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Lo que el técnico debe saber sobre los protocolos de

tomografía computarizada en la patología urinaria

Poster no.: S-0703


Congreso: SERAM 2014
Tipo del póster: Presentación Electrónica Educativa
Autores: 1 1 1
S. Ferreira Núñez , M. Centeno Regueira , O. Moreda Saa , J. A.
1 1 2
Vergara Viudez , C. Martínez Rodríguez , E. Santos Armentia ;
1 2
Vigo/ES, Vigo (Pontevedra)/ES
Palabras clave: Abdomen, TC, Procedimiento diagnóstico
DOI: 10.1594/seram2014/S-0703

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Objetivo docente

La TC es cada vez más empleada en la valoración de pacientes con sospecha de


patología reno-urétero-vesical.

Habitualmente se requieren múltiples fases lo que implica una alta dosis de radiación y
por ello es importante que el técnico conozca los protocolos más comunes, ya que el
protocolo a elegir varía en función de la sospecha clínica.

El objetivo de este estudio es definir los diferentes protocolos que se pueden emplear
en el estudio de la patología del sistema urinario.

Revisión del tema

INTRODUCCIÓN

En la actualidad los equipos de tomografía computarizada multicorte (TCMC) permiten


obtener imágenes de alta resolución espacial y temporal, lo que sumado a las
reconstrucciones multiplanares y tridimensionales han hecho que la Urografía por
Tomografía Computarizada (UroTC) se convierta en la técnica de elección para la
evaluación del tracto urinario, reemplazando prácticamente a la urografía tradicional,
especialmente en pacientes con hematuria y factores de riesgo para desarrollar cáncer
de urotelio.

La UroTC permite la evaluación completa del tracto urinario (riñones, sistema colector,
uréteres y vejiga) en un único estudio, visualiza no solo la luz sino también la pared
del sistema colector lo que facilita la detección y la estatificación de los tumores.
Incrementa la sensibilidad en la detección de cálculos y masas renales. También es útil
en la valoración de lesiones traumáticas o infecciosas y malformaciones congénitas. Y
además en ocasiones, permite diagnosticar patología extraurinaria relevante.

Pero también tiene inconvenientes como son el incremento del coste del estudio y el
aumento en la dosis de radiación.

Se han desarrollado diferentes protocolos con el objetivo de optimizar esta técnica y


disminuir la dosis de radiación efectiva que reciben los pacientes, sin que hasta la fecha
exista un consenso sobre cuál es el mejor. La estrategia a seguir debe estar adaptada
al problema clínico.

El principal objetivo de este trabajo es describir en detalle el protocolo que se debe elegir
en cada paciente en función de la edad y la sospecha clínica.

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INDICACIONES

Las indicaciones para realizar una UroTC son múltiples. Destacan entre las principales:

• Screening de hematuria
• Estudio de litiasis (cólico renal)
• Estudio de masa renal.
• Estudio de sospecha de tumor de vías
• Infecciones
• Traumatismos (iatrogénicos o no iatrogénicos)
• Estudios vasculares: HTA
• Estudio de donante de riñón
• Anomalías congénitas/variantes anatómicas
• Estudio del tracto urinario postquirúrgico.

PREPARACIÓN DEL PACIENTE

El paciente debe acudir siempre en ayunas (mínimo de 6 horas sin ingesta)

Es obligatorio que traiga cumplimentado el consentimiento informado, donde debe


quedar registro de si el paciente tiene diabetes, asma, problemas tiroideos… o alergias
en especial alergia al iodo, hecho que contraindica el empleo de contrastes IV

Se comprueba la analítica del paciente para verificar que la función renal es normal
(creatinina < 1,20 mg/dL y filtrado glomerular > 60 mL/min)

Se pasa el paciente a la cabina, y se le pide que se desnude y que se retire todo objeto
metálico.

Nunca se administrará contraste positivo oral, aunque en ocasiones (se revisa más
adelante) es conveniente que el paciente ingiera 1,5 litro de agua (contraste oral neutro).

La utilización de contraste intravenoso depende del protocolo que se vaya a aplicar a


cada paciente., por lo que en caso de que vaya a ser necesaria su administración, en
este momento se canaliza una vía periférica.

Se coloca al paciente en decúbito supino con los brazos hacia arriba, se baja el pantalón
y se centra en la línea intermamaria.

Se explica al paciente que la mesa se moverá sola y que se le va a pedir que coja aire
y que lo aguante mientras se haga la adquisición de las imágenes evitando cualquier
tipo de movimiento.

PROTOCOLO DE ADQUISICIÓN

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Fig. 1: Protocolos de adquisición y de reconstrucción
Referencias: Radiodiagnóstico, Hospital povisa - Vigo/ES

El grosor de corte es de 128X 0,6 mm.

Tiempo de rotación del tubo: 0,5

Kilovoltaje: 120.

Siempre se debe utilizar la modulación automática de la corriente del tubo, por lo que el
miliamperaje (mA) depende del grosor del paciente.

Se ajusta el FOV (field of view) desde cúpula diafragmática hasta sínfisis del pubis,
aunque éste puede variar en función del protocolo elegido.

Se realiza el estudio en apnea.

PROTOCOLO DE RECONSTRUCCIÓN

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Fig. 1: Protocolos de adquisición y de reconstrucción
Referencias: Radiodiagnóstico, Hospital povisa - Vigo/ES

Una vez finalizada la adquisición se reconstruyen los datos brutos con grosor de corte
entre 1-3mm y con intervalo de reconstrucción entre 0,5-1,5 (solapamiento del 50%)

Filtro de reconstrucción B20f homogéneo

ADMINISTRACIÓN DE CONTRASTE

Fig. 2: Fases del contraste


Referencias: Radiodiagnóstico, Hospital povisa - Vigo/ES

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Cuando el protocolo elegido implique el uso de contraste se emplearán contrastes
yodados de baja osmolaridad, con una concentración de iodo entre 300 -370 mgI/mL.

La cantidad administrada varía entre 120-150 ml y la velocidad de flujo entre 3-5ml/seg.

Una de las ventajas de los TCMD es la posibilidad de realizar estudios dinámicos


o multifase y por ello es importante conocer que dependiendo del retraso entre la
administración de contraste y la realización de la adquisición se van a visualizar mejor
determinadas estructuras:

- Fase sin contraste o estudio basal: Permite detectar cálculos dentro del tracto urinario,
caracterizar ciertas lesiones (si tienen grasa, calcio o sangre) y posibilita disponer de
una medida de la densidad basal para poder cuantificar el realce de una lesión en el
estudio con contraste.

- Fase arterial: 20-30 seg. Permite valorar patología de la arteria renal (como en el
estudio de la HTA) y detectar sangrado arterial agudo en caso de traumatismo de cara
a un posible manejo quirúrgico o intervencionista.

- Fase cortico-medular: 35-80 seg. Hay mucho contraste en el córtex renal mientras que
la médula aparece hipodensa. Se utiliza para valorar la anatomía vascular (aneurisma,
fístula, malformación AV) y el mapa vascular de cara a una posible intervención
quirúrgica, permite diferenciar variantes normales de masas renales y también valora la
vascularización del tumor. Sin embargo no es una buena fase para detectar tumores ni
procesos infecciosos del parénquima renal.

- Fase parenquimatosa o nefrográfica : 80-150 seg. desde el inicio de la inyección. El


realce de la medular renal se iguala con la cortical del riñón y de esta forma se consigue
que el parénquima renal se realce de forma homogénea. Es la fase óptima para la
detección y caracterización de tumores y también para valorar lesiones infecciosas tanto
áreas de pielonefritis como abscesos renales.

Esta fase es obligatoria en la mayoría de los protocolos que empleen contraste.

- Fase excretora: # 3 minutos. Sirve para la valoración de la vía urinaria ya que muestra
el tracto urinario excretando el contraste (cálices, pelvis, uréteres y vejiga). Indicada en
uropatía obstructiva, en urinomas y en la valoración de tumores de la vía excretora entre
otras.

En esta fase es muy importante el papel del técnico ya que de él va a depender en gran
medida el obtener un buen teñido de todo el tracto urinario. Tiene que saber valorar si
hay o no uropatía obstructiva para realizar la fase excretora en el momento indicado y

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evitar tener que repetir otra fase excretora más tardía con la exposición a la radiación
que ello conlleva.

En la literatura se han descrito múltiples maniobras adicionales para mejorar la distensión


y opacificación del tracto urinario

Fig. 3: Fase excretora: diferencias entre una correcta técnica y una técnica deficiente
Referencias: Radiodiagnóstico, Hospital povisa - Vigo/ES
con objeto de obtener una fase excretora adecuada, como son:

• Obtener la fase excretora en posición prono


• Realizar compresión abdominal como en la urografía IV.
• Emplear hidratación oral o incluso IV (250cc de suero salino). Nosotros en
nuestro hospital en aquellos protocolos que requieren la realización de fase
excretora administramos agua, 1 litro y medio, a beber en media hora.
• Utilizar diuréticos IV a baja dosis: Fusosemida (0,1mL/kg ): 5-10min.
• Emplear una técnica híbrida: TC + UIV. Inicialmente el estudio de TC
combinada con imagen de urografía IV en la fase excretora.
• O realizar el estudio de TC y para la excretora emplear el topograma.

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• Otros utilizan cortes secuenciales únicos a baja dosis en el tramo del uréter
que no ha quedado bien teñido.
• Técnica excretora bifásica a baja dosis (30-50mAs)…

DOSIS DE RADIACIÓN

La UroTC implica una dosis de radiación que excede a la dosis de la UIV de forma
significativa.

Mientras que la UIV tiene un rango de dosis efectiva entre 2-15mSv dependiendo de
los parámetros de adquisición, tamaño paciente, sexo y nº de placas: si 6 placas =
2,5mSv y si 11 placas # 9,7±3mSv. La UroTC tiene una dosis de radiación entre 15±
9mSv (155-200 mAs, 120 kV). Representa al menos 1,5 veces la dosis de la urografía
intravenosa.

Por ello para tratar de disminuir la dosis de radiación se han desarrollado diferentes
estrategias en las que el técnico tiene un papel clave:

1.- Activar la modulación automática de la corriente del tubo: su empleo disminuye un


30% la dosis de radiación.

2.- Disminuir la corriente del tubo mAs siempre que sea posible, sobre todo en sujetos
jóvenes y delgados.

3.-Disminuir la potencia del tubo: en niños, en donantes de riñón y en sujetos jóvenes


y delgados se puede emplear 100Kv.

4.- Disminuir el número de fases. Para ello es vital el utilizar el protocolo adecuado en
función de la sospecha clínica y en el caso de tener que realizar la fase excretora valorar
bien el momento de adquirir el estudio, para evitar el tener que repetir una fase.

5.- Ajustar la longitud del scan.

6.- Siempre que sea posible utilizar escudos protectores.

PROTOCOLOS A REALIZAR

El protocolo que se va a realizar depende del tipo de patología y de la edad del paciente.

• ESTUDIO DE HEMATURIA

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Fig. 4: Procotolo de hematuria
Referencias: Radiodiagnóstico, Hospital povisa - Vigo/ES

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Fig. 5: Fase combinada
Referencias: Radiodiagnóstico, Hospital povisa - Vigo/ES

La TCMD tiene una sensibilidad de un 92,4% -100% y una especificidad 89- 97,4% para
demostrar la causa de la hematuria.

La hematuria (sangre en la orina) puede provenir de diferentes sitios:

- de origen renal,

- origen ureteral,

- origen vesical,

- origen utetroprostático y

- en ocasiones origen extraurinario.

Por tanto el protocolo que se va a realizar debe permitir la correcta visualización de


todas estas estructuras. Como preparación inicial indicamos al paciente que debe vaciar
la vejiga y después beber un litro y medio de agua en 30-40 minutos. A partir de aquí

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el protocolo varía en función de la edad, puesto que si no sería muy alta la dosis de
radiación.

- en un paciente joven, por debajo de 40 años, primero se hace una serie sin contraste
y luego un estudio con contraste con técnica combinada o técnica de doble inyección,
de forma que se obtiene información del parénquima y de la vía urinaria en una única
adquisición.

Esta técnica combinada consiste en administrar inicialmente 50 ml de contraste a 3 ml/


segundo, se esperan aproximadamente 370 segundos, y después se administran 100 ml
de contraste a 3 ml/segundo y tras 70 segundos se realiza la adquisición; de esta forma
se obtiene una fase nefrográfica y una fase excretora en una única hélice. Se elimina
una fase lo que disminuye la radiación.

- en un paciente mayor, # 40 años, donde la sospecha de tumor es mayor, se realizan


las tres fases de forma independiente (sin contraste, nefrográfica y excretora).

• LITIASIS RENAL

Fig. 6: Procotolo litiasis renal


Referencias: Radiodiagnóstico, Hospital povisa - Vigo/ES

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Fig. 7: Protocolo de litiasis renal con energía dual
Referencias: Radiodiagnóstico, Hospital povisa - Vigo/ES

Una piedra o cálculo renal está formado de un material duro y cristalino formado en el
riñón o en el tracto urinario. El tamaño de estas piedras puede variar de un milímetro a
varios centímetros de diámetro. En algunos casos, aparece una sola piedra y, en otros,
más de una. Normalmente, afecta a personas de más de treinta años y, en general,
aparece con mayor frecuencia en los hombres que en las mujeres.

Las piedras de riñón normalmente provocan la aparición de sangre en la orina y dolor


en el costado en el abdomen o en la región inguinal. Una de cada veinte personas va
a padecer un cólico nefrítico alguna vez durante su vida lo que nos indica que es una
patología muy frecuente.

La radiografía simple aunque es barata y tiene una baja dosis de radiación la sensibilidad
es solo del 60% para detectar cálculos. La ecografía es una técnica de imagen que
tiene gran disponibilidad, bajo coste y ausencia de radiación, sin embargo tiene baja
sensibilidad para detectar cálculos (25%).

La UroTC es la técnica de imagen más sensible y específica para el diagnóstico de


litiasis. No solo detecta el cálculo causante del cólico renal sino que además valora el
resto de posibles litiasis, identifica el tamaño, la localización y el grado de obstrucción.
Ayuda a predecir el paso espontáneo del cálculo, que a su vez depende del tamaño,

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forma, localización de la piedra y anatomía del uréter. Detecta cálculos en sitios inusuales
(divertículo calicial, vesical…) y valora potenciales complicaciones lo que permite decidir
que pacientes se van a beneficiar de un tratamiento no conservador.

Con respecto a la urografía intravenosa convencional la uroTC simple tiene varias


ventajas:

1. Detecta un mayor número de cálculos.

2. No usa yodo.

3. Es muy rápido.

4. No requiere preparación por lo que puede realizarse en un cuadro agudo.

5. Por su alta sensibilidad y especificidad supera a la ecografía como primer método de


screening para el cólico renal.

6. Al realizar un barrido prácticamente de todo el abdomen, se puede encontrar hallazgos


adicionales o incluso, otra causa de dolor, diferente a litiasis renoureteral.

Para el estudio de litiasis se realiza una TC sin contraste oral ni intravenoso; si el equipo
es de doble fuente, se realizará con técnica de energía dual, que por el postproceso
permitirá saber la composición de la litiasis (oxalato cálcico o ácido úrico)(fig. 7).

• SOSPECHA DE MASA RENAL

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Fig. 8: Protocolo de masa renal
Referencias: Radiodiagnóstico, Hospital povisa - Vigo/ES

La UroTC constituye la técnica de imagen más sensible y específica para la detección y


caracterización de masas renales y también para la estadificación de los tumores.

En la valoración de una masa renal el protocolo debe incluir tres fases de rutina (sin
contraste, corticomedular y nefrográfica).

Si se sospecha que la masa invade la vía urinaria se añade la fase excretora.

• SOSPECHA DE TUMOR DE VÍAS( cálices, pelvis renal, uréter y vejiga)

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Fig. 9: Protocolo de tumor de vías
Referencias: Radiodiagnóstico, Hospital povisa - Vigo/ES

El protocolo es el mismo que para el estudio de la hematuria en pacientes mayores. Y


siempre se debe incluir la fase excretora.

• INFECCIONES RENALES

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Fig. 10: Protocolo de pielonefritis
Referencias: Radiodiagnóstico, Hospital povisa - Vigo/ES

La TCMD suele ser la modalidad de imagen de elección en la evaluación de infecciones


del tracto urinario complicadas: pacientes infectados por organismos poco habituales
como en el caso de los diabéticos; ante la sospecha de uropatía obstructiva; si persiste
la fiebre en un proceso de pielonefritis tras 72 horas de tratamiento antibiótico adecuado
con objeto de descartar absceso renales que requieran drenaje percutáneo para su
curación.

La TCMD además de diagnosticar las complicaciones también puede demostrar alguna


causa que contribuya al mantenimiento de la infección como es una obstrucción o una
anomalía congénita.

El protocolo a realizar consiste en la administración de contraste intravenoso con un


retardo de 90 (fase parenquimatosa o nefrográfica). En ocasiones hay que completar
el estudio con una fase excretora, sobre todo si hay uropatía obstructiva o anomalías
congénitas del tracto urinario.

• TRAUMATISMO

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Fig. 11: Protocolo de traumatismo
Referencias: Radiodiagnóstico, Hospital povisa - Vigo/ES La TCMD es la
técnica de elección en el estudio del traumatismo renal habiendo sustituido
a la arteriografía. Es necesario realizar una fase arterial para valorar
sangrado activo y una fase nefrográfica.

Si hay sospecha de lesión ureteral o vesical es obligatoria la fase excretora que nos
permitiría demostrar la existencia de urinoma (extravasación del contraste urinario).

• ESTUDIO VASCULAR(TCMD ANGIOGRAFÍA)

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Fig. 12: Protocolo vascular
Referencias: Radiodiagnóstico, Hospital povisa - Vigo/ES )

Entre las posibles indicaciones se encuentran:

ü planning quirúrgico: previo a la cirugía laparoscópica de donante de riñón o antes de


una nefrectomía parcial.

ü previo al tratamiento vascular ( injerto o stent ) de la estenosis de la arteria renal

ü estudio de aneurisma, pseudoaneurisma, MAV, disección…

ü infarto renal…

Cuando se elige este protocolo es imprescindible realizar una fase arterial empleando el
test bolus o el bolus tracking seguida de una fase nefrográfica

• ESTUDIOS DE DONANTE DE RIÑÓN

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Fig. 13: Protocolo de donante de riñón
Referencias: Radiodiagnóstico, Hospital povisa - Vigo/ES El protocolo que
se debe realizar es una fase arterial y una fase combinada.

• ANOMALÍAS CONGÉNITAS/VARIANTES ANATÓMICAS

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Fig. 14: Protocolo de malformaciones
Referencias: Radiodiagnóstico, Hospital povisa - Vigo/ES El protocolo que
se debe realizar es una fase arterial y otra fase combinada para evitar dosis
de radiación innecesaria puesto que se suele tratar de gente joven.

• ESTUDIO DEL TRACTO URINACIO POSTQUIRÚRGICO

Se realiza una fase sin contraste, otra parenquimatosa y la fase excretora es opcional
en la cirugía renal y obligatoria en la cirugía de vía excretora.

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Fig. 2: Fases del contraste

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Conclusiones

La elección del protocolo idóneo y la preparación del paciente son fundamentales para
realizar un estudio óptimo en el diagnóstico de patología urinaria con TC.

Es importante que el técnico sea capaz de valorar el tiempo de realización de la fase


excretora para evitar adquirir hélices innecesarias.

Bibliografía

How Much Dose Can Be Saved in Three Phase CT Urography? A Combination


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J Comput Assist Tomogr 2009; 33: 96-100Split-Bolus MDCT Urography: Upper Tract
Opacification and Performance for Upper Tract Tumors in Patients with Hematuria
Maheshwari E et al.
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