n México, como en cualquier otro
E país, cada uno de sus ecosistemas es
resultado único de los caminos evolutivos
de millones de años de vida y
reproducción. Para los mexicanos
-privilegiados propietarios de algunas de
las culturas agrícolas más importantes
del mundo- esa riqueza biológica
es nuestro patrimonio fundamental,
la substancia esencial de nuestra cultura y
de nuestro modo de ser; también nuestro
legado más importante para las
generaciones futuras.
Son incontables las personas que
consideran que la vida en el planeta
permanecerá por siempre. La extinción
biológica parece algo lejano, remoto,
algo que opera en tiempos diferentes a
los de nuestra apresurada vida.
Sin embargo, la desaparición de
originales formas de vida se presenta ya
como una realidad lacerante. Nos damos
por enterados cuando la ciencia nos
informa del fin de alguna de las especies
del mundo en que vivimos. En ese
momento nos damos cuenta que la
extinción es una pérdida sin retorno.
Es para siempre.
De eso trata este libro, Animales de
l\1éxico en peligro de extinción. Estimula a la
defensa de las especies más amenazadas,
de los organismos más vulnerables. El
libro es un esfuerzo para traer a nuestra
conciencia el grave fenómeno de una
crisis ambiental moderna, la desaparición
de especies únicas, y es también un
llamado al compromiso y a la acción.
Coincidimos con el mensaje central
de esta obra. La conservación de los
animales mexicanos en peligro de
extinción es un imperativo moral, un
llamado a la conservación de nuestra
memoria natural, de nuestro patrimonio
biológico, y en última instancia,
constituye una obligada aportación al
compromiso global que fundamenta
el futuro de nuestra propia vida como
seres humanos.
Los mexicanos tenemos retos
irrenunciables. El más importante es
luchar por la conservación de la vida y
de las maravillosas especies de flora
y fauna que son un ejemplo mundial de
diversidad biológica.
ALBERTO CÁRDENAS ]IMENEZ
Secretario de Medio Ambiente y
Recursos Naturales
 al vez el aspecto central del
T predicamento de la wci dad es la
pérdida acelerada del capital natural de la
humanidad. Los elementos más
importantes e irremplazables de ese capital
son las poblaciones y especies de plantas,
animales y microorganismos, que son partes
funcionales de los sistemas esenciales para
mantener la vida en la Tierra. Cada
población que es orillada a la extinción
amenaza potencialmente algún servicio
ambiental como el reciclado de nutrientes,
la estabilización del clima, la generación el
suelos, la polinización de plantas, el control
de inundaciones y la supresión de plagas.
y cada especie que desaparece es una
pérdida irremplazable de las herramien tas
con que cuenta la naturaleza para llevar
a cabo esas funciones críticas.
:vIéxico es uno de los países más diversos
del planeta, y por eso el estado de
conservación de su flora y fauna es de gran
interés no sólo para sus ciudadanos, sino
para el mundo entero. La razón más
importante de esto es, por supuesto, que
todos los seres humanos deberían estar
interesados en la conservación de la
diversidad biológica porque es esencial para
la empresa humana. Pero más allá de esta
razón egoísta, cada ser humano debería
también estar preocupado con la cuestión
ética de si es correcto bajo cualquier
circunstancia exterminar accidentalmente
poblaciones o especies de otros organi 'mos,
que son nuestros únicos acompañantes
vivos en todo el universo. ¿No tenemos,
por '1' la especie dominante del planeta,
la responsabilidad de velar por su
diver 'idad biológica?
Otra razón fundamental para su
conservación es que esos organismos son
una fuente ilimitada de belleza y
oportunidades de esparcimiento para el ser
humano, como la industria del ecoturismo
claramente muestra. México, por ejemplo,
es el lugar más cercano a Estados Unidos
en donde la majestuosidad de una selva
tropical bien desarrollada, habitada por
aves y mariposas gloriosas, tropas -le monos
y poderosos jaguares, puede ser vista y
apreciada, lo que es un valor e ,tético para
todos los habitantes del continente y un
valioso recurso de intercambio económico
y cul tural. Otras regiones del país son
igualmente ricas desde el punto de vista
biológico. Por ejemplo como naturalista,
una de rnis experiencias recientes más
in teresantes fue la visita a una col )nia de
perritos llaneros en el norte de México,
habitada por miles de esos fascinantes
roedol-es. Esa experiencia me regr só a mi
juvelltud cuando, en 1947, tuve la
oportunidad de disfrutar un espectáculo
similar en el oeste de Estados Unidos, en
donde los perros llaneros son sólo parte del
pasado.
Anirnales de México en jJeligTo de extinción
es, por lo tanto, una adición a la literatura
sobre la diversidad biológica largamente
esperada y oportuna, que será de gran
utilidad para los conservacionistas y
amantes de la naturaleza por igual. ebe
convertirse en una herramienta importante
en la batalla para salvar la maravillosa
diversidad biológica de léxico.
PAUL R. EHRLlcH
DE A I A

La humanidad tiene suficientes razones objetivas

para comprender y salvaguardar la naturaleza.
Pero la naturaleza no será en definitiva salvada
sino con nuestro espíritu. Sólo lo será si el hombre le
manifiesta un poco de amor. simplemente porque
es bella y nosotros necesiramo, la belleza.
cualquiera que sea la forma a la que seamos sensibles
por nuestra cultura. También esto
forma parte Integral del alma humana.
lean OO/'sl. 1971

a diversidad biológica o biodi­

L versidad, que es el conjunto
de todos los organismos vivos
-desde seres microscópicos hasta
ballenas azules de 190 toneladas
de peso-, se enfrenta a una se~­
vera crisis que amenaza su contii­
nuidad.
Cientos de miles, tal vez millones, de es­
pecies se encuentran en peligro de extin­
ción, en un fenómeno sin precedente desde
la aparición del hombre. Esta crisis, conside­
rada uno de los problemas ambientales mas
importantes de la actualidad, tiene su ori­
gen fundamental en el crecimiento de la
población humana, que ha sobrepasado la
cifra espeluznante de seis mil millones de
habitantes, con demandas crecientes de re­
cursos naturales como tierra, agua, petróleo
y otros productos y una enorme acumula­
ción de desechos nocivos.

13
 f1tlglna 1'1 Para entender la magnitud de las extincio­
Mariposa monarca
(Danaus plexippus) nes es menester trasladarnos hasta el origen
FOTO: p. CERVAI'ITES
de los tiempos, hace más de 12 mil millones
Cotorra serrana occidental de años. El universo infinito, con más estre­
(Rhynchopsitta pachyshyncha).
FOTO: F. EC'A~O' llas y galaxias que granos de arena en el
fA.I~Il'\':l t3. mar, permaneció vacío y en un profundo si­
Perrito llanero
(Cynomys mexicanus). lencio cerca de 8 mil millones de años, cuan­
FOTO: G. C~8AlLOS
do aparecieron los primeros seres vivientes.'
Lobo mexicano La extraordinaria biodiversidad actual, que
(Canis lupus baileyí).
Foro: F. ECC/IFlDI ha alcanzado su máxima expresión en el
Amanecer en Catemaco, presente y se calcula entre14 y 100 millones
Veracruz.
FOTO: F. E({.ARrn
de especies, tardó más de 3 mil millones de
años en generarse mediante innumerables
procesos evolutivos, que acabaron transfor­
mando a ese mundo homogéneo y simple,
y dieron origen a una gran variedad de for­
mas de vida, integradas en una muy com­
pleja y frágil trama ecológica. 2
La diversidad biológica ha maravillado
al ser humano desde tiempos inmemora­
bles, lo ha acompañado a lo largo de su his­
toria, y es parte fundamental de su evolu­
ción biológica y cultural. La fascinación por
la naturaleza ha quedado plasmada en re­
presentaciones culturales y artísticas en to­
dos los confines del planeta. Hay casos in­
creíbles de lo refinado del conocimiento
La extraordinaria diversidad biológica
actual tardó más de tres mil millones de
años en generarse mediante complejísimos
procesos evolutivos integrados en una
inmensa trama ecológica.
14
que sobre la naturaleza alcanzaron algunos
pueblos, como los índígenas de Papua Nue­
va Guinea que reconocen y tienen nombres
para más de 500 especies de aves, o los tara­
humaras en la Sierra Madre Occidental que
conocen más de 300 plantas medicinales. 3
Desde los tiempos de Alfred Russell Wal­
lace y Charles Darwin, quienes propusieron la
teoría de la evolución por selección natural,
en el siglo XIX, ha sido evidente que la distri­
bución de las plantas y animales es muy he­
terogénea, ya que hay regiones y países que
concentran un mayor número de especies.
México es una de esas regiones con una di­
versidad biológica extraordinaria, pues en
su territorio habita una de cada 10 especies
de plantas y animales conocidas, por lo que
se le considera un país megadiverso. En rea­
lidad, ocupa el tercer lugar en biodiversi­
dad, después de Indonesia y Brasil. Además,
ocupa el primer lugar en reptiles y anfibios
con más de 1 100 especies, el tercero en ma­
míferos (529 especies), el cuarto en plantas
vasculares (22 000 especies) y el onceavo en
aves (1 050 especies).4 Otra característica so­
bresaliente de su diversidad biológica es el
elevado porcentaje de especies endémicas,
 Sin datos
1- 80

81 - 160

161 240

241 - 320

321 - 420

421 - 500

501 - 560

Países con mayor riqueza de especies de mamíferos

Sin datos
1 - 32
33 - 63
64 - 95
96 - 127
128 - 159
160 - 190
191 - 222

Pa'ses con mayor riqueza de especies endémicas de mamíferos

15
es decir, que son exclusivas del país. 5 Las es­
pecies endémicas incluyen 9% de las aves,
30% de los mamíferos, 50% de los reptiles
y 64% de los anfibios. Estos porcentajes son
menores de los que se observan en países in­
sulares como Filipinas, Madagascar y Austra­
lia, pero mayores que los de cualquier otro
país continental, con excepción de Brasil.
¿Por qué es tan diverso este país? La di­
versidad biológica de México es resultado
de una serie de factores complejos, como su
historia geológica, posición geográfica, he­
terogeneidad ambiental, topografía, clima
y tipos de vegetación. Estos factores se com­
binan para generar patrones de distribución
de especies interesantes. En general las sel­
vas húmedas tienen un mayor número .de
especies; en contraste, la mayor concentra­
ción de especies endémicas se localiza en los
bosques templados del Eje Neovolcánico y
las selvas secas del oeste de México.
Estas especies nos han acompañado
desde nuestro origen. ¿Cuáles nos acompa­
ñarán en el futuro? En estos tiempos difí­
ciles, el futuro de la diversidad biológica
depende enteramente de :os esfuerzos que
hagamos para protegerla. La historia ha­
brá de registrar si nuestra respuesta fue la
adecuada. Hoy más que nunca la naturale­
za necesita del hombre, y hoy más que nun­
ca la existencia del hombre depende de la
naturaleza.
Caracara (Polyborus lutosus).
TOMADO DE J.C GREENWAY, EXTlNcr ANO
VANISHING 81ROS O,: TH1:. WORLD, 1967
Pez sapo (Sanopus splendidus).
foro P CeRvANTE~
Tortuga del desierto
(Gopherus agaSSlzit).
FOTO: ¡: ECCAROI
 l.

1 - 22

23 - 45

46 - 67

68 - 90

91 - 112

113 - 135

136-158

Riqueza de especies de mamíferos

La mayor riqueza se encuentra en las regiones tropicales

húmedas del sureste de México (áreas de 1 x 1 grados).

1- 4

5 - ti

9 - 12

13 - 16

17 - 20

21 - 24

25 29

Riqueza de especies endémicas de mamíferos

La mayor riqueza se encuentra en las regiones tropicales secas del oeste

yen los bosques templados del centro de México (áreas de 1 x 1 grados).

 . . ~
L extznczon
En los últimos cuatro siglos más de 500 es­
pecies de vertebrados y cientos, probable­
mente miles, de invertebrados y plantas se
han extinguido. Estos datos, por sí mismos
elocuentes, son empequeñecidos por las es­
timaciones de las tasas de extinción actua­
les 6 A pesar de que debido a la complejidad
del problema no existen cálculos precisos,
ya que no conocemos siquiera el número
total de especies, se considera que miles de
especies, tal vez hasta 50 000, se extinguen
cada año. La lista aparentemente intermi­
nable y abrumadora, contiene representan­
tes de todos los grupos de seres vivientes y
de todos los confines de la Tierra, y se incre­
menta día con día.
La situación de la fauna y flora mexica­
nas es sumamente precaria, ya que alrede­
dor de 25% de todos los vertebrados del
país, es decir, cerca de 750 especies, se en­
cuentran en algún grado de riesgo de extin­
ción.7 Muchas de ellas, como la guacamaya
roja, de la que sobreviven menos de 300
ejemplares dispersos en la Selva Lacandona,
o la vaquita marina, con cerca de 500 indivi­
duos en las aguas pardas del Alto Golfo de
California, están críticamente amenazadas;
es decir, su extinción es inminente si no se
ponen en práctica, de inmediato, progra­
mas de recuperación intensivos.
A pesar de que las causas de las extin­
ciones son muy diversas, todas son produc­
to de un solo factor: la enorme magnitud
Población en México
Año
18
ESP el s
de la empresa humana. El impacto ambien­
tal de las actividades del ser humano en los
últimos siglos ha sido severo. Los proble­
mas ambientales globales como el calenta­
miento de la atmósfera, el adelgazamiento
de la capa de ozono, la contaminación, la
destrucción de bosques y selvas, la deserti­
ficación de enormes extensiones del plane­
ta y la pérdida de la diversidad biológica
son resultado del crecimiento explosivo de
.Ia población.
Éste fenómeno es muy reciente, prácti­
camente desconocido antes del siglo pasa­
do. Por increíble que parezca, la población
humana se incrementó, sólo en los últimos
25 años, en una cantidad similar a la suma
de todos los individuos de la especie huma­
na que han vivido desde su aparición hace
decenas de miles de añosa La población de
México no es una excepción y también ha
experimentado un rápido crecimiento du­
rante el siglo xx. Enormes extensiones del
país se encontraban despobladas cuando el
país celebró sus 100 años de independencia
y su población total era de cerca de 8 millo­
nes. Esto cambió dramáticamente en las si­
guientes décadas. En 1940 había ya 19.7 mi­
llones de mexicanos, número que aumentó
a 81 millones en 1990 y llegó a 100 millones
en 2000. Es decir, la población ha sufrido un
 ';1) n,:¡ • incremento de más de 1 000% desde prin­
Tiburón martillo
(Sphyrna lewinl). cipios del siglo xx y casi se duplicó desde
FOTO: P. CERVANTES
1970.
En el devenir del tiempo geológico¡ es
decir a lo largo de cientos de miles de millo­
nes de años, han existido extinciones natu­
rales, que se consideran extinciones norma­
les y se caracterizan por la desaparición de
unas pocas especies cada millón de años.
Ocasionalmente, esos periodos se han visto
alterados por graves crisis ambientales na­
turales, que han causado la extinción de mi­
les de especies en periodos relativamente
cortos, de pocos millones de años. Debido a
su magnitud se les ha llamado extinciones
masivas y han servido para marcar los lími­
tes de los periodos geológicos. Las más seve­
ras, como la del Cretácico, causaron la desa­
parición de alrededor de 95% de todas las
especies que habitaban la Tierra¡ incluyen­
do los famosos dinosaurios.
¿Por qué habrian de preocuparnos, en­
tonces, las extinciones actuales? Hay varias
razones. A pesar de que las extinciones han
sido parte de la historia de la vida en la Tie­
.. .....
e •
...
.. ..
-
••• ·4
...- ..-......
: . e •••
Extincton natural
Sobreexplotdciór1
Modificación del hábitat
Especies introducidas
Especies extintas de aves
20
rra, el problema de la crisis actual de extin­
ción debe preocuparnos básicamente por su
intensidad, ya que cientos de especies han
desaparecido en sólo dos siglos, y millones
más probablemente desaparecerán en este
siglo, en un periodo que equivale a menos
de 0.1 % del tiempo que tardaron las extin­
ciones masivas del Cretácico. 9
y así, poco a poco, los anales de los
tiempos se van llenando de las especies
perdidas para siempre, que incluyen a ha­
bitantes de otros confines del planeta co­
mo la vaca marina de Steller, el alea gi­
gante, el dado y el pato del Labrador, y
habitantes del territorio mexicano como la
paloma pasajera, la foca monje del Caribe¡
el oso gris, el carpintero imperial, el caraca­
ra de Guadalupe, la rata canguro de San
Quintín y el pez cachorrito del Bolsón de la
Sandía. ¿Cuántas más se habrán perdido
sin ser siquiera conocidas? ¿Cuántas más
habrán de perderse en las siguientes déca­
das? En la mayoría de los casos su extinción
pasó inadvertida¡ como si no fueran impor­
tantes por el simple hecho de que estuvie­
-~
./
e
e.
ron vivas, sin un obituario siquiera, por lo
que sólo han quedado registradas en gave­
tas de museos, libros científicos y crónicas
antiguas.
Hasta hace pocas décadas la mayoría de
las extinciones habían ocurrido en islas y
mares. Sin embargo, el problema actual es
generalizado, y se considera que el mayor
número de extinciones están ocurriendo en
las selvas tropicales, ya que a pesar de que
ocupan alrededor de 7% de la superficie de
las tierras emergidas, mantienen cerca de
70% de todas las especies. Las causas de las
extinciones se pueden dividir en directas e
indirectas. lO Las primeras son actividades en­
caminadas a la explotación de una especie,
por ejemplo por su piel, como en el caso de
la nutria marina, o en su control porque es
considerada una amenaza, como en el caso
del lobo. Los factores indirectos incluyen la
introd ucción de especies exóticas, la des­
trucción del hábitat y la contaminación, en­
tre otros. El efecto de estos factores en las
especies deriva de los impactos negativos
que causan en el ambiente.
.~.
Causas indeterminadas
Extinción natural
Sobreexplotación
• Modificación del hilb, al
• Especies introduCIdas
Especies extintas de mamíferos
Hasta mediados del siglo xx la mayoría
de las extinciones habían sido causadas ya
sea por la cacería indiscriminada, un factor
directo, o por la introducción de especies
exóticas, es decir, que no son nativas dellu­
gar, un factor indirecto. Sin embargo, en las
últimas décadas la destrucción y modifica­
ción de los ambientes naturales pasó a ser
la causa principal, aunque otros factores
son, evidentemente, determinantes de la
extinción de algunas especies. En México
los factores directos fueron la causa princi­ , I
Población humana
pal de la desaparición de especies como el • 6 000 millonel
oso gris, la foca monje y el lobo. Por otro la­
do, los factores indirectos fueron la causa
principal de la extinción de las especies de
aves y roedores insulares.
Extinciones
(desde 1650)
mamíferos
aves
Número de
extinCiones
año 1700 1800 1900 2000
 Cóndor de California
(Gymnogyps californianus).
Foto: N S""o..

Para los interesados, esas especies
son ahora un doloroso recuerdo de
mejores tiempos, conocidas por
alguna crónica como la siguiente:
"En el horizonte los últimos
rayos del sol luchaban contra la
noche. La vasta Sierra de San Pedro
Mártir. con sus profundos cañones e
impresionantes montañas, estaba,
literalmente, vacía. Poco a poco se
babía ido quedando solo en este
inmenso universo. Muchos días y
muchas noches habían pasado desde
que la hembra con la que compartía
su mundo desapareció una mañana
de invierno.
"Ese día se había dejado llevar
por las corrientes de aire hasta el
mar y después voló a L1n enorme
árbol seco, donde pasó un largo
rato. Se limpió minuciosamente las
pI Limas del pecho y de sus enormes
alas. Al atardecer, se preparó para
emprender el vuelo. Entonces, un
poderoso estruendo cimbró su
mundo y modificó la historia.
Pedazos de piel, plumas y sangre se
parcieron a su alrededor. Esa noche
oscura, muy oscura, sucumbió,
lentamente, a sus heridas. o lo
sabía, pero era el último cóndor de
California (Gymnogyps calijórnianus)
de México".'1

El último eón or


A especies extintas
Los largos y angostos pasillos con gavetas a
ambos lados me recuerdan los laberintos de
los sueños de mi infancia -relata Gerardo
Ceballos-. El olor a naftalina -en realidad
toda la experiencia- se me impregna en la
memoria. Recorremos varias secciones de
este imaginario laberinto hasta llegar a la
colección de aves de la Academia de Cien­
cias de California, museo asentado en el co­
razón del Golden Gate Park y rodeado de
un verdadero bosque urbano en San Fran­
cisco. He venido hasta aquí en busca del car­
pintero imperial y otras aves mexicanas ex­
tintas. Mi anfitrión y amigo, el ahora finado
Luis Baptista, me acompaña hasta los ana­
queles anhelados. Guardadas bajo llave, con
el rótulo de "Aves extintas" advierte su im­
portancia. Allí, inermes, extremadamente
bien cuidados, yacen ejemplares del carpin­
,
M XCO
tero imperial, la paloma pasajera, el peri­
quito de Carolina y el petrel de Guadalupe,
últimos ejemplares de su ya hace tiempo de­
saparecida especie. En ese momento recuer­
do con claridad las palabras de William Bee­
be, un famoso conservacionista inglés, que
dijo: "Cuando una especie muere, un mun­
do termina". Un mundo termina en verdad.
Levanto con cuidado un carpintero im­
perial, especie que sólo habitaba en México,
al que el famoso antropólogo Carl Lumholtz
describió así: "Mide dos pies esta espléndida
ave; su plumaje es blanco y negro, y el ma­
cho ostenta en la cabeza un penacho rojo,
especialmente brillante cuando se destaca
su color sobre la nieve ... ".12 Era el carpinte­
ro más grande del mundo. A principios del
siglo xx era una especie relativamente co­
mún que habitaba en los viejos bosques de
pinos a lo largo de la Sierra Madre Occiden­
tal/ desde Sonora hasta Michoacán. En
1896, el natu ra lista america no Edward l\lel­
son estimó que una sola pareja ocupaba un
enorme territorio de 14 ki lómetros cuad ra­
das, es decir, de 1 400 hectáreas. 13 La cacería
indiscriminada y la tala de los bosques afec­
taron severamente sus poblaciones. A me­
diados del mismo siglo se le consideraba
una especie muy rara. Los últimos registros
confirmados fueron hechos en 1958 en Du­
rango por el ornitólogo James 1. Tanner. 14
Al igual que el carpintero imperial, por
lo menos otras 43 especies de vertebrados
como el oso gris, el lobo, la nutria marina, el
caracara de Guadalupe, el cóndor de Cali­
fornia, la paloma pasajera y la sardinita del
río Salado han desaparecido durante el si­
glo xx (véase cuadro). Nadie sabe cuántas
especies más de plantas o invertebrados se
han perdido, sin quedar registrados, siquie­
ra/ en una crónica científica.
Imagen del carpintero imperial
(Campephilus Imperialis) tomada por
Carl Lumholtz entre 1887 y 1905. 23
 Especies de vertebrados extintos en el último siglo en Méxic0 15

GRUPO CAUSAS
Nombre común (Especie) so DH lE OT

PECES (Número de especies = 22)

Esturión (Scaphirhynchus platorynchus) x
Pescado blanco de Cuitzeo (Chirostoma copressum) X
Sardinita de Durango (Notropis aulidion) X X
Sardinita (Notropis orca) X X
Sardinita de Salado (Notropis saladonis) X
Cachorrito del Potosí (Cyprinodon alvarezi) X X
Cachorrito de Presa (Cyprinodon ceciliae) X
Cachorrito de la Trinidad (Cyprinodon inmemoriam) X
Cachorrito de Parras (Cyprinodon latifasciatus) X
Cachorrito de Charco Palmar (Cyprinodon longidorsalis) X
Cachorrito enano de Potosi (Megupsilon aporus) X X
Sardinita de Parras (Stypodon sygnifer) X
Sardina de Parras (Characodon garmani) X
Guayacón ojiazul (Priapella bonita) X X
Charalito (Evarra tlahuacensis) X
Charalito (Evarra engelmanni) X
Charalito (Evarra bustamante) X
Tiro (Skiffia francesae) e X
Charalote (Ptychocheilus lucius) X
Matalote jorobado (Xyrauchen texanus) X
Tiro manchado (AI/otoca maculata) X
e Picote (Zoogoneticus tequila) X X

so = sobreexplotación ycaceria. • identifica a las especies endémICas de México.

DH = destrucción y modificación del hábitat. • indica que la especie sólo sobrevive en cautiverio.

24 lE = introducción de especies exóticas; OT = otras causas. indica que la especie sobrevive en otros paises.
GRUPO CAUSAS
Nombre común (Especie) SO DH lE OT

AVES (Número de especies = 11)

• Carpintero imperial (Campephilus imperialis) X X
Periquito de Carolina (Conuropsis carolinensis) X
Paloma pasajera (Ectopistes migratorius) X X
Grulla gritona (Grus americana) X X
Cisne trompetero (Cygnus buccinator) X X
Cóndor de Cal'ifornia (Gymnogyps californianus) • X X X
Chorlito esquimal (Numenius borealis) X
• Paíño de Guadalupe (Oceanodroma macrodactyla) X
• Caracara de Guadalupe (Polyborus lutosus) X
Zanate del Lerma (Quiscalus palustris) X
;>aloma de Socorro (Zenaida graysont) X

MAMíFEROS (Número de especies = 11)

Lobo mexicano (Canis lupus bailey¡) X
Dso gris (Ursus arctos) X
Nutria marina (Enhydra lutris) X
Foca monje (Monachus tropicaJis) X
Rata canguro de San Quintín (Dipodomys gravipes) X
Rata de Isla Todos Santos (Neotoma anthony) X
Rata de Isla Coronado (Neotoma bunkeri) X
Rata de Isla San Martín (Neotoma martinensis) X
Rata de Islas Marías (Oryzomys nelsont) X
Ratón de San Pedro Nolasco (Peromyscus pembertont) X
Ratón de Isla Ángel de la Guarda (Peromyscus guardia) X
2
 l3áglna 24'

Cenzontle de Socorro

El grupo de las aves ha sufrido la extinción
(Mimodes graysoni). o desaparición de 11 especies en México,
FOTO: L. JOST
que sucumbieron ante la introducción de es­
Nutria marina pecies exóticas, sobre todo de gatos y ca­
(Enhydra /utris).
FOTO: G. CEBALLOS bras, la cacería, la destrucción del hábitat, el
16
P.lglna 25: tráfico de especies y la contaminación. Es
Lobo mexicano
(Canis lupus baileyi). probable que estas extinciones hayan sido
F.
FOTO: ECCARDI
causadas por la interacción de dos o más fac­
Bisonte tores. De algunas especies como el zanate
(Bison bison).
FOTO: P. ROBLES GIL del Lerma (Quiscalus palustris) es muy poco
lo que conocemos. Descrita por los científi­
cos en 1893, esta ave de cuerpo oscuro, simi­
lar al zanate común, habitaba exclusivamen­
te las entonces extensas ciénagas donde
nace el río Lerma, en los alrededores de AI­
malaya del Río, en el Estado de México. Su
distribución tan restringida era un indicador
de su extremada vulnerabilidad, que la hi­
cieron propensa a desaparecer por acciden­
tes naturales o a causa de actividades huma­
misterio, ya que a pesar de que se atribuye a
la destrucción de su hábitat no existe infor­
mación convincente al respecto, sobre todo
porque otras aves endémicas de las ciénagas
como la mascarita (Geothypis speciosa) han
logrado persistir hasta nuestros días.
En contraste, la paloma pasajera (Ecto­
pistes migratorius) fue, tal vez, el ave más
abundante de la Tierra. Se calcula que a la
llegada de los colonizadores europeos al
continente había entre 3 y 5 mil millones de
palomas. Los relatos de su abundancia reba­
san la imaginación. "En la pri:Tlavera de
1749 llegó del norte una increíb¡e multitud
de esas palomas Oo. Su número, mientras vo­
laban, se extendía 3 o 4 millas inglesas en
longitud, y más de una milla de ancho, y vo­
laban tan juntas que el cielo y el sol se oscu­
recían, y la luz del día se veía sensiblemente
menguada por sus sombras"; así relata Perh

Aes
nas. Los últimos registros fueron hechos en
el invierno de 1910. Su desaparición es un
Kalm, un inmigrante inglés en 1759 su en­
cuentro con una de esas parvadas. 17

26

El famoso pintor y naturalista John J.
Audubon observó otra parvada en 1813 que
tardó tres días en pasar, y su colega Alexan­
der Wilson observó una más que estimó en
dos mil millones de aves. Tal era su abundan­
18
cia. En la primavera formaban enormes co­
lonias de anidación en los estados cercanos a
los Grandes Lagos y el este de Estados Uni­
dos. La nidada más grande reportada, que
cubría un territorio de 2 200 km 2 y contaba
con un mínimo de 135 millones de adultos,
se estableció en Wisconsin ... y así, en su ci­
clo anual, el otoño e invierno forzaban a las
parvadas a dispersarse hacia el sur de Esta­
dos Unidos y norte de México en busca de
climas menos severos y alimento. En los in­
viernos más crudos, como los de 1874 y 1875,
en los cuales escaseaba el alimento, se les lle­
19
gó a encontrar hasta en el Valle de México.
La vastedad de sus números, sus hábitos
de formar enormes parvadas y anidar en
grandes grupos, y su dependencia de bos­
De
ques extensos para alimentarse, llevó rápi­ Izqull;1'fdd ¡Jo d,t."ft'<Il.1
Zanate del Lerma
damente a la especie a la extinción. Las cró­ (Quisca/us pa/ustris),
extinto en 1910.
nicas de las matanzas son increíbles. En la Foro: A. ESPINOSA Df: LO~ MomEROS
época de reproducción decenas de vagones Paloma pasajera
(Ectopistes migratorius),
de tren se mandaban a los mercados del es­ extinta en 1914.
te de Estados Unidos repletos de palomas FOTO: G. CEBAllOS
saladas o ahumadas. Un escopetazo podía Caracara de Guadalupe
(Polyborus /utosus),
derribar hasta 30 o 35 palomas, yen una so­ extinto en 1911.
foro: O. MOCTf.ZUMA
la trampa se llegaron a capturar 1 300 ejem­
plares. La matanza, aunada a la destrucción Paíño de Guadalupe
(Oceanodroma
de los bosques que les proporcionaban ali­ macrodactyla), extínto
en 1911.
mento, fueron demasiado para la especie. A FoTO: J. JEHl
finales del siglo XIX las grandes parvadas
eran ya un recuerdo y a principios del siglo
xx sólo una leyenda. lVIartha, la última palo­
ma pasajera, murió en cautiverio en el zoo­
lógico de Cincinatti en 1914.
La historia de los chorlitos esquimales
(Numenius borealis) es similar a la de la pa­
loma pasajera. 20 Millones de chorlitos em­
prendían una larguísima migración desde
las húmedas planicies del Ártico hasta las
27
 pampas de la Patagonia en Argentina. A los
colonos de Estados Unidos, las enormes par­
vadas les recordaban a las de las palomas
pasajeras, por lo que les llamaron palomas
de las praderas. Eran tan abundantes que
parecía que nunca se habrían de acabar, a
pesar de las increíbles matanzas. Su declive
no fue evidente sino hasta 1870, cuando sú­
bitamente dejaron de aparecer. "Eran tan
confiados ... que eran fácil presa de sus ver­
dugos; y nadie levantó ni un dedo en su de­
fensa hasta que ya era demasiado tarde" co­
menta el naturalista Fred Bodsworth. El
último chorlito fue avistado entre una parva­
da de otras aves migratorias en las costas de
Texas una fría mañana a principios de la dé­
cada de 1980.
Otro ejemplo triste de la acción delibe­
rada del ser humano para destruir una espe­
cie es el del caracara de la isla de Guadalu­
pe (Poliborus lutosus), que era una rapaz
21
endémica de esa isla. Esta especie, que los
locales llamaban quelele, fue descubierta
en 1875 por Edward Palmer, quien las des­
cribió como aves muy ingenuas y sin temor
al hombre. En esa expedición encontró que
eran abundantes en la isla y colectó 25
ejemplares. Sin embargo, las consideraban
como feroces depredadores de pollos y ca­
bras. Palmer escribió que "estas aves son
Cuando una especie muere,
un mundo termina.
28
crueles en extremo, y la tortura que infligen
en sus indefensas presas es dolorosa de ob­
servar" ... En pocos años su población fue
diezmada por la persecución incesante. En
1889 eran muy raras y se encontraban en
grave riesgo de extinción; ese año Palmer
no encontró ningún ejemplar. En 1900 los
últimos once caraca ras de los que se tiene
conocimiento fueron cazados por Rollo
Beck, un colector de aves profesional, y
mandados a la colección privada de lord
Rothschild en Inglaterra.
En la misma isla otra especie, el paíño
de Guadalupe (Oceanodroma macrodacty­
la), sucumbió de manera indirecta por las
actividades del hombre. Descubierta tam­
bién por Palmer en la expedición de 1875,
este pequeño paíño sólo anidaba en Guada­
lupe entre marzo y mayo de cada año. 22 Su
costumbre de anidar en hoyos en el suelo lo
hacía extremadamente vulnerable a depre­
dadores terrestres, que no existían en la isla
antes de que los pescadores introdujeran
gatos a mediados del siglo XIX. En pocas dé­
cadas fue depredada hasta la extinción por
los gatos y ratas introducidos. Los últimos
registros fueron hechos en 1911, el mismo
año en el que se extinguió el caracara ele la
isla. Su epitafio fue escrito por A.w. Anthony,
un ornitólogo que visitó Guadalupe en 1922.
William Beebe, conservacionista inglés
"Hace algunos años había una colonia de
tamaño considerable en el risco con bos­
ques de pinos de la parte norte de la isla ...
en junio de este año ese mismo risco fue ex­
plorado pero se encontraron pocos indicios
que indicaran la ocupación de la zona de
anidación. Había algunas madrigueras pero
eran aparentemente muy viejas" 23
Otras especies como el periquito de Ca­
rolina (Conuropsis carolinensis), el cisne
trompetero (Cygnus buccinator) y la grulla
gritona (Grus americana), tenían distribucio­
nes marginales en el norte de México, por lo
que al reducirse o perderse las poblaciones
en Canadá y Estados Unidos desaparecieron
del país también. La desaparición de estas
especies fue causada principalmente por la Gorrión serrano
(Xenospiza baileyi).
cacería, aunque la destrucción de sus sitios FOTO: A. OLIVERA DE ITA
de reproducción y anidamiento desempeñó Chara pinta sinaloense
también un papel importante. A pesar de (Cyanocorax dickeyi).
FOTO: P. R08lf.S Gil
que el cisne trompetero y la grulla gritona
desaparecieron de México, todavía persisten
en Canadá y Estados Unidos. Los periquitos
de Carolina fueron extremadamente abun­
dantes en el este de Estados Unidos. En Mé­
xico era una especie poco común, de la que
se conocen relatos en la frontera entre Texas
y Tamaulipas, cerca de Brownsville. A princi­
pios del siglo xx sus poblaciones en estado
silvestre ya habían desaparecido y sólo so­
brevivía en cautiverio. El último ejemplar
murió en 1918. 24
29
 El efecto de la cacería indiscriminada, ya
sea por considerar a una especie como un
abominable depredador o una presa impor­
tante por alguna cualidad de su piel o su
carne llevó a la extinción al lobo ((anís lu­
pus), alosa gris (Ursus arctas), a la nutria
marina (Enhydra lutrís) ya la foca monje del
Caribe (Monachus tropícalís), y es una de las
principales amenazas para especies como el
oso negro, el jaguar y el berrendo.
El oso gris, también conocido como oso
plateado, es el carnívoro de mayor tamaño
de l\Jorteamérica, ya que llega a pesar hasta
270 kilogramos. Las poblaciones del suroes­
te de Estados Unidos fueron exterminadas
antes de 1959, por lo que las que habitaban
en la Sierra Madre Occidental en México
fueron el últímo reducto de la especie en el
25
límite sur de su distribución continental.
Ma íferos
Distribución original y actual de
algunas especies de mamíferos
distribución distribución
onginal actual
Berrendo
J.
1, •
30
Actualmente sobrevive en Alaska, Canadá y
el norte de Estados Unidos. Su corpulencia
lo hacía un animal temido, ya que ocasio­
nalmente llegaba a atacar a los vaqueros y
exploradores, además de que mataba vacas
y otros animales domésticos, lo que provocó
que fuera exterminado.
La foca monje del Caribe fue muy abun­
dante en el Golfo de México y el Mar Cari­
be. Se distribuía desde las islas Bahamas
hasta la Península de Yucatán, en las costas
de Campeche, Yucatán y Quintana Roo.
Eran apreciadas por su aceite, piel y carne. A
principios del siglo xx muchas fueron elimi­
nadas ya que los pescadores las considera­
ban competencia por la pesca. Las últimas
fueron observadas en 1952. 26
Sin embargo, el mayor número de ma­
míferos extintos en México son pequeñas
Borrego cimarrón
¡;aq'110 0pl!l?\trl Uno de los últimos ejemplares de
Borrego Clmarrol') oso grIS (Ursus arctos), cazado en
(Ovis canaden5l5). Chihuahua en la década de 105
Foro· F. ECCAI,[)l cincuenta.
FOTO ANl';1NIMO

Charles Lindbergh con un

berrendo (Ant¡focapra
americana), que fue cazado en el
Valle de Colombia, Coahuila.
FOTO ,uJÓ"JlMO

Tapir (Tapirus balrdll).

Foro P ROBLES Gil

Oso negro Tapir

especies de roedores, que sucumbieron por
la introducción de especies exóticas, como
ratas y gatos, y la destrucción de su hábitat.
Todas, con excepción de la rata canguro de
San Quintín (Dipodomys gravipes), habita­
ban en islas. Esta especie era endémica de
los matorrales áridos del Valle de San Quin­
tín en Baja California, una estrecha franja
entre la sierra y el mar, que sufrió un inten­
so desarrollo agrícola en la década de 1960
que destruyó casi totalmente la vegetación
natural. El último registro de esta rata can­
guro es de 1990.21
En contraste, los roedores insulares desa­
parecieron por los gatos y ratas introducidos,
que actuaron como depredadores o los des­
plazaron al consumir su alimento o por su
mayor agresividad. La rata arrocera de las Is­
las Marías (Oryzomys nelsoni) es conocida por
cuatro ejemplares colectados en 1897, y
del ratón de San Pedro Nolasco (Peromyscus
pembertoni) se conocen 8 ejemplares co­
lectados en 1931. Casos similares son los de la
rata de Todos Santos (Neotoma anthony),
la de Coronado (Neotoma bunkeTl) y la de
San Martín (Neotoma martinensis), que se
conocen de escasos ejemplares. 28
El caso más sorprendente de la desapa­
rición de una especie insular es el ratón (Pe­
romyscus guardia) de las islas Ángel de la
Guarda, l\I1ejía, Granito y Estanque en el Gol­
fo de California. Poco a poco fue desapare­
ciendo de esas islas a partir de la década de
1970. En 1995 se descubrió una población
de tamaño considerable en Estanque, un
pequeño islote cercano a Ángel de la Guar­
da. Un par de años después ya no se encon­
tró ningún individuo, pero había un gato
doméstico, que aparentemente acabó con
la población. Poco a poco fueron extermi­
nados, hasta que una noche clara, en el ve­
rano de 1997, el gato eliminó al último
ejemplar de esa subespecie agonizante, has­
ta hoy no descrita para la ciencia. 29
Alntld .:qUl€fda·
Último ejemplar conocido Último ejemplar conocido
de la rata canguro de del ratón de Ángel de la
San Quintin Guarda
(Dipodomys gravipes), (Peromyscus guardia),
capturado cerca de capturado en 1995.
El Rosario, Baja California. FOTO G Ú.flALlOS
FOTO' LL BESl
Analo
Teporingo
(Romerolagu5 diazi).
FOTO P CERVANTES
Una de las mayores tragedias, a la que se le
ha llamado la crisis silenciosa por pasar prác­
ticamente inadvertida incluso para los ex­
pertos, es la extinción de peces, una de las
30
de mayor magnitud. El caso de los peces de
lonas áridas es muy interes nte, ya que las
condiciones de aislamiento a las que h n es­
tado sometidos han causado que un número
notable de manantiales tengan especies en­
démicas, de distribuciones muy restringidas.
Un ejemplo de la vulnerabilidad de los peces
de distribución restringida lo constituye la
fauna del Bolsón de la Sandía en Nuevo
León. En esa región árida se descubrieron
varios peces endémicos de pequeños ma­
nan iales aislados, que se extinguieron po­
cos años después de su descubrimiento, co­
mo Cyprinodon longidorsalis, descubierta en
1984 Yextinta en 1994, C. inmemoriam, des­ Cachornto
(Megupsilon aporus)
cubierta en 1984 y extinta en 1986, y C. ceci­
El cachorrlto de la palma
liae, descubierta en 1984 y extinta en 1990,31 (Cypnnodon longldorsalis),
fue descrito en 1993 Está
En el centro de Mé ico la destrucción y extinto en eSTado silvestre
contaminación de los ríos y lagunas ha cau­ y solo sobrevive en
acuarios.
sado la extinción o amenaza de extinción de TO~_ e AGUll! KA
muchas especies. La reducción del caudal y
la contaminación del río Lerma y sus afluen­
tes, del lago de Cuitzeo, del lago de Chapa­
la, y de miles de arroyos y manantiales ha
causado la extinción de especies como los
charales (Evarra spp.) que eran abundantes
y del tiro manchado (Allotoca maculata). Al­
gunas han sobrevivido en acuarios como
Zoogoneticus tequila, descrita científica­
mente en 1996, lo que permite abrigar la es­
peranza de que puedan reestablecerse en
estado natural en el futuro. 32
eces

 · ~
conservaClon E A
A finales del siglo xx la degradación de los
recursos naturales pasó a ser uno de los pro­
blemas fundamentales del país, y es una de
las causas de la severa crisis política, social y
económica. El manejo adecuado de los re­
cursos naturales y la conservación de la di­
versidad biológica deben ser actividades
prioritarias para todos los sectores de la so­
ciedad, ya que de eso depende el bienestar
y futuro de los mexicanos.
La clasificación de las especies en riesgo
de extinción tiene como objetivo priorizar
su conservación, con el fin de destinar ma­
yor atención y recursos a las especies con
mayores problemas. En México se conside­
ran tres categorías de riesgo que son, en or­
den de prioridad, las especies en peligro, las
amenazadas y las de protección especial]3
Las primeras son las que tienen áreas de
distribución o tamaño poblacional que han
disminuido drásticamente, poniendo en ries­
go su viabilidad biológica. Las amenazadas
son aquellas que podrían llegar a encon­
trarse en peligro de extinción si sigue el
deterioro de su hábitat o la disminución de
sus poblaciones. Finalmente las sujetas a pro­
ES ECIES
tección especial son las que tienen poblacio­
nes reducidas o una distribución geográfica
restringida.
El clasificar una especie como en "riesgo
de extinción" representa una gran responsa­
bilidad, ya que implica que debe ser una
prioridad en materia de conservación y ma­
nejo. En los casos de especies críticamente
amenazadas, en las que sólo quedan dece­
nas o algunos cientos de individuos, los es­
fuerzos deben enfocarse a determinar las
amenazas específicas y maneras de revertir
sus efectos negativos. En otros casos, las es­
trategias de conservación y manejo deben
contemplar usos sustentables de las especies,
como el ecoturismo. Un ejemplo contunden­
te de que el manejo correcto de una especie
en peligro puede favorecer su conservación
es el borrego cimarrón.3~ Los incentivos eco­
nómicos asociados a la cacería deportiva han
permitido que se le proteja en ejidos y pro­
piedades privadas, por lo que la especie ha
mostrado una franca recuperación.
La extinción de especies tiene profun­
das implicaciones biológicas, culturales y
económicas. 35 La importancia de la conser­
vació n de la diversidad biológica sólo se
puede apreciar en su correcta magnitud si
se analiza el papel que desempeña tal diver­
sidad en los sistemas naturales y en los ser­
vicios que presta al ser humano, que son el
sustento de la vida. La diversidad biológica
es la base de la estructura y función de la
naturaleza, donde cada especie es como un
engrane -unos mayores, otros menores­
en una complejísima trama de relaciones
entre especies y su medio físico y biológico.
La desaparición progresiva de especies, es
decir de los engranes, primero debilita y des­
pués impide el funcionamiento correcto de
los sistemas biológicos naturales.
En condiciones normales el ser humano
recibe una enorme variedad de beneficios,
llamados servicios ambientales, como re­
36
sultado de la funciones de los ecosistemas.
La larga lista de servicios ambientales inclu­
ye el mantenimiento de la composición ga­
seosa de la atmósfera; el control del ciclo
hidrológico que provee el agua dulce; la
provisión de productos derivados para agri­
cultura, alimentación, materiales, medicinas
y procesos industriales; la purificación del
agua y el aire; la mitigación de inundacio­
nes y sequías; la detoxificación y descompo­
sición de desechos; la generación y renova­
ción del suelo y su fertilidad; la polinización
de cultivos y de la vegetación natural; el
control de la mayoría de las plagas poten­
ciales de cultivos; la dispersión de semillas;
la translocación de nutrientes; la protección
de los rayos ultravioleta del Sol y la estabIli­
zación del clima.
Es evidente que existen muchas razones
para conservar la diversidad biológica, desde
filosóficas, religiosas y éticas, hasta pragmá­
ticas. Sin embargo, el reto de la conservación
requiere un cambio profundo en la manera
de concebir la relación del ser humano con
la naturaleza. Hace más de tres décadas el
célebre naturalista A.S. Leopold resumió elo­
cuentemente este grave problema de la si­
guiente manera: "México se enfrenta a un
enorme y difícil problema en la conservación
de sus recursos. Ninguna medida paliativa
los solucionará. Se requiere un esfuerzo na­
cional ... La conservación de la fauna silves­
tre es imposible sin la atención de otros re­
cursos -los suelos, los bosques yaguas ... ".37
 '­

, i
'··ti
'.."/~
:,id.. i
" ~-.
·4
~i.·

llosque de coniferas y encinos

Bosque espinoso
Bosque mesófilo de montaña
Bosque tropical caducifolio
Bosque tropical perennifolio
Bosque tropical subcaducifolio
IVlatorral xerófilo
Pastizal
Vegetación acuatica y subacuática
Cuerpos de agua
Uso agricola y ganadero

Vegetación potencial de México

El mapa de la vegetación original de México fue sintetizado en 1978

por el doctor Jerzy Rzedowski, el mayor experto en vegetación del

país, y se basa en décadas de investigación y trabajo intenso de campo.

Esta síntesis, que se hizo en una época en la que no se tenían las

facilidades actuales, ha sido una base fundamental para apreciar el

impacto que han sufrido estos ecosistemas como producto de las

actividades humanas.

El mapa de la vegetación actual, que aparece en las páginas

siguientes, fue construido en 1996 por la Conabio y el Instituto de

Geografía de la UNAM con datos que transmite el sensor AVHRR de los

saté lites NOAAlU5A.

Páqllti! QPUlI'sttl:
36 FOTOS: F. ECCARDI
México tiene más de 11 000 kilómetros de litorales bañados por dos océanos, ca­
da uno con topografía submarina, patrón de corrientes, temperatura, salinidad,
flora y fauna distintas.'
De manera similar a lo que ocurre en la porción continental, en los mares me­
xicanos confluyen grupos de organismos de regiones tanto templadas como tropi­
cales, con dominancia de estos últimos. Además, todos los años algunas especies
que viven en aguas frías, como las ballenas, llegan a reproducirse a las costas mexi­
canas, donde encuentran aguas más cálidas.
En general, los mares y oceános del mundo han sufrido impactos severos por las
actividades del hombre. 2 Las vastas riquezas naturales, que hasta hace pocos años
parecían ilimitadas, con grandes pesquerías y concentraciones de ballenas, lobos
marinos y otras especies, han llegado al límite de su explotación yen muchas regio­
nes ;e han colapsado. Aunado a esto, problemas ambientales globales, como la
contaminación y el calentamiento de la atmósfera, están provocando cambios ne­
gativos en los ecosistemas marinos de consecuencias tal vez irreversibles.
Por otra parte y puesto que se trata de ambientes espacialmente limitados, las
islas son extremadamente frágiles ante la introducción de plantas y animales de
otra~; regiones, que pueden competir, hasta llevarlos a la extinción, con los organis­

mos nativos. 3 Algunos animales introducidos en ellas, principalmente ratas y gatos,

han causado la extinción de 224 especies o subespecies de anfibios, reptiles, aves y
mamíferos en todo el mundo durante los últimos 400 años.
En los mares mexicanos hay 216 islas de diferentes edades y orígenes, así como
una enorme cantidad de islotes, rocas, cayos y arrecifes. Por su aislamiento, en es­
tos ambientes han evolucionado plantas y animales que, a veces, no se encuentran
en nin~~ún otro lugar del planeta, y que presentan características muy peculiares.
Las islas con mayor biodiversidad son las del Golfo de California, las Marías, las Re­
villagigedo y Cozumel; muchas de las especies de flora y fauna de estas islas son
endémicas, es decir que sólo habitan en ellas. 4

e A p í T u L o
 Entre la rka y peculiar biodiversidad de las islas de México también hay muchos
casos de especies extintas y amenazadas. La mayor amenaza para la flora y fauna
nativas ha sido la introducción de espe-cies exóticas, es decir, que no son originarias
de esas islas. La lista de especies introducidas es larga e incluye gatos, ratas, rato­
nes, cabras, conejos, burros y perros. Estos animales han causado la extinción de por
lo menos 29 especies de plantas y 12 de animales. Hay casos patéticos, como el de
la población del ratón de Ángel de la Guarda (Peromyscus guardia) de la isla Estan­
que, en el Golfo de California, que fue exterminada por un solo gato, o el de 29 es­
pecies de plantas de la isla Guadalupe, en el Pacifico, que sucumbieron ante la vo­
racidad de las cabras. 5
Muchas especies más están amenazadas en las islas mexicanas. Las cabras han
causado también graves daños a la vegetación en islas como Socorro, Espíritu Santo,
San Marcos y San José. En Isla Rasa, la rata negra y el ratón casero, introducidos ha­
ce más de un siglo durante la época de la extracción de guano, eliminaron la colo­
nia de anidación del mérgulo de Craveri (Synthliboramphus craver;). E fa isla San
Pedro Mártir las ratas consumen los huevos de los pelícanos pardos e impiden que
el murciélago pescador (Myotis vivesí), endémico del Golfo de California, ocupe las
innumerables oq edades del piso rocoso que anteriormente habitaba. Los gatos
domésticos, abandonados generalmente por los pescadores, se comieron hasta la
última rata (Neotoma bunkeri) endémica de la isla Coronado.
Pag,ll'l .10
MérglJlo de Craveri El impacto de las actividades humanas es evidente en otras especies. La liebre
(Synthliboramphus craveri)
FOTO: F. EC(,lfHJI de Espíritu Santo (Lepus ¡nsutaris), endémica de esa isla localizada frente a La Paz,
~agrrr.l':¡ \. en Baja Califonia Sur, es muy característica ya que presenta una coloración oscura,
Las islas de Bahía de los
Ánge'es, en el Golfo de única en las liebres de Norteamérica. Esta liebre poco abundante es vulnerable a la
California.
FOTO: F. EC(¡\RDí introducción de cabras y a la cacería. Por fortuna, la isla ha sido recientemente de­

42
clarada reserva, lo que protegerá a la liebre y a otras especies endémicas de la isla,
como la ardilla terrestre (Ammospermophilus insularis).6
La vistosidad y peculiaridad de la fauna y flora de las islas, especialmente de los
reptiles y cactos, ha propiciado el aumento del tráfico ilegal de ejemplares, que re­
ditúa ganancias considerables y afecta severamente a las poblaciones. El chuckwalla
(Sauromalus varius) vive exclusivamente en la isla San Esteban, en el Golfo de Cali­
fornia y, con más de 60 cm de largo es el saurio más grande de Norteamérica fuera
de los trópicos. De naturaleza pacífica, se alimenta exclusivamente de vegetales.
Debido a la popularidad que ha adquirido en los últimos años en el mercado de
mascotas de Estados Unidos y Europa, por su baja tasa reproductiva y or el hecho
de que se estima existan unos 4 500 individuos, el chuckwalla está considerado una
especie amenazada.
La cascabel de la isla Catalina (Crotalus catalinensis) es la única serpiente de cas­
cabel ... que no tiene el cascabel. Por lo general, cada vez que una de estas serpien­
Pagina QPtlesT~
tes muda su piel (cuya perio iadad es extremadamente variable) agrega un nuevo El chuckwalla de San Esteban
(Sauroma/us varius) es un
segmento al cascabel. En la serpiente de la isla Catalina la base del cascabel, llamada ejemplo del gigantismo que
alcanzan alguno, reptiles
botón, ha degenerado, por lo cual en cada muda el nuevo segmento que se forma, insulares.
FOTO: F. ECCARDJ

simplemente se cae. Se piensa que la pérdi a del cascabel puede ser una adaptación
la liebre de Espíritu Santo
evolutiva de esta serpiente para poder cazar aves en árboles y arbustos, en donde se (Lepus insularis) es única en
el mundo por su color casi
mueve con asombrosa agilidad, ya que un cascabel bien desarrollqdo alertaría a negro, similar al sust:ato de
la isla.
FOTO: G_ Cf:I!AtlOS
las aves. A diferenci de todas las otras serpientes de cascabel, la de esta isla atra­
pa a sus presas, una adaptación del comportamiento asociada a la dificultad de ras­
trear un ave después de haberla mordido. Debido a que esta especie sólo existe en La cascabel de Catalina
(Crota/us catalinensis) es la
una isla, su cacería incontrolada para el mercado de coleccionistas privados y la posi­ única serpiente de ese grupo
que no tiene cascabel.
ble introducción de gatos puede llevarla a un estado crítico y hasta a la extinción. FOTO~ G. CEIJAllOS
En México el caso de la isla Guadalupe es
un ejemplo claro del efecto combinado que
han tenido diferentes actividades del hom­
bre en el deterioro ambiental y la extinción
de especies. Esta remota isla de origen vol­
cánico, de 35 kilómetros de largo y entre 6
y 10 de ancho, se localiza en el Océano Pa­
cífico a aproximadamente 250 kilómetros
de la Península de Baja California. Los pri­
meros natura listas llega ron a ella atra idos
por los relatos de los cazadores de ballenas
y nutrias marinas que rondaban sus aguas
desde principios del siglo XIX'?
La isla fue considerada un paraíso bioló­
gico por Edward Palmer, el primer naturalista
El caso de la Isla Guadalupe es un ejemplo
contundente del efecto combinado que han tenido
diferentes actividades del hombre en el deterioro
ambiental y la extinción de especies.
I la Gua alu e
que la visitó, en 1875, ya que en sus explora­
ciones se descubrieron y describieron científi­
camente por lo menos 30 especies de plantas
y 11 especies o subespecies de aves endémi­
cas. En las frías aguas del Océano Pacífico
que rodean la isla había una gran cantidad
de mamíferos marinos, que incluían varias
especies de ballenas y miles de individuos de
elefantes marinos (Mirounga angustirostris),
lobos finos de Guadalupe (Arctocephalus
townsend¡) y nutrias marinas (Enhydra lutris).
La abundancia de estos animales codiciados
por sus pieles y aceite fue atractivo irresistible
para barcos rusos y norteamericanos dedica­
dos a la explotación de esas especies.
45
 La cacería fue despiadada y práctica­
mente eliminó las poblaciones de las tres es­
pecies. Un solo barco ruso obtuvo 13 950
pieles de nutria marina en esas aguas en
1806. La magnitud de la explotación causó
el decremento de las poblaciones de nutria
en todo su rango de distribución, desde
Alaska hasta isla Guadalupe. Entre 1881 y
1890 se capturaron más de 47 000 en Alas­
ka, pero en 1910, cuando se prohibió su
captura, sólo se lograron capturar 10 nu­
trias. Por fortuna las poblaciones de Alaska,
de alrededor de 700 nutrias, y la de Monte­
rey, California, con menos de 100, salvaron
a la especie. Actualmente existen cerca de
46 2000 nutrias en California y en años recien­
tes ya se han avistado dos ejemplares en Mé­
xico, uno en Guadalupe y otro en Bahía Mag­
dalena, en la Península de Baja California.
El lobo fino era muy abundante a prin­
cipios del siglo XIX, y se distribuia a lo largo
de las costas del sur de California y Baja Ca­
lifornia, donde establecía sus colonias de re­
producción en alguna playa rocosa durante
el verano. El resto del año pasaba gran par­
te del tiempo en alta mar, en busca de ali­
mento. En 1806 un solo barco capturó 8 300
lobos finos en San Benito y 3 000 en Cabo
San Lucas. En pocas décadas desaparecieron
a lo largo de su área de distribución: en
1894 ya sólo se capturaron 15. La noticia de
su rareza llevó en mayo de 1892 a Charles H.
PJgtna '.<1 Piigllla opu,~ y aba¡o
El lobo fino de Guadalupe La foca común (Phoca v/tu/mal
(Arctocephafus townsend/) se es vulnerable a la extinción ya
recuperó gracias a la protección que tiene una distribución
estncta, aunque todavia está restringida.
amenazado.
FOTO: F GOIi'f' Cachorros de lobo marino
(Zafophus californianus);
PaCJlnJ 4~ aunque fueron perseguidos
Nutna marina por su grasa y su piel, la
(Enhydra futns) especie sobrevivió en números
FOTO G. CEBM.LOS considerables.
FOTOS G CEBAllOS

Townsend a hacer un viaje a Guadalupe pa­

ra verificar su existencia. Sólo logró ver sie­
te lobos finos, pero recogió en la playa los
cráneos que sirvieron para la descripción de
la especie en 1897. Poco después se le consi­
deró extinta, ya que no se avistaron ejem­
plares durante varios años. Una gran sor­
presa ocurrió cuando en 1926 unos pesca­
dores llevaron al zoológico de San Diego
dos ejemplares vivos, que habían capturado
en Guadalupe, pero poco después se volvió
a perder el rastro de la especie. Cuando ya
prácticamente se había perdido la esperan­
za de que hubiera sobrevivido, se encontra­
ron 14 ejemplares en Guadalupe, en 1954.
Esa población se ha recuperado consistente­ 47
--

mente y en la actualidad se le calcula en al­

rededor de 7 000 individuos.
La presencia de los barcos de cazadores
en las aguas de Guadalupe tuvo un impacto
indirecto severísimo en la flora y fauna de la
isla, por la introducción fortuita o intencio­
nal de cabras, perros, gatos, ratas y ratones,
que literalmente devoraron la vegetación y
los animales nativos. El crecimiento de la
población de cabras fue literalmente explo­
sivo: en 1956 se estimó que había más de
60 000. A principíos del siglo xx, por lo me­
nos 26 especies de plantas y dos de aves en­
démicas, el caracara (Polyborus lutosus) y el
paíño (Oceanodroma macrodactyla) se ha­
bían extinguido. Los extensos matorrales y
bosques de enebro (Cupressus guadalupen­
sis) endémico de la isla, y de encinos y pinos
han prácticamente desaparecido. Los últimos
individuos de varias de las plantas endémi­
cas de la isla han encontrado un precario re­
fugio en un par de islotes, que no tienen
cabras, localizados al norte de la isla. Con
objeto de restaurar las condiciones ambien­
tales originales, actualmente se está llevan­
do a cabo un proyecto de erradicación de la
fauna introducida, que promete tener éxito. 8

Elefantes marinOs
(Mlrounga angustirostris); cachorro
amamant¿lndose; dos juveniles
mostrando su fuerza y un macho
adulto de dos toneladas.
48 FOTOS' F ECCllIflDI
La abundancia de mamíferos marinos en las aguas
circundantes a Isla Guadalupe fue, en el siglo XIX,
un atractivo irresistible para las ernbarcaciones
rusas y americanas que los cazaban para obtener
sus pieles y aceites.
P.;glOit OpU¡;lSl~; Imagen de satélite de Isla
Se estima que la población del Socorro.
perico de Socorro FOTO NA5A1G5FGLARGJPL, MI5R T<A"
(Aratinga brevipes) es de
alrededor de 500 individuos.
~OTO A BOf'lETA
El caso de la isla Socorro es similar al de
Guadalupe, ya que las especies introducidas,
especialmente borregos, cerdos, gatos y co­
nejos, han impactado la fauna y flora nati­
vas,9 Afortunadamente, en Socorro las es­
pecies introducidas todavía no han acabado
con ninguna de las especies de aves endé­
micas de la isla, a pesar de que varias de ellas,
como la pardela de Revillagigedo (Puffinus
auricularis), el cenzontle (Mimodes graysoni)
y el perico (Aratinga brevipes) se encuentran
en riesgo severo. La pardela se llegó a consi­
derar extinta, hasta que fue redescubierta al
caer literalmente del cielo en las manos de
un marino un ejemplar, lo que llevó a descu­
brir después una colonia de anidación en las
laderas del monte Evermann, que es la ma­
yor elevación de la isla. Esta colonia, la única
que se conoce actualmente, se ve seriamen­
te amenazada por los gatos domésticos, ya
que las pardelas anidan en hoyos en el sue­
a o o o yC
I 51
lo, y por la destrucción del hábitat por cone­
jos y borregos introducidos,
En 1958 Bernardo Villa encontró que la
paloma endémica (Zenaida graysoni) era
abundante y extremadamente dócil y fue el
último científico en avistar ejemplares silves­
tres, Lo que ocurrió en los siguientes años es
un misterio que tal vez nunca se aclare. lO En­
tre 1978 y 1981 se hicieron intentos por en­
contrarla, y se comprobó que la isla había si­
do invadida por la paloma huilota común
(Zenaida macroura), una especie emparen­
tada muy abundante en el continente, Afor­
tunadamente, el interés de algunos avicul­
tores llevó a la captura de ejemplares élntes
de su extinción en la isla, que sobreviven en
aviarios de coleccionistas en Estados Unidos
y Alemania. Estos ejemplares son parte de
un ambicioso programa que contempla la
erradicación de las especies exóticas y la
reintroducción de la paloma.
lO
 La isla Cozumel, la mayor del Caribe mexica­
no, se caracteriza por sus aves y mamíferos
endémicos, que desde finales del siglo XIX
maravillaron a los naturalistas que la visita­
ron. Entre las especies endémicas se encuen­
tran un mapache (Procyon pygmaeus) y un
peq ueño ratón (Reithrodontomys spectabi­
lis). Las aves endémicas incluyen el cuitlaco­
che (Toxostoma guttatum) y la matraquita
(Troglodytes beani). Asentada en los atracti­
vos escenarios naturales del Caribe, la isla ha
sufrido un impacto relativamente fuerte por
el desarrollo urbano y turístico, que ha redu­
cido las poblaciones de la fauna, sobre todo
debido a la introducción de gatos y ratas. A
finales de la década de 1980, después de la
producción de una película, se liberaron
Paloma de Socorro unas boas traídas del continente que no exis­
(Zenaida graysonl).
FOTO: S. MENDELTON
tían en la isla. Su población aumentó rápida­
mente y su densidad ahora es más alta que
en su ambiente original. Es posible que a es­
52 to se deba la extinción del cuitlacoche.
Poglro apllESI,]
Panorámica de la vegetación
degradada en Isla Socorro.
FOTO A. BONETA
Arribo
En MéxIco la única colonia de
albatros de Laysan
(DlOmedea immutabills) está en
Isla Guadalupe.
FOTO B KEm
Imagen de satélite de la Isla dE
(ozumel.
NASA/S'ACE SHU E 077-704-012
Al cenzontle de Socorro
(Mimodes graysoni) se le
consideró extinto en 1980; hoy
es una de las aves más raras d~
mundo.
FOTO: H WALTER

53
 En la pequeña y plana Isla Rasa, de
menos de un kilómetro cuadrado de
superficie y localizada en la región
central del Golfo de California,
anida 95% de la población mundial
de dos especies de aves marinas: la
gaviot-a ploma (Larus heermanni),
con 260 000 individuos, y el charrán
elegante (Srerna elegans), con
180000 individuos. 11 Las
condiciones topográficas de la isla
permiten el establecimiento de estas
Enriqueta Ve/arde
54
enormes colonias de aves, que
anidan de manera sincrónica. Así se
pueden defender en forma más
eficiente contra Jos depredadores de
sus polluelos, la gaviota pata­
amarilla (Larus /ivens) y el halcón
peregrino (Falco peregrinus),
quienes no pueden consumir todos
los polluelos disponibles en el corto
tiempo que tardan en desarrollarse.
La gaviota ploma y el charrán
elegante son de las especies más
I
numerosas en el ecosi lema del
Golfo de California. Durante su
época reproductiva pueden volar en
un radio de hasta 70 km de la isla en
busca de peces pelágicos menores,
como la sardina Monterey
(Sardinops caeru/eus). Gracias a
estudios que se han realizado a 'lo
largo de 20 años se ha encontrado
que su éxito reproductivo. es decir
el númcro de pollos que procrean y
alimentan cada temporada, está
directamente relacionado con eJ
tamaño de las poblaciones de
sardina en la región. La pesquería de
la sardina es, en cuanto a volumen
se refiere, la más importante en
México, por lo cU<llla posibilidad de
predecir la captura de este recurso
por unidad de esfuerzo es de suma
importancia para el país y la región
en donde se le pesca.
Cuando se habla de animales
amenazados o en peligro de
extinción, el concepto generalizado
invita a pensar que sobreviven
pocos individuos de una
determinada especie, pero o
siempre es ésta la consideración
correcta. La presencia de la
población mundial de dos especies
de aves marinas en un solo Jugar, al

P.tiqmB opúesttl
Imagen de satélite de la región
de las grandes islas. en el
recuadro. Isla Rasa.
Foro: NASA

Vista aérea de Isla Rasa.

FOTO. F. ECCARDI

Pagllla 56
Captura de pollos para su
anillamiento.

PiIq,naS7
Colonia de charranes en Isla
Rasa.

Cha rrán elegante

(Stema e/egans).

Apareamiento de gaviota ploma

(La rus heermanii).
FOTOS: F ECCARDI
mismo tiempo y en concentraciones
de entre I y 15 individuos por
metro cuadrado, hace a estas
especies extremadamente frágiles
ant una perturbación durante un
periodo crítico. Cuando están
empollando, una soja persona que
atraviese su colonia de aniclación
provocaría un abandono de los
huevos por parte de los adultos,
mismos que pueden abrasarse bajo
los calcinantes rayos del soL, o ser
d predados por otras aves.
Repel idas perturbaciones de este
tipo podrían provocar el abandono
definitivo del nido. Cuando nacen,
los poLIos necesitan también la
protección de los padres no sólo de
los rayo' solares sino también de
sus depredadores, como la gaviota
pata ·'marilla. Una perturbación de
la colonia puede provocar, en unos
cuantos minutos, la muerte de
decenas de polluelos.
En la década de 1940
empezaron a llegar a la isla en
barcns de vela, después de una
travesía ele dos días, pescadores de
Santa RosaJía para recolectar los
huevos recién puestos de las aves
marinas. Llenaban la embarcaciones
y regresabnn a su lugar de partida,
donde preparaban panes dulces: de
ahí la fama del pan de Santa
Rosalía. Por iniciativa de varios
conservacionistas mexicanos y
extranjeros, se pugnó porque el
gobierno de México declarara a bla
Rasa área protegida, lo cual
finalmente ocurrió en 1964.
Sin embargo, no fue sino hasta 197<)
cuando se comenzó a ejercer una
protección constante durante la
temporada de anidación ele las aves
en la isla. por parte de biólogos de
la U AM, la Universidad
Veracruzana y otras instituciones.
Gracias a esta labor la población de
charrán elegante ha aumentado de
45000 individuos en 1986 a cerca
de 180 000 en 2002.
A mediados del siglo XIX las
rebel iones de los indígenas mayos
. l':
y yaquis por la defensa de sus
territorio: fueron duramente
reprimidas por el gobierno
mexicano. Familias enteras de estos
grupos indígenas fueron relegadas a
la isla San Pedro Mártir y a Isla
Rasa y obligadas a extraer el guano
ahí depositado, que finalmente se
,"'jI' •
..
transportaba por barco a San ....
~ \..;,;.
Francisco, para su comercialización
como fertilizante. En aquella época
~~~~?
,:~.';~
~.'. :,,~
fueron introducidos a estas islas la
:.'j~
rata negra (Rattus mttus) y eL ratón
casero (Mus l7lusculus), que en poco
tiempo exterminaron la colonia de
anidación del mérgulo de Craveri
(Synlhliboramphus craveri), que
anidaba solitario en las grietas de
los acantilados, y su presencia
empezó a modificar el
comportamiento de las aves en las
colonias.
Si introducir, por ejemplo, una
rata preñada en una isla es algo por
demás fácil, erradicar toda una
población, años después, es otra
cosa. En t 995 personal del InstitLIto
de Ecología de la UNAM, bajo la
coordinación de Jesús Ramírezt,
empezó en Isla Rasa un programa
de erradicación de los roedores
introducidos. Como primer paso se
evaluó el tamaño de la población,
que se calculó de varios miles de
individuos, sus periodos de
reproducción y la proporción de
sexos. Como en la isla no existían
mamíferos nativos, eso facilitó el
programa de erradicación, ya que se
colocaron cebos envenenados en
toda la isla con el tóxico conocido
comercialmente como TaJon, que es
mortal para peLJueños mamíferos.
Los cebos se dejaron por ocho
semanas, en la época cn que no
estaban las aves en la isla, y se
lllonitoreó periódicamente durante
dos años la presencia de los
roedores. Después de varios
monitoreos se pudo comprobar que
no había presencia de ratas ni
ratones y, en 1997, se dio por
terminado el programa, cleclarando
la isla libre de roedores. Desde
entonces el éxito reproductivo dy las
gaviotas en la zona rocosa de la isla
se ha incrementado cinco veces.
 Hace cinco décadas los biólogos Kenneth S.
,é.\rrlba.
Una imagen poco Norris y William McFarland, de Estados Uni­
comL'n de la vaquita
marina en el alto dos, encontraron en una playa del norte del
Golfo de California.
FOlO: G. YU.r::,A Golfo de California unos restos óseos que
Vaquita marina
claramente pertenecían a una marsopa; al
(Phocoena sinus). estudiarlos confirmaron que no se trataba
FoTO.: J. UR~,'
de ninguna especie conocida, yen 1958 des­
cribieron la vaquita marina, Phocoena sinus,
como una nueva especie de mamífero mari­
no, uno de los más pequeños del mundo. Sin
embargo, pasó mucho tiempo antes de que
2
se colectaran ejemplares completos.1
La vaquita marina tiene la distribución
más limitada de todos los cetáceos, es decir
mamíferos marinos como las ballenas y los
•
delfines. Habita solamente en una restrin­
gida zona al norte del Golfo de California, y
es el único cetáceo endémico de nuestro
país. El tamaño de las vaquitas adultas no
sobrepasa los 150 cm; tienen la cabeza
achatada y una característica sombra oscura
que rodea sus ojos y boca. Paren una sola
cría y, al parecer, las hembras alcanzan la
madurez a los seis años y pueden tener una
cría cada dos años, es decir que tienen una
baja tasa reproductiva.
La historia de la vaquita está estrecha­
mente relacionada con la de la totoaba (Cy­
noscion macdonaldi), que es un pez de gran
tamaño, ya que es común que este pequeño
•
Ina

Ejemplares de vaquita marina
atrapados aCCidentalmente
en las redes.
fOTO, A, Rosu::.
Comparación entre una vaquita
marina y una totoaba
(Cynoscion macdonaldl)
fOTO O VIDAL
oloa a
su reducida variabilidad genética. General­
cetáceo caiga atrapado en las redes agalleras
con las que se pescan la totoaba, el camarón
y otras especies marinas. 13 Hacia 1920 comen­
zó su pesquería, cuando cobró importancia
el comercio de la vejiga natatoria de las hem­
bras, que se utilizaba para preparar una sopa
gelatinosa, tradicional en la cocina asiática
durante las fiestas del Año Nuevo chino. En
un principio estas pesquerías únicamente ex­
traían la vejiga de las totoabas y tiraban el
resto de sus cuerpos, de más de metro y me­
dio de largo y cien kilos de peso, que se des­
componían en las playas. Tal desperdicio se
mantuvo durante algún tiempo, hasta que
ganó importancia el comercio de su carne.
En la- década de los años cuarenta la prolife­
ración del uso de motores fuera de borda hi­
zo que primero aumentaran notablemente
las capturas y, tiempo después, que declina­
ran, de modo que en los años setenta fue ne­
cesario declarar la veda total de esta especie.
Algunos científicos consideran que otro
de los problemas que enfrenta la vaquita es
mente se reconoce que cuando una pobla­
ción pasa por una etapa de reducción de su
tamaño, lo que se conoce como "cuello de
botella", disminuye la variabilidad genética
porque se van perdiendo genes en la pobla­
ción. También se pierde variabilidad por en­
dogamia, que es la reproducción entre pa­
rientes cercanos. Estos dos fenómenos pue­
den llevar a deficiencias en el desarrollo, ba­
ja fertilidad y limitada sobrevivencia de la
especie.
El establecimiento de la Reserva de la
Biosfera del Alto Golfo de California y Delta
Resulta imposible calcular cuántas totoabas fueron capturadas
para aprovechar únicamente su "buche", mientras que toneladas
de su carne fueron arrojadas al mar.
del Rio Colorado en junio de 1993 fue un
paso importante para la conservación de la
vaquita. Ahora es necesario llevar a cabo un
buen manejo en esta zona para aumentar
las posibilidades de supervivencia de tan es­
pecial marsopa. La vaquita marina es la úni­
ca especie endémica de mamifero marino
en el Golfo de California, probablemente el
cetáceo menos conocido del mundo y el que
se encuentra en mayor peligro de extinción.
Se estima que actualmente sobreviven alre­
dedor de 500 individuos.
Pagina opuesta y a la Izquierda
En 1942 la pesca de la totoaba
(Cynoscion macdonaldi) rebasó
las 2000 toneladas, y en 1975
sólo llegó a 58 toneladas.
FOTOTECA DEL IN AH F tJDo CASASOLA
Fotos de recuerdo de la pesca
deportiva de totoaba en Bahía
San Francisquito.
FOTO. F ECCAR.DI
6
 Más de 450 especies de tiburones, los gran­
des depredadores del mar, rondan los mares
y oceános del planeta desde hace 400 millo­
nes de años, mucho tiempo antes que los di­
nosaurios. Colocados en la cúspide de la pirá­
mide alimentaria, los tiburones mantienen
sanas las poblaciones de las especies que
constituyen su alimento, capturando a los
individuos enfermos o heridos, equilibran­
do así el ecosistema marino. Los tiburones
,tienen esqueleto cartilaginoso, lo que los
hace diferentes a otros peces. Son también
diferentes a los peces de esqueleto óseo,
que ponen millones de huevecillos, ya que
algunos tiburones producen pocos y gran­
des huevos, y otros dan a luz a unas cuantas
62 -burones
crías vivas por evento. Muchas especies sólo
procrean un par de gemelos cada dos años,
y la mayor parte de las especies vive 30 040
años, pero alcanza la edad reproductiva
apenas a los 10 o 12 años. 14 Una población
de tiburones, después de un intenso perio­
do de captura, puede tardar décadas en re­
cuperarse, ya que estos animales poseen
una estrategia reproductiva que no toma
en consideración ... el ser pescados.
Se piensa que en México se consumía ti­
burón desde tiempos prehispánicos, pero su
pesquería fue esporádica y eventual hasta
1930, cuando empezó a incrementarse su
captura en las costas de Sonora y Sinaloa. En
la década de los cuarenta el aceite de híga­
do de tiburón, rico en vitamina A, empezó a
tener una demanda creciente en el mercado
mundial; en 1942 México exportó más de
mil toneladas de hígado de tiburón a Esta­
dos Unidos. Diez años después, el descubri­
miento de la vitamina A sintética les dio una
tregua, aunque no por mucho tiempo, ya
que en los años setenta comenzó a desper­
tar el interés por el consumo de sus aletas,
utilizadas por los chinos desde tiempos re­
motos para preparar la célebre sopa.
Aunque no siempre se aprovecha en su
totalidad, el tiburón tiene múltiples usos. Su
carne se consume fresca, o salada y seca co­
mo un sustituto del bacalao; su piel se utili­
za para confeccionar artículos de cuero co-

Tiburón punta negra

(Carcharhinus Iimbatus).

Un cardumen de tiburones
martillo (Sphyrna lewint)
en el Golfo de California.
ros: P. e RVANHS
 mo botas vaqueras y cinturones, del hígado especie de tiburón en México se encuentra
se extrae la escualena, sustancia utilizada reconocida oficialmente como en peligro de
en la industria de los cosméticos y en farma­ extinción, hoy en nuesto país y en otras na­
cología; el esqueleto cartilaginoso se deshi­ ciones se presenta una dramática disminu­
drata y pulveriza y se usa para elaborar cáp­ ción en la captura de estos peces, sobre todo
sulas a las cuales se atribuyen propiedades de los de gran tamaño que prácticamente
curativas para la artritis reumatoide,
la osteoporosis y hasta el cáncer.
A partir de los años noventa la
captura de tiburones y rayas se con­
virtió en una pesquería "de salva­
ción" frente a la declinación de las
pesquerías en todo el mundo. Sin lu­
gar a dudas, el mayor estímulo para
la pesca de tiburones es la demanda
de sus aletas en el mercado asiático.
El precio de las aletas, consideradas
hoy día el producto pesquero de ma­
yor valor, oscila, según la calidad, en­
tre los $200 y $400 US dólares por ki­
lo y se ha llegado a pagar, en el mer­
cado chino, la astronómica cifra de
$10000 US dólares por una aleta
grande de tiburón ballena. Esto ha
llevado a pescar tiburones, cortarles
las aletas y tirarlos nuevamente al
mar, una ignominosa práctica llama­
da finning. El puerto de Hong Kong
es el centro mundial de importación,
procesamiento y exportación de ale­
tas de tiburón; en conjunto el volu­
men de este producto pasó de 3 000
toneladas en 1980 a 7 000 en 1997. 15
Aproximadamente 100 especies
de tiburones viven en aguas mexica­
nas, y de ellas unas 13 se utilizan co­
mercialmente, como el tiburón chato
(Carcharhinus leucas), la cornuda (Sphyrna han desaparecido de regiones donde su pre­
mokarran), el cazón de ley (Rhizopionodon sencia en el pasado reciente era notable. En
terranovae) y el tiburón tigre (Galeocerdo México, según datos del Banco Nacional de
cuvieri). Tanto en el Océano Pacífico como Comercio Exterior, las capturas cayeron de
en el Golfo de México el tiburón se pesca so­ 37000 toneladas en 1990 a 21 000 toneladas
lamente durante ciertas épocas del año, de­ en 2000. Los especialistas señalan que espe­
bido a que es un recurso que se desplaza se­ cies como el tiburón blanco (Carcharodon
gún sus hábitos migratorios. Si bien ninguna ca reharías), el tiburón ballena (Rhiníodon typus)

64
 y el tiburón peregrino (Cetorhinus maximus)
deberían estar incluidas en el CITES de Méxi­
co, en el capítulo de "Especies de protección
especial". Por primera vez, en su larga y exi­
tosa historia biológica, el tiburón enfrenta a
un enemigo más fuerte y mejor equipado
que él, y que lo puede llevar a una rápida ex­
tinción: el hombre.

Campamento tiburonero en
Bahia San FranClSquito.

Complementos alimenticIos
elaborados con cartílago de
tiburón.

Sopa de aleta de tiburón.

F TOS: F. ECCAR I
Entre las ballenas existen dos grandes gru­
pos: el de los odontocetos, que tienen dien­
tes, como los cachalotes, y el de los mistice­
tos, que carecen de dientes y se alimentan
gracias a la filtración del agua a través de
unas placas de queratina que penden del
paladar denominadas" barbas". Este último
grupo está compuesto por 11 especies de
ballenas, ocho de las cuales se encuentran
16
en aguas mexicanas.
Actualmente varias especies de balle­
nas, en el ámbito mundial, se consideran en
peligro de extinción. Una es la ballena fran­
ca (Eubalaena glacialis), de la que sólo exis­
ten algunos cientos en el Atlántico Norte y
quizás menos en el Pacífico Norte. Fue caza­
da intensamente durante los siglos XVII
XVIII; sólo en la década de 1840, más de
11 000 ballenas francas fueron capturadas
en el Pacífico Norte por balleneros estadou­
El canto de las ballenas cura las heridas del mar.
nidenses. Su población actual en el área se
estima en alrededor de 200 individuos. Por
otra parte, se calcula que en el Atlántico
Norte había unas 10 000 ballenas francas,
antes de su explotación, y hoy día se estima
una población no mayor a los 350 indivi­
duos. Otra ballena en peligro de extinción
es la ballena azul (Balaenoptera musculus).
Ésta es una especie cosmopolita y, debido
a la actividad ballenera, sus poblaciones
se redujeron drásticamente de 200 000 indi­
viduos a menos de 13 000.
Algunas otras especies de ballenas que
habitan en México se encuentran en la cate­
goría de vulnerables, entre ellas el rorcual
común (Balaenoptera physalus) y la ballena
y jorobada (Megaptera novaeangliae). Del
primero se sabe que, en el Pacífico NOIte, de
una población original de 63 000 indivi­
duos, se pasó a sólo 14000, Yque en el Gol­
fltlql!"la cpu '.!2J I arriba
La ballena gris
(Eschrictius robustus) llega cada
invierno a las lagunas costeras de
la Península de Baja California
para reproducirse y dar a luz.
FOTOS: P. CERVANTES
Grabado de la cacería de la
ballena gris en el siglo XVIII.
Foro: ANor~IMO

 En el Golfo de California fa de California residen permanentemente
existe una población
residente de rorcuales alrededor de 400 individuos. De la segunda,
comunes (Ba/aenoptera
physalu~;). la población original ascendía aproximada­
P 91nJ :Jput·~ta mente a 15 000 individuos, pero ya para
Una rara imagen de un
rorcual común mientras se 1965 contaba tan sólo con poco más de
alimenta de plancton.
1000. Hoy más de 3 000 ballenas jorobadas
FOTOS F- Er:CAROI
se reproducen cada invierno en aguas del
Pacífico mexicano.
Año tras año, después de un recorrido
de casi 8 000 kilómetros, cientos de ballenas
grises (Eschrichtius robustus), proven ientes
de las heladas aguas del Oceáno Ártico, lle­
gan a pasar el invierno a las lagunas costeras
de la Península de Baja California P En estas
tibias y someras aguas dan a luz a sus crías,
que nacen midiendo cinco metros de largo
y pesando poco menos de una tonelada. In­
mediatamente son alimentadas con leche
materna, que es rica en grasas, y tres meses
después han ganado el doble de peso y pue­
den emprender unidas al grupo el viaje de
regreso a las blancas regiones del Círculo
Ártico. Las ballenas adultas llegan a medir
hasta 12 metros de largo y pesan hasta 40
toneladas.
68
Hasta el siglo XVIII las poblaciones de ba­
llena gris se distribuían a lo largo de las cos­
tas del Atlántico Norte y del Pacífico Occi­
dental. Después comenzó su cacería: entre
1846 y 1874 balleneros estadounidenses, in­
gleses y rusos capturaron unas 7 200 balle­
nas grises en las lagunas Ojo de Liebre, ~ian
Ignacio y Bahía Magdalena. Esta intensa per­
secución disminuyó dramáticamente sus po­
blaciones. Cien años después de iniciada es­
ta masacre, en el Pacífico quedaban escasos
250 ejemplares, yen el Atlántico se había ex­
terminado para siempre. En 1949 México se
adhirió a la Comisión Internacional Ballene­
ra. En 1972 se declaran como Zona de Refu­
gio las aguas de la laguna Ojo de Liebre, y
sucesivamente se extendió esta protección,
mediante otros decretos, a las lagunas de
San Ignacio y Guerrero Negro. Entre las his­
torias de recuperación de una especie, la de
la ballena gris del Pacífico es exitosa, ya que
hoy día su población se recupera a una tasa
anual de 3.5%, y ésta, junto con la de la cos­
ta de Corea, hace que las estimaciones ha­
blen de entre 15 000 Y25 000 individuos.
En aguas mexicanas viven 41 especies de ballenas y delfines
que representan 40 % del total mundial.
Playa Escobilla, en la costa central de Oaxa­
ca, persiste como un recuerdo de tiempos
mejores para las tortugas marinas, ya que
cada año ocurre ahí un fenómeno ahora
1B
único en México: la arribada. En un espec­
táculo difícil de describir, miles de tortugas
golfinas (Lepídochelys olívacea), que en algu­
nos años se han calculado en 60000, llegan
a ese apartado rincón del país para anidar
en forma sincrónica. En algunos años eran
tantas las tortugas que una persona podría
caminar toda la playa sobre los caparazones
de las tortugas, sin tocar la arena. Este era
un espectáculo que ocurría en varias playas
del país como Mismaloya en Jalisco, Rancho
Nuevo en Tamaulipas y otras playas de Oa­
xaca. Sin embargo, debido a la disminución
en las poblaciones de tortugas, Escobilla es
ahora nuestro único vínculo con el pasado y
una esperanza para el futuro.
En realidad México es un país afortuna­
do, ya que en sus playas anidan siete de las
ocho especies de tortugas marinas, que son
la golfina, la lora del Atlántico (Lepído­
chelys kempí), la carey (Eretmochelys ímbrí­
cata), la caguama (Caretta caretta), la verde
(Chelonía mydas), la prieta (Chelonía agassí­
zíí) y la laúd (Dermochelys coríacea). Las
más grandes son las laúd, que alcanzan casi
2 metros de longitud y las más pequeñas las
golfinas, de apenas 70 centímetros. Todas,
con excepción de la lora del Atlántico, que
se reproduce exclusivamente en Rancho
l\Juevo, Tamaulipas, tienen amplias distri­
buciones. 71
 Las tortugas marinas pasan la mayor
parte de su vida en el mar. Sólo las hembras
adultas salen a la playa donde nacieron, ge­
neralmente entre junio y diciembre, para
depositar entre 100 y 200 huevos. Cómo
encuentran su camino a lo largo de miles de
kilómetros de mares profundos y descono­
cidos, es aún un misterio científico. El perio­
do de incubación dura entre ocho y diez
semanas, lapso durante el cual algunos ni­
dos son presa de coatís, escarabajos y bacte­
rias, o pueden ser destruidos por una tor­
menta. Las crías al nacer tienen que abrirse
paso entre la arena hasta llegar a la superfi­
cie del nido, y arrastrarse por la playa para
alcanzar el mar. Allí son presa de cangrejos,

1)~glr1" 7C En Playa Escobilla, Oaxaca, 105

Tortuga de carey escarabajos se han convertido
(Eretmochelys imbncata). en una plaga depredadora de
FOTO' p CERVANTE~ las tortugas recién nacidas.
FOTOS P ROtilLS GIL
P.tlqlPla 71
Tortuga golfina PJ~lna Opller,til

(Lepidochelys o/ivacea). Tortugas recién capturadas y

F-üTO. F ECCARDI expuestas al 501 en Isla Isabel,
Nayarit, 1978.
Tortuga verde FOTO F ECO,ROI

(Che/oma mydas).
72 F-üTü P CERVANTES
 Una tortuga golflna
(Lep,dochelys olivacea) llega
a las costas de Oaxaca para
desovar.
FOTO F ECC,\F.DI
P,){I'!1(llJPu2:~t;¡
Colecta de huevos de tortuga
laúd (Dermochelys coriacea)
para ser trasladados a un
lugar protegido.
fom: F. EC<;.AIIDI
74
mamíferos y aves. Al entrar al mar son devo­
radas por peces. Sólo una de cada 100 crías
sobrevive hasta la edad adulta.
Ya en el mar las tortuguitas habrán de
desaparecer entre 5 y 20 años, durante un
periodo que pasan flotando en el mar y que
se conoce como "los años perdidos". Los ju­
veniles, que se concentran en regiones en
las que proliferan los sargazos, se transpor­
tan miles de kilómetros usando las corrien­
tes marinas. Las caguamas, por ejemplo, se
desplazan desde las costas del sur de Esta­
dos Unidos y México hasta las islas Azores y
Canarias cerca de África, para retomar des­
pués como adultos a las costas que las vie­
ron nacer. De la misma forma, los juveniles
en Baja California se desplazan a esas costas
desde Japón y Australia. Su vida ya como
adultos transcurre con movimientos entre
las áreas de anidación y alimentación.
Desde hace siglos las tortugas han sido
explotadas por su carne, aceite, piel y cara­
pacho. La explotación directa, aunada a la
captura accidental en redes, la contamina­
ción marina y la destrucción de sus áreas de
anidación, ha causado la reducción dramáti­
ca de sus poblaciones, lo que amenaza la so­
brevivencia de varias especies. En México la
explotación de miles de tortugas fue una
actividad legal hasta 1990, año en que se
decretó una veda total para su recupera­
ción. A pesar de esto, cientos de tortugas y
cientos de miles de huevos son explotados
ilegalmente cada año, para venderse en el
mercado negro, que proporciona grandes
utilidades.
Las especies en situación más crítica son
la lora del Atlántico y la laúd. Existe un filme
de 1947 de una arribada de 40 000 tortugas
lora en Rancho Nuevo. En 1965 sólo llegaron
5 000 Y afortunadamente ahora hay más de
6000. El caso de la laúd es similar. Hace un
par de décadas todavía había miles de estas
tortugas en todos los océanos del mundo:
actualmente se prevé su extinción en la si­
guiente década si no se lleva a cabo un es­
fuerzo sin precedentes para salvarla de la
desaparición de los mares del mundo.
La tortuga laúd es la especie má
amenazada, pues de ella sobreviven menos
de 500 individuos. Se estima su extinción
en tan solo una década. .
fOTO. G CES'U'" 7!
 Las principales estrategias para la
conservaci6n de las tortugas
marinas en México se han dirigido
a vedar su explotación, a la
protección de las playas y de las
hembras anidadoras, así como al
traslado de nidos a corrales de
incubación ubicados en las mismas
playas de anidación. '9 Si bien el
traslado de nidos es un método
ampliamente usado, existe todavía
un debate acerca de su utilidad
como estrategia de conservación de
las tortugas marinas. Se considera
que el manejo de los nidos en los
corrales de incubación altera las
condiciones naturales de incubación
y afecta el porcentaje de eclosión y
la proporción de los sexos de las
crías: el sexo es determinado por la
temperatura de incubación.
Andrés García
76
El programa gubernamental de
protección de las tortugas marinas
en la costa de Jalisco, por razones
presupuestales, sólo se había
centrado en las playas más grandes
y productivas de la región. Playa
Cuixmala, de tan sólo 3 km de
extensión, ubicada a 200 km al sur
de Puerto Vallarta y hoy parte de la
Reserva de la Biosfera Chamela­
Cuixmala, recibió atención en 1988
cuando la Fundación Ecológica de
Cuixmala, A.e. comenzó un proyecto
para evaluar la eficacia de Ja
protección intensiva de la playa de
éll1idación y del manejo de los nidos y
sus consecuencias en la proporción
de sexos y porcentaje dc eclosión.
Se ha demostrado que la
protección intensiva de la playa y el
manejo de los nidos son estrategias
invaluables de conservación, ya que
evitan la pérdida de los nidos por
causas naturales y por la
intervención humana. De J988 a la
fecha, en Playa Cuixmala se han
protegido más de 4 000 nidos y
liberado más de 300000 crías,
principalmente de la tortuga golfina
(Lcpidochclys olivC/ccC/). En el
primer aí'ío de trabajo el saqueo de
nidos se redujo de más de 90% a
cero; el número de nidos protegidos
se incrementó de 20 en 1988 hasta
alrededor de 550 en la última
temporada. La pérdida natural de
nidos, por depredación o erosi 'n de
la playa. se eliminó totalmente. Los
experimentos realizados
demostraron que por lo menos 60%
de los nidos se perderían de no
realizarse su manejo, y que si éste
se hace adecuadamente, el
porcentaje de eclosión y proporción
de sexos de las crías son similares a
los valores registrados en
conciiciones naturales.
Al comparar los resultados
obtenidos en Cuixmala con los
otros programas en Jalisco en
términos ele extensión ele playa
protegida, se observa que esta
playa se ubica entre las más
productivas de la región.
El programa desarrollado a lo
largo de 15 años ininterrumpidos
por la Fundación Ecológica de
Cuixmala, exclusivamente con
aportaciones privadas, se puede
considerar como uno de los pocos
ejemplos exitosos en el ámbito
nacional de protección de las
tortugas marinas.

Paqlna npu!!~fa

Desove de tortuga golfina

(Lepidochelys olivacea)

Liberación de tortugas recién

nacidas.

FOTOS. F. ECCARDI

Tortuga de carey
(Eretmochelys imbricata).
FOTO; P CERVANTES

Una tortuga golfina deja su nido

a la suerte y regresa al mar.
FOTO' G. CEBALLüS

P.X¡, 18-19
Una pequeña cria de tortuga

laúd se acerca al mar por vez

primera obedeciendo su instinto

milenario.

Furo~ G. CEBAlL05
Los desiertos y pastizales se encuentran entre los ecosistemas de más amplia
distribución en el continente americano: en México ocupan más de 60% del
territorio y se extienden desde la Península de Baja California y el norte del
país, hasta Puebla y Oaxaca en el sur.' Se caracterizan por sus climas extremo­
sos, ya que las temperaturas máximas pueden alcanzar 50°C y las mínimas
-15°C, y por la poca precipitación pluvial, en algunos lugares menor de 100
milímetros por año. Las especies animales y vegetales que en ellos habitan es­
tán adaptadas a la escasez de agua que determina los ciclos y las cadencias de
la vida en estos ambientes.
El desierto chihuahuense, por ejemplo es, uno de los desiertos biológica­
mente más diversos del mundo, ya que en él habitan más de 176 especies de
mamíferos, 235 de aves, 156 de reptiles y 47 de anfibios. 2 Cuando los prime­
ros exploradores establecieron el "Camino Real", la ruta que unía Santa Fe en
~Juevo México con la Ciudad de México, estos ambientes sostenían millones de
bisontes y berrendos en las planicies, y borregos cimarrones, venados, osos
y lobos en las estribaciones de las sierras.
Sin embargo, por la destrucción masiva de los pastizales en Norteamérica
se les considera uno de los ecosistemas más amenazados en el continente. Con
la transformación de estos ambientes han desaparecido los perritos y las aves
ele las praderas, las grandes manadas de herbívoros y los hurones de patas ne­
~Iras. El mayor problema ha sido el avance de las fronteras agrícola y ganade­
ra, que ha devorado desde hace más de dos siglos los pastos y ha provocado
cambios irreversibles en el ambiente.

e A p í T u L o
 Paglflñ 80
El berrendo
En el centro de la Península de Baja Califor­
(Anti/ocapra americana) es el nia se extiende el Desierto del Vizcaíno, de­
segundo animal más rápidc del
mundo: alcanza los 90 km/h. clarado en 1988 Reserva de la Biosfera, con
FOTD. P. ROSLE5 GIL
una superficie de dos y medio millones de
3
pa.gl.'1,l 81 hectáreas. La fauna de vertebrados de esta
El desierto de Sonora.
FOTO: F. ECü\Rm región, al igual que la de la península, es­
tá constituida casi exclusivamente por espe­
cies de origen neártico, con uno de los por­
centajes de endemismos más altos del país.
El berrendo peninsular, Antilocapra america­
na peninsularis, es quizás el representante
más notable. En el país existen poblaciones
aisladas de otras dos subespecies: en Sono­
ra la A. a. sonorensis yen Chihuahua y Coa­
huila la A. a. mexicana.
El berrendo puede soportar largos pe­
riodos sin tomar agua. Se le considera el se­
gundo animal más rápido del mundo, ya
que en distancias cortas desarrolla una velo­
cidad cercana a los 90 km por hora. Es difícil
imaginar cuántos berrendos había en Méxi­
co en épocas anteriores a la Conquista; sin
embargo, se estima que eran cientos de mi­
les, quizás millones. Durante la Colonia se le
consideró nocivo, pues competía por el pas­
to con el ganado doméstico, y se convirtió
en presa favorita de las cacerías de los espa­
ñoles. En 1540, en una cacería en honor del
primer virrey, Antonio de Mendoza, se ma­
taron 600 ejemplares entre berrendos y ve­
nados, en un lugar al que se le dio el nom­
P.áglrl'll ODtj~st~. Z.~LJl~lI'l.a vllb.:lJo
bre de El Cazadero, localizado entre los
El borrego cimarrón prospera
en regiones montañosas actuales estados de México e Hidalgo. 4
abruptas.
(Ovis canadensis). En 1925, el naturalista norteamericano
Fotos: F ECCAnt:lt
E.W. Nelson calculó una población de 2 395
Arttb8
En cambio el berrendo
ejemplares distribuidos en los estados de
vive en las planicies. Coahuila, Chihuahua, Sonora y Baja Cali­
FOTO: P. ROGLE" GIL
fornia. De 1925 a 1985, la población se re­
r n y e
82
dujo a 446 individuos. En las últimas dos
décadas se estimaba en aproximadamente
300 individuos la población del berrendo
peninsular, 250 del berrendo sonorense,
cerca de 500 en Chihuahua y 60 en Coahui­
la, lo que nos lleva a pensar que existe una
población aproximada de 1 000 berrendos
en el país. 5
El borrego cimarrón (Ovis canadensis) es
otro animal emblemático de las sierras de­
sérticas del norte de México y símbolo de lo
indomable y salvaje, por lo inhóspito de su
hábitat y su majestuosa presencia. De ahí
que cuando el ganado se torna silvestre se
le llama cimarrón. Su territorio abarcó las
sierras más desérticas y escarpadas de la Pe­
nínsula de Baja California, del norte de So­
nora, Chihuahua, Coahuila y una pequeña
porción de Nuevo León. 6
Aun cuando el borrego, al igual que el
berrendo, fue cazado por los nativos de
América como lo indican numerosas repre­
sentaciones en petroglifos y pinturas rupes­
tres, sus poblaciones fueron diezmadas a
partir de la llegada de los europeos. Las ca­
bras y particularmente los borregos domés­
ticos competían con el cimarrón, al mismo
tiempo que le transmitieron nuevas enfer­
medades, a veces mortales. El borrego cima­
rrón soporta condiciones climáticas extre­
mas, y la poca agua que bebe la obtiene en
manantiales y pozas, y del rocío de las plan­
tas de las que se alimenta. En México se re­
conocen tres diferentes subespecies: O. c.
mexicana, en el estado de Sonora, y recien­
temente en Chihuahua y Coahuila; O. c.
weemsi, en el sur, y O. c. cremnobates, en el
norte de la Península de Baja California.
,
•
I a
 Las dos especies emblemáticas de
las regiones áridas del Norte ele
México, el borrego cimaITón (Ovis
canadcnsis) y el berrendo
(Antilocapra americana). aunque
similares en muchos aspectos, son
muy diferentes en cuanto a sus
requerimientos biológicos, al
interés yue la sociedad les ha
prestado. a su administración y
maneJo.
El borrego cimarrón es una Varios son los proyectos que se
especie adaptada a las
condiciones extremas de las están realizando para recuperar al
reglones áridas del noroeste de
México. berrendo. con diferentes estrategias
(Ovis canadensis).
FaTos" F. ECCARDI y métodos. En el Vizcaíno se
Carlos Manterola
promueve, con el apoyo de la
empresa Ford Motor Company, la
crianza y protección de los recién
nacidos. En Coahuila, Unidos para
la Conservación y Agrupación Sierra
Madre llevaron a cabo en 1996 y
1998 la reintroducción de dos
manadas previamente capturadas en
Nuevo México, recuperando así la
especie después de más de medio
siglo de su desaparición en el
estado. En Chihuahua, las mismas
org,Ulizacioncs llevan el monitoreo y
el contacto con los dueños de las
tierras donde aún sobreviven
manadas de berrendos. En Sonora.
el gobierno federaL por medio de la
Reserva de la Biosfera del Pinacate
y de la Dirección General de Vida
SilvestTe, junto con el gobierno del
estado, por medio del Instituto del
Medio Ambiente y Desarrollo
Sustentable del estado de Sonora,
monitorean y vigilan los grupos de
berrendo sonorense con el apoyo de
algLl.1o~; terratenientes. Sin embargo,
evitar la extinción de esta especie en
nuestro país requerirá una
participación mucho mayor.
Para la reintroducción en 1996
y 1998 del berrendo en Coahuila se
buscó un pie de cría de A. o.
mexicana, lo que llevó a la captura
de II número limitado de
ejen piares en Nuevo México; el
proceso de acl imatación y
reeo strucción de una población a
partir de ese pie de cría ha sido
muy lento. Como parte de este
proyecto se realizó, con la
Universidad Nacional Autónoma de
Méx ico y el Center ror the
Research al' Endangered Speeies,
un estudio genético del DNA
mitocondrial de las diferentes
subespecies, del que se desprende
un euestionamiento sobre la validez
del carácter de subespecie para la
Anri/ocopra ClmericClno. Las
implicaciones de este estudio son
de grall valor para la recuperación
del berrendo, ya que abre nuevas
posibilidades para obtener
diferentes y más abundantes pies de
cría, lo que significa resolver el
principal obstáculo: el reducido
número de animales disponibles.
El borrego cimarrón nunca fue
tan abundante como el berrendo: si
bien ha desaparecido de algunas
regiones donde todavía se
encuentra el berrendo, como el
desierto chihuahuense, los
inhóspitos sitios donde se ha
mantenido protegido le han
permitido sobrevivir en números
más abundantes que los del
berrendo, lo que hace posible su
recuperación. En 1975, los
gobiernos de México y Estados
Unidos, por medio de la Dirección
de Fauna Silvestre de la
Subsecretaría Forestal y el
Depal1<unento de Caza y Pesca de
Nuevo México, tuvieron la visión
de recuperar la distribución original
del borrego cimarrón e
identificaron a Isla Tiburón como el
mejor criadero debido a su
inaccesibilidad y a la ausencia de
grandes depJedadores, y llevaron a
 cabo la introducción de 18 borregos 15 encienos cn Sonora, quc han
a la isla. Veinte aí'ios después, la sido abastecidos con más de 150
población era cercana a los 600 ejemplares para pie de cría
borregos. provenientes de Isla Tiburón, así
A partir de 1994 Unidos para la como con borregos de otras áreas
Conservación retoma el trabajo silvesú'es de Sonora y del Centro
iniciado en 1975, utilizando Ecológico de Sonora. A finales de
borregos de la isla como pie de cría 2000 se logró, por primera vez,
para la recuperación de la especie mover cinco ejemplares al estado
en Sonora, Chihuahua y Coahuila, de Coahuila y, gracias a traslados
donde había desaparecido. En 1997 posteriores, actualmente la
y en co'laboración con la UNAM, la población en el estado supera los
Dirección General de Vida 70 ejemplares. Lo mismo sucedió
Silvestre, la Reserva de las Islas del en Chihuahua, donde hoy dia viven
Golfo y la comunidad indígena seri, cerca de 20 ejemplares.
los primeros borregos de Isla Para el estado de Baja
Tiburón fueron ofrecidos al California la situación también ha
mercado internacional del turismo sido compleja. La importancia e1el
cinegético y alcanzaron precios borrego sobrepasó el plano de la
cercanos a los $200 000 dólares por discusión técnica, para convertirse
ejemplar, con un en un tema político, lo que llevó en
modelo de manejo dc 1990 a la veda de la especie para el
esta especie estado, que todavía se mantiene.
cinegética que La población de borrego cimarrón
perm ¡te la supera actualmente los 7 000
participación activa animales (2 000 en Baja California
de los tenedores de la y otros tantos en Baja California
tierra en su propio Sur, 2 100 silvestres, 650 en
beneficio. encierros en Sonora y entre 500 y
Paradójicamente, 650 en Isla Tiburón); sin embargo,
el alto valor su área de distribución actual sigue
económico del siendo muy restringida. La
borrego ha resultado recuperación de este majestuoso
ser el mayor animal puede generar lll1 beneficio
obstáculo para su natural a los ecosistemas desérticos,
recuperación. Los al sustituÍJ' a cabras y borregos
intereses de grupos de domésticos, y ofrecer una
poder en Sonora se importante alternativa cconómica
An,ba D", " ... han opuesto a la recuperación del a los mexicanos que viven en
Captura de berrendos Hembra de
en Nuevo México para berrendo. borrego fuera del estado. Sin algunas de las áreas más pobres y
su reintroducción en FOTO: P. CfRVANrES

Coahuila. embargo, se han construido más de marginadas del norte del país.
FOTOS: P. ROBLES Gil

87
 La destrucción de los pastizales y de los am­
bientes asociados a los ríos, arroyos y ma­
nantiales que los surcan como si fueran sus
venas, ha afectado a especies de mamíferos
relacionados con ellos como los castores
(Castor canadensis). Son los roedores de ma­
yor tamaño de Norteamérica, con un peso
promedio de 18 kilos. Su distribución se ex­
tiende desde Canadá hasta el norte de Mé­
xico, donde están restringidos a algunos ríos
de aguas cálidas.?
La cacería del castor data de tiempos
prehispánicos, ya que su carne constituía
una fuente de alimento para los indígenas
del norte del país. Las poblaciones de este
roedor del río Bravo eran numerosas en el
pasado y, al igual que las del río Colorado,
fueron diezmadas debido a problemas de
salinización, azolve, reducción y desviación
del flujo del agua, y por la cacería. La desa­
88 as ores, almizcle as y
parlclon de los castores ha tenido conse­
cuencias negativas para otras especies que
encuentran refugio y alimento en sus repre­
sas, especialmente peces del desierto, anfi­
bios y patos. La probabilidad de que sobrevi­
van en México es escasa, especialmente si no
se establecen áreas específicas para su con­
servación y se llevan a cabo programas pre­
cisos para su estudio y manejo.
Entre las especies con distribución limi­
tada, una de las que representa mejor la
vulnerabilidad a la extinción es el metorito
de Galeana (Micro tus pennsylvanicus), un
pequeño ratón que tuvo la distribución más
restringida entre los mamíferos de México y
una de las más pequeñas en todo el plane­
ta 8 Este ratón se encuentra ampliamente
distribuido en Norteamérica, desde Canadá
hasta el Colorado en el centro de Estados
Unidos. En México, sin embargo, se conocía


de una sola población en los alrededores de
un manantial, llamado Ojo de Galeana, al
sur de Casas Grandes en Chihuahua, que
ocupaba un área no mayor de 100 hectá­
reas. Esta distribución tan restringida es re­
as es----c e
sultado de los cambios climáticos del Pleis­ p,~qlnó aputr'ili].
Los castores
toceno, hace más de 10 000 años, cuando la (Castor canademis)
y las ratas almizcleras
aridificación del sureste de Estados Unidos y (Ondathra zibethicus)
el norte de México aisló la población de habitan en ríos y ciénagas
de las zonas áridas.
Ojo de Galeana. La última vez que se ob­ FOTOS G CEllAllOS
servaron los metoritos fue en 1988; poco Puerco espín
(Erethizon dorsatum).
después se extinguieron, debido probable­ Foro R LlST
mente al sobrepastoreo de vacas y cabras,
que han impactado de forma severa la ve­
getación natural del lugar.
Otras especies han sufrido con la des­
trucción de los pastizales y matorrales áridos
y los ambientes riparios, como las codornices
de Virginia (Co/inus virginianus ridgwayi),
que sólo sobreviven en los pastizales cerca­
nos a la región de Benjamín Hill en Sonora,
y las ratas almizcleras (Ondathra zibethicus)
presentes todavía en los canales de riego y
humedales de la ciénega de Santa Clara en
la desembocadura del río Colorado. 9
•
8
La destrucción y fragmentación de los pas­
tizales del sur de Canadá y de la región cen­
tral de Estados Unidos ha provocado severas
disminuciones de las llamadas aves de pasti­
zal, generalmente asociadas a las colonias
de perritos llaneros, a tal grado que se con­
sideran, en esos países, el grupo más ame­
Aves ID
nazado. Un porcentaje elevado de esas es­
pecies, como las grullas, rapaces corro el
águila de cabeza blanca (Halíaeetus leuco­
cephalus), el halcón ferruginoso (Buteo re­
galís). los chorl itas llaneros (Charadríus
montanus) y los teca lotes (Athene cunícula­
ría), tiene hábitos migratorios, ya que se
•
8..... 8
desplazan en el invierno desde sus sitios de
anidación en Canadá y Estados Unidos has­
ta México. lo
El fenómeno de la migración es diferen­
te para las migrantes de invierno y de vera­
no, respectivamente. Cada año, cuando los
días se tornan cortos y fríos, millones de aves
migrantes de invierno, como grullas, patos,
gansos, rapaces, chorlitos, zancudas y aves
canoras emprenden el largo viaje que habrá
de llevarlas hasta los pastizales del norte de
México. Algunas de esas especies seguirán el
viaje hasta Suramérica, usando el territorio
de México sólo como paso. En contraste, las
aves migrantes de verano, como el halcón
ferruginoso y el chorlito llanero, aparecen
en México a finales de la primavera y el ve­
rano. Las aves migratorias pueden llegar a
ser el grupo más diverso de una comunidad.
En la región de Janos y Casas Grandes, en el
noroeste de Chihuahua, 60% de las 220 es­
pecies de aves son migratorias."
La conservación de las aves migratorias,
una responsabilidad compartida entre los
países de Norteamérica, depende del2sta­
do de salud de los pastizales. Estas aves re­
presentan una excelente oportunidad de
colaboración en temas de conservación en­
tre Canadá, Estados Unidos y México. Su su­
pervivencia depende, enteramente, de esa
cooperación.

P~lJln¿¡ ,:jJUd1

El halcón fajado
(Fa/m femora/is) y otras aves
migratorias se encuentran
amenazadas por el uso
indiscriminado de insecticidas.
Foro: P. ROl:lú') Gil

Chorlito llanero
(Charadnus montanus)
Foro G CE.MLOS

4rrll'1
Verdugo americano
(LanlUs ludovicianus).
FOTO P ROR\.P; G'l

Ab~l;'"

Águila de cabeza blanca

(Haliaeetus leucocephalus)
Foro: G WAlLOS

91
92 ortugas de esierto
 La tortuga del deSierto
de Mapimi (Gopherus
flavomarginatus)
habita una muy
pequeña reglón en el
vértice dE' confluE'ncia
de Coahuila, Chihuahua
y Durango
FOTO: f- E:CCARDI

En el desierto de Sonora la tortuga Gophe­ tugas que nacen, sólo un par llega a la edad "U4 nJ li.ldt~ y df':.JJ
La tortuga del
rus agassizii yen el de Chihuahua la Gopherus adulta. De esta última existían en el pasado desierto
(Gopherus agassizii),
ffavomarginatus, históricamente muy impor­ colonias de hasta 50 tortugas y había varias se encuentra en
tantes para las culturas de los desiertos, han colonias en una hectárea. Gracias al trabajo Sonora, Sinaloa
y la parte norte de
sido muy perseguidas por su carne de delica­ del Instituto de Ecología, A.C, desde hace 25 la Peninsula
de Baja California.
do sabor, parecido a la del pollo.12 En las zo­ años se está desarrollando en el Bolsón de Foro F HtA~ül

nas áridas del este de México, en Nuevo León
y Tamaulipas, habita una tercera especie, G.
berfandieri. A las tres se les considera en ries­
go de extinción. De lento crecimiento, pue­
den vivir de 60 a 100 años, y de cada 100 tor­
Foro G Cr!!MlOS
Mapimí un programa de reproducción en
cautiverio, al mismo tiempo que se las prote­
ge en su hábitat natural: hoy día es posible
encontrar en la región colonias de hasta sie­
te individuos por hectárea. 93
 I\rnlhJ
Pilas de cráneos y
pieles de bisonte de la
ultima gran manada
de más de 200 000
individuos,
exterminada en
menos de dos meses a
finales del siglo XIX.
FOTO CORTESIA Dt: BURTON

HIsrORICAl COllECllON. DETROll

PUBlI( RARV

Pdg \el <YJUe"OJ

TO' KANSAS STATE

HISTORJCAl SO(lrtY

AbdiCo
En los pastizales
del noroeste de
Chihuahua vive la
unica manada
silvestre de bisontes
en MéXICO
Foro F. ECCARDI

Bisonte
(8ison bison).
Foro P ROBLES Gil

94 ·son e -
.
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). .
~ -- ~-

I
í
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"' 1 ' t"lr '


El bisonte, también conocido como búfalo
americano, fue uno de los mamíferos mayo­
res más abundantes del planeta. Los primeros
informes sobre bisontes provienen de los
conquistadores españoles en el norte de
México. Más tarde, cuando los primeros ex­
ploradores llegaron a las praderas aparen­
temente ilimitadas de Norteamérica se ma­
ravillaron con un espectáculo nunca visto por
ellos. En ese entonces se calcula que había al­
rededor de 75 millones de bisontes desde el
centro de Canadá hasta el norte de México. 13
Una sola manada en las cercanías del río Ar­
kansas fue estimada en 4 millones de anima­
les. Eran tan numerosos "que frecuentemen­
te paran a los barcos en los ríos, amenazan
con arrasar a los viajeros en las praderas, yen
años más recientes han descarrilado muchos
trenes", describió w,T. Hornaday en 1889.
El bisonte ocupaba gran parte de los pas­
tizales y matorrales del norte de México,
especialmente en Chihuahua y Coahuila. No
se sabe con certeza los límites de su dis­
tribución al sur, pero es posible que hayan
llegado ocasionalmente hasta Zacatecas. 14
En Chihuahua existen abundantes registros
prehistóricos de huesos de bisontes asocia­
dos a la cultura de Casas Grandes. Las gran­
des manadas de bisontes se movían cientos
de kilómetros cada año, siguiendo la produc­
ción de los mejores pastos. A diferencia del
ganado, que destruye los pastizales al piso­
tear y compactar el suelo, los bi­
sontes constituían un componen­
te fundamental en las praderas,
ya que con sus actividades de fo­
rrajeo y con la depositación de
nitrógeno y otros nutrientes en
forma de orina, renovaban la
productividad y los pastos. Mu­
chas especies propias de estos
ambientes como el berrendo, los
perritos llaneros, los lobos y los
pumas tenían una estrecha rela­
ción con los bisontes.
Una de las primeras víctimas
de la llamada conquista de la na­
turaleza en Norteamérica fue propiamente
el bisonte, del cual se apreciaba su carne y
piel y se consideraba que competía con el ga­
nado vacuno. La matanza fue brutal. La
Compañía Peletera Americana, una de las
más grandes del mundo, comercializó 67 000
pieles en 1840, 110 000 en 1843 y más de
250000 al año durante la siguiente década.
El exterminio de los bisontes fue causa­
do también por razones políticas. A media­
dos del siglo XIX el general Phil Sheridan ar­
gumentó que el exterminio de los bisontes
conllevaba el exterminio de los últimos pue­
blos indios, que obtenían alimento y pieles
de estos animales: para 1900 los bisontes
habían desaparecido y los indios también. 15
Los últimos bisontes de Texas, perseguidos
por los cazadores, se desplazaron aparente­
mente hacia México cruzando el río Bravo.
La historia reciente del bisonte en México es
desconocida. "En 1988 -relata Gerardo Ce­
ballos- descubrimos una población de más
de 100 bisontes en los pastizales áridos de la
región de Janos, en la frontera entre Chi­
huahua y Nuevo México, donde también se
encuentran las últimas poblaciones de perri­
tos llaneros. Tenemos algunas evidencias de
que esta población de bisontes sobrevivió a
la matanza del siglo XIX, por lo que se está
tratando de establecer una reserva que la
proteja, al igual que a los perritos llaneros y
a otras especies típicas del pastizal".16
9~
 En México se encuentran dos de las cinco es­
pecies de perritos de las praderas, llamados
perro llanero mexicano (Cynomys mexica­
nus) y de cola negra (Cynomys ludovicianus),
respectivamenteY El perro llanero mexica­
no es una especie endémica de México, que
se distribuye en una región de menos de
1 000 kilómetros cuadrados entre los límites
de San Luis Potosí, l\Juevo León y Coahulla;
las poblaciones de Zacateca s ya desaparecie­
ron. El perro llanero de cola negra es la es­
pecie con la más amplia distribución en el
hemisferio, que abarca desde el sur de Ca­
nadá hasta el norte de México, en donde se

Los perritos llaneros encuentran exclusivamente en los pastizales colonias de perros llaneros son fuente de
(Cynomys mexicanus) se
alimentan de pastos y hierbas. de una región no mayor de 500 kilómetros alimento para muchas aves rapaces, como el
FOTOS; G. CE.5ALtm
cuadrados en el noroeste de Chihuahua yel águila real, y mamíferos como tlacoyot2s y
PJgtn.rl af1ue~\~
noreste de Sonora. coyotes. La desaparición de los perros llane­
Los perritos han sido
exterminados con trampas y Los perros llaneros son gregarios y for­ ros tiene como consecuencia comúnmente
venenos debido a la creencia
errónea de que compiten con man congregaciones de hasta millones de la destrucción del pastizal y la pérdida de la
el ganado
FOTO At¡üi'lIMÜ'
individuos. Para construir sus madrigueras diversidad biológica regional.
remueven decenas de toneladas de suelo La eliminación de los perros llaneros en
Estos animales reciben su
nombre común porque emiten por hectárea, con lo que se infiltra agua y Norteamérica ha sido de proporciones si­
un sonido similar al ladrido de
los perros aire al suelo, al mismo tiempo que proveen milares a las del bisonte. Ya para los años
Foro: G (E;(lt.tlOS
de refugio a muchas otras especies como 60, su distribución se había reducido a me­
arañas, viboras de cascabel y zorrillos. Las nos de 98% de su área original, especial­

96 er -tos Ila e os
mente debido a la introducción de cultivos
tecnificados de papa y alfalfa, Se estima
que actualmente sobreviven en 25000 hec­
táreas; afortunadamente los gobiernos es­
tatales de Coahuila y Nuevo León han esta­
blecido varias reservas para tratar de
protegerlos.
¿ Qué había pasado con los perritos lla­
neros en Chihuahua? Los últimos reportes
eran de 1972 e indicaban que se encontra­
ban en la región de Casas Grandes, en las lla­
nuras cercanas a la Sierra de San Luis. "En
1988 organizamos una expedición -relata
Gerardo Ceballos- para buscar a los perri­
tos llaneros en Chihuahua. Después de reco­
rrer un sinnúmero de brechas polvorientas
entre poblados menonitas y ejidos encontra­
mos a los perritos, en un complejo formado
por cientos de colonias y millones de anima­
les, que denominamos Janos-Nuevo Casas
Grandes. En ese entonces ignorábamos que
estábamos observando la última gran colo­
nia de perritos llaneros del continente, en
un paisaje propio del siglo pasado",18
 Uno de los primeros
hurones de patas
negras (Mustela
nigripes) liberados en
México en noviembre
Rurik List
de 2001
FOTO: G CEBAllOS

p(lY1t (J Optet.1

FOTO: P ROBLES Gil

P,\gll"" 100·10 I
Borregos cimarrones
(Ovis canadensis).
FOTO· F ECCARDl

98
El hurón de patas negras,
carnívoro perteneciente a la misma
familia que los zorrillos y las
comadrejas, evolucionó junto con
los perritos llaneros, viviendo en
sus madrigueras y cazándolos bajo
tierra hasta el punto que se hizo
dependiente de ellos. Por esta
razón, a medida que los perritos
llaneros fueron desapareciendo al
ser envenenados por los ganaderos
que los consideraban competidores
del ganado, por la peste bubónica
importada de Europa y por la
transformación de sus colonias en
tierras agrícolas, los hurones
también fueron reduciendo sus
números, hasta que tras intensivos
pero infructuosos esfuerzos para
e contrar hurones, y tras la muerte
del último hurón de patas negras en
cautiverio en 1979, se pensó que la
e:5pecie se había extinguido.
Afortunadamente, en 1981 se
encontró accidentalmente una
p blación de hurones en Meteetse,
Wyoming, lo que dio una nueva
oportunidad para la recuperación de
la especie; sin embargo, en 1987
los hurones comenzaron a morir a
causa del moquillo. Antes de que
desaparecieran fueron capturados
18 individuos, y con seis de ellos se
inició un programa de reproducción
en cautiverio que ha sido muy
exitoso.'"
En 1991, después de 4 ailos de
reproducirse en cautiverio, se
liberaron los primeros hurones al
medio silvestre en Shirley Basin,
Wyoming. Desde entonces sc han
realizado reintroducciones en seis
sitios de las praderas de Estados
Unidos. Lamcntablementc el éxito
de la reintroducción ha sido muy
limitado ya que las colonias de
perritos llaneros en Estados
Unidos son pequeñas y sólo en un
sitio, Conata Basin en Dakota del
Sur, la reproducción de los
hurones ha sido verdaderamente
exitosa, tanto que ya hay una
saturación, pues el sitio no es
lo suficientemente grande para que
el hurón pued3 sobrevivir a largo
plazo sin una intervención humana
recurrente.
En México se encontraron
fósile' de hurones junto con
pelTitos llaneros en Jiménez,
Chihuahua, y a finales del siglo
XIX se reportaron hurones en una
gran colonia de perritos llaneros del
Valle de las Ánimas, en el vecino
estado norteamericano de Nuevo
México. La colonia de las Ánimas
fue parte del mismo complejo de
colonias de perritos llaneros que el
complejo de Janos, Chihuahua, que
con 15 000 hectáreas mantiene la
mayor colonia de perritos llaneros
de Norteamérica. Aunque no
existen pruebas sólidas, es probable
que los hurones hayan persistido en
Chihuahua hasta la primera mitad
del siglo xx, pero la pérdida de los
pastizales y de las colonias
de perritos llaneros, junto con las
enfermedades, deben haber acabado
con la especie.
El Instituto de Ecología de la
Universidad Nacional Autónoma de
México, conjuntamente con el
Departamento de Pesca y Vida
Silvestre de Estados Unidos,
iniciaron un programa para la
reintroducción de hllrones de patas
negras en las colonias de lanos,
como parte de otro programa del
mismo instituto para la
recuperación del ecosistema de los
perritos llaneros en Chihuahua.
Entre septiembre de 200 I y octubre
de 2002 se liberaron 161 hurones, y
en septiembre de 2002 se
registraron los primeros hurones
nacidos en México. Las
liberaciones continuarán hasta que
se establezca una población
autosuficjente en el área, evaluando
periódicamente su tamaño y las de
los otros carnívoros que habitan las
colonias de perros llaneros. La
reintroducción de hurones en
Chihuahua ha producido beneficios
adicionales paralelos, y existe
actualmente un gran interés
internacional en la protección
del área, que está beneficiando a
otras especies. 20
99
Una parte importante de las plantas y los animales que integran la diversidad bio­
lógica de México habita en humedales, ríos y lagos, que son ambientes contrastan­
tes con una característica en común: su dependencia estricta del agua.
Los humedales son los ecosistemas de transición entre el agua y la tierra.' Hace
aproximadamente 18000 años los hielos de la última glaciación se derritieron, los
mares subieron de nivel e invadieron las llanuras y depresiones cercanas, definiendo
el perfil actual de nuestros litorales y dando origen a más de 130 lagunas costeras.
La gran cantidad de nutrientes acarreados a ellas por los ríos les permite mantener
un gran número de especies animales y vegetales, y son, por ello, uno de los ecosis­
temas más productivos de la Tierra. En un manglar la materia orgánica vegetal pro­
ducida por hectárea es de 24 toneladas por año, igual a la del cultivo de la caña de
azúcar y superior en 4 toneladas a la de una selva húmeda. El 90% de la pesca en el
ámbito mundial se lleva a cabo en las regiones costeras y, de ésta, 70% lo consti­
tuyen organismos que en alguna etapa de su ciclo vital han vivido en los sistemas
lagunares, como los manglares de la costa del Pacífico o los pantanos de la planicie
costera del Golfo de México.
La compleja historia geológica del Eje Neovolcánico del centro del país no sólo
formó un sinnúmero de conos y montañas volcánicas, sino que también creó una
serie de lagos, como los de Chapa la, Pátzcuaro, Zirahuén, Texcoco y Xochimilco, en
zonas que atrajeron poderosamente a los antiguos habitantes. 2 En Cuatrociénegas,
Coahuila, un complejo sistema hidrológico subterráneo de aguas termales alimen­
ta una serie de pozas y ciénagas, cada una con diferentes características fisicoquí­
micas, que sostienen fauna y flora únicas en el mundo. 3
Los grandes ríos de flujo permanente como el Colorado, Bravo, Conchos, Pánu­
ca, Lerma-Santiago, Balsas, Usumacinta, Coatzacoalcos y Grijalva, y miles de arroyos
y manantiales, mantienen comunidades muy diversas de especies de peces y otros
organismos acuáticos. Desafortunadamente la explotación irracional y la contami­
nación, cada día mayores, de las aguas de los manantiales, ríos y mantos freáticos,
es decir de las aguas subterráneas, ha causado serios problemas para la fauna y flora
dE esos ambientes. 4 Las especies amenazadas con la extinción incluyen mamíferos
como nutrias, castores y pequeños ratones; aves acuáticas como el flamenco y las
cigüeñas; reptiles como cocodrilos y tortugas, y peces.

e A p T u L o
 Pagtl'la. '02
Sólo 1% de las crías de
El manati (Trichechus manatus) es un ser ca­ Codiciados por su carne, su piel y su acei­
cocodrilo de río (Crocodylus si mitológico, origen de muchas leyendas, te, los manatíes han sido cazados desGe ha­
acutus) llegarán a la edad
adulta.
debido a sus hábitos y su cuerpo extraño, con ce siglos. El naturalista George F. Gaumer
FoTO: G. CEBALLOS
las patas delanteras transformadas en aletas encontró que en 1917 ya eran escasos en Yu­
P~g'", \03 y la cola aplanada. Habita en ambientes dul­ catán, debido a la gran demanda, ya que su
Humedales de la Reserva de la
Biosfera de Sian ka'an, en ceacuícolas, salobres y marinos, desde Flori­ carne era muy apreciada y el aceite se usaba
Quíntana Roo.
FOTO: F. ECCARDI
da, Cuba y las Antillas hasta Brasil. En Méxi­ como combustible, lubricante y aderezo de
co actualmente se le encuentra en los comidas. 6 Además de la cacería indiscrimina­
PaqirliJ oput?r<J. grandes ríos que desembocan al Golfo, como da, los manatíes se encuentran amenazados
Una amenaza para el manatí
(Trichechus manatus) son los el Coatzacoalcos y el Grijalva, en las extensas por la destrucción de las lagunas costeras, la
motores fuera de borda, que
pueden herirlo con las lagunas interiores de la planicie costeras, co­ contaminación y el tráfico de embarcacio­
propelas.
FOTO: P. ROBLES Gil
mo Catazajá en Chiapas y en las lagunas cos­ nes. Las altas tasas de mortalidad son es­
teras y cenotes de la Península de Yucatán. 5 pecialmente negativas, ya que la gestación

104 a al'

Arnbd dura de 12 a 14 meses, el periodo de lactan­

Foro. P CERVA.NTES
cia es de 12 a 18 meses y las hembras tienen
La investigación es
sólo una cría cada dos o más años. Además
esencial para son animales que tardan alrededor de siete
determinar las
estrategias de años en alcanzar la madurez sexual en el ca­
conservación del
manatí. so de las hembras y nueve años en el de los
roro' P ROBLES Gil
machos, lo que hace que el crecimiento de
sus poblaciones sea muy lento.
En la última década los prospectos de
conservación del manatí en México se han
incrementado, especialmente por la crea­
ción de reservas como la de Laguna de Tér­
minos, por el avance en los estudios científi­
cos y la atención de algunos sectores de la
población. Su sobrevivencia depende ahora
enteramente de nosotros.
 Todos los años las playas de Ría Celestún y
Ría Lagartos, en Yucatán, se visten de rosa,
con la llegada de miles de flamencos
(Phoenicopterus ruber) que se congregan a
anidar. Durante décadas este espectáculo
se repitió como parte de la historia, hasta
que en 1966, sin ningún antecedente, el
número de flamencos fue muy bajo, ya que
sólo 6 000 individuos visitaron los sitios de
anidamiento. 7
Romualdo Marfil, pescador de 76 años
que vive en el poblado de Ría Lagartos, ha­
bla con la sabiduría que le han dado sus
años en la laguna: 8 "Recordar el pasado es
muy bonito. Cuando yo era niño los fla­
mencos estaban aquí en el pueblo también.
Ahorita todavía se les ve, pero se espantan.
Se debe usar el dinero que llegue para cui­
darlos. Son tres meses de cuidado los que
hacen falta. Allí se juntan todos, y nada Peten es en Campeche, al sur de la isla Hol­
más qué cabecitas, mire usted, y si camina box e incluso en la reserva de Sian ka'an en
entre ellos abren paso como si fueran sol­ la costa de Quintana Roo.
dados. Cuando vuelan a ovar usted oye el Pertenecen a una especie de hábitos
manchón rojo en el cielo, porque hablan: gregarios, y cuando se alimentan, anidan o
uno dice 'coyoyo', y el otro le contesta 'me­ vuelan, lo hacen siempre, y durante todo su
queque'" . ciclo de vida, en grandes grupos. En 1976 se
El flamenco rosa es una de las aves vi­ estimó una población de 16 000 Y en 1987
vientes más antiguas. Se le encuentra en el se calcularon 25 DAD. Tras los desastres que
Caribe y en las islas Galápagos. En México ocasionó el huracán Gilberto, se censaron
habita en las costas de la Península de Yuca­ alrededor de 18 000 flamencos. Un censo
tán, en las vastas rías -que son brazos de aéreo en el año de 1993 arrojó la suma de
agua somera paralelos a la costa- como la 21000 flamencos, y otro, en marzo de 1999,
de Celestún y Lagartos, en la región de Los estimó 27 DAD.

106 F e
 En México esta especie está clasificada
como vulnerable, debido a que práctica­
mente 100% de la población anida en un
sólo lugar: algunos islotes de Ría Lagartos.
Esta concentración en un solo sitio puede
provocar, en respuesta a perturbaciones
naturales o relacionadas con las activida­
des humanas, el abandono de la colonia
de anidación por una o más temporadas.
Sin embargo, ahora la población está esta­
ble y, gracias a la protección brindada por
el establecimiento de la Reserva Especial
de la Biosfera de Ría Lagartos, hay 6 000
parejas.
Pero existen otras amenazas para esta pOJLr.1l lpue\I,'
Flamencos
espectacular ave acuática: la transformación (Phoenlcopterus ruber).
fOTO G el AUOS
de rías y manglares en poblados, en indus­
Ar(,ba
trias o carreteras, y las consecuentes líneas La concentración dE' los
flamencos en pocos ~itlos
de tendido eléctrico contra las cuales cho­
de anidaclón los hace
can los flamencos jóvenes cuando se despla­ vulnerables a fenóm=nos
naturales como hura(anes
zan de una zona a otra. Desde tiempos an­ FOTO' F ECCAADl
tiguos los flamencos han convivido con la
explotación de sal; en Ría Lagartos, por
ejemplo, se encuentran vestigios de la cul­
tura maya en Emal, que fue durante la épo­
ca prehispánica el principal sitio productor
de sal en Centroamérica. Actualmente en
Las Coloradas se ubica una de las salineras
 más importantes del país, con una produc­
ción anual aproximada de 500 000 tonela­
das. Las charcas de evaporación de esta sali­
na, que están usando los flamencos,
equivalen al 35% de las 1 900 hectáreas de
área total de la salina, lo que indica que el
65% restante ya no es un hábitat propicio
para los flamencos, aunque antiguamente
formara parte de él.
El atractivo de los flamencos ha llamado
la atención de los turistas, quienes acuden
a la zona para admirar el magnífico y colo­
rido espectáculo que brindan. Hay efectos
negativos de esta actividad, ya que el tiem­
po que estas aves dedican a la alimentación
se ha reducido de 80% a 60% a raíz de la
perturbación provocada por las lanchas de
los turistas. Por ello es importante regular
esta actividad. Los primeros pasos en la con­ La poblaciones de flamencos en
México se han recuperado
servacíón del flamenco ya están dados. Hay gracias a la protección de sus
que continuar la marcha para que estas her­ lonas de anldaclón y
alimentación, mismas que se han
mosas aves sigan habitando en las aguas de convertido en atractivos
turisticos.
105 esteros mexicanos. fOTOS F ECCARDI

108
 Los jabirúes (Jabiru mycteria) son la aves
más grandes de México, ya que la enverga­
dura de sus alas es de más de dos metros.
Son de hábitos solitarios, se les encuentra
en zonas parcialmente inundadas y requie­
ren para vivir enormes extensiones de hu­
medales sin perturbación humana. Anidan
de forma solitaria y sus enormes nidos lo
construyen en árboles secos cerca de alguna
sabana. El jabirú es escaso en México y Cen­
troamérica, aunque abundante en Suramé­
rica. Los pocos individuos de la Península de
Yucatán, Belice y el Petén guatemalteco for­
man una sola población que se mueve entre
los tres países. En 1978 se estimó que había
89 individuos en México. A finales de la dé­
cada de 1990, más de SO 000 hectáreas del
mejor hábitat para la especie en la Laguna
de Términos habían sido convertidas en
arrozales, que además de destruir su hábi­
tat contaminan a sus presas con plaguicidas. 9
La cigüeña americana (Mycteria ameri­
cana), de plumaje blanco, anida en colonias

,
Ja •
a
• •• /1II1II

110 yelgue
 en grandes árboles. Generalmente se ali­
menta en charcas y lagunas en proceso de
desecación, donde los peces se han concen­
trado, y son capturados al tacto por las ci­
güeñas, con su pico sumergido en el agua.
Anida durante la temporada de secas cuan­
do los niveles de agua comienzan a des­
cender. No sólo el drenaje o la inundación
artificiales de los humedales afectan grave­
mente el éxito reproductivo de esta especie,
sino también las variaciones climáticas; la
inundación prematura de los campos de
alimentación obliga a los adultos a buscar ali­
mento, abandonando a sus pollos a una
muerte por inanición. Por otra parte, se

Pd1:Jlntl OOU~Sid ha comprobado que en años muy secos se

La destrucción de los
humedales es el mayor desplazan hasta 130 km desde la colonia pa­
problema que enfrenta la
cigüeña americana
ra alimentar a sus pollos.
(Mycteria amencana) Su área de distribución es estrictamente
FOTO F ECCA"OI
FOTO: G CEBALLOS neotropical, desde el sur de Estados Unidos
El Jabirú (Jabiru myctena) hasta el norte de Argentina; hoy día las po­
es una de las aves más
raras de MéXICO. blaciones más importantes se encuentran
FOTO F ECCAR[)1
en México (unas 12 000 parejas), donde se
distribuyen a lo largo de ambas costas, yal­
gunos individuos han sido vistos también en
lagos de Jalisco. La mayores concentracio­
nes se encuentran en el delta de los ríos
Usumacinta-Grijalva, en Marismas Naciona­
les en Nayarit, Sian ka'an en Quintana Roo
y Mar Muerto en Chiapas. lO 111
 La historia de los cocodrilos de México es
una historia de drama y esperanza, que re­
fleja claramente la dinámica de los patrones
de consumo de la sociedad. A finales de
la década de 1960 la explotación para obte­
ner sus pieles había orillado a la extinción a
las tres especies de México, que son el coco­
drilo de río (Crocodylus acutus), el cocodrilo
de pantano (Crocodylus morelettí) y el cai­
mán (Caiman sclerops).
Los cocodrilos habitan en México en las
planicies costeras y las aguas de algunos ríos
en el interior del territorio, en regiones tro­
picales que no presentan heladas: al parecer
ése es uno de los factores determinantes de
ll
su distribución. El cocodrilo de río se distri­
112 rl S
buye desde el sur de Sonora y norte de Sina­
loa hasta Chiapas, y de allí hasta Costa Rica.
Hay registros también de los cayos como
Chinchorro, en el mar Caribe. La distribución
del cocodrilo de pantano es complementaria,
ya que se le encuentra desde Tamaulipas has­
ta la Península de Yucatán y Chiapas, además
de ocupar Belice y Guatemala. Aún hoy se
desconoce la distribución precisa de ambas
especies en Chiapas y la parte adyacente de
la Península de Yucatán. El caimán tiene la
distribución más restringida en México, ya
que sólo se le encuentra en los esteros y man­
glares de la costa sur de Oaxaca y en Chiapas.
Los cocodrilos son reptiles de hábitos an­
fibios, ya que requieren ambientes acuáticos
El cocodrilo de rio (Crocodylus
acutus) estuvo al borde de la
extinCión, pero actualmente
sus poblaciones se han
recuperado.

P¡gln", 114 t 15
Más de una década tendra que
pasar para que esta cria de
cocodrilo de rio alcance '21
tamaño de su madre.
fOTOS G ÚBALi.OS

113

Cocodrilo de pantano y terrestres para vivir. En sus actividades dia­
(Crocody/us more/ettí).
FOTOS: F. ECCAROI rias pasan algunas horas en la orilla de lagu­
nas y ríos tomado el sol, ya que necesitan es­
ta energía para mantener su temperatura
corporal. Al principio de la primavera, tem­
porada de reproducción, los machos recor­
ren el territorio de varias hembras, que sue­
len poner alrededor de 40 huevos en un
116
nido excavado en la arena y sucesivamente
cubierto por ramas y hojas. Después de un
periodo de gestación de varias semanas na­
cen las crías, que instintivamente se dirigen
al agua. 12
Antes de 1940 eran extremadamente
abundantes, sobre todo en lagunas costeras
y ríos en Sinaloa, Nayarit, Veracruz, Tabasco y
Chiapas. Existen relatos que indican que en
una sola laguna en Chiapas, por ejemplo, se
podían observar miles de cocodrilos en una
noche. En ciertos lugares representaban un
peligro serio para los animales domésticos
como perros y becerros, y en algunas ocasio­
nes para los humanos. Miguel Álvarez del To­
ro, naturalista que estudió los cocodrilos en
Colima y Chiapas, relata que en el Balsas y el
Grijalva había lugares en donde era material­
mente imposible cruzar a nado por la canti­
dad de cocodrilos.
La explotación de los cocodrilos en Mé­
xico y en otras partes de Centro y Sudaméri­
ca tuvo un auge entre 1940 y 1970/ cuando
fueron exportados cientos de miles de pie­
les. La moda había otorgado un gran valor a
estas pieles para la confección de zapatos,
bolsas y cinturones. Se les cazaba de muy di­
versas maneras: durante la noche se patru­
llaban en lancha o cayuco los ríos y lagunas,
alumbrando con una potente lámpara y los
ojos brillaban como centellas de color rojo. La investigación es
fundamental para el
Entonces se les disparaba o arponeaba, pero conocimiento y conservación
de las especies en peligro de
también se les trampeaba o se capturaban extinción. Este cocodrilo de
con redes. El incentivo económico llevó a los pantano fue pesado y m,~dido.
se determinó su sexo y se
cazadores de cocodrilos hasta lo más intrin­ marcó para poderlo localizar.
FOTOS: F. ECCAADi
cado de las selvas. Tras décadas de una ex­
plotación incesante desaparecieron de gran­
des extensiones en donde antaño eran
abundantes. En México existen ahora criade­
ros comerciales, y la explotación de las po­
blaciones silvestres de cocodrilos es casi nu­
la/ lo que ha favorecido su recuperación. 13
 Llamados en náhuatl axólotl, es decir
"monstruo de agua", los ajolotes son anfi­
bios propios de los ambientes lacustres del
Eje l\Jeovolcánico, en donde existen 15 espe­
cies. Llegan a su madurez sexual sin cambiar
su morfología de larva, viven en el agua pe­
ro emergen a la superficie para respirar y
poseen una asombrosa capacidad de rege­
neración de sus miembros. 14
Muy apreciados desde la época prehis­
pánica como alimento en sopas, guisos o

118 e y salama as
tamales, se le han atribuido propiedades cu­
rativas, fama que perdura hasta nuestros
días, por lo cual se elaboran con ellos poma­
das y jarabes para curar afecciones como
asma y bronquitis. La explotación a la que
han sido sometidos, la pérdida de los am­
bientes lacustres y la introducción de carpas
y otros depredadores han puesto a varias
especies como la de Río Frío (Ambystama 10­
rae), la del Lerma (A. lermae), la de Xochi­
milco (A. mexícanum) y la de Pátzcuaro (A.
dumerílí) al borde mismo de la extinción.
Recientemente se están llevando a cabo
proyectos de reproducción en estanques de
P"ilg,r,(I U;"Ufl!~t ~
El ajolote de Pátzcuaro (Ambystoma
dumenli) es endémico de ese lago
Foro O FlOA[~
El ajolote de Taylor (Ambystoma tayJon)
es endémico de los lagos del centro de
MéxIco.
FOTO p, CERVAN rl!i
tipo intensivo para su posterior reintroduc­
ción en su ambiente natural. Adem¿¡s los
mecanismos hormonales que se desencade­
nan durante el proceso regenerativo de te­
jidos que posee este anfibio son objeto de
estudio por sus posibles aplicaciones en la
medicina. Pero no siempre la reproducción
en cautiverio es una tarea fácIl. Se ha obser­
vado, en este caso, que las crías son muy vul­
nerables y su tasa de sobrevivencia es muy
baja, debido -entre otros factores- él que
algunos protozoarios atacan su sistema dér­
mico, debilitándolas y permitiendo el desa­
rrollo de otras enfermedades.
Las salamandras, como la Ambystoma
granuJosum que aparece arriba, son
verdaderos anfibios, a diferencia de los
ajolotes que son exclusivamente acuáticos.
FOTO G CUA110S
119
 Cachorrito cangrejero Por increíble que parezca, las zonas áridas
(Cyprinodon labiosus).
Fo . H. WILJ(EN"~ de México son regiones con una excepcio­
nal diversidad de especies de peces de agua
dulce, tanto por su número como por sus ca­
racterísticas peculiares y exclusivas. Las razo­
nes fundamentales que explican esta apa­
rente paradoja es la presencia de grandes
ríos caudalosos como el Colorado, Conchos,
Bravo, San Pedro, Yaqui y Pánuco, así como
de cientos de manantiales dispersos en el
agreste paisaje. Los peces y otros grupos de
animales acuáticos de esos manantiales y
ríos han evolucionado por miles, y en algu­
nos casos, decenas de miles de años, en to­
120 Peces
tal aislamiento, lo que ha causado su ende­
mismo. Casi la totalidad de las especies son
exclusivas de México, y en general tienen
distribuciones muy restringidas, lo qUE~ las
hace vulnerables a la extinción. 15
Existen ejemplos en verdad asombrosos
de la especiación de complejas comurida­
des de peces en regiones áridas, entrE~ las
que destacan Cuatrociénegas en Coahuila,
la Media Luna en San Luis Potosí, el río Con­
chos en Chihuahua y el río Yaqui en Sonora.
En Cuatrociénegas existen cientos de pozas,
manantiales y canales de aguas cristalinas
que mantienen a más de 70 especies de
H.'!Cld abJjo

Trucha arcolrIs
(Onchorhynchus mykiss nelsonl).
FoTO~ G RUIZ CAMPOS

Matalote de Sonora
(Catostomus Insignls).

Juvenil de matalote de Sonora

Carpita (Glla robusta).

Rodapiedras
(Campostoma ornatum).

Gutopote de Sonora
(PoeClliopsis oCCldentalis)
FOTOS' J. N. RINNf

plantas y animales únicos del sitio, de las

cuales 12 son de peces que incluyen guaya­
eones, sardinitas, bagres, mojarras y cacho­
rritos. En el lago de la Media Luna viven 8
especies endémicas. Otras especies han
evolucionado en ambientes inesperados
como el bagre de Coahuila (Príetella phrea­
tophíla), descubierto en 1954 cerca de Múz­
quiz, cuando las aguas de un pozo artesiano
de más de 100 metros de profundidad, se
desbordaron después de una lluvia excep­
cional, arrastrando algunos de estos peces,
que fueron colectados por un estupefacto
ictiólogo mexicano, Jorge Carranza, quien
no podía creer lo que estaba viendo. Estos
bagres son ciegos y sin pigmento, ya que só­

121
 lo habitan en aguas profundas, de oscuri­
dad permanente. 16
Otros ejemplos notables son los peces
que habitan en manantiales de aguas duras,
ricas en carbonatos o que presentan altas
temperatura. Tal vez los más conocidos son
10': cachorritos, del género Cyprinodon, que
habitan en manantiales muy pequeños: de
hecho, el pez con la distribución más res­
tringida en todo el mundo era Cyprinodon
longidorsalis, que sólo habitaba en un ma­
nantial de tres metros de diámetro y pocos
centímetros de profundidadY
Paulatinamente los pocos bastiones
donde sobreviven esos peces están desapa­
reciendo, literalmente engullidos por el de­

sarrollo. Existen varios casos de peces que

Molly aleta de vela

(PoeClI¡a ve/ifera).

Numerosas especies de peces están en FOTO' H BAHENA

Cachornto de dorsal larga

peligro de extinción debido a la introducción de (Cypnnodon verecundus).

Ambas especies son
endémicas de la laguna de

122 peces exóticos en sus ambientes. Bacalar en Quintana Roo.

FOTO' U S-mEcx.EIl

fueron descubiertos y descritos por científi­
cos pocos años antes de que se extinguieran
o incluso después de extintos, como es el ca­
so de los peces del manantial que provee de
agua a Parral en Chihuahua, en donde tres
especies se descríbieron una vez que ya
habían desaparecido, o el de los peces del
Bolsón de la Sandía, en Nuevo León, que se
explica en la introducción de este volumen.
Cuentan las crónicas y las leyendas que
Tenoch, el mítico sacerdote que guiaba a las
tribus chichimecas, decidió asentarse en el
Valle de México debido a su gran belleza es­
cénica y su enorme diversidad biológica, do­
minada por lagos en los que pululaban los
peces. Grande sería su sorpresa si pudiera
visitar ahora esta región, en la que los ex­
tensísimos lagos, de miles de hectáreas, han
desaparecido prácticamente. El avance de la
urbanización de la Ciudad de México y la zo­
na conurbada en el Estado de México acabó
Mojarrita
(Zoogoneticus tequila).
FOTO' S.A W,"
Charal
(Chirostoma rioja/).
Foro G CEBALLOS
con una de las regiones de mayor belleza en
el país. Ahora los pocos remanentes como el
lago Nabar Carrillo, los humedales de Chal­
ca y Tláhuac, y Xochimilco permanecen co­
mo mudos testigos de la historia, y mantie­
nen unas cuantas especies. 18
Para muchos de los peces endémicos de
México, la destrucción y .contaminación de los
cuerpos de agua fue el capítulo final de su
historia. A finales de la década de 1950 se ex­
tinguieron las tres especies del género
Evarra, que eran charales exclusivos del Va­
lle de México. Ya nadie podrá pescarlos para
comerlos en tamales, fritos o en algún otro
guiso tradicional. Las poblaciones de otras
especies de nombres caprichosos como AI­
gansea tincella, Girardinichthys multiradia­
tus y Notropis sallei, se encuentran crítica­
mente amenazados y con pocas esperanzas
de sobrevivir, debido, tristemente, a la falta
de interés del gobierno y de la sociedad.
123
 •
U·". S
Nutria norteña
(Lontra canadensis).
FOTO: G. ÚIAUOS

124
 Aparte de la nutria marina, en México vi­
ven otras dos especies de nutrias, la Lontra
canadensís del norte del país, y la Lontra
longícaudís o nutria neotropical, que en
nuestro continente se distribuye desde el
noroeste de México -a lo largo de la Sierra
Madre y en el Golfo de México, desde el ni­
vel del mar hasta los 1 700 metros de alti­
tud-, hasta Uruguay, Paraguay y el norte
de Argentina .19
Carnívoros de la familia de los mustéli­
dos, que también incluye a los hurones, zo­
rrillos y comadrejas, las nutrias son total­
mente depend ientes del med io acuático.
Con sus cuerpos alargados, patas cortas y es­
peso e impermeable pelaje, las nutrias na­
dan y bucean en lagos, ríos y arroyos de
aguas claras, en pos preferentemente de
peces y cangrejos, aunque pueden capturar
anfibios, reptiles, aves, mamíferos e incluso
insectos. Principalmente nocturnas, son muy
sensibles a la contaminación del agua y, por
ello, su pariente europeo (Lutra lutra) está
siendo utilizada como especie indicadora,
que son las que permiten evaluar el estado

Nutria neotroplcal
de toda una comunidad en un tiempo muy
(Lontra longlcaudls) corto; es decir, comprobar su presencia en
FOTOS F ECCARO~

un sitio corrobora el buen estado de salud

P'I.l)'1d~ '2h·~n

Ibis blancos y flamencos en los

del mismo. En el caso de las nutrias se pue­
manglares de Ría Celestún en de así evaluar la calidad del agua y del há­
Yucatán.
FOTO F ECCAflDl bitat terrestre adyacente.
Se dice que cuando los primeros conquistadores pisaron el territorio de la Nueva
España, una ardilla podía desplazarse por los árboles de las selvas secas, sin tocar
tierra, desde el sur de Sonora hasta Costa Rica. 1 Tal era su extensión. En la actuali­
dad la selva seca se encuentra fragmentada desde el sur de Sonora hasta el norte de
Chiapas, penetrando a lo largo de la cuenca del río Balsas hasta los estados de Mé­
xico y Morelos, en el centro del país. En la vertiente del Golfo ocupa una superficie
más restringída, ya que sólo se localiza en manchones aislados en Tamaulipas, Ve­
racruz y el norte de la península de Yucatán. En Centroamérica también ha desapa­
recido en su mayor parte.
Esta selva, conocida también como selva baja o bosque tropical caducifolio, re­
cibe su nombre por algunas características que le confieren un peculiar aspecto: la
altura promedio de sus árboles no rebasa los 20 metros y el diámetro de la copa
suele ser mayor que la longitud del tronco. Su característica distintiva es, sin embar­
go, que la mayoría de las plantas pierde las hojas en la época de secas, dando la im­
pre!;ión de que han muerto sofocadas por la sequía. Entre los árboles, algo particu­
lar es la gran variedad de cortezas: las hay rugosas, lisas, espinosas y ornamentadas,
y sus colores varían del rojo al amarillo y blanco.
La característica climática más importante de estas selvas es su marcada época
de secas. La prolongada sequía comienza en el invierno, y en los siguientes meses
la selva se torna desolada y gris, aparentemente carente de vida. Las hojas marchi­
tas se desprenden de las ramas y forman una capa densa en el suelo. Muchas espe­
cies de árboles, ya sin hojas, florecen en sincronía en pocos días, lo que les permite
asegurar una polinización exitosa. Después del periodo de floración se producen en
abundancia frutos y semillas.
A mediados de junio, con la llegada de las lluvias, la selva se transforma y se lle­
na de actividad. En pocas semanas las plantas se llenan de follaje y la selva se vuel­
ve exuberante. La selva seca es el ecosistema de México que alberga la mayor can­
tidad de especies endémicas. 2
Cada año un promedio de 300 000 hectáreas de selvas secas son destruidas de­
bido principalmente al avance de las fronteras agrícola y ganadera. Casi sin darnos
cuenta, año con año se van perdiendo estas selvas y se va reduciendo la diversidad
biológica del país.

e A p T u L o
 Un hecho generalmente desconocido por
la sociedad es el papel fundamental que de­
sempeñan los murciélagos para mantener la
funcionalidad de la selva seca. Estos peque­
ños mamíferos, los únicos con la capacidad
de volar, son esenciales para la polinización
y dispersión de las semillas de muchas espe­
130 rciélag
cies de plantas. Algunas, por ejemplo, no
tienen una polinización efectiva sin las visi­
tas de los murciélagos, atraídos a ellas por la
abundante producción de néctar, que es su
fuente principal de alimento en ciertos pe­
riodos del año. 3 En otras plantas las semillas
deben pasar por el tracto digestivo de los
S

 P'9' , 28·' 29 P<l<¡IIldOPU"''''

El anolis de Taylor (Anolis taylon) Murciélago magueyero
es endémico de la región de (Leptonycteris curasoae).
Acapulco, Guerrero, y esta FOTO' S AlT[NSACH
severamente amenazado por el
desarrollo urbano. Murciélago
FOTO G CEBALl.O'í (Leptonyctens nivalis).
FOTO' M. TSCHAPKA
Diversidad de especies de arboles
en el bosque caducifolio de la Murciélago
costa de Oaxaca. (Hylonypteris underwoodi).
FOTO F ECCAROI Foro M TSCHAPkA

murciélagos para que puedan germinar. Esto

implica que en ausencia de los murciélagos la
selva se degradaría aun sin ser talada.
La diversidad de murciélagos de las sel­
vas secas es verdaderamente extraordinaria,
ya que albergan a más de 60 especies, que
representan 45% de todas las del país. 4 En
estas selvas habita el único género de mur­
ciélago endémico de México, Musonycteris

131
Colonia de murciélagos
(Leptonyeteris ni va lis)
en una cueva.
FOTO M TSOfAPKA
Pag1f':a Goue~!.U
El murciélago narigudo
(Musonyeteris harrisonl)
es endémico de México y se
alimenta con el néctar de las
plantas que habitan en las
selvas secas.
FOTOS M TSCHAPK,c,
harrisoni. Descrito científicamente en 1963,
su largo rostro que lo hace inconfundible
entre todas las otras especies, representa
una especialización para alimentarse del
néctar de plantas de la selva. El mutualismo
entre las plantas y el murciélago, que es una
interacción ecológica en la que ambos gru­
pos de organ ismos obtienen beneficios,
consiste en que las plantas dependen del
murciélago para ser polinizadas y éste de­
pende de las flores para alimentarse. Al
buscar el néctar se impregna de polen, que
habrá de depositar en otras flores, polini­
zándolas. La ausencia del murciélago signi­
fica progresivamente la ausencia de las
plantas que poliniza, y su eventual reempla­
zo en la selva por otro tipo de plantas poli­
nizadas por otros medios.
En la costa de Jalisco se descubrió en la
década de 1970 una colonia del murciélago
magueyero (Leptonycteris curasoae) de has­
ta 75 000 individuos. Durante décadas fue
una incógnita el paradero de estos murcié­
lagos en el invierno. 5 En esos meses la colo­
nia, ubicada en una cueva en la isla San An­
drés cerca de la bahía de Chamela,
desaparece. Gracias a un ingenioso estudio,
que se basó en técnicas moleculares, se
comprobó que los murciélagos de esta colo­
nia migran cada año al norte de México y
sur de Arizona, en una viaje de más de 1 500
kilómetros, en busca de las cuevas que les
sirven de colonias de maternidad, en donde
congregaciones de hasta medio millón de
hembras se refugian para dar a luz.
La migración la realizan siguiendo el es­
trecho corredor de selvas que se ubica entre
la Sierra Madre Occidental y la costa. A pe­
sar de que no se sabe si se detienen E~n al­
gún sitio para alimentarse, se han captura­
do ejemplares a lo largo de esta ruta con
pocas reservas de grasa, lo que indica que
necesitan alimento. Cada año, ante la inten­
sa deforestación de las selvas secas, las áreas
adecuadas para su alimentación van que­
dando más aisladas y separadas entre sí. Los
murciélagos requieren ahora mayores es­
fuerzos para ubicar las cada vez más distan­
tes selvas. ¿Llegará un día en que no en­
cuentren selvas para alimentarse? Es
probable que esto ocurra en pocos años si
persiste la destrucción de la selva.
Casi una quinta parle de las 927 especies de
murciélagos del planeta habitan en México.
El enorme esfuerzo que representa la
migración, para lo cual los murciélagos uti­
lizan sus reservas de grasa, puede tener
otras consecuencias insospechadas. 6 El uso
desmedido de plaguicidas, sobre todo de
productos como el DDT, cuyo uso fue prohi­
bido en Estados Unidos hace décadas, pero
que todavía se utiliza en México, ha provo­
cado que esos plaguicidas se integren a las
cadenas alimentarias y, de esta manera, de
los insectos pasan a las aves y a mamíferos
como los murciélagos. En estos animales
ocurre una creciente concentración del pro­
ducto tóxico en su grasa y tejidos, debido a
que se acumula con la ingestión progresiva
de insectos durante varios meses. De esta
forma el DDT generalmente no mata a los
murciélagos en esos periodos. Sin embargo,
durante la migración se utilizan las reservas
de grasa en pocos días, movilizando concen­
traciones letales del DDT, de tal forma que
muchos murciélagos mueren sin lograr ter­
minar la migración y reproducirse.
Una presión adicional que deben en­
frentar los murciélagos magueyeros en su
ciclo anual es la destrucción y perturbación
de las cuevas que albergan a las colonias de
maternidad, en donde en casos extremos la
sola presencia de una persona puede cam­
biar las condiciones de humedad y calor,
provocando la muerte de miles de crías. La
vulnerabilidad de los murciélagos a la ex­
tinción, por las estrechas relaciones con sus
recursos alimenticios y refugios, que se han
hecho evidentes después de numerosos es­
tudios, debe ser tomada como una lección
más general: conforme se va obteniendo
más información son más claros los compli­
cados mecanismos que permiten interac­
tuar a las especies y su medio, y también lo
es la vulnerabilidad de ecosistemas comple­
jos a la pérdida de especies clave como los
murciélagos.

 Ocelote (Leopardus pardaf¡s);
durante muchos años sus
pieles fueron muy cotizadas
para confeccionar abrigos.
Hoy sus poblaciones se están
recuperando paulatinamente.
Foros' F ECCARDI
P.tq,~ C1pues!a. iJoa,o
Las hembras de ocelote son
sexualmente maduras a 105
18 meses y dan a luz uno o
dos cachorros al año.
Foro. P ROBLES GIL
134
Uno de los comercios más dañinos para la
fauna de las selvas secas en particular y de
los mamíferos en general ha sido el tráfico
de pieles. Entre las especies más afectadas
se encuentran los gatos de pieles mancha­
7
das/ como el ocelote y el jaguar. La moda
de la década de 1960 impulsó el uso de abri­
gos y otros atuendos con pieles de estos fe­
linos. Se estima que más de un millón de
pieles de animales silvestres, incluid-as miles
de gatos silvestres, se exportaban legalmen­
te cada año de Brasil, Paraguay y Bolivia a
Europa, Japón y Estados Unidos.
El ocelote (Leopardus pardalis) es un fe­
lino silvestre un poco mayor que un gato
doméstico, ya que llega a pesar 20 kilogra­
mos. Tiene una sola camada de dos crías en
promedio al año. Habita en selvas secas y
húmedas con coberturas de vegetación den­
ceo e
sa, desde el sur de Texas hasta el norte de
Argentina, y en México se distribuye a lo
largo de las planicies costeras del Pacífico y
del Golfo de México, desde Sinaloa y Ta­
maulipas, hacia el sur, incluyendo toda la
Península de Yucatán. Cada animal requiere
un territorio que varía entre 130 y 1 700
hectáreas de extensión para poder encon­
trar suficientes presas para mantenerse, co­
mo armadillos, iguanas, conejos y más de 20
tipos de presas adicionales. 8
Los ocelotes y jaguares de las selvas se­
cas y húmedas de México han sido objeto de
una gran explotación por sus pieles, aun­
que de menor magnitud que la ocurrida en
América del Sur. Entre 1968 y 1970, por
ejemplo, 1 280 pieles de jaguar y 15 500 pie­
les de ocelote fueron exportadas legalmen­
te de México a Estados Unidos. Se calcula
que el tráfico ilegal triplicó estas cifras. En
1979 en un solo cargamento Ilegal se con­
fiscaron en la frontera con Texas más de
17 000 pieles de ocelote y jaguar. La magni­
tud y el impacto de esta actividad se aprecia
mejor si se considera que los ambientes más
propicios mantienen un jaguar por cada
1 500 hectáreas y un ocelote por cada 150
hectáreas. Es decir, 15 500 pieles de ocelote
equivalen a toda la población de una región
de más de cuatro millones y medio de hec­
táreas, extensión similar al territorio combi­
nado del Estado de México, el Distrito Fede­
ral y Morelos.
Por fortuna, a mediados de los años de
1970 se prohibió el comercio de pieles en
todo el mundo; gracias a la enorme presión
que ejercieron algunos grupos conservacio­
nistas la moda cambió y las pieles de los ga­

tos manchados dejaron de ser prendas codi­

ciadas. La prohibición de la venta legal de
pieles. sobre todo en Estados Unidos, provo­
có una severa caída en los precios, lo que
desincentivó el comercio. Muchas regiones de
México y de otros paises latinoamericanos
donde los ocelotes eran extremadamente
raros hace 30 años han recuperado sus po­
blaciones. En regiones en las que se ha pro­
tegido el hábitat ahora son tan abundantes
como hace un siglo. 135
 Las selvas secas son el hábitat exclusivo de ca representante del género en el mundo.
una gran variedad de especies de animales Estas ratas son casi exclusivamente arboríco­
y plantas endémicas de México, que no son las, por lo que dependen muy estrechamen­
muy conocidas debido a su pequeño tama­ te de las selvas bien conservadas. A pesar de
ño ya su distribución restringida. Una cria­ que se le conocía de varias localidades, ac­
tura fascinante de estas selvas es el zorrillo tualmente sólo existe en dos sitios, debido a
pigmeo (Spilogale pygmaea), que es el car­ la progresiva destrucción de estas selvas. Es­
nívoro más pequeño de México. A diferen­
9 ta rata comparte su ambiente con otra rata
cia de otros zorrillos, el pigmeo tiene una arborícola (Hodomys alleni), que también es
dependencia directa de la selva seca, y es la única representante de su género, y en­
muy raro en ambientes perturbados. Este démica de las selvas secas del oeste de Mé­
pequeño animal, que podría considerarse xico. Su distribución es más amplia que la de
como el emblema de la selva seca por su la rata de Magdalena, por lo que sólo se le
dependencia estricta con este ambiente y considera amenazada .10
ser endémico del mismo, tiene una colora­
ción muy notable, con el cuerpo cubierto
de bandas de color crema y negro. Debido
a su pequeño tamaño ha desarrollado uno
de los sistemas de defensa más eficaces,
que consiste en lanzar un líquido pestilen­
te a sus potenciales depredadores.
En la selva seca de una pequeñísima re­
gión en Colima y Jalisco habita la rata de
Magdalena (Xenomys nelsoni), que es el úni-

136
Zor -110 eo

Las tarántulas, que son las arañas más gran­
des de México, son objeto del comercio tan­
to nacional como internacional como apre­
ciadas mascotas, debido a que no necesitan
muchas atenciones, pues pueden estar sin
comer por mucho tiempo; inofensivas y dó­
ciles, tienen colores llamativos, a veces con
manchas rojas o naranjas en ciertas partes
de las patas. Cientos, quizás miles de ejem­
plares del género Brachype/ma -actual­
mente varias especies de éste genero están
incluidas como amenazadas en la Norma
Oficial Mexicana- se exportan legalmente
o de contrabando a Estados Unidos y Euro­
pa. 1! En septiembre de 1999, por ejemplo,
oficiales aduaneros arrestaron a una mujer
francesa que intentaba introducir ilegal­
mente a Alemania 1 221 tarántulas adultas
que provenían de Mexico. Todas eran hem­
bras del género Brachype/ma, y la mayor
parte llevaba huevos fertilizados.
Las tarántulas llegan a la madurez se­
xual apenas a los 10 o 12 años de edad: es
entonces cuando en la época de lluvias los
. machos salen a buscar a las hembras para
aparearse, tarea por demás difícil y riesgo­
sao Se ha visto que a veces tienen que reco­
rrer hasta 9 kilómetros en una noche, de­
fenderse del acoso de zorros y coatíes -en
cuyas narices sueltan sus pelos urticantes- ,
cruzar caminos y evitar ser aplastadas por
algún vehículo, para finalmente llegar al
nido de una hembra. Entonces el macho
golpetea el terreno con sus patas, para esti­
mular que la hembra salga del nido, caute­
losamente se acerca a ella, con el primer par
de patas le detiene los colmillos, la insemina
y rápidamente se aleja, ya que se arriesga a
ser comido por ella acto seguido. 12
La hembra, que vive hasta 30 años, de­
positará una bolsa de seda que contiene los
hueveclllos de las que nacerán de 400 a 600
crías, de las cuales sólo 1% llegará a su ma­
durez sexual. En México viven 55 especies,
algunas de ellas endémicas, en una gran di­
versidad de ambientes, desde los templados
hasta los muy cálidos. Desafortunadamen­
te, la fama que entre la gente del campo
tienen las tarántulas de, por ejemplo, ser
muy venenosas y matar al ganado, cuando
su veneno -de las especies que viven en
México- apenas puede matar un grillo en
5 minutos, las ha convertido en objeto de
persecución.
Pdg na opue~ta
Zorrillo pigmeo
(Sp,logale pygmaea).
La rata de Magdalena
(Xenomys nelsoni) es el úniCO
representante del género en el
mundo.
Foros G CEBAllOS
La tarántula de patas rojas
(Brachypelma smlthl) y otras
especies que viven en MéxIco
tienen un veneno que apenas
puede matar un insecto.
FOTO' o MOcrtiUMA
ra uas

 Los pericos y guacamayas de las selvas secas
han sido y siguen siendo objeto de tráfico
ilegal para el mercado de mascotas. Esta ac­
tividad, aunada a la destrucción de su hábi­
tat, ha puesto en peligro de extinción a va­
rias especies, entre la que destaca el perico
de cabeza amarilla (Amazona orathryx) y la
guacamaya verde (Ara militaris).
Hasta mediados del siglo xx las selvas
secas de México, desde Sinaloa hasta Chia­
138 a amay
pas, mantenían enormes poblaciones de pe­
ricos de cabeza amarilla. La apertura de ca­
rreteras transitables durante todo el año y
la creciente demanda de mascotas en los
mercados nacionales e internacionales pro­
vocaron su explotación desmedida. 13 Cada
año, entre marzo y junio, se llegaron a ex­
portar hasta 100000 pericos. Se ha estima­
do que por cada perico que llega vivo a los
mercados internacionales, mueren otros 10.
•
y pe e s
 El impacto del tráfico ilegal se multiplica
si se considera la destrucción de las selvas, lo
que ha dejado enormes extensiones sin po­
sibilidades de mantener pericos, y los méto­
dos de captura. Los pericos de cabeza ama­
rilla anidan en huecos en los árboles; varios
estudios han demostrado que los sitios para
anidar son uno de los factores limitantes de
sus poblaciones: es decir, generalmente no
existen suficientes sitios para ubicar los ni­
dos. En muchas regiones de México los peri­
cos se capturan cuando están anidando, y la
manera de hacerlo es derribar el árbol don­
de están los nidos, lo que limita aún más los
sitios disponibles para anidar.
La tasa de explotación de los pericos
de cabeza amarilla ha sido tal que ahora
son extremadamente raros. En la Reserva
de la Biosfera Chamela-Cuixmala, que cu­
bre 13 000 hectáreas de selvas en excelente
p&qir -ti OplJe'>tcl +1 cenllo.
Guacamaya verde
(Ara mil,tans).
En estas aves no existe
dimorfismo sexual. es decir, no
hay diferencias visibles entre
machos y hembras.
Forol F ECCAADI
En ocasiones las guacamayas
verdes habitan también en
bosques de pinOS
FOTO' o MOGE2UMA
139
 Las guacamayas verdes son
aves gregarias y a menudo
establecen fuertes lazos de
unión con su pareja.
Foro: P. RaBI.ES GIL
Foro: C. CONlfl:EJtAS
Perico de cabeza amarilla
(Amazona orathryx); su
nombre cientifico significa
"el que habla", ya que emite
sonidos que imitan la voz
humana.
FOTO: G. CEBAlLOS
140
estado de conservación en la costa de Jalis­
co, hay solamente tres individuos. La situa­
ción es similar a todo lo largo de su área de
distribución, ya que no parece haber auto­
ridad capaz de frenar su aparentemente
inevitable camino a la extinción. Una ex­
cepción son las Islas Marias, donde la pre­
sencia de un penal de alta seguridad limita
el acceso, lo que ha permitido que la po­
blación de pericos se mantenga relativa­
mente estable.
La guacamaya verde es una de las aves
más vistosas de México. Verlas volar con su
mezcla de colores verde, amarillo y azul en
algún cañón en las serranías agrestes es un
espectáculo inolvidable. ¿Por cuánto tiem­
po más será esto posible? No quisiéramos si­
quiera imaginarnos esos paisajes sin las
guacamayas.
Al igual que en el caso del perico de ca­
beza amarilla, el tráfico ilegal es la causa
fundamental que amenaza a la guacamaya
verde, sin restar importancia a la destrucción
del hábitat y a la escasez de sitios adecuados
para anidar. El precio de una guacamaya
verde en el mercado nacional e internacio­
nal puede llegar a ser equivalente al salario
de varios años de un jornalero. Ante ese in­
centivo resulta muy difícil controlar esa acti­
vidad ilícita.
La guacamaya verde anida en cavidades
tanto en árboles como en acantilados 'J pe­
ñascos. 14 Esta diferencia fundamental con el
perico de cabeza amarilla, la de anidar en
acantilados y peñascos, ha ayudado a que
no sea una especie ya extinta, ya que en
muchas regiones sobrevive en lugares inac­
cesibles. La nidada es de dos a cuatro hue­
vos, y es probable que se reproduzca cada
dos años. La temporada de reproducción en
el oeste de México comienza con la selec­
ción del sitio de anidación, entre octubre y
 noviembre, y termina con la salida del juve­
nil del nido, entre enero y marzo. Su dieta
consiste en frutas, vainas, semillas flores y
brotes de hojas.
Para lograr la conservación de los peri­
cos y guacamayas es necesario desarrollar
una campaña de educación y sensibilizar a
la población para que se abstenga de su
compra, así como establecer programas de
investigación y conservación de las últimas
poblaciones silvestres que quedan en el
país. Afortunadamente existen poblaciones
pequeñas protegidas en la Reserva de la
Biosfera El Cíelo en Tamaulípas y en la de
Manantlán en Jalisco y Colima.

El impacto del tráfico ilegal de estas aves se

multiplica si se considera la destrucción de
las selvas. 141
 Uno de los habitantes más característicos
de las selvas secas es el monstruo de Gila, es­
corpión o lagarto enchaquirado, así llama­
do debido a sus escamas redondeadas, colo­
cadas una junto a otra, lo que le confiere un
característico aspecto como si estuviera cu­
bierto de chaquiras; es el único lagarto ve­
nenoso del mundo. Presentes en la Tierra
desde hace 40 millones de años, las dos es­
pecies que actualmente viven se encuentran
en México. La primera es Heloderma horri­
dum, de color pardo oscuro con manchas
amarillas y con seis o siete bandas claras en
la cola; vive en las selvas secas a lo largo de
la vertiente del Pacífico, en las cuencas de
los ríos Balsas y Grijalva, hasta el sureste de
Guatemala. La segunda, Heloderma suspec­
tum, tiene unas marcas rosáceas y cuatro o
cinco bandas claras en la cola, habita en las
zonas semidesérticas y de matorrales de So­
nora y Sinaloa, y en una buena parte del su­
reste de Estados Unidos. 15
Los adultos, que llegan a medir unos 60
centímetros, tienen su mayor actividad poco
antes y durante la época de lluvias, mientras
que durante la larga sequía reducen sus mo­
vimientos y pasan gran parte del tiempo en
madrigueras subterráneas de otros anima­

142 sr Gia
les, utilizando las reservas de grasa de su co­
la para sobrevivir. Salen a cazar durante el
crepúsculo rastreando con su ancha y bífida
lengua las moléculas del aire y del suelo, en
pos de crías de roedores o de aves, o bien de
huevos; a pesar de su grueso cuerpo son ca­
paces de trepar árboles y arbustos en bús­
queda de los nidos.
En la gruesa mandíbula inferior se alo­
jan unas glándulas que producen una saliva
con propiedades neurotóxicas, similares a
las de las cobras. Una de las pocas muertes
humanas documentadas provocada por el
veneno de un escorpión ocurrió a los 52 mi­
nutos de la mordedura, aunque en realidad
estos reptiles tienen poca propensión natu­
ral a morder: si se ven amenazados tratan
de huir, pero muy lentamente; sólo si son
acosados de cerca muerden con gran firme­
za y tenacidad.
Las dos especies del monstruo de Gila
Heloderma horridum. que aparece en la
página opuesta, y Heloderma
suspectum, arriba, son los únicos
lagartos venenosos en el mundo.
Furo'>: O. MOCTUUMA, P. ROBtES GIL, G. CEBAl1.0S y
F. ECCARDI
Pocos animales han sido objeto de tan­
tas supersticiones y leyendas como estos
reptiles: se cree, por ejemplo, que tienen
un aliento venenoso ya que no poseen
abertura anal ... Su fama de saurios vene­
nosos les ha costado vivir una constante
persecución, pues la gente encuentra justi­
ficado matarlos. La disminución de sus po­
blaciones se debe también a la demanda
que tienen en el mercado internacional de
mascotas, donde un ejemplar adulto llega
a valer 2000 dólares, ya la transformación
en campos de cultivos del ambiente en
donde vive. Como ejemplo de la importan­
cia y significado de la biodiversidad en
nuestro planeta sirva mencionar que ac­
tualmente se está investigando un compo­
nente (Exendin-4) del veneno del Heloder­
ma como posible y promisorio fármaco
para el tratamiento de la diabetes.
p~ginas 144-- 145
Espectacular vuelo de una pareja
de guacamayas verdes
(Ara militaris).
FOTO: C. CO",RE.lt~s
143
Los bosques templados cubren las extensas cadenas montañosas que recorren la
geografía de México como si fueran su columna vertebral. La Sierra Madre Occiden­
tal, la Sierra Madre Oriental, el Eje Neovolcánico y la Sierra Madre del Sur se yer­
guen imponentes con cumbres como el Popocatépetl, el Iztaccíhuatl y el Pico de
Orizaba, de más de 5 000 metros de altura. Muchas otras sierras de menor exten­
sión, como la de San Pedro Mártir y la de La Laguna en Baja California, se encuen­
tran dispersas por todo el país.!
Con la denominación genérica de bosques templados se agrupa a una serie de
comunidades vegetales que incluyen bosques de pino, encino, oyamel, enebro y
mesófilos de montaña, caracterizados por la dominancia de unas pocas especies de
pinos, encinos y enebros, que para prosperar requieren generalmente climas tem­
plados, tanto secos como húmedos. Cubrían cerca de 20% del territorio nacional y
han sido uno de los ambientes más importantes para el desarrollo cultural, social
y económico de México. Enorme es el número de especies endémicas que albergan,
que se ha calculado en 30% del total nacional, e incluye animales como el conejo
teporingo (Romerolagus diazi), la gallina de monte (Dendrortyx macroura) y el ajo­
lote de Zempoala (Ambystoma zempoalensis).2
Desafortunadamente, la expansión desordenada de la población y las activida­
des productivas han acabado con más de 40% de la superficie de los bosques tem­
plados, que han sido transformados en campos de cultivos y zonas urbanas. La ta­
lel ilegal, uno de los problemas más severos del país, destruye entre 600 000 Y un
mil16n de hectáreas de bosques y selvas cada año. A este ritmo, los bosques templa­
dos serán reducidos a remanentes insignificantes en pocas décadas. Hasta allora el
deterioro de los bosques ha causado la extinción del carpintero imperial, el lobo
me>:icano, el oso gris y el cóndor de California, y amenaza a una gran variedad de
especies. Así, las historias del oso negro, la cotorra serrana, el teporingo, la ardilla
v::>l-dora, el águila dorada, la codorniz moctezuma, la gallinita de monte y el go­
r!"ión serrano, se entretejen ligadas a la destrucción del bosque.

e A p T u L o
 Cualquiera que sea la imjJortancza económica de los lobos en Méxzco,
éste es uno de los animales natzvos dr mayor interés y deben tomarse
jJrovidencias definitivas para evitar su total exterminio..
El lobo mexzcano es en gmn partr una tmdzción del jJaís,
como la seljJiente emj71urnada, y sr demostraría tener muy poco espíritu
si no pudiera encontrarsl:' jJor lo menos un lugar en l\1.éxicu dandI:'
/meda sobrevivir a salvo dI:' la jJersecución zncesantf dI:' los ganadero.s.
A.S Leopold, 19.19.
La persecución fue incesante en verdad y
logró su objetivo final: el exterminio del lo­
bo mexicano (Canís lupus baíleyí) en estado
silvestre en México, aunque afortunada­
mente sobrevive en cautiverio, Sus antaño
abundantes poblaciones fueron reducidas a
niveles raquíticos a mediados del siglo xx.
Su desaparición tuvo una íntima relación
con la expansión agrícola y ganadera du­
rante la Colonia, y el acelerado crecimiento
de la población, sobre todo durante el últi­
mo siglo. Francisco Hernández, el protomé­
dico de las Indias, encontró en el siglo XVI
que el lobo, llamado cuetlachtlí en náhuatl,
era abundante en las montañas del centro
de México, incluyendo las que rodean allla­
mado Valle de México, región de la cual de­
sapareció durante el siglo XIX. Igual suerte
corrió en otras regiones del país. 3
En el siglo XX, el empleo de eficaces me­
dios de control del lobo como la destrucción
de camadas y madrigueras, el uso de armas
de fuego, trampas y potentes venenos co­
mo la estricnina, el cianuro y el fluoroace­
tato de sodio, conocido como compuesto
1080, llevó a la completa erradicación de sus
poblaciones en el suroeste de Estados Uni­
dos. Sin embargo, los lobos de México se
dispersaban de manera constante hacia
áreas donde ya habían sido eliminados. Esto

tuvo como consecuencia que los ganaderos
de ambos países en conjunto solicitaran el
control de las poblaciones de lobo en Méxi­
co, argumentando que tal control tendría
como fin eliminar los brotes de rabia en ani­
males silvestres.
A principios de la década de 1950, el Ser­
vicio Norteamericano de Pesca y Fauna Sil­
vestre y la Oficina Sanitaria Panamericana
iniciaron un programa en México para con­
trolar las poblaciones de lobo y de otros de­
predadores silvestres, como el coyote, por
medio del uso masivo de cebos envenena­
dos, cazadores profesionales y todo tipo de
trampas. Esa campaña, tal vez la única de
esta naturaleza en México, fue muy efectiva.
En 1955 se intervino en 760000 hectáreas de
Chihuahua y Sonora y se eliminaron 12 500
lobos y coyotes. El lobo se estaba convirtien­
do en un animal de leyenda. Para 1978 sólo
quedaban alrededor de 100 individuos adul­
tos, dispersos en una extensa región que in­
Lo
~dgln..,~ lJh-IO:;/.
cluía los estados de Chihuahua y Durango, y Cotorra serrana oriental
posiblemente también en parte de Zacate­ (Rhynchopsítta terrísl).
Foro: P. ROlllfS GIL
cas y Sonora. En 1982 el número probable de
Bosque de pinos en
lobos mexicanos silvestres era de menos de Chihuahua.
Foro: F. EccAHm
50. En esa época se tomó una difícil decisión,
la de capturar los últimos lobos de México
para reforzar el programa de reproducción
en cautiverio de la especie, ya que había es­
casas posibilidades de mantener una pobla­
ción viable en el país. Durante la década de
1950 se usaron cebos
A pesar de las críticas severas que en­ envenenados para
frentó el programa tanto en México como eliminar a los lobos
mexicanos
en Estados Unidos, fue una decisión correc­ FOTOS: B. VILLA
ta, ya que salvó a la especie de la extinción. Extinta en estado
silvestre, la especie se
El éxito del programa dependerá, finalmen­ está reproduciendo en
te, de que se pueda contar con un número cautiverio.
fOTOS: f. EtLAAOI
adecuado de lugares de propagación, inclu­
yendo uno o más en México. El día en que
el lobo mexicano regrese a las quebradas
serranías de la Sierra Madre Occidental, tal
vez recobraremos el espíritu de país del que
habló Leopold hace más de cincuenta años.
•
O Xlca O 149
 El lobo mexicano, más pequei'ío
que sus congéne e: del norte y con
características únicas, evolucionó
en los bosques y pastizales templados
de las montañas del. uroeste de
Estados Unidos y el norte y centro
de México, límite más sureño de su
distribución en América. En 1975
fue incluido en la lista de especies
amenazadas de la "Ley de Especies
en Peligro" de Estados Unidos, ley
que obligó al gobiel~no de s país a
emprender un programa de
recuperación de esta raza. La única
manera de recuperarlos era por
medio de los lobos que aún existían
en las montañas de México: en 1977,
Roy T. McBride, trampero
experimentado en la cacería de
lobos, logró capturar seis lobos en
las montañas de Chihuahua y
urango.
En 1988 tres parejas de lobos.
descendientes de los que fueron
capturados para iniciar el programa
de reprodocción en cautiverio,
arribaron a México. El propósito
era incrementar la población de
lobos hasta un número tal que
permitiera destinar algunos de ellos
a la reintroducción en su hábitat
dentro de su área de distribución

Óscar Moctezuma

150
histórica. Sin embargo, varios de
estos lobos murieron por falta de
atención y recursos. Esta situación
y la convicción de que nos
encontrábamos ante la última
oportunidad de evitar la extinción
del lobo mexicano. fue lo que
motivó a Naturalia, A.e. a
colaborar en el rescate de este
mamífero. El proyecto se inició con
expediciones de búsqueda de lobos
él las zonas más remotas de la
Sierra Madre Occidental de
Chihuahua y Durango. Los
resultados fueron desalentadores y
llevaron a concluir, tras no
encontrar pruebas de que algún
lobo todavía sobreviviera, que los
únicos que quedaban eran los que
se encontraban en cautiverio. Lo
que sí se pudo confirmar fue que
exjstían algunos reductos de su
hábitat original y esto nos permitió
albergar esperanzas de salvar la
especie, pensar en la protección de
su hábitat, recuperar las presas
nativas y educar a los pobladores
locales.
Hoy sabemos que ésta es la
única posibilidad de recuperar al
menos una población silvestre de
lobos mexicanos. pero estamos
conscientes de las enormes
dificultades que esto entraña. El
caso del lobo es extremadamente
complicado: hacen falta muchos
recursos económicos y se necesita
un cambio de actitud por parte de
ganaderos, campesinos y público en
general. A principios de 2003, la
población total de lobos mexicanos
era de alrededor de 250 ejemplares.
de los cuales cerca de 90 se
encuentran en zoológicos y
criaderos. Por el tamaño de su
población, el lobo mexicano aún es
considerado uno de los mamíferos
que requiere mayor atención en
todo el mundo.
¿Por qué es importante hacer
tantos esfuerzos por salvar de la
extinción a este mamífero? La
respuesta es sencilla pero difícil de
comprender: es lo correcto. Los
lobos forman parte del balance
natural que permite el sano
funcionamiento de los ecosistemas
y, por ende, que permite la
supervivencia de los demás seres
vivos, incluido el hombre. Evitar la
extinción e1el lobo mexicano no
sólo es éticamente correcto, sino
que representa un reto, ya que ~.i no
somos capaces ele salvarlo,
difíciJmente podremos corregir
problemas ambientales más
complejos que amenazan nuestra
propia supervivencia.
Actualmente la población total
de lobos mexicanos
(Canis lupus baileyi) es de
alrededor de 250 ejemplares.
P.aOll\8 opú~ta.
FOTO: F. Ecu.ODI
FOTO: P ROBLES GIl
FOTO: l.e. GUTiERRfl
151
 Durante varios siglos el oso negro (Ursus
americanus) fue uno de los símbolos asocia­
dos más comúnmente con las serranías de la
Sierra Madre Oriental y Occidental. 4 Corpu­
lentos, de hasta 170 kilogramos de peso,
eran muy abundantes en algunos parajes,
sobre todo en regiones en las que se mez­
claban ambientes como bosques de pino y
encino. En los inviernos más crudos se les
veía incluso en poblados. Las crónicas de los
primeros exploradores de la Sierra Tarahu­
mara, como Carl Lumholtz, mencionan cómo
eran vistos con frecuencia, algunas veces en
grupos de hasta 8 o 10 animales, compues­
tos de hembras y crías.
Al paso del tiempo, ganaderos y made­
reros fueron aniquilándolos de grandes ex­
tensiones y desplazándolos a las regiones
más agrestes. La mayor presión la han sufri­
do los osos de la Sierra Madre Occidental,

152 Oso egro

donde han sido prácticamente extermina­
dos; la población mejor conservada se en­
cuentra en las estribaciones de la Sierra de
San Luis, en la frontera entre Chihuahua,
Sonora y Estados Unidos. Por fortuna, las
poblaciones de la Sierra Madre Oriental
ahora se encuentran en excelentes condi­
ciones, protegidas en ranchos privados y al­
gunas reservas. La densidad de osos en algu­
nos de estos parajes, como las Serranías del
Burro en Coahuila, se encuentra entre las
más altas de todo el continente. 5 De hecho,
las poblaciones de esta región han repo­
blado el Parque Nacional Big Ben, en Esta­
dos Unidos, donde fueron exterminados
hace décadas. ¿Será posible lograr otras his­
torias exitosas de conservación como ésta?
La respuesta depende, enteramente, del i ­
terés que muestre la sociedad. El tiempo
apremia.

El oso negro (Ursus amertcanus)

tiene hábitos solitarios. con
excepción del periodo de
apareamiento. y dedica la mayor
parte del tiempo a buscar frutos,
nueces e Insectos para
alimentarse.
FOTOS_ P. ROBlES. GIL 153
 Durante la glaciación más reciente, hace
decenas de miles de años, la mayor parte
del territorio mexicano estaba cubierta por
bosques de coníferas. Sucesivamente los
glaciares empezaron a retirarse y estos bos­
ques se fragmentaron quedando restringi­
dos a las partes altas de las montañas, como
la Sierra Madre Occidental y [a Oriental. Fue
el momento en el cual se diferenciaron de
una misma población dos especies de coto­
rra: la serrana oriental (Rhynchopsitta terri­
51) y la occidental (R. pachyrhyncha). Ambas
especies, muy parecidas entre sí, son endé­
micas de México, anidan en colonias y se ali­
mentan sobre todo de piñones, las semillas
de los frutos de los pinos, que abren con sus
fuertes y filosos picos 6
La cotorra serrana orienta I ha encontra­
do su último refugio en las cavidades de las
escarpadas paredes calizas de la Sierra Ma­
dre Oriental, donde anida entre junio y no­
viembre. Es particularmente reconocido el
predio El Taray, en Coahuila, que es una re­
serva privada que protege uno de los sitios
de anidación más importantes. En con­
traste, la cotorra serrana occidenta I busca
dónde anidar en los añejos pinos de mayor
diámetro y altura, mismos que son muy co­
tizados por la industria forestal, que a lo lar­
go de varias décadas ha talado 98% de los
pinos añejos de la Sierra Madre Occiaental.
Antiguamente esta cotorra vivía en Arizona
y Nuevo México, pero la captura para el
mercado de mascotas y la cacería despiada­
da las eliminaron en 1920. En lugares donde
hace 100 años se podían observar parvadas
de miles de individuos, hoy día se calcula
que sólo sobreviven en estado silvestre en­
tre 500 y 2 000 parejas.

La temporada reproductiva de la cotorra

serrana oriental (Rhynchopsitta temsl),
coincide con la época de maduración de
las semillas de los pinOS
FOTO ABAJO IZQUIFflOA" P ROBUS Gil

Cotorra serrana occidental

(Rhynchopsltta pachyrhyncha).
FOTO ARRIBA· P ROBLE!! GIL

Foro ABAjO OERE(}iA. F EC<:ARDI

154 e torras n
El impacto de la deforestación es un fenó­
meno complejo, ya que para muchas espe­
cies perturbaciones aparentemente peque­
ñas pueden tener consecuencias severas.
Por ejemplo los árboles viejos o secos de los
bosques de coníferas, que se consideran co­
mo madera muerta y pueden ser explotados
sin ningún permiso en México, son un ele­
mento fundamental para mantener la di­
versidad biológica de estos ecosistemas, ya
que muchas especies dependen de ellos pa­
ra anidar. La desaparición de esos árboles ha
tenido como consecuencia la reducción de
las poblaciones de búhos, carpinteros, el
trogón orejón (Eutilotis neoxenus), ardillas
voladoras, salamandras y otros animales.
Las ardillas voladoras (Glaucomys vo­
lans) habitan exclusivamente en los bosques
de encino y pino-encino y tienen una distri­
bución discontinua desde Tamaulipas hasta
Chiapas. Son únicas entre las ardillas por te­
ner hábitos gregarios y ser nocturnas, ade­
más de poder desplazarse entre los árboles
planeando, pues poseen unos pliegues que
unen las patas y que pueden extender para
planear, formando una especie de paracaí­
das.{ Construyen sus madrigueras en huecos
abandonados por pájaros carpinteros en ár­
boles secos. Durante el verano pueden ocu­
par cualquier oquedad, pero en el invierno
tienen que congregarse en grupos de hasta
25 individuos para poder soportar las frías
temperaturas. Es en esta época del año
cuando los huecos en los árboles se vuelven
críticos para su sobrevivencia.

Por su capacidad de planear y

sus hábitos nocturnos. la ardilla
voladora (Glaucomys volans)
es única.
FOTOS: G. CEllALlOS

Ar illa vola ora 155

 El cóndor de California (Gymnogyps calífor­
nianus), que con una envergadura de tres
metros es el ave de mayor tamaño en Nor­
teamérica, se encuentra hoy día práctica­
mente extinto en estado natural. Sin embar­
, go, junto con el hurón de patas negras y el
en ciervo americano (Cervus elaphus) represen­
ta una historia de esperanza, pues las tres
especies han sido reintroducidas en México,
156
después de que sus poblaciones originales
se extinguieron por actividades humanas.
Hace un siglo el cóndor era relativamen­
te común en la costa oeste del continente,
desde la frontera entre Estados Unido.s y Ca­
nadá hasta la Sierra de San Pedro Mártir en
Méxic0 8 Sin embargo, en pocas décadas se
convirtió en una de las aves más raras del
planeta. El último avistamiento en México
 fue en 1937 en los alrededores de la Sierra
de San Pedro Mártir. Las causas de la desa­
parición del cóndor son complejas, pero se
pueden sintetizar como producto de la
modificación y destrucción de su hábi­
tat, la cacería indiscriminada y el envene­
namiento por las municiones de plomo que
quedaban en los restos de los venados aba­
tidos por cazadores.
En 1987 se tomó la decisión, muy polé­
mica en su momento, de capturar todos los
ejemplares que vivían en el medio silvestre,
es decir 27 cóndores, e iniciar un proyecto
de reproducción en cautiverio en el Zooló­
gico de San Diego. Sin embargo, el progra­
ma ha sido un éxito, y ahora existen más de
200 ejemplares, con los que se han llevado a
cabo reintroducciones en California y el Ca­
ñón del Colorado.
En 1998 el Museo de Historia l\Jatural de
San Diego organizó a diferentes institucio­
nes mexicanas y extranjeras para llevar a ca­
bo la recuperación del cóndor en México.
Cuatro años más tarde, el 12 de agosto de
2002, fueron llevados al Parque Nacional
Sierra de San Pedro Mártir los primeros tres
ejemplares y, dos días después, otros tres.
Tres meses más tarde, el 11 de octubre, fue­
ron liberados los primeros tres ejemplares.
La suerte está echada oo. sólo el tiempo dirá
si lograrán adaptarse y establecerse otra vez
en esos rISCOS que los vieron desaparecer
hace décadas. 9

Los bosques de pinos y

encinos de la Sierra de
San Pedro Mártir en Baja
California dominan el
árido deSierto de Sonora
Foro F ECCAROI

El cóndor de California
(Gymnogyps cailfornlanus)
es una de las aves más
raras del planeta.
Foro N SNYDER

157
 Hace apenas 28 años los sitios de hiberna­
ción de las mariposas monarca, Danaus ple­
xippus, en los bosques de oyameles de Mi­
choacán y del Estado de México eran
desconocidos para la ciencia. En 1973 la no­
ticia de su descubrimiento conmovió a la co­
munidad cientifica internaciona 1. 10 No era
para menos, ya que esta mariposa realiza la
migraclon más larga en el mundo de los
insectos. Se ha calculado que recorren de
3 000 a 4 200 kilómetros en 25 días: comien­
zan su travesía en la franja fronteriza orien­
tal de Estados Unidos y Canadá, donde
emergen como adultos durante los meses
de septiembre y octubre y llegan a los bos­
ques de México a finales de octubre y prin­
cipios de noviembre, donde permanecen
durante casi cinco meses.
A mediados de febrero comienzan a
aparearse y las hembras fecundadas reemi­
gran hacia el norte y, en el sur de Estados
Unidos, depositan sus huevecillos en las ho-
158 Ma •
s mo arca
A diferencia de las hembras, los
machos de mariposa monarca
(Danaus plexippus) tienen dos
bolsas negras en las alas junto al
abdomen, que contienen
feromonas para atraer a las
hembras.
FOTOS: P. CERVAN'T[';;
jas de plantas del género Asclepias. 11 Al ca­
bo de siete días emergen las larvas, que in­
mediatamente se alimentan de su propio
cascarón y sucesivamente de las hojas de la
asclepia. Esta planta contiene toxinas que
van acumulando en su cuerpo, por lo que
los adultos no son apetecibles para sus po­
tenciales depredadores. Unas semanas des­
pués la larva se convierte en una verde cri­
sálida y finalmente sale del capullo la
mariposa adulta. Estas mariposas, hijas de
las que iniciaron el vuelo hacia México, con­
tinúan reproduciéndose por tres o cuatro
generaciones y sólo la última es la migra-
toria, fisiológicamente diferente de las de­
más, ya que alcanza su maduración sexual
cuando finaliza su estancia en México.
En octubre de 1986 más de 50 000 hec­
táreas de bosque de oyamel fueron declara­
das, por decreto presidencial, reserva para
la protección de la especie. El turismo llega
masivamente y los pobladores locales han
encontrado una alternativa de trabajo, pe­
ro los bosques de oyameles donde llegan las
mariposas monarca siguen desapareciendo.
De seguir esta situación tendremos que ha­
cernos a la idea de que el espectacular fenó­
meno de la hibernación de millones de ma­
riposas monarcas desaparecerá.

159
Proceso de deforestación
de los bosques de oyamel,
santuarios de hibernación de la
mariposa monarca

Bosques de oyamel

Áreas perturbadas

• Santuarios

Mariposa monarca (Danaus plexippus)

fOTO: P CERVArlTES
El conejo de los volcanes, zacatuche o tepo­
ringo (Romerolagus diazí) es el más pequeño
de los conejos del mundo, y es tal vez el ma­
mífero más característico de México. Fue des­
cubierto para la ciencia en 1893 en las neva­
das laderas del Popocatépetl por Fernando
Ferrari-Pérez y es el único mamífero de Mé­
xico descrito por un científico mexicano. 12
El teporingo tiene una de las distribu­
ciones más restringidas entre los mamíferos
del mundo, ya que sólo se encuentra en los
pastizales amacollados y bosques de pinos
abiertos, entre 2 600 Y 3 500 metros de alti­
Te orio o
tud, en el Popo, ellztaccíhuatl, el Ajusco y el
Nevado de Toluca. Cada año, sin embargo,
los incendios forestales, el avance de la agri­
cultura y la deforestación van dejando me­
nos hábitat para el teporingo, del que se
calcula no existen más de 6 000 ejemplares,
por lo que se le considera en peligro severo
de extinción. Es una paradoja triste, perver­
sa, que el mamífero más representativo de
México se esté perdiendo como espirales de
humo, sin despertar siquiera la compasión
de los habitantes del país que lo ha abriga­
do por millones de años.

 P~kllr1<J OfHli'\ld: l)e <Hltl),,;l ..)II~IO

Teporingo Gallina de monte
(Romerolagus diazi) (Dendrortyx macroura)
FOTO: P. ROBLES GIL FOTO: P. ROBLES GIL

FOTO: P. CERVANTES

Codorniz moctezuma
(Cyrtornyx moctezumae)
FOTO: G. CE8ALLOS

Chivizcoyo
(Dendrortyx barba tus)
FOTO: O. MOCTEZUMA

Codorniz mascarita
(Colinus virginianus ridgwayi)
FOTO: G. CEBALLm

La belleza de la codorniz moctezuma,

nombrada así en homenaje al emperador
azteca, ha sido reconocida desde tiempos
prehispánicos, y su distribución todavía es
muy amplia, desde el sur de Estados Unidos
hasta el centro de México. Ésta no es, por
desgracia, la suerte de otros moradores de
los pastizales con distribuciones muy restrin­
gidas como el gorrión serrano (Xenospiza
baileyi), que actualmente sólo habita en un
par de localidades en el Distrito Federal yel
Estado de México, o de la cascabel del Ajus­
co (Crotalus transversus) de la que sólo se
conocen 9 ejemplares y está restringida al
Ajusco. La suerte de éstas y otras especies
está íntimamente ligada a la de los pastiza­
les que las abrigan, y que año con año son
más escasos por el avance de las zonas urba­
nas y agrícolas.

Los pastizales de pastos amacollados que

prosperan en los bosques de pinos del cen­
tro y otras regiones de México están caracte­
rizados por una fauna peculiar, relictos de
tiempos geológicos en los que esta vegeta­
ción predominaba en grandes regiones ahora
ocupadas por zonas áridas o selvas exube­
rantes. Adaptadas a las condiciones tan es­
peciales de los pastizales, especies como el
teporingo, la codorniz moctezuma, la galli­
na de monte, el gorrión serrano y la casca­
bel del Ajusco ahora encuentran refugio en
pocos sitios dispersos como islas en un mar
de bosques y matorrales. 13

Codo n e 163
 Existía la pena de muerte para quien lo
matara y sus plumas valían más que el oro;
definida como el ave más bella del conti­
nente americano, el quetzal (Pharoma­
chrus mocinno) fue en la antigua cultura
mesoamericana el símbolo de la fertilidad,
de la abundancia y de la vida. 14 Tanto en la
cultura maya como en la mexica, los ador­
nos, los estandartes y los atuendos confec­
cionados con sus iridiscentes plumas eran
símbolo de poder y riqueza. Para conse­
guirlas, los quetzales eran capturados vi­
vos, se les arrancaban sus largas plumas,
que crecerían después de su próxima mu­
da, y puestos en libertad. En el comercio
que prosperaba en Mesoamérica, las plu­
mas de quetzal eran uno de los bienes más
codiciados.
El interés de los conquistadores españo­
les por el oro, la plata, el jade y la obsidiana
etzal pav
164
relegó en el olvido al quetzal. Durante siglos
se consideró un ave fantástica. En 1796, el
científico mexicano José Mariano Mociño,
miembro de la expedición botánica a la Nue­
va España financiada por Carlos IV, colectó
unos ejemplares en la Sierra Madre entre
Chiapas y Guatemala. El quetzal salía de la
leyenda para entrar en la realidad científica.
El quetzal vive únicamente en los bos­
ques de niebla, de los cuales hoy sólo existen
unos pocos, diseminados como islas en las
partes más altas de las montañas de Centro­
américa. En estos ambientes la cubierta ve­
getal es muy densa, con árboles siempre ver­
des, plantas epifitas como musgos, líquenes,
bromelias y orquídeas, y helechos arbores­
centes. Al finalizar su reproducción en los
bosques de niebla, que se lleva a cabo entre
enero y junio, los quetzales inician la migra­
ción hacia ecosistemas de menor altitud,
, Ab<tJo y , ·nlro
Macho de quetzal
(Pharomachrus mocinno)
en su nido.
FOTOS;' F. EtCMlCl
entre los 1 100 Y 1 400 m, para buscar una
mayor variedad de frutos de los cuales se ali­
mentan.
La pérdida de los hábitats reproductivos
es uno de los problemas más severos que
enfrentan el quetzal y otras especies como
el pavón (Oreophasis derbianus), que habi­
tan exclusivamente en esos bosques. 1s El pa­
vón es una ave misteriosa, de gran belleza,
que sólo habita en algunas montañas de
México y Guatemala. En Chiapas desapare­
cieron 60% de esos sitios en los últimos 30
años. Esta pérdida y fragmentación de bos­
ques -una de las más altas en el mundo­
ha representado para las poblaciones rema­
nentes de quetzales y pavones el aislamien­
to geográfico, lo que puede significar a la
vez su aislamiento genético. Actualmente los
quetzales y pavones están protegidos en la
Reserva de la Biosfera El Triunfo, en Chiapas.

Pavón
(Oreophasis derbianus).
rOTO' F ECCARDI

PitQ¡n~ HiJ·lf1
La silueta de un
quetzal
macho se dibuja en
el bosque de niebla
de la Reserva de la
Biosfera
El Triunfo.
rOTO' F ECCARDI

165
En las porciones más cálidas y lluviosas del país crecen las exuberantes selvas hú­
medas, el ecosistema que abriga la mayor diversidad biológica del país. Tres estra­
tos arbóreos, el más alto de los cuales alcanza los 50 metros, se entremezclan con
lianas, arbustos y hierbas. En este ambiente los animales gozan de un espectro de
posibilidades casi inagotable para vivir. En el dosel las tropas de monos se mueven
ágilmente de rama en rama en busca de jugosos chicozapotes; en estos jardines aé­
reos las flores están presentes todo el año y atraen con su dulce néctar y su polen
rico en energía tanto a aves como a murciélagos e insectos. El complejo sotobosque
proporciona innumerables senderos y escondrijos para los tímidos temazates, aten­
tos a un posible ataque por parte del rey de estas selvas: el jaguar. La vida se mani­
fiesta en una variedad infinita de formas y colores: las plantas compiten por el es­
pacio y la luz, los animales cazan y son cazados.'
La enorme complejidad en cuanto a estructura, composición y funcionamiento
ecológico vuelve a las selvas húmedas también extremadamente frágiles a cual­
quier perturbación. Los suelos son poco profundos, es decir que el proceso de de­
gradación de las hojas que caen y se transforman en materia orgánica para a su vez
servir de nutrientes a las mismas plantas, es rápido y constante. Eliminar la cober­
tura de los árboles rompe este ciclo y provoca el rápido lavado del suelo por la lIu­
"/ia, que descubre la roca madre y lo transforma en un desierto de rocas.
Originalmente las selvas húmedas mexicanas se extendían aproximadamente
en 15 millones de hectáreas, es decir 8% de la superficie del país; hoy sólo existe
una décima parte. En Veracruz quedan unos reductos en la región de Los Tuxtlas,
reducida de 250 000 a menos de 40 000 hectáreas; en Chiapas, menos de 300 000
hectáreas de la Selva Lacandona; al sur de la Península de Yucatán la región de
Calakmul, con 600000 hectáreas, y entre los estados de Veracruz, Oaxaca y Chiapas
queda la selva zaque, una masa forestal tropical de 600 000 hectáreas. 2
La principal razón de esta transformación ha sido el explosivo crecimiento, so­
bre todo en los años sesenta y setenta del siglo pasado, de la ganadería extensiva.
Por cada hectárea de selva húmeda que se convierte en pastizal se pierden 2 000
árboles de 100 o 150 diferentes especies, y de ello un ganadero obtiene una sola
cabeza de ganado, es decir 450 kilogramos de carne.

e A p í T u L o
 pag¡"", 168·169 Emparentado con los equinos y los rinoce­
Murciélago
(Lichonycteris obscura). rontes, el tapir recuerda a un extraño caba­
fOTO: M. TS<;liI\PKI\
llo de patas cortas con cuatro dedos en las
Reserva de la Biosfera extremidades anteriores y tres en las pos­
Montes Azules.
FOTO: F. ECCARDl teriores y una larga nariz que le permite
distinguir a distancia los múltiples aromas
de hojas, brotes, frutos, flores y corteza de
cientos de especies de plantas que gusta co­
mer. A pesar de su gran volumen, el tapir se
desplaza con asombrosa agilidad entre la
intrincada vegetación de las selvas y es un
magnífico nadador y buceador que puede
cruzar un río de aguas tranquilas caminan­
do por el fondo. Las hembras, ligeramente
aI •
Las hembras son ligeramente
170
mayores que los machos, alcanzan hasta 2
m de longitud total y 300 kg de peso. 3
Habitan una amplia variedad de ambien­
tes tropicales como selvas, humedale~;, bos­
ques de niebla, encinares y aun páramos a
más de 3 000 m de altitud. En el mundo exis­
ten cuatro especies de tapires o danta~" pero
sólo el centroamericano (Tapirus bairdiJ), vive
en México en las últimas amplias áreas fores­
tales del sureste. Ya en la época de la con­
quista los tapires casi habían desaparecido de
Yucatán. Diego de Landa, primer obispo de
Valladolid, escribe en 1566: "Los tapires exis­
ten solamente en una esquina del obispado
 de Yucatán que queda atrás de las montañas
de Campeche, en donde hay muchos de ellos.
Los indios consideran que es un acto de gran
valentía matar un tapir. Ellos lo llaman tzimin
y así han nombrado al caballo".4 La cacería a
la cual ha sido sometido a lo largo de siglos,
la pérdida y fragmentación de su hábitat, su
limitada tasa reproductiva (a lo mucho tiene
una cría cada dos años) y baja densidad de
población (de menos de un individuo por ki­ extensión de una protección legal efectiva La vista del tapir (Tapirus
bairdi¡) es pobre. pero posee
lómetro cuadrado) han reducido a mínimos para el tapir en cualquier lugar del sur de un agudo sentido del oído y
del olfato.
términos sus poblaciones. En 1959 el natura­ México son pasos que deben darse rápida­ FOTOS: P. ROBLES GIL

lista A.S. Leopold escribió: "La creación de mente para salvar a este miembro único de la
una o más reservas del bosque lluvioso y la fauna mexicana de su total extinción".

mayores que los machos y alcanzan hasta

2 m de longitud y 300 kg de peso.

171

El saraguato (Alouatta palliata)
es también conocido como
mono iJullador, ya que las
vocalizaciones de los machos
adulto~; se escuchan a más de
un kilómetro de distancia.
ro: F. ECCAR,DI
O O arana y
La tala de los árboles de la selva húmeda
significa la destrucción de miles de espe­
cies de plantas y de los animales que de­
penden de ellas para obtener refugio y ali­
mento. Un solo árbol de la Selva Lacandona
puede albergar más especies de hormigas
que toda Gran Bretaña, y decenas de espe­
cies de otros insectos, arañas, salamandras
y ranas.
La pérdida de las selvas húmedas en
México es la causa principal de amenaza pa­
ra una serie de mamíferos arborícolas como
monos, osos hormigueros, puerco espines y
otros roedores. Muchas de estas especies so­
breviven en los remanentes de selva asedia­
dos por cazadores, enfermedades transmi­
tidas por animales domésticos y accidentes
naturales como huracanes.
,."
OS
En México la distribución de las tres úni­
cas especies de primates, el mono araña (Ate­
les geoffroY/), el saraguato negro (Alouatta
pigra) y el saraguato café (Alouatta palliata)
ha sufrido una dramática reducción por la
desaparición de las selvas y la cacería como
alimento y para el tráfico ilegal en el merca­
do de mascotas, en cuyo caso los cazadores
suelen matar a la madre para capturar a las
crías. Es evidente que esto representa una
manera salvaje y absurda de captura, pues el
impacto en las poblaciones es muy severo, al
eliminar a las hembras en edad reproductiva. 5
El mono araña tenía la mayor área de
distribución, ya que se le encontraba por la
vertiente del Golfo desde el sur de Tamauli­
pas hasta la Península de Yucatán. En la ver­
tiente del Pacífico sólo se distribuía en Oa­
a la re
xaca y Chiapas. Todavía sobrevive en los re­
manentes de selva en el sur de Veracruz, la
Península de Yucatán, Oaxaca y Chiapas. Las
mejores poblaciones se localizan en las re­
giones de Calakmul en la Península de Yuca­
tán y la Selva Lacandona en Chiapas.
La distribución de los monos saraguatos
o aulladores era más reducida, ya que se les
encontraba desde el centro de Veracruz has­
ta la Península de Yucatán, Oaxaca y Chiapas.
Debido a que no pueden vivir en cautiverio,
por lo que no se les busca para el mercado de
mascotas, han sobrevivido en mejores condi­
ciones. Hay poblaciones dispersas en toda el
área de distribución original, incluyendo va­
"ias reservas como la de Los Tuxtlas en Vera­
cruz, Calakmul en Campeche y Montes Azu­
les en Chiapas.

An,ba
Saraguato

.o..031{l

El mono araña (Ate/es geoffroy/) ha sido

muy perseguido por los traficantes de
animales. que los venden como mascotas. 173
FOlo:;: F.. EttMOI
 Otros mamíferos arborícolas de las selvas
húmedas amenazados son el serafín (Cyclo­
pes didactylus) y el puerco espín tropical
(Coendu mexicanus). En general son anima­
les poco asediados por cazadores ya que son
poco notables y no se les considera buenas
mascotas. El serafín es el hormiguero de
menor tamaño, de color dorado y pelo se­
doso, que se alimenta de termitas y hormi­
gas y casi nunca baja al suelo. Son tan esca­
sos que existen muy pocos registros de ellos
en México, todos en las selvas más húme­
das. En contraste, el puerco espín tiene una
mayor distribución, ya que se le conoce en
bosques y selvas desde Guerrero y Tamauli­
pas hasta Chiapas. Son más tolerantes a las
perturbaciones, por lo que han logrado so­
brevivir mejor en los ambientes dominados
por actividades humanas. 6

174 íl ro a ríe la

P el no) tlnter.or
Hormiguero dorado o serafín
(Cyclopes dfdactylus).
FOTO G CEBALLOS
Puerco espín tropical
(Coendu mexicanus).
fOTO P R08Lf'S GIL
. ,
rson y
Los grisones (Galictis vittata) y los tay:as o
cabeza de viejo (Eira barbara) son dos de los
carnívoros de las selvas húmedas de Méxíco
más interesantes por su coloración y hábi­
tos. El grisón, que es de color gris en el dor­
so y negro en el vientre, parecer haber sido
pintado a mano, ya que la mitad dorsal de
su cabeza y cuerpo es de color gris, y la otra
mitad de color negro. Es un mamífero se­
miacuático, con membranas entre los dedos
de las patas que lo hacen un excelente na­
dador. Habita en selvas muy húmedas, con
profusión de arroyos, yen los humedales.
El cabeza de viejo debe su nombre a
¡\rrib.~
Grisón (Ga/¡ctis vittata).
que es de color negro, con excepción de la
cabeza, que es gris, lo que le da un aspecto
AhiJ]O
La tayra (Efra barbara), también inconfundible.!
llamada cabeza de vieJo o
vieJo de monte.
FOTOS F ECCARDI
ay 175
 En 1949 el mastozoólogo W. Dalquest, que En escasas tres décadas después de que
escribió un tratado sobre los mamíferos de Dalquest encontró los sensos en el centro de
Veracruz, se encontró en una travesía al Veracruz, ya habían desaparecido de esa re­
centro de Veracruz con que los cazadores gión y de una gran parte del sureste de Mé­
que lo acompañaban describían un animal xico, exterminados por la cacería y la des­
que él no conocía, que era similar a un pe­ trucción de las selvas. Las grandes manadas
carí de collar (Tayassu tajacu) pero de colo­ no se oyen ya, con el crujir característico de
ración diferente, y al que le daban el nom­ decenas de mandíbulas triturando semillas,
bre de marina. 8 La descripción bien podría en las selvas remanentes. Con su desapari­
ser la de un cerdo doméstico asilvestrado o ción corrieron la misma suerte algunas es­
la del senso o pecarí de labios blancos (Ta­ pecies de ranas y sapos, que dependían de
yassu pecan) conocido en esa época sólo del las pozas formadas por los sensos para re­
sureste del país. Después de varios viajes producirse; una relación ecológica entre
frustrados para encontrar al animal, Dal­ especies en verdad insospechada. Las últi­
quest lo llegó a considerar una criatura mí­ mas poblaciones se encuentran en las ex­
tica, producto de la fantasía de sus acompa­ tensas selvas de Calakmul en el sur de la Pe­
ñantes. En su último viaje a esa región, nínsula de Yucatán yen la Selva Lacandona
cuando ya había perdido prácticamente las en Chiapas, donde enfrentan un futuro pe­
esperanzas, uno de los cazadores le llevó un ligroso e incierto.
cráneo de un enorme pecarí de labios blan­
cos. Resolver este enigma le dio a Dalquest
una gran satisfacción, ya que había descu­
bierto el límite más norteño de la distribu­
ción de una especie característica de las sel­
vas húmedas desde el norte de Argentina
hasta el sureste de México.
Los sensos, que es el nombre común
más usado en México, son animales muy in­
teresantes. De gran corpulencia, los machos
llegan a pesar 45 kilogramos, se congregan
en manadas de hasta 200 individuos que re­
quieren grandes extensiones de territorio
para mantenerse. Se alimentan de nueces,
frutos y semillas, algunas de las cuales son
extremadamente duras. Por esa razón, los
sensos han desarrollado unas mandíbulas
capaces de romper esas nueces y que ade­
más son eficaces medios de defensa. Al
deambular por la selva dispersan semillas;
además remueven la tierra y excavan pozas
para revolcarse en el lodo, creando micro­
hábitats para ranas, sapos y salamandras. 9

176 S OSO
El águila arpía (Harpia harpyja) es conside­ A lo largo del continente americano, el Paqll1a O!-'Uf> '0;1'

Pecarí o jabalí de labios

rada una de las más grandes y fuertes del
mundo: de gruesas patas y filosas garras, ma­
niobra con habilidad entre el follaje del do­
sel en pos de un descuidado o enfermo mo­
no que es capaz de agarrar al vuelo. Pocas
águila arpía se distribuye desde el sureste
de México hasta las regiones tropicales de
selvas húmedas de Suramérica. Actualmen­
te su presencia está limitada en las grandes
áreas menos perturbadas. En nuestro país se
blancos, también llamado
senso (Tayassu pecan'); habita
en las selvas no perturbadas,
donde alguna vez se anunciaba
la proximidad de sus manadas
con un sonido parecido al del
redoble de tambores,
Foro: f. ECCARDI

veces se le observa planear por encima del
dosel como lo hacen otras rapaces de las sel­
vas. Para anidar selecciona árboles de más de
40 metros de alto, muchas veces ceibas, don­
tiene la certeza de que sobreviven unos
cuantos individuos en las regiones más re­
motas de Uxpanapa en Veracruz, de los Chi­
malapas en Oaxaca y de la Lacandona en
Un águila elegante
(Spizaetus ornatus) alimenta a
su pollo que después de tres
meses abandonará el nido.
FOTO: P. ROBLES GIL

de construye enormes nidos que puede usar Chiapas. El águila arpía (Harpia harpyja)
posee poderosas patas
durante muchos años. Si bien pone dos hue­ En situación muy parecida se encuentra equipadas con garras largas,
vos, sólo se desarrolla un polluelo; el juvenil el águila elegante (Spizaetus ornatus), con filosas y negras.
FOTO: f. ECCARDI

depende de los padres por más de 9 meses, su característica corona de plumas eréctiles
o19H1~ IlB r:
por lo cual una pareja tiene una cria cada dos y su iris de color naranja o rojo.l1 Para evi­ Perfiles de águila elegante
y de águila arpia,
años. Esta baja tasa reproductiva, junto con tar su extinción en México, en el caso de FOTOS: F. EC(;AROI

el extenso territorio que requieren, estimado
en varios miles de hectáreas, el hecho de ser
presa de cazadores, ya que la consideran un
peligro para los animales domésticos e inclu­
so para los niños pequeños, y la destrucción
de :,u hábitat son las causas de su rareza. lO
ambas especies sería necesario desarrollar
un programa de reproducción en cautiverio
para sucesivamente reintroducirla a su am­
biente silvestre, siempre y cuando se man­
tengan y protejan los últimos reductos de
selvas húmedas.

, ,
•
gUia legan e y ág il arpla

 Sólo unos cuantos individuos de águila elegante y

178 de las selvas húmedas del país.
águila arpía sobreviven en los últimos reductos
179
 Con la caída de los árboles de la selva se
pierden muchas de las condiciones necesa­
rias para mantener la diversidad de plantas
y animales. Existe un gran número de espe­
cies de aves, por ejemplo, que dependen de
los árboles como fuente de alimentación y
refugio. Éste es el caso de las tres especies de
tucanes que habitan en México: el tucán real
o pico de canoa (Ramphastos sulfura tus), el
tucanete verde (Aulachorhyncus prasínus) y
el tucanete negro (Pteroglossus torquatus)
y otras aves como la oropéndola de Mocte­
zuma (Psarocolíus montezuma). Los tucanes
anidan en los huecos que abandonan los
pájaros carpinteros y se alimentan de fru­
tos, insectos e incluso de huevos de otras
180 Aves ela s Iva
aves; las oropéndolas hacen sus nidos en las
ramas. El tucán real y el tucanete negro ha­
bitan principalmente en las selvas húmedas,
mientras que el tucanete verde es más ca­
racterístico de los bosques de niebla y mesó­
filos. El tucán real es víctima del tráfico de
especies, ya que es cotizado como mascota
por su colorido plumaje y pico. Las especies
de la selva también pueden ser vulnerables
a la extinción por tener distribuciones res­
tringidas.
En regiones aisladas han evolucionado
especies exclusivas, es decir, que son endé­
micas, como el colibrí (Campylopterus exce­
Ilens) que sólo habita en las selvas húmedas
de la costa central de Veracruz.
ArrboJ
La oropéndola de Moctezuma
(Psarocolius montezuma) anida
en grupos en las ramas de los
arboles.
FOTO: P ROBLE.S GIL

Cenlro l<::l.; erdu

Una de las aves mas vistosas de
la selva es el mielero verde
(Chlorophanes splza).
FOTO· G. (EBALLOS

U~'fltfO dere<hJ
El tucanete verde
(Aulachorhyncus prasinus) es
típico de los bosques mesófilos
y de niebla
FOTOS F. E.CCARDI

"'b.ll o
El colibrí (Campylopterus
excelfens) es endémico de la
sierra de Los Tuxtlas en
Veracruz.
FOTOS: F ECCARDI

r (J n op';i'Sta di r (ha
El tucan real (Ramphastus
sulfura tus) está amenazado
por el tráfico de especies
fOfO G (EBAlLO!:.

P.Jqlnd Opl td IlQulE'rda

Los tucanetes negros
(Pteroglossus torquatus)
anidan en huecos de árboles.
FOTO· F ECCARm

181
 Para los aztecas la guacamaya roja
(Ara macao) era considerada dios
del Sol y del fuego y nombrada
Xiuhtecutli, y para los antiguos
mayas era Vacub- aquix, es decir,
el Sol antes de su creación. Existen
numerosos indicios de un constante
comercio en la época prehispánica
de guacamayas corno mascotas,
principalmente juveniles, desde el
sur del país hasta lo que hoyes
Eduardo íñigo
182
Arizona y Nuevo México en
Estados Unidos.' 2
Estas espectaculares aves
tienen una dieta muy
especializada; consumen una gran
diversidad de semillas, frutos,
vainas, hojas tiernas, flores y, ele
vez en cuando, insectos. y para
ello sobrevuelan grandes
extensiones de la selva. Por lo
general, llegan en las tardes a sus
áreas de percheo para desplazarse
por las mañanas a las zonas de
alimentación. Suelen anidar en
huecos naturales o ya escarbados
por otras aves, como carpinteros,
en grandes árboles hasta alturas de
40 m, cavidades que no son muy
frecuentes en la selva, lo cual es
una limitante para su
reproducción. Se estima que no
más de una tercera pane de la
Pcigln<1 OPueY~
Guacamaya roja
(Ara macao).
FOTO: G. CEBALLQS
El iris de los ojos de los
juveniles es de color
café, y en los adultos es
amarillo.
Foro: F. ECCARDI
población en reproducción logra
tener una cría por temporada.
Las guacamayas rojas se
distribuían originalmente desde el
sur de Brasil hasta el noreste de
México donde, hasta mediados elel
siglo xx, se les encontraba en
Tamaulipas, Veracruz, San Luis
Potosí, Oaxaca, Tabasco, Campeche
y Chiapas. A mediados de los años
ochenra todavía se admiraban
parvadas ele hasta más ele SO
indivieluos a lo largo de la cuenca
del río Usumacinta y se estimaba
que había en nuestro territorio unas
900 guacamayas rojas. Fue
entonces cuando se construyó el
puente de Boca LaCal1lÚn, sobre el
río del mismo nombre, y se aceleró
Se ha observado que las abejas africana están
desplazando a las parejas de guacamayas de sus nidos,
~Y han llegado incluso a matar algunos polluelos.
la colonización ele la región del
Marqués de Comillas y con ello se
incrementó dramáticamentc el
tráfico de guacamayas.
En unos pocos años este
comercio prácticamente terminó,
pero la población se había reducido
a 250 individuos; en 1993 no
quedaban más ele 80 parejas
reproductoras en loela la cuenca del
río Lacantún. Hoy día se tiene
confirmada la existencia de
solamente dos poblaciones
silvestres muy aisladas y reducidas,
una en la Selva Lacandona en
Chiapas y la otra, aún más pequeña,
en Oaxaca. La viabilielad biológica
de la especie en México se
encuentra en estaelo crítico. u
183
184 Jaguar
El jaguar es el mayor depredador de las tie­
rras tropicales de América y una de las espe­
cies emblemáticas del continente. Desde
tiempos ancestrales se le consideró una dei­
dad misteriosa y poderosa, y esto fue es­
pecialmente notable entre los mayas y los
aztecas. Hasta principios de este siglo su dis­
tribución comprendía un extenso territorio
que abarcaba desde los bosques de encinos
y matorrales áridos de Arizona y Nuevo Mé­
xico en el sur de Estados Unidos, hasta las
selvas de la provincia de Misiones en el nor­
te de Argentina. Hoy día ha desaparecido Pagll16 opuesta
Hembra adulta de jaguar
de grandes extensiones donde antes era (Panthera anca).
FOTO: F ECCARDI
abundante debido a la destrucción de su
Decomiso de pieles de
hábitat y la cacería indiscriminada. 14 jaguar realizado en
Chetumal, Quintana Roo
Corpulento y musculoso, en los panta­
en 2000.
nos del Mato Grosso en Brasil el jaguar pue­ Foro G CEBAllOS
de pesar hasta 130 kilogramos, pero en Mé­
xico los machos más grandes sólo llegan a
pesar 75 kilogramos. Sin embargo, un pro­
blema importante para diseñar una estra­
tegia efectiva de conservación del jaguar es
la falta de estudios de campo sobre su
185
 En la época de apareamiento el macho
corteja a la hembra y, buscando su
aceptación. le lame la cabeza.
FOTOS. F ECCARDI

El territorio de un jaguar abarca de 3 000 a 6 000 hectáreas.

186
ecología. Un estudio iniciado en 1997 por la
Universidad Nacional Autónoma de México,
Unidos para la Conservación, Ecosafaris y
Agrupación Sierra Madre en las selvas de la
región de Calakmul en Campeche ha pro­
porcionado información detallada sobre su
densidad, uso del hábitat y presas. Ahora
sabemos que en Calakmulla densidad del ja­
guar es de aproximadamente un individuo
por cada 1 500 hectáreas, y que su área de
actividad varía de 3 000 a 6 000 hectáreas.
Esto se puede traducir en una población de
alrededor de 500 jaguares en la Reserva de
la Biosfera de Calakmul, que tiene 723 000
hectáreas, y otra de cerca de 2 000 jaguares
en el sur de la Península de Yucatán.'5
De naturaleza generalista, el jaguar se
alimenta en estas selvas principalmente de
agutíes, tejones y venados temazate, pero
también depreda otras 20 especies de ma­
míferos, aves e incluso reptiles como coco­
drilos y tortugas. Esta información ha servi­
do para llegar a una conclusión importante.
Las presas más importantes para el jaguar
también son las más importantes para los
pobladores locales, que las cazan como
fuente de proteínas. La cacería excesiva de
estas presas puede llegar a reducir la pobla­
ción del jaguar en la reserva y zonas aleda­
ñas, aun sin que se les cace directamente.
Entre 1968 y 1970, alrededor de 1280
pieles de jaguar se exportaron legalmente de
México a Estados Unidos. 16 Estas pieles repre­
sentaban a todos los jaguares de un área cer­
cana a 2 millones de hectáreas. A pesar de
que este comercio se acabó, la cacería ilegal
del jaguar en México es un fenómeno persis­
tente, especialmente severo en regiones en
las que el jaguar entra en conflicto con gana­
deros por matar cabezas de ganado o en las
que hay todavía poblaciones grandes como
en Calakmul. Por ejemplo, en el año 2000 se
confiscaron 23 pieles de jaguar a un taxider­
mista de Chetumal, Quintana Roo, prove­
nientes de la región. ¿Cuántos casos más ha­
brá como éste, que no se logran detectar!
187
 Las claras noches de invierno en las
selvas del sureste de México son,
sorprendentemente, frías. 17 Esta
madrugada el frío húmedo me ha
despertado. En el pequeño catre en el
que he pasado la noche. los ruidos de
la selva me acompañan. La oscuridad
es intensa y mis ojos tardan un largo
rato en acostumbrase a ella y a
percibir o adivinar formas exu·añas.
En la poza de agua cercana alcanzo a
escuchar un animal, tal vez un tejón,
que bebe. Un búho repite incansable
su agudo canto. Son las dos de la
mañana. Hace una semana que llegué
al campamento para proseguir con un
estudio sobre la ecología y
conservación del jaguar en las selvas
del estado de Campeche que
llevamos a cabo la NAM, Unidos
para la Conservación, Sierra Madre y
Ecosafaris. ESt1t noche, fatigado, me
parece que el proyecto tuvo su origen
hace siglos.
A las tres y media de la mañana,
justo cuando empezaba a conciliar el
sueño otra vez, llega nuestro asistente
a despertarme. Al salir de la tienda de
campaña me admiro con la claridad
del cielo y sus innumerables estrellas,
cuya luz tiene miles, tal vez cientos
de miles, de años de antigüedad.
Estoy listo para el trabajo de campo.
Me uno a los demás miembros del
grupo. Nos espera un largo día. Las
camionetas están listas. Nuestra
188
jauría.lidereada por la "Sombra",
una perra de r' za indefinida, parece
ansiosa por emprender la ardua
correría en la selva. Uno de los
perros ha ladrado toda la noche.
como presintiendo la presencia de un
jaguar. Justo después de las 4 de la
mañana nos internamos en el único
camino de terracería que penetra a la
selva en esta zona y emprendemos la
búsqueda del jaguar.
En las primeras dos horas de
camino no ,,"ncontramos ningún rastro
de jaguar. Alrededor de las 6 de la
mañana los primeros rayos de luz
anuncian el amanecer. Conforme
avanza el día la selva cobra vida.
EIlrino de los pájaros, e vuelve
omnipresente; sobresale el canto de
las chacalacas ... Pancho se ha
detenido. Ha encontrado un rastro
fresco, aparentemente de jaguar.
Bajamos presurosos a los perros.
La "Sombra" corre en pequeños
círculos, tratando de dctectar la
dirección del rastro. De repente un
gran aullido nos indica que lo ha
encontrado ... sale despavorida,
corriendo a b'Tan velocidad entre la
selva; los otros perros la siguen,
aullando también. El corazón parece
salírseme de la emoción. Javier sale
tras los perros con gran agilidad,
intentando seguirlos lo más cerca
posible, para tratar de evitar que se
pierdan o que puedan ser lastimados
Gerardo Ceballos
por el jaguar. Nosotros tratamos de
seguirlos de cerca también, pero en
pocos minutos nos dejan muy atrás.
Los aullidos cada vez más distantes
son nue [ra LÍnica guía.
El avance entre la selva es lento.
Afortunadamente hay pocas
nauyacas, serpientes ven nasas cuya
mordedura en estas circunstancias
podría ser morlal. Caminamos
durante más de tres agotadoras horas.
Cuando locio parece indicar que
hemos perdido a los perros, los
aullidos nos indican una vez más su
posici6n. Ya no corren. ¡Han
encaramado a un felino en un árbol!
Cuando finalmente los alcanzamos,
veinte minutos más tarde. Javier nos
recibe sonriente. ¡Tenemos a un
enorme jaguar macho! En pocos
minutos tenemos al jaguar en el
suelo, después de inyectarle un
anestésico. Par evitar dai'íos a los ojos
se le ponen gotas y se le cubre el
rostro con un pedazo de tela limpio.
Se le toman medidas del cuerpo, se
pe, a y se sacan muestras de sangre.
Se determina su sexo y su condición
física en neneral. Constantemente se
evalúa su ritmo cardiaco. para
determinar si no hay algún efecto
negativo ele la anestesia. Cuando
terminamos con esto procedemos a
ponerle un radio-collar, que es el
instrumento que nos pennilirá seguir
sus c()rrerías en los siguientes dos
 años. El collar tiene un transmisor
que emite una señal en una
frecuencia determinada. La señal es
captada en un receptor, con lo cual
se puede ubicar la posición del
animal. La ubicación continua de
este jaguar a pie, a caballo, en
camioneta y en avioneta, nos
permitirá evaluar algunas de las
preguntas que nos hicimos al
comenzar el estudio.
Ahora, agazapados bajo la
sombra de una ceiba inmensa
observamos en silencio.
maravillados, al jaguar. Sus
amarillos ojos, misteriosos y
profundos, nos miran intensamente.
Lentamente se va recuperando de la
an 'resia. Muy atento escucha,
huele, observa. Es posible que
seamos los primeros seres humanos
con los que se haya encontrad .
Trata de entender la situación. Hace
un buen rato que se llevaron a los
perro uyos aullidos se alcanzan a
escuchar en la distancia, muy lejos.
Súbitamente se incorpora, libre ya
de los últimos efectos de la droga.
En un instant brinca un gran
n-anca caído, sin hacer ningún
ruido, a pesar de pisar la hojar sea
3. Imponente, nos mira por
última vez, antes de desaparecer,
majestuoso, entre la selva, en una
escena que me s rá difícil olvidar.
En ese momento me pregunto
Actividades de muestreo
y colocación de un
acerca de su futuro, sin poder
radio-collar a un jaguar.
FOTO. P ROelEs GIL
imaginar si4uiera lo que sería el
mundo sin ésta y muchas otras
especies en peligro de extinción, cuya
sobrevivencia está exclusivamente
en nuestras manos, y de cuya
existencia depende, paradójicamente,
también la Iluestra. 189
 Proceso de
deforestación de la
Selva Lacandona

Selva húmeda

Área perturbada

D Áreas naturales protegidas

Jaguar (Panthera anca)

190 FOTO. F. ECCAAOI
INTRODUCCiÓN
1 Se considera que los fósiles más antiguos son bacterias de ha­
ce aproximadamente 3 700 millones de años Wilson (1993).
2 La compilación más completa y accesible sobre el tema de
la historia, estado actual y conservación de la diversidad bioló­
gica es el libro del famoso biólogo E.O. Wilson (1993).
3 Wilson (1993) presenta varios ejemplos del conocimien­
to de la diversidad biológica de pueblos indígenas en varios
continentes. Nabhan (2002) describe de forma muy amena el co­
nocimiento etnobiológico de los pueblos indígenas de Nortea­
mérica, incluyendo algunos del norte de México.
4 El tema de la diversidad biológica en México y los países
megadiversos ha sido discutido en detalle por Toledo (1988) y
Mittermeier et al. (1997), respectivamente. Ahora existen en
México libros generales sobre la fauna (Robles Gil et al., 1993)
y especializados sobre mamiferos (Leopold, 1965; Villa, 1967;
Álvarez del Toro, 1977; Ceballos y Miranda, 2000), aves (Peter­
son y Chaliff, 1989; Howell y Webb, 1995), y reptiles y anfibios
(Álvarez del Toro, 1977; García y Ceballos, 1994). Hay pocos tra­
bajos no especializados sobre peces.
5 Los patrones de distribución de la diversidad y endemis­
mo de los vertebrados terrestres de México son tratados por Ce­
ballos y Navarro (1991), Ceballos y Brown (1995) Ceballos
(1999), para mamíferos; Escalante et al. (1993) y Ceballos et al
(2002 b), para aves; Flores Villela (1993) para reptiles y anfibios,
y Espinoza et al. (1993) para peces. Uno de los patrones genera­
les descubiertos es que las regiones de alta diversidad son dife­
rentes a las regiones con una alta concentración de especies
endémicas. Por otro lado, Ceballos y Brown (1995) evaluaron la
relación de la diversidad biológica de los mamíferos de los dife­
rentes países del mundo con el área. En ese trabajo se compro­
bó que México es un país megadiverso, pues tiene más especies
de las que se esperarían con relación a su área. El trabajo de
Mittermeier et al. (1997) es una detalladísima compilacíón
de información sobre la diversidad biológica de los países me­
gadiversos.
6 Sobre el tema de la extinción de especies se han escrito
muchos volúmenes. Los libros de Paul y Anne Ehrlich (Ehrlich y
Ehrlich, 1981) y Jean Dorst (1971) se encuentran entre las mejo­
res compilaciones. Información actualizada se puede obtener
de la Unión Mundial para la Naturaleza (Hilton-Taylor, 2000;
página web www.iucn.org).Allen (1942) y Greenway (1967)
proveen perspectivas históricas interesantes.
7 El tema de la extinción de especies en México ha sido tra­
tado por Ceballos (1993). El problema de las aves en peligro de
extinción es tratado por Ceballos y Márquez (2000); el de los
peces por Contreras Balderas (1987) y Contreras Balderas y Lo­
zano (1994), y el de los mamíferos por Ceballos y Navarro
(1991). Los cálculos más recientes indican que por lo menos 104
especies de mamíferos, 109 de aves, 100 de reptiles, 60 de anfi­
bios y 148 de peces se encuentran en riesgo de extinción.
8 Véase Ehrlich y Ehrlich (1981) para una evaluación gene­
ral del problema. Una síntesis del crecimiento poblacional y la
extinción de especies en México es presentada en Ehrlich y Ce­
bailas (1997).
9 Véase Ehrlich y Ehrlich (1981) y Wilson (1993).
10 Ehrlich y Ehrlich (1981) describen con detalle la división
de los factores causant s de las extinciones en directos e indi­
rectos. La istinción es útil para entender la manera en que
afectan a las poblaciones y especies, y para buscar resolverlos.
11 Este relato se ha tomado de un texto de Ceballos (2001 a)
que describe la historia del cóndor y otras especies en riesgo de
extinción de la Península y el Golfo de California.
12 Carl Lumholtz recorria la Sierra Tarahumara a finales del
siglo XIX estudiando a las culturas indígenas y haciendo obser­
vaciones detalladas de la fauna y flora, que describió en su fa­
moso libro publicado en 1902.
13 Nelson publICó en 1898 sus observaciones sobre los carpi n­
teros imperiales.
14 Tanner fue el último científico que vio con certeza al car­
pint ro imperial (Tanner, 1964).
1 El cuadro es una actualización del presentado en el artí­
culo de Ceballos (1993), que fue la primera síntesis del proble­
ma de la extinción de especies en México.
16 Véase Ceballos y Márquez (2000). La mayor parte de la
información sobre especies de aves en este capítulo proviene de
ese libro.
17 La cita proviene del reciente libro de Errol Fuller (2002)
que es una excelente compilación de las aves extintas en tiem­
pos históricos.
18 Esta cita se tomó del libro de Greenway (1967) que es
una compilación interesante sobre la extinción de las aves.
19 Véanse detalles en Ceballos y Márquez (2000).
20 Fred Bosworth (1954) scribió una novela visionaria so­
bre la extinción del chorlito esquimal, de donde se sacaro es­
tas citas.
21 Edward Palmer fue uno de los primeros naturalistas que
visitó la Isla Guadalupe, de quien se citan sus observaciones en
Abbott (1933). La cita de los últimos ejemplares es del mismo
autor.
22 Jehl (1972), Jehl y Everett (1985) Ceballos y Má(quez
(2000) y Fuller (2002) resumen la historia del petrel de G ada­
lupe. Existe una posibilidad remota de que algunos ejemplares
de esta especie hayan sobrevivido en un par de islotes cercanos
a Guadalupe, que no tienen especies introducidas.
23 Anthony (1925) reportó los últimos vestigios del petrel
de Guadalupe hechos en una expedición a la isla en 1922. Aho­
ra se considera que el petrel está extinto.
24 Esta información se basa en los textos de Ceballos y Már­
quez (2000) y Fuller (2002).
25 La información sobre el oso gris en México se basa en
Leopold (1965) y el libro de David Brown (1996). Este último es
una excelente compilación histórica que sintetiza la poca infor­
mación disponible sobre el oso gris en México.
26 La foca monje fue muy abundante en el Caribe. Allen
(1942) y Kenyon (1977) resumen en detalle su historia. Villa et
al. (1986) resumen la historia de la especie en México.
27 Existe una pequeña posibilidad de que Dipodomys gra­
vipes no esté extinta, ya que es factible que algunos individuos
hayan sobrevivido en ambientes marginales cerca de El Rosario.
La información de esta especie se basa en Ceballos y Navarro
(1991) y Mellink (1992a)
28 Véase Ceballos y Navarro (1991) y Mellink (1992a, b)
29 La información sobre Peromyscus guardia se basa en Me­
Ilink et al. (2002).
30 Miller et al. (1989) presentan una síntesis general sobre
la extinción de especies de peces n Norteamérica. En México
los trabajos de Contreras Balderas (1987) y Lyons et al. (1998)
son los más completos aI respecto.
31 La descripción de estas especies fue hecha por Lozano
Vi,lano y Contreras Balderas en 1993. La historia de estos peces
es dramática y es un ejemplo de lo frágil que son muchas espe­
cies en México. Es increíble que se hayan extinguido sin mante­
ner siquiera poblaciones en cautiverio de algunas de ellas.
32 El problema principal con los ríos y lagos de México es
la sobreexplotación del agua y la contaminación. Se considera
que 98% de los ríos están contaminados. Sin lugar a dudas, la
extinción de peces es uno de los problemas de conservación
más serios del país. Algansea barbata fue bautizada como "salmón
del Lerma", ya que cada año una gran cantidad de peces re­
montaban los rios para reproducirse. Esto es un espectáculo del
pasado. Para información adicional sobre el tema véase Con­
treras Balderas y Lozano Vilano (1994).
33 La norma oficial mexicana sobre especies en peligro de
extinción establece los criterios para considerar las especies como
en riesgo de extinción, las categorías de riesgo y las especies en
la norma (Semarnat, 2002).
34 Véase Leopold (1965) y Ceballos y Oliva (en prensa). Los
mamíferos silvestres de México. Conabio-FCE-UNAM, México.
35 Los libros de Ehrllch y Ehrlich (1981) Y Wilson (1993) pro­
veen de muchos ejemplos sobre el impacto de las extinciones
en el bienestar del ser humano.
36 La información sobre los servicios ambientales se puede
consultar en Daily (1997). Para un resumen de estos temas per­
tinente a México consúltese Ehrlich y Ceballos (1997).
37 La cita fue tomada del libro de Leopold (1965) sobre la
fauna silvestre de México.
MARES EISlAS
1 Dos libros recientes que tratan sobre las islas del Golfo de Ca­
lifornia son los de Bourillón et al. (1988) y Robles Gil et al. (2001).
Estos trabajOS son un buen ejemplo de la diversidad y problemas
de conservación a los que se enfrentan las islas de México.
2 Los impactos negativos de la sobreexplotación de las pes­
querias se conoce desde la década de 1950, cuando se documen­
tó el colapso de las pesquerías de sardinas y anchovetas en la
costa de California. A pesar de que se conocían esos detalles,
estudios recientes han mostrado que el impacto es mucho más se­
vero de lo estimado, y ha afectado desde tiburones y atunes
hasta sardinas y anchovetas Existen consecuencias de las que
no se tenia idea, como la desaparición de especies de ballenas y
tiburones por la desaparición de los peces que son sus presas.
3 Las islas se encuentran entre los ecosistemas más frágiles
y más vulnerables a la extinción. La mayor parte de las especies
extintas eran insulares (Ehrlich y Ehrlich, 1981; Wilson, 1993; Fu­
Iler, 2002). Siguiendo el patrón mundial, en México la mayoría
de las extinciones globales o locales ha ocurrido en islas (Ceba­
1I0s, 1993).
4 Las islas de México sobresalen por su alta concentración
de especies endémicas. Este patrón ha sido ampliamente reco­
nocido (Ceballos et al., 1998; Robles Gil et al., 2002).
5 La historia del ratón de Estanque (Peromyscus guardia) es
presentada en Mellink et al. (2002). La información de las plan­
tas de isla Guadalupe es de Morán (1986), en su monografía
de la flora de la i la.
6 Un libro reciente Ezcurra (2002) describe las caracterís­
ticas del medio físico y biológico de la isla Espíritu Santo.
7 En la introducción de este libro se mencionan varias
de las especies de aves que se extinguieron y se describe con
detalle la situación de la isla. Edward Palmer fue uno de los
primeros naturalistas que visitó Isla Guadalupe (Abbott,
1933). Jehl (1972), Jehl y Everett (1985) y Fuller (2002) resu­
men la historia del las aves de Guadalupe. La historia de los
mamíferos de la isla es tratada con detalle por Allen (1942)
y Berdegué (1956)
8 La monografía de Morán (1986) es el tratado más
completo de la flora de isla Guadalupe.
9 Una reseña breve pero bastante completa de la situa­
ción de Isla Socorro en general y de su fauna en particular se
presenta en Ceballos y Márquez (2000) Véanse también los
trabajos de Jehl y Parkes (1982, 1983) Y Martínez Gómez y
Curry (1996).
10 La historia de la paloma de Socorro se trata en los tra­
bajos de Luis Baptista (Baptista, 1987; Baptista y Martinez,
1996) y de Joseph Jehl (Jehl y Parkes, 1982, 1983).
11 La bióloga Enriqueta Velarde ha llevado a cabo los
programas de investigación y conservación de las aves de Isla
Rasa por más de 20 años. Su trabajO es ejemplo de la impor­
tancia de tener personas comprometidas con la conservación
a largo plazo. Véanse en la bibliografía los trabajOS de Ve­
larde.
12 La vaquita marina es uno de los menos de 10 mamí­
feros marinos que son endémicos de un país. Se le considera
el mamífero marino con la distribución más restingida, lo
que la hace muy vulnerable. Los últimos censos indican que
la población es menor de 500 ejemplares, lo que la coloca
entre las 10 especies de animales marinos más criticamente
amenazadas con la extinción. Para mayor detalle consultar
los trabajos de Silber (1990), Silber y Norris (1991), Jefferson
et al. (1993), Vidal (1994), Jaramillo Legorreta et al. (1999) y
D'Agrosa et al. (2000).
13 La historia de la explotación de la totoaba puede
considerarse como un ejemplo de libro de texto sobre los
efectos de la explotación irracional de una pesquería, simi­
lar a lo que ha pasado con sardinas, anchovetas, tiburones,
lenguados y muchas otras especies en todos los mares del
planeta. Chute (1928) escribió sobre el desperdicio y destruc­
ción del recurso: "es imposible calcular cuántas toneladas de
peces fueron capturadas y desperdiciadas sólo por el "bu­
che", cuya utilización fue insignificante comparada con las
toneladas de carne que fueron tíradas al mar". En 1955, Ber­
degué denunció la sobreexplotación del recurso, pero no
fue sino hasta 1975 cuando el Gobierno mexicano decretó la
veda total de la especie por tiempo indefinido. Véanse tam­
bién los trabajos de Almeida et al. (1992), Chute (1930) y Cis­
neros Mata el al. (1995)
14 Un compendio reciente sobre la biologia de los tibu­
rones es el de Hamlett (1999). Los datos sobre el uso del ti­
burón en México son de Applegate et al. (1993), Castillo
Geniz (1990), Stoessell (1992), Romeu (1995) y Rose (1992).
15 La situación del mercado del tiburón durante la déca­
da de 1970 fue fundamental para mantener el ingreso de
muchas regiones de todo el planeta, lo que incrementó de
manera drástica la intensidad de su pesca.
16 Para mayor información sobre las ballenas del mun­
do en general se puede consultar la guía de campo de Jef­
ferson et al. (1993). Una lista de las especies en México se
presenta en Ceballos et al. (2002a). Romeu (1997a) presenta
una síntesis sobre la conservación de esas especies.
195
 17 La historia de la explotación, la biología y la conserva­
ción de la ballena gris se documenta en Allen (1942) y Swartz y
Jones (1984).
18 El libro de René Marqués (2000) sobre las tortugas mari­
nas es la mejor sintesis sobre la biologia y conservación de estos
organismos en México. Un tratado muy actualizado de la biolo­
gía de las especies es el libro de Lutz y Musick (1996).
19 La información técnica sobre el trabajo de conservación
de las tortugas marinas en la Reserva de la Biosfera Chamela­
Cuixmala proviene de Garcia et al. (2003).
DES TOS YPASTUALES
1 Una excelente descripción de las características biológicas y la
situación actual de los desiertos y pastizales de México se pre­
senta en el libro de Challenger (1998).
2 El desierto chihuahuense es uno de los más diversos del
planeta debido, entre otras cosas, a la mezcla de ambientes ári­
dos y templados húmedos. En México mantiene una diversidad
considerable de especies endémicas, particularmente de cactos
y reptiles. Se le considera una de las últimas regiones extensas
relativamente poco impactadas por las actividades del ser hu­
mano (Barbault y Halffter, 1981; Mittermeier et al., 2002).
3 Una descripción de las áreas naturales protegidas de Mé­
xico se encuentra en la página web de la Secretaria de Medio
Ambiente. La Reserva de la Biosfera del Vizcaino es la más ex­
tensa de México.
4 Leopold (1965) describe en su libro sobre la fauna silves­
tre de Mexico la cacería de los berrendos en el centro del país.
En la actualidad, las tres subespecies de berrendos de México se
encuentran en serio peligro de extinción.
5 La crítica situación en que Nelson encontró las poblacio­
nes de berrendo en México y Estados Unidos a principios de la
década de 1920 ha sufrido cambios interesantes. En contraste
con lo que sucedió en México, en Estados Unidos el manejo y
cuidado de las poblaciones de berrendo tuvo como resultado
que la población se haya incrementado a más de un millón de
individuos, de los cuales miles se cazan cada año, permitiendo
una derrama económica considerable. En México la situación
actual de la especie es aún más critica que cuando Nelson hizo
su evaluación. Actualmente, el berrendo se distribuye en tres
poblaciones aisladas de pocos cientos de individuos cada una
(González y Lafón, 1993; Valdés y Manterola, 2001). El trabajo
de Valdés y Manterola (2001), que se puede consultar en la pá­
gina web de la Conabio, es una excelente síntesis sobre la situa­
ción actual.
6 Véase la nota 36 de la introducción.
7 Los castores siempre han tenido una distribución restrin­
gida en México (Leopold, 1965). Actualmente se encuentran en
la parte norte del río Colorado, en Cajón Bonito (Sonora), Tres
Ríos (Chihuahua), el río Bravo y algunos de sus afluentes (Ceba­
1I0s y Navarro, 1991; Mellink y Luévano, 1998). Además de los
castores, más de 20 especíes adicionales de roedores, que inclu­
yen ardillas, ratones, tuzas, ratas y puerco espines, se encuen­
tran catalogadas como en peligro de extinción (Semarnat,
2002)
8 La historia de Microtus pennsylvanicus es tratada breve­
mente en Ceballos y Navarro (1991) y Ceballos (2001b). A pesar
de que es una especie de amplia distribución en Norteamérica,
su situación actual en México es crítica, y lo más probable es
que ya esté extinta. Sólo se le conoce de un área no mayor a
100 hectáreas en los alrededores del manantial Ojo de Galeana,
en una zona árida de Chihuauhua.
9 La situación de la codorniz Colinus virginianus ridgwayi
llegó a ser extremadamente crítica. El pastoreo y la destrucción
196
de los pastizales para cultivos provocaron su extinción en Arizo­
na, Estados Unidos, y la reducción de su distribución en México
a los pastizales cercanos a Benjamín Hill en Sonora. La captura
de ejemplares mexicanos sirvió para un programa exítoso de re­
producción en Arizona, donde se han reintroducido. La situa­
ción actual en México no está evaluada (Ceballos y Márquez,
2000). La rata almizclera nunca fue común en México (Leopold,
1965). En la actualidad es, al parecer, relativamente abundante
en el delta del río Colorado (Mellink, 1995). Sin embargo, debi­
do a su distribución tan restringida y a que ha desaparecido de
gran parte de su área de distribución original en México, se le
considera en peligro de extinción.
10 Véase Mittermeier et al. (2002).
11 Esta proporción entre aves residentes y migratorias es
particularmente relevante en el norte de México. Las aves de
los pastizales de la región de Janos en el noreste de Chihuahua
son, probablemente, las aves de pastizal mejor estudiadas de
México (Manzano et al., 1995).
12 Las tres especies de tortugas terrestes del género
Gopherus de México se encuentran en peligro de extinción por
la cacería indiscriminda, el sobrepastoreo y la conversión de los
ambientes naturales en campos de cultivo (Bury, 1982; Bury et al.,
2002; Van Denverer, 2002). La más amenazada es Gopherus fla­
vomarginatus, ya que es endémica de una pequeña región en­
tre los estados de Durango, Chihuahua y Coahuila (Adest et al.,
1989; Aguirre etal., 1997).
13 La historia detallada del bisonte, con estimaciones :;obre
el tamaño de sus poblaciones y su destrucción se presenta en
los libros de Allen (1942) y Wilcove (2000).
14 El bisonte aparentemente nunca tuvo una distribución
muy amplia en México (Leopold, 1965). Actualmente existe una
población silvestre de alrededor de 100 animales en la región
de Janos, en el noroeste de Chihuahua. La cita de la cacería en
Parral es del libro de Brown y Carmondy (1991), que pre,enta
una serie de narraciones sobre la fauna cinegética de México a
finales del siglo XIX y principios del siglo XX.
15 La cita de la matanza de la última manada de bisontes
es del libro de David Schmidly (2002) sobre la historia natural
de Texas.
16 La cita es de Ceballos y Pacheco (2000).
17 Véase Hall (1981) para la distribución de las especies de
perros llaneros en Norteamérica y Ceballos et al. (1993) para su
dístribución en México.
18 La cita textual es del trabajo de Ceballos y Pacheco
(2000).
19 El libro de Miller et al. (1996) es una fuente actualizada
sobre el hurón de patas negras.
20 La reintroducción del hurón de patas negras a México ha
sido exitosa (Pacheco et al., 2002). El año 2003 es el tercero en
que se liberan ejemplares en el noroeste de Chihuahua.
HUMEDALES, Ríos y LAGOS
1 Recientemente se ha publicado un compendio sobre las lagu­
nas costeras de México (Castañeda y Contreras, 1995).
2 Existe un cúmulo de publicaciones antropológicas y bio­
lógicas sobre el Valle de México. Un resumen interesante es
presentado por Ezcurra (1991).
3 Cuatro Ciénegas es un verdadero paraíso biológico, con
un número extraordinario de especies endémicas; por ser eco­
sistemas acuáticos en medio de una zona árida han sido amplia­
mente estudiadas. La extensa literatura de la región se puede
consultar en la página web del Desert Fishes Council. Entre las
publicaciones sobresalientes están las de Contreras Balderas
(1994).
 4 La crisis del agua es uno de 105 mayores problemas a 105
que se enfrenta la humanidad. Se estima que de no resolverse
esta crisis provocará serios problemas entre países y en las so­
ciedades de cada país. Hay una extensa literatura al respecto.
5 Véase Álvarez del Toro (1977), Hall (1981) y Morales Vela
et al. (2000).
6 G. Gaumer escribió a principios del siglo xx un excelente
libro sobre 105 mamíferos de Yucatán, de donde se tomó la cita
(Gaumer, 1917).
7 Ornat (en Ceballos y Márquez, 2000) resume la historia
de 105 flamencos en México. Otras publicaciones sobre el tema
son los de Arengo (1995), Espino Barrios (1989a, b) y Romeu
(1997b). El flamenco es un ejemplo muy claro de las especies
que a pesar de tener poblacíones numerosas se catalogan en
peligro de extinción, por su alta vulnerabiliad derivada de su
dependencia de pocos sitios para anidar.
8 La cita del pescador es tomada de Romeu (1997b).
9 La información sobre el jabirú es sintetizada de Ceballos
y Márquez (2000) y Collar et al. (1992). Para esta especie la prin­
cipal amenaza es la pérdida de hábitat.
10 La información sobre la cigüeña es sintetizada de Ceba­
1105 y Márquez (2000) y Collar et al. (1992).
11 Un trabajo muy interesante sobre la biologia y proble­
mas de conservación de 105 cocodrilos de México es el de ÁI­
varez del Toro, que fue publicado originalmente en 1971,
reimpreso recientemente (Álvarez del Toro, 2001).
12 La biología de 105 cocodrilos de México se resume en 105
trabajos de Álvarez del Toro (2001), García y Ceballos (1994) y
Lee (1996).
13 Los criaderos de cocodrilos han demostrado ser una ex­
celente opción para vincular la conservación con el desarrollo.
Para más información véase Ross (1999).
1'1 México es el país con la mayor diversidad de ajolotes.
Flores Villela (1993) da una lista de las especies del país y Arms­
trong et al. (1989) resumen la biología del desarrollo.
1', Espinoza et al. (1993) proporcionan una lista de todas las
especies de peces de agua dulce de México. La sobreexplota­
ción, contaminación del agua y la introducción de especies exó­
ticas son las principales causas de la extinción de 105 peces de las
zonas áridas del norte de México (Contreras Balderas y Lozano
Vilano, 1994).
16 Prietella phreatophila fue descrita en 1954 por el ictió­
logo Jorge Carranza en la revista Ciencia. Información actuali­
zada sobre la especie se puede consultar en la página web del
Oesert Fishes Counci!.
17 Véase Lozano Vilano y Contreras Balderas (1993).
18 El tema de la extinción de 105 peces del Valle de México
se resume en Lyons et al. (1998). Entre las especies extintas es­
taban tres del género Evarra, que era endémico del valle. La úl­
tima vez que se les registró fue en 1958.
19 Para obtener información adicional sobre las nutrias se
puede consultar Ceballos y Miranda (2000), Leopold (1965).
Reid (1977), Spinola y Vaughan (1995a, b) y Soler (2002).
SRVAS SECAS
1 Las mejores síntesis sobre la diversidad y función de las selvas
secas son 105 libros de Janzen (1983) y Bullock et al. (1995). Cha­
Ilenger (1998) provee una visión general de la diversidad y si­
tuación actual de las selvas secas de México.
2 Janzen (1983) y Ceballos (1995) resumen las especializa­
ciones de 105 vertebrados de las selvas secas para enfrentar la
sequía. En el trabajo de Ceballos (1995), en el que se compara­
ron la diversidad y endemismos de las selvas secas de Latinoamé­
rica, se identifican patrones interesantes como el hecho de que
estos ecosistemas tienen la mayor concentración de especies
endémicas. Las reservas de la biosfera de Chamela-Cuixmala en
Jalisco, Manantlán en Colima y Jalisco, y Huatla en Morelos,
protegen estas selvas. Hay trabajos monográficos sobre la fau­
na de esas regiones, como Aguilar et al. (2002) y García y Ceba­
1105 (1994) sobre reptiles y anfibios, Arizmendi et al. (1990) y
Ramirez y Ramírez (2002) sobre aves, y Ceballos y Miranda
(2000) y Sánchez (1995) sobre mamíferos.
3 Los murciélagos son importantísimos polinizadores y dis­
persores de muchas especies de árboles y cactos de zonas áridas
y tropicales, que desaparecerían ante la ausencia de murciéla­
gos (Janzen, 1983; Wilson, 1997).
4 Los murciélagos, con 134 especies, son el segundo grupo
de mamíferos más diverso de México, superados sólo por 105
roedores. Existe poca información sobre Musonycteris harriso­
ni, que se resume en Ceballos y Miranda (2000) y Téllez y Orte­
ga (1999).
5 La información completa sobre los movimientos de los
murciélagos Leptonycteris curasoae de la costa de Jalisco al nor­
te de Méxíco es de Ceballos et al. (1997).
6 Los murciélagos son especialmente susceptibles a 105
plaguicidas por encontrase en la parte superior de las cadenas
tróficas. La reducción del uso de DDT ha ayudado a que sus po­
blaciones se recuperen. Irónicamente, 105 murciélagos son esen­
ciales para controlar insectos plaga como mosquitos (Villa,
1967; Wilson, 1997).
7 El tráfico de pieles en Latinoamérica causó severos pro­
blemas para muchas especies de animales, especíalmente ma­
míferos, como 105 felinos de piel moteada y reptiles (Mares y
Ojeda, 1984). Los datos del tráfico de pieles en Latinoamérica
y México fueron tomados de Mares y Ojeda (1984) y Myers
(1973).
8 El ocelote es uno de los felinos pequeños mejor estudia­
dos (Emmons, 1999; Reid, 1997). La especie fue muy impactada
por el trafico legal e ilegal de pieles, pero en la última déca­
da se han recuperado sus poblaciones.
9 El zorrillo pigmeo es el único carnívoro endémico del te­
rritorio continental de México, donde sólo habita en las selvas
secas de la costa del Pacifico, desde Sinaloa hasta Oaxaca. Es
una especie poco abundante, de la que se conoce poco de su
biología (Ceballos y Miranda, 2000).
10 Las selvas secas del oeste de México mantienen siete gé­
neros de mamíferos endémicos de México, entre 105 que se en­
cuentran 105 roedores Hodomys alleni y Xenomys nelsoni. Estas
especies no sobreviven en ambientes perturbados, además de
que tienen pocas crías y se reproducen sólo una vez al año, lo
que las hace susceptibles a la extinción (Ceballos y Miranda,
2000).
11 Se puede consultar información sobre tráfico de tarán­
tulas en. Traffic network (2000).
12 Véase Yañez (1999).
13 Las guacamayas y algunas especies de pericos están en
serio peligro de extinción por el tráfico ilegal y la destrucción
de su hábitat. La guacamaya verde ha sobrevivido mejor que la
guacamaya roja, ya que además de anidar en oquedades en 105
árboles también usan acantilados y sótanos, en donde son inac­
cesibles (Ceballos y Márquez, 2000).
14 Los estudios más completos sobre la guacamaya verde
en México son 105 de Carreón (1997) y Loza (1997), llevados a
cabo en la región de Cajón de Peñas, en la costa norte de Ja­
lisco.
15 El monstruo de Gila y el escorpión son cotizados entre
coleccionistas privados, lo que 105 pone en riesgo. El monstruo
de Gila ha sido ampliamente estudiado; por el contrario, del es­
corpión sólo existen algunos trabajos en la Reserva de la Bios­
fera Chamela-Cuixmala (García y Ceballos, 1994).
197

ROSqUES TEMPLADOS
1 Challenger (1998) hace una excelente descripción de la diver­
sidad y situación actual de los bosques templados de México.
2 Los bosques templados de México son muy heterogéneos
y con una gran diversidad de especies. Incluyen bosques de pino,
encino, oyamel, enebro y ciprés. Son, junto con las selvas se­
cas, el ecosistema que manti ne el mayor número de especies
endémicas, especialmente en las montañas del Eje Neovolcá­
nico y de la Sierra Madre d I S r.
3 Una recopilación completa y objetiva de la historia del 10­
bo en México y el sureste de Estados Unidos es presentada por
Brown (2002). Véase también Leopold (1965)
4 El oso negro se encontraba ya en problemas en la década
de 1950 (Leopold, 1965). Sin embargo, el cuidado en tierras pri­
vadas del norte de Coahuila ha salvado a la especie.
5 En las Serranías del Burro se ha desarrollado uno de los
estudios más completos sobre el oso negro en el continente
americano. Esta población se encuentra entre las más saluda­
bles de todo el continente.
6 Una compilación accesible sobre la situación actual se
presenta en el trabajo de Enkerlin (véase Ceballos y Márquez,
2000).
7 Las ardillas voladoras tienen una distribución discontinua
a lo largo de los bosques templados del este, centro y sur de
México. La destrucción de los bosques es la principal amenaza
para su conservación (Ceballos y Galindo, 1984).
8 Se puede consultar a Ceballos y Márquez (2000) y Sttat­
tersfield (2000) para tener más información sobre el cóndor
9 En la página web del Instituto Nacional de Ecologia de la
Secretaría de Medio Ambiente se puede consultar el avance del
proyecto de reintroducción del cóndor en Baja California
La historia de este descubrimiento se puede ver en De la
10
Maza (2002).
11 De la Maza (1995).
12 Velázquez et al. (1996) proporcionan la monografía más
completa del teporigo, con información detallada sobre su dis­
tribución actual y su estado de conservacíón. Este pequeño co­
neJo de linaje antiguo, que es endémico del centro de México,
se encuentra entre las especies más amenazadas del mundo.
13 Información adicional sobre la diversidad biológica de
los pastizales templados del centro de México se puede consul­
tar en la publicaciones de Ceballos y Galindo (1994), Puebla y
Arenas (2003), Velázquez et al. (1996) y Uribe Peña et al. (1999)
14 Los quetzales sólo han sido estudiados en detalle en Cos­
ta Rica yen la Reserva de la Biosfera El Triunfo en Chiapas (Ávila
et al., 1996; Solórzano y Oyama, 2002; Solórzano et al., 2000).
Una de las observaciones más sorprendentes es que migran al­
titudinalmente durante al año, por lo que su conservación re­
quiere un área mayor (Powell y Bjork, 1995).
15 La Reserva de la Biosfera El Triunfo en Chiapas es el úni­
co sitio en el que se ha estudiado al pavón. Esta ave, que es en­
démica de una región muy limitada en Chiapas y Guatemala, es
tan rara que su nido no fue descrito hasta la década de 1980
(Ceballos y Márquez, 2000).
SELVAS HÚMEDAS
1 Entre las mejores síntesis sobre la diversidad y función de las
selvas húmedas se encuentran los libros de la Estación La Selva
en Costa Rica (Mc Dade etal., 1993) y Los Tuxtlas, en Veracruz
198
(González Soriano et al. 1997). Challenger (1998) proporciona
informacíón adicional.
2 La selva húmeda es el ecosistema más amenazado de Mé­
xico. De no lograrse su protección efectiva es probable que de­
saparezca en las siguientes dos décadas. Los factores que han
llevado a la pérdida de este ecosistema son muy compl jos, por­
que se entremezclan cuestiones politicas y sociales (Challenger,
1998). La apatla de la sociedad y la falta de volunt d olítica
son, sin duda alguna, los problemas más severos para resolver
sta crisis. Los datos sobre la defore tación de las selvas húme­
das son del Inventario Forestal Nacional 2000 (Velázquez et al.,
2002). Mendoza y Dirzo (1999) presentan un ejemplo de los
procesos de deforestación en la región de la Lacandona en
Chiapas.
3 Los tl·abajos de Fragoso (1991), Jan:c211 (1983) y Terwilli­
ger (1978) tienen información interesante sobre el tapir en Cos­
ta Rica. Para su biología y conservación en México se pueden
consultar las mismas citas del senso (nota anterior), March
(1994) y Eduardo Naranjo citados en la bibliografía.
4 La cita textual se tomó de Leopold (1965).
5 Información adicional sobre la distribución, biologia yes­
tado de conservación de las especies de monos de México se
puede consultar en los trabajos de Horwich (1989), Reid C1997)
y Silva et al. (1987)
6 El serafín es una especie muy pequeña y críptica que pro­
bablemente se encuentre en mejor situación que la que los po­
cos datos disponibles indican, ya que sobrevive en algunos
ambientes perturbados, como acahuales y plantaciones de ca­
cao (Álvarez del Toro, 1977; Reid, 1997).
7 Es probable que el grisón se encuentre más amenzado
que la tayra, ya que su distribución es más restringida y su há­
bitat más especializado (Álvarez del Toro, 1977; Reid, 1997)
8 El relato sobre la búsqueda del senso en Veracruz se pu­
blicó en 1951
9 Leopold (1965) resumió el conocimiento de esta es~ecie
en México hasta mediados del siglo xx. Información adicional
se encuentra en Álvarez del Toro (1977), Emmons (1999) y Reid
(1997).
10 El águila arpía es la más grande del Continente. Se en­
cuentra seriamente amenazada con la extinción en México y
Centroamérica, principalmente por la destrucción de su hábi­
tat. Sus poblaciones en la región amazónica son todavía viélbles.
La información sobre esta especie en México se resume en Co­
llar et al. (1992), íñigo (en Ceballos y Márquez, 2000) y Sttatters­
field (2000).
11 El águila elegante se encuentra en mejor estado de con­
servación que el águila arpía, probablemente por su tamaño
menor y su dieta más amplia (íñigo, en Ceballos y Márquez,
2000)
12 Este recuadro se resumió del articulo de íñigo (1999).
13Información adicional sobre las guacamayas se puede
consultar en Ceballos y Márquez (2000), Collar et al. (1992) y
Sttattersfield (2000)
14 El jaguar es uno de los felinos menos estudiados. La me­
jor compilación sobre su biología, ecología y conservación es el
reciente libro de Medellín et al. (2000).
15 El jaguar de México ha sido mejor estudiado en la costa
de Jalisco y la región de Calakmul en el sur de la Península de
Yucatán. El trabajo de Ceballos et al. (2002c) sintetiza la infor­
mación sobre esta especie en la Península de Yucatán.
16 Véase la nota 7 del capítulo sobre selvas secas.
17 El relato de la captura del jaguar en Calakmul se publi­
có en inglés en la revista Voices of Mexico (Ceballos, 2000).
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