Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
La Luz PDF
La Luz PDF
Antonio Cuevas
kandil@amnet.co.cr / antoniocuevas@gmail.com
Tema 1
LA LUZ
1.1 Introducción
1.2 El espectro electromagnético
1.3 El espectro visible
1.4 El infrarrojo
1.5 Comportamiento de la luz
1.6 Objetos que no permiten el paso de la luz
1.6.1 Reflexión y difusión
1.6.2 Reflexión selectiva
1.7 Objetos que permiten el paso de la luz
1.7.1 Absorción y transmisión
1.7.2 Refracción
1.7.3 Dispersión
1.7.4 Difracción
1.7.5 Polarización
El concepto de luz está presente, como un símbolo clave, en todas las civilizaciones y culturas. Desde
los primeros y remotos indicios hasta los espectáculos contemporáneos, el dominio de la luz y la
sombra ha catalizado saber, magia y talento. El dominio de la luz, natural y artificial, ha sido una
cuestión central de las artes.
El cine de Bergman, complejo, atormentado y oscuro, recoge la influencia formal del expresionismo y de la
tradición sueca, en especial la de Victor Sjöström, y destaca por su gran sentido plástico, casi pictórico, y el
aprovechamiento de las posibilidades del blanco y negro. Además, gira en torno de una serie de constantes
temáticas, en especial la muerte y el amor, marcadas por las preocupaciones existencialistas y religiosas del
autor, abordadas con un tono metafísico y una densidad de diálogos motivada por sus inicios en el teatro.
La naturaleza de la luz ha sido estudiada desde hace muchos años por científicos tan notables como
Herschel, Newton, Max Plank, Fresnel, Maxwell, Huygens, Einstein, etc, dando lugar a distintas y
enfrentadas teorías sobre su naturaleza <3>. La actualmente aceptada afirma que la luz es un
fenómeno único en la naturaleza debido a su carácter dual: la luz se compone de partículas (fotones)
y ondas, es decir, la luz es masa (fotones) y es también energía, energía emitida en forma de ondas.
La luz ofrece información de alta resolución y a través de grandes distancias (no podemos oír ni oler
la Luna o el planeta Venus, pero sí podemos verlos). La luz visible transporta tanta información que la
mayoría de los seres vivos, desde una hormiga hasta una ballena, poseen medios para captarla.
Aproximadamente una quinta parte de nuestro cerebro no hace otra cosa que ocuparse del mundo
visual que nos rodea. La posición de los ojos, protegidos parcialmente en la caja del cráneo, cerca del
cerebro, da prueba de la importancia de la información visual.
La radiación electromagnética es el transporte de energía a través del espacio como una combinación
de campo eléctrico y magnético, de ahí el calificativo “electromagnética”. A diferencia de las ondas
sonoras, que por su naturaleza mecánica necesitan del aire como sustancia portadora que transmita
su vibración, las ondas electromagnéticas se pueden transmitir en el vacío, no necesitan ningún
soporte y, en función de su frecuencia, algunas pueden también atravesar sustancias y materiales, es
el caso de los rayos X y rayos gamma.
La luz, es una forma de energía, que se transmite por el espacio en ondas sinusoidales, similares a las
producidas cuando lanzamos una piedra a un estanque. Nace en la fuente que la produce (el Sol, una
lámpara, etc.) y se propaga en línea recta hasta encontrar un objeto que la intercepte. Pertenece a la
familia de las radiaciones electromagnéticas, todas ellas poseen las mismas características (energía
emitida en forma de ondas) pero sus diferencias en cuanto a longitud de onda pueden ser enormes.
Todas las ondas electromagnéticas viajan a la misma velocidad en el vacío que es, aproximadamente,
300.000 kilómetros por segundo, la llamada, por extensión, velocidad de la luz. Si pudiésemos viajar a
ésta velocidad, daríamos algo más de siete vueltas a la Tierra en un segundo. Esta velocidad es hoy la
base de la definición de metro <4>.
- La frecuencia se define como el número de ondas completas o ciclos por segundo, también
denominados hercios (Hz) <6>. Son múltiplos del Hz, el kilohercio (Khz), el megahercio (Mhz)
y el gigahercio (Ghz), 27 Mhz es igual a 27.000 Khz es decir, 27 millones de Hz. La luz vibra
una frecuencia de un millón de gigahercios (Ghz) por segundo, es decir, mil billones de ciclos
(o hercios) por segundo.
- La longitud de onda (representada por la letra griega lambda: λ) se define como la distancia
lineal ocupada por una onda completa o ciclo medida horizontalmente es decir, la distancia
entre dos crestas o dos valles. Todos los tipos de radiación del espectro de onda
Al ser una distancia, la longitud de onda se mide en metros. Para las más cortas se utilizan
submúltiplos como el nanómetro (millonésima de milímetro) mientras que las más largas se
miden en centímetros, metros e incluso kilómetros. Las unidades de medición cambian a lo
largo del espectro, a fin de mantener los números dentro de proporciones manejables. Si, por
ejemplo, escogiéramos centímetros solamente, nuestras ondas de radio se calibrarían en
millones, y los rayos gamma en centenares de millonésimas. Por consiguiente, es más práctico
utilizar en cada caso la unidad de longitud adecuada.
- La amplitud (I) o “cantidad” de energía que contiene una señal electromagnética es la altura
de las crestas de las ondas y en el caso de la luz, determina su brillo o intensidad. Tomando el
símil de un estanque con agua en estado de reposo sobre el que tiramos una piedra, las ondas
decrecerán paulatinamente en altura hasta llegar a su extinción (debido al alto rozamiento) sin
que ello signifique una variación de su frecuencia ni de su longitud de onda. La amplitud se
refiere exclusivamente a la “potencia” de la onda.
Nace en la fuente que la produce (el sol, una lámpara, una llama) y
se propaga en línea recta hasta encontrar un objeto que la
intercepte.
Y por fín, James Clerck Maxwell (1831-1879), físico y matemático inglés, profesor de la Universidad de
Cambridge y miembro de la Royal Society, del que se puede decir que no hay rama de la fisicomatemática en la
que este gran adelantado no trabajara con buenos resultados. Es precisamente a éste último, James Clerck
Maxwell, a quien se debe la consideración de la luz como una perturbación electromagnética. También a él se
debe la primera fotografía en color, como veremos en el siguiente capítulo.
Las diferentes teorías sobre la naturaleza de la luz son, muy esquemáticamente, las siguientes:
Teoría corpuscular de Isaac Newton. Newton (1642-1727) plantea uno de los primeros modelos científicos
que explican la naturaleza de la luz. En su teoría corpuscular afirma que todo cuerpo luminoso emite a gran
velocidad, pequeñas partículas o corpúsculos luminosos esféricos, causantes del fenómeno de la visión al
impresionar la retina del ojo.
Teoría ondulatoria de Christian Huygens. El físico holandes Christian Huygens elaboró una teoría
ondulatoria para explicar la naturaleza de la luz. Este pensó que la luz también debería ser una onda
longitudinal. En todo caso para que se propague, debería existir un medio material que sirva de soporte a la
onda luminosa. El principal problema de esta teoría radica en que no pudo explicar cómo se propagan las ondas
luminosas en el vacío pues, según él, todas las ondas necesitan de un medio material para hacerlo.
Teoría cuántica de Max Planck. El físico alemán Max Planck publicó en el año 1901 su teoría cuántica. En
ella da a conocer que la energía electromagnética se absorbe o se emite en forma discontinua en paquetes o
cuantos. En el caso de la energía luminosa, estos cuantos reciben el nombre de fotones.
Teoría electromagnética de Maxwell. El físico escocés James Maxwell desarrolló su teoría electromagnética
demostrando matemáticamente la existencia de campos magnéticos y eléctricos mutuamente perpendiculares y
que a manera de ondas, podían propagarse tanto en el espacio vacío como por el interior de algunas sustancias
materiales. Maxwell comparó las ondas luminosas con sus teóricas ondas electromagnéticas y suponía que
ambas deberían representar las mismas características y propiedades, es decir, presentar campos magnéticos y
eléctricos y viajar en el espacio.
<4> El Sistema Métrico Decimal es uno de los legados más importantes de la Revolución Francesa. La situación
previa era de absoluta confusión ya que las unidades de medida se definían muy arbitrariamente y variaban de
un país a otro dificultando las transacciones comerciales y el intercambio científico entre las naciones.
En 1791 la Academia Francesa de Ciencias definió el metro como la diezmillonésima parte de un cuadrante del
meridiano terrestre, superando con ello las medidas tradicionales de base anatómica al tomar la Tierra como
referencia. Los científicos midieron el arco que va desde Dunquerque (Francia) hasta Barcelona y en 1799 la
Academia adoptó ese metro patrón y lo grabó sobre una barra de platino con un 10% de iridio. El Tratado del
Metro se firmó en 1875 y en 1889 se instauró la barra de platino e iridio como Prototipo Internacional del Metro.
A pesar de las evidentes ventajas de utilizar un patrón común de medida, la barra de platino e iridio no gozó de
una aceptación inmediata, en parte por la resistencia a cambiar los métodos tradicionales de medida, y en parte
por su origen revolucionario, que suscitaba no pocas reservas. Sin embargo, los franceses habían calculado mal
el achatamiento de la Tierra en los polos, por ello el metro de los Archivos es 0,2mm más corto que la
En 1960 la Conferencia General de Pesos y Medidas redefinió el metro en función de la longitud de onda de la
luz emitida por el isótopo 86 del criptón, aunque esta nueva definición duró poco tiempo. En 1983 la
Conferencia volvió a redefinir el metro en términos de la velocidad de la luz. Así, el metro es hoy, oficialmente,
la fracción 1/299292458 de la distancia que recorre la luz en un segundo en el vacío.
<5> En la actualidad, el término espectro se aplica frecuentemente en un sentido más amplio a cualquier
distribución ordenada producida por el análisis de un fenómeno complejo. Un sonido complejo, como por
ejemplo un ruido, puede analizarse como un espectro acústico formado por tonos puros de diferentes
frecuencias.
<6> Aunque el símbolo sea Hz, derivado del apellido del físico Hertz, la palabra en español debe escribirse
hercio y en consecuencia, sus derivados como kilohercio o gigahercio. La palabra, hercio, es definida así en el
Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua: (De H. R. Hertz, 1857-1894, físico alemán). Unidad de
frecuencia del Sistema Internacional, que equivale a la frecuencia de un fenómeno cuyo período es un segundo.
(Símb. Hz). El físico alemán H.R. Hertz fue el primero en confirmar la existencia de las ondas de radio
demostrando su transmisión y recepción.
La luz visible es solamente una pequeña parte del espectro electromagnético, la longitud de onda
comprendida entre aproximadamente 400 y 700 nanómetros (nm = milmillonésima de milímetro) <8>
y vibra a una frecuencia aproximada de
un millón de gigahercios (Ghz), es decir,
mil billones de ciclos por segundo. Solo
esta estrecha gama que va desde los 400
a los 700 nm, excita la retina del ojo
produciendo sensaciones de color y
brillo.
Nuestros ojos están diseñados para captar el tipo de luz que emana en abundancia de una estrella en
particular, el Sol. De hecho, nuestras capacidades visuales son resultado directo de un largo desarrollo
en un entorno relativamente estable bajo la atmósfera y el Sol. Hemos aprendido a lo largo de
generaciones a sacar provecho del segmento de la radiación solar que cubre nuestro mundo. La
mayor intensidad de la radiación del Sol que penetra en nuestra atmósfera está localizada en la parte
visible del espectro electromagnético. La máxima intensidad de luz solar a la que estamos expuestos
está en la región amarilla del espectro visible (560 a 590nm.), lo que corresponde a la sensibilidad
espectral de los conos fotorreceptores de la retina responsables de la visión diurna. Esto
probablemente representa una adaptación evolucionada a la radiación solar.
La luz visible se desplaza en longitudes de onda relativamente cortas que la hacen biológicamente
conveniente. Para “ver” las ondas de radio, largas y anchas, necesitaríamos ojos enormes, como
antenas parabólicas. Tampoco tiene sentido biológico que nuestros ojos captaran la luz cercana al
infrarrojo, nos distraeríamos constantemente porque todo objeto que emite calor brilla en esas
longitudes de onda, si nuestros ojos fueran capaces de captar el infrarrojo casi todo lo que nos rodea
estaría brillando siempre, el ojo mismo es infrarrojo, está caliente. Sería absurdo captar todo eso.
<8> ¿Cuánto mide un nanómetro? 1 nanómetro = 0,000000001 metros, o sea, 10 elevado a - 9 metros.
Es decir, un nanómetro es la mil millonésima parte de un metro, o millonésima parte de un milímetro.
En otras palabras: 1 milímetro = 1.000.000 nanómetros (en un milímetro hay un millón de nanómetros).
En un nanómetro caben entre tres y cinco átomos. Aunque en el universo hay cosas más pequeñas que los
átomos, se trata ya de cosas que no podemos manipular. En nuestra vida cotidiana, los átomos son los ladrillos
de construcción más pequeños que resulta posible utilizar.
Cuando un objeto no está lo suficientemente caliente para irradiar ondas en el espectro visible, emite
la mayoría de su energía como ondas infrarrojas. Es posible que un metal caliente no llegue a emitir
luz visible, pero emite radiación infrarroja que sentimos como calor. Cuanto más caliente se encuentre
un objeto, tanta más radiación infrarroja emitirá.
Sentimos los efectos de la radiación infrarroja cada día, el calor de la luz del sol, del fuego o de un
radiador de calefacción provienen del infrarrojo y aunque no podemos ver la radiación, las
terminaciones nerviosas en nuestra piel pueden sentirla como calor (diferencia entre la temperatura
interior del cuerpo y la exterior a la piel).
A su temperatura vital normal, los seres vivos irradian intensamente infrarrojos. La imagen de la
página anterior muestra el termograma <10> o fotografía térmica de un gato. Las áreas de colores
naranja y blanco son las zonas más calientes, en tanto que las áreas magenta y azul son las más frías.
La fotografía
infrarroja brinda
información que
no podríamos
obtener a través
de una imagen
de luz visible. En
completa
oscuridad, los
visores infrarrojos
que utilizan
policías, militares,
bomberos y
equipos de
rescate pueden
ver objetos
gracias a que los
mismos irradian
calor. La imagen
térmica fue
originalmente
desarrollada por
compañías de
tecnología militar
A la izquierda una fotografía aérea realizada sobre
para dar al ejército de tierra la necesaria “visión
película estándar. A la derecha, la misma imagen
nocturna” y ayudar a la aviación a identificar
captada sobre película infrarroja. Se aprecia una
disminución radical del velo atmosférico y un objetivos o camuflajes no visibles al ojo. Una parte
aumento general del contraste y detalle. significativa de la tecnología actual procede de
desarrollos militares en los que se busca
obsesivamente la mayor ventaja posible para los atacantes: ver sin ser vistos.
<10> La termografía solo tiene aplicaciones científicas y se realiza con captores sensibles solo al infrarrojo
lejano, es decir a la zona próxima a la región de las microondas. La radiación infrarroja térmica no expone los
materiales fotográficos; puede ser registrada mediante el procedimiento denominado termografía, utilizando
materiales no fotográficos especiales o un complejo equipo auxiliar que convierte la radiación infrarroja en
formas visibles, las cuales pueden ser fotografiadas con películas comunes.
Existen sin embargo películas infrarrojas para aficionado, sensibles al infrarrojo cercano y cuyo aspecto es más
parecido al de una fotografía estándar al ser estos materiales también sensibles a una pequeña porción del
espectro visible. La fotografía que utiliza los rayos infrarrojos como principal fuente de energía para la
exposición puede realizarse con cámaras convencionales, mediante películas especialmente sensibilizadas para
la zona de las longitudes de onda entre 700 y 1.200 nanómetros, aproximadamente.
Además, el objetivo de la cámara se equipa usualmente con un filtro que excluye los rayos ultravioletas
cercanos y la totalidad o parte del espectro visible. Los filtros se eligen atendiendo a varias consideraciones. Los
siguientes filtros Kodak Wratten absorben el violeta y el azul en la fotografía infrarroja en blanco y negro: nº 15
(anaranjado), nº 25 (rojo), nº 29 y 70 (rojo oscuro), nº 87, nº 88A y nº 87C, infrarrojo (visualmente opaco).
Los materiales sensibles al infrarrojo y con propiedades fotográficas prácticas poseen un límite superior útil de
sensibilidad espectral de unos 900nm.
La fotografía A fue obtenida sobre película infrarroja para aficionado pero sin eliminar por completo la luz visible.
En la fotografía B (un parque) se eliminó por completo la luz visible mediante el uso de un filtro Kodak Wratten
nº 87.
Foto B
Foto A
La luz, como todo elemento físico, tiene un comportamiento estable, de acuerdo con los siguientes
parámetros:
4- La luz está compuesta por partículas de energía – llamadas fotones – que originan
cambios químicos (efectos fotoquímicos) y reacciones eléctricas (efectos
fotoeléctricos). Obviamente, cuanto más intensa es la luz, más fotones contiene.
Estas partículas de energía son las que hacen posible la grabación de imágenes en
soportes fotosensibles.
Cuando un objeto no es transparente sino opaco a la luz, como lo son la mayoría de los objetos que
nos rodean, absorbe una parte de la luz que recibe (convertida en débil energía calorífica) y refleja
otra parte. Cuanto más oscuro es el material, menor es la luz reflejada, mayor la absorbida y por
tanto mayor el calor acumulado (cualquier objeto negro expuesto al Sol se calienta más que uno
blanco).
Reflexión de la luz
Todas las civilizaciones desarrollaron algún tipo de espejo para observar la reflexión de su propia
imagen. Pudo ser un recipiente con agua o una piedra bien pulida. Con el desarrollo de la metalurgia
se pudieron fabricar espejos de metal pulido que producían una imagen mucho más brillante. En
Egipto los espejos eran artículos comunes en cierto sector de la población <11>.
El griego Epicuro
conocía la ley de la
reflexión de la luz,
como lo expresa
Lucrecio en su libro
De la naturaleza de las cosas donde se dice claramente que el ángulo de Reflexión difusa
incidencia es igual al ángulo de reflexión. También habla de la refracción de la luz,
indicando que una varilla, parcialmente sumergida en el agua, se ve quebrada, pero no ofrece una
explicación científica.
Todo cuerpo
refleja parte de la
luz que incide
sobre él. La
mayoría de las
superficies de los objetos son ásperas o irregulares, y por ello dispersan la luz Reflexión especular
que reciben en todas las direcciones posibles. Es la llamada reflexión difusa <12>
Como resultado de estas leyes, tenemos que un espejo plano produce imágenes fieles de los objetos
llamadas imágenes virtuales: no los deforma ni cambia su tamaño pero los invierte lateralmente (nada
tan complicado como descifrar un texto a través de su imagen reflejada).
Reflexión selectiva
2- Cromática: No se reflejan por igual todas las longitudes de onda, hay un predominio de unas
sobre otras dando como resultado una radiación cromática.
La reflexión siempre es selectiva. Los materiales de color absorben las longitudes de onda de luz
blanca de forma selectiva y solo reflejan las de su propio color, el resto las absorben.
El objeto de la ilustración, pintado en tres franjas, e iluminado con luz blanca permite observar dichas
tres franjas. Si es iluminado con luz roja veremos como roja la franja blanca y negras las otras dos
<14>.
A finales del siglo XVII ya se hacían espejos en Gran Bretaña, y posteriormente su fabricación se convirtió en
una industria importante en otros países europeos y americanos. Hacia fines del siglo XVII las fábricas
venecianas lograban construir espejos de gran magnitud y desde entonces sirven como objetos singularmente
decorativos en los salones, en los que ocupan un lugar destacado. Los espejos modernos consisten de una capa
delgada de aluminio depositado sobre una plancha de vidrio, la cual protege el aluminio y hace al espejo más
duradero.
<14> No se conoce bien el mecanismo por el que las sustancias absorben la luz. Aparentemente, el proceso
depende de la estructura molecular de la sustancia. El caso es que el color también puede producirse por otras
formas que no son la absorción selectiva de la luz. Las irisaciones de la madreperla o de las burbujas de jabón
son causadas por el fenómeno óptico de la interferencia del que hablaremos en próximos capítulos en referencia
a los llamados filtros dicroicos. Algunos cristales presentan diferentes colores según el ángulo que forma la luz
que incide sobre ellos: este fenómeno se denomina pleocroísmo.
Una serie de sustancias muestran colores diferentes según sean iluminadas por luz transmitida o reflejada. Por
ejemplo, una lámina de oro muy fina aparece verde bajo luz transmitida. Las luces de algunas gemas, en
particular del diamante, se deben a la dispersión de la luz blanca en los tonos espectrales que la componen,
como ocurre en un prisma. Algunas sustancias, al ser iluminadas por luz de una determinada tonalidad, la
absorben e irradian luz de otra tonalidad, cuya longitud de onda es siempre mayor. Este fenómeno se denomina
fluorescencia o, cuando se produce de forma retardada, fosforescencia. De ambos asuntos hablaremos en la
asignatura denominada “Iluminación”. El color azul del cielo se debe a la difusión de los componentes de baja
longitud de onda de la luz blanca del Sol por las moléculas de gas de la atmósfera. Una difusión similar puede
observarse en una sala de cine a oscuras. Visto desde un lado, el haz de luz del proyector parece azulado por
las partículas de polvo que hay en el aire.
En realidad, habría que aclarar que estos objetos no son perfectos transmisores de la luz, la
transmisión perfecta no existe, incluso los objetivos fotográficos más exigentes, construidos a base de
vidrios especiales (normalmente los denominados tipo flint o crown) transmiten una gran parte de la
luz que reciben, pero no toda. De la luz que entra en un medio transparente, siempre una parte es
absorbida por el medio. Además, una fracción de la luz que incide es reflejada por la superficie del
medio, sin entrar en él, aunque éste sea transparente (por eso podemos ver objetos reflejados en la
superficie del agua o del vidrio). Por tanto, la luz que logra atravesar el medio es la que no ha sido ni
reflejada, ni absorbida. Esta combinación de efectos es la que da lugar a la superposición de
imágenes reflejadas y transmitidas por un vidrio liso o por una superficie de agua clara, por ejemplo
La luz se propaga con trayectoria rectilínea y velocidad constante en cada medio pero cuando incide
en un objeto que permite el paso de la luz se comporta de muy diversas maneras, produciéndose
diversos fenómenos de los que, por sus consecuencias fotográficas, nos interesan los siguientes cinco:
1. Absorción-transmisión
2. Refracción
3. Dispersión
4. Difracción
5. Polarización
La transmisión de la luz,
al igual que la reflexión,
siempre es selectiva.
Los materiales
transparentes y
translúcidos de color
absorben las longitudes
de onda de forma
selectiva y solo transmiten las de su propio color, el resto las absorben. Si un rayo de luz blanca incide
sobre un cristal rojo, el cristal absorberá todas las longitudes de onda excepto la roja que será la
única transmitida, por eso vemos las cosas rojas cuando miramos a su través. Si un rayo de luz azul
incide sobre el mismo cristal rojo, no habría transmisión de color, toda la energía lumínica sería
absorbida y transformada en calor. Los filtros fotográficos utilizan esa transmisión selectiva para dejar
pasar solo unas ciertas longitudes de onda y retener las demás. De ello hablaremos con detenimiento
más adelante.
Refracción
Por el
contrario, si lo
hace
oblicuamente,
la parte del
frente de
ondas que
llegue primero
sufrirá un
frenazo y continuará avanzando a inferior velocidad,
mientras que el resto del rayo continúa todavía unos
instantes a la velocidad inicial (mayor). Esta
diferencia de velocidades en la parte frontal del rayo
luminoso es la que produce la desviación de su
trayectoria.
Se llama índice de
refracción de un
medio a la relación
entre la velocidad de
la luz en el vacío y la que tiene en ese medio concreto. Se expresa de
la siguiente forma:
Factores
Ángulo de incidencia
Ángulo Refracción
Longitud de onda
Longitud Refracción
(azul)
Índice de refracción
Índice Refracción
LEYES DE LA REFRACCIÓN
REFRACCIÓN
En la práctica la dispersión determina el color del cielo y por tanto la iluminación natural, así como las
aberraciones cromáticas y el diseño de los objetivos, asuntos que abordaremos más adelante.
La luz blanca está compuesta de ondas de diversas frecuencias. Cuando un rayo de luz blanca pasa a
través de un prisma de vidrio, se descompone en sus colores simples, es decir, se dispersa de acuerdo
a la longitud de onda. Un prisma produce mayor dispersión porque, al no ser sus caras paralelas, los
rayos refractados han de recorrer un camino aún mayor que provoca, al salir el rayo, una refracción
más exagerada. El haz de luz disperso forma una imagen a la manera de una franja de colores que
recibe un nombre que ya conocemos: espectro visible.
El color del cielo se debe al fenómeno de la dispersión de la luz solar por la atmósfera. El único medio
perfectamente transparente es el vacío, la atmósfera es un gas y siempre que un haz de luz atraviesa
un gas, las moléculas del gas desvían una parte de esa luz en todas direcciones. Si el gas no es
denso, la mayor parte de los rayos de luz lo atravesarán sin desviarse, pero algunos de ellos chocarán
con las partículas de gas y rebotarán en todas las direcciones posibles. Conforme aumenta la densidad
del gas, se hace más notable el efecto de la dispersión.
Desde el punto de vista del diseñador de objetivos, la dispersión es un desgraciado efecto secundario
de la refracción. Hace que la luz azul se desplace a un foco diferente del de la luz roja. Este efecto
puede ser neutralizado utilizando elementos ópticos construidos con vidrios diferentes. La dispersión
es una de las principales razones por las cuales no podemos, lamentablemente, emplear objetivos
simples (de una sola lente) para obtener imágenes de calidad. De ello hablaremos en el capítulo
dedicado a las aberraciones ópticas.
La luz – Antonio Cuevas – Pág. 34 de 41
Difracción
Si un objeto opaco se coloca entre una fuente puntual de luz y una pantalla blanca, un examen
cuidadoso muestra que el borde de la sombra no es perfectamente agudo, como lo predice la ley de
propagación rectilínea de la luz de la óptica geométrica. Más bien se encuentra que una pequeña
porción de luz se derrama dentro de la zona oscura y que franjas desvanecidas aparecen en la zona
iluminada. Difracción puede definirse, por tanto, como un fenómeno del movimiento ondulatorio en el
que una onda de cualquier tipo se extiende después de pasar junto al borde de un objeto sólido o
atravesar una rendija estrecha, en lugar de seguir avanzando en línea recta.
Aunque la luz se propague en línea recta, no hay que olvidar que tiene naturaleza ondulatoria y, al
chocar con un borde afilado, se produce un segundo tren de ondas circular. Esto da lugar a una zona
de penumbra que destruye la nitidez entre las zonas de luz y sombra, fenómeno que como ya hemos
dicho, ocurre al incidir la luz sobre los afilados bordes del diafragma de los objetivos <16>. La
fotografía estenopeica, es decir, sin objetivo, tiene uno de sus mayores limitaciones de calidad
precisamente en este fenómeno de la difracción.
Este diagrama aporta la explicación. Con el diafragma abierto (izquierda) también existe difracción
pero la cantidad de rayos afectados respecto al total es relativamente baja, es decir, la imagen se
forma, por así decirlo, con rayos mayoritariamente no contaminados con la difracción. A diafragmas
muy cerrados (derecha) la cantidad de
rayos difractados que forman la imagen es
porcentualmente mucho mayor respecto a
los no difractados; de ahí que la nitidez
resulte afectada puesto que el impacto de
la difracción es mucho mayor.
La luz natural, la procedente del sol, vibra en cualquier momento en todas las direcciones del espacio
(algo difícil de imaginar); posee pues infinitas direcciones de vibración y su eje coincide con el rayo.
Estas direcciones se pueden representar vibrando dentro de un plano perpendicular a la dirección de
propagación. La luz polarizada vibra en una sola dirección para cada momento, pero la dirección de
vibración cambia con el tiempo. En la luz polarizada plana (frecuentemente, por simplicidad, se le
llama luz polarizada) la dirección de vibración es única y constante con el tiempo.
La luz polarizada vibra en un solo plano. Las ondas luminosas no suelen estar polarizadas, de forma
que la vibración electromagnética se produce en todos los planos; la luz polarizada, por el contrario,
sigue una pauta de vibración regular y sencilla que ha encontrado aplicaciones en óptica y fotografía.
La luz (o parte de ella) se polariza de varias formas: cuando se refleja según cierto ángulo en
superficies brillantes y pulidas no metálicas, como vidrio, agua o madera barnizada; cuando es
dispersada por las diminutas partículas de gas y polvo de la atmósfera; y cuando atraviesa ciertos
tipos de cristales traslúcidos.
Cuando la luz atraviesa un filtro polarizador, el campo eléctrico interactúa más intensamente con las
moléculas orientadas en una determinada dirección. Esto hace que el haz incidente se divida en dos haces
con vectores eléctricos perpendiculares entre sí. Un filtro horizontal absorbe los fotones con vector eléctrico
vertical (como se muestra en la ilustración). Un segundo filtro girado 90° respecto al primero absorbe el
resto de los fotones; si el ángulo es diferente sólo se absorbe una parte de la luz.
<16> La pregunta es: ¿cuándo se hace visible esa difracción en los objetivos? Obviamente, el riesgo es mayor a
medida que se cierra el diafragma. Regla para andar por casa que es realmente efectiva: una óptica empieza a
tener problemas de difracción para un valor de diafragma igual o aproximado al resultado de dividir su focal por
cuatro. Por ejemplo, un 50mm puede usarse esperando un máximo rendimiento en todo el campo hasta F/11,
que es un valor aproximado a 50/4 = 12,5. Un 135mm podríamos usarlo hasta F/32. Un 28mm sería seguro
hasta un punto medio entre F/5,6 y F/8. La difracción es el fenómeno que explica que ciertos objetivos no
cierren más allá de F/16.