Está en la página 1de 5

Curso de Liturgia

Ficha N° 10
Autor: Lic. Celia Escudero
Docente, teóloga y liturgista,

Reflexión

El guía de la celebración y los lectores

“Hay diversidad de ministerios, pero un solo Señor .Hay diversidad


de actividades, pero es el mismo Dios el que realiza todo en todos.
En cada uno, el Espíritu se manifiesta para el bien común.” 1Cor
12,5-7

Después de reflexionar sobre el texto de San Pablo, disponerse a leer


el contenido de este tema, para poder compartirlo y profundizar en la
actitud que se requiere para cada uno de los ministerios que veremos
een este tema.

El ministerio de guiar la celebración

Entre los distintos ministerios que colaboran en la celebración


litúrgica esta el de guía, a quien también a veces se denomina
animador, monitor o comentarista.

El guía, como uno de los animadores de la celebración, colabora o no


en una mejor participación de los presentes en la celebración, a
través de su convicción y adhesión a lo que lee y su consciencia de lo
que significa el culto que rendimos al Señor.

Es importante tener en cuenta el tono de voz, la atención a los


momentos en que debe intervenir y el respeto por quienes lo
escuchan. No siempre se entiende bien la manera de cubrir esta
tarea, y se improvisa, generalmente por no haber una preparación
previa que supone la lectura del guión, y en alguna celebración
especial, por desconocer o no estar seguro de los cambios o
agregados a la celebración habitual.

En primer lugar el guía, donde se utiliza micrófono, debe tratar de


familiarizarse con el uso del mismo. Probar fuera de la celebración,
cómo suena su voz, si debe bajar el tono, o hablar más fuerte. Hay
que probar a qué distancia colocarse, para no exagerar la manera de
hablar y que todo se escuche con naturalidad. Debe articular las
palabras cuando lee, pare que se le entienda. Debe saber que cada
intervención que hace requiere un tono de voz distinto.

©2009 SAN PABLO - Riobamba 230 - C1025ABF Buenos Aires- Argentina


Tel. (011) 5555-2400/2401 Fax (011) 5555-2425
Web: www.san-pablo.com.ar
Curso de Liturgia
Ficha N° 10
Autor: Lic. Celia Escudero
Docente, teóloga y liturgista,

No es lo mismo invitar a ponerse de pié para comenzar la


celebración, que invitar a los participantes a acercarse a comulgar.

Durante la celebración debe colocarse a un costado, de tal manera


que pueda ver el altar y la asamblea. Nunca debe utilizarse el ambón
para guiar, es el lugar exclusivo para la lectura de la Palabra. Deberá
ser a la vez oportuno y discreto. Oportuno para intervenir en el
momento adecuado, discreto para no tener un protagonismo que sólo
corresponde al que preside.

El guía es el que imprime con su actitud dinamismo a la asamblea y


permite que las personas sean participantes y no espectadores.

Antes de comenzar la celebración, es bueno, y a veces muy


necesario, que antes de empezar a leer el guión, invite a los
hermanos, a prepararse espiritual y mentalmente para poder celebrar
y participar mejor. Es importante esta invitación a hacer silencio, y
disponerse a escuchar, por lo que debe ser hecha en un tono de voz
que ayude a lograr aquello que se pretende. Si hay mucho murmullo
de conversación, con paciencia, dar varias indicaciones. La voz no
debe ser fuerte, como de quien da órdenes, debe ser una voz que
invite junto con las palabras. Tal vez no se logre del todo el clima la
primera vez, pero si se tiene la perseverancia de hacerlo, domingo a
domingo, se podrá logar con el tiempo. Es una manera de educar a la
asamblea.

Al invitar a los participantes a ponerse de pie, recordar que el que


entra no es el celebrante, como muchas veces se dice, el sacerdote
es el que preside la celebración, en la que todos, por nuestro
bautismo somos celebrantes. Por lo tanto lo correcto es decir,
recibimos al padre X o recibimos al sacerdote que presidirá nuestra
celebración.

No siempre se entiende bien la manera de cubrir esta tarea, y se


improvisa, generalmente por no haber una preparación previa que
supone la lectura del guión y en alguna celebración especial por
desconocer o no estar seguro de los cambios o agregados a la
celebración habitual.

Es muy importante que el guía conozca de antemano los cantos que


se entonarán, para poder anunciarlos oportunamente, sin titubear. Es
uno de los pequeños detalles que contribuyen al clima y a la vivencia
de la celebración.
©2009 SAN PABLO - Riobamba 230 - C1025ABF Buenos Aires- Argentina
Tel. (011) 5555-2400/2401 Fax (011) 5555-2425
Web: www.san-pablo.com.ar
Curso de Liturgia
Ficha N° 10
Autor: Lic. Celia Escudero
Docente, teóloga y liturgista,

Proclamar la palabra

La persona encargada de alguna de las lecturas en una celebración


eucarística, debe tomar conciencia de lo importante que es su tarea.

Esto nos debe ayudar a pensar que, a través de nuestra manera de


leer, todos los presentes deben recibir el mensaje del Señor.

En realidad en la liturgia no se lee la Palabra de Dios, se la proclama.


Proclamar significa “publicar en alta voz una cosa para que se haga
notoria a todos” según el diccionario. Esto nos dice de qué manera
debemos proceder en la Liturgia de la Palabra. No estamos leyendo
cualquier texto, leemos el mensaje de Dios Nuestro Padre y Señor
para todos sus hijos reunidos en asamblea, reunidos como familia de
Dios. “Dios habla a su Pueblo, le descubre el misterio de la Redención
y Salvación, y le ofrece el alimento espiritual; y el mismo Cristo, por
su Palabra, se hace presente en medio de los fieles” esto es lo que
nos enseña la Iglesia en sus directivas sobre la Celebración de la
Misa.

Leer de manera adecuada es un acto de amor al prójimo, de


comunicación de algo muy importante para nosotros, que queremos
compartir con los presentes, acto en el cual damos lo mejor de
nosotros. Debemos considerar con mucha humildad, que somos los
voceros de Dios.

Todos sabemos leer, pero eso no es suficiente. Si en nuestra vida


cotidiana compartimos una noticia del diario con otra persona leemos
de una manera, pero si en nuestra casa leemos un cuento a un chico,
hijo o nieto, nuestra lectura no será igual.

Al leer la Palabra debemos tener en cuenta el contenido del texto, si


leemos algo sobre la misericordia y el amor de Dios, no será lo
mismo que leer el enunciado de los Mandamientos a Moisés. Cada
texto tiene su mensaje y su espíritu que se debe reflejar en la lectura
Normalmente a la gente le da miedo ofrecerse para ser lector en la
celebración, otros en cambio se largan no más, son dos extremos
que hay que evitar. Por el bautismo todos somos celebrantes en la
liturgia, podemos hacerlo y debemos hacerlo, pero preparándonos.

©2009 SAN PABLO - Riobamba 230 - C1025ABF Buenos Aires- Argentina


Tel. (011) 5555-2400/2401 Fax (011) 5555-2425
Web: www.san-pablo.com.ar
Curso de Liturgia
Ficha N° 10
Autor: Lic. Celia Escudero
Docente, teóloga y liturgista,

Por eso los equipos de liturgia deben preparar seriamente la Liturgia


de la Palabra, para que no sea algo improvisado. Los lectores deben
conocer de antemano el texto para que no tropiecen con los nombres
raros que a veces aparecen; para que puedan interiorizarse del
mensaje y dar el tono adecuado a su lectura. Es un proceso que hay
que intentar llevar adelante con paciencia y humildad, consultando y
aprendiendo de otras personas. De esta manera ayudaremos a que
nuestras celebraciones dominicales puedan ser vividas de la mejor
manera.

La lectura de la Palabra de Dios, según nos enseña la Iglesia, es una


de las varias maneras que tiene Cristo de hacerse presente en la
celebración eucarística; “pues cuando se lee en la Iglesia la Sagrada
Escritura, es El quien habla” (Concilio Vaticano II). Esto nos debe
ayudar a pensar que a través de nuestra manera de leer, todos los
presentes reciben el mensaje. Es bueno que previamente
conozcamos el texto para saber si hay alguna palabra, sobre todo los
nombres de personas y lugares, que sean desconocidos o raros y que
puedan trabarnos en la lectura. Considerar los puntos y las comas
para hacer las pausas correspondientes, y si comprendemos su
sentido, esto nos dará seguridad.

En el momento de hacer la lectura debemos tener presente algunas


cosas:
- Al acercarnos al ambón (lugar desde el que se lee) si debemos
pasar frente al altar debemos detenernos brevemente y hacer una
pequeña inclinación de cabeza.
- Pararnos bien, para que la voz salga mejor
- Fijarnos que el micrófono no este demasiado cerca, ni demasiado
lejos y leer como si no lo tuviéramos.
- Antes de empezar a leer, es bueno mirar a la asamblea.
- Indicar el título y hacer un breve silencio.
- Leer articulando las palabras, con voz clara, fuerte (que no
significa gritar) y expresiva. Sin apurarse, no bajando el tono en las
comas, respirando con tranquilidad.
- Las pausas, silencios breves, son necesarios para respirar, y no
atropellarnos en la lectura. Al terminar el texto, se hace una breve
pausa y mirando a la asamblea se dice: “Palabra de Dios”.
La lectura expresiva no significa algo teatral, sino valorar lo que el
texto dice y acompañar su significado con la voz.

©2009 SAN PABLO - Riobamba 230 - C1025ABF Buenos Aires- Argentina


Tel. (011) 5555-2400/2401 Fax (011) 5555-2425
Web: www.san-pablo.com.ar
Curso de Liturgia
Ficha N° 10
Autor: Lic. Celia Escudero
Docente, teóloga y liturgista,

El salmo es una oración con la que se responde a la Palabra


proclamada, por lo tanto debe tener tono de oración, su lectura no
debe ser lenta ni en voz baja. La antífona simplemente se anuncia y
la asamblea la repite, para lo cual se hace una breve pausa.

La Misa tiene dos partes, igualmente importantes que se ha dado en


llamarlas “mesa de la Palabra” y “mesa de la Eucaristía”; ambas
importantes e igualmente necesarias para nuestra vida. No siempre
se entiende bien la manera de cubrir esta tarea, y se improvisa,
generalmente por no haber una preparación previa que supone la
lectura del guión y en alguna celebración especial por desconocer o
no estar seguro de los cambios o agregados a la celebración habitual.

Aquellos que se sientan llamados a cumplir el rol de guía o lector


deben de a poco familiarizarse con su ministerio, y saber que se
equivocarán, pero que no deben desanimarse, en la vida siempre hay
una primera vez, y un tiempo de aprendizaje para todo.

Cuando descubrimos nuestra posibilidad de colaborar en la liturgia,


hagámoslo con sencillez y alegría, agradeciendo al Señor la
oportunidad.

©2009 SAN PABLO - Riobamba 230 - C1025ABF Buenos Aires- Argentina


Tel. (011) 5555-2400/2401 Fax (011) 5555-2425
Web: www.san-pablo.com.ar

También podría gustarte