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La Delincuencia

Asignatura: Formación Ciudadana y Cívica


Docente: Jesús Rosales
Alumno: Ricardo Farid Chávez López
Grado y Sección: 4° de Secundaria B
Institución Educativa: San José de Nazaret
Indíce
1.-Introducción...............................................................................Pág 1
2.-La delincuencia..........................................................................Pág 3
a) Delito......................................................................................Pág 3
b) Delincuente............................................................................Pág 4
c) Delincuente: Conductas Sociales.........................................Pág 4
d) Sociedad y su relación..........................................................Pág 8
e) Víctima...................................................................................Pág 9
3.- Delincuencia en Latinoamérica...............................................Pág 12
a) Corrupción............................................................................Pág 13
b) Seguridad en Latinoamérica................................................Pág 14
c) Delincuencia en el Perú.........................................................Pág 16
Conclusión.......................................................................................Pág 20
Anexos.............................................................................................Pág 22
Bibliografía.....................................................................................Pág 26
1.- Introducción
Con frecuencia se escucha en los noticieros el robo a una tienda, el asesinato de alguien, así como
de los funcionarios corruptos en el estado, y estos son llamados delincuentes. Por lo que, si el
delincuente es aquel que comete un delito, entonces, podemos definir a la delincuencia, como el
acto de cometer un delito, o en su defecto, conjunto de delitos cometidos en un contexto
determinado.

A su vez, la RAE define delito como: “Acción u omisión voluntaria o imprudente penada por la
ley”, así como Eduardo García Maynez señala que: “se da el nombre de delito a ciertas acciones
antisociales prohibidas por la ley, cuya comisión hace acreedor al delincuente a determinadas
sanciones conocidas con el nombre específico de penas”. Asimismo, García Maynez define a la
delincuencia como “la conducta del individuo resultante del fracaso del individuo de adaptarse a las
demandas de la sociedad en que vive”. Bajo estos conceptos, podemos inferir que, un delincuente
presenta ciertas características antisociales, y por lo general trastornos de personalidad que afectan
su actuar frente a la sociedad.

Teniendo en cuenta estas definiciones, llegamos a entender que un delincuente es aquel que; por
diversas influencias, es llevado a un trastorno de personalidad, motivando así su rechazo a la
sociedad bajo la cual vive, provocando una actitud de falta de adaptación a esta sociedad.
Entonces, se tiene que el delito es una omisión de la ley, y que, por lo tanto, un delincuente es quien
omite la ley, sea voluntaria o involuntaria la intención inicial. Por ello, la conducta de un
delincuente, los motivos de su delito y el afecto en su sociedad debe ser estudiada mediante una
ciencia, y es en base a este motivo que la criminología entra en función.

Entonces, Gunther Kaiser define criminología como: “El conjunto ordenado de saberes empíricos
sobre el delito, el delincuente, el comportamiento socialmente desviado y sobre los controles de esta
conducta.”1 Así, para el médico italiano Benigno Di Tullio es: “la ciencia mediante la cual se haga
posible combatir más eficazmente la causa de los más graves y más frecuentes actos antisociales y
criminales, y buscar los medios aptos para desarrollar en cada hombre una más profunda y más
activa bondad, que constituye la premisa esencial de todo verdadero mejoramiento de la persona
humana y, por ello, de la misma humanidad.”2

Bajo el mismo concepto de esta ciencia, se ha podido clasificar diversos tipos conductuales de
delincuentes, dependiendo de su personalidad desviada; bajo este mismo concepto se pueden
encontrar diversas conductas, entre algunas de ellas se encuentran las que carecen de contenido
social como el aislamiento.3

A su vez, autores como César Lombroso indican que el delito es el resultado de tendencias innatas,
de orden genético, observables en ciertos rasgos físicos o fisonómicos de los delincuentes habituales
(asimetrías craneales, determinadas formas de mandíbula, orejas, arcos superciliares, etc.). Sin
embargo, en sus obras se mencionan también como factores criminógenos el clima, la orografía, el
grado de civilización, la densidad de población, la alimentación, el alcoholismo, la instrucción, la
posición económica y hasta la religión.4

Por ello, mediante los conceptos previamente mencionados, se pueden analizar las conductas
delictivas de aquellos que cometen crimines, de manera voluntaria o involuntaria.

1 Introducción a la Criminología - Günther Kaiser


2 Principios de Criminología Clínica y Psiquiatría Forense – Beningno Di Tullio
3 Criminología Psicoanalítica conductual y del desarrollo - Wael Hikal
4 El delito: sus causas y remedios – César Lombroso
De igual manera, el foco temático del presente escrito estará basado en la realidad nacional bajo la
cual vivimos de manera constante.

En el Perú, y en general en Latinoamérica, la delincuencia es un grave problema que se enfrenta


constantemente, este problema oscila desde la corrupción, como lo visto en el reciente caso
Odebrecht, hasta el narcotráfico a gran escala, como lo que sucede en México actualmente.

No obstante, la constante aparición de países latinoaméricanos en índices de criminalidad global


como con una ocupación entre los 10 primeros países de categoría de riesgo extremo – Guatemala,
México, Honduras, Venezuela y El Salvador se encuentran en los puestos 2,3,6,7 y 8
respectivamente del último informe publicado por Verisk Maplecroft.5 Suele mostrar por lo general
desconfianza en que el trabajo de las autoridades realmente tenga un efecto positivo en contra de la
delincuencia que ocurre.

Bajo estos mismos problemas, el Perú se encuentra en un estado un tanto negativo, pues, según el
informe de Verisk Maplecroft, Perú presenta un índice de criminalidad Alto; además, según reportes
de Transparency International Perú presenta 35 puntos de índice de corrupción – En el informe que
es de escala 0 a 100, la escala 0 indica mayor corrupción y la escala 100 indica corrupción nula –
hecho que preocupa al estar entre los más corruptos del mundo. Así mismo, lo ocurrido
recientemente con Odebrecht muestra la gran corrupción que se encuentra en las regiones de
América Latina y la falta de interés en ser detenida.

En contraste a esta realidad no ajena al Perú, países como Uruguay y Chile muestran una baja
cantidad de corrupción en relación al resto de la región- ubicados en los puestos 21 y 24
respectivamente, así como con 71 y 66 puntos del mismo informe de Transpareny International.

5 https://maplecroft.com/
2.- La Delincuencia
a)Delito
El delito es definido por como es consecuente en referencia a la sociedad bajo la cual
es cometido. Esto es, que es consecuencia de factores sociales. El delito fue siempre una valoración
de la conducta humana condicionada por el criterio ético dominante en la sociedad.

Desde la antigüedad a determinadas conductas se les atribuye el término delito, con ello asistimos a
una evolución en el concepto de delito. Lo que sí es obvio es que la tipificación de una conducta
como delito, ha servido a la sociedad para controlar dichos delitos. Así se puede delimitar, describir
y reprimir formas de conducta criminal. Los destinatarios de estos tipos de conductas han sido las
capas más bajas de la sociedad. El concepto tradicional de delito ha sido un concepto para la
disciplina de esas clases. El concepto de delito en criminología es muy discutido, ya que lo que hoy
es delito, mañana puede no serlo. El Derecho Penal se ocupa del delito desde el punto de vista de
las normas.

En criminología cuando se configura el concepto de delito, este concepto viene de manos de la


ciencia del Derecho Penal, es quien establece el concepto de delito. La criminología no puede
hablar de delito si no está recogido en el Código Penal. Si tratamos de sustituir el concepto jurídico,
tendríamos que acudir a otros conceptos. Una conducta se convierte en delictiva cuando está
tipificada en el Código Penal como delito. Ni una conducta desviada es delito, ni todo delito es
considerado como comportamiento desviado.

Los elementos del delito son los componentes y características, no independientes, que constituyen
el concepto del delito.

A partir de la definición usual de delito (acción típica, antijurídica y culpable), se ha estructurado la


teoría del delito, correspondiéndole a cada uno de los elementos de aquella un capítulo en ésta. Así
se divide esta teoría general en: acción o conducta, tipicidad, antijuricidad y culpabilidad (aunque
también algunos autores agregan a lo anterior, la punibilidad). No obstante, aunque hay un cierto
acuerdo respecto de tal definición, no todos le atribuyen el mismo contenido. Así son especialmente
debatidas las relaciones entre sus diversos elementos y los componentes de cada uno de ellos.

No obstante, en la concepción del delito, se pueden encontrar diversas definiciones:


1. Natural: Es delito natural o social la lesión de aquella parte del sentido moral que consiste
en los sentimientos altruistas fundamentales (piedad y probidad) según la medida media en que se
encuentran en las razas humanas superiores, cuya medida es necesaria para la adaptación del
individuo a la sociedad .
2. Sociológico: Son delitos las acciones determinadas por motivos individuales y
antisociales que alteran las condiciones de existencia y lesionan la moralidad media de un pueblo en
un momento determinado.
3. Jurídico: Infracción a la ley de un Estado, promulgada para proteger la seguridad de los
ciudadanos, resultante de un acto externo del hombre, positivo o negativo, moralmente imputable y
políticamente dañosos
4. Legal: Infracción voluntaria de una ley penal haciendo lo que ella prohíbe o dejando de
hacer lo que manda. Lesión o puesta en peligro un bien jurídico protegido legalmente con una
sanción penal

Así, el delito se divide en 3 elementos principales:


1.Elemento Genérico: Es el soporte del delito, es la base sobre lo que se construye todo el
concepto del delito.
2.Elementos específicos: El delito permite diferenciarlos, delito por delito, aunque son
inconstantes.
3.Elemento circunstancial: Es la penalidad, que es el resultado del acto jurídico. No cambia
la naturaleza del delito, pero influye en la sanción.

Se hace necesario regular/criminalizar (nuevas conductas se convierten en delito), como por


ejemplo el derecho que regula el tráfico rodado. En el nuevo Código Penal aparecen nuevos delitos
como los de manipulación genética, lesiones al feto o delitos contra la ordenación del territorio. Se
incide en la complejidad del sistema, sobretodo en los crímenes económicos (de cuello blanco).
Frente al proceso de hipercriminalización asistimos a una descriminalización, es una consecuencia
lógica de la hipercriminalización, ya que se entiende que si aumentan el número de conductas
tipificadas como delito, se aumentan los gestores de control del delito (jueces, policía...) estos se
verán desbordados. De la misma manera que la sociedad exige que ciertos delitos se tipifiquen, la
sociedad exige que ciertos crímenes dejen de serlo.

b)Delincuente
Es la persona individual con capacidad penal que realiza la conducta típica.
Solamente una persona individual puede cometer delitos. Aun en los casos de asociación criminal,
las penas recaen solo en sus miembros integrantes. Solo en la persona individual se da la unidad de
voluntad y el principio de individualidad de la pena.

c)Delincuente: Conductas sociales


La personalidad del delincuente siempre ha sido objeto de investigación. Son los
factores de la personalidad los factores fundamentales en la génesis del delito, hace que la
psicología tenga una función importante. La criminología reconoce al delincuente y dice cómo se le
combate. Todos los estudios se han centrado en la figura del delincuente, se ha tratado siempre de
buscar la justificación de la delincuencia en caracteres patológicos, se ha buscado algo que
distinguiese al criminal del que no lo es. En 1961 se descubre una malformación cromosómica
(cromosoma XYY) se cree haber encontrado la causa de la criminalidad, sin dejar de tener en
cuenta las estructuras psicopatológicas de la criminalidad.

Del delincuente se ha hablado mucho, se ha tratado de retratar al delincuente físicamente, también


sus características psíquicas, así se afirmará que tiene un grado de neuroticismo, predisposición al
riesgo, agresividad espontánea, impulsivos, etc... Después de la II Guerra Mundial, se potencia la
idea de que la criminalidad no sólo responde a la idea de delincuente, éste deja de ser el epicentro
del estudio. Empiezan a observarse las características sociales como elementos determinantes del
fenómeno criminal, se sigue observando al delincuente pero dentro del ámbito social como causa
predominante. Se va a observar el comportamiento socialmente negativo de los marginados, se
diferencia la delincuencia de la clase alta y clase baja, diferencias entre criminales jóvenes y
criminales adultos y se incide en la criminalidad femenina). Si todos los estudios se habían
concentrado en el delincuente, hoy en día se estudia al delincuente dentro de un sistema.

c.1) Teorías Biológicas


La línea de investigación acerca de los correlatos biológicos de los trastornos de la
personalidad es una de las más prolíferas de los últimos años, encontrándose de actualidad las
teorías relacionadas con este planteamiento. Aunque esta corriente biológica a priori puede parecer
el resurgimiento de teorías deterministas como la antropología criminal de Lombroso y las
biotipologías de Kretschmer (1921) , los recientes hallazgos no pretenden asentar bases
deterministas. Los adelantos en las técnicas de neurociencia y genética aportan oportunidades para
identificar las bases neurobiológicas de los trastornos de la personalidad. Tal y como apunta Haddad
y Busnelli (2005), la naturaleza de las correlaciones entre los índices biológicos cerebrales y las
características clínicas del desorden de personalidad puede proporcionar las claves para establecer
la relación entre cerebro y conducta, y el vocabulario neurobiológico de la personalidad. En
concreto, los aspectos de los desordenes de personalidad que están más comúnmente
correlacionados con marcadores biológicos moleculares identificables, son aquellos envueltos en la
regulación de los dominios psicobiológicos tales como la afectividad, los modelos de conducta
impulsiva, la organización cognitiva, la ansiedad y la inhibición. Así, datos provenientes de
investigaciones biopsicológicas sobre diferencias individuales y delincuencia han evidenciado la
asociación de la conducta antisocial con factores como lesiones craneales, baja actividad del lóbulo
frontal, baja activación del Sistema Nervioso Autónomo, respuesta psicogalvánica reducida, baja
inteligencia, trastorno de atención con hiperactividad, alta impulsividad, propensión a la búsqueda
de sensaciones y tendencia al riesgo, baja empatía, alta extraversión y locus de control externo.

c.2) Teoría Criminológica


Los paradigmas criminológicos comportan un conjunto de asunciones previas y de
creencias sobre el funcionamiento de la sociedad en general y de la delincuencia en particular.
Clásicamente se señalan tres paradigmas o concepciones criminológicas alrededor de las cuales irán
creándose distintas teorías: Paradigma del “libre albedrío”, Paradigma científico o positivista,
Paradigma social.
Los dos primeros paradigmas centran su atención en la explicación de la conducta delictiva, aunque
diferenciándose en la perspectiva explicativa que adoptan. El paradigma social tiene por objetivo el
análisis de la respuesta al delito (Muñoz, 2007). El paradigma del libro albedrío no deja margen a la
consideración que factores individuales influyan sobre el individuo a la hora de cometer un acto
delictivo. Desde esta perspectiva se asume que el ser humano tiene la capacidad y libertad para
decidir acerca de cometer o no delitos. Si decide hacerlo, se entiende como una expresión de su
voluntad. Así pues, desde esta óptica se entiende que la imposición de penas es el modo más
efectivo para disuadir a los ciudadanos de cometer delitos. Los postulados de este paradigma se
podrían resumir en los siguientes puntos: las conductas humanas tienden a la obtención del placer y
evitación del dolor; todos los seres humanos tienen capacidad suficiente para decidir sobre sus
actos, incluidos los delictivos; cuando alguien realiza un delito es porque obtiene beneficio de ello;
mediante la imposición de la pena debe contrarrestarse los beneficios que el delincuente espera
obtener del delito; las penas cumplen dos fines: la prevención general (mediante la ejemplificación
del castigo del delincuente, el resto de ciudadanos no delinquirían) y prevención especial (evitar la
reincidencia del delincuente). Desde este punto de vista, no resulta relevante el estudio de las
diferencias individuales en la personalidad de los delincuentes. Pero contrariamente al paradigma
del libre albedrío, el paradigma científico o positivista postula que el individuo delinque por
factores individuales o sociales. Desde esta perspectiva, el individuo no es libre, ya que hay una
serie de factores sociales, biológicos, psicológicos, etc, que le predisponen a delinquir. Por este
motivo, y para prevenir el surgimiento de las conductas delictivas hay que profundizar y tratar las
causas que pueden provocarlas. Dentro del paradigma científico se enmarcan las teorías
sociológicas, biológicas y psicológicas.
La criminología del desarrollo está estrechamente vinculada al estudio de los factores de riesgo (ej.
estáticos: precocidad delictiva, impulsividad, psicopatía; y dinámicos o sustancialmente
modificables: estilo cognitivo, círculo de amistades delincuentes, consumo de drogas) y los factores
de resiliencia o protección, que incidirán en que los procesos anteriormente citados sean diferentes.
En general puede decirse que los factores de riesgo actúan a modo de cascada o reacción en cadena
mientras que los factores de protección pueden cortar esa secuencia e iniciar a su vez una nueva
secuencia de eventos que sirva para aumentar las opciones de llevar un estilo de vida adaptado a la
normativa social. Lösel y Bender (2003) señalaban que el desarrollo de una carrera delictiva
obedece a la acumulación de distintos factores de riesgo, entre los cuales apuntan: crianza
deficitaria y falta de armonía en el hogar, falta de apego, rechazo del grupo de iguales, asociación
con amigos antisociales, relaciones heterosexuales difíciles, ambiente multiproblemático y bajo
nivel socioeconómico, temperamento difícil y bajo autocontrol, sesgos en el procesamiento de la
información, pensamientos desadaptados, estilo de vida persistentemente antisocial, factores
genéticos y problemas neurológicos, déficit cognitivos y problemas de atención, dificultades en la
escuela, déficit en habilidades y situación de paro laboral. Ninguno de estos factores por separado
se entiende como una condición previa para optar por el camino delincuencial, sin embargo, el
acceso a una vida adaptada será cada vez más difícil en la medida en que se de acumulación
progresiva de factores delictógenos con sus respectivas consecuencias (Muñoz, 2007). Las “Teorías
Integradoras” surgen con el objetivo de trata de integrar el conjunto de conocimientos acumulados
por las distintas teorías criminológicas para conseguir un mejor y más completo conocimiento de la
delincuencia. La integración requiere según Cid y Larrauri (citado en Vázquez, 2003), aceptar que
el objeto básico de las teorías criminológicas es establecer factores asociados a la delincuencia y
que, por tanto, puede suceder perfectamente que un fenómeno delictivo aparezca asociado con
factores señalados por diversas teorías: parten de integrar y relacionar los factores individuales o
personales que pueden influir en el delito con los factores sociales y estructurales. Farrington (1996)
es uno de los principales exponentes de estas teorías integradoras. En su opinión, la delincuencia se
produce mediante un proceso de interacción entre el individuo y el ambiente, que él divide en
distintas etapas: 1ª - Surge la motivación: los principales deseos que producen actos delictivos son
deseos de bienes materiales, de prestigio social y búsqueda de excitación. Estos deseos pueden ser
inducidos culturalmente o pueden responder a situaciones específicas. 2º - Se busca el método legal
o ilegal de satisfacer los deseos. Destaca el hecho de que algunas personas (sobretodo jóvenes de
clase baja) tengan menos posibilidades o capacidad de satisfacer sus deseos mediante métodos
legales o socialmente aprobados, y por ello tiendan a elegir métodos ilegales o desaprobados
socialmente. 3º - La motivación para cometer actos delictivos se magnifica o disminuye por las
creencias y actitudes interiorizadas sobre el significado de infringir la ley, que han sido
desarrolladas mediante un proceso de aprendizaje como resultado de una historia de recompensas y
castigos (y que habrá dado lugar a un perfil característico de personalidad del individuo). 4ª -
Proceso de decisión en una situación particular que se verá afectada por los factores situacionales
inmediatos. Si la motivación para cometer el acto delictivo sobrevive a esta tercera etapa, que esta
se convierta en realidad, en cada situación, dependerá de los costes, beneficios y probabilidades del
posible resultado. 5ª - Las consecuencias del delinquir influyen en la tendencia criminal y en los
cálculos coste – beneficios de futuros delitos. Con su Teoría Integradora, Farrington diferencia entre
“tendencia antisocial” de un individuo y “decisión” de cometer el delito. La tendencia antisocial
dependería de lo descrito en las tres primeras etapas, y la decisión se produciría en la interacción del
individuo con una situación concreta (4ª etapa). Tras sus investigaciones, Farrington señala que “la
delincuencia alcanza su cota máxima entre los 14 y 20 años, porque los chicos (especialmente
aquellos de clase baja que abandonaron la escuela) tienen fuertes deseos de excitación, cosas
materiales y estatus entre sus iguales, pocas posibilidades de satisfacer estos deseos legalmente y
poco que perder. Por el contrario, después de los 20 años, los deseos se atenúan o se vuelven más
realistas, hay más posibilidades de adquirir esas metas más limitadas legalmente, y los costos de la
delincuencia son mayores” (citado en Vázquez, 2003).

c.3) Teorías Psicológicas


En la historia de la psicología, de la psiquiatría y de la criminología abundan los
estudios que han tratado de encontrar diferencias individuales en la tendencia delictiva y posibles
tipologías de delincuentes. El foco de atención ha sido variable con el transcurso de los años: desde
el determinismo antropológico y biológico hasta aspectos puramente psicológicos del delincuente.
Si bien durante mucho tiempo se concedía un principal protagonismo a factores biológicos, sociales
y ambientales como determinantes del comportamiento delictivo, progresivamente – y
especialmente desde finales de los años ochenta – hay un importante auge en la consideración de la
influencia de las variables de la personalidad. Sin embargo, en la actualidad no cabe duda que la
etiología de la delincuencia es multifactorial (no atribuible unívocamente a la presencia de un
trastorno de la personalidad), si bien algunas dimensiones psicológicas son claves. Se describen a
continuación algunos de los datos más relevantes y reiterados en las investigaciones:
1. Rasgos específicos de la personalidad: desde hace varios decenios, los encargados de la
ejecución penitenciaria en España – y siguiendo la teoría formulada por Jean Pinatel -, han
observado y destacado cuatro principales rasgos de la personalidad del delincuente: egocentrismo,
labilidad emocional, agresividad e indiferencia afectiva.
Un patrón de personalidad caracterizado por alta impulsividad, alta búsqueda de sensaciones y baja
empatía también parece estar latente en multitud de comportamientos antisociales, a su vez se
sugiere que hay cuatro dimensiones fundamentales de la personalidad que actúan como factores de
riesgo para la violencia: a) bajo control de impulsos, b) déficit en la regulación afectiva, c)
narcisismo y 4) estilo cognitivo paranoide de la personalidad, y serían estos los rasgos que influirían
en que algunos sujetos con TP sean violentos frente a una mayoría que no lo son.
Autores destacan la relación entre TP y violencia en función de cuatro dimensiones de la
personalidad: impulsividad, falta de regulación emocional, narcisismo y amenazas al yo6.Estos
autores, además identifican la ira, entendida como una emoción que se expresa con rabia,
resentimiento o irritabilidad, como un común denominador de la violencia asociada a los TP (salvo
en la psicopatía). En cada TP específico la emoción de la irá sobrevendrá por motivos diversos que
se relacionan con el modo que estos individuos se relacionan con el mundo, con los demás y
consigo mismos, si bien en cualquier caso la ira podría considerarse como parte de la respuesta
neurofisiológica ante una amenaza o daño percibido. Señalan que la ira puede causar los mismos
efectos físicos (aumento del ritmo cardíaco y de la presión sanguínea, así como de los niveles de
adrenalina y noradrenalina) y psicofisiológicos que podrían provocar los psicoestimulantes
(descarga adrenérgica) y la desinhibición provocada por el alcohol u otras drogas. Como puede
verse, son muchos los estudios que propugnan que un patrón de personalidad caracterizado por alta
impulsividad, alta búsqueda de sensaciones y baja empatía se encuentra en la base de multitud de
comportamientos antisociales y antijurídicos, si bien la mera detección de esta triada no permite la
identificación con la delincuencia ni sobre las repercusiones legales.

2. Influencia de los rasgos de la personalidad sobre los procesos cognitivos superiores


(procesamiento de la información, toma de decisiones y resolución de problemas): en los
comportamientos delictivos intervienen interacciones, pensamientos y elecciones, emociones,
recompensas, aprendizajes y socializaciones, creencias y actitudes, atribuciones, expectativas,
rasgos y perfiles de personalidad, factores que sin duda pueden verse especialmente comprometidos
cuando el delincuente presenta un trastorno de la personalidad. El estudio de estas patologías
permite comprender por ejemplo la importancia que los esquemas cognitivos de las personas que
los padecen tienen sobre la forma en la que se enfrentan e interpretan las diversas situaciones de la
vida cotidiana y llegan a entrar en el terreno de lo delictivo. En este sentido, podría nuevamente
decirse que un delito puede ser la expresión de la psicopatología del encausado (de cómo
selecciona, filtra y procesa la información de su entorno y reacciona en base a ese análisis) .
3. El constructo “impulsividad”: Concepto protagonista en una amplia muestra de estudios
que relacionan los trastornos de la personalidad y delincuencia. Es interesante destacar aquí el
trabajo efectuado por Whiteside y Lynam en el año 2001, a través del cual identificaron cuatro
facetas de la personalidad que podían considerarse propiciadoras de conductas impulsivas (que
además se asociarían a diferentes cuadros psicopatológicos y podrían ayudar en el diagnóstico
diferencial de los mismos):
a)Urgencia: se refiere a la tendencia a experimentar fuertes impulsos, frecuentemente
bajo condiciones de afecto negativo o malestar emocional.
b)Falta de premeditación: referida a la tendencia a actuar sin prever las
consecuencias de ese acto.
c)Falta de perseverancia: dificultad para permanecer centrado en una tarea,
especialmente cuando resulta aburrida o difícil.
d)Búsqueda de sensaciones: tendencia a disfrutar y perseguir actividades excitantes y
probar nuevas experiencias que puedan resultar o no peligrosas.

6 Violencia y trastornos de la personalidad: implicaciones clínicas y forenses - Esbec y Echeburúa


d)Sociedad y su relación
d.1) Control Social
Es el conjunto de instituciones, estrategias y sanciones sociales, que
pretenden promover y garantizar el sometimiento del individuo a los modelos y normas
comunitarias. El control social es importante ya que en toda sociedad hay una lucha entre el
individuo y la sociedad. La sociedad necesita ejercer su dominio sobre el individuo, así despliega
una gama de mecanismos que aseguren la conformidad del individuo a las normas sociales. Hay dos
tipos de control social uno de ellos informal que viene constituido por la familia, escuela, trabajo,
amigos, etc... y a su vez un control social formal constituido por policía, la justicia, por la
administración penitenciaria... El control social informal pretende, a través de sus agentes,
condicionar la conducta del individuo a las normas sociales, pretende que el individuo interiorice
unas pautas de comportamiento que son aprendidas y transmitidas de generación en generación, es
cuando un individuo no aprende estas normas cuando entra el control social formal a través de la
coacción.
d.2) Familia
Desde un punto de vista cultural, la familia constituye un grupo mínimo
fuertemente organizado, está constituido por los cónyuges y los descendientes. Se dan aquí dos
tipos de relación, una relación entre cónyuges y una relación paternofilial, en la cual la figura del
padre simboliza la autoridad y la dominación. Esta dominación y superioridad, se traslada al
domino de las actividades económicas, junto con la relación conyugal, está la relación de los padres
con los hijos, la madre es el elemento fundamental de las relaciones afectivas, el padre define el
status familiar dentro de la sociedad, la madre como centro educativo y disciplinario. Para que este
núcleo funcione uno de los dos miembros tiene que dedicarse a la organización. El hombre
desempeña una gran función, de esta manera atrae a la mujer y se reafirma su valor personal y su
confianza en sí mismo. La madre es el modelo de disciplina, quiere que sus hijos se conviertan en
ciudadanos tolerantes que se adapten al mundo adulto. La madre tiene un gran problema, la niña,
aprende directamente sus ocupaciones futuras, pero el niño no encuentra en el padre el modelo, el
niño se da cuenta de la valoración interior de la mujer, descubre que se le está criando como mujer,
eso explica que ante el hecho de que el niño observe los patrones de conducta de la mujer reaccione
de manera violenta contra la disciplina de la madre. El padre ha perdido la capacidad de figura a
imitar, aparecen otras instancias paralelas a la del padre (colegio, barrio, t.v., amigos...). El padre
llega a ser una figura abstracta de autoridad que para mantener su status se ha de convertir en un
“superpadre”, eso conlleva que el hijo acepte fácilmente toda forma de autoridad mientras sea
presentada con fuerza. La madre pasa de ser un ente amoroso, a planificar la educación de los hijos,
racionaliza sus actitudes y el cariño que ha de dar a los hijos. No es de extrañar que en el siglo XX
el papel principal de la familia se centre en la función ideológica, en la transmisión de modelos de
autoridad. La familia en el siglo XX ha formado para la sociedad una serie de individuos que desde
la infancia están sometidos a la autoridad familiar, que en la época adulta valorarán la autoridad, la
rigidez. Su visión de la sociedad se regirá con la convencionalidad, se valorará todo lo masculino, el
poder y el poder de la propiedad. Se produce la intolerancia hacia todos aquellos que no son
igualmente fuertes y poderosos, se rechaza todo lo que es diferente, la mujer, las emociones, la
pobreza, se rechaza la falta de conocimientos. De esta manera la fuerza del padre se realza.
d.3) Escuela
Sería la segunda instancia de control social informal, reproduce la misma
función autoritaria, el maestro exige una serie de actitudes que han de ser aceptadas in que el
alumno pueda emitir ningún juicio de desaprobación, si lo hace será rebelde y esto es peligroso para
los demás.
d.4) Plano Laboral
Sigue estando marcado por la autoridad, trascendencia que supone para el
trabajador su empleo (salario, posibles ascensos...). Se juntan dos puntos, que el trabajador se sienta
útil y la posibilidad de recibir un salario. En el mundo laboral se dan criterios de autoridad, los
intereses de las instancias productoras y los intereses del estado van paralelos. Cualquier exigencia
laboral, pasa a ser un ataque al orden social, será en realidad una acción criminal. Las mayores
garantías de éxito, no pasan por un endurecimiento del control social formal, pasan sobretodo
mediante una adecuada conjunción de las dos instancias del control social, no ha de haber una
supremacía de una sobre la otra.

e)Victima
Es el titular del interés jurídico lesionado o puesto en peligro. En el Código Penal, se
le reconoce, respondiendo a las preguntas: ¿A quién pertenece el bien o interés protegido? ¿Quién
es el titular del bien? En general un bien o interés pertenece a la persona (colectiva o individual), a
la sociedad o al Estado. Los animales nunca son sujetos pasivos, son objetos materiales del delito,
pero son protegidos por leyes para evitar su extinción.

La víctima siempre ha sido la gran olvidada, la criminología siempre se ha centrado en estudiar al


delincuente, la etología del crimen, la profilaxis del mismo, pero en ningún aso a la víctima hasta
1973. Incluso el Derecho Penal, todo el proceso penal gira alrededor del delincuente, pero la
víctima aparece desprotegida cuando ésta necesita resocialización y reinserción.

A partir de la II Guerra Mundial, se produce la autoafirmación de la victimología. Esa


desconsideración hacia la víctima tiene su razón de ser. La víctima había sido neutralizada ya que
en momentos históricos la justicia punitiva se realizaba por la víctima, esta situación se ve superada
a partir del S. XVIII, cuando aparece el “Ius Puniendi” (derecho de castigar) por parte del estado.
Esto supuso el enjuiciamiento de los delitos desde el punto de vista de la colectividad, es cuando la
víctima cae en el olvido. El delincuente despierta sentimientos de curiosidad, “ninguna víctima ha
pasado a la historia”. Los orígenes de este movimiento se deben a dos autores, Von Henting
(alemán) y Mendelsohn (Israelita). El mérito de Von Henting, es haber explicado de una manera
clara la relación existente entre la víctima y el agresor, habla de “pareja criminal”. Es a partir de
este concepto que se baraja la idea de que el hecho criminal no es más que una interacción entre el
agresor y la víctima, hizo clasificaciones de las víctimas, también hizo un estudio psicológico de
éstas.

Mendelsohn hizo también una clasificación y divide a las víctimas en 5 grupos.


1. Víctimas totalmente inocentes, son aquellas víctimas que no han hecho nada para
desencadenar la acción criminal, son totalmente ajenas a la actividad del delincuente.
2. Víctima provocadora, incita con su conducta al hecho criminal.
3. Víctima por ignorancia, es aquella que da facilidades para su propia victimización sin
saberlo.
4. Víctima voluntaria, pone de manifiesto una colaboración con el delincuente (eutanasia).
5. Víctima agresora, hay dos tipos. Simuladora, es aquella que acusa falsamente. Víctima
imaginaria, inventa su propia condición de víctima cuando no se ha producido ninguna infracción.

El interés por la victimología viene dado por tres factores. *1 Se perfeccionan y proliferan las
encuestas de victimización (encuestas que se realizan entre la población general). En el año 70 hay
una proliferación de estas encuestas, permiten obtener datos reales sobre la población victimizada.
Así disminuye la cifra negra de los delitos. *2 Feministas llaman la atención sobre la violencia que
se dirigía hacia la mujer. *3 Se debe a las aportaciones de la psicología social, que elaborará un
conjunto de teorías que serán utilizadas para explicar determinados comportamientos y resultados
victimológicos. Toda esta fase de consolidación terminará con el primer Simposio internacional
sobre victimología en 1973.
En 1976 se edita “Victimología”, ciencia especializada. En 1980 es cuando se crea la sociedad
internacional de victimología. La victimología se preocupará por las indemnizaciones a las
víctimas, elaborar y ejecutar programas de ayuda a las víctimas, realizará estudios para dar una
mayor comprensión del fenómeno criminal, centrándose en la predisposición victimaria de
determinadas personas, con el fin de elaborar programas de prevención. Con la clasificación de
Mendelsohn se han ido haciendo otras más elaboradas. Gerardo Landrove, ofrecerá una
clasificación distinguiendo siete tipos de víctimas:
1.Víctimas no participantes. La relación entre el criminal y la víctima es irrelevante (de
escasa entidad, poca importancia), todos los miembros de una comunidad son víctimas potenciales.
Distingue así dos grupos:
1.1. Víctimas accidentales, son aquellas colocadas por el azar en el camino de los
delincuentes.
1.2. Víctimas indiscriminadas, no existe ningún vínculo con el agresor.
2. Víctimas participantes, si desempeñan un cierto papel en la génesis del delito. Son
aquellas víctimas que omiten las precauciones más elementales, facilitando con ello la producción
de un hecho delictivo.
3. Víctimas familiares. La conducción de las víctimas, pertenecientes a un mismo grupo
familiar, las víctimas potenciales son: mujeres, niños y ancianos. Son víctimas sujetas a malos tratos
y a abusos sexuales.
4. Víctimas colectivas. El estado, la sociedad, empresas... pueden convertirse en víctimas, su
característica es que la víctima es anónima: delitos financieros, fraudes al consumidor, delitos
informáticos.
5. Víctimas especialmente vulnerables. Hay personas que tendrán una predisposición en
convertirse en víctimas, hay que tener en cuenta la edad, estado físico o psíquico, raza, sexo,
también hay otros factores sociales: posición económica, estilo de vida, ubicación de la vivienda,
contacto frecuente o no con grupos marginales, también hay factores profesionales: cuerpos de
seguridad, vigilantes, taxistas, banqueros, farmacias, prostitutas, están más sujetos a la
victimización.
6. Víctimas simbólicas. La victimización se produce con la finalidad de atacar a un
determinado sistema de valores (ideología, secta religiosa, familia...).
7. Víctimas falsas. Hay sujetos que debido a determinadas características psicopatológicas
denuncian un delito que nunca ha existido.
7.1. Víctima simuladora. Es consciente que no se ha producido ningún delito, lo
único que pretende es que se produzca un error judicial.
7.2. Víctimas imaginarias. Cree erróneamente haber sido objeto de una agresión
criminal.
3.- Delincuencia en Latinoamérica
La delincuencia en América Latina en los últimos años ha evolucionado desfavorablemente
desde el punto de vista de la calidad de vida de la población. Hace algunos años, en 1999, el Banco
Interamericano de Desarrollo (BID) publicó un estudio de carácter socio-económico en que, con
datos y antecedentes sólo relativos a delitos violentos, el daño o costo causado por estos -en
términos monetarios- alcanzaba cifras de nivel macroeconómico realmente sorprendentes:
“En América Latina la violencia es extensa y tiene inmensos costos. Los indicadores más
tradicionales ilustran su cuantía. En la región hay 140.000 homicidios cada año; cada
latinoamericano pierde el equivalente a casi tres días anuales de vida saludable por causa de la
violencia; 28 millones de familias son sujetas a hurto o robo en un año o, para decirlo en forma más
contundente, 54 familias son robadas cada minuto, aproximadamente una por segundo”7
Las gruesas cifras anteriores permitían entonces reconocer que el tema de la delincuencia había
adquirido a fines del siglo pasado una connotación que no podía dejar indiferente a quienes
deseaban aumentar el bienestar de la población. Si bien cada país de América Latina anotaba
diferentes valores en los indicadores, algunas conclusiones alcanzadas a partir del estudio del BID
permiten comprender de mejor modo lo que está sucediendo en esta materia. En líneas generales, se
hablaba de una epidemiología de la violencia, concepto derivado de la terminología médica que, en
su acepción clásica, describe las condiciones de tiempo, lugar y persona de ocurrencia de los
fenómenos, identifica los factores de riesgo y cuantifica su importancia.

La epidemiología clásica de la violencia, como si de tratara de una epidemia médica, aplica


métodos de investigación similar a la comprensión del fenómeno delictivo. Las conclusiones más
relevantes utilizando este enfoque y que resumen un trabajo de tres investigaciones semejantes
aportadas por analistas especializados, referentes a las ciudades de México, Cali y Caracas, fueron:
(a) las muertes por homicidio intencional ocurren con mayor frecuencia en las poblaciones jóvenes,
en particular entre las edades de 15 a 34 años; (b) existe una notoria diferencia en cuanto al sexo de
quienes cometen homicidios, siendo las tasas de las mujeres mucho más bajas que la de los
hombres, aunque más altas al compararlas con estándares internacionales; (c) las muertes suceden
con mayor frecuencia en horas de la noche y al amanecer y con mayor intensidad durante los fines
de semana o en vísperas de días feriados; (d) las armas y el alcohol están fuertemente asociados a la
ocurrencia de hechos de violencia, siendo las armas de fuego las más utilizadas, mientras que el uso
de las armas corto punzantes alcanzó sólo el 15%; (e) la violencia ocurría en mayor proporción en
poblaciones de bajos ingresos, en particular si se considera el sitio de residencia de la víctima más
que el sitio de ocurrencia del hecho y (e) es importante tener en cuenta el contexto social en el que
se mueve la víctima, pues las riñas y atracos son factores de riesgo para homicidios que afectaban a
los hombres, mientras que la vivienda era factor de riesgo para las mujeres.

La epidemiología contextual de la violencia, por otra parte, es un enfoque que además permite
discriminar la importancia relativa de los distintos factores de riesgo y la contribución de estos a
que ocurra la violencia. En esta visión de los acontecimientos violentos es fundamental detectar la
importancia de la influencia del alcohol y la salud mental, el contexto cultural, el capital humano y
social, así como el contexto macroeconómico.

Un gran numero de estudios sobre violencia y comisión de delitos en América Latina reconoce que
la tendencia en su evolución a partir de la década de 1980 y hasta mediados de la primera década
del siglo XXI ha ido en aumento. En su conjunto, América Latina y el Caribe mostraron una clara
tendencia creciente a partir de 1980 (12,5 homicidios-año/ 100 mil habitantes), 1991 (21,3
homicidios-año / 100 mil habitantes) y 2006 (25,1 homicidios-año /100 mil habitantes). En el
Cuadro Nº 2..11 se comprueban estos y otros datos, proporcionados por la Organización
Panamericana de la Salud (OPS) y publicados en un estudio de la Fundación Internacional FIIAPP,

7Violencia en América Latina. Epidemiología y costos – Rodrigo Guerrero, Juan Luis Londoño
elaborado con la asistencia de la Unión Europea.
La revisión de la tendencia anterior revela una situación de criminalidad explosiva. De acuerdo a
criterios establecidos por OPS, un índice de situación normal de criminalidad es aquel que se da en
el rango de entre 0 y 5 (exclusive) homicidios por cada 100 mil habitantes al año, siendo posible
tratar el problema con métodos convencionales. El rango entre 5 y 8 (exclusive) homicidios-año por
cada 100 mil habitantes se considera una situación delicada, mientras que un valor por sobre los 8
homicidios-año por cada 100 mil habitantes corresponde a una situación epidémica
a) Corrupción
La palabra corrupción ocupó un lugar preponderante durante el 2016 en América
Latina. Durante el año que acaba de terminar, salieron a la luz cientos de nombres de personas y
corporaciones vinculadas con los paraísos fiscales en los llamados Panama Papers y Bahamas
Leaks. Para cerrar el año, se destapó la estructura de corrupción de la constructora brasileña
Odebrecht en 10 países de América Latina. Las principales economías de la región se vieron
expuestas a una trama de pago de sobornos por más de 735 millones de dólares, con excepción de
Chile. El Índice de Percepción de la Corrupción 2016 de Transparencia Internacional confirmó el
daño que provoca la corrupción en la reputación de los países. Venezuela, por ejemplo, ocupó la
peor posición del ránking de Transparencia Internacional al tiempo que fue el segundo país donde
Odebrecht pagó más sobornos (98 millones de dólares).
El caso de Brasil puede parecer extraño, pues además de ser el epicentro del escándalo y de ser el
país donde los pagos ilícitos más cuantiosos (349 millones de dólares), el gigante sudamericano se
ubicó por encima de la media regional en el ránking. Esto no debe sorprender. De acuerdo con
Transparencia Internacional, la revelación de las historias de corrupción en la región es una muestra
de que los países están combatiendo este fenómeno. Brasil lleva un par de años envuelto en
revelaciones de escándalo, las cuales incluso provocaron la destitución de la presidenta de Brasil,
Dilma Rousseff, y una investigación contra un grupo de funcionarios brasileños, incluido el
expresidente Luiz Inácio Lula da Silva.

En el caso mexicano la situación corre en sentido contrario. México pasó del lugar 95 al 123 en el
índice de Transparencia Internacional; en América Latina, su lugar es el sexto entre los países con la
mayor percepción de la corrupción. Entre los miembros de la Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económicos (OCDE), es el país con la peor reputación en corrupción. De los 10 países
involucrados en la trama de Odebrecht, México aparece en el último lugar. Siguiendo la lógica de
Transparencia Internacional, de que a mayor combate a la corrupción se logra una mejor
percepción, en México los escándalos sólo quedan registrados y suelen quedar sin castigo.

En diciembre del 2016, Odebrecht se declaró culpable en una corte de Estados Unidos por haber
sobornado a funcionarios públicos de 10 países latinoamericanos y dos africanos. Marcelo
Odebrecht, quien presidía el directorio de la compañía familiar, la mayor constructora de América
Latina, cumple una condena de 19 años de prisión por corrupción y lavado de dinero. La condena
contra Marcelo es parte de la operación Lava Jato (lavado de coches), que en el 2014 reveló una red
multimillonaria de sobornos a funcionarios brasileños que ha salpicado a políticos, empresarios y
funcionarios. La operación Lava Jato no se ha cerrado y sigue produciendo arrestos y condenas en
todo Brasil.

En territorio mexicano, funcionarios gubernamentales recibieron sobornos por 10.5 millones de


dólares para conseguir contratos de obras públicas entre el 2010 y el 2014. Según información de la
agencia Reuters, dichos pagos irregulares generaron beneficios por más de 39 millones de dólares
para Odebrecht.

Uno de los casos más relevantes es el de República Dominicana, que ocupa el lugar número 120 en
el Índice de Percepción de la Corrupción 2016, en donde Odebrecht llegó a influir en el presupuesto
nacional y en la aprobación financiera de diversos proyectos. Según información de Reuters,
funcionarios del gobierno dominicano e intermediarios recibieron más de 92 millones de dólares en
pagos irregulares entre el 2001 y el 2014, generando beneficios de más de 163 millones de dólares
para Odebrecht.
Además del escándalo provocado por los Panama Papers, Panamá, que figura en el lugar 87 del
listado de Transparencia Internacional también fue una de las naciones cuyos funcionarios
recibieron sobornos por parte de Odebrecht. “Entre el 2010 y el 2014, Odebrecht pagó sobornos
superiores a los 59 millones de dólares a funcionarios gubernamentales e intermediarios para
asegurar, entre otros, contratos de obras públicas”, afirma Reuters.
Para Transparencia Internacional, la revelación de los Panama Papers en abril del 2016 y la
retribución de 3,500 millones de dólares por parte de Odebrecht a los países en los que fue acusada
de corrupción son señales de que la lucha contra la corrupción en América Latina va por buen
camino.
Argentina ocupa el quinto lugar entre los países que recibieron sobornos por parte de la brasileña
Odebrecht y se ubica en el número 95 dentro del Índice de Percepción de la Corrupción 2016.
Según información de Reuters, Odebrecht entregó más de 35 millones de dólares en pagos a
intermediarios “con el convencimiento de que serían enviados en parte a funcionarios
gubernamentales”. Estos pagos estuvieron vinculados con la concesión de por lo menos tres
proyectos de infraestructura que le dejaron a la constructora beneficios por alrededor de 278
millones de dólares.
Ecuador, Perú y Guatemala completan la lista de los países latinoamericanos que recibieron
sobornos por parte de la constructora brasileña. En el caso de Perú, que está más 20 lugares arriba
de México en el conteo de Transparencia Internacional, Odebrecht efectuó pagos irregulares por 29
millones de dólares para garantizar la adjudicación de contratos de obras públicas entre el 2005 y el
2014. En Ecuador, que sólo está dos lugares arriba de México, los funcionarios recibieron más de
33.5 millones de dólares de parte de Odebrecht, lo que resultó en beneficios económicos para la
brasileña de más de 116 millones de dólares.
Según Transparencia Internacional, son los ciudadanos quienes deben ejercer presión sobre los
líderes para que las instituciones de los países latinoamericanos sean más transparentes y
responsables. “Las autoridades de todos los países deberían intensificar sus esfuerzos para impedir
que los poderosos líderes corporativos y funcionarios públicos se salgan con impunidad de actos de
corrupción”, explica la organización.
La relación entre la corrupción y la desigualdad fomenta la demagogia, refiere Transparencia
Internacional. Un ejemplo es Donald Trump, quien ha prometido acabar con la corrupción y los
privilegios que ostenta la clase política estadounidense. “Cada vez más, la gente está recurriendo a
líderes demagogos que prometen romper el ciclo de corrupción y privilegios”, afirma el informe.

b) Seguridad en Latinoamerica
América Latina y el Caribe bajaron levemente los índices de paz, marcados por
tensiones internas en sus países, según el Índice Global de Paz (IGP) publicado por el Instituto de
Economía y Paz.
De acuerdo al informe, en Sudamérica se ha erosionado ligeramente la paz desde 2014, mientras
que Centroamérica avanza en este índice. Sin embargo, ambas regiones se sitúan por debajo de la
media global de este ranking.
Chile ocupa el primer lugar en la región con el puesto 29 entre los países más pacíficos, el segundo
mejor del hemisferio occidental después de Canadá (que tiene el séptimo puesto global).
Colombia quedó en la posición número 146, la peor de la lista en regional por debajo de Venezuela
(puesto 142). México está en el lugar 144; Brasil, en el 103, y Perú en el 92.
El informe destaca que Chile obtuvo un mejor puntaje en el tema de exportación de armas, mientras
que Ecuador tuvo una mejora en “terror político” y en los conflictos internos. Perú, por su parte,
bajó la cifra de número de muertos por el conflicto interno.
Para el IGP, Venezuela es uno de los países más convulsionados de la región. Con uno de los
arsenales militares más modernos del continente, ese país continúa con su escalada militar (apoyado
principamente por Rusia, según el informe). A esto se suma el aumento de riesgo de
manifestaciones violentas, delincuencia e inestabilidad política.
“La crisis económica que tiene el país profundizó y aumentó el sentimiento antigobierno”, dice el
informe.

Sobre Colombia, el IGP dice que sigue sufriendo como consecuencia de su actuación con los
desplazados internos, producto del conflicto con las Farc, actualmente en negociaciones de Paz en
La Habana, hecho que ofrece “alguna esperanza en el mediano plazo”.
No obstante, para la consultora británica Verisk Maplecroft seis países latinoamericanos están en la
categoría de violencia 'extrema'. Guatemala y México ocupan la segunda y tercera posición,
respectivamente, en el ránking de países más peligrosos, detrás de Afganistán.
En la cuarta ubicación a nivel mundial está Irak, seguido de Siria. Aparece en la lista otro país
latinoamericano. Se trata de Honduras, en la sexta posición, Venezuela en la séptima y El Salvador
en la octava. Colombia ocupa la decimosegunda plaza. Otros cuatro países de la región son
descritos como de 'alto riesgo': Argentina, Brasil, Paraguay y Perú.
"Dado que cuenta con seis de los trece países calificados de 'extremos', Latinoamérica es la región
del mundo con un mayor riesgo", señala la consultora en su informe.
Centro América y el Caribe continúa siendo la región con la peor clasificación en el mundo en
términos de tasas de homicidio y crímenes violentos, así como en percepción de criminalidad, de
acuerdo al informe del Instituto de Economía y Paz.
Costa Rica es el país más pacífico de la región centroamericana debido a la disminución en las
cifras de homicidio y el mejoramiento de las relaciones con sus vecinos. Tiene la posición global
número 34.
Otros de los grandes ganadores de este informe es Jamaica que presentó altas puntuaciones en
varias categorías y terminó en el puesto 8 de la región (109 global), mientras que sobre Honduras, el
informe sostiene que a pesar de ser un país plagado por la violencia relacionada con pandillas, vio
mejoras en la intensidad del conflicto interno y en las fuerzas de seguridad.
México, el peor clasificado de esta región con el puesto 144. El estudio considera que es uno de los
países con índices más bajos en paz en la región. Destaca que este país permanece sumido en la
violencia doméstica y en la violencia producida por la lucha contra el narcotráfico.
Sin embargo, a nivel regional, el IPG destaca a Centroamérica (a diferencia de otros países) por
su ausencia de conflictos inter regionales, por sus relaciones, generalmente amistosas, con los
vecinos y mínimas capacidades de armamento nuclear.
En México y Centroamérica, Verisk Maplecroft destaca la presencia de organizaciones dedicadas al
tráfico de drogas como la principal causa de los altos niveles de criminalidad, que tienen un coste
económico para la región de 200,000 millones de dólares al año (188,000 millones euros).
"La presencia generalizada de traficantes ha provocado uno de los más alto niveles de crímenes
violentos del mundo, dado que los grupos luchan por el territorio y por controlar las rutas de
transporte de droga hacia los consumidores de las economías desarrolladas. Esos grupos, además,
están involucrados en secuestros, extorsiones y robos", menciona la firma británica, que alerta de
que ese escenario incrementa el gasto de las empresas en seguridad y las tasas que deben pagar a las
aseguradoras.
El reciente incremento en la producción de metanfetaminas en Centroamérica indica que los grupos
están extendiendo sus redes de producción más allá de sus localizaciones tradicionales, como
México y los Estados Unidos, según el documento.
Los casos de homicidios en México ascendió en 2015 a 17 por cada 100,000 habitantes, una
'proporción abrumadora', según la consultora, que calcula el coste económico de la violencia en el
país en cerca de 134,000 millones de dólares al año.
"Las mejoras tempranas que logró el presidente (Enrique) Peña Nieto se han diluido y las tasas de
homicidios comenzaron a subir de nuevo", analiza Grant Sunderland, analista de la firma de riesgos
en México.
Algunos países de Suramérica, como Venezuela y, en menor medida, Colombia, afrontan muchos de
los mismos retos que Centroamérica. Brasil, la mayor economía de la región, "ha registrado un
progreso significativo a la hora de rebajar el crimen en algunas de sus principales ciudades en la
última década", destaca el informe.
Aún así, se mantiene como "el segundo mayor consumidor de cocaína en América" y continúa
siendo una ruta de tráfico para los narcóticos producidos en Perú, Bolivia y Paraguay.
Se investigó a 198 países y los ubicó en cuatro categorías: riesgo extremo, alto riesgo, mediano y
bajo riesgo. "Estos altos índices obligan a los distintos gobiernos a comprometer cuantiosos fondos
públicos al combate de la delincuencia, en vez de direccionar esas sumas a inversiones en
educación, salud, entre otros", dijo a BBC Mundo Jimena Blanco, jefe del equipo investigador en
América Latina.

c) Delincuencia en el Perú
La delincuencia es una de las preocupaciones más urgentes que enfrenta Perú, según
encuestas realizadas por Ipsos Perú:
“El 64 % de peruanos considera que el principal problema del país es la delincuencia y la
falta de seguridad, revela la más reciente encuesta nacional urbana de Ipsos Perú, publicada por un
diario local.

En tanto, un 43 % de peruanos opina que el principal problema es la corrupción, mientras que un 27


% estima que el principal problema es el desempleo y la falta de trabajo.

Cuando se le preguntó a los entrevistados cuál es el problema que personalmente más les afecta,
nuevamente la delincuencia apareció en primer lugar (39 %), seguido del desempleo (10 %), costo
de vida (7 %) y el tráfico (4 %). ”

Según cifras del Observatorio de Criminalidad del Ministerio Público cada 5 minutos se comete un
delito y el 82 % de los peruanos se siente inseguro en las calles según el estudio del Instituto
Integración. Cerca de 10 millones de peruanos, la tercera parte de la población ha sido víctima de
los delincuentes. De acuerdo a un estudio del Instituto Integración, el 80 % de peruanos asegura
que el nivel de los delitos en el país aumentó en el último año, un 42 % de los hogares fue víctima
de un asalto y un 59% percibe aún inseguridad en las calles.
Según el INEI, el 29,7% de la población de 15 años o más dice haber sido víctima de un hecho
delictivo, pero solo un 15% denunció este hecho.
Perú ha experimentado cada vez más altos índices de criminalidad, especialmente en los grandes
centros urbanos El delito más común en el Perú es el robo agravado.
En el 2014, según la encuesta realizada por el Barómetro de las Américas, Perú lideró la mayor tasa
de victimización por la delincuencia con 30% superando a Ecuador, Argentina y Venezuela.
En relación, se detalla que el principal tipo de delincuencia es el hurto o robo al paso (32%), robo
con amenaza (19%), robo con arma (18%), robos de la casa (12%) y extorsión (8%).

En el Ránking de Competitividad en Viajes y Turismo evaluado por el Foro Económico Mundial,


Perú se ubica en el puesto 117 de seguridad entre 141 países, dentro del rubro en lo referente a la
fiabilidad de los servicios policiales esta en el puesto 135 mientras que los costos comerciales de la
delincuencia en el 125.
En el 2014, según la encuesta realizada por el Barómetro de las Américas la inseguridad desplazó a
la economía como el principal problema más importante en el Perú.
Según el ministro del Interior, el 91% de detenidos por la Divincri son liberados.
Los problemas que enfrenta la policía son la falta de logística e infraestructura. Menos de la mitad
de las comisarías cuentan con infraestructura adecuada y en buen estado según el I Censo Nacional
de Comisarías 2012. La mitad de la policía labora en forma parcial bajo el sistema 24x24.

Trujillo y Arequipa son actualmente dos de las ciudades de mayor auge económico en el país. No
obstante, en ambas abundan los robos, las extorsiones, los crímenes y las violaciones, entre otros
delitos, y aunque suene crudo, ahora ya no es novedad que en Trujillo cada día aparezca una
persona muerta con una bala en la cabeza por un ajuste de cuentas o por un intento de robo.
Las cifras del Ministerio Público de La Libertad son todo un reto para el nuevo jefe policial de esa
región, coronel Óscar Gonzáles Rabanal, debido a que en 2013 se contabilizaron 29 mil 771
delitos,lo que representa un incremento del 30% en comparación con 2012. De ese total, el 60% se
cometió en Trujillo.
No obstante, las estadísticas son aún más escalofriantes, pues la Policía asegura que el año pasado
más de 200 personas fueron asesinadas en la región e, incluso, en diciembre de 2013, se registró
casi un crimen por día.
“Para apresar a los jefes de las bandas de sicarios y extorsionadores se tiene que realizar un trabajo
de Inteligencia similar al que se hizo para captura al líder senderista Abimael Guzmán. Así
podríamos tener resultados en cuatro meses. Hay que acorralarlos como ratas”, dijo Gonzáles
Rabanal.
Agregó que la instalación de bloqueadores de celulares, a partir de la primera semana de marzo, en
el penal El Milagro de Trujilo, contribuirá mucho a cortar el lazo entre los jefes de las bandas de
sicarios y sus asesinos a sueldo, que han convertido a muchos distritos de La Libertad y de
Lambayeque en réplicas de la mexicana Ciudad Juárez, urbe donde impera la ley del crimen.
Sobre el auge del sicariato en el norte –donde Trujillo aparece también liderando el ranking de las
ciudades con las tasas más altas de ese delito– Gonzáles sostuvo que este tiene su origen en la
extrema pobreza de sus barrios, en el abandono educacional a nivel estatal y en la violencia en los
hogares. “Por ello, los jóvenes son captados fácilmente por las bandas criminales” dijo.
El informe N°8-2013 del INEI referido a seguridad ciudadana confirma el peligro al que se
enfrentan los residentes y turistas de Trujillo y también de Arequipa. Según dicha estadística, en el
semestre abril-setiembre, se evidencia que, de cada 100 personas de 15 años a más, 27 han sido
víctimas de robo en esas urbes. Esto contrasta con Chachapoyas (Amazonas), Huancavelica y
Moyobamba (San Martín), donde, en ese mismo período, solo 15 personas de cada 100 personas
fueron atracadas.
Un estudio del Observatorio de Criminalidad del Ministerio Público (OCMP) también demuestra
que, en La Libertad –medidos sobre una tasa de 100 mil habitantes–, los robos crecieron de 99 a
197 casos.
Lima, incluyendo los 42 distritos y el Callao, no se queda atrás, pues, según el INEI, registra entre
abril y setiembre de 2013, 26 personas atracadas por cada 100 habitantes.
En cuanto a las extorsiones, este delito aumentó en 50% en Trujillo en los últimos dos años. Así lo
evidencia un estudio del Ministerio Público, donde se aprecia que, en 2007, La Libertad era el único
departamento donde se intimidaba por dinero. Sin embargo, en 2012 este flagelo, a través de las
bandas organizadas, expandió sus tentáculos hacia Tumbes, Piura, Chimbote (Áncash), Huaura y
Cañete (Lima), y Tacna.
Pero eso no es todo. Los datos sobre seguridad ciudadana del INEI, del semestre abril-setiembre del
año pasado, confirman que la incidencia de extorsiones viene sembrando miedo también en Lima,
donde se contabilizan cuatro víctimas por cada 100 personas.
Trujillo y Arequipa registraron las mismas cifras entre enero y junio del mismo año, aunque hoy eso
puede haber sido superado fácilmente.
Pese a ello, según el Plan de Seguridad Nacional, en 2012, el ranking de asesinatos fue encabezado
por Tacna, seguida de Tumbes, Ucayali y Arequipa. En el otro lado de la moneda están
Huancavelica, Loreto y Moquegua, que registraron el menor índice.
Sin embargo, hay que precisar que, a finales de 2013, según la Policía, los homicidios se
convirtieron en un cáncer para la costa norte (La Libertad y Lambayeque) y el nororiente
(Amazonas y San Martín). Pero estas cifras aún se están procesando en la Policía.
El premier, César Villanueva, sostuvo el viernes que se ganará la batalla contra la delincuencia con
un trabajo articulado entre la Policía, los gobiernos locales y regionales y la sociedad civil.
Para el congresista Renzo Reggiardo hace falta mucho más, pues primero se debe acabar con el
marco legal inoperante que impera en el país en materia de seguridad. “El Ejecutivo debería pedir
facultades al Congreso para modificar las leyes. Además, se debería declarar una ‘situación de
emergencia’, para comprar armas modernas e implementos que permitan a la Policía tener mejor
logística que los delincuentes,”, manifestó.
Reggiardo sugirió también que el Ejército acompañe a los policías en sus operativos, pero solo de
manera disuasiva, para que puedan retomar el orden en regiones como La Libertad, Arequipa e,
incluso en Lima, según el Observatorio de la Criminalidad del Ministerio Público los distritos con
mayor incidencia delictiva son: Lima Cercado, San Juan de Lurigancho, Ate, La Victoria, Santa
Anita, San Juan de Miraflores, San Martín de Porres, Comas, Villa María del Triunfo y Villa El
Salvador.
En el año 2015 se registraron un total de 39 218 operativos en todas las Fiscalías Provinciales de
Prevención del Delito; entre los Distritos Fiscales que registraron una mayor cantidad de Operativos
se tiene, al Distrito Fiscal de Lima con 5 681 (14,49%) operativos, y el Distrito Fiscal de Arequipa
con 4 554 (11,61%) operativos y entre los Distritos Fiscales que registraron menos operativos
tenemos el Distrito Fiscal de Lima Sur con 20 (0.05%) operativos y el Distrito Fiscal del Callao con
165 (0,42%) operativos.
Durante el 2015, se registró 517 404 delitos a nivel nacional, del cual se tiene 188 869 delitos contra
el patrimonio, representando el 36,50%, 71 053 Delitos contra la Seguridad Pública, representando
el 13,73%, 64 490 Delitos contra la Vida, el Cuerpo y la Salud, representando el 12,46%, 40 969
Delitos contra la Libertad, representando el 7,92%, 51 000 Delitos contra la Administración
Pública, representando el 9,86%, 23 737 Delitos contra la Fe Pública, representando el 4,59%, 45
895 Delitos contra la Familia, representando el 8,87%, 4 547 Delitos contra la Tranquilidad Pública,
representando el 0,88% y 26 844 otros Delitos, representando el 5,19%
Según la encuesta realizada por el Barómetro de las Américas se detalla que el principal tipo de
delincuencia es el hurto o robo al paso (32%), robo con amenaza (19%), robo con arma (18%),
robos de la casa (12%) y extorsión (8%).
En el 2015, el Observatorio de la Criminalidad del Ministerio Público informó que más de 250
robos y hurtos se producen cada día. En el 2011, el Programa de las Naciones Unidas para el
Desarrollo informó que la tasa de robos es de 217 por cada mil habitantes.
En el 2015, el 70% de los encuestados cree que el Perú va a convertirse en un narcoestado. En el
2012, el Perú se convirtió en el país con mayor área de cultivos de hoja de coca según informe de la
ONU para el Crimen y las Drogas.
Conclusión
• La delincuencia tiene sus bases en diversos trastornos de personalidad, no obstante, poseer
uno no es sinónimo de criminal. En la actualidad se ha hecho mayor énfasis en el estudio del
carácter psicológico del criminal, en contraposición a lo que antiguamente se estudiaba
-Factores biológicos- resultando así una mejor concepción del entendimiento del delincuente
y sus motivos. Esto, a su vez, deriva en una mejora del Código Penal, para poder juzgar a los
criminales según las necesidades de la sociedad actual.
• La criminología apoya en gran medida al mejoramiento del entendimiento del delincuente,
además, esta ciencia se basa más en el análisis de los relativos al delito, sean activos o
pasivos. Pese a ello, sus intenciones iniciales recaen en el análisis del delincuente mas no de
la víctima.
• El carácter del delincuente ha sido estudiado de diversos enfoques a lo largo de los años; en
primeros años se lo estudio en base a sus características biológicas – tal como lo expuso
Cesar Lombroso- justificándose en afectos como la producción de hormonas, género, raza y
otros aspectos – posteriormente, se estudio el carácter en un sentido más psicológico
evaluando las condiciones sociales que lo impulsan a tener determinadas conductas
(Pobreza, ira, drogas,etc) que acaban en un delito. Actualmente, la criminológia estudia el
carácter del delincuente como una combinación de factores biológicos – apoyandose en la
neurociencia y psiquiatría – junto con factores psicológicos como los ya mencionados
trastornos de personalidad.
• La victimología es una rama derivada de la criminología que surge para satisfacer la
necesidad de una análisis propio de como una victima es afectada tras un delito. Esta rama
tiene su fundamentación en la falta de ayuda psicológica de reintegración de las victimas a
la sociedad tras tener la condición de victima.
• La victimología no solo estudia a la victima de manera individual y de como es afectada en
relación al tipo de delito cometido en su contra, sino también evalúa a la sociedad como
victima según el delito.
• En la clasificación de las victimas, se da un hincapié en el delito del que fueron victimizados
y de como lo afecta psicológicamente y de como afecta a sus funciones en la sociedad. A
diferencia de la criminológia destinada al delincuente, que estudia tanto biología como
psicología de los activos de un crimen, la victimológia estudia el factor psicológico en
mayor proporción para la restauración de la victima en una función social, y estudia el factor
biológico como medidor del agravio sufrido para así penalizar al criminal.
• La sociedad tiene una influencia directa en la concepción de delito dependiendo de las
costumbres y necesidades mayoritaria de esta; por ello, la definición del Código Penal esta
sujeta a constantes cambios acorde a lo pedido por la socieda.
• Las partes básicas de la sociedad para evitar la proliferación de delincuentes o detonar un
factor de ellos – véase drogas o ira – son la familia, que se encarga de adecuar a los
miembros en la sociedad, procurando evitar un resentimiento de parte de ellos frente a la
sociedad en la que viven, evitando así la creación de un delincuente en potencia. Así
también, la familia se encarga de satisfacer o educar a los miembros en la mayor cantidad de
requisitos posible para evitar delitos provocados por la falta material.
• La escuela y el plano laboral recaen en un entorno secundario, debido a que no forman parte
del desarrollo moral ético de los integrantes sociales, además, de que en la mayoría de casos,
la conducta esta ya formada para cuando la escuela y el plano labora entran en el entorno de
un sujeto.
• La delincuencia en Latinoamérica es una de las mayores en el mundo debido a la
corrupción encontrada en esta – en recientes casos como los Panama Papers y Lava Jato –
así como de la falta de transparencia respecto a estos casos.
• La delincuencia en Latinoamérica es vista con mayor escala en países como: México, Perú,
Venezuela, El Salvador y Guatemala; países con altos índices de peligro para la consultora
británica Verisk Maplecroft. En relación a esto, América Economía muestra tener una
concordancia de datos con la empresa británica.
• En Centroamérica se observa la mayor cantidad de delincuencia existente, principalmente
por la condición de México como narco-estado. Así también, debido a la constante tasa de
muertes en países como el ya mencionado México, Guatemala y el Salvador. Pese a ello, los
casos de corrupción de Panama Papers y los Bahama Files muestran un interés en la región
de buscar la transparencia y mejoramiento en la región.
• En Perú, la percepción de la delincuencia entre la población nacional es alta, así como la
percepción internacional de la delincuencia local. Entre los principales problemas del Perú
se encuentran el robo – que llega a ser el primer problema denunciado en el año 2015 según
dato del Observatorio de Criminalidad del Ministerio Público – , la corrupción, el
narcotráfico – encuestas revelan que la percepción de la población peruana es de que el país
se convertirá en un Narco-estado – y el sicariato.
• Trujillo y Arequipa se encuentran entre los principales lugares de crimen actual, pese a su
condición de potencia económica de provincias. Estos lugares han mostrado un aumento en
su tasa de asesinatos por año y en su tasa de robos por año.
Anexos

1) Elementos del Delito


2) Tabla de Rasgos de la Personalidad Criminal de Chargoy
3) Estadísticas sobre la delincuencia entre el 2012 y el 2013

4) Barómetro de América Economía


4) Corrupción en América Latina por Transparencia Internacional

5) Odebrecth y sus sobornos


Bibliografía
1. Trastornos De La Personalidad : Influencia Sobre La Conducta Delictiva Y Repercusiones
Forenses En La Jurisdicción Penal - Departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamiento
Psicológico I (Personalidad, Evaluación y Psicología Clínica) – Universidad Complutense de
Madrid
2. Introduccion al Estudio del Derecho - Eduardo García Maynez
3. Teoría del delito – Oscar Peña
4. Introducción a la Criminología – Günther Kaiser
5. http://www.criminologia.org.es/aportaciones/primero/crim110.pdf
6. América Latina vive sumida en la corrupción – El Economista de México
7. http://www.transparency.org/news/feature/corruption_perceptions_index_2016
8. Presencia Institucional De Las Fuerzas Armadas En Países De América Latina Y Su Impacto En
La Calidad De Vida De La Población - José Leopoldo Montesino Jerez
9. http://rpp.pe/politica/actualidad/la-delincuencia-es-el-principal-problema-del-pais-segun-sondeo-
noticia-587402
10. http://www.mpfn.gob.pe/Docs/files/ANUARIO_ESTADISTICO_2015.pdf
11. http://rpp.pe/politica/judiciales/asi-ha-evolucionado-el-caso-odebrecht-en-el-peru-noticia-
1048091
12. http://elcomercio.pe/politica/actualidad/70-cree-que-peru-esta-camino-narcoestado-noticia-
1812048
13. http://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-38171437
14. http://elcomercio.pe/politica/actualidad/peru-tiene-mas-alta-tasa-delincuencia-latinoamerica-
noticia-1805807
15. https://tiempo26.com/odebrechtybarataperu/
16. http://acento.com.do/2017/actualidad/8426206-corrupcion-odebrecht-republica-dominicana-
soborno-us92-millones-acusados-0-detenidos-0/

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