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1.

INTRODUCCIÓN

El hígado regula la composición química de la sangre de numerosas


formas. De manera adicional, produce y secreta la bilis, la cual se
almacena y concentra en la vesícula biliar antes de su descarga en el
duodeno. Este órgano se localiza inmediatamente debajo del diafragma
en la cavidad abdominal. Es el órgano interno más voluminoso, con un
peso de alrededor de 1.3 kg en un adulto. Fijo a la superficie inferior del
hígado, entre sus lóbulos derecho y cuadrado, está el órgano en forma de
pera vesícula biliar; este órgano tiene cerca de 7 a 10 cm de longitud. (1)

Desde el punto de vista sanguíneo, la vena porta hepática y las arterias


hepáticas aportan un flujo sanguíneo dual al hígado. En reposo, recibe el
25% del gasto cardíaco mediante la vena porta hepática y la arteria
hepática. Con aproximadamente el 75% de aporte sanguíneo, la vena
porta hepática transporta sangre venosa que drena desde el bazo y el
aparato gastrointestinal (GI) y sus órganos asociados. Alrededor de la
mitad de la demanda de oxígeno del hígado es satisfecha por la vena
porta hepática y la otra mitad, por las arterias hepáticas. (2)

El hígado también es un órgano vital y esencial para el mantenimiento de


la función óptima de otros órganos del cuerpo. Además, interactúa con los
sistemas cardiovascular, renal e inmunitario para mantener la
homeostasis. Dada la gran cantidad de funciones que lleva a cabo, es
sorprendente la poca especialización entre las células del hígado. La
unidad funcional básica del hígado es el lóbulo hepático, de forma
hexagonal y rodea una vena central. El lóbulo está compuesto por
numerosas láminas celulares que se disponen de forma radial desde una
vena central, de manera similar a los rayos de una rueda de bicicleta.
Cada lámina consta de células hepáticas especializadas, los hepatocitos.
Esta especialización proviene de orgánulos diferenciados del interior de
cada hepatocito. (2)

Muchas proteínas plasmáticas en circulación son producidas y secretadas


por el hígado. Este desempeña un papel importante en la captación,
almacenamiento y distribución de sustancias nutritivas y vitaminas que
circulan el torrente sanguíneo. También mantiene la concentración
sanguínea de glucosa y regula las concentraciones circulantes de
lipoproteínas de muy baja densidad (VLDL). Además, el hígado degrada
o conjuga muchos fármacos y sustancias tóxicas, pero puede ser
abrumado por sustancias y sufrir lesiones. El hígado también es un órgano
exocrino; produce la bilis que contiene sales biliares, fosfolípidos y
colesterol. Por último, el hígado desempeña funciones de tipo endocrino
importantes. (3)
2. Efectos del alcohol en los cambios en la estructura hepática

La principal consecuencia del alcohol en el hígado es que un gran número


de lobulillos hepáticos resulta destruido por procesos inflamatorios y
reemplazado con tejido conjuntivo fibrótico permanente tipo cicatriz y
“nódulos regenerativos” de hepatocitos. Estos nódulos regenerativos no
tienen la estructura tipo placa del hígado normal y, por ende, son menos
funcionales. Una indicación de esta función disminuida es la entrada de
amoniaco (producido por las bacterias intestinales) desde la sangre portal
en la circulación general. (1)

Las células estrelladas hepáticas pierden su capacidad de almacenar


vitamina A y lípidos y se diferencian en células con características de
miofibroblastos. Estas células parecen desempeñar un papel importante
en la fibrogénesis hepática; sintetizan y depositan colágeno tipo I y tipo III
dentro del espacio perisinusoidal, con lo que aparece la fibrosis hepática.
Este colágeno es continuo con el tejido conjuntivo del espacio portal y con
el tejido conjuntivo que rodea la vena central. (3)

Un incremento de la cantidad de estroma fibroso perisinusoidal es un


signo temprano de respuesta hepática a las sustancias tóxicas. El
citoplasma de las células estrelladas hepáticas contiene elementos
contráctiles como la desmina y los filamentos de actina a de músculo liso.
Durante la contracción celular, aumenta la resistencia vascular en los
sinusoides por la reducción luminal de estos vasos, lo cual conduce a la
hipertensión portal. Además, las células estrelladas hepáticas intervienen
en la remodelación de la matriz extracelular durante la restauración de
una lesión hepática. (3)
CONCLUSIONES
- El hígado degrada el alcohol, pero también puede tener un exceso de
este y sufrir lesiones estructurales, tales como la destrucción de los
lobulillos hepáticos producto de la inflamación y también la pérdida de
la capacidad de las células estrelladas hepáticas de almacenar
vitamina A y lípidos, y estas se diferencian en células con
características de miofibroblastos. (Jessica Wilson)

BIBLIOGRAFÍA
1. Fox S. Fisiología humana. 13th ed. D.F: McGrawHill; 2015.
2. Rhoades R, Bell D. Fisiologia ́ médica: Fundamentos de medicina
clínica. 4th ed. Barcelona: Wolters Kluwer; 2015.
3. Ross M, Wojciech P. Histologia: Texto y Atlas. 7th ed. Barcelona:
Wolters Kluwer; 2016.

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