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A su vez, la RAE define delito como: “Acción u omisión voluntaria o imprudente penada por la
ley”, así como Eduardo García Maynez señala que: “se da el nombre de delito a ciertas acciones
antisociales prohibidas por la ley, cuya comisión hace acreedor al delincuente a determinadas
sanciones conocidas con el nombre específico de penas”. Asimismo, García Maynez define a la
delincuencia como “la conducta del individuo resultante del fracaso del individuo de adaptarse a las
demandas de la sociedad en que vive”. Bajo estos conceptos, podemos inferir que, un delincuente
presenta ciertas características antisociales, y por lo general trastornos de personalidad que afectan
su actuar frente a la sociedad.
Teniendo en cuenta estas definiciones, llegamos a entender que un delincuente es aquel que; por
diversas influencias, es llevado a un trastorno de personalidad, motivando así su rechazo a la
sociedad bajo la cual vive, provocando una actitud de falta de adaptación a esta sociedad.
Entonces, se tiene que el delito es una omisión de la ley, y que, por lo tanto, un delincuente es quien
omite la ley, sea voluntaria o involuntaria la intención inicial. Por ello, la conducta de un
delincuente, los motivos de su delito y el afecto en su sociedad debe ser estudiada mediante una
ciencia, y es en base a este motivo que la criminología entra en función.
Entonces, Gunther Kaiser define criminología como: “El conjunto ordenado de saberes empíricos
sobre el delito, el delincuente, el comportamiento socialmente desviado y sobre los controles de esta
conducta.”1 Así, para el médico italiano Benigno Di Tullio es: “la ciencia mediante la cual se haga
posible combatir más eficazmente la causa de los más graves y más frecuentes actos antisociales y
criminales, y buscar los medios aptos para desarrollar en cada hombre una más profunda y más
activa bondad, que constituye la premisa esencial de todo verdadero mejoramiento de la persona
humana y, por ello, de la misma humanidad.”2
Bajo el mismo concepto de esta ciencia, se ha podido clasificar diversos tipos conductuales de
delincuentes, dependiendo de su personalidad desviada; bajo este mismo concepto se pueden
encontrar diversas conductas, entre algunas de ellas se encuentran las que carecen de contenido
social como el aislamiento.3
A su vez, autores como César Lombroso indican que el delito es el resultado de tendencias innatas,
de orden genético, observables en ciertos rasgos físicos o fisonómicos de los delincuentes habituales
(asimetrías craneales, determinadas formas de mandíbula, orejas, arcos superciliares, etc.). Sin
embargo, en sus obras se mencionan también como factores criminógenos el clima, la orografía, el
grado de civilización, la densidad de población, la alimentación, el alcoholismo, la instrucción, la
posición económica y hasta la religión.4
Por ello, mediante los conceptos previamente mencionados, se pueden analizar las conductas
delictivas de aquellos que cometen crimines, de manera voluntaria o involuntaria.
Bajo estos mismos problemas, el Perú se encuentra en un estado un tanto negativo, pues, según el
informe de Verisk Maplecroft, Perú presenta un índice de criminalidad Alto; además, según reportes
de Transparency International Perú presenta 35 puntos de índice de corrupción – En el informe que
es de escala 0 a 100, la escala 0 indica mayor corrupción y la escala 100 indica corrupción nula –
hecho que preocupa al estar entre los más corruptos del mundo. Así mismo, lo ocurrido
recientemente con Odebrecht muestra la gran corrupción que se encuentra en las regiones de
América Latina y la falta de interés en ser detenida.
En contraste a esta realidad no ajena al Perú, países como Uruguay y Chile muestran una baja
cantidad de corrupción en relación al resto de la región- ubicados en los puestos 21 y 24
respectivamente, así como con 71 y 66 puntos del mismo informe de Transpareny International.
5 https://maplecroft.com/
2.- La Delincuencia
a)Delito
El delito es definido por como es consecuente en referencia a la sociedad bajo la cual
es cometido. Esto es, que es consecuencia de factores sociales. El delito fue siempre una valoración
de la conducta humana condicionada por el criterio ético dominante en la sociedad.
Desde la antigüedad a determinadas conductas se les atribuye el término delito, con ello asistimos a
una evolución en el concepto de delito. Lo que sí es obvio es que la tipificación de una conducta
como delito, ha servido a la sociedad para controlar dichos delitos. Así se puede delimitar, describir
y reprimir formas de conducta criminal. Los destinatarios de estos tipos de conductas han sido las
capas más bajas de la sociedad. El concepto tradicional de delito ha sido un concepto para la
disciplina de esas clases. El concepto de delito en criminología es muy discutido, ya que lo que hoy
es delito, mañana puede no serlo. El Derecho Penal se ocupa del delito desde el punto de vista de
las normas.
Los elementos del delito son los componentes y características, no independientes, que constituyen
el concepto del delito.
b)Delincuente
Es la persona individual con capacidad penal que realiza la conducta típica.
Solamente una persona individual puede cometer delitos. Aun en los casos de asociación criminal,
las penas recaen solo en sus miembros integrantes. Solo en la persona individual se da la unidad de
voluntad y el principio de individualidad de la pena.
e)Victima
Es el titular del interés jurídico lesionado o puesto en peligro. En el Código Penal, se
le reconoce, respondiendo a las preguntas: ¿A quién pertenece el bien o interés protegido? ¿Quién
es el titular del bien? En general un bien o interés pertenece a la persona (colectiva o individual), a
la sociedad o al Estado. Los animales nunca son sujetos pasivos, son objetos materiales del delito,
pero son protegidos por leyes para evitar su extinción.
El interés por la victimología viene dado por tres factores. *1 Se perfeccionan y proliferan las
encuestas de victimización (encuestas que se realizan entre la población general). En el año 70 hay
una proliferación de estas encuestas, permiten obtener datos reales sobre la población victimizada.
Así disminuye la cifra negra de los delitos. *2 Feministas llaman la atención sobre la violencia que
se dirigía hacia la mujer. *3 Se debe a las aportaciones de la psicología social, que elaborará un
conjunto de teorías que serán utilizadas para explicar determinados comportamientos y resultados
victimológicos. Toda esta fase de consolidación terminará con el primer Simposio internacional
sobre victimología en 1973.
En 1976 se edita “Victimología”, ciencia especializada. En 1980 es cuando se crea la sociedad
internacional de victimología. La victimología se preocupará por las indemnizaciones a las
víctimas, elaborar y ejecutar programas de ayuda a las víctimas, realizará estudios para dar una
mayor comprensión del fenómeno criminal, centrándose en la predisposición victimaria de
determinadas personas, con el fin de elaborar programas de prevención. Con la clasificación de
Mendelsohn se han ido haciendo otras más elaboradas. Gerardo Landrove, ofrecerá una
clasificación distinguiendo siete tipos de víctimas:
1.Víctimas no participantes. La relación entre el criminal y la víctima es irrelevante (de
escasa entidad, poca importancia), todos los miembros de una comunidad son víctimas potenciales.
Distingue así dos grupos:
1.1. Víctimas accidentales, son aquellas colocadas por el azar en el camino de los
delincuentes.
1.2. Víctimas indiscriminadas, no existe ningún vínculo con el agresor.
2. Víctimas participantes, si desempeñan un cierto papel en la génesis del delito. Son
aquellas víctimas que omiten las precauciones más elementales, facilitando con ello la producción
de un hecho delictivo.
3. Víctimas familiares. La conducción de las víctimas, pertenecientes a un mismo grupo
familiar, las víctimas potenciales son: mujeres, niños y ancianos. Son víctimas sujetas a malos tratos
y a abusos sexuales.
4. Víctimas colectivas. El estado, la sociedad, empresas... pueden convertirse en víctimas, su
característica es que la víctima es anónima: delitos financieros, fraudes al consumidor, delitos
informáticos.
5. Víctimas especialmente vulnerables. Hay personas que tendrán una predisposición en
convertirse en víctimas, hay que tener en cuenta la edad, estado físico o psíquico, raza, sexo,
también hay otros factores sociales: posición económica, estilo de vida, ubicación de la vivienda,
contacto frecuente o no con grupos marginales, también hay factores profesionales: cuerpos de
seguridad, vigilantes, taxistas, banqueros, farmacias, prostitutas, están más sujetos a la
victimización.
6. Víctimas simbólicas. La victimización se produce con la finalidad de atacar a un
determinado sistema de valores (ideología, secta religiosa, familia...).
7. Víctimas falsas. Hay sujetos que debido a determinadas características psicopatológicas
denuncian un delito que nunca ha existido.
7.1. Víctima simuladora. Es consciente que no se ha producido ningún delito, lo
único que pretende es que se produzca un error judicial.
7.2. Víctimas imaginarias. Cree erróneamente haber sido objeto de una agresión
criminal.
3.- Delincuencia en Latinoamérica
La delincuencia en América Latina en los últimos años ha evolucionado desfavorablemente
desde el punto de vista de la calidad de vida de la población. Hace algunos años, en 1999, el Banco
Interamericano de Desarrollo (BID) publicó un estudio de carácter socio-económico en que, con
datos y antecedentes sólo relativos a delitos violentos, el daño o costo causado por estos -en
términos monetarios- alcanzaba cifras de nivel macroeconómico realmente sorprendentes:
“En América Latina la violencia es extensa y tiene inmensos costos. Los indicadores más
tradicionales ilustran su cuantía. En la región hay 140.000 homicidios cada año; cada
latinoamericano pierde el equivalente a casi tres días anuales de vida saludable por causa de la
violencia; 28 millones de familias son sujetas a hurto o robo en un año o, para decirlo en forma más
contundente, 54 familias son robadas cada minuto, aproximadamente una por segundo”7
Las gruesas cifras anteriores permitían entonces reconocer que el tema de la delincuencia había
adquirido a fines del siglo pasado una connotación que no podía dejar indiferente a quienes
deseaban aumentar el bienestar de la población. Si bien cada país de América Latina anotaba
diferentes valores en los indicadores, algunas conclusiones alcanzadas a partir del estudio del BID
permiten comprender de mejor modo lo que está sucediendo en esta materia. En líneas generales, se
hablaba de una epidemiología de la violencia, concepto derivado de la terminología médica que, en
su acepción clásica, describe las condiciones de tiempo, lugar y persona de ocurrencia de los
fenómenos, identifica los factores de riesgo y cuantifica su importancia.
La epidemiología contextual de la violencia, por otra parte, es un enfoque que además permite
discriminar la importancia relativa de los distintos factores de riesgo y la contribución de estos a
que ocurra la violencia. En esta visión de los acontecimientos violentos es fundamental detectar la
importancia de la influencia del alcohol y la salud mental, el contexto cultural, el capital humano y
social, así como el contexto macroeconómico.
Un gran numero de estudios sobre violencia y comisión de delitos en América Latina reconoce que
la tendencia en su evolución a partir de la década de 1980 y hasta mediados de la primera década
del siglo XXI ha ido en aumento. En su conjunto, América Latina y el Caribe mostraron una clara
tendencia creciente a partir de 1980 (12,5 homicidios-año/ 100 mil habitantes), 1991 (21,3
homicidios-año / 100 mil habitantes) y 2006 (25,1 homicidios-año /100 mil habitantes). En el
Cuadro Nº 2..11 se comprueban estos y otros datos, proporcionados por la Organización
Panamericana de la Salud (OPS) y publicados en un estudio de la Fundación Internacional FIIAPP,
7Violencia en América Latina. Epidemiología y costos – Rodrigo Guerrero, Juan Luis Londoño
elaborado con la asistencia de la Unión Europea.
La revisión de la tendencia anterior revela una situación de criminalidad explosiva. De acuerdo a
criterios establecidos por OPS, un índice de situación normal de criminalidad es aquel que se da en
el rango de entre 0 y 5 (exclusive) homicidios por cada 100 mil habitantes al año, siendo posible
tratar el problema con métodos convencionales. El rango entre 5 y 8 (exclusive) homicidios-año por
cada 100 mil habitantes se considera una situación delicada, mientras que un valor por sobre los 8
homicidios-año por cada 100 mil habitantes corresponde a una situación epidémica
a) Corrupción
La palabra corrupción ocupó un lugar preponderante durante el 2016 en América
Latina. Durante el año que acaba de terminar, salieron a la luz cientos de nombres de personas y
corporaciones vinculadas con los paraísos fiscales en los llamados Panama Papers y Bahamas
Leaks. Para cerrar el año, se destapó la estructura de corrupción de la constructora brasileña
Odebrecht en 10 países de América Latina. Las principales economías de la región se vieron
expuestas a una trama de pago de sobornos por más de 735 millones de dólares, con excepción de
Chile. El Índice de Percepción de la Corrupción 2016 de Transparencia Internacional confirmó el
daño que provoca la corrupción en la reputación de los países. Venezuela, por ejemplo, ocupó la
peor posición del ránking de Transparencia Internacional al tiempo que fue el segundo país donde
Odebrecht pagó más sobornos (98 millones de dólares).
El caso de Brasil puede parecer extraño, pues además de ser el epicentro del escándalo y de ser el
país donde los pagos ilícitos más cuantiosos (349 millones de dólares), el gigante sudamericano se
ubicó por encima de la media regional en el ránking. Esto no debe sorprender. De acuerdo con
Transparencia Internacional, la revelación de las historias de corrupción en la región es una muestra
de que los países están combatiendo este fenómeno. Brasil lleva un par de años envuelto en
revelaciones de escándalo, las cuales incluso provocaron la destitución de la presidenta de Brasil,
Dilma Rousseff, y una investigación contra un grupo de funcionarios brasileños, incluido el
expresidente Luiz Inácio Lula da Silva.
En el caso mexicano la situación corre en sentido contrario. México pasó del lugar 95 al 123 en el
índice de Transparencia Internacional; en América Latina, su lugar es el sexto entre los países con la
mayor percepción de la corrupción. Entre los miembros de la Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económicos (OCDE), es el país con la peor reputación en corrupción. De los 10 países
involucrados en la trama de Odebrecht, México aparece en el último lugar. Siguiendo la lógica de
Transparencia Internacional, de que a mayor combate a la corrupción se logra una mejor
percepción, en México los escándalos sólo quedan registrados y suelen quedar sin castigo.
En diciembre del 2016, Odebrecht se declaró culpable en una corte de Estados Unidos por haber
sobornado a funcionarios públicos de 10 países latinoamericanos y dos africanos. Marcelo
Odebrecht, quien presidía el directorio de la compañía familiar, la mayor constructora de América
Latina, cumple una condena de 19 años de prisión por corrupción y lavado de dinero. La condena
contra Marcelo es parte de la operación Lava Jato (lavado de coches), que en el 2014 reveló una red
multimillonaria de sobornos a funcionarios brasileños que ha salpicado a políticos, empresarios y
funcionarios. La operación Lava Jato no se ha cerrado y sigue produciendo arrestos y condenas en
todo Brasil.
Uno de los casos más relevantes es el de República Dominicana, que ocupa el lugar número 120 en
el Índice de Percepción de la Corrupción 2016, en donde Odebrecht llegó a influir en el presupuesto
nacional y en la aprobación financiera de diversos proyectos. Según información de Reuters,
funcionarios del gobierno dominicano e intermediarios recibieron más de 92 millones de dólares en
pagos irregulares entre el 2001 y el 2014, generando beneficios de más de 163 millones de dólares
para Odebrecht.
Además del escándalo provocado por los Panama Papers, Panamá, que figura en el lugar 87 del
listado de Transparencia Internacional también fue una de las naciones cuyos funcionarios
recibieron sobornos por parte de Odebrecht. “Entre el 2010 y el 2014, Odebrecht pagó sobornos
superiores a los 59 millones de dólares a funcionarios gubernamentales e intermediarios para
asegurar, entre otros, contratos de obras públicas”, afirma Reuters.
Para Transparencia Internacional, la revelación de los Panama Papers en abril del 2016 y la
retribución de 3,500 millones de dólares por parte de Odebrecht a los países en los que fue acusada
de corrupción son señales de que la lucha contra la corrupción en América Latina va por buen
camino.
Argentina ocupa el quinto lugar entre los países que recibieron sobornos por parte de la brasileña
Odebrecht y se ubica en el número 95 dentro del Índice de Percepción de la Corrupción 2016.
Según información de Reuters, Odebrecht entregó más de 35 millones de dólares en pagos a
intermediarios “con el convencimiento de que serían enviados en parte a funcionarios
gubernamentales”. Estos pagos estuvieron vinculados con la concesión de por lo menos tres
proyectos de infraestructura que le dejaron a la constructora beneficios por alrededor de 278
millones de dólares.
Ecuador, Perú y Guatemala completan la lista de los países latinoamericanos que recibieron
sobornos por parte de la constructora brasileña. En el caso de Perú, que está más 20 lugares arriba
de México en el conteo de Transparencia Internacional, Odebrecht efectuó pagos irregulares por 29
millones de dólares para garantizar la adjudicación de contratos de obras públicas entre el 2005 y el
2014. En Ecuador, que sólo está dos lugares arriba de México, los funcionarios recibieron más de
33.5 millones de dólares de parte de Odebrecht, lo que resultó en beneficios económicos para la
brasileña de más de 116 millones de dólares.
Según Transparencia Internacional, son los ciudadanos quienes deben ejercer presión sobre los
líderes para que las instituciones de los países latinoamericanos sean más transparentes y
responsables. “Las autoridades de todos los países deberían intensificar sus esfuerzos para impedir
que los poderosos líderes corporativos y funcionarios públicos se salgan con impunidad de actos de
corrupción”, explica la organización.
La relación entre la corrupción y la desigualdad fomenta la demagogia, refiere Transparencia
Internacional. Un ejemplo es Donald Trump, quien ha prometido acabar con la corrupción y los
privilegios que ostenta la clase política estadounidense. “Cada vez más, la gente está recurriendo a
líderes demagogos que prometen romper el ciclo de corrupción y privilegios”, afirma el informe.
b) Seguridad en Latinoamerica
América Latina y el Caribe bajaron levemente los índices de paz, marcados por
tensiones internas en sus países, según el Índice Global de Paz (IGP) publicado por el Instituto de
Economía y Paz.
De acuerdo al informe, en Sudamérica se ha erosionado ligeramente la paz desde 2014, mientras
que Centroamérica avanza en este índice. Sin embargo, ambas regiones se sitúan por debajo de la
media global de este ranking.
Chile ocupa el primer lugar en la región con el puesto 29 entre los países más pacíficos, el segundo
mejor del hemisferio occidental después de Canadá (que tiene el séptimo puesto global).
Colombia quedó en la posición número 146, la peor de la lista en regional por debajo de Venezuela
(puesto 142). México está en el lugar 144; Brasil, en el 103, y Perú en el 92.
El informe destaca que Chile obtuvo un mejor puntaje en el tema de exportación de armas, mientras
que Ecuador tuvo una mejora en “terror político” y en los conflictos internos. Perú, por su parte,
bajó la cifra de número de muertos por el conflicto interno.
Para el IGP, Venezuela es uno de los países más convulsionados de la región. Con uno de los
arsenales militares más modernos del continente, ese país continúa con su escalada militar (apoyado
principamente por Rusia, según el informe). A esto se suma el aumento de riesgo de
manifestaciones violentas, delincuencia e inestabilidad política.
“La crisis económica que tiene el país profundizó y aumentó el sentimiento antigobierno”, dice el
informe.
Sobre Colombia, el IGP dice que sigue sufriendo como consecuencia de su actuación con los
desplazados internos, producto del conflicto con las Farc, actualmente en negociaciones de Paz en
La Habana, hecho que ofrece “alguna esperanza en el mediano plazo”.
No obstante, para la consultora británica Verisk Maplecroft seis países latinoamericanos están en la
categoría de violencia 'extrema'. Guatemala y México ocupan la segunda y tercera posición,
respectivamente, en el ránking de países más peligrosos, detrás de Afganistán.
En la cuarta ubicación a nivel mundial está Irak, seguido de Siria. Aparece en la lista otro país
latinoamericano. Se trata de Honduras, en la sexta posición, Venezuela en la séptima y El Salvador
en la octava. Colombia ocupa la decimosegunda plaza. Otros cuatro países de la región son
descritos como de 'alto riesgo': Argentina, Brasil, Paraguay y Perú.
"Dado que cuenta con seis de los trece países calificados de 'extremos', Latinoamérica es la región
del mundo con un mayor riesgo", señala la consultora en su informe.
Centro América y el Caribe continúa siendo la región con la peor clasificación en el mundo en
términos de tasas de homicidio y crímenes violentos, así como en percepción de criminalidad, de
acuerdo al informe del Instituto de Economía y Paz.
Costa Rica es el país más pacífico de la región centroamericana debido a la disminución en las
cifras de homicidio y el mejoramiento de las relaciones con sus vecinos. Tiene la posición global
número 34.
Otros de los grandes ganadores de este informe es Jamaica que presentó altas puntuaciones en
varias categorías y terminó en el puesto 8 de la región (109 global), mientras que sobre Honduras, el
informe sostiene que a pesar de ser un país plagado por la violencia relacionada con pandillas, vio
mejoras en la intensidad del conflicto interno y en las fuerzas de seguridad.
México, el peor clasificado de esta región con el puesto 144. El estudio considera que es uno de los
países con índices más bajos en paz en la región. Destaca que este país permanece sumido en la
violencia doméstica y en la violencia producida por la lucha contra el narcotráfico.
Sin embargo, a nivel regional, el IPG destaca a Centroamérica (a diferencia de otros países) por
su ausencia de conflictos inter regionales, por sus relaciones, generalmente amistosas, con los
vecinos y mínimas capacidades de armamento nuclear.
En México y Centroamérica, Verisk Maplecroft destaca la presencia de organizaciones dedicadas al
tráfico de drogas como la principal causa de los altos niveles de criminalidad, que tienen un coste
económico para la región de 200,000 millones de dólares al año (188,000 millones euros).
"La presencia generalizada de traficantes ha provocado uno de los más alto niveles de crímenes
violentos del mundo, dado que los grupos luchan por el territorio y por controlar las rutas de
transporte de droga hacia los consumidores de las economías desarrolladas. Esos grupos, además,
están involucrados en secuestros, extorsiones y robos", menciona la firma británica, que alerta de
que ese escenario incrementa el gasto de las empresas en seguridad y las tasas que deben pagar a las
aseguradoras.
El reciente incremento en la producción de metanfetaminas en Centroamérica indica que los grupos
están extendiendo sus redes de producción más allá de sus localizaciones tradicionales, como
México y los Estados Unidos, según el documento.
Los casos de homicidios en México ascendió en 2015 a 17 por cada 100,000 habitantes, una
'proporción abrumadora', según la consultora, que calcula el coste económico de la violencia en el
país en cerca de 134,000 millones de dólares al año.
"Las mejoras tempranas que logró el presidente (Enrique) Peña Nieto se han diluido y las tasas de
homicidios comenzaron a subir de nuevo", analiza Grant Sunderland, analista de la firma de riesgos
en México.
Algunos países de Suramérica, como Venezuela y, en menor medida, Colombia, afrontan muchos de
los mismos retos que Centroamérica. Brasil, la mayor economía de la región, "ha registrado un
progreso significativo a la hora de rebajar el crimen en algunas de sus principales ciudades en la
última década", destaca el informe.
Aún así, se mantiene como "el segundo mayor consumidor de cocaína en América" y continúa
siendo una ruta de tráfico para los narcóticos producidos en Perú, Bolivia y Paraguay.
Se investigó a 198 países y los ubicó en cuatro categorías: riesgo extremo, alto riesgo, mediano y
bajo riesgo. "Estos altos índices obligan a los distintos gobiernos a comprometer cuantiosos fondos
públicos al combate de la delincuencia, en vez de direccionar esas sumas a inversiones en
educación, salud, entre otros", dijo a BBC Mundo Jimena Blanco, jefe del equipo investigador en
América Latina.
c) Delincuencia en el Perú
La delincuencia es una de las preocupaciones más urgentes que enfrenta Perú, según
encuestas realizadas por Ipsos Perú:
“El 64 % de peruanos considera que el principal problema del país es la delincuencia y la
falta de seguridad, revela la más reciente encuesta nacional urbana de Ipsos Perú, publicada por un
diario local.
Cuando se le preguntó a los entrevistados cuál es el problema que personalmente más les afecta,
nuevamente la delincuencia apareció en primer lugar (39 %), seguido del desempleo (10 %), costo
de vida (7 %) y el tráfico (4 %). ”
Según cifras del Observatorio de Criminalidad del Ministerio Público cada 5 minutos se comete un
delito y el 82 % de los peruanos se siente inseguro en las calles según el estudio del Instituto
Integración. Cerca de 10 millones de peruanos, la tercera parte de la población ha sido víctima de
los delincuentes. De acuerdo a un estudio del Instituto Integración, el 80 % de peruanos asegura
que el nivel de los delitos en el país aumentó en el último año, un 42 % de los hogares fue víctima
de un asalto y un 59% percibe aún inseguridad en las calles.
Según el INEI, el 29,7% de la población de 15 años o más dice haber sido víctima de un hecho
delictivo, pero solo un 15% denunció este hecho.
Perú ha experimentado cada vez más altos índices de criminalidad, especialmente en los grandes
centros urbanos El delito más común en el Perú es el robo agravado.
En el 2014, según la encuesta realizada por el Barómetro de las Américas, Perú lideró la mayor tasa
de victimización por la delincuencia con 30% superando a Ecuador, Argentina y Venezuela.
En relación, se detalla que el principal tipo de delincuencia es el hurto o robo al paso (32%), robo
con amenaza (19%), robo con arma (18%), robos de la casa (12%) y extorsión (8%).
Trujillo y Arequipa son actualmente dos de las ciudades de mayor auge económico en el país. No
obstante, en ambas abundan los robos, las extorsiones, los crímenes y las violaciones, entre otros
delitos, y aunque suene crudo, ahora ya no es novedad que en Trujillo cada día aparezca una
persona muerta con una bala en la cabeza por un ajuste de cuentas o por un intento de robo.
Las cifras del Ministerio Público de La Libertad son todo un reto para el nuevo jefe policial de esa
región, coronel Óscar Gonzáles Rabanal, debido a que en 2013 se contabilizaron 29 mil 771
delitos,lo que representa un incremento del 30% en comparación con 2012. De ese total, el 60% se
cometió en Trujillo.
No obstante, las estadísticas son aún más escalofriantes, pues la Policía asegura que el año pasado
más de 200 personas fueron asesinadas en la región e, incluso, en diciembre de 2013, se registró
casi un crimen por día.
“Para apresar a los jefes de las bandas de sicarios y extorsionadores se tiene que realizar un trabajo
de Inteligencia similar al que se hizo para captura al líder senderista Abimael Guzmán. Así
podríamos tener resultados en cuatro meses. Hay que acorralarlos como ratas”, dijo Gonzáles
Rabanal.
Agregó que la instalación de bloqueadores de celulares, a partir de la primera semana de marzo, en
el penal El Milagro de Trujilo, contribuirá mucho a cortar el lazo entre los jefes de las bandas de
sicarios y sus asesinos a sueldo, que han convertido a muchos distritos de La Libertad y de
Lambayeque en réplicas de la mexicana Ciudad Juárez, urbe donde impera la ley del crimen.
Sobre el auge del sicariato en el norte –donde Trujillo aparece también liderando el ranking de las
ciudades con las tasas más altas de ese delito– Gonzáles sostuvo que este tiene su origen en la
extrema pobreza de sus barrios, en el abandono educacional a nivel estatal y en la violencia en los
hogares. “Por ello, los jóvenes son captados fácilmente por las bandas criminales” dijo.
El informe N°8-2013 del INEI referido a seguridad ciudadana confirma el peligro al que se
enfrentan los residentes y turistas de Trujillo y también de Arequipa. Según dicha estadística, en el
semestre abril-setiembre, se evidencia que, de cada 100 personas de 15 años a más, 27 han sido
víctimas de robo en esas urbes. Esto contrasta con Chachapoyas (Amazonas), Huancavelica y
Moyobamba (San Martín), donde, en ese mismo período, solo 15 personas de cada 100 personas
fueron atracadas.
Un estudio del Observatorio de Criminalidad del Ministerio Público (OCMP) también demuestra
que, en La Libertad –medidos sobre una tasa de 100 mil habitantes–, los robos crecieron de 99 a
197 casos.
Lima, incluyendo los 42 distritos y el Callao, no se queda atrás, pues, según el INEI, registra entre
abril y setiembre de 2013, 26 personas atracadas por cada 100 habitantes.
En cuanto a las extorsiones, este delito aumentó en 50% en Trujillo en los últimos dos años. Así lo
evidencia un estudio del Ministerio Público, donde se aprecia que, en 2007, La Libertad era el único
departamento donde se intimidaba por dinero. Sin embargo, en 2012 este flagelo, a través de las
bandas organizadas, expandió sus tentáculos hacia Tumbes, Piura, Chimbote (Áncash), Huaura y
Cañete (Lima), y Tacna.
Pero eso no es todo. Los datos sobre seguridad ciudadana del INEI, del semestre abril-setiembre del
año pasado, confirman que la incidencia de extorsiones viene sembrando miedo también en Lima,
donde se contabilizan cuatro víctimas por cada 100 personas.
Trujillo y Arequipa registraron las mismas cifras entre enero y junio del mismo año, aunque hoy eso
puede haber sido superado fácilmente.
Pese a ello, según el Plan de Seguridad Nacional, en 2012, el ranking de asesinatos fue encabezado
por Tacna, seguida de Tumbes, Ucayali y Arequipa. En el otro lado de la moneda están
Huancavelica, Loreto y Moquegua, que registraron el menor índice.
Sin embargo, hay que precisar que, a finales de 2013, según la Policía, los homicidios se
convirtieron en un cáncer para la costa norte (La Libertad y Lambayeque) y el nororiente
(Amazonas y San Martín). Pero estas cifras aún se están procesando en la Policía.
El premier, César Villanueva, sostuvo el viernes que se ganará la batalla contra la delincuencia con
un trabajo articulado entre la Policía, los gobiernos locales y regionales y la sociedad civil.
Para el congresista Renzo Reggiardo hace falta mucho más, pues primero se debe acabar con el
marco legal inoperante que impera en el país en materia de seguridad. “El Ejecutivo debería pedir
facultades al Congreso para modificar las leyes. Además, se debería declarar una ‘situación de
emergencia’, para comprar armas modernas e implementos que permitan a la Policía tener mejor
logística que los delincuentes,”, manifestó.
Reggiardo sugirió también que el Ejército acompañe a los policías en sus operativos, pero solo de
manera disuasiva, para que puedan retomar el orden en regiones como La Libertad, Arequipa e,
incluso en Lima, según el Observatorio de la Criminalidad del Ministerio Público los distritos con
mayor incidencia delictiva son: Lima Cercado, San Juan de Lurigancho, Ate, La Victoria, Santa
Anita, San Juan de Miraflores, San Martín de Porres, Comas, Villa María del Triunfo y Villa El
Salvador.
En el año 2015 se registraron un total de 39 218 operativos en todas las Fiscalías Provinciales de
Prevención del Delito; entre los Distritos Fiscales que registraron una mayor cantidad de Operativos
se tiene, al Distrito Fiscal de Lima con 5 681 (14,49%) operativos, y el Distrito Fiscal de Arequipa
con 4 554 (11,61%) operativos y entre los Distritos Fiscales que registraron menos operativos
tenemos el Distrito Fiscal de Lima Sur con 20 (0.05%) operativos y el Distrito Fiscal del Callao con
165 (0,42%) operativos.
Durante el 2015, se registró 517 404 delitos a nivel nacional, del cual se tiene 188 869 delitos contra
el patrimonio, representando el 36,50%, 71 053 Delitos contra la Seguridad Pública, representando
el 13,73%, 64 490 Delitos contra la Vida, el Cuerpo y la Salud, representando el 12,46%, 40 969
Delitos contra la Libertad, representando el 7,92%, 51 000 Delitos contra la Administración
Pública, representando el 9,86%, 23 737 Delitos contra la Fe Pública, representando el 4,59%, 45
895 Delitos contra la Familia, representando el 8,87%, 4 547 Delitos contra la Tranquilidad Pública,
representando el 0,88% y 26 844 otros Delitos, representando el 5,19%
Según la encuesta realizada por el Barómetro de las Américas se detalla que el principal tipo de
delincuencia es el hurto o robo al paso (32%), robo con amenaza (19%), robo con arma (18%),
robos de la casa (12%) y extorsión (8%).
En el 2015, el Observatorio de la Criminalidad del Ministerio Público informó que más de 250
robos y hurtos se producen cada día. En el 2011, el Programa de las Naciones Unidas para el
Desarrollo informó que la tasa de robos es de 217 por cada mil habitantes.
En el 2015, el 70% de los encuestados cree que el Perú va a convertirse en un narcoestado. En el
2012, el Perú se convirtió en el país con mayor área de cultivos de hoja de coca según informe de la
ONU para el Crimen y las Drogas.
Conclusión
• La delincuencia tiene sus bases en diversos trastornos de personalidad, no obstante, poseer
uno no es sinónimo de criminal. En la actualidad se ha hecho mayor énfasis en el estudio del
carácter psicológico del criminal, en contraposición a lo que antiguamente se estudiaba
-Factores biológicos- resultando así una mejor concepción del entendimiento del delincuente
y sus motivos. Esto, a su vez, deriva en una mejora del Código Penal, para poder juzgar a los
criminales según las necesidades de la sociedad actual.
• La criminología apoya en gran medida al mejoramiento del entendimiento del delincuente,
además, esta ciencia se basa más en el análisis de los relativos al delito, sean activos o
pasivos. Pese a ello, sus intenciones iniciales recaen en el análisis del delincuente mas no de
la víctima.
• El carácter del delincuente ha sido estudiado de diversos enfoques a lo largo de los años; en
primeros años se lo estudio en base a sus características biológicas – tal como lo expuso
Cesar Lombroso- justificándose en afectos como la producción de hormonas, género, raza y
otros aspectos – posteriormente, se estudio el carácter en un sentido más psicológico
evaluando las condiciones sociales que lo impulsan a tener determinadas conductas
(Pobreza, ira, drogas,etc) que acaban en un delito. Actualmente, la criminológia estudia el
carácter del delincuente como una combinación de factores biológicos – apoyandose en la
neurociencia y psiquiatría – junto con factores psicológicos como los ya mencionados
trastornos de personalidad.
• La victimología es una rama derivada de la criminología que surge para satisfacer la
necesidad de una análisis propio de como una victima es afectada tras un delito. Esta rama
tiene su fundamentación en la falta de ayuda psicológica de reintegración de las victimas a
la sociedad tras tener la condición de victima.
• La victimología no solo estudia a la victima de manera individual y de como es afectada en
relación al tipo de delito cometido en su contra, sino también evalúa a la sociedad como
victima según el delito.
• En la clasificación de las victimas, se da un hincapié en el delito del que fueron victimizados
y de como lo afecta psicológicamente y de como afecta a sus funciones en la sociedad. A
diferencia de la criminológia destinada al delincuente, que estudia tanto biología como
psicología de los activos de un crimen, la victimológia estudia el factor psicológico en
mayor proporción para la restauración de la victima en una función social, y estudia el factor
biológico como medidor del agravio sufrido para así penalizar al criminal.
• La sociedad tiene una influencia directa en la concepción de delito dependiendo de las
costumbres y necesidades mayoritaria de esta; por ello, la definición del Código Penal esta
sujeta a constantes cambios acorde a lo pedido por la socieda.
• Las partes básicas de la sociedad para evitar la proliferación de delincuentes o detonar un
factor de ellos – véase drogas o ira – son la familia, que se encarga de adecuar a los
miembros en la sociedad, procurando evitar un resentimiento de parte de ellos frente a la
sociedad en la que viven, evitando así la creación de un delincuente en potencia. Así
también, la familia se encarga de satisfacer o educar a los miembros en la mayor cantidad de
requisitos posible para evitar delitos provocados por la falta material.
• La escuela y el plano laboral recaen en un entorno secundario, debido a que no forman parte
del desarrollo moral ético de los integrantes sociales, además, de que en la mayoría de casos,
la conducta esta ya formada para cuando la escuela y el plano labora entran en el entorno de
un sujeto.
• La delincuencia en Latinoamérica es una de las mayores en el mundo debido a la
corrupción encontrada en esta – en recientes casos como los Panama Papers y Lava Jato –
así como de la falta de transparencia respecto a estos casos.
• La delincuencia en Latinoamérica es vista con mayor escala en países como: México, Perú,
Venezuela, El Salvador y Guatemala; países con altos índices de peligro para la consultora
británica Verisk Maplecroft. En relación a esto, América Economía muestra tener una
concordancia de datos con la empresa británica.
• En Centroamérica se observa la mayor cantidad de delincuencia existente, principalmente
por la condición de México como narco-estado. Así también, debido a la constante tasa de
muertes en países como el ya mencionado México, Guatemala y el Salvador. Pese a ello, los
casos de corrupción de Panama Papers y los Bahama Files muestran un interés en la región
de buscar la transparencia y mejoramiento en la región.
• En Perú, la percepción de la delincuencia entre la población nacional es alta, así como la
percepción internacional de la delincuencia local. Entre los principales problemas del Perú
se encuentran el robo – que llega a ser el primer problema denunciado en el año 2015 según
dato del Observatorio de Criminalidad del Ministerio Público – , la corrupción, el
narcotráfico – encuestas revelan que la percepción de la población peruana es de que el país
se convertirá en un Narco-estado – y el sicariato.
• Trujillo y Arequipa se encuentran entre los principales lugares de crimen actual, pese a su
condición de potencia económica de provincias. Estos lugares han mostrado un aumento en
su tasa de asesinatos por año y en su tasa de robos por año.
Anexos