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Quinto ser de una cosa mixta… Como un alma muy sutil extraída
de su cuerpo y de la superfluidad de los cuatro elementos por una
muy sutil y muy perfecta destilación, y por ese medio se
espiritualiza, es decir, se vuelve muy espiritual, muy sutil, muy
pura, como incorruptible, astral y celestial…
Sin embargo, no sólo Salomón y Empédocles intentaron explicar la Quintaesencia, a lo
largo de la historia muchos alquimistas e incluso frailes trataron de estudiar, entender
y desvelar la Quintaesencia. El alquimista francés Cyliani en su famoso libro Hermes
desvelado, publicado en 1832, decía que la Quintaesencia era:
Debe tenerse cuidado de no perder la más mínima porción, pues
es la verdadera quintasencia del oro común regenerado, en la
cual se convergen los tres principios que se asocian…
En el siglo X de nuestra era, Hugo de Santalla en su De secretis naturae defendía la
“existencia de un elemento primordial en forma de calor o espíritu ígneo, de sutil
consistencia material, que estaría presente en todo el universo, dotándolo de
movimiento, comunicando sus partes, y que sería capaz tanto de formar como de
descomponer cualquier sustancia natural.“
Es en pleno siglo XIV que París se levanta como una ciudad de vital importancia en los
estudios de a Quintaesencia, gracias al desarrollo y publicación de los textos Textus
alkimie publicado en París alrededor del año 1325, así como el Liber super textum
hermetis.
Independientemente de quien haya creado y/o desarrollado la teoría, la
quintaesencia se entiende entonces como la verdadera naturaleza de las cosas en su
estado más puro y perfecto y por tanto, difícil de alcanzar e incluso, de ver.
LA QUINTAESENCIA
Existe un quinto elemento también llamados por los Teósofos y Ocultistas la Quintaesencia,
elemento superior a los cuatro primeros, o mas prosaicamente llamado QUINARIO. La Quinta
Esencia o mercurio filosófico llamada así por los Alquimistas a través de las centurias, nos adentra
en el estudio y asimilación del misterio de los números, ya que nos hace pasar del Cuaternario al
QUINARIO y con ello al dominio pleno y absoluto de la materia en función de la vida y del intelecto
o INTELIGENCIA.
Si nos referimos a los cuatro elementos, los cuales se originan en el Mercurio, el cual representa la
Quintaesencia o quinto elemento, debido a su doble Polarización, como se representa en los cuatro
brazos de la Cruz (Norte, Sur, Este, Oeste); el legado alquímico nos dice que el Mercurio tuvo su
origen por la unión de la Sal y el Azufre, de tal manera que son representadas por las líneas vertical
y horizontal que concurre a formarla.
Este Mercurio Alquímico corresponde al centro de la cruz (la Rosa), que viene siendo el centro de la
esfera que inscribe a la cruz griega, el punto de intersección de ambos principios, o materias
primordiales, que representando la dualidad tienen el significado o simbolismo hermético del Sol y la
Luna, además viene siendo el punto de origen de los cuatro elementos ordinarios ( Agua, Tierra,
Aire, Fuego).
Esta Quintaesencia es también el elemento o principio neutro de los cuatro elementos formativos de
la materia y por defecto de todo el mundo físico, tangible, medible perceptible por nuestros sentidos
“ hacia afuera”.
El Mercurio filosófico representa también la vida que se infunde en esos elementos, y la energía que
los anima, la chispa divina, el hálito, y el principio inteligente que se expresa en dicha vida y realiza
en el hombre sus posibilidades superiores.
Contemplemos pues estas cinco fases en la manifestación de la Quintaesencia, primero la de su
propio origen; segundo, como origen de los cuatro elementos que la componen; tercero los de la
energía que los funde, permaneciendo el equilibrio y/o estabilidad, lo neutro en su centro; cuarto la
vida que los anima, y quinto la inteligencia que los rige, ( plano Físico).
Ya que la ciencia hermética sostiene que todo es de naturaleza doble, trino en su manifestación y
cuádruple para su realización, pero si el cuaternario no se uniese al quinto que es la vida, toda
materialización moriría, tal es así que es indispensable el hálito, la Quintaesencia a los cuatro
elementos para darles vida y movimiento.
La quintaesencia representa la aspiración, el hálito que mantiene la vida en lo creado, el propio ser
se manifiesta por el aliento que da acción a la vida, de modo que el aliento es lo que une al espíritu
divino con el cuerpo material así como el hombre une a Dios con la Naturaleza siendo un vínculo
indispensable con lo divino.
La respiración representa la penetración del poder creador a través del mundo divino, del mundo
intelectual y del mundo material, siendo el centro y el nexo.
De esta manera queda establecida la relación entre el Quinario y los sentidos y también del concepto
dual de los mismos, en relación intima con el Akasha, Vayu, Tejas, Apas y Prithivi, dicho de otra
manera, Eter, aire, fuego, agua y tierra. No hay necesidad de mencionar que estos principios no
deben confundirse con los estados físicos de la materia, solo se toman como, símbolos de los
mismos.
El número cinco también se designa como la Quintaesencia Universal, simbolizando por su forma la
esencia vital, el espíritu vivificador que serpentea por toda la naturaleza. Considerado además como
un compuesto del falso y nefasto binario y del ternario, tan venerado como interesante, este número
encierra en sí él mas alto misterio.
Representaba, pues, según Diodoro, el Eter o espíritus, el agua, la tierra, el fuego, el mundo en una
palabra. De aquí el origen del Penta Griego, que quiere decir cinco, y de pan, todo. Se hizo de él el
jeroglífico de Juno como diosa del matrimonio, del que también era emblema, así como hoy lo es la
Masonería de Adopción.
Las combinaciones que ofrece en la ciencia cabalística son menores que las del número 7, y con
más notable diferencia de las del número 3, a las que sirve de intermedio. Compuesto del primer
número impar, que representa al varón, y del primer par que representa a la hembra, era natural que
se le considere el número del matrimonio y por lo tanto sea consagrado a la Diosa Juno.
Según la mitología India, cinco fueron los elementos engendrados por el Supremo Hacedor: El aire,
fue creado de la nada; este produjo el viento. Del choque del viento y el aire salió el fuego, que al
retirarse dejo la humedad y se dio origen el agua; de la unión de estas dos potencias resultó la tierra.
Cinco planetas se conocen en el mundo celeste: Saturno, Júpiter, Marte, Venus y Mercurio. En el
mundo elemental existen cinco cosas corruptibles: el fuego, el aire, el agua, la tierra y los mixtos.
Los géneros de los mixtos son cinco; las piedras, los metales, las plantas, los zoófitos y los animales.
Thales de Mileto dividió la esfera en cinco grandes círculos paralelos. Pitágoras admitía cinco
elementos, y obligaba a sus discípulos a observar el silencio durante cinco años. El número cinco
estaba consagrado a Mercurio, por que reúne los cuatro elementos y el Mixto, que viene a ser un
conjunto de los mismos.
Cinco partes principales encierra el interior del ser humano el corazón, el cerebro, el pulmón, el
hígado y el bazo; cinco son las partes de las plantas Raíz, tallo, hojas, flores y fruto.
A las circunstancias del Quinario se refieren: los cinco paraísos de los indios, los cinco Bacos, los
cinco mechones de cabello de sus iniciados, los cinco dactilos, los cinco curetas, los cinco soles de
Cicerón, los cinco éforos de esparta, los cinco tribunos de Roma, los cinco pentarcas de Cartago,
los cinco dioses nupciales; Júpiter, Juno, Venus, Suada y Diana, y los cinco dioses Apios de Roma
que eran: Vesta, Venus, Palas, Concordia y la Paz.
El Corán prescribe cinco plegarias al día, obligatorias para todo buen Musulmán. El Veidam libro
sagrado de los Brhamanes, dispone que al nacimiento de una criatura, se hagan las plegarias a los
cinco vientos que pueden salir por las cinco aberturas del cuerpo humano. El lustro era muy venerado
entre los griegos y romanos y cada 5 años celebraban las fiestas de las lustraciones.
Los judíos reconocían a Moisés como autor de los cinco libros del antiguo testamento o del
pentateuco, que fueron designados por los griegos y los romanos, según la materia de que trata cada
uno de ellos: Génesis o historia de la creación del mundo, Exodo salida de Egipto, Levítico o leyes y
ceremonias religiosas, Números o enumeración de los Judíos, y Deutermonio o Segunda Ley.
Cinco grandes Logias, constituyen el Universo; el espacio, y las cuatro partes del mundo, el número
cinco esta consagrado al grado de compañero. Cinco meses deben mediar de su proposición al
aumento del salario, cinco años tiene de edad, cinco golpes son su batería, cinco los pasos de su
marcha, cinco los toques, en fin el cinco el compañero se vuelven uno dentro del Sagrado recinto de
nuestro templo, el compañero crece y desarrolla a través de su paso por este grado gracias al
Quinario logrando al fin una pleno conocimiento y dominio Esotérico y Hermético del mismo, se hace
un tallador perfecto teniendo como base la quintaesencia que viene a ser en suma la verdadera
esencia del Compañero.
Juan José Saavedra Chávez 66º 90º 96º
Or:. LIMA-PERU
La Quintaesencia o el Éter
moderno
En la Edad Media, la quintaesencia (del latín quinta essentia)
era un elemento hipotético, también denominado éter (del
latín æthēr y éste del griego αἰθήρ aithēr, cielo, substancia
etérea y parte más alta del firmamento). Conocido en épocas
presocráticas como el quinto elemento, se le consideraba a
menudo junto con los cuatro elementos clásicos de la
naturaleza: tierra, agua, fuego y aire. El éter, o la
quintaesencia, era una hipotética sustancia extremadamente
ligera que se creía que ocupaba todos los espacios vacíos
como un fluido. Más tarde fue usado por los físicos del siglo
XIX como sustrato para la propagación de las ondas de luz,
de la misma manera que el sonido se propaga en un cuerpo
material, o las ondas en el agua, ya que parecía inconcebible
que una onda se propagara en el vacío sin soporte material.
Los experimentos de Michelson y Morley a finales del s. XIX
mostraron la imposibilidad de medir la velocidad de la Tierra
respecto a este hipotético medio, lo que llevó a Einstein a
proponer su teoría de la relatividad especial y desterrar el
concepto del éter como sustrato universal e intangible que
permea el espacio vacío.