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COMERCIAL.
Módulo IV
A) SISTEMAS CAUTELARES
*
Art. 250, CCivCom: Transmisión de la vivienda afectada. El
inmueble afectado no puede ser objeto de legados o mejoras
testamentarias, excepto que favorezcan a los beneficiarios de la
afectación prevista en este Capítulo. Si el constituyente está
casado o vive en unión convivencial inscripta, el inmueble no
puede ser transmitido ni gravado sin la conformidad del cónyuge o
del conviviente; si éste se opone, falta, es incapaz o tiene
capacidad restringida, la transmisión o gravamen deben ser
autorizados judicialmente.
3. Títulos valores.
4. El embargo.
*
El embargo preventivo configura una medida cautelar a
través de la cual se individualizan y afectan uno o varios bienes
determinados de un presunto deudor, para asegurar la eventual
ejecución futura, acordando un rango de preeminencia al
embargante. Su objeto es, entonces, prevenir un posible daño,
anticipándose al reconocimiento del derecho que asegura (CNCiv.,
sala H, 11-8-94, “Schatzky, Isaac c/Ci- berman, Rubén”, J. A.
1998-1, sínt.). Aun cuando el objeto del embargo es la
individualización y la indisponibilidad del bien afectado, no
importa desapropio, pues la cosa embargada continúa siendo de
propiedad del ejecutado mientras no se proceda a su ejecución
judicial. Tampoco importa la constitución de un derecho real
-puesto que la ley no le reconoce tal carácter ni otorga
estrictamente ius persequendi-, ni engendra una hipoteca judicial,
ni atribuye al acreedor ningún poder sobre la cosa embargada. Su
naturaleza es procesal y no constituye un privilegio, por cuanto no
está comprendido entre los que con tal calidad establece la ley
(CNCiv., sala 1,11-8-98, ‘‘Richter de Schulze, E. c/López, José”, J.
A. 2002-11, sínt.).
**
VERDAGUER, A. C., El artículo 745 del Proyecto de Código
Civil y Comercial: una norma que requiere mayores precisiones en
orden a determinar el alcance del embargo, en Revista de Derecho
Procesal, Rubinzal-Culzoni, N° 2013-1, p. 107.
7. El inventario.
8. Personas. Capacidad.
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Art. 198, CPCCN: Las medidas precautorias se decretarán y
cumplirán sin audiencia de la otra parte. Ningún incidente
planteado por el destinatario de la medida podrá detener su
cumplimiento. Si el afectado no hubiese tomado conocimiento de
las medidas con motivo de su ejecución, se le notificarán
personalmente o por cédula dentro de los tres (3) días. Quien
hubiese obtenido la medida será responsable de los perjuicios que
irrogare la demora. La providencia que admitiere o denegare una
medida cautelar será recurrible por vía de reposición; también
será admisible la apelación, subsidiaria o directa. El recurso de
apelación, en caso de admitirse la medida, se concederá en efecto
devolutivo.
*
ALTERINI, Jorge, Algunas primeras consideraciones sobre el
Libro Cuarto: Derechos Reales del Proyecto de Código Civil y
Comercial de la Nación, presentado en la Academia Nacional de
Derecho y Ciencias Sociales de Buenos Aires, sesión privada del
23-8-2012, párr. 18.
Los alimentos tienen una función cautelar que se plantea desde dos
ángulos. El primero es el de la medida cautelar en general que se explícita
de esta manera: Puede disponerse la traba de medidas cautelares para
asegurar el pago de alimentos futuros, provisionales, definitivos o
convenidos. El obligado puede ofrecer en sustitución otras garantías
suficientes (art. 550). Pero también constituye medida cautelar la regla
sobre alimentos provisorios, según la cual: Desde el principio de la causa
o en el transcurso de ella, el juez puede decretar la prestación de
alimentos provisionales, y también las expensas del pleito, si se justifica
la falta de medios (art. 544) (ver también Cap. VI, párr. 9.a, 6]). La regla
se ve también en la filiación: Durante el proceso de reclamación de la
filiación o incluso antes de su inicio, el juez puede fijar alimentos
provisorios contra el presunto progenitor, de conformidad a lo establecido
en el Título VII del Libro Segundo (art. 586).
B) JUICIO EJECUTIVO
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CCCom. de San Isidro, sala I, 7-5-2002, “Jung, Rodolfo
c/Cappa, Leonardo y/o s/Cobro ejecutivo”, BA B1701078.
**
CFed. de Mar del Plata, 16-8-2013, “Bartozzatti, Pascual
c/PEN y otro s/Amparo”, expte 16.749, elDial.com - AA8239; 4-7-
2013, “Diorio, Pascual c/PEN y otros s/Amparo”, expte. 16.737,
elDial.com - AA8099. Respecto de los depósitos judiciales, no
puede limitarse (ver CNCiv., sala J, 16-10-2013, “Jaitt y otro
c/Catani, Sandra Andrea s/Ejecución hipotecaria”, elDial.com -
AA82A4).
¿Cuál es la situación en el nuevo Código? el Anteproyecto preveía una
normativa similar a la que resultaba de la norma del artículo 617 del
Código Civil diciendo: “La obligación es de dar dinero si el deudor debe
cierta cantidad de moneda, determinada o determinable, al momento de
constitución de la obligación. Si por el acto por el que se ha constituido la
obligación, se estipuló dar moneda que no sea de curso legal en la
República, la obligación debe considerarse como de dar sumas de dinero”
(art. 765). Pero el Poder Ejecutivo nacional modificó esa norma al enviar
el Proyecto que quedó redactada de la siguiente manera: “La obligación
es de dar dinero si el deudor debe cierta cantidad de moneda,
determinada o determinable, al momento de constitución de la obligación.
«Si por el acto por el que se ha constituido la obligación, se estipuló dar
moneda que no sea de curso legal en la República, la obligación debe
considerarse como de dar cantidades de cosas y el deudor puede liberarse
dando el equivalente en moneda de curso legal, de conformidad con la
cotización oficial»”. Con esta modalidad se vuelve al sistema anterior a la
reforma al considerar la moneda extranjera como una cosa. La
modificación preanunciaba el criterio monetario que asumiría el Poder
Ejecutivo nacional mediante el llamado “cepo” cambiarlo.
La cuestión se completa con la modificación que hizo el Poder Ejecutivo de
la Nación al artículo 766 del Anteproyecto: “El deudor debe entregar la
cantidad correspondiente de la especie designada, tanto si la moneda
tiene curso legal en la República como si no lo tiene”, el que cambió por:
El deudor debe entregar la cantidad correspondiente de la especie
designada. Claro que “la especie designada” no cambia la naturaleza de la
obligación. Todavía habrá que transitar la jurisprudencia para que
resuelva la situación en el caso de que la moneda extranjera sea
condición esencial en el contrato, ya que la norma no es de orden público
y la regulación monetaria en algún momento volverá a la normalidad. De
esta manera se ha vuelto al sistema de Vélez Sársfield. Dice Llambías al
respecto: La salvedad que acabamos de consignar no jugaba cuando se
trataba de moneda extranjera, en cuyo caso no era aplicable el régimen
peculiar de las obligaciones de dinero, sino las disposiciones relativas a las
obligaciones de cantidad. Es que, en nuestro país, las monedas
extranjeras no eran dinero, sino simplemente cosas, en cuanto “objeto
corporal susceptible de tener un valor” (art. 2311, Cód. Civ.), y más
precisamente cantidades, por ser cosas indiferenciadas. Lo expuesto
estaba prescripto por el primitivo artículo 617 del Código Civil: “Si por el
acto por el que se ha constituido la obligación, se hubiere estipulado dar
moneda que no sea de curso legal en la República, la obligación debe
considerarse como de dar cantidades de cosas”. En consecuencia, la
inejecución de las obligaciones en moneda extranjera se sancionaba con
la indemnización de los daños y perjuicios que tal incumplimiento de una
obligación de cantidad causaba al acreedor. En el caso, el daño resarcible
consistía en el “valor”, en moneda nacional, que tenía la moneda
extranjera al tiempo de la mora del deudor, más los intereses
correspondientes. Empero, tratándose de una deuda de valor, la cifra
resultante debía ser actualizada, en función del poder adquisitivo de la
moneda nacional con que se manda pagar esa indemnización. Esta
cuestión nos lleva nuevamente a los problemas del daño resarcible,
obligaciones de valor y de dinero, etcétera. Cierto es que para la real
independencia de un país es necesario que cuente con una moneda
propia. Pero para que ello sea posible deben darse toda una serie de
variables económicas, políticas y sociales que se han degradado a través
del tiempo y que es necesario recomponer paso a paso, ya que no basta
sentarse en un escritorio y hacer una norma para que las cosas cambien,
sino que hay que ir cambiando las cosas y luego establecer las normas
adecuadas para que esas cosas se sostengan en el tiempo. Si se piensa al
revés es muy difícil que las cosas salgan al derecho.
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V. gr.: el art. 522, CPCC de la Prov. de Buenos Aires:
“Constituirá título ejecutivo de crédito por expensas comunes de
edificios sujetos al régimen de propiedad horizontal. En el escrito
en que se promueva la ejecución deberán acompañarse
certificados de deuda que reúnan los requisitos exigidos por el
reglamento de copropiedad. Si éste no los hubiere previsto,
deberá agregarse copia protocolizada de las actas de las
reuniones del consorcio, celebradas de conformidad con el
reglamento, en las que se ordenaron o aprobaron las expensas.
Asimismo, se acompañará constancia de la deuda líquida y
exigible y del plazo concedido a los copropietarios por abonarla,
expedido por el administrador o quien haga sus veces”.
22. Leasing.
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Ley 25.248: Cuando el objeto de leasing fuere una cosa
mueble, ante la mora del tomador en el pago del canon, el dador
puede: a) obtener el inmediato secuestro del bien, con la sola
presentación del contrato inscripto, y demostrando haber
interpelado al tomador otorgándole un plazo no menor de cinco
(5) días para la regularización. Producido el secuestro, queda
resuelto el contrato. El dador puede promover ejecución por el
cobro del canon que se hubiera devengado ordinariamente hasta
el período íntegro en que se produjo el secuestro, la cláusula
penal pactada en el contrato y sus intereses; todo ello sin peijuicio
de la acción del dador por los daños y perjuicios, y la acción del
tomador si correspondieren, o b) accionar por vía ejecutiva por el
cobro del canon no pagado, incluyendo la totalidad del canon
pendiente, si así se hubiere convenido, con la sola presentación
del contrato inscripto y sus accesorios. En este caso sólo procede
el secuestro cuando ha vencido el plazo ordinario del leasing sin
haberse pagado el canon íntegro y el precio de la opción de
compra, o cuando se demuestre sumariamente el peligro en la
conservación del bien, debiendo el dador otorgar caución
suficiente. En el juicio ejecutivo previsto en ambos incisos, puede
incluirse la ejecución contra los fiadores o garantes del tomador.
El domicilio constituido será el fijado en el contrato (art. 21).
C) EJECUCIONES ESPECIALES.
DERECHOS REALES DE GARANTÍA
El nuevo Código Civil y Comercial comienza con una regla clásica y básica
de las garantías que dice: Los bienes presentes y futuros del deudor
constituyen la garantía común de sus acreedores. El acreedor puede exigir
la venta judicial de los bienes del deudor, pero sólo en la medida
necesaria para satisfacer su crédito. Todos los acreedores pueden ejecutar
estos bienes en posición igualitaria, excepto que exista una causa legal de
preferencia (art. 743).
A su vez establece los límites de esta garantía, concordando con
numerosas normas dispersas, pero fundamentalmente con el artículo 219
del CPCCN*, al excluir de la garantía común de los acreedores los
derechos de usufructo, uso y habitación, así como las servidumbres
prediales: Quedan excluidos de la garantía prevista en el artículo 743: a)
las ropas y muebles de uso indispensable del deudor, de su cónyuge o
conviviente, y de sus hijos; b) los instrumentos necesarios para el
ejercicio personal de la profesión, arte u oficio del deudor;
c) los sepulcros afectados a su destino, excepto que se reclame su
precio de venta, construcción o reparación; d) los bienes afectados a
cualquier religión reconocida por el Estado; e) los derechos de usufructo,
uso y habitación, así como las servidumbres prediales que sólo pueden
ejecutarse en los términos de los artículos 2144, 2157 y 2178; f) las
indemnizaciones que corresponden al deudor por daño moral y por daño
material derivado de lesiones a su integridad psicofísica; g) la
indemnización por alimentos que corresponde al cónyuge, al conviviente y
a los hijos con derecho alimentario, en caso de homicidio; h) los demás
bienes declarados inembargables o excluidos por otras leyes (art. 744).
El principio de legalidad para la excepción a la regla básica de
responsabilidad se reitera específicamente en esta norma, pues el
régimen de inembargabilidad es excepcional ** la que queda librada a la
apreciación judicial, siendo ésta de carácter restrictivo***.
*
Art. 219, CPCCN: “No se trabará nunca embargo: 1) En el
lecho cotidiano del deudor, de su mujer e hijos, en las ropas y
muebles de su indispensable uso, ni en los instrumentos
necesarios para la profesión, arte u oficio que ejerza. 2) Sobre los
sepulcros, salvo que el crédito corresponda a su precio de venta,
construcción o suministro de materiales. 3) En los demás bienes
exceptuados de embargo por ley. Ningún otro bien quedará
exceptuado”.
**
CNCom., sala B. 13-6-75, L. L. 1975-C-523; sala C, 16-5-74,
L. L. 156-392. En materia procesal la regla es la embargabilidad de
los bienes y su inembargabilidad la excepción; esta última es un
beneficio limitado a aquellos de indispensable uso (conf. art. 216,
CPCC de Entre Ríos) y las circunstancias de necesidad o
indispensabilidad que hacen a la inembargabilidad de los bienes,
debe ser objeto de prueba en el caso concreto, correspondiendo a
quien las invoca y pretende el levantamiento de la medida, la
carga de su acreditación. La inembargabilidad de los bienes no
está dada por ellos mismos, sino por las funciones o usos que
puedan brindar a su propietario (Cám. de Concepción del Uruguay,
Sala Civ. y Com., 13-11-2000, “D’Agostino, Horacio J. c/Quinodoz,
Juan R. y otro”, J. A. 2002-II, sínt.).
***
CNCom., sala B. 4-12-85, D. J. 1986-2-32; sala E, 29-6-88, D.
J. 1989-1-518.
*
La determinación de las circunstancias que deben concurrir
para la inembargabilidad de determinados bienes resulta
procedente, queda librada a la apreciación judicial, siendo ésta de
interpretación restrictiva (CNCom., sala B, 4-12-85, D. J. 1986-2-
32; sala E, 29-6-88, D. J. 1989-1-518). Al estar establecida por ley
la inembargabilidad del bien, corre por cuenta del embargante la
prueba de las condiciones fácticas que permitan excepcionar su
régimen (Cám. de Concepción del Uruguay, Sala Civil y Comercial,
17-10-97, “Treboux de Blanc c/Castro”, J. A. 2000-1, sínt.).
**
Pero si la inscripción de un inmueble como bien de familia, si
es posterior al hecho generador de la responsabilidad, resulta
inoponible al acreedor (CNCiv., sala A, 26-3-91, D. J. 1991-2-613;
sala D, 22-6-91, D. J. 1991-2-655). El incumplimiento de los
recaudos pertinentes, en relación con el régimen de publicidad
establecida no puede ir sino en menoscabo de la tutela del
beneficio requerido (CSJN, 31-3-92, D. J. 1992-2-421). Los
créditos que no se ven alcanzados por el régimen de afectación
previsto en los arts. 34 y ss. de la ley 14.394, son los de causa
anterior a la inscripción registral respectiva, entendiéndose por
tales, aquellos que tienen su origen en un hecho o acto generador
de la obligación, acaecido o celebrado con anterioridad a la
vigencia erga omnes del sometimiento del inmueble al régimen
jurídico de bien de familia (CNCiv., sala A, 24-6-92, D. J. 1992-2-
1002).
***
La Dirección General de Préstamos Personales y con Garantía
Real incorporada al Banco Hipotecario Nacional, tiene facultades
análogas a éste, de donde deviene aplicable su régimen legal, en
tanto declara inembargables los inmuebles obtenidos mediante
los créditos o préstamos hipotecarios concedidos (art. 5o, decreto-
ley 5167/58).
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Diversas leyes han ido regulando distintos sistemas. Se
encuentran entre ellos los edificios construidos con préstamos del
Banco Hipotecario o con préstamos de otras instituciones oficiales
(decreto-ley 13.128/57 y complementarios), o instituciones de
previsión (ley 14.398, etc.); los muebles destinados al
funcionamiento de la asociación profesional de trabajadores (art.
39, ley 20.615); los fondos asignados a los propietarios de
institutos incorporados a la enseñanza oficial (art. Io, ley 18.352);
los fondos y bienes de las cajas nacionales de previsión (ley
16.931), etc. La ley 22.232 es de orden público y en virtud de la
misma los inmuebles adquiridos bajo su régimen son
inembargables e inejecutables, salvo en los supuestos previstos
por dicha norma. De modo tal que el hecho de que el fiador
manifieste en el contrato de locación que “presenta en garantía”
la propiedad que habita adquirida bajo sus condiciones no implica
una renuncia eficiente al beneficio de la inembargabilidad de que
gozan las viviendas adquiridas con créditos del Banco Hipotecario
Nacional (CCCom. de Morón, sala II, 29-3-2001, “Dos Anjos de
Oliveira Coelho, Josefa c/Figueroa, Jorge y otros”, J. A. 2002-III,
sínt.). La inembargabilidad establecida por el art. 35, ley 22.232
se extiende a las viviendas familiares adquiridas con créditos
otorgados por bancos oficiales o mixtos provinciales (CNCom.,
sala C, 23-10-2001, “Martino, Mirta c/Renversade, Jorge R.”, J. A.
2002-11-538).
**
El art. 35 de la Carta Orgánica del Banco Hipotecario
Nacional, aprobada por la ley 22.232 (al igual que el art. 20 del
anterior decreto-ley 13.128/57), dispone que no podrá trabarse
embargo sobre los inmuebles gravados a favor del Banco por
préstamos otorgados para única vivienda propia, hasta los montos
que determine la reglamentación que dicte el Banco mientras
éstas mantengan su categoría originaria y aquéllos conserven tal
destino y no podrán ser ejecutados ni constituirse sobre ellos
otros derechos reales a excepción de los que se constituyan con
motivo de créditos provenientes de su construcción, adquisición,
ampliación, reforma, refacción o conservación. La
inembargabilidad dispuesta respecto de los inmuebles adquiridos
mediante préstamo otorgado por el Banco Hipotecario Nacional
(art. 35, ley 22.232, modificado por la ley 24.143 en su art. 34), es
de carácter imperativo, dado el interés social y familiar que
sustenta, siendo irrenunciable para el beneficiario, lo que obliga al
juez aplicarla aun de oficio (CNCiv., sala F, 31-10-95, “Barreiro,
Ramón c/Freire, Demetrio y otro”, J. A. 1998-1, sínt.). El beneficio
de inembargabilidad de inmuebles destinados a vivienda
constituidos con préstamos del Banco Hipotecario Nacional se
otorga durante la vida del prestatario, su cónyuge e hijos menores
o discapacitados, tanto a favor de la entidad crediticia como en
protección de los propietarios sujetos a dicho régimen, motivo por
el cual subsiste durante la vida del prestatario aun cuando se
hubiere cancelado el crédito (CNCiv., sala H, 15-10-99, “Ferrera
de Alonca, Carmen D. c/Leandroés SRL”, J. A. 2000-1-446).
Los derechos reales de garantía constituyen sistemas por los cuales los
bienes sometidos a esa garantía tienen privilegios especiales en cuanto a
la ejecución. De allí que en caso de ejecución, son inoponibles al acreedor
los actos jurídicos celebrados en perjuicio de la garantía (art. 2196). Pero
el Código regula además una serie de situaciones especiales. En primer
lugar establece la indivisibilidad (art. 1191) y la extensión en cuanto al
objeto (art. 1192), así como la subrogación real (art. 1194)
Los títulos valores están regidos, además de las normas expuestas, por
una serie de reglas generales, que se modifican parcialmente respecto de
determinados títulos valores. Veamos:
1. Introducción.
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Se presenta, a mi criterio como una solución disvaliosa, la
subsistencia del tríptico acciones reivindicatoria, negatoria y
confesoria, en vez de consagrarse la unificación de todas ellas en
un régimen ampliado de la acción reivindicatoria. Esa
multiplicidad de acciones conspira contra la sencillez del sistema y
no resguarda al ciudadano común ante la posibilidad de su yerro
en la elección de la adecuada al caso, en una temática preñada de
sutilezas, y es sabido que la justicia no siempre es receptiva para
la aplicación amplia de la regla ¡lira novit curia, lo que en
ocasiones podría desvirtuar el derecho humano de acceder a la
justicia. ALTERINI, Jorge, Algunas primeras consideraciones sobre
el Libro Cuarto: Derechos reales del Proyecto de Código Civil y
Comercial de la Nación, presentado en la Academia Nacional de
Derecho y Ciencias Sociales de Buenos Aires, sesión privada del
23-8-2012, párr. 26.
a) Objeto de las acciones (pretensiones) reales y lesión que las
habilita. La acción reivindicatoria tiene por finalidad defender la existencia
del derecho real que se ejerce por la posesión y corresponde ante actos
que producen el desapoderamiento. La acción negatoria tiene por
finalidad defender la libertad del derecho real que se ejerce por la
posesión y corresponde ante actos que constituyen una turbación,
especialmente dada por la atribución indebida de una servidumbre u otro
derecho inherente a la posesión. La acción confesoria tiene por finalidad
defender la plenitud del derecho real y corresponde ante actos que
impiden ejercer una servidumbre u otro derecho inherente a la posesión.
Las acciones reales competen también a los titulares del derecho de
hipoteca sobre los inmuebles cuyos titulares han sido desposeídos o
turbados o impedidos de ejercer los derechos inherentes a la posesión
(art. 2248, segunda parte).
3.4. Deslinde.
Las relaciones entre las acciones posesorias y las reales deben ser
regladas en razón de que se está trabajando sobre un mismo objeto. En
primer lugar no pueden acumularse las acciones reales con las acciones
posesorias (art. 2269). De allí que si se ha iniciado el juicio posesorio, no
puede admitirse o continuarse la acción real antes de que la instancia
posesoria haya terminado (art. 2271), obrando el posesorio como una
cuestión prejudicial. Pero este artículo -que pudiera dar lugar a confusión-
es integrado por otro que dispone: El titular de un derecho real puede
interponer la acción real que le compete o servirse de la acción posesoria;
si intenta la primera, pierde el derecho a promover la segunda; pero si
interpone la acción posesoria puede iniciar después la real (art. 2273).
Claro que la situación no es igual para el demandante que para el
demandado ya que el demandante en la acción real no puede iniciar
acciones posesorias por lesiones anteriores a la promoción de la
demanda, pero sí puede hacerlo el demandado (art. 2274). El CCivCom
finaliza la cuestión sobre este punto. Las condenaciones de posesorio
traían otra secuela que consistía en saber si la norma alcanzaba al
demandado o si el demandante también está comprendido en la misma.
En el primer sentido se pronunciaron Llerena, Salvat, Valiente Noailles,
Highton. En la tesis contraria se enrolaron Machado y Segovia y ha sido
seguida por Garrido y Andomo. El Código Civil velezano se refiere
claramente al “demandado vencido en el posesorio” cualquiera fuese éste
en el proceso posterior. Finalmente el artículo 623 del CPCCN, segunda
parte, limitó los aspectos posesorios señalando que “Deducida la acción
posesoria o el interdicto, posteriormente sólo podrá promoverse acción
real”, debiendo ahora integrarse con las nuevas normas.
El hecho de que no pueda iniciar acciones posesorias por actos anteriores
no impide que lo haga por hechos posteriores, pues la promoción de la
acción real no obsta a que las partes deduzcan acciones de defensa de la
posesión y la tenencia por hechos posteriores (art. 2276). Si los hechos
constituyen turbaciones o desapoderamientos recíprocos, quien es
condenado en la acción posesoria y cumple con la sentencia de
restitución, puede a su vez entablar o continuar la acción posesoria o real
respecto del hecho anterior (art. 2275). La prejudicialidad posesoria opera
como una excepción ya que, como vimos, quien sea vencido en el juicio
posesorio, no puede comenzar la acción real sin haber satisfecho
plenamente las condenaciones pronunciadas en su contra (art. 2272).
5. Prescripción adquisitiva.
*
CPCC de la Provincia de Buenos Aires: Art. 679 - Vía sumaria.
Requisitos de la demanda. Cuando se trate de probar la
adquisición del dominio de inmuebles, por la posesión, de
conformidad a las disposiciones de las leyes de fondo, se
observarán las reglas del proceso sumario, con las siguientes
modificaciones: Io) Se admitirá toda clase de pruebas, pero la
sentencia no podrá basarse exclusivamente en la testifical; 2 o) La
demanda deberá acompañarse de certificados otorgados por el
Registro de la Propiedad, donde conste la condición jurídica del
inmueble, debiendo informar dicho organismo con precisión y
amplitud, todos los datos sobre el titular o titulares del dominio;
3o) También se acompañará un plano firmado por profesional
matriculado, que determine el área, linderos y ubicación del bien,
el que será visado por el organismo técnico-administrativo, que
corresponda. 4o) Será parte en el juicio quien figure como
propietario en el Registro de la Propiedad, o, en su defecto, el
señor Fiscal de Estado, o la municipalidad correspondiente a la
ubicación del inmueble, según se encuentren o no afectados
intereses fiscales, provinciales o municipales. Art. 680 -
Propietario ignorado. Toda vez que se ignore el propietario del
inmueble se requerirá informe del organismo técnico-
administrativo, que corresponda, de la Provincia, sobre los
antecedentes del dominio y si existen intereses fiscales
comprometidos. Art. 681 - Traslado. Informe sobre domicilio. De
la demanda se dará traslado al propietario, o al Fiscal de Estado o
municipalidad, en su caso. Cuando se ignore el domicilio del
propietario, se requerirán informes de la secretaría electoral y
delegaciones locales de policía y correos con relación al último
domicilio conocido o supuesto del demandado. De dar resultado
negativo se lo citará por edictos por diez días en el Boletín Judicial
y en un diario de la zona, previniéndosele que si no se presenta y
contesta la demanda, se le nombrará defensor al de ausentes en
turno. Serán citados, además, quienes se consideren con derecho
sobre el inmueble. Art. 682 - Inscripción de sentencia favorable.
Dictada sentencia acogiendo la demanda se dispondrá su
inscripción en el Registro de la Propiedad y la cancelación de la
anterior si estuviere inscripto el dominio. La sentencia hará cosa
juzgada material.
7. Consumo y consumidores.
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Es disfuncional que como consecuencia o con motivo de la
sanción del Código Civil y Comercial, se disminuyan “condiciones
superiores” de tutela que hay ya en el Derecho positivo vigente en
la ley 24.240 (RUSCONI, Influencia del Código Civil y Comercial en
el Estatuto del Consumidor, en J. A. 2012-IV, fase. 5, del 31-10-
2012, p. 13). En sentido inverso se ha dicho: la delimitación de
todas las cuestiones referidas a la relación de consumo -que
también se preservan en la ley 24.240- resultarán de máxima
utilidad para coordinar y articular el funcionamiento entre el
microsistema y el macrosistema (HERNÁNDEZ y FRUSTAGLI,
Aspectos relevantes de la relación de consumo en el Proyecto, en
J. A. 2012-IV, fase. 5, del 31-10-2012, p. 16).
Por último la ley 26.983 ha creado una instancia para pequeñas causas,
denominado por la ley “Sistema de resolución de conflictos en las
relaciones de consumo”. Pareciera bastante limitado en tanto el monto de
tratamiento máximo es de $ 242.000 (art. 2o), resultando inferior en la
Auditoría de Relaciones del Consumo que es de $ 66.000 (LCCons., art.
27). No obstante lo aparentemente limitado, en el campo del consumidor
y usuario, esas sumas son relevantes. Un aspecto que debe hacerse notar
es que los procedimientos creados pueden dar al tratamiento de la
cuestión un tiempo bastante extenso (más allá de que los procedimientos
tienen plazos muy ajustados para su realización). Hay un Servicio de
Conciliación previa en las Relaciones de Consumo (Co- prec, art. Io,
LCCons.), una Auditoría de Relaciones de Consumo (arts. 22 y ss.,
LCCons.), Tribunales de Primera Instancia de Consumo, Cámara de
Apelaciones de Consumo (LCCons., art. 41) y Casación ante la Cámara de
Casación Civil y Comercial (LCCons., art. 70).
*
Art. 148, Cód. Civ.: “Cuando la demencia aparezca notoria e
indudable, el juez mandará inmediatamente recaudar los bienes
del demente denunciado, y entregarlos bajo inventario, a un
curador provisorio, para que los administre”.
*
CNCiv., sala D, 12-6-98, J. A. 2001-IV-48, sec. índice N° 45.
3) Prueba. El pariente que pide alimentos debe probar que le faltan los
medios económicos suficientes y la imposibilidad de adquirirlos con su
trabajo, cualquiera que sea la causa que haya generado tal estado (art.
545, CCivCom). Este artículo es concordante con el artículo 638 del
CPCCN. Los hijos no deben probar la imposibilidad de adquirirlos con su
trabajo, excepto en los casos que sean mayores de 21 años (art. 662,
CCivCom) y hasta los 25 (art. 663, CCivCom)*.
**
A diferencia de lo que ocurre en la ponderación de los
alimentos que se establecen en beneficio del hijo menor de edad,
cuya situación de vecindad es presumida, y por ende no debe ser
probada, los alimentos entre parientes exigen la demostración de
las necesidades a ser cubiertas y su alcance se limita a lo que
resulta indispensable para la subsistencia decorosa (CNCiv., sala
B, 12-3-2012, “G., F. C. c/I. T., M. E.”, Revista de Derecho de
Familia, Abeledo-Perrot, octubre de 2012, N° 2012-V, p. 1, con
nota de María Silvia Morillo).
*
Art. 650, CPCCN: “Toda petición de aumento, disminución,
cesación o coparticipación en los alimentos, se sustanciará por las
normas de los incidentes en el proceso en que fueron solicitados.
Este trámite no interrumpirá la percepción de las cuotas ya
fijadas.
”En el incidente de aumento de la cuota alimentaria, la nueva
cantidad fijada rige desde la notificación del pedido”.
*
En toda demanda por rendición de cuentas se requiere
despejar dos incógnitas; la primera se vincula con la
comprobación de la obligación de rendirlas, la segunda, se
relaciona con el trámite de la rendición de cuentas en sí (CNCom.,
sala B, 10-12-85, D. J. 1986-2-30). La mera posibilidad de
administrar bienes ajenos faculta a quienes tienen derecho a ello
a exigir las cuentas pertinentes de la administración. En esta
etapa del juicio de rendición no se deben analizar las cuentas (o la
ausencia de ellas para rendir), sino simplemente, determinar el
derecho a exigirlas (CNCom., sala A, 4-10-84, D. J. 1985-2-426).
a) Concepto y normativa. La rendición de cuentas es la operación por
la cual toda persona que actúa por cuenta de otro o en interés ajeno, le
da a ésta razón de su cometido, detallando los actos cumplidos en su
nombre, mediante la exposición de todo el proceso económico y jurídico
propio de ellos y estableciendo el resultado final*.
*
La rendición de cuentas consiste en una manifestación
completa de los ingresos y egresos con la presentación de los
documentos que acreditan esa partida, las explicaciones
necesarias para su comprensión y un informe sobre el desempeño
del mandatario (CNCiv., sala K, 28-4-89, D. J. 1990-1-240). La
rendición de cuentas debe consistir en un informe amplio,
explicativo y descriptivo, con la prueba y documentación
correspondiente y debe contener todas las explicaciones y
referencias que sean necesarias para dar a conocer los
procedimientos y resultados de la gestión (CNCiv., sala C, 2-5-89,
D. J. 1990-1-238). Cualquiera sea la calificación que corresponda
a la relación jurídica trabada, quien haya administrado bienes
ajenos carga con la obligación inherente de rendir las respectivas
cuentas una vez finalizada la negociación encomendada (CCCom.
de San Isidro, sala 2a, 3-7-2003, J. A. 2004-1-541, J. A. del 7-1-
2004). Para solicitar la rendición de cuentas es necesario que se
precise el negocio que se realizó y la gestión que involucre un
interés propio, si también comprende uno ajeno (CNCom., sala E,
25-10-2002, J. A. 2003-III-801).
En principio todo aquel que lleve una gestión por otro debe rendir
cuentas. Así encontramos en la legislación anterior al nuevo Código: las
administraciones en general, la administración judicial (arts. 226, inc. 2o,
y 227, CPCCN), la cobranza, los comerciantes en general (art. 68, Cód.
Com.)*, la comisión (arts. 276 y 277, Cód. Com.), los concursos (arts. 23,
32, 200 y 218, ley 24.522), el condominio, la consignación, la cúratela, el
depósito, las diligencias preliminares del artículo 310, inciso 10, Código
Procesal; la gestión de negocios (art. 2288, Cód. Civ.), los intermediarios,
la locación de obras y de servicios, todos los casos de mandato, el
supuesto del martillero (judicial o extrajudicial), el caso del principal y el
habilitado, en la propiedad horizontal el administrador; en las sociedades
en general y especialmente en la sociedad de hecho entre sus partícipes;
en la sociedad conyugal, en la sucesión **, en la tutela (conf. arts. 458 a
467, Cód. Civ.), cúratela***, en el fideicomiso****, etcétera. Pero las
liquidaciones mensuales de un consorcio de propietarios no configuran
rendición de cuentas*****.
*
ARGERI, Saúl A., Rendición de cuentas comercial, en L. L.
1979-A-856.
**
BERNAL CASTRO, Beatriz C., La rendición de cuentas en el
proceso sucesorio, en L. L. 1987-E-98. Si los coherederos cumplen
el papel de arrendatarios del bien hereditario, los beneficios
eventuales revierten necesariamente sobre todos ellos, de donde
la falta de pago de los arriendos sólo puede dar lugar a
reclamaciones específicas de índole contractual realizadas por el
administrador al cobro de las gabelas correspondientes, en el
supuesto de asimilación de la situación a un condominio, o bien a
la rendición de cuentas frente al sucesorio orientadas a la
liquidación del canon correspondiente en función de los intereses
que a cada heredero le corresponde sobre los bienes comunes, si
se enfoca la situación desde el punto de mira de la indivisión con
aprovechamiento exclusivo de un bien hereditario (CCCom. de
Bahía Blanca, sala Ia, 24-8-99, J. A. 2000-1-607).
***
Producido el fallecimiento del insano, corresponde al juez de
la sucesión intervenir respecto de la solicitud efectuada por el
curador, para que previa aprobación de la rendición de cuentas se
le reintegren los gastos efectuados en favor del causante antes de
la fecha de su deceso (CNCiv., sala J, 31-8-99, “L., N. F.”, J. A.
2002-1. sínt.).
****
MOLINA SANDOVAL, Carlos A., La rendición de cuentas en el
fideicomiso, en J. A. 2004-1, fase. 7, p. 11.
*****
Las liquidaciones mensuales de expensas no constituyen
rendición de cuentas al consorcio de propietarios. En virtud de la
relación de mandato que se da entre el administrador del
consorcio de copropietarios y éste, las liquidaciones e
informaciones entregadas a cada consorcista no configuran
rendiciones parciales que puedan imputarse a la rendición de
cuentas que debe realizar aquél al finalizar su gestión (CNCiv.,
sala F, 8-10-98, J. A. 1999-IV-696; sala A, 26-3-2002, J. A. 2002-
11-763). Carece de validez como rendición de cuentas por parte
del ex administrador, la puesta a disposición del consorcio del
balance y documentación pertinente para su oportuna auditoría,
por cuanto las cuentas deben ser rendidas por el intimado (CNCiv.,
sala K, 21-2-2001, “Maurette, Carlos A. c/Consorcio Austria
1728”, J. A. 2001-IV, sínt.).
El pago por consignación tiene una variable propia y otra relacionada con
el desalojo, que se hace imperativamente necesario deslindar. Y es que en
las locaciones de inmuebles la consignación debe pasar previamente por
la mediación, mientras que para el desalojo ello es optativo (art. 6o, ley
26.589, siguiendo el art. 3o de la ley 24.573). La exclusión del desalojo,
imponiéndolo sólo como opción para el requirente, también se justifica
por la diversidad de supuestos que este proceso tiene y por la factibilidad
de recuperar rápidamente el inmueble en varios supuestos que las
reformas al CPCCN han dispuesto. Sin embargo, el proceso de desalojo
muchas veces funciona de manera paralela con el de consignación. No
cabe duda de que si se inicia el desalojo y se reconviene por
consignación, ésta queda excluida de la mediación. Pero al revés no
sucede lo mismo, porque iniciada una consignación resulta que la misma
va a mediación, mientras que el desalojo puede iniciarse y seguir su
marcha.
Creo que si, estando pendiente en mediación la consignación, se inicia un
juicio de desalojo, pueden adoptarse dos criterios para evitar la
indefensión del consignante: o se suspende el juicio de desalojo, o cesa
inmediatamente la mediación y puede plantearse la demanda en sede
judicial con el certificado de mediación como cuestión articulada en
tiempo y forma y pedir simultáneamente la acumulación de procesos, ya
que la sentencia a dictarse en uno y otro proceso son contradictorias y
podría darse el caso de indefensión o escándalo jurídico, o en su
momento se toma como prelación para la sentencia la interpelación
judicial o extrajudicial.
Recordemos al respecto los plenarios relacionados con el tema: El juicio
de consignación de alquileres iniciado con posterioridad al de desalojo
debe acumularse a éste, donde ya se había notificado la demanda, no
causando ello ningún perjuicio para la amplitud de la prueba, que sólo
podría existir si se ordenara la tramitación conjunta de ambas causas;
pero en especial corresponde que se acumule el juicio por consignación de
alquileres al del desalojo por falta de pago, en el mismo sentido se
manifiesta Palacio. La Corte había resuelto que por su conexidad, procede
la acumulación del juicio de consignación de alquileres al de desalojo,
iniciado con anterioridad, cuando se trata de pleitos seguidos entre las
mismas partes y con motivo de un contrato de locación. Pero no debe
pensarse que todos los casos son iguales.
Más complejo es el caso de las ejecuciones, ya que las mismas no
permiten la reconvención. Inclusive la acumulación está limitada *.
*
Es interesante en este aspecto una jurisprudencia de la Justicia
Nacional del Trabajo que dice: Si bien el art. 2o de la ley 24.635 no
ha exceptuado a las demandas de consignación de la instancia
previa extrajudicial de conciliación, tal omisión no debería
considerarse un impedimento absoluto para un examen
hermenéutico del régimen legal que contemple los valores en
juego y el sistema jurídico en general, en especial frente a la
específica norma contenida en el art. 756 del Código Civil que, por
su carácter material y nacional, prima sobre la ley procesal local.
Dicho art. 756 del Código Civil, aunque norma material, determina
que la demanda de consignación debe ser producida ante los
tribunales, única sede donde puede efectuarse válidamente el
depósito judicial, de modo que la ley 24.635, una norma emanada
del Congreso Nacional en ejercicio de sus facultades legislativas
limitadas al ámbito local, no podía haber dejado sin efecto tal
disposición y menos aún por la vía implícita. En el diseño de la ley
24.635 no se juzgó necesario incluir este supuesto en el art. 2o de
la ley 24.635, es decir entre los casos exceptuados de la instancia
especial, al entender obvia la sede en la que debe ser presentado
el depósito judicial (CNAT, sala II, 14-6-2007, “Ondarreta, Viviana
Delma c/Chavez, Martina Haydee s/Consignación”).
El nuevo Código no ha resuelto esta dicotomía, pero permite una salida
con la consignación extrajudicial. Veamos cómo estructura el pago por
consignación.
*
A los fines de determinar el monto a resarcir por el letrado a
consecuencia de la perención de la instancia, debe ponderarse
además si como consecuencia de ese acontecimiento se produjo la
prescripción de la acción, pues sólo en este supuesto existirá un
daño indemnizable a título de pérdida de “chance”, en tanto que si
todavía subsiste la posibilidad de iniciar nuevamente la acción, la
responsabilidad del letrado debería limitarse a las costas
derivadas de ese juicio y a los intereses devengados (CNCiv., sala
H, 17-10-2012, “Danplay Corporation SA c/Estudio A. P.”,
Newsletter Abeledo-Perrot del 4-2-2013).
PROCESO SUCESORIO
1. Introducción.
Sin duda el Código Civil de Vélez fue una obra extraordinaria. Sin
embargo en materia sucesoria su orientación y la evolución en los
sistemas sobre los bienes, el aumento de la población y la necesidad de
tener registros adecuados dejaron muchos flancos sin atender, de los que
se tuvieron que hacer cargo, leyes especiales y los códigos procesales. De
algunas de estas cuestiones se ha ocupado el nuevo Código Civil y
Comercial, pero se observa una superposición de normas en esta parte
entre lo sustancial y lo procesal mayor que en otras instituciones.
*
El proceso entonces procede cuando una persona ha fallecido
(arts. 93 a 95, CCivCom) o se ha declarado su muerte por
presunción de fallecimiento (arts. 85 a 92, CCivCom).
c) Definición del objeto del proceso. El proceso sucesorio tiene por objeto
identificar a los sucesores, determinar el contenido de la herencia, cobrar
los créditos, pagar las deudas, legados y cargas, rendir cuentas y
entregar los bienes (art. 2335). Esta norma debe correlacionarse con la
del artículo 2277 que, como hemos visto, engloba de esta manera en el
proceso el fallecimiento y la presunción de fallecimiento por un lado y por
otro se aparta, junto con el dictado de otras disposiciones posteriores de
la sucesión en la persona, del Código Civil alemán (art. 1922)*.
*
En general ver J. A. 2012-III, N° especial: Primeras
reflexiones en materia de sucesiones en el Anteproyecto de
Código Civil, del 15-8-2012, coord, por Nora Lloverás y Olga
Orlandi; Los puntos fundamentales del Anteproyecto de Código
Civil en materia de sucesiones, por Augusto C. Belluscio, p. 3;
Reflexiones sobre la aceptación y la renuncia de la herencia en el
Anteproyecto de Código Civil, por Roberto M. Natale, p. 9; La
indivisión hereditaria en el Anteproyecto de Código Civil, por
Francisco A. M. Ferrer, p. 17; La indivisión forzosa en el
Anteproyecto de Código Civil, por Adriana N. Krasnow, p. 26;
Primeras reflexiones en torno a la responsabilidad del heredero y
el legatario en la liquidación del pasivo en el Anteproyecto de
Código Civil, por Graciela M. Moreno de Ugarte, p. 32; El proceso
sucesorio: objeto y competencia en el Anteproyecto de Código
Civil, por Fabián E. Faraoni, p. 38; La investidura de heredero en el
Anteproyecto de Código Civil, por Marcos M. Córdoba, p. 46; Pago
de deudas y legados en el Anteproyecto de Código Civil, por
Mariana B. Iglesias, p. 50; La separación de patrimonios en el
Anteproyecto de Código Civil, por Vilma R. Vanella, p. 55; La
colación en el Anteproyecto de Código Civil, por Femando Pérez
Lasala, p. 59; La sucesión intestada en el Anteproyecto de Código
Civil, por Nora Lloverás y Olga Orlandi, p. 63; La legítima en el
Anteproyecto de Código Civil, por Jorge O. Azpiri, p. 77;
Aproximación a las modificaciones más relevantes en materia de
sucesiones que propone el Anteproyecto de Código Civil, por
Pedro Di Leila, p. 84. También véase: FERRER, Francisco A. M., El
Derecho de Sucesiones en el Proyecto de Código Civil y Comercial,
en Revista de Derecho Privado y Comunitario, N° 2012-3,
Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, p. 576; GONZÁLEZ MAGAÑA, Ignacio,
El juicio sucesorio en el Proyecto de reforma al Código Civil de la
Nación, en Revista de Derecho Privado y Comunitario, N° 2012-3,
Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, p. 621.
*
Art. 3719, Cód. Civ.: “No constituye institución de heredero
la disposición por la cual el testador hubiese legado la
universalidad de sus bienes con asignación de partes”.
2. Cuestiones generales.
*
El Libro Sexto se refiere a las disposiciones comunes a los
derechos reales y personales. El Título IV contiene las
disposiciones de Derecho Internacional Privado. Y en el Capítulo
3, Sección 9a se establecen las reglas de las sucesiones (arts.
2643 a 2648). Allí básicamente se señala que son competentes
para entender en la sucesión por causa de muerte, los jueces del
último domicilio del causante o los del lugar de situación de los
bienes inmuebles en el país respecto de éstos (art. 2643). La
sucesión por causa de muerte se rige por el derecho del domicilio
del causante al tiempo de su fallecimiento. Respecto de los bienes
inmuebles situados en el país, se aplica el Derecho argentino (art.
2644). En los Fundamentos se explica que “El tratamiento del
derecho de las ‘sucesiones’ con elementos extranjeros ha
respetado las líneas de la jurisprudencia mayoritaria de nuestro
país, tanto en cuanto al juez competente como al Derecho
aplicable. Se aplica, pues, el derecho del último domicilio del
causante como regla general, con excepción del supuesto de
bienes inmuebles situados en la República, a los que se aplica la
ley argentina. Se ha mantenido la regla que favorece la validez
formal de los testamentos otorgados en el extranjero, así como
también la regulación del testamento consular. En el supuesto
excepcional de ausencia de herederos en caso de sucesión regida
por un Derecho extranjero, se ha introducido una norma inspirada
en la Ley Italiana de Derecho Internacional Privado, que trata los
derechos del Estado argentino, o de la ciudad autónoma o de la
provincia donde los bienes están situados”.
3. Institución de heredero.
*
CCivCom: Fideicomiso testamentario. Art. 1699 - Reglas
aplicables. El fideicomiso también puede constituirse por
testamento, el que debe contener, al menos, las enunciaciones
requeridas por el artículo 1667. Se aplican los artículos 2448 y
2493 y las normas de este Capítulo; las referidas al contrato de
fideicomiso deben entenderse relativas al testamento. En caso de
que el fiduciario designado no acepte su designación se aplica lo
dispuesto en el 1679. El plazo máximo previsto en el artículo 1668
se computa a partir de la muerte del fiduciante. Art. 1700 -
Nulidad. Es nulo el fideicomiso constituido con el fin de que el
fiduciario esté obligado a mantener o administrar el patrimonio
fideicomitido para ser trasmitido únicamente a su muerte a otro
fiduciario de existencia actual o futura.
4. Petición de herencia.
5. Acreedores.
6. Investidura y no posesión.
8. Sucesión testamentaria.
9. La legítima.
*
Art. 715, CPCCN: “El administrador no podrá percibir
honorarios con carácter definitivo hasta que haya sido rendida y
aprobada la cuenta final de la administración. Cuando ésta
excediere de seis meses, el administrador podrá ser autorizado a
percibir periódicamente sumas, con carácter de anticipos
provisionales, las que deberán guardar proporción con el monto
aproximado del honorario total”.
*
Art. 712, CPCCN: “El administrador de la sucesión sólo podrá
realizar actos conservatorios de los bienes administrados. Sólo
podrá retener fondos o disponer de ellos con el objeto de pagar
los gastos normales de la administración. En cuanto a los gastos
extraordinarios se estará a lo dispuesto en el artículo 225, inciso
5o. No podrá arrendar inmuebles sin el consentimiento de todos
los herederos. Cuando no mediare acuerdo entre los herederos, el
administrador podrá ser autorizado por el juez para promover,
proseguir o contestar las demandas de la sucesión. Si existieren
razones de urgencia, podrá prescindir de dicha autorización, pero
deberá dar cuenta al juzgado de esa circunstancia en forma
inmediata”.
A) ADMINISTRACIÓN EXTRAJUDICIAL
a) Actos de administración y disposición. Los actos de administración y de
disposición requieren el consentimiento de todos los coherederos, quienes
pueden dar a uno o varios de ellos o a terceros un mandato general de
administración. Son necesarias facultades expresas para todo acto que
excede la explotación normal de los bienes indivisos y para la contratación
y renovación de locaciones. Si uno de los coherederos toma a su cargo la
administración con conocimiento de los otros y sin oposición de ellos, se
considera que hay un mandato tácito para los actos de administración que
no requieren facultades expresas en los términos del párrafo anterior (art.
2325).
B) INDIVISIÓN FORZOSA
La indivisión forzosa tiende a proteger el valor de los bienes que
desmembrados valen menos o no pueden producir lo adecuado.
14. Inventario.
*
Art. 716, CPCCN: “El inventario y avalúo deberán hacerse
judicialmente: 1) A pedido de un (1) heredero que no haya
perdido o renunciado el beneficio de inventario. 2) Cuando no
hubiere nombrado curador de la herencia. 3) Cuando lo solicitaren
los acreedores de la herencia o de los herederos. 4) Cuando
correspondiere por otra disposición de la ley. No tratándose de
alguno de los casos previstos en los incisos anteriores, las partes
podrán sustituir el inventario por la denuncia de bienes, previa
conformidad del ministerio pupilar si existieren incapaces”.
*
Art. 719, CPCCN: “Sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo
716, último párrafo, el inventario será efectuado por un (1)
escribano que se propondrá en la audiencia prevista en el artículo
697, o en otra, si en aquélla nada se hubiere acordado al respecto.
Para la designación bastará la conformidad de la mayoría de los
herederos presentes en el acto. En su defecto, el inventariador
será nombrado por el juez”.
Art. 711, CPCCN: “Sólo serán valuados los bienes que
hubiesen sido inventariados, y siempre que fuere posible, las
diligencias de inventario y avalúo se realizarán simultáneamente.
El o los peritos serán designados de conformidad con lo
establecido en el artículo 719. Podrán ser recusados por las
causas establecidas para los peritos. Art. 723: Si hubiere
conformidad de partes, se podrá tomar para los inmuebles la
valuación fiscal y para los títulos y acciones, la cotización del
mercado de valores. Si se tratare de los bienes de la casa-
habitación del causante, la valuación por peritos podrá ser
sustituida por declaración jurada de los interesados”.