidson RS, Charney E, ción, España. Ed. Marbán, 2003.
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meningocele patients. J Pediatr Orthop 1991; ción, México. Ed. McGraw-Hill, 1994.
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Ed. Médica Panamericana 1995.
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España. Ed. Harcourt Brace de España 1998.
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femoral neck fracture at birth. J Bone Joint
Surg 1990; 72 B: 155-6.
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Fracturas ocultas
C. F. Moseley
Shriners Hospital for Children,
12
Los Angeles, California, EE. UU.
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C. F. Moseley
Rodilla
• Fractura osteocondral de la rótula tras
b
luxación.
- Por lo general, tiene una porción
ósea pero si el haz de rayos -X no
coge la porción más larga del frag-
mento, puede no verse.
- Los fragmentos grandes pueden ser
fijados quirúrgicamente, pero el
índice de unión no es alto.
• Fractura osteocondral del cóndilo femoral
c
(Fig. 2).
- Puede asociarse también a luxación
de rótula.
- El cartílago articular puede despe-
garse como una cáscara de naranja,
* sin componente óseo.
- Hay que sospecharla cuando hay
gotas de grasa en la artrocentesis.
- El fragmento puede ser repuesto si
es grande y se localiza en una zona
importante (de carga).
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C. F. Moseley
152
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RESUMEN BIBLIOGRAFÍA
Las lesiones fisarias y epifisarias requie- 1. Richards BS. Orthopedic Knowledge Update.
ren que estemos seguros de su naturaleza Pediatrics. Chicago, American Academy of
antes de iniciar un tratamiento ya que, en Orthopedic Surgery, 1996.
esas localizaciones, no son infrecuentes las
«sorpresas diagnósticas».
153
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Fracturas patológicas
A. Catterall
Royal National Orthopaedic Hospital
13
Londres, Reino Unido.
INTRODUCCIÓN Tabla 1
Las fracturas patológicas en los niños, LESIÓN LOCAL EN HUESO NORMAL
frecuentemente, presentan problemas, tanto Lesiones Benignas
para el diagnóstico como para el tratamien-
• Quiste óseo esencial
to. La fractura, a menudo, presenta por ella
• Quiste óseo aneurismático
misma unos síntomas que van a enmascarar
• Fibroma no osificante
la patología base, aunque en algunos casos
• Granuloma eosinófilo
habrá síntomas prodrómicos, en concreto
• Encondromatosis o discondroplasia
en los miembros inferiores, como son el
dolor y la cojera. El problema, por tanto, es Lesiones Malignas
reconocer, en primer lugar, que la fractura • Osteosarcoma
es patológica y en segundo lugar, cuál es el • Sarcoma de Ewing
problema que subyace y que origina la
anormalidad. El tratamiento debe estar cal como sucede en la Encondromatosis y
dirigido, tanto a la curación de la fractura, Granuloma Eosinófilo. Los ejemplos más
como a la condición que subyace si es comunes son el Quiste Óseo Esencial,
posible. Quiste Óseo Aneurismático y el Fibroma no
Osificante (Fig. 1).
DEFINICIÓN Los tumores malignos en ocasiones
Se define como toda fractura que ocu- debutarán con una fractura, pero pueden ser
rre como resultado de una fuerza aparente- separados de este grupo por el tamaño de la
mente normal aplicada a un hueso debilita- hinchazón y de la lesión con apariencia
do localmente o de forma generalizada. agresiva en las radiografías (Fig. 2).
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A. Catterall
a b
Figura 1. Fractura patológica metafisaria distal de tibia sobre Fibrona no Osificante en varón de 13 años.
156
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Figura 3. Fémur curvo con fractura transversal a nivel Figura 4. Pseudoartrosis congénita de tibia en niño de 3
del 1/3 distal en paciente con osteogénesis imperfecta. años de edad.
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A. Catterall
a b
Figura 4. a) Fractura diafisaria espiroidea en niño diagnosticado de mielomeningocele. b) Síntesis elástica intrame-
dular.
debe ser considerado como una experien- neración articular o por intervenciones
cia penosa para el paciente y su familia, múltiples a las que se les someten.
aconsejándose el tratamiento quirúrgico.
También se han observado fracturas en Tabla 3
paciente con articulaciones neuropáticas, en FRACTURAS DE ESTRÉS
concreto en la indiferencia congénita al
• Fractura de estrés de la tibia
dolor. Las neuropatías sensitivas y motoras
• Espondilolisis de L5
hereditarias tienen un trastorno asociado
(Gimnastas, esquí acuático)
del tacto y la propiocepción en alrededor
• Fracturas de estrés de cuello femoral
un 50% de los casos y, por lo tanto, pueden
(Bailarines/as de ballet)
desarrollar una articulación de Charcot.
• Fracturas de estrés de los metatarsianos
Estas articulaciones suelen evolucionar
(Futbolistas)
hacia la rigidez, bien sea por la propia dege-
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TRATAMIENTO
Hay tres fases en el manejo de los niños
con fracturas patológicas. Lo primero es
reconocer que la fractura es patológica. Lo
segundo es diagnosticar la enfermedad de
base. La tercera fase es el tratamiento, que
debe estar, en primer lugar, dirigido a la
curación de la fractura y en segundo lugar,
a tratar la patología subyacente y las com-
plicaciones que la fractura pueda haber
inducido. El reconocer que la fractura ha
sido patológica, supone al clínico la pericia
para detectar que la fractura no guarda pro-
porción con el traumatismo observado. Un
ejemplo es que un niño presente una frac-
Figura 6. Fractura de estrés diafisaria del tercer metatar-
siano mostrando la característica reacción perióstica, 6
tura de cuello femoral por una caída casual
semanas después de la lesión. cuando corría. Una fractura de este tipo
requiere a esta edad un traumatismo de alta
energía. Cuando esto no sucede, puede ser
Fracturas de estrés (Fig. 6) que el traumatismo haya sido inapropiada-
En estos niños (Tabla 3) el hueso es nor- mente descrito o que el hueso presente una
mal, pero las fuerzas que se aplican son debilidad estructural que lo hace vulnerable
repetitivas y anormales. Las fracturas de ante una fuerza biomecánica normal. Se
estrés, en concreto de la tibia y de la pars debe recordar que a la hora de hacer el
inter-articularis de L-5 se ven con frecuen- diagnóstico diferencial debemos tener en
cia asociadas con entrenamientos mal plan- cuenta la Osteogénesis Imperfecta, que fre-
teados y, tanto en deportes como gimnasia cuentemente se confunde con Síndrome
tras entrenamientos extenuantes en indivi- del Niño Maltratado y lesiones no acciden-
duos en crecimiento. Otro ejemplo de este tales.Ambas condiciones pueden ocurrir en
grupo es la complicación de lesiones no el mismo individuo, pero mientras la clási-
accidentales, en donde una fuerza anormal ca fractura de la Osteogénesis Imperfecta es
es aplicada respectivamente al hueso de un transversa con deformidad angular, el trau-
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A. Catterall
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Fracturas abiertas
F. García Güemes
Hospital General Yagüe
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Burgos.
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F. García Güemes
a b
Figura 1. Fracturas abiertas tipo I en fémur y tibia contra laterales. a) Fractura tibial izquierda. b) Fractura femoral
derecha. c) Situación clínica tras la reducción y fijación con fijadores externos Orthofix ® en ambos segmentos.
En general, se considera que la inciden- Las falanges de las manos y los pies y la
cia de fracturas abiertas de los huesos largos diáfisis tibial son las zonas más comúnmen-
es inferior que en el adulto, si bien la mano te afectadas.
y el pie parecen afectarse con mayor fre-
cuencia en el niño (Tabla 1). ETIOLOGÍA
Cheng y Shen (1993) y Mann y Al igual que en el adulto, este tipo de
Rajmaira (1990) tras estudiar series amplias fracturas suelen aparecer en un contexto de
de fracturas en el niño, encontraron que el traumatismo de alta energía : Acc. de tráfi-
2,2% corresponden a fracturas abiertas, co, deportes de velocidad.
señalando la rareza de las lesiones fisarias La causa más frecuente en este grupo de
abiertas que solo aparecían en el 0,3% de edad, es el atropello de un peatón por un
los casos. También se aprecia mayor inci- automóvil. En la revisión efectuada por
dencia de fracturas abiertas en los niños que Kreder (1995) el 46% de los casos fueron
en las niñas. debidos a atropellos, el 32 % lo fueron por
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CLASIFICACIÓN
Tabla 2 En los niños, normalmente, se emplea la
ETIOLOGÍA DE FRACTURAS ABIERTAS DE
misma clasificación que en los adultos.
FEMUR Y DE TIBIA EN LA INFANCIA
Los sistemas de clasificación de las frac-
Causa Casos (%)
turas abiertas son un tema relativamente
Atropello 78 46,7 reciente. Hasta los años sesenta las fracturas
Acc. moto o bici 46 27,5 se clasificaban simplemente como abiertas
Acc. de coche 15 9 o cerradas, aunque algunos autores (Ellis
Acc. deportivo 9 5,3 1958, Nicoll 1964) ya señalaban la relación
Arma de fuego 5 3 entre la lesión de las partes blandas y el pro-
Cortacésped 4 2,3 nóstico de la fractura.
Acc. deportivo 10 6 Cauchoix (1965) estableció una clasifi-
Tomado de Cramner (1992), Blasier (1996). Buckley cación basada en el tamaño de la herida.
(1990) y Kreder (1995) sobre 167 casos. Distinguía tres tipos. El tipo 1 se trataba de
fracturas con heridas puntiformes y escasa
lesión de las partes blandas. En el tipo 2
existía riesgo de necrosis de la piel y en el
accidentes de bicicleta o ciclomotor. Otros tipo 3 existía pérdida de sustancia.
mecanismos como son las lesiones produci- Esta clasificación y algunas otras que se
das por armas de fuego y por máquinas desarrollaron más tarde fueron precursoras
cortacesped tienen poca incidencia en de la clasificación de Gustilo y Anderson
nuestro medio aunque son un grupo cre- publicada en 1976 y posteriormente com-
ciente en otros países. (Tabla 2). pletada por el mismo autor en 1984.
En dicha situación son frecuentes la Dicha clasificación tiene en cuenta el
existencia de lesiones asociadas, en ocasio- tamaño de la herida, la lesión de las partes
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Tabla 3
INCIDENCIA DE ALGUNAS COMPLICACIONES DE FRACTURAS ABIERTAS DE LOS
HUESOS LARGOS EN LA INFANCIA
Grado de Gustilo S. C.* Infección Retardo consolidación Casos
P. B. ** Ostm. ***
I 0 1 0 3 33
II 5 1 0 4 48
IIIA 1 3 3 6 24
IIIB 0 4 2 6 18
IIIC 0 2 4 2 13
*S. C.: Síndrome Compartimental. **P. B.: Partes blandas. ***Ostm.: Osteomielitis.
Tomado de Buckley (1990), Cramer (1992) y Kreder (1995).
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Peletier encuentran una relación clara entre menos de la mitad del diámetro del hueso
los gérmenes hallados en dichos cultivos y fracturado, no es obligatorio revisar el foco
los aparecidos en casos de infección. No de fractura.
obstante, Chapman y más recientemente Se extirparán todos los tejidos que con-
Lee no encuentran utilidad en la realización sideremos desvitalizados, lo cual no siempre
de tales cultivos. es fácil de determinar en el momento ini-
cial. A nivel muscular, el color, el sangrado
TRATAMIENTO DE LAS PARTES BLANDAS y la contractilidad al corte son signos fiables
La irrigación y el desbridamiento de la de viabilidad. Los fragmentos óseos desvita-
herida es un factor fundamental para evitar lizados, sin inserciones, deben ser elimina-
la infección y en ningún caso puede ser dos asumiendo el riesgo de que aparezca un
sustituido por la antibioterapia solamente. déficit de sustancia que requiera ulterior-
El tratamiento se inicia con una limpie- mente algún procedimiento quirúrgico.
za externa y un lavado copioso de la heri- Las fracturas con importantes lesiones
da con suero salino. La función fundamen- de partes blandas requerirán con frecuencia
tal del lavado es mecánica con arrastre de desbridamientos repetidos a las 48-72
cuerpos extraños y tejidos desvitalizados. horas. En estos casos el tratamiento antibió-
No obstante algunos autores aconsejan aña- tico debe prolongarse al menos 48 horas
dir antibióticos al líquido de lavado. tras el último desbridamiento.
Aunque se admite, de un modo general, El cierre de la herida continua siendo
que el desbridamiento y la limpieza deben tema de controversia. Existen firmes parti-
ser precoces, algunos estudios no aprecian darios del cierre diferido en todos los casos.
diferencias en la tasa de infección entre No obstante en aquellos casos en que el
aquellos casos en que la cirugía se realizó cierre se puede realizar sin tensión ni espa-
antes de las seis horas o cuando se realizó cios muertos, no han transcurrido más de 8
entre las seis y 24 horas tras el traumatismo. horas desde el traumatismo, no hay eviden-
Si es posible, antes de iniciar el desbri- cia de contaminación y la limpieza sea ade-
damiento colocamos un manguito de cuada, se puede realizar el cierre primario
isquemia en la raíz del miembro, pero sin de la herida dejando generalmente algún
subir la presión, por si es necesario un con- sistema de drenaje. Se trata fundamental-
trol temporal de la hemorragia. mente de fracturas tipo I y II con escasa
Creemos que de este modo se distin- lesión de partes blandas.
guen mejor los tejidos desvitalizados. En las fracturas tipo III, el mayor grado
El desbridamiento y la revisión deben de contaminación, la pérdida tejidos y la
incluir todos los planos, hasta el foco de dificultad para reconocer inicialmente
fractura. Esto puede exigir una ampliación todos los tejidos desvitalizados, desaconse-
de la herida cutánea. Sisk considera que jan o impiden la realización de un cierre
cuando la herida es de pequeño tamaño, primario de la herida, debiéndose realizar,
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Figura 4. La clínica y la radiología, con frecuencia basta para hacer una valoración adecuada de una fractura abierta.
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nillos. Entre las ventajas de la fijación exter- peta los cartílagos fisarios puede tener indi-
na, podemos señalar : caciones más amplias en el niño, habiéndo-
• Estabiliza la fractura sin añadir mate- se utilizado en las fracturas tipo I y II con
rial extraño al foco. buenos resultados. Creemos que resulta
• Permite un adecuado control de las especialmente útil en las fracturas de húme-
partes blandas y la realización de pro- ro y antebrazo que no pueden ser tratadas
cedimientos quirúrgicos si es necesa- ortopédicamente.
rio. Las fracturas que afectan a los huesos de
• La técnica de colocación y retirada del la mano o el pie y las fracturas epifisarias
mismo es sencilla y poco traumática pueden estabilizarse adecuadamente con
para una extremidad ya severamente agujas de Kirschner o tornillos.
lesionada. El periodo de consolidación está direc-
• Buena tolerancia con bajo índice de tamente relacionado con el tipo de fractura
complicaciones. según la clasificación de Gustilo. (Tabla 4).
El enclavado endomedular, es amplia-
mente utilizado en el tratamiento de las COMPLICACIONES
fracturas tipo I y II de Gustilo en el adulto. Al igual que en el adulto, las complica-
No obstante, se trata de una cirugía más ciones potenciales de este tipo de fracturas,
agresiva que coloca material extraño a nivel incluyen: La infección, el síndrome com-
del foco y que en el niño puede lesionar los partimental, la consolidación viciosa, el
cartílagos misarios, por lo que su utilización retraso de consolidación y la pseudartrosis.
debería restringirse a los adolescentes pró- De modo específico en el niño pueden
ximos a la madurez esquelética. aparecer posteriormente dismetrías y alte-
El enclavijado endomedular elástico, raciones axiales de los miembros. Song
menos agresivo en su colocación y que res- (1996) y Blasier (1996) encuentran una
Tabla 4
TIEMPO DE CONSOLIDACIÓN (MESES) DE FRACTURAS DIAFISARIAS ABIERTAS DE
MIEMBRO INFERIOR EN NIÑOS
Grado de Gustilo I II III IIIB IIIC
Buckley (1990) 3,6 4,1 4,1 8,7 13,1
Cramer (1992) 3,1 4,8 9,2
Kreder (1995) 3,9 3,77 5,8 10,8 10,4
Levy (1997) 2 2,5 4
Song (1996) 3,5 2,7 5,5
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Tabla 5
ESCALA MESS PARA VALORACIÓN DE UNA EXTREMIDAD GRAVEMENTE LESIONADA
Puntos
Lesión ósea y tejidos blandos
Baja energía (herida incisa, fractura simple) 1
Energía media (fractura conminuta, herida contusa) 2
Alta energía (aplastamiento, arma de fuego militar) 3
Muy alta energía (con gran avulsión de tejidos blandos) 4
Isquemia de la extremidad
Pulso reducido con perfusión normal 1
Sin pulso, parestesias reducción del llenado capital 2
Frialdad, parálisis, insensibilidad 3
Shock
Presión arterial mayor de 90 mm., Hg. 0
Hipotensión transitoria 1
Hipotensión persistente 2
Edad (años)
Menor de 30 0
30-50 1
Mayor de 50 2
clara relación entre la edad del lesionado y shock hipovolémico y la edad del paciente
el índice de complicaciones, refiriendo que (Tabla 5).
en pacientes menores de 11-12 años el Si la puntuación es mayor que 7 puede
curso clínico es más benigno y con menor ser necesaria la amputación. Dicha escala
número de complicaciones. puede utilizarse de modo orientativo, pero
La necesidad de realizar una amputación debe ser la valoración del cirujano la que
es rara pero no excepcional. Se trata, en decida el tratamiento más adecuado.
general, de fracturas tibiales grado III C de Durante cierto tiempo se consideró que
Gustillo. En la revisión efectuada por la existencia de fractura abierta protegía
Kreder (1995) fué necesario amputar 4 frente a la aparición de Síndrome compar-
casos de 6 fracturas tipo III C de Gustilo. timental. Actualmente existe evidencia para
Existen escalas para valorar la viabilidad de afirmar que esta complicación, aunque
una extremidad severamente lesionada. infrecuente, puede aparecer especialmente
Una de las más conocidas es la MESS en fracturas de tibia o de antebrazo tipo I y
(Mangled Extremity Severity Score. II.
Johansen 1990). Se tiene en cuenta la lesión No existen datos fiables de la tasa de
ósea y de partes blandas, la isquemia, el infección tras fractura abierta en la infancia.
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Algunas series dan un índice similar a los sentar tras una fractura cerrada. Un caso
adulto, en tanto que otras, encuentran un especial es la pérdida de sustancia ósea que
nivel significativamente inferior en los puede existir tras una fractura abierta y que
menores de 17 años. requerirá la realización de un transporte o
La tasa de infección de tejidos blandos el aporte de injerto óseo.
llega en algunas series al 25%, en tanto que
la osteomielitis afecta entre un 2% y un 5%. BIBLIOGRAFÍA
El germen más frecuentemente aislado es el 1. Amaya Alarcón S. Principios generales del tra-
Staphylococcus aureus. tamiento de las fracturas. En :Burgos J,
Para minimizar el riesgo de infección González-Herranz P, Amaya S. Lesiones trau-
Patzakis, tras estudiar 1104 fracturas abier- máticas del niño. Ed. Panamericana 1995.
tas, recomienda : Administración inmediata 2. Blasier DR, Barnes LC. Age as a prognostic
de antibióticos de amplio espectro durante factor in open tibial fractures in children. Clin.
al menos tres días, desbridamiento quirúr- Orthop.1996; 331: 261-264.
gico precoz, cierre parcial de las lesiones 3. Buckley L, Smith G,Thompson JD, Griffin PP.
tipo I y II y cierre diferido en los tipo III Open fractures of the tibia in children. J. Bone
de Gustilo. Joint Surg.1990; 72A (10):1462-1469.
El retardo de consolidación en las frac- 4. Chapman MV. Open Fractures. En : Fractures in
turas diafisarias abiertas de miembros infe- adults. 1ª edic. Philadelphia. J.B. Lippincott 1991.
riores afecta al 15%-20% de los casos, sien- 5. Court-Brown CM, Mc Queen MM, Quaba
do el tipo de fractura y la edad del pacien- AA, Christie J. Locked intramedullary nailing
te los factores que más influencia tienen en of open tibial fractures. J. Bone Joint Surg.
su aparición, resultando excepcional por 1991; 73B (6): 959-964.
debajo de los 6 años de edad. 6. Court-Brown CM, Keating JF, Mc Queen
Entre el 8%-10% de las fracturas diafisa- MM. Infection after intramedullary nailig of
rias abiertas de miembros inferiores evolu- the tibia. J. Bone Joint Surg. 1992; 74B (5):
cionan a pseudartrosis siendo siempre frac- 770-774.
turas con graves lesiones de partes blandas. 7. Court-Brown CM. Clasificación de las fractu-
El empleo de proteina morfogenética ras abiertas. En : Tratamiento de las fracturas
humana en fracturas abiertas de tibia, en adul- abiertas. EDIKA MED. 1998.
tos, parece disminuir el tiempo de consolida- 8. Court-Brown CM, Zych GA. Valoración y
ción y la tasa de infección. No existen datos tratamiento pre y peroperatorio de la herida.
concluyentes de su utilidad en la infancia. En: Tratamiento de las fracturas abiertas.
La posibilidad de aparición, a largo EDIKA MED. 1998.
plazo, de dismetrias o desviaciones axiales 9. Cramer KE, Limbird TJ, Green NE. Open
de los miembros como consecuencia del fractures of the diaphysis of the lower extre-
potencial de crecimiento que presentan los mity in children. J. Bone Joint Surg. 1992; 74A
niños, no difieren de los que se pueden pre- (2): 218-232.
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F. García Güemes
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Fracturas abiertas, amputaciones y heridas arti-
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•••
PARTE II
EXTREMIDAD SUPERIOR
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2.
Hospital Miguel Servet, Zaragoza.
3.
Hospital N.ª S.ª de Valme, Sevilla.
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b b’
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Figura 3. Imagen característica de la pseudoartrosis congénita de clavícula. Obsérvese el contorno redondeado de los
extremos óseos.
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lización, mientras que en las fracturas más y 5 años, se podrían aceptar como buenas
desplazadas, tipos III y IV, el tratamiento una angulación de hasta 70º y hasta un
más adecuado es la reducción bajo aneste- 100% de desplazamiento. Entre 5 y 12 años,
sia general e inmovilización. En caso de que hasta 50º de angulación y un 50% de apo-
la reducción cerrada resulte imposible se sición podrían corregirse espontáneamente.
debe proceder a la reducción abierta, aun- A partir de los 12 años no se podría ser tan
que no es necesario que sea anatómica por permisivo ya que la remodelación es poco
la gran capacidad remodeladora menciona- predecible. En estos casos, solo hasta un
da. Lógicamente, esta capacidad de remo- grado II de Neer y Horowitz, podría ser
delación va en relación inversa a la edad del considerado aceptable.
paciente. Por eso podemos ser más permi- De entre los tipos de inmovilización, los
sivos en cuanto a la reducción con los niños más usados son el cabestrillo o el vendaje
pequeños que con los adolescentes en los tipo Velpeau durante 3-4 semanas después
que trataremos que el desplazamiento resi- de lo cual se deben iniciar movilizaciones
dual sea el mínimo posible. Curtis, progresivas. Otros tratamientos no-operato-
Dameron y Rockwood sugieren unos valo- rios son: reposo en cama con brazo en
res de angulación/desplazamiento residua- abducción en fracturas muy inestables, trac-
les aceptables en relación con la edad que ción cutánea durante dos semanas y cabes-
concretan aún más las indicaciones tera- trillo -dudosamente eficaz- y yeso tipo
péuticas en este tipo de fracturas. «Estatua de la Libertad», que actualmente
Concretamente en niños de entre 12 meses está en completo desuso por sus frecuentes
complicaciones.
Dentro de los tratamientos quirúrgicos
a c
únicamente contemplamos la posibilidad
de reducción cerrada y mantenimiento con
agujas de Kirschner en pacientes con espe-
cial inestabilidad y/o desplazamiento de los
fragmentos fracturarios (Fig. 6).
La reducción abierta de este tipo de
b
fracturas está indicada, además de en las
fracturas irreductibles, en fracturas abiertas
que requieren desbridamiento / lavados y
en fracturas tipo III y IV de Salter-Harris.
Dentro de las complicaciones que se
Figura 6. Epifisiolisis tipo II de Salter y Harris del húme- pueden destacar podemos incluir el cierre
ro proximal en un niño de 13 años (a, b). Tres meses tras fisario prematuro que puede conllevar
la reducción y estabilización percutánea con agujas de
Kirschner, se observa la consolidación de la fractura y el
acortamiento (esta fisis supone aproximada-
paciente está asintomático (c). mente el 80% del crecimiento humeral)
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y/o deformidad angular –húmero varo to que se observa habitualmente en las frac-
sobre todo- y el posible atrapamiento del turas completas, éste es similar al de las frac-
tendón de la porción larga del bíceps. El turas fisarias proximales con el fragmento
húmero varo no suele tener repercusiones distal desplazado lateralmente con respecto
funcionales pero nosotros hemos llegado a al proximal. No obstante, también es posi-
observar un caso de síndrome de compre- ble que se de el desplazamiento en sentido
sión subacromial en una paciente que obli- contrario (fragmento distal desplazado
gó a realizar una osteotomía de corrección medialmente).
(Fig. 7). La remodelación es, como en las fractu-
Fracturas de la metafisis humeral proximal ras fisarias, excelente por regla general y, por
Son, en cuanto al mecanismo, morfolo- este motivo, el tratamiento suele ser conser-
gía y comportamiento, similares a las frac- vador incluso sin haber reducción de los
turas fisarias. En lo referente a la edad de fragmentos (Fig. 8). En los casos de mayor
producción se han encontrado con mayor desplazamiento y, sobre todo si la capacidad
frecuencia entre los 5 y 10 años de edad. de remodelación es limitada, la reducción
Estas fracturas pueden presentarse en cerrada o abierta bajo anestesia puede estar
diversas formas, desde el típico rodete, por indicada. También en este tipo de fracturas
tanto con mínimo desplazamiento, hasta puede aplicarse las sugerencias de Curtis,
fracturas completas con mayor o menor Dameron y Rockwood sobre el desplaza-
desplazamiento pasando por las fracturas en miento/angulación aceptables según la edad
tallo verde. En lo referente al desplazamien- del paciente. La reducción abierta también
a b d
c
32 d. post. 7 m. post.
Figura 7. Fractura fisaria del húmero proximal en una niña de 10 años (a) que provocó una deformidad en varo con
sintomatología subacromial a los 21 años de edad (b). El tratamiento mediante osteotomía y distracción con fijador
externo, corrigió la deformidad e hizo desaparecer la sintomatología (c, d).
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b
Fracturas de la diafisis humeral
Constituyen entre el 1 y 3% de todas las
5+10 fracturas infantiles y entre el 10-15% del
total de fracturas humerales.
El mecanismo lesional más frecuente es
un trauma directo de importancia en las
c d
fracturas transversales y una rotación brusca
en las espiroideas. En los lactantes y niños
Figura 8. Fractura metafisaria desplazada del húmero
proximal en un niño de 5 años (a). El tratamiento con- pequeños hay que valorar siempre la posi-
sistió en inmovilización con vendaje de Velpeau, obser- bilidad de malos tratos.
vándose una activa remodelación a los 2 meses (b), a los
5 meses (c) y a los 20 meses (d) tras la fractura.
El diagnóstico clínico (inflamación,
impotencia funcional con o sin deformidad
angular) junto con la radiografía conven-
cional nos darán el diagnóstico en la mayo-
está indicada en los casos, no infrecuentes, ría de los casos. Estas fracturas, como todas
con gran desplazamiento e interposición de las diafisarias, pueden ser en «tallo verde» o
partes blandas, sobre todo músculo deltoi- completas. Estas últimas a su vez son gene-
des, que impiden que las maniobras cerra- ralmente espiroideas o transversas. Las más
das sean eficaces. Estas fracturas, una vez inestables y que generalmente presentan
reducidas suelen ser estables y, en general, mayor desplazamiento son las transversas.
no requieren fijación pero (Fig. 9) en caso La capacidad de consolidación y remodela-
de ser necesaria, se pueden utilizar unas ción es alta pero menor que en las fracturas
agujas de Kirschner durante 3-4 semanas. de húmero proximal. Por este motivo el
Las complicaciones son raras en las frac- tratamiento casi siempre es también conser-
turas de la metáfisis proximal del húmero vador mediante inmovilización con venda-
pudiendo mencionarse el hipercrecimiento je tipo Gilchrist, Velpeau, yeso en «U», o
del húmero fracturado, hecho que nosotros yeso colgante (Fig. 10). En ocasiones, antes
nunca hemos apreciado de manera signifi- de la inmovilización, se puede intentar
cativa (más de 10 mm.) y que no conlleva reducción cerrada si el desplazamiento,
repercusiones funcionales. sobre todo la angulación, es grande (Fig. 11).
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a b c d
1 m. post. 8 m. post.
Figura 9. Fractura metafisaria desplazada del húmero proximal en un paciente de 13 años (a). Se indicó la reducción
de la fractura dada la edad del paciente, y se consiguió quirúrgicamente. Aunque no fue anatómica, resultó estable
sin requerir fijación interna (b). La remodelación se inició rápidamente (c) y fue muy satisfactoria a los 8 meses de la
intervención (d).
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b
a b c
Figura 12. Fractura transversa desplazada e inestable de la Figura 13. Fractura abierta de diáfisis humeral en un niño
diáfisis humeral en un niño de 15 años (a) tratada con de 9 años. Obsérvese, cruzando el foco de fractura, el ner-
enclavijado centromedular elástico con clavo de Marchetti vio radial (flecha) adyacente al húmero, lo que ilustra
a los 45 días (b), y a los 3 meses de postoperatorio mos- acerca de su vulnerabilidad (a). Se practicó un desbrida-
trando una excelente consolidación y alineación (c). miento quirúrgico y estabilización con fijador externo (b).
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b
a
Figura 15. Luxación póstero-lateral de codo en un niño Figura 16. Luxación póstero-lateral de codo asociada a
de 10 años. una fractura de epitróclea en una niña de 13 años.
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ayuda en estos momentos, ya que es un El cubito varo tras una fractura supra-
examen fácil de hacer, sensible y objetivo. condílea puede producirse de tres maneras
La exploración vascular abierta nos facilita principalmente:
también la reducción anatómica de los • Fractura aparentemente sin desplaza-
fragmentos y su fijación segura lo cual no miento en que pasa desapercibido un
puede ser olvidado y debemos realizar antes colapso medial y que consolida en esa
de la reparación o el injerto vascular. Una posición.
actuación retrasada ante una isquemia en el • Desplazamiento tras una buena
antebrazo y mano en una fractura supra- reducción que pasa inadvertido.
condílea puede traer como consecuencia • Lesión fisaria que, aunque es rara,
un Síndrome de Volkmann (retracción suele estar casi siempre en relación
isquémica de la musculatura del antebrazo con la fijación con las agujas de
y mano), que es una de las secuelas más Kirschner.
devastadoras e irreversibles que se pueden Obviamente en los primeros dos casos
ver en el aparato locomotor infantil (Fig. el remedio está en la vigilancia y detección
22). Afortunadamente los profesionales y del desplazamiento antes de la consolida-
Centros actuales están, en general, entrena- ción. En el último caso la prevención es
dos y dotados suficientemente lo que hace difícil incluso usando agujas finas y no ros-
que este tipo de complicaciones se den ya cadas. El tratamiento a medio-largo plazo,
de una manera excepcional en nuestro en caso de no tolerarse la deformidad con-
medio. Wilkins, a este respecto, realiza una siste en realizar una osteotomía supracondí-
serie de recomendaciones que son de gran lea correctora que se puede fijar con
ayuda. En primer lugar debemos saber que pequeñas placas osteosíntesis (preferible) o
la presencia de pulso distal puede inducir a con agujas de Kirschner.
error ya que un Síndrome de Volkman Desprendimiento epifisario humeral
puede estar instaurándose o ya instaurado Se trata de un tipo de fractura compara-
con un pulso distal presente. Los signos de ble topográficamente a la supracondílea
alarma cruciales ante un síndrome compar- que acabamos de describir pero que se pro-
timental son: duce a nivel del cartílago de crecimiento
• Dolor desproporcionado, especial- del húmero distal y en la que queda separa-
mente si permanece tras la reducción. da la epífisis de la metáfisis humeral distal.
El dolor aumenta al extender pasiva- Esta fractura fisaria suele ser del tipo I y es
mente los dedos. típico en niños pequeños (hasta 4 años),
• Imposibilidad de movilización activa sobre todo recién nacidos. En esta edad, la
de los dedos. epífisis distal humeral es casi completamen-
• Patrón de onda Doppler ausente. te cartilaginosa por lo que si no se sospe-
• El pulsioxímetro puede ayudar pero cha, es una lesión que puede confundirse
también confundir. con otras como, sobre todo, la luxación de
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codo, que por otro lado es excepcional a yecto epifisario y metafisario, y mucho
esas edades, o fracturas condilares. menos frecuentemente puede ser de tipo
El diagnóstico diferencial en radiología III, es decir, con trayecto solo fisario y epi-
con la luxación de codo no suele ser difícil fisario.
ya que en la mayoría de los desprendimien- Antes de nada, es conveniente recordar
tos epifisarios el desplazamiento de los hue- dos principios determinantes en el trata-
sos del antebrazo es medial, mientras que en miento y evolución de las fracturas de cón-
la luxación suele ser lateral. De todos dilo lateral. El primero es que éstas son unas
modos, si hay duda en el diagnóstico puede de las pocas fracturas infantiles en que la
realizarse una artrografía que probablemen- no-unión no es rara. En segundo lugar, solo
te nos sacará de dudas al detectarse contras- con un yeso es muy raro que consigamos
te en la línea de fractura. Es una lesión cuyo mantener la reducción de una fractura de
mecanismo es similar al de las fracturas cóndilo lateral desplazada.
supracondíleas por extensión. Es una frac- El mecanismo lesional es controvertido
tura que necesita un traumatismo de eleva- pero parece consistir en una desviación
da energía para que se produzca lo cual es brusca en varo del codo extendido. Se da
raro antes de los 4 años. Por ello es obliga- generalmente en niños de entre 4 y 10 años
torio valorar en estos casos la posibilidad de (pico máximo entre 5-6 años) y el cuadro
que exista un problema de malos tratos. clínico habitual es de inflamación y dolor
El tratamiento consiste en reducción más o menos severos en la cara lateral del
cerrada e inmovilización con yeso con el codo asociado a impotencia funcional.
codo en flexión durante unas 4 semanas. En Radiológicamente el diagnóstico puede
los casos de gran desplazamiento o inestabi- no ser fácil, sobre todo en los casos en que
lidad post-reducción se puede realizar la hay escasa osificación del húmero distal y,
fijación con agujas de Kirschner que, como en ocasiones, además de las radiografías
en las fracturas supracondíleas se puede convencionales y oblicuas, puede ser con-
hacer con dos agujas insertadas lateralmen- veniente una artrografía o resonancia mag-
te o cruzadas. La necesidad de reducción nética para apreciar con mayor detalle el
abierta es excepcional y queda reservada trazo de fractura.
para los raros casos de imposibilidad de En la clasificación de estas fracturas se
reducción cerrada. atiende fundamentalmente al grado de des-
Fracturas del cóndilo lateral humeral plazamiento que es el principal factor que
Es la segunda fractura en frecuencia en nos va a marcar las pautas de tratamiento:
la región de la paleta humeral y constituye • Tipo I: Sin desplazamiento.
alrededor del 10-15% del total de dichas • Tipo II: Mínimo desplazamiento (≤ 2
fracturas. La fractura de cóndilo lateral es mm).
una fractura fisaria tipo IV de Salter y • Tipo III: Moderado desplazamiento
Harris en la mayoría de los casos, con tra- (2-4 mm).
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a b
Figura 25. Pseudoartrosis del cóndilo humeral en una Figura 26. Mismo caso de la Figura 25, tras la reducción
niña de 9 años (a). La familia refería una historia de trau- abierta del fragmento, aporte de injerto y estabilización
matismo sobre el codo 5 años antes, que fue tratada mediante tornillos de osteosíntesis de esponjosa y agujas
mediante inmovilización enyesada durante 3 semanas. de Kirschner. Aspecto radiográfico a los 18 meses del
El TAC también demuestra la falta de unión de la fractu- postoperatorio.
ra (b).
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con muy escaso tejido óseo subcon- te artrotomía puede ofrecer buenos resulta-
dral, similar a una osteocondritis dise- dos. Si el fragmento presenta un tamaño
cante. suficiente, debe indicarse la reducción ana-
El diagnóstico puede resultar complejo tómica y estabilización en su lecho median-
dado que habitualmente la inflamación es te osteosíntesis con agujas de Kirschner o
escasa, y debe sospecharse ante una limita- tornillos canulados (Fig. 29) utilizando un
ción dolorosa de la flexión del codo que abordaje lateral.
será debida a la interposición del fragmen-
to. Dado que puede presentarse de forma Fracturas de olécranon
asociada a fracturas de la cabeza y cuello del Las fracturas del cúbito proximal en
radio, debe descartarse su existencia ante la general y, en particular las de olécranon son
demostración cierta de estas últimas. El muy raras en los niños (1-2% del total de
estudio radiográfico puede demostrar clara- fracturas del codo).
mente la existencia del fragmento fractura- El diagnóstico puede no ser fácil ya que,
do en la proyección lateral, y no ser fácil- anatómicamente, el centro secundario de
mente visible en la proyección antero-pos- osificación aparece tarde (8-10 años) y de
terior. Si el fragmento es pequeño, pueden manera irregular.
resultar de ayuda las proyecciones oblicuas. Por tanto, los hallazgos clínicos (dolor,
En niños pequeños, puede ser necesaria la imposibilidad de extender el codo) son los
artrografía, el estudio mediante TAC y/o más orientativos en la sospecha de estas
RM. fracturas. Radiológicamente la lesión es
En cuanto al tratamiento, la exéresis obvia si la osificación del olécranon está
precoz de un fragmento pequeño median- avanzada (a partir de 9-10 años) y sobre
todo si hay un desplazamiento más o menos
importante. En edades más tempranas hay
que tener cuidado de no confundir un cen-
tro secundario de osificación todavía
pequeño con un fragmento fracturado
metafisario y, de la misma manera, no debe-
mos confundir un fragmento metafisario
con el centro de osificación. Hay que tener
en cuenta que las fracturas de olécranon
a b c pueden presentarse aisladas pero no infre-
cuentemente están asociadas a fracturas de la
Figura 29. Fractura del capitellum tipo Hahn-Steinthal. cabeza o cuello del radio proximal o forman
Aspecto preoperatorio AP y L (a). Se practicó una osteo-
síntesis por vía lateral con un tornillo de Herbert (b).
parte de una lesión de Monteggia. Otra
Aspecto tras la retirada del tornillo a los 11 meses de la característica de las fracturas de olécranon,
fractura (c). sobre todo en los niños pequeños, es el
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a c
a a’ b’
d
b
b
Figura 31. Fractura-epifisiolisis de olécranon en un niño Figura 32. Fractura de olécranon asociada a luxación de
de 13 años de edad (a). Se indicó osteosíntesis percutá- cabeza radial en un paciente de 15 años de edad (a, a’).
nea mediante un tornillo de esponjosa de tracción. Dado que el paciente era esqueléticamente maduro se
Postoperatorio inmediato (b). A los 6 meses del postope- indicó reducción abierta y fijación interna con osteosín-
ratorio (c) y tras la retirada de la osteosíntesis a los 10 tesis (b, b’). La luxación radial se redujo sin problemas
meses (d). al reducir la fractura cubital.
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b. Durante la luxación. 2 3
1
Desplazamiento anterior.
Grupo II. Desplazamiento primario del
cuello radial.
Angulares. Torsionales.Excepcionales en
niños pequeños.
En lo referente al tratamiento, hay gran
controversia sobre el grado de inclinación y
desplazamiento transversal aceptables, así
como sobre los métodos de reducción y
fijación más adecuados. En cualquier caso, sí
podemos decir que la mayoría de los auto-
Diagrama 5. Reducción percutánea y fijación de la frac-
res indican un tratamiento meramente tura del cuello de la cabeza radial según la Técnica de
inmovilizador (yeso con codo en ángulo Metaizeau.
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ayudas como las agujas transcondíleas que, Fracturas diafisarias del antebrazo
entre otras cosas, presentan alto riesgo de Las fracturas del antebrazo son las más
rotura intraarticular. Los casos inveterados frecuentes de las fracturas infantiles llegando
que llevan más años de evolución son muy a representar entre un 45-55% del total y
controvertidos en su tratamiento ya que la entre un 60 y 65% de todas las fracturas de
cirugía mencionada tiene muchas probabi- la extremidad superior.Aproximadamente el
lidades, no sólo de fracasar sino también de 75% de todas las fracturas de antebrazo ocu-
producir rigideces y otro tipo de complica- rren en el tercio distal, el 20% en el tercio
ciones (lesiones nerviosas, por ejemplo). medio y solo el 5% en el tercio proximal.
Por eso consideramos razonable la actitud En este apartado nos referiremos a las
de abstención hasta que la luxación radial fracturas de antebrazo de tercio medio y
produzca sintomatología -dolor, general- tercio proximal que no afectan la articula-
mente en la edad adulta- que nos obligue a ción del codo.
realizar, por ejemplo, una resección de la El mecanismo lesional, en general, con-
cabeza del radio. siste en un trauma indirecto: el niño cae
sobre la mano y codo extendidos. Conviene
Fractura de Galeazzi recordar que este es el mismo mecanismo
Esta lesión consiste en la fractura radial que el de las fracturas supracondíleas por lo
y la luxación radio-cubital distal concomi- que no es extraordinario que se den asocia-
tante (Fig. 41). Es extraordinaria en niños. ciones de ambas. Otro posible mecanismo
La clasificación de Walsh y cols. considera es el trauma directo que generalmente se
dos grandes grupos: asocia a importantes lesiones de partes blan-
• Tipo I: Desplazamiento dorsal del das.
fragmento radial distal (mecanismo de Las fracturas de los tercios medio y pro-
supinación). ximal de antebrazo pueden dividirse en dos
• Tipo II: Desplazamiento palmar del grandes grupos:
fragmento radial distal (mecanismo de • Fracturas de ambos huesos.
pronación). • Fracturas de un solo hueso, en las que
Para su tratamiento, hay que intentar de es obligatorio prestar especial atención
entrada la reducción cerrada de la fractura y a las articulaciones radiocubitales pro-
la luxación, e inmovilizar con yeso en supi- ximal y distal.
nación de antebrazo y flexión de codo de En cada grupo podemos, a su vez,
90º. Esto se consigue en la mayoría de las encontrar distintos tipos de fractura: defor-
ocasiones, y si falla, estará indicada la reduc- mación plástica (incurvación traumática),
ción abierta. Además de la lesión de fractura en tallo verde y fractura completa.
Galeazzi típicas hay descritas lesiones que Cuando la fractura es de ambos huesos
podrían llamarse equivalentes y cuya detec- pueden darse combinaciones de los tres
ción no siempre es fácil. tipos mencionados.
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a da de la reducción aparece en el 5%
de los casos cuando la corrección es
anatómica, pudiendo llegar al 45% si
esta no se realiza de forma completa
(Fig. 48).
b No obstante, dependiendo sobre todo
de la edad del paciente y de la severi-
dad de la deformidad, estas uniones
viciosas tienden a remodelarse por
aposición-reabsorción perióstica y cre-
cimiento fisario asimétrico (Fig. 49).
• Limitación de la movilidad. Compli-
Figura 48. Las fracturas de radio distal con cúbito ínte- cación que se asocia principalmente a
gro pueden resultar inestables.
Este paciente de 13 años sufrió una fractura completa
del radio distal que fue tratada mediante reducción
cerrada e inmovilización con yeso braquio-palmar en
pronosupinación neutra (a). A las tres semanas, se
13+6
observó una desviación dorsal de 28º, acompañada de
un proceso activo de consolidación (b).
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Harris.
El mecanismo de producción es la caída
tal, fractura supracondílea ipsilateral y, más
sobre la mano extendida asociada general-
raramente epifisiolisis del cubito distal.
mente a un movimiento de supinación o
La presentación clínica consiste en:
pronación. El resultado frecuentemente es
dolor, impotencia funcional y deformidad,
una epifisiolisis radial con desplazamiento
debiendo hacer siempre un estudio exhaus-
dorsal del fragmento distal, y ocasional-
tivo de las funciones vásculo-nerviosas.
mente, con una incidencia del inferior al
El diagnóstico radiológico se basa en la
5%, este desplazamiento es palmar.
realización de proyecciones antero-poste-
Esta lesión puede ir acompañada de otro
riores, laterales (la más importante) y com-
tipo de lesiones como: fractura en tallo
parativas de ambas muñecas.
verde de cubito, fractura de estiloides cubi-
La reducción de estas fracturas debe ser
precoz y se realiza mediante tracción y
manipulación suave para no lesionar las
a b a’ células germinales trasladando el fragmento
distal y dorsal a su posición original
La inmovilización se realiza con venda-
b’
je de yeso braquio-palmar con 25º de fle-
xión dorsal de muñeca y 15º de angulación
cubital en supinación con el fin de relajar
los músculos radiales durante un período de
3-4 semanas (Fig. 50).
Figura 50. Epifisiolisis tipo I de Salter-Harris del radio El tratamiento quirúrgico es preciso
distal en un niño de 8 años (a, a’). Se puede tratar en la
mayoría de los casos, mediante reducción cerrada y aplicarlo únicamente cuando la reducción
yeso braquio-palmar (b, b’). no es posible por interposición de partes
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a b
en fases iniciales de la lesión, por ello es
necesario repetirlas al cabo de 10-15 días e
incluso, si fuera necesario, realizar un TAC
para llegar al diagnostico certero de fractura.
El tratamiento es siempre conservador
mediante férula de yeso en las lesiones con
avulsión durante 3 semanas o con vendaje
completo durante 6 a 10 semanas en las
fracturas completas (Fig. 54). La inmoviliza-
ción debe incluir el primer dedo con lige-
Figura 54. Fractura del escafoides carpiano en un niño ra flexión de muñeca. Sin embargo, la nece-
de 15 años (a) tratada mediante inmovilización enyesa-
da. La consolidación fue satisfactoria a los tres meses
sidad de inmovilización del codo está suje-
(b). ta a controversia.
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Centro Médico Teknon
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Barcelona.
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Son frecuentes en el niño las lesiones por Mención especial merece la deformidad
aplastamiento del pulpejo, algunas con pérdi- en dedo en martillo o «mallet finger», con
da de la uña, habitualmente producidas por levantamiento de la base de la uña; una
atrapamiento del dedo en una puerta o en radiografía suele mostrar un desprendi-
una silla plegable, o también por un golpe miento epifisario de la base de la falange
de martillo o una piedra (Fig.4). Si bien distal (Fig. 5). En los niños el arrancamien-
puede producirse una fractura de la falange to o la ruptura del tendón extensor es
distal, el problema fundamental suele ser excepcional, por lo que ante un «mallet fin-
cutáneo por pérdida de sustancia; la sutura ger» hay que pensar siempre en una lesión
del pulpejo y del lecho ungueal deben ser ósea. No hay que extirpar la uña, que se
prioritarios para evitar deformidades del repondrá en su sitio una vez reducida la
pulpejo. Siempre que sea posible, deberá epifisiolisis y nos servirá de férula para con-
evitarse la avulsión de la uña, que actúa tener la reducción, que suele ser estable, a
como férula; para obviar la acumulación de pesar de lo cual se inmovilizará el dedo en
un hematoma se pueden perforar unos ori- hiperextensión con una férula de aluminio.
ficios en la uña como drenaje. La lesión La persistencia de una cierta deformidad en
ósea suele ser una fractura conminuta de la martillo o de una reducción insuficiente,
cabeza de la falange distal, pero puede darse debe hacer sospechar la interposición de la
también una fractura con la característica matriz ungueal. Un tipo semejante de frac-
peculiar de tener un trazado longitudinal, tura por aplastamiento, se puede también
que no se observa en los adultos. Estas producir en niños pequeños, en los que no
lesiones suelen darse en niños pequeños. ha aparecido aún el núcleo epifisario de
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PARTE III
RAQUIS
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Traumatismos cervicales
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Hospital San Joan de Déu
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Esplugas, Barcelona
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Figura 1. Luxación obstétrica C1-C2 después de un parto Figura 2. La luxación fue estabilizada con un Baby C.D.
de nalgas. El paciente sobrevivió. a los 9 meses. En la actualidad el paciente tiene 5 años y
esta conectado a un respirador.
causa que puede contribuir a la lesión resto de cuerpo, sitúa el pivote del
medular. movimiento en la región cervical alta.
Los traumatismos cervicales juveniles • El menor desarrollo de los cóndilos
abarcan desde de que el niño desarrolla un occipitales y la horizontalización de
buen control muscular y hasta los 8 años de las facetas articulares que favorecen la
edad. Los accidentes de tráfico bien como hipermovilidad de esta región.
peatones o pasajeros y las caídas desde una Por encima de los 8 años de edad los
altura son las causas más frecuentes. La gran traumatismos cervicales son similares a los
mayoría de las lesiones afectan a la región del adulto. La desproporción entre el tama-
cervical superior, generalmente, entre el ño de la cabeza y el cuerpo disminuye (a
occipital y C3. La explicación para este partir de los 8 años de edad el tórax repre-
hecho, se debe a dos factores: senta el 50% de la talla corporal), las carillas
• La desproporción entre el tamaño de articulares de las vértebras superiores se
la cabeza (mucho más grande) y el verticalizan y la hiperlaxitud disminuye;
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es de 0,77.Todo valor superior a 1,0 es sos- maniobras de flexión muy suaves y siempre
pechoso de una luxación anterior occipito- bajo control radiográfico seguidas estabili-
atlantoidea. zación con halo. En caso de inestabilidad
Doublin y cols. miden la distancia entre crónica la fusión occipito atlantoidea está
el borde posterior de la mandíbula y la cara indicada.
anterior del axis y también de la odontoi-
des. La distancia normal desde la mandíbu- Fracturas del Atlas
la al atlas varía de 2 a 5 mm y desde la man- Las fracturas de C1 son poco frecuentes
díbula al axis de 9 a 12 emm. Esta medición en el niño. El mecanismo de producción es
no es útil ante la presencia de una fractura similar al del adulto, un golpe directo sobre
de maxilar inferior. la cabeza que provoque una fuerza de com-
Kaufman y cols. midieron la distancia de presión directa sobre la región cervical. Los
la articulación occipitoatlantoidea en toda cóndilos occipitales empujan axialmente las
su extensión y comprobaron que nunca masas laterales del atlas desplazándolas cen-
excedía de los 5 mm. trípetamente (fractura de Jefferson). En
Lee y cols. describieron dos líneas: una niños pequeños la fractura puede producir-
que une el basión (b) con la línea lamino- se a nivel de la sincondrosis neurocentral (se
espinal de C2, la cual debe ser tangencial a fusiona a los 6 años de edad) y de la sin-
la parte posterosuperior de la odontoides.
La otra, que une el opistión (o) con el
extremo postero inferior del cuerpo verte-
bral de C2, debe ser tangencial a la parte
superior de la línea lamino-espinosa de C1.
Cuando estas líneas no pasan puntos de
referencia (odontoides y unión lámino-
espinosa de C1) estamos en presencia de
una luxación. Esta medición es la más exac-
ta, ya que no depende de porcentajes ni se
altera por fracturas de maxilar.
El método más práctico para demostrar
esta lesión es la tomografía computarizada y
la RM que confirman la lesión ligamento-
sa, así como la separación ósea.
Esta lesiones tienen dos caracteríscas:
son extraordinariamente inestables y las
lesiones ligamentosas son tan graves que no
Figura 5. Fractura de odontoides con desplazamiento
suelen curar espontáneamente. El trata- marcado en un niño de 18 meses de edad sin compro-
miento consiste en reducción mediante miso neurológico.
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Figura 7 y 8. Dos años después del traumatismo la consolidación es completa y las radiografías laterales en flexión y
extensión no demuestran inestabilidad.
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A Tipo I B Tipo II
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Figura 18 y 19. Radiografías correspondientes a la paciente anterior un año después de la fusión anterior C5-C6 y esta-
bilización con placa Horión. La recuperación neurológica fue total.
más de un mes, se debe instaurar una trac- años de edad) y porque la subluxación
ción con halo y con un máximo de 6 kg; fisiológica C2-C3 es difícil de diferenciar
una vez conseguida la reducción se debe de la subluxación patológica secundaria a la
mantener el «halo-jacket» durante 4 ó 6 fractura pedicular de C2. La hiperlaxitud
semanas. ligamentosa y la horizontalización de las
pequeñas articulaciones, normal hasta los 8
Fractura del pedículo de C2 años de edad, son responsables de la hiper-
La fractura del ahorcado o espondilolis- movilidad de C2 sobre C3. Para el diagnós-
tesis bilateral de C2, si bien constituye una tico radiográfico es fundamental la línea
auténtica rareza en el niño, se ha publicado cervical posterior y su relación con la cor-
esporádicamente en lactantes. No suelen tical anterior de la apófisis espinosa de C2.
asociarse a un déficit neurológico y la La línea laminar posterior de C2 debe estar
interpretación radiográfica es compleja por como máximo a 1,5 mm de la línea cervi-
dos motivos, primero porque la sincondro- cal posterior que conecta las bases de las
sis neurocentral puede similar una fractura espinosas de C1 y C3. Si la distancia es
en la proyección oblicua (se fusiona a los 7 superior a 2 mm a confirma la existencia de
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Fracturas subaxiales
En niños por encima de los 8 años de
edad las lesiones cervicales son similares a
las del adulto, suelen afectar a la región cer-
vical inferior por debajo de C3.
Predominan las lesiones por flexión y las
fracturas por compresión son las más fre-
cuentes (Figs. 15 a 19). Las luxaciones face-
tarias completas son poco frecuentes en
adolescentes. Las cifosis cervicales residuales
como secuela de un traumatismo por fle-
Figura 20. Cifosis cervical postraumática en un niño de
xión (Figs. 20 y 21), son peor toleradas en
10 años de edad sin fractura cervical. El paciente está el niño que en el adulto y algunos autores
asintomático.
han aconsejado la práctica de una fusión
posterior para prevenir la deformidad.
Otros autores afirman que el tratamiento
quirúrgico está raramente indicado en
niños, incluso ante la presencia de inestabi-
lidad ligamentosa aconseja la reducción
mediante tracción seguida de inmoviliza-
ción rígida.
En casos de fractura del cuerpo verte-
bral («burst fractures») con compresión del
canal medular, la reducción mediante trac-
ción seguida de liberación del canal y
fusión anterior instrumentada, es el trata-
miento indicado.
Es la única indicación para la fusión
Figura 21. La RM no demuestra ninguna alteración. anterior, ya que en niños el crecimiento
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Fracturas toracolumbares
J. Burgos
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Madrid.
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J. Burgos
niños presentan peculiaridades que pasamos nia discal traumática por un mecanismo
a describir. similar.
La fractura por compresión (Fig. 1) es el Las fracturas de Chance inicialmente se
tipo mas frecuente en niños, incluso en los describieron en adultos y adolescentes y
de menor edad. Se producen por un meca- más recientemente en niños. Es la segunda
nismo de flexión anterior. Suelen afectar fractura más frecuente de los niños. En estas
una media de tres niveles, siendo excepcio- fracturas se produce distracción de los ele-
nal la afectación única y se localizan a nivel mentos vertebrales posteriores con poca o
torácico bajo y lumbar alto. La compresión ninguna compresión anterior. Se han des-
más frecuente es en la parte anterior del crito cuatro tipos (Fig. 1):
cuerpo vertebral (60%), seguida por la • Tipo A: existe una disrupción ósea
compresión lateral, siendo más rara la com- que llega a la columna media.
presión vertical completa. Las vértebras • Tipo B: avulsión de los elementos
aplastadas remodelan la altura a los seis posteriores con disrupción o fractura
meses o más tarde; la remodelación es de las facetas articulares que se extien-
mayor en los más pequeños y en los casos de anteriormente por la apófisis del
de menor cuantía. La cifosis secundaria a cuerpo.
este tipo de fracturas en la infancia es • Tipo C: disrupción del ligamento
excepcional. Se han descrito casos de her- posterior con línea de fractura exten-
diéndose al cuerpo vertebral justa-
mente por la articular hasta la línea
media.
• Tipo D: disrupción del ligamento
posterior con línea de fractura atrave-
sando la lámina hasta la apófisis del
cuerpo.
Tipo A Tipo B
Figura 1. Clasificación de fracturas de Chance en niños. Figura 2. Clasificación de los deslizamientos apofisarios
Ver texto. de la columna vertebral infantil. Ver texto.
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Son más frecuente en la columna lum- (Fig. 2): en el tipo I existe deslizamiento del
bar, mientras en el adulto se localizan a reborde posterior sin evidencia de fractura
nivel toraco-lumbar. Su presencia en niños ósea, en el II hay una avulsión de hueso y
aumento al hacerse obligatorio el cinturón cartílago y en el III un arrancamiento de un
de seguridad en los automóviles, porque es pequeño fragmento cartilaginoso de la
la flexión anterior forzada sobre el cinturón placa de crecimiento. En el tipo IV existe
que provoca distracción de los elementos un desplazamiento masivo de todo el
vertebrales posteriores y, si el fulcro de rota- reborde posterior. En la RM puede eviden-
ción es posterior al margen vertebral ante- ciarse una compresión anterior masiva del
rior, compresión de los elementos anterio- saco dural y de la médula espinal.
res. Si el fulcro es anterior al margen verte- La destrucción del reborde anterior vertebral
bral anterior provoca distracción de las también se presenta en adolescentes, aunque
estructuras vertebrales anteriores. Estas frac- menos frecuente que en adultos. Se produ-
turas se asocian a lesiones abdominales gra- ce por un mecanismo de compresión que
ves. Se ha descrito una fractura de Chance provoca un magullamiento del menisco
inversa por hiperextensión en niños. intervertebral y una fragmentación del
Existen en la literatura algo menos de reborde anterior, superior o inferior. La
100 casos publicados de deslizamiento de las consolidación suele producirse con osifica-
apófisis de las placas de crecimiento vertebral, ción del espacio intervertebral.
que sobreviene en adolescentes (10 a 18 También son exclusivas de la infancia las
años), es equiparable a la epifisiólisis femo- excepcionales luxaciones puras de la colum-
ral proximal, y también aquí se han descri- na lumbar (Fig. 3).
to casos agudos y crónicos. Se produce un
desplazamiento del anillo apofisario dentro
del canal asociado a protusión discal. Se
localiza con más frecuencia en el anillo pos-
tero-inferior de L4 y menos frecuentemen-
te en el anillo inferior de L3 o L5. Con fre-
cuencia, se confunde con una hernia discal,
porque da síntomas similares. Se origina
por traumatismos graves y puede llevar a
una sección transversal completa de la
médula, con el cuadro clínico correspon-
diente. Radiológicamente se evidencia un
fragmento óseo (reborde del platillo verte-
bral) en el interior del canal. Se ha clasifi-
Figura 3. Varón de 9 años que sufre un traumatismo
cado en tres tipos dependiendo de las abdominal al caerle encima un pony que montaba pre-
características del fragmento desplazado sentando una Luxación L1-L2 pura.
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Ante todo paciente con fractura verte- delación infantil, tanto de las fracturas por
bral al que se va a realizar un estudio de compresión, como de los casos con esteno-
diagnostico por imagen, debemos tener en sis del canal.
cuenta dos puntos: Por otro lado, la aparición de fusiones
1. La radiología simple es un método de espontáneas postraumáticas en niños es
diagnóstico insuficiente, porque: no excepcional, aunque se ha reportado la apa-
permite evaluar con seguridad los ele- rición de barras que se comportan como
mentos posteriores y el canal neural, y escoliosis agresivas, por esto, cuando existe
la técnica radiográfica defectuosa o la inestabilidad significativa en una fractura
mala colocación del paciente pueden infantil o cuando se sospeche esta secuela
conducir a errores de interpretación. debe adoptarse una actitud quirúrgica.
La radiología simple subestima el
grado de estenosis del canal vertebral FRACTURAS POR COMPRESIÓN
y con este método la columna dorsal La estabilidad en las fracturas por compre-
es difícil de valorar por la superposi- sión depende del grado de aplastamiento y
ción de las costillas, pedículos y apófi- de la deformidad angular. Un aplastamien-
sis transversas. Se debe realizar un to inferior al 50% debe ser considerado
TAC ante la menor duda diagnóstica estable, ya que las estructuras ligamentosas
tras la radiología simple. posteriores están intactas y puede ser trata-
2. La TAC provee imágenes estáticas, no do de forma ortopédica. Las fracturas a
evidencia desplazamientos máximos múltiples niveles deben ser valoradas por
ni lesiones ocultas de ligamentos. En sumación de los porcentajes de aplasta-
casos de sospecha de lesión ligamen- miento y si superan el 50% pueden predis-
tosa debe solicitarse RM. También poner a inestabilidad mecánica con cifosis
debe realizarse la RM en caso de progresiva y posible afectación neurológica,
lesión medular y para valorar el pro- por lo que son subsidiarias de tratamiento
nóstico de las lesiones neurológicas. quirúrgico; aunque también se han infor-
mado buenos resultados a largo plazo con el
TRATAMIENTO tratamiento conservador en estos casos.
Se admite que el tratamiento más apro- En niños, además del grado de aplasta-
piado es el conservador sustentado en la miento, se debe tener en cuenta la edad del
gran experiencia y los buenos resultados a paciente. Se ha comprobado los buenos
largo plazo, incluso en las fracturas con resultados del tratamiento conservador en
lesión neurológica. En niños el tratamiento aplastamientos graves en los más pequeños
no quirúrgico es predominante, dado que (Risser menor de 2); los resultados son
dos terceras partes de los casos son estables, menos satisfactorios en niños mayores si se
como los buenos resultados del tratamiento realiza tratamiento conservador. Por esto, en
conservador y la gran capacidad de remo- niños mayores con aplastamientos severos
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das de forma ortopédica, esta actitud es aún dos de deformidad cifótica y/o un discreto
más comprensible teniendo en cuenta que, grado de compromiso del canal medular o
suelen ser estables. Sea el tratamiento qui- retropulsión de fragmentos óseos deben ser
rúrgico u ortopédico, la finalidad será tratados con una ortesis tipo TLSO. La
devolver al paciente a una actividad normal inmovilización debe mantenerse durante
con una columna estable, en el menor perí- 10 ó 12 semanas, retirándose gradualmente
odo de tiempo posible y con la menor el corsé a lo largo de varias semanas. La
morbilidad. Los resultados a largo plazo del mayoría de las fracturas se hacen intrínseca-
tratamiento conservador muestran escaso mente estables a las 12 semanas, y después
número de complicaciones y sólo se men- deben realizarse radiografías dinámicas late-
cionan excepcionalmente déficit neuroló- rales en flexión y extensión. Igual que en el
gico o cifosis progresiva. Las posibilidades caso anterior, el tratamiento rehabilitador
de tratamiento ortopédico en estas fracturas con ejercicios isométricos se inicia en las
son múltiples. Puede consistir en reposo primeras semanas y se mantiene hasta reti-
absoluto en cama hasta la total curación de rada de la ortesis.
la fractura, en un tratamiento funcional con Las lesiones que afectan a las tres columnas
marcha inmediata sin ningún tipo de orte- sin rotación ni traslación se consideran
sis, o puede ser intermedio utilizando una inestables, por lo que el tratamiento ortési-
ortesis poco restrictiva o un corsé. Otra co mediante TLSO es mandatorio, debien-
posibilidad consiste en el uso de una ortesis do valorarse individualmente la indicación
restrictiva que inmovilice en un solo plano de colocar un corsé de escayola o cirugía. El
(corsé de Jewett). Por último, también tratamiento ortésico posiblemente no deba
puede ser válida una inmovilización ortési- realizarse en los casos de deformidad angu-
ca que limite la movilidad en múltiples pla- lar mayor de 25 grados, compromiso del
nos como un corsé TLSO termoplástico a canal mayor del 50% o una combinación de
medida. una pérdida de altura mayor de 50% con
Las fracturas que afecten a dos columnas, una cifosis mayor de 15 grados.
anterior y media, deben ser tratadas de forma Las lesiones que afectan a las tres columnas
ortopédica en función del grado de cifosis con rotación y/o traslación, dada su inestabili-
y del aplastamiento vertebral, aunque antes dad, es imposible controlarlas con trata-
de valorar de manera aislada una angulación miento ortésico y muy difícilmente con
debe considerarse la angulación previa de la yeso. El tratamiento conservador está con-
vértebra fracturada, lo que se conoce como traindicado en deformidades cifóticas
índice sagital. Aquéllos casos con una cifo- mayores de 25 grados, estenosis del canal
sis en el índice sagital menor de 15 grados mayor de 50% o en la asociación de una
y sin retropulsión de fragmentos óseos pue- pérdida de altura mayor del 50% y 15 gra-
den tratarse con un marco de hiperexten- dos de cifosis. Si se decide el tratamiento
sión de Jewett.Aquéllos con más de 15 gra- ortopédico debe iniciarse con reposo en
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cama durante cuatro a seis semanas seguido En pacientes con lesión neurológica el
de tratamiento ambulatorio con ortesis tratamiento quirúrgico es preferible, por-
TLSO. que las fracturas suelen ser mucho más gra-
El tratamiento rehabilitador se limitará a ves, con mayor inestabilidad y compromiso
ejercicios isométricos del tronco durante las del canal. En presencia de déficit neuroló-
primeras 10 ó 12 semanas a partir de las gico progresivo debe realizarse descompre-
cuales se hará progresivo. Posteriormente, se sión urgente; en los que tienen lesión
realizará un seguimiento estricto mediante medular estabilizada completa o incomple-
radiografías en flexión y extensión para ta estaria indicada la cirugía tardía tras la
diagnosticar la inestabilidad ligamentosa estabilización general del paciente, aunque
residual. algunos propugnan la estabilización quirúr-
Algunos autores recomiendan el trata- gica inmediata para acortar el período de
miento quirúrgico de todas las fracturas por esta- recuperacion postoperatoria. No se ha
llido, con o sin compromiso neurológico, demostrado que la cirugía inmediata mejo-
para evitar deterioro neurológico o cifosis re los resultados neurológicos en estos casos
postraumática progresiva. aunque acorta el período de hospitaliza-
Esta última complicación es más fre- ción. Parece evidente que en pacientes con
cuente en niños, porque en este tipo de lesión neurológica estabilizada y en aqué-
fracturas se lesiona la placa de crecimiento, llos con fracturas inestables la reducción y
produciéndose una epifisiólisis tipo IV de estabilización quirúrgica debe realizarse lo
Salter-Harris y con frecuente epifisiodesis antes posible. Se han documentado recupe-
secundaria. En resumen, en niños con frac- raciones neurológicas hasta un año después
turas por estallido se debe realizar reduc- de la cirugía descompresiva anterior.
ción y fusión quirúrgica sistemática. La técnica quirúrgica en niños es igual a
La presencia de fragmentos óseos la del adulto. Cuando éste indicado el trata-
extruidos que causan compresión neuroló- miento quirúrgico se debe optar por el
gica, a pesar de la existencia de inestabilidad abordaje anterior, por el posterior o combi-
neurológica, no es por sí misma indicación nado.
absoluta de cirugía descompresiva. La com- La reducción abierta se debe asociar a
paración de resultados del tratamiento con- fusión de al menos un nivel encima y deba-
servador y del quirúrgico no ha permitido jo de la fractura, porque la fusión espontá-
obtener conclusiones evidentes de que un nea raramente ocurre. La instrumentación
método de tratamiento sea superior al otro. sin artrodesis origina artrosis vertebral,
En resumen, las indicaciones de cirugía son tanto experimental, como clínicamente. El
fracturas por estallido con estenosis del abordaje anterior permite la descompresión
canal mayor del 50%, cifosis mayor de 30 directa del saco tecal, pero frente a las ven-
grados y fracturas y fracturas-luxaciones tajas de una mayor descompresión y una
claramente inestables. estabilización biomecánicamente más direc-
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ta, presenta mayores riesgos de agresión a las 6. Carrion W, Dormans JP, Drummond DS,
estructuras viscerales y vasculares. Debe sus- Christofersen MR. Circunferencial Growth
tituirse el cuerpo vertebral extirpado Plate Fracture of the Thoracolumbar Spine
mediante injerto ilíaco tricortical, y asociar from Child Abuse. J Pediatr Orthop
algún tipo de síntesis. Cuando se realiza 1996;16:210-14.
descompresión anterior e injerto en pre- 7. Crawford AH. Operative Treatment of Spine
sencia de una inestabilidad posterior debe Fractures in Children. Orthop Clin North
asociarse instrumentación y artrodesis pos- Am 1990; 21:325-39.
terior. 8. Chance CQ. Note on a Type of Flexion
Se han propuesto las siguientes indica- Fracture of the Spine. Br J Radiol
ciones de la vía anterior: descompresion 1948;21:432-3.
del canal medular por la presencia de hueso 9. Denis F. The Three-column Spine and its
o fragmentos de disco con un déficit neu- Significance in the Classification of Acute
rológico incompleto o con un aumento de Thoraco-lumbar Spine Injuries. Spine
los síntomas neurológicos, en fracturas con 1983;8:823-31.
destrucción completa del cuerpo vertebral, 10. Dietemannn JL, Runge M, Badoz A et al.
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T. Arzoz1, E. Hevia2
1.
Servicio de Rehabilitación, Centro Nacional de Parapléjicos, Toledo.
19
2.
Clínica La Fraternidad, Madrid.
Epidemiología Etiología
La lesión traumática de la médula espi- Sólo alrededor del 30% de las lesiones
nal en la población general es una entidad medulares en niños son debidas a trauma-
relativamente poco habitual, variando de tismos, accidentes de tráfico y caídas de
un 9,2 a un 53,4 por millón de habitantes. altura, sobre todo, y, más raramente, zambu-
La población infantil presenta la menor llidas, accidentes deportivos, más entre 11 y
incidencia, oscilando entre el 0,65 y el 15 años, heridas por arma blanca y de
13,2% de todas las lesiones medulares trau- fuego, lesiones obstétricas y malos tratos
máticas, aumentando el número de casos son menos frecuentes. Dentro de los acci-
con la edad: más de la cuarta parte de los dentes de tráfico, los niños menores de 10
lesionados medulares traumáticos tienen años sufren más atropellos, mientras que los
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niños mayores se ven involucrados más alto, entre C2-C3, mientras que en los ado-
como pasajeros. lescentes y adultos se encuentra situado
La mortalidad de estas lesiones es eleva- entre C5-C6. La unión craneovertebral es
da. Inmediatamente o dentro de las prime- menos estable que en adultos, debido al
ras horas mueren más del 50% de los niños menor tamaño de los cóndilos occipitales y
con lesiones medulares, y el 20% de los a la mayor horizontalización de la articula-
supervivientes mueren dentro de los 3 ción entre el occipital y el atlas.A nivel C1-
meses de la lesión, debido a las complica- C2, las carillas articulares son también más
ciones, y a la elevada frecuencia de lesiones horizontales, resistiendo menos el desplaza-
asociadas. miento anterior y posterior que las articu-
laciones de la columna cervical inferior. Por
MECANISMO DE PRODUCCIÓN todo esto, la mayoría de las lesiones se pro-
La columna vertebral infantil presenta ducen en la columna cervical y casi exclu-
características anatómicas y biomecánicas sivamente en la zona alta, entre occipital y
que difieren significativamente de las del C2.
adulto. Posee una gran laxitud ligamentosa, Los patrones de lesión vertebral y
con poco desarrollo muscular y una osifica- medular son también característicos en los
ción incompleta, lo que aumenta la movili- primeros 8 años de vida. Un número
dad fisiológica, distribuye las fuerzas más importante de lesiones medulares se produ-
fácilmente y sobre un mayor número de cen sin anormalidad radiográfica, se dan
segmentos, lo que explica la relativa resis-
tencia a traumatismos.
En base a la maduración de la columna
vertebral y a los patrones de lesión observa-
dos, podemos diferenciar dos grupos dentro
de la edad pediátrica: del nacimiento a los 8
años de edad y de los 9 años a los 16 años.
Aunque esta división es arbitraria, las etapas
de maduración y los patrones de lesión,
generalmente, cambian entre los 8 a 9 años.
Menores de 8 años. En este grupo de
edad, la movilidad de la columna vertebral
es mayor en la región cervical alta, sobre
todo en las tres primeras vértebras. La cabe-
za es relativamente grande en relación al Figura 1. Niña de 22 meses que presentó lesión medu-
cuerpo, exponiendo a la columna a diferen- lar completa C3 - C5 de origen traumático. No se obser-
vó lesión ósea en la radiografía. En la resonancia mag-
tes fuerzas de inercia y situando el eje de nética a los cuatro meses de la lesión se observa contu-
movimiento de la columna cervical más sión medular C4-C7 y atrofia C5.
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Tabla 1
ESCALA ASIA DE AFECTACIÓN MODIFICADA DE FRANKEL
A = Completa: no está preservada ninguna función motora o sensitiva a nivel de los segmentos
sacros S4-S5.
B = Incompleta: hay función preservar, sensitiva, pero no motora por debajo del nivel neurológi-
co y se extiende hasta los segmentos sacros S4-S5.
C = Incompleta: la función motora está preservada por debajo del nivel neurológico, y la mayoría
de los músculos clave por debajo de dicho nivel tienen un grado muscular menor de 3.
D = Incompleta: la función motora está preservada por debajo del nivel neurológico, y la mayo-
ría de los músculos clave están a un grado igual o mayor que 3.
E = Normal: las funciones motora y sensitiva son normales.
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T. Arzoz, E. Hevia
necesario distinguir entre fractura vertebral ción. En el síndrome anterior, junto a la afec-
estable e inestable. tación motora la sensibilidad propioceptiva
esta preservada, mientras que las sensibilida-
CLASIFICACIÓN SEGÚN LESIÓN des dolorosa y térmica están abolidas. El
ANATÓMICA MEDULAR pronóstico de recuperación de la función
Los pacientes pueden ser agrupados motora es malo si no comienza pronto la
dentro de síndromes medulares que permi- recuperación. En el síndrome medular central,
ten conocer mejor las alteraciones anatómi- la afectación motora y sensitiva es mayor en
cas en la médula espinal. Además, estos sín- las extremidades superiores que en las infe-
dromes neurológicos pueden relacionarse riores, y el pronóstico de recuperación es
con un pronóstico de recuperación funcio- variable. En el síndrome medular posterior,
nal posterior. muy raro, están abolidas funciones sensitivas
Síndrome de lesión completa: representa de propiocepción y vibración y es de buen
la ausencia de función motora y sensitiva pronóstico.
distal a la lesión tras el retorno del reflejo El síndrome de cono medular (lesión de la
bulbocavernoso. No es de esperar recupera- médula sacra y raíces lumbosacras) y el sín-
ción alguna. drome de cola de caballo (afectación de las
Síndromes de lesión incompleta: estos sín- raíces lumbosacras), dan lugar a una vejiga e
dromes medulares pueden relacionarse con intestino neurógeno, con arreflexia de
un pronóstico de recuperación distinto. En MMII.
el síndrome de Brown-Séquard o de hemisec-
ción medular hay pérdida de la función Clasificación según la función
motora y de la sensibilidad propioceptiva La clasificación funcional de las lesiones
del mismo lado de la lesión, con pérdida de medulares que más se utiliza es la de
la sensibilidad térmica y dolorosa contrala- Frankel, modificada posteriormente por la
teral. Tiene mejor pronóstico de recupera- ASIA. Constan de una escala con cinco
Tabla 2
CLASIFICACIÓN FUNCIONAL DE DÉFICITS NEUROLÓGICOS SECUNDARIOS A LESIÓN
MEDULAR (ESCALA DE FRANKEL)
A = Completa: no función motora ni sensitiva debajo de la lesión.
B = Incompleta: no función motora, alguna sensación debajo de la lesión.
C = Incompleta: fuerza motora no útil por debajo de la lesión, incompleta sensitiva.
D = Incompleta: fuerza motora útil por debajo de la lesión, incompleta sensitiva.
E = Función motora y sensitiva normales.
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T. Arzoz, E. Hevia
motor esta muy relacionado con el índice columna vertebral infantil que requiere
funcional. grandes fuerzas para lesionar la médula,
causando daños más graves. Los niños que
CLÍNICA sufren fractura vertebral tienen menos
Los traumatismos de la columna verte- lesiones neurológicas que los que presentan
bral en niños pueden ocasionar: 1) fractura fractura-luxación o luxación aislada.
y/o luxación vertebral sin lesión neurológi- La exploración neurológica inicial, que
ca; 2) fractura y/o luxación vertebral con debe ser lo más precoz posible, al mismo
lesión neurológica, y 3) lesión medular sin tiempo que determina la presencia, el nivel
fractura vertebral (SCIWORA) (Fig.4). y la extensión de la lesión nerviosa, nos
Los niños son altamente susceptibles de puede ayudar a localizar el nivel de lesión
presentar lesiones medulares completas o vertebral y a establecer un pronóstico de
incompletas graves. La causa es posible que recuperación funcional. Es importante
esté relacionada con la relativa inmadurez repetirla a intervalos cortos de tiempo, para
de la microvasculatura de la médula espinal detectar un posible empeoramiento neuro-
en niños y con la gran elasticidad de la lógico, la recuperación de la actividad refle-
ja y el fin del shock medular.
La exploración de los reflejos sacros
(reflejos anal y bulbocavernoso) (Fig. 5)
permite establecer un punto de partida útil
para juzgar la evolución neurológica al
señalar el final del shock medular. Si la
lesión es incompleta sensitiva y motora la
recuperación que puede esperarse es mayor.
De ello se deduce la importancia pronósti-
ca de advertir la existencia de preservación
sensitiva incluso a nivel sacro.
El examen inicial rectal digital es clave
para distinguir lesiones completas e incom-
pletas. Una vez superada la fase de shock
medular, si el paciente puede notar la pal-
pación del dedo, o se aprecia contracción
voluntaria de los músculos perineales, la
lesión es incompleta. La ausencia de per-
Figura 5. Exploración del reflejo bulbocavernoso. La cepción sensitiva y fuerza motora por deba-
aparición de los reflejos sacros marca el final del jo de la lesión tras la aparición del reflejo
«shock» medular; a partir de aquí la exploración neuro-
lógica permite establecer el pronóstico funcional de la
anal y bulbocavernoso indica peor pronós-
lesión medular con precisión. tico de recuperación.
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mente con una vejiga inactiva e hipotó- exagerada a estímulos inocuos, como la
nica que requiere una sonda vesical per- distensión vesical o intestinal, irritación
manente para evitar la distensión de la de la piel o dolor, que desencadena una
vejiga y controlar el balance hídrico.Tras gran reacción del sistema neurovegetati-
la fase de shock medular, estabilizada la vo en la médula caudal al nivel de
ingesta y la diuresis, puede comenzarse lesión.
la cateterización vesical intermitente. Se produce cefalea pulsátil, náuseas, pali-
Las infecciones del tracto urinario son dez e hipertensión, y secundariamente a la
una complicación muy frecuente; litiasis descarga parasimpática, bradicardia sinusal,
e hidronefrosis son complicaciones que congestión nasal y enrojecimiento por
se producen posteriormente. encima del nivel de lesión neurológica,
• Neurovegetativas: la lesión medular pudiendo llegar a producir en casos extre-
entraña vasodilatación periférica, enlen- mos pérdida de conciencia, hemorragia
tecimiento del retorno venoso, hipoten- retiniana y hemorragia subaracnoidea.
sión y bradicardia. Salvo que exista evi- Aparece al final de la fase aguda y en niños
dencia de pérdida de volumen sanguí- mayores de 9 años.
neo, no debe realizarse aporte de líqui- El tratamiento es la supresión de la causa
dos intravenosos para mantener la pre- que lo desencadena.
sión arterial, por el peligro de producir • Espasticidad: es una de las complicacio-
edema agudo de pulmón. nes más frecuentes y de difícil control.
• Digestivas: un íleo paralítico reflejo Origina malestar e interfiere en el
requiere sonda nasogástrica. Debe reali- manejo del paciente y en las actividades
zarse profilaxis de hemorragia digestiva de la vida diaria. El tratamiento se basa
aguda por estrés y por el tratamiento en la cinesiterapia y baclofén oral en
con dosis altas de esteroides. dosis progresivas o en infusión intratecal
• Disreflexia autonómica: se da en lesiones y diazepam.
medulares altas, cervicales o torácicas • Dolor: puede aparecer rápidamente des-
por encima del nivel sexto. El síndrome pués del traumatismo o meses o años
consiste en una respuesta autonómica después.
Tabla 4
GRADOS DE ÚLCERA POR PRESIÓN
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• Ulceras por presión: en niños se producen tante, y por encima de los diez años nor-
con menos frecuencia, pero el riesgo está malmente se producen curvas modera-
siempre presente, especialmente a nivel das; el grado de daño medular (las lesio-
isquiático en caso de oblicuidad pélvica nes completas desarrollan escoliosis más
por la mala sedentación y en todas las grave; el nivel de lesión (por debajo de
zonas de apoyo en caso de encamamien- D12 el riesgo es menor); la afectación
to prolongado, hipersudoración y mala de las extremidades y la oblicuidad pél-
realización de los cambios posturales vica; la realización de laminectomía
(Tabla 4). Interfieren en el tratamiento (causa de cifosis) o de cirugías previas, y
rehabilitador y alargan considerablemen- calidad de los cuidados fisioterápicos.
te el tiempo de hospitalización. Es Las deformidades encontradas son lor-
importante prevenir su formación dosis, cifosis y escoliosis. La mayoría de las
mediante la realización de cambios pos- veces las deformidades son mixtas, y todas
turales frecuentes y la protección adecua- ellas tienden a empeorar con el crecimien-
da de las prominencias óseas. La cicatri- to. La hiperlordosis lumbar, aislada o asocia-
zación se suele producir adecuadamente da a escoliosis, es la deformidad más carac-
al suprimir el hiperapoyo, por lo que el terística de una curva paralítica. Los pacien-
tratamiento quirúrgico es poco frecuen- tes que desarrollan escoliosis presentan cur-
te. vas únicas y largas.
• Ortopédicas: son numerosas: retracciones El uso de corsé está recomendado para
capsulo-ligamentosas, deformidades arti- prevenir la progresión de la curva, sin
culares, fracturas patológicas y deformi- embargo, es poco útil y la progresión natu-
dades post-fractura, como acortamientos ral no se ve alterada. Las indicaciones qui-
por consolidaciones viciosas o con los rúrgicas serían la deformidad progresiva no
fragmentos óseos acabalgados, lesiones controlada por el tratamiento ortopédico
de los cartílagos de crecimiento e incon- con corsé durante el período de crecimien-
gruencias articulares, osteoporosis, osifi- to, deformidad mayor de 40˚ cuando el cre-
caciones paraarticulares (aunque en cimiento ha terminado, la pérdida del equi-
menores de 10 años el riesgo es casi librio en sedentación y el desarrollo de
nulo). oblicuidad pélvica.
• Deformidad de la columna vertebral: más La fusión vertebral, incluyendo sacro, es
del 90% de los niños que sufren una la mejor forma de control de la deformidad
lesión medular antes del brote de creci- vertebral y pélvica. Cuando la oblicuidad
miento de la adolescencia desarrollan pélvica y la curva dorsolumbar o lumbar
deformidad de la columna vertebral. son importantes es necesaria la combina-
Dependiendo de: la edad (en neonatos ción de fusión anterior y posterior, que
se asocia en el 100% de los casos, antes permite reducir la oblicuidad pélvica y la
de los diez años es prácticamente cons- tasa de pseudoartrosis.
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Figura 7. Incidencia de SCIWORA en relación con la fractura o subluxación vertebral en niños con mielopatía trau-
mática, en función de la edad.
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tebral es más elástica que la médula. La mayores de 8 años presentan más frecuen-
inmadurez de las estructuras óseas, junto temente lesiones óseas en caso de lesiones
con la elasticidad de los ligamentos verte- medulares completas, SCIWORA con
brales y de los tejidos blandos paravertebra- lesiones medulares incompletas o de menor
les, hacen a la columna vertebral pediátrica gravedad y mayor localización en la colum-
más deformable. Esto permite su autorre- na cervical baja.
ducción después del desplazamiento inter-
segmentario momentáneo causado por las Mecanismo de lesión
fuerzas externas que dañan la médula y las En la patogénesis de la lesión medular
meninges. Las carillas articulares planas y sin lesión vertebral en niños pueden estar
con una orientación más horizontal que en implicados cuatro mecanismos de daño
adultos permiten una mayor movilidad de neurológico: extensión, flexión, tracción
traslación. longitudinal e isquemia medular.
El acuñamiento anterior de los cuerpos En la hiperextensión moderada de la
vertebrales inmaduros facilita el desplaza- columna vertebral, el espacio disponible
miento vertebral entre segmentos de movi- para la médula en el canal puede llegar a
miento adyacentes. Los procesos uncinatos estrecharse hasta el 50% por el bandeo
están pobremente desarrollados permitien- interno de los ligamentos interlaminares; la
do mayor rotación lateral y movimientos acción inmediata de los músculos paraver-
laterales. Los cartílagos de crecimiento tebrales provoca el retroceso, reduciéndose
representan otra área de vulnerabilidad a la espontáneamente la listesis vertebral. El
lesión.Tanto la médula como las meninges, espasmo muscular reflejo mantiene la
que se encuentran ancladas por los liga- reducción vertebral estable, haciendo la
mentos dentados, raíces nerviosas y vasos radiología normal. Las lesiones por hipe-
sanguíneos, no comparten este grado de rextensión se localizan más frecuentemente
elasticidad, dando lugar a contusión, tran- en la región cervical baja.
sección e infartación medular, así como Las lesiones medulares por flexo-exten-
rotura de las meninges sin que se produzca sión repetida están favorecidas por la des-
lesión ósea o ligamentosa. proporcionada gran dimensión de la cabeza
La mayoría de las características anató- en los niños y el escaso desarrollo de la
micas propias de la columna vertebral musculatura cervical. Las radiografías diná-
pediátrica se transforman, alrededor de los micas muestran como el eje de máxima fle-
8 ó 9 años, en similares a las del raquis adul- xión en la columna cervical está en el área
to. Por ello, los niños menores de 8 años tie- C2-C3 en los niños más pequeños, a nivel
nen mayor incidencia de SCIWORA (Fig. de C3-C4 en la edad de 5 a 6 años y en
7), de lesiones medulares completas o más C5-C6 en adultos. Estos datos sugieren que
graves y mayor localización en la columna en los niños menores de 8 años la columna
cervical superior. Por el contrario, los niños cervical alta tiene una gran movilidad fisio-
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lógica, que la hace más susceptible a las mecanismo estaría implicado en partos de
lesiones por flexión. Este es el mecanismo nalgas dificultosos, en los que se realiza
de lesión responsable del daño medular que extracción enérgica, y en las lesiones por
se observa en casos de niños maltratados, cinturón de seguridad, donde la columna
donde la columna cervical soporta hiperex- torácica es fuertemente estirada cuando la
tensión repetida, junto con fuerzas de fle- parte superior del cuerpo es arrojado hacia
xión. La gran cabeza infantil es soportada adelante por la colisión, mientras que la pel-
por músculos cervicales débiles, producién- vis queda fijada al asiento por el cinturón.
dose lesión medular sin que la inmadura La isquemia de la médula espinal después
columna infantil sufra lesión ósea. de traumatismos vertebrales mínimos es
En estudios de cadáveres Leventhal ha una rara complicación, observada en un 8%
demostrado que la columna elástica deane- de todas las lesiones medulares traumáticas
onato puede ser elongada cinco centímetros en niños. Las arterias vertebrales y la arteria
sin que se produzca disrupción, mientras espinal anterior pueden ser comprimidas
que la médula, sin embargo, sólo puede esti- temporalmente por varios mecanismos de
rarse tres centímetros antes de la rotura. Este lesión. La hipotensión, frecuente en las
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lesiones medulares por afectación del siste- cuencia y los niños con lesiones a este nivel
ma neurovegetativo y las trombosis produ- tienen también mayor probabilidad de
cen isquemia adicional y mayor daño neu- tener las lesiones neurológicas más severas.
rológico. La médula cervical superior está El relativo gran tamaño de la cabeza en
más predispuesta en niños a sufrir necrosis relación con el cuerpo en este grupo de
isquémica. En los movimientos de hiperex- edad, el poco desarrollo de los músculos del
tensión las arterias vertebrales pueden ser cuello con poco control de la cabeza, ayu-
ocluidas entre los cóndilos occipitales y las dan a explicar esta observación. En la
masas laterales del atlas y producir isquemia región dorsal, la caja torácica protege la
medular longitudinal si el flujo sanguíneo columna contra las fuerzas de flexión y
de las arterias colaterales es insuficiente. extensión, y se necesita una gran violencia
para producir desplazamiento intersegmen-
Clínica tario. La caja torácica proporciona, sin
El daño neurológico observado en el embargo, poca protección contra distrac-
síndrome pediátrico de lesión medular sin ción longitudinal severa.
anormalidad radiológica es más severo que La región torácica baja y lumbar es está
cuando se producen asociado a lesión ósea. irrigada únicamente por la gran arteria
Un 58% son lesiones medulares completas radicular de Adamkiewicz constituyendo
e incompletas graves, y el 42% restante son otra área de gran riesgo de isquemia medu-
incompletas, como el síndrome medular lar.
central (más grave que el encontrado en Una característica importante, que es
adultos), el síndrome de Brown-Sequard preciso conocer, del síndrome pediátrico de
(menos frecuente), el síndrome medular lesión medular sin anormalidades radioló-
anterior, y las lesiones incompletas no tipi- gicas, es el fenómeno del retraso en el
ficables. comienzo de los déficit neurológicos. Entre
La severidad de la lesión neurológica el traumatismo y la aparición de las mani-
está relacionada con la edad. En niños festaciones neurológicas del daño medular
menores de 8 años en el 75% de los casos puede haber un período de latencia que
las lesiones medulares son completas y el oscila entre 30 minutos y 4 días.
25% incompletas severas(Fig. 8). Inicialmente suelen existir síntomas
En cuanto al nivel de lesión, el SCI- transitorios, tales como parestesias, hipoes-
WORA afecta más frecuentemente a la tesia, sensación subjetiva de parálisis,
columna cervical; sin embargo, un número pudiendo caminar sin dificultad durante
significativo de pacientes sufre lesiones en este período de latencia. Cuando el daño
la región torácica y toracolumbar, mientras neurológico aparece, progresa rápidamente
que la región lumbar se afecta muy rara- hacia lesiones completas y de peor pronós-
mente. En los niños menores de 8 años el tico. Este fenómeno se observa en pacientes
nivel cervical alto se afecta con más fre- en los que no se inmovilizó la columna ver-
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tebral después del traumatismo inicial. Los Con respecto al pronóstico de estos
mecanismos del deterioro neurológico niños con lesión medular sin anormalidad
retrasado son especulativos, pues la existen- radiológica es malo. El tipo de lesión neu-
cia de síntomas iniciales transitorios sugiere rológica inicial sigue siendo el factor más
que la lesión medular se produce en el determinante; el retraso en el comienzo de
momento del traumatismo y puede ser una los síntomas y la recidiva de la lesión indi-
subluxación vertebral que de lugar a una can también peor pronóstico.
inestabilidad de la columna vertebral por
rotura parcial o distensión de los ligamentos Diagnóstico por imagen
vertebrales, haciendo a la columna vertebral El diagnóstico de SCIWORA, por defi-
vulnerable a posteriores movimientos nición, debe realizarse sólo cuando se han
intersegmentarios por traumatismos más excluido fracturas y lesiones óseas en las
leves; o bien la lesión inicial provoca una radiografías convencionales o mediante
lenta, pero progresiva destrucción medular. tomografías y tomografía axial computari-
Los niños que sufren traumatismos cra- zada, así como lesiones compresivas como
neales y cervicales banales que presentan hernias de núcleo pulposo o hematomas en
síntomas neurológicos transitorios, deben el nivel de la lesión neurológica.
ser estudiados mediante radiografías diná- Deben siempre realizarse radiografías
micas y tomografías y deben ser ingresados dinámicas en flexión-extensión para des-
para su observación. cartar inestabilidad de la columna vertebral.
Otra característica del SCIWORA es la Si existe espasmo muscular reflejo, se pro-
posibilidad de recidiva, volviendo a produ- cede a la inmovilización de columna cervi-
cirse un cuadro agudo semanas o meses cal con collarín duro durante 5 a 7 días y
después del traumatismo inicial. Tras un encamamiento del paciente, efectuándose
cuadro inicial de SCIWORA, el raquis el estudio radiológico dinámico al desapa-
queda temporalmente debilitado por la recer el espasmo muscular. En cualquier
lesión, incluso en los casos en los que el caso, el estudio dinámico debe repetirse
déficit neurológico es leve o moderado. En siempre a las dos semanas.
casos de retirada precoz de la inmoviliza- En los traumatismos de la columna cer-
ción (antes del período recomendado de vical infantil, los estudios dinámicos sirven
dos meses) y/o de comienzo prematuro de únicamente para separar los pacientes con
actividades deportivas (baloncesto, gimna- inestabilidad que requieren fijación quirúr-
sia, etc.) se pueden producir episodios de gica, de los pacientes sin anormalidad
SCIWORA recurrente incluso hasta 10 radiológica.
semanas después de la lesión inicial. En Sin embargo, los estudios dinámicos
estos niños la gravedad de la lesión neuro- normales no indican que pacientes presen-
lógica final es siempre mucho mayor y con taran recidiva de la lesión medular, ya que la
secuelas permanentes. flexo-extensión en el estudio radiológico,
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inmovilizados con un collarín duro duran- 5. Dickman CA, Zabramski JM, Hadley et al.
te 6 semanas. Pediatric Spinal Cord Injury Without
Pang en 1985 propone un protocolo para Radiographic Abnormalities Report of 26
prevenir recidivas. Pollack modifica el proto- Cases and Review of the Literature. J Spinal
colo de tratamiento para niños con SCI- Disord 1991;4(3):296-305.
WORA para prevenir la recidiva. 6. Errico TJ, Bauer RA,Waugh T. Spinal Trauma.
Todo niño con lesión medular sin anor- Filadelfia. JB Lippincott Company. 581-625,
malidad radiológica es encamado, inmovili- 1991.
zado mediante ortesis que presentan sopor- 7. Farley FA, Hensinger RN, Herzenberg JE.
tes mentonianos y occipitales y con placas Cervical Spinal Cord Injury in Children. J
torácicas y en la espalda durante 3 meses. Spinal Disord 1992;5(4):410-416.
Después de los 3 meses, se confirmará la 8. Ferguson J, Beattie TF. Occult Spinal Cord
estabilidad vertebral mediante nuevos estu- Injury in Traumatized Children. Injury
dios dinámicos antes de retirar la ortesis, la 1993;24(2):83-4.
restricción de actividad física durante este 9. Finch GD, Barnes MJ. Major Cervical Spine
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Injury Without Radiologic Abnormality. Surg 18. Pollack IF, Pang D, Sclabassi R. Recurrent spi-
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Neurosurgery 1992;30(3):385-390. 19. Turgut M, Akpinar G, Akalan y cols. Spinal
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Without Radiographic Abnormalities in of 82 Cases of Spinal Cord and Vertebral
Children. J Neurosurg 1982;57:114-129. Column Injuries. Eur Spine J 1996;5:148-152.
17. Pang D, Pollack IF. Spinal Cord Injury
Without Radiographic Abnormality in
Children-the SCIWORA Syndrome. J
Trauma 1989;29(5):654-64.
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PARTE IV
PELVIS Y FÉMUR
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P. Cervera
Hospital General Universitario Gregorio Marañón
20
Madrid
INTRODUCCIÓN
Las fracturas de pelvis constituyen del
2,5% al 5% de la totalidad de las fracturas en
el niño o del 0,5 al 7% de los niños referi-
dos a centros de trauma pediatricos regio-
nales nivel 1.
La mortalidad y gravedad dependen del
tipo y grado de inestabilidad de las fractu-
ras, y de las lesiones asociadas, estando alre- Figura 1. Centros de osificación la pelvis (ver texto).
dedor del 8%-11% en las fracturas cerradas
y alcanzando más del 50% en las fracturas
abiertas. ASPECTOS ANATOMO-FISIOLÓGICOS
El riesgo vital se da principalmente por Se producen por traumatismos de gran
dos grandes causas: por las lesiones asocia- violencia. En el niño, tanto debido a una
das (generalmente TCE graves) y por mayor elasticidad ósea, como al mayor con-
hemorragia incontrolada y/o infección; tenido cartilaginoso, se requieren traumatis-
que ocurren más frecuentemente en las mos de muy alta energía para causar dichas
fracturas inestables (hasta en el 90% en las fracturas.
tipo C). Las roturas de los ligamentos en los
Otro grupo muy diferente lo constitu- niños son infrecuentes debido a la gran
yen las lesiones por avulsión, que son arran- resistencia de los mismos. Por tanto, existe
camientos apofisarios, se dan durante el gran posibilidad de subestimar las lesiones
período de la adolescencia, por una con- (de pelvis), sobre todo las posteriores, que
tracción brusca o violenta generalmente pueden no ser visibles en las Rx simples.
deportiva, y que se dan de forma aislada, Ello unido al gran periostio, provoca la
revistiendo una mínima gravedad. menor tendencia al desplazamiento de los
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CLÍNICA
La historia clínica puede alertar sobre la
gravedad de las lesiones. Se producen por
lesiones de alta energía, en el contexto del
politraumatismo, con una alta incidencia de
lesiones asociadas locales o a distancia.
Retrasos en el diagnóstico y tratamiento
pueden llevar a muertes innecesarias (38).
El riesgo vital
Que está condicionado por la existencia
Figura 8. Fractura transversal acetabular asociada a
luxación posterior de la cabeza femoral. de:
I. Hemorragia incoercible: que puede ser
externa (raro) o interna (sangrado profuso
del foco fracturario, de la musculatura rica-
mente irrigada, y/o de fuentes arteriales o
venosas). Las fracturas que con mayor fre-
cuencia se asocian a este tipo de hemorra-
gias son las fracturas «en libro abierto» (tipo
B1) y las inestables verticales (tipo C).
Hay que descartar otras fuentes de san-
grado, como lesiones abdominales (de vís-
ceras macizas), retroperitoneales, torácicas,
Figura 9. Fractura en «cuadrante anterior» (ver texto). de órganos o vasos pelvianos, de otras frac-
turas de huesos largos, etc.
II. Infección: por fracturas abiertas y
lesiones por aplastamiento, con coexistencia
drante anteroinferior». Ambas pueden bas- tejidos necróticos y fracturas complejas
cular hacia dentro con riesgo de rotura o múltiples y con lesiones asociadas.
compresión vesical. También puede haber III. Lesiones asociadas que aumentan las
lesiones simples a través del cartílago trirra- posibilidades de fracaso multiorgánico.
diado. Existe una correlación entre el grado de
Las fracturas abiertas: se deben considerar inestabilidad de la fractura y el índice de
como un grupo aparte, por el gran aumen- severidad de un politraumatismo.
to de mortalidad que conllevan (> 50%) y • Hay lesiones asociadas a distancia: el
por la necesidad de un tratamiento agresi- TCE grave es la causa más frecuente
vo: colostomía de derivación debido al gran de muerte en los niños con lesiones
riesgo de contaminación. del anillo pélvico. Lesiones viscero-
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PRUEBAS COMPLEMENTARIAS
Radiografías simples: la radiografía sim- Figura 11. Radiografía oblicua ascendente (inlet).
ple AP de pelvis es obligada en todo
paciente politraumatizado (Fig. 10), junto
con la radiografía lateral de columna cervi-
cal, y la radiografía AP de tórax. Con gran
frecuencia pueden pasar desapercibidas
lesiones pélvicas en las radiografías simples
de pelvis (sobre todo de los elementos pos-
teriores), por lo que se deben hacer además
proyecciones: oblicua ascendente (inlet) (AP
con el rayo inclinado 45º hacia la cabeza del
paciente) (Fig. 11), para ver el anillo inter-
no y los desplazamientos anteroposteriores
de las fracturas de las ramas, y la oblicua Figura 12. Radiografía oblicua descendente (outlet).
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Figura 13. Proyección oblicua alar de cotilo (de Judet). Figura 14. Proyección oblicua obturatriz de cotilo (de
Judet).
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TRATAMIENTO DEFINITIVO
En las fracturas por avulsión: sólo se En caso de fracturas inestables en un
requiere reposos simple e inicio de carga solo plano: se debe reducir el desplazamien-
parcial según tolerancia en 2-3 semanas to de las fracturas mediante manipulación
En caso de fracturas de pelvis estables: bajo anestesia general (en caso de fractura
en general, es suficiente el reposo simple en libro abierto (Fig. 15): compresión bila-
(depende del desplazamiento de las fractu- teral sobre las crestas, o maniobra de
ras y de las lesiones asociadas). Watson–Jones en decúbito lateral; en caso
de fracturas por compresión lateral: manio-
bra de Fabere: flexión, abducción y rota-
ción externa). El mantenimiento de la
reducción se puede realizar mediante yeso
(contraindicado en politraumatismos), fija-
dor externo (Fig. 16) o hamaca.
En el caso de fracturas inestables en dos
planos es imprescindible la reducción, y
mantenimiento. En general, se deben aso-
ciar la compresión del anillo y la tracción
en el eje, (ya que la simple fijación externa
anterior no proporciona estabilidad sufi-
ciente). También se puede practicar la
reducción y fijación interna, de la sínfisis
Figura 15. Fractura pélvica en libro abierto. pubiana (en casos en los que se practique
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J. de Pablos
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sacroiliac joint (OTA types 61 B2.2 and 61
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Hospital Shriners para Niños
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a b
Figura 1. Luxación traumática posterior ilíaca de cadera en paciente de 9 años de edad, antes (a) y después (b) de
la reducción inmediata en Servicio de Urgencias.
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descansando sobre la extremidad sana. Hay de los tres métodos que utilizan el princi-
un acortamiento aparente y dolor intenso pio de flexión de cadera, con lo que se rela-
con cualquier movimiento. ja el ligamento de Bigelow y acerca la cabe-
En la luxación anterior, la cadera se za femoral al borde acetabular.
encuentra en abducción, rotación externa y
flexión variable dependiendo del tipo. La Método de gravedad de Stimson
cabeza femoral se puede palpar en la región El paciente se coloca en decúbito ven-
del obturador y hay un alargamiento apa- tral, con la cadera flexionada en el borde de
rente de la extremidad. la mesa.
En la luxación central, todos los movi- Se inmoviliza la pelvis por el ayudante y
mientos están restringidos por dolor y el cirujano toma la extremidad por el tobi-
espasmo muscular. No hay una postura llo y la rodilla flexionando ésta a 90º y apli-
característica de la extremidad ni acorta- cando tracción hacia el suelo. En caso de
miento importante. ser necesario el ayudante puede empujar la
La zona lateral de la cadera se encuentra cabeza femoral.
aplanada por el desplazamiento medial del
trocanter mayor. Es común la hemorragia Método directo de Allis
intrapélvica, que se caracteriza por matidez El paciente se coloca en decúbito dor-
a la percusión abdominal. Con el tacto rec- sal, se inmoviliza la pelvis por el ayudante o
tal se palpa la cabeza femoral. Es de suma el pie del cirujano, se flexiona la cadera a
importancia considerar la posibilidad de 90º con el muslo en ligera aducción y rota-
fracturas asociadas a la luxación de cadera, ción interna y se realiza tracción desde la
como son las acetabulares y las diafisiarias rodilla.
de fémur, las cuales pueden pasar desaperci-
bidas si no se sospechan con anticipación. Método de circunducción de Bigelow
Se coloca al paciente en decúbito dor-
TRATAMIENTO sal, el ayudante inmoviliza el iliaco. El ciru-
La reducción de la luxación traumática jano toma la extremidad por el tobillo y la
de la cadera debe ser inmediata, cuanto más rodilla y flexiona el muslo a más de 90º, a
tiempo transcurra más difícil es la reduc- continuación realiza movimientos de la
ción y peor el pronóstico. cadera hacia delante y atrás para liberar los
Se deben evitar manipulaciones agresi- tejidos blandos, a continuación se realiza un
vas y es recomendable que el paciente se movimiento gentil de abducción, rotación
encuentre sedado. Siempre debe intentarse externa y extensión de la cadera.
la reducción cerrada antes de realizar una En la reducción cerrada de la luxación
reducción abierta de la cadera. anterior de la cadera no existe apoyo óseo
La reducción cerrada de la luxación y el ligamento iliofemoral se encuentra
posterior se puede realizar con cualquiera interpuesto en el cuello femoral. Durante la
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Fracturas de cadera
22
1, 3
Sección de Ortopedia Pediátrica. Hospital Juan Canalejo. A Coruña.
2
Servicio de Ortopedia Infantil. Hospital. Hospital Ramón y Cajal. Madrid.
INTRODUCCIÓN
Las fracturas de cuello de fémur en el ICF
niño son raras. Afectan a menos del 1% de
todas las fracturas del fémur en edades
pediátricas. Blount en 1955 señalaba que
«estas fracturas son tan poco frecuentes que
nadie tiene gran experiencia en ellas» y
según Mercer Rang un traumatólogo trata-
PCT
rá en toda su vida profesional 4–5 casos. PCL
Todo ello supone que solo estudios multi-
céntricos que reúnan una casuística impor-
tante puedan obtener conclusiones útiles
para el diagnóstico y tratamiento.
Figura 1. Placas de crecimiento en la extremidad proxi-
La incidencia de estas fracturas de la mal de fémur PCL: Placa de crecimiento longitudinal.
extremidad proximal de fémur en el niño PCT: Placa de crecimiento trocantérica. ICF: Placa de cre-
respecto al adulto es de 1:130 a 1:300. La cimiento del istmo del cuello femoral.
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Figura 2. Niña de 6 años de edad que sufre accidente de tráfico presentando fractura desplazada transcervical izda., tra-
tada mediante reducción abierta y síntesis con A de Kirschner. Evolución hacia necrosis cefálica y epifisiodesis externa
originando una caput valgus subluxans. Tratamiento mediante osteotomía varizante femoral. Dismetría residual de 4 cm.
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2. Al nacer, las ramas de las arterias cir- 4. La hiperemia que ocasiona una frac-
cunflejas medial y lateral (vasos meta- tura en el niño puede producir una
fisarios), que penetran a través del coxa magna e hipermetría discreta.
cuello es el aporte sanguíneo funda- 5. El niño tolera la inmovilización
mental de la cabeza femoral. Estas enyesada.
arterias gradualmente van disminu- 6. El pequeño tamaño del cuello femo-
yendo de tamaño a la par que se ral del niño no permite utilizar los
desarrolla el cartílago fisario forman- métodos de síntesis que se usan para
do una barrera que impide la pene- adultos.
tración de estos vasos en la cabeza. 7. Cuando surgen problemas en un
Este aporte vascular metafisario deja- niño, la sustitución protésica no es
rá de existir a partir de los 4 años. una alternativa válida.
3. A partir de esta situación, el aporte
vascular se realiza a través de los MECANISMO DE PRODUCCIÓN
vasos epifisarios laterales realizando El mecanismo de producción, a diferen-
un by-pass del cartílago de creci- cia de lo que sucede en los adultos, suele ser
miento. Ogden describe dos ramas violento (accidentes de tráfico, atropellos o
procedentes de la arteria circunfleja caídas desde altura o de bicicleta) asocián-
medial: postero-superior y postero- dose con frecuencia lesiones graves a otros
inferior que permanecerán para niveles (traumatismo craneo-encefálico,
siempre. Los vasos retinaculares for- torácico o abdominal).
mados por las dos arterias circunfle- No obstante, cuando observamos este
jas irrigan el cuello y la metáfisis cer- tipo de lesión sin un antecedente traumáti-
cana al cartílago de crecimiento. co importante deberemos sospechar una
Por lo tanto, la cadera del niño presenta afectación ósea previa (quiste óseo, displasia
unas características particulares que la dis- fibrosa, osteogénesis imperfecta) o lesión
tinguen de la del adulto y que deben tener- secundaria a malos tratos.
se en cuenta en el enfoque del tratamiento
de las fracturas de la extremidad proximal CLASIFICACIÓN
femoral a estas edades: Las fracturas del cuello femoral en el
1. El niño presenta una envuelta niño se clasifican según la localización ana-
perióstica mas fuerte que el adulto, tómica de la lesión según Delbet y popula-
quizás por ello la mitad de estas frac- rizada por Colonna en 1929 en cuatro tipos
turas son sin desplazar. (Fig. 3):
2. La vascularización de la cabeza Tipo I
femoral es diferente. Transepifisaria. Son las menos frecuen-
3. La necrosis avascular suele acompa- tes, representando el 7% de los casos. Se
ñarse de epifisiodesis precoz. caracteriza por el desprendimiento traumá-
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I
A B
II
III
tico agudo parcial (IA) o total con luxación frecuencia de los tipos III son excepciona-
asociada (IB) de una epífisis femoral previa- les. La necrosis de la epífisis se presenta en
mente normal. Debe diferenciarse del des- el 70 % de estas fracturas.
lizamiento agudo sobre crónico típico de la Tipo II
epifisiolisis capitis femoris del adolescente. Transcervical. El trazo de fractura se
Las fracturas tipo IB representan el 3.2% de localiza en la mitad del cuello femoral. No
todas las luxaciones traumáticas de cadera. existe como en el adulto, conminución de
La lesión es producida por un trauma lon- la pared posterior. Este tipo de lesión repre-
gitudinal con la cadera en rotación interna senta aproximadamente el 50 % de los
y adducción. Esto luxa la cadera y si conti- casos. La dirección del trazo de fractura
nua la fuerza adductora produce un des- siguiendo la clasificación de Pawels puede
prendimiento epifisario proximal. La epífi- tener valor pronóstico, presentando mejor
sis se luxa hacia posterior en el 95% de los evolución los casos con trazo horizontal.
casos. Tipo III
Siguiendo la clasificación de Salter- Cérvico-trocantérica o basi-cervical. La
Harris; los tipos II de Salter-Harris en esta lesión se ubica en la base del cuello femo-
localización son extremadamente raros y la ral. Afecta al 31 % de los casos y ha sido a
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su vez dividida en cuatro grupos por Touzet teniendo en cuenta el comienzo súbito aso-
y cols. dependiendo del nivel de la fractura ciado a grandes traumatismos y sin antece-
en la placa de crecimiento trocantérica. dentes de patología endocrina.
Tipo IV Se debe sospechar maltrato infantil ante
Pertrocantérica o intertrocantérica. La cualquier fractura de cadera en un niño que
fractura está entre la base del cuello y el tro- no se explique por un traumatismo severo.
cánter menor. Representan el 14% de estas
fracturas. DIAGNÓSTICO POR IMAGEN
El mecanismo de lesión suele ser por un La sospecha clínica se confirma median-
golpe directo sobre la región trocantérica o te radiografía de las caderas en proyección
un golpe axial. Son fracturas extracapsulares antero-posterior y axial. Si hay dificultad en
y según el desplazamiento de los fragmen- la realización de esta última, pueden ser
tos se clasifican en: recomendables las proyecciones alar y obtu-
0: Sin desplazar. ratriz. De esta forma podremos conocer el
+: Desplazamiento de menos de la tipo de fractura y el grado de desplaza-
mitad de las superficies fracturarias. miento. La artrografía puede aportar infor-
++: Desplazamiento de más de la mación en los casos de epifisiolisis traumá-
mitad de las superficies fracturarias. tica del lactante, en donde el diagnóstico
+++: Las superficies han perdido diferencial con la displasia del desarrollo de
todo contacto. la cadera a veces es difícil.
La ecografía puede ser una excelente
CLÍNICA herramienta diagnóstica para el análisis de
Clínicamente el niño refiere dolor la cadera del niño pequeño, permitiéndo-
intenso en la región inguinal acompañado nos distinguir entre una epifisiolisis traumá-
de impotencia funcional absoluta tras un tica de una luxación traumática, así como
traumatismo violento. una luxación congénita de cadera, una
Al examen físico el miembro inferior sinovitis transitoria o una artritis séptica.
adopta una posición en rotación externa y Para obtener una mayor información
ligera adducción. del desplazamiento es de gran utilidad la
Cuando la fractura está desplazada existe tomografía computarizada y la resonancia
acortamiento de la extremidad. A la palpa- magnética para el diagnóstico de lesiones
ción se comprueba dolor en región ingui- osteocondrales.
nal, la movilidad pasiva también es muy
dolorosa y se desaconseja su comprobación. TRATAMIENTO
A pesar de que el diagnóstico diferencial Las fracturas de la extremidad proximal de
de estas fracturas con la epifisiolisis capitis fémur en los niños tiene características muy
femoris puede ser difícil en el adolescente, diferentes a las del adulto, por ello no son
no ocurre igual en los niños de menor edad aplicables los mismos criterios terapéuticos.
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A pesar que en la literatura las fracturas interna en los casos con desplazamiento
de la extremidad proximal de fémur se menor de un cuarto de la anchura cervical,
siguen presentando agrupadas, la realidad o la síntesis con agujas para prevenir el des-
es que los cuatro tipos de fracturas de plazamiento secundario en los mayores de
cadera en niños tienen peculiaridades ana- cuatro años.
tómicas y biomecánicas bien distintas. II. DESPLAZADAS: El tratamiento
Esto da lugar a un enfoque terapéutico consiste en la reducción anatómica sistemá-
específico para cada tipo y por eso se desa- tica para evitar la epifisiodesis secundaria.
rrollarán de forma independientemente en La reducción bajo anestesia general se con-
este apartado. sigue habitualmente de forma cerrada y
Sí parece recomendarse de forma gene- sino es posible se realizará de forma abier-
ral que el tratamiento se debe realizar lo ta. La maniobra de reducción propuesta es
antes posible, que las maniobras de reduc- tracción en mesa ortopédica, abducción y
ción deben ser suaves y recientemente se rotación interna de la extremidad.
recomienda la descompresión del hemar- Tras la reducción de la fractura las pro-
tros mediante punción en los casos que puestas terapéuticas varían. En neonatos se
sean tratados de forma cerrada ya que pare- ha recomendado la ortesis tipo Pavlik, y la
ce demostrarse que disminuye la incidencia síntesis con agujas si aparece desplazamien-
de necrosis avascular. to secundario, o bien tracción inicial
durante siete días seguida de la ortesis. En
FRACTURAS TIPO I (TRANSEPIFISARIAS) este grupo de edad también se ha reco-
mendado la inmovilización escayolada tras
A (Sin luxación) la reducción. En niños mayores algunos
«La separación traumática de la epífisis proponen la inmovilización escayolada para
femoral superior en niños jóvenes es una evitar la posible lesión de la placa de creci-
lesión grave que probablemente acabará miento causada al atravesar la fisis los distin-
dando lugar a deformidades permanentes». tos sistemas de síntesis, aunque los desplaza-
Aunque se han comunicado buenos resul- mientos secundarios no son excepcionales y
tados en los menores de dos años de edad y si presenta desplazamiento secundario es
las no desplazadas, estos pacientes mayorita- obligada la fijación interna con agujas.
riamente desarrollan necrosis avascular y Otros aconsejan en todos los casos la
epifisiodesis con mal resultado final en el síntesis con agujas tras la reducción. Para
80-100% de los casos. El desplazamiento algunos autores, en los mayores de nueve
fracturario marcará la actitud terapéutica. años son preferibles las agujas roscadas o los
I. NO DESPLAZADAS: Se han pro- tornillos a las agujas de Kirschner conven-
puesto los siguientes tratamientos:Tracción cionales; aunque se ha descrito una elevada
hasta la consolidación, yeso pelvi-pédico en proporción de epifisiodesis con estos siste-
abducción moderada y 10º de rotación mas de tratamiento. La retirada de las agujas
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a b
Figura 6. a) Niño de 10 años de edad que a consecuencia de atropello, presentó entre otras lesiones fractura desplaza-
da basi-cervical izquierda. b) Se realizó reducción abierta y síntesis con dos agujas de Kirschner. c) Este paciente sufrió
infección postoperatoria y necrosis en la extremidad proximal del fémur. Estudio radiológico a los 16 años de edad.
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Figura 7. Varón de 9 años que presenta fractura Subtrocantérica de cadera derecha. Reducción y síntesis con placa aco-
dada y tornillo interfragmentario. Tras la retirada de la placa evolución a coxa vara.
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necrosis avascular es alrededor del 40% pero De igual manera se ha comunicado una
es mucho más elevada en las fracturas des- mayor incidencia en los mayores de diez
plazadas. Su incidencia varia según el tipo años. En cuanto al mecanismo de produc-
de fractura: en el tipo IA desplazado es del ción parece ser que se debe al aumento de
50%, en el tipo IB del 80% al 100%, en las la presión intra-articular. La lesión vascular
fracturas tipo II se presenta en algo más de directa debe descartarse como la causa de
la tercera parte de los casos, pero solo en las necrosis, porque los vasos retinaculares se
desplazadas en algo mas del 50%, en las tipo sitúan en el cuello femoral en la parte pos-
III es del 27% y en las tipo IV del 14%. En tero-superior y postero-inferior, mientras
algunas series la incidencia de necrosis avas- que la fractura se desplaza con el ángulo
cular es sorprendentemente baja y difícil de abierto hacia atrás, y a esto hay que añadir
explicar. la elasticidad intrínseca de los vasos que evi-
También se ha comunicado menor inci- tarían su lesión
dencia en los tratados quirúrgicamente res- Respecto a la influencia de la evacua-
pecto a los inmovilizados con escayola, atri- ción del hemartros en la prevención de la
buyéndolo a las posiciones de inmoviliza- necrosis su práctica continua siendo con-
ción en abducción forzada y rotación inter- trovertida. La ruptura de los vasos que irri-
na que incrementaría la presión intracapsu- gan la epífisis femoral no explica la apari-
lar, pero este hallazgo no lo confirman otros. ción de necrosis avascular en los casos no
I a II b III c
Figura 8. Tipos de necrosis avascular según Ratliff: a) Afectación total de la cabeza. Lesión de todos los vasos proxi-
mal a la fractura. b) Afectación metafisaria proximal. Interrupción de la circulación endostal. c) La necrosis se localiza
en la parte superior de la cabeza por afectación de la arteria lateral ascendente.
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desplazados. Por esto la causa debe estar en casos mediante descompresión precoz y
el aumento de la presión intracapsular ori- fijación interna estable no observaron nin-
ginada por el hemartros arterial, por enci- gún caso de necrosis.
ma de la presión venosa, provocando estasis De cualquier forma no existe una cons-
e hipoxia. En este sentido muchos autores tatación clínica evidente de la ventaja de
creen indicada la evacuación del hemartros evacuar el hemartros, porque mientras algu-
porque esta maniobra disminuirá la inci- nos comunican la ausencia de necrosis avas-
dencia de necrosis avascular, basados en un cular siguiendo a la evacuación sistemática
estudio que demostraba que el aumento de del hemartros, otros no observan menor
la presión intracapsular ocluía los vasos epi- incidencia de esta complicación tras la
fisarios capsulares la aparición de cambios artrotomía sistemática de estas fracturas. De
irreversibles en la cabeza femoral de anima- esta forma la evacuación sistemática del
les incrementando la presión intra-articular hemartros continúa siendo controvertida
después de varias horas y la constatación aunque no por ello desaconsejable.
experimental del aumento de la presión Ratliff realizó una clasificación radio-
sanguínea intraósea epifisaria con el gráfica de la necrosis avascular en tres tipos,
aumento de la presión intracapsular. Por aunque algunos de sus casos no se ajustaban
contra Drake y Meyer no encontraron alte- estrictamente (Fig. 8):
rada la presión intracapsular en los casos de Tipo I
fractura, y no creen justificada la evacuación Afecta a la epífisis y al cuello femoral
del hemartros. desde la fractura. Es tipo más frecuente y
Se ha recomendado la evacuación por todos tuvieron mal resultado final.
medio de una punción en los casos que se Tipo II
haga tratamiento cerrado, o mediante artro- El área de necrosis esta limitada a la epí-
tomía. fisis, provocando un colapso cefálico míni-
Se ha propuesto evacuar el hemartros mo con un cuello femoral normal. La cuar-
solo en los casos poco desplazados o no ta parte obtiene buenos resultados.
desplazados, porque en los muy desplazados Tipo III
los desgarros capsulares previenen el La necrosis se limita al cuello, eviden-
aumento de la presión intracapsular. ciándose por aumento de densidad radioló-
Recientemente se han publicado dife- gica. Estos pacientes obtuvieron buenos
rentes trabajos sobre la ventaja que supone resultados en casi la mitad de los casos, es
la evacuación del hemartros. Ng y Cole decir se trata de la forma más benigna, aun-
sobre una casuística de 23 casos observaron que muchos de ellos presentaron epifisio-
que cuando se evacuaba el hemartros la desis secundaria. La existencia de esta forma
incidencia de necrosis eran del 10% y cuan- de necrosis ha sido cuestionada, atribuyén-
do no se evacuaba era del 50%. Más drásti- dose estos cambios radiológicos a los pro-
cos son Cheng y Tang que tras tratar a 14 pios de la fractura. (Fig. 9)
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producirse el traumatismo, evitar las mani- en el 41%, en los tipos III un 11% y en algo
pulaciones forzadas durante la reducción, mas del 10% de los tipos IV.
obtener una reducción anatómica, evacuar En su etiología se han implicado varios
el hemartros y descarga prolongada de la factores: reducción inicial fallida, pérdida de
extremidad pero el valor real de todas estas la reducción en el pelvi-pédico, pseudoar-
medidas no ha podido demostrarse. trosis, necrosis avascular y epifisiodesis.
El tratamiento de la necrosis avascular es Algunos autores han constatado el desarro-
similar al del Perthes. Como líneas genera- llo de deformación cervical en varo tardía-
les se deben mantener la movilidad de la mente después de la consolidación. Se ha
cadera mediante tracción, fisioterapia …y constatado mayor incidencia en la apari-
contener la cabeza femoral en el acetábulo ción de esta complicación en los niños de
hasta la fase de reosificación radiológica, más edad. Parece evidente que su inciden-
también se ha recomendado la descarga cia disminuye con la utilización de fijación
como tratamiento de esta complicación interna de estas fracturas y su frecuente aso-
con resultados contradictorios. ciación con retardo de consolidación y
En realidad ningún tratamiento se ha pseudoartrosis.
mostrado eficaz en el desarrollo de esta Para prevenir su aparición se han reco-
complicación. Se ha recomendado retirar el mendado mantener la extremidad en
material de síntesis tras la consolidación de la abducción de unos 30º y ligera rotación
fractura. De la misma forma se ha recomen- interna, mantener la inmovilización hasta
dado la osteotomía femoral, o la de Salter en la aparición de callo óseo y mantener la
los casos de extrusión de la cabeza. descarga hasta que desaparezca la línea de
Casi todos los pacientes que sufren fractura. Su tratamiento se hará con osteo-
necrosis avascular presentan malos resulta- tomía subtrocanterea valguizante, algunos
dos a largo plazo.También se ha comunica- recomiendan asociar un efecto desrotador
do una incidencia elevada de epifisiodesis (Fig. 10).
femoral proximal en los pacientes que desa- En los casos no asociados a no-unión se
rrollan necrosis avascular. recomienda observación, y si es progresiva
debe realizarse osteotomía, si está asociada a
COXA VARA pseudoartrosis se corregirá precozmente con
Es la deformidad residual más frecuente y osteotomía subtrocanterea. También se ha
se asocia a retrotorsión del cuello femoral. Se recomendado hacer la osteotomía inmediata
ha descrito un caso de coxa valga siguiendo en los casos con un ángulo cervico-diafisario
a una fractura cervical que se corrigió inferior a 90º ó 110º, porque en estos casos
espontáneamente. Se ha dado una incidencia no cabe esperar la remodelación espontánea,
global del 14% al 35%. En las fracturas tipo I y de igual manera en los niños mayores de
se ha dado una incidencia del 30% al 50%, ocho años y adolescentes en los que no
en los tipos II solo en los casos desplazados cabe esperar la remodelación espontanea.
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Figura 10. Fractura basicervical consolidada en mala posición. Coxa vara y rotación externa. Osteotomía subtrocantéri-
ca valguizante y desrotadora.
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23
2.
Hospital Ramón y Cajal, Madrid.
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que se podrá sospechar por la presencia de o de estrés o tras una inmovilización con
múltiples fracturas y lesiones en partes yeso prolongada.
blandas. Para algunos autores este cuadro
representaría el 50% de las fracturas femo- CLASIFICACIÓN
rales en esta edad. Existe una gran variedad de clasificacio-
En la edad escolar los accidentes de trá- nes en función de la localización, trazo de
fico representan la etiología más frecuente fractura, grado de conminución, severidad
(60%) seguido por los juegos y deportes de de la lesión de partes blandas… Sin embar-
contacto, que representarían un 25%. En go, ninguna clasificación es ampliamente
último lugar están las precipitaciones. Entre aceptada.
los 14-16 años la causa más frecuente son Según la localización del trazo de frac-
los accidentes de tráfico. tura se diferencian en:
Además de estos mecanismos, pueden
observarse fracturas patológicas, por tumo- 1. Fracturas del tercio medio
res óseos, enfermedades neurológicas, como Son las más frecuentes (60-70%). El aca-
el mielomeningocele, displasias óseas, como balgamiento de los fragmentos es impor-
la osteogénesis imperfecta, por ejercicio tante, con desplazamiento posterior del
repetitivo ocasionando fracturas por fatiga fragmento distal.
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que los padres o cuidadores no dan razones menor impacto psicológico negativo posi-
adecuadas sobre el mecanismo de produc- ble, que no requiera anestesia y que, ade-
ción, en estos casos existe sospecha de más, permita con facilidad los cuidados de
malos tratos. enfermería y de la familia.
No existe un tratamiento sistemático
RADIOLOGÍA para las fracturas diafisarias. Dependerá de
Las proyecciones radiológicas necesarias una serie de factores, como pueden ser: la
para un diagnóstico correcto son: una pro- edad, peso, lesiones de partes blandas, tipo y
yección antero-posterior y otra lateral. Sólo localización de la fractura, traumatismo crá-
con estas dos proyecciones se obtienen neo-encefálico, traumatismo torácico o
todas las características de la fractura: tipo abdominal u otras fracturas de la misma
de trazo, nivel, conminución y desviaciones extremidad o de la opuesta. También
axiales, tanto en el eje postero-anterior, dependerá de la experiencia del cirujano.Al
como lateral. La rotación de los fragmentos
puede ser sospechada por la diferencia en el
diámetro de los diferentes fragmentos o por
la posición del trocánter menor.
Convendrá proceder siempre a realizar
una radiografía de la pelvis con el objeto de
evitar que pase inadvertida la asociación de
un traumatismo de la cadera o de una frac-
tura pelviana.
Siempre que exista un traumatismo cra-
neal severo se deberá realizar un estudio
radiológico de las localizaciones sospecho-
sas de otras lesiones.
La periodicidad de radiografías poste-
riores dependerá del sistema de tratamiento
elegido y serán necesarias para comprobar
la alineación, rotaciones y comprobar la
consolidación.
TRATAMIENTO
El tratamiento ideal sería el que permi-
tiera un control de la reducción de la frac-
tura, conservando la longitud del miembro,
que fuera confortable para el niño, sin
Figura 2. Diagrama que muestra dos visiones de una niño
exposición radiológica excesiva, con el en tracción al cénit.
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pédica y bajo control de escopia. El muslo este problema hay que vigilar que las cin-
debe quedar en unos 10˚ de abducción para chas de la parte posterior de la férula estén
facilitar la higiene perineal. lo suficientemente tensas. Si, a pesar de
Las complicaciones de este sistema han todo, persiste la angulación, se puede colo-
sido mínimas en las series analizadas siendo car un cojín grueso por debajo del muslo
las comunes a toda tracción: la compresión en el sitio de la fractura. Las angulaciones
de partes blandas con riesgo de isquemia o en varo o valgo se pueden corregir median-
fibrosis, y la compresión sobre el nervio ciá- te alineación del fragmento distal con el
tico poplíteo externo. Sin embargo, proximal ajustando el sistema de tracción.
Humberger y Eyring encuentran una alta 5. Reducción cerrada e inmovilización inme-
incidencia de dolor en la rodilla, angulación diata con yeso bipelvipédico
y dismetrías cuando este procedimiento se Su principal ventaja sería la corta estan-
aplica a niños con edad superior a 10 años. cia hospitalaria del niño, con claras repercu-
4. Tracción-suspensión siones sociales y económicas. Sin embargo,
Utilizado para niños de mayor edad y el mantenimiento de la reducción conse-
adolescentes. Consiste en tracción esquelé- guida por este sistema es difícil y precisa de
tica con aguja de Kirschner situada en el supervisión frecuente, así como de contro-
fémur distal. El muslo y pierna se ponen les radiológicos repetidos. Las desviaciones
sobre una férula de Thomas y en el aparato que sucedan se pueden corregir mediante
de inserción de Pearson . La cadera se colo- yesotomías. Este procedimiento se debe
ca en flexión de 35-45˚, se empuja hacia realizar bajo anestesia general, insertándose
arriba la férula de Thomas (con anillo com- una aguja de Kirschner en la tibia proximal
pleto o medio) con firmeza sobre la tube- del lado afectado y colocando un estribo
rosidad isquiática, y se sostiene en ambos para realizar tracción longitudinal. El enfer-
extremos con peso suficiente para equili- mo es colocado en una mesa ortopédica y
brar la extremidad. El nivel de inserción del bajo control radiológico se pone un yeso
aparato de Pearson debe estar justamente muy bien almohadillado que se extiende
por encima de la articulación de la rodilla, desde la línea mamaria a ambos pies. En el
de modo que ésta pueda situarse en flexión mismo se incluye la aguja de Kirschner.
de 30˚ para relajar los músculos de la corva. Esta inmovilización se mantiene duran-
Una cuerda de tracción, en el extremo dis- te 8 ó 9 semanas. Si se emplea este sistema
tal de la inserción del aparato de Pearson, para los adolescentes se requerirá de 2-4
sostiene el peso de la pierna. El pie de la semanas más de inmovilización.
cama se eleva, de modo que el cuerpo del Con este técnica se obtienen buenos
paciente actúe como contracción. resultados, aunque semejantes a los obser-
En las fracturas del tercio medio de la vados con yeso simple. La obesidad, el
diáfisis femoral suele producirse angulación edema, el acortamiento y la conminución
posterior de los fragmentos. Para corregir del foco de fractura son factores que desa-
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consejan el empleo de este método. pies para que el paciente no pueda apoyar-
Aunque hay autores que utilizando esta se en el yeso y evitar así desplazamientos
técnica no refieren complicaciones, como secundarios de la fractura.
consolidaciones viciosas, retraso en la
unión, pseudoartrosis, contractura isquémi- B. Tratamiento quirúrgico
ca de Volkmann, se han descrito malos Las indicaciones clásicas del tratamiento
resultados en fracturas del tercio medio y quirúrgico son politraumatismos, grandes
en adolescentes, y otros refieren, a su vez, defectos de partes blandas, fracturas múlti-
acortamiento con este sistema. ples del mismo miembro, lesiones vascula-
Hay autores que utilizan sistemática- res, fracturas patológicas, lesión cerebral
mente el yeso precoz en el tratamiento de asociada o fractura aislada en la que no se
las fracturas en tallo verde o subperiósticas consigue la reducción o estabilización de
realizando reducción bajo anestesia general manera ortopédica.
e inmovilizando con el yeso ambas piernas Otros autores amplían estas indicaciones
con rodillas y caderas ligeramente flexiona- a todas las fracturas abiertas y del tercio
das; la inmovilización se mantiene 4-6 proximal, así como en adolescentes, ya que
semanas. el tratamiento convencional de tracción
Han sido descritos diversos métodos seguida de yeso, ocasiona un alto índice de
para la aplicación de este sistema: mal-uniones (45%) sumándose otros incon-
1. Inmovilización precoz con yeso pel- venientes, como la estancia hospitalaria
vipédico con cadera y rodilla a 90˚. prolongada, incremento del coste, pérdida
Judet y LaGrange son los autores de de la alineación de la rodilla, debilidad pro-
este procedimiento que tiene el longada del cuádriceps, rotaciones y desvia-
inconveniente de un alto porcentaje ciones axiales.
(50%) de desplazamientos secunda- Algunos cirujanos incluso amplían esta
rios, por lo que sólo debería ser utili- indicación quirúrgica en las fracturas con
zado de manera temporal, para per- desplazamiento importante, rotación o
mitir traslados del enfermo. acortamiento y en las que no es previsible
2. Inmovilización precoz según técnica su remodelación por el crecimiento inde-
de Irani. Consiste en la reducción pendientemente de la edad.
inmediata, bajo anestesia general y Más recientemente se ha descrito la rea-
por simple tracción, seguida de lización de tratamiento quirúrgico, median-
inmovilización con yeso pelvipédico te enclavado intramedular flexible o fija-
bilateral con la rodilla flexionada ción externa monolateral, en los niños de
entre 40-60˚. En los niños mayores 6-10 años cuando presentan alguna de las
de 5 años el yeso puede ser unilateral. características anteriores y en todos los
Los autores de este sistema insisten en la niños mayores de 10 años o portadores de
necesidad de que el yeso no deje libre los una fractura patológica.
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mes, aunque si ocasionan muchas molestias dores externos monolaterales más versátiles,
a nivel de la rodilla pueden retirarse al ter- poco voluminosos y de fácil aplicación.
cer mes, y en el caso de buena tolerancia Estos utilizan un número de tornillos redu-
no existe inconveniente en dejarlas más cido, con una única barra lateral y un siste-
tiempo. ma de fijación de los mismos que permite
Las ventajas de este método son nume- el control de las desviaciones laterales y
rosas: fácil aplicación, riesgo de infección rotacionales, así como la posibilidad de dis-
bajo, no interferencia del foco de fractura, traer o comprimir a nivel del foco de frac-
no agresión a fisis, consolidación rápida y tura.
fenómeno de hipercrecimiento que rara- Su utilización fue inicialmente en niños
mente excede de 1 cm. politraumatizados, con lesión cerebral, frac-
Los inconvenientes de este sistema tam- turas abiertas y en pérdidas de partes blan-
bién deben ser conocidos: molestias a la das, dado que su colocación es fácil y la
movilización de la rodilla por irritación de pérdida sanguínea al poner los tornillos es
las agujas. Esto suele ocurrir en las fracturas mínima. Otros autores han ampliado su
oblicuas, que tras el cese de la tracción de la indicación a todas las fracturas abiertas y a
mesa ortopédica o por carga precoz se las del tercio proximal, especialmente en
colapsa parcialmente el foco de fractura adolescentes. En la actualidad se está utili-
provocando protrusión de las agujas a nivel zando este tipo de tratamiento para todas
supracondíleo. En los casos de fractura con- las fracturas femorales en niños de manera
minuta, oblicuas largas, espiroideas, sobre primaria (Fig. 7) o como rescate cuando
todo si el trazo es oblicuo, es previsible un fracasa el tratamiento conservador a partir
desplazamiento secundario (Fig 6), por lo de los 3-5 años, aunque hay autores que
que deberemos mantener una tracción o un consideran que hay que tener un criterio
yeso pelvipédico de 2 a 3 semanas. restrictivo en su indicación teniendo en
También es bien conocida la dificultad cuenta las posibles complicaciones. Es con-
técnica para la extracción de las agujas, que veniente recordar, al igual que con el méto-
en ocasiones incluso es preferible dejarlas do anterior, la conveniencia de emplear
antes de realizar ventanas óseas que pueden mesa ortopédica, proporcionar una adecua-
ocasionar una fractura secundaria. da reducción de los fragmentos óseos pre-
4. Fijación externa monolateral via a la inserción de los tornillos.
Los osteotaxos se conocen desde el siglo La complicación más frecuente con este
XIX. Los primeros utilizados de una mane- sistema es la infección alrededor de los tor-
ra asidua fueron los diseñados por Anderson nillos. También se ha señalado al igual que
y Hoffman y, posteriormente, los de con otros métodos el fenómeno de hiper-
Wagner e Ilizarov. Pero, es a partir de la crecimiento de la extremidad que raramen-
década de los 80, cuando su uso aumenta te excede de 1 cm. Una complicación no
significativamente, con la aparición de fija- muy frecuente es la refractura ( Fig 8) tras
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Embolia grasa
Descrita por algunos autores durante las
primeras 72 horas después de la fractura.
Shock, sobre todo observado cuando
hay un politraumatismo, generalemnte
hipovolémico.
Complicaciones tardías
Las complicaciones tardías se presen-
tan a lo largo del proceso de consolidación
o en la evolución posterior. Estas se van a
encontrar influenciadas por las característi-
cas de la fractura, de la persona que presen-
ta dicha lesión y por el sistema de trata-
miento elegido.
Figura 8. Refractura de fémur tras la retirada de la fija-
ción externa. Es conveniente retirar el cuerpo del fijador
1. Discrepancia en la longitud de los
previamente durante 10 días y posteriormente quitar los miembros
tornillos. Habitualmente por hipercrecimiento de
la pierna afecta es la complicación más fre-
cuente de las fracturas de la diáfisis femoral
en los niños. El aumento del crecimiento
que se presenta después de dicha fractura
puede conducir a una desigualdad significa-
tiva de la pierna presentando el paciente
trastorno de la marcha, escoliosis compen-
sadora y dolor lumbar.
La aceleración máxima del crecimiento
se observa en los primeros 18 meses des-
pués de la fractura. No es previsible el
grado de hipercrecimiento, aunque éste
suele oscilar entre 5 mm y 2 cm.
Existen algunos aspectos que pueden
favorecer más o menos el desarrollo de esta
complicación:
Edad: algunos autores encuentran una
incidencia más elevada en niños entre 2 y 8
Figura 9. Hipercrecimiento femoral de 2.5 cm tras fractu-
ra diafisaria tratada con placa atornillada en niña de 8
años. Esto se explicaría porque en la infan-
años. cia temprana, las fracturas consolidan con
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RESUMEN:
- Fractura obstétrica: Pavlik / 1 mes.
- < 4 años:Yeso PP precoz.
oporosis en el resto del hueso que lo hace - 5-13 años:
susceptible de fracturas secundarias. • transversa: ECMEES
También han sido descritas lesiones del • Inestables: Fij. Ext.
nervio ciático poplíteo externo todas ellas • Proximales: ClavoPlaca.
consecuencia de tracciones 90˚-90˚ con - > 14 años: Clavo Rígido.
yeso posterior; esto sería debido a las - Abiertas : Fij. Ext.
maniobras de reducción o bien a un - Politrauma: Fij. Ext.
aumento de la presión sobre el nervio por - Fractura Patológica:
hematoma importante y colocación precoz • Benigna: ECMEES.
del yeso. La lesión consiste habitualmente • Maligna : Fij. Ext.
en una neuroapraxia que suele evolucionar
de manera favorable, pero requiere vigilan- BIBLIOGRAFÍA
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•••
PARTE V
RODILLA
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24
2.
University of Texas Healt Sciences Center, San Antonio E.E. U.U.
3.
Cirugía Ortopédica. Fundación Hospital Son Llàtzer, Palma de Mallorca.
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• Tipo III. En estas fracturas, parte del niñas, lo que podría explicarse por factores
trayecto también es una separación ambientales y, sobre todo, hormonales.
fisaria pura pero, en un punto deter- En general, el miembro superior se
minado, se produce una inflexión y afecta con mucha más frecuencia que el
cruza la fisis y la epífisis hasta llegar a inferior.
la superficie articular. Están produci- Con respecto a la incidencia según la
das por un mecanismo de cizalla- clasificación de Salter y Harris, Mann y
miento intraarticular. Rajmaira aportan una serie de 943 fractu-
• Tipo IV. En este tipo, la línea de frac- ras fisarias y confirman que el tipo II es el
tura comienza en la superficie articu- más frecuente (483 casos) seguido de los
lar y atraviesa, casi perpendicularmen- tipos I (210 c.), III (143 c.) y IV (102 c.),
te, la epífisis, la fisis y la metáfisis. siendo excepcional el tipo V.
Suelen ser consecuencia de fuerzas de
avulsión o cizallamiento. Tratamiento. Principios generales
La gravedad las fracturas tipos III y IV Una vez diagnosticada la fractura fisaria,
estriba en dos puntos: el trayecto es intraar- se debe instaurar un tratamiento que, inde-
ticular y la comunicación epifiso-metafisa- pendientemente del método, debe tender a:
ria que se produce hace posible la forma-
ción de puentes óseos. Restaurar la anatomía
• Tipo V. Se trata de un traumatismo - Lo más importante es reestablecer la
fisario por compresión cuya existencia integridad fisaria sobre todo en las
es controvertida. El diagnóstico es fracturas que cruzan el cartílago de
siempre retrospectivo por la aparición crecimiento ya que de no hacerlo con
de cierres fisarios prematuros. gran meticulosidad, el resultado más
Otras clasificaciones interesantes y rela- probable será la aparición de un
tivamente recientes son las de Ogden y de puente óseo fisario. También de gran
Peterson. importancia, es la reducción anatómi-
ca de las fracturas intraarticulares, ya
Incidencia- Patogenia que de ello depende el que se pro-
La incidencia de las fracturas fisarias con duzcan cambios degenerativos en el
respecto al total de las fracturas de los niños, futuro.
se encuentra alredeor del 15% y el 30%. - Evitar daños fisarios permanentes.
Con respecto a la edad, la mayor inci- Dichos daños conllevan generalmente
dencia de fracturas fisarias se produce alre- el cierre prematuro fisario parcial o
dedor de la pubertad, por tanto algo antes total y pueden ser producidos bien
en las niñas que en los niños. por la gravedad de la fractura misma o
En lo referente al sexo, las lesiones fisa- por nuestro propio tratamiento.A este
rias son más frecuentes en niños que en respecto es esencial realizar una
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Figura 2. Fractura fisaria distal femoral tipo III en niño de 12 años. En estos casos la reducción anatómica es obligada y
es preferible hacer la fijación sin invadir la fisis, mediante tornillos canulados epifisarios.
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Figura 4. Los trastornos del crecimiento como secuela de fracturas fisarias alrededor de la rodilla (en este caso fémur dis-
tal) pueden consistir en acortamientos simples (izquierda), deformidades angulares (centro) y trastornos mixtos -acorta-
mientos y deformidad angular- (derecha).
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mayor crecimiento remanente y, por sobre los que sí podemos actuar y que tie-
tanto, mayores las potenciales conse- nen que ver directamente con su trata-
cuencias del cese de crecimiento. miento.
3. Riego sanguíneo epifisario. Si el riego 1. Reducción anatómica de los frag-
sanguíneo epifisario queda inte- mentos. Crucial en las fracturas tipo
rrumpido, como consecuencia de la III y IV.
misma, la isquemia consecuente de 2. Corrección en la selección y el uso
las células germinales de la fisis afec- del material de osteossíntesis.
ta puede conducir a graves trastor- Puentes óseos fisarios. Diagnóstico y
nos del crecimiento (ej. fracturas de clasificación.
tipo I de la fisis femoral proximal La radiología convencional es siempre el
(41). método diagnóstico por el que debe
4. Severidad de la lesión (velocidad y comenzar el estudio.Tras ello, en la mayoría
fuerza). Los traumatismos llamados de los casos, estaremos en condiciones de
de «alta energía» son, siempre, de confirmar o descartar la existencia de un
peor pronóstico. puente óseo.
Este es quizá el factor pronóstico más Para determinar la localización y exten-
determinante. sión exactas del puente, la tomografía line-
5. Integridad de la piel. Las fracturas al y elipsoidal puede ser de utilidad.
fisarias abiertas, son de por sí de mal La Tomografía Axial Computarizada
pronóstico. también puede ser útil pero es dificil su uso
Además de estos factores que podríamos en el estudio de fisis redundantes, como en
denominar «no modificables», hay otros el fémur distal, en donde incluso la sóla
detección del puente puede llegar a ser
a b
problemática.
La RM es la prueba diagnóstica de elec-
ción. Su gran ventaja en el estudio de los
puentes óseos fisarios estriba en la excelen-
te información sobre su tamaño, forma y
localización con vistas, sobre todo, al trata-
miento quirúrgico. Incluso, utilizando sofis-
ticados programas informáticos se pueden
llegar a realizar reconstrucciones tridimen-
Figura 5. El mecanismo lesional en las fracturas fisarias
varía mucho dependiendo del tipo de trauma. En las lesio-
sionales en múltiples proyecciones en el
nes deportivas (fuerzas varo-valgo) los desplazamientos espacio que dan una idea muy real de la
son generalmente laterales (a), mientras que en los trau- situación.
matismos de alta energía (atropellos, precipitaciones) las
fuerzas y, por tanto, los desplazamientos suelen ser ante- En los referente a los tipos, dependien-
ro-posteriores (b). do de la extensión, los puentes óseos fisarios
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pueden ser divididos en dos grandes gru- también los patrones de desplazamiento
pos: totales y parciales. Los cierres fisarios clásicos. En el momento actual, estas lesio-
prematuros totales tienden a producir fun- nes presentan una mayor incidencia de des-
damentalmente un acortamiento del seg- plazamiento medial o lateral del fragmento
mento óseo afecto mientras que los parcia- distal, por lo que las frecuencia de lesiones
les suelen conducir a trastornos del creci- neuro-vasculares es inferior (2-3%). No
miento más complejos. obstante la incidencia de trastornos del cre-
A su vez, los cierres fisarios parciales cimiento como consecuencia de estas frac-
pueden clasificarse, según su localización, turas sigue siendo elevada (48%).
en periféricos, centrales y lineares. En general, podemos decir que es una
Los puentes óseos periféricos suelen lesión rara, con una incidencia se alrededor
producir deformidades angulares más o del 5% de todas las lesiones fisarias y el 1%
menos marcadas, muy frecuentemente aso- de todas las fracturas pediátricas. Es más fre-
ciadas a acortamiento del hueso afecto y los cuente en el adolescente varón.
puentes centrales tienden sobre todo a pro- Según la clasificación de Salter-Harris,
ducir acortamiento y una deformidad los tipos I y II son los más frecuentes, los
característica epifisaria, en «tienda de cam- tipos III y IV son raros y el tipo V es excep-
paña». cional.
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Figura 6. Las fracturas fisarias sin desplazar en la radiología convencional (izquierda) pueden sospecharse frecuente-
mente por la aparición de imágenes de pequeños arrancamientos fiso-metafisarios (flecha). No obstante, las radiografías
forzadas (centro) y, sobre todo, la Resonancia Magnética (derecha) ponen más de manifiesto la lesión y son pruebas reco-
mendadas ante la sólida sospecha de fractura fisaria en el examen clínico y la radiología convencional.
mendables en nuestra opinión, son (Fig. 6): El paciente podrá reanudar la actividad
radiografías forzadas (de estrés) y la una vez que se visualice un callo a modo de
Resonancia Magnética. reacción perióstica en la región metafisaria.
Las radiografías en estrés se deben reali- Si existen dudas acerca de la estabilidad, es
zar bajo anestesia general en tracción como conveniente examinar bajo anestesia gene-
prevención del cizallamiento de los proce- ral y, en caso de movilidad franca de los
sos mamilares ya mencionado. fragmentos, estabilizarlos con agujas o tor-
nillos transmetafisarios o transepifisarios.
Tratamiento Fracturas desplazadas
Fracturas de estrés Lateral o medialmente: para lograr la
Estas fracturas, generalmente, sólo reducción hay que aplicar las fuerzas inver-
requieren reposo hasta que desaparezca el sas que produjeron la fractura y puede
dolor y haya evidencia de curación. necesitarse la aplicación de tracción longi-
Es conveniente desarrollar un buen pro- tudinal al inicio para desanclar los fragmen-
grama de rehabilitación musculo-esqueléti- tos y luego corregir la angulación.
ca. Esto se lleva a cabo con el paciente en
Fracturas no desplazadas decúbito prono y la rodilla en extensión.
Generalmente, requieren yeso cruro- Posteriormente, la estabilidad que se
pédico durante unas cuatro a seis semanas necesita para mantener la reducción se
con control radiológico inmediato y a los obtiene con un yeso ajustado cruropédico
diez días de la inmovilización para detectar normalmente asociado a agujas de Kirschner
posibles desplazamientos percutáneas. Si existe un importante frag-
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a b
Figura 7. a)Fractura fisaria distal femoral tipo II en un niño de 9 años de edad que se precipitó de un apartamento a 15
metros de altura. b)La inestabilidad de la lesión obligó a utilizar agujas de Kirschner y yeso tras la reducción cerrada de
la fractura.
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de insuficiencia vascular y/o síndromes hasta el 2%. Los efectos de lesión vascular,
compartimentales en pierna y muslo. La sin embargo, puede aparecer de forma tar-
mayoría de las lesiones nerviosas se resuel- día especialmente cuando se trata de un
ven espontáneamente. Es importante man- arrancamiento de la íntima arterial y se
tener la inmovilización y descarga hasta que produce la propagación tardía de un coágu-
observemos callo óseo metafisario en las lo intravascular.
radiografías, hecho que sucede habitual- Lesión nerviosa
mente entre las 3-4 semanas. En este La lesión del ciático poplíteo externo es
momento se puede comenzar a movilizar la la más frecuente con un incidencia del 3%.
rodilla de forma controlada mediante un Casi todas estas lesiones nerviosas cerradas
yeso o férula articulados de rodilla. La carga se resuelven espontáneamente.
controlada, con bastones, se puede autorizar Lesión ligamentosa
a partir de la 4ª semana. Es importante La inestabilidad ligamentosa es más fre-
seguir estos enfermos hasta la madurez cuente que lo que originalmente se sospe-
esquelética, ya que pueden aparecer trastor- chaba. La incidencia en una serie conjunta
nos del crecimiento tardíamente, cuestión era del 29%. El ligamento cruzado anterior
de la que hay que informar «a priori» a los y el colateral interno son los más (Fig. 9)
familiares. frecuentemente lesionados.
Fractura irreductible
Complicaciones específicas La interposición de periostio puede
Lesión vascular impedir la adecuada reducción, pudiendo
Afortunadamente, en la actualidad la requerir una pequeña incisión para extraer
incidencia de esta complicación ha bajado el periostio interpuesto. Las fracturas tipo
a b
Figura 8. a)Fractura fisaria distal femoral tipo II en un varón de 15 años de edad que había sufrido una caída de una
motocicleta. b)En este caso, el tamaño del fragmento metafisario, permitió la utilización de tornillos canulados metafisa-
rios sin atravesar la fisis, para fijar la fractura tras la reducción cerrada.
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Secuelas
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Mecanismo de lesión
A igual que sucede en las lesiones del
fémur distal, la lesión suele estar producida
por una fuerza angular varizante o valgui-
zante o, en los casos más graves, por un
mecanismo por hiperextensión. Cuando
existe una fuerza valguizante, el mecanismo
más frecuente, se produce en primer lugar
una avulsión del periostio medial y de la
porción superficial del ligamento lateral
interno.
La porción profunda del ligamento
puede permanecer intacta.
Figura 10. Las fracturas fisarias desplazadas de la tibia
Si la fuerza angular progresa, el trazo de proximal presentan una alta propensión a asociarse con
fractura se propaga a través de la epífisis daños vasculares, precisamente por la estrecha relación
anatómica de los vasos poplíteos con la cara posterior de
lateral produciéndose una lesión tipo III de la tibia proximal y la escasa distensibilidad de estos vasos
Salter Harris. Al mismo tiempo se produce a ese nivel, por la proximidad de la arcada interósea tibio-
peronéa.
una compresión de la fisis externa lo cual
puede originar con posterioridad una
detección del crecimiento localizada rior correspondiente a la tuberosidad tibial
(puente óseo). La epífisis suele desplazarse anterior (TTA). Esto hace que, en el plano
lateralmente pudiendo asociarse, además, sagital, la línea fisaria sea cóncava y la super-
una fractura del peroné proximal. En las ficie metafisaria adyacente, convexa.
fracturas por mecanismo de hiperextensión Solamente la porción profunda del liga-
lo habitual es que se produzca un desplaza- mento lateral interno se inserta directa-
miento anterior de la epífisis y posterior de mente en la epífisis mientras que la porción
la metáfisis. superficial lo hace más distalmente, en la
metáfisis. A su vez, el ligamento lateral
Consideraciones anatómicas externo se inserta en la cabeza del peroné.
La epífisis proximal tibial presenta pro- Por esto, la fisis y epífisis proximal de la tibia
longación hacia distal en su porción ante- están relativamente protegidas en los meca-
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extremadamente cauteloso con estas lesio- también estabilizar la fractura mediante fija-
nes y estar seguros de que no existe daño ción externa unipolar.
vascular.
Luxación de la rodilla
Secuelas Lesión de extrema gravedad con rotura
Trastornos del crecimiento no sólo de la arteria poplítea, sino también
No suceden tan frecuentemente como de sus colaterales. Es precisa una rápida
en el fémur distal. La clasificación de Salter reparación vascular, si la demora supera las
Harris no es pronóstica tampoco en las 6-8 horas, el índice de amputación puede
fracturas tibiales proximales. llegar hasta el 86%. Hay también importan-
De todas formas la frecuencia con la que tes roturas ligamentosas que pueden precisar
ocurren estos trastornos es del 14 al 24% . en estos niños reparación quirúrgica aguda.
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Clínica Ortopédica, Padua, Italia.
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R. Aldegheri, A. Berizzi
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R. Aldegheri, A. Berizzi
a b
Figura 1. RM de la rodilla que muestra la presencia de un puente óseo en la fisis distal del fémur. a) Sobre el plano fron-
tal el puente está localizado en el sector centro-medial. b) Sobre el plano coronal se ve la localización, fundamentel-
mente, posterior y la extensión parece alrededor del 30% de la superficie de la fisis.
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a b
Figura 2. Tomografía que muestra un puente óseo de la fisis proximal de la tibia. a) En la proyección antero-posterior se
evidencia el puente óseo lateral. b) En la proyección latero-lateral se evidencia la posición central del puente.
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R. Aldegheri, A. Berizzi
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a b
Figura 4. Despifisiodesis de puente óseo proximal de la tibia. Resección del puente e interposición de grasa autóloga.
a) Proyección antero-posterior. b) Proyección lateral.
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R. Aldegheri, A. Berizzi
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J. Ph. Cahuzac
C.H.U. Purpan,
26
Toulouse, Francia
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J. Ph. Cahuzac
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a b c
Figura 1. Fractura conminuta rotuliana en un niño de 14 años (a) tratada con tornillos y cerclaje alámbrico tipo oben-
que (b). El resultado de un año después podemos considerarlo bueno y la superficie articular radiológicamente ha sido
restaurada (c).
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J. Ph. Cahuzac
a b
Figura 2. Fractura-avulsión de
polo inferior rotuliano en un niño
de 13 años. Los signos clínicos
principales eran hemartrosis y la
patela alta (a) La fractura se trató
con cerclaje reabsorbible (b) Un
año después habían aparecido
cambios isquémicos (c).
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a b
Figura 3. Fractura-avulsión de polo inferior rotuliano en varón de 14 años que no fue detectada en su momento y fue
tratada con inmovilización yesada (a) Dos años después el paciente comenzó a presentar dolor y déficit de extensión de
rodilla. Como hallazgos radiológicos destacan: Rótula alta y osificación del tendón rotuliano (b).
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J. Ph. Cahuzac
a b
Figura 4. Fractura-avulsión del polo proximal de la rótula tratada con cerclaje reabsorbible e inmovilización con yeso
en niño de 8 años (a). Cinco años después comenzó a sufrir dolor y radiografía mostraba una patela magna y osificación
del tendón cuadricipital (b).
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J. Ph. Cahuzac
de condromalacia o cuerpos libres. La posi- zona, sobre todo en relación con el ejerci-
bilidad de realizar un diagnóstico erróneo cio. En ocasiones, la aparición de callo óseo
por omisión nos debe llevar a considerar en Rx confirma el diagnóstico. El trata-
una investigación más a fondo en todos los miento es conservador y en el raro caso de
niños que han sufrido una luxación patelar que no desaparezca la sintomatología con la
aguda. inmovilización, se puede valorar la escisión
La fractura-avulsión del borde del fragmento rotuliano fracturado. En los
supero-externo puede confundirse con la pacientes con PCI no es rara la fractura por
rótula bipartita, Grogan y cols., además, estrés del polo inferior rotuliano. Una
sugieren que una rótula bipartita dolorosa inmovilización con la rodilla en extensión
puede estar inducida por un traumatismo. puede ser efectiva, pero dado que el posible
Un trauma directo sobre la unión fibro- mecanismo de estas fracturas tiene que ver
cartilaginosa entre el centro de osificación con la contractura de los isquiotibiales,
principal y el accesorio, pueden provocar puede llegar a ser beneficioso su alarga-
una fractura y desarrollar una mala unión miento quirúrgico.
dolorosa. La gammagrafía con Tc99 mues-
tra un aumento de la captación, pudiéndo- FRACTURAS OSTEOCONDRALES ARTICU-
nos llevar a un diagnóstico de fractura «cró- LARES
nica». La extirpación del núcleo accesorio o Si el fragmento no incluye hueso sub-
la fijación atornillada (Fig 5) es lo más reco- condral pueden pasar desapercibidas. El tra-
mendable cuando ha fracasado el trata- tamiento es quirúrgico incluso por artros-
miento conservador. copia. Los fragmentos pequeños se extirpan
Finalmente, con respecto a estas fractu- y los grandes se pueden fijar con tornillos.
ras, insistiremos en que la restauración del
mecanismo extensor es esencial, y que los LUXACIÓN LATERAL AGUDA DE LA
resultados no son buenos cuando esto no se RÓTULA
consigue. La luxación lateral aguda de la rótula es
rara. Es el resultado de un golpe directo en
FRACTURAS POR ESTRÉS (FATIGA) el lado medial de la rótula o por una enér-
Como decimos están causadas por gica contracción del cuádriceps con la tibia
sobrecargas repetitivas cuya fuerza no llega en rotación externa. El diagnóstico cuando
a ser suficiente como para fracturar la rótu- la rótula está luxada es sencillo (Fig. 6). La
la de forma aguda. Hay dos grupos de reducción se obtiene tras flexionar la cade-
pacientes fundamentalmente: atletas y para- ra y extender la rodilla. Cuando la luxación
líticos cerebrales infantiles (PCI). se reduce espontáneamente, el diagnóstico
En un atleta debe sospecharse esta frac- se sospecha por el hemartros asociado a
tura cuando el paciente se queja reiterada- hematoma en el retináculo medial. Después
mente de dolor más o menos intenso en la de la reducción es necesario vaciar por
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2.
University of South Carolina. Charleston, EE.UU.
3.
Clínica San Miguel, Pamplona.
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MI
MI
a
c
LCA
MI
MI
b d
Figura 1. Rotura meniscal interna en «asa de cubo». El menisco (MI) presenta una rotura más o menos periférica (a) que
cuando es completa, permite el desplazamiento meniscal central hacia el espacio intercondíleo (b).
Estas roturas meniscales se asocian frecuentemente con inestabilidad crónica de rodilla por rotura del ligamento cruza-
do anterior (LCA) (c, d).
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estas características del bloqueo real, ya que cada la realización de resonancia magnética
los llamados «pseudobloqueos» (dificultad, (RM). Dicha exploración, que siempre
pero no imposibilidad para extender) o los debe estar precedida de una exploración
bloqueos en extensión pueden estar causa- radiológica convencional, se ha mostrado
dos por otros problemas (desde patología de alta sensibilidad y fiabilidad en la detec-
femoropatelar y osteocondritis disecante ción de estas lesiones en adultos pero no
sobre todo, hasta incluso trastornos de tipo tanto en pacientes esqueléticamente inma-
histérico). De todos modos los bloqueos no duros donde Stanitski y cols. han apreciado
son frecuentes en la edad infantil. un elevado índice de falsos positivos y
La clínica más habitual de una rotura negativos. Esto no quiere decir que la RM
meniscal es dolor en la interlínea articular no sea útil en el estudio de las lesiones
con antecedente traumático (generalmente meniscales en los niños, máxime con el
indirecto), impotencia funcional y posible desarrollo que esta técnica está experimen-
hemartros en la fase aguda de la lesión. tando día a día. La RM tiene, como des-
Las pruebas meniscales clásicas (Mc ventajas fundamentales, su coste (cada vez
Murray, Apley) son de menos valor que en menos elevado) y, sobre todo la lentitud
los adultos donde la incidencia de lesiones (también cada vez menor) en la obtención
degenerativas es, lógicamente, mayor. de las imágenes lo que habitualmente obli-
Consideramos que los hallazgos explora- ga a sedar o anestesiar a pacientes de poca
torios más fiables son el dolor a la palpación edad que son, por naturaleza, inquietos y/o
de la interlínea articular, sobre todo, y la asustadizos.
agudización del dolor con la carga varizan- En resumen, podemos decir que, en
te -menisco interno- o valguizante -menis- estas lesiones, el examen clínico realizado
co externo-. Stanitski y cols. han publicado por un profesional experto es la base del
una muy alta correlación entre los hallazgos diagnóstico. La radiología convencional nos
clínicos y artroscópicos utilizando este tipo ayudará a descartar otros problemas y la
de exploración física y hacen hincapié en la RM será útil en la confirmación o descarte
importancia de la experiencia del explora- de la lesión sospechada clínicamente.
dor en su consecución. Es importante men-
cionar la importancia de explorar la rodilla Tratamiento
completa, no solo los meniscos, sobre todo A pesar de las recomendaciones hechas
en casos de traumatismos severos –y parti- por Robert Jones ya en 1915 en favor de la
cularmente si hay hemartros- donde las meniscectomía parcial, los datos experi-
lesiones asociadas, particularmente liga- mentales aportados por King, en 1936,
mentosas, son frecuentes. poniendo de manifiesto la capacidad de
Cuando, tras la historia clínica y la cicatrización del tejido meniscal y las
exploración del paciente, no se llega a un advertencias de Fairbank en 1948 sobre la
diagnóstico de razonable certeza, está indi- aparición de gonartrosis post-meniscecto-
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a b
d c
Figura 2. Sutura tipo «todo dentro» de una rotura periférica del cuerno posterior de menisco externo en una deportista
de 16 años.
a) RM preoperatoria.
b, c) Imágenes artroscópicas de la sutura meniscal.
d) RM a los 13 meses de la operación donde se aprecia una pequeña irregularidad meniscal pero sin solución de conti-
nuidad. Paciente asintomática y activa en deportes de competición.
mía, la recomendación más habitual ante las debe ser el reposo temporal (inmovilización
lesiones meniscales hasta la década de 1970, y descarga), tratamiento medicamentoso
siguiendo a Watson-Jones y Smillie, era la sintomático y aplicación de hielo intermi-
meniscectomía completa. Actualmente, tente.
como vamos a ver, estas ideas, quirúrgica- El tratamiento quirúrgico, por otro lado,
mente tan agresivas, han variado de modo se reserva para las lesiones severas con un
sustancial. significativo trastorno funcional articular y
El tratamiento de las lesiones meniscales diagnóstico de presunción tras la explora-
banales (contusiones, parameniscitis, etc.) ción clínica y RM.
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a b
Figura 3. a) Rotura radial de cuerpo de menisco externo. b) Meniscectomía selectiva y remodelación del borde libre.
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consenso generalizado acerca de la superio- superficie y un borde libre del menisco lisos
ridad de la artroscopia sobre la cirugía evitando, en lo posible, irregularidades que
abierta. De hecho, la artroscopia no sólo facilitarían una nueva rotura del menisco en
aventaja a la cirugía abierta en lo relativo a un futuro más o menos próximo. En estas
la agresión quirúrgica y a la recuperación intervenciones que se pueden realizar en
postoperatoria, sino que facilita sobremane- régimen ambulatorio o con mínima hospi-
ra el abordaje y visualización de las distintas talización, la carga y movilización progresi-
estructuras intraarticulares, sobre todo las vas se recomienda iniciar en el postoperato-
posteriores, que paradójicamente, pueden rio inmediato. En la mayoría de las ocasio-
ser casi imposibles de abordar mediante nes, tras la meniscectomía selectiva artros-
cirugía abierta. cópica, no es necesaria la fisioterapia posto-
Con respecto a las indicaciones quirúr- peratoria en centros especializados.
gicas específicas, la reparación meniscal Como veremos, las lesiones meniscales
mediante sutura está indicada si se cumplen pueden acompañar a lesiones ligamentosas
dos condiciones principales: que la lesión también subsidiarias de tratamiento quirúr-
sea periférica (el menisco está vascularizado gico simultáneo; en estos casos la lesión
sólo periféricamente) y que la lesión sea meniscal intervenida no interfiere con el
más o menos reciente. Normalmente, des- protocolo rehabilitador postoperatorio que
pués de 3 ó 4 semanas desde la lesión, las establezcamos tras la cirugía ligamentaria.
probabilidades de éxito con la reparación Mención aparte merecen las lesiones
disminuyen considerablemente. traumáticas del menisco externo. Las más
Actualmente el tipo de sutura que más frecuentes son las fisuras longitudinales de
popularidad va adquiriendo es de material cuerno posterior en relación con roturas
reabsorbible, y su aplicación es totalmente del ligamento cruzado anterior y que, en su
intraarticular (Fig. 2). La difusión de este gran mayoría, son estables y no necesitan
tipo de sutura ha ido en detrimento de las otro tratamiento que la propia reparación
clásicas suturas de «fuera a dentro» o «den- ligamentosa.
tro a fuera» de años anteriores. Después de También el menisco discoideo (que en
la reparación meniscal, se recomienda la gran mayoría de los casos afecta al menis-
comenzar de inmediato con movilización co externo) puede romperse tras un trau-
progresiva de rodilla, retrasando habitual- matismo y convertirse en sintomático
mente la carga total hasta las 3-4 semanas. (habitualmente no lo es).
El procedimiento artroscópico más En esos casos el tratamiento indicado
habitual en las roturas meniscales es, sin consiste en realizar una meniscectomía par-
embargo, la meniscectomía selectiva (resec- cial tratando de dar forma semilunar al
ción sólo de la parte lesionada) (Fig. 3). En menisco, lo cual generalmente, conlleva la
esta intervención, lo más importante, desde resección de la zona meniscal lesionada
el punto de vista técnico, es conseguir una (Fig. 4).
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b c
Figura 4. a) Menisco discoideo completo intacto. Hallazgo casual en paciente de 14 años, asintomático a ese respecto.
b) Menisco discoideo completo, roto en paciente de 16 años.
c) Meniscectomía selectiva y remodelación de borde libre en el mismo paciente.
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a b
Figura 5. Quistes meniscales. a, b) Imágenes RM de un quiste meniscal externo en jóven de 13 años con rotura subya-
cente del menisco externo, como es habitual. c, d) Los quistes meniscales internos son excepcionales en niños y adultos
y también suelen presentar un sustrato de lesión meniscal.
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des residuales estaría indicada su reconstruc- importancia de que una rodilla sea estable
ción quirúrgica. La lesión del Ligamento de cara no solo a la función articular, sino
Colateral Medial es quizá la lesión asociada también a la conservación de meniscos y
más frecuente en las roturas agudas del cartílagos es decir a la durabilidad de la arti-
Ligamento Cruzado Anterior. culación. Sin embargo, solo una pequeña
proporción de los alrededor de 2000 artí-
Ligamento Cruzado Anterior (LCA) culos sobre lesiones de LCA publicados en
Las lesiones de los ligamentos cruzados, las dos últimas décadas estaban dedicados a
aunque más raras que en los adultos, tam- los pacientes esqueléticamente inmaduros.
bién se van detectando cada vez más en En lo que respecta al ligamento cruzado
niños y, sobre todo en adolescentes. anterior (LCA), sus lesiones incluyen, sobre
Se diagnostican más, por un lado por el todo, roturas intrasustancia y desinserciones
incremento de la práctica de deportes de femorales.También ocurren con relativa fre-
contacto ya mencionado pero, también, cuencia lesiones en su inserción distal (esto
porque cada vez se es más consciente de la es menos frecuente en adultos) donde, sobre
Figura 6. Paciente de 12 años con severo esguince de rodilla derecha de 3 semanas de evolución.
a) Ensanchamiento fisario distal femoral en las radiografías simples que sugiere una epifisiolisis tipo I de Salter y Harris
sin desplazamiento.
b) En la RM realizada entonces se detecta, además, una rotura del ligamento colateral medial (flecha) concomitante con
la lesión fisaria.
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3
1
2
4
ME
LCA
Figura 7. Rotura aguda de LCA. Imágenes superiores: Estudio RM donde se aprecia rotura del LCA (1), esguince de LCM
(2), contusión de cóndilo externo (3) y rotura de menisco externo (4). Imágenes inferiores: los hallazgos artroscópicos
muestran la rotura del LCA y del Menisco externo (ME).
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LCA MI
ME
Figura 8. Paciente de 16 años, 13 meses después de una rotura del LCA y dos episodios más de esguince de la misma
rodilla. Imágenes artroscópicas donde se aprecia la rotura del LCA, rotura en asa de cubo luxada hacia espacio inter-
condíleo de menisco interno (MI) y fisura en cuerno posterior del menisco externo (ME).
a b c
Figura 9. Avulsión de la espina tibial interna en un paciente de 15 años, esqueléticamente maduro. a) preoperatorio, b)
imagen artroscópica intraoperatoria y c) situación 18 meses tras reducción y fijación con dos tronillos de Herbert.
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a b
Figura 10. Técnicas de reconstrucción del LCA , con tendones isquiotibiales diseñadas para aminorar la probabilidad de
daño fisario en niños muy inmaduros. a) técnica completamente extrafisaria y b) técnica parcialmente transfisaria. En
ambos casos, el anclaje femoral es del tipo «over the top». (Tomado de Stanitski CL: Anterior cruciate ligament injury in the ske-
letally immature patient: diagnosis and treatment. J Am Acad Orthop Surg 1995; 3: 146-158).
senso prácticamente global sobre el riesgo 7). Las roturas del menisco interno son más
que supone para los meniscos y cartílago frecuentes en las inestabilidades anteriores
articular, en definitiva para el futuro de la crónicas, sobre todo si ha habido esguinces
rodilla (artrosis), la existencia de una inesta- de rodilla de repetición después de la rotu-
bilidad articular anterior sobre todo si el ra inicial del LCA (Fig. 8). Mientras la
paciente sigue practicando deportes de mayoría de las roturas de ME suelen ser
contacto sin restricciones. fisuras periféricas del cuerno posterior
• Lesiones asociadas poco severas, las del MI son con frecuencia
Las lesiones más frecuentemente asocia- roturas en «asa de cubo».
das a la rotura del LCA son meniscales, de • Tratamiento
ligamentos colaterales y osteocondrales y Las avulsiones de la espina tibial con
vienen mercadas por el propio mecanismo mínimo desplazamiento o sin él, son subsi-
lesional. diarias de tratamiento conservador. Nuestra
En nuestra experiencia, las lesiones más preferencia es una inmovilización con yeso
frecuentes asociadas a roturas de LCA son, en extensión completa, pero también hay
en la fase aguda, esguince del LCM, contu- grupos que lo hacen en semiflexión.
sión del compartimento femoro-tibial Preferimos la primera opción porque así se
externo y rotura del menisco externo (Fig. consigue una buena reducción/manteni-
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a b c
d e
f
Figura 11. Reconstrucción de LCA con técnica HTH (tendón rotuliano) mediante artroscopia. a) imagen del LCA roto,
b) Detalle del túnel femoral donde la línea fisaria (flecha) es claramente visible, c) Situación final tras la reconstrucción
del LCA. (d, e) Detalle de los anclajes femoral y tibial con tornillos metálicos –pueden ser reabsorbibles- y f) Esquema de
la técnica (el túnel femoral también suele atravesar la fisis).
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a b c
Figura 12. Reconstrucción de LCA con técnica «4T» (tendones de recto interno y semitendinoso) mediante artroscopia.
a) Detalle del túnel femoral con la línea fisaria evidente (flecha), b) Paso del injerto a través de la articulación con el botón
(endobutton®) en primer término y c) Aspecto del extremo proximal (túnel femoral) de la plastia. d) Esquema de la téc-
nica con el botón apoyado en la cortical femoral y tornillo interferencial en túnel tibial. e) Imagen radiografica en el pos-
toperatorio inmediato. (Esquema tomado de Stanitski CL: Anterior cruciate ligament injury in the skeletally immature patient: diagnosis
and treatment. J Am Acad Orthop Surg 1995; 3: 146-158).
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Figura 13. Imágenes radiográficas de un paciente de 13 años que sufrió una rotura de LCP en accidente de moto. a)
maniobra de «cajón posterior» evidente y b) Detalle de la zona lesionada donde se aprecian pequeños fragmentos óses
que sugieren una avulsión del ligamento en su inserción tibial.
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a b
Figura 15. Hemartros en un paciente con fractura osteocondral de rodilla izquierda. a) Atrocentesis, b) Sobrenadante
mostrando gotas de grasa sobre el líquido hemático pocos minutos después.
a b c
Figura 16. Contusión condílea con pérdida de sustancia condral. a) Refrescado del lecho y regularización de los bor-
des, b) Perforaciones con aguja de Kirschner de 2mm y c) Situación final donde se aprecia sangrado en los orificios prac-
ticados.
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a b c
d e
Figura 17. Fractura osteocondral en el cóndilo externo de un chico de 13 años tras luxación aguda femoropatelar. (a, c)
Imágenes artroscópicas. Situación inicial, reducción y fijación con tornillos de Herbert que quedan enterrados en el car-
tílago articular (flecha), d) Imagen RM preoperatoria y e) Radiografía a los 4 meses de la intervención con evolución satis-
factoria.
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a b c
Figura 18. Grave fractura osteocondral de cóndilo externo tras luxación aguda femoropatelar. Dado su tamaño y locali-
zación se optó por cirugía abierta. a) Situación inicial una vez abordada la fractura, b) Reducción y fijación con barrita
de PDS y c) Situación final tras recortar el sobrante de las barritas. (Dr. González López).
nificativa, por lo que las técnicas de recons- mismo en el túnel femoral. Sujeción
trucción que nosotros utilizamos, siempre del injerto en el túnel femoral con
bajo control artroscópico, no difieren en los un tornillo interferencial reabsorbi-
aspectos fundamentales de las de los adultos. ble, generalmente de 7 mm de diá-
Consta básicamente de los siguientes metro y 25 ó 30 mm de longitud en
pasos: caso de usar HTH (Fig. 11) o con
1. Ampliación del surco intercondíleo sistema «Endobutton» ® en caso de
(«Knotchplasty») sobre todo en la usar técnica 4T-isquiotibiales- (Fig.
cara externa y reparación meniscal si 12).
fuera necesario. 5. Comprobación de isometría en
2. Extracción de injerto hueso-tendón flexo-extensión de la rodilla y,
-hueso del 1/3 medio del tendón poniendo el injerto a tensión, fija-
rotuliano (técnica HTH) o de ten- ción de la parte distal del injerto al
dones de m. semitendinoso y recto túnel tibial con otro tornillo interfe-
interno (técnica con isquiotibiales o rencial (esto en ambas técnicas).
también 4T). Si el injerto (tipo HTH) queda dema-
3. Realización de un túnel tibial de 7 ó siado largo puede ser necesario fijar esta
8 mm de diámetro de fuera a dentro pastilla con una grapa en la cara antero-
y un túnel femoral de similar calibre interna tibial proximal. Este último paso se
dentro a fuera, ambos teniendo en realiza con la rodilla en flexión de unos 30º
cuenta el punto isométrico y con y la tibia en ligera rotación externa.
ayuda de guías específicas. Seguidamente se procede al cierre de las
4. Paso del injerto desde el túnel tibial heridas y colocación de vendaje compresivo
hasta encajar la parte proximal del con una férula articulada, que permite una
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Otros mecanismos lesionales son los de La RM sin embargo, al tener una muy
rotación y compresión con la rodilla semi- alta sensibilidad para la detección de lesio-
extendida; si la rotación femoral es interna nes y fragmentos condrales, para muchos
asociada a valgo, puede afectarse el cóndilo autores es la técnica de elección ante la sos-
externo (es uno de los mecanismo típicos pecha de una FO (Fig.14).
de rotura del LCA), y si es externa con Actualmente, dada la gran calidad de los
mecanismo de varo se lesiona el cóndilo métodos de diagnóstico por imagen, la
interno, en cuyo caso también puede lesio- artroscopia no se recomienda como méto-
narse el platillo tibial a la altura del cuerno do diagnóstico, sino casi exclusivamente
anterior del menisco externo. con fines terapéuticos.
Por tanto, las zonas de asiento más fre-
cuente de las FO en la rodilla son el cóndi- Tratamiento
lo externo, cóndilo interno y las facetas Los objetivos del tratamiento son: man-
rotulianas. tener o mejorar el aporte sanguíneo al frag-
mento osteocondral, promover la cicatriza-
Clínica ción de la lesión y evitar el desprendimien-
En las FO, es muy típica la presencia de to del fragmento.
hemartros habitualmente a tensión y que, Para el tratamiento de las FO se valoran
en la artrocentesis, mostrará presencia de criterios de indicación y técnicas similares a
gotas de grasa en suspensión (Fig. 15). los empleados en la osteocondritis disecan-
Esto, añadido a una cuidada anamnesis te de rodilla (edad, estabilidad, tamaño y
del mecanismo lesional, deben llevarnos a la localización del fragmento), además del
sospecha de fractura osteocondral, sobre tiempo transcurrido desde la lesión que
todo si ha existido luxación rotuliana pre- consideramos un factor fundamental.
via. Las operaciones que podemos realizar
ante una FO, dependiendo de los factores
Diagnóstico por Imagen mencionados arriba, incluyen: extirpación
El hecho de que la mayor parte del frag- simple del fragmento desprendido, extirpa-
mento desprendido en las FO sea cartilagi- ción y regularización con/sin perforaciones
noso hace que la radiología convencional del fondo del lecho y, finalmente reducción
sea en ocasiones de poca utilidad en su (reposición en caso de cuerpo libre) y fija-
detección. En los casos en que el fragmen- ción del fragmento.
to osteocondral es visible, se encuentra El fragmento osteocondral es extirpable
habitualmente en el fondo de saco suprapa- fundamentalmente en tres supuestos: cuan-
telar, o bien en la escotadura intercodílea. do es pequeño, múltiple y sobre todo cuan-
Con la TAC nos encontramos con el do su lecho no está en zona de carga. En
mismo problema aunque la posibilidad de estos casos, viene bien regularizar (biselar)
estudio tridimensional puede ser de utilidad. los bordes del defecto y, sobre todo si queda
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Figura 1. Clasificación de las fracturas por avulsión de la tuberosidad tibial. Tipo I: Fractura a través del centro de osifi-
cación secundario, a nivel del borde posterior de la inserción del tendón rotuliano. Tipo II: Fractura en la unión de los
centros de osificación primario y secundario de la epífisis tibial proxinal. Tipo III: La fractura se propaga proximalmente
a través del centro de osificación primario de la epífisis proximal de la tibia, dentro de la articulación de la rodilla.
Reproducido de: Ogden JA, Tross RB, Murphy MJ. Fractures of the tibial tuberosity in adolescents. J bone Surg (Am) 1980; 62:205-215.
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J. H. Beaty
a b
Figura 2. a) Fractura tipo I no conminuta de la tuberosidad tibial. b) Tras reducción abierta y fijación interna con varios
tornillos.
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J. H. Beaty
a b
Figura 3. a) Fractura conminuta tipo II de la tuberosidad tibial. b) Tras reducción abierta y fijación interna.
ta, la fragmentación ocurre a nivel del valorar la patela alta tras una avulsión de la
componente horizontal de la fisis tibial tuberosidad tibial es comparando la posi-
proximal. En una lesión tipo III, la parte ción de la rótula respecto a una línea pro-
central de la fisis, bajo la epífisis proximal longación anterior de la tangente por la
de la tibia, puede estar ya cerrada. Bruijn y superficie superior de la tibia, pero incluso
cols publicaron una fractura en «manguito» así se obtendrán diferentes grados de des-
de la tuberosidad tibial en un niño gimnas- plazamiento patelar según la contracción o
ta de 14 años en el que las radiografías pare- espasmo del cuádriceps.
cían normales, pero 6 meses más tarde se Después de la reducción, el cierre del
apreció una calcificación de 4 cms, despla- intervalo entre el fragmento avulsionado y
zada proximalmente, que representaba la su lecho indica una reducción satisfactoria.
base del tendón rotuliano. La presencia de incluso una pequeña aber-
Antes de la reducción de una tuberosi- tura entre el extremo distal de la tuberosi-
dad tibial avulsionada, el grado de patela dad y la metáfisis adyacente puede indicar
alta, y, por tanto, de la severidad del despla- la interposición de una lengüeta de perios-
zamiento, puede ser determinado por tio. Tras la consolidación de una avulsión
varios métodos. El mejor método para reducida con precisión, las radiografías
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a b
Figura 4. a) Fractura de la tuberosidad tibial tipo III. b) Tras reducción abierta y fijación interna.
demuestran una posición normal de la fracturas tipo III, los meniscos deben ser
rótula con respecto a la tibia y al fémur. visualizados para descartar desgarros. Si el
fragmento reducido es lo suficientemente
Tratamiento grande, se pueden insertar uno o dos torni-
Aunque mínimamente desplazados, llos de esponjosa, que se extienden hori-
pequeños fragmentos avulsionados (tipo I) zontalmente a través de la tuberosidad, en la
con frecuencia pueden ser tratados con metáfisis (Fig. 5). Si al paciente le faltan más
éxito de forma cerrada, pero la mayoría de de 3 años para alcanzar la madurez esquelé-
los autores aconsejan la reducción abierta y tica, se utilizan agujas lisas. Si la fractura es
la fijación interna para las fracturas tipo II y conminuta, la sutura perióstica puede refor-
III (Figs. 3 y 4). A través de una incisión zar a múltiples tornillos o agujas de
bien transversa o vertical, el lecho de la Steinmann roscadas. Una fuerte sutura de
fractura es cuidadosamente desbridado. Si descarga, como la sutura de Krachow,
una lengüeta perióstica está plegada bajo el puede añadir resistencia a la reparación; las
fragmento avulsionado, es extraída y se suturas también pueden ser utilizadas en el
mantiene estirada mientras el fragmento es periostio y en la expansión lateral del ten-
reducido con la rodilla en extensión. En las dón.Tras el cierre de la herida, se aplica una
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J. H. Beaty
Complicaciones
Aunque la mayoría de los pacientes
recuperan su función normal, incluyendo
las actividades deportivas, se pueden produ-
cir complicaciones tras la avulsión de la
tuberosidad tibial. Las complicaciones pre-
a b coces incluyen el síndrome compartimen-
tal, los desgarros meniscales y la infección;
las complicaciones tardías incluyen la
Figura 5. a) Fractura de la tuberosidad tibial tipo II trata-
da con b) reducción abierta anatómica y fijación interna
deformidad en genu recurvatum, pérdida
con dos tornillos. Reproducido de: Sponseller PD, Beaty JH, de la flexión y contractura.
Fractures and dislocations about the knee. En: Roockwood CA Jr,
El síndrome compartimental ha sido
Wilkins DE, Beaty JH, eds. Fractures in Children. 4th ed. Filadelfia:
Lippincott-Raven, 1996. publicado en varios pacientes con fracturas
tipo III, presumiblemente debido al desga-
rro de los vasos tibiales recurrentes anterio-
calza inguinopédica de yeso bien ajustada. res, que se adaptan a la tuberosidad, pero
El yeso es cuidadosamente moldeado en retraen al compartimiento anterior cuando
ambas caras de la tuberosidad tibial reduci- son desgarrados (Fig. 6). En pacientes trata-
da y proximalmente a la rótula de forma dos de forma no quirúrgica es necesaria
que ésta última se mantiene hacia abajo. una estrecha monitorización e inspección
cuidadosa, y en pacientes tratados quirúrgi-
Cuidados post-reducción camente se recomienda la fasciotomía pro-
El yeso inguinopédico se mantiene filáctica anterior.
durante 4 semanas y luego se hace bivalvo. El genu recurvatum es raro tras la frac-
Durante las siguientes 2 semanas, la parte tura por avulsión de la tuberosidad tibial
posterior del yeso se mantiene como una anterior, a pesar del hecho de que la conso-
férula entre los periodos de ejercicio. Se lidación realmente ocurre por epifisiodesis.
comienza con ejercicios suaves de movili- La explicación de esta aparente paradoja es
dad activa y potenciación del cuádriceps que la avulsión de la tuberosidad casi siem-
tres veces al día.A las 6 semanas de la lesión, pre ocurre en pacientes próximos a la
se puede comenzar con los ejercicios de madurez esquelética. La patela alta puede
cuádriceps contra resistencia, si no hay producirse si la tuberosidad tibial desplaza-
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•••
PARTE VI
PIERNA Y PIE
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University of Texas Health Sciences Center.
29
San Antonio. EE.UU.
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K. E. Wilkins
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a b c
Figura 1. Reducción incorrecta. Niño de 2,5 años con fractura de tibia en tallo verde metafisaria proximal (a). La frac-
tura mal reducida consolidada con una angulación en valgo de 15º (b). Control a los 6-8 meses post-fractura. La desvia-
ción en valgo ha aumentado hasta los 25º por crecimiento asimétrico adicional (c).
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K. E. Wilkins
a b
Figura 2. Hipercrecimiento. Hay un mayor crecimiento en la tibia proximal (flechas) tras una fractura metafisaria proxi-
mal no desplazada (a). El lado no lesionado muestra un menor crecimiento (flechas) (b).
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K. E. Wilkins
ción puede durar hasta los 18 meses. De aparente o cosmética en valgo era inexis-
acuerdo con Herring y Moseley, la defor- tente.
midad en valgo comienza a tener relevancia Los padres deben entender que para
clínica cuando llega a los 10º-15º. obtener la reducción anatómica puede ser
En el estudio de Zionts & McEwen, el necesaria un pequeño gesto quirúrgico para
hipercrecimiento medio era de 1 cm, pero retirar las partes blandas interpuestas del
lo máximo que alcanzó fue de 1.7 cm. El foco de fractura. Algunos autores cuestio-
incremento medio del ángulo metafiso- nan si el retirar el periostio interpuesto del
diafisario fue de 9.6º y el tiempo medio en foco fracturario influye de alguna manera
el que se observó la máxima angulación fue en el resultado final.
de 12.6 meses.
Tratamiento de la deformidad en valgo
CORRECCIÓN DE LA DEFORMIDAD Muchos autores han demostrado que el
De nuevo, muchos de los estudios con hacer una osteotomía correctora puede
un seguimiento a largo plazo, muestran que conseguir alinear temporalmente la extre-
la mayoría de las deformidades se resuelven midad, pero meses después la deformidad
con el tiempo (Fig. 4). Un gran número de recurrirá debido al efecto estimulante de la
deformidades corrigen proximalmente, osteotomía (Fig. 5). Puesto que la mayoría
pero algunas de ellas lo hacen distalmente, de los casos últimamente han mostrado un
provocando una tibia con forma de S. En resultado funcional y cosmético satisfacto-
raras ocasiones puede estar indicada hacer rio al acabar el crecimiento, se piensa que
una corrección quirúrgica, únicamente observar y esperar es el mejor enfoque del
cuando el crecimiento ha terminado. problema (Fig. 4). Si la deformidad persis-
tiera en los primeros años de la adolescen-
TRATAMIENTO cia seguramente el mejor tratamiento para
El tratamiento de estas fracturas está conseguir una corrección de la deformidad
dividido en dos fases: el tratamiento de la angular sería por medio de una hemi-epifi-
fractura aguda y la segunda el manejo de la siodesis medial proximal.
deformidad en valgo tardía.
CONCLUSIONES
Fractura aguda La aparición de una tibia valga tras una
Inicialmente, la fractura reducirse anató- fractura en tallo verde de la tibia proximal
micamente sin que haya angulación en depende tanto de factores iatrogénicos
valgo. Para ello se realiza bajo una fuerte como biológicos. Los problemas iatrogéni-
sedación o anestesia general para aplicar cos pueden evitarse mediante una adecuada
fuerzas varizantes con la rodilla en exten- reducción anatómica e inmovilización de la
sión. Parsch observó que cuando se realiza extremidad con un yeso inguinopédico con
de esta forma la incidencia de deformidad la rodilla en extensión durante 4-6 semanas.
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La deformidad resultante se trata mejor una 6. Irwin CE. Iliotibial Band. Its Role in
vez finalizado el crecimiento. La osteotomía Producing Deformity in Poliomyelitis. J Bone
precoz tras la consolidación de la fractura Joint Surg (Am) 1949;34:141-6.
puede derivar en una recidiva de la defor- 7. Jordan SE, Alonso JE, Cook FF. The Etiology
midad y por tanto debe evitarse. Los padres of the Valgus Angulation After Metaphyseal
deben estar avisados antes de iniciar el tra- Fractures of the Tibia in Children. J Pediatr
tamiento que una deformidad en valgo Othop 1987;7: 450.
puede aparecer incluso habiéndose tratado 8. Parsch K. Proximal Metaphyseal Fractures of
adecuadamente. the Tibia. How Can Progressive Valgus
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J. Gascó
Hospital Clínico Universitario.
30
Departamento de Cirugía.
Facultad de Medicina. Valencia.
Las fracturas de la diáfisis tibial en niños nivel de su tercio inferior cambia de mor-
son frecuentes y suponen el 8% de las frac- fología y se hace cilíndrica aumentando de
turas en el niño, pero si se analizan las frac- tamaño. El espacio interóseo entre tibia y
turas que requirieron ingreso hospitalario peroné está ocupado por la membrana inte-
ocupan el segundo lugar en frecuencia tras rósea que une ambos huesos y cuya orien-
las fracturas de fémur. tación variará desde el tercio superior al
Aunque se producen a cualquier edad, inferior. Esto es importante ya que consti-
son más frecuentes en edades inferiores a tuye un elemento estabilizador y de aporte
los 10 años, siendo la gran mayoría de ellas vascular importante.
benignas y se tratan mediante inmoviliza- La arteria poplítea desde la cara poste-
ción enyesada, con o sin necesidad de rior de la rodilla penetra por el anillo del
reducción previa y con buenos resultados. músculo sóleo y se divide en dos ramas
El 70% van a ser fracturas aisladas de la principales, la A.Tibial anterior que atravie-
tibia o el peroné y solamente el 30% afec- sa la membrana interósea para hacerse ante-
tarán a ambos huesos. En el 50% de los rior. El tronco principal tras dar esta rama,
casos se localizan en el tercio distal, 39% en a unos centímetros da la A. Peronea y la A.
el tercio medio y un 11% en el proximal. Tibial posterior que es la que proporciona
Un 9% de ellas van a ser fracturas abiertas el vaso nutricio para la tibia que entra por
y requerir una valoración meticulosa y trata- su cara posterior y en su tercio superior.
miento correcto.También puede darse como La pierna tiene cuatro compartimentos
fractura en el síndrome del niño maltratado. faciales que son importantes recordar. El
compartimento anterior contiene los mús-
Datos anatómicos culos extensor largo del dedo gordo, exten-
La tibia tiene forma triangular con el sor largo de los dedos y el músculo tibial
vértice dirigido hacia delante y su superfi- anterior. Por este compartimento discurren
cie antero-interna es subcutánea sin inser- la arteria tibial anterior y el N. peroneo
ciones musculares ni ligamentosas, pero a profundo. Por el compartimento lateral
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a b
Figura 1. a) Radiografía anteroposterior de tibia y peroné observando una fractura espiroidea corta de la tibia con lige-
ro desplazamiento en valgo y deformidad plástica del peroné. b) Radiografía anteroposterior de ambas tibias obser-
vando en el lado derecho una deformidad plástica del peroné por traumatismo directo de baja energía sobre la cara
externa sin llegar a fracturar la tibia.
el dolor aparece con la actividad y suele ser En niños el tratamiento de las fracturas
diurno y mejora por la noche con el repo- abiertas de tibia varía respecto a los adultos:
so. En caso de la fractura de los primeros - Las lesiones de tejidos blandos curan
pasos dominará el dolor local y el rechazo a mejor en niños que adultos
la marcha por parte del niño. - El hueso descontaminado y desvita-
Es importante la exploración de los pul- lizado puede ser cubierto con partes
sos pedio y tibial posterior, coloración, blandas e incorporarse al callo de
movilidad distal de los dedos y sensibilidad. fractura.
En fracturas abiertas hay que realizar - La fijación externa puede mantener-
una cuidadosa valoración de los tejidos se hasta la consolidación.
blandos y clasificarla de acuerdo con la cla- - El periostio es capaz de regenerar
sificación de Gustilo con objeto de valorar hueso aún en caso de pérdidas de
el tratamiento más adecuado. fragmentos óseos
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a b c
Figura 3. Paciente de 12 años que sufre accidente de tráfico sufriendo una fractura espiroidea de tibia y peroné con un
gran tercer fragmento en mariposa (a, b)y que fue mantenida con adecuado alineamiento de los fragmentos en yeso
isquiopédico con tracción fija (c).
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Figura 4. Radiografías correspondientes a un niño de 11 años que sufrió fractura abierta de tibia grado I de Gustilo pro-
ducida por traumatismo directo al ser atropellado por un vehículo. Se observa desplazamiento en valgo y «ad latus»,
muy inestable a la exploración bajo anestesia y que fué tratada mediante clavos endomedulares elásticos y polaina de
yeso tipo Delbet, con autorización de carga a la semana de la intervención.
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a b c
Figura 5. Radiografía (a) y aspecto clínico (b) del traumatismo de una paciente de 14 años de edad con fractura abier-
ta de tibia grado III C de Gustilo con pérdida de partes blandas (dérmica y parte del gemelo medial). Fue tratada la sec-
ción vascular y posteriormente reducida la fractura y colocado un fijador externo (c) para poder realizar, en un segun-
do tiempo, quirúrgico la reparación dérmica mediante injertos cutáneos.
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a b c
Figura 6. Radiografías de un niño de 10 meses de edad que acude por dolor e imposibilidad de marcha. (a) se obser-
va normalidad de la tibia a pesar del dolor a la palpación. (b) puede apreciarse con cierta dificultad una pequeña fisu-
ra con trazo espiroideo en tercio inferior y que no fue valorada inicialmente. (c) tras ser inmovilizado el miembro se
repite radiografía a los 10 días observando en la proyección radiográfica de perfil una ligera reacción perióstica que
confirmó la sospecha clínica inicial
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Figura 7. Izquierda: Se observa en la radiografía anteroposterior mayor densidad trabecular en el tercio superior de la
tibia de esta niña de 9 años de edad, con ligera reacción perióstica apenas perceptible en el lado medial de la misma.
Como antecedente de interés la tarde anterior había estado saltando a la cuerda durante varias horas. Centro: se puede
observar una reacción perióstica más intensa y de hueso maduro en la cara posterior de la tibia. Derecha: rastreo con
Tecnecio 99 mostrando aumento de captación. Esta localización es la más frecuente de las fracturas de estrés en el niño.
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J. Gascó
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Fracturas de tobillo
31
1
Departamento de Cirugía Ortopédica y Traumatología
2
Departamento de Radiodiagnóstico
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J. M. Rapariz, S. Martín
Tabla 1 a b
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J. M. Rapariz, S. Martín
TRATAMIENTO Inmovilización
En las fracturas sin desplazamiento o des-
Reducción cerrada pués de obtenida una reducción adecuada, se
Afortunadamente se puede practicar en inmoviliza con calza inguinopédica.
la mayoría de los casos. Es necesaria una Nosotros preferimos abrir el yeso longitu-
anestesia general para conseguir una ade- dinalmente para evitar el dolor causado por
cuada relajación y analgesia. Las maniobras un edema a tensión durante las primeras
de reducción consisten en la inversión del horas. Pasadas 24-48 horas se cierra el yeso, y
mecanismo de producción acompañada debe ser sustituido a los 7-10 días por un botín
siempre de una tracción en el eje del miem- ajustado, una vez que haya cedido el edema,
bro. Si hay dudas, la rotación interna reduce pues de lo contrario se puede producir un
la fractura en la mayoría de las ocasiones. desplazamiento secundario de la fractura.
En las epifisiólisis extra-articulares (tipos
I-II) la reducción se suele conseguir por Reducción abierta y osteosíntesis
manipulación. La reducción abierta está indicada:
En niños pequeños se pueden aceptar 1. Imposibilidad de obtener o mantener
reducciones imperfectas en la proyección una reducción cerrada satisfactoria
lateral, antes que realizar múltiples intentos (fracaso de reducciones en tipo II).
de reducción con riesgo de daño fisario, 2. Incongruencia articular y/o fisaria.
dado que tienen buena capacidad de remo- (tipos III y IV).
delación como para corregirlas. Sin embar- 3. Fractura expuesta o asociada a lesión
go, nunca debemos de esperar remodela- vascular.
ción de alteraciones rotacionales ni angula- Al realizar la reducción abierta de las
res (varo-valgo). lesiones tipo IV mediales es aconsejable
El tobillo es una polea con un sólo retirar el pequeño fragmento triangular
plano de movimiento, y este es el único metafisario para lograr una buena visualiza-
plano que puede remodelar. Cuando no ción de la fisis. En la osteosíntesis de estas
conseguimos una buena reducción en epifi- fracturas no suele requerirse más que agujas
siolisis tipo II hay que pensar que se puede de Kirschner o tornillos. Ambos deben de
deber al atrapamiento perióstico en el foco ser colocados de forma paralela a la fisis,
de fractura, en el lado opuesto al fragmento evitando el cruzar la misma. Si es necesario
metafisario de Thurston-Holland. cruzar la fisis, no se deben de utilizar torni-
En las epifisiólisis intra-articulares (tipos llos ni agujas roscadas, y las agujas se deben
III y IV) la reducción debe ser tanto más de introducir preferiblemente en la zona
exquisita cuanto menor es la edad del medial de la fisis tibial.
paciente, por lo que ante el más mínimo COMPLICACIONES
desplazamiento se debe practicar la reduc- La más frecuente y temida complica-
ción abierta. ción tras una epifisiólisis distal de tibia es la
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a c
Figura 5. Representación esquemática de las distintas configuraciones de las epifisiolisis triplanas, en tres dimensiones,
con sección axial a nivel epifisario. (a) Triplanas de dos fragmentos. (b) Triplanas de tres fragmentos. (c) Triplanas de
cuatro fragmentos.
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a b c
Figura 6. Epifisiolisis triplana. Los cortes coronales revelan distintos tipos de la clasificación de Salter y Harris, según
el nivel del corte. Tipo IV en un corte sagital medial (a); tipo II en un corte sagital lateral (b); tipo III en un corte coro-
nal (c). Reconstrucción 3D (d).
década, en los que la fisis distal de la tibia se La reducción se realiza mediante rota-
ha cerrado en la parte central y medial, pero ción interna.
permanece abierta la porción lateral. La síntesis se realiza mediante un torni-
Al igual que en las epifisiólisis triplanas, llo canulado de esponjosa paralelo al plano
es mandatario la realización de la TC para fisario (Fig. 9).
valorar el desplazamiento interfragmentario Una maniobra muy útil es el introducir
(Fig. 8). Un desplazamiento mayor de 2 mm la aguja guía del tornillo canulado en el
indica un tratamiento quirúrgico. fragmento avulsionado y utilizarla como
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J. M. Rapariz, S. Martín
RECUERDA
• Es difícil de creer en un diagnóstico
de «esguince de tobillo» cuando la fisis
está abierta.
• Ante la presencia de edema a nivel
b c maleolar, realizar proyecciones obli-
cuas.
• Si existen dudas en las maniobras de
reducción, realizar rotación interna.
• Nunca esperes que la remodelación
corrija alteraciones rotacionales ni
angulares.
Figura 8. Epifisiolisis de Tillaux. (a) Rx simple; (b) MPR
coronal. (c) MPR axial. (d) Reconstrucción 3D, con • No solo hay que conseguir la con-
extracción de peroné. gruencia articular, sino también la
fisaria.
• Si la epifisiólisis es intra-articular, la
«joy stick» hasta alcanzar la posición desea- reducción debe de ser exquisita.
da, momento en el que se introduce en la • Evitar atravesar la fisis. Si hay que
tibia. hacerlo, utilizar agujas finas no rosca-
Puesto que el fragmento es anterior, la das, preferiblemente en la zona central
presencia del peroné no dificulta la síntesis. del cartílago fisario.
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J. M. Rapariz, S. Martín
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K. E. Wilkins
University of Texas Health Sciences Center
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San Antonio, EE.UU.
Figura 1. Figura 2.
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K. E. Wilkins
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K. E. Wilkins
a b
Figura 5. Síndrome compartimental en el pie. a) Aspecto clínico del pie de un niño de 9 años tras sufrir un aplasta-
miento. Dolor, falta de sensibilidad y dolor a la flexión dorsal pasiva de los dedos. b) Las radiografías muestran un aplas-
tamiento del calcáneo con un desplazamiento completo de la articulación calcáneo -cuboidea (flechas).
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K. E. Wilkins
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«Si surgiera una enfermedad infecciosa que más un programa de entrenamiento que
afectara a la infancia [en la proporción en que lo prepare a un grupo de personas en la pro-
hacen las lesiones], se produciría una enorme alar- moción de la prevención de los traumatis-
ma social y se nos exigiría no escatimar en gastos mos.
para encontrar una cura de manera rápida.» Esta labor de promoción y la aplicación
C. Everett Koop de medidas de probada eficacia, tales como
Surgeon General la utilización de asientos infantiles en los
Ante el subcomité para la infancia, la familia, las drogas y el coches, la reducción del volumen y la velo-
alcoholismo cidad del tráfico en los núcleos de pobla-
Senado de los EE.UU., 9 de Febrero, 1989 ción, la utilización del casco para las bicicle-
tas o los detectores de humo, podrían redu-
GENERALIDADES cir las muertes traumáticas no intencionadas
Los traumatismos son la principal causa en los niños casi en un tercio. Existen tres
de muerte entre los niños de edades com- vías en la prevención de las lesiones trau-
prendidas entre 1 y 19 años, y la mayoría de máticas - educación, modificación ambien-
estas muertes podrían evitarse. tal o de productos y normativa - que per-
Hoy día la labor más importante a miten transformar los conocimientos sobre
desempeñar no consiste en llevar a cabo prevención en políticas y prácticas efectivas.
más estudios sobre factores de riesgo o Las lesiones no intencionadas represen-
sobre epidemiología, sino más bien poner tan dos tercios de todas las muertes traumá-
en práctica ensayos rigurosos sobre estrate- ticas entre los niños y los adolescentes en
gias de intervención y trasladar los resulta- los EE.UU. Entre los jóvenes con edades
dos de investigaciones previas o actuales a comprendidas entre 1 y 19 años las lesiones
programas de prevención efectivos. Estas no intencionadas son responsables de más
medidas precisan de una adecuada financia- muertes que todos los fallecimientos por
ción con la que diseñar, aplicar y evaluar los homicidio, suicidio, anomalías congénitas,
programas de prevención de lesiones ade- cáncer, enfermedad cardiaca, enfermedad
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bles, tales como los que han aumentado el dencias (grado I) que avalan el consejo
uso del casco para las bicicletas o los asien- parental sobre la adquisición de dichos dis-
tos infantiles en los coches. Deben desarro- positivos en las revisiones de niños sanos
llarse nuevos programas basados en estos (Recomendación B). No obstante, estas
modelos y evaluarse en las comunidades en últimas evidencias se refieren únicamente a
búsqueda de otros problemas prevalentes un aumento en el «reconocimiento del
relacionados con las lesiones traumáticas peligro» y no a una reducción en la tasa de
durante la infancia, como los accidentes lesiones.
peatonales o los ahogamientos. Se recomienda por tanto para evitar caídas:
• No dejar a un bebe desatendido sobre
b) En modificaciones ambientales y de un lugar alto (cama, cambiador, sofa,
productos etc).
Las estrategias pasivas que suponen la • Utilizar siempre el cinturón de segu-
creación de un entorno más seguro para el ridad en carritos, sillitas y carros de
niño (vallado de piscinas, enlentecimiento compra.
del tráfico, etc) deben aplicarse en todas las • Pegar al suelo los filos de la alfombras.
comunidades y estar amparadas por la legis- • No emplear andadores.
lación. • Instalar barreras de seguridad al
comienzo y al final de las escaleras.
c) En aplicación de la legislación y • Retirar las mesas bajas o almohadillar
normativa las esquinas.
Debe promoverse una legislación uni- • No confíar en mosquiteras para pre-
forme en todas las autonomías que impon- venir caídas por las ventanas. Utilizar
ga las siguientes medidas de seguridad: cierres de seguridad en las mismas.
asientos infantiles para coches según edad y Mantener alejados de las mismas cual-
peso; utilización del casco para las bicicle- quier objeto que pueda emplearse
tas; y detectores de humo (conectados a la como «escalera» para acceder a ellas.
corriente o con batería de litio) en los • Vigilar siempre a los niños en los bal-
domicilios. cones.
• Los niños son magníficos trepadores.
RECOMENACIONES ESPECÍFICAS Utilizarán cualquier objeto para poder
escalar.
a) Caídas • Fijar las estanterías y televisores a la
Existen claras evidencias (grado II-1) pared y el horno al suelo.
que demuestran que las barreras en venta-
nas y escaleras reducen la incidencia y gra- b) Ahogamientos
vedad de las lesions en los niños Existen evidencias (grado II-2) que
(Recomendación B). También existen evi- demuestran que el cumplimiento de los
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Índice de Materias
A Arnés de Pavlik, 91
Acabalgamiento, 61 Arrancamiento ligamentoso, 65
Accidentes de Articulación de Charcot, 101
ocio, 12 Artitris séptica, 93
tráfico, 12, 115, 178 Artrocentesis, 291
deportivos, 12, 178 Artrografía, 20, 91, 133, 138
domésticos, 12 Artroscopia, 295
Acortamiento cubital, 160 Artrosis, 74
Acortamiento progresivo, 75 Atletas, 290
Actividad deportiva, 115 Ausencia de pulso radial, 135
Agujas Avulsión de la epitróclea, 141
biodegradables, 172 Avulsión de la uña, 170
Kirschner, 8, 50, 147
reabsorbibles, 50
B
roscadas, 71 Bado, clasificación de
transcondíleas, 151 Baumann, ángulo de 133
Algodistrofias, 7 Bloqueo articular, 294
Angiografías preoperatorias, 135 Blount, 29
Angulación, 153 «Burst fractures», 187
Índice de Materias
progresiva, 75
residual, 153
C
grado , 58 Cabestrillo, 117, 118
localización , 58 Callo
Orientación, 58 hipertrófico, 90
Anillo pericondral, 70 óseo, 23
Aposición ósea, 55 vicioso, 119
Aposición-reabsorción, 1, 56 Capa
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Ogden
D
Ratliff, 243 Dedo en martillo, 171
Salter y Harris, 15, 67 Deficiencia de vitamina C, 82
Walsh, 151 Deformación
Winquist Deformidad, 160
Wilkins, 132 en «cola de pez», 140
Clavo intramedular, 17 en valgo, 317
Codo plástica (incurvación traumática),
«de las ligas inferiores», 141 152, 154
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H J
«Halo-jacket», 180 Jones, fractura de
Hemartros, 287
Hematoma K
en el retináculo medial, 291 Kirschner, agujas de 73
epidural, 179 Kuntscher, clavos de
fracturario, 49 «Knotchplasty», 299
subdural, 79, 82
Hemofilia, 85 L
Hemorragia intrapélvica, 229 Labrum invertido, 231
Hipercrecimiento, Lágrima del húmero distal, 133
de la cabeza radial, 148 Langenskiöld, 76
condilo externo Laxitud ligamentosa, 297
post-fractura, 55, 60 Lecho ungueal, 170
Hiperlaxitud articular, 120 Lesión
Hombro en «charretera», 120 de Bankart, 120
Hueso sesamoideo, 285 de Galeazzi, 162
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esquelética, 42
esquelética 90º-90º, 253
tracción-suspensión, 254
Translocación radiocubital, 127
Tratamiento quirúrgico, 62, 157
Triplana , Epifisiolisis
Tróclea, 132
Troquín, 120
Troquíter, 120
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