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Pontificia Universidad Católica de Chile

Facultad de Teología
Programa Magíster en Teología

Seminario de Teología Fundamental


“Método de la Teología Latinoamericana de la Liberación”

Lectura del artículo: “Utopía en la Teología de la Liberación”, por Dr. Horacio Cerutti Guldberg.
(Artículo publicado en revista Voces (México), Vol. III, 5, (1994), p. 47-65.

Profesor:
P. Sergio Silva G. SS.CC.
Alumno:
P. Nelson Chávez Díaz.
Fecha: 16-05-2012.

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1.- Contexto en que se da el artículo.

Lo primero que podemos afirmar sobre el artículo es que el texto es una


“transcripción” de una exposición (oral, nos parece) realizada en un encuentro de
reflexión teológica. Por tanto, en su lectura, se notan algunas repeticiones de
ideas que son fruto del pensamiento del momento. Ahora bien, el contexto del
artículo es analizar qué ha pasado con el planteamiento de la “utopía” en la
reflexión de la teología de la liberación durante los últimos veinticinco años, es
decir, desde que Gustavo Gutiérrez publica su libro “Teología de la Liberación”
hasta el año 1994. El autor dedica un amplio espacio para plantear el concepto de
utopía en la obra de Gustavo Gutiérrez pero con una finalidad bien específica:
comprobar la hipótesis de que dicho concepto se ha ido “debilitando en su fuerza
original”, aunque no en toda la literatura de la teología de la liberación, pues,
según el autor hay excepciones como lo es el caso del libro “Crítica a la razón
utópica” de Franz J. Hinkelammert.

El autor, en varias páginas (50-54) repasa las ideas matrices que conforman
el concepto de utopía en el pensamiento de Gustavo Gutiérrez. Aunque la utopía
es una especie de mediación entre la fe y la acción política, sin embargo, la utopía
no es sólo un concepto abstracto que debe ser investigado en la academia, sino
que tiene su fundamento en la propia vida, es decir, la utopía es una experiencia
histórica radical que se hace presente cuando se hace una opción por construir un
mundo alternativo, que aspira a lo ideal. La utopía siempre tiene una relación con
la realidad histórica –dirá Gutiérrez- pues de fondo siempre existe una
insatisfacción histórica en el presente; a su vez, la utopía se verifica en la praxis
histórica pues ésta siempre impulsa a construir aquello que se desea,
anticipándolo o adelantándolo, aún cuando las fuerzas históricas se opongan a
ello y quieran mantener el orden reinante. Sin embargo, a juicio de Cerutti, lo más
neurálgico de este pensamiento viene dado en la relación que se da entre
liberación y utopía, específicamente en el rol que cumple la utopía en esa relación
que se da entre fe y acción política. En efecto, si la utopía no media entre la fe y la
acción política entonces se cae en el riesgo de que la fe pueda no respetar la
autonomía del campo político y termine, finalmente, dando respuestas políticas a
situaciones determinadas, cayendo en una suerte de mesianismo político-
religioso, que torpemente reemplaza la racionalidad propia de lo político. O, desde
otro extremo, creyendo que la racionalidad de la fe y la racionalidad de la opción
política son dimensiones yuxtapuestas que en ningún momento se encuentran
sino que más bien se separan y se aíslan.

La relación correcta entre fe y acción política sólo se da adecuadamente y


se hace fecunda cuando se hace “proyecto”, es decir, cuando se anhela una
realidad –que todavía no es- pero se desea que sea. Dicho proyecto, como utopía
proviene de la fe cuya garantía proviene de Dios, sabiendo que también en lo
provisional de la existencia se puede construir lo definitivo. Sólo así, según
Gutiérrez, es posible que los tres niveles de la liberación, diferenciados en una
unidad compleja, conserven su propia autenticidad.

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En un segundo momento, Cerutti plantea, por contraste, el concepto de
utopía que aparece en la obra de Hinkelammert “Crítica a la razón utópica” (1984).
Según la comprensión de Cerutti, la obra de Hinkelammert plantea la discusión de
la utopía desde un plano muy distinto al que se venía planteando hasta el
momento. En efecto, para este autor la utopía no consiste en la construcción de un
mundo perfecto o de una sociedad perfecta, pues tal perfección no existe en este
mundo sino sólo en un mundo mental. La utopía en este nivel sólo sirve como
criterio o como parámetro de una solución perfecta a un problema concreto que
nos ayuda a pensar con realismo para acercarse, en la medida de lo posible, a
una solución lo más próxima a la perfección. La utopía sería, entonces, ese deseo
siempre creciente de aspirar a la perfección sabiendo que siempre estaremos en
vías de llegar pero que nunca alcanzaremos ese ideal. Así la utopía se transforma
en algo inalcanzable e irrealizable.

2.- Aportes al método de la teología.

El artículo de Cerutti es un análisis del concepto de utopía en la obra de


Gustavo Gutiérrez “Teología de la Liberación”, específicamente al capítulo 11
“Escatología y Política”, Número III: “Fe, utopía y acción política”. Luego, contrasta
este concepto de Gutiérrez con la reflexión que hace Franz Hinkelammert
valorando su aporte y sus límites para, finalmente, mostrar su propia reflexión y
punto de vista acerca de una comprensión más amplia de la función de la utopía
en el pensamiento como en la praxis.

Un aporte al método teológico que puede descubrirse en este artículo es


aquel que se refiere a la labor de autocrítica, reformulación y reconceptualización
que posee la propia Teología de la Liberación al momento de abordar sus propias
reflexiones. En efecto, Cerutti, sin dejar de considerar el aporte decisivo que
significa para la obra y la reflexión de Gutiérrez el tema de la utopía, considera que
este teólogo ha confundido los planos en que se entiende dicho concepto, pues
queriendo hablar de lo utópico “como operante en el proceso histórico”, finalmente
termina refiriéndose a una comprensión de la utopía como un género de ficción. Lo
mismo pasa con el pensamiento de Hinkelammert. Por eso es que el método de la
Teología de la Liberación contiene dentro de sí, ese elemento de auto-correción
permanente que la estimula a reformularse a través de una nueva síntesis más
acabada e integradora de nuevas concepciones y elementos que, en su momento,
no se encontraban presentes; lo que genera, a su vez, una nueva
reconceptualización que posibilita una comprensión más amplia y abarcante del
mismo término.

Otro aporte que no deja de estar presente y que contribuye a enriquecer el


método teológico es el empleo del concepto utopía, que, según el decir de
Gutiérrez no es solamente una herramienta conceptual a la que acude el teólogo
para poder expresar la categoría de Reino de Dios, sino sobre todo es un
concepto que nace de la praxis pastoral y del compromiso liberador del cristiano.
La utopía posee un respaldo en la vida y en la muerte de muchos hombres que se
han comprometido en la lucha en contra de un orden social injusto por otro en

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donde impere el respeto y la justicia. De nuevo, puede verse aquí, esa
preponderancia de la ortopraxis sobre la teoría. La utopía no es considerada aquí
un concepto o un tema o una idea, sino que es una concreción práxica de la fe
que quiere construir una sociedad nueva y alternativa que haga emerger un
hombre nuevo.

3.- Conceptos.

Un concepto clave del artículo es el de utopía; sin embargo, dicho término


no aparece vinculado a un referente teológico claro. En efecto, cuando se habla de
la utopía se hace alusión a una experiencia revolucionaria que inmediatamente
vincula con el cambio socio-político; en otro momento, citando el pensamiento de
Pablo Freire se indica que la utopía está tensionada al interior de sí misma por la
dialéctica denuncia/anuncio que debe permitir pasar de una realidad intolerable a
otra alternativa y más deseable.

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