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LA CRIANZA RECIPROCA:

Biodiversidad
en los Andes
por Grimaldo Rengifo Vásquez*

a biodiversidad o diversi- Las actividades que realiza cual- nación industrial, el desarrollismo,

L dad biológica es la varie-


dad de la vida en todas
sus formas, niveles y
combinaciones. Incluye di-
versidad de ecosistemas, diversi-
dad de especies y diversidad ge-
quier forma de vida no son apre-
ciadas como surgiendo de decisio-
nes propias sino como la expre-
sión de la participación equivalen-
te de todas ellas. Ausente la divi-
sión entre lo vivo y lo inerte, el sur-
el mercado, la modernización agrí-
cola, entre otros factores son apre-
ciados como las causales de tal
situación. Como respuesta a ello
se ha puesto en marcha numero-
sos programas con la denomina-
nética. La biodiversidad se refiere gimiento por ejemplo de un nuevo ción de «biodiversidad». A pesar de
a todas las especies de plantas, cultivar de papa es percibido como los esfuerzos realizados en esta
animales y microorganismos exis- resultado no sólo de «cruzamien- dirección, se conoce hasta ahora
tentes que interactúan dentro de tos» intraespecíficos entre organis- poco de las modalidades que asu-
un ecosistema. La diversidad bio- mos vivos en un medio dado, sino me la crianza «in situ» de las for-
lógica desde esta perspectiva vie- como la simbiosis entre todo cuan- mas de vida que hacen las comu-
ne a ser todas las expresiones to existe, es decir como que si las nidades andinas. Menos de la ma-
concretas (seres vivos) de la vida vidas de las semillas de papas no nera cómo ellos perciben la erosión
en el planeta. dependiera sólo de ellas sino de la de las semillas y otros aspectos.
En la cultura andina la diversi- participación en similar plano de Se conoce bastante de las semi-
dad es holística, es decir incluye a importancia del suelo, del agua, llas que cría el campesino pero
todo cuanto existe. Los miembros de las estrellas, de los Apus y de poco de la «cultura de la semilla».
de la comunidad humana (runakuna los runas. La consecuencia de En este sentido, este trabajo se
en quechua) aprecian que no sólo una posición de este tipo es que orienta a explorar las maneras que
es viva una alpaca o una planta de todos tenemos que ver con la vi- asume la crianza andina de esta
maíz. El río, las piedras, las estre- da de todos, y que todos estamos diversidad a partir de la sabiduría
llas, el viento, que la biología po- comprometidos en la regeneración que nos ofrecen los campesinos
dría caracterizar como seres inca- del mundo. andinos.
paces de producirse a si mismos Sin embargo, esta diversidad y
son también apreciados como for- la cultura que ella entraña se ha-
mas de vida. En su visión del mun- llan en la actualidad amenazadas. Lacrianzadeladiversidad
do ninguna forma de vida en el Se reporta en numerosos foros la
Pacha es autónoma en cuanto a su gradual desaparición de especies, Lo que asombra a todo aquel
propia regeneración. variedades y culturas. La contami- que participa de la cosecha de un
campesino no es sólo la diversidad
de especies, sino la variabilidad de
* Grimaldo Rengifo Vásquez es agrónomo y trabajo con el Proyecto Andino de Tec-
cultivares por especie, sea ésta
nologías Campesinas (PRATEC). El presente artículo ha sido adaptado del libro Los
papa, frijol, oca o quínua. Lo mis-
caminos Andinos de las Semillas (PRATEC, Lima, 1997). El autor puede ser
contactado en PRATEC, Aptdo. 11-0559 Lima 11, Perú. Telefax (51-1) 463 95 45. mo se puede decir de la crianza de
C.e. postmaster@pratec.org.pe alpacas, llamas y cuyes. No existe

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una igual a otra. El paisaje pecua- ría el triunfo del hombre sobre la no es exclusivo de los occidental-
rio y agrícola campesino andino es naturaleza. En adelante éste ya no mente denominados «organismos
una filigrana multicolora. Los argu- dependerá más de los «caprichos» vivos» como nos lo comenta don
mentos que usualmente se esgri- de ésta. Calixto Huacca de la Comunidad de
men para explicar la presencia de Desde los Andes dicha perspec- Marka Qollo, Puno: «La semilla de
tal diversidad en las chacras cam- tiva requiere ser evaluada a la luz papa es como una persona viva, a
pesinas aluden a la interacción de la vivencia de los pueblos an- veces también se cansa después
entre fenómenos ecológicos (los dinos, de aquello que generalmen- de unos cuantos años. Yo por ejem-
efectos de las variaciones del cli- te denominamos como «cosmovi- plo tengo una variedad luk’i que
ma, la ubicación tropical de estas sión». A nuestro modo de ver la aguanta unos 10 años, después
áreas, los cambios geológicos ocu- crianza de la abundancia de formas solo desaparece, esto también es
rridos, la radiación solar en alturas, de vida debe ser entendida desde de acuerdo al cariño que le da la
la multiplicidad de nichos ecoló- una perspectiva de diálogo y de persona. Cuanto más cariño hay,
gicos, etc.) y la acción domesti- conversación cariñosa, y no como así también la papa produce mas.
cadora del hombre. Como señala una relación de conflicto entre hom- Nosotros decimos conmigo se con-
Francois Greslou (Greslou, l989), bre y naturaleza por la que esta úl- genia y cuando no siempre se con-
muy pocos trabajos hacen referen- tima domina al primero mientras genia, no congenia conmigo. Así ha-
cia a las cosmovisiones que orien- éste no se imponga sobre aquella. blamos nosotros...». (En: Chambi,
tan la conducta de las culturas Habrían cuando menos los siguien- N. et al.: La crianza de las yoqch’as
criadoras de las zonas tropicales. tes cinco argumentos, que se ha- en los distritos de Conima, Tilali e
En las explicaciones convencio- llan en la base de una explicación Ilave).
nales (léase occidentales) la inte- diferente: la noción de un mundo Quisiéramos precisar que el atri-
racción hombrenaturaleza es apre- vivo; la equivalencia; la crianza, el buto de lo vivo no es sentido por el
ciada como una relación de conflic- agrocentrismo, y la vida en ayllu. runa como la presentificación en
to por la que la sobrevivencia hu- una piedra, en una papa, o en el
mana sólo está garantizada si el río de un espíritu vivificante y tras-
hombre es capaz de imponerse Mundo vivo y de respeto cendente, que al hacerse presen-
mediante la técnica sobre la natu- te en el rito muta de modo mágico
raleza. Esto es justamente lo que Para los runas (humanos) todo la naturaleza de lo inerte en una
caracteriza a la domesticación. El lo que existe son formas de vida. sustancia dotada de vida. Asumir
hombre se impone sobre el animal La tierra no es el receptáculo iner- que existen espíritus trascenden-
o planta. La planta domesticada es te, soporte del crecimiento de las tes e invisibles, es decir, de algo
apreciada como perdiendo atribu- plantas. La tierra es un ser vivo, que no se ve, que no son patentes
tos naturales de modo tal que sólo es nuestra Pachamama, la madre a los ojos del runa, pero que se
bajo el cuidado humano es posible de todos, incluso de los runas. La hacen presentes en el rito es asu-
su reproducción. Una planta do- conversación con ella es constan- mir que el mundo andino participa
mesticada es apreciada como una te. Igual se puede decir de las de las nociones cristianas de idea
forma de vida subyugada, simplifi- aguas, las semillas, las piedras, el y materia, de espíritu y cuerpo, de
cada y anulada de toda relación con granizo, los puquios. En este senti- trascendencia e inmanencia.
su ambiente natural (que por lo do la diversidad de formas de vida Tampoco es un modo metafóri-
demás es eliminado para dar lugar co de nominar a las cosas. Cuan-
al denominado paisaje cultural). do un campesino habla que «la
La planta domesticada no per- Pachamama es mi madre» no está
tenece ya al «reino» de la naturale- haciendo una analogía con su ma-
za sino al «reino» de la cultura. Las dre biológica porque aprecia a la
comunidades humanas también tierra con los atributos de una ma-
cambian, pero el cambio en este dre. Simplemente la Pachamama
proceso dialéctico es visto como la también es su madre.
superación del estadio «natural» del El «mundo» andino es aprecia-
hombre. Aparece la cultura (y las do por el runa como una persona
técnicas que le son propias) como compuesta de formas de vida en-
un atributo exclusivamente huma- lazadas entre sí formando un teji-
no. Así la domesticación expresa- do vivo y en el que su «fisiología»

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brota de las conversaciones entre la que guía al experimentador para En este sentido, la agricultura
sus formas de vida que cual órga- quien una papa por ciertos rasgos campesina tiende en su propia di-
nos equivalentes interactúan, con- (p.e. «resistencia» a las heladas) námica a la recreación de descen-
versan entre sí participando de las es considerada «mejorada» y supe- dencias específicas, pero también
actividades que hacen a la regene- rior respecto de otras que no po- a cultivares con formas específicas
ración del mundo. Todo lo que ocu- sean sus atributos. En su afán de diferentes. Como se sabe una es-
rre en este animal vivo, que puede conseguir la variedad buscada usa pecie o variedad encierra la posibi-
ser llamado también Pacha, le es el «material genético» preexistente lidad y potencialidad de contener
inmanente, es decir, todo brota de (silvestres o cultivadas), y a partir otras que brotan cuando las cir-
su propia organicidad interna. de ellas «crea» la nueva variedad. cunstancias así lo permiten. Lo
En este proceso no sólo queda ocul- particular de la recreación de des-
Laequivalencia ta la sabiduría campesina que ha cendencias específicas en los An-
criado el «material genético» de re- des respecto de lo que hace el ex-
Cuando un runa dice: «La Pa- ferencia, sino que las papas que perimentador moderno es que el
chamama es mi madre» coloca en no presentan los atributos desea- surgimiento y vigencia de nuevos
similar plano de equivalencia a la dos son eliminadas. Se trata por cultivares no significa cambio o
tierra con la comunidad humana. este medio de transformar, de do- desaparición de ninguna variedad
De igual modo cuando dice: «crío a mesticar las condiciones naturales a partir de las cuales surgió, me-
las alpacas como ellas nos crían a independientemente de sus pro- nos la de los denominados «proge-
nosotros», muestra que entre las pios ritmos y condiciones, ordenan- nitores». La nueva variedad no es
formas de vida la ejecución de una do las formas de vida en una esca- apreciada como mejor o peor res-
actividad no es prerrogativa de una la progresiva. pecto a las demás, simplemente se
de ellas, sino de todas. Una vez «creada» la papa mejo- la cuida como si se tratara de un
Este es un rasgo notablemente rada su misión será la de despla- nuevo miembro de la familia, nue-
diferente a la jerarquía dentro de zar a las variedades consideradas vo miembro que aparece además
la concepción occidental. Para cual- tradicionales o atrasadas. En mu- por la crianza de los Apus o de la
quier ciudadano de los países oc- chas áreas andinas las variedades propia Pachamama.
cidentales es extraño pensar que criadas por los runas han mereci- Los nuevos cultivares se sinto-
un maíz pueda criarlo. El maíz es do el desprecio de los extensionis- nizan con las antiguas agrupándo-
allá un alimento al servicio de su tas relegándolas a la categoría de se en familias. De allí que las siem-
alimentación y el trato con éste es obsoletas. Si hoy perviven es por bras sean en conjuntos varietales,
el de un sujeto que usa un objeto. el cariño y cuidado campesino. Es de modo que la nueva logre armo-
El hombre no es concebido como por esto contradictoria la conducta nizarse y compatibilizarse con su
una forma de vida más. Cuando un de muchos científicos que se ex- población de referencia y no de
científico habla de diversidad bio- trañan de la disminución y desapa- manera aislada. No se busca el des-
lógica casi nunca se incluye. La di- rición de especies y variedades, plazamiento de ninguna de ellas,
versidad biológica es un concepto cuando su mismo oficio origina el sino la convivencia. Esto obviamen-
que utiliza para tener información problema de la erosión. te no es un proceso mecánico. La
sobre la cantidad y variedad de in- En cambio, la dinámica rege- acomodación supone diálogos con-
sectos y aves que puedan haber en nerativa en los Andes se armoniza tinuos y en cada circunstancia.
un medio dado y a los que llama con los ciclos y ritmos de la natu-
recursos. Habla pues de los «otros», raleza y de las actividades chaca-
de los «demás», de «su entorno». reras. No las violenta. La regene- Lacrianza
La jerarquización es un concep- ra-ción de especies y variedades no
to asociado a la idea de que todas es apreciada como la búsqueda de En los Andes es común escu-
las especies evolucionan, se desa- variedades «milagrosas» jerárquica- char a los criadores de alpacas
rrollan de formas menos comple- mente superiores. La regeneración decir que: «Así como nosotros cria-
jas a más complejas y que las pri- o crianza se hace al ritmo del culti- mos a las alpacas, ellas nos crían
meras son inferiores respecto a vo de la chacra y de su vivencia. a nosotros». En las ceremonias a
las segundas. En la jerarquización No constituye como para el cientí- los primeros frutos que realizan
siempre hay una unidad de medi- fico una actividad aislada de lo que en la fiesta de la Mamacha Can-
da de referencia, útil para clasifi- le sucede o acontece en su entor- delaria los aymaras de Conima,
car y jerarquizar. Esta conducta es no más cercano. Puno, las mujeres de las auto-

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ridades sacan los primeros tubér- la relación linguística entre miem- dades que le son propias. El hom-
culos de papas de los surcos y las bros de la comunidad humana. El bre occidental moderno ha perdi-
hacen abrazar con las papas pre- lenguaje es atributo del hombre y do la capacidad de dejarse criar.
servadas del ritual anterior. El sa- de algunas especies de animales. Pregunta a la naturaleza, no con-
cerdote andino, convertido en voz Pero las piedras o las estrellas no versa con ella.
de las papas viejas se dirige a las hablan. Si alguien dice: «el río me En la cosmovisión andina no hay
nuevas papas de la forma siguien- habla» o está haciendo poesía, una la noción de progenitores tal como
te: «Así como nosotros hemos cria- metáfora o bromea. En los Andes, conoce la agronomía. El maíz como
do a estas gentes, ahora les toca sin embargo esto no es así. Para la papa tienen sus «mamas, mama-
también a Uds. criarlas». (Chambi el andino cada forma de vida tiene tas o maman» que son otros maí-
y Chambi). voz, habla, y se expresa a través ces con características sui géneris.
Apreciemos ahora el relato de de señales que los runas (huma- Para el andino es la mama del maíz
don Mauricio Alvarez, de Paucar- nos en castellano) llaman «señas» la que permite, entre otros aspec-
tambo, Cusco, recogido por Luis Pe- «lomasas» y que son el modo como tos, la regeneración del maíz. El
rez Baca, del CESA (Centro de Ser- piedras, plantas, animales, y vien- maíz, para él, no ha procedido del
vicios Agropecuarios): tos se expresan. Dada la diversi- Theosinte o de cualquier forma bio-
«La planta de nabo es una ma- dad de comunidades humanas, de lógica anterior, sino de su «maman»
dre que nos cría durante los me- chacras y de microclimas, ninguna (madre, en castellano). Mientras
ses de carencia, cuando no hay conversación es igual a otra. Todo exista la «maman» seguirá para él
cosechas en el «jatun poccoy» (épo- es diverso. La variabilidad de plan- habiendo maíces. Se trata enton-
ca del lluvias intensas). Junto con tas que cultivan los campesinos ces de criar no sólo al maíz sino
el «arac papa» son los únicos que encuentra en la conversación mi- también a su familia, en este caso
mantienen y satisfacen el hambre nuciosa y cariñosa una de sus ex- a las «mamas».
de los hombres. Durante la fiesta plicaciones. Los criadores aymaras dicen:
de la Virgen Purificación, que es el “Seguir” la seña de una planta «El día que se acaben las alpacas
2 de febrero, una virgen vestida de es estar en la capacidad de con- desaparecerá el mundo». Las alpa-
amarillo que es la Mamacha Nabo versar, de ser criado por esta plan- cas han sido dadas por los Apus
o «yuyu» se retira bailando y can- ta. Ser criado es tener la sensibili- –cerros tutelares– a los ayllus para
tando una canción muy triste, di- dad de saber en qué momento te que éstos los críen. Si el aymara
ciéndoles a los otros cultivos que está diciendo algo cualquier forma no cría las alpacas, ellas se van
su misión está ya cumplida; que ya de vida, es pues, estar en disposi- por donde han venido (los puqyos).
salvó el hambre de todos los hom- ción de dejarse criar. Sólo está en Y ese día para el criador se acaba-
bres del ayllu, que ahora les toca a disposición de ser criado aquel que rá el mundo. La crianza está pues
ellos cuidar a esos Kcara huicsas. se sabe incompleto, pues el que en el corazón de la diversidad de
Por eso a partir de este día el nabo se cree completo y que conoce formas de vida en el Pacha.
empieza a desaparecer y pierde su todo, no conversa sino que se im-
sabor y gusto, porque ya existen pone. Esto es lo que sucede en la
otros productos que nos alimenta- domesticación. El hombre se impo- Elagrocentrismo
rán. Con las primeras cosechas ne sobre la planta o animal a pun-
tenemos comida nueva. Cuando ya to tal que éste último pierde cuali- Lo agrícola hace referencia a la
está cerca la fiesta de carnavales chacra como el escenario de la
todos hacen el Chacco de todos los crianza de todas las formas de vida.
productos nuevos de la chacra; con Como hemos dicho en los Andes
fiesta le hacemos, besando a los todos son apreciados como criado-
nuevos frutos, con cariño agrade- res. La sallqa (término quechua que
cemos a la Pachamama por la puede equipararse a la noción de
miccuna que nos brinda». «naturaleza») donde moran los pas-
Para precisar lo que entende- tos naturales, los montes, las aves,
mos por crianza, destacaremos los venados, las vicuñas, las pa-
otro atributo: el de la conversación pas silvestres, no es apreciada por
entre equivalentes. Usualmente el andino como lo no domesticado,
cuando se habla de diálogo o con- sino como una chacra criada por
versación la palabra nos remite a los Apus.

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La sallqa usualmente se tradu- miso de la crianza es de la comuni- escenario de crianza por el que di-
ce al castellano como «lo silvestre», dad humana. En la sallqa lo es de versas formas de vida conversan
«lo salvaje» por oposición a la cha- los Apus. La comunidad humana para contribuir a la regeneración del
cra que sería «lo domesticado». acompaña a los Apus en la crianza Pacha, pues la chacra siendo com-
Pero como vemos esta dicotomía, de la sallqa así como los Apus promiso de los runas es de todos
salvaje-domesticado, puede ser útil acompañan la crianza de la chacra y para todos.
para referirse a otras realidades que la comunidad humana realiza.
pero no a la andina. En los Andes Tanto en la chacra como en el
todo es criado. chaco la comunidad humana es Elayllu
La comunidad humana acompa- criada. Como la diversidad no es
ña a los Apus en la crianza de la sólo de las plantas sino de todas Pero como dicen los campesi-
sallqa mediante el chacco. El chac- las formas de vida, las comunida- nos no toda papa se «enseña» en
co es usualmente visto como una des humanas también son diver- cualquier suelo, ni cualquier plan-
actividad de rodeo de animales sil- sas. Una se distingue de otra por ta se asocia con otra, ni un runa
vestres como la vicuña, las perdi- sus costumbres. Los comuneros de se acostumbra en cualquier lugar.
ces, los zorros, etc. que realizan Quispillacta, Ayacucho, dicen que La chacra es expresión de em-
las comunidades humanas para re- sus costumbres, son «las costum- patías, de sintonías entre diversas
colectar y cazar los productos que bres de la sallqa». La comunidad formas de vida que se estiman y
nos brinda la naturaleza. Pero para humana se sintoniza pues con el amparan entre sí. Esta comunidad
el andino es otra forma de crianza modo de ser de cada lugar brotan- de formas de vida que se amparan
ritual mediante la cual la sallqa, do pueblos o etnías con modos de armoniosamente en la recreación
previa solicitud a los Apus, es ser diferentes respecto de otros. de la vida es el ayllu.
raleada, podada para permitir el La comunidad humana, al ha- El ayllu, en este sentido, no es
resurgimiento y el florecimiento de cer chacra «sigue» lo que los Apus sólo la comunidad de parientes
cada una de las formas de vida hacen. La agricultura, como diji- humanos unidos por lazos de con-
contenida en ella. mos, es un quehacer de toda for- sanguinidad y afinidad. Los andinos
Convencionalmente se ha visto ma de vida. Los zorros, que son llaman abuelos a los Apus, como
a esta actividad como la que pre- miembros de la naturaleza, tienen madre a la Pachamama. Los maí-
cede al surgimiento de la agricultu- sus chacras de papas y de ocas. ces son considerados como nues-
ra. Pero en los Andes se sigue crian- Son las denominadas «atoq oca» y tros hijos, y el agua de ciertos ma-
do a la naturaleza, se sigue hacien- «atoq papa» que la ciencia consi- nantiales es considerada en los ri-
do chacos de vicuñas, perdices, dera formas silvestres de papa y tuales como nuestro yerno (porque
montes, ratones, etc. al tiempo que oca. Las vicuñas como los zorros en tal condición es macho). Ade-
se hace agricultura. La chacra y el son crianzas, chacra de los Apus. más, los maíces tienen su madre,
chaco son dos formas de crianza La misma chacra de la comunidad la Saramama; las papas, su Papa-
complementarias de la diversidad. humana no se reduce sólo a las mama; los ríos, su Yacumama; y el
En este sentido, la chacra no plantas cultivadas. Los campesinos pacha, su Pachamama. Los cam-
es sino otra modalidad de criar la suelen decir: « la llama es mi cha- pesinos consideran al maíz y frijol
diversidad de formas de vida de la cra», «chacra de sal», «chacra de como hermanos porque crecen sin
sallqa. No es una invención huma- oro», «chacra de sachas»,etc. Cha- «pegarse». Y en otros casos dicen:
na, sino un acompañamiento a cra no es pues sólo el lugar donde «La papa y la quínua son familias
aquello que hacían y hacen los se hace agricultura, sino es todo porque no les afecta las plagas».
Apus, una intensificación de la Los parientes en los Andes in-
crianza de la sallqa en ciertos es- cluyen pues a todas las colectivi-
pacios y a aquellos miembros que dades que criamos y nos crían, a
lo requieren, que «piden» un trato quienes amparamos y nos ampa-
diferente. ran, y cuya solidaridad es tal que
La chacra se hace dentro de la no surgen «plagas» como dicen,
sallqa como fuera de ella, y en lu- sino el cariño de manos llenas que
gares escogidos pues no todo es- hace –como indica una campesina
pacio ni toda planta «pide» chacra. aymara– que «todo nomás alcan-
La chacra, pues, se cría en el lugar ce». A este núcleo cariñoso de
pertinente. En la chacra el compro- parentezco ampliado criador y vivi-

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ficador de la chacra se le conoce teatro, una representación huma- volver lo dado. La crianza no es una
en los Andes como el ayllu. na utilizando las alpacas, ni que acción de ida y vuelta. Simplemen-
El ayllu no tienen linderos físi- estén «humanizando» «personifican- te en el ayllu cada quién cría, y al
cos fijos. En cierta circunstancia mi do» a las alpacas. Simplemente criar es criado. b
ayllu es mi comunidad. Pero cuan- también las alpacas, como cual-
do se está en la comunidad puedo quier forma de vida, se casan en el
decir que pertenezco al ayllu de mi momento en que el ciclo pecuario Bibliografía
apellido paterno, o al de mi Apu de así lo considere. Los runas son sólo
referencia, o al sector en que vivo. sus acompañantes solícitos. En el – Carrillo, P. La crianza de semillas
Lo mismo sucede con las chacras ayllu todos comparten los mismo en Chuquihuarcaya y Sarhua. Cen-
y las semillas del ayllu que están atributos: el humano o runa no es tro de Capacitación Campesina
dispersas en diferentes ayllus. La la medida de las cosas. de la UNSCH. Ayacucho. 1996.
variabilidad es pues también terri- Ello explica la naturalidad con – COINCIDE. Coordinación Intercen-
torial, lo que explica en parte el que el runa conversa con las plan- tros de Investigación, Desarrollo
«camino de las semillas». tas y las alpacas. Y es que en él, y Educación. Variabilidad genética
Esta ausencia de linderos es «en su dentro», también anidan las de la papa. Aspectos socioeconó-
también extensiva a cada una de otras formas de vida. De allí que micos y culturales. Documento de
las formas de vida del ayllu (sea en los Andes, la noción de runa no trabajo. Cuzco, julio 1994.
ésta runa, waca o sallqa). En cada puede ser equiparado sin más con – Chambi Pacoricona, N. y Chambi
runa habita la forma de vida waca la noción de hombre occidental. La Pacoricona Walter. Ayllu y papas.
y la de sallqa, como en cada Apu construcción de la sociedad en oc- Cosmovisión, religiosidad y agri-
habita las formas sallqa y runa. cidente supuso como condición pre- cultura en Conima. Puno. Chuyma
Esto muestra cómo es que en cier- via la liquidación de cualquier for- Aru, Lima. Diciembre 1995.
tas ceremonias y festividades los ma de naturaleza que podría ani- – Chambi, N. et al. La crianza de
runas se vistan de maíces, o cón- dar en el hombre. De modo que el las yoqchas en los distritos de
dores. Para los comuneros que la concepto «hombre» es ya una no- Conima, Tilali e Ilave. Asociación
vivencian no es que Juan Condori, ción excluyente, purificada de lo Chuyma de Apoyo Rural. Puno.
esté representando al cóndor o al natural, y esto sucedió, al parecer, 1996.
maíz. En ese momento es «mismo bastante temprano. El concepto – Greslou, Francois. «Manejos cam-
cóndor o mismo maíz». La represen- aristotélico de hombre como «ani- pesinos de los Recursos Fitoge-
tación aparece en Occidente cuan- mal racional» era yá un modo de néticos Andinos». En: Manejo
do el hombre se desafilia de la na- diferenciar, distinguir y jerarquizar Campesino de Semillas en los An-
turaleza y de las deidades, de modo las relaciones del hombre con la des. PPEA. PRATEC. Lima, 1989.
que su relación con una planta o naturaleza. Es justamente sobre pp: 81102.
animal no es directa sino mediada este concepto de hombre y lo que – Jimenez, Greta. Rituales de vida
por la representación simbólica que aportan las ideas judeocristianas en la cosmovisión andina. Conve-
tiene de ésta. En este caso, en el de un hombre creado para domi- nio Editorial. Secretariado Rural
hombre no anida la naturaleza. Esta nar a la naturaleza que se constru- PerúBolivia. Centro de Informa-
ha sido expulsada y su relación con ye la sociedad moderna. ción para el Desarrollo. La Paz.
ella es de sujeto observador a ob- Otro es el caso de los runas. Bolivia. 1995.
jeto observado. Será por este atributo de la interpe- – Perez Baca, Luis. Crianza de la
El runa vivencia estas circuns- netrabilidad entre las formas de papa en la localidad de Paucar-
tancias como si fuera «mismo ani- vida que el criar parentesco con las tambo. CESA. Qosqo. 1996.
mal» (Rengifo, et al.). Pasada la cir- plantas, animales y wacas, sea la – Rengifo, G. Panduro, R. y Grillo,E.
cunstancia, que por lo común es cosa mas natural del mundo. No Chacras y chacareros. Ecología,
de una intensidad ceremonial acen- es pues una cuestión utilitaria (con- demografía y sistemas de cultivo.
tuada, la forma runa vuelve a bro- tar con personas capaces de ayu- Cedisa. Fondo de Contravalor
tar. Esta misma vivencia se expre- dar en la chacra) la que guía la con- Perú-Canadá. Tarapoto. 1993.
sa cuando se casan las alpacas. ducta del runa en el ayllu. La reci- – Seminario Cunya, Juan y Rimara-
No es que las alpacas machos y procidad andina es el «gusto de dar chín, Isidro. Universidad y Biodi-
hembras estén representando el y de criar con cariño». No es una versidad Regional. Indea-C. Uni-
casamiento al estilo de los runas, obligación dentro del marco de un versidad Nacional de Cajamarca.
ni que los runas estén haciendo cierto «derecho» tradicional de de- Cajamarca. 1995.

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