Está en la página 1de 3

LA LEYENDA DEL VIEJO ZENÓN URÍAS.

Pos fíjense que aunque no me lo crean, aquí en Sinaloa Jesús Malverde desde hace mucho tiempo tiene
quien le haga sombra, nomás que pues poca gente lo sabe, porque con eso de que de un tiempo a la fecha
nomás andamos del trabajo a la casa y los fines de semana nos quedamos encerrados viendo el fut bol, y
si salimos es sólo para ir al súper, pos no, así no nos enteramos de nada, pero bueno allá ustedes si se hacen
panzones por quedarse acostadotes. Total que la siguiente leyenda versa sobre un ruquito, simón, un
anciano noventagenario o noventagenoso que habitaba o vivía o convivía por allá entre el Valle y
Mocorito, la tierra del cacahuate más rico y el chilorio más caro, pero más sabroso.
Bueno pues se dice que ya hace muchos años esa región era muy visitada por ese viejito que les dije ( que
por cierto era muy parlanchín), se llamaba Zenón Urías, a quien describen de complexión delgada, estatura
regular, y tez morena, ah y su rostro siempre tenía un semblante calmado. Nunca nadie supo de dónde
diablos era o de donde iba, si se lo encontraban en el camino siempre era el mismo, el camino real que iba
de Mocorito a El Valle. Algunos aseguraban que era de la Loma, otros que de Guasave, que de Boca de
arroyo, que de acá que de allá, en fin eso era un misterio. Lo que sí sabían era que frecuentemente andaba
con su burro por ahí vendiendo sus cosas, porque era comerciante, simón, vendía ollas, platos y cazuela
de barro que llevaba enlazadas en canastos a los costados de su borrico que según esto se las compraba a
Joaquín González y a Miguel Durán quienes vivían en el Valle de arriba y al parecer eran sus amigos. Pero
además de la loza también llevaba bastantes yerbas medicinales desde yerba del indio para el empacho,
hasta yerba del manso para las torceduras pasando por cólicos, mareos y otros malestares. Y en las más de
las ocasiones Don Zenón mismo aplicaba con buena mano, el remedio a los enfermos; ya que al parecer
tenía bastante conocimiento en bebedizos, emplastes y demás.
Otro de los misterios del viejito y que constantemente era motivo de plática en noches de frío y fogata en
el Valle, es que debido a su mucha edad y jalando al burro, el señor caminaba muy lento, sí era muy lento
su andar de Mocorito al Valle o Viceversa, y por lo mismo cualquiera ya fuera en bestia o a pie fácilmente
lo rebasaba y hasta lo saludaba, ¡Adiós don Zenón!, le decía y él respondía, ¡Vaya con Dios!, y lo dejaba
muy atrás y sin embargo, el o los que lo habían saludado aún no llegaban a su destino cuando miraban que
él ruquito ya estaba ahí o incluso ya iba de regreso y siempre con su paso cansino. Y dicen, vuelvo con la
decidera, que hubo quienes tratando de saber su secreto, en lugar de rebasarlo se iban junto con él,
platicando y a su paso, incluso esperándolo si llegaba a algún ranchito a vender sus cosas o a curar algún
enfermo y aun así, llegaban antes del tiempo normal a su destino.
Total que sucedió que en cierta ocasión en que iba don Zenón de Mocorito al Valle según esto para surtirse
de loza, ya casi para llegar al pueblo lo asesinaron, sí, así fue y le dieron chicharrón en una forma, gacha,
brutal, neta, con palos y piedras que le dejaron su cuerpo destrozado y desangrado, tirado ahí a un lado del
camino. Nunca se supo quién o quiénes fueron los asesinos, ni los motivos por los que lo hicieron tampoco.
Algunos se aventuraban a decir que fue por dizque robarle sus escasas pertenencias, otros que no, que fue
porque a lo mejor no pudo curar algún enfermo de esos males irremediables. Lo que sí estuvo claro fue
que quien o quienes lo mataron iban en una carreta porque pos en el camino quedaron muy claras las
huellas, pero hasta ahí, nadie se preocupó por investigar más allá. Ni siquiera de dar aviso a las autoridades
porque conmovido con el modo en que quedó el frágil cuerpo de don Zenón Urías, con cara al cielo y
curiosamente con su eterno gesto apacible y los ojos fijos, don Gordiano Valenzuela, hombre respetable,
vecino del Valle, acompañado de otros lugareños, lo levantó y llevó a velar al Valle en dondesegún se dice
se le dio sepultura en tierra santa como Dios manda. Pero la sangre de don Simón quedó esparcida en las
piedras asesinas, en los palos y en la tierra a la orilla del camino. Y ahí, precisamente ahí en ese sitio,
dadas las circunstancias y características de la muerte de aquel hombre bueno, hubo quienes empezaron a
alabar su vida y a solicitarle favores o milagros cuando pasaban y que era seguido por ser la única ruta que
comunica con Mocorito, y bueno, la gente consideraba y considera que su alma está más cerca de Dios
por haber sido un hombre bueno. Primero se contaron por docenas quienes afirmaron haber recibido algún
favor o milagro, hoy en día son incontables los actos que se le atribuyen , simón la fe de la raza en él ha
crecido machín, y shors es muchísima la gente de diferentes lugares que habla, comenta, platica y presume
de los favores, milagros y prodigios que han recibido del ya famoso don Zenón Urías.
Y si bien al principio la raza agradecida amontonó las piedras y los palos ensangrentados ahí a la orilla del
camino, poniéndole sólo una rustica cruz de madera, hoy mi compa cuenta con una muy buena capilla que
a diario es visitada por mucha raza llevándole velas y flores, o la misma banda pagando así, algún favor
solicitado o recibido. así que ya lo saben si ven que Malverde está muy ocupado, ahí está don Zenón a lo
mejor él si les hace el milagrito.

También podría gustarte