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Tema 5 – Santo Tomás de Aquino

TEMA 4
LA SÍNTESIS ESCOLÁSTICA DE
SANTO TOMÁS DE AQUINO

Tommaso d’Aquino, Doctor Angelicus, santo y patrón de los estudiantes y


los teólogos, nació en Rocasecca, cerca de Aquino (Nápoles) en 1224. Su
familia quería que fuese benedictino, pero a los diecinueve años ingresó
en la orden de los dominicos. Fue discípulo de San Alberto Magno en
París (1254-1256). En esta época escribió el Comentario a las Sentencias
y el De ente et essentia. De 1256 a 1259 fue maestro en París donde
redactó el De veritate. En el periodo de 1259 a 1264 luchó contra el
averroísmo y escribió la Summa contra Gentiles. De 1266 a 1273 enseñó
en Roma, París y Nápoles, y comenzó la Summa Theologica y los
Comentarios a Aristóteles. Muere el 1274, camino de Lyon, a donde se
dirigía para participar en el Concilio Ecuménico que se iba a celebrar allí.
Si en el siglo XII fueron las Sentencias los auténticos compendios sistemáticos del saber
lógico, filosófico y teológico, en el siglo XIII aparecerán las Summae (Sumas) como un nuevo
método que posibilitaba tanto la discusión como la exposición clara de la doctrina, La Summa
Theologica de Santo Tomás de Aquino es un claro ejemplo de cómo se enfrentaban aquellos
hombres a las grandes cuestiones. La Summa está dividida en cuatro partes. Cada parte se divide en
cuestiones (quaestiones) y cada cuestión en artículos. Los artículos presentan una estructura que
muestra un método riguroso y sistemático. Primero, se enuncia la tesis que se pretende demostrar. En
segundo lugar, se presentan las dificultades o argumentos contrarios a la tesis. En tercer lugar, se
pone una opinión que apoye la tesis inicial (sed contra). En cuarto lugar, como respuesta (respondeo)
se expone el “cuerpo del artículo”, donde se argumenta a favor de la tesis inicial. Por último, se
resuelven cada una de las dificultades planteadas al principio (ad primum…, ad secundum…, ad
tertium…).

 CONTEXTO CULTURAL Y FILOSÓFICO DE SANTO TOMÁS

En el ámbito cultural, el siglo XIII se caracteriza, además de por el auge que adquiere el arte
gótico, por tres factores esenciales:

– La creación de las Universidades a partir de las escuelas urbanas catedralicias. Surge así la
Universidad de París (1200), Bolonia, Oxford, Montpellier, Cambridge, Padua, Salamanca o
Nápoles.
– La fundación de las órdenes mendicantes (franciscanos y dominicos).
– La llegada de obras filosóficas desconocidas, especialmente de Aristóteles, gracias a las
traducciones de textos árabes. La tarea de la escuela de traductores de Toledo fue de suma
importancia en este sentido.

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Arruinado el Imperio Romano (s. V) y finalizada la Edad Antigua, Occidente perdió todo
contacto con la mayoría de las obras filosóficas griegas. Esta pérdida de contacto y la consolidación
del platonismo cristiano marcan el desarrollo de la filosofía cristiana en los ocho siglos siguientes.
Tras la predicación de Mahoma (s. VIII), los árabes conquistan Siria y entran allí en contacto con
ciertos reductos de la cultura griega clásica. Un grupo de cristianos había traducido al sirio algunos
textos originales de filósofos griegos. Primero del sirio, después directamente del griego, se traducen
al árabe las obras de Aristóteles y los comentarios que a las mismas escribieron los grandes
comentaristas griegos, en su mayoría neoplatónicos. Se crea así una filosofía árabe aristotélica. En un
principio los filósofos árabes adoptan un aristotelismo grandemente platonizado. El máximo
representante del aristotelismo árabe platonizado fue Avicena (siglo X). Posteriormente, Averroes
(siglo XII) pretendió volver a una interpretación más aristotélica en sus traducciones y comentarios
de Aristóteles.

El contexto filosófico de Santo Tomás de Aquino puede situarse en la reacción frente a las
tesis averroístas La universidad de París era en el siglo XIII la capital intelectual de Europa y fue en
ella donde se gestó el movimiento conocido como averroísmo latino. El averroísmo latino se
distinguió por tres afirmaciones o tesis:

1ª. La eternidad del mundo, que parecía atentar abiertamente contra la afirmación cristiana
de que el mundo había sido creado por Dios.
2ª. El alma individual no es inmortal, sino perecedera o corruptible. Solamente es inmortal
el Entendimiento que está presente en todos los hombres.
3ª. La teoría de la doble verdad: Existe una verdad de fe o teológica, distinta de la verdad
de razón o filosófica. Hay afirmaciones, como la creación del mundo y la inmortalidad del alma, que
son verdaderas de acuerdo con la fe, pero que son falsas de acuerdo con la razón.

Santo Tomás de Aquino no aceptó nunca estas tesis averroístas:

1ª. Sobre la eternidad del mundo afirmó que ni el sistema aristotélico implicaba que el
mundo fuera eterno, ni el concepto cristiano de creación excluye la posibilidad de que el mundo sea
eterno, éste, según Aquino, puede ser eterno y creado. Aunque no se puede demostrar por la razón
que haya sido creado desde la eternidad ni que haya sido creado en el tiempo. Por lo que la razón no
puede contradecir a la fe, ya que la fe cristiana afirma que el mundo ha sido creado en el tiempo.

2ª. Acerca de la inmortalidad del alma individual, Santo Tomás interpretó a Aristóteles
afirmando que el Entendimiento inmortal del que aquél hablaba no es único para todos los hombres,
sino la facultad superior del alma que es inmortal.

3ª. La tercera afirmación averroísta, la doble verdad, resultaba innecesaria, una vez negadas
las otras dos afirmaciones. Santo Tomás la combatió, no por considerarla innecesaria, sino por
considerarla inadmisible.

Existen contenidos de la razón que no lo son en absoluto de la fe, y existen contenidos de la


fe que no lo son en absoluto de la razón, pero también existen verdades que pertenecen a ambos

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ámbitos. Por lo que se refiere a sus contenidos, la fe y la razón delimitan dos conjuntos con una
zona de intersección. A esta zona de intersección pertenecerían, por ejemplo, la afirmación de que
el mundo es creado y la afirmación de que el alma humana es inmortal: el discurso racional puede
llegar al conocimiento de ambas verdades, y estas verdades son también conocidas por la fe cristiana.

Puesto que no hay doble verdad y los artículos de la fe cristiana contienen afirmaciones
indudables la fe sirve a la razón como norma o criterio extrínseco. Así, en caso de que la razón
llegara a conclusiones incompatibles con la fe, tales conclusiones serán necesariamente falsas y el
filósofo habrá de revisar sus planteamientos, sus premisas y su consistencia lógica. La fe es, pues,
criterio extrínseco y negativo para la razón: extrínseco, porque se trata de una fuente de
conocimiento distinta; negativo, porque el filósofo no puede apoyarse positivamente en los datos de
la revelación ni utilizarlos como punto de partida para sus conclusiones.

 INTRODUCCIÓN: EL ARISTOTELISMO REVISADO Y CORREGIDO


POR SANTO TOMÁS

Tomás de Aquino es un ejemplo sobresaliente de investigador. Fue un lector y estudioso


insaciable. Sus escritos son un depósito de todo el saber de su tiempo. Su fuente de influencia
más importante es, indudablemente, Aristóteles, cuya obra fue conocida por entero en su época.
También acogió las doctrinas neoplatónicas, agustinianas e islámicas, que le llegaron a través de los
árabes españoles.

Las principales tesis aristotélicas aceptadas fueron:

– La teoría de las cuatro causas, así como su concepción teleológica del mundo.
– La definición del movimiento como el paso de la potencia al acto, y la anterioridad
del acto respecto a la potencia, así como la división del movimiento en sustancial y accidental, y éste
en cuantitativo, cualitativo y local.
– La composición hilemórfica de las sustancias naturales.
– La concepción de Dios como acto puro, inmutable y perfecto. (Si bien en la filosofía de
Tomás de Aquino crea el mundo y lo conoce, mientras que en la de Aristóteles el mundo es eterno).

Esta afirmación cristiana de que el mundo es creado introduce un elemento nuevo ajeno a la
filosofía griega:

La relación entre el creador y la criatura.

De tal relación se sigue, como consecuencia, una visión jerarquizada del universo.

SER CREADOR = SER NECESARIO = ACTO PURO


(existe por sí mismo. En él se da la identidad entre esencia y existencia)

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SERES CREADOS = ACTO + POTENCIA


(existen por otro, Dios. Esencia y existencia no se identifican. Y no son necesarios, sino
contingentes).

1 – EL SER HUMANO: LA ANTROPOLOGÍA TOMISTA

La doctrina hilemórfica (Aristóteles) le sirve a Tomás de Aquino para dar una explicación
del concepto de hombre: por un lado, la materia es el cuerpo; por otro, la forma (principio de vida) es
el alma.
Cuerpo y alma están unidos sustancialmente y no, como en Platón, de manera accidental. El
hombre es un microcosmos. En su naturaleza se sintetizan todas las perfecciones de los seres
inferiores y, a la vez, participa de los superiores, tendiendo a una semejanza con Dios.
El alma humana se origina por creación directa de Dios y lo que distingue al hombre de las
plantas y de los animales es la razón. El alma es una sola y su función es ser forma sustancial del
cuerpo. Siendo única, el alma posee cinco potencias:

 Vegetativa: plantas.

 Sensitiva: los cinco sentidos externos y los cuatro internos (sentido común,
fantasía, estimativa natural, memoria sensitiva).

 Apetitiva: tendencias instintivas de animales y ser humano.

 Motriz: el movimiento.

 Intelectiva: potencia puramente espiritual del pensar y del amor libre (ser
humano).

Las características del alma son la simplicidad o falta de composición, y la espiritualidad,


porque sus actos, como es la actividad racional, no son materiales. Como solo lo compuesto y
material puede corromperse, el alma es incorruptible.

2 – LA EPISTEMOLOGÍA TOMISTA: EL PROBLEMA DEL


CONOCIMIENTO

Santo Tomás se inscribe en la tradición del realismo conceptual moderado, es decir, el de


inspiración aristotélica. Esto significa que los conceptos no subsisten en sí mismos de forma
separada de los entes particulares al modo platónico. Además, la existencia en sí de las Ideas
limitaría la potencia creadora de Dios y suscitaría el problema de si Dios las conoce perfectamente,
si está obligado a crear de acuerdo con ellas, etc. Sin embargo, esto no significa que no posean una
realidad objetiva. De hecho, son las esencias o causas formales de los entes individuales.

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El método de conocimiento parte de las observaciones de la experiencia sensible acerca de las


cosas que nos rodean. Nuestras percepciones sensibles captan datos singulares y concretos; ahora
bien, el auténtico conocimiento humano es el intelectual, que aprehende las esencias universales:
los conceptos del entendimiento son universales (uno no percibe sensiblemente “el árbol”,
sino “este árbol”, pero el auténtico conocer consistiría en conocer “el árbol”).

¿Cómo se realiza el paso del conocimiento sensible al intelectual? Mediante la abstracción.


Por medio de la abstracción pasamos de la individualidad de las percepciones sensibles a la
universalidad de los conceptos.

En el proceso de abstracción se siguen estos momentos:

 Los sentidos perciben lo individual; su materia concreta. (Todo conocimiento comienza a


partir de los sentidos).

 La imaginación registra lo percibido. Esta percepción sensible deja impresa en la


memoria una imagen o representación particular (el fantasma del objeto).

 La actividad del entendimiento. El entendimiento reconoce las imágenes formadas por


la imaginación para abstraer de ellas la idea universal de los diversos objetos o cosas. En el
proceso de abstracción se pueden distinguir dos funciones del entendimiento:

– Agente, que consiste en prescindir de las cualidades sensibles de


las imágenes, a las que universaliza y abstrae, y
– Paciente, por la que las ideas o especies inteligibles quedan
“impresas” en el entendimiento de forma permanente.

Por tanto, el fantasma, por obra del entendimiento agente o activo, es despojado de sus
elementos individuales, obteniendo los rasgos esenciales. Se hace Universal, ya que se queda con los
rasgos idénticos de todos los individuos de la misma especie.

3 – LA DEMOSTRACIÓN DE LA EXISTENCIA DE DIOS: LAS CINCO VÍAS

Antes de decir una palabra más sobre la filosofía de Tomás, hemos de dejar claras dos
cuestiones:

1 – No se trata de un filósofo dogmático que trate de hacer pasar automáticamente la


Revelación por verdades filosóficas que no necesitaran ser probadas por su origen divino. Todo lo
contrario, el intento de Santo Tomás es el conciliar fe y razón, es decir, hacer inteligible y racional la
fe cristiana, puesto que las creencias cristianas deben ser afines a la razón y a las aspiraciones
humanas naturales.

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2 – Lo que vamos a exponer aquí atañe sólo a su sistema filosófico. De igual modo que no
estudiaremos la geometría o la física cartesianas cuando expongamos a Descartes, en nada nos
atañen aquí las posturas de Santo Tomás relativas al ámbito puramente religioso. Santo Tomás es
muy consciente de la separación entre dos órdenes de conocimiento: el natural (racional) y el
sobrenatural.

En el ámbito teológico encontraremos, en consecuencia:

– La teología natural (filosófica o racional): Dios –su existencia y esencia– como objeto de
especulación y demostración racional;

– la teología sobrenatural o revelada, es decir, el conocimiento de Dios que nos transmite un


profeta y que es objeto de fe.

Cuanto aquí digamos sobre la teología tomista versa exclusivamente sobre su teología
filosófica. Es más, Santo Tomás es muy consciente de que no se llega a conocer al Dios revelado por
vía de la razón. La razón nos hace conocer la existencia de Dios sólo en su estructura y en su
necesidad racionales. Tomás se percata de que es poco cuanto la razón pueda argüir sobre la
naturaleza de Dios, pues nuestro entendimiento finito necesariamente tiende a intentar aprehender a
Dios desde categorías y formas antropológicas. De este modo, cuando se habla de la inteligencia, la
bondad, la justicia… divinas, dice Tomás que eso sólo constituye una analogía, pues las propiedades
de Dios serían inconmensurables con las humanas. De Dios, desde un ámbito puramente racional, se
podrá decir entonces más bien lo que no es (via negationis) que lo que positivamente y de hecho es. 1
A esto se le llama teología negativa.

Por otro lado, y para entrar ya en materia, la demostración de la existencia de Dios tiene en
Sto. Tomás de Aquino unas características totalmente distintas a demostraciones de filósofos
agustinistas, como el argumento ontológico de San Anselmo de Canterbury (1034-1109). San
Anselmo ha pasado a la historia de la filosofía fundamentalmente por haber sido el primero en
formular una prueba de la existencia de Dios a partir de la idea misma de Dios. Este tipo de
pruebas son denominadas a priori porque van de la causa al efecto. En líneas generales, San
Anselmo lo formula en el Proslogion del siguiente modo: todos los hombres (incluso el necio que en
su corazón afirma que Dios no existe 2) tienen una idea o noción de Dios, entienden por “Dios” un
ser tal que es imposible pensar un ser mayor que él; ahora bien, un ser tal ha de existir no solamente
en nuestro pensamiento sino también en la realidad, ya que en caso contrario sería posible pensar
otro mayor que él (a saber, uno que existiera realmente) y, por tanto, caeríamos en contradicción: ya
que sería posible pensar en un ser mayor que aquel mayor que el cual ningún otro puede ser pensado.
Luego, Dios existe no sólo en el pensamiento sino también en la realidad. San Anselmo denominaba
a Dios, en consecuencia, ens realissimum.

1
Aquí Santo Tomás da una especie de versión del homo mensura de Protágoras pero precisamente desde la perspectiva
del Absoluto que sería Dios.
2
Salmos, 14:1.

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El argumento ontológico fue aceptado y defendido en el siglo XVII por los filósofos
racionalistas (Descartes, Spinoza y Leibniz) y, en una retorsión irónica, por Hegel (1770-1831) 3.
Sto. Tomás de Aquino lo rechazó y lo consideró inválido para demostrar la existencia de Dios,
ya que existía un salto, en el argumento, de la existencia pensada de Dios a la existencia real y se
considera a la existencia como una perfección que se añade a la esencia, mientras que, para Sto.
Tomás, la existencia no añade nada a la esencia, sino que simplemente la actualiza (la hace
pasar de la potencia al acto). En términos más técnicos, la existencia no es un predicado lógico, no
pertenece a la esencia de una cosa. La existencia, como más tarde señalará Kant, no es un predicado
conceptual o lógico, sino que hace referencia a una relación entre mi concepto pensado (por ejemplo,
“gato”) y mi percepción (es decir, que de hecho haya algo ahí que se corresponda con mi concepto
de gato). 4

Como creyente y como filósofo, Tomás de Aquino considera que una tarea fundamental de la
razón consiste en demostrar la existencia de Dios. Al respecto se plantean dos cuestiones: a) ¿Es
necesario demostrar la existencia de Dios? b) ¿Es posible demostrar la existencia de Dios?

La primera cuestión puede parecernos actualmente ociosa: claro que es necesario demostrar
la existencia de Dios, ya que está lejos de ser evidente e incontrovertible. Para Aquino, sin embargo,
la pregunta no es ociosa, dado el contexto religioso e intelectual en el que se desenvuelve su
pensamiento: no debemos olvidar que Santo Tomás vive en el seno de una sociedad en la que la
creencia religiosa está plenamente vigente. Sin embargo, Santo Tomás piensa que la existencia de
Dios no es inmediatamente evidente para el entendimiento humano y, por tanto, resulta
necesario demostrarla.

En cuanto a la segunda cuestión, Aquino responde que sí es posible demostrar la existencia


de Dios, pero utilizando el procedimiento adecuado:

a) El procedimiento adecuado consiste en partir de los seres del mundo, considerados como
efectos, hasta llegar a Dios como causa suya. Este tipo de demostración, que va del efecto a la causa,
se denomina a posteriori (es decir, “a partir de lo que es posterior”, ya que todo efecto es posterior a
la causa). La demostración inversa, que va de la causa al efecto, ya hemos visto que se denomina a
priori, es decir, “a partir de lo que es anterior”; pero tal demostración es excluida por Aquino en el
caso de la existencia de Dios porque no tenemos un conocimiento suficiente y positivo de la causa
como para partir de ella en la demostración de su existencia.

b) Reuniendo elementos tomados no solo del aristotelismo, sino también del platonismo y de
otras fuentes, Aquino propone cinco argumentos (cinco vías, como las denomina él mismo), cuyo

3
Hegel lo vuelve precisamente en contra de la concepción de un Dios trascendente. Para Hegel, el Absoluto será la Idea
que se despliega en la Historia de una forma inmanente. Para Hegel, usar el lenguaje teológico es una forma de seducir a
la fe y llevarla a la razón, al concepto. Claro está que él mismo no lo confesó nunca.
4
Como veremos más adelante, la existencia está implicada en la esencia (en el concepto) sólo en el caso de Dios, del ens
realissimum. Pero Santo Tomás no va a tratar de demostrar su existencia por esta vía.

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recorrido lleva a la afirmación de que Dios existe. Estas cinco pruebas poseen una estructura similar,
desarrollándose cada una de ellas a través de cuatro pasos sucesivos:

1) Constatación de un hecho de experiencia (“vemos” que hay cosas que se mueven, etc.).
2) Aplicación del principio de causalidad –«todo efecto tiene su causa»– al hecho
constatado (“todo lo que se mueve es movido por otro”, etc.).

3) Afirmación de que es imposible una serie infinita de causas (no puede haber una serie
infinita de seres que mueven a otros y que, a su vez, son movidos por otros, etc.). 5

4) Conclusión de la existencia de Dios (luego hay un primer motor, él mismo inmóvil, que es
Dios, etc.), que es identificado con esa primera causa.

– La primera de las vías, la más genuinamente aristotélica, parte del hecho del movimiento
para alcanzar la existencia de Dios como motor inmóvil.

– La segunda, parte del hecho de que hay causas causadas para culminar en la existencia de
una causa incausada.

– La tercera, parte de que hay seres contingentes (que pueden existir o no existir), y llega a
la afirmación de que hay un ser necesario (que no puede no existir).

– La cuarta arranca de que hay seres más y menos perfectos, de que hay grados de
perfección, para concluir afirmando que ha de haber un ser sumamente perfecto.

– La quinta, toma como punto de partida el orden que se manifiesta en el comportamiento


natural de los seres del mundo para terminar afirmando la existencia de una inteligencia ordenadora.

CONCLUSIÓN DE LAS CINCO VIAS:

DIOS ES: 1) MOTOR INMÓVIL, 2) CAUSA INCAUSADA, 3) SER NECESARIO, 4) SER PERFECTÍSIMO y
5) SER INTELIGENTÍSIMO.

Para Tomás de Aquino la noción de Dios procede de la fe y es anterior a la conclusión de la argumentación de las
vías. Éstas, sin embargo, vienen a confirmar que la reflexión racional sobre la experiencia no contradice el contenido de
la fe, sino que lo confirma.

5
Los críticos de Tomás han denunciado que aquí se presupone lo que debería demostrarse, a saber, que no puede haber
una serie infinita. ¿Por qué no habría de haberla? Cuando estudiemos a Kant, veremos que si usamos la categoría de la
causalidad para explicar fenómenos, no tengo derecho a detener arbitrariamente la relación causa-efecto en algo que yo
quiera establecer como primera causa, pues toda causa ha de ser, a su vez, efecto. La causalidad sólo nos permite, según
Kant, explicar cambios en la materia, pero no el surgimiento mismo del cambio ni establecer un primer estado de la
materia.

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Punto de partida: Se dan cambios en


el mundo sensible.
Vía primera: serie motores Recorrido: Todo lo que se mueve es
Desde el movimiento del
movido por otro. Es imposible una
mundo hasta el motor inmóvil
(Argumento llamado por Kant cadena infinita de motores movidos.
(inspiración aristotélica)
cosmológico) Conclusión: Tiene que haber un motor
inmóvil que mueva sin ser movido.

Punto de partida: Por experiencia hay


causas
eficientes subordinadas unas a otras.
Desde causas subordinadas Recorrido: Una cosa no puede ser causa
hasta la primera causa de sí misma, porque en cuanto causa
Vía segunda: Causa Eficiente
incausada (inspirada en sería anterior a sí misma.
Aristóteles) Conclusión: Hay una causa eficiente
incausada y primera de la cual dependen
las demás: Dios.
Punto de partida: La
experiencia nos presenta seres
contingentes.
Recorrido: Al ser contingente, alguien
Vía tercera: Desde la contingencia del
tuvo que darle la existencia.
Por la contingencia del ser mundo hasta el ser necesario.
Conclusión: Tiene que existir un ser
necesario que no ha recibido la
existencia de otro: Dios.
Punto de partida: Por
experiencia vemos en las cosas grados de
Vía cuarta: perfección diversa: bondad, verdad...
Desde los grados de perfección
Sobre los grados de Recorrido: Esas perfecciones tienen una
hasta el ser infinitamente
perfección causa; los seres las tienen por
perfecto.
(via eminentiae) participación.
Conclusión: Ese grado de
perfección es Dios. 6
Punto de partida: Los seres
obran por un fin.
Vía quinta: Orden cósmico
Desde el orden del mundo Recorrido: Necesitamos una causa
(argumento llamado por Kant
hasta la inteligencia inteligente que oriente a los seres.
físico-teológico)
ordenadora Conclusión: Tiene que haber una
inteligencia suprema: Dios.

6
Santo Tomás evita todo riesgo de antropomorfización de Dios. Por ello, dice que Dios posee todas las perfecciones en
grado eminente, es decir, incomparable o incomensurable con ellas en cuanto humanas.

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1º NATURALEZA 2º Imposibilidad de 4º
VÍAS
Se observa Principio de causalidad una cadena infinita Demostración
de causas

Todo movimiento es efecto de Primer motor


un motor (como el
1 Movimiento Motrices
Theós
aristotélico)

Todo efecto procede de una causa Causa


previa primera
2 Causalidad Eficientes
(causa
eficiente)
DIOS
Todo ser contingente procede de Ser Necesario
3 Contingencia Seres contingentes
otro previo

Todo nivel de perfección participa Ser Perfecto


4 Perfección de un ser perfecto superior Seres perfectos (causa
ejemplar)

Todo nivel inferior en el orden de Fin último


5 Orden Niveles de orden
los seres depende de otro superior (causa final)

4 – LA ESTRUCTURA DE LA REALIDAD EN SANTO TOMÁS DE AQUINO:


ONTOLOGÍA TOMISTA

Hemos destacado ya la relevancia filosófica de la doctrina (judeo-)cristiana de la Creación, ya


que subraya la radical diferencia existente entre Dios y el resto de los seres, que son contingentes, es
decir, existen, pero podrían no existir. Esto significa que hay un salto o abismo en cuanto al estatuto
ontológico de Dios con respecto a las criaturas finitas.

La contingencia de los seres creados hizo que Aquino reparara en una distinción que
cualquier persona cuidadosa hace al hablar de las cosas: la distinción entre lo que las cosas son
(esencia) y el hecho de que existan o no (existencia).

– La esencia es un predicado lógico; son atributos o cualidades de las cosas; pertenece al


ámbito puramente conceptual;

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Tema 5 – Santo Tomás de Aquino

– La existencia se refiere a la actualidad, al «acto de ser» de la esencia. El predicado


existencial, como ya hemos señalado, no es meramente conceptual, sino que implica la relación entre
concepto y percepción. 7

En efecto, las preguntas ¿qué es un hombre? y ¿existen hombres? Corresponden a dos


aspectos distintos de la realidad: un hombre es un animal racional (esencia), y es fácil ver que esta
definición no tiene nada que ver con el hecho de que existan hombres o no: aunque se extinga la
especie, el hombre seguirá siendo “animal racional”. En el caso de las ciencias formales es aún más
claro: puedo conocer perfectamente las propiedades de una figura geométrica (un triángulo,
pongamos por caso), sin que exista ninguno en la realidad (y ningún triángulo realmente existente es
geométricamente perfecto, como sabemos).

Sto. Tomás no se limitó a reparar en esta distinción conceptual entre la esencia y la


existencia, sino que la situó como pieza fundamental de su sistema:

Todos los filósofos cristianos se habían interesado en destacar qué es lo que distingue más
radicalmente a Dios, el Principio Primero, del resto de las realidades existentes. Los neoplatónicos
afirmaban que el Principio Primero se caracteriza por su absoluta simplicidad (de ahí que lo
denominaran Uno), mientras que las demás realidades se caracterizan por ser compuestas. La
composición era para estos pensadores el principio u origen de toda corrupción, imperfección, etc.
Por ello, Dios había de ser necesariamente uno.
Este criterio fue aceptado por la filosofía cristiana, y la tradición agustiniana afirmaba que
todas las realidades, excepto Dios, son compuestas de materia y forma. Sto. Tomás acepta el criterio
de composición, pero no la fórmula agustiniana. Según Sto. Tomás, lo que radicalmente distingue
a las realidades creadas es la composición de esencia y existencia.

La afirmación de que todos los entes creados están compuestos de esencia y existencia encaja
perfectamente con su carácter contingente; contingentes son, decíamos, las realidades que existen
pero pudieran no existir, lo cual significa que su existencia no pertenece necesariamente a su esencia
y, por tanto, son compuestas de esencia y existencia. Solo en un ser necesario (que no puede no
existir), es decir, Dios, la esencia y la existencia, lo que es y el existir, se identifican.

Esta distinción –que el lenguaje mismo nos brinda 8– entre lo que las cosas son (esencia) y el
hecho de que existan (existencia) es interpretada por Aquino a través de los conceptos aristotélicos
de potencia y acto: la esencia es potencia (puede ser o existir); la existencia es acto, es decir,
actualiza la capacidad de existir que es propia de la esencia. Es el acto de ser, en sentido existencial.

7
La verdad de un predicado se define, entonces, según el criterio clásico veritas est adaequatio rei et intellectus ("la
verdad es la adecuación de la inteligencia –de lo pensado– a la realidad"). En teorías de la verdad, a este criterio se lo
conoce como criterio de adecuación.
8
En español usamos el verbo ser para decir lo que las cosas son o cómo son (su esencia) y el verbo haber para mentar lo
que está-ahí, lo que existe. En el inglés usamos el verbo to be para ambas cosas, pero nos percatamos enseguida de que
hay una diferencia entre decir to be y there be. En cuanto a nuestro verbo estar, mienta estados transitorios (más bien
accidentales que esenciales).

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Tema 5 – Santo Tomás de Aquino

La existencia es, pues, caracterizada, como acto de la esencia. Ahora bien, a cada esencia
corresponde un tipo de existencia determinada, es decir, que existir es un modo de ser que está en
función de la esencia del ente correspondiente. Si, para un viviente, existir es vivir, para un animal
existir es sentir (es decir, tener vida sensitiva, ya que el animal se define como viviente sensitivo,
esta es su esencia) y, para un entendimiento, existir es entender.

La existencia o “acto de ser” se despliega, por tanto, en diversos niveles de perfección, en


grados más o menos perfectos según las esencias que en cada caso actualiza: el acto de ser es más
perfecto en un entendimiento que en un animal, en un animal que en una planta, en una planta que en
una piedra. La perfección con la que se realiza en cada caso depende de su esencia, de la potencia o
de la capacidad de su ser. Aquino concluye, de estas consideraciones, que el ser de Dios no tiene
limitación alguna, incluye toda perfección posible, ya que ninguna esencia limitada lo coarta: su
esencia es su ser (existencia) y es, por tanto, el ser que subsiste en sí mismo(ipsum esse subsistens),
es decir, que contiene en sí mismo la necesidad de su existencia y ya no depende de nada ajeno a él,
o está fundado en otra cosa. 9

Si en Dios se identifican esencia y ser (existencia), no ocurre lo mismo en los entes creados,
que, como hemos visto, son compuestos de esencia y existencia. Los entes creados participan de la
existencia en grados distintos, según la capacidad de ser de sus respectivas esencias.

5 – ÉTICA Y POLÍTICA

La ética del aquinate se considera una ética material ya que establece un Bien Supremo (al
que se supeditan todos los demás en una estructura jerárquica) que no es otro que la Felicidad, que
en el caso de Tommaso será la contemplación de Dios. Sin embargo, no es menos cierto que supuso
un paso decisivo en la constitución de una moral independiente de las creencias religiosas, pues
reconoce leyes morales deducidas por la razón de las tendencias propias de la naturaleza
humana: reglas morales naturales que, como la propia naturaleza humana en la que se fundan, son
universales y eternas (por ejemplo, “no matarás”).

La ley natural es el conocimiento natural que posee el hombre y que le mueve a obrar
de acuerdo con su naturaleza genérica (como animal, género próximo): (engendrar, comer…) y su
naturaleza específica (en su diferencia específica, racional): (razonar, vivir en sociedad…). La ley
natural es la participación de la ley eterna en la criatura racional.

Santo Tomás recurre a la filosofía griega para fundamentar la moral en la naturaleza humana.
Sin embargo, en dicha filosofía, la relación entre la moral y la naturaleza se realizó de dos formas:

1ª. Los sofistas entendieron, al igual que más tarde Epicuro, la naturaleza (Physis) desde un punto de
vista mecanicista (los procesos naturales no tienen finalidad ni orden establecido, ya que todo ocurre por azar,
9
La teología natural o racional termina, poco más o menos, aquí. El resto de predicados tenderán a ser negativos, es
decir, a enunciar lo que Dios no es.

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Tema 5 – Santo Tomás de Aquino

mecánicamente). Esto llevó al relativismo moral, entendiendo que las normas y costumbres morales y
políticas (ley positiva o Nomos) son convencionales (producto del acuerdo o la convención): o contrarias o
distintas de la naturaleza (Physis). Si queremos saber los verdaderos motivos que mueven a actuar a los
hombres, tenemos que buscar en aquello que es común a los hombres y los animales, puesto que lo natural
(Physis) es distinto a lo socialmente establecido (Nomos). Lo único natural en el hombre es, de acuerdo con lo
que es común al hombre y al animal, la búsqueda del placer, la huida del dolor (en este punto coinciden los
sofistas y Epicuro) y el dominio del más fuerte.
Epicuro y los sofistas buscaron más bien lo que mueve de hecho a los seres humanos a obrar:
ética de los móviles, destinada a descubrir los impulsos que determinan la conducta humana.

2ª. Platón y Aristóteles pusieron en relación la ética y las normas morales con la naturaleza humana,
pero entendiendo la naturaleza (Physis) desde un punto de vista teleológico. Es decir, no se trata de saber lo
que mueve al ser humano a obrar, sino dónde se halla el perfeccionamiento y la plenitud humana, es
decir, cuál es el fin al que está orientado el ser humano. La naturaleza humana no se entiende por aquello
que es común al hombre y a los animales, sino a aquello que es específico del hombre.

El planteamiento de Sto. Tomás parte de que la naturaleza humana posee ciertas tendencias.
Esto es algo que el ser humano tiene en común con el resto de los seres naturales. Sin embargo, el
hombre se distingue de los otros seres naturales por su racionalidad, porque sólo él es capaz de
conocer sus propias tendencias y, por tanto, solo él puede deducir ciertas normas de conducta
de acuerdo con las exigencias de su propia naturaleza. La razón da acceso al ser humano a una
reflexión sobre sus impulsos.

Ahora bien, los preceptos de la ley natural respecto de la razón práctica, son lo mismo que los
primeros principios de la demostración respecto de la razón especulativa: unos y otros son principios
evidentes por sí mismos. Como el ser es lo primero que cae bajo toda consideración, así el bien es lo
primero que aprehende la razón práctica, ordenada a la operación, ya que todo agente obra por un fin,
el cual tiene naturaleza de bien. Por tanto, el primer principio de la razón práctica será el que se
fundamenta en la naturaleza de bien: «Bien es lo que todos los seres apetecen». Éste es, pues, el
primer precepto de la ley: «Se debe obrar y hacer el bien y evitar el mal». Todos los demás
preceptos de la ley natural se fundan en éste. De modo que todas las cosas que deban hacerse o
evitarse, en tanto tendrán carácter de preceptos de la ley natural, en cuanto la razón práctica los
juzgue naturalmente como bienes humanos.

Y puesto que el bien tiene naturaleza de fin, y el mal naturaleza de lo contrario, todas las
cosas van hacia las que el hombre siente inclinación natural, son aprehendidas naturalmente como
buenas y, por consiguiente, son necesariamente practicables; y sus contrarias, como malas. Luego, el
orden de los preceptos es paralelo al orden de las inclinaciones naturales.

Por tanto, la demostración de que existe una ley natural se apoya en los siguientes
principios:

• En todo ser creado existen determinadas tendencias.

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Tema 5 – Santo Tomás de Aquino

• Dichas tendencias, que en los animales son instintivas, son reconocidas por el hombre
como tendencias a un fin.
• Como ser racional, el hombre puede conocer sus tendencias y deducir normas de
conducta de las mismas.

El contenido de la ley natural se deduce del conjunto de tendencias naturales del ser
humano, que pueden ser clasificadas según los grados de ser que confluyen en el hombre: el hombre
es substancia, es animal y ser racional:

a) Como substancia, el ser humano tiende a conservar su propia existencia (tendencia


común a todas las substancias). Surge así el deber moral que se concreta en normas que dan
contenido a la ley moral (no matar, no suicidarse, derecho a la vida…).

b) En tanto que animal, el ser humano tiende a procrear. Racionalmente, se han de


deducir una serie de normas que orienten las conductas a la consecución del fin de la procreación y
del cuidado de los hijos.

c) Como ser racional, el hombre tiende a conocer la verdad y vivir en sociedad. La


sociedad implica la ordenación racional de la convivencia con vistas a la consecución de ciertos fines
y, por tanto, es algo específicamente humano, que no puede confundirse ni identificarse con la
manada o el rebaño. De estas tendencias surgen las obligaciones morales de buscar la verdad y
respetar las exigencias de la justicia.

Ya que la ley natural se deduce de las tendencias de la naturaleza misma, posee cuatro
propiedades:

1ª. Evidencia: todos los hombres la conocen como algo manifiesto.

2ª.Unicidad o universalidad: La ley natural, en cuanto común a la naturaleza humana


misma, es idéntica para todos los hombres, aunque pueda fallar su conocimiento por malas
costumbres, malas disposiciones o inclinaciones.

3ª. Inmutabilidad: No depende de factores de orden sociocultural o histórico.

4ª. Indelebilidad: la ley natural no puede ser borrada de los corazones de los hombres, en
general. Pero se puede “borrar” (deformar) en cuanto a las obras particulares, esto es, en cuanto a las
acciones, en la medida en que a la razón no le sea posible aplicar los principios generales.

Sto. Tomás formuló las relaciones entre la ley natural (Physis) y la ley positiva (Nomos)
del siguiente modo:

a) La ley positiva es una exigencia de la ley natural. La ley positiva no es mero resultado de
una imposición caprichosa por parte de los más fuertes o de un arbitrario convenio entre iguales, sino
algo exigido por la naturaleza misma del hombre en cuanto ser social. Tomás de Aquino advierte de

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las carencias naturales del ser humano, que no habría subsistido frente a otras especies animales
de no haberse asociado.

b) En la línea de Aristóteles, para Tomás de Aquino el fin del Estado es el “bien común”,
concepto al que recurre como principio de la legitimidad política: si no se busca el bien común, no
se legitima la sociedad ni la autoridad:

– Buscar la paz, ideal clásico de la tradición cristiana en materia de política;

– Procurar el bienestar y la felicidad de los ciudadanos; evitar la ignorancia y la degradación


social;

– Fomentar la vida virtuosa, que es el fin supremo del Estado, con el objetivo de encaminar
a los ciudadanos a la consecución de su bien supremo, que la posesión de Dios.

c) Las exigencias de la ley natural han de ser respetadas por la legislación positiva.

d) La ley positiva es la ordenación de la razón” para el bien común y, como tal, debe ser
justa y moral, es decir, reflejo de la ley natural, que impone siempre buscar el bien y evitar el mal.
Para lograr tal fin, no debe imponer cargas imposibles y debe tener en cuenta las circunstancias
de tiempo y lugar, respetando las costumbres y tradiciones de los pueblos. Esto implica:

– Refrendo popular. Solicita explícitamente que las leyes sean establecidas por la
colectividad o, en su caso, por su representante reconocido. El ciudadano está obligado a cumplir
las leyes positivas justas. No está obligado a cumplir las leyes injustas (las que no sean reflejo de la
ley natural).

– Autoridad legítima. La autoridad legítima es la única que puede promulgar


leyes positivas. Y es legítima la autoridad que el pueblo acepte como tal. Los gobernantes se tienen
que legitimar mediante la acción justa y respetuosa con el pueblo.

e) La forma de gobierno deseable es la monarquía, pero que cumpla con la obligación


derivada del bien común y no se entregue al provecho particular.

Esta forma de interpretar las relaciones entre la ley natural y la ley positiva pone de manifiesto
que Tomás de Aquino no concibe el mundo del Derecho y el mundo de la moral como dos reinos
desconectados e independientes. El Derecho se halla incardinado en la moral y el punto de
incardinación no es otro que la idea de justicia.

El concepto de ley natural, en cuanto fundamentación racional de los preceptos morales de


la conducta humana en las tendencias naturales, establece la posibilidad de una moral y de un
derecho universales. En efecto, la ley natural dicta aquello a que todos los hombres, sin distinción

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alguna, tienen derecho por el mero hecho de serlo, es decir, por la sola consideración de su dignidad
ontológica como humanos.

La moral y el derecho natural serán desarrollados por la escolástica española y su derecho de


gentes (Jus gentium): Francisco Suárez (1548-1617) y Francisco de Vitoria (1492-1546). Es el
llamado iusnaturalismo (iusnaturae: derecho de la naturaleza).

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– Es la ordenación que Dios impone al mundo, al universo y a la sociedad hacia el


bien.
LEY – Aunque está fuera del alcance de la razón humana no es ni puede ser contraria a
ETERNA la razón.
– La ley eterna (o ley divina) es el fundamento de la ley natural.
– Es la expresión en la naturaleza humana de la ley eterna prescrita por Dios
para todos los seres creados. La razón humana es capaz de encontrar las
obligaciones morales que están inscritas en nuestra naturaleza y guiarnos hacia
el bien.
– Dado que la ética tomista se fundamenta en la teología, la ley natural no es sino
una proyección de la ley eterna en la razón humana.
– El hombre actúa correctamente cuando sigue la ley natural que le dicta su razón.
– El primer precepto de la ley natural se funda en la noción general de "bien"
como aquello que todos los seres apetecen: "Ha de hacerse el bien y evitarse
el mal"⇒ Esta es la norma básica que establece el criterio de moralidad al que
deben atenerse los actos humanos y a la que se reducen todos los demás preceptos
LEY
relacionados con las tendencias naturales del hombre.
NATURAL
– Se denomina "natural" porque se trata de una ley basada en la inclinación
natural que posee el hombre hacia el bien.
– Es, además, única, inmutable e indeleble, esto es, no puede abolirse ni
desaparecer del corazón del hombre, valiendo universalmente para todos los seres
humanos ⇒ Estas características se refieren solo a los primeros principios y
preceptos de la ley natural; en cambio, los preceptos secundarios de la ley natural
sí pueden variar, pues su aplicación suele depender de determinadas
circunstancias concretas. ⇒ En este sentido, Santo Tomás señala que el primer
principio de la ley natural equivale, en la razón práctica (que se ocupa de
conocer el bien), al principio de no contradicción, que constituye el fundamento
de la razón teórica (cuyo objetivo es conocer el ente).
– Es una prolongación de la ley natural, constituye el conjunto de normas morales
LEY que le permiten vivir al hombre en sociedad.
POSITIVA – Puesto que se basa en la ley natural, la organización del Estado debe adecuarse a
ella y, en última instancia, a la ley divina.

De este modo, la razón de Dios, en cuanto establece aquel orden, es la ley eterna. La ley eterna, en
cuanto está impresa en cada criatura, es su ley natural –como principio inmanente de su propio
desarrollo–, llamada en el hombre –en cuanto es un ser racional y, por ende, libre– ley moral.

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